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Historia de la ciencia y la tecnología en España

La historia de la ciencia y la tecnología en España abarca la historia de


la ciencia y la historia de la tecnología en España. Al no existir un
consenso académico son igualmente usadas las designaciones historia de
la ciencia en España, historia de la ciencia española, historia de la
ciencia y la tecnología españolas o historia de la ciencia y de la técnica
en España.1

El mismo deslindamiento de qué llamar ciencia, qué técnica y qué


tecnología es un asunto delicado, del que se ocupan los estudios de ciencia,
tecnología y sociedad, de reciente definición. Mientras que las actividades
científicas y técnicas son tan antiguas como el ser humano, el
establecimiento de una verdadera tecnología (entendida como la
integración de conocimientos sistemáticos, recursos materiales, habilidades
y procedimientos técnicos aplicados a la trasformación de un proceso Astrolabio de al-Sahlî, fabricado en
productivo con una metodología consciente —que supere el nivel de lo Toledo en 1067. Museo Arqueológico
artesanal—), ha de esperar a la Edad Contemporánea, momento que para Nacional.
el caso de España llegó con un notable atraso, en comparación con la
precocidad y empuje con que entró en la modernidad.

Pocos científicos españoles (con excepciones como Servet o Cajal) fueron protagonistas de los cambios de
paradigma que caracterizaron las sucesivas revoluciones científicas; por eso, buena parte de los estudios de historia
de la ciencia consisten en el rastreo de su recepción en España, y lo mismo sucede con las transferencias
tecnológicas. Hasta tal punto la ciencia y la tecnología han sido en España, hasta la primera mitad del siglo XX, una
«realidad marginal en su organización y contexto social»,2 que tal marginalidad se llegó a convertir por décadas en
una especie de estereotipo nacional español difundido y celebrado por algunos medios extranjeros, unas veces
rechazado por impropio o injurioso y menos veces asumido con orgullo y desdén, como en la lapidaria expresión
de Miguel de Unamuno, cuyo repetido uso y abuso produjo por años un tópico o cliché utilizado con sentidos
opuestos: «¡Que inventen ellos!»3

El uso del masculino ellos, tampoco es casual.4 El predominio de varones en ciencia y tecnología como en otras
naciones europeas, ha sido casi absoluto históricamente, y únicamente ha sido desafiado en términos cuantitativos
desde la segunda mitad del siglo XX tratando de poner en valor y visibilizar las personalidades femeninas
significativas en estos campos.

Índice
Presente y normativa
Introducción histórica
Ciencia y técnica en la España medieval
Ciencia y técnica en la Hispania visigoda
Ciencia y técnica en al-Ándalus: la España musulmana
Ciencia y técnica en los reinos cristianos peninsulares medievales
Alta Edad Media
Baja Edad Media
Traductores judíos
Universidades y escuelas de traductores
Tecnología naval
Ciencia y técnica en la Edad Moderna o Antiguo Régimen español
Ciencia y técnica en el Siglo de Oro español
El contacto con las culturas precolombinas
Las universidades españolas en el siglo de Oro
Instituciones científicas y técnicas de los Siglos de Oro
Carrera de Indias. Navegación. Ingeniería
Metalurgia. La amalgama: plata y mercurio
Matemáticas y astronomía
Medicina
Colegio Imperial de la Compañía de Jesús
Otras ciencias
Los novatores
Las mujeres en la ciencia y la cultura del Siglo de Oro español
Ciencia y técnica en la Ilustración española
Instituciones científicas y técnicas de la Ilustración española
Expediciones españolas del «Siglo de las Luces»
Inicios de la aeronáutica
Las mujeres en la Ilustración española
Ciencia y técnica en la Edad Contemporánea española: el «fracaso» de la Revolución
Industrial
Ciencia y técnica en el siglo XIX español
Instituciones científicas del siglo XIX
La recepción del evolucionismo
Expediciones españolas del siglo XIX
Inicios de la fotografía y el cine
Los inicios de la electrificación en España
Los ferrocarriles en España
El textil y la ingeniería en Cataluña
La explotación minera en el siglo XIX. La siderurgia malagueña, asturiana y vasca
La incorporación de la mujer a las instituciones culturales españolas del siglo XIX
Ciencia y técnica en el siglo XX español
Las últimas expediciones coloniales
Expediciones al interior: el «redescubrimiento de España»
El desarrollo de la electrificación en España
La ciencia y la tecnología en la «Edad de Plata»
El acceso de las mujeres a los estudios y titulaciones universitarias
Instituciones científicas y tecnológicas de la «Edad de Plata»
La recepción de la revolución relativista
Otros científicos españoles del primer tercio del siglo XX
La ciencia y la tecnología durante el franquismo
Los inicios de la revolución informática
La ciencia y la tecnología en la democracia
La mujer española accede a la ciencia y la tecnología
La divulgación científica y la protección de la naturaleza
Véase también
Referencias
Enlaces externos

Presente y normativa
En los últimos años, España ha alcanzado una alta posición (la novena,
con el 2,5 % de las publicaciones) en los rankings científicos
internacionales,5 pero se enfrentó a los fuertes recortes presupuestarios de
la crisis de 2008-2013.6 Una de las debilidades del sistema español de
ciencia y tecnología (o sistema nacional de innovación)7 era la carencia de
inversiones en I+D+i de muchas empresas privadas y, consecuentemente,
su dependencia de las inversiones públicas, una diferencia destacable con
otros países industrializados.8 No obstante, desde la segunda década del
De izquierda a derecha, el
siglo XXI, la salida de las empresas privadas al exterior, obligadas por la
Telescopio William Herschel, el
crisis, ha tenido como consecuencia la necesidad de competir y sobrevivir
Telescopio Abierto Neerlandés, el
en el mercado global, generando una mayor aplicación científica y Telescopio Carlsberg Meridian, el
tecnológica, y consecuentemente una mayor inversión privada en Telescopio Solar Sueco, el
investigación. Telescopio Isaac Newton (segundo
por la derecha) y el Telescopio
Con muchos cambios en los últimos años, desde el ámbito gubernamental, Jacobus Kapteyn (el más lejano por
al menos tres ministerios (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la derecha), en el Observatorio del
Ministerio de Economía y Competitividad –que incluye la Secretaría de Roque de los Muchachos, isla de la
Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, anteriormente de rango Palma, Instituto de Astrofísica de
ministerial como Ministerio de Ciencia e Innovación– y Ministerio de Canarias.
Industria, Energía y Turismo) comparten actualmente competencias sobre
esta área, regulada por la Ley 14/2011, de 1 de junio de la Ciencia, la
Tecnología y la Innovación.9

Existe un Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación,10 y una red de Organismos Públicos
de Investigación (OPI), con el CSIC en su vértice, Grandes Instalaciones Científicas (GIC), Instalaciones de
Tamaño Medio (ITM) y parques científicos y tecnológicos (Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de
España, APTE).

Introducción histórica
A pesar de su dificultad metodológica (ausencia de fuentes escritas), la
reconstrucción de aspectos del pensamiento precientífico y pretecnológico
(interpretación y transformación de la naturaleza) en épocas prehistóricas
se ha intentado con el análisis e interpretación del arte paleolítico, que en la
península ibérica tiene muestras de extraordinario valor; así como con las
técnicas líticas e incluso con las reconstrucciones anatómicas.11
Fragmento del Atlas catalán de
La teoría de la revolución neolítica implica para esta zona una Cresques Abraham, 1375.
interpretación difusionista para innovaciones como la agricultura o la
cerámica,12 mientras que, desde posturas poligenistas, se argumenta que la
metalurgia del cobre en el calcolítico (Los Millares, principios del III milenio a. C.) podría haber surgido de una
innovación endógena, simultánea a un incremento de los rendimientos agrícolas por el regadío (acequia del poblado
del Cerro de la Virgen de Orce), al amurallamiento y a la estratificación social.13

Ya en época plenamente histórica para el Próximo Oriente (pero protohistórica para Europa —Edad de los Metales
—), el papel de las tierras del Extremo Occidente en el comercio de metales a larga distancia con las primeras
civilizaciones fue fundamental para la incorporación de las técnicas metalúrgicas de la edad del bronce; mientras
que las de la edad del hierro fueron introducidas a finales del II
milenio a. C. y comienzos del I milenio a. C. simultánea e
independientemente por los pueblos colonizadores mediterráneos (griegos
y fenicios, en la costa oriental y meridional) y los celtas centroeuropeos (en
el centro, oeste y norte). La llegada de otras manifestaciones técnicas como
la rueda, el arado o la vela son aún más difíciles de constatar.

La romanización fue muy profunda en Hispania, y dan muestra de ello las


técnicas constructivas que permitieron resultados tan acabados como el
Útiles de esparto procedentes de las
Puente de Alcántara o el Acueducto de Segovia, un complejo trazado de
explotaciones mineras romanas de
calzadas, las primeras presas hidráulicas (cuya entidad está siendo
Carthago Nova (Cartagena). Museo
debatida)14 o explotaciones mineras de todo tipo, desde la aurífera a tan Arqueológico Municipal de
gran escala como las Médulas hasta la del lapis specularis (véase también Cartagena.
Economía en la Hispania Romana).

Por Cádiz pasaron algunos de los más importantes científicos de la época


helenística, como Polibio, Artemidoro y Posidonio, que tuvo oportunidad de medir allí las mareas (fenómeno más
visible en el Atlántico que en el Mediterráneo) y proponer sus causas.15 Autores béticos como el algecireño
Pomponio Mela o el gaditano Columela están entre los escasos tratadistas hispanolatinos de cuestiones científicas.
El primero, geógrafo, con su De Chorographia; el segundo con Re re rustica y Liber de arboribus, de cuestiones
agronómicas. Una lúcida reflexión de Columela representa claramente cómo el carácter especulativo de la actividad
científica en el mundo grecorromano está desconectado de las técnicas y el trabajo manual; como corresponde a la
radical separación entre el otium propio de los filósofos y el mundo del negotium y los esclavos.

Y no puedo acabarme de admirar, cuando considero que escogiendo los que desean hablar bien un
orador cuya elocuencia imiten; buscando los que quieren aprender las reglas del cálculo y de las
medidas un maestro de esta enseñanza que tanto les agrada; procurando los aficionados a la danza y a la
música con el mayor cuidado maestros de estas artes; llamando los que quieren hacer un edificio
operarios y arquitectos; los que quieren confiar al mar una embarcación hombres que sepan manejarla;
los que emprender guerras personas inteligentes en la táctica; y para decirlo todo de una vez, haciendo
cada cual diligencia, para el estudio a que quiere aplicarse, del mejor director que pueda encontrar; y
finalmente, eligiendo cada uno de entre el número de los sabios una persona que forme su espíritu y sea
su maestro en la virtud: solamente la agricultura, que sin duda está muy cerca de la sabiduría, y tiene
cierta especie de parentesco con ella, carece de discípulos que la aprendan y de maestros que la
enseñen.
Lucio Junio Moderato Columela

Los doce libros de la agricultura, De las cosas del campo (De re rustica), mediados del siglo
I.
16

La ciencia medieval, dentro de sus limitaciones inherentes, tuvo algunos de sus máximos desarrollos en la península
ibérica, compartida por reinos cristianos y musulmanes, y con una influyente presencia intelectual hebrea. Antes
incluso, la Edad Oscura de la Alta Edad Media tuvo en el reino visigodo de Toledo y en el monacato hispánico
alguna de sus aisladas lumbreras (destacadamente, san Isidoro y sus Etimologías). Las transiciones entre distintos
modos de producción implicaron transformaciones tecnológicas impulsadas o frenadas por las diferentes
configuraciones económico-sociales, que en el caso español se sustanciaron en diferentes formas de renovar las
técnicas agrícolas, ganaderas y de la industria alimentaria y otras ramas de la artesanía; a veces por iniciativa
institucional (monástica o gremial) o por la dinámica propia de las actividades productivas, más o menos sometidas
a secretos de oficio y desprestigiados socialmente en la sociedad estamental (incompatibilidad entre trabajo y
nobleza, calificación de oficios viles y mecánicos).18 Los ejemplos más aparatosos son las norias del sureste
español y otras técnicas de regadío introducidas o perfeccionadas por la civilización árabe-hispana.

La inclusión de los reinos bajomedievales españoles en las rutas comerciales europeas, entre el Atlántico y el
Mediterráneo, estimuló no sólo la tecnología naval y la investigación cartográfica y astronómica aplicable, sino
también la experimentación de técnicas comerciales y financieras innovadoras, tanto en la Corona de Aragón
(Lonja de la Seda, Taula de canvi, Consulado del mar) como en la de
Castilla (con ferias como las de Medina del Campo, Medina de Rioseco y
Villalón),19 en las que se firmaron las primeras letras de cambio, y se
inició la reflexión que, tras el impacto decisivo que supuso la conquista y
colonización de América y sus efectos negativos en España (revolución de
los precios, desincentivación de las inversiones productivas y fomento del
conservadurismo social e ideológico) terminó dando origen a la ciencia
económica (no en vano uno de sus textos fundacionales, el de Tomás de
Mercado se tituló, parafraseando a la Suma teológica de su tocayo santo
Tomás de Aquino, Suma de tratos y contratos, 1571).20 En algunos
casos, estas prácticas estaban ligadas a la minorías judía y conversa (el
préstamo a interés era considerado pecado de usura tanto para la moral
cristiana como para la islámica), lo que estuvo en el origen de cuestiones
tan decisivas para la historia cultural e intelectual como la dialéctica
cristiano nuevo-cristiano viejo y la propia conformación de la hacienda y la
burocracia (almojarifes) de la naciente monarquía autoritaria que Esfera armilar de la Biblioteca de El
peculiarizó a la Monarquía Hispánica unificada desde la época de los Escorial
Reyes Católicos, para quien la política de máximo religioso justificó
también toda una serie de decisiones que determinaron graves
consecuencias para el tejido productivo, las ciencias y las técnicas en
España, como la expulsión de los judíos (1492) y la expulsión de los
moriscos (1609), la persecución de toda clase de disidentes religiosos o
intelectuales (alumbrados, protestantes, erasmistas) así como la sujeción de
las conciencias al sistema inquisitorial que universalizaba la sospecha, la
delación y la autocensura.

Quedaron todos los circunstantes admirados, y algunos de ellos, más


simples que curiosos, en altas voces comenzaron a decir:
La fragua de Vulcano, Diego
—¡Milagro, milagro! Velázquez, 1630. El trabajo manual,
Pero Basilio replicó: relegado en la mitología
grecorromana al dios más feo y
—¡No «milagro, milagro», sino industria, industria!
deforme (Hefaistos-Vulcano,
Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha (Segunda parte,
deshonrado por su bella esposa,
capítulo XXI), año 1615.
Afrodita-Venus, y por el gallardo dios
de la guerra, Ares-Marte), era
La importancia económica de la Carrera de Indias y la explotación minera también despreciado socialmente en
del Nuevo Mundo hizo que la demanda científica y tecnológica impulsada la España del Barroco, que también
desde el inmenso poder de la Monarquía Hispánica fuera de altísimo nivel, ponía la honra muy por encima de
sobre todo en los ámbitos naval y metalúrgico. La prioridad indiscutible en todo lo material. Este mismo genial
cualquier programa científico que hubiera podido diseñarse era claramente pintor tuvo que demostrar
la que marcaban las necesidades del inmenso Imperio ultramarino. documentalmente, contra toda
evidencia, que jamás en su vida
Una de sus más punteras manifestaciones tuvo lugar en 1598, cuando (como no fuera por servicio al rey o
Felipe III convocó un concurso abierto a cualquiera que determinara la por «amor al arte») había incurrido en
longitud geográfica en el mar. El propio Galileo Galilei optó al atractivo tal incompatibilidad con la condición
premio en 1616 (con un método inviable en un barco en movimiento, de nobleza a la que aspiraba.17
basado en la observación de los movimientos de las lunas de Júpiter).21
La magnitud de la ambición del concurso quedó evidenciada con el hecho
de que tal cosa no fuera posible hasta los relojes del siglo XVIII, cuando la primacía naval estaba pasando a
Inglaterra (desde 1731 disponía de relojes, como el de John Harrison que, sin péndulos ni pesas, sino resortes, se
alojaban en una caja con suspensión cardán para absorber los movimientos del barco), mientras que la tecnología
relojera española había quedado retrasada (las colecciones regias de Carlos III y Carlos IV, a pesar de la existencia
de la Real Fábrica de Relojes, en funcionamiento de 1788 a 1793, y la Real Escuela de Relojería (1770) recurrían a
John Ellicott o a relojeros franceses) hasta las notables creaciones de José Rodríguez Losada, ya a mediados del
XIX.22 En otra dimensión, pero con no menor proyección en el futuro, se situó el
certamen convocado en su corte por Felipe II y que puede considerarse como
primer campeonato del mundo de ajedrez (1575). En aquella ocasión, el español
Ruy López de Segura (considerado hasta entonces el mejor ajedrecista práctico y
teórico —Libro de la invención liberal y arte del juego del axedrez, 1561-), fue
destronado por el italiano Leonardo da Cutri.

La universidad medieval se renovó con el humanismo; mientras que la


contrarreforma supuso un cierre a las influencias exteriores y un anquilosamiento
generalizado de la institución, que pasa a cumplir la que de hecho siempre había
sido su principal función: la reproducción de las élites (véase Colegio Mayor). No
obstante, algunos extremos de este cierre al exterior no han de ser magnificados,
como la famosa Pragmática de Felipe II de 1559 que impedía a los estudiantes
Cronómetro marino J. R. castellanos salir a universidades de fuera del reino (ampliado en 1568 a los
Losada, 1850-1860. Museo estudiantes de la Corona de Aragón) cuya aplicación fue en la práctica poco
Nacional de Ciencia y
rigurosa, y cuya motivación es cuestionada por la historiografía (posiblemente no
Tecnología.
era tanto una defensa contra el protestantismo como un ataque a la Compañía de
Jesús y la Universidad de Lovaina, significativamente no exceptuada —como sí lo
estaban Bolonia, Roma, Nápoles y Coímbra—).

Que es lastimosa y aún vergonzosa cosa que, como si fuéramos


indios, hayamos de ser los últimos en recibir las noticias y luces
públicas que ya están esparcidas por Europa. Y asimismo, que
hombres a quienes tocaba saber esto se ofendan con la advertencia y
se enconen con el desengaño. ¡Oh, y qué cierto es que el intentar
apartar el dictamen de una opinión anticuada es de lo más difícil que
se pretende en los hombres!
Juan de Cabriada. Carta filosófico-médico-chymica, 1687.23

La conciencia del mal estado de las ciencias y las técnicas en España surge
a partir de la introspección negativa de los arbitristas del siglo XVII, y sobre
todo desde el siglo XVIII, que a las luces de la razón buscaba el progreso en
las ciencias útiles. Tras el debate generado por la provocativa pregunta
¿Qué se debe a España? de Masson de Morvilliers (véase Pan y Toros)
pasó a ser un tópico que la ciencia española mostraba un atraso
considerable frente a la de los demás países europeos, al contrario que la
Cartografía de la isla de San Carlos
literatura española (entendida como literatura artística) o el arte español. (isla de Pascua) levantada durante la
De hecho, el tópico pasó a ser de tan extendido uso que provocó la queja expedición de Felipe González
por la queja en autores como Cadalso o Larra (Cartas marruecas, En este Ahedo (1772). Museo Naval de
país —véase Ser de España—). Madrid.

En realidad, los conceptos de ciencias y letras o humanidades no


estuvieron deslindados hasta la Ilustración (e incluso hasta mucho más
adelante no se tomó conciencia de lo hondo de la brecha entre ambos campos del conocimiento con el debate de las
dos culturas de mediados de siglo XX). En ese contexto se debe entender el famoso discurso de Don Quijote sobre
las armas y las letras: frente al ejercicio militar propio del caballero (y que en la Edad Media era el único que le era
propio), desde el Renacimiento quedó evidenciado que la alta alcurnia no estaba reñida con la formación
intelectual.24 Letras en esa época eran tanto las letras divinas (teología) como las letras humanas,25 recientemente
emancipadas de ellas como saberes autónomos: gramática, derecho y cualquiera de las denominadas artes liberales,
incluidas la medicina (habitualmente denominada física, y físicos los médicos), las distintas ramas de las
matemáticas (entre las que la astronomía no se había deslindado de la astrología) y la filosofía (indistinguible de lo
que hoy llamaríamos ciencia, sobre todo cuando se adjetivaba como filosofía natural o historia natural).26
Independientemente de la coyuntura adversa que presidió el tránsito del siglo XVIII al siglo XIX (denominada crisis
del Antiguo Régimen por la historiografía), la clave de lo que cada vez más se percibía como el atraso español era
la pervivencia de unas estructuras socioeconómicas preindustriales, justo en el decisivo momento en que Inglaterra
inicia su Revolución industrial y Francia su Revolución francesa; que es también el contexto crucial en que se inició
en los países más avanzados la coordinación entre ciencia y técnica (mundos hasta entonces sustancialmente ajenos)
que llevará con el tiempo a la formación de una verdadera tecnología y a los procesos de retroalimentación,
originados por la demanda social de innovaciones, que han dado en denominarse ciencia-tecnología-sociedad
(CTS).

La expresión intelectual de la resistencia a la modernización en España fue la fortísima oposición entre


afrancesados y casticistas, que se radicalizó con la atribución de todo tipo de heterodoxias religiosas a los ilustrados
(jansenismo, masonería, panteísmo, librepensamiento, volterianismo, agnosticismo, ateísmo —ejemplificado en el
proceso inquisitorial a Pablo de Olavide—). Paradójicamente, en el lado del clero, también las víctimas que cayeron
fueron los más preparados científicamente: los jesuitas,27 expulsados en 1767 al ser culpados del Motín de
Esquilache. Sus colegios y bibliotecas fueron confiscados y sus miembros dispersados (muchos de ellos, desde
Roma, continuaron su producción científica y literaria en español). Los escolapios28 pasaron a ser la orden más
dedicada a la enseñanza en entornos extrauniversitarios, aunque en niveles mucho más elementales (los jesuitas se
centraban en la élite social e intelectual). La Compañía de Jesús se reintrodujo en España en el siglo XIX, volvió a
ser suprimida durante la Segunda República y se restauró con el franquismo. En cualquier caso, los recelos
anticientíficos no fueron monopolio español: en la Inglaterra y la Holanda de finales del XVII y comienzos del
XVIII hubo fortísima oposición médica al uso de la quina (polvo de los jesuitas29 ).

La guerra de Independencia española (1808-1814) supuso un verdadero


desastre para la ciencia y la técnica en España, que en algunos sectores
habían llegado a ser punteras (significativamente, de los veintiún elementos
descubiertos en el siglo XVIII,30 dos —platino y wolframio— lo fueron
con intervención española; de los cincuenta y uno descubiertos en el siglo
XIX, sólo el vanadio, pero justamente en 1801). Más decisiva incluso que
los destrozos sistemáticos de infraestructuras clave (telares de Béjar,31
porcelana del Buen Retiro — por los ejércitos francés e inglés)32 fue la
fuga de cerebros causada por los exilios sucesivos de afrancesados y Maquinaria de excavación en las
liberales. Es significativo que el cierre de las universidades (cuya reforma, minas de Riotinto
pretendida por los ilustrados, había demostrado ser tan imposible como
cualquier otra reforma que amenazase con alterar las bases estructurales del
Antiguo Régimen) fuera compensado con la apertura de la Escuela de Tauromaquia de Pedro Romero (Sevilla,
1830-1834).33 Al menos, la recopilación de los fondos dispersos tras los saqueos permitió la apertura del Museo
del Prado en el edificio que iba a ser sede del Gabinete de Ciencias, la Biblioteca Nacional y otras instituciones
propias del academicismo. Lentamente, la universidad fue reconstruyéndose sobre una nueva planta (traslado de la
vetusta universidad de Alcalá de Henares a Madrid como Universidad Central). Las enseñanzas media y primaria
se vieron establecidas como base de un ambicioso plan educativo (Ley Moyano) que, no obstante, no tuvo
implantación eficiente y generalizada hasta la Segunda República (1931-1936).34

La vida económica de la revolución liberal estuvo lastrada por las guerras carlistas y la desamortización, que
impusieron un grave retraso a una precaria industrialización que se había iniciado muy precozmente (indianas
catalanas, siderurgia malagueña). Los programas liberales, especialmente los progresistas del bienio (1854-1856) y
el sexenio democrático (1868-1874), aunque también los moderados, supusieron un impulso a la construcción de
los ferrocarriles y a la explotación minera, que abrió España a la inversión extranjera (francesa, belga e inglesa).
Posteriormente, el final de siglo significó un cierre proteccionista. La ciencia económica de cada época iba
respondiendo a las demandas suscitadas por los intereses opuestos de los grupos agrario (oligarquía terrateniente
castellano-andaluza) o industrial (burguesía textil catalana).35

Hoy las ciencias adelantan / que es una barbaridad / ¡Una


bestialidad! / ¡Una brutalidad!
Ricardo de la Vega, 1894. La verbena de la Paloma, zarzuela.
Diálogo entre el boticario don Hilarión y su amigo don Sebastián.

La conciencia del atraso era cada vez más evidente, especialmente entre las
élites liberales, entre las que se reproducían tópicos extremados
provenientes de la denominada leyenda negra, denunciada a su vez como
propaganda antiespañola a partir del estudio de Julián Juderías (1914), que
recoge una amplia reivindicación de personalidades científicas españolas
de los Siglos de Oro.37

Si, prescindiendo de aquellos siglos en que la civilización arábiga


hizo de España el primer país del mundo en cuanto a la ciencia se
refiere, sólo nos fijamos en la época moderna, y comenzamos a
contar desde el siglo XV, bien comprenderéis que no es ésta, ni puede
ser ésta en verdad, la historia de la ciencia en España, porque mal
puede tener historia científica pueblo que no ha tenido ciencia. La
imperfecta relación que habéis oído, es resumen histórico de la Células de Purkinje en un cerebelo
ciencia matemática, si; pero en Italia, en Francia, en Inglaterra, en de paloma. Dibujo de Ramón y Cajal,
Holanda, en Alemania, en Suiza...; no es la historia de la ciencia 1899.
aquí donde no hubo más que látigo, hierro, sangre, rezos, braseros y
humo
José de Echegaray. Discurso de entrada en la Real Academia de
Ciencias, 1866.38

La polémica de la ciencia española que enfrentó al pensamiento


reaccionario (Menéndez y Pelayo) con los krausistas marcó la época de la
Restauración. El Desastre de 1898 suscitó como reacción el
regeneracionismo. El Premio Nobel de Santiago Ramón y Cajal (1906),
surgido de un penoso panorama científico, dio paso a la Edad de Plata de
las letras y ciencias españolas.
Friso del edificio principal del CSIC,
En los tiempos que corremos, en que la investigación científica se ha que recuerda la fecha de
convertido en una profesión regular que cobra nómina del Estado... constitución (1939) y de
pasaron aquellos tiempos de antaño en que el curioso de la construcción del edificio (1944), en
Naturaleza, recogido en el silencio de su gabinete, podía estar seguro ambos casos en loa del Víctor
de que ningún émulo vendría a turbar sus tranquilas meditaciones. Franciscus Franco. Por Orden
Hogaño, la investigación es fiebre: apenas un nuevo método se Ministerial de 18 de marzo de 1940
esboza, numerosos sabios se aprovechan de él, aplicándolo casi (ministro José Ibáñez Martín), se
simultáneamente a los mismos temas, y mermando la gloria del puso bajo el patronazgo de san
iniciador... En España, donde la pereza es, no ya un vicio, sino una
Isidoro, que representa en nuestra
religión, se comprenden difícilmente esas monumentales obras de los
historia el primer momento imperial
químicos, naturalistas y médicos alemanes, en las cuales sólo el
de la cultura española. El emblema
tiempo necesario para la ejecución de los dibujos y la consulta
bibliográfica parece deber contarse por lustros. Y sin embargo, estos será, siguiendo y adaptando la
libros se han redactado en uno o dos años... Todo el secreto está en tradición luliana, un «arbor
el método de estudio... en ahorrar, en fin, el gasto mental que scientiae», que represente un
supone esa cháchara ingeniosa de café y de la tertulia, que nos resta granado, en cuyas diversas ramas
fuerzas nerviosas y nos desvía, con nuevas y fútiles preocupaciones se aluda en lengua latina a las
de la tarea principal. manifestaciones científicas que el
Santiago Ramón y Cajal. Discurso de entrada en la Real Academia Consejo cultiva.36
de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, 1897.38

La guerra civil española significó de nuevo una catástrofe trágica para la ciencia en España, incluyendo el exilio de
una generación entera de científicos (el siguiente nobel español de Medicina, Severo Ochoa, en 1959, lo será con
nacionalidad estadounidense39 ), y la mortecina vida intelectual del exilio interior de muchos científicos durante la
prolongada y paupérrima posguerra, bien retratada en Tiempo de Silencio de Luis Martín-Santos.
Significativamente, uno de los proyectos eruditos con más peso de la época, en pleno nacionalcatolicismo, fue la
Biblioteca de Autores Cristianos (1944), aunque a pesar de la censura, con el tiempo la industria editorial se
diversificó y demostró una gran capacidad de innovación técnica y de contenidos.

La autarquía y la concentración de capitales en grandes grupos bancarios e industriales produjeron algunas


oportunidades de desarrollo técnico-científico en sectores estratégicos, como el naval y el energético –sobre todo
petroquímico e hidroeléctrico–. La primera central nuclear se construirá más adelante, en 1968). La
institucionalización de la actividad científica se produjo en la universidad (privada en las cátedras más punteras de
la mayor parte de sus profesores y sometida a la fuga de cerebros jóvenes en sucesivas generaciones) y un Consejo
Superior de Investigaciones Científicas que había sustituido y depurado en 1939 a una Junta para la Ampliación de
Estudios e Investigaciones Científicas de tradición krausista.

Queremos una ciencia católica. Liquidamos, por tanto, en esta hora, todas las herejías científicas que
secaron y agostaron los cauces de nuestra genialidad nacional y nos sumieron en la atonía y la
decadencia. [...] Nuestra ciencia actual, en conexión con la que en los siglos pasados nos definió como
nación y como imperio, quiere ser ante todo católica
José Ibáñez Martín. Discurso inaugural del CSIC, octubre de 1940.40

Logros individuales o colectivos, como el ferrocarril Talgo o la erradicación de la malaria,41 eran exhibidos como
glorias del régimen franquista, independientemente de su relevancia (como el trasplante de corazón intentado por el
marqués de Villaverde —yerno del propio Franco— el 18 de septiembre de 1968, poco después del de Barnard —
3 de diciembre de 196742 ).

