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Pablo WHIPPLE La gente decente de Lima y su » resistencia al orden republicano Jerarquias sociales, prensa y sisterna judicial a durante el siglo XIX a . 3 2 S INSTITUTO DE HISTORIA dib arn | oreceid De mraLtECAS. FACUITAGD DE HISTORIA. GEOGRAFLA I | akcHnas Y MUSEOS Y CIENCIA POLITICA 1B INVESTIGACIONES LEP Instituto de Estudios Peruanos " DIEGO BARROS ARANA i ee Serie: Estudios Histéricos, 62 © Paso Ware, © LEP Insrrvvro ps Esrupros Peruanos Horacio Urtenga 694, Lima 11 Telf: (54-1) 332-6194 cherpi//wermiep.org, pe> © = Insrruto ve Histor, Pontircia Universtpap CaTonica De CHILE Av. Vicufia Mackenna 4860, Santiago, Chile Tel (56-2) 2354 78 31 cherp:/historia.uc.l/> @ Dirsecion o Bustioracas, Ancuivos x Muszos Alameda 651, Santiago Centro, Chile Tel (56-2) 2360 $2 83 shetp://ywedibam.cl/> ISBN: 978-9972-53-427-2. ISSN: 1019-4533 Impreso en Pert Primera edicidn: Lima, julio de 2013 4000 ejemplares Hecho e! depésito legal en la Biblioteca Nacional del Pert: 2013-10401 Registro det proyecto editorial en Ia Biblioteca Nacional: 1501131300611 Imagen de cardsula: “La tapada y el escribano” de Pancho Fierro, Pinacoteca del BCRP Correccién de textos: Sara Mateos Disetio de cardvula: Gino Becerra Cierve de edicion: Silvana Lizarbe Cuidado de edicién: Odin del Pozo Prohibida fa reproduccién total o parcial de las caracteristicas grifficas de este libro por cudlguier medio sin permisa de los editores. Whipple, Pablo La gente decente de Lima y su resistencia al orden republicano, Jerargutas sociales, prensa y sistema judicial durante el sigh XIX, Lima, JEP; Centro de Investigaciones Diego Barros Arana; Instituto de Historia, Pontificia Universidad Catdlica de Chile; Diseccién de Bibliotecas, Archivos y Museos, 2015. (Esteedios Histéricos, 62) 1, BLITE; 2. CLASES SOCIALES: 3. OPINION PUBLICA; 4. ADMINISTRACION DE JUSTICIA; 5, LEGISLACION POLICIAL; 6. HISTORIA; 7. DIARIOS; §, SISTEMA JUDICIAL; 9. SIGLO XVI 10. SIGLO XIX; 11, LIMA; 12. PERU WH05.01.OL/EG2 Dedico este libro a Sara y Oscar, mis padres Indice AGRADECIMIENTOS voces she Intropuccién theses fraseeeeseeee AS Un baile en el palacio presidencial ww lS Los confiictos asociados a la decencia. srs dl Organizacion de los capitulos sinsesseeseeeaeen 27 1 De La-piCENCia COLONIAL A LA REPUBLICANA vassseenee IL. VICIOs COLONIALES, VIRTUDES REPUBLICANAS .... La decencia sobre ef escenario... ‘Virtud republicana contra corrupeién colonial .. El gusto por las apuestas: un mal endémico oo. scene Una “prudente” advertencia a la policta vcs so 60 No en nuestra casa... TL, La Gane DECENTE ¥ LA PRENSA ILUSTRADA La “orgia periodistica’, ;fendmeno politico?.. La prensa misceldnea ... Los remitidos y la libertad de prensa TV. La SUPREMACEA DE LOS REMITIDOS escssessesssecsseesssssssesssesssessssiessennons ees 91 El Comercio, pun periddico sin remitidos? ......sccccccccsseeeeccssssseeseeseenee 97 El Comercio, el espejo de la sociedad limefia....... cece 108 V. LOS REMITIDOS ¥ Lé CULTURA DEL PLBILO sssecssssssecssecsecssessneresneesnness L17 La importancia de Jo legal en la sociedad limefia Creando el escenario adecuado w.sceeecceescseeressesersetssmecsanessseeneneees Coqueteando con la COrrupeldtc.sesssesiceecssireessctssneesscnnsnesceessannese 130 VIL Los preirgros “Justicia verdadera” VIL. UN SISTEMA JUDICIAL AMBIVALENTE ...scsscssssecssesessrsscstececenneesnsessssssanegs 163 Buscando un consenso. Los intentos de reformar el sistema judicial... 