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1. Introducción
1
Su padre, Georg Waldemar Cantor, fue un
próspero comerciante luterano, quien influ-
yó decididamente en las convicciones re-
ligiosas de su hijo. Desde muy temprano
Georg descubrió su interés por la matemá-
tica, pero su padre intentó obstinadamente
forzarle a que siguiera los estudios de inge-
niería por ser una profesión más lucrativa.
En una carta que le envió en 1860 le decía
refiriendose a sus familiares en Alemania,
Dinamarca y Rusia: “. . . esperan de ti que
llegues a ser nada menos que un Theodor
Schaeffer, y más tarde, si Dios lo permi-
te, un astro luminoso en el firmamento de
la ingeniería . . .” [1]. Georg se sometió al
capricho de su padre pero afortunadamen-
te este comprendió su error y permitió que
su hijo siguiera los designios de su propia
vocación. El joven Cantor
2
hombres y cuatro mujeres. Gracias a la insinuación de uno de sus colegas en
la universidad de Halle, Heinrich Eduard Heine (1821-1881), Georg Cantor se
dedica a estudiar el problema de la teoría de series trigonométricas, el cual
estaba al orden del día. En Marzo de 1870 publica en el Journal de Crelle, su
primer artículo sobre el tema, en el cual prueba el siguiente teorema:
“Si a1 , a2 , · · · , an , · · · y b1 , b2 , · · · , bn , · · · son dos series [hoy llamadas sucesio-
nes] infinitas tales que lı́m (an sen nx + bn cos nx) = 0 para todo valor x en el
n→∞
intervalo de números (a, b), entonces:
1. Existe m > 1 tal que ∀j < m P (j) 6= ∅, pero P (m) = ∅. En este caso P
lo denominó conjunto de primera especie y m-ésima clase; por ejemplo si
P = {1, 1/2, 1/3, 1/4, · · ·} entonces P 0 = {0} y P (2) = ∅.
2. P (n) 6= ∅ ∀n > 0. En este caso P lo denominó conjunto de segunda especie,
por ejemplo si P = Q ∩ [a, b], entonces P (n) = [a, b] ∀n > 0.
3
Como consecuencia de estas investigaciones, Cantor logra publicar en Marzo de
1872 un artículo en Mathematische Annalen en el que demuestra el siguiente
teorema [15]:
“Un desarrollo en serie trigonométrica de una función f (x) en un intervalo real
(desarrollo en serie de Fourier) es único, si la serie converge en todos los puntos
del intervalo, salvo a lo más en un conjunto P de primera especie y m-esima
clase”.
Este resultado es uno de los grandes teoremas sobre series de Fourier y tan sólo
con él ya tenía garantizado un lugar privilegiado en la matemática.
Fourier había afirmado que “cualquier” función definida en algún intervalo puede
representarse en ese intervalo por medio de una serie infinita de senos y cosenos,
así por ejemplo, si
−1, si − π < x < 0
f (x) = 0, si x = 0
1, si 0 < x < π
entonces
sen(2n − 1)x
4 sen x sen 3x sen 5x
f (x) = + + + ···+ +··· ;
π 1 3 5 (2n − 1)
que no puede ser representada por medio de una serie infinita de senos y cosenos.
Gracias al resultado obtenido por Cantor se lograba clarificar cuáles son las
funciones que pueden ser representadas por medio de series de Fourier. Es in-
teresante aclarar que a finales del siglo XIX se demostró que
4
En este importante artículo de 1872, Cantor construye su teoría sobre números
irracionales de la siguiente manera:
En primer lugar se propone evitar definir un número real como el límite de una
sucesión convergente sin tener de antemano un conjunto al cual pertenezcan
esos límites, error en el que había caído Cauchy cuando afirmaba:
“Cuando los valores sucesivos atribuidos a una variable se acercan indefinida-
mente a un valor fijo de tal manera que los últimos términos de la sucesión
difieren de él (el valor fijo) por una cantidad tan pequeña como se quiera, este
último se llama el límite de todos los otros . Así por ejemplo, un irracional es
el límite de diversas fracciones las cuales se aproximan cada vez más al límite”
[9].
Criticando en general este mecanismo de construcción de los irracionales, Cantor
sostenía:
“. . . en esto hay un error lógico, puesto que la definición de la suma {a n } sola-
mente se obtiene igualando al número dado b que necesariamente ya debe haber
sido definido. Creo que este error, que solamente fue evitado en épocas anterio-
res por el señor Weierstrass, se cometía casi siempre y no se notaba, debido a
que pertenece a los raros casos en los cuales errores pueden no causar daños de
importancia en el cálculo” [17].
Para construir los números irracionales, Cantor parte del conjunto de los racio-
nales al cual denomina sistema A , a continuación considera las sucesiones de
elementos de A que satisfacen el denominado Criterio de Cauchy:
Una sucesión {an } satisface el Criterio de Cauchy si: dado un racional > 0,
existe N ∈ N tal que ∀n, m ≥ N , |an − am | < .
Las sucesiones {an } que satisfacen el Criterio de Cauchy las denomina series
fundamentales.
Para cada serie fundamental {bn } construye el conjunto
b = {{dn } | {dn } es una serie fundamental y lı́m (dn − bn ) = 0};
n→∞
en este caso se dirá que b está asociado con {bn } y de esta manera forma el
conjunto integrado por todos los b el cual se denota B. Con el fin de demostrar
que B = R, se propone dos objetivos:
5
1. a + b como el asociado con {an + bn }.
2. a − b como el asociado con {an − bn }.
3. a·b como el asociado con {an · bn }.
4. a/b como el asociado con {an /bn }, siempre y cuando b no este asociado
con la sucesión {0}.
En segundo lugar, Cantor sabía que si un punto de la recta guardaba una rela-
ción racional con la unidad entonces era expresable por medio de un elemento
de A, en caso de que esto no sucediera debía aproximarlo mediante una suce-
sión fundamental de números racionales {an } que convergiera a ese punto, esto
es, que se aproximara al punto tanto como se quisiera. De esta manera, hacía
corresponder a cada punto de la recta un elemento de B.
6
Lo que Cantor no pudo hacer fue establecer la correspondencia inversa, a saber:
A cada punto de B hacerle corresponder un punto de la recta, por lo cual tuvo
que admitir como un axioma que:
A toda magnitud numérica corresponde un punto en una línea recta cuya coor-
denada es igual a esa magnitud numérica.
Como se ve claramente para Cantor las figuras o entidades geométricas, entre
ellas las rectas, son colecciones de puntos; visión que venía siendo elaborada por
los matemáticos desde la obra pionera de Descartes. Esto conduce inevitable-
mente a que el infinito aparezca asociado en la obra de Cantor a las colecciones;
de hecho hasta que no se produjo este tipo de conceptualización muchas de las
paradojas asociadas al infinito permanecieron como tales.
Posiblemente algunos de los investigadores al llegar a tan importantes resultados
habrían culminado su investigación en este momento; Cantor, por el contrario,
nos da una muestra no sólo de su enorme capacidad de abstracción, sino también
de su revolucionaria forma de analizar, la cual le permite romper con paradigmas
y adentrarse en campos en los cuales se requiere de una gran audacia, cualidad
necesaria para ser creativo y proponer teorías nuevas no siempre aceptadas in-
mediatamente por la “ciencia oficial” de cada época.