El desarrollismo desde los años sesenta se aceleró en cuanto a su rendimiento científico técnico en el último cuarto
del siglo XX, con la Transición española y la entrada en la Unión Europea.

Ciencia y técnica en la España medieval


Véase también: Ciencia medieval
El mundo visto desde el Finis Terrae hispano

Mapa T en O de las Etimologías de san Mapamundi de Beato de Liébana tal como se reproduce en los folios 45 y 46
Isidoro, en un ejemplar del siglo XII . del denominado Beato de San Severo (siglo XI ).

Las partes del saber antiguo que se consideraron dignas de integrarse en la nueva concepción del mundo propia de la
cultura cristiana pervivieron en la España visigoda gracias a enciclopedistas como san Isidoro. En el periodo posterior, a
pesar de la abrumadora superioridad cultural que se reconocía a los textos árabes, esa línea o tradición intelectual se
transmitió a los posteriores reinos cristianos través de los clérigos mozárabes, que constituyeron la intelectualidad del
naciente reino de Asturias. La posición extremo-occidental de las tierras denominadas Hispania en latín, al-Ándalus en
árabe y España en romance (y que se expresaba en términos como Finisterre —'fin de la tierra'— o Magreb
—'occidente'—) no significó una posición marginal ni periférica en lo socioeconómico, lo cultural, lo técnico o lo científico.
De hecho, tanto los reinos cristianos como los musulmanes de la península ibérica se incluyeron en las inseguras y
escasas rutas comerciales y religiosas medievales (particularmente importante fueron el Camino de Santiago hacia
Europa y las rutas mediterráneas y transaharianas controladas sucesivamente por el Califato de Córdoba, los almohades y
los almorávides); y recibieron, con lo que para la época puede considerarse agilidad, las escasas novedades artísticas e
intelectuales, del mismo modo que difundieron sus propias innovaciones. La península ibérica fue uno de los puntos de
contacto entre civilizaciones e intercambio cultural en un contexto general de aislamiento, que la historiografía tradicional
exageró en extremo, perpetuando una imagen tópica de «atraso y oscurantismo medieval» que no puede corresponder
fielmente a un periodo muy prolongado y diverso, y sujeto a su propia dinámica.

Véanse también: Edad Media, De Hispania a España e Historia medieval de España.

Ciencia y técnica en la Hispania visigoda

Si algo hay que merezca el nombre de ciencia visigoda, son los escasos textos que han quedado del Reino visigodo
de Toledo (549-711), entre los que destacan las Etimologías de san Isidoro de Sevilla (una verdadera enciclopedia
de gran difusión en la época medieval), sin olvidar las propias actas de los Concilios de Toledo, donde se reflejan
no sólo asuntos doctrinales o canónicos restringidos al clero, sino todo tipo de cuestiones que permiten reconstruir
aspectos de la vida política, económica y social, que a pesar de estar sumida en una edad oscura en cuanto a
escasez de fuentes escritas, estaba inmersa en una transformación decisiva (la transición del esclavismo al
feudalismo) de larga duración y que se caracterizaba por un fuerte proceso de ruralización y decadencia de la vida
urbana. De todos modos, era en el ámbito eclesiástico donde se encontraba de forma totalmente exclusiva todo
rastro de vida intelectual, fuera de tradición clásica o cristiana: los obispos (como el propio Isidoro, su hermano san
Leandro, san Braulio de Zaragoza o san Ildefonso de Toledo), y el monasterio hispano, que junto con otros
ejemplos posteriores de vida monacal (en Irlanda, Inglaterra o Francia —Beda el Venerable, Alcuino de York, Erico
de Auxerre) y con la sede papal de Roma, fueron los únicos transmisores de la cultura de Europa Occidental. En el
reino suevo (que se mantuvo durante más de un siglo en el noroeste de la península ibérica), un papel similar fue
ejercido por san Martín de Braga.
Ciencia y técnica en al-Ándalus: la España
musulmana

Al-Ándalus se desarrolló como una civilización urbana, con un alto grado


de alfabetización y cultivo de toda clase de ciencias y técnicas, integrada
en las redes de comercio a larga distancia, mientras el resto de Europa
Occidental permanecía inmersa en un prolongadísimo proceso de
ruralización que se remontaba a la crisis del siglo III.

Noria elevadora de agua en el molino En un principio, la cultura árabe se caracterizó por la adopción sincrética
de la Albolafia (Córdoba), de origen de la cultura clásica grecorromana, la judeocristiana y la persa (que a su
romano y modificado en época vez la puso en contacto con influencias de la china y la india), pero no se
califal. También fue la fábrica de limitó a la mera reproducción, sino que realizó trascendentes aportaciones
papel más importante de Europa en propias, muchas de las cuales tuvieron lugar en la península ibérica. Ya en
la Edad Media. La cultura del agua el siglo IX, los hispanorromano-visigodos que continuaron siendo cristianos
fue fundamental en la España (mozárabes) dieron testimonio de que el prestigio cultural de sus
musulmana.43 dominadores musulmanes era tal que los jóvenes dejaban de cultivar las
letras latinas en beneficio del árabe.44 El número y tamaño de las
bibliotecas de Córdoba (consideradas como índice de prestigio social) en la
época de esplendor del Califato (siglo X) se hizo legendario. A partir del siglo XI, la división en reinos de taifas, que
conllevó un declive de poder político y militar, supuso un verdadero esplendor intelectual y científico,
multiplicándose los centros de producción de cultura. Posiblemente fue en al-Ándalus donde se introdujeron los
primeros molinos de viento y molinos de marea en Europa.45 Otros usos de las ruedas hidráulicas muy extendidos
en la España medieval fueron los batanes, aplicados a todo tipo de procesos industriales que necesitan el golpeo
repetido de grandes mazos, conectados a las ruedas motrices por engranajes.

Véanse también: Jabón de Castilla y Almona de Sanlúcar de Barrameda.

La nómina de científicos andalusíes es amplísima: Abulcasis (médico), Maslama al-Mayriti (Maslama el madrileño,
matemático, como sus discípulos Ibn al-Samh, Ibn al-Saffar y al-Kirmani) Averroes (filósofo y médico) Said al-
Andalusi (o Said de Toledo, caíd de esa ciudad y autor de la primera historia de la ciencia), Azarquiel (astrónomo),
Ibn Bassal y Ibn al-Luengo (agrónomos) Ibrahim ben Said (constructor de astrolabios y otros instrumentos), Ibn
Bassal (botánico), al-Mutamán (rey de la taifa de Zaragoza y autor de una obra de matemáticas), Ibn al-Sayyid y su
discípulo Avempace (matemáticos), al-Istichí (astrólogo) Abd al-Karim ben Muttanna e Ibn Muad de Jaén el Joven
(matemáticos), Ibn Jalaf al-Muradí (autor de un tratado de mecánica), Abu Salt de Denia (lógico, astrónomo,
médico y músico),46 Abu Abdullah al-Bakri (geógrafo, botánico e historiador), Ibn Jaldún (considerado un
precursor fundamental de las modernas ciencias sociales), Abenalsid (neopitagórico), Abbás Ibn Firnás (precursor
de la aeronáutica), al-Garnatí e ibn Yubair (iniciadores del género de la rihla, relatos cosmográficos de viajes), etc.
Los fieles de las otras religiones también destacaron en toda clase de ciencias en la España musulmana: judíos como
Hasdai ben Isaac ibn Shaprut (médico), Abraham ben Meir ibn Ezra, Ibn Gabirol (conocido como Avicebrón),
Yehuda Halevi, Maimónides (filósofos y médicos), José de España (mercader y matemático), etc; y cristianos como
Recemundo.

Me aflige pensar que las ciencias de la humanidad son dos y que si las aprendo no tengo más que
aprender: Una ciencia (la teología) cuya comprobación real es imposible y otra (la filosofía) cuya
verdad de nada sirve.
al-Waqqasí, Toledo, siglo XI.47

Ciencia y técnica en los reinos cristianos peninsulares medievales

Alta Edad Media


La escasez en la producción documental fue similiar a la de la época visigoda, e incomparablemente inferior a la de
las fuentes musulmanas. Únicamente un reducido grupo de monasterios del norte peninsular mantuvo scriptorium
donde los copistas reprodujeran manuscritos antiguos, y alguna destacable producción propia, como la de Beato de
Liébana, reseñable no solo por su faceta de polemista religioso (denunció y consiguió declarar herejía el
adopcionismo, posición cristológica mantenida por los cristianos mozárabes de la sede primada de Toledo —
Elipando—, quizá como una reminiscencia del arrianismo visigodo o como consecuencia de la convivencia con el
radical monoteísmo islámico; el efecto político fue permitir al reino asturiano cortar cualquier forma de
subordinación a autoridades religiosas con sede en territorio musulmán) sino porque sus Comentarios al
Apocalipsis (786) incluían nociones cosmológicas y geográficas de tradición clásica (Claudio Ptolomeo), visigoda
(san Isidoro) y bíblica, plasmadas en el mapa-mundi más divulgado de la época altomedieval (Mapa Mundi de
Beato de Liébana).

El monasterio de Ripoll parece ser el único en el que se enseñaban las cuatro ciencias del quadrivium carolingio
(aritmética, música, geometría y astronomía). Más decisivo fue para este monasterio el cruce de influencias
visigodas, francas y musulmanas: allí se tradujeron del árabe al latín por primera vez algunos textos científicos,
entre ellos tratados sobre el astrolabio, por Seniofré Llobet. Fue en Ripoll donde Gilberto de Aurillac,
posteriormente elegido papa con el nombre de Silvestre II, entró en contacto con la ciencia hispanoárabe,
considerándose el introductor del cero en Roma; lo que situaría España como el eslabón de contacto entre India y
Europa a través de la civilización árabe (Al Juarismi).48

Baja Edad Media

Personalidades destacadas de la ciencia medieval en los reinos cristianos


fueron: Pedro Hispano, médico y lógico de identidad debatida, usualmente
identificado con el papa Juan XXI; Ramon Llull, polímata mallorquín con
una extensa obra anticipadora de muy diferentes temas (que en sus
investigaciones alquímicas en 1275 destiló una mezcla de vitriolo —ácido
sulfúrico— con alcohol obteniendo un vitriolo dulce que posteriormente se
denominaría éter);49 Arnau de Vilanova, médico valenciano (Parábolas de
la medicación, Regimen sanitatis —1308—); o Abraham Zacuto,
matemático, astrónomo e historiador sefardí (véase pie de imagen).

Traductores judíos

No obstante, más incluso que la producción propia, la traducción siguió


siendo la aportación decisiva de la España medieval a la historia de la Tabla astronómica del Almanach
ciencia, incrementada desde que la invasión almorávide (1086) forzó a perpetuum de Abraham Zacuto,
muchos judíos andalusíes a emigrar a los reinos del norte (véase Historia publicada en Portugal tras la
de los judíos en España). Los musulmanes andalusíes lo llegaron a tratar expulsión de los judíos por los
como un verdadero problema, considerando necesario prohibir la venta de Reyes Católicos (1492) y antes de la
libros de ciencia a judíos o cristianos «porque los traducen y atribuyen la expulsión de ese reino (1497).
paternidad de estas obras no a los musulmanes sino a sus correligionarios
o, como sucede en algunos manuscritos conservados en monasterios del
Norte, omiten el nombre de los autores».50 Yoseh ha-Nasí Ferruziel, apodado el Cidiello, fue médico de Alfonso
VI de Castilla, en cuya corte alcanzó gran influencia, protegiendo a otros intelectuales judíos, como Yehudah
Halevi.51 Mose ben Ezra (1055-1135, superador de las traducciones literales buscando el sentido) pasó por
Castilla, Navarra y Aragón, y se estableció definitivamente en Barcelona. A partir de entonces hay numerosos
traductores hebreos nacidos ya en reinos cristianos: Abraham ben Ezra, Yehuda ben Tibbon (Granada, 1120-
Marsella, 1190; Padre de los Traductores), su hijo Samuel, uno de sus nietos (profesor de medicina en la
universidad de Montpellier), y otro miembro de su familia, que tradujo para Federico II de Alemania varias obras
científicas, entre ellas a Averroes y Aristóteles. Mose Sefardí se convirtió al cristianismo como Pedro Alfonso y
llegó a médico de Enrique I de Inglaterra, difundiendo por toda Europa la astronomía y matemática hispanoárabe
(Disciplina clericalis). Benjamín de Tudela, viajero por todo el Mediterráneo, recoge en su Libro de Viajes (Séfer
Masaot) todo tipo de datos obtenidos en los lugares que visita, entre ellos una referencia, muy divulgada
posteriormente, a los supuestos espejos telescópicos del faro de Alejandría.52

Universidades y escuelas de traductores

Fue decisivo el papel de las escuelas episcopales, en un momento en el que los reyes quisieron que dieran
enseñanzas también laicas creando los primeros Studium Generale, que aparecerán en el siglo XIII (los Estudios
Generales de Palencia -1208-, de Salamanca —1218, la primera peninsular que incluyó estudios de medicina—, de
Lisboa —1290, posteriormente trasladados a Coimbra—, que poco más tarde se denominarán universidades (la
primera de ese título la de Salamanca en 1253), de Alcalá de Henares —1293—, Universidad de Lérida —1297,
organizada en las cuatro facultades de Leyes, Medicina, Teología y Artes—, Universidad Sertoriana de Huesca —
1354— y Universidad de Perpiñán —1349—; los estudios generales de Sevilla, creados en el siglo XIII, apenas
tuvieron actividad en los dos siglos siguientes, como tampoco los de Barcelona y de Gerona, creados sobre el papel
a mediados del siglo XV).53

Una característica de estas universidades es la preocupación por los alumnos de cualquier clase social que valgan
para los estudios. En Salamanca se manifiesta en la creación (1401) del Colegio Mayor de San Bartolomé, por
Diego de Anaya, para alumnos carentes de recursos, al que siguieron una cierta cantidad de otros colegios de los
llamados menores, con el mismo fin.

Antes de ese ciclo de creación de universidades, Miguel Cornel, obispo de Tarazona (1119-1152) fue el primer
impulsor de una escuela de traductores, destacando Hugo Sanctallensis. García Gudiel, mientras fue obispo de
Burgos (1273-1280), mandó a Juan González y al judío Salomón traducir a Avicena; y se los llevó a Toledo al ser
nombrado arzobispo de esa ciudad (1280-1299). En Toledo ya funcionaba la Escuela de traductores de Toledo,
vinculada al impulso especial de Alfonso X el Sabio, aunque ya iniciada por el arzobispo Raimundo de Toledo (en
el cargo entre 1126 y 1152). Fue la de mayor trascendencia para el acceso de textos clásicos griegos a Europa
gracias a sus traducciones árabes (Domingo Gundisalvo, Juan Hispalense, Yehuda ben Moshe, y otros provenientes
de toda la cristiandad occidental —Gerardo de Cremona, Hermann el Alemán, Hermann el Dálmata—, sobre todo
ingleses — Roberto de Retines, Adelardo de Bath, Miguel Escoto, Miguel de Morlay, Alfredo de Sareshel). Daniel
de Morley llega a escribir los motivos de su viaje desde Inglaterra: primero a París, «donde sólo halló maestros
fatuos y vacíos», y después a Toledo «para aprender de los mayores sabios del mundo».54

El nombre del rey sabio también se dio a las Tablas Alfonsíes. Basadas en cálculos previos del toledano Azarquiel
(Al-Zarkali, que se exilió a Sevilla tras la conquista cristiana de su ciudad en 1085), fueron resultado de
observaciones llevadas a cabo en Toledo por Yehuda ben Moshe e Isaac ben Sid entre 1262 (fecha de la coronación
de Alfonso) y 1272. Su difusión fue amplísima, y no superada hasta las Tablas Rudolfinas de Tycho Brahe y
Kepler (1627), en el contexto del cambio de paradigma ptolemaico-copernicano.

Estudio es ayuntamiento de Maestros, e de Escolares, que es fecho en algun lugar, con voluntad, e
entendimiento de aprender los saberes. E son dos maneras del. La vna es, a que dicen Estudio general,
en que ay Maestros de las Artes, así como de Gramatica, e de la Logica, e de Retorica, e de Arismetica,
e de Geometria, e de Astrologia: de otrosi en que ay Maestros de Decretos, e Señores de Leyes. E este
Estudio debe ser establecido por mandado del Papa, o de Emperador, o del Rey. La segunda manera es,
a que dicen Estudio particular, que quiere tanto decir, como quando algun Maestro muestra en alguna
Villa apartadamente a pocos Escolares. E a tal como este pueden mandar fazer, Perlado, o Concejo de
algun Lugar.

(...)

Para ser el Estudio general complido, quantas son las sciencias, tantos deuen ser los Maestros
que las muestren, assí que cada vna dellas aya vn maestro a lo menos. Pero si para todas las
sciencias non pudiesen aver Maestro, abonda que aya de Gramatica, e de Logica, e de
Retorica, e de Leyes, e Decretos.
(...)

Bien e lealmente deben los Maestros mostrar sus saberes a los Escolares, leyendo los libros, e
faziendogelo entender lo mejor que ellos pudieren. E de que començaren a leer, deuen continuar el
estudio todavía fasta que hayan acabado los libros, que començaran.
Alfonso X el Sabio, Siete partidas, Partida III, Ley I, Ley III y Ley IV.55

Tecnología naval

El control cristiano del estrecho de Gibraltar a partir de la batalla del Salado (1340) convirtió a la península ibérica
en un punto clave de las rutas marítimas entre el Mediterráneo y el Atlántico. Las necesidades de la navegación
estimularon tres importantes líneas de mejora tecnológica.

En primer lugar, la construcción naval. En la Corona de Aragón ya se había producido una expansión por el
Mediterráneo, sostenida en cuanto a la producción de barcos por las Atarazanas Reales de Barcelona. La Corona de
Castilla y el Reino de Portugal, empeñados en la continuidad de la expansión por el Océano (Azores, conquista de
las Islas Canarias, pesquerías), habían conseguido desarrollar en sus astilleros una tecnología naval puntera,
adaptada a las necesidades de navegación por el Atlántico, para el que los barcos de fondo plano, como la galera
mediterránea no son idóneos. Estos nuevos diseños recibieron los nombres de carabela y nao.

La cartografía, en la que destacaron los portulanos mallorquines (Cresques Abraham y su hijo Jehuda Cresques).
Portugal se dotó de una importante institución que centralizó todo tipo de informaciones y tecnologías para la
exploración marítima: la Escuela de Sagres, fundada en el extremo suroccidental de la Península por Enrique el
Navegante, con participación de los citados diseñadores de portulanos mallorquines.

Por último, el uso de técnicas e instrumentos de orientación y localización: ballestilla, astrolabio, brújula, etc. (véase
también Historia de la navegación astronómica).

Ciencia y técnica en la Edad Moderna o Antiguo Régimen español


La Edad Moderna española, que historiográficamente se identifica con el periodo que va del siglo XV al XVIII,
asimilable al concepto Antiguo Régimen en España, se periodiza tradicionalmente por dinastías: Reyes Católicos
(1469-1516), Austrias (1516-1700) y Borbones (1700 en adelante, conviniendo en pasar a la Edad Contemporánea
desde 1808). Las ventajas de este esquema cronológico, sobre todo de la oposición entre Austrias (que comparten
con los Católicos el Siglo o Siglos de Oro) y Borbones (identificados con las luces de la Ilustración), se intensifican
al considerar la decisiva ruptura que significó el final del siglo XVII, momento de triunfo de la Revolución Científica
en los países de Europa Noroccidental que salen reforzados de la crisis del siglo XVII (ejemplificados en la Inglaterra
de Newton), y que vista desde una perspectiva más amplia ha sido calificada de crisis de la conciencia europea.57

Véanse también: Antiguo Régimen, Monarquía autoritaria, Edad Moderna, Instituciones españolas del Antiguo
Régimen y Renacimiento español.

Ciencia y técnica en el Siglo de Oro español

El Siglo de Oro es un término muy apropiado para designar la brillantez de la historia cultural de España en un
ámbito cronológico que cubre los siglos XVI y XVII, aunque su exacta dimensión suele situarse entre 1492 y 1681 (o
restringirse al periodo de hegemonía española en Europa, entre 1521 y 1648). Un hecho científico-técnico
inaugural para el periodo puede encontrarse en la introducción de la imprenta en España (Juan Párix, Sinodal de
Aguilafuente, Segovia, 1472); mientras que el punto final suele establecerse en la Carta filosófico-médico-chymica
de Juan de Cabriada (1687), cuando la decadencia española (que hacía más de medio siglo venía denunciándose
de forma plenamente autoconsciente entre la élite intelectual) enlaza con la general crisis de la conciencia europea
que precedió a la Ilustración del siglo XVIII.
El Renacimiento español y el Barroco español son periodos de una
impresionante producción artística, pero también en todos los ámbitos de la
producción intelectual. En ciencia y tecnología se abren con la Era de los
descubrimientos, que situó a España en el centro del mundo: tras el
Descubrimiento de América (Cristóbal Colón, 1492) y la apertura de la
ruta de Asia a través del extremo sur de África (Bartolomeu Dias, 1488;
Vasco da Gama, 1497), el Tratado de Tordesillas (1494) literalmente
repartió (con los criterios geográficos más avanzados de la época a la hora
de definir un meridiano) el mundo por descubrir entre los reinos
peninsulares de Castilla y Portugal, mundo que por primera vez se
circunnavegó por una expedición española (expedición de Magallanes-
Elcano, 1519-1522).

Véase también: Expediciones españolas


Por descubrir el movimiento de la
En cambio, no se logró una explotación sistemática de los conocimientos
tierra. Dibujo n.º 94 del «Cuaderno
obtenidos; por ejemplo, la expedición científica a Nueva España, México, C», de Francisco de Goya.
que dirigió entre 1571 y 1577 Francisco Hernández de Toledo y que Habitualmente interpretado como una
produjo 38 volúmenes de notas e ilustraciones, no tuvo adecuada referencia a Galileo, este dibujo es
publicación; y sus originales, depositados en la Biblioteca de El Escorial, muestra de la visión crítica ilustrada
se perdieron en el incendio de 1671. Esta importantísima institución, que el pintor mostró en Los
organizada inicialmente por Benito Arias Montano, contó incluso con la Caprichos, pero que en estos dibujos
presencia de alguno de los últimos eruditos hispanoárabes, como el médico que mantuvo inéditos se permite
y traductor morisco Alonso del Castillo (posteriormente involucrado en el llevar a un grado más explícito,
fraude de los Plomos del Sacromonte en 1595).58 La sistematización del haciendo claras referencias sobre la
conocimiento pre-estadístico y cosmográfico de la propia geografía persecución inquisitorial hacia los
peninsular y sus recursos también quedó sólo iniciada con las Relaciones novatores y su desesperación ante
Topográficas de Felipe II, (Pedro Esquivel, Pedro Juan de Lastanosa, el desprecio que la España castiza
Felipe de Guevara, Juan de Herrera) a un nivel que no se superó hasta el hace de la ciencia. Otros dibujos del
mismo cuaderno, muy similares, son
Catastro de Ensenada, ya en el siglo XVIII.
los titulados: No comas, célebre
Otras facetas prometedoras de la ciencia y la técnica en España quedaron Torrigiano (DC100), en el que se
refiere a un escultor renacentista,
sin continuidad, como la actividad de Juanelo Turriano, constructor de
Zapata, tu gloria será eterna
artefactos mecánicos para Carlos V, a quien acompañó en su retiro a Yuste;
(DC1909), en el que honra al novator
o la experimentación con máquinas de vapor de Blasco de Garay (galeón
español Diego Mateo Zapata,
Trinidad, Barcelona, 1543)59 y de Jerónimo de Ayanz y Beaumont, procesado por la Inquisición en 1721,
Administrador General de Minas del Reino desde 1587 (y que no serían y un genérico No haber escrito para
muy diferentes a las que más tarde harían Salomon de Caus, en 1615, tontos (DC96).56
Giovanni Branca en 1629, y Edward Somerset en 1663, o las que se
consideran más definitivas, las de Denis Papin y Thomas Savery —ambos
de 1698)—.60 También parece ser española la procedencia del primer
catalejo (ollera de larga vista de Juan Roget, Gerona, 1590).61

El contacto con las culturas precolombinas

El contacto con las culturas precolombinas fue ambivalente: por un lado se


produjo una verdadera aculturación por imposición de la cultura española Artificio de Juanelo para subir el
agua del Tajo hasta la ciudad de
dominante, mientras que por otro pervivieron partes muy importantes de la
Toledo
cultura indígena. En ambos procesos fue determinante la actitud de los
misioneros españoles: en algunos casos propiciaban la destrucción de todo
rastro de civilización anterior (códices mayas, códices prehispánicos de
Mesoamérica), en otros se ocuparon de aprender sus idiomas y conservar testimonios de las culturas en trance de
desaparición (como el Popol Vuh y otros ejemplos de literatura maya —códices coloniales de México); así como de
producir obras políglotas como el Symbolo Catholico Indiano de Luis Jerónimo de Oré (1598), personalidad que
también influyó en la redacción de Primer Nueva coronica y buen
gobierno (1615) de Felipe Guamán Poma de Ayala (un noble
hispanoinca). En los aspectos científicos y técnicos hubo transferencias por
ambas partes: además del espectacular intercambio transatlántico de
cultivos que implicó consecuencias extraordinarias en la futura revolución
agrícola (caña de azúcar, trigo y vid por el Viejo Mundo, maíz, frijol,
patata, pimiento y tomate por el Nuevo); hubo algunos ejemplos de obras
científicas mestizas, como el Códice Badiano (Libellus de Medicinalibus
Indorum Herbis o Amate-Cehuatl-Xihuitl-Pitli, 1552), elaborado en
náhuatl por Martín de la Cruz, médico indio que estudió en el Colegio de
Tlatelolco (una de las primeras instituciones educativas españolas en
América, fundada en 1533), y Juan Badiano, que lo tradujo al latín.62 La
creación de centros universitarios en la América española destacó por su
precocidad (Santo Domingo en 1538, San Marcos de Lima en 1551,
México en 1553, etc.).

Ilustración y comentario latino de la


Las universidades españolas en el siglo de Oro Sanguinaria, en el Códice Badiano

Las universidades españolas, esencialmente las que tuvieron colegios


mayores (las de Salamanca, Alcalá y Valladolid), pero también otras universidades, colegios o estudios63 (en la
Corona de Aragón las de Zaragoza,64 Valencia,65 la Sertoriana de Huesca, las catalanas de Lérida, Gerona y
Barcelona —trasladadas y fusionadas en la de Cervera en 1717—, la Luliana de Palma, la de Gandía —hasta la
expulsión de los jesuitas— y la de Orihuela; la navarra Pamplona;66 y otras en la Corona de Castilla: Santiago,67
Oviedo, Sigüenza, Toledo, Almagro, Sevilla, Granada y Baeza), participaron activamente en el esplendor cultural
de los Siglos de Oro, pero, al igual que las demás instituciones universitarias europeas, no fueron el centro del
movimiento renovador del pensamiento científico que llevó a la Revolución Científica, papel que correspondió a
otras instituciones, como las sociedades científicas y academias y a las propias publicaciones científicas y
correspondencia que se intercambiaban los científicos. En líneas generales la universidad permaneció estancada en
las formas repetitivas de la escolástica medieval (magister dixit), tendentes a la perpetuación de los paradigmas
dominantes (galenismo, geocentrismo) y lo que se ha venido en llamar neoescolástica. No obstante, sus cátedras y
colegios acogieron a personalidades de impresionante altura intelectual, y particularmente las españolas se
caracterizaron por protagonizar un movimiento cultural de gran influencia que ha venido recibiendo el nombre de
humanismo español, dentro del cual puede acotarse un grupo de autores bajo el nombre de escuela de Salamanca.
Entre las novedades que aparecieron en la época, cabe citar la primera mujer que dio clases en una universidad
europea, Luisa de Medrano, en Salamanca.

Humanismo español, entre cuyos cultivadores pueden citarse a Juan Martínez Guijarro (Sílíceo),
Fernán Pérez de Oliva, Juan Huarte de San Juan, Ambrosio de Morales, Francisco Sánchez «el
Escéptico», Francisco Sánchez de las Brozas «el Brocense», Biblia Políglota Complutense,
Antonio de Nebrija (Grammatica, 1492), Miguel Servet, Juan de Valdés (Diálogo de la lengua,
1535), Luis Vives (véase Historia del cristianismo en España#Debates teológicos en el siglo XVI y
otras secciones), Benito Arias Montano (polígrafo muy influyente en lugares clave, desde el
concilio de Trento hasta su función de bibliotecario escurialense), López de Hoyos (el maestro de
Cervantes), etc.
Escuela de Salamanca, neoaristotélica, formada por teólogos y juristas muy influyentes en la
conformación de las modernas ciencias sociales: la economía (arbitrismo), el derecho y la teoría
política (a través del derecho internacional o derecho de gentes, la teoría del tiranicidio, la
polémica de los justos títulos y un destacadísima forma de debatir los problemas jurídico-políticos
de la Monarquía Hispánica: las juntas de teólogos y juristas —Junta de Burgos de 1512 y Junta de
Valladolid de 1550). A ella se suelen adscribir personalidades de la talla de Francisco de Vitoria,
Bartolomé de las Casas, Melchor Cano, Martín de Azpilicueta, Luis de Molina, Francisco Suárez,
Domingo de Soto, Juan de Mariana, etc. También dentro de la ciencia de Salamanca, cabe
nombrar la figura de Abraham Zacuto, que aunque parece que no dio clases en la Universidad por
ser judío, en 1473 compuso unas importantes tablas astronómicas, La gran Composición.
También hubo un nutrido número de profesores españoles que impartieron docencia en universidades de toda
Europa, desde la que la percepción de España y sus intelectuales fue ambivalente, muy elogiosa en unos casos y
muy crítica en otros, sobre todo a medida que se iban extendiendo los tópicos de la propaganda antiespañola que
han recibido el nombre de leyenda negra.68 En una citadísima expresión, respuesta a la petición de venir a España,
y a la que se han atribuido toda clase de causas, desde recelos antijudíos hasta recelos antiinquisitoriales, la cabeza
del humanismo europeo llegó a decir: no me gusta España.

Non placet Hispania.


