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Arquitectura de marca: la clave para una estrategia

de marca completa
¿Es mejor entrar en nuevos mercados con la marca actual o con una nueva
marca?
¿O con la marca actual combinada con una sub-marca?
¿Qué hacer con las marcas después de una fusión?
¿Cómo gestionar un re-branding?
¿Cómo gestionar los nombres de los productos?
¿Deben estar relacionados con la marca principal?
¿Soporta el portfolio de marcas el propio posicionamiento?

La respuesta a estas preguntas se inicia con una reflexión inicial:

 Los portfolios de negocio contienen diferentes tipos de marcas, diferentes


nombres describiendo entidades diferentes: marcas corporativas, marcas
de segmento y marcas de producto.
 A menudo la pregunta principal es identificar si una o varias de esas
marcas son realmente necesarias para representar los productos o
servicios de la compañía.
 Hay tres caminos principales para ordenar el portfolio: desde sistemas
monolíticos a sistemas multimarca, pasando por todas las combinaciones
de sistemas híbridos.

Qué es un portfolio de marca: diferencias con la


arquitectura de marca

Para que un portfolio de marcas contribuya eficazmente a aportar valor a la


compañía es necesario analizar cuáles son los determinantes principales. Este
es un proceso que conlleva investigación, estrategia y compromiso.

Entendemos por portafolio de marca al conjunto total de etiquetas (marcas,


sub-marcas, nombres de producto, variantes de los nombres y descriptores)
que describen las proposiciones de todas las entidades de una Organización,
así como sus inter-relaciones. En este nivel surgen cuestiones como:

¿Qué combinaciones de elementos son necesarias y cuál debe ser su


prominencia?
¿Qué nivel de protagonismo debe tener la marca corporativa?
¿Es necesaria una sub-brand?, etc.
Por otro lado, y en otro nivel, la arquitectura de marca establece la
combinación y prominencia de los elementos verbales y visuales que
representan una proposición específica.

En este nivel, las disciplinas creativas de naming y diseño juegan un importante


papel, puesto que es aquí donde los aspectos visibles del Brand Portfolio
influencian directamente en la asociación de ideas que la estructura toma en la
mente de la gente.
Arquitectura de marca como facilitadora de
procesos estratégicos

La arquitectura es el arte de proyectar, diseñar, construir, modificar y adaptar un


entorno a una nueva necesidad. Esta puede llegar tanto a nivel corporativo
(fusiones o adquisiciones), a nivel de segmento (incorporación de nuevas
categorías) o a nivel de producto (extensiones). Pero además el análisis fuera
de estos escenarios es también importante para asegurar la “higiene” del
portfolio de la compañía. Sin duda ayudará a mantener la consistencia y
facilitará los procesos estratégicos como:

 Cuál es el enfoque relacional general – marca principal, marca/sub-marca,


endorso, marca por separado o, incluso, combinaciones entre ellas.
 Cuántos niveles de marca deben existir.
 Qué tipos de marcas existen en cada nivel.
 Cómo se relacionan entre sí las marcas en los diferentes niveles.
 Cuáles son las reglas de decisión para la creación de nuevas marcas.
 Qué identidades de marca son dominantes y cuáles son secundarias.
 Qué tipos de nombres deben utilizarse para las nuevas marcas y en qué
circunstancias (normalmente pautado por reglas de decisión).
 Cuáles son las marcas que se deben implantar en cada uno los soportes
(medios de comunicación, vehículos, material corporativo, catálogos de
productos, uniformes, etc.).

La arquitectura de marca –el modo en que su oferta en conjunto se presenta al


mundo– es uno de los pilares estratégicos para el desarrollo sostenible de la
marca. 

Una adecuada arquitectura protege el valor de marca, promueve la eficiencia,


construye la cohesión interna y aporta un proceso racional para la toma de
todas las decisiones de marca. 
Como toda arquitectura, debe encontrar el correcto equilibrio entre flexibilidad,
economía, estética, precisión y emoción.

La complejidad actual de muchas organizaciones, su dimensión y los cambios


en los mercados hacen que la arquitectura de marca necesite ser fluida y, a la
vez, reactiva para poder aprovechar el máximo potencial de la marca.
Las marcas se mueven fácilmente en nuestras emociones, de modo que la
arquitectura de marca debe descubrir y potenciar aquellas emociones que
nuestra marca puede despertar.
Consideraciones para elegir una arquitectura de
marca óptima
Determinar la arquitectura de marca correcta para una compañía es algo
complejo. Requiere contar con amplia información que permita el análisis para
dar paso a una estructura óptima. Estas son algunas de las consideraciones a
tener en cuenta:
1. Identifiquemos el mapa de stakeholders, puesto que es probable que
tengan distintas necesidades.
2. Definamos un claro propósito. Los casos de éxito a menudo cuentan con
una sólida estrategia de marca.
3. Evaluemos cómo aporta valor la marca en la relación corporativa /
segmento / producto. Para ello necesitaremos considerar el valor percibido
en cada uno de los niveles.
4. Determinemos las implicaciones económicas que podemos alcanzar. Un
sistema monolítico es mucho más eficiente puesto que cada euro
repercute sobre una única marca.
5. Consideremos las implicaciones legales. Algunas estructuras pueden
implicar movimientos legales y mayores impuestos.
6. Desarrollemos un plan de implantación. Una vez determinemos cuál es el
mejor modelo de arquitectura, redactemos una hoja de ruta que facilite su
adopción.

Una arquitectura de marca débil puede generar confusión, crear competencia


interna o canibalismo, derivar en una mala asignación de recursos, conducir a
errores en la creación de nombres de productos y originar pérdida de
oportunidades para fortalecer el valor de la marca.
 

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