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Alergia en el ser humano a las proteínas de la leche de vaca (APLV)

La alergia a proteínas de leche de vaca se inicia desde los primeros meses en la vida de
un ser humano, y es más frecuente en niños que en adultos, tiene un carácter
provisional hasta en un 80% de los casos, el cual afecta aproximadamente del 6% a
niños menores de 3 años de edad y esta disminuye en la primera década de vida. Dicha
alergia suele desarrollarse en las primeras semanas siguiente a la incorporación de la
leche en la dieta.
Dentro de las causas, la más común que encontramos en la alergia de un lactante, se
presenta como una reacción inmunológica a las proteínas de la leche, esta puede ser
medida por mecanismos mixtos o por anticuerpos.
La leche contiene más de 40 proteínas las cuales pueden causar alergias al ser
humano. La frecuencia de anafilaxia se considera en un 0,8 a 9% de los casos
relacionados con alergias a las proteínas de la leche de la vaca.
Las manifestaciones clínicas más comunes de la alergia a la proteína de la leche de la
vaca son reacciones peculiares influidas por inmunoglobulina E en la piel, las cuales
pueden ser eritema, urticaria y angioedema.
Es frecuente que un lactante con alergia a la proteína de la leche muestre como
primera reacción el rechazo a consumir la leche de la vaca, aunque en su gran mayoría
de infantes (72 al 92%) tienen más de un síntoma, entre ellos caben destacar la
presencia de síntomas gastrointestinales agudos, como son vómitos y diarreas, dentro
de síntomas al aparato respiratorio comúnmente son sibilancias recurrentes, tos y
rinoconjuntivitis, puede producirse anafilaxia a la proteína de la leche de vaca la cual
suele estar acompañada de urticaria y angiodema facial, disminución de la presión
arterial.
En pacientes con dermografismo o dermatitis atópica no es posible realizar pruebas
cutáneas, lo cual es imprescindible efectuar la determinación de IgE específica para su
diagnóstico.
Dentro de los tratamientos de dicha alergia es nutrir al infante a partir de fórmulas
altamente hidrolizadas, ya sea de caseína, proteínas de suero o de soya, cabe recalcar
que sin embargo existe la posibilidad de que algunos niños sean alérgicos a los
oligopéptidos residuales, y en este caso es fundamental emplear fórmulas de
aminoácidos elementales.

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