Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La exposición de las personas a riesgos varía en función de su grupo social, sexo, origen
étnico u otra identidad, edad y otros factores. Por otra parte, la vulnerabilidad puede adoptar
diferentes formas: la pobreza, p. ej., puede resultar en que las viviendas no puedan
resistir a un terremoto o huracán, y la falta de preparación puede dar lugar a una
respuesta más lenta al desastre, y con ello a más muertes o a un sufrimiento más
prolongado.
La otra cara de la moneda es la capacidad, que puede describirse como los recursos de que
disponen las personas, familias y comunidades para hacer frente a una amenaza o resistir a
los efectos de un peligro. Estos recursos pueden ser físicos o materiales, pero también
pueden encontrarse en la forma en que está organizada una comunidad o en las aptitudes o
atributos de las personas y/o las organizaciones de la misma.
Los desastres hacen peligrar los logros del desarrollo. Del mismo modo, las acciones de
desarrollo por las que optan los individuos, las familias, las comunidades y los gobiernos
incrementan o reducen el riesgo de desastres.
Pero a pesar de ello, sin dejar de advertir que en el contenido del principio en
estudio se entrecruzan consideraciones empíricas con criterios eminentemente
valorativos,17 concuer-do con que la idea de proporcionalidad se inspira en
consideraciones político criminales más que en determinadas líneas de pensamiento
filosófico,18 ya que, como en adelante se dirá, al surgir desde las bases
constitucionales, el principio en examen se erige en una de las directrices que el
Estado debe observar al momento de criminalizar y castigar conductas.
En esta misma línea, el profesor Silva Sánchez, junto con advertir sobre la ausencia
de un sistema de reglas que permitan construir juicios o pronósticos de naturaleza
empírica, en las que se basan en gran medida las consideraciones político-
criminales generales sobre el hecho o la persona del autor, y que determinan el
impedimento de traducir la respuesta penal en una conclusión cualitativa, nos
señala que:
Para ilustrar esto, y sólo a modo de ejemplo, vale decir que dicho principio exige
que la actuación dolosa se califique como más grave que la imprudente, que la
reacción penal a la tentativa sea de menor entidad que la aplicada a la
consumación, etc. Pero también se invoca para argumentar el distinto tratamiento
penal dirigido a los infractores adolescentes en relación con el que corresponde a
los sujetos adultos. En fin, sin tener el mismo contenido del principio de igualdad se
trata de aplicar desigualmente un tratamiento a lo desigual en el marco de una
valoración material y político criminal.20