171 La chicana.y la ley: sistemas judiciales paralelos ......sseessesseserness 182 Erfioco De regreso al palacio presidencial......cscssecssseesssesesssnescsstecccneesensecssnsessananes 191 Brsuiocraria 203 Agradecimientos TC) ste libro es producto de Ja tesis doctoral que presenté a la Universidad KB de California, Davis (UCD), en el afio 2007. Fue un proceso largo y fleno de desaffos que solo fue posible llevar a buen término gracias al apoyo de muchas personas ¢ instituciones. Primero que nada debo agradecer al Departamento de Historia de UCD y su programa de doctorado. Cuando las becas para perfeccionarse en el ex- tranjero cran escasas en Chile, fue la Universidad de California la que confié en mai y financidé gran parte de mis estudios. Ademés del apoyo Rnanciero, en Dayis encontré una excepcional comunidad de profesores, funcionarios y estudiantes cuyo profesionalismo, calidez y permanente preocupacién hi- cleron que la experiencia fuese tan gratificante en lo académico como en lo humano. Entre ellos, debo agradecer primero a Chuck Walker, quien no solo dirigié mi tesis, sino que ha sido un permanente apoyo hasta el dia de hoy. EL profundo conocimiento que Chuck tiene sobre Pert y su historia fue sin duda la mejor puerta de entrada que pude tener para iniciax mi propio didlogo con Perd. Al mismo tiempo, en el Departamento de Historia tuve la suerte de poder relacionarme con otros excelentes académicos, como Amold. Bauer, Victoria Langland, Nara Milanich, Andrés Resendez, Alan Taylor y 2 Beblo Whipple Clarence Walker, quienes sin duda, tuvieron un gran impacto en mi forma- cién, Entre mis compafieros, agradezco la amistad y camaraderia de Brian Behnken, Mark Carey, Kim Davis, Willie Hiatt, Michael Meloy, Eric Paul, Femando Purcell, Claudio Robles, Lia Schraeder y especialmente de Robbie ‘Weis, Creo que si no hubiese sido por esas larpas y sistemdticas jornadas de esctitura y comentarios que haclamos con Robbie en la biblioteca del depar- tamento, la tesis dificilmente hubiese sido terminada a tiempo. Tengo una enorme gratitud también hacia Norma Lépez-Burton, quien me permitié se¥ asistente en el Departamento de Espafiol de UCD cada ver que lo necesité, Trabajar con ella ha sido una de las mejores expe- tiencias que he tenido'para aprender a desenvolverme en una sala de clases. Por diltimo, agradecer la ayuda y permanente buena disposicién de Debbie Lyon, en ese entonces coordinadora del Programa de Doctorado, quien siempre hizo que navegar por la burocracia de le Universidad de California fuese una tarea posible, Bn Chile le debo mucho al Instituto de Historia de Ja Pontificia Uni- versidad Catdlica. Tengo la suerte de contar con extraordinarios colegas que no solo enriquecen fa labor académica sino que, también, tal como en Davis, hacen del Instituto una verdadera comunidad. Debo agradecer a los directores del Instituto que apoyaron mis estudios mientras estuve en California: Cristién Gazmuti, Nicolés Cruz y Patricio Bernedo. Al mismo Patricio y al actual director, Fernando Purcell, agradecerles también el apoyo a la publicacién de este libro. junto a ellos, agradecer a mis colegas y amigos Marfa José Cot, Rodrigo Henrfquez, Ximena Llanes, Marfa Montt, Javiera Miller, Alfredo Riquelme, Claudio Rolle, Rafsel Sagredo, Olaya Sanfuen- tes, Barbara Silva, Marisol Vidal y Matias Tagle. En Lima debo agradecer la generosa amistad de José Ragas, y al Institu- to Riva-Agiiero y su extraordinaria coleccién de periddicos decimonénicos, sin la cual esta tesis no hubiese sido posible. Mi idea original era estudiar la cultura legal de la élite peruana, analizando las catsas civiles en las que este grupo social se habja involucrado en los inicios de la teptiblica. Sin embargo, a los pocos dfas de haber Ilegado a Lima para realizar mi investigacién, el Archivo General de la Nacién fine cerrado por seis meses para trasladar parte de su coleccién al edificio del correo. Esto me obligé a replantear mi trabajo y hacer un uso intensivo de la prensa como principal fuente accesible en ese momento, Tener la necesidad de leer de manera {integra cada periddico en busca de un nuevo tema que se relacionara con el originalmente planteado, Ageadecimientos 3 rac mostte la existencia de una narrativa que se construia cotidianamente en las paginas de la prensa, que de otra manera diffcilmente hubiese detectado. Luego de presentada la tesis a la Universidad de California, dos pro- yectos de investigacién me permitieron profundizar algunos aspectos de ella y ampliar la revisién de algunos periddicos, como El Peruano, hasta ptinei- pios de la década del cincuenta. El primero de ellos fue fnanciado por la Direccién de Investigacin y Posgrado de la