Está en la página 1de 4

REFLEXIÓN SOBRE EL VÍDEO UN SR.

DIFERENTE

Debemos comentar nuestra reflexión acerca del vídeo recomendado, para hablar un poco sobre
como la actitud con la que vemos y experimentamos las situaciones pueden cambiar nuestro
entorno.
Mr. Indifferent , un cortometraje animado que ya se ha convertido en viral. Creado por el animador
Aryasb Feiz para Emirates NBD Bank. CG y producido por BadStache Animation Studio
Production, que cuenta cómo un hombre que es totalmente indiferente a todo lo que le sucede
alrededor, descubre el poder que tiene entre sus manos para cambiar las cosas.

El cortometraje es una auténtica genialidad: el hombre va pasando por su vida sin prestar atención
ni molestarse en ayudar a los demás, siempre con las manos en los bolsillos; hasta que un día, por
azares del destino, descubre el poder que tiene al sacar una mano del bolsillo. A partir de ahí,
descubre que utilizando esa mano es capaz de cambiarlo todo.

***********************************

Pasar por delante de una persona que necesita de tu ayuda o esperar plácidamente cómo se
cierran las puertas de un ascensor mientras una persona corre a la desesperada para que no se
vaya sin ella, son algunos de los ejemplos que, en más de una ocasión, hemos podido vivir con la
mayor indiferencia del mundo. Situaciones incómodas a las que no ponemos ninguna solución y
de las que nuestro sentimiento de «no hacer nada» consigue dominarnos.

¿Por qué en ocasiones actuamos con indiferencia?

La falta de implicación emocional, necesidad de espacio, su uso como arma de manipulación o


principal herramienta de un deseo de hacer daño son algunas de las causas que nos mueven a
utilizar nuestra indiferencia como arma arrojadiza; pero realmente ese vacío emocional que
intentamos proyectar en el otro puede provocarnos profundas heridas emocionales.

Del Tinder al amor en tres whatsapps

Seguramente has escuchado en más de una ocasión el dicho de «no hay mayor desprecio que no
hacer aprecio». Sin duda, la biblia popular nos ha salvado de más de una, pero también nos ha
lanzado a actuar de mil y una maneras erróneas que han dado una vuelta inesperada a nuestras
vidas. Actuar de una manera indiferente refleja que «nada nos importa», «que no nos afecta»,
pero… ¿realmente es así?

El ser humano es emocional y social por naturaleza, por lo que «dejar de sentir» es prácticamente
una panacea, aunque nuestro objetivo sea el mostrar que «no nos importa», la realidad es
totalmente distinta. Una realidad que bloqueamos a modo de protección contra el dolor que
podamos causar a nuestro ego, provocando que una situación que puede ser insignificante en un
primer momento se convierta en algo mucho más complejo, agravando la situación.

‘Be more us’: ¿hemos olvidado cómo hacer amigos?

Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia


Dicen que «del amor al odio hay tan sólo un paso» y, la verdad, no van muy desencaminados si
tenemos en cuenta que lo contrario del amor no es el odio, sino la
indiferencia. Mostrarse indiferente ante alguien, implica que estás retirando todos tus
sentimientos, que esa persona ya no existe para ti. Porque no hay nada peor que a una persona le
des exactamente igual. Una inexistencia que proviene de un deseo de venganza con el que
demostrar el poder y control de la situación, fortaleciendo nuestro ego y aumentando
dañinamente nuestra autoestima. Pero aunque pensemos que puede ser la mejor arma arrojadiza
para alimentar nuestro afán de venganza, estamos muy equivocados, porque el ser humano está
programado para la comunicación y libertad, sin embargo al sentirse indiferente estamos
provocando una desconexión comunicativa y un bloqueo de nuestra libertad.

Pero la indiferencia no siempre es un sentimiento negativo. Personas que han sufrido continuas
decepciones suelen desarrollarla como mecanismo de defensa para sentirse protegidos y seguros,
ya que a veces «no esperar nada de nadie» puede ser lo mejor. Además, su capacidad de
«neutralidad«, nos ayuda a seleccionar qué estímulo es importante y cuál no, ya que si tuviéramos
que dar respuesta a cada uno de ellos acabaríamos extasiados.

