Está en la página 1de 17
Jerome Bruner Realidad mental y mundos posibles Los actos.de la imaginacién (e[UMe LIER -AH (0 (OM MM tte) Cee eae Ree de realidad y lo estudian para reconstruirlo o deconstruirlo. Estén en busca de la teoria implicitaen la construccién de Heart of Darkness de Conrad on los mun- dos que elabora Flaubert. No sc trata de que se ocupen biogréficamente de Con- rad o de Flaubert, si bien no hacen oidos sordos a lo biogréfico, ni tampoco es- ‘in tan captados por la nueva critica que s6loreparan en el texto y sus arificios, aunque también se interesan en ellos. En cambio, proyectos eer un texto por ‘sus significados y, al hacerlo, poner de manifiest¢lartede su autor. No rechazan Ia guia de la teorfa psicoanaiitica ni de la pottica de Jakobson, ni siquiera la de la filosofia del lengua, a realizar su bisqueda. Pero ésia no se dirige a probar refutar una teorfa, sinoa explorar el mundo de una obra literaria determinada. ‘Los partidarios del enfoque de arriba hacia abajo lamentan la individuali- dad de los que proceden de abajo hacia arriba. Estos ltimos deploran el enfo- ‘que abstracto de los primeros. Lamentablemente, ni unos ni otros se comuni- ‘can mucho entre sf. En los dos ensayos siguientes no contentaré aninguno de estos grupos y, 10 que es peor todavia, no encuentro raz6n alguna para disculparme por eso. Tam- poco puedo justificarme afirmando que, cuando sepamos bastante, los dos mé- todos se fusionardn, No locreo. Lo maximo que puedo afirmar ¢s que, como su- cede conelestereoscopo, se llegamejora la profundidad mirando desde dos pun- tos ala vez. 2 ait Dos modalidades de pensamiento ! Permitaseme comenzar planteando mi argumento de la manera mas audaz posible, para examinarlo mejor en su fundamento y sus consecuencias. Es el si- guiente. Hay dos modalidades de funcionamiento cognitivo, dos modalidades de ensamiento, y cada una deellas brinda modos caracteristicos de ordenar la ex- pperiencia, de construi la realidad, Las dos (si bien son complementarias) son ltreductibles enure si Los intentos de reducir una modalidad ala otra de igno- ‘ar una aexpensas de la otra hacen perder inevitabfemente la rica diversidad que encierra el pensamiento, ‘Ademés,¢sas dos mancras de conocer tienen principios funcionales propios Y sus propios crtcrios de correccidn. Difieren funddamentalmente en sus proce- ‘imientos de verificacién. Un buen relato y un argumento bien construido son clases naturales diferentes. Los dos pueden usarse como un medio para conven- cer aotro, Empero, aquellode lo que convencen es completainente diferente: os Aargumentos convencen de su verdad, los relatos de susemejanza con la vida. En ‘uno la verificacién se realiza mediante procedimientos que permiten establecer ‘una prueba formal y empirica. En el otro no se establece la verdad sino la ve- rosimilitud. Se ha afirmado que uno es un perfoccionamiemto o una abstraccién del otro, Pero esto debe ser falso 0 verdadero tan sélo en la manera menos es- clarecedora. Fancionan de modos diferentes, como ya se observé, y la estructura de un argumento l6gico bien formulado difiere fundamentalmente de la de un relat bien construido. Cada uno de ellos, tal vez, es la especializacién 0 transforma- cién de una exposicién simple, por la cual Ios enunciados de hecho son conver- tidos en cnunciados que implican una causalidad. Pero los tipos de causalidad {mplicitas en las dos modalidades son patentementedistntos. La palabra luego funciona de un modo diferente en laproposicién légica “six, luego y" yen la fra- sedeunrelalo"Elrey muri6, y luego muri lareina”. Con una se realiza una bis queda de verdades universales, con la otra de concxiones probablemente part Culares entre dos sucesos: una pena mortal, un suicidio, un juego sucio. Si es-cierto que el mundo de un relato (para lograr verosimilitud) tiene que ajustar- se a las reglas de una coherencia l6gica, puede transgredir esa coherencia para * Bae capil sparecisparciaimente con el alo de “Narrative and Parndigmatie Modes of, ‘Trovght"ensl Anuatio de 1985 dela Sociedad Nacional para el Esta de ls BaucaciGn, Lear ing and Teaching: The Ways of Knowing B Constiuir la base del drama, Como en las novelas de Kafka, en las que una ar- bitrariedad no légica en el orden social proporciora el motor del drama, on las obras de Pirandello o Becket, donde el elemento de identidad, a=a, es audazmen- {e transgredido para crear perspectivas miltiples. Y. del mismo modo, en el ar- tede la ret6rica se ineluye el uso de la representacién dramética como medio de fijar un argumento cuya base es principalmente légica. Empero,apesar de todo lodicho, un relato (sea verdadero oficcional)es juz ado por susméritosen cuantorelato con criterios diferentes de los aplicados pa ra juzgar si un argumento ldgicoesadecuadoo comtecto. Todos sabemos quemu- chas hipétesiscientificas y mateméticas comicnzan siendo pequeftas historias 0 ‘metéforas, pero alcanzan su madurez cientifica mediante un proceso de verifi- cacién, formal o empiric, y su validez no se basa en su origen literario. Lacrea~ Cidn de hipstesis (a diferencia de la verficacidn de hipotesis) sigue siendo un misterio cautivante, tanto més cuanto que fil6sofos serios de 1a ciencia, como Karl Poppet’, afirman que spendientemente de la fuente de Ia cual provengan. Quiz Richar¢ ne razén cuando dice que la corriente principal dela flosoffa anglo- americana (que, en su conjunto, rechaza) se caraciriza por su preocupacién so- bre el interrogante epistemol6gico de cémo conocer fa verdad, al que él opone eLinterrogante més general de cémo llegamos adarle significado a la experien- Cia, que es lo que preocupa al poeta y al narrador. Primero voy a defini rpidament as dos mdeldades para poder incodu- cirme con mayer preciiGnenel lem Und ns aS Glennon icunpities canara ico, formal, fescripciGn y explicaciGn. Emplealacategorizacién oconceptualizaciény las peacioes po a cuales as cagoras = egublcen se repeseian sea lizan y se relacionan entre sia fin de constituir unsistema. Entre sus conectivos iguran, en el aspecto formal, ideas como, porejemplo, la conjuncién y ladisyun- cin, lahiperonimia y la hiponimia, la implicaciér stricta y los mecanismos por los cuales se extraen proposiciones yenerales a pastir de enunciados de contex- por requisitos de.co- bito esté definido no soto por entidades ob- servables a las cuales se refieren sus enunciados bsicos, sino también por la se- rie de mundos posibles que pueden generarse l6g.camente y verificase frente a Jas entidades observables; es deci, estédirigida por hipéussis de principios, ‘Sabemosmuchosobrelamodalidadparadigmtica del pensamiento y duran- {e milenios se han desarrollado poderosos mecanismos auxiliares para ayudar- > Kan Popper, Objective Knowledge: An Evoluionary Approach, Oxford, Clarendon Prete, 1972, > Richard Rony, Philacophy and the Mirror of Notre, Princeton, Princeton Univeriy Press, 1979, on nos a llevar a cabo su funcién: la l6gica, 1a matematica, las cicncias, y los apa- alos autométicos para trabajar en estos campos con la menor cantidad posible de inconvenientes. Asimismo, sabemos bastante sobre el funcionamiento de la ‘modalidad paradigmética en los nifios, quienes primero tienen dificultades pe- ro luego i - alidad. i andlisis preciso, una prueba l6gica, argumentacio- ubrimientos empiricos guiados por una hipdtesisrazonada, No Obstante, Ia “imaginacién” (0 intuicién) paradigmatica no es igual a la imagina- in del novelista o el poeta. En cambio, es la capacidad de ver conexiones for- males posibles antes de poder probarlas de cualquier modo formal. La aplicacién imaginativa