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CAPITULO I SANGRE EN LA LAGUNA 1— Nubes de tormenta. 2.— El plan de penetracién. 3— Agua en el desierto. 4,— Cautela civil e imprudencia wmilitar. '5.— Los primeros muertos de la guerra. 6.— El combate del 16 de julio. En las ramas de olivo se marchitaron muy pronto las hojas. Sus tallos secos adquirieron el aspecto de espadas. 1. NUBES DE TORMENTA En el laberinto del Chaco patrullas avanzaron en uno y otro sentido observando celosamente los movimientos del contrario. De tarde en tarde, la calma impasible del bosque fue turbada con latigazos de fuego de fusiles y ametrallado- ras. Las arenas resecas bebieron 4vidamente ja sangre boli- viana del dragoneante Fernandez, Cipriano Escobar, Elias Otasio y Juan Lara y la paraguaya de Juan Sandoval, Flo- rencio Duarte y Ramén Franco. Las cancillerias de La Paz y Asuncién se culparon reci- procamente. La alarma volvio a cundir en el continente. La “United Press” pidié noticias a la legacién boliviana en Washington y ésta dio a la publicidad un comunicado: ‘Bolivia permanece absolutamente tranquila y consagrado su actual gobierno a reducir los gastos de su presupuesto anual, il line, ‘Scanned with CamScanner misién mili a In ver. que Ttalia, dos chanel que Bia por la gastos militares. - jeras bien bierno boliviano, sino a ciertas difi : finer erivados de conocidas en los circulos financicros american jie anteriori- enormes contratos sobre armamentos hechos ‘ Gad en Europa... Por su parte, si el Paraguay moderni™ Ae armamento lo esté haciendo sin comprometerse ¢P ae ae abrumadoras, sin pedir prestado un golo centavo... Sin ¢ clararse en mora en sus obligaciones... Respecto a las cano- neras que han ido aguas arriba en el rio Paraguay, como en cualquier otra parte, no son adornos que deben permanecer quietos en el puerto sino instrumentos de vigilancia”’. Bolivia reclamé en Asuncién contra los “‘términos in- amistosos” de la rectificacién pidiendo se desautorice a su autor. Caso contrario “se veria en Ja ineludible necesidad de suspender las relaciones diplomaticas”. El ministro de Rela- ciones Exteriores paraguayo repuso: “Lamento que el gobier- no de Bolivia haya acompafiado el pedido de desautorizacién de un funcionario paraguayo con una amenaza... El gobierno paraguayo a paes ee a la reclamacion...” ‘ El presidente Salamanca reuni6 e: a presidentes Montes y Saavedra, a aa: tas ox mas de Senadores y Diputados, al cancill a es de las Ca- Sanchez Bustamante y al canciller inte: ler dimitente Daniel eee anand cirecnlin de cee, arene ticas con el Paraguay. El canciller M e relaciones diploma- con las instrucciones pertinentes pa: lereado redacté el cable en Asuncion. El dia siguiente, el ra el ministro de Rolivi ditar mejor sobre las consecuen .80bierno, después de bag un nuevo cable anulando el ant, cias del paso dado nee nistro Luis Fernando Guachall: cae Resulté tarde. remitié la orden del primer mensaj, la habia cumplido le. El mi- Me vemitn medigcts tone ees domingo, mee ne suponer por esta circunstancia ierto, es deci eter, ha ; que se tr, » NO cifrado, ‘ataba de 1 y an una orden ‘Scanned with CamScanner MA Be WAS 2 Ee perentoria y, ademés, que era ya conocida por el paraguayo. Las relaciones diplomiticas resultaron suspendidas. El ministro Guachalla que pidié sus pasaportes calificé el inci- dente de una “‘tempestad en un yaso de agua”. Era mucho mas que eso. Era la demostracién del estado de excitacién, de nerviosismo, de animosidad que habia crecido entre ambos paises. “El gobierno consagrado a reducir los gastos del presu- puesto... introduciendo considerables economias en los efecti- vos del ejército...”” era el gobierno de don Daniel Salamanca. Hacia cuatro meses que asumié el poder. Daniel Salamanca llegaba a la cumbre de su carrera po- litica después de treinta afios de continuo batallar en la opo- sicién a los gobiernos que se sucedieron desde 1900. Para Ile- gar a la primera magistratura de la naci6én habia seguido a inquebrantable linea recta, que en politica es la més larga. Contaba entonces 63 afios. Habia nacido en 1868, en la ciudad de Cochabamba. Su caracter se formé en el ambien- te rural del valle. Luego de titularse de abogado y ejercer por algin tiempo el cargo de profesor del tercer curso de la Fa- cultad de Derecho, ingres6 a la politica en 1900 al ser elegido diputado por su ciudad natal. En el correr de los afios fue diputado y senador tanto por Cochabamba, como por Oruro y La Paz. Nunca en el parlamento boliviano se conocié un congre- sal mas puntual. Jamas llegaba tarde a las sesiones y si es- taba en La Paz no faltaba a ninguna de ellas. Permanecia en su curul desde el principio hasta el final de cada reunién. Fue en el parlamento que su magra figura crecié hasta alcanzar relieve nacional y convertirse en el implacable Ca- tén de los gobiernos liberales y del saavedrismo y silista aue siguieron a aquéllos. Como a Marco Porcio Catén podria de~ finirsele de “varén bueno, perito en el decir”. . Jamas goz6 de buena salud. Una estenosis al piloro, que le producia agudos dolores y lo obligaba a una dieta rieurosa, fue el silicio de toda