Es así como se propuso generalizar este proceso de la siguiente manera:
Para cada serie fundamental {bn } de elementos de B, construye el conjunto
D = {{dn } | {dn } es una serie fundamental de elementos de B y lı́mn→∞ (dn −
bn ) = 0} análogamente a como se hizo en el caso anterior, se dirá que D está
asociado con {bn } y de esta manera forma el conjunto integrado por todos los
D, el cual, para facilitar la comprensión se denota C1 . En forma análoga provee
a C1 de una estructura de cuerpo ordenado.
Continuando así sucesivamente se puede construir una cadena infinita de cuerpos
ordenados: A, B, C1 , C2 , · · · , Cn , · · · .
Aquí hay que tener en cuenta que mientras a cada elemento de A, le corresponde
uno de B, no es cierto que a cada elemento de B le corresponda un elemento
de A, mientras que a cada elemento de B le corresponde uno de C1 y a cada
elemento de C1 le corresponde uno de B. En general a cada elemento de Cn le
corresponde uno de Cn+1 y a cada elemento de Cn+1 le corresponde uno de Cn
∀n ≥ 1. Esto significa que el sistema B es completo.
Los importantes resultados obtenidos por Cantor sobre conjuntos derivados lo
motivan a continuar sus investigaciones sobre los conjuntos P de segunda especie
(es decir aquellos para los cuales P (n) 6= ∅ ∀n > 0), de tal forma que si P es un
conjunto de este tipo Cantor construye el conjunto
∞
\
P (n)
n=1
7
do, observa en general, que si (P (∞+n) )0 6= ∅ entonces
(P (∞+n) )0 = P (∞+n+1) ∀n ∈ N y de esta forma construye por analogía el
conjunto
∞
\
P (∞·2) = P (∞+n) .
n=1
8
1/1 → 1/2 1/3 → 1/4 1/5 → 1/6 ···
. % . % . ···
2/1 2/2 2/3 2/4 2/5 2/6 ···
↓ % . % . % ···
3/1 3/2 3/3 3/4 3/5 3/6 ···
. % . % . ···
4/1 4/2 4/3 4/4 4/5 4/6 ···
↓ % . % . % ···
5/1 5/2 5/3 5/4 5/5 5/6 ···
. % . % . ···
6/1 6/2 6/3 6/4 6/5 6/6 ···
.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . . . .
también es numerable ∀k ∈ N.
S∞
Si Z1 [x] = {ax + b | a, b ∈ Z} entonces Z1 [x] = k=1 Z1k [x] es numerable por
ser una unión numerable de conjuntos numerables.
Procediendo
S∞ en forma análoga se tiene en general que el conjunto Zn [x] =
k=1 Z n−1k [x] en
S∞donde Zmk [x] = {ak xm + b | b ∈ Zm−1 [x]} es numerable,
entonces Z[x] = k=1 Zn [x] es numerable, de donde
Z[x] = {f1 (x), f2 (x), . . . , fn (x), . . .}.
Si Dn = {b ∈ C | fn (b) = 0} el conjunto A = ∞
S
k=1 Dk , de los números
algebraicos, es numerable puesto que cada Dk es un conjunto finito.
Por otra parte, si un conjunto es numerable cada uno de sus subconjuntos tam-
bién lo es. Cantor demostró que el conjunto de los números reales comprendidos
en el intervalo (0, 1) = {x ∈ R | 0 < x < 1} no es numerable usando un procedi-
miento que posteriormente emplearía en otras pruebas, hoy conocido como “el
método de la diagonal ” [10]; para este caso el argumento sería el siguiente:
Supongamos que el intervalo (0, 1) es numerable, sea
(0, 1) = {x1 , x2 , . . . , xn , . . .}
9
con xi 6= xj si i 6= j.
Si x ∈ (0, 1) entonces x = 0.a1 a2 · · · an · · · con ai ∈ {0, 1, · · · , 9}. Si el desarrollo
decimal de x es finito, esto es, si x = 0.a1 a2 · · · an con an 6= 0 entonces x =
n−1 ∞
9
P ak an P
10k + 10n + 10k luego x = 0.a1 a2 · · · an−1 an 9 · · · 9 · · · ,
k=1 k=n+1
salvo estos casos en los cuales hay dos representaciones decimales de un número
real entre 0 y 1, en los otros la representación es única, de todos modos todo
número real entre 0 y 1, tiene una única representación decimal infinita.
Sea xΩ = 0.λ1 λ2 · · · λn · · · en donde
1, si el i-ésimo decimal en cualquiera de las
λi = representaciones de xi es 0 ó 9;
0, en caso contrario.
10
números primos. En segundo lugar Cantor introduce “el método de la diagonal ”
para encontrar la nueva entidad.
Es necesario aclarar que fue Joseph Liouville (1809-1882) quien en 1844 presentó
un criterio que permite construir infinitos números trascendentes, siendo estos
los primeros ejemplos de números de este tipo, entre ellos están los números
∞
X ak
A=
10k!
k=1
La demostración dada por Cantor en 1891 generó distintas reacciones entre los
matemáticos, por ejemplo Marc Kac y Stanislaw M. Ulam sostenían:
“El contraste entre los métodos de Liouville y Cantor es llamativo y dan exce-
lente ilustración de dos enfoques bastante diferentes hacia la demostración de
objetos matemáticos. El de Liouville es constructivo y el de Cantor puramente
existencial ”[14].
En cambio I.N.Herstein y I. Kaplansky sostienen que la idea de Cantor puede
usarse para construir un número trascendente explícito [14].
La idea surgió de Felix Klein [10] y consiste en lo siguiente: En primer lugar se
demuestra que siempre que se aplique “el método de la diagonal ”, a una suce-
sión de números reales se obtiene un número real que no está en la sucesión,
a continuación se aplica esta propiedad a la sucesión que tiene todos los alge-
braicos reales, obteniéndose de esta manera, y en una forma explícita más no
constructiva (porque no existe un algoritmo universal que permita solucionar
las ecuaciones polinomiales), un número real trascendental.
11
Por otra parte en la primera prueba publicada en 1874 aunque tiene algunas
coincidencias con la prueba de 1891, desde el punto de vista conceptual nos
muestra a Cantor razonando en forma absolutamente distinta; en esta prueba
demuestra los siguientes teoremas y corolarios:
Teorema 1: El conjunto de todos los números algebraicos reales puede represen-
tarse como una sucesión infinita.
Teorema 2: Dada cualquier sucesión de números reales y cualquier intervalo
[α, β] siempre es posible encontrar un número η que pertenezca al intervalo, pero
no a la sucesión. En consecuencia se puede determinar una sucesión infinita de
tales números.
Corolario 1: En cualquier intervalo [α, β] hay infinitos números trascendentes.
Corolario 2: Los números reales no pueden escribirse como una sucesión infini-
ta. Es decir no pueden ponerse en correspondencia biunívoca con los números
naturales.
Como fácilmente puede verse el Corolario 1 no es sino la aplicación inmediata del
teorema 2 para el caso de la sucesión de números algebraicos, y la demostración
que dio Cantor del Teorema 2 es explícita aunque no constructiva. Dado que
algunos matemáticos piensan que Cantor no abordó el problema de la existencia
de números trascendentes de una manera explícita, es importante que se conozca
la demostración que dice al respecto [14].
En efecto, sean el intervalo [α, β] y la sucesión de reales {wn }. Se debe encontrar
un η ∈ [α, β] tal que η 6= wn ∀n.
