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1865

Técnicas terapéuticas y subjetivación

TEMAS LIVRES FREE THEMES


en tratamientos con usuarios/as de drogas

Therapeutic techniques and subjectivation


in treatment with drug users

Silvana Laura Garbi 1


María Cecilia Touris 1
María Epele 2

Abstract The internment process in therapeutic Resumen El proceso de internación en comuni-


communities (TC) involves a multiplicity of ther- dades terapéutica (CT) incluye una multiplici-
apeutic practices and strategies geared to absti- dad de prácticas y estrategias terapéuticas orien-
nence from drug usage. According to the special- tadas a la abstinencia del uso de drogas. De acuer-
ists’ own regulations and explicit objectives, the do a la propia normativa y a los objetivos explíci-
residents must not only abandon the consump- tos de los profesionales, los residentes, no sólo de-
tion of substances but also adopt new practices, ben abandonar el consumo de sustancias sino tam-
attitudes, emotions and significances through the bién adoptar, a través de la utilización de las téc-
use of therapeutic techniques that allow them to nicas y tácticas terapéuticas, nuevas prácticas,
adapt to the structure of the organization that actitudes, emociones, significaciones, que les per-
these institutions impose. Based on the results of mita adecuarse a la estructura de organización
the ethnographic survey carried out between que imponen estas instituciones. Partiendo de los
2009 and 2010 in three TCs of the metropolitan resultados del trabajo de campo etnográfico reali-
area of Buenos Aires, Argentina, the scope of this zado entre 2009 y 2010 en tres CT de la región
article is to analyze from a sociological and an- metropolitana de Buenos Aires, Argentina, el ob-
thropological standpoint the “therapeutic tools” jetivo de este artículo es analizar desde la perspec-
that comprise the treatment, the subject models tiva de la sociología y antropología crítica las “he-
that underlie these tools, the consequences that rramientas terapéuticas” que componen el trata-
they may produce and their participation in the miento, los modelos de sujetos que subyacen a es-
subjectivity production processes. For this pur- tas herramientas, las consecuencias que produ-
pose, we focus on analysis of “confrontation” as a cen y su participación en los procesos de produc-
1
Instituto de privileged and omnipresent strategy of subjecti- ción de subjetividad. Con este fin, focalizamos en
Investigaciones Gino
vation in these therapeutic contexts, in order to el análisis del “confronto” como táctica privilegi-
Germani, Facultad de
Ciencias Sociales, reveal the epistemological, economic, political and ada y omnipresente de subjetivación en estos con-
Universidad de Buenos ethical dimensions in the de-subjectivation pro- textos terapéuticos, a fin de develar las dimensio-
Aires. Uriburu 950/6to piso.
cess of the institutionalized drug user. nes epistemológicas, económicas, políticas y éti-
C1114AAD Ciudad de
Buenos Aires Argentina. Key words Subjectivation, Drugs, Therapeutic cas en el proceso de des-subjetivación del usuario/
garbisilvana@hotmail.com tools a de drogas institucionalizado.
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Consejo Nacional de
Palabras clave Subjetivación, Drogas, Herra-
Investigaciones Científicas
y Técnicas, Universidad de mientas terapéuticas
Buenos Aires.
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Garbi SL et al.