de la modatidad narrativa produce, en cambio, ‘buenos relatos, obras draméticas inleresantes, crGnicas histdricas crefbles (aun- que nonecesariamente “verdaderas"). Se ocupade lasintenciones y accioneshu- ‘manas y de las vicsitudes y consecuencias que marcan su transcurso, Trata de situar sus milagros atemporales en los sucesos de la experiencia y de situar lacx- periencia en el tiempo y el espacio. Joyce pensaba que las particularidades del Telatoeran epifanias de lo. . Jesprovista de sentimicnto: uno va, en general, a us premisas, conclusiones y observaciones, uncon algunasde, la fats de percepcién a las que también los I6gicos son propensos. Los cien- Uficos, tal vez porque confian en las historias familiares para llenar las lagunas de sus conocimientos, tienen un trabajo més dificil en la préctica, Pero su salva~ cidn reside en eliminar las historias cuando pueden recmplazartas por causas. Paul Ricocurt sostione que la narrativa se basa en la preocupacién por la con- dicion humana: los relatos tienen desenlaces tristes 0 cémicos o absurdos, ‘mientras que los argumentos te6ricos son sencillamente convincentes onocon- vincentes. A diferencia de los vastos conocimientos que tenemos sobre el fun- ‘cionamiento de! rezonamiento légico y cientifico, sabemos muy poco en cual- ‘quier sentido formal sobre la manera de hacer buenos relatos. ‘Quizds uno de los motivos de-esa falta de-conocimientosresida en que en un telato deben construirse dos panoramas simultineamente, Uno es el panorama de Ia accién, donde los constituyentes son los argumentos de la accién: agente, intencién o mela siuacin, instrumento; algo equivalente a una "gramética del relato”. El otro es el panorama de la conciencia: los que saben, piensan o sien- ten, dejan de saber, pensar o sentir los que intervienen en laaccién, Losdos pa- ‘oramas son esenciales y distintos: es la diferencia que media entre el momen- toen que Edipo comparte el lecho con Yocasta antes de enterarse por el mensa- Jero de que cs su madre y después de enterarse. lidad que exista més: ‘conocimiento de fos que intervi storia “Paul Risoesr, Time and Norrtive, Chicago, University of Chicago Press, 1983, 25 espuestaalli porel autor cone! objetode crear unefecto dramAtico, En realidad, cs un invento de los novelistas y dramaturgos modcrnos lacreacién de un mun- tas, de- fsndoe concen dat mundo ieal"end donna del mpi, be mo ddo que escritores tan dispares como Joyce y Me'ville comparten ta caracteris- La ciencia —n particular la fisica teGrica— también procede construyen- do mandos de una manera similar, “inventando” los hechos (0 el universo) con respecto alos cuales debe verificarse la teoria. Ahora bien, existe unanotable di- ferencia: de vez en cuando, hay momentos de verificacién en los que, por ejem- plo, puede demostrarse que la luz se inclina o debe demostrarse que los neutri- nos dejan marcas en una cdmara de niebla, Bien puede ser el caso, como ha su- ‘rayado W. Quine, que la fisica contenga un noventa y nueve por ciento de es- ppeculacién y un uno por ciento de observacién, Pero la claboracién de universos {mplicitaen sus especulaciones es de un tipo diferente de la que se realizaen la ‘construccidn de relatos. Los fisicos deben terminar rificablemente correcto, por mucho que espectl pape emt stad ea cn Sasa en prem credibilidad de la teoria fisica, inclusoen su pane cs peculativa, Siaplicamosel criterio de falsaci6n de Popper a un cuento para com- Probar sies bueno, somos culpables de realizar una verificacién inadecuada. Después de haber explicado cémo pucde distinguirse una modalidad de pen- ssamiento de laotra, me concentraré casi exclusivamente en la menos compren- ida de las d ‘como qued6 dicho en el capitulo anterior, deseo ‘concentrarme en la narrativa en su grado més alto, por asf decir: en cuanto for- ma artstica. William James comentaen sus Conferencias Gifford, The Varieties of Religious Experience, que para estudiar lareligiGn se debe estudiar al hombre rns religioso en su momento mds religioso,* Voy a tratar de seguir su consejo ‘con respecto a la narrativa pero, tal vez, con un matiz plai6nico. Las grandes ‘bras de ficeiGn que transforman ala narrativaeen un arte estin ms cerca de re- velar “claramente” la estructura profunda de la modealidad narrativa cn la expre- sign, Lo mismo puede afirmarse de la ciencia y ia matemética: revelan con to- tal ntidee (y claramente) laestructura profunda del pensamiento peradigmético, Pudiera ser que James hubiese dado su frase el mismo sentido, pesar de su an- tiplatonismo. WV. 0, Quine, “Review of Nelton Goodmans Wayt af Worldmaking”, New York Review of Books, 25,23 de noviembre de 1978. . * Wiliam Samer, The Varieties of Religious Experience: A Study in Human Ne Gifford Lactres on noural religion delivered et Edinburgh i 1901-2, Nava Ye Hay otra razén, ademés dela platénica, para seguiresta linea de pensamien- to. Si sc adopta el criterio (que adoptaré en el Capitulo V) segin el cual la acti- vidad humana mental depende, para lograr su expresién plena, de estar vincula- 4da.a un conjunto de instrumentos culturales —una serie de protesis, por decirlo asf, estamos bien encaminados cuando al estudiar la actividad mental toma- ‘mos en cuenta los insirumentos uilizados en esa actividad. Como:nos cuentan tos primaiélogos?, la amplificacién lograda por las herramicnias culturales cons- tituye el punto culminante en el desarrollo de las aptitudes humanas, a pesar de lo cual hacemos caso omiso de ella en nuestros estudios. Y, asfcomo cuando se desca estudiar la psicologia dela matematica (como, por ejemplo, lo hizo G. Polya’), sc estudian tas obras de Los mateméticos talen tosos y capacitados, subrayando especialmente la heuristica y los formalismos ‘que ellos emplean para configurar Sus intuiciones mateméiticas, det mismo mo- does cortecto estudiar la obra de escritores talentosos y capacitados si se quie~ +e comprender a qué se debe que las buenas historias scan prestigiosas oconmo- ‘vedoras. Cualquier persona (casi a cualquier edad) puede contar una historia, y esti muy bicn que los graméticos det relato, asf denominados, se dediquen a in- vestigar cuales laestructura minima necesaria paracrear un cuento. ¥ cualquier persona (también, casi a cualquier edad) puede “hacer” un poco de matemética, Pero la gran ficciéa, como Ia gran matematica, formas de expresién que surgen, el discur- ite a histori oelcélculo que describ una relacién mateindtica son decisivos para comprender las diferencias que existen entre la descripcién amor- fade una mala relacin matsimonial y Madame Bovary, entre una justificacién presentada con torpeza y una excelente derivacin de una prucha iégica, Creo que he dicho todo lo necesario sobre este punto, destinado mas a los | ‘especialis- ‘asen psicologia que alos edricosde la literatura, Los primeros, tal vez, lo cues Sionardn en aras del reduccionismo ds la ciencia. Los segundos con toda segu fidad fo encontrarén extratamente obvio.? poe) EER Aciones ¢infinilas mancras de que entren.en con- {licto —o asi pareceria— deberta haber infinitas clases de relatos. Pero, extra Famente,noes ési¢el caso. Seguin un punto de vista, las narraciones realisias co- *S.L Washburn, "One Ilundred Years of Biological Anthropology".en4J.O. Brew (comp.). One Hundred Years of Anthropology, Cambridge, Mass, Harvard Univers Press, 1968. *G. Polya, How to Slve lt: A New Aspect of Mathematical Method, 2, et, Princston, rine coton Univertiy Pras, 1971 * Elector bien podetapregunarse cémo defino la diferencia entre la naraivn “en su grado sms aho” como forma anisia y os relatos comuncs que In gene ofrece tn rspussta«pregentas ‘como la siguiente: “,Qué es de tu vida?