Cantor supuso que todos los miembros de la sucesión son distintos. Inicialmente
encuentra los dos primeros números de la sucesión {wn } que pertenecen a [α, β]
, denota el menor como α1 y el mayor como β1 de esta manera construye el
intervalo [α1 , β1 ] ⊆ [α, β], a continuación encuentra los dos primeros números
de la sucesión {wn } que pertenecen a (α1 , β1 ) , denota el menor como α2 y el
mayor como β2 de esta manera construye el intervalo [α2 , β2 ] ⊆ [α1 , β1 ] ⊆ [α, β],
continuando, se presentan dos posibilidades (paso no constructivo):
estos límites existen puesto que tanto {αn } como {βn } son sucesiones
monótonas y acotadas.
12
Aquí también se presentan dos posibilidades: Que α∞ = β∞ o que α∞ <
β∞ .
Si α∞ < β∞ tómese η cualquier número entre α∞ y β∞ .
Si α∞ = β∞ tómese η = α∞ , dado que ∀kαk ∈
/ [αk+1 , βk+1 ], α∞ no puede
ser ninguno de los elementos de {wn }.
13
motivado en que en el alfabeto hebreo la letra aleph es también el símbolo de 1
y además tiene unas connotaciones místicas, posición acerca de la cual Cantor
•
era bastante vulnerable [12]. Denomina ℵ0 a ω y al demostrar que ℵ0 es “menor”
que el cardinal de ℘(N) = {N | N ⊆ N} denotado como 2ℵ0 , empieza a cons-
truir nuevos cardinales transfinitos llamando ℵ1 al primer cardinal estrictamente
mayor que ℵ0 .
En la demostración que ℵ0 es “menor” que 2ℵ0 , Cantor emplea nuevamente “el
método de la diagonal ”, las ideas básicas son las siguientes:
Supongase que ℘(N) es numerable, entonces se pueden enumerar sus elementos
de la siguiente manera:
A1 , A2 , . . . , An , · · ·
Sin pérdida de generalidad se puede suponer por ejemplo que
14
En la página 85 del primer artículo define lo que él entiende por un conjunto:
“Por un agregado [conjunto] entendemos una colección cualquiera en un todo
M de objetos bien definidos y distintos de nuestra mente o de nuestra intuición
(a los cuales llamaremos elementos de M)” [5].
En la página 86 define número cardinal de la siguiente manera:
“Llamaremos potencia o número cardinal de un agregado M el concepto
general, el cual por medio de nuestra facultad activa de pensar se obtiene del
agregado M cuando hacemos abstracción de la naturaleza de sus diferentes ele-
mentos m y del orden en el cual son dados [obsérvese cómo Cantor mantiene
todavía un punto de vista subjetivo]. Se denotará el resultado de este doble acto
de abstracción M” [5].
En la página 87 define conjuntos equipotentes:
“Se dice que dos agregados M y N , son equipotentes M ∼ N , cuando es posible
establecer una correspondencia biyectiva [inyectiva y sobreyectiva] del uno sobre
el otro”; a continuación Cantor demuestra que la relación de equipotencia es de
equivalencia, por eso cuando afirma que M y N , son equivalentes está diciendo
que estos dos conjuntos son equipotentes.
Están dadas las condiciones para enunciar [en el primer artículo, página 87] el
siguiente teorema:
“Dos agregados M y N tienen el mismo número cardinal, si y solo si ellos
son equivalentes, así de M ∼ N obtenemos M = N y de M = N obtenemos
M ∼ N ” [5].
Esta forma de presentar el concepto de número cardinal es más clara, aunque
una versión más elaborada y más popular es la siguiente:
E1 = (E0 , e1 ) = (e0 , e1 )
15
el número cardinal de E1 es llamado dos y denotado por 2:
2 = E1 ;
E2 = (E1 , e2 ), E3 = (E2 , e3 ), . . . ,
v = Ev−1
Ev = (Ev−1 , ev ) = (e0 , e1 , . . . , ev )
Ev = Ev−1 + 1
16
En el parágrafo 3 [página 91], recuerda que él nota la unión de dos agregados M
y N que no tienen elementos comunes como (M, N ) y aclara que si M0 y N 0 son
otros dos agregados sin elementos en común y si M ∼ M0 y N ∼ N 0 entonces
(M, N ) ∼ (M0 , N 0 ), por lo tanto el número cardinal de (M, N ) solamente
dependerá de los cardinales a = M y b = V.
Lo anterior le permite definir la suma de a y b de la siguiente manera:
a + b = (M, N ).
a · b = M · N .”
1. a · b = b · a
2. a · (b · c) = (a · b) · c
3. a · (b + c) = a · b + a · c
puesto que :
1. (M · N ) ∼ (N · M)
2. (M · (N · P)) ∼ ((M · N ) · P)
3. (M · (N , P)) ∼ ((M · N ), (M · P))
17
Como A × ∅ ∼ ∅ entonces α · 0 = 0, pero aquí tampoco se cumple la propiedad
cancelativa del producto ya que por ejemplo: nc = c para todo n ∈ N (n > 0),
ℵ0 ℵ0 = ℵ0 , cℵ0 = c y cc = c.
Este producto satisface la propiedad de monotonía: si α, β, γ y δ, son números
cardinales y α ≤ β y γ ≤ δ, entonces αγ ≤ βδ. Por otra parte como A × {∅} ∼ A
entonces Card(A × {∅}) = Card(A), de donde el Card({∅}), es el módulo para
el producto.
Con el fin de facilitar el poder entender la potenciación a la manera de Cantor,
primero se vera como se trabaja este problema en la época actual ([19], [16]) y
después se ve cómo lo hizo Cantor en el primer artículo de sus “Contribuciones
a la fundamentación de la teoría de números trasfinitos” [5].
Si X y Y son conjuntos, se define X Y = {f | f es una función de Y en X }.
Si X tiene n elementos y Y es finito entonces para cada elemento de Y hay
n posibilidades de ser enviado en un elemento de X , luego el número de fun-
ciones que hay en X Y es nCard(Y) , por lo tanto para conjuntos finitos se tiene
Card(X Y ) = (Card(X ))Card(Y) , es por esto que en general se define:
(N /M) = {f (N )}.
(N /M) ∼ (N 0 /M0 ).
ab = (N /M)
18
1. ((N /M) · (P/M)) ∼ ((N , P)/M),
2. ((P/M) · (P/N )) ∼ (P/(M · N )),
3. (P/(N /M)) ∼ ((P · N )/M).
1. ab · ac = ab+c
2. ac · bc = (a · b)c
3. (ab )c = ab·c ”.
1. si a ≤ b entonces ac ≤ bc
2. si a 6= 0 entonces ab ≤ ac
3. cℵ0 = c, ℵℵ0 0 = c y 2c = (ℵ0 )c .
Recordando que los números naturales son los cardinales de los conjuntos finitos,
Cantor va dándole vida, poco a poco, a ese hermoso “paraíso que creó para
nosotros”, como lo afirmara David Hilbert [20].
A continuación se verá cómo obtener más cardinales infinitos [16].
Dado un conjunto E, si se denota ℘(E) = {N | N ⊆ E}, es claro que la
aplicación σ: E → ℘(E) tal que σ(x) = {x} es inyectiva por lo tanto Card(E) ≤
Card(℘(E)).