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro

Ahora, el director, escritor y animador Aryasb Feiz con sede en Teherán junto a Emirates NBD
Bank han puesto rostro al verdadero reflejo de la indiferencia. Un corto que bajo el título de ‘Mr
Indifferent’ nos muestra cómo el sentimiento de que todo nos da exactamente igual no nos
protege, sino que poco a poco acaba minando nuestra felicidad, pero…¿qué ocurriría si alguien
nos obliga a dejar de «hacernos los locos»?

10 ilustraciones que demuestran la importancia de un buen clima laboral

En el cortometraje, el protagonista va pasando por su vida sin prestar atención al entorno que lo
rodea, siempre con las manos en los bolsillos, sin prestarle una ayuda a las personas que lo
necesiten; hasta que un día, por azares del destino, descubre el poder que tiene al sacar una mano
del bolsillo, de intervenir en el mundo el cual, el ignoraba. A partir de ahí, descubre que utilizando
esa mano es capaz de cambiarlo todo.

Pasar por delante de las personas y el entorno que nos rodea, son los ejemplos de la indiferencia,
ese tipo de actitud, suele surgir en situaciones incomodas, donde no conseguimos alguna solución
y lo único que pensamos es en “no hacer nada”.

Pero esa indiferencia, esa actitud de que “nos da igual”, “no nos importa”; ¿es realmente como las
personas piensan y actúan?

Aunque las personas quieran mostrar esa apariencia, es todo lo contrario, para el ser humano es
imposible no demostrar un sentimiento, por más pequeño que sea, eso es lo que nos hace
personas, al querer demostrar esa indiferencia, ante todo, lo único que hacemos es dejar de ser
nosotros mismos, para únicamente proteger nuestro ego.
Los seres humanos están programados para la comunicación y la libertad, sin embargo, al mostrar
y sentirse indiferente, estamos provocando una desconexión comunicativa y un bloqueo de
nuestra libertad.

Pasar por delante de una persona que necesita de tu ayuda o esperar plácidamente cómo se
cierran las puertas de un ascensor mientras una persona corre a la desesperada para que no se
vaya sin ella, son algunos de los ejemplos que, en más de una ocasión, hemos podido vivir con la
mayor indiferencia del mundo. Situaciones incómodas a las que no ponemos ninguna solución y de
las que nuestro sentimiento de «no hacer nada» consigue dominarnos.

Seguramente has escuchado en más de una ocasión el dicho de «no hay mayor desprecio que no
hacer aprecio». Sin duda, la biblia popular nos ha salvado de más de una, pero también nos ha
lanzado a actuar de mil y una maneras erróneas que han dado una vuelta inesperada a nuestras
vidas. Actuar de una manera indiferente refleja que «nada nos importa», «que no nos afecta»,
pero…¿realmente es así?.

El ser humano es emocional y social por naturaleza, por lo que «dejar de sentir» es prácticamente
una panacea, aunque nuestro objetivo sea el mostrar que «no nos importa», la realidad es
totalmente distinta. Una realidad que bloqueamos a modo de protección contra el dolor que
podamos causar a nuestro ego, provocando que una situación que puede ser insignificante en un
primer momento se convierta en algo mucho más complejo, agravando la situación.

Dicen que «del amor al odio hay tan sólo un paso» y, la verdad, no van muy desencaminados si
tenemos en cuenta que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. Mostrarse
indiferente ante alguien, implica que estás retirando todos tus sentimientos, que esa persona ya
no existe para ti. Porque no hay nada peor que a una persona le des exactamente igual. Una
inexistencia que proviene de un deseo de venganza con el que demostrar el poder y control de la
situación, fortaleciendo nuestro ego y aumentando dañinamente nuestra autoestima. Pero
aunque pensemos que puede ser la mejor arma arrojadiza para alimentar nuestro afán de
venganza, estamos muy equivocados, porque el ser humano está programado para la
comunicación y libertad, sin embargo al sentirse indiferente estamos provocando una desconexión
comunicativa y un bloqueo de nuestra libertad.

Pero la indiferencia no siempre es un sentimiento negativo. Personas que han sufrido continuas
decepciones suelen desarrollarla como mecanismo de defensa para sentirse protegidos y seguros,
ya que a veces «no esperar nada de nadie» puede ser lo mejor. Además, su capacidad de
«neutralidad«, nos ayuda a seleccionar qué estímulo es importante y cuál no, ya que si tuviéramos
que dar respuesta a cada uno de ellos acabaríamos extasiados.

También podría gustarte