™ Creo que et mej osponcr este asunto esta el mone ten el que me refiero al proceso de“subjmivizaciGn” de ls gron natalia, el iasiuraelo const ‘ual se crea no s6lo un relto sino ademds un sonido de us varianies contingents e incionas 27 rienzan con un estado calmo, candnico 0 “legitimo” que es interrumpido, con lo cual se produce una crisis que termina con la restitucién de la calma, dejan do abiertala posibilidad de que el ciclo serepita. Teéricos dela literatura tan dis- pares como Victor Tumer (antropélogo),® Tzvetan Todorov," Hayden White (historiador)!*y Vladimir Propp (Folktordiogo)” sefalan que existe ceria estruc- {ura profunda de ese estilo en la narrativa, y que los buenos relatos son realiza- ciones individuales bien constituidas de esa estructura, No todos los estudiosos de a literatura piensan igual. Barbara Hermstein-Smith'*es unade las voces di- sidentes notables, Si fuese cierto que existen limites alos tipos de reatos, significaria que los, limites son inherentes alas mentes de los escritores o los lectores (Io que uno es capaz.de contar ode comprender), oque los limitesconstitayen un elementocon- vencional. En el primer caso, la suposiciGn de que los limites de los relatos son innatos, seria dficit explicarel torrente de innoveciones que iluminan el deve- nir de la historia tteraria, En el segundo, es decir, que el carécter del relato es- tuviese limitado por el peso de la convencisn, resultariajguelmente dificil expli- car por qué hay tantas similitades reconocibles encuentos procedentes de todas Jas latinudes, y tanta continuidad hist6ica en cualquier lengua dada, cuyas lite- raluras han éxperimentado cambios tan drésticos como, digamos, la francesa 0 la inglesa o la rasa. Los argumentos a favor y en contra son, en cicria medida, mas interesantes ‘que convincentes. Su poderde conviccisn se vemenoscabado no s6lopor laexi tencia de las innovaciones literarias sino, sospecho, por la impesibilidad de de- cir si por ejemplo, el Ulises de Joyce o latrilogia Molloy de Becket se encua- ‘ran en una f6rmula determinads ono. Al margende todo esto zqué nivel de in- terpretacidn de un relato tomaremos para represeatar su “estructura profunds litera, moralis, allegoria © anagogia? :Y la interpretacién de qué autor: la de Jung, Foucault, Northrop Frye? como sucede on las antinovelas, cuando un ‘seritor (por ejemplo, Calvino) explota las expectativas que tiene el lector sobre clrelato ridiculizdndolas ingeniosamente, se considerard que esté transgredien- do la forma candnica o que esté ajustridose a ella? ‘Adems, como si Io expuesto no fuese suficiente, est el problema del dis- curso en el que se inscribe el relato y los dos aspetos del relato (a los que ya he- ‘mos aludido): fabula y sjuzet, lo atemporaly lo sezuencial. ;Cual es imperioso, y dequé modo? Nadie negaré que puede exist ura estructura comtinen los an- {iguos cuentos folktGricos 0 en los mitos, tema al que volveré a referirme més Victor Tomer, From Ril Taelre, Nueva York New Yerk Performing Ant Joumsl Pu ‘ications, 1982. © Tavera Todorov, The Poetics of Prove, hac, Comal University Press, 1977 * Hayden White, "The Value of Narratvty inthe Representation of Realiy”,en W J.T. Mit- hell Comp) On Narrative, Chicago, Universy of Chicage Pres, 1981 © Vindimis ropp, The Morphology ofthe Folio, Aun, Univerty of Texas Press, 1968 ™ Barbara Hermstsin-Smith, “Nerative Versions, Nerative Theerie", en Mitchell, Oa Norratve. 28 eee adclante. Pero ;esos relatos proporcionan una estructura universal para todas las. ‘obras de fiecin? Enel caso ds Alain Robe-Grileto, para iomar Un autor en el que resulta aun més dificil decidir si su libro es una novela o un ensayo critico, el Flaubert’ Parrot de Julian Bames?