Si existiera una aplicación τ : E → ℘(E) sobreyectiva, se construye el conjunto
B = {x ∈ E | x ∈ / τ (x)}; puesto que τ es sobreyectiva y B ∈ ℘(E), existe b ∈ E
tal que τ (b) = B. Se presentan dos posibilidades:
Por lo tanto se llega a una contradicción. Luego no existe una aplicación so-
breyectiva de E en ℘(E), de donde Card(E) < Card(℘(E)); este resultado lo
19
obtuvo Cantor en 1891, y de él se desprende que
donde ℵn+1 = el menor cardinal más grande que ℵn , y en esta forma se obtienen
las siguientes relaciones
20
En 1938 Kurt Gödel demostró la consistencia del axio-
ma de elección y de la hipótesis generalizada del con-
tinuo con los axiomas de la teoría de conjuntos (ZF)
y en 1963 el profesor Paul J. Cohen de la Universidad
de Stanford, basándose en el resultado obtenido por
Gödel, demostró que la hipótesis del continuo es inde-
pendiente de los axiomas de la teoría de conjuntos, de
la misma forma en que el quinto postulado de Euclides
sobre las rectas paralelas es independiente de los otros
axiomas de la geometría [20]. Este problema puede ge-
neralizarse de la siguiente manera:
Si κ es un cardinal infinito, entonces entre κ y 2κ no
Paul Cohen existen otros cardinales.
Esta afirmación se conoce como la hipótesis generalizada del continuo. Aunque
Cantor nunca la presentó en forma explícita, si se sabe que en un artículo, afirmó
que todas las funciones reales tienen la potencia de la tercera clase, o sea que
ℵ2 = 2ℵ1 [17].
El tratar de demostrar la existencia de conjuntos infinitos no fue un tema que
solo le inquietara a Cantor. Richard Dedekind en la proposición 66 de su obra
¿Was sind und was sollen die Zahlen? (¿Qué son y que dicen los números?)
publicada en 1888, afirma que “existe un sistema infinito”, recuérdese que la
palabra sistema corresponde a lo que actualmente se denomina conjunto, su
demostración fue la siguiente [19]:
“Mi mundo de ideas, esto es, la totalidad S de todas las cosas que pueden ser
objeto de mi pensamiento es infinito. Porque, si s es un elemento de S, entonces
la idea s0 , de que s puede ser objeto de mi pensamiento, es ella misma un
elemento de S. Si se considera como última la imagen σ(s) del elemento s,
entonces la aplicación σ de S, definida por este medio, tiene la propiedad de
que la imagen S 0 es una parte de S y desde luego S 0 es una parte propia de S,
porque existen en S elementos (por ejemplo mi ego individual) que son diferentes
de cualquier idea tal como s0 y por consiguiente no están contenidos en S 0 .
Finalmente, es evidente que si a y b son elementos diferentes de S, entonces
sus imágenes a0 y b0 son también diferentes; en consecuencia, la aplicación σ es
inyectiva. Por consiguiente S es infinito”.
Nótese que en últimas Dedekind hace una presentación, por supuesto bastante
informal, de la función “el siguiente de”. Por otra parte Cantor en un artículo
publicado en 1883 hace notar de una manera clara los dos significados que tiene
para él la palabra infinito:
“El infinito matemático aparece en dos formas: La primera como un infinito
impropio, una magnitud que crece sobre todos los límites o decrece a una pe-
queñez arbitraria pero que es siempre finita, de tal manera que puede llamarse
una variable finita; la segunda como un infinito propio, representado por cier-
tas concepciones en geometría y en teoría de funciones por la infinidad puntual
21
del plano complejo. En el último caso consideramos un simple punto fijo y el
comportamiento de las funciones analíticas sobre este punto es examinado de
exactamente la misma forma que se hace en cualquier otro punto” [6].
Hay que aclarar que cuando se refiere a la infinidad puntual del plano complejo,
esta haciendo mención al punto ∞ que se añade a C, para que sea equivalente a
la esfera de Riemann (este es un caso del infinito geométrico del cual se hablará
más adelante); además, el ámbito del infinito impropio es el que tradicionalmente
se venía trabajando en el el análisis infinitesimal, mientras que el tipo de infinitos
que creó y desarrollo Cantor fueron infinitos propios.
Los primeros números trasfinitos que introdujo Cantor no fueron los cardinales
sino los ordinales [5]. A diferencia de lo que se venía haciendo al construir
nuevos sistemas numéricos a través de procesos algebraicos, Cantor se propuso
extender los numeros naturales a partir del primer trasfinito ω (el mismo ℵ0 pero
visto ordinalmente) a un nuevo sistema integrado por los naturales y números
trasfinitos, de tal forma que se preservara el “poder contar en orden”, esto es, el
poder determinar cual es el número siguiente de un número dado o el siguiente de
una colección de números considerada como acabada o en acto; así, el siguiente
de tres es cuatro, mientras que el siguiente de todos los números finitos es ω.
En el conjunto de los naturales es posible contar en orden porque se satisface
el principio de la buena ordenación que establece: En todo conjunto no vacío de
números naturales existe un elemento mínimo. Por lo tanto la idea de Cantor era
que con los ordinales también se cumpliera el principio de la buena ordenación.
Podría decirse que el algoritmo de construcción de los números ordinales es el
siguiente: Dado un conjunto no vacío A de ordinales, se construye el menor
ordinal α tal que α > x, ∀x ∈ A (en este proceso está implícito el siguiente
hecho: existe por lo menos un número ordinal mayor que todos los ordinales que
pertenecen a A), este algoritmo fue denominado por Cantor como el principio
de limitación. En las siguientes tablas puede verse la forma como se ordenarían
siguiendo inicialmente, en cada nivel (tabla), la dirección de las filas y una vez
agotada cada fila se desciende a la siguiente [11].