Universidad Catdlica de Chile, y el segundo es el proyecto Pondecyr de Iniciacién 11090353 actualmente en curso, titulado “La tirania del soldado exaspera menos que la del juez’. Cultura legal y formacién del Estado entre fa élite de Lima, Pert, 1824- 1872”, Partes de los capftulos I y II fueron previamente publicadas en Pablo Whipple, “;Apostando por la reptiblicat: decencla, apuestas ¢ institucionali- dad republicana durante ja primera mitad del siglo XIX en Lima” (A Contra- corriente, vol. 6: 3, primavera de 2009, pp. 1-36). Debo agradecer también al Instituto de Estudios Peruanos, a la Direccién de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile y al Instituto de Historia de la Universidad Catélica de Chile por la publicacién de este libro. Finalmente, agradezco a mi esposa Giselle —con quien nos conocimos en Cusco-— por su amor y complicidad permanente y por compartir conmi- go cl interds y fascinacién por Peri. A onis padves y hermanos por su apoyo incondicionai. Con ellos viajé por primera vez a Pert a inicios de los adios ochenta, en un viaje que para mi se transformé en un mundo por descubris, Este libro es parte de ese proceso. Introduccién Un baile en el palacio presidencial En 1874, exiliado en Parfs, Fernando Casés publicé su novela Les amigos de Blena, Parte de un proyecto mayor titulado Romances histéricos del Pert, la intencién de Casés era escribir la historia novelada de su pais para dejar al descubierto los vicios de la clase politica en una sociedad que se volvia insensible gracias al “maldito guano”! Considerada Ja primera novela politica peruana, la importancia de Los amigos de Elena va mas alld de la contingencia politica de mediados del siglo XIX. En sus paginas se presenta una feroz condena a las practicas sociales de la élite limetia que contrasta, por ejemplo, con la “risuefia y decente Lima” descrita por Ricardo Palma, el més connotado esctitor peruano en aquellos afios, La Lima de Casés, en cambio, es definida por un “realismo crudo” en el que la tolerancia de la gente decente ante la prostitucién y las apuestas “destruye la grata imagen de uma ciudad lasciva y pudorosa difundida por la mayorla de los escritores contempordneos”.? En la Ciudad de los Reyes descrita por Casés, el comportamiento de la élite estaba en permanente contradiccidén con la idea de decencia que ella, 1. Casés 1874, vol. Vi. 2. -Taurin Castellanos 2004: 34-32. 16 Pablo Whipple como grupo social, decia representa. Una escena en que esa contradiccién se hace evidente es la descripcién que Casés hace de un baile que Ramén Castilla organizé el 9 de diciembre de 1848 en el palacio presidencial para celebrar el aniversario de la batalla de Ayacucho. Seguin Casés, ocho dfas antes del baile, Lima estaba dominada por el entusiasmo que el evento despertaba. Mil doscientas invitaciones, firmadas por el propio presidente Castilla, fueron repartidas a todos aquellos hombres y mujeres que pertenecian a “lo que en nuestras repiblicas se Hama la alta sociedad, es decir, todas las familias que, por su posicién en el Estado 6 por su fortuna, pueden presentarse con cierto brillo real 6 ficticio en una tertulia oficial”? Los avisos en periédicos como El Comercio y El Correo Peruano comenzaron a ofrecer las tltimas novedades Ilegadas de Paris “al mundo elegante y fashionable” invitado a la soirée, mienttas otros preferfan ropa a la medida hecha por sus sastres favoritos, a quienes les fue dificil responder ante la demanda generada por el baile. Algo similar ocurrié con las wes pe- luquerias francesas que existfan en Lima en esa época, quienes tuvieron que enviar a sus peluqueros por toda la ciudad para atender a sus clientes en sus propias casas.