A pesar de ser una ciencia reciente y haber sido cuestionada en cuanto a su autonomía y su
independencia disciplinaria, la criminología moderna ha alcanzado su identidad científica y social a
través de:
Una diáfana definición de sus dos objetos de estudio (conducta desviada y control social).
Es el término usado para denotar la conducta que viola lo que un agrupamiento espera
normalmente de las personas de acuerdo a unas normas sociales, según Merton. La desviación
social “es definida normalmente como conducta que viola normas y expectativas de cualquier
sistema social o modo de dominación y ante la cual éste reacciona con un dispositivo de control
específico.
1º Es un conjunto de conocimientos, mismos que le aportan todas las otras ciencias, se nutre de
todo conocimiento.
2º La Criminología tiene un objeto de estudio, otra característica con la cual pretende ser una
ciencia autónoma, independiente de las ciencias y disciplinas que le llevan sus conocimientos.
3º La criminología no solamente reúne, acumula y repite conceptos, sino que, por medio de la
síntesis, aporta conocimientos nuevos y diferentes, bien ordenados, divididos en áreas y temas
concretos, con hipótesis y soluciones propios.
4º Además tiene métodos de investigación, mismos que le aportan otras ciencias y métodos y
Es una ciencia sintética y empírica, sus límites están fijados por su contenido: el estudio triple del
delincuente y del delito, bajo los aspectos antropológico-biológico, psicológico y sociológico"
derivándose de ella que es "una ciencia sintética, causal, explicativa, natural y cultural de las
conductas antisociales. Quiroz Cuarón.
La Criminología es una ciencia del "ser", Empírica; el derecho, una ciencia cultural del "deber ser",
Normativa. Que la Criminología pertenezca al ámbito de las ciencias empíricas significa, en primer
lugar; que su objeto (delito, delincuente, víctimas y control social) se inserta en el mundo de lo
real, de lo verificable, de lo mensurable y no en el de los valores. La naturaleza Empírica de la
Criminología implica, ante todo, que ésta descansa más en hechos que en opiniones, más en la
observación que en discursos o silogismos.
a. Principio del bien y del mal. Dice que el bien está representado por la sociedad, el mal por el
delito, y que el sujeto delincuente es un ente disfuncional que rompe los esquemas de la sociedad.
d. Principio de Igualdad. Tiene su fundamento en que todos son iguales ante la ley penal. La pena
se aplica por el resultado.
e. Principio del Interés Social y del Derecho Natural. - El delito no se circunscribe al agraviado, sino
que compete a la sociedad ya que es signatario y se rompe por el ilícito. El Derecho Natural tiene
sus principios inmutables, justificados en la razón, de modo tal que los hechos delictivos son una
recusación a la razón y al sentimiento connatural de los hombres.
f. Principio de Prevención. - Dice que los paradigmas clásicos tradicionales del Derecho penal
represivo tienden a admitir las medidas de seguridad para la prevención de los delitos y permitir la
educación y resocialización.
Cuestiona el principio del bien y el mal, poniendo en evidencia que las causas de la desviación no
deben buscarse en la patología social o individual (términos de delincuencia) sino la desviación
criminal es un fenómeno normal de toda estructura social, según esta teoría solo cuando se han
superado los límites fisiológicos de la desviación se convierte en una dificultad para la evolución
del sistema social. El hombre por el sólo hecho de vivir con los demás está expuesto a todos los
cambios de la sociedad, dichos cambios son normales por obedecer a diferentes causas como los
económicos, políticos, mientras que si se mantienen los limites necesarios en esta desviación será
considerado parcialmente positivo y con carácter innovador.
Ponen en duda el principio de la culpabilidad, según esta teoría el campo delictivo no debe
interpretarse como la actividad dirigida contra el valor. El elemento volitivo del comportamiento
penal, no se dirige necesariamente a diluir los elementos valorativos. Por ejemplo, la orientación
finalista estima que el delincuente no tiene en su interioridad el ánimo de lesionar consciente,
libremente un determinado bien, sino que el resultado le es asociado a su actitud,
comportamiento o conducta. Según estas teorías no solo existe un solo sistema oficial de valorar
sino también un subsistema de valores que se transmite a los individuos por medio de
mecanismos de socialización que rodean en el mundo circundante, pertenece por lo general a los
grupos sociales. Toda sociedad dispone de paradigmas propios de estructuras ideológicas,
particulares que armonizan con el grado de cultura de los pueblos, de tal modo que según esta
teoría la culpabilidad no es un elemento esencial en la concepción criminal.