Erasmo de Rotterdam, en carta a Tomás Moro, julio de 1517.69

El erasmismo fue, de hecho, la etiqueta que pasó a ser sinónimo de innovación intelectual y se utilizó como bandera
tanto por sus partidarios como por sus detractores; los que acabaron por imponerse, convirtiendo a España en líder
de la Contrarreforma.70

Instituciones científicas y técnicas de los Siglos de Oro

Los autores destacados por su contribución a algún aspecto de la ciencia y


la tecnología en la España de los siglos de Oro configuran una nómina
extensísima, y de hecho, su propia enumeración constituye un fin en sí
misma de alguno de los estudios de historia de la ciencia española.
Lógicamente, ese enfoque personalista no suele ser neutral, sino que
obedece a propósitos reivindicativos: sean exaltadores de glorias
nacionales, o, al contrario, denunciadores de la ausencia de una verdadera
ciencia articulada e institucionalizada.72 No obstante, sí que existieron
instituciones científicas de patrocinio público, que con mejor o peor fortuna
desarrollaron una tarea científica o técnica, a la que se sumaron
numerosísimas publicaciones (muchas de ellas de trascendencia
internacional) y la actividad dispersa, y la mayor parte de las veces poco o
nada coordinada, de una pléyade de personalidades provenientes de todo
tipo de tradiciones intelectuales y formaciones profesionales.
Planos originales del proyecto de
Juan de Herrera para la Catedral de
Carrera de Indias. Navegación. Ingeniería Valladolid (1585). El arquitecto de El
Escorial, un hombre del
Muchas de las instituciones vinculadas a la Carrera de Indias fueron Renacimiento de multidisciplinaria
actividad, comparable a los artistas
ubicadas en Sevilla: Universidad de mareantes, Casa de Contratación
italianos, fue una de las
(piloto mayor, cosmógrafo mayor, Cátedra de Navegación y Cosmografía
personalidades científicas más
desde 1552, y más tarde un arqueador y medidor de naos y una Cátedra de
importantes del Siglo de Oro, e
Artillería, fortificaciones y escuadrones).73 intervino en varios de los mayores
proyectos científicos del reinado de
Muy numerosas fueron las figuras que destacaron por sus contribuciones a Felipe II, como la Academia Real
la ciencia de la navegación, en la que España fue hegemónica (Martín Matemática o las Relaciones
Fernández de Enciso, Valero, Pedro de Medina, Martín Cortés, Juan Topográficas.
Escalante de Mendoza, Pedro Núñez, Pedro Menéndez de Avilés, etc. —
sus textos se utilizaban para el aprendizaje de los navegantes ingleses y
franceses—),74 a las técnicas militares (Álava, Barroso, Escrivá, Menéndez Valdés, Diego de Salazar); artillería
(Fernando del Castillo, Andrés García de Céspedes) o a las fortificaciones (Luis Fuentes, Medina Barba). La Real
Fábrica de Artillería de La Cavada surtió de piezas artilleras a la marina desde 1616 (Jean Curtius, Jorge de Bande).

Destacaron por su tarea como ingenieros (aplicados o no a la aventura del Nuevo Mundo) el citado Juanelo
Turriano, Juan de Arfe (escultor, perito de metales preciosos en la Real Casa de la Moneda de Segovia —véase
ceca y Fábrica Nacional de Moneda y Timbre - Real Casa de la Moneda— y tratadista de arte, anatomía,
gnomónica —relojes de sol— y orfebrería), Diego Rivero, Felipe Guillén, Martín Cortés, Antonio Boteller,
Bernardo Pérez de Vargas, Garci Sánchez, Carlos Corzo, Pedro de Contreras, Lope de Saavedra, fray Blas del
Castillo, Álvaro Alonso Barba, etc.; como cartógrafos y geógrafos Juan de
la Cosa, Pedro Teixeira, Alonso de Santa Cruz, Rodrigo Zamorano
(cosmógrafo de Felipe II, Cronología y Repertorio de la razón de los
tiempos —1585 y 1594— Los seis libros primeros de Euclides traducidos
en lengua Española —1576—, Carta de marear —1579—, Compendio
de la arte de navegar), Luis Collado (ingeniero que diseñó el compás de
artillería),75 etc. El puesto de cosmógrafo real, cosmógrafo del rey o
cosmógrafo mayor estuvo vinculado al cargo de cronista mayor. (Véase
también Categoría:Cartógrafos de España, cosmógrafo mayor del
Virreinato del Perú). Compás de artillería firmado por Luis
Collado (1584) «con el cual se
En 1527 la Casa de Contratación prohibió que los pilotos extranjeros podían realizar medidas de
tuvieran cartas de navegación. A partir de entonces, el secretismo con el distancias y de ángulos de
que se preparaban estos documentos, sumado a su propia naturaleza inclinación, así como obtener el peso
efímera, provocó que se hayan conservado muy pocos. En el Consejo de de un proyectil dependiendo del
Indias los mapas estaban considerados documentos secretos, y los asuntos material del que está fabricado y su
cosmográficos, secretos de estado.76 calibre». Museo Nacional de Ciencia
y Tecnología.

Metalurgia. La amalgama: plata y mercurio

La metalurgia, sobre todo la de la plata, fue especialmente desarrollada a


partir del perfeccionamiento del método de la amalgama, que implicaba un
uso masivo de mercurio (azogue) para la obtención de metales preciosos a
partir del mineral bruto. Fue introducido en Pachuca (México) en 1552 por
Bartolomé de Medina, quien decía haberlo aprendido de un alemán
llamado Maese Lorenzo. Pedro Fernández de Velasco lo aplicó en el
virreinato del Perú (la mina principal era el Cerro de Potosí, en la actual
Bolivia) desde 1572, con ciertas mejoras (paso del beneficio del patio al
beneficio de cajones). Álvaro Alonso Barba en 1640 abarató el proceso
con el denominado beneficio de cazo y cocimiento (en el que se utilizaba Vista del Cerro de Potosí (Herman
sal, piritas de cobre y hierro además del mercurio, gran parte del cual podía Moll, 1715). El método de patio
recuperarse, además de poder utilizarse con minerales de menor grado de exigía una molienda muy fina del
metal).77 La explotación intensiva de las minas de Almadén en España mineral, por lo que se utilizaban
(en funcionamiento desde la Antigüedad hasta su cierre en 2001) y cientos de molinos llamados de
Huancavelica en Perú (1566) fue esencial para este proceso industrial. En almadenetas, dos por cada ingenio
1633, Lope Saavedra Barba desarrolló en Huancavelica unos hornos de (a la derecha de la imagen, en
aludeles, que trece años más tarde fueron mejorados por Juan Alonso de Tarapaya). A pesar del aspecto que
el artista les da, la mayor parte de
Bustamante en Almadén (también se llaman bustamantes o busconiles).78
ellos no parecen haber sido de
viento, sino hidráulicos,
Véase también: Camino Real Intercontinental
aprovechando la Ribera de Potosí.
De entre todas las del mundo, la
Matemáticas y astronomía ciudad de Potosí (recién creada en
1545) era lo más parecido a una
En Madrid se fundó, en época de Felipe II, la Academia Real Matemática ciudad industrial en los siglos XVI y
XVII .
71
o Academia de Matemáticas de Madrid (1582, con estatutos redactados en
1584 por el arquitecto y maestro mayor Juan de Herrera). Las matemáticas,
como la astronomía, salían así del entorno universitario, poco proclive a las
innovaciones, en un proceso que en otras partes de Europa condujo a la Revolución científica (de hecho, un poco
más tarde, con academias como la Linceana —Florencia, 1603—, la del Cimento —Roma, 1657— o la Royal
Society —Inglaterra, 1660); pero lo accidentado de la vida de la institución madrileña es muestra de lo poco que
pudo arraigar o de lo poco receptivo que el medio social español de la época era para recibirla.79 Matemáticos y
astrónomos notables fueron Pedro Ciruelo, Martínez Siliceo, Fernán Pérez de Oliva, Fernando de Córdoba, Pedro
Juan Oliver, Pedro Juan Monzó, Pedro Jaime Esteve, Andrés de Lorenzo, Lorenzo Victorio Molón, Miguel
Francés, Gaspar Lux, Álvaro Thomás, Pedro Núñez, Antich Rocha,
Francisco Sánchez; Pedro Chacón y Juan Salmo —asesores del calendario
gregoriano—, Jeroni Muñoz (Libro del nuevo cometa, 1573, sobre la
supernova de 1572),80 Juan de Rojas (elementos del astrolabio,
proyección ortogonal), Hugo de Omerique, etc. Joan Roget y Pere Roget
(artesanos barceloneses —denominados «hermanos Rogetes» por
Juderías), estuvieron entre los primeros constructores de telescopios del
mundo.

Aplicados a la descripción geográfica, Pedro Esquivel —Descripción de


España cierta y cumplida, 1556—, Relaciones Topográficas de Felipe II, Los jesuitas fundaron instituciones
Juan González de Mendoza —libro sobre China, 1585—, Luis Mármol educativas siguiendo el espíritu de la
Carvajal —Descripción general de África, 1573 a 1599—. contrarreforma por toda Europa, y
fueron especialmente importantes
La disputa de la Cátedra de matemática y astrología de la Universidad de para la recuperación del catolicismo
Salamanca, que había quedado vacante en 1576 sin que apareciera ningún en la Europa Central. Entre sus
candidato idóneo de la propia Universidad, enfrentó a Jerónimo Muñoz, de bases en territorio amigo (la
la Universidad de Valencia, y Rodrigo Zamorano, cosmógrafo de la Casa utilización del vocabulario militar es
característica de esta Compañía)
de Contratación de Sevilla, dando oportunidad a ambos para demostrar su
estaban las de las cortes de los
excelencia, con curricula impresionantes, investigaciones y publicaciones
Habsburgo: Viena y Madrid. En la
actualizadas y reconocidas a nivel internacional.81 capital española abrieron el Colegio
Imperial, también denominado
Seminario de Nobles o Reales
Medicina
Estudios de San Isidro. Tras
distintas vicisitudes se terminó
El Protomedicato fue instaurado por Carlos V, aunque no como una
convirtiendo en Instituto de
institución centralizada, pues no pretendía sustituir a los colegios de
Educación Secundaria.
médicos locales, muy dispersos —como el Colegio de San Cosme y San
Damián (Pamplona), que ni siquiera tenía jurisdicción en toda Navarra—.
La medicina fue la actividad científica más asentada institucionalmente e
implantada por todo el territorio, siguiendo la tradición medieval, anquilosada en una universidad que reproducía
los textos de Hipócrates y Galeno sin cuestionarse la teoría de los humores. No obstante hubo quienes intentaron un
cambio de paradigma (Miguel Servet) y quienes recibieron las innovaciones anatómicas de Vesalio, la yatroquímica
de Paracelso o la teoría circulatoria de William Harvey: Francisco Vallés el Divino, Gómez Pereira, Pere d'Olesa;
Pedro Gimeno y Luis Collado —valencianos discípulos de Andreas Vesalio, que estuvo en España; Dialogus de re
medica, 1549—, Juan de Valverde —divulgador de Servet Historia de la composición del cuerpo humano, 1556
—, Gómez Pereira —aproximación al materialismo Antoniana Margarita, 1554—, Miguel Sabuco, Juan Huarte de
San Juan —doctrina del ingenio Examen de ingenios para las ciencias, 1575—, Luis de Mercado —galenista
rígido—, Antonio Ponce de Santa Cruz —paracelsiano—, Benito Daza Valdés o Benito Daza de Vadés —sin
formación médica, de profesión notario de la Inquisición, escribió un notable tratado de oftalmología y óptica en
1623, en el que se muestra como receptor de Galileo—,82 Juan de la Torre y Valcárcel —escolástico, contrario a
Harvey—, etc.

La sanidad militar española se desarrolló con la creación de los primeros colegios de cirugía en el siglo XVI: el
Hospital naval de Cartagena (para la batalla de Lepanto, –véase Cartagena–) y el Hospital naval de Ferrol (para la
Armada Invencible, –véase Ferrol–)

Véanse también: Historia de la medicina, Historia de la medicina en España e Historia de la Medicina General en
España.

Colegio Imperial de la Compañía de Jesús

El Colegio Imperial, fundado por los jesuitas en 1625 (Juan Eusebio Nieremberg, Gemma Cornelli Madriti,
Claudio Richardi —Claude Richard o Claudio Ricardo—, Johann Baptist Cysat, Jean Charles della Faille, Hugh
Sempill —Hugo Sempilius—, Alexius Silvius Polonus, Francisco Antonio Camassa, Jean Francois Petrey, Jacobo
Kresa, etc.) fue denominado sucesivamente Reales Estudios de San Isidro o Seminario de Nobles. En los siglos
sucesivos sufrió las vicisitudes que afectaron a la propia Compañía de Jesús.83

Otras ciencias

Otras ciencias físicas y naturales, de denominaciones y fronteras indefinidas por esa época, fueron cultivadas por
autores como Juan Aguilera, Diego de Zúñiga, Diego Pérez de Mesa, Pedro Simón Abril, Jerónimo Pardo y Juan
de Celaya —física nominalista en el Colegio de Montaigne de la Universidad de París—, Domingo de Soto, Benito
Perea y Francisco de Toledo —tratados de filosofía natural—, Gonzalo Fernández de Oviedo, Nicolás Bautista
Monardes, José de Acosta —Historia natural—, Matías García, Gabriel Alonso de Herrera (agrónomo y
naturalista), Bernardo Pérez de Vargas (autor de una De re metallica —1569— influida por la obra homónima de
Georgius Agricola —1556), Andrés Laguna (médico, farmacólogo y botánico), Gonzalo Fernández de Oviedo,84
Francisco Micó, Juan Bautista Monardes, Juan Jaraba, Juan Gil Jiménez.

Miguel Servet Andrés Laguna El Divino Vallés Benito Arias


Montano

Los novatores

Se considera su hito fundacional la reunión del grupo de novatores de Valencia: Juan Bautista Corachán y Tomás
Vicente Tosca en casa de Baltasar Íñigo (1683), en la que surgió la idea de crear una especie de academia
matemática que renovara las ideas y las prácticas científicas anquilosadas de la España de su época. De inquietudes
similares son personalidades contemporáneas como el matemático y astrónomo Bernardo José Zaragoza (Padre
Zaragoza),85 Isaac Cardoso, Juan Caramuel86 y Juan de Cabriada, cuya Carta filosófico-médico-chymica (1687)
suele considerarse como una especie de manifiesto que resume los propósitos del movimiento.

Otros novatores de esta época serían: Diego Mateo Zapata, Martín Martínez,87 Vicente Mut,88 Juan Muñoz y
Peralta —Regia Sociedad de Medicina y otras Ciencias de Sevilla—, primero llamada Venerada Tertulia Médica
Hispalense y más tarde Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla:89 Juan Bautista Juanini —Discurso
político y physico, que muestra los movimientos y efectos que produce la fermentación y materias nitrosas, médico
de Juan José de Austria—, Crisóstomo Martínez —grabador y microscopista—, Francisco San Juan y Campos —
explica por primera vez a Harvey en la universidad de Zaragoza—, Antonio Hugo de Omerique —representante de
un grupo de novatores de Cádiz cuyo Analysis geometrica, de 1698, fue elogiado por el propio Newton—,90
etc.91

Otros autores se han considerado como precedentes de los novatores por su temprana cronología, como Pedro
Miguel de Heredia («galenista moderado», médico de Felipe IV, autor de un Operum Medicinalium publicado
póstumamente en 1688 —murió en 1655),92 Gaspar Bravo de Sobremonte (receptor de Harvey), Sebastián
Izquierdo o Luis Rodríguez de Pedrosa.88
A pesar de la conciencia del propio atraso, los novatores se preocuparon de reaccionar contra algunas acusaciones
despectivas de científicos extranjeros, como la del médico francés Pierre Régis (calvinista exiliado en Holanda).93

El movimiento de los novatores se prolongó en la primera mitad del siglo XVIII, en lo que puede considerarse la
primera Ilustración, la Preilustración o la Ilustración anterior a la Enciclopedia: Jerónimo de Uztáriz (Teoría y
práctica de comercio y de marina, 1724), Martín Martínez (Anatomía completa del hombre, 1728), Andrés Piquer
(Lógica Moderna, 1747) o Mateo Aymerich (Prolusiones Philosophicae, 1756). Incluso se vinculan a ellos los dos
grandes científicos militares de ese periodo y que enlazan con el grupo de Cádiz: Jorge Juan y Antonio de Ulloa.

Tomás Juan Caramuel Diego Mateo


Vicente Zapata,
Tosca aherrojado en una
zelosísimo cárcel de la
restaurador Inquisición, en un
de los grabado de Goya
buenos (Zapata, tu gloria
estudios será eterna)

Las mujeres en la ciencia y la cultura


del Siglo de Oro español

Se discute si el notable texto Nueva filosofía de


la naturaleza del hombre es obra de Miguel
Sabuco o de su hija Oliva Sabuco, en cuyo
caso estaríamos ante una de las escasas
personalidades científicas femeninas de la Edad
Moderna.

Otras literatas de fama fueron Beatriz Galindo


(la Latina, mujer de confianza de Isabel la
Luisa Sigea Católica que escribía poesía en latín y exhibía Beatriz Galindo
conocimientos de teología y medicina —se le
atribuyen unos Comentarios a Aristóteles), o
Luisa de Medrano, que impartió clases en la Universidad de Salamanca, y en su misma época, la del humanismo
renacentista, Francisca Nebrija (hija del gramático), Florencia Pinar, Isabel Vergara, Lorenza Méndez de Zurita o
Luisa Sigea (la Minerva, políglota y experta en los clásicos).94

La contrarreforma, en buena medida, reorientó la actividad de las mujeres con ambiciones intelectuales al ámbito
religioso (santa Teresa de Jesús, sor Juana Inés de la Cruz, sor María de Jesús de Ágreda o Juliana Morella).
Menores restricciones tenían las mujeres de la floreciente comunidad sefardí de Ámsterdam, como Isabel Correa.
Más allá del mundo literario, el grado de integración de la mujer en los oficios técnicos, ya de por sí poco
documentados, está oculto por la invisibilización general de todo lo que se refiere a la historia de las mujeres,
limitándose a su reflejo en personajes ficticios de novelas y obras teatrales y a casos reales tan particulares que
suscitaron escándalo o asombro: como el de Elena o Eleno de Céspedes (cirujano condenado por la Inquisición por
haberse hecho pasar por hombre, siendo mujer) o Catalina de Erauso (la monja alférez, integrada en el ejército). En
las artes plásticas destacan los casos de la italiana Sofonisba Anguissola (que llegó a pintora de la corte española y
se le atribuye en la actualidad un retrato de Felipe II antes atribuido a Alonso Sánchez Coello) y de Luisa Roldán
("la Roldana", que llegó a escultora de la corte de Carlos II y Felipe V).

Ciencia y técnica en la Ilustración española

El explícito título del libro de Jean Sarrailh95 restringía la Ilustración en


España a la segunda mitad del siglo XVIII; y aunque se han producido
reivindicaciones de autores más o menos importantes de su primera mitad,
no deja de ser reconocido ampliamente que hasta los reinados de Carlos III
(1759) y Carlos IV (1788) y el impulso de estadistas como Floridablanca,
Campomanes o Jovellanos, no arrancan los programas científicos más
ambiciosos, aplicación del nuevo y revolucionario concepto enciclopedista
de «progreso» a través de las «ciencias útiles».96

A pesar de ello, la primera mitad del siglo presenció la actividad meritoria


de figuras aisladas muy prestigiosas, como Benito Jerónimo Feijoo, o la
fundación de instituciones de gran proyección literaria (Real Academia,
Academia de la Historia) y científica, como la Real Academia Militar de
Matemáticas y Fortificación de Barcelona (1720) o la Escuela de
Guardiamarinas de Cádiz (1717), de la que saldrían dos de los más
importantes personajes del siglo: Jorge Juan y Antonio de Ulloa (Misión Representación botánica de
Geodésica a Perú, expedición de 1734 coordinada con Francia —La Hydrocotyle bonariensis e
Condamine— para la medición de un grado de meridiano);97 aunque de la Hydrocotyle tribotrys en Flora
mediocridad general da prueba que una figura tan extravagante como Peruviana, et Chilensis : sive,
Diego de Torres Villarroel llegara a catedrático de matemáticas de la descriptiones, et icones plantarum
Universidad de Salamanca. Peruvianarum, et Chilensium,
secundum systema Linnaeanum
En cambio, a finales de siglo la conexión entre las instituciones científicas digestae, cum characteribus plurium
españolas y las europeas eran mucho más habituales; y demostraron ser lo generum evulgatorum reformatis, de
suficientemente atractivas para personalidades extranjeras de la talla de Hipólito Ruiz y José Pavón (1798-
Alexander von Humboldt, cuya extraordinaria expedición a Canarias y 1802).
América (fragata Pizarro 5 de junio de 1799) se inició con un hecho tan
increíble como el descubrimiento de la Meseta Central, al ser el primero en
realizar e interpretar correctamente las mediciones altimétricas que le permitieron trazar un perfil topográfico de la
península ibérica, de Valencia a La Coruña98 (no deja de ser significativo, sin embargo, que España no fuera su
primera elección o propuesta, gestiones fallidas que realizó previamente en Francia, y que en la corte de Carlos IV
halló el entusiasta apoyo del ministro Mariano Luis de Urquijo y la comunidad científica española, encantada de
acoger al joven prusiano).99

Sin duda, la botánica y la mineralogía fueron las ciencias más destacables en la aportación española a la producción
científica puntera de ese periodo. Momentos brillantes fueron los del descubrimiento del wolframio, debido a las
investigaciones de Juan José Delhuyar y Fausto Delhuyar; la purificación del platino por François Chavaneau100
(ambos hechos de 1783, en las cátedras del Real Seminario de Vergara, donde también trabajaba Louis Proust) y el
descubrimiento del vanadio en 1801 (que hubiera podido llamarse rionio en honor a Andrés Manuel del Río,
catedrático de química y mineralogía del Real Seminario de Minería de la Nueva España —México— dirigido por
Fausto Delhuyar). En la botánica, hay que mencionar los estudios sobre la flora de Nueva Granada, realizados por
Celestino Mutis, que además fue un notable médico, lingüista e inventor.
No fue menos importante, en este caso para la ingeniería, la apertura del Real Gabinete de Máquinas (1791, a
iniciativa de Agustín de Bethencourt y cuya Descripción redactó Juan López Peñalver). Ese gabinete, prometedor
resultado de una persistente labor de documentación (o, según se mire, espionaje industrial) en Inglaterra y Francia,
sustanciado en una impresionante colección de maquetas e instrucciones para su reproducción a escala; es un buen
ejemplo de lo que se repitió como constante en las instituciones científicas españolas de ese periodo: Lo que pudo
sobrevivir a la destrucción y dispersión humana y material de la Guerra de la Independencia Española y los
sucesivos exilios políticos, no se utilizó; o al menos no aprovechó a la ciencia y técnica en España. En cambio, sí lo
hizo en el extranjero: en aquel caso, en su exilio ruso, Bethencourt y el mexicano José María Lanz publicaron un
Essay sur la composition des machines (1808) muy divulgado en la educación técnica europea.101

Benito Jerónimo Jorge Juan Antonio de Ulloa Andrés Manuel del


Feijoo Río

Agustín de
Betancourt

Científicos de la Primera Ilustración: Los novatores que habían iniciado su renovación de la ciencia
española en las últimas décadas del siglo XVII, continuaron su actividad en la primera mitad del
siglo XVIII, en campos como astronomía y matemáticas (Tomás Vicente Tosca, Juan Bautista
Corachán, Francisco Cerdá y Rico) y medicina (Andrés Piquer y médicos catalanes —Gaspar
Casal Julián, Pedro Virgili, Antonio Gimbernat y Arbós, Francisco Salvá, Francisco Santpons).
Desde otras trayectorias se incorporaron figuras como Benito Jerónimo Feijoo o Gregorio Mayans.

Científicos de la Ilustración de mediados del siglo XVIII: Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que
representaron la parte española de la ya citada Misión Geodésica a Perú, desarrollaron una
importante actividad en Cádiz: Escuela de Guardiamarinas, Asamblea Literaria Amistosa
(compuesta por el médico Pedro Virgili, el geógrafo Vicente Tofiño de San Miguel, Louis Godin
director del Observatorio Astronómico). Publicaron diversas obras matemáticas Benito Bails
(Elementos de Matemáticas, 1772), José Chaix (Instituciones de cálculo diferencial e integral). En
otras ciencias destacaron Lorenzo Hervás y Panduro, Andrés Piquer, etc.
Científicos de la Ilustración de finales del siglo XVIII: Agustín de Pedrayes (maestro de matemáticas
de la Real Casa de Caballeros pajes de su Majestad —institución fusionada con el exjesuita
Seminario de Nobles en 1786— y autor de un Nuevo y uniersal método de cuadraturas
determinadas, 1777) y Gabriel Císcar representaron a España en el Congreso Internacional de
París (1799) que impulsó el sistema métrico decimal, y se atribuye a Pedrayes (el sabio español) la
propuesta de procedimiento de medición del meridiano de Dunkerke a Barcelona, cuya subdivisión
(la diezmillonésima parte del cuadrante) dio lugar a la primera definición del metro. José Munárriz
(discípulo de Proust, traductor de Lavoisier) desarrolló la purificación del cristal de tártaro. Andrés
Manuel del Río (Elementos de Ortognosia, 1800). Juan Pablo Canals (tintes, granza —le hicieron
marqués de la Vall-Roja—), Dionisio Alcalá Galiano, etc.

Geógrafos: Isidoro de Antillón y Marzo, Tomás López, Vicente Tofiño, etc.

Economistas: si bien el mercantilismo europeo se había iniciado con el arbitrismo español de los
siglos XVI y XVII; en la primera mitad del siglo XVIII fue el colbertismo francés, llegado con la dinastía
borbónica en 1700, la corriente económica más prestigiosa en España. El marqués de Ensenada
(Única contribución vinculada a su «Catastro», 1749) efectuó una propuesta más bien cercana a la
fisiocracia (aunque anterior al Tableaux de Quesnay —1758). El liberalismo económico
desarrollado por Adam Smith (La riqueza de las naciones, 1776) fue recibido con prontitud en
España y desarrollado por los ilustrados de finales de siglo; poco después sería la obra de Jean
Baptiste Say.102 Véase Jerónimo de Uztáriz, López Peñalver, Nicolás de Arriquibar, Pedro
Rodríguez Campomanes, Gaspar Melchor de Jovellanos, Francisco Cabarrús, Eugenio Larruga,
Valentín de Foronda, Antonio de Capmany, Vicente Alcalá Galiano, Álvaro Flórez Estrada, etc.

Botánicos y naturalistas: Pehr Löfling, Cristóbal Vélez, José Minuart, José Ortega, José Quer
(Jardín Botánico de Madrid, Flora española 1762-1784), Esteban y Claudio Boutelou, Simón de
Rojas Clemente y Rubio (Jardín Botánico de Sanlúcar, 1806), Miguel Barnades (Principios de
botánica, maestro de Mutis), Casimiro Gómez Ortega (miembro de la tertulia de la Fonda de San
Sebastián, traductor de Linneo y autor de Tablas botánicas y Curso elemental de botánica),
Antonio José Cavanilles, Francisco Pérez Bayer, Juan Bautista Muñoz (Observaciones sobre la
historia nautural valenciana, Materiales para la historia de la botánica, Icones et descriptiones
plantarum). José Celestino Mutis, Félix de Azara, Jordán de Asso, etc.103

José Celestino Antonio Cavanilles, José Quer, en el Félix de Azara,


Mutis, por Pablo estatua del Real Botánico de Madrid por Goya
Antonio García, Jardín Botánico de
pintor de su Madrid, que cuenta
expedición 104 con una galería de
botánicos ilustres

Instituciones científicas y técnicas de la Ilustración española


Las manufacturas reales o Reales Fábricas (una de las aportaciones del
mercantilismo borbónico de inspiración colbertista desde la época de
Felipe V) producían todo tipo de productos, especialmente de lujo (cristal
—La Granja—, porcelana, tapices, relojes —en Madrid) y estratégicos
(armamento –La Cavada–, pólvora), pero también de consumo masivo
(paños —Guadalajara, Brihuega, San Fernando de Henares—, hilados de
algodón —Ávila y Barcelona, que estuvo en el origen del desarrollo textil
catalán posterior), especialmente en el caso de los estancados con criterios
monopolísticos (tabaco, aguardiente, naipes). A iniciativa de Juan de
Goyeneche se fundaron las fábricas de Nuevo Baztán (funcionaron entre
1710-1778). Otras iniciativas locales se centraron en la cerámica, como la
del marqués de Sargadelos (cerámica de Sargadelos) o la del conde de
Aranda (Alcora).

Véase también: Industria en España#El siglo XVIII

Gran trascendencia tuvieron varias instituciones militares: la Escuela de


Fuente en la plaza de la Platería de
Guardiamarinas de Cádiz (1717, que también acogió el Real Instituto y
Martínez, donde en el siglo XVIII se
Observatorio de la Armada, 1797 —publicando Efemérides astronómicas encontraba esa importante
o Almanaque náutico desde 1791) y la Academia de Artillería de Segovia institución madrileña, frente al Jardín
(1763, que contó con Louis Proust para enseñar química y metalurgia entre Botánico y el edificio proyectado
1786 y 1799). Previamente se habían creado en 1722 escuelas de como sede del Real Gabinete de
matemáticas para artilleros en Barcelona (que acogía una Academia Militar Historia Natural (finalmente asignado
de Matemáticas y Fortificación desde 1720, con subsedes situadas en Orán al Museo del Prado). A pocos metros
y en Ceuta), Pamplona, Badajoz y Cádiz. Ingenieros militares como el al sur, en Atocha, se levantaron
italiano Francesco Sabatini tuvieron una gran presencia en todos los instituciones médicas y de
ámbitos de la producción intelectual, incluyendo la cultura y el arte.105 enseñanza de la medicina (Hospital
de San Carlos); y detrás del
No menos trascendencia tuvieron las instituciones mineralógicas, como la Botánico, en el Retiro, el
Real Academia de Minas de Almadén (1777) y el Instituto Asturiano de Observatorio Astronómico y la
Náutica y Mineralogía de Gijón (iniciativa de Gaspar Melchor de Fábrica de Porcelana del Buen
Jovellanos, 1794). Retiro. Una impresionante
concentración de instituciones
Las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País se difundieron por científicas e industriales punteras,
toda España siguiendo el ejemplo de la Bascongada (1765, Xavier María que sufrió una devastadora
de Munibe e Idiáquez, conde de Peñaflorida). Gran importancia tuvo el destrucción durante la Guerra de
Seminario Patriótico de Vergara (que utilizó la sede del antiguo Colegio de Independencia (1808-1814).
los jesuitas en esa localidad —expulsados en 1767). Fueron profesores en
él Louis Proust, los hermanos Elhúyar, Miguel de Lardizábal y Félix María
de Samaniego. Entre sus alumnos estuvo Martín Fernández de Navarrete.106

Se intentó paliar la ausencia de ríos navegables (una de las causas principales de las dificultades de comunicación
interior que imposibilitaban la formación de un verdadero mercado nacional, a diferencia de Inglaterra o Francia)
con canales artificiales como el canal de Castilla (en estudio desde el siglo XVI, e iniciado en 1753), el canal
Imperial de Aragón (1776-1790, Ramón Pignatelli, al que se agregó el medieval canal de Tauste) y el canal del
Guadarrama (ambiciosísimo proyecto del ingeniero francés Carlos Lemaur —1785— que habría incluido la presa
más alta de Europa —presa del Gasco— y que no se completó).