‘ Durante la primera semana de diciembre, el baile en el palacio de go- bierno se uransformé en el motor de la ciudad. Las calles estaban llenas de gente preocupada por los preparativos, en los cafés solo se hablaba del evento, y el gobierno anunciaba que adelantaria el pago de sueldos, mientras los prestamistas de la ciudad estaban mds ocupados que nunca atendiendo a quienes no les alcanzaba el efectivo para cubrir los gastos que implicaba asistir al palacio.? Contrario alo que se podrfa pensar ante un evento que congregaria alo més selecto de la clase politica, la élite limefia no era el unico grupo invitado al palacio. Al mismo tiempo que las invitaciones oficiales eran repartidas, invitaciones “especiales” eran entregadas por uno de los consejeros presiden- ciales. Estas invitaciones no tenfan la firma del presidente Castilla, pero eran tan validas como Jas oficiales a la hora de entrar en el palacio presidencial. 3. Casés 1874, vol. Hi: 132. 4, Ibid., pp. 133-134. 5. Ibid. Ineraduceién 7 Segiin la narracién cle Casés, estas invitaciones de segunda categorfa eran entregaclas principalmente a mujeres, quienes podian asistir al baile solo si iban de tapadas.* Hombres respetables, oficialmente invitados, pe- dian estas tarjetas de segunda clase para encregarias a clertas sefioritas, “las nifas que usted cdnoce” © “un par de chinas muy elegantes que yo le presen- taré”, tal como uno esctibid al consejero presidencial, segtin Casés.? Nada de qué peeocuparse, continuaba la nota enviada al consejero, pues “quieren ir tapaditas y de guances”.® - Personas oficial y no oficialmente invitadas hicieron su entrada al pa- lacio en diferentes momentos durante la celebracién. Aquellos invitades di- rectamente por el Presidente ingresaron primeto, alrededor de las diez de la noche, luego de abtirse paso entre una multitud de curiosos que se habla inscalado a la entrada para verlos llegar. Una vez dentio del palacio, disfrura- ton del baile inaugural y conversaron con el cuerpo diplomatico acreditado en la capital, ministros, jueces y otros altos funcionarios. Los invitados no oficiales entraron al palacio alrededor de la medianoche, y desde ese ins- tante la celebracién cambid de tono. Ahora todo era mds relajado y “todo cl mundo era libre, desde su Excelencia, para elegir a su pareja”, La mtisica cambié también a ritmos mds populares, como la polca de cajén, y algunos invitados comenzaron a jugar rocambor en mesas especialmente habilitadas para ello.” La celebracién oficial del aniversario de Ayacucho, “serio y eti- quetero hasta la una de la madrugada, se hizo desde ese momento familiar y verdacderamente entretenido”, transformandose el palacio en “la fotografia mas completa del estado social de transicién en que se encontraba el pais”, época en la que “ya comenzaba a llamarse céndidos a los hombres de bien 6. “Tapadas” era el nombre dado a las mujeres que usaban una vestimenta uadicional peruana que consistia en dos chales (saya y manto), uno para cubtir los hombros y el pecko y el otro la cabera y la cara, dejando libre solo un ojo. Esta vestimenta no era una imposicidn religiosa sino un “velo voluntatio”. Segén Deborah Poole, “bajo esce embozo, las mujeres de Jas clases altas, que sufrlan del férreo control de sus esposos u otros parientes, podian escapar —-aunque fuera por breves momentos— de fa vigilancla y escudrifiamiento de aquellos” (Poole 2000: 114). 7. La palabra “china” proviene del quechua y significa sitvienta. Durante el siglo XIX era usada como sindénimo de mestiza. 8. Casds 1874, vol. Ik 146, 9. Recambor cra uno de los jucgos de carras predilectos entre quienes disfrutaban de las apuestas en aquella época 18 Pablo Whipple y vivos a los explotadores del tesoro piiblico, mas bien dicho, a los ladrones de alto rango”.!° Nacido en Trujillo en 1828, Fernando Casés nunca sobresalié como novelista. Estudio leyes en la Universidad de San Marcos y, después de de- sempefiarse en varios cargos publicos, si destacé como abogado y politico liberal. Fue cénsul peruano en Londres y como congresista se opuso a la consolidacién de la deuda y apoyé la abolicién de la esclavitud. Su carrera politica, sin embargo, colapsé en 1872 cuando participé en la revolucion anticivilista de los hermanos Gutiérrez. Ante los sangrientos acontecimien- tos que terminaron con el asesinato del presidente Balra y el linchamiento de los lideres revolucionarios, Casés se asilé en la legacidn francesa, desde donde salié rumbo a Chile para luego radicar en Paris." Casds salié al exilio absolutamente desprestigiado.