Recusan el principio de la legitimidad, dice que los mecanismos psicosociales de la pena que son
las que importan a estas teorías, sustituyen las funciones preventivas y éticas en las que está
basado el sistema penal tradicional. La pena no es legítima porque él no es el verdadero autor, por
que tan solo es un chivo expiatorio.
La teoría de la etiquetación.
Refuta el principio de igualdad, se afirma que los hechos antisociales o delictivos no son entidades
pre constituidas susceptible de identificación por acción de las distintas instancias del sistema
penal, sino más bien son una cualidad atribuida a los sujetos por medio de mecanismos oficiales
de selección y de no selección. La teoría clásica del Derecho penal auspicia el principio de la
igualdad ante la ley penal, la teoría que contradice al principio de igualdad señala que el
etiquetamiento o la denominación que recibe un comportamiento está determinado por la
redacción del Estado, quiere decir que ésta, en atribución de criminalizar determinadas conductas
le impone una denominación sin considerar ningún aspecto que significa igualdad, contrariamente
la criminalización primaria2 obedece a determinadas condiciones que la misma sociedad impone.
El estudio del delito, de su autor y de los medios de lucha contra ambos, no puede llevarse a cabo
por una sola disciplina. Designamos el conjunto de todas las disciplinas que se dedican al estudio
del delito, autor y medios de lucha contra ambos con la denominación de Enciclopedia de las
Ciencias Penales. Comprendiendo básicamente la Criminología, la Penología y la Política Criminal.
La Criminología se vale del método empírico y se asume como una ciencia del ser, a diferencia del
Derecho, que encuadra más en las ciencias culturales, las ciencias del deber ser o normativas.
Como ciencia empírica, la que venimos estudiando utiliza el método inductivo, basado en el
análisis y la observación de la realidad; el Derecho, por su parte, se sirve de un razonamiento
lógico, abstracto-deductivo.
En las ciencias sociales, donde podemos ubicar la Criminología, se utilizan muy variadas
metodologías para realizar una investigación científica. El criminólogo es un científico social que
trabaja interdisciplinariamente, con lo cual también se quiere decir que no utiliza un único método
sino una pluralidad de ellos.
La elección del método deriva de la rama científica de procedencia del investigador. Por ejemplo,
los sociólogos utilizan las encuestas; los psicólogos, las entrevistas o el método experimental; los
antropólogos, la observación participante; los juristas, el documental; los periodistas, las historias
de vida; los policías, la investigación criminalística. Por lógica, lo anterior no significa que en
cualquiera de los casos señalados no puedan usarse otros métodos. Antes bien, se recomienda con
insistencia emplear la técnica de “triangular datos”, es decir, valerse de más de un método para
afianzar la validez de los resultados alcanzados.
6.3 La observación
6.4 La experimentación
Por método experimental debe entenderse aquel instrumento que permite establecer o rechazar
una relación de causalidad entre el resultado y la hipótesis sometida a investigación.28 Por
ejemplo: para estudiar la eficacia de un programa de rehabilitación de toxicómanos, no podemos
conformarnos con conocer que dos de cada tres participantes han vuelto a consumir droga. No
sabemos si ese es o no un buen resultado. El dato en sí no dice nada sobre cuál ha sido el efecto
de nuestra actuación. Para determinarlo, necesitamos la presencia de un grupo de control que
comparte todas las características de aquel que recibe tratamiento, excepto la de verse expuesto
al programa de rehabilitación. En cualquier caso, deben establecerse límites éticos y jurídicos que
impidan realizar algún tipo de experimentación que lesione la dignidad de las personas.