Madrid, sede de la Corte, acogió un considerable número de instituciones de altísimo nivel: el Real Jardín Botánico
(1755), la Casa de la platina (o Laboratorio de la platina, 1757, dirigida posteriormente por François Chavaneau), el
Real Gabinete de Ciencias o Gabinete de Historia Natural (1772, dirigido por José Clavijo y Fajardo y luego por
Eugenio Izquierdo, iniciado a partir de la colección de Pedro Franco Dávila y precedente del actual Museo
Nacional de Ciencias Naturales), la Real Escuela de Mineralogía de Madrid (Laboratorio Real de Madrid o
Laboratorio de Química Metalúrgica, Chavaneau, 1787; en él Pedro Gutiérrez Bueno desarrolló su Curso de
química, teórico y práctica, para la enseñanza del Real Laboratorio de Química de esta Corte, 1788), la Platería
Martínez (Real Escuela de Platería y Máquinas, 1778), el Colegio de Cirugía de San Carlos (1787), el Real
Observatorio del Retiro (1790) y el citado Gabinete de Máquinas de Bethancourt, que también fue responsable de
la creación de la Escuela de Caminos y Canales (1802). Es también en Madrid donde se comenzaron a publicar los
Anales de Historia Natural, que suele considerarse la primera revista científica española (1799, Domingo García
Fernández y Antonio José de Cavanilles);107 aunque Louis Proust había sacado con anterioridad dos Anales del
Real Laboratorio de Química de Segovia (1791 y 1795), donde publicó textos científicos trascendentales resultado
de sus investigaciones (entre otros, la formulación implícita de la Ley de las proporciones definidas,108 debatida
posteriormente por Berthollet y Berzelius y que estuvo en el origen de la teoría atómica de Dalton).109

La sanidad militar española continuó su desarrollo con los Reales Colegios de Cirugía: Real Colegio de Cirugía de
la Armada (Cádiz), Colegio de Cirugía de Barcelona o Real Colegio de Cirugía de Barcelona (véase Antonio
Gimbernat y Arbós y Pedro Virgili), Colegio de Cirugía de San Carlos (Madrid), Colegio de Medicina y Cirugía de
San Fernando (Lima) (véase Facultad de Medicina Humana "San Fernando" (UNMSM)); que persistieron hasta
1843, cuando se suprimieron los Reales Colegios y se transforman en Facultades de Ciencias Médicas (véase José
Benjumeda y Gens).

Véase también: Facultad de Medicina

Expediciones españolas del «Siglo de las Luces»

Después de la citada expedición de La Condamine, Jorge Juan y Antonio


de Ulloa para la medición del meridiano, se abrió un periodo excepcional,
en que las expediciones españolas se organizaron con criterios tanto
científicos como estratégicos. En el último cuarto del siglo XVIII se hizo
evidente que la continuidad (y en su caso el incremento) del Imperio, frente
a la competencia de otras potencias y de los nacientes particularismos
criollos en América, exigía un programa expedicionario de dimensiones
globales, que incluyó estudios científico paralelos a la demostración de la
capacidad de presencia naval.

Véase también: Categoría:Expediciones botánicas

La expedición de Alejandro Malaspina (1789-1794, José Bustamante,


cartógrafo Felipe Bauzá, naturalistas Tadeo Haenke, Luis Née y Antonio
Pineda, pintores José Guío, José del Pozo, Fernando Brambila, Juan
Ravenet y Tomás de Suria) cuyos problemas políticos con Godoy
provocaron la incautación y olvido de sus materiales recopilados, que no Alejandro Malaspina
condujeron a ningún resultado prácticos en España; tuvo un triste destino
que, por una circunstancia o por otra, fue compartido por buena parte de
los hallazgos de las expediciones de la época, lo que indica la escasa receptividad que la sociedad y el sistema
productivo español tenía hacia innovaciones y descubrimientos, hecho mucho más decisivo que la cambiante
voluntad de los gobiernos ilustrados que los impulsaban o el entusiasmo de los científicos que los emprendían. Al
menos una de estas expediciones sí tuvo un éxito indiscutible: la expedición de la vacuna de Francisco Javier
Balmis (1803-1806, José Salvany).

Inicios de la aeronáutica

Aunque ya en el siglo IX el andalusí Abbás Ibn Firnás había efectuado pruebas aeronáuticas desde torres en
Córdoba (con artefactos no muy distintos a los precedentes del paracaídas y de los planeadores y alas batientes que
diseñó Leonardo da Vinci en torno a 1500); no es sino a finales del siglo XVIII que se documentan experiencias
significativas en ese ámbito. La aerostación llegó a España por imitación del globo francés Montgolfier de 1783.
Tales fueron las experiencias del príncipe Gabriel en Aranjuez y Madrid, de Charles Bouche en Valencia, de
Francesc Salvà i Campillo en Barcelona (médico y físico, que experimentó la aplicación de la electricidad a la
telegrafía e inició la serie de observaciones meteorológicas más antigua de España), y algunos otros: Vicente
Lunardi, José Campello, Antonio Gull y Rogell. Pocos años más tarde
Diego Marín Aguilera, un agricultor autodidacta con inquietudes
mecánicas, se convirtió en uno los precursores de la aviación por lograr un
vuelo de más de 300 metros al lanzarse junto con su artilugio desde el
castillo de Coruña del Conde (1793).

Las mujeres en la Ilustración


española Antonio Carnicero, Ascensión de un
globo Montgolfier en Aranjuez, 1784.
Alcalá acogió el primer caso de una El 5 de junio de 1784 se produjo este
mujer universitaria: la doctora de Alcalá espectáculo en los jardines de
María Isidra de Guzmán y de la Cerda, a Aranjuez, a cargo del francés
la que la protección de Carlos III allanó Charles Bouché. No obstante, se
toda posible oposición a que alcanzase discute si podría representar una
ascensión similar que tuvo lugar el
(en 1785, con 17 años) los títulos de
23 de noviembre de 1783 en El
doctora y maestra en la Facultad de
Escorial, por el marqués d'Arle y
Artes y Letras humanas, catedrática de
Pilastre de Rozier.110 111
Filosofía, conciliadora y examinadora;
Isidra de Guzmán, entre además de ser admitida en la Real
libros, luce sobre su vestido Academia Española. No obstante, esta
una muceta, símbolo de su excepción no significó ninguna variación en la rígida exclusión de la mujer en el
condición doctoral.
ámbito universitario hasta el siglo XX.

María Andrea Casamayor y de la Coma, educada con los escolapios, escribió dos
libros de artimética aplicada y metrología (Tirocinio aritmético, 1738; y El para sí solo, divulgado a su muerte en
1780), lo que la convierte en la primera matemática española, o al menos la primera con obra publicada.112

Josefa Amar y Borbón defendió la capacidad de las mujeres para las letras y la necesidad de una educación
femenina para el progreso del intelecto y la autonomía moral en términos puramente ilustrados (el logro de la
felicidad).113 A imitación de Francia, los salones dirigidos por mujeres aristocráticas, sobre todo después del
impacto revolucionario francés de 1789, pasan a ser tertulias donde todos los temas, incluidos los científicos, son
escrutados a la luz de la razón y la crítica, y las mujeres «salen a la calle, a enterarse, a leer», y se incorporan a las
academias y sociedades ilustradas.114 115

Ciencia y técnica en la Edad Contemporánea española: el «fracaso» de


la Revolución Industrial
La Revolución industrial es la manifestación tecnológico-productiva de los
cambios revolucionarios con que se abre la Edad Contemporánea: en lo
político-ideológico la revolución liberal y en lo social la revolución
burguesa; mientras que en lo científico (en principio, y hasta finales del
siglo XIX, no conectado plenamente en un sistema que imbricara ciencia,
tecnología y sociedad —CTS) se desarrollaban las consecuencias y
aplicaciones del paradigma newtoniano (hasta que encontró sus límites que
exigieron la revolución einsteniana de comienzos del siglo XX).

Para España, la Revolución Industrial se ha calificado, según la Acción de Altos Hornos de Vizcaya.
provocativa tesis de Jordi Nadal, de un fracaso.116 La Edad
Contemporánea en España se inicia con la Guerra de Independencia
Española, que, en medio de gravísimas consecuencias para el tejido productivo, la ciencia y la tecnología, manifestó
de forma violenta en lo económico, social y político la preexistente crisis del Antiguo Régimen; y se continuó con
la Guerra de Independencia Hispanoamericana y una serie ininterrumpida de guerras civiles y golpes de estado. Lo
trascendental de todo ello para la ciencia y la tecnología españolas fue lo que implicó de atraso relativo frente a los
países más avanzados de Europa, y que puede medirse en un siglo. Mientras que en la mayor parte de éstos la crisis
del Antiguo Régmien se cerrará con la revolución de 1848 (o para otros con la Primera Guerra Mundial, 1914-
1918), en España seguirá teniendo pervivencias hasta el franquismo, superada la mitad del siglo XX.

Véanse también: Revolución Industrial, Industria en España, Industria en España, Capitalismo español y
Nacionalismo español.

Provenientes de las polémicas entre afrancesados y castizos del siglo XVIII, a lo largo de todo el siglo XIX y la
primera mitad del XX se sucedieron continuas polémicas entre las élites ilustradas y las élites reaccionarias (que
tildaban a sus rivales de representar la Anti-España), y que tuvieron en el pro y anti-darwinismo uno de sus
aspectos más significativos: la Circular de Orovio (1875, por el marqués de Orovio, ministro de Fomento del
recientemente implantado gobierno de la Restauración borbónica), que impedía la difusión de ideas contrarias al
catolicismo, suprimiendo la libertad de cátedra hasta entonces vigente, fue desafiada por Augusto González
Linares, que exponía desde su cátedra de Ampliación de Historia Natural en la Universidad de Santiago de
Compostela tesis evolucionistas, por lo que fue expulsado, suscitando la denominada segunda cuestión
universitaria.117 La primera, de 1864-1865, que se movió en el ámbito de las ciencias sociales, provenía del
enfrentamiento intelectual y político, iniciado décadas antes, entre krausistas (Julián Sanz del Río) y neocatólicos
(Jaime Balmes, Donoso Cortés —ambos para entonces ya fallecidos). En ese momento los neos tenían el apoyo del
gobierno de Narváez, que promulgó una circular (27 de octubre de 1864, Circular de Alcalá Galiano, por el
ministro Antonio Alcalá Galiano) en la que se prohibía la enseñanza o publicación de, entre otras, cualquier opinión
contraria al catolicismo o a la fidelidad a la reina (siendo los elementos en cuestión el Concordato y el Patrimonio
Real).118 Se llegó hasta la destitución del rector Juan Manuel Montalbán y del catedrático Emilio Castelar, lo que
produjo la dimisión por solidaridad de Nicolás Salmerón y una rebelión estudiantil brutalmente reprimida (la Noche
de San Daniel).

La polémica de la ciencia española desencadenada a partir de un texto del tradicionalista Menéndez y Pelayo
(1876), y que fue contestada por los identificados con la etiqueta de krausistas (la mayor parte de ellos, expulsados
de sus cátedras universitarias y reunidos en torno a la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de los
Ríos); no tuvo en su aspecto intelectual consecuencias muy positivas o estimulantes para la producción científica.
De hecho, más allá de la genérica y desesperada llamada a la modernización del regeneracionismo (el Escuela y
Despensa de Joaquín Costa), la actitud ante la técnica y la ciencia entre los intelectuales más lúcidos fue
ambivalente: más receptiva entre la denominada generación de 1914 (Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset,
Meditación de la técnica), mucho más sombría en la generación de 1898. Unamuno llegó a pronunciar un famoso
que inventen ellos, a pesar de defender la inteligencia que los militares sublevados de 1936 explícitamente
despreciaban («¡Viva la muerte, abajo la inteligencia!», pronunció en un famoso acto el general Millán Astray —en
la Universidad de Salamanca y ante el propio Unamuno, su rector—; y el mismísimo Franco dejó dicho que si por
él fuera borraría enteros dos siglos: «el siglo XIX por liberal y el XVIII por ilustrado»).119

No obstante, la denominada Edad de Plata de las letras y ciencias españolas (1906-1936) no pudo ser sólo un
luminoso paréntesis, sino un elemento visible de continuidad con una tradición de actividad científica que, a pesar
de su debilidad, ni la guerra civil ni el aislamiento exterior del primer franquismo consiguieron erradicar (fuga de
cerebros, exilio interior). A pesar de todo ello, lo evidente es que sólo a partir de los cambios sociales y económicos
desatados con el desarrollismo tecnocrático franquista de los años sesenta, y con los cambios políticos de la
Transición Española de los setenta, que incluyó la decisiva entrada en el Mercado Común Europeo en 1986, puede
hablarse de una ciencia moderna en España, aunque débil y con una muy marcada dependencia de las inversiones
públicas, frente a lo que ocurre en otros países desarrollados.

Ciencia y técnica en el siglo XIX español

A pesar del atraso relativo de España durante el siglo XIX en ciencia y técnica, el esfuerzo por generalizar la
formación educativa, aunque insuficiente, fue significativo: las cifras del analfabetismo, que hacia 1800 se
calculaban en un 94 %, para 1860 eran de un 80 % (69 % entre los varones adultos y 90 % entre las mujeres
adultas); cifras sólo equiparables a la Europa meridional y oriental, mientras que Bélgica y Austria (zonas también
católicas, que no habían experimentado la generalización de la lectura atribuible a la Reforma protestante) lo habían
reducido un 50 %, y el resto de Europa y
Norteamérica a cifras incluso algo
inferiores.121 Para 1877, la cifras españolas
eran de un 75 %. Tras el Plan Pidal de 1845,
la Ley Moyano de 1857 (Ministerio de
Fomento), de mayor trayectoria, preveía una
estructura educativa basada en una
escolarización primaria confiada a los
ayuntamientos (que en la práctica no se
generalizó en todo el territorio nacional hasta
la Segunda República), una enseñanza
secundaria enfocada a los varones de las
clases medias, con un instituto de bachillerato
por provincia (confiados a las diputaciones
provinciales, que para 1868 cursaban sólo
28 698 alumnos), y una enseñanza superior
con el doctorado centralizado en la
La Biblioteca Nacional, refundada en 1836 a partir de la Biblioteca
Universidad Central de Madrid (traslado de la Real del Palacio Real de Madrid y de los fondos eclesiásticos
antigua Universidad Complutense de Alcalá procedentes de la desamortización, se convirtió en uno de los más
de Henares). Ya en 1847 Nicomedes Pastor importantes centros de conservación del patrimonio bibliográfico del
Díaz introdujo las Facultades de Filosofía con mundo, además de servir de soporte a investigaciones en todos los
cuatro secciones: literatura, filosofía, ciencias ámbitos. Desde 1892 ocupa buena parte del edificio destinado a
naturales y ciencias físico matemáticas; donde Biblioteca y Museos Nacionales (de los que sólo el Arqueológico ha
se cursaban licenciaturas de cinco años. Entre tenido continuidad en el lugar). El programa escultórico de
el curso 1857-1858 y el 1867-1868 se había exhibición orgullosa de las glorias de las letras españolas escogido
duplicado la matrícula universitaria: de 6104 a para la escalinata de la fachada es un ejemplo muy significativo de
12 023 alumnos. La mayoría eran de leyes construcción de la historia nacional, y no discrimina la producción
(pasaron de 3742 a 4120), medicina (de 1155 literaria científica de la puramente estética. Incluye, en lugar
a 5648) y farmacia (de 563 a 983). Es destacado, a dos lumbreras medievales: san Isidoro y Alfonso X el
significativo que los matriculados en ciencias sabio; más atrás, junto a Miguel de Cervantes y Lope de Vega, a
pasaran de 127 a 642; mientras que los los humanistas Antonio de Nebrija y Luis Vives; y medallones con
bustos del Padre Mariana, Arias Montano, Diego Hurtado de
matriculados en teología se redujeran de 326 a
Mendoza, Nicolás Antonio y Antonio Agustín junto a los de fray Luis
159 en el mismo periodo. La filosofía se
de León, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca, Garcilaso de
incrementaba de 191 a 471.122 Se mantuvo la Vega, santa Teresa de Jesús y Tirso de Molina. El programa
de forma autónoma la formación técnico iconográfico del frontón es igualmente significativo, en este caso de
científica de los cuerpos navales, del arma de otra clave intelectual de la época: la idea de progreso de España a
artillería y de los ingenieros militares, de través de las ciencias y las artes. Se reprensentan el Genio, el
tradición ilustrada (un militar, el general Estudio, la Paz, la Guerra, la Elocuencia, la Poesía, la Música, la
Carlos Ibáñez de Ibero, fundaría el Instituto Arquitectura, la Pintura, la Escultura, la Filología, la Industria, el
Geográfico y Estadístico y llegó a dirigir la Comercio, la Agricultura, la Filosofía, la Jurisprudencia, la Historia,
Oficina Internacional de Pesas y Medidas La Astronomía, la Etnografía, la Geografía, la Química, la Medicina
entre 1872 y 1891); así como la ingeniería y las Matemáticas.120
civil, tanto las instituciones preexistentes
(minería —desde 1772 en Almadén—, de
caminos —creada por Bethancourt en 1802) como las que se crearán a lo largo del siglo (industrial —Real Instituto
Industrial, creado por Real Decreto del Ministerio de Obras Públicas de 4 de septiembre de 1850, con Escuelas en
Madrid, Barcelona, Gijón, Sevilla, Valencia y Vergara—; forestal o de montes —Ordenanzas Generales de Montes,
Cuerpo y Escuela de Ingenieros de Montes en la Casa de Oficios de El Escorial, 1833; 1862, título de Ayudante de
Montes—). No obstante, la capacidad de generar innovaciones tecnológicas originales fue muy escasa, más allá de
casos aislados como el de Ramón Verea, que patentó una máquina de calcular en Estados Unidos en 1878.

Aunque durante mucho tiempo la escasa vida científica, junto con la intelectual se restringió a las Sociedades de
Amigos del País abiertas a finales del XVIII y a los recientemente creados Ateneos y Casinos (en cuyas tertulias
tenían cabida desde las conspiraciones políticas hasta cualquier otro aspecto de la vida social); el prestigio científico
de algunas cátedras universitarias españolas fue ganándose lentamente, sobre todo a medida que conseguía
establecerse cierta vinculación internacional a sus correspondientes británicas, alemanas o francesas. Salvo la
conexión inglesa de algunas zonas de Andalucía, era evidente el predominio del francés como lengua extranjera
más utilizada por las élites intelectuales. Un estudio de bibliotecas privadas de políticos, profesionales y militares
entre 1830 y 1870 contabiliza de un 10 a un 20 % de libros en francés, sobre todo de temática científica, técnica,
derecho, política e historia; a lo que hay que sumar las abundantes traducciones, que en el caso del inglés y el
alemán se concretaban en una temática más variada (literatura, pensamiento y ciencia).123 La industria editorial
española (Francisco de Paula Mellado, Gaspar y Roig, Manuel Rivadeneyra —Biblioteca de Autores Españoles—,
Sociedad Literaria de Madrid —1842—, Unión Literaria —1843—, La Ilustración, Sociedad Literario-Tipográfica
Española)124 demostró ser una de las de más impulso, lo que determinó su vinculación al nacimiento del
movimiento obrero madrileño (varios líderes, como el propio Pablo Iglesias, fueron tipógrafos), por contraste con el
caso catalán, vinculado a las factorías textiles.

No obstante, lo más parecido a un texto científico de amplia difusión (sin duda el más divulgado, desde 1840 hasta
la actualidad) fue el Calendario Zaragozano de Mariano Castillo y Ocsiero, que además de un calendario con toda
clase de efemérides, realiza una predicción meteorológica basada en un método tradicional denominado témporas o
cabañuelas.125

Instituciones científicas del siglo XIX

Instituciones científicas de importancia creadas durante el siglo XIX fueron, entre otras: la Institución Libre de
Enseñanza (1875), la Real Sociedad Española de Historia Natural (1871); y un buen número de Reales Academias
(a la Real Academia Española, la de Historia y la de Jurisprudencia y Legislación, fundadas en el siglo XVIII, en el
XIX se les añadieron las de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales —1847, por reorganización de la de Medicina y
Ciencias Naturales de 1734—, la de Medicina —1861, también proveniente de la escisión de la anterior—, la de
Ciencias Morales y Políticas —1857—; mientras que la de Farmacia es de 1932, por reorganización del Colegio de
Farmacéuticos).

Los matemáticos José de Echegaray (que obtuvo el primer Premio Nobel otorgado a un español —1904—, pero
por su obra literaria), Eduardo Torroja Caballé (1847-1918, padre del ingeniero Eduardo Torroja) y Zoel García de
Galdeano (1846-1924) introdujeron las matemáticas contemporáneas en la Universidad y sobre todo en las
Escuelas de Ingenieros del último cuarto del siglo XIX.126 Las cátedras universitarias de matemáticas fueron hasta
finales del siglo XIX una institución marginal. En el segundo tercio del siglo (tras la desorganización característica
del primero), en colegios, academias, sociedades civiles, religiosas o militares se crean prestigiosas cátedras para
individualidades que demostraban sus conocimientos en la materia (clérigos, marinos y militares principalmente).
Las matemáticas que se enseñaron en las facultades de ciencias y en las escuelas de ingenieros hasta finales de siglo
se caracterizaron por su insistencia en una erudición cada vez más obsoleta, con lo que los pocos que pretendían
actualizarse o conseguir aplicaciones prácticas recurrían esencialmente a la ciencia importada.127

La economía política era ya una disciplina universitaria en Salamanca a finales del XVIII (1788, Ramón de Salas y
Cortés), y desde la misma época había estudios comerciales en los consulados de comercio (1798, Mariano Luis de
Urquijo), las academias de comercio de Barcelona o Bilbao, y la Escuela Mercantil de Cádiz (1803). La Escuela de
Comercio de Madrid se abre en 1823, pero hasta mediados del XIX no se organizaron las escuelas de comercio
(Plan General de Estudios de 1836 y Real Decreto de 1857).128 Más allá de la docencia, los economistas que
publicaban textos lo hacían generalmente con el fin de intervenir en el debate público de cuestiones de peso
político, y actuaron en buena medida como justificadores de las posiciones económicas de los distintos grupos de
interés en torno a los temas clave en cada periodo: especialmente la desamortización y la opción por el
librecambismo o el proteccionismo (Eudald Jaumeandreu, Manuel Colmeiro, José Canga Argüelles, Álvaro Flórez
Estrada, Laureano Figuerola, Terencio Thos y Codina, Alejandro Mon, Ramón Santillán, etc.).129 La hacienda
pública y la banca fueron las instituciones en que los economistas tenían ocasión de aplicar distintas teorías sobre la
moneda, la fiscalidad y las finanzas. El Banco de España se creó en 1856, por fusión de precedentes como el
Banco de San Carlos (1782), el Banco de San Fernando (1829), el Banco de Isabel II (1844) y el Banco de
Barcelona (1845). Llegó a convertirse en la única banca emisora en 1874 (bajo el ministerio de Echegaray, el
matemático). La adhesión a la Unión Monetaria Latina que propiciaba la adopción del sistema métrico decimal dio
lugar al nacimiento de la peseta en 1868. El predominio del proteccionismo y de la utilización de autoridades
francesas (Jean Baptiste Say,
Bastiat) antes que inglesas
caracterizó a la denominada
Escuela Economista Española. La
recepción del pensamiento Submarino Peral en 1888. Isaac
marxista se produce en España a Peral, marino militar, destacó en
partir de la divulgación de Paul trabajos de ingeniería (planos del
Lafargue.130 De 1886 es la canal de Simanalés —Filipinas) y
primera traducción (incompleta) misiones de carácter científico,
de El Capital aunque existieron escribió un Tratado teórico práctico
traducciones de otros textos de sobre huracanes y ocupó la cátedra
Marx desde 1869. La primera de Física-Matemática de la Escuela
Moneda de cinco pesetas (duro) de producción interna de un texto de Ampliación de Estudios de la
Alfonso XII (1874-1885). Como marxista de altura intelectual es el Armada (1883). Su submarino,
corresponde a la inclusión de Informe a la Comisión de construido en el Arsenal de la
España en la Unión Monetaria Latina Reformas Sociales (1884) del Carraca de Cádiz, y probado con
en 1868, su valor en plata se médico neurólogo Jaime Vera éxito en Cartagena entre 1888 y
1890, no consiguió el apoyo
expresa en cantidades propias del López (discípulo del doctor
gubernamental, y no se desarrolló. El
sistema métrico: 40 PIEZAS EN Esquerdo).131 propio Peral, objeto de una campaña
KILOG., o sea, 25 gramos. Es
heredero del peso duro, el real de a de desprestigio, se licenció y murió
Las ciencias naturales del siglo XIX
ocho que contenía 25,560 gramos de al poco tiempo.
español tuvieron personalidades
plata; en su momento (la Edad destacadas (Juan Mieg —Paseo
Moderna) el objeto preferente de la
por el Gabinete de Historia
tecnología española, que la pérdida
de las colonias americanas había
Natural de Madrid, 1819—,132
convertido en un pasado mitificado.
Antonio Aguilar y Vela —
astrónomo, estadístico y
meteorólogo—, cuya ideología
carlista le llevó al exilio y a la pérdida de su patrimonio, Mariano Lagasca
—director del Jardín Botánico cuya ideología liberal le llevó al exilio y la
pérdida de su herbario y manuscritos durante la ominosa década, 1823-
1833, periodo en el que continuó sus investigaciones en Inglaterra—, y
otros botánicos, como Juan Isern, que participó en la Comisión Científica
del Pacífico; Mariano de la Paz Graells —director del Museo de Ciencias
cuya energía y longevidad le permitió presidir la vida científica española
durante décadas—,133 etc.); especialmente en el ámbito de la geología, Ramón y Cajal en su laboratorio de
aplicada a la explotación minera (véase en su sección, más adelante). Pero Valencia, 1887
fue en la fisiología y medicina donde los esfuerzos personales de meritorias
individualidades iniciaron las bases y constituyeron los equipos
(vinculados a departamentos universitarios de las facultades de medicina) de lo que en el siglo siguiente constituirá
la parte más brillante de la actividad científica española. Entre ellos pueden citarse Mateo Orfila (toxicología),
Diego de Argumosa (cirugía), Ramón Turró (fisiología y psicología),134 José María Esquerdo (neuropsiquiatría),
Jaime Ferrán (bacteriología), Luis Simarro y Nicolás Achúcarro (neurocientíficos). Pese a ello, la penuria de medios
caracterizó toda esa época.

¡Ah! ¡Quién tuviera esos magníficos objetivos a que Flemming, Strasburger y Carnoy deben sus
descubrimientos! ¡quién pudiera poseer un Seibert 1/16 o un Zeiss 1/18! Aquí desgraciadamente las
facultades no tienen material y, aunque yo me empeñara en pedir uno de esos objetivos, no me lo
permitiría el decano por falta de fondos. Mucho envidio más aún esa riqueza de medios técnicos de que
ustedes gozan, con la que se hace cuanto se quiere. Yo tengo que resignarme con un objetivo 8 de
inmersión Verick y éste gracias a que es de mi propiedad [se lo había comprado en 1877], que por la
Facultad no tendría más que un 5 ó 6 Nachet.
Carta de Santiago Ramón y Cajal a Antonio Vicente Dolz, 1 de enero de 1885 (el destinatario estaba en
Lovaina).135
En el mismo año 1885 Cajal consiguió de la Diputación de Zaragoza un Zeiss, en agradecimiento por su informe
sobre la campaña (muy incomprendida) de vacunación contra la epidemia de cólera de Jaime Ferrán en Valencia.
Gracias al regalo pudo abordar, sin recelos y con la debida eficiencia, los delicados problemas de la estructura de
las células y del mecanismo de su multiplicación.136

Graellsia isabellae, cuyo nombre Rogelio Narciso Monturiol,


se debe a la reina Isabel II de Inchaurrandieta diseñador de otro
España y a su descubridor, el y Páez, de los precedentes
naturalista Mariano de la Paz ingeniero, del submarino: el
Graells (quien la estuvo buscando geólogo y Ictíneo I, que fue
entre 1837 y 1848, para confirmar arqueólogo. probado en
los rumores de la existencia de Director de la Barcelona en 1859
una espectacular mariposa Escuela de (propulsión manual
desconocida).137 Durante mucho Ingenieros de a cargo de tres
tiempo se consideró endémica de Caminos, tripulantes). Para
la sierra de Guadarrama, y en la Canales y construir un
actualidad se han localizado Puertos de segundo modelo,
poblaciones dispersas en algunas Madrid, mucho más
otras cordilleras peninsulares, e intervino en sofisticado,
incluso se la ha introducido algunas de las constituyó una
artificialmente en Francia. más sociedad (La
importantes Navegación
obras públicas Submarina —
de mediados pensaba emplearlo
del siglo XIX, en la explotación
como el Canal del coral). Al no
de Isabel II. conseguir superar
las muchas
dificultades del
diseño y
construcción, el
proyecto acabó en
fracaso (1868).