Introducción ciada a actividades “ilegales”, “deshonestas” que


adquieren para las CT rasgos y características
El conjunto de estrategias terapéuticas implemen- moralmente considerados negativos.
tadas en el dominio de las adicciones se compo- Cuando hacemos referencia a las técnicas, nos
ne por un universo complejo y diverso en el que ubicamos en una tradición de pensamiento que
confluyen diferentes perspectivas teóricas e ideo- arroja luz en los modos en que ciertas prácticas y
lógicas orientadas a modificar el consumo de normativas sociales se corporizan, constituyen y
drogas. La mayoría de estas perspectivas com- modelan personas y subjetividades1-3. En su aná-
parte el supuesto, más o menos explícito, que lisis sobre la inquietud de sí en la Grecia antigua,
modificar el consumo de drogas significa modifi- Foucault3 examina y analiza las prácticas sobre el
car al sujeto. En este sentido, diversas institucio- cuerpo y sobre sí en términos de técnicas de sub-
nes orientan sus tratamientos a que los usua- jetivación. En este sentido, la atención, el cuidado
rios/as de drogas institucionalizados (residentes) y las prácticas -por ejemplo- en la dieta, el sueño,
no sólo dejen de consumir sino que produzcan las acciones, el pensamiento y las emociones, son
transformaciones subjetivas a través de la adop- susceptibles de ser entendidas como técnicas pro-
ción de nuevas prácticas, actitudes, emociones, ductoras de sujetos en contextos histórico-polí-
significaciones que les permita adecuarse a la es- ticos determinados.
tructura de organización que imponen estas ins- En su análisis, Foucault3 hace del tradicional
tituciones. Esta modificación del sujeto es condi- conócete a tí mismo, una fórmula subsidiaria a la
ción necesaria para dejar el consumo. inquietud de sí, que incluye un conjunto hetero-
Dentro de la variedad de modalidades de aten- géneo de prácticas y normativas sobre la relación
ción, la comunidad terapéutica (CT) se constitu- del sujeto consigo mismo y con otros. Específica-
ye en un privilegiado dispositivo de subjetivación. mente involucra normativas y prácticas acerca de
A través de un recorrido descriptivo y analíti- los modos en que el poder se relaciona con el sa-
co sobre la multiplicidad de prácticas y estrate- ber, entre el gobierno de sí y el gobierno de y por
gias terapéuticas que componen el tratamiento, parte de otros, entre conocimiento y dominación.
en este trabajo se evidenciará cómo las técnicas Siguiendo esta tradición analítica, el análisis
implementadas están íntimamente relacionadas del confronto, nos permitirá develar las dimen-
con la concepción que estas instituciones tienen siones epistemológicas, económicas, políticas y
acerca de los usuarios de drogas. Las técnicas y éticas en el proceso de des-subjetivación de los
estrategias utilizadas en las CT estarían orienta- residentes al mismo tiempo que entender que en
das a producir transformaciones en los sujetos cuanto técnica, no sólo modela cuerpos, define
que les permita, según esta perspectiva, recupe- moralidades y diferencia sujetos sino que se cons-
rar la responsabilidad, adoptar otra postura fren- tituye como táctica privilegiada y omnipresente
te a la vida, crear nuevos sujetos. de subjetivación en estos contextos terapéuticos.
Enfatizaremos el análisis de las relaciones en-
tre el saber y el poder, entre la epistemología y la
política de estas técnicas en el proceso de des-sub- Métodos
jetivación de los residentes. Para ello, nos focali-
zaremos en la técnica del confronto, es decir, en El trabajo de campo del presente estudio se reali-
aquella técnica orientada a que los residentes en- zó en tres CT (dos de varones, y una de mujeres)
frenten su realidad, sentimientos, pensamientos de la región metropolitana de la provincia de
o comportamientos. Esta técnica, que atraviesa Buenos Aires, Argentina.
cada una de las herramientas terapéuticas del tra- Con el propósito de analizar críticamente las
tamiento, incluye un amplio espectro de comuni- herramientas terapéuticas que componen el tra-
caciones, diálogos e intervenciones que van desde tamiento y la función que desempeñan en el pro-
la compasión y el más simple interés hasta gritos, ceso de producción de subjetividad, se ha utiliza-
denuncias, acusaciones, desafíos, humillación, do el método etnográfico prevaleciendo las técni-
denigración e insultos. Veremos cómo haciendo cas de observación participante (registradas en
uso del confronto se espera que los residentes notas de campo), entrevistas en profundidad
modifiquen las relaciones previas que tenían con (grabadas y desgrabadas) y conversaciones in-
la realidad, los “viejos esquemas” y adquieran una formales con residentes y profesionales. Se reali-
“nueva realidad” que es aportada por otros (resi- zaron un total de 25 entrevistas a residentes va-
dentes, terapeutas). Esta realidad que el confron- rones y mujeres. En las sedes de varones se reali-
tado debe reconocer y modificar suele estar aso- zaron 18 entrevistas a residentes de entre 18 y 50
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años con una media de 24 años de edad. En la Resultados y discusión
sede de mujeres se llevaron a cabo 7 entrevistas
en profundidad a residentes de entre 18 y 30 años. Fundamentos de la Comunidad
En esta sede, la muestra total arrojó una media Terapéutica (CT)
de 22 años de edad. También se realizaron 10
entrevistas a profesionales de distintas discipli- Las CT pueden ser pensadas en términos de
nas (psicólogos, psiquiatras, sociólogos, opera- lo que Erving Goffman5 definió como institu-
dores terapéuticos, directores de comunidades ción total, es decir: a diferencia del ordenamiento
terapéuticas) de diversas instituciones naciona- social básico, donde el individuo tiende a dormir,
les, municipales y asociaciones civiles relaciona- jugar y trabajar en distintos lugares, con diferen-
das directa o indirectamente al área de adiccio- tes coparticipantes, bajo autoridades diferentes y
nes. La investigación se llevó a cabo de acuerdo sin un plan racional amplio, las instituciones to-
