Proyecto experimental de Vivienda: El Proyecto Experimental de Vivienda de Lima, se concibió como una oportunidad para entender y construir soluciones específicas, viables y económicas para la realidad latinoamericana. La vivienda debía pensarse como un espacio flexible, que planteara su crecimiento progresivo, a partir de la utilización de sistemas constructivos que más que costosos mecanismos industrializados permitieran ampliar la fuerza laboral, mejorando las técnicas e introduciendo nuevos modelos más prácticos. En PREVI prevalece la idea de la ciudad viva y compleja, donde una diversificación de usos y estilos ha aparecido de manera espontánea, convirtiéndolo en un barrio activo y flexible, integrado a la ciudad de un modo orgánico y donde pasa inadvertido su origen. la solución apuntaba a atender tres requerimientos: uno, el aumento de la densidad; dos, la búsqueda de un tipo de vivienda urbana capaz de hacer ciudad y tres, la asunción de los asentamientos informales, para mejorar sus condiciones, entendidos como transición hacia nuevos modos de habitación.
El tipo como teoría es entonces el principio del proyecto: es lo que define la
cohesión y el sentido de lo compuesto; asume la definición formal. Con respecto a esto, Marina Waisman afirma lo siguiente:
En los diversos textos y propuestas relativos a la tipología pueden distinguirse dos
modos fundamentales de entender su papel en la teoría y en la praxis arquitectónica: como instrumento o como principio de la arquitectura, derivados, el uno, de la consideración histórica del tipo; el otro, de su abstracción del devenir histórico. La tipología como instrumento se utiliza tanto para el análisis como para la proyectación (1993, p. 74).
Como puede verse, la tipología también representa el momento proyectual de la
arquitectura. Esto implica que desconocer el tipo es desconocer la historia dado que se omite un conocimiento fundamental que también proyecta. Pierde consecuentemente la arquitectura en su carácter disciplinar. El tipo legitima el conocimiento de la historia como baluarte de la arquitectura. Por tanto, no existe antagonismo entre la historia y el proyecto, y la arquitectura como disciplina es imposible fundamentarla con esa escisión.