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ANCLAS DE CARRERA

Una persona no puede comprenderse únicamente por su currículum, existe algo mucho más
profundo y significativo: su personalidad. Es decir, cada ser humano tiene sus propias expectativas y
sueños profesionales que surgen con una motivación importante a partir de las propias preferencias
personales.
La teoría de las Anclas de Carrera de Schein pone de manifiesto cómo cada ser humano tiene su
propio autoconcepto en relación con su talento, ética personal, habilidades y prioridades en el
desarrollo de la carrera profesional. Cada persona visualiza un modelo de felicidad diferente.
Un ser humano tiene un buen anclaje, es decir, tienes raíces sólidas, cuando ha conseguido alinear
sus sueños profesionales en la realidad de su puesto de empleo. O sea, ha conseguido materializar
sus expectativas previas en el entorno presente. Esto supone una extraordinaria inversión en
bienestar psicológico, puesto que la principal frustración nace de la oposición entre las metas previas
y la aparente imposibilidad de ponerlas en práctica.

Conviene puntualizar que, en muchos momentos, son las propias personas quienes por tomar
decisiones equivocadas van en contra de su propio talento interior. Así ocurre, por ejemplo, cuando
un estudiante que tiene vocación humanista decide estudiar una formación de ciencias por el
prejuicio de creer que este sector ofrece mejores opciones de trabajo.
Cada ser humano tiene un ancla elemental que determina una orientación determinada, una
dirección a seguir entre las ocho que se describen a continuación. El adecuado desarrollo de esta
carrera es vital para unir éxito profesional y satisfacción en la vida.

Ocho anclas de Schein para comprender el talento


• El ancla de la competencia técnica es propio de personas que dedican gran parte
de su tiempo a formarse para alcanzar la máxima especialización con la que
posicionarse como expertos indispensables para las organizaciones. Esta
competencia, también llamada funcional, muestra el perfil de un profesional que
tiene vocación por aquello que hace y cuya prioridad no es dirigir un equipo de
trabajo, sino ofrecer su servicio como un valor diferencial para una empresa. Es decir,
el profesional obtiene una importante fuente de autoestima a partir de su trabajo de
calidad. Y encuentra en la especialización adquirida una alta seguridad en sí mismo
para destacar frente a la competencia directa.
• El ancla de la competencia directiva muestra el perfil psicológico de personas que
se posicionan cómodamente cómo líderes de un equipo, destacan en positivo en
este rol de mando. La gestión del talento es inherente a esta vocación personal
propia de quienes convierten el carisma en un motor de dirección externa para guiar
a un grupo humano hacia un objetivo de superación. Aquellos profesionales que
tienen una orientación hacia esta dirección profesional disfrutan de las relaciones
interpersonales como un valor inherente al éxito. Destacan por algunas habilidades
esenciales, como comunicación asertiva, técnicas de negociación, habilidades de
oratoria para hablar en público y solución de conflictos. El líder es, además, un
mentor de conocimiento, puesto que a través de su ejemplo ofrece valores sólidos.
• El ancla de la autonomía o independencia es propio de personas que, por su modo
de ser, aspiran a tener un trabajo en el que la libertad sea una premisa esencial en el
ejercicio de sus funciones. Un emprendedor que sueña con llevar a cabo su propia
idea de negocio y ser su propio jefe es un ejemplo de persona a la que no le gusta
estar sometida constantemente al dictado de otra autoridad, sino poder poner en
práctica el criterio propio. En este contexto también se enmarca el caso de aquellas
personas que, actualmente, disfrutan del teletrabajo como un valor que aporta la
libertad de disfrutar del hogar incluso en horario de oficina. Así como una
metodología de trabajo que aporta independencia en la gestión del tiempo al
priorizar el modelo de trabajo por objetivos. Para una persona que tiene esta
orientación interna no existe mayor motivo de sufrimiento que hacer un trabajo en el
que no hay espacio para la toma de decisiones propias.
• El ancla de la seguridad o la estabilidad hace referencia a la proyección de futuro
que realiza aquel profesional a quien le gusta visualizarse desde el presente con un
plan de mañana que le aporta tranquilidad para su estilo de vida. Por ejemplo,
muchas personas se preparan para conseguir plaza en una oposición con el fin de
lograr una estabilidad para toda la vida. Otras desarrollan una alta dedicación hacia
su empresa, no valoran un cambio de empleo. Esta seguridad laboral conecta con la
estabilidad psicológica que experimenta aquel que siente que tiene las condiciones
ideales para poder hacer planes de futuro cuando consigue este objetivo deseado.
Personas que observan la falta de estabilidad profesional como un foco constante de
estrés, sufrimiento y ansiedad.
• El ancla del servicio o la dedicación hace referencia a aquellos profesionales que
quieren mejorar el mundo a través de su trabajo, personas comprometidas con el
tiempo que les ha tocado vivir que tienen un alto sentido de los ideales y son fieles a
esta ética personal que busca la excelencia en el obrar. Así, una persona con esta
inquietud interior rechazará un empleo que va en contra de su propia ética, porque
esta lucha interior agota mentalmente. Los emprendedores sociales que se implican
en causas nobles y justas son una clara referencia de servicio y dedicación a la
comunidad a través de su tarea.
• El ancla del puro reto es propio de quienes experimentan la adrenalina de un nuevo
objetivo como un estímulo para evolucionar profesionalmente en la dirección
deseada. Estas personas se sienten estancadas cuando realizan un empleo rutinario y
monótono, muy propio de tareas mecánicas. Su talento y su ingenio se agudizan
cuando surge la implicación emocional e intelectual con un nuevo proyecto. Por
ejemplo, muchos emprendedores observan cada nueva colaboración con un nuevo
cliente como una experiencia totalmente diferente. Este perfil psicológico es propio
de personas que, de un modo proactivo, toman la iniciativa de la búsqueda
constante para obtener nuevas ideas, abrir otras puertas y salir de la zona de
confort por medio de un plan de acción apasionante.
• El ancla del estilo de vida integrado es habitual en aquellas personas para las que el
trabajo es importante, pero no tanto como su familia. Por esta razón buscan un
empleo que se ajuste a este estilo de vida. Un trabajo que les permita disfrutar de su
hogar y seres queridos, en una constante armonía con el ejercicio de sus funciones
profesionales. Esta integración de trabajo y vida es una ecuación que define a la
perfección a quienes tienen este tipo de motivación para una existencia en equilibrio
de conciliación.
• El ancla emprendedora es propia de perfiles que tienen una actitud proactiva para
ofrecer nuevas soluciones a los clientes a través de una idea original e innovadora.
Son personas visionarias, capaces de apostar por una idea en la que creen,
asumiendo los riesgos que ello implica desde distintos puntos de vista, por ejemplo,
el plano económico. Son personas inquietas y creativas, capaces de encontrar
soluciones allí donde otros observan obstáculos. El trabajo es un eje motor muy
importante para quienes tienen este talento en su corazón.