** ‘Creo que lo mejor es adoptar la definicién menos rigida posible para deter rinar cuando un relato “es” mencioné al principc Propongo esta definicin no s6lo porque le permite al tedrico ci lidad sino porque ademés tiene un “‘primitivisr ‘Ww de causalidad), Es decir, la intencién es inmediata ¢ intuitivamente reconoci- ble: no parece requerir para su reconocimiento ningun acto interpretativo com- plejo por parte del espectador. La evidencia de esta afirmacién es clocuente. Existe un celebrado trabajo monogréfico, poco conocido fuera de los circu- Jos académicos de la psicologfa, escrito hace una generacién por un estudioso belga de la percepcicn, el barén Michotte.'®* Con medios cinemaltico: ‘ce contacto con él, y se ve al segundo objeto moverse en una direccidn coinci dente: vemos a un objeto “lanzando” al ovo. Las relaciones espacio-temporales pueden organizarse de diversas maneras de modo que puede v Jeto “Jala” a our, oo “desvia”,etcétera, Y son totalmente irefutables: vemos la causa. ___ Pararespondera la objecién de Fume de que esas experiencias causales de- rivan de la asociacién, Alan Leslie repitié tas demostraciones de Michotte con bebés de seis meses de edad. Su procedimiento media ls sefiales de sorpresa cn elnifio, que se expresa en una serie de actitudes registrables desce Ia expresion delacara hastalas modificaciones del ritmocardiaco y lapresién sanguinea, Les- Jie mostré alos bebés una secuencia de presentaciones cineméticas que en la or- ganizacin espacio-temporal que tenfan eran vista por los adultos como causa- das. Seguidamente entremezclaba una presentacién no causal que estaba fuera de los limites espacio-temporales prescritos por Michote,y el bebé manifesta- Daun estremecimiento de sorpresa. El mismo efecto podialograrse haciendo una secuencia no causal de presentaciones seguida de una causal. En los dos casos, sostenia Leslie, se producfa algin cambio cualitativo en la experiencia del nino ue provocaba “desacostumbramiento” y sorpresa. Obsérvese que una altera- Cién de 1a organizacién espacio-temporal de las muestras tan importante como ‘a utilizada para varir las categorias no producta efecto alguno si estaba dentro "5 Julian Bares, louber's Parrot, Nuovs York, Knopt, 1985. "SA. Michete, The Perception of Cansaly, Nueva York, Basic Books, 1963. Alan Les, “The Representation of Feesived Cavsl Connection”, Te lumento de Psicologta Experimental, Universided de Oxford, 1979, doctors, Deper- 2 {Puede demostrarse que la intencionalidad como concepto es primitiva? Frit: Heider y Marianne Simmel han usado ademés una pelicula animada “des- ‘nuda” para demostrar la irrefutabilidad dela“intenci¢n percibida”, en una espe- ci de escenario con un pequefo trdngulo mévil, un pequefio eirculo mévil, un gran cuadradomovilyy un rectingulo vacfoparecidoaunacaja, cys movimien- tos son vistos irefutablemente como dos amantes perseguidos por un enorme. ‘main quien, al verse frustrado, destruye la casa en la que ha estado buscéndo- los. Judith Ann Stewart, mds recientemente, ha mostrado que es posible orga- nizar la relacién espacio-temporal de figuras simples de modo que produzcan una intenciGn aparente o“animicidad”." Nosotros simplemente vemos “lainves- tigacién”,“labiisquedade objetivos", "a persistenciaen vencer obstéculos"’ 10s. ‘vemos como dirigidos por la intenciGn, Es interesante observar que, desde el unto do vista del trabajo precursor de Propp sobre la estructura de los cuentos. folkl6ricos (lema al que volveremos enseguids), a percepcin de la animicidad esinducida variando la ireccin y la velocidad del movimientodeun objeto.con respecto a un obstéculo. Es de lamentar que todavia no contemos con un experimento sobre lainten- cin aparente andlogo a los experimentas que hizo Leslie con los bebés sobre la ccausalidad aparente, Lo