* No solo habia par- ticipado en un movimiento masivamente rechazado por Ja poblacién de Lima, sino que ademas habia sido acusado de apropiacién ilegal de fondos publicos en su huida del pais.'* Una vez en Francia, comenzé a redactar sus Romances histéricos, pero su idea inicial de escribir varias novelas que abar- caran la historia peruana desde Ja independencia hasta 1874 resulté imprac- ticable.“4 Solo dos novelas fueron publicadas finalmente, ambas en 1874: 10. Casds 1874, vol. Il: 192-193. 11. Para informacion biogrdfica sobre Fernando Casés, véase Basadre 1964, yo). Tv: 1940, y vol. V: 2152-2156; Espezda Salmén 2003: 41-55; y Zafra Agreda 1961. 12. Incluso sus cercanos fueron categéricos a la hora de condenar su participacién en fos eventos de 1872. Héctor Varela esctibié: “Cobardes serfamos si al verlo cafdo, persegui- do, anonadade pox ef peso de Ia opinidn de sus conciudadanos, pretendiésemos renegar de esa amistad en aras de una contemplacién mds cobarde todavia; pero esa misma amistad no va hasta hacer acallar ia voz de nuestra conciencia: cuando juzgamos los acontecimientos de Lima, tenemos que reconocer que la conducta de Casés no tiene disculpa ni perd6n, y que con ella ha traicionado la democracia, la Republica y el dogma santo por el que antes habla combatido” (Varela 1872: 54). 13. Basadre 1964, vol. 1V: 1940, 14, En [a introduccion a Los amigas de Elena, Casés explica que solo pude escribir acerca de Jo que recordaba, dado que al salir al exilio debié dejar en Lima todas las notas y fuentes que habia recolectado a través de Jos aifos para escribir sobre el periodo entte 1820 y 1834 (Casés 1874, vol, I: VII). Jorge Basadre menciona los titulos de otras tres novelas que Casds nunca Ilegé a escribir sobre el periedo entre 1868 y 1874: Ed Olimpo, Les seis coroneles y una segunda parte de Las amigos de Flena (Basadre 1964, vol. V: 2154). Iniroduccién w Los amigos de Elena, ambientada en el primer gobierno de Ramén Castilla (1845-1851), y Los hombres de bien, centrada en los afios 1867 y 1868.'5 Casés queria llegar a las masas con sus escritos, para que se enteraran de la corrupcion ¢ indecencia de [as personas de alto rango. Su trabajo, sin embargo, fue ripidamente borrado de la escena literaria peruana, Las novelas fueron criticadas por los especialistas de la época, catalogdndeias de simples y limitadas,'* y la gente decente de Lima consideré que las virulentas acusaclonés en su contra eran inaceptables.’” El descrédito politico de Casds también jugé un papel importante, Muchas personas vieron en Los amigos de Elena una venganza politica en la que predominaban la “sétira, el sarcas- mo y los insultos” a prominentes figuras de Ja dlite limeia."" Segtin el historiador Jorge Basadze, aunque la hostilidad pol{tica es evi- dente en Los amigos de Elena, uno debe ir més alld de la contingencia para entender la literatura de Casés. Basadre define sus novelas como “literatura del asco”, péro én ver de consideratlas un fendmeno aislado solo entendible por sus motivaciones politicas, argumenta que ellas estén conectadas a una tradicién del chistne y la difamacién que era propia de la literatura picaresca. Esa critica que caracterizaba a la lireratuta colonial, muchas veces bordeando Ja infamia, aumenté durante el siglo XVII, pero siempre mantuvo un cierto respeto por el orden social, Segiin Basadre, ese sentimiento se perdié con las guerras por la independencia, dando paso a lo que él llamé una “crisis del respeto” que seria visible en novelas como las de Casés, pero principalmence ent la prensa, donde alcanzd “niveles extremes”." Asi, la critica que hace Casds a la gente decente de Lima y su relaci6n con la “crisis del respeto” de la que nos habla Basadie, abren un campo de investigacién para entender los inicios de la republica desde un conflicto so- clocultural al que hasta hoy hemos prestado poca atencidn.”* La llegada de la 15. Casdés publicé su segunda novela bajo el seudénimo Segundo Pruvonena (1874). 16. Tauzin Castellanos 2001: 27; Cornejo Polar 2000: 156. 