su vida. Viajé dos veces a Europa para hacerse observar con especialistas y en la segunda ee se sometié a una operacion, pero sin resultado favorable. cntecniead continué martirizdndolo hasta el final de sus gobierno —323— ‘Scanned with CamScanner ° cCALY ROBERTO QuEREIAZY importante © n Su mal fisiolégico results un factor IMPOGS westature, 1° neamiento de su caracter. Fisicamente oe” DA). Delgado Poco inferior a la media comtin en © o afilado, ojos un tanto agachado, tez morena, ToS ‘etia siempre os y acerados, nariz fina, labios delendos, Veridencia Je trajé oscuro. “Jamas estallé en sus labios se dibujo em una carcajada y muy pocas veces, poqui su rostro una sonrisa” (DA). Bra tacitumne oledad, al olvi- soledad. “jOh, soledad gratisima! Debo 4 la 8 existencia” —— do y al sueiio los momentos mds gratos de ™ {4 wantenia se lee en una coleccién de sus pensamientos; “Pasar des- siempre a prudente distancia de las | gentes’. jonaba un apercibido en la calle o en una reunidn le preperct el que verdadero deleite” (DA). Su pasion era el estudio, en Touts le ayudaba una prodigiosa memoria. Sus nicos vicios & Ae y el cigarrillo de tabaco fuerte. “Poseia un noble y gran " Srgullos de concepeién més absoluta, el orgullo intelectua (DA). Mas no hacia ostentacién de su superioridad. Orgullo y modestia convivian perfectamente en su espiritu. Anoto en su coleccién de pensamientos: “La modestia no consiste pre- cisamente en la ignorancia de los propios méritos, sino en es- timarlos como naturales e insuficientes, para edificar sobre ellos el orgullo” .Era de maneras suaves y educadas. ‘‘Pulcro en todas sus actitudes” (DA). “La conversacién con él era muy dificil a causa de su habitual estado de concentracién espiritual” (DC). “Llegaba a la avaricia en la expresién de sus ideas” (DM). “Se mantenia casi siempre a la defensiv: entraba en debate como forzado a ello” (DC). “Pero cuands ingresaba en una conversaci6n, participaba en in Coe teos” (DA). Alcides Arguedas dijo de él: “Varé austero, de aire reservadé, de palidez y de arén de veras, das que delatan en él a un hombre de est magrura acentua- maltratado por la vida sedentaria, L, estudio y meditacion fiida, académica.. Es el hombre estinee’ aera, cleeante, ce- por su cortesia calculada, su palabra ni di edida, su trato cir- cunspecto... Un hombre viej. i gritorio, doblado sobre su sills, cseiturme, cerrado ene envu es Pee paris Pegado a los ded, eltos en una cent , dia y noche va ron nadie. Seve; 0s flacos. No jermmite qué £0 abra ning endo sus ro, mudo, con- ninguna puerta nj Venta mientos y no ma Para que no ella sin rega- yk El i ‘Scanned with CamSeanner MAS AMAGLAY se provoque la menor corriente de aire. ;Amigos? No tiene a nadie. {Consejeros? De nadie acepta consejos. ;Confiden- tes? Es solo y no confia sino en él mismo... Era en el pais una especie de simbolo. Representaba la honradez sin tacha, la honestidad de pensamiento, la altura de concepcién, el desinterés sumo. En momentos de crisis y de angustia insti- tucional, cuando todo parecia naufragar y hundirse, se vol- via los ojos a él como al solo punto de salvacién. Y era el faro de las conciencias atormentadas por los males de la patria, el refugio de todos los sedientos de justicia, libertad, seguridad... Salamanca conocid como nadi el fervor alu- cinante de las muchedumbres... Es con este taumaturgo que Bolivia ha corrido la més peligrosa de sus aventuras, ha co- nocido la més tremenda de sus desdichas”. El sefior Salamanca ha descrito asi la posicién en que se encontré a poco de asumir el mando supremo de la re- publica: “Por un exceso de ingenuidad el gobierno no tuvo mayoria en el Congreso y qued6 abandonado a los entendi- mientos de los liberales y los personalistas que, unidos, for- maban mayoria. El gobierno, aunque emanaba de una fuer- za nacional incontestable, quedaba sin poder en el Parla- mento, y por esto mismo, reducido a la esterilidad. El des- arrollo ulterior de los acontecimientos fue una consecuencia de este antecedente. El Ejecutivo no podia desarrollar su po- litica, y no sdlo se hallo sitiado por el Congreso sino repeti- das veces en trance de renunciar. Estos antecedentes estable- cen con claridad suficiente la situacién en que nacia el go- bierno en marzo de 1931, y las dificultades, los tropiezos, las restricciones y los peligros que habia de desenvolverse, o mas bien arrastrarse penosamente. Los enemigos politicos del ¢o- bierno, aunque aliados a él para acercarse al poder, tomaron sus posiciones y medidas para restringirlo y maniatarlo. El conjunto de los acontecimientos politicos de esa administra- cion, a través de todas las apariencias, tiene el aspecto de una oscura venganza, largo tiempo buscada y copiosamente apro- vechada, cca fruicién indecible”. Comenta su bidgrafo, sefior David Alvéstegui: “La vida de Salamanca en el palacio de gobierno de La Paz, era la con- tinuaci6n Mana de la simplicidad de la existencia que hizo de él un asceta laico... Los domingos se permitia largos paseos matinales en automévil y de preferencia al Altiplano, casi a ‘Scanned with CamScanner

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