tendremos bastante pronto, Sidiese resultados positives, tendriamos que llegar a la conclusin de que “la intencién y sus vicisitudes™ Constituyen un sistema primitivo de categorias en funcidn del cual se organiza la experiencia, por lo menos tan primitivo como el sistema de categorias de la causalidad. Digo “por lo menos”, pues sigue siendo un hecho que la evidencia, del animismo de los nos sugiore que sucategoria mds primitivaesta intenciGn, sie considera que los sucesos causados fisicamente son impulsados por lo} quico, como en los primeros experimentos de Piaget que levalieron su primerre- conocimiento internacional.” Pero, si bien esos experimentos noshablan del primitivismo de la idea de! tencién no nos dicen nada sobre ol discurso que converte a una narracién no for- ‘mulada en palabrasen elocuentes y cautivantes relatos. ,Qué hay en el relato oral Fritz Heider y Marianne Simmel, "An Experimental Study of Appatent Behavior" Ameri- can Journal of Payeholog, 5, 1944 " Yodith Ann Stewart, "Perception of Animaey" disenacién doctoral, Universidad de Pensi- vania, 1982. in experimen sobre la peccepin infantil de I ninacidad ointencin aparen- al procedimiento que uli Leste para eomproba la pereepidn infant de a tr snciza set dea mancisiguente: "Una vea adda el bio, oe be. ‘bs de 27 semanas recuperan mds cl interés cuando se inves suceto aparentemente causa! que cuando s inviene la diecion espciowemporal de un suceso ‘muy similar pore apareniemenie no causa”. Elrismo tet puede Urs cael eas de exhibicior ‘es spareniomenie aninadas y no animadas. Veae Alan Leslie y Sephanie Kerbe,“Six‘ont)- ‘old Infants Porezive Causaliy", Medieal Research Council, Cognitive Development Unie 17 Got- ‘don Street, Londres, WCIHOALL 30 ‘olaescritura de un cuertoque produce lalteraturnost de Jakobson?” En ta ma- rnera de coniar debe de haber es” que suscitan respuestas en la ‘mente del lector, que transforman una fabula tivial en una obra maestra de la narracién literaria, Evidentemente el lenguaje del discurso es crfico, pero aun antes de él hay una trama, la rama y su estructura, Cualquiera que sea el medio ~las palabras el cine, la animacién abstracta el teatro—, siempre se puede dis- Linguir entre la fébula 0 material basico del relato, los sucesos que se contaréin en lanarraciGn, y la “trama” o sjuzer, Pieper en el mismo relato puede contarse en una secu ieluego, quedebe haber ransformaciones deal- «tn tipo que permitan que una estructura bisica comsin del cvento sea organiza- dda en diferentes secuencias que conservan su significado. 2 Qué podemos decir sobre lacstructura profunda de los cuentos, ef material del relato,o fébula, que se presta a diferentes drdenes de presentaci6n? ,Podria. twatarse del tipo de estructura que examing en pdreafos anteriores y que previ mente atribu a Victor Turner, Hayden White, Viadimix Propp y Tzvetan Todo- ov? Es decir juna fabula “primitiva” entrafia la transgresi6n de un estado legi- timo, tansgresién que seguidamente origina una crisis que es cortada de raz 0 ‘que persiste hasta que es solucionada? Si existese una estructura equivalente en Jas mentes de los lectores, los espectadores del cine y el teatro, esa fabula po- dria estructurarse en un orden lineal, con escenas revvospectivas (fash-back) 0 incluso in media res,comenzando pricticamente en cualquier parte (como logra hacer Robe-Grillet en el cine y la novela y como, por ejemplo, hace Michel Lei- ris en su autobiograffa antinarrativa “experimental”)? No es necesario que ‘adoptemos una postura con respecioa la cantidad de fabulas deese tipo que exis- ten (,tantas, por ejemplo, como tos arquetipos de Jung?), sino s6lo con respec to a que tienen algin tipo de existencia en la mente del destinatario que le per- ‘mito reconocerlas cualquiera que sea la expresiGn en que se encuentten. -Empero, hay algo mas que lo expuesto. Kenneth Burke afitma que el “ma- terial del relato” implica personajes en accién con intenciones 0 metas situados ‘en ambienies y wilizando determinados medios. El drama se genera, sosticne, ‘cuando se produce un desequilibrio en la “\proporcién” de esos constituyentes Es decir, un personaje (por ejemplo, Nora en Casa de muiiecas), sé encuentra en ‘un ambiente inadecuado, ouna accidn no garantiza la consecusién de lameta ha- ia la cual esté conduciendo a un personaje.