0 1 2 3 ··· s ···
ω ω+1 ω+2 ω +3 ··· ω +s ···
ω +ω =ω ×2 ω ×2+1 ω ×2+2 ω ×2+3 ··· ω ×2+s ···
ω × 2 +ω =ω ×3 ω ×3+1 ω ×3+2 ω ×3+3 ··· ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ω ×k ω × k+1 ω × k+2 ω × k+3 ··· ω × k+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
22
ω 2 =ω ×ω ω 2 +1 ω 2 +2 ω2 +3 ··· ω 2 +s ···
ω 2 +ω ω 2 +ω +1 ω 2 +ω +2 ω2 +ω +3 ··· ω 2 +ω +s ···
ω 2 +ω ×2 ω 2 +ω ×2+1 ω 2 +ω ×2+2 ω2 +ω ×2+3 ··· ω 2 +ω ×2+s ···
ω 2 +ω ×3 ω 2 +ω ×3+1 ω 2 +ω ×3+2 ω2 +ω ×3+3 ··· ω 2 +ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
2
ω +ω ×k 2
ω +ω ×k + 1 2
ω +ω ×k + 2 2
ω +ω ×k + 3 ··· 2
ω +ω ×k + s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ω 2 +ω ×ω =ω2 ×2 ω2 ×2 +1 ω2 ×2 +2 ω2 ×2 +3 ··· ω 2 ×2 +s ···
ω 2 ×2 +ω ω2 ×2 +ω +1 ω2 ×2 +ω +2 ω2 ×2 +ω +3 ··· ω 2 ×2 +ω +s ···
ω 2 ×2 +ω ×2 ω2 ×2 +ω ×2+1 ω2 ×2 +ω ×2+2 ω2 ×2 +ω ×2+3 ··· ω 2 ×2 +ω ×2+s ···
ω 2 ×2 +ω ×3 ω2 ×2 +ω ×3+1 ω2 ×2 +ω ×3+2 ω2 ×2 +ω ×3+3 ··· ω 2 ×2 +ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ω 2 ×2 +ω ×k ω2 ×2 +ω ×k + 1 ω 2 ×2 +ω ×k + 2 ω 2 ×2 +ω ×k + 3 ··· ω 2 ×2 +ω ×k + s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ω3 ω 3 +1 ω 3 +2 ω 3 +3 ··· ω 3 +s ···
ω 3 +ω ω 3 +ω +1 ω 3 +ω +2 ω 3 +ω +3 ··· ω 3 +ω +s ···
ω 3 +ω ×2 ω 3 +ω ×2+1 ω 3 +ω ×2+2 ω 3 +ω ×2+3 ··· ω 3 +ω ×2+s ···
ω 3 +ω ×3 ω 3 +ω ×3+1 ω 3 +ω ×3+2 ω 3 +ω ×3+3 ··· ω 3 +ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ω +ω ×k
3 3
ω +ω ×k + 1 3
ω +ω ×k + 2 3
ω +ω ×k + 3 ··· 3
ω +ω ×k + s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ωn ωn +1 ω n +2 ω n +3 ··· ωn +s ···
ω n +ω ωn +ω +1 ω n +ω +2 ω n +ω +3 ··· ωn +ω +s ···
ω n +ω ×2 ωn +ω ×2+1 ω n +ω ×2+2 ω n +ω ×2+3 ··· ωn +ω ×2+s ···
ω n +ω ×3 ωn +ω ×3+1 ω n +ω ×3+2 ω n +ω ×3+3 ··· ωn +ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
n n n n n
ω +ω ×k ω +ω ×k + 1 ω +ω ×k + 2 ω +ω ×k + 3 ··· ω +ω ×k + s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ωω ω ω +1 ω ω +2 ω ω +3 ··· ω ω +s ···
ω ω +ω ω ω +ω +1 ω ω +ω +2 ω ω +ω +3 ··· ω ω +ω +s ···
ω ω +ω ×2 ω ω +ω ×2+1 ω ω +ω ×2+2 ω ω +ω ×2+3 ··· ω ω +ω ×2+s ···
ω ω +ω ×3 ω ω +ω ×3+1 ω ω +ω ×3+2 ω ω +ω ×3+3 ··· ω ω +ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ω ω +ω ×k ω ω +ω ×k + 1 ω ω +ω ×k + 2 ω ω +ω ×k + 3 ··· ω ω +ω ×k + s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
23
...ω ...ω ...ω ... ω ...ω
ωω ωω +1 ω ω +2 ω ω +3 ··· ω ω +s ···
...ω ...ω ...ω ... ω ...ω
ω ω +ω ωω +ω +1 ω ω +ω +2 ω ω +ω +3 ··· ω ω +ω +s ···
...ω ...ω ...ω ... ω ...ω
ω ω +ω ×2 ωω +ω ×2+1 ω ω +ω ×2+2 ω ω +ω ×2+3 ··· ω ω +ω ×2+s ···
...ω ...ω ...ω ... ω ...ω
ω ω +ω ×3 ωω +ω ×3+1 ω ω +ω ×3+2 ω ω +ω ×3+3 ··· ω ω +ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
ω ω ω ω ω
ω ... ω ... ω ... ω ... ω ...
ω +ω ×k ω +ω ×k + 1 ω +ω ×k + 2 ω +ω ×k + 3 ··· ω +ω ×k + s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
... ... ... ... ...
...ω ... ω ...ω ... ω ... ω
ωω ...
ωω ...
+1 ωω ...
+2 ωω ...
+3 ··· ωω ...
+s ···
...ω ... ω ...ω ... ω ... ω
ωω ...
+ω ωω ...
+ω +1 ωω ...
+ω +2 ωω ...
+ω +3 ··· ωω ...
+ω +s ···
...ω ... ω ...ω ... ω ... ω
ωω ...
+ω ×2 ωω ...
+ω ×2+1 ωω ...
+ω ×2+2 ωω ...
+ω ×2+3 ··· ωω ...
+ω ×2+s ···
...ω ... ω ...ω ... ω ... ω
ωω +ω ×3 ωω +ω ×3+1 ωω +ω ×3+2 ωω +ω ×3+3 ··· ωω +ω ×3+s ···
.. .. .. .. ..
. ...
. ...
. ...
. ...
. ...
...ω ... ω ...ω ... ω ... ω
ωω +ω ×k ωω +ω ×k + 1 ωω +ω ×k + 2 ωω +ω ×k + 3 ··· ωω +ω ×k + s ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
24
utilizado en la construcción de los ordinales numerables, por ejemplo ω1 + 1,
ω1 + 2, · · · , ω1 + ω, · · · , ω1 + ω1 , · · · , ω1ω , · · · , ω1ω1 , · · · . Todos estos nuevos
ordinales tienen cardinal ℵ1 , y si se se forma la colección de todos los ordinales
de cardinal ℵ1 se obtendrá el primer ordinal de cardinal ℵ2 . Este proceso se puede
continuar indefinidamente encontrándose una lista de ordinales de la siguiente
forma:
ω < ω + 1 < · · · < ω 2 < · · · < ω ω < · · · < ω1 < · · · < ω2 < · · · < ωn < · · ·
N◦ 1 2 22 23 ··· 2m ···
Ordinal 0 1 2 3 ··· m ···
N◦ 32 32 × 2 3 2 × 22 32 × 2 3 ··· 32 × 2 m ···
Ordinal ω×2 ω × 2+1 ω × 2+2 ω × 2+3 ··· ω × 2+m ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
N◦ 3n 3n × 2 3 n × 22 3n × 2 3 ··· 3n × 2 m ···
Ordinal ω×n ω×n + 1 ω×n + 2 ω×n + 3 ··· ω×n + m ···
25
.. .. .. .. ..
. . . . .
.. .. .. .. ..
. . . . .
N◦ 5n 5n × 2 5 n × 22 5n × 2 3 ··· 5n × 2 m ···
Ordinal ω 2 ×n ω 2 ×n + 1 ω 2 ×n + 2 ω 2 ×n + 3 ··· ω 2 ×n + m ···
.. .. .. .. ..
. . . . .
Para ilustrar la forma moderna como se estudian los números ordinales se puede
ver lo siguiente [16]:
Se dice que un conjunto A es transitivo si, siempre que v ∈ A y z ∈ v entonces
z ∈ A.
Por ejemplo, los conjuntos A = {∅, {∅}}, B = {∅, {∅}, {∅, {∅}}} y
C = {∅, {∅}, {∅, {∅}}, {∅, {∅}, {∅, {∅}}} son transitivos, mientras que los con-
juntos {{∅}} y {∅, {∅, {∅}}} no lo son.
Por otra parte, un conjunto A es estrictamente ordenado por la relación ≺ si se
satisfacen las propiedades siguientes:
Antirreflexiva: ∀a ∈ A ¬(a ≺ a).
Antisimétrica: Si a y b son elementos de A tales que a ≺ b entonces ¬(b ≺ a).
Transitiva: Si a, b y c son elementos de A tales que a ≺ b y b ≺ c entonces
a ≺ c.
