Ferreiro:La escritura se (ha) transformado de objeto social en objeto escolar. Esta
transformación de la escritura en un objeto de propiedad escolar exclusiva hizo que perdiera algunas de las funciones que la justifican como objeto de importancia social. La escritura se transformó en un instrumento para pasar de grado. Hay que ser enfáticos: la escritura es importante en la escuela porque es importante fuera de ella, y no al revés. Castorina: En alguno de tus textos, tras el debate de la presentación del orden de las letras,
subyace la polémica en torno a la transformación del objeto social en objeto escolar y la
modificación de la figura del maestro, que deja de ser el único informante adecuado. Ferreiro: Sí, es la domesticación del objeto que hace la escuela. El objeto de la escritura en el mundo social es un objeto salvaje. Hay toda clase de caracteres: mayúsculas, minúsculas, cursivas, grandes, pequeños y combinaciones propias de la escritura de cada lengua. Existe una escritura que la escuela considera desorganizada, fuera de control, caótica. ¿Qué hace la escuela? Domestica ese objeto, decide que las letras y las combinaciones se presenten en cierto orden y construyen secuencias con la buena intención de facilitar el aprendizaje. Yo no digo que todo sea un mundo perverso, en donde se hace todo esto para que muchos queden excluidos. Puedo incluso admitir que la intención es buena, que se quiere facilitar el aprendizaje, al presentar las cosas una a la vez, en cierto orden, etcétera. Pero, ¿de dónde sale ese orden? Vamos de lo fácil a lo difícil. Pero ¿quién define lo que es fácil? O yo lo defino desde algo externo al niño, o me tomo el trabajo de averiguar qué es fácil y qué es difícil para él. Goldin: Sí, a partir de lo que dices uno se puede imaginar lo caótico que puede resultar la escritura de planas interminables de sílabas. Lo increíble incre íble es cómo puede operar el sistema con un divorcio de perspectivas tan profundo en la cotidianidad de un salón de clases. Ferreiro: ¡Ah!, es que se instala eso “del como si”… Goldin: ¿En todos los modelos de escuela ocurre esa tergiversación?... Te pregunté si es todos los modelos porque considero que puede haber prácticas escolares que recuperen los usos sociales del objeto. Por ejemplo, se puede escribir cartas o editar un periódico en la escuela. Ferreiro: Claro, pero escribir cartas que se envíen, porque muchas veces eso se transforma en la lección de escribir cartas. Se produce la carta y sigue si endo “el como si”… Someter la escritura a la propia prueba de comunicación es algo completamente diferente a la tarea de escribir una carta. Si considero la escritura de la carta como una situación en donde su escritor, un productor de texto, enfrenta el desafío de la comunicación por escrito, asumo esa escritura con otras connotaciones diferentes de la corrección gráfica del objeto producido. Emilia Ferreiro, “La domesticación de la escritura en la escuela” en Cultura escrita y educación. Conversaciones con Emilia Ferreiro, México, FCE, 1999, pp.45.46.