Los recursos humanos deben potenciar la felicidad


El departamento de recursos humanos de una empresa debe integrar la teoría de las anclas de la
motivación de Edgard Schein en los procesos de selección interna y externa, con el fin de potenciar
a cada ser humano en su propia esencia, lo cual es tanto como decir en aquello que puede llegar a
ser en el mejor de los escenarios posibles. Por tanto, una empresa puede alimentar el potencial de
los trabajadores cuando realmente tiene la empatía para comprender sus inquietudes y su modo de
ser. Y esta información va mucho más allá de los datos de la formación y la experiencia práctica
reflejada en el currículum y la carta de presentación.
Cuando un trabajador ocupa un puesto que se ajusta a su ideal, rinde al máximo, no sufre estrés en
la oficina y se siente afortunado por ese empleo. Por el contrario, por muy buenas que sean las
condiciones económicas de un trabajo, si ese puesto no es acorde con lo deseado por el trabajador,
el empleado tiene más posibilidades de sufrir el síndrome del quemado en algún momento.
Cada ser humano pasa tanto tiempo de su vida en la oficina que, por esta razón, no solo los
trabajadores deben aspirar a su felicidad en horario laboral, sino que, además, las propias empresas
deben poner los medios para crear un contexto de autoayuda que potencie a cada ser humano en
sus capacidades internas.

Esto solo es posible poniendo los medios para alcanzar este conocimiento personal. Porque un
trabajador no es un número más en una empresa, sino alguien con nombre y apellidos, una historia
única de vida que debe ponerse en relación con el propio puesto de empleo.

Si cada trabajador tiene la posibilidad de realizar una función que conecta con su ancla de vida,
entonces la propia organización se nutre de ese foco de talento inagotable.

Autor: Juan Martín


https://www.cerem.es/blog/las-anclas-de-schein-empujan-tu-
carrera#:~:text=La%20teor%C3%ADa%20de%20las%20Anclas,un%20modelo%20de%20felicidad%20
diferente.

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