138

La recepción del evolucionismo

José de Letamendi habría sido el primero en hablar de las ideas de Darwin, para criticarlas desde una perspectiva
tomista, en el Ateneo Catalán (1867). En sentido similar fue el discurso de Antonio Cánovas del Castillo en el
Ateneo de Madrid (1872), «tan elocuentemente escrito como flojamente documentado», según Ramón y Cajal; y
un poema satírico de Núñez de Arce (sin esperanza en Dios, sin fe en sí mismo, / cuando le borre su divino
emblema, / esa ciencia blasfema, / como la piedra rodará al abismo), criticado –en cuanto a su contenido– por
Juan Valera.139 En 1876 se articulan los defensores del evolucionismo en torno a la Revista Contemporánea de
José del Perojo. El anatomista Peregrín Casanova Ciurana entró en contacto con Haeckel (correspondencia entre
1876 y 1886). Su discípulo, Ramón Gómez Ferrer, publicó en 1884 un estudio sistemático sobre las ideas vigentes
acerca de la herencia. A partir de entonces, la escuela histológica española (Luis Simarro y Santiago Ramón y Cajal
y las Sociedades de Anatomía e Histología, fundadas en Madrid durante la revolución de 1868) tendrá al
evolucionismo como supuesto, aunque con malinterpretaciones vitalistas y finalistas. Lo mismo ocurría en manuales
como el de fisiología general de Balbino Quesada (1880). Otro campo interesado fue la geología (Juan Vilanova y
Piera, seguidor de Armand de Quatrefages). También la Sociedad Antropológica Española fue una institución
receptiva al evolucionismo, al contrario que otras totalmente opuestas, como las Academias de la Lengua y de la
Historia; aunque en general las ciencias sociales fueron las más entusiastas en defender el evolucionismo (Instituto
de Sociología de Madrid, fundado por Manuel Sales y Ferré y Pedro Estasen y Cortada—, y personalidades
intelectuales de otros ámbitos, como Miguel de Unamuno, Valentín Almirall y Antonio Machado y Núñez —
médico, antropólogo, zoólogo y abuelo del poeta homónimo—). La polémica entre darwinistas y antidarwinistas no
se limitó a la anteriormente referida expulsión del catedrático de Santiago González Linares y los demás que
encontraron refugio en la Institución Libre de Enseñanza, sino que se extendió a todos los rincones de España: por
ejemplo, la publicación por fascículos de la Historia Natural de Canarias de Gregorio Chil y Naranjo (Las Palmas,
1876) produjo un considerable escándalo, con intervención del obispo, y que suscitó su defensa por Paul Broca en
la Sociedad Antropológica de París. En otras zonas fueron catedráticos de instituto (Rafael García y Álvarez en
Granada, Máximo Fuerte Acevedo en Badajoz) los que se enfrentaron a los reaccionarios locales, con
consecuencias más o menos penosas.140

El amigo o amiba,

Que del agua nació con alma viva,


Cuando le dio la gana
En pez se transformó, si no fue en rana;
Ensanchando más tarde sus pellejos
Formó... varios bichejos.
De estas transformaciones como fruto
Resultó él Director de un Instituto.
Si éste sigue la norma El diseño de la etiqueta de Anís del
Mono (Ramón Casas, 1897) se hizo
Veremos en qué bicho se transforma.
con claras referencias a Darwin,
Poema satírico contra Máximo Fuerte Acevedo.
cuyo rostro se caricaturiza en el de
un mono que exhibe este cartel: Es
Las represalias antidarwinistas continuaban en fechas tan tardías como el mejor. La ciencia lo dijo y yo no
1895, cuando Odón de Buen fue separado de su cátedra de Barcelona; miento.
pero la respuesta social fue mucho más viva: las movilizaciones
estudiantiles de protesta obligaron a cerrar dos meses la Universidad y
terminaron haciendo que el gobierno de Cánovas del Castillo revocase su decisión.141

Pocos años más tarde, en 1909, centenario del nacimiento de Darwin, la prensa se hizo eco de la polémica pro y
antidarwinista, siendo notable la repercusión del homenaje de los estudiantes de medicina de Valencia (se llegó a
decir que había sido mayor que el de Londres); una buena muestra de la normalización del pensamiento darwinista
en la enseñanza superior española, la profundidad y amplitud de la popularización del mismo, y la continuidad de la
utilización polarización del tema en la España de la Restauración.142
Augusto González Peregrín Ramón Gómez Manuel Sales y
Linares Casanova Ferrer Ferré

Expediciones españolas del siglo XIX

Aunque de dimensiones mucho más modestas que las expediciones de la


época del imperialismo europeo, hubo algunas expediciones científicas
españolas herederas de las del siglo XVIII: la de la Comisión Científica del
Pacífico (Marcos Jiménez de la Espada, 1862-1865); la expedición
(esencialmente militar) a Guinea Ecuatorial de Juan José Lerena y Barry
(1843), también inventor del telégrafo óptico de uso naval en 1829 (que se
implantó en líneas terrestres entre Madrid, Aranjuez y La Granja —de
1831 a 1838); la expedición científica del comandante Julio Cervera, el
geólogo Francisco Quiroga y el intérprete Felipe Rizzo al Sáhara
Occidental en 1886;143 La de Francisco Noroña al Océano Índico y
Filipinas; las de Manuel Iradier (1868 y 1877); y algunos otros periplos
individuales o colectivos con fines más o menos científicos o aventureros
(Francisco de Paula Marín —introductor de la piña en Hawái—, José Luis
Ceacero —explorador de las Islas Babuyán y Batanes—, José María de
Murga —el «Moro Vizcaíno»—, Joaquín Gatell y Foch —«Caíd Ismail», Comisión Científica del Pacífico
Marruecos y el Sahara—, Víctor Abarques de Sostén —Mar Rojo y (1862-1865, formada por Marcos
Abisinia—, Cristóbal Benítez —Tumbuctú y Senegal—, Bonelli, Álvarez Jiménez de la Espada y otros
Pérez, Bens y Capaz —Río de Oro e Ifni). expedicionarios, entre los que
estuvieron el zoólogo Francisco de
Se fundó en 1876 una Sociedad Geográfica de Madrid (posteriormente Paula Martínez y Sáez, el
denominada Real Sociedad Geográfica), con propósitos similares a otras antropólogo cubano Manuel Almagro
como la francesa (1821), la prusiana (1828), la Royal Geographical y el botánico Juan Isern y Battló. El
Society (británica, 1830), o la más tardía National Geographic Society fotógrafo de la expedición (uno de
(estadounidense, 1888). En 1877 se creó la Asociación Española para la los primeros documentalistas) fue
Exploración de África (filial de la Asociación para la Exploración del Rafael Castro y Ordóñez.
Congo vinculada a Leopoldo II de Bélgica), y en 1883, a iniciativa de
Joaquín Costa una Sociedad Española de Africanistas y Colonistas
(sic).144 Con implantación en Barcelona se creó la Sociedad de Geografía Comercial; y en Granada, con
participación de Ángel Ganivet, la Unión Hispano-Mauritana (arabistas y universitarios tanto españoles como
norteafricanos, que editaba La Estrella de Occidente —1880— y la revista Al Andalus).145

Inicios de la fotografía y el cine


El primer daguerrotipo se impresionó en Barcelona en 1839. Desde los años 1840 José de Albiñana se
profesionalizó como fotógrafo, llegando a retratista de cámara de Su Majestad,146 aunque la fotografía española
de mediados del siglo XIX se caracterizó por la presencia de fotógrafos extranjeros, como el inglés Charles Clifford
o el francés Jean Laurent.147

Véanse también: Historia de la fotografía en España, Periodismo fotográfico y Fotografía en España.

Hay documentación escrita de alguna actividad cinematográfica en España en 1895, aunque su manifestación
pública con mayor repercusión tuvo lugar en mayo de 1896, cuando con pocos días de diferencia un Teatrograph
(similar a las máquinas Edison) y una máquina Lumière (del equipo de Alexandre Promio) se presentaron en los
días previos a las fiestas de San Isidro de Madrid, filmando y exhibiendo sus películas. En octubre del mismo año
se filmaron dos escenas de las fiestas del Pilar de Zaragoza por los primeros camarógrafos españoles (Eduardo
Jimeno padre e hijo), y poco después se rodó en Barcelona la primera película de ficción (Riña en un café,
Fructuoso Gelabert, 1897 —la fecha es sólo probable). La mayor figura de los inicios fue sin duda Segundo de
Chomón (1871 – 1929), aunque desarrolló su carrera en París como el discípulo más aventajado y original de
Georges Meliès, creando numerosos trucajes cinematográficos inéditos, inventando el «Pathécolor» y la técnica de
animación «paso de manivela» o stop motion.

Destacó como director pionero del cine mudo y técnico de trucajes

Véanse también: Historia del cine en España, Cine español y Cine catalán.

Los inicios de la electrificación en España

En 1875 la Escuela de Ingenieros importó una máquina Gramme y una luz de arco que utilizó para el alumbrado,
en su gabinete de física. Desde entonces se divulgó lentamente la electrificación, gracias a ingenieros como Narcís
Xifra Masmitjà, Francisco de Paula Rojas Caballero-Infante, Lluís Muntadas Rovira o Josep Mestre Borrell (véase
Ingeniería industrial (España)). En 1881 se fundó la Sociedad Española de Electricidad en Barcelona, primera
empresa que producía y distribuía fluido eléctrico a otros consumidores. También construía diversos aparatos
eléctricos, y sobre todo promocionó la electrificación de las principales ciudades (Barcelona, Madrid, Valencia y
Bilbao). La primera red de alumbrado público urbano se inauguró en Gerona en 1886, y poco después la primera
línea de tranvía con tracción eléctrica en Bilbao.148 En 1897-1899 se instaló a orillas del Ebro la Sociedad
Electroquímica de Flix, primera industria española de ese tipo (tercera de Europa) para la fabricación del cloro y la
sosa demandados por la industria textil.149

Los ferrocarriles en España

El primer ferrocarril español en territorio europeo cubrió la línea


Barcelona-Mataró (28 de octubre de 1848), a cargo de una compañía de
capital inglés y español (principalmente catalán y cubano), y con
tecnología e ingenieros ingleses. Diez años antes, el 19 de noviembre de
1837, se había abierto el primer ferrocarril español, pero en América: la
línea La Habana-Bejucal, en Cuba. La línea Madrid-Aranjuez (Tren de la
Fresa) se inauguró el 9 de febrero de 1851. El diseño del trazado nacional
fue esencialmente radial (une Madrid con la periferia), con pocas
conexiones transversales (alguna de ellas, como la Santander-Mediterráneo Impulsores, accionistas e ingenieros
nunca se concluyó); y a pesar de su baja densidad en comparación con de la línea Barcelona-Mataró.
Locomotora número 12. Estación
otros casos europeos, fue de muy lenta construcción: no completó sus
término, actualmente Estación de
partes esenciales hasta finales de siglo.
Francia, 1848.
La dificultad más importante del trazado ferroviario español era la
necesidad de salvar fuertes desniveles que caracterizan el aislamiento
orográfico de la Meseta central con las demás unidades geográficas, y de cada una de estas entre sí. La razón
esgrimida para optar por un ancho de vía mayor que el europeo (ancho ibérico) por el informe de la Comisión de
Ingenieros de caminos de la Dirección general del ramo de 2 de noviembre de 1844 (ingenieros Juan Subercase150
y Calixto Santacruz151 ) fue permitir un mayor tamaño de las ruedas y con ellas una mayor velocidad. También un
mayor ancho permite un mayor tamaño de las calderas. Otra de las razones que suele esgrimirse (y que se pone en
relación con que también Rusia optó por un ancho mayor) es el dificultar por ese medio una hipotética invasión
militar, aunque no parece que fuera la que más influyó en la decisión; de hecho, Portugal optó por el ancho español.
La Ley General de Caminos de Hierro de 1855 homogeneizó el ancho español que siguieron las líneas principales,
a excepción de las líneas del Cantábrico (por razones orográficas: un ancho menor ahorra costes en el trazado de las
curvas, allí muy abundantes, lo que determinó que se usase la vía estrecha).152

Las principales compañías ferroviarias se formaron con predominio de capital extranjero (francés, inglés y belga) y
se beneficiaron de una legislación protectora que les permitía importar prácticamente libre de derechos todo su
material: Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España —la propietaria de la Estación del Norte de
Madrid—, Compañía del Ferrocarril de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA) –la propietaria de la Estación de
Atocha de Madrid—, la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste y la Compañía de los Ferrocarriles
Andaluces, fusionadas en 1941 en la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE).

El textil y la ingeniería en Cataluña

Los inicios de la industria textil catalana fueron muy precoces (las indianas del siglo XVIII) y no carentes de
innovaciones, por ejemplo la creación autóctona de la máquina hiladora «bergadana» (Ramon Farguell, 1790-
1795), un caso de transferencia tecnológica por imitación de la jenny, la famosa hiladora manual inglesa. Desde
comienzos del siglo XIX se importaban unidades de la «mula» de Samuel Crompton (hiladora con tracción adaptable
tanto a rueda hidráulica como a máquina de vapor). La fábrica «El Vapor» (hermanos Bonaplata, 1832) fue
incendiada poco tiempo después en una acción similar a la de los luditas ingleses, aunque en el contexto de la
quema de conventos de 1835. En la década de 1840 la siguiente generación de maquinaria recibió el curioso
nombre de «selfactinas» (adaptación del inglés self-acting machines), aun así, con un nivel técnico inferior al
británico.153 A pesar de todo ello, la trayectoria industrial de los textiles catalanes, sufrió a lo largo del siglo XIX
graves discontinuidades debidas fundamentalmente a coyunturas bélicas y políticas (guerra de Independencia
española, guerras carlistas, golpes militares en que se basó la alternancia entre moderados y progresistas y —que
incluyeron el bombardeo de Barcelona por Espartero o la quema de conventos de 1835—, y la desaparición del
mercado colonial por la Independencia Hispanoamericana —a excepción de Cuba hasta 1898— o levantamientos
obreros como el conflicto de las selfactinas). A la reserva de ese mercado cautivo para los productos textiles
catalanes se sumaba la del depauperado mercado interno español, sobre el que se exigían barreras proteccionistas en
discusión con los intereses de exportación al exterior de la oligarquía terrateniente castellano-andaluza (formada por
los intereses compartidos de la alta nobleza y burguesía tras la desamortización), que conseguían altos precios para
las exportaciones agrícolas en un mercado internacional sometido periódicamente a tensiones (guerra de Crimea,
crisis de la filoxera). A finales del siglo XIX, la pérdida de Cuba y la crisis agrícola precipitó un consenso de ambos
grupos de interés en sentido proteccionista, lo que convirtió a España en uno de los países más proteccionistas del
mundo, al menos hasta 1959.

Las sinergias que la industria textil contribuyó a generar supuso el desarrollo de un significativo número de
proyectos industriales metalúrgicos y mecánicos en Cataluña (Valentín Esparó Giralt —Valentín Esparó y
Consocios, adquirida a la compañía Bonaplata en 1839—, Sociedad La Barcelonesa —Tous, Ascacíbar y
Compañía, Nicolás Tous Mirapeix y Celedonio Ascacíbar, 1838—, La España Industrial —primera gran
instalación industrial de Barcelona, 1847—, Maquinista Terrestre y Marítima, 1855), así como de instituciones
científicas asociadas Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Barcelona (1851).

La explotación minera en el siglo XIX. La siderurgia malagueña, asturiana y vasca

El primer complejo siderúrgico español importante en la época de la primera Revolución Industrial se llevó a cabo
en la provincia de Málaga, con unos altos hornos en la Fábrica de La Concepción (1826) en Marbella, y otros en
Málaga en la Fábrica de La Constancia (1833), ambos impulsados por el industrial Manuel Agustín de Heredia.
Otra siderúrgica malagueña se denominó El Ángel, esta por iniciativa de Juan Giró. La diversificación en otros
sectores corrió a cargo del mismo grupo de
familias de la oligarquía burguesa
malagueña, como los Larios, que fundaron
conjuntamente en 1846 Industria
Malagueña S.A.. También fue importante la
actividad del financiero José de Salamanca
y Mayol, ennoblecido como Marqués de
Salamanca. El problema de este foco
industrial era la inexistencia de hulla local,
lo que produjo la deforestación del entorno
(por el carboneo para obtener carbón
vegetal) y la necesidad de importar carbón
desde Inglaterra al puerto de Málaga,
debido a la falta de puertos industriales en
Asturias que posibilitasen embarcar el
carbón nacional, beneficiado por la política
Altos Hornos de Málaga. Fábrica
proteccionista (el Estado gravaba la
de La Constancia, 1847
importación de carbón británico con tasas
de hasta el 50 %). La consiguiente
elevación de los costes de producción de
la industria malacitana, perjudicó su
viabilidad o posible crecimiento; que
tampoco tuvo remedio con el proyecto
de ferrocarril (iniciativa de varios de
estos industriales y uno de los primeros
de España), en 1851, de la línea
Córdoba-Málaga, pues las obras y los
trámites administrativos se dilataron en el Taller de la Rio Tinto Company
Chimenea de la fábrica textil tiempo (finalizado en 1866). Cuando Limited.
El Vapor Aymerich, Amat i llegó carbón mineral a Málaga, los
Jover, Tarrasa (arquitecto productos catalanes y vascos ya eran
Lluís Muncunill, 1907-1908). más competitivos. El declive de la
El edificio se ha transformado actividad fue visible desde 1860.155
en el actual Museo de la
Ciencia y de la Técnica de La «localización racional» sería la que se
Cataluña, que exhibe una impondría por factores geológicos y de
amplia muestra de maquinaria transporte: una gran ventaja era la
textil y de otro tipo de
cercanía a las cuencas de carbón mineral
industrias, de todas las
de Asturias (Mieres y Langreo), que
épocas.
tenían la Fábrica de Mieres (1848,
inglesa, comprada en 1852 por la Vagoneta abandonada en una boca
Compagnie Minière et Métallurgique des de las minas de cobre de Texeo
Asturies, disuelta en 1868 y readquirida por Numa Guilhou) y La Felguera (Riosa, Asturias), utilizadas desde la
(Pedro Duro y cía.). La minería y la siderurgia asturiana se habían prehistoria y redescubiertas en 1888
desarrollado desde que a finales del siglo XVIII la intervención de por el ingeniero belga Alejandro Van
Jovellanos y del Conde de Toreno (Descripción de varios minerales..., Straalem (que trabajaba en las minas
1781) pusieran de manifiesto sus potencialidades. En 1773 ya existió una de mercurio de Soterraña). Fueron
Compañía de San Luis con técnicos ingleses, y el primer horno de coque explotadas por The Aramo Cooper
fue instalado por Fernando de Casado y Torres en 1792. En 1794, se creó Minas Ltd, y más adelante por
la Fábrica de municiones gruesas de Trubia (para evitar la cercanía a la ENSIDESA y HUNOSA.154
frontera de la navarra de Orbaiceta). La Real Compañía Asturiana de
Minas de Carbón fue fundada en 1833 por el marqués de Casa Riera, la
Aguado Muriel y Cía por el financiero Alejandro Aguado en 1836 y la Asturian Mining Company por John Mauby
en 1844. La introducción de técnicas modernas vino con más lentitud
(primer lavadero mecánico por el ingeniero Luis Adaro, un verdadero
empresario schumpeteriano, primera fábrica de cemento en Tudela
Veguín, de la Banca Masaveu).156

Los sucesivos cambios en la Ley de Minas de España, terminaron


produciendo una verdadera desamortización del subsuelo que desató una
carrera internacional por participar en la explotación de las riquezas
mineras españolas. En ella destacó la intervención de capitales, tecnología,
personal científico y técnico y know-how de origen británico, francés y
belga principalmente. De 1834 data el primer mapa geológico, del
cartógrafo francés Frederic Le Play, centrado en una zona de alto interés:
Extremadura y el norte de Andalucía. Poco después se realizó el Mapa
Petrográfico del Reino de Galicia, de Guillermo Schulz (1835).157 El
Instituto Geológico y Minero de España se fundó en 1849. Notables
geólogos fueron Casiano del Prado, José Macpherson y Hemas, Eduardo
Hernández-Pacheco y Estevan, Augusto González de Linares, Lucas
El puente colgante denominado de
Mallada, etc.
Vizcaya, construido entre 1888 y
La ley de Minas de 1825 establecía el principio del dominio eminente de la 1893, cruza la ría del Nervión de
Portugalete a Las Arenas. En primer
Corona sobre las minas, dejando en situación precaria a los concesionarios
plano de esta imagen, el
privados. Las reformas sucesivas (Ley de minas de 1849 y Ley de minas
mareómetro.
de 1859) fueron menos regalistas y más favorables a la iniciativa privada,
pero no fue hasta la Revolución de 1868 (ley de bases sobre minas de 29
de diciembre de 1868) que se desató una verdadera fiebre minera que se
prolongó hasta finales del siglo XIX. Esa ley de minas de 1868 simplificó la adjudicación de concesiones y
proporcionaba suficiente seguridad al concesionario. A ello se sumó, entre otras medidas complementarias y la
política general de los gobiernos del Sexenio Revolucionario, la ley de libertad de creación de sociedades
mercantiles e industriales de 19 de octubre de 1869, que incluía a las sociedades mineras.

Entre las razones que se aducen para explicar esa política de concesiones mineras a empresas extranjeras, están las
dificultades presupuestarias (la deuda pública, proveniente de la quiebra de la monarquía absoluta y que se
intensificó con las guerras carlistas, hizo que el escaso crédito internacional de España convirtiese en una inversión
arriesgada cualquiera que se proyectase para ese país), la ideología liberal y librecambista de los revolucionarios de
1868; y más técnicamente los factores de demanda (es decir, no sólo el deseo del gobierno, sino fundamentalmente
la creciente demanda internacional de minerales: cobre, azufre, cinc, plomo). Para responder a esa demanda era
necesario levantar una industria metalúrgica de implosible creación con los escaasos recursos internos: ni el capital
ni la técnica necesaria se podían improvisar; ni era previsible que los fuera a haber en mucho tiempo. La decisión
ante la que se enfrentaban las autoridades hacia 1870 era permitir la explotación de las minas con ayuda sustancial
del capital extranjero y con vistas a la exportación, o condenarlas a permanecer inactivas.

Para el caso concreto del hierro, la industria siderúrgica inglesa (el taller del mundo durante la era victoriana) fue
determinante para el desarrollo minero y metalúrgico español. Las transferencias tecnológicas en el sector del acero
supusieron la introducción del convertidor Bessemer, que precisa un lingote libre de fósforo, proveniente de un
mineral de hierro cuya presencia en la naturaleza es relativamente escasa. El mejor situado era el de la cuenca
minera vizcaíno-santanderina. Los yacimientos malagueños estaban bastante más lejos para los ingleses; mientras
que los suecos (Kiruna-Gallivare) se encuentran mucho más apartados de la costa. Desde 1871 se fundaron más de
veinte compañías británicas con presencia en la minería española del hierro: la Orconera Iron Ore and Railway
Company, la Salvador Spanish Iron Company, y la Marbella Iron Company. También francesas: Schneider,
Franco-Belge des Mines de Somorrostro (Valle de Somorrostro). Incluso hubo algunas españolas (Ybarra). A
finales del siglo XIX España era el mayor exportador de mineral de hierro en Europa, con una enorme desproporción
entre producción y exportación.
El valor acumulado a lo largo del siglo XIX de las exportaciones de plomo superó al del hierro, al exportarse ya
beneficiado. Su localización también era diferente, al situarse sobre todo al sur peninsular (Sierra de Gádor, Sierra
Almagrera y Sierra minera de Cartagena-La Unión). El cobre se concentraba en Huelva, principalmente en las
cuencas mineras de Riotinto-Nerva y Tharsis-La Zarza, siendo explotado por la Rio Tinto Company Limited. Las
piritas para la obtención de sosa cáustica y ácido sulfúrico se explotaron desde 1866 por la Tharsis Sulphur and
Copper Company (por subrogación de la Compagnie des Mines de Cuivre d'Huelva, 1855). El mercurio de las
Minas de Almadén fue arrendado por los Rothschild. El cinc de Reocín fue explotado por la Real Compañía
Asturiana de Minas de capital belga.158

Véase también: Categoría:Minería de España, minería andaluza (minería onubense —Rio Tinto Company Limited
(1873)— Pozoblanco, Los Pedroches, Aznalcóllar, Linares) minería extremeña (Mina La Jayona, 1900), minería
murciana (Historia de Cartagena, Portmán, La Unión), minería asturiana, minería leonesa, minería vasca, minería
aragonesa, etc.

La siderurgia vizcaína tenía la ventaja del mineral de hierro, con ferrerías desde la Edad Media, pero
subdesarrollada hasta mediados del siglo XIX. En 1841 Santa Ana de Bolueta (Begoña) tuvo la primera sociedad
anónima, constituida por un grupo bilbaíno, que levantó un alto horno en 1848 y dos más en 1860. La familia
Ybarra comenzó con una ferrería tradicional en 1827 que se convirtió en fábrica en Baracaldo en 1854, convertida
en compañía comanditaria (Ybarra y Compañía) en 1860. El gran negocio de la exportación de hierro a Inglaterra
permitió el desarrollo de una siderurgia que utilizara el retorno de los barcos, que para no dejar vacías las bodegas,
volvían cargados de carbón inglés, lo que convertía a la ría del Nervión en una verdadera bocamina de los dos
elementos necesarios (carbón y hierro). Francisco de las Rivas, convertido en conde de Mudela, abrió la Fábrica de
San Francisco (el Desierto, Sestao, 1879); mientras que Ybarra se convirtió en sociedad anónima (Altos Hornos y
Fábricas de Hierro y Acero, 1882, con capital y dirección combinado entre capitalistas vascos y catalanes).
También de 1882 es La Vizcaya, mientras que de 1888 es la Sociedad Anónima Iberia. Las tres empresas se
fusionaron en Altos Hornos de Vizcaya (1902). La introducción de tecnología puntera fue muy ágil: la sustitución
de los hornos de pudelar y el método del crisol (métodos en los que la proporción de hierro y carbono —para
obtener hierro forjado o dulce, acero o hierro colado— se hacía con criterios prácticamente artesanales) se produjo a
mediados de los 1880, con el sistema Bessemer, poco después los hornos Martin-Siemens y el Thomas-Gilchrist,
que permiten la precisión necesaria para fabricar acero en cantidades masivas.159 En 1897 se creó la Escuela de
Ingenieros Industriales de Bilbao, que no se pondría en funcionamiento hasta 1899. Desde 1846, el Colegio
General de Vizcaya (fundado a iniciativa del Consulado, Ayuntamiento y Diputación) impartía enseñanzas
industriales, normalizadas desde 1850 con el plan estatal, y en 1879 las mismas instituciones impulsaron la creación
de la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao tomando como modelo la de Barcelona. Desde 1886, el Colegio de
Estudios Superiores de Deusto incluyó entre sus estudios una Preparatoria de Ingenieros y Arquitectos.160

La incorporación de la mujer a las instituciones culturales españolas del siglo XIX

En 1837 se concedió por primera vez acceso a la Biblioteca Real de Madrid a las mujeres, tras la solicitud de
Antonia Gutiérrez Bueno (hija del químico ilustrado).

La revolución de 1868 permitió el acceso de la mujer a la Universidad, una posibilidad que en la Edad Media y el
Renacimiento se había dado esporádicamente (y no tanto para la obtención de títulos como para el seguimiento
informal de los estudios) y que la Contrarreforma había cerrado drásticamente (con la excepción señalada de Isidra
de Guzmán a finales del XVIII). Una ley de 1880 planteó la necesidad de un permiso especial para la admisión de
mujeres, requisito que se suprimió en 1910. Ninguna mujer fue profesora universitaria hasta que Julio Burell creó la
Cátedra de Literaturas Románicas de la Universidad de Madrid para Emilia Pardo Bazán (1916).161 Ella y
Concepción Arenal (que había asistido clandestinamente, vestida de hombre, a la facultad de derecho en 1841)
fueron las dos personalidades más destacadas que desde mediados del siglo XIX venían impulsando con su ejemplo
intelectual y vital la incorporación de la mujer a las instalaciones culturales españolas, como por ejemplo el Ateneo
de Madrid.
Una generación más tarde, ya hubo varias mujeres que
pudieron incluso plantearse acudir a la universidad, para lo
que tuvieron que salvar no pocos obstáculos. Solían ser las
ciencias sociales y la literatura los ámbitos a los que por
entonces se dirigían las pretensiones femeninas, como por
ejemplo las de María Goyri y Carmen Gallardo (1891);162
pero anteriormente hubo mujeres matriculadas en medicina:
María Elena Maseras (Barcelona, 1872) y Manuela Solís
Clarás (Valencia, 1882), que llegó a publicar en 1907 un
tratado sobre embarazo y lactancia que prologó su antiguo
profesor Ramón y Cajal.163 Otra de las que suelen ser citadas
como primera universitaria fue Matilde Padrón (1888), de
quien Ortega y Gasset dijo, en una muy poco feminista
expresión, que era «la mujer más inteligente que había
conocido».164

¡No quiero doctores con faldas!


De un catedrático de medicina a una de las primeras
universitarias.165

La mujer ni puede ni debe ejercer las diversas


profesiones del hombre (...) jamás cedamos a sus
halagadores engaños de sirena (...) pronto vendrían a
quedarse con toda la casa.
Ramón Menéndez Pidal y María Goyri en 1900,
Revista Siglo Médico, 1889.166 haciendo la ruta del Cid en su viaje de bodas.

Una misionera protestante, Alice Gordon Gulick, fundó el


International Institute for Girls in Spain, con sedes en Santander y San Sebastián, donde profesoras norteamericanas
daban clase a jóvenes españolas. Más adelante, en 1915, esta institución contribuyó a la creación de la Residencia
de Señoritas de Madrid, dentro de la que destacaba el Laboratorio Foster de Química.167

Ciencia y técnica en el siglo XX español

Las últimas expediciones coloniales

El primer tercio del siglo XX constituye la última oportunidad de expansión colonial para un Imperio español que
había sufrido el trauma del desastre de 1898 con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en beneficio de
Estados Unidos (lo que también obligó a liquidar por venta a Alemania el resto de islas del Pacífico, que quedaban
sin posible gestión). La única posibilidad era aumentar la presencia en África Occidental, zona a la que se
orientaron los esfuerzos militares, diplomáticos y científicos.168 En el aspecto institucional, se creó la Liga
Africanista Española en 1913, tras la adjudicación a España de una zona del protectorado de Marruecos.169

Expediciones al interior: el «redescubrimiento de España»

Orientadas al interior de las fronteras de la metrópoli, se efectuaron otro tipo de expediciones científicas, como la
Comisión Científica a Galicia (1921-1929), la expedición a Canarias de César Labrado (1905-1906), los estudios y
exploración florística de la Mancha de José González-Albo (1934)170 o las Campañas Ictiológicas y Pesqueras de
1939.171 Responden al redescubrimiento de España, su paisaje y paisanaje,172 característico del ambiente
intelectual krausista y regeneracionista, cuya dimensión literaria fue la generación de 1898, y que se expresó
también en el surgimiento de la pedagogía del excursionismo (muy utilizada por la Institución Libre de Enseñanza)
y las sociedades excursionistas (Centro Excursionista de Cataluña, Sociedad Castellana de Excursiones —1903—,
Grup Excursionista i Esportiu Gironí —1919).
Consideración especial mereció la zona de Las Hurdes, objeto de un divulgadísimo conjunto de viajes
antropológicos y de preocupación social iniciados por Maurice Legendre y que terminaron implicando a Miguel de
Unamuno (1914), Gregorio Marañón (Comisión Sanitaria de abril de 1922) y al propio rey Alfonso XIII (junio de
1922); a raíz de los cuales se filmó el polémico documental de Luis Buñuel (Las Hurdes, tierra sin pan, 1933).