Un conjunto A estrictamente ordenado por la relación ≺ es bien ordenado, si
todo subconjunto X no vacío de A tiene un primer elemento, es decir, si existe
a ∈ X tal que a = x o a ≺ x, ∀x ∈ X .
Modernamente se define un ordinal como un conjunto transitivo y bien
ordenado por la relación de pertenencia (∈). Esta definición es equivalente
a la siguiente afirmación: Un ordinal es un conjunto transitivo y totalmente
ordenado para la relación de pertenencia (∈), (dados dos elementos a y b en el
conjunto entonces a = b o a ∈ b o b ∈ a).
Con base en esta definición, resulta natural construir los números ordinales de
la forma como se indica en la tabla que sigue.
Como se puede observar con este ejemplo ordinal viene a ser una extensión de
natural desde el punto de vista del orden.
26
0=∅
1={∅}={0}
2={∅, {∅}}={0,1}
3={∅, {∅},{∅, {∅}}}={0,1,2}
4={∅, {∅},{∅, {∅}},{∅, {∅},{∅, {∅}}}={0,1,2,3}
..
.
n = {0, 1, 2, 3, · · · , n − 1}
..
.
ω = {0, 1, 2, 3, · · · , n, · · · }
ω + 1 = {0, 1, 2, 3, · · · , n, · · · , ω}
..
.
ω + n = {0, 1, 2, 3, · · · , n, · · · , ω, ω + 1, · · · , ω + n − 1}
..
.
2ω = {0, 1, 2, 3, · · · , n, · · · , ω, ω + 1, · · · , ω + n, · · · }
..
.
27
que no son el siguiente de otro ordinal se llaman ordinales límites. La inducción
trasfinita puede ser formulada de la siguiente manera:
Sean C una clase de conjuntos cerrada para uniones y σ una correspondencia
funcional de C en C, es decir: Para cada conjunto X ∈ C existe un único conjunto
σ(X) ∈ C.
Se define inductivamente, para cada número ordinal α un conjunto Bα , de la
siguiente manera:
1. B0 = α,
2. B1 = α ∪ {α} = α + 1, B2 = ( B1 )0 = B1 ∪ {B1 } = α ∪ {α} ∪ {α ∪ {α}} =
α + 2, · · · , Bβ+1 = (Bβ )0 = Bβ ∪ {Bβ }
3. Suponiendo que δ es un ordinal límite y que α +
Sλ ya ha sido definido para
todo ordinal λ menor que δ entonces α + δ = λ<δ (α + λ).
1. B0 = 0 = β · 0
2. B1 = súmese β a la derecha de B0 = súmese a 0 el ordinal β = β = β · 1,
B2 = súmese β a la derecha de B1 = súmese β a β = β · 2, B3 = súmese
β a la derecha de B2 = súmese β a β · 2 = β · 3 · · · , Bα+1 = súmese β a
la derecha de Bα = súmese β a β · α = β · (α + 1) = (β · α) + β, · · · .
28
3. Supongase que δ es un ordinal límite y que βS· λ ya ha sido definido para
todo ordinal λ menor que δ entonces β · δ = λ<δ β · λ.
1. B0 = 1 = β 0 .
Cantor demostró [5] que las operaciones con ordinales satisfacen la asociatividad
de la suma y de la multiplicación.
Un ejercicio interesante y útil para una mejor comprensión de esta teoría consiste
en averiguar si son ciertas o no propiedades como las siguientes:
29
a) Distributividad tanto a la izquierda como a la derecha de la multiplicación
con respecto a la suma
b) Modulativa de la suma y de la multiplicación.
c) (αβ )γ = αβγ , αβ+γ = αβ αγ .
Georg Cantor nunca dio una definición rigurosa de los números ordinales o tipos
ordinales como él mismo los llamaba; para él los números eran abstracciones,
así por ejemplo en su artículo Contributions to the founding of the theory of
transfinite numbers de 1897 dice lo siguiente:
“Llamamos un agregado M simplemente ordenado si existe una regla de orden
de preferencia definida sobre los elementos m de M, tal que a cada dos elementos
m1 y m2 uno se toma como el menor y el otro como el mayor y así, si de tres
elementos m1 , m2 y m3 si m1 es de menor rango que m2 y m2 es de menor
rango que m3 entonces, m1 es de menor rango que m3 ; la relación se expresará
por la fórmula:
m1 ≺ m2 o m1 m2 ”.
30
controversia se ha especulado mucho, inclusive el mismo Cantor y algunos de
sus biográfos consideraban que existía una marcada hostilidad de Kronecker
hacia él, basando su argumentación en algunos hechos, como por ejemplo, que
Kronecker llegó a considerar el razonamiento seguido por Cantor en su prueba
de existencia de números trascendentales, como “un tipo peligroso de locura”
[10]. También se sabe que Kronecker bloqueó la publicación en el año 1877
de un artículo de Cantor en el Journal de Crelle en el que demostraba que
existe una correspondencia biunívoca entre la recta y el plano; afortunadamente
para las matemáticas, la oportuna intervención de Dedekind logró impedir que
se produjera este lamentable hecho y el artículo se publicó en dicha revista
un año después. Algunos años mas tarde, en 1885, Mittag-Leffer no permitió
la publicación en las Acta Mathematica de una serie de artículos de Cantor
relativos a la teoría de las clases, lo cual resulta extraño, ya que este mismo
matemático sueco, había publicado en dicha revista los primeros artículos de
Cantor en francés; por otra parte Joseph Dauben, uno de los más reconocidos
especialistas en la vida y obra de Cantor, sostiene que Kronecker llego inclusive
a considerar a Cantor por sus teorías sobre el infinito como un “corruptor de la
juventud ” [11].
Es posible que la tensión constante producto de estas diferencias, sumadas a
su carácter irritable e inseguro, así como también los intentos infructuosos por
demostrar la hipótesis del continuo y la decepción sufrida al no haber sido selec-
cionado para ocupar una plaza de profesor en las Universidades de Göttinga o
de Berlín, siendo esta una de las mayores ambiciones de Cantor, fueron minando
su salud a tal punto que en mayo de 1884 sufrió la primera crisis nerviosa que
lo obligó a recluirse en una clínica psiquiátrica de Halle, la cual lo alejó de las
matemáticas durante tres años; él nunca logró recuperarse completamente de
este colapso que lo acompañó los últimos 34 años de su vida. Hacia el final de
la misma fueron acentuándose las crisis nerviosas, de ahí que se viera obligado
a abandonar la docencia en varias ocasiones; los profundos estados depresivos
lo llevaron a desarrollar un complejo de persecución hasta convencerse de que
existía una conspiración en contra suya dirigida por “los profesores alemanes”
[1].
Acerca de la rivalidad entre Leopold Kronecker y Cantor se ha especulado mu-
cho. La vida para Kronecker fue fácil desde su nacimiento en 1823; era hijo de un
acaudalado comerciante el cual tenía un próspero negocio mercantil y se preocu-
po por darle a sus hijos una esmerada educación. Esta seguridad le permitió irse
forjando una personalidad que sustentada en el soporte que da una excelente
preparación científica, lo convirtió en un líder indiscutible de la matemática de
su época con gran autoridad y reconocimiento oficial. Sus aportes más signifi-
cativos los hizo en álgebra y teoría de números, y en ellas se nota claramente
su marcada orientación algorítmica, que le permitirían ir elaborando toda una
concepción acerca de la manera como él consideraba se debe hacer matemáti-
cas, la cual lo llevo a tener serias discrepancias científicas con varios destacados
matemáticos de su época, entre ellos Karl Weierstrass, Ferdinand Lindemann,
Richard Dedekind y Georg Cantor.
