INSTITUCION: Instituto Tecnologico de Los Mochis MATERIA: Ahorro de energia GRUPO: A81
ALUMNO: Romero Miranda Herman Edel 17441102
MAESTRO: Ing. Marte Alberto Valdez Garcia
FECHA: 08 – Noviembre – 2020
El ámbito energético se enfrenta actualmente a tres grandes retos: la competitividad directamente relacionada con la disminución de la intensidad energética (lo que se denomina el desacoplamiento del aumento del consumo energético con el desarrollo económico), el cambio climático y la seguridad de suministro. En cualquiera de las soluciones estudiadas para resolver estos desafíos se encuentra la optimización de la demanda, mediante la eficiencia y el ahorro energético, por ser la más inmediata y barata de aplicar y porque aporta reducciones de costes y ahorro de recursos a corto plazo. Además, la eficiencia energética es la principal opción para alcanzar el objetivo de emisiones de gases de efecto invernadero, pudiendo contribuir a su reducción hasta en un 43% los próximos 20 años. La Norma ISO 50001 puede ser implantada por cualquier organización, independientemente de su tamaño, sector y ubicación. No establece requisitos absolutos para el desempeño energético más allá de los compromisos incluidos en la política energética, del cumplimiento de los requisitos legales aplicables y la mejora continua. Tampoco establece por sí misma criterios de rendimientos con respecto a la energía. Por otra parte, los conceptos de alcance y límites dan flexibilidad a la organización para definir lo que está incluido en el Sistema de Gestión Energética. Según la ISO 50001, el concepto de desempeño energético incluye el uso de la energía, la eficiencia energética y el consumo energético, por lo que la organización puede elegir entre un amplio rango de actividades de desempeño energético. En definitiva, la Norma ISO 50001 constituye una herramienta útil y eficaz para dar cumplimiento de forma continua a la legislación vigente en la materia, para facilitar el cometido de los Gestores Energéticos, y para implantar