También en la provincia de Cáceres, identificada como la zona más afectada por la malaria en España, se estableció
en 1925 el Instituto Antipalúdico de Navalmoral de la Mata, centro de investigación y experimentación impulsado
por el doctor Gustavo Pittaluga y dirigido por Sadí de Buen.

A principios del siglo XX comienza la extensión de una red de observatorios específicamente meteorológicos,
emancipados de los observatorios astronómicos que hasta entonces habían acogido la recogida de datos
meteorológicos como un apéndice de su principal función (Real Instituto y Observatorio de la Armada —Cádiz— y
Real Observatorio Astronómico —Madrid—, creados en el siglo XVIII). El primero fue el observatorio de Monte
Igueldo de San Sebastián (1905, por el párroco de Zarauz Juan Miguel Orcolaga),173 y poco después el
observatorio de Fabra (en el Tibidabo de Barcelona, fundado por Camilo Fabra, marqués de Alella en 1901, pero
cuya construcción no finalizó hasta 1905),174 el observatorio del Ebro (vinculado a los jesuitas, que lo fundaron en
1904 —Roquetes, cerca de Tortosa, en el Bajo Ebro— como observatorio astronómico —relaciones Sol-Tierra— y
se integró en la red meteorológica en 1920),175 el observatorio de Toledo (1908, dependiente del Instituto de
Bachillerato —profesor Miguel Liso) y muchos otros.176 El Instituto Nacional de Meteorología remonta sus
primeras instituciones fundacionales a mediados del siglo XIX,177 aunque su primera configuración como Instituto
Central Meteorológico no se realizó hasta 1888, por la insistencia de Francisco Giner de los Ríos, que promovió el
nombramiento de Augusto Arcimis como primer director, y que hasta 1906 no dispuso de más personal que un
ayudante y un ordenanza.178 Asociado a ambos tipos de observatorios se fue completando una red de
observatorios geofísicos (sismógrafos, mediciones magnéticas, etc.).

El desarrollo de la electrificación en España

El Metro de Madrid se inauguró el 17 de octubre de 1919. Ese mismo año se produjo la primera gran huelga del
sector: la huelga de La Canadiense, lo que testimonia que tanto el número de trabajadores como sus condiciones de
trabajo se habían equiparado significativamente con los demás sectores industriales. La dictadura de Primo de
Rivera impulsó, desde una perspectiva de nacionalismo económico, sectores de vanguardia en telecomunicaciones,
como la radiodifusión (véase Radio en España) y la telefonía (Compañía Telefónica Nacional de España, en
régimen de monopolio). La autarquía del primer franquismo impulsó la concentración y nacionalización parcial del
sistema de generación y distribución eléctrica, lo que produjo un oligopolio de empresas,179 que se reordenó con
las privatizaciones y fusiones propias de la economía española posterior a la incorporación a la Unión Europea
(1986).

La ciencia y la tecnología en la «Edad de Plata»

La Edad de Plata de las letras y ciencias españolas182 es el nombre con el que suele designarse al primer tercio del
siglo XX, caracterizado por un esperanzador florecimiento de las actividades científicas y literarias, de una calidad y
repercusión internacional incomparable desde el Siglo de Oro. Comenzó con un hito espectacular: el Premio Nobel
de Santiago Ramón y Cajal (1906) y terminó trágicamente con el estallido de la guerra civil española (1936).

La mentalidad regeneracionista impregna a los gobiernos de muy distinta orientación política de la monarquía de
Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera (impulsora de obras públicas de todo tipo, de la electrificación y de
los inicios de la telefonía y la radiodifusión) y la Segunda República Española. Particularmente esta última (o al
menos la élite intelectual que impulsó su instauración —Niceto Alcalá Zamora, Manuel Azaña, Julián Besteiro,
Fernando de los Ríos, la Agrupación al Servicio de la República —José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón,
Ramón Pérez de Ayala) se percibía a sí misma como un régimen político orientado a la transformación social de
España en un sentido laico e ilustrado, que veía a la educación, la ciencia y la tecnología como herramientas
esenciales de un progreso en todos los ámbitos (económico, social,
institucional), imprescindible para la superación del atraso nacional (cuya
conciencia se expresaba contemporáneamente en el denominado debate
sobre el Ser de España).

La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial (1914-1918)


significó unas oportunidades de negocio que aprovechó una clase
empresarial recién salida del impacto de la pérdida del mercado colonial
(1898), aunque no tuviera consecuencias sociales muy positivas (crisis de
1917). Uno de los momentos más brillantes del periodo previo a la
Residencia de Estudiantes.
Segunda República fue el de las exposiciones internacionales que
Enclavada desde 1910 en una zona
coincidieron en 1929 y que sirvieron de escaparate internacional de
de lo que entonces eran las afueras
España: la Exposición Iberoamericana de Sevilla y la Exposición del norte de Madrid (los Altos del
Internacional de Barcelona. Hipódromo, donde desde 1887 ya
estaba el Museo Nacional de
Ciencias Naturales —heredero del
El acceso de las mujeres a los estudios y titulaciones
Real Gabinete de Ciencias— y que
universitarias posteriormente acogió también al
CSIC), sirvió de centro de
Fue en 1910 cuando, al tiempo que se inauguraba la Residencia de intercambio de ideas de la juventud
Estudiantes, se aprobaron dos Reales Órdenes, la 9 de marzo y la de 4 de vanguardista española entre sí y con
septiembre, que derogaban el requisito, exigido a las mujeres, de sus maestros, lo que en ese
autorización administrativa previa a la matriculación, permitiendo el libre momento (la denominada edad de
acceso en igualdad con los varones. Además, la nueva normativa plata) significaba el contacto de tres
reconoció la validez del título universitario expedido a las mujeres, para generaciones decisivas para la
ejercer profesionalmente en instituciones públicas dependientes del cultura española (las denominadas
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. generación de 1898, generación de
1914 y generación de 1927).
En 1915 se fundó la Residencia de Señoritas, versión femenina de la También se concibió para una
Residencia de Estudiantes, que se configuró como un espacio formativo, esencial proyección internacional
de cultura y convivencia entre mujeres. Entre las residentes estuvieron (era resultado de la actividad de la
Victoria Kent, María Luz Navarro Mayor, Francisca Bohigas Gavilanes, Junta para la Ampliación de
Felisa Martín Bravo.183 Estudios), y acogió visitas de
científicos del máximo prestigio,
como el propio Albert Einstein180 en
Instituciones científicas y tecnológicas de la «Edad de Plata» su gira por España de 1923, que
incluyó a Barcelona y Zaragoza.
Instituciones clave del periodo fueron la Asociación Española para el Entre las personalidades con que el
Progreso de las Ciencias (1908) y la Junta para la Ampliación de Estudios genial físico tomó contacto se
e Investigaciones Científicas (1907), de origen krausista (el mundo contaron, en el mundo literario: Pío
intelectual proveniente de la Institución Libre de Enseñanza). Baroja, José Ortega y Gasset,
Dependientes de ella, se crearon un conjunto de instituciones anejas: la Ramón Gómez de la Serna, Eugenio
Residencia de Estudiantes (1910 —véase pie de imagen), el Instituto d'Ors, Miguel de Unamuno o
Nacional de Ciencias Físico-Naturales (1910, dirigido por Cajal) del que a Bartolomé Cossío; y entre las de
su vez dependía el Laboratorio de Investigaciones Físicas (dirigido por formación científica: Julio Rey
Pastor, Blas Cabrera, Esteban
Blas Cabrera, y que fue transformado en Instituto Nacional de Física y
Terradas, Gregorio Marañón y José
Química en 1932 —actual Instituto Rocasolano del CSIC), el Seminario y
Rodríguez Carracido.181
Laboratorio Matemático (Julio Rey Pastor, 1915), etc. En el mismo
ambiente institucionista se fundó el Instituto Escuela (1918 —enseñanza
secundaria, hoy convertido en el IES Ramiro de Maeztu). Las ciencias
sociales no fueron ajenas al impulso: Centro de Estudios Históricos184 y Escuela Española en Roma de
Arqueología e Historia (dirigidos por Ramón Menéndez Pidal, 1910).185

Otras iniciativas, de muy diverso origen e inspiración, rivalizaron en la fundación de instituciones científicas y
tecnológicas de primer nivel: el Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI, 1908, dirigido por los jesuitas —
Enrique Jiménez, José Agustín Pérez del Pulgar y Enric de Rafael—, orden que volvió a sufrir, como en 1767, una
legislación que la suprimía en España, con la Constitución republicana de
1931; el propio edificio del ICAI fue incendiado en los disturbios
anticlericales186 ), el Laboratorio de Sanidad Municipal, la Academia de
Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de Zaragoza (1916), el
Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas de Zaragoza (Antonio de
Gregorio Rocasolano, 1918) o el Instituto Español de Oceanografía.
Cataluña se demostró especialmente dinámica: Escuela Industrial de
Barcelona (patronato creado en 1904, que en 1916 ya había creado siete
escuelas), Instituto Químico de Sarriá (Eduardo Vitoria, 1916),
Sede principal de la Fundación
Observatorio Fabra (1904), Instituto de Estudios Catalanes (1907).
Ortega-Marañón, en Madrid. El
El Instituto de Radiactividad fue uno de los pioneros en Europa (1910 o edificio fue proyectado en 1932 por
Carlos Arniches Moltó y construido
1911, el de Viena es de 1908 y los de París y Londres de 1910; mientras
de 1932 a 1933 como parte de la
que el alemán Kaiser Wilhelm Gesellschaft es de 1912187 ), y es también Residencia de Señoritas de la Junta
conocido por el nombre de Laboratorio Amaniel, por la calle de Madrid para Ampliación de Estudios.
donde se trasladó en 1914. Su director, José Muñoz del Castillo había
comenzado a investigar en su propio laboratorio privado desde 1903 (seis
años después del descubrimiento de Henri Becquerel, y el mismo año que éste recibió el Nobel), tras asistir como
delegado especial de España al quinto Congreso Internacional de Química Aplicada de Berlín, donde quedó
impresionado por el radiotelurio (polonio) de William Markwald. Con gran apoyo académico y político y una
singular visión comercial, Muñoz del Castillo realizó el Mapa de la radiactividad en España (1905) y certificaba la
radiactividad de aguas termales (con colaboración de los médicos hidrólogos) y de abonos radiactivos (que parecían
ser una prometedora aplicación para la radioagricultura). Desde 1909 publicó el Boletín de Radiactividad. La
oposición tenaz de Muñoz a admitir la hipótesis de la desintegración radiactiva le fue aislando de los grupos de
investigación europeos. Tras su jubilación (1920) el laboratorio se convirtió en una institución marginal. Los
equipos y el edificio de la calle Amaniel permanecieron inutilizables entre 1940 y 1980 debido a su fuerte
contaminación radiológica.188

La ingeniería tuvo sus principales figuras en Leonardo Torres Quevedo (Centro de Ensayos de Aeronáutica,
Laboratorio de Aeronáutica, Asociación de Laboratorios, Laboratorio de Mecánica Aplicada o Automática del
Ateneo de Madrid), quien desarrolló dirigibles, transbordadores, sistemas de radiocontrol y calculadoras; y Esteban
Terradas, quien además era un científico de gran altura, del que el propio Einstein diría He descubierto un hombre
extraordinario.126 No obstante, protagonizó un escándalo que dividió al mundo científico en bandos políticos: su
nombramiento como catedrático de Ecuaciones Diferenciales (durante la Dictadura) fue revocado en 1931 (tras la
proclamación de la República) por cuestiones formales, y al presentarse a oposiciones al año siguiente fue
suspendido por un tribunal compuesto por José Barinaga,189 Fernando Lorente de Nó y Roberto Araujo,190
quienes a su vez serían represaliados tras la Guerra Civil (por el gobierno de Franco).

En 1930, el arquitecto Fernando García Mercadal impulsó la fundación del Grupo de Artistas y Técnicos Españoles
para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (GATEPAC) como rama española del Congreso Internacional
de Arquitectura Moderna (CIAM). Un grupo de arquitectos catalanes creó la rama catalana de la organización
(Grupo de Artistas y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea, GATCPAC).

El automovilismo español nació con empresas como La Hispano-Suiza e instituciones sociales y deportivas como el
Real Automóvil Club de España.

La aeronáutica española o aviación española, vinculada al ejército desde el 1896 (Servicio de Aerostación Militar
dirigido por Pedro Vives y Vich, Parque Aerostático de Guadalajara del Cuerpo de Ingenieros, participante en la
Comisión Internacional para la Aerostación Científica191 ), fue una de las más precoces de Europa, y se le atribuye
el primer bombardeo aéreo planificado del mundo (Marruecos, 1913). Heraclio Alfaro Fournier construyó el primer
avión español, que sobrevoló Vitoria en 1914. El innovador más importante fue Juan de la Cierva y Codorníu
(autogiro), aunque el héroe mediático fue Ramón Franco (Vuelo del Plus Ultra, que cruzó el Atlántico sur en 1926,
un año antes que el Spirit of St. Louis cruzara el Atlántico norte). El vuelo del Cuatro Vientos (1933, Barberán y
Collar) abrió la ruta aérea del Atlántico central, pero terminó trágicamente en su última escala (La Habana-México).
La aviación militar española fue objeto de una cuidada organización (Historia del Ejército del Aire de España,
Emilio Herrera Linares, Alfredo Kindelán), y a partir de ella se desarrollaron unas también precoces aviación civil
española (Iberia —1927—, Horacio Echevarrieta) e industria aeronáutica española (Construcciones Aeronáuticas
S.A. —1923—, José Ortiz Echagüe).

Los viajes de ampliación de estudios al extranjero caracterizaron la renovación de la ciencia económica española en
el primer tercio del siglo, ejemplo de la cual fue el Servicio de Estudios del Banco de España (1930-1936). Una
primera generación del 98 (Antonio Flores de Lemus, Francisco Bernis Carrasco y José María Zumalacárregui
Prat) dio paso a una segunda generación del 14 (Luis Olariaga Pujana, Olegario Fernández Baños, Germán
Bernácer Tormo, Ramón Carande, A. Viñuelas, G. Franco y A. Cienfuegos) y a una tercera del 27 (Román Perpiñá
Grau y Josep Anton Vandellós —o Valdellós).192

La recepción de la revolución relativista

A pesar de que Esteban Terradas y Blas Cabrera presentaron las teorías de Albert Einstein en 1908, sólo tres años
después de los famosos artículos de 1905 (Primer Congreso de la Asociación Española para el Progreso de las
Ciencias, Zaragoza), y que algunos físicos, como José María Plans se mostraban receptivos, la mayor parte de los
científicos españoles acogieron con mucho recelo el debate científico en torno a la Teoría de la Relatividad y
posteriormente la Mecánica cuántica, y evitaron cuanto fue posible el cuestionamiento de los modelos clásicos
diseñados para la pervivencia del paradigma newtoniano (teoría del éter).

¡Cuántos capítulos de la vieja mecánica habría que modificar profundamente si se aceptase como buena
esta última negación! [se refiere a la inexistencia del movimiento absoluto]
José de Echegaray, 1912.193

El sistema de Einstein, desde el punto de vista rigurosamente científico, no es válido: es una extraña
mezcla de imaginación metafórica, de interpretaciones erróneas, de experiencias e hipótesis
injustificadas, cuyas absurdas conclusiones se han procurado disimular durante algún tiempo, pero que
ahora se hacen ya evidentes.
Ricardo Royo Villanova, «La crisis de la ciencia.» 1936.194

No obstante, la visita de Albert Einstein a España (1923) se celebró como un acontecimiento científico y social de
gran repercusión, y entre el año 1933 y 1935 (cuando se planteaba dejar Alemania) se le ofreció insistentemente
una cátedra en España, que acabó postergando en beneficio de los Estados Unidos. Algún colaborador de Einstein,
como Jakob Laub, u otros físicos extranjeros de renombre, como Tullio Levi-Civita, Hermann Weyl, Arnold
Sommerfeld y Kasimir Fajans, sí desarrollarán algún periodo de su actividad científica en España.126

Otros científicos españoles del primer tercio del siglo XX

La nómina de científicos españoles que comienzan su carrera investigadora en el primer tercio del siglo es
impresionante. Una gran mayoría, dada su identificación con los perdedores de la Guerra Civil, se vieron forzados
al exilio, enriqueciendo las universidades de países hispanoamericanos (Exilio español en México, Historia de la
ciencia en la Argentina), de los Estados Unidos o de la Unión Soviética.195 Una significativa minoría, de perfil
político menos acusado, o directamente afín al régimen franquista, pasó a la tarea de la reconstrucción de la
destruida ciencia y tecnología española de la posguerra.

Ciencias biológicas: Ignacio Bolívar, su hijo, Cándido Bolívar, los genetistas José Fernández
Nonídez y Antonio Zulueta,196 August Pi i Sunyer (1879-1965, iniciador de la microbiología en
Venezuela); los distinguidos neurocientíficos de la Escuela Neurológica Española (o Escuela de
Cajal) Francisco Tello, Domingo Sánchez, Nicolás Achúcarro, Pío del Río Hortega, Fernando de
Castro Rodríguez, Rafael Lorente de Nó, Pedro Ramón y Cajal (hermano menor de Santiago
Ramón y Cajal) y Gonzalo Rodríguez Lafora (Pío del Río-Hortega, Fernando de Castro y Rafael
Lorente de Nó fueron firmes candidatos al Premio Nobel en Fisiología o Medicina en diversas
ocasiones, desde finales de la década de 1920 hasta la de 1960, y constituyen, sin duda la más
fecunda escuela científica del ámbito de la Biomedicina mundial junto a la del infectólogo francés
Louis Pasteur); Juan Negrín (fisiólogo, que ocupó el cargo de presidente del gobierno de la
República durante la guerra), Carlos Jiménez Díaz (Instituto de Investigaciones Médicas),
Francisco Grande Covián (Instituto de Alimentación de Valencia), Severo Ochoa (Premio Nobel en
Fisiología o Medicina en 1959, ya con nacionalidad estadounidense), José Puche Álvarez
(fisiólogo), Gustavo Pittaluga (italiano nacionalizado español, que desarrolló la lucha contra la
malaria), Ángel Garma (psiquiatra y psicoanalista).
Ciencias físico-matemáticas: Julio Palacios (termología, estructuras cristalinas, difracción por rayos
X), Arturo Duperier (electromagnetismo, ley de Cabrera-Duperier —corrección de la del
paramagnetismo de Curie-Weiss),197 Manuel Martínez Risco (física teórica, óptica y acústica),
Miguel Catalán Sañudo (electroscopista), Enrique Moles (químico), Luis Santaló (uno de los
fundadores de la geometría integral), José María Plans (físico y matemático), Rafael Campalans
(ingeniero, físico y político de orientación socialista y catalanista), Casimiro Lana (ingeniero
químico y político —Izquierda Republicana),198 Ferrán Tallada, Tomás Rodríguez Bachiller
(análisis matemático).126
Ciencias geológicas: José Royo Gómez (paleontólogo), Juan Carandell Pericay (geólogo).

José Autogiro La Leonardo Torres


Rodríguez Cierva, junio de Quevedo.
Carracido. 1928.

La ciencia y la tecnología durante el franquismo

Se ha llegado a calificar de destrucción de la ciencia en España199 el resultado conjunto de la guerra civil, el


exilio de científicos (una gran mayoría identificados con el bando republicano) y la represión que las autoridades
franquistas ejercieron sobre los que permanecieron en España. Esta se expresó en una concienzuda depuración de
funcionarios públicos y en particular de la Universidad y la enseñanza media y primaria (véase Depuración
franquista del magisterio español) y de la Junta de Ampliación de Estudios, que se optó por refundar en una nueva
planta como Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC, 1939), controlado por políticos de formación
intelectual (José Ibáñez Martín, que también era Ministro de Educación y Ciencia) y científicos (José María
Albareda Herrera), en ambos casos fuertemente identificados con el nacionalcatolicismo.

La actividad científico-tecnológica durante el franquismo dependió estrechamente de la peculiar posición


internacional de España. Durante la Segunda Guerra Mundial osciló entre la fidelidad a las potencias del Eje y la
neutralidad, dando paso a un duro aislamiento internacional acentuado con una opción consciente por una política
de autarquía. Los años cincuenta significaron el acercamiento a los Estados Unidos (por ejemplo, la producción de
penicilina en Aranjuez desde 1951)200 y una cada vez mayor apertura con criterios desarrollistas y tecnocráticos,
sobre todo tras el Plan de Estabilización de 1959. La política científica, de muy escaso peso presupuestario,
permitió reconstruir un débil tejido investigador, en el que destacaban meritorias individualidades (algunas de ellas
recuperadas del exilio) y un selecto grupo de instituciones: El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA,
1942; el INTASAT, primer satélite español, se lanzó en 1974), la Junta de Energía Nuclear (1951, dirigida de 1958
a 1974 por José María Otero de Navascués; el primer reactor nuclear para obtención de energía eléctrica se abrió en
1968 —Central nuclear José Cabrera—, incluso se especuló con la
posibilidad de desarrollar un arma nuclear201 ), la Comisión Asesora de
Investigación Científica y Técnica (CAICYT, 1958), o el Fondo Nacional
para el Desarrollo de la Investigación Científica (FNDIC, 1964).

Una prestigiosa institución de iniciativa personal, el Instituto Técnico de la


Construcción y la Edificación, creado en 1934 por Eduardo Torroja junto
al arquitecto Manuel Sánchez Arcas, pasó a integrarse en el CSIC
(actualmente es denominado Instituto de Ciencias de la Construcción
Eduardo Torroja). También en el CSIC se integró el Centro de El campus de Moncloa de la
Investigaciones Biológicas, creado en 1953 a iniciativa de Gregorio Universidad Complutense de Madrid,
Marañón. En cambio, instituciones de gran proyección con anterioridad a en construcción desde los años
la guerra (y que durante esta siguieron funcionando en condiciones veinte, fue el frente de la batalla de
heroicas) quedaron desmanteladas por el ostracismo al que se sometió a sus Madrid (noviembre de 1936) y
equipos, como el laboratorio de genética del Museo de Ciencias Naturales continuó recibiendo un duro castigo
(Antonio de Zulueta, que había llevado a la genética española a un durante el resto de la Guerra Civil
importante nivel de desarrollo, y que durante la Guerra Civil incluso contó Española. Reconstruido durante el
franquismo, acogió las principales
con la presencia de Hermann Joseph Muller202 ), que no se recuperó hasta
instituciones de educación superior
los años ochenta.203
de España, con una clara vocación
investigadora que lentamente fue
La vinculación de los científicos e instituciones españoles con sus
superando el desolador estado físico
homólogos internacionales no pasó en la mayor parte de las disciplinas de y humano de la prolongada
lo que se puede denominar seguimiento: el Año Geofísico Internacional posguerra (años cuarenta y
(1957-1958), momento crucial que significó el cambio de paradigma o cincuenta).
revolución wegeneriana contó con un modesta participación española.204
La alianza militar con los Estados Unidos propició que el programa
espacial estadounidense abriera instalaciones en España el Madrid Deep
Space Communications Complex (MDSCC), en Robledo de Chavela y en
Fresnedillas de la Oliva, donde realizó su actividad Luis Ruiz de Gopegui;
mientras que la actividad de la Estación Sismológica de Sonseca, vinculada
a la detección de pruebas nucleares, fue mucho más discreta y sin
prácticamente ninguna participación española hasta los años setenta.205

Científicos de alto nivel de muy distintas especialidades desarrollaron su


actividad en la España del franquismo: Pedro Puig Adam y Sixto Ríos
(matemáticas), Juan José López Ibor y Juan Antonio Vallejo-Nágera
(psiquiatría), Ignacio Barraquer y José Barraquer (oftalmología), Salvador
Gil Vernet y Antonio Puigvert (urología), Francisco Bonilla Martí
(obstetricia y ginecología),206 etc. Esta pieza del Museo Nacional de
Ciencia y Tecnología de España se
En 1943 se creó la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la exhibe como el primer microscopio
Universidad Complutense de Madrid (Manuel de Torres, Valentín Andrés electrónico que llegó a España,
Álvarez, José Castañeda Chornet, Heinrich von Stackelberg), y entre 1957 donado por la Fundación Juan
y 1968 la Facultad de Ciencias Económicas de Barcelona (Juan Sardá, March, hacia 1960. Según otras
Fabián Estapé).207 fuentes, sería de 1961, y no el
primero sino el segundo (véase texto
La tecnología automovilística tuvo un lento desarrollo tras la posguerra a del artículo y su referencia).
través de empresas privadas como la de Eduardo Barreiros (Barreiros
(automoción), 1954-1978), y sobre todo mediante la iniciativa estatal del
Instituto Nacional de Industria (INI): SEAT (1950, con inicial apoyo tecnológico de la italiana Grupo Fiat y
ENASA-Pegaso (automóviles) (Wifredo Ricart, 1946).

La llegada a España del primer microscopio electrónico fue al Instituto de Óptica del CSIC (1948), la fundación
Juan March dotó de otro a la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona (1961) y el Banco de España y otras
instituciones financieras públicas al Centro de Investigaciones Biológicas en 1962. Luis Bru había fundado la
Sociedad Española de Microscopía Electrónica (1956) y el Centro Nacional de Microscopía Electrónica (1957),
que dispuso de otro aparato desde 1965. La Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid obtuvo otro del
Ministerio de Educación proporcionado por la Ayuda Americana (programa de compensación por el uso de las
bases militares de Estados Unidos en España).208

Los inicios de la revolución informática

Aparte de las Enigma que la Alemania nazi suministró al ejército de Franco en la Guerra Civil,209 el primer
ordenador digno de tal nombre que llegó a España, en 1958, fue un IBM 650 de tarjetas perforadas (medio millón
de dólares de precio y 900 kg de peso), existente en el mercado desde 1953, que empleó la Renfe para calcular las
rutas de los ferrocarriles mineros.210 La segunda generación de ordenadores llegó al año siguiente: un UNIVAC
UCT para la Junta de Energía Nuclear. En 1961 la Feria de Muestras de Barcelona presentó un IBM 1401. En
1962, la segunda edición del SIMO de Madrid (Luis Alberto Petit) presenta, junto al mismo IBM 1401, el Bull
Gama 70, el Univac 1103 y el MTR 39. En el mismo año, las primeras empresas del sector privado en comprar un
ordenador fueron Sevillana de Electricidad y Galerías Preciados.211 Simultáneamente, el Ministerio de Hacienda
adquirió su primer ordenador. En 1967 la Universidad Complutense de Madrid obtuvo, como donación del
fabricante, un ordenador científico IBM 7094. Los años siguientes presenciaron un aumento significativo del
parque de ordenadores, que para 1970 habían desplazado a las tabuladoras utilizadas desde los años veinte.
Aparatos informáticos actualizados estaban presentes tanto en Madrid (50 % del total) como en Barcelona (34 %), y
sólo un 16 % en el resto de ciudades, sobre todo en las grandes entidades financieras.212 En 1973 o 1974 una
empresa española desarrolló el Kentelec 8 (Manel Puigbó Rocafort, para DISTESA-Anaya), que algunas fuentes
consideran el primer ordenador personal (el microprocesador existía desde 1971, y en los años setenta hay diversos
diseños que precedieron al IBM PC de 1981).213

Ferrocarril TALGO. Ignacio Luis Ruiz de Central nuclear José


Barraquer. Gopegui. Cabrera.

La ciencia y la tecnología en la democracia

Los diferentes gobiernos de la democracia, desde la transición (1975-1978) hasta la actualidad, se encontraron con
la necesidad de potenciar las instituciones científicas, y sobre todo la coordinación de las instituciones públicas
(universidades, centros de investigación, nuevas instituciones creadas por las Comunidades Autónomas) con las
empresas privadas, cuya participación en el esfuerzo investigador era muy inferior al de los países desarrollados a
los que la economía española estaba convergiendo (OCDE). La planificación científica se pretendía hacer de forma
acorde con los nuevos planteamientos de integración I+D o I+D+I (investigación y desarrollo o investigación,
desarrollo e innovación), especialmente con el proceso de integración en las Comunidades Europeas (1986, año de
la Ley de Fomento y Coordinación de la Investigación Científica y Técnica o Ley de la Ciencia, que ha dado
nombre a una generación de investigadores214 ).215

Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del
interés general.
Constitución española de 1978. Artículo 44, sección 2.
La recepción de la actividad científica española, medida en términos de
impacto de las publicaciones y de cifras comparativas de las universidades,
sitúa a las instituciones y científicos españoles en un estadio intermedio
dentro de las naciones más avanzadas, a pesar de los sesgos usuales en ese
tipo de estudios: sesgos geográficos y lingüísticos (sobrerrepresentación de
los países anglosajones que tienden a minusvalorar la producción de países
de la «periferia científica», en los que se solía incluir a España) y temáticos
(infrarrepresentación de las ciencias sociales y humanas, lo que perjudica
una parte sustancial de la producción científica española).216 Aunque, en
ocasiones, la presencia española en comunicaciones de alto nivel es
anormalmente alta en algunos sectores científicos.217 Para la primera
década del siglo XXI, se ha llegado a hablar de la nueva edad de plata de
España, sostenida en un incremento de las inversiones cuya dudosa
continuidad a partir de la crisis de 2008 ha generado un debate político con
participación de la élite científica.218

Véase también: Pacto de Estado por la Ciencia

Las distintas modalidades de los Premios Príncipe de Asturias (gestionado


por una fundación nacional) y del Premio Rey Jaime I (gestionado por la
Comunidad Valenciana), se han situado entre los más prestigiosos en la
órbita científica internacional. Ya en el siglo XXI, desde el año 2001 se Trabajos en los niveles T6 y T10 del
viene concediendo el Premio Nacional de Investigación en diez categorías sector Gran Dolina del yacimiento de
disciplinares. Atapuerca, Burgos.