31
La base fundamental de su desacuerdo
con Weierstrass era que el Análisis de-
bía ser reemplazado por la Aritmética
Finita. Algunas de las ideas de Krone-
cker fueron posteriormente empleadas
por los intuicionistas contra la Teoría
de Conjuntos, como por ejemplo cuan-
do negaba la posibilidad de que se pu-
diera hacer uso del concepto de poli-
nomio irreducible mientras no se de-
mostrara la existencia de un procedi-
miento de factorizacion de polinomios
que se pudiera ejecutar en un núme-
ro finito de etapas; de ahí su interés
por desarrollar algoritmos de factoriza-
ción de polinomios; como el que logró
crear denominado hoy en día Algorit-
mo de Kronecker (ver [7] pags 325-340).
Por otra parte, cuando Ferdinand Lin- Leopold Kronecker (1823-1891)
demann publicó en 1882 su demostración de la trascendencia de π, Kronecker
le dijo: “¿Qué valor tiene su hermosa demostración si los números irracionales
no existen? ” [22].
Kronecker sostenía que las matemáticas sólo podían construirse correctamente
si recurrían exclusivamente a los enteros y a un número finito de operaciones;
de ahí su famosa frase: “Dios hizo los números enteros, el resto es obra del
hombre”[15]. Además afirmaba que los juegos de manos con el infinito están
prohibidos, los números irracionales no tienen la misma realidad que los enteros,
sólo son símbolos utilizables en los cálculos pero no tienen ninguna existencia
real, y en general sostenía que:
“Los resultados de la moderna teoría de funciones y de la teoría de conjuntos
no son de real significancia”.[10]
El debate sobre la validez matemática de las teorías de Cantor comprometió a
muchos de los más destacados matemáticos. Henry Poincaré afirmaba al respec-
to:
“Las generaciones posteriores considerarán tales teorías como una enfermedad
de la que ya uno se ha curado”[20].
Hermann Weyl, por su parte, sostenía que:
“la infinidad de infinitos de Cantor es niebla en la niebla” [20];
mientras que Du Bois-Reymond en 1882, refiriéndose a las teorías de Cantor
afirmaba:
“Hace intervenir ficciones idealistas y les atribuye el papel de cantidades reales,
mientras que ni siquiera son límites de representaciones de cantidades” [20].
32
Otros matemáticos, por el contrario, asumieron la defensa de la teoría del infinito
creada por Cantor; según Hilbert:
“Nadie nos expulsará del paraíso que creó Cantor ” [20] y destacó sus ideas como
“el producto más asombroso del pensamiento matemático”[20].
Bertrand Russell elogió el descubrimiento de Cantor diciendo que:
“Es probablemente el más importante que la época puede ostentar ”[20].
La teoría cantoriana del infinito surge no sólo por la genialidad de Cantor, sino
también porque el desarrollo de las diferentes áreas de la matemática hacían
viable que en la segunda mitad del siglo XIX surgiera la teoría del infinito. La
audacia de Cantor fue afirmar la existencia y legitimidad del infinito actual en
matemáticas. Este hecho marca una ruptura paradigmática en la matemática,
ya que antes de Cantor se consideraba que toda especulación que utilizara el
infinito como una especie de número concreto conducía a paradojas ruidosas;
de ahí que muchos matemáticos se opusieran a la utilización del infinito actual.
En una carta dirigida por Gauss a Heinrich Schumacher en 1831 afirmaba:
“En lo que concierne a su demostración, expreso mi más enérgica protesta por
la utilización de una magnitud infinita como si fuera completa, utilización que
nunca se permite en matemáticas. El infinito sólo es una manera de hablar, que
sirve en realidad para designar los límites”[12].
Refiriéndose a la carta de Gauss, Cantor manifestó:
“No obstante la diferencia esencial entre los conceptos de infinito potencial y de
infinito actual, es ocurrencia frecuente el tomar el uno por el otro. En vista de
la justificada aversión a tales infinitos actuales ilegítimos y a la influencia de
la tendencia moderna epicureo-materialista, se ha extendido en amplios círculos
científicos un cierto horror infiniti, que encuentra su expresión clásica y su apoyo
en la carta de Gauss; sin embargo, me parece que el consiguiente rechazo, sin
crítica alguna, del legítimo infinito actual, no deja de ser una violación de la
naturaleza de las cosas, que han de tomarse como ellas son”.[10]
El transfondo de la teoría cantoriana encierra toda una concepción filosófica
acerca de lo que es válido en matemáticas y de cómo se debe hacer matemá-
ticas. Cantor legitimaba la existencia de los denominados números transfinitos
sosteniendo que así como otros sistemas numéricos (los irracionales y los com-
plejos) que habían tenido unos inicios difíciles, fueron finalmente reconocidos
porque su definición se había formulado rigurosamente y porque su manipula-
ción no conducía a ninguna contradicción, los números por él creados también
tenían validez. En 1883 afirmó al respecto:
“Para introducir nuevos números, los matemáticos sólo están obligados a dar
definiciones gracias a las cuales queden tan bien determinados, y si se presenta
el caso, tan bien relacionados con los números más antiguos que, si es necesario,
puedan distinguirse sin ambigüedad los uno de los otros. Desde el momento en
el que el número satisface todas estas condiciones, puede y debe considerarse
33
como provisto de existencia y de realidad en matemáticas”.[12]
34
Como ya se ha dicho, a pesar de sus problemas de salud, Cantor no sólo hizo
matemáticas, sino también hizo por las matemáticas; posiblemente una de sus
más conocidas actividades en pro de la socialización de la matemática fue la or-
ganización del primer congreso internacional de matemáticas en Zurich realizado
en agosto de 1897. El objetivo de este congreso era: “Estimular las relaciones
personales entre los matemáticos de los diferentes países. . . y ofrecer un esbozo
del estado actual de las diferentes ramas de las matemáticas”[10]; en él se acordó
que los congresos se reunirían con intervalos de tres a cinco años.
En sus valiosas publicaciones entre 1895 y 1897 quedaban todavía varias lagunas
por llenar ya que, por ejemplo, no había podido establecer la relación de buena
ordenación entre cardinales cualesquiera; pero en 1890, E. Schröder y F. Berns-
tein demostraron, en forma independiente, que, si a y b son números cardinales
tales que a ≤ b y b ≤ a entonces a = b, resultado que ya había sido obtenido
por Dedekind en 1887 pero su prueba no estaba publicada [19].
En 1882, Cantor conjetura que todo conjunto puede ser dotado de una buena
ordenación, problema que fue resuelto por Ernest Zermelo. Al genio de Cantor,
también se deben conceptos tan importantes como los de punto de acumulación,
conjunto cerrado, abierto y perfecto.
35
muchos honores y pudo constatar que su obra había logrado ser reconocida.
Algunos años antes de la muerte de Kronecker, ocurrida en 1891, estos dos
genios se reconciliaron (al menos formalmente). Resulta por demás paradójico
que otros importantes logicistas de los siglos XIX y XX, como Kurt Gödel, Ernst
Zermelo, Giuseppe Peano, Emil Post, Alan Turing y Alonso Church, hubieran
llegado al final de sus vidas, en forma similar a Cantor, sumidos en procesos de
tipo depresivos.