con las normas establecidas en la Declaración de tales se presentan como una ruptura ante estas
Helsinki. En todas las entrevistas realizadas se situaciones: en todos los aspectos de la vida se
contó con el consentimiento informado de los desarrollan en el mismo lugar y bajo la misma
entrevistados a través del cual se explicitó los pro- autoridad única; cada etapa de la actividad diaria
pósitos del estudio y la metodología aplicada y se del miembro se lleva a cabo en la compañía in-
informó acerca del carácter voluntario, confiden- mediata de un gran número de otros; todas las
cial y anónimo de la entrevista. En consecuencia, etapas de las actividades diarias están estricta-
como se estila en la investigación cualitativa, los mente programadas; finalmente las diversas ac-
nombres de todos los entrevistados se han mo- tividades obligatorias se integran en un solo plan
dificado por otros de fantasía para proteger su racional, deliberadamente concebido para el lo-
identidad y se han borrado de las entrevistas todo gro de los objetivos propios de la institución.
elemento y referencia que permita identificar a Toda CT se organiza mediante una “estruc-
los participantes de modo directo e indirecto. tura” altamente reglada y normatizada que regu-
Tomando en consideración que únicamente a la el empleo del tiempo y espacio. Nada queda
través de mirar, escuchar, preguntar, formular sujeto al azar: con el objetivo de que el residente
hipótesis y cometer errores el etnógrafo puede logre introyectar y respetar un orden en su vida
adquirir un conocimiento sobre la estructura so- cotidiana, todo se organiza bajo un mismo cro-
cial del lugar y comenzar a entender la cultura de nograma de actividades. Para lograrlo se recurre
los miembros del grupo4 nos fue imprescindible a un sistema de control permanente a través de la
para esta investigación, participar de la estructu- distribución piramidal de las funciones y la verti-
ra diaria en la que se desarrolló el tratamiento. calidad del poder: en el vértice superior se ubica el
Fue así que, la complementariedad de las téc- “staff ” (compuesto por el director, vicedirector,
nicas metodológicas utilizadas nos ha permitido profesionales, administrativos, operadores socio-
interpretar de forma más acabada cada una de terapéuticos y terapeutas) mientras que en la base
las dimensiones que conforman el tratamiento, se ubican los “residentes”, quienes pueden asu-
permitiéndonos identificar la postura epistemo- mir diversos roles y/o posiciones de acuerdo a su
lógica desde la cual trabajan los equipos terapéu- adaptación al tratamiento. La estructura vertical
ticos y que vuelve inteligible el tipo de tratamien- facilita el sistema de obediencia de mando, y me-
to planteado. diante un mecanismo de premios y castigos, tan-
En la escritura se han utilizado diferentes re- to morales, psicológicos como materiales y algu-
cursos estilísticos para señalar diferentes tipos de nas veces físicos, se intenta promover un “apren-
textos y/o expresiones: cursiva (nociones teóri- dizaje” en el residente6. Para lograr estos objeti-
cas), comillas (para diferenciar términos o ex- vos, las CT generan un dispositivo de interna-
presiones pertenecientes a otros discursos: tér- ción prolongado (de 1 a 3 años) que puede ser a
minos nativos, teóricos de otras disciplinas, frag- “puertas abiertas” o a “puertas cerradas”.
mentos de entrevistas y notas de campo. Una de las características principales de las CT
es la utilización de la comunidad como método: se
parte de que a través de la interacción estructura-
da y no estructurada, los residentes pueden in-
fluir mutuamente en las actitudes, percepciones y
comportamientos asociados al uso de drogas.
Es por ello que el tratamiento se basa en acti-
vidades grupales y cada residente tiene una parti-
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cipación activa en su propio tratamiento y en el de entre ellas podemos mencionar: los “grupos de
sus compañeros. En las CT no solo se prioriza el apertura” y “cierre” que se realizan con todo el
cambio de conducta, sino que también una con- grupo de residentes y consisten en plantearse cuá-
versión moral del sujeto, es decir “el crecimiento les serán los objetivos personales y grupales que
de los residentes como personas”, “sus valores se pretenden cumplir durante el transcurso del
humanos y su capacidad de amarse y amar res- día; el “dinámico” que se utiliza para que entre los
ponsablemente”. Es así que, sostener un “amor residentes se señalen las actitudes que consideran
responsable”, abogar por la “no violencia”, “no impropias dentro del tratamiento. Los operado-
alcohol y no drogas” constituyen las reglas pri- res terapéuticos consideran que esta técnica fun-
mordiales de las comunidades terapéuticas7. ciona como un “espejo” para mostrar qué del otro
En las CT, la transformación subjetiva se cons- es algo de lo propio. El objetivo es que el residente
tituye en el leiv motiv del tratamiento. La ideolo- asuma la responsabilidad (en tono de culpabili-
gía que sustentan estas instituciones tiene que ver dad) de todo lo que le dicen, esté o no de acuerdo
con entender que la abstinencia en el consumo de y se comprometa a “revertir” la situación; la “asam-
drogas supone un transformación subjetiva, es blea” funciona como un espacio en el que se espe-
decir, la adopción de nuevos valores y el cambio ra que se “suspendan” las jerarquías durante el
de hábitos de vida (que de acuerdo a esta pers- tiempo que dura el grupo, es decir, los residentes
pectiva conduce a los sujetos al consumo de dro- pueden cuestionar, reclamar, requerir explicacio-
gas y los exponen a otros riesgos asociados al nes, sobre cuestiones relativas al tratamiento.
consumo). Tras la entrevista de admisión y el Esta sumatoria de técnicas y estrategias utili-
diagnóstico que realiza el profesional sobre la zadas en la CT están orientadas a producir trans-
personalidad y la patología del residente, la me- formaciones en los sujetos que les permita, según
cánica del tratamiento reside en la incorporación esta perspectiva, recuperar la responsabilidad,
de las normas, valores y actitudes propuestas por tener otra postura frente a la vida. Estos objeti-
