La complejidad.
Pero la complejidad ha vuelto a las ciencias por la misma vía por la que se
había ido. El desarrollo de la ciencia física, que se ocupaba de revelar el Orden
impecable del mundo, su determinismo absoluto y perfecto, su obediencia a una
Ley única y su constitución de una materia simple primigenia, el átomo, se ha
abierto finalmente a la complejidad de lo real. Se ha descubierto en el universo
físico un principio hemorrágico de degradación y de desorden (segundo principio
de la Termodinámica); luego, en el supuesto lugar de la simplicidad física y lógica,
se ha descubierto la extrema complejidad microfísica; la partícula no es un ladrillo
primario, sino una frontera sobre la complejidad tal vez inconcebible; el cosmos no
es una máquina perfecta, sino un proceso en vías de desintegración y, al mismo
tiempo, de organización.
Son múltiples las clasificaciones sobre complejidad. Van desde los Modos
Epistémicos (Complejidad Descriptiva, Complejidad Generativa, Complejidad
Computacional), hasta los Modos Ontológicos (Complejidad Composicional,
Estructural, Jerárquica, Funcional) entre otras.
abstracta).
las relaciones que se dan entre ellos. A continuación se definen las principales
entidades se dividen en dos grupos, que son las abstractas y las concretas. En el
primero encontramos los conjuntos, los conceptos y los números, entre otros
muchos; en el segundo, por ejemplo, se encuentran los objetos, las plantas y los
planetas.
Asumiendo esta visión, ninguna respuesta resulta del todo satisfactoria (al
menos no para un gran grupo de personas) dado que la efectividad de cada una
concretas.
Por ejemplo, cuando se dice que la seda es suave, estamos utilizando una
de este material. Del mismo modo, podemos decir que tanto ese tipo de tela como
la piel de un niño y los pétalos de una flor son todos suaves; este ejemplo ayuda a
otros conceptos; la entidad mental: similar al problema del sentido común, resulta
la memoria son reales, dado que nuestro cerebro es netamente material ante los
cual puede entenderse como la nada. Si es así, entonces, ¿cómo se puede hablar
agujero?
Esto hay que ponerlo en evidencia. Pero esta tarea equivale a descubrir las
raíces epistemológicas o etno-epistémicas de la cultura occidental, o de otras
culturas que, a su vez, generan saberes alternos. Si el conocimiento se entiende
como articulación de toda una estructura epistémica, nadie ni nada podrá ser
eximido –llámese profesor, alumno, programa o investigación– de afrontar los
arduos problemas que presenta la epistemología crítica. Como señala Beynam
(2009), “actualmente vivimos un cambio de paradigma en la ciencia, tal vez el
cambio más grande que se ha efectuado hasta la fecha... y que tiene la ventaja
adicional de derivarse de la vanguardia de la física contemporánea”.(p.34) Está
emergiendo un nuevo paradigma que afecta a todas las áreas del conocimiento.
La nueva ciencia no rechaza las aportaciones de Galileo, Descartes o Newton,
sino que las integra en un contexto mucho más amplio y con mayor sentido, en
un paradigma sistémico.
May vincula los valores con las necesidades de elección, pero estas últimas
están determinadas por el medio social que forma al hombre y del cual este es un
producto. Analizar los valores sólo como objetivos y fines a los que nos dedicamos
eleva el componente subjetivo del valor en detrimento de su condicionamiento
objetivo. En realidad, los fines constituyen la concientización de las necesidades e
intereses que representan el elemento que moviliza la actuación humana.
Otro autor, Acosta (2008) define a los valores como "Ideales que actúan al
modo de causas finales, esto es: son, por una parte, el motor que pone en marcha
nuestra acción y, a la vez, la meta que queremos alcanzar una vez puestos los
medios adecuados. Por lo tanto, los valores son finalidades y no medios, y por
ello, estimables por si mismos y no con vistas a alguna otra cosa.
Qué es Gnoseología:
TELEOLOGIA DE LA COMPLEJIDAD
Hay Algo, no sabemos qué es, que fundamenta al sistema. Puede ser
entendido como la energía cósmica o el flujo vital -nociones puramente orientales-
que sostiene el sistema y que cumple la función de feedback. En este fundamento
está integrada la entropía como el juego entre el orden y el desorden que
mantiene el universo. Hay, pues, una Mente integradora, una energía que
mantiene ese proceso de entropía, y es quien tiene la facultad de organizar todo
de acuerdo a las leyes naturales del azar. Precisamente Él es también el
fundamento del azar, ya que el universo mantiene un orden en el aparente
desorden. Es el caos ordenado, el flujo de energía que mantiene todo en su lugar,
aunque esté en constane movimiento; movimiento que sólo es posible por la
comunicación.
Esta nueva percepción del fundamento del caos ordenado permite romper
el viejo paradigma del “Orden-rey” (cnf. Morin, s. f.). Aún más, permite ver a Dios
como “el rey del desorden”, que mantiene todo en su lugar y sabe dónde está
todo. Es la antiquísima concepción del Arquitecto del universo. La masonería tenía
esta visión de Dios como aquel que ha construido el universo de acuerdo con un
plan que cumple a la perfección. Podemos matizar esto mediante el principio de
que Dios es libre, tiene voluntad, y hace con el universo lo que Él quiere, y lo
mantiene acorde a sus designios.
Aún más, ésta no sólo es una visión reconciliada, sino que es una visión
liberadora. Hay un sentido positivo de la Nada que se manifiesta en su relación
con el Todo. He aquí otra contradicción: Dios está en el Todo que es la Nada, y
viceversa. Precisamente es en este punto en el que la “nueva” visión de Dios no
es algo tan nuevo, ni siquiera se acerca a lo original.
De aquí que sea mucho más correcto entender a la religión no sólo como
un constructo cultural, sino también como una relación primordial. La complejidad
permite entender a la religión como parte integral del hombre, es otro constitutivo
de su realidad primordial. Es hora de que la religión tome su parte en el desarrollo
humano, y que no sólo sea vista como algo antiguo o pasado de moda; la religión
también es cosa de todos.
LOS CAMINOS DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA.
Características de la metodología cuantitativa
Investigación y metodolatría.
El término metodolatría fue acuñado por Mary Daly en 1973 en “Mas allá de
Dios Padre, una filosofía hacia la liberación de las mujeres” y más tarde se ha
definido como la forma más común de la idolatría académica: como la glorificación
del método como si se tratara de un Dios, el conocimiento encasillado en
constructos prefabricados, teniendo lazos de conectividad con nuevos
descubrimientos, previniendo la resolución de nuevas preguntas, a través de la
eliminación de ideas que no son responsables de las categorías de
cuestionamiento y respuestas. La Dra. Daly, (1928-2010) filósofa norteamericana,
ejerció la docencia en el Boston Collage desde 1967 hasta 1999.
Sin embargo, más de las veces, muchos investigadores, sobre todo los
eventuales, que lo hacer debido a una exigencia académica para su graduación,
saltan de este primer nivel de la investigación exploratoria y la convierten en una
“investigación descriptiva” e incluso en una “explicativa” alentados por
metodólogos dogmáticos e ingenuos refractarios a la reflexión teórica, filosófica y,
mucho más epistemológica.
BIBLIOGRAFIA