17. Yauzin Castellanas 2001: 34. 18. Cornejo Polar 2000: 156. 19. Basadre 1964, vol. Vv: 2154 y 2155. 20. Las novelas de Casés han recibido poca atencién en las historias gencrales de la literatura peruana, con la excepcion de Maria Casero Arenas (1967). Entre los articulos que se han escrito sobre su obra, véase Tauzin Caseellanos (2001) y Espezia Salmén 2003, Entre los historiadores, las excepefones son Basudlse 1964, vol. V: 2152-2157 y Quiroz 1587. 20 Pablo Whipple independencia habria gatillado la emergencia de nuevos sectores sociales que cuestionaron las cualidades morales de quienes se autodefinfan como la gen- te decente, proceso entendido por Basadre como una crisis del respeto hacia las estructuras socioculturales provenientes de la colonia, Tanto la literatura de Casés como la virulencia que se aprecia en la prensa, por fo tanto, serfan manifestaciones de una disputa sobre los patrones de comportamiento a inicios de la repuiblica, y su estudio nos permitiria una mejor compzensién de la cultura politica de la élite durante el petiodo. Casés serfa, ademds, el representante de ura cortiente critica que ha sido silenciada tanto por la historiografia como pot el canon literario, trans- formandolo en el punto negro de Ia literatura y la politica del siglo XIX. Un intelectual socialmente desarraigado, segtin Basadre, especialmente si se le compara con los autores costumbristas y roménticos sobre cuyos relatos se ha construido {a historia de la Lima decimonénica.”! El costumbrismo de Belipe Pardo y Aliaga, por ejemplo, estaba leno de referencias a un euro- peismo aristocratico expresado a través de un permanente desprecio pot la realidad que ‘o circundaba, especialmente aquella de los sectores popula- res.” Aunque opuesta a la visién de Pardo, fa literatura de Manuel Ascencio Segura tampoco fue una amenaza para las estructuras de poder debido a la superficialidad de su critica social. Algo similar ocurrié con el romanticis- mo de Ricardo Palma, el cual, alimentado por el patrocinio publico, termi- né teforzando las contradicciones de la sociedad limefia.# La literatura de Casés, por el contratio, refleja los conflictos morales y sociales existentes cutie dos ideas de decencia que se enfrentaron a partir de la independencia. La élite, que entendfa la decencia desde una perspectiva social y racial, no acepré la critica proveniente de alguien que no pertenecia 21. Basadee 1964, vol. V: 2155. Sobre la relacidn entre costumbrismo y las prevalentes ima genes sobre la sociedad pervana, véase Salazar Bondy 1964: 23-33 y Maridtegai 1928, especialmente “El colonialismo supérstite”. 22, Cornejo Polar 2000: 145. 23. Ibid. 24. Ibid, p. 149, Véase tambidn Losada 1977: 11, donde sostiene que el compromiso to- méntico con el orden social peruano del siglo XIX puede explicarse por la subordinacién del movimiento a-una fimitada esctna culmural en Je cual la produccién tatelectual de pendia ditectamente de las aproximadamente 1200 familias decentes que vivian en la capital por aquella época. Introduccién at socialmente a ese grupo, aunque, como veremos mds adelante, Casds podia ser considerado decente desde una perspectiva ilustrada. El era un zambo de origen humilde y provinciano que, gracias al estuclio de leyes en la Uni- versidad de San Marcos, fue capaz de seguir una carrera profesional, Sin embargo, nunca serfa considerado decente segin los ideales colaniales que atin regian el entendimiento que la élite tenia de Ja decencia, La contradiccién se produce al constatar que esas criticas que la gente decente no acepté al provenir de alguien como Casds, si aparectan en fa prensa de manera sistemdtica, y muchas veces eran publicadas por los mis- mos miembros de la élie, generando lo que Basadre defini como fa “crisis de} respeto”, Tal como nos sefiala este historiador, la critica feroz y despia- dada era una caracteristica visible en los periddicos mds que en Ja literatura durante el siglo XEX y las novelas de Casés eran un reflejo de lo que los li- mefios decentes aceptaban y consum/an de manera cotidiana en la prensa.» El contenido