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6.1 Rigideces Articulares
6.1 Rigideces Articulares
Prevención y tratamiento
La prevención se basa en minimizar los efectos nocivos de la inmovilización.
La biomecánica articular requiere que las articulaciones se mantengan tan
móviles como sea posible durante el periodo de tratamiento. Las estructuras
musculoesqueléticas están a menudo intactas por lo que el programa de
tratamiento se centrará en ejercicios para recuperar el rango de movilidad
articular y el uso de yesos o férulas funcionales. Cada vez más se disminuye
el tiempo y el grado de inmovilización mediante yeso.
Hombro
Tras un periodo de inmovilización el movimiento más limitado del hombro
es el de la rotación externa, seguido de la abducción y de la rotación
interna. La porción inferior y anterior de la cápsula está más acortada
limitando los movimientos hacia abajo y hacia delante de la cabeza humeral
durante los movimientos de abducción y rotación externa. El estiramiento
manual mantenido de la cápsula es particularmente efectivo.
La artritis del hombro en el niño es una lesión que como mínimo deja
rigidez e incluso se produce la destrucción total de la articulación.
La ruptura del tendón supraespinoso no tratada, o tratada tardíamente deja
una rigidez por capsulitas adhesiva.
La capsulitis se caracteriza por una progresiva e insidiosa pérdida de
movilidad activa y pasiva de la gleno-humeral debido al plegamiento de la
capsula inferior. Los síntomas se desarrollan durante seis meses, se
mantienen durante dos años aproximadamente y remiten progresivamente
Codo
La rigidez es una secuela frecuente de la articulación del codo. El principal
movimiento limitado es la flexión más que la extensión y con afectación de
la pronosupinación solo en los casos más graves.
Limitación de la pronosupinación
La fractura de los huesos del antebrazo
provoca la limitación de la pronosupinación
debido al traumatismo óseo, lesión de la
membrana interósea o por falta de
reducción perfecta de las desviaciones.
Cadera
Los motivos más frecuentes de rigidez de la cadera son la artritis infecciosa,
las fracturas y luxaciones, la necrosis y la artrosis.
Las secuelas de fracturas y luxaciones que provocan rigidez son las
fracturas a nivel de la pelvis y del cotilo que no tienen indicación quirúrgica
o que se tratan inadecuadamente. Las fracturas articulares proximales de
fémur (intracapsulares) como tienen un tratamiento quirúrgico muy eficaz
no acostumbran a dar problemas, salvo que ocurra un fallo de la
osteosíntesis y se pierda la reducción.
Con las fracturas pertrocantéreas y subtrocantéreas sucede lo mismo, no
acostumbrando a dar rigidez si se tratan mediante osteosíntesis. En cambio
las luxaciones y especialmente la fractura-luxación de cadera siempre dejan
algún tipo de rigidez.
En la artrosis la rigidez progresiva forma parte también de la propia
patología. En los alargamientos de fémur puede quedar algún tipo de
rigidez.
La rigidez puede dejar una buena alineación con lo que postura no se verá
comprometida y no se establecen grandes compensaciones para mantener
los ejes. Las tres grandes desviaciones son la cadera en aducción, en
abducción y en flexo. Las dos primeras comprometen la alineación en el
plano frontal y la última en el plano sagital.
La cadera en aducción se compensa para mantener los hombros
horizontales y la cabeza vertical. Se provoca una báscula de pelvis y un
Rodilla
La anquilosis de rodilla, tanto la de origen intrarticular como extrarticular,
adopta tres posturas más frecuentes, en flexión o en extensión, o en flexión
y valgo-rotación externa.
La rigidez de origen intrarticular se debe a infecciones o secuela de
traumatismo tanto óseos como ligamentosos o sus cirugías, especialmente
la reconstrucción del cruzado anterior.
Tobillo y pie
El motivo más
frecuente son las
escuelas
traumáticas, sean
fracturas o
luxaciones tanto
del tobillo como
de los huesos del
pie, por la propia fractura o por los propios procedimientos de
inmovilización, especialmente el vendaje enyesado.