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Un individuo dedica muchos años de su vida a la escuela, con el fin de obtener capacidades
que le permitan mejorar su capacidad productiva. La decisión de invertir en la educación se
basa sobre una comparación entre los costos de la enseñanza (ingresos sacrificados, gastos
de escolaridad, etc.) y las ventajas futuras de una escolaridad más avanzada. Por
consiguiente, se puede considerar la escolaridad como una decisión de inversión que tiene
como fin aumentar el capital humano de una persona.
Los diversos programas de formación tienen un fin similar. Las empresas invierten de
manera directa e indirecta en los recursos en mano de obra. Este tipo de inversión tiene
como fin ofrecer a los trabajadores, capacidades que son particularmente útiles a la
empresa, también cabe recalcar que algunas de esas capacidades pueden ser útiles para
otros empleadores.
De manera global, el capital humano puede ser definido como la suma de las capacidades
habiendo una eficiencia productiva incorporada a los individuos o las colectividades. Esas
capacidades pueden ser diversas: salud, fuerza física, conocimientos generales o técnicos.
El capital humano tiene una doble característica: de un lado, de ser de información, del
saber (como la tecnología) y del otro lado, de ser apropiable por los individuos (como el
capital físico). Siendo del saber, es producido esencialmente consigo mismo, los alumnos
son formados por los profesores y aquellos utilizan sus conocimientos presentes para
adquirir nuevos conocimientos. Esto hace que el capital humano se aparenta al
conocimiento técnico y las reglas de acumulación con rendimientos de escala dinámicas le
pueden ser aplicadas, además genera un proceso de crecimiento endógeno.
Esa característica del capital humano de ser la propiedad del individuo que le posee permite
un acercamiento a la problemática neoclásica, es decir, los procedimientos estándares del
cálculo individual se pueden aplicar sin restricción (el factor acumulado no es un bien
público).
En los modelos que involucran las externalidades por acumulación de factores, el cambio
en la productividad total de los mismos no se produce por efecto de la innovación en
sentido estricto. En ellos, la experiencia y el aprendizaje, la transferencia de conocimientos
por la incorporación de capital físico y/o la educación formal son motivos suficientes para
generar derrames que desencadenan un proceso de crecimiento sostenido de la economía.
En la primera versión, se asume que el capital humano de una persona equivale a su nivel
de calificación y se representa como h. Si se define L como el número total de trabajadores
y L(h), como los trabajadores con nivel de calificación h, donde h varía en un rango de
cero( 0) a infinito(∞), entonces:
∞
L=∫ L ( h ) dh
0
∞
Le =∫ u ( h ) L ( h ) hdh
0
Lucas considera dos efectos del capital humano: un efecto interno, que corresponde al
impacto que su acumulación tiene sobre la productividad de la persona; y un efecto externo,
relacionado con su contribución a la productividad de los demás factores de producción.
Ese efecto externo se define como el nivel promedio de calificación de la fuerza de trabajo
(h a) o capital humano:
∞
∫ hL ( h ) dh
h a= 0∞
∫ L ( h ) dh
0
Ahora bien, si todos los trabajadores poseen el mismo nivel de calificación h y asignan una
proporción igual de su tiempo (u) a la producción de bienes y servicios, entonces, la fuerza
de trabajo efectivamente utilizada es Le =uhL y el nivel de promedio de calificación h a es
igual a h. Sin embargo, y siguiendo a Lucas, se mantiene la notación h a para enfatizar en la
distinción entre los efectos internos y externos.
El enfoque de Lucas sobre la importancia del capital humano parece concitar el acuerdo de
gran parte de la profesión. Algunos sostendrán que es más o menos importante que otros
factores, pero difícilmente le negarán su rol en cuanto a determinante relevante del
crecimiento de largo plazo. Su énfasis en el learning by doing es probablemente menos
consensual, pero también es cierto que difícilmente se le puede negar al menos algún rol en
el proceso de crecimiento de largo plazo de los países. Es, ciertamente, mucho más
polémica su visión que factores macroeconómicos o institucionales no son importantes en
el crecimiento de steady state. Sin embargo, cuando correctamente se define el período de
transición como un período suficientemente largo, como parece desprenderse de los escritos
de Lucas, lo anterior se hace menos controvertido.