Las teorías de Cantor no sólo generaron controversias entre los matemáticos
sino también entre los teólogos. Es así como se presentaron diversas clases de
opiniones que rechazaban o aceptaban sus planteamientos.
El Papa León XIII, quien tenía interés por la ciencia debido a sus conocimien-
tos en física y astronomía, se propuso a partir de su elección en 1878, renovar
la filosofía cristiana. Uno de sus principales objetivos era la recuperación de la
fuerza de los católicos en el mundo científico. Unos años antes se había iniciado
un movimiento encaminado a asegurar unas buenas relaciones entre la ciencia
y la religión. En 1875, por iniciativa de La Compañía de Jesús se crea la So-
ciedad Científica de Bruselas, entidad encargada de agrupar a los hombres de
ciencia católicos y a partir de 1877 empezó a publicar su revista Revue des ques-
tions scientifiques en la cual se presenta la posición de los principales científicos
católicos respecto a diferentes aspectos de la ciencia.
En medio de este ambiente, surge en 1879 la encíclica Aeterni Patris, en la cual
el espíritu papal busca alentar a los pensadores y hombres de ciencia católicos
para que estudien con atención los diferentes dominios del saber. La ciencia era
modernidad y resultaba imprescindible regular ciertos aspectos de la relación
entre ciencia y religión. El tomismo era presentado como la doctrina oficial a
seguir en cualquier tipo de investigaciones y como soporte en la lucha contra los
extravíos del pensamiento. Dado que en el siglo XIX las ideas científicas habían
sido utilizadas con frecuencia por los materialistas y otros descreídos, principal-
mente el socialismo revolucionario, cuyo principal exponente era Karl Marx y,
además, el materialismo evolucionista de Darwin que privaba a la fe cristiana
del misticismo, no se trataba de hacer compatible la teología con la ciencia, sino
de señalarle a los científicos, “cómo había que hacer para reconciliarse con los
verdaderos principios de la filosofía cristiana” [21], [10]. Todo este movimiento
fue llamado neotomismo y Lovaina con su Instituto Superior de Filosofía albergó
a los principales pensadores de estos temas.
Cantor declaró en 1896, que en sentido estricto, no pertenecía a ninguna iglesia,
y aunque había sido bautizado y educado por su padre en la Iglesia Evangélica
Luterana, recibió una gran influencia de su madre, que era católica; este hecho
parece que tuvo mucho que ver con su marcada preferencia por la teología
católica, buscando por ello, que sus teorías matemáticas recibieran siempre la
aprobación de las autoridades católicas.
Del análisis de los pocas cartas que se ha logrado recuperar de la correspondencia
de Cantor y de los testimonios de algunos de sus amigos, se deduce que habría en
36
él cierta influencia “mística”; es así como, consideraba que “los números naturales
eran ideas eternas en el intelecto divino”[21]. En una carta dirigida a Mittag-
Leffer en 1894, le manifestaba que no era él (Cantor), el verdadero creador de
sus obras, ya que si bien es cierto, las había escrito dándole forma a las ideas,
no era responsable en el fondo de éllas, porque había sido inspirado por Dios;
tal vez por este tipo de apreciaciones Mittang-Leffer se negó a publicar algunos
de los artículos de Cantor.
En otra carta dirigida en 1888 al neotomista Ignatius Jeiler manifiesta: “No
albergo ninguna duda respecto a la verdad de los trasfinitos que he reconocido
con la ayuda de Dios”, y en otra carta dirigida a Hermite en 1894 sostiene:
“Ahora sólo tengo que agradecerle a Dios, el muy sabio y muy bueno, el ha-
berme rehusado siempre el cumplimiento de mi deseo (obtener una cátedra en
Göttingen o Berlín); ya que así me ha obligado gracias a un conocimiento más
profundo de la teología, a servirle a él y a la Santa Iglesia Católica Romana,
mejor de lo que yo hubiera podido hacer, si con mis capacidades probablemente
mediocres, me hubiese ocupado exclusivamente de las matemáticas”[21], en otra
ocasión, justificaba sus teorías sobre el infinito de la siguiente manera:
“Mi teoría se yergue firme como una roca; las flechas que contra ella se lancen,
rápidamente se volverán contra su arquero. ¿Como puedo yo saberlo? porque la
he estudiado desde todos los ángulos durante muchos años; porque he examinado
todas las objeciones que hayan podido hacerse contra los conjuntos infinitos, y
sobre todo porque, por así decirlo, he seguido sus raíces hasta la causa primera
e infalible de todas las cosas creadas”[10].
37
El cardenal Franzelin aceptó la explicación de Cantor y manifestó que esta
distinción era “teológicamente satisfactoria” ya que “no hay peligro para las
verdades religiosas en su concepto de Transfinitum” [21].
Lo anterior era un reconocimiento de la aceptación oficial por parte de la je-
rarquía católica de las teorías de Cantor sobre el infinito, quien a partir de ese
momento estuvo muy orgulloso del éxito obtenido, ya que a menudo no dejaba
de señalarlo a los amigos. Este asunto no lo dejó de lado sino por el contrario,
incrementó su correspondencia con los más destacados neotomistas del momen-
to como Tillman Pesch, Joseph Hotheim y el dominico Thomas Esser a quíen
le manifestaba en una carta lo siguiente:
“. . . por primera vez, gracias a mí, la filosofía cristiana dispondrá de la verdadera
teoría del infinito . . .” [21],
y en una carta dirigida al sacerdote alemán, Ignatius Jeiler, le manifestaba que
a las autoridades religiosas les interesaba admitir su teoría sobre el infinito, y
continuaba diciendo :
“Si ustedes los católicos quieren hacer una buena teología, revisen su teoría del
infinito a la luz de los conjuntos cantorianos”[21].
El tratamiento del infinito a través de las convicciones religiosas de Cantor, ha
dado origen a muchas polémicas; pero así como ha sucedido con otros grandes
matemáticos, entre ellos Pitágoras, Cardano, Pascal, Cauchy, y el mismo Kro-
necker, compártanse o no sus puntos de vista, no se puede dejar de reconocer
la importancia y trascendencia de su obra matemática que ha sido considerada
como una de las contribuciones más revolucionarias a esta ciencia en los últimos
2500 años [20].
Después de la primera guerra mundial, la biblioteca de Cantor fue vendida,
aunque algunos de sus escritos permanecieron en manos de su familia; durante
la segunda guerra mundial muchos de ellos se extraviaron, en particular 17
de los 20 libros que recogían la correspondencia de Cantor. A esta lamentable
situación contribuyó el hecho de que en 1945 su casa fue ocupada y su familia
se vio forzada a abandonarla. La pérdida de estos libros constituye un hecho
infortunado ya que a través de ellos, hubiera sido posible poder estudiar no sólo
la evolución del pensamiento matemático y filosófico de Cantor, sino también se
podían reconocer algunos rasgos característicos de su personalidad.
2. Referencias
[1] E. T. Bell, “Los Grandes Matemáticos”, Editorial Losada, Buenos Aires,
1948.
[2] D.M.Burton, “The History of Mathematics, An Introduction”, (second edi-
tion), Wm. C. Brown Publishers.
38
[3] N. Bourbaki, “Elementos de Historia de las Matemáticas”, Alianza Univer-
sidad, Madrid,1976.
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