7. ESCUELAS Y DIRECCIONES
Escuela clásica
A partir del legado filosófico liberal de la Ilustración (humanismo y racionalismo) y de acuerdo con
los postulados del iusnaturalismo, el jurista italiano Francesco Carrara separó el Derecho de
cualquier dato empírico, aspecto que le valdría las críticas de los positivistas naturalistas. Sostuvo
que el Derecho es connatural al hombre y por eso la ciencia del Derecho criminal es un orden de
razones emanadas de la ley moral, preexistente a las leyes humanas. Según su ideario, el delito no
era un acontecimiento natural sino un ente jurídico, producto de dos fuerzas esenciales: una
voluntad inteligente y un hecho exterior lesivo del Derecho. La pena, como reacción al delito, era
considerada la única justificación para proteger el orden jurídico, un mal y un medio necesario
para restablecer el orden externo de la sociedad. El modelo penal de esta escuela sería el de la
pena justa, propio de las teorías absolutas o retributivas de la pena.
Si bien Francesco Carrara es el personaje más destacado de la escuela clásica, debe anotarse que
los postulados básicos sobre los que se construye esta dirección fueron aportados por Cesare
Bonesana, marqués de Beccaria (1738-1794), autor del famoso libro De los delitos y de las penas
(1764); Jeremías Bentham, con su Tratado de las penas y de las recompensas (1840), y
Giandoménico Romagnosi, mediante su obra Genesi del diritto penale (1837).
Como superación de la orientación clásica, surgió la Scuola Positiva, cuyos representantes más
conocidos fueron Cesare Lombroso, Raffaele Garófalo y Enrico Ferri. Se trata del inicio de la
Criminología con base científica, sustentada en los planteamientos de Auguste Comte y Charles
Darwin.
Es una Criminología aplicada, consistente en realizar el estudio científico del sujeto que delinque,
con el objetivo de formular una opinión, diagnóstico o pronóstico y, en algunos casos, proponer un
tratamiento. Explica el fenómeno criminal a partir del individuo, dejando a un lado la perspectiva
social o jurídica. Antes que globalmente, intenta estudiar el caso concreto al centrarse de forma
exclusiva en la figura del sujeto criminal.
Aplicada
Deriva de la Criminología científica, aunque, de manera eventual, puede surgir de la experiencia
resultante del trabajo de los jueces, fiscales, funcionarios penitenciarios o de policía, por ejemplo.
Tiene una finalidad práctica eminente: el establecimiento de una determinada Política criminal;
marca, en efecto, la adopción de una visión criminológica en particular. En este sentido, cabe
aclarar que, si una Criminología aplicada descansa sobre bases científicas, será diferente de
aquella otra que nazca de meras instrucciones o directrices (carentes de sustento científico)
emitidas por directivos de las agencias gubernamentales.
Los protagonistas de este tipo de Criminología son los jueces, fiscales, policías, abogados, médicos,
trabajadores sociales, educadores, por mencionar algunos de los operadores y participantes del
sistema penal en su conjunto. La variedad de sus creadores denota la importancia de la misma,
pero al mismo tiempo plantea la necesidad de una revisión constante de sus contenidos para
verificar su efectividad. Mejor será, en fin, que la Criminología aplicada se ajuste tanto como sea
posible a la denominada científica.
La criminología crítica es una rama de la criminología que construye su perspectiva sobre la base
del marxismo, feminismo, economía política y la teoría crítica. Uno de los objetivos de esta
disciplina es el estudio sistémico de la delincuencia y la justicia dentro de la estructura de clases y
los procesos sociales. En esta perspectiva, la ley y la pena son vistas en relación con un sistema
que perpetra la opresión y las desigualdades.
La clase obrera, en particular, es el grupo social que sufre mayormente esta asimetría de valores,
junto con las mujeres, los niños y las minorías étnicas. Más simplemente, la criminología crítica
puede ser definida como un área de la criminología que considera extensamente los factores
contextuales de un delito.
Friedrich Engels escribió en 1845 La situación de la clase obrera en Inglaterra, obra donde
desarrolla una especie de diagnóstico marxista sobre la génesis de la criminalidad. Según esto, la
criminalidad está relacionada con la lucha de clases en el marco de la nueva sociedad industrial,
caracterizada por la confrontación entre proletariado y burguesía; así, la conducta del robo sería la
expresión más primitiva de protesta.