la institución. De esta manera, el equipo tratante vos son reforzados a través de la “filosofía” que
evalúa periódicamente la “evolución” de los resi- afinca la identidad institucional. La falta de com-
dentes que se concreta en los pases de fases, hasta promiso con el cambio, la desobediencia, la in-
obtener el alta, y con ella la libertad. Este tipo de adaptación a la estructura de la CT son encauza-
tratamiento “progresivo” recibe críticas en al das a través de las herramientas terapéuticas,
menos dos aspectos centrales. El primero sostie- sobre todo a aquella que subyace todas las he-
ne que a través de un “programa de cura tipo” se rramientas y que resulta la técnica por excelencia:
insta a dejar de lado otro tipo de terapéuticas el confronto.
puesto que suponen un ideal de intervención
universalizante centrado en el rasgo común que El Confronto
identifica a los residentes (la adicción a las dro-
gas), en el cual un único método resulta eficiente La técnica del confronto surge a partir de que
para todos8. Este método se vuelve posible tras en 1925 comienza a asociarse a los usuarios de
asumir que todo aquel que consumió drogas atra- drogas con una “personalidad defectuosa”, con
vesó por situaciones análogas, o adoptó actitu- una historia prolongada de “inadaptación social”
des similares. Es decir, por relacionar el uso de y atrapado en subculturas “desviadas”10. Este vi-
drogas con un tipo de personalidad. raje facilitó la emergencia de nuevos dispositivos
Otra crítica tiene que ver con considerar que de tratamientos orientados a mejorar la “madu-
la adaptación y el buen comportamiento en el ración personal y los valores pro-sociales” de los
interior de las instituciones de encierro es extra- pacientes. Se suponía que un ajuste social libre de
polable a las condiciones de su medio cotidiano drogas en la institución lograría la adaptación
(su barrio, su entorno vincular, etc.)9. del adicto a los cánones considerados socialmente
aceptables. El fracaso de esta hipótesis, confir-
Herramientas terapéuticas mada por los informes de elevadas tasas de reci-
divas después del alta, creó un clima de frustra-
Si bien las instituciones pueden variar entre ción que fomentó la búsqueda de tratamientos
sí, el uso de las herramientas terapéuticas es si- alternativos que incluyeron, entre otras, terapias
milar, dado que están basadas en la misma ima- de confrontación11. Entre la década del 40´ y 50´
gen de sujeto como “adicto”. Tiebout, desde la psiquiatría, sentó las bases de
Entre las herramientas terapéuticas tienen la terapia de la confrontación en el tratamiento
mayor preponderancia aquellas de índole grupal, de “alcohólicos” a partir de considerar que de-
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bían su adicción a una “malformación de carác- ciones vinculadas con las sanciones, denuncias y
ter”. El “alcohólico”, en su opinión, era incapaz de humillaciones. En este sentido la aparición de téc-
una autopercepción exacta de si mismo y de los nicas de confronto podría haber sido considera-
demás, debido a un complejo sistema de meca- da como una contratransferencia fuera de con-
nismos de defensa (por ejemplo, negación, pro- trol, y de violación de la ética profesional sin
yección de la culpa) mediante el cual reforzaba su embargo es considerada no sólo como un enfo-
autoestima al tiempo que justificaba su necesi- que necesario para el tratamiento sino “como el
dad de beber. Desde esta perspectiva el tratamien- único idioma que pueden entender”11.
to debía ir en la línea de lograr un proceso de
rendición de estas actitudes, la reconstrucción de Bases epistemológicas del Confronto
la personalidad y el desarrollo de una forma dis- como técnica de des-subjetivación
ciplinada de vida. Estas concepciones fueron am-
pliamente aceptadas e incorporadas primero por Interrogar el conjunto de técnicas terapéuti-
los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) y lue- cas de confrontación, es ingresar a un universo
go por las primeras CT11. Fue así como a partir complejo y diverso donde convergen perspecti-
de los años 60 las terapias de confrontación se vas teóricas e ideológicas, prácticas terapéuticas,
difundieron en el tratamiento para las adicciones moralidades, normativas y modalidades de sub-
a las drogas12. jetivación orientadas a modificar el consumo de
En relación con las CT, algunos autores han drogas. Aún reconociendo esta diversidad, la
caracterizado a la técnica de confrontación como mayoría de estas perspectivas considera que el
“una forma distinta y específica de ayuda halla- problema de la adicción no se puede abordar de
da en la comunidad terapéutica”, “un tipo espe- forma puntual ni aislada. Es decir, estas prácticas
cial de feed back social”, “el espejo que me devuel- y/o comportamientos que se clasifican como
ve la imagen de quién soy, de cómo estoy, de cuál “adicción”, en este caso a las drogas, no pueden
es la consecuencia de lo que hago”13. Esta técnica ser disociados de la “personalidad”, “los hábi-
es considerada como una “herramienta axial” de tos”, “la “conducta”, o la subjetividad previa. Por
la comunidad, a través de la cual los residentes esta razón, modificar el consumo supone modi-
son implacablemente confrontados por sus pa- ficar al sujeto. “Quitar las imágenes” que traen
res a cada instante “enfrentando la mentira, la los residentes, aquellas características que van
proyección de la culpa y la justificación”7. Esta constituyendo su identidad, se convierte en la
técnica es presentada como la vía más directa para parte neurálgica de la des-subjetivación: “la ima-
la “ruptura de las defensas” ya que “nadie puede gen es la ropa, la forma de caminar, el vocabula-
engañarse a sí mismo y a todo un entorno vigi- rio, las miradas, todo lo que los lleva a situacio-
lante y alerta que está viviendo o que ha vivido lo nes de consumo en la calle. Cuestiones que trata-
mismo”13. Por ello se considera que es a través de mos lo mejor posible de quitarles, ¿no?”(Vanesa,
la confrontación que se logra eliminar la “(auto) Operadora Terapéutica)