La explotación del excepcional yacimiento de Atapuerca ha convertido a


España en el centro mundial de la paleoantropología, y a sus
investigadores (dirigidos desde 1976 por Emiliano Aguirre y desde 1990
por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald
Carbonell) en autoridades de máximo reconocimiento internacional.

En muchas ramas de las ciencias físico-naturales los investigadores


españoles han realizado contribuciones importantes; particularmente en las
ciencias médicas, destacando las múltiples derivaciones de la biología
molecular: Santiago Grisolía (bioquímica; en el equipo de Severo Ochoa
desde 1944, en las últimas décadas del siglo XX ha pasado a dirigir Buque oceanográfico Hespérides.
instituciones científicas en España y otros países), Federico Mayor
Zaragoza (cofundador y director del Centro de Biología Molecular Severo
Ochoa (CBM), presidente del CSIC, Ministro de Educación —de 1981 a
1982— y director general de la UNESCO —de 1987 a 1999—), Mariano
Barbacid y Joan Massagué (oncología), Antonio García-Bellido, Ginés
Morata, Xavier Estivill (genética), Eladio Viñuela (virología), Bernat Soria
(investigador con células madre, que llegó a Ministro de Sanidad —de
2007 a 2009—), Juan José Badiola (priones y enfermedades
emergentes).219 Otros campos destacados son el de la obstetricia y
fertilidad humana (Fernando Bonilla —Hospital Clínico de Valencia—,
Antonio Pellicer —IVI Instituto Valenciano de Infertilidad— y Santiago
Dexeus —en la Clínica Dexeus se realizó la primera fecundación in vitro Una de las versiones del Airbus
de España, 12 de julio de 1984, por el ginecólogo Pedro Barri y la bióloga (Airbus A400M), producción de un
Anna Veiga— 220 ) y el de los trasplantes: Josep Maria Caralps (primer consorcio europeo con participación
trasplante de corazón efectivo, 1983, tras el cuestionable intento del española, presentado en Sevilla en
2008.
tardofranquismo),221 Enrique Moreno González (trasplantes
abdominales), Pedro Cavadas (trasplante de cara). El sistema español,
basado en la Organización Nacional de Trasplantes (1989) se ha
convertido en líder mundial, y ha sido considerado modelo a implantar en el resto de la Unión Europea.222
En otras disciplinas, pueden citarse a Miguel Delibes de Castro (director de la Estación Biológica de Doñana),
Fernando González Bernáldez (ecología), Francisco Anguita (planetología), Federico García Moliner (física del
estado sólido), Rolf Tarrach Siegel (física teórica), Javier Tejada Palacios (magnetismo cuántico),223 Juan Ignacio
Cirac (teoría cuántica de la información), Miguel de Guzmán (matemáticas), etc.

Se diseñó un relativamente modesto programa espacial que consiguió poner en órbita el primer satélite de
tecnología íntegramente española en 1997 (Minisat 01 que formaba parte del programa Minisat);215 aunque lo
característico de la investigación en este campo, así como en el aeronáutico, es la integración en los programas
europeos (Agencia Espacial Europea, Airbus). El hasta ahora único astronauta español, Pedro Duque, efectuó su
primera misión espacial con la NASA en 1998 (el madrileño Miguel López-Alegría, de nacionalidad
estadounidense, lo había hecho en 1995). En astronomía, el Instituto de Astrofísica de Canarias (fundado en 1975
sobre la base del Observatorio del Teide) se convirtió en una institución puntera a nivel mundial, gracias a la
participación internacional atraída por las inmejorables condiciones naturales del archipiélago para la observación
astronómica. Otra gran instalación científica, en construcción desde 2004 y que se prevé terminar en 2011 es el
sincrotrón ALBA.224

La Junta de Energía Nuclear se transformó en 1986 en el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas,


Medioambientales y Tecnológicas) abierto a otras fuentes de energía, al tiempo que se producía la moratoria
nuclear que interrumpió la construcción de nuevas centrales (se llegaron a construir diez). Con el tiempo, España se
convirtió en un país líder en el desarrollo de las energías alternativas, sobre todo la eólica y la solar.

Véanse también: Central termosolar de Sanlúcar la Mayor, Energía eólica en España, Energía solar en España y
Energías renovables en España.
Véanse también: Energía nuclear en España y Regulación nuclear en España.

Con inicial tecnología francesa y alemana complementada por tecnología propia de TALGO, se creó en 1992 la
primera línea ferroviaria de Alta Velocidad (AVE) entre Madrid y Sevilla, que celebraba una Exposición Universal.
La ampliación del trazado hubo de esperar a los primeros años del siglo XXI (no llegó a Barcelona hasta 2008), y
para el 2010 se prevén 2230 km, que la convertirán en la mayor del mundo.

Algunos sectores, como el automóvil, que habían dejado de ser punteros, encontraron en la España de los años
setenta y ochenta una localización idónea por su cercanía al mercado europeo y la ventaja competitiva de los
salarios.

Véase también: Anexo:Fabricantes de automóviles en España

Ausente de las dos primeras convocatorias del Año Polar Internacional (1882 y 1932), por primera vez España
participó en el de 2008-2009, con base en los veinte años de experiencia de los buques de investigación
oceanográfica Las Palmas (A-52) y Hespérides (A-33), y las bases antárticas de España (Base Antártica Juan
Carlos I en la Isla Livingston, 1988; Base Antártica Gabriel de Castilla, Isla Decepción, 1989) y tras adherirse al
Tratado Antártico en 1982.225 La primera expedición científica española a la Antártida había respondido a una
iniciativa asociativa (España en la Antártida, 1982, que fletó la goleta Idus de Marzo desde Candás, con la
colaboración del Instituto Español de Oceanografía y del Centro Regional de Investigaciones Acuáticas de
Asturias), a partir de la cual se realizaron los contactos que permitieron colaborar con las campañas australes de
Chile (1984-1985) y Alemania (buque Polastern, 1986). La expedición científico-pesquera de 1987, que incluía
dos arrastreros, permitió a España ingresar como miembro consultivo en la Convención para la Conservación de
Recursos Vivos Antárticos.226 La modernización de la flota pesquera española, una de las mayores del mundo, su
reconversión, redimensionamiento y adaptación a las cambiantes condiciones (biológicas, jurídicas y de
competencia) de la pesca mundial fue una de las cuestiones tecnológico-económicas más significativas de las
últimas décadas del siglo XX.

Véanse también: Ciencia y tecnología en España, Historiografía, Premio Rey Juan Carlos I de Economía y
Premios Fronteras del Conocimiento y Cultura.
Federico Mayor Juan Luis Pedro Duque Margarita Salas227
Zaragoza Arsuaga

La mujer española accede a la ciencia y la tecnología

En consonancia con la incorporación de la mujer al trabajo y a todo tipo de actividades, que se venía produciendo
desde las primeras décadas del siglo XX, sufrió un brusco parón con la posguerra, y se reinició en los últimos años
del franquismo (feminismo, concepto de liberación de la mujer); el número de mujeres científicas experimentó un
significativo aumento en los últimos años del siglo XX. Entre las pioneras se cuentan Isabel Torres Salas, Dolores
García Pineda, Sara Borrell, Olga García Riquelme, Gertrudis de la Fuente, Josefa Molera Izaba, Concepción
Laguna, Laura Iglesias Romero, Griselda Pascual, Carmina Virgili, Gabriela Morreale, Ana María Pascual-Leone,
María Cáscales, Josefina Castellví, Emilia Currás, Carmen Maroto, Margarita Salas, Teresa Mendizábal, Pilar
Carbonero, Teresa Riera.228 Dorotea Barnés González, María Antonia Zorraquino, Josefa González Aguado.229
En 2002 se funda la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT).230

La divulgación científica y la protección de la naturaleza

Aunque los primeros parques nacionales de España (véase Espacios


naturales de España) provienen de principios de siglo XX (el primero, el
Parque nacional de Covadonga, 1918), el conservacionismo no recibe un
impulso decisivo hasta la segunda mitad del siglo XX, ya con el nombre de
ecologismo, cuando muchos espacios naturales comienzan a sufrir graves
amenazas del desarrollismo turístico, urbano e industrial, y en algunos
casos en fuerte polémica con instituciones públicas como el ICONA
(repoblación forestal). Un hito decisivo fue la protección del Coto de
Doñana y sus sucesivas ampliaciones, conseguidas por la presión de la
comunidad científica, entidades como WWF/Adena (en España desde
1968) y una opinión pública concienciada cada vez más numerosa. A esa
conciencia contribuyó de forma decisiva la divulgación científica, que en
Félix Rodríguez de la Fuente (a la
su forma mediática tuvo su principal figura en Félix Rodríguez de la
derecha) conversa con el también
Fuente y sus documentales televisivos (El hombre y la tierra, 1974-1980),
naturalista Hugo van Lawick y con el
de una proyección internacional similar a la de otros documentalistas
filósofo Jesús Mosterín en el
contemporáneos, como David Attenborough o Jacques Cousteau. Su Serengeti, 1969.
discípulo Joaquín Araújo y otros naturalistas han continuado hasta el
presente esas actividades.

En otros ámbitos científicos, fueron muy importantes las contribuciones de muchos científicos que se propusieron
no limitarse a la investigación y la comunicación científica erudita, y escribieron libros de divulgación de sus
disciplinas (José Luis Pinillos, La mente humana, 1969); o de los hombres del tiempo, que popularizaron la
meteorología y las disciplinas ligadas, como Mariano Medina o Manuel Toharia, que posteriormente desarrolló el
Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia. Este y otros museos científicos, públicos (Museos Científicos
Coruñeses —MC2, 1985, Ramón Núñez Centella) o privados (CosmoCaixa en Barcelona —dirigido por Jorge
Wagensberg— y Alcobendas —iniciado por Toharia), los planetarios (como los de Madrid —1986— o Pamplona
—Javier Armentia)231 y los acuarios (La Coruña, Valencia) se han ido constituyendo en una oferta de ocio
cultural, en muchos casos con programas especialmente dirigidos a la infancia. Los zoológicos han pasado del
criterio coleccionista propio de la Casa de Fieras del Retiro a gestionarse con modernos principios conservacionistas
y de exhibición menos traumática, no exentos de polémica por parte de los grupos de defensa de los animales.

La presencia de temas científicos en los medios de comunicación es cada vez más frecuente, así como la utilización
de la ciencia y de los científicos en el debate público.232

La Asociación Española de Periodismo Científico (AEPC), creada en 1975 por Manuel Calvo Hernando y
transformada en la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), dirigida actualmente por Toharia,
agrupan a un numeroso grupo de periodistas científicos, que tanto en revistas especializadas como en las secciones
de ciencia de los diarios generalistas (Vladimir de Semir, Alicia Rivera Casado, Javier Sampedro, etc.) o, con
mucha mayor repercusión, en la televisión (Luis Miravitlles —Visado para el futuro, 1963—, Ramón Sánchez
Ocaña —Más vale prevenir, 1979-1987—, Antonio López Campillo, Felipe Mellizo, Eduard Punset —Redes,
desde 1996—, Luis Miguel Domínguez —Fauna callejera, Vive la vía—; que la multiplicación de la oferta
audiovisual ha relegado a horarios y cadenas marginales —documentales de la dos y la denominada televisión
educativa), efectúan una labor de seguimiento de las noticias científicas y de formación científica de la opinión
pública, esencial para la toma democrática de decisiones y la retroalimentación entre ciencia, tecnología y sociedad
en la actual época postindustrial.233

Véase también
Portal:España. Contenido relacionado con España.
Ciencia y tecnología en España
Economía de España
Historia de la ciencia
Historia de la educación en España
Historia de la farmacia
Historia de la medicina
Historia de la tecnología
Historia económica de España
Industria de España
Universidades españolas en el Siglo de Oro
Muchos otros artículos relacionados con la Historia de la ciencia y la tecnología en España se
clasifican en estas categorías y otras subordinadas a ellas:

Categoría:Científicos de España
Categoría:Ciencia y tecnología de España

Referencias
imperial, con su auge y posterior decadencia
1. Sánchez Ron, José Manuel: Cincel, martillo y en el Barroco). Manuel Desantes «¿Cómo que
piedra. Historia de la ciencia en España. inventen ellos?» (https://web.archive.org/web/2
Madrid, Taurus, 1999. López Ocón, Leoncio. 0100918072949/http://pruebas.munich.cervant
Breve Historia de la ciencia española (http://w es.es/FichasCultura/Ficha48418_25_1.htm).
ww.ub.es/geocrit/b3w-507.htm). Madrid: Conferencia: Un repaso de los últimos
Alianza, 2003. ISBN 84-206-5626-7. (Descarta quinientos años de la historia de la ciencia y la
la Edad Media (cristiana y musulmana), para tecnología en España explica el retraso
iniciar el libro en el Renacimiento y la España
estructural actual. El II Congreso de la noviembre-diciembre 2012 ....estudia la
sociedad española de historia de las ciencias evolución reciente del sistema de innovación
(Jaca, 27 de septiembre-1 de octubre, 1982) en España haciendo referencia a los aspectos
fue dedicado a La ciencia y la técnica en globales de la asignación de recursos a esa
España entre 1850 y 1936 (http://dialnet.unirioj finalidad durante el período 2000-2010. El
a.es/servlet/libro?codigo=2638), teniendo entre autor examina las actividades de investigación
otras, ponencias con estos títulos: Ferraz, científica aludiendo a su rendimiento y a sus
Antonio Perspectivas institucionales de la resultados. Asimismo analiza las actividades
historia de la ciencia y de la técnica en España tecnológicas de las empresas innovadoras,
(http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo destacando la insuficiencia de su output para
=587119); Eduardo Ortiz Sobre la ciencia y la hacer frente a las necesidades del país. El
técnica en España en el siglo XIX (http://dialnet. artículo aborda también el papel de la política
unirioja.es/servlet/articulo?codigo=587120); científica y tecnológica. Sus conclusiones
José Luis Peset La historia de la ciencia y de señalan que, aunque España ha ido
la técnica en el curriculum profesional del convergiendo hacia el modelo que configura el
científico y del ingeniero (http://dialnet.unirioja. modelo de los mayores países de la Unión
es/servlet/articulo?codigo=587113). Europea, presenta todavía una importante
2. Glick, Thomas F.; Eugenio Portela Marco y debilidad en cuanto al segmento de empresas
Víctor Navarro Brotóns: «La historia de la innovadoras.
ciencia en España como realidad marginal en 8. 16/11/2010.- El INE presenta la Estadística
su organización y contexto social.»] Anthropos, sobre Actividades de I+D en 2009 (https://web.
1982, Número 20, especial dedicado a José archive.org/web/20130622222333/http://www.c
María López Piñero. ficha en dialnet (http://dial otec.es/index.php/pagina/newsroom/news--in-
net.unirioja.es/servlet/listaarticulos?tipo_busqu spanish/show/id/934/titulo/el-ine-presenta-la-e
eda=EJEMPLAR&revista_busqueda=98&clav stadistica-sobre-actividades-de-i-d-en-2009).
e_busqueda=129185) Análisis del I+D en España en 2010:
3. Miguel de Unamuno, varias versiones, 1906- desequilibrio empresarial en la inversión que
1912. hay que corregir (http://www.elblogsalmon.co
4. «Logros científicos de mujeres en la muestra m/sectores/analisis-del-id-en-espana-en-2010-
'¡Que inventen ellas!'» 12 de septiembre de desequilibrio-empresarial-en-la-inversion-que-
hay-que-corregir). Informe COTEC 2012 (http
2003. (http://www.elpais.com/articulo/madrid/L
s://www.ulpgc.es/hege/almacen/download/710
ogros/cientificos/mujeres/muestra/inventen/elp
3/7103236/informe_cotec_2012.pdf), I+D+i en
epiautmad/20030912elpmad_20/Tes/) El País.
España: falla la inversión, no el rendimiento (ht
5. «España se sitúa como novena potencia tp://www.eldiario.es/cienciacritica/I-D-i-Espana
científica mundial - España se ha situado -falla-inversion-rendimiento_6_144595551.htm
como novena potencia científica mundial con l), en eldiario.es, 19/06/2013: «En la última
el 2,5 % de total de publicaciones científicas, década, el sistema español de I+D+i ha
según el estudio denominado "Conocimiento, duplicado la cantidad de producción científica,
redes y países: colaboración científica global su calidad y el grado de transferencia
en el siglo XXI" realizado por la Royal Society tecnológica. Si corregimos la producción
británica.» 29 de marzo de 2011. (http://www.e científica y tecnológica para el grado de
uropapress.es/ciencia/noticia-espana-situa-no inversión en I+D+i, el desempeño del sistema
vena-potencia-cientifica-mundial-2011032920 español de ciencia y tecnología puede
2128.html#AqZ1jZAQn0ReZiLS) Europa compararse favorablemente con los de
Press. Alemania, Francia, Japón o EE. UU. Estos
6. «El CSIC ha perdido el 10 % de su personal datos cuestionan el discurso oficial de que
en año y medio - Hasta 2010 su plantilla iba en España produce “mucha ciencia pero de
aumento a pesar de los recortes escasa calidad” y no ha mejorado la
presupuestarios.» 1 de agosto de 2013. (http:// transferencia de conocimiento. Aunque
sociedad.elpais.com/sociedad/2013/07/31/actu España aún puede mejorar mucho en ciencia
alidad/1375296482_941994.html) El País. e innovación, el principal limitante sigue
7. Mikel Buesa, El sistema nacional de siendo la falta de financiación».
innovación en España: Un panorama (http://w 9. JEFATURA DEL ESTADO: «Ley 14/2011, de 1 de
ww.revistasice.com/CachePDF/ICE_869_7-42 junio, de la Ciencia, la Tecnología y la
__E1619FE339E9BAC04FCD9109E203417F. Innovación.» (http://boe.es/buscar/doc.php?id=
pdf), en Innovación y Competitividad, BOE-A-2011-9617). Boletín Oficial del Estado
(Madrid) (131): 54387-54455. 02-06-2011. 12. José María Rodanés Vicente Neolítico (http://if
Consultado el 18 de febrero de 2021. c.dpz.es/recursos/publicaciones/27/22/5.rodan
10. Plan Estatal de Investigación Científica y es.pdf), Cæsaraugusta, 78. 2007, pp. 49-66,
Técnica y de Innovación 2013-2016. (http://ww ISSN 0007-9502 (https://portal.issn.org/resourc
w.idi.mineco.gob.es/portal/site/MICINN/menuit e/ISSN/0007-9502). Especialmente p. 52 y ss.
em.7eeac5cd345b4f34f09dfd1001432ea0/?vg 13. «El calcolítico en la Península Ibérica
nextoid=83b192b9036c2210VgnVCM1000001 (España).» (https://web.archive.org/web/20120
d04140aRCRD) 228215044/http://www.artehistoria.jcyl.es/histe
11. Desde las hipótesis iniciadas por la sp/contextos/5710.htm) En Artehistoria.
antropología de James Frazer (La rama 14. La romanidad de las denominadas presa de
dorada, donde plantea la similitud de la Proserpina y presa de Cornalvo son
función de la ciencia con la de la magia en la cuestionadas por el arqueólogo Santiago
cultura primitiva y la mente primitiva —véase Feijoo, que niega la posibilidad de su
un breve resumen en John Lewis Antropología utilización como abastecedoras de agua a
simplificada, Selector, 1985 ISBN 978-968- poblaciones y retrotrae su fecha de
403-041-1, M1 pp. 80-81. (http://books.google.c construcción a la Alta Edad Media (siglos VIII al
om/books?id=2OXWjlE6Mq8C&pg=PA80&lpg X, en época musulmana). Insiste en que los
=PA80&dq=%22mente+primitiva%22&source= romanos buscaban manantiales de agua de
bl&ots=KVp0EkHjpO&sig=zNLYl3feoMy-ZkMc calidad, para lo que construían acueductos
_FgVrjNr79o&hl=es&ei=vd3LSb2VHY6UjAeZ kilométricos. El agua de los embalses es
0ITsCQ&sa=X&oi=book_result&resnum=4&ct= necesariamente de calidad muy inferior, y
result#PPA81,)—) hasta las investigaciones provocaron problemas de salubridad cuando
estructuralistas de André Leroi-Gourhan. Las empezaron a utilizarse para el consumo
denominaciones de las fases por las que humano con la revolución industrial, a partir
habría pasado el pensamiento humano en su del siglo XIX. La utilización del embalse de
aplicación a la interpretación de la naturaleza Proserpina sería principalmente ganadera, y
provienen del positivismo de Auguste Comte desde el siglo XVII, como lavadero de lanas.
(estado teológico o ficticio, estado metafísico o Una investigación similar de Luis Caballero
abstracto y estado científico o positivo); y se descartó la romanidad de las presas del
han propuesto muchas otras denominaciones: monasterio de Santa María de Melque
pensamiento mágico, pensamiento pre- (Toledo). «Mérida. Una investigación de cinco
filosófico, mitopoyético (en:Mythopoeic thought años sobre la presa de Proserpina descarta su
— Henri Frankfort, Wilson y Jacobsen: The origen romano.» (http://terraeantiqvae.blogia.c
Intellectual Adventure of Ancient Man, 1946, om/2005/122001-merida.-una-investigacion-de
posteriormente titulado Before Philosophy, -cinco-anos-sobre-la-presa-de-proserpina-des
traducido como El Pensamiento Prefilosófico, carta-su.php) Archivado (https://web.archive.or
FCE), y otras. (Véase también evolución g/web/20080516035611/http://terraeantiqvae.b
tecnológica, sociología del conocimiento). La logia.com/2005/122001-merida.-una-investiga
reconstrucción del aparato fonador (a través cion-de-cinco-anos-sobre-la-presa-de-proserpi
del hioides) y del auditivo (huesos y cavidades na-descarta-su.php) el 16 de mayo de 2008 en
del oído) en los pre-neardentales (Homo la Wayback Machine.: Terrae Antiquae, 26 de
Heidelbergensis) de la Sima de los Huesos abril de 2006 (cita diversas fuentes).
del yacimiento de Atapuerca está siendo uno 15. José María Blázquez, Corpus de mosaicos de
de los campos más prometedores de la España (http://books.google.es/books?id=V3le
investigación paleoantropológica, puesto que -ovoERIC&pg=PA49&dq=c%C3%A1diz+mare
permitirá establecer el grado de comunicación as+posidonio&hl=en&sa=X&ei=sMJBUqSjH-S
oral en esta especie, que se podría vincular a V7Aa83oCICQ&ved=0CC4Q6AEwAA#v=one
otros hechos del mismo yacimiento, como la page&q=c%C3%A1diz%20mareas%20posido
intencionalidad de la acumulación de nio&f=false), CSIC, 1982, ISBN 8400052439,
cadáveres. Todo ello supondría la p. 49.
consideración de la capacidad pensamiento
16. Libro Primero: Prólogo a Publio Silvino, pp. 1-
simbólico (Ignacio Martínez Mendizábal
conferencia Evolución Humana, CTIF de 2. Traducción de Juan María Álvarez de
Alcalá de Henares 29 de abril de 2009; Sotomayor y Rubio, Edición de 1824 (Imprenta
de Miguel de Burgos) digitalizado en google
también los textos de Juan Luis Arsuaga El
books (http://books.google.es/books?id=qrI9xH
collar del neandertal, El enigma de la esfinge y
y27-EC)
otros).
17. Alonso Cano declaró en su favor: «preguntado 25. Valentín Moreno Gallego Letras misivas, letras
por el oficio de pintor, dijo que en todo el humanas, letras divinas. La correspondencia
tiempo que le a conocido ni antes, sabe ni a del cardenal Granvela en la Real Biblioteca y
oydo decir que lo aya tenido por oficio ni sus cartas de autores (http://www.erevistas.csi
tenido tienda ni aparador ni vendido pinturas, c.es/ficha_articulo.php?url=oai:revistas.ucm.e
que solo lo a exercitado por gusto suyo y s:34836&oai_iden=oai_revista243), en
obediencia de Su Magestad». En el mismo Cuadernos de Historia Moderna, 2005 Anejo
procedimiento, un tal Gabriel González de IV, pp. 31-55.
Herrera se atrevió a decir que «el [oficio] de 26. Ambas denominaciones han quedado
pintor que entienden algunos comúnmente lo obsoletas, aunque siguen teniendo algún uso
es, no es sino arte, y caso que lo sea, el en el ámbito académico anglosajón, donde es
pretendiente lo a exercitado por gusto y en común utilizar natural philosophy como
servicio de Su Magestad». Citados por José equivalente a «física». En el ámbito
Manuel Pita Andrade y Ángel Aterido académico hispánico suele restringirse a un
Fernández (2000) Corpus velazqueño, uso historiográfico: por ejemplo, la Universidad
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, de Valladolid mantiene una asignatura
ISBN 978-84-369-3345-1. denominada «Filosofía e historia natural en la
18. DÍEZ, Fernando (190) Viles y mecánicos. Ilustración.» (https://web.archive.org/web/2010
Trabajo y sociedad en la Valencia 0404032332/http://www.uva.es/uva/export/port
preindustrial. Valencia, Edicions Alfons el al/com/bin/contenidos/serviciosAdministrativo
Maganànim. Mª Rosario Caballero Carrillo y s/academicos/tercerCiclo/programasPosgrado/
Pedro Miralles Martínez (2002) El trabajo de la Master/Informacion_general/1213793055537_
infancia y la juventud en la época del Barroco. 352.pdf); también en títulos como el del estudio
El caso de la seda murciana (http://www.ub.es/ de Luis Millones Figueroa: «Filosofía e historia
geocrit/sn/sn119-12.htm). natural en el Inca Garcilaso.» En Ensayos de
19. Documentos feriales Medina del Campo, cultura virreinal latinoamericana. Lima:
Villalón y Medina de Rioseco (http://www.muse Universidad San Marcos, 2006.
oferias.net/docferiales.htm). 27. «Cómo los jesuitas inundaron Europa de
20. Véanse los enlaces marcados y además: científicos.» (http://www.forumlibertas.com/front
Mercantilismo, Edad Media#El surgimiento de end/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=5801)
la burguesía e Historia del capitalismo. 28. Faubell Zapata, Vicente: Historia de la acción
21. «El GPS de las estrellas.» (https://web.archive. educativa de los Escolapios en España de
org/web/20100713092318/http://www.publico.e 1733 a 1845 (http://biblioteca.universia.net/fich
s/ciencias/143493/gps/estrellas) Público. a.do?id=38091821)
22. Catálogo del Museo Nacional de Ciencia y 29. Malaria. Exposición en la Biblioteca Nacional,
Tecnología de España, p. 68. Roberto Moreno 2009. La Condesa, los Jesuitas, el Cardenal,
José Rodríguez de Losada. Vida y obra. (http el Demonio, Linneo y sus Polvos (https://web.a
s://web.archive.org/web/20131202222144/htt rchive.org/web/20070622043842/http://historia
p://www.juaneloturriano.com/publicaciones/ind delaciencia-mnieto.uniandes.edu.co/pdf/4.pdf).
ex.php?id=10) 1995, Madrid: Fundación Malaria site (https://web.archive.org/web/20060
Juanelo Turriano. 704193218/http://www.malariasite.com/malari
a/history_treatment.htm). En 1638 las
23. Citada en Miguel Ángel Quintanilla y José
Manuel Sánchez Ron (1998) Ciencia, propiedades de la corteza de una planta
tecnología y sociedad, Madrid: Santillana, utilizada tradicionalmente para tratar las
"fiebres tercianas" en la zona andina fueron
ISBN 84-294-4976-0, p. 89.
aplicadas a la curación de Ana de Osorio, la
24. Era lo sostenido, entre otros, por Baltasar de esposa del virrey del Perú y conde de
Castiglione, en su difundida obra El cortesano, Chinchón Luis Jerónimo Fernández de
o en España por el Marqués de Santillana, Cabrera y Bobadilla de la Cerda y Mendoza
Juan Boscán o Garcilaso de la Vega, él mismo (llegados a Lima en 1629), por recomendación
un ejemplo de poeta-soldado, como el propio del gobernador de Loja, que se había curado
Cervantes. La serie de novelas históricas del con tal remedio. La historia fue recogida por
Capitán Alatriste (Arturo Pérez-Reverte) Sebastiano Bado en 1663. El uso médico se
ilustran muy gráficamente esta vinculación, fue extendiendo entre los españoles y quedó
poniendo como ejemplo al ficticio protagonista recogido en varios textos médicos a partir de
y su relación con personajes reales, como esas fechas. La planta fue posteriormente
Francisco de Quevedo. clasificada en la terminología botánica como
Cinchona officinalis en honor de los condes 00408105442/http://www.artehistoria.jcyl.es/his
(Linneo, 1753) y la sustancia activa se tesp/contextos/7006.htm), en Artehistoria.
denominó quinina (el nombre vulgar de la 36. Texto de la Orden y otros documentos relativos
planta quedó como "quina"). a la fundación del CSIC y a Ibáñez Martín (htt
30. Sánchez Ron, José Manuel ¡Viva la ciencia!, p://www.filosofia.org/ave/001/a006.htm) en
Barcelona: Crítica, 2009 ISBN 84-8432-916-9 filosofia.org
pp. 93-94. 37. La leyenda negra y la verdad histórica (1914).
31. José Luis Comellas: Historia de España Enumeración de los científicos españoles
Contemporánea, Ediciones Rialp, 1988, ISBN citados por Juderías:
978-84-321-2441-9, p. 83. (http://books.google.
es/books?id=anp8eCaDtUUC&pg=PA83&lpg= Arte militar: Álava, Barroso, Escrivá,
PA83&dq=telares+bejar+guerra+independenci Menéndez Valdés, Diego de Salazar,
a&source=bl&ots=Vq41gvsNH-&sig=iGs-Po2
Artillería:Fernando del Castillo,
H8V0_KLgDhEpQcQG7RR8&hl=es&ei=7e7J
García Céspedes
SZzGI8KMjAfZ6PTNAw&sa=X&oi=book_resul
t&resnum=5&ct=result) Fortificaciones:Luis Fuentes,
Medina Barba
32. No sólo por actos de guerra, cuya necesidad
era más o menos discutible, sino también por Arquitectura naval: Tomé Cano,
simple negligencia: los telescopios Herschel García de Palacios, Labaña,
del Observatorio del Retiro fueron usados Fernando Oliver, Pedrarias Dávila
como leña por los soldados franceses allí Ciencias: Alonso de Santacruz, Pedro
acuartelados. Sánchez Ron, ¿Viva la ciencia! Núñez, Jerónimo Muñoz, Juan Molina,
op. cit. Andrés García de Céspedes, Juan de
33. La asociación de ambos hechos ha pasado a Rojas Sarmiento, Hernando de los
ser un tópico historiográfico, que se repite Ríos, El Brocense, Simón de Tovar
desde fechas muy cercanas a los hechos,
Geografía: Nebrija, Eduardo
cuando La España de 1830 a 1836, folleto de
López, Pedro de Medina, Luis del
Charles Didier, fue traducido por el ya citado
Mármol, Juan de la Cosa, Antonio
Mariano José de Larra. La responsabilidad
Herrera, Juan Martínez, Andrés
política concretamente se atribuye al ministro
García Céspedes, Fernández de
Francisco Tadeo Calomarde a partir de 1824,
Oviedo, Antonio de Herrera,
refiriéndose al Plan General de Estudios del
Francisco Micó, Andrés Laguna,
Reino del 14 de octubre de 1824. Véase el
Juan Bautista Monardes, Juan
texto original de Didier y Larra ([1] (http://books.
Jaraba, Juan Gil Jiménez; y los
google.es/books?id=2a4GAAAAQAAJ&pg=PA
cronistas de Indias: Fernández de
13&lpg=PA13&dq=didier+larra+universidades
Oviedo, Gómara, Vargas Machica,
+tauromaquia&source=bl&ots=SPjlysU89M&si
Cortés, Cieza de León, Bernal
g=jkU_B8B-XE_Y_1EIIlZew1kPoAI&hl=es&ei
Díaz del Castillo
=A5D8SY_uDcbRjAe-kbySAw&sa=X&oi=boo
k_result&ct=result&resnum=1) Imprenta Navegación: Enciso, Valero,
Repullés, 1836, p. 13) y un comentario Medina, Martín Cortés, Juan
contemporáneo ([2] (http://books.google.es/boo Escalante de Mendoza, Pedro
ks?id=0Sm5y_W-Ol8C&pg=PA124&lpg=PA12 Núñez, Pedro Menéndez de
4&dq=Fernando+VII+cierre+universidad&sour Avilés
ce=bl&ots=fN56xamVMM&sig=GT3RMQAimQ Medicina: Vallés, Mercado,
CkZ4VJ2jPd16Uc-EQ&hl=es&ei=r4v8SdXoEu Bruguera, Carmona, Díaz de
arjAeG-b2dAw&sa=X&oi=book_result&ct=resu Toledo, Fragoso, Huarte, Jiménez,
lt&resnum=7#PPA124,M1) Artículos Varios, Valverde, Servet, doña Oliva
Editorial Castalia, 1976 ISBN 978-84-7039- Sabuco de Nantes, Acosta
225-2, p. 124). Ciencias exactas: Pedro Ciruelo,
34. Museo Pedagógico de Huesca (http://www.mu Martínez Siliceo, Fernán Pérez de
seopedagogicodearagon.com/educacion_ii_re Oliva, Fernando de Córdoba,
publica.php). Pedro Juan Oliver, Pedro Juan
35. Ángel Bahamonde Política económica y Monzó, Jerónimo Muñoz, Pedro
liberalización (https://web.archive.org/web/201 Jaime Esteve, Andrés de Lorenzo,
Lorenzo Voctorio Molón, Miguel
Francés, Gaspar Lux, Álvaro
Thomás, Perdo Núñez, Antich Celaya, Juan Gélida, Luis
Rocha, Francisco Sánchez, Pedro Baeza
Chacón Sorbona: Gaspar Lux, Miguel
Biología: Gabriel Alonso de Francés, Perdo Ciruelo, Juan
Herrera, Francisco Micó, Andrés Martínez Siliceo, padre Mariana,
Laguna, Juan Bautista Monardes, fray Gregorio Arias, Francisco
Juan Jaraba, Juan Gil Jiménez, Escobar, Fernán Pérez de Oliva
Hernández Lovaina: Luis Vives, Antonio
Lingüística: Nebrija, Brocense, Pérez el jurisconsulto, Juan
Piniciano, Barrientos, Alonso de Vernoza
Zamora, Arias de Montano, Díaz Dillingen e Inglostadt: fray Pedro
Paterniano, fray Juan López, Juan de Soto, Martín de Olave,
de la Cuesta, Bernardo de Alonso de Pisa
Alderete, Sebastián de Praga: Rodrigo de Arriaga
Covarrubias, Liaño, padre Andrés
de Ovieto, padre Paes, padre Toulouse: Antonio Gouvea, Luis
Caldeira, padre Luis de Acebedo, de Lucena, Sánchez
padre Diego de Ribero, padre Varsovia y Cracovia: Pedro Ruiz
Gaspar de Villela, fray Andrés de de Moros, Alfonso Salmerón
Olmos, fray Alonso de Molina, fray Padua: Bernardo Gil, Antonio
Juan de Córdoba, fray Luis de Burgos, Juan Montes de Oca,
Villalpando, fray Antonio de Francisco de Valencia, Estéfano
Ciudad Real, fray Francisco de Terraza, Rodrigo Fonseca
Marroquín Bolonia: Pedro Naranjo,
Ingeniería: Diego Rivero, Juanelo, Gonzálo Díaz, Pedro García de
Felipe Guillén, Martín Cortés, Atodo, Alfonso de Guevara,
hermanos Rogetes, Juan de Arfe, Pedro Carnicer
Antonio Boteller, Bernardo Pérez de Oxford: Luis Vives, fray Pedro de
Vargas, Garci Sánchez, Carlos Corzo, Soto, Francisco Encinas
Pedro de Contreras, Lope de Burdeos: Garbiel de Tárrega,
Saavedra, fray Blas del Castillo,
Raimundo de Granoller
Álvaro Alonso Barba.
Lausana: Pedro Núñez de Vela
Arquitectura: Juan de Herrera
Ancona: Jerónimo Muñoz
Educación: Alejo de Venegas, Pedro
Ponce, Juan Pablo Bonet Nápoles: Miguel Villar, Juan
López, Gonzalo del Olmo
Filosofía y pensamiento: Fox Morcillo,
Melchor Cano, Gómez Pereyra, fray Roma: Francisco de Toledo,
José de Sigüenza, doña Oliva Sabuco padre Mariana, Juan de
de Nanates, Pujasol, fray Domingo de Maldonado, Pedro de
Soto, fray Alonso de Sandoval, Juan Rivadeneira
de Vergara, Juan de Espinosa, fray
Antonio Álvarez, fray Basilio Ponce de 38. Quintanilla y Sánchez Ron, op. cit.
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Pedro de Rivadeneira, fray Antonio dato era el que se dio en el momento del
Fuente de la Peña premio («Titles, data and places given above
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piden que el CSIC no tenga carácter político.
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nez_bordiu_hace_primer_trasplante_corazon_ goya.unizar.es/INFOGOYA/Obra/CrInquisicion.
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eb.archive.org/web/20090412061921/http://ww tecnólogo (https://web.archive.org/web/200812
w.artehistoria.jcyl.es/histesp/contextos/6104.ht 05042924/http://www.pnte.cfnavarra.es/tecnolo
m), en Artehistoria. gia/text/Ayanz.htm))
49. Consta que Paracelso lo usó a comienzos del 61. Noticia periodística citada en madridmasd.org
siglo XVI como anestésico, pero no volvió a (http://www.madrimasd.org/informacionidi/notic
utilizarse hasta el siglo XIX, cuando, además de ias/noticia.asp?id=36211), 16 de septiembre
su uso médico, se aplicó como disolvente de de 2008.
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explosivo en el Museo de la Minería y de la 62. Las ciencias naturales y médicas, en Miguel
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Madrid: EPESA ISBN 84-7067-200-2
i.es/)
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50. Traducción y traductores (https://web.archive.or
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g/web/20090601065619/http://www.artehistori
menores: Eduardo Escartín Sánchez
a.jcyl.es/histesp/contextos/6105.htm) en
Artehistoria. Universidades mayores y menores. Una
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=PP1#v=onepage&q=&f=false), ISBN 978-84- Almadén (http://www.turismocastillalamancha.
8121-776-6 com/informacion/parque-minero-de-almaden/lo
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nota anterior que referencia a este autor. «Minería y metalurgia de la plata y del azogue:
69. Palabras similares dirigió a Beato Renano: un puente entre España y América.» (https://w
Non est animus hispanizein (no es mi eb.archive.org/web/20110901015853/http://am
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González, Leticia Pérez Puente: Permanencia arcag.pdf)
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p. 118 (http://books.google.es/books?id=Yeuj3 3.pdf)
5ahxcYC&pg=PA118&lpg=PA118&dq=%22no 80. «Jeroni Muñoz y la supernova de Tycho.» (htt
n+placet+hispania%22&source=bl&ots=eYOq p://www.elpais.com/articulo/sociedad/Jeroni/M
yaqnHV&sig=XBjM7TwSdVnP8ku1bjuK4dQol unoz/supernova/Tycho/elpepusoc/20090226el
0U&hl=es&ei=59YeSpIZi82MB_TV6I8N&sa=X pepusoc_9/Tes)
&oi=book_result&ct=result&resnum=10). 81. Portuondo, María op. cit.
70. El texto clásico sobre el asunto es el de Marcel 82. Benito Daza (http://wikanda.cordobapedia.es/
Bataillon Erasmo en España. Véase también wiki/Benito_Daza_de_Vadés) en
Historia del cristianismo en Cordobapedia.
España#Erasmismo
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books.google.com/books?id=xLF7_47o_aQC& m)
pg=PA143&lpg=PA143&dq=tarapaya+molinos
84. Myers, Kathleen A.: History, Truth and
&source=bl&ots=Uo3zbZuEax&sig=rFFpi80j1
dlwlgtjVbF3-xCTPwA&hl=es&ei=qHk2So-RD5 Dialogue: Fernández de Oviedo's Historia
y6jAeGvpH5CQ&sa=X&oi=book_result&ct=res general y natural de las Indias (Bk XXXIII, Ch
LIV) (http://www.cervantesvirtual.com/servlet/Si
ult&resnum=7), Editorial Abya Yala, 2002
rveObras/13516143214240163754491/p0000
ISBN 9978-22-206-5, p. 143.
005.htm#I_9_), en Hispania. Volume 73, n.º 3,
72. Véase el estudio de Julián Juderías op. cit. (La septiembre 1990 — Biblioteca Virtual Miguel
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Madrid, Alianza Editorial ISBN 84-206-5294-6, Española. Estudio sobre la ciencia española
p. 214. del siglo XVII. Madrid: Gráfica Universal; 1935.
74. Felipe Picatoste, Apuntes para una biblioteca p. 82., citado en El doctor (http://bvs.sld.cu/revi
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Flores Navarro y el primer libro científico que Así pues, la investigación más
se redactó en Cuba, por José Antonio López novedosa e innovadora
Espinosa. llevada a cabo en los años
centrales del XVII no se
86. Rafael-Ángel Rodríguez Sánchez. Algunos organizó en torno a la
aspectos de la ciencia universitaria en la burocrática universidad del
modernidad española (http://209.85.229.132/s momento, sino que se realizó
earch?q=cache:HnY4gJO8SIUJ:www.cica.es/ «en solitario», como en los
aliens/dflus/medicinayfilosofia/Docs/ALGUNO casos vistos.
S%2520ASPECTOS%2520DE%2520LA%25
20CIENCIA%2520UNIVERSITARIA%2520E 87. José María López Piñero La introducción de la
N%2520LA%2520MODERNIDAD%2520ESP ciencia moderna en España. Barcelona, Ariel,
A%25D1OLA.doc+%22padre+Zaragoza%22+ 1963, citado por Rafael Rodríguez Sánchez,
astronomía&cd=5&hl=es&ct=clnk&gl=es) op. cit.
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Caramuel y Cardoso general de España y América. Tomo VIII. La
destacaron, a diferencia de crisis de la hegemonía española, siglo XVII (htt
los profesores universitarios
citados, por una abierta y p://books.google.es/books?id=CyOz7z36GQg
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modo «antiguo» de concebir 89. Historia (https://web.archive.org/web/20050306
la ciencia. 173248/http://www.ramse.org/infor_historia.ht
m) en su página web.
Resulta altamente
significativo señalar que 90. García Cárcel, Ricardo (1996) La cultura del
Siglo de Oro. Pensamiento, arte y literatura
ninguno de los tres autores
(Historia de España, vol. 17), Madrid: Temas
mencionados ejerció la de Hoy ISBN 84-7679-295-6. Sección El
profesión universitaria en pensamiento científico, pp. 47-52 y La
nuestro país. El Padre revolución científica, pp. 52-55. Cita como
Zaragoza fue profesor de fuentes a López Piñero (op. cit. y Ciencia y
matemáticas a partir 1670 técnica en la sociedad española de los siglos
en los Reales Estudios del XVI y XVII, Barcelona, 1979) y a Enrique Tierno
Colegio Imperial de San Galván El pensamiento científico en el Siglo
Isidro de Madrid, de Oro, en Edad de Oro, vol. III, 1984.
institución de la Compañía 91. «La ciencia española en los siglos XVI y XVII.» (h
de Jesús que desde su ttp://www.gobiernodecanarias.org/educacion/3/
creación fue acogida con Usrn/fundoro/ciencia_es.html)
hostilidad por parte de las 92. Portada de su Operum, con su retrato (http://w
universidades*. En cuanto ww.isciii.es/htdocs/centros/ens/edad_moderna/
a Caramuel y Cardoso, mariana/moderna_75_pedro.jsp). Josep
ambos marcharon fuera de Bernabeu Mestre: Tradición y renovación en el
nuestras fronteras con, pensamiento y obra del Dr. Pedro Miguel
aproximadamente, unos Heredia (1579-1655) (http://ddd.uab.cat/pub/dy
treinta años (en 1638, esto namis/02119536v7-8p117.pdf).
es, con treinta y dos años, 93. Alvar Martínez y José Pardo: In tenebris adhuc
Caramuel se doctora en versantes. La respuesta de los novatores
teología por la Universidad españoles a la invectiva de Pierre Régis (http://
de Lovaina; por otro lado, ddd.uab.cat/pub/dynamis/02119536v15p301.p
Cardoso, también con df), en Deramis. Acta Hisp. Med. SU. Hist.
treinta años, se establece Illus., 15, 1995, 301-340.
en Venecia en 1645). 94. mujeryciencia.es (https://web.archive.org/web/
Ninguno de los dos 20091219092936/http://www.mujeryciencia.es/
permaneció establemente 2008/07/03/el-hospital-de-beatriz-galindo-la-lat
dentro de nuestras ina/)
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ZBi&dq=circular%20alcala%20galiano%20cas
espacio estético. Anthropos Editorial,
telar&pg=PA105#v=onepage&q=&f=false),
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CINDOC, que utiliza un factor de impacto cios/saca/colores/Universidad/elpepisoc/2010
web), España aparece en séptimo lugar, con 0310elpepisoc_1/Tes), El País, 10/03/2010.
cuatro universidades entre las doscientas
primeras, veintisiete entre las quinientas Adelaida de la Calle, catedrático de Biología y
primeras y cuarenta y dos entre las mil rector de la Universidad de Málaga, matiza la
primeras (por delante de Suecia, Japón o trascendencia de estas clasificaciones
Suiza). En cambio, en otras clasificaciones (Entrevista (http://www.elpais.com/articulo/soci
aparece peor situada (puesto 18 en Academic edad/sobran/campus/falta/ser/competitivos/elp
Ranking of World Universities (https://web.arch episoc/20111008elpepisoc_8/Tes) en El País,
ive.org/web/20090129083809/http://www.arwu.
08/10/2011:
org/rank2008/ARWU2008analysis(EN).htm) de
la Universidad de Shanghái Jiao Tong).
Me hace gracia cuando
empresarios dicen que en el
España que posee 44 revistas ranking no hay ninguna
en el conjunto de las BD del española. Y, ¿cuántas
ISI, lo cual representa el 0,5 empresas hay? Es lo mismo,
por ciento del total, un valor si tienes una multinacional
muy por debajo de su potente que hace
potencial científico y editorial, investigación pues vas a salir,
que viene calculándose en pero si tienes una empresita
todos los indicadores de que lo haces bien, pero de
producción científica en torno pequeña dimensión, pues no
a valores del 2,5-3 por ciento. vas a figurar. Pasa lo mismo
Emilio Delgado López-Cózar y con las universidades
otros: N-RECS: índice de españolas: no somos
impacto de las revistas Harvard... España ha
españolas de ciencias alcanzado el noveno puesto
sociales. Una nueva en productividad científica,
herramienta para medir el eso quiere decir que somos
impacto de la investigación buenos, creativos, serios y
española (http://www.ub.es/ge rigurosos en las
ocrit/b3w-574.htm), en Biblio investigaciones que son
3W Revista bibliográfica de competitivas
geografía y ciencias sociales
(Serie documental de Geo
Crítica) Universidad de Gonzalo Casino, La ciencia española no
Barcelona ISSN 1138-9796 (h despunta. Los últimos indicadores
ttps://portal.issn.org/resource/ muestran una discreta tasa de excelencia y
ISSN/1138-9796), 30 de retratan la mediocridad universitaria -
marzo de 2005. España publica mucho, pero con impacto
limitado (http://www.elpais.com/articulo/futu
El gran volumen de la investigación en ro/ciencia/espanola/despunta/elpepusocfut/
ciencias sociales, o al menos de lo publicado, 20111026elpepifut_1/Tes), El País,
es objeto de análisis crítico por Araceli 26/10/2011 (Gráfico: Publicaciones
Mangas Dispendio universitario en proyectos científicas en España (http://www.elpais.co
fantasma (http://www.elmundo.es/opinion/tribu m/graficos/sociedad/Publicaciones/cientific
na-libre/2010/03/22936078.html), El Mundo, 2 as/Espana/elpepusoc/20111027elpepusoc
de marzo de 2010. La presencia de las _1/Ges/))
escuelas de negocios en este tipo de 217. Javier Sampedro Las células madre abren un
clasificaciones (3 entre las 20 mejores del nuevo flanco en la investigación del cáncer.
mundo) es muy superior al de las Tres laboratorios españoles se sitúan en
universidades (11 entre las 500 mejores): La primera línea, pero falta dinero (http://elpais.co
escuela de negocios saca los colores a la m/diario/2009/08/10/sociedad/1249855204_85
Universidad. Los 'ranking' mundiales dejan 0215.html), El País 10/08/2009
mal parados a los campus españoles y muy
bien a los centros de formación de directivos. Que salgan tres trabajos
españoles en el mismo
La falta de internacionalización y de
número de Nature es insólito.
¿Se está convirtiendo España menudo su cantera de
en una potencia en medicina promesas para los grupos de
regenerativa? «Yo no lo excelencia. En el caso de los
diría», responde Serrano. jóvenes científicos que
«España esta a mejor nivel empiezan ahora su carrera, la
que Italia, lo que ya es mucho repercusión del recorte puede
decir, pero no al nivel del ser crítica si no logran
Reino Unido, Alemania, financiación suficiente para
Holanda o Suiza o Suiza. Ni sus primeras investigaciones
por supuesto al de Estados independientes. (...)
Unidos, Canadá, Japón o
Singapur. Pero sin duda es un En lo que sí ha cumplido el
nivel decente para lo que es ministerio ha sido en el
España».
compromiso de no recortar
los contratos Ramón y
18. La frase es de Nature, citada por Joan Cajal y las becas FPI para
Guinovart ¿Hundir la ciencia por el precio de realizar la tesis doctoral,
seis 'ronaldos'? (http://www.elpais.com/articulo/ de modo que se convocan
sociedad/Hundir/ciencia/precio/ronaldos/elpep
este año 250 y 1100,
isoc/20090917elpepisoc_14/Tes), 17/09/2009.
respectivamente, igual que
La difícil contabilidad de la inversión en I+D se
en 2009. (..)
analiza por Luis Sanz Menéndez
Presupuestos para I+D: aterriza como puedas
En 2009 se solicitó
(http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Presu
puestos/I/D/aterriza/puedas/elpepusoc/200910 financiación del plan
10elpepisoc_7/Tes), 10/10/2009. El caso nacional para 5.880
particular de la inversión española en la proyectos de investigación
Agencia Europea del Espacio, y su y, tras el proceso de
repercusión en la política de justo retorno se evaluación de cada uno,
discute por Alicia Rivera La crisis en la se aprobaron 3732. Las
ciencia. España reduce el 36 % su pago al cifras definitivas de la
plan espacial europeo. La menor participación convocatoria de 2010 se
en la ESA preocupa a la industria (http://www.e conocerán a finales de
lpais.com/articulo/sociedad/Espana/reduce/36/ verano.
pago/plan/espacial/europeo/elpepusoc/20091
010elpepisoc_6/Tes), 10/10/2009. Para los El CSIC recibe del
presupuestos de 2011 Los recortes de ministerio este año 120
presupuesto llegan a los laboratorios. Ciencia millones de euros menos
e Innovación rebaja en 50 millones los que el pasado, y en 2009
proyectos de investigación (http://www.elpais.c fueron 60 menos que en
om/articulo/sociedad/recortes/presupuesto/lleg 2008. En total, es una
an/laboratorios/elpepusoc/20100727elpepisoc reducción de 180 millones
_4/Tes) (El País, 27/07/2010): sobre los 600 de 2008, un
30 %. El Ciemat ha sufrido
La reducción, que ronda el
15 % de media, pero que en
un recorte del 36 % en
algunas áreas es superior estos dos años, con 35
(18 % o 20 % en biología), no millones en el presupuesto
tiene efectos necesariamente de 2010 por debajo de los
graves en los equipos 96 de 2008. Pese a que
potentes, que, además, ambas instituciones
cuentan con otras fuentes de
financiación, como los obtienen recursos
proyectos europeos. Pero los añadidos por proyectos y
grupos más modestos contratos, su situación es
pueden verse obligados a muy complicada...
replantearse los objetivos o
incluso a cancelar el proyecto
mismo, y estos equipos no
solo pueden hacer buena España ocupa el puesto número 39 en el
ciencia, sino que aportan a «ranking» mundial de innovación recogido
en el Informe Global de Competitividad pana_polar_participa_hace_investigadores_1
20011-2012 elaborado por el Foro 313396.htm)
Económico Mundial de Davos, una lista de 226. Panel del Museo Marítimo de Asturias
142 países liderada por Suiza y Suecia en (Luanco). La expedición de 1987 fue del
la que la economía española "queda lejos" buque Antártida 8611, con los arrastreros
de los países más avanzados de la Unión Nuevo Alcocero y Pescapuerta IV.
Europea como Finlandia, Alemania o
227. A estos nombres, representativos de distintos
Dinamarca, situándose por detrás de campos, se podrían añadir muchos otros.
Irlanda, Portugal, República Checa o Algunas iniciativas periodísticas consisten en
Hungría. Reseña (http://www.abc.es/20120
establecer una nómina de los científicos
105/economia/abci-espana-puesto-innovac
españoles de mayor impacto en la ciencia
ion-201201051124.html) en ABC, 5 de
contemporánea, así como evidenciar su
enero de 2012. escaso impacto en la opinión pública: «Los
19. Director del Centro Nacional de Referencia de niños no se intercambian sus fotos en los
las Encefalopatías Espongiformes recreos. Sus nombres son casi desconocidos
Transmisibles también llamado Centro de entre la población general. Sin embargo, la
Investigación en Encefalopatías Transmisibles ciencia mundial les guarda un respeto
y Enfermedades Emergentes de Zaragoza o tremendo. Son 11 ejemplos con nombre y
Centro Nacional de Referencia de apellidos de que la investigación española
Encefalopatías y Enfermedades Emergentes, y puede llegar donde se lo proponga. Dirigen
del Consejo General de Colegios Veterinarios. grupos de trabajo en investigación básica y
Entrevista en Consumer (http://revista.consum aplicada dentro de los centros de referencia
er.es/web/es/20020201/entrevista/37126.php), global. Harvard, Berkeley, el MIT, el CERN o el
Perfil en El País. (http://www.elpais.com/todo-s Max-Planck han escogido a nuestros
obre/persona/Juan/Jose/Badiola/2317/) científicos para lideren proyectos en ámbitos
20. «La primera niña probeta cumple 25 años.» (ht pioneros, que más tarde o temprano, acabarán
tp://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/07/0 beneficiando el día a día de los ciudadanos en
9/mujer/1247145566.html), El Mundo, 9 de cuestiones de salud, energía o materiales. -
julio de 2009. José Miguel Jiménez - Joan Massagué y
21. Véase nota 33 Josep Baselga - Álvaro Pelayo - Avelino
Corma - Juan Ignacio Cirac - Pablo Jarillo-
22. Nota de prensa del Ministerio (https://web.archi
Herrero - José Carmena - Rafael Yuste -
ve.org/web/20111105145524/http://www.msps. Álvaro Pascual-Leone - Antoni Ribas». «La
es/gabinetePrensa/notaPrensa/desarrolloNota 'iRoja' de la ciencia arrasa en los mejores
Prensa.jsp?id=450). Artículo en 20 minutos (htt
centros del mundo.» (http://www.elmundo.es/e
p://www.20minutos.es/noticia/798676/0/donaci
conomia/2014/03/14/532200c2e2704e71718b
on/transplantes/espana/). Artículo en El País (h
457d.html?a=c79bdc94ebec964cf10ea625821
ttp://www.elpais.com/articulo/sociedad/UE/copi fc18a&t=1394815926) El Mundo, 14 de marzo
a/sistema/trasplantes/espanol/salvar/20000/vid de 2014. «No gozan de la popularidad de los
as/ano/elpepisoc/20100519elpepisoc_3/Tes).
futbolistas, pero la ciencia española tiene ya
23. Premio Blas Cabrera 2009 (http://www.es.glob su "Roja", un selecto grupo de trece científicos
altalentfcri.com/articles/1294/El-catedratico-de- que han empeñado sus carreras en golear al
la-UB-Javier-Tejada-Premio-Nacional-de-Inves cáncer, la contaminación, el envejecimiento, la
tigacion-Blas-Cabrera-2009.html). falta de recursos energéticos, los enigmas del
24. «El sincrotrón Alba enciende la luz. El nuevo pasado o los retos del futuro. ... Margarita
centro de Barcelona impulsa el estudio de la Salas, bióloga del CSIC y miembro de la
estructura de los materiales.» (http://www.elpai Academia Nacional de Ciencias de Estados
s.com/articulo/futuro/sincrotron/Alba/enciende/l Unidos; Juan Luis Arsuaga, catedrático de
uz/elpepufut/20100310elpepifut_1/Tes) El Paleontología y codirector del yacimiento de
País, 10/03/2010. Atapuerca; María Blasco, directora del Centro
25. «España participa por primera vez en el Año Nacional de Investigaciones Oncológicas;
Polar con 220 investigadores.» (http://www.elc Juan Ignacio Cirac, director de la División
ultural.es/version_papel/CIENCIA/4134/Hespe Teórica del Instituto Max Plank alemán; o
rides_rumbo_sur) «España participa por Valentín Fuster, del Centro Nacional de
primera vez en el Año Polar con 220 Investigaciones Cardiovasculares Carlos III.
investigadores.» (https://archive.is/201206300 También Pere Puigdoménech, profesor en el
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Avelino Corma (galardonado ayer con el 232. Javier Sampedro: «El aborto enciende a los
Premio Príncipe de Asturias de Investigación), científicos. Un millar de investigadores
y el físico Pedro Echenique. La lista la denuncia la "utilización ideológica de la
completan Joan Massagué, bioquímico ciencia".» (http://www.elpais.com/articulo/socie
especialista en cáncer, y el bioquímico Juan dad/aborto/enciende/cientificos/elpepusoc/200
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n-su-roja_272534/) El Confidencial, 29 de 090531020039/http://www.agendadelacomuni
mayo de 2014). cacion.com/aepc/); Asociación Española de
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citando la exposición La otra mitad de la option=com_content&view=article&id=45&Item
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Historia de la ciencia y la
tecnología en España.
Enlaces sobre Historia de la Ciencia y de la Técnica en España (https://web.archive.org/web/2009
1213190833/http://www.dsp.umh.es/conecta/paginas.htm) en la web de la Universidad Miguel
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es/monografias/200_Anios_de_Patentes.pdf) (2011): "España fue uno de los primeros países del
mundo en conceder Reales Cédulas de Privilegio de Invención. La primera encontrada en el
Archivo de Simancas se remonta al 24 de febrero de 1478, cuando la entonces Reina Isabel La
Católica concedió a su médico D. Pedro Azlor, el privilegio de invención para explotar durante 20
años —exactamente lo que dura una patente en la actualidad— un nuevo sistema de molienda
aplicable a todo tipo de molinos, tanto de mano, como de sangre, hidráulicos o de viento. Los
cientos o quizá miles de Reales Privilegios concedidos entre finales del siglo XV y principios del
siglo XIX no lo fueron bajo ninguna Ley ni se depositaron en un solo registro. Eran gracias reales
arbitrarias nunca normalizadas. Sin embargo, con el paso al sistema liberal, la igualdad ante la Ley
y el establecimiento de un registro único y obligatorio comenzaron diversas colecciones de
documentos, primero de patentes y a partir de 1850 de marcas, que se han conservado hasta
nuestros días y que constituyen la base del Archivo de la OEPM, en el cual se continua
almacenando, ahora de manera digital, los expedientes generados en la actualidad. Es con todo
ese material, por tanto, con el que se ha elaborado la muestra 200 años de patentes en España. ...
En 1810 y en mitad del conflicto con la Francia Napoleónica, se creó en Madrid el Conservatorio
de Artes y Oficios, antecedente de la OEPM, y que recogía el espíritu del Gabinete de Máquinas
creado anteriormente por Carlos IV. El 16 de septiembre de 1811 se promulgó un primer decreto de
patentes para intentar sustituir al arbitrario sistema de Reales Cédulas de privilegio de invención
que había funcionado desde el siglo XV. Posteriormente, las Cortes de Cádiz incluyeron en la
Constitución de 1812, una mención específica en su artículo 335, apartado 5, a la necesidad por
parte de las Diputaciones de «proteger a los inventores de nuevos descubrimientos». ... En 1679
se creó... la Real Junta General de Comercio. Entre sus competencias estaba la de promover la
actividad artesanal e industrial, atrayendo técnicos extranjeros e informando a la Corona sobre el
estado de máquinas y conveniencia de innovaciones. Progresivamente, fue asumiendo el papel de
elevar a la Monarquía propuestas de privilegios de invención. ... En 1730 pasó a denominarse
Junta General de Comercio y Moneda y reforzó su papel relacionado con la promoción de la
actividad inventiva e innovadora."
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