de las novelas de Casés y su rechazo hacia la gente decen- te, por fo tanto, nos enfrenta al siguiente conflicto. La degradada imagen de la élite limefia presentada en Los amigos de Elena no era aceptable para la gente decente, aunque ella misma estaba inmersa en virulentas disputas in- ternas hechas piiblicas a través de la prensa, yendo en contra de una de las re- glas basicas de la decencia: mantener sus conductas reprochables en privado. Los conflictos asociados ala decencia El ideal de decencia defendido por la élite limefia durante los iniclos de la repéblica entid.en.conflicto con la nueva institucionalidad peruana y con los valores mozales que esta decia representar, en oposicién a la corrupcién moral que predominé durante la colonia, generando lo que Basadke llamé la “crisis del respeto”. Para mantener privilegios sociales que a pattir de la independencia ya no serian sancionados por la ley, la gente decente se vio en la necesidad de promover una doble moralidad que causé la disociacién de sus discursos y practicas, generdndose una resistencia sociocultural a la instauracién de la nueva institucionalidad republicana que, ademds, origind la crftica de los sectores emergentes. Esta resistencia de la élite se harfa evidente, por ejemplo, en su rechazo a los reglamentos de policia cuando estos obviaban las diferencias sociales, 25. Basadre 1964, vol. V: 2154 y 2155 22 : Pablo Whipple alegando poseer una superioridad moral que le otorgaba inmunidad ante la aplicacién de la ley, al mismo tiempo que exigia a las autoridades mano dura al momento de controlar al resto de la poblacién. Esta resistencia se haria visible también de manera cotidiana ante los tribunales de justicia y uno de sus vehiculos privilegiados de expresién serfa la prensa. Se genecd asf un conflicto entre la idea de decencia heredada de Ja colonia y defendida por la élite, y fa emergencia de un discurso republicano que exigia de los ciuda- danos un comportamiento en el que no se privilegiara la posicién social, y que promovia un nuevo entendimiento de le decencia desde la virtud indi- vidual. Esta nueva idea estarla representada por individuos como Fernando Casés, quienes, siguiendo lo planteado por Basadre, Je perderdn el respeto a esa élite que seguiré defendiendo privilegios que tenian su origen en el colonialismo espafiol. El concepto de decencia se transforma asi en parte central de este trabajo, ya que nos permite dar cuenta de este conflicto y sus manifestaciones en diversos 4mbitos que afectan la formacién del Estado nacional republicano. -: Dada su posicién de poder en la sociedad, no es facil definir el actuar de la élite como “resistencia” a la formacién del Estado nacional, pues la construccién del Estado se entiende como un proceso definide desde arriba y que naturalmente genera tensiones entre los sectores populares.?6 Sin em- bargo, ‘creemos que es necesario someter el estudio de Ja élite a metodologias semejantes a las usadas con los sectores populares, para asi dar cuenta de los procesos culturales de adecuacién, adaptacién o negociacién a los que se vio enfrentada, poniendo atencién en los espacios de poder que la élite constru- ye al margen de Ia ley.?” Esto es atin més necesario en un pais como Perd, donde existen muchas dudas sobre el nivel de compromiso que esa élite tuvo con el proceso de independencia y, por ende, con el momento fundacional de la reptiblica.” 26. Cuando nos referimos al papel jugado por las élites en este proceso, la historiografia prefiere utilizar términos como “adecuacién’, “adaptacién” o “negciacién”. 27. Enel fondo, se trata de estudiar a las lites, no desde Ja historia de Jas ideas, sino desde la historia social y cultural. Sobre'el concepto de resistencia, véase Scott 1985. Sobre le formacién del Estado como fenémeno cultural, véase los articulos tedricos en Joseph y Nugenc 2002. : 28. El cuestionamiento al rol de las élites en Ja. independencia peruana comenzd con la publicacién de Heraclio Bonilla y Karen Spalding, “La Independencia ene) Perti, Las

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