imagen de la calle”, que se logra la conexión con Las técnicas y tácticas terapéuticas, entre ellas
los propios sentimientos y, que es la vía más es- el “confronto” son herramientas en esta trans-
tratégica para que los residentes acepten las nor- formación, con las que de modo variable y de
mas de la CT: “o acepta lo que se le dice y cambia, acuerdo a las orientaciones, se debe des-subjeti-
o se va de la comunidad”13. En este orden de var. Bajo este objetivo, el tratamiento en sí se cons-
ideas, la confrontación sirve para “tomar con- tituye en una estrategia a partir de la cual poder y
ciencia de la enfermedad”, y para saber que las saber se implican mutuamente en la producción
acciones y/u omisiones lo afectan a uno mismo y de subjetividad.
a los demás6. Los modos dominantes de tratamiento para
Llegados a este punto, debemos considerar las adicciones suponen, en la mayoría de los casos
que si bien esta técnica incluye un amplio espec- reducir la diversidad de los sujetos a la homoge-
tro de comunicaciones, diálogos e intervencio- neidad del sujeto “adicto”, cuyas características
nes, que van desde la compasión y el más simple definitorias se entrelazan y fundamentan mutua-
interés hasta gritos, denuncias, acusaciones, de- mente con aquellas características que tienen los
safíos, humillación, denigración e insultos cuan- tratamientos. Este ensamblaje no solo otorga in-
do se habla del uso de la confrontación en los teligibilidad y legitimidad mutua a la constitución
tratamientos de adicciones en general y de dro- simultánea del sujeto “adicto” y de su tratamien-
gas en particular, se hace referencia específica- to, sino también a la producción de normativas
mente a aquella clase de intervenciones y devolu- institucionales y prácticas terapéuticas.
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Uno de los mecanismos para homogeneizar tamientos, se producen ciertas asunciones sobre
las diferencias es por ejemplo anular en relación las relaciones entre el sujeto, la realidad y la ver-
al consumo los atravesamientos barriales, cultu- dad. Más precisamente, asumen que la adicción
rales, económicos, sociales, entre otros. Así lo supone una torsión de estos vínculos, o la distor-
refleja el siguiente fragmento: “(hay residentes que sión de estos vínculos promueven la adicción.
consideran que) los demás no son nada (y se Para que el confronto sea terapéutico debe
preguntan)¿en qué me voy a identificar yo con modificar las relaciones previas que el sujeto tie-
éste pibe? Y en realidad tienen un montón de co- ne con la realidad.
sas en común (es decir) vos estás acá porque sos “Evasión”, “distorsión”, “negación”, “deshones-
adicto igual que él, no lo pudiste manejar, te trajo tidad”, “mentira”, son algunos de los calificativos
un montón de problemas a nivel de relacionarte para dar cuenta de las relaciones entre el “adicto”
socialmente, o sea, por ahí con diferente concep- y la “realidad”, vínculos en que la “verdad” se ve
to o de diferente manera, pero en realidad la base comprometida. Poco importa las direcciones y
del conflicto es la misma” (Vanesa, operadora orientaciones de causas y efectos. La técnica debe
terapéutica) actuar sobre esta dimensión, transformarla, para
Otro de los mecanismos de homogeneización que el sujeto asuma la “verdad”, se confronte con
es considerar que todo consumo es abusivo, pro- la “realidad”, modifique sus actitudes a través del
blemático, anulando otras modalidades como claro conocimiento de sí, aportado por otros:
puede ser el uso recreativo, social: “acá te dicen “me gritaban que era mentira que quería a mi
que la ilusión de control no existe, que es una hijo porque decían que si yo realmente quería a
pura excusa que hace tu cabeza, o dicen que ellos mi hijo no me iba a estar acostando con cual-
no conocen a nadie que consuma con éxito (en quiera. A mí me dolía pero después entendí que
forma controlada); (Pero) Yo sí y dentro de mi era cierto” (Carla, residente).
familia hay una hermana que consume con éxito El confronto, involucra a otros que intervie-
hace muchos años, estudió la carrera de psicolo- nen en el conocimiento y el reconocimiento de la
gía, se recibió con un excelente promedio, trabaja verdad por parte del “adicto”. El conocimiento
en lo que le gusta y consumió drogas toda su sobre el que se habla, en general no es neutro ni
vida. Qué sé yo, capaz que ella puede manejar el inocuo, involucra aquellos rasgos o característi-
consumo y yo no, no sé, pero hay consumidores cas morales “negativas”, “ilegales”, “deshonestas”
sociales. Acá (es) como que lo que te dicen ellos y “estigmatizadas” como por ejemplo tener “acti-
es la verdad absoluta” (Marcos, Residente). tud cómoda”; “antihigiénica”; “no tener amor
Desde esta perspectiva, y bajo estas circuns- responsable”; “usar el léxico de la calle”; “cuestio-
tancias se pronostica un final que siempre está nar los límites”; “ser soberbio”. Estas actitudes a
vinculado a lo trágico: “(la adicción) es incurable, confrontar son las que de acuerdo a la institu-
progresiva y mortal. (…) todos empiezan pro- ción caracterizan a los sujetos como “adictos”.
bando y terminan con diez gramos de cocaína, Ello se desprende de la siguiente nota de campo:
hechos mierdas o en el cementerio, en la cárcel o Con el objetivo de confrontar a un residente para
postrado en una silla de ruedas. Otro final no “ayudarlo porque vemos que no está haciendo
tiene la adicción. Y hay una cuarta opción que es nada por él” los operadores terapéuticos hacen
la rehabilitación” (José, Operador terapéutico) uso de una herramienta terapéutica a través del
La técnica del confronto involucra diferentes cual toda la casa comienza a confrontar sus acti-
dimensiones de la realidad y vida cotidiana: epis- tudes negativas que se despliegan una tras otras
temológicas, económicas, políticas y éticas. En sin respiro y sin la espera de una respuesta, por el
primer lugar, en el confronto se asume cuestio- tiempo que demande (que puede llegar a una
nes acerca de la realidad, la negación, la verdad, el hora). Así lo expresa un residente: “Depende de