® losdesequilibrios ‘Noobstante, nila transgresién, lacrisisolarestitucién, ‘entre los cinco elementos de Burke, son descripciones suficientes del “material Wiliam Butler Yeats, “The Sorow of Love" en Richard. Finneran (comp) The post of W. B. Yeats, Noeva York, MacMélan, 1983. Véste también RIakabson y S. Rudy. “Wests Sorrow of Love Though the Years", en K. Jakobson, Selected Wriings, ll, La Haya, Movion, 1981. pe, 66, > Wolfgang Isr, The Act of Reading, Balimore, Icha Hopkias University Press, 1978. Lar cin carespenden ae paginas 21 y 6 36 bula moralista, un relato que ilusia un castigo merecido, un escéndalo determi- nado, un acontecimiento de la vida de uno, Adems, hay una condicién de esti Jo: que la forma del discurso en la que seconstituye tl relato en el sentido de Iser, Es esta tltima condicién la que mente a las propiedades discursivas de los relatos, alas cuales ‘me referiré a continuacién. El discurso, si Ier tiene razén en lo que afirme sobre los actos de habla de la narrativa, debe depender de las formas de discurso que reavivan la imagina- Cin del lector, que lo comprometen en la “produccién del significado bajo la ‘guia del texto”. Debe permitirle al lector “escribir” supropio texto virtua. Y' racsel creaci6n de sig- nificads implicitose Significados explictos, Pues con estos iltimos, los grados de libertad interpretativa del lector quedan anulados. Los ejemplos abundan, pero The Periodic Table de Primo Levi ofrece un caso especialmente interesante. Su presentacién sul de las propiedades de un elemento determina doen cada “cuento” —argén, hidrégeno, cine, eicétera-— proporcionan un mar- co presuposicional en funcién del cual pueden “interpretarse” los relatos. Ense- uida me referiréala manera en que ¢! marco presuposicional desencadena lain- terpretacién, La segunda es lo que amar la descripciGn de la realidad realizada no a través de un ojo omnisciente que ve una realidad atemporal, sino a través del filtro de la conciencia de los protagonistas de la historia. Joyce, en los euentos de Dublineses, rara vez insina c6mo er el mundo realmente. Slo ‘vemos las realidades de los personajes mismos, y nos quedamos como los pri- sionerosde la caverna de PlatSn, viendo s6lo las sombras de los sucesos que nun a podremos conocer directamente. Latercera es u ‘ve al mundo no univoca sino si- multéneamente a través de un juego de prismas cadauno de los cuales capta una partede 61, El poema de Auden sobre la muerte de Yeats es un ejemplo excelen- te: la muerte del poeta es vistaen los instrumentos de los acropuerios en invier- no, en la rueda de la Bolsa, cn el cuarto de un enfermo, en las “entrafzs de lo vi- vo"." Roland Barthes afirma en S/Z que sin Ia existencia de e6digos multiples de significacién un relatoes s6lo “leble”, no “escribible", ‘Sin dada existen otros medios con los cuales el discurso mantiene el signi ficado abierio 0 “producible” por el lector, entre ellos, la meuifora. Pero los tes mencionados bastan como ejemplo. Juntos logran subjuniivizar la realidad, que smi mancra de traducir lo que Iser quiere decir cuando habla de acto de habla nazrativo, Tomo mi significado de “subjuntivo” de le segunda acepcicn dada en * W. H Auden “Tn memory of W. B. Yeas (m. enero de 1939)" 0

También podría gustarte