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Una persona no puede comprenderse únicamente por su currículum, existe algo mucho más
profundo y significativo: su personalidad. Es decir, cada ser humano tiene sus propias expectativas y
sueños profesionales que surgen con una motivación importante a partir de las propias preferencias
personales.
La teoría de las Anclas de Carrera de Schein pone de manifiesto cómo cada ser humano tiene su
propio autoconcepto en relación con su talento, ética personal, habilidades y prioridades en el
desarrollo de la carrera profesional. Cada persona visualiza un modelo de felicidad diferente.
Un ser humano tiene un buen anclaje, es decir, tienes raíces sólidas, cuando ha conseguido alinear
sus sueños profesionales en la realidad de su puesto de empleo. O sea, ha conseguido materializar
sus expectativas previas en el entorno presente. Esto supone una extraordinaria inversión en
bienestar psicológico, puesto que la principal frustración nace de la oposición entre las metas previas
y la aparente imposibilidad de ponerlas en práctica.
Conviene puntualizar que, en muchos momentos, son las propias personas quienes por tomar
decisiones equivocadas van en contra de su propio talento interior. Así ocurre, por ejemplo, cuando
un estudiante que tiene vocación humanista decide estudiar una formación de ciencias por el
prejuicio de creer que este sector ofrece mejores opciones de trabajo.
Cada ser humano tiene un ancla elemental que determina una orientación determinada, una
dirección a seguir entre las ocho que se describen a continuación. El adecuado desarrollo de esta
carrera es vital para unir éxito profesional y satisfacción en la vida.
Esto solo es posible poniendo los medios para alcanzar este conocimiento personal. Porque un
trabajador no es un número más en una empresa, sino alguien con nombre y apellidos, una historia
única de vida que debe ponerse en relación con el propio puesto de empleo.
Si cada trabajador tiene la posibilidad de realizar una función que conecta con su ancla de vida,
entonces la propia organización se nutre de ese foco de talento inagotable.