saber, el conocer, y reconocer por parte de los lo que sepamos de él le damos con un caño: ¿por
usuarios/as de drogas, es decir, se juega una di- qué no aprovechás el tratamiento?; ¿por qué sos
mensión epistemológica. tan irónico?; ¿por qué sobrás a la gente?; ¿Por qué
En epistemología o también llamada filoso- te das permiso? y también cosas de su vida ¿por
fía de la Ciencia, la confrontación involucra com- qué no te hacés cargo de tu papá?; ¿por qué ha-
plejas relaciones entre el saber y la realidad que cías prostituir a tu mujer? Y así pim, pam, pum
hacen que el conocimiento científico tenga un es- pero sin dejar que responda para que se confun-
tatuto diferente de la metafísica y del sentido co- da y reaccione ¿entendés?” (Manuel, Residente)
mún. Los tratamientos que involucran el con- Este tipo de confrontaciones lleva a confun-
fronto o por involucrar al confronto en los tra- dir, a desestructurar al sujeto. Al no dar lugar a la
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réplica, el confrontado debe asumir sin más todo cís, ¿viste?’ (Marcos, residente); ‘a mí loco me ver-
lo “malo” que se dice de él, pero además debe ne- dugueaban en la calle, no vengo acá para ser ver-
cesariamente modificar la actitud confrontada – dugueado. Yo vengo acá para que me ayuden ¿en-
o al menos fingir haberla modificado- si no, tan- tendés? A mí ya me verduguearon bastante, la
to los pares como los terapeutas volverán a con- policía, en el penal, en muchos lados, no quiero
frontarlo las veces que sea necesario hasta que que me verdugueen en la comunidad terapéuti-
logre esa transformación. Así es explicado cómo ca” (Carlos, residente)
se confronta una actitud: “cambialo, cambialo y En este doblegar, quebrar al otro, desestabili-
así hasta que no lo cambiás no te vas a dejar de zarlo es donde la dimensión de poder que se jue-
sentar en esa silla, que es un garrón sentarte en esa ga en el confronto se hace visible y evidente. Es
silla y que te caguen a gritos” (Carlos, Residente) decir, donde la técnica se convierte en una táctica
Restringida en un principio a relaciones entre de poder.
pares, el uso del confronto fue integrado tam- Por esta singular combinación, el confronto
bién en relaciones asimétricas, específicamente tiene propiedades paradojales que generan una
operadores y terapéutas. Para que pueda pro- suerte de profecía auto-cumplida. Partiendo de la
mover la transformación subjetiva, el confronto perspectiva que sostiene que el “adicto”, como cons-
atraviesa todo el espectro de vínculos y áreas de tructo homogéneo, tiene determinadas relaciones
la vida cotidiana. Por esta razón, las técnicas con- con la realidad y la verdad, este conjunto de técni-
frontacionales obligan y hasta en algunos casos cas y tácticas confrontacionales termina produ-
buscan doblegar, quebrar a las personas, como ciendo, en su mismo desarrollo, el tipo de sujetos
condición necesaria para que conozcan y reco- que busca erradicar. Asumiendo por principio que
nozcan estas realidades y verdades. los adictos “mienten”, son “deshonestos” o “va-
Esta búsqueda de quebrar a la otra persona gos”, con frecuencia se busca o se fuerza que los
está vinculada con la premisa teórica de estas te- adictos reconozcan que están “mintiendo”, son
rapias catárticas que entienden que un amplio “vagos” o no asimilan la “realidad” como parte
espectro del sufrimiento humano tiene sus raíces inherente de las prácticas cotidianas y terapéuti-
en los sentimientos reprimidos que pueden ser cas. La búsqueda de la terapéutica opera en el
aliviados mediante técnicas que faciliten la libe- pasaje que deben lograr los residentes del “con-
ración emocional. La confrontación verbal re- trol” al “autocontrol”: “lo que tiene el dinámico es
sultó, para estas terapias el medio más eficaz de que vos le gritás a la persona lo que te parece, son
la participación y el cambio de conducta adicti- varias actitudes que vos le decís, no? Acá te dicen
va11: “capáz que al otro vos le hablás, le hablás y que si una es verdad, vos te tenés que hacer cargo
sigue igual (entonces) lo agarrábamos entre tres, de todas, ¿entendés? y capaz que nada que ver, y
le gritábamos, descargábamos todo lo que pen- como te dijeron una que era verdad, vos tenés que
sábamos y lo que sentíamos y me metía en la decir todas que sí, y es horrible.
familia y me metía en los sentimientos de él, del - ¿Y qué pasa si decís que no te hacés cargo de
padre, del hermano, lo que fuere, hasta que lo determinadas actitudes que te remarcaron?
hacía quebrar, ¿entendés? - Y si decís que no, como que se pudre todo,
-¿Ese era el límite? te tenés que hacer cargo sino por ahí sacan a to-
- Claro, esos eran como los métodos que uti- dos a baldear la casa” (Marcos, Residente).
lizábamos para poder ayudar y para ayudar- De esta manera, se fuerza a mentir y a ser
se uno mismo, porque a mí también me hacía deshonesto (es decir, asumir las mismas actitudes
bien” (Gustavo, Residente) que el tratamiento pretende modificar) hacién-
En los relatos es muy habitual encontrarse dose cargo de actitudes que no consideran tener
con esta noción de ayudar y ayudarse a través del sin la posibilidad de defenderse o excusarse.
espejo con las actitudes del otro. El problema Lo mismo sucede cuando el residente no se
radica cuando esta “ayuda” está íntimamente re- acerca al estereotipo creado por la CT: aquel que
lacionada con el objetivo de quebrar a la otra tiene un pensamiento crítico es compelido a tra-
persona: “por más que acá te digan que lo que te vés de estos mecanismos a adoptar las actitudes
perjudica te ayuda yo creo que no, que lo que te propias del estereotipo: “me dicen que por haber
perjudica, te perjudica, y me estás perjudicando y estudiado psicología, utilizo eso para creerme
me estoy resintiendo, ¿entendés? porque me es- mejor que las chicas. Así me colocan en un lugar,
tás cagando a pedos, me estás haciendo hacer me etiquetan y siguen sin escucharme, como afue-
cosas que no quiero y me estoy enojando con ra. Eso no me ayuda, entonces tengo que dejar de
vos, no es que me estás ayudando como me de- hablar, de pensar (entonces) ¿no puedo utilizar
1872
Garbi SL et al.

lo que sé?’ (Eugenia, Residente); “no podés pen- a sus intereses, o bien, manteniendo sus hábitos
sar diferente a lo que piensa el grupo porque te de conducta y su moral de forma clandestina. Esa
van a avasallar de todos lados. el staff me dice resistencia a la influencia es lo que se llama ´con-
que a mí la inteligencia se me pone en contra, en formidad simulada´, que consiste en aceptar de
el único lugar donde me pueden decir esas cosas forma pública un comportamiento o un sistema
es acá, ¿entendés? dicen que al ser inteligente le de valores sin adherirse a ellos de forma privada
buscás mucho la vuelta, son cosas que yo no com- (conversión o internalización)”15.
parto mucho, pero sabés que no podés expre- Pero aún sosteniendo que la conducta de los
sarlo, porque te sancionan. Pero bueno, ya está, residentes no sea simulada, es necesario reparar
estoy acá adentro, estoy en el baile, hay que bai- en que la evaluación se refiere a su conducta den-
lar’ (Marcos, Residente) tro del ámbito institucional, es decir, se evalúa su
En este sentido “estoy en el baile, hay que bai- conducta en función de si se adaptó o no a las
lar”, supone adoptar ciertas estrategias adaptati- normas de la “casa” más allá de considerar el
vas que le permiten al residente atravesar, con ámbito cotidiano donde seguirá desarrollando
“éxito”, el tratamiento. Esto implica que al ser su vida una vez que obtenga el alta.
observados, los residentes hagan lo que se espera Es dable pensar que esta falacia de considerar
de ellos, finjan adoptar actitudes, sentimientos, que tal adaptación es extrapolable a las condicio-
acciones acordes a las promovidas por los trata- nes de libertad termine promoviendo otra de las
mientos. Desde la perspectiva del interaccionis- profecías autocumplidas: la elevada tasa de rein-
mo simbólico, Ervin Goffman14 señala que toda cidencia en el consumo: “hace tiempo que se fue-
interacción social constituye una actuación (per- ron diez de alta y recayeron los diez, ¿entendés?
formance), es decir, un papel representado ante una Es como que hay muchísima falla, chicos que
audiencia. En este sentido Goffman considera que han estado un año acá y al día recayeron y están
cuando se presenta en público, el sí mismo de las internados otra vez, y digo, ¿cómo puede
personas (self), es el resultado de un proceso de- ser?”(Marcos, Residente)
nominado “manejo de impresiones” (impressio- Sin un replanteo profundo de las bases sobre
ns managment) a través del cual controla las im- las que se sustenta ésta táctica, la escasa eficiencia
presiones que se forman de él y las clases de cosas de estas instituciones seguirá estando limitada a
que él puede y no puede hacer mientras realiza su terminar con éxito el tratamiento, un éxito que
representación, con la finalidad de elaborar una como dijimos sólo remite a un “saber actuar”.
imagen de sí mismo conforme a los deseos del
otro (de la audiencia)14. En una CT, representar
una buena imagen de sí mismo es condición para Consideraciones finales
obtener el alta. Al ser la conducta observable un
indicador de la transformación subjetiva, es es- En este artículo hemos puesto en evidencia cómo
perable entonces, que éstos presenten a su sí mis- el confronto como técnica de subjetivación, tra-
mo, y si es necesario, simulen su comportamien- za cuestiones atinentes no sólo a las terapéuticas,
to o falseen su conducta frente a cualquier obser- sino también a las moralidades. Este proceso
vador con capacidad o influencia en su evalua- supone que una vez que el residente, ha adquiri-
ción operando funcionalmente lo que Gustavo do la “conciencia de enfermedad” y está dispues-
Hurtado denomina obediencia fingida8. to a curarla, debe interiorizar su “nueva imagen”
Haciendo un paralelo con el tratamiento en el y debe asumirse como “adicto”, con todos los
contexto penitenciario, Adelantado15 a propósito rasgos que esta identidad supone. Este estereoti-
de analizar los programas de intervención peni- po condena al usuario/a a llevar este estigma du-
tenciaria en Cataluña sostenía lo siguiente: “el ob- rante el resto de su vida. Esta situación además,
jetivo manifiesto de la institución es cumplir el se convierte en paradojal considerando que se
mandato legal resocializador, aunque el objetivo ingresa a una institución de salud para curarse
latente es el mantenimiento del orden interior. (…) de un estado que la propia institución califica
La conformidad aparece como una forma de ne- como “incurable”.
gociación entre el interno y la institución sobre la Según Castel y Coppel16, gracias a esta teoría
forma de definir la realidad; pero frente a la dis- los usuarios/as admiten su peso, se reconocen
tribución asimétrica del poder y de la definición vencidos por el producto y con una personali-
sobre la necesidad y condiciones de la reeduca- dad endeble, siempre tentados a perder la volun-
ción, los internos se defienden con la desidia fren- tad de sostener el autocontrol. En este sentido, se
te a las actividades propuestas que no responden desculpabilizan por su debilidad, y asumen vice-
1873

Ciência & Saúde Coletiva, 17(7):1865-1874, 2012


ralmente que deben vivir con ese estigma y en de los cuales se instrumentaliza el gobierno de las
abstinencia, sin el producto de su adicción que poblaciones vulnerables19. Mediante -en aparien-
siempre los tienta a volver15. La fuerza de esta cia- distintas tecnologías de poder se busca nor-
creencia ha supuesto entonces, la asunción de la malizar lo desviado, en su paso por los distintos
“enfermedad”, la necesidad de la “cura”, el pasaje dispositivos de control. En el caso de las adiccio-
por el tratamiento de “desobjetivación” y la ad- nes, la normalización, para los modos dominantes
quisición de una “nueva identidad” para toda la de los tratamientos supone, en la mayoría de los
vida. De este modo, “los residentes realizan el tra- casos reducir la diversidad de los sujetos a la ho-
tamiento para recuperar “su voluntad” frente a mogeneidad del sujeto “adicto”. Uno de los meca-
la “tentación”, así como la capacidad para tomar nismos para homogeneizar las diferencias es por
decisiones con responsabilidad”17. ejemplo anular en relación al consumo los atra-
El problema del poder en las prácticas tera- vesamientos barriales, culturales, económicos,
péuticas no puede excluir el problema de la des- sociales, entre otros. De esta manera, se incluyen
igualdad y de las diferencias sociales. En el caso dentro de modelos homogéneos, consumo, prác-
que nos ocupa, la mayoría de las personas insti- ticas, trayectorias, sustancias y ritmos por com-
tucionalizadas en las comunidades terapéuticas pleto heterogéneos. Una vez configurado al “adic-
investigadas provienen de poblaciones margina- to” como constructo homogéneo, se despliega
lizadas de la Ciudad y del Gran Buenos Aires lo una serie de técnicas de control que tienden a la
que hace insoslayable analizar el confronto en normalización y producción de nuevos sujetos.
articulación, relación y correspondencia con otras Es posible reconocer en estas técnicas, presentes
técnicas y prácticas que tienen lugar por fuera de en los más variados dispositivos por los que atra-
los contextos terapéuticos. Aún cuando son re- viesan las personas que consumen drogas y pro-
conocidas como un legado de otros países y de vienen de las poblaciones más vulnerables, los
diferentes orientaciones terapéuticas, el análisis modos de gobernar a dichas poblaciones.
del confronto no puede desconocer la existencia En este sentido, el análisis del confronto no
de un conjunto de prácticas locales de des-subje- puede dejar de señalar la necesidad de realizar un
tivación que atraviesan diversas instituciones y estudio posterior de las características de la dis-
áreas de la vida cotidiana. persión social de este conjunto diverso de técnicas
La mayoría de las personas consumidoras de confrontacionales (en interrogatorios, castigos,
drogas que provienen de estas poblaciones han etc.). Desde esta perspectiva, el confronto se ve cues-
tenido otras experiencias con prácticas y técnicas tionado también en su aparente originalidad y por
afines, semejantes o parcialmente relacionadas lo tanto en su eficacia terapéutica para producir
por origen en institutos de menores, comisarías, una transformación subjetiva que recale en una
cárceles, incluso en algunos casos en hospitales mejoría para el usuario/a. Estas técnicas no sólo
y/o en sus propias familias18. Estas instituciones, estarían en sintonía con experiencias y vínculos ya
a través de sus prácticas discursivas y extradis- existentes en estas otras instituciones sino también
cursivas, se constituyen en dispositivos a través las perpetúan y profundizan en el tiempo.

Colaboradores

SL Garbi, MC Touris y M Epele han desarrollado


las siguientes actividades para ser consideradas
como tales: contribuyeron al desarrollo de ideas
y diseño para el estudio: realizaron la recolección
de datos, al igual que su análisis e interpretación;
redactaron el artículo, revisaron y aprobaron la
versión final a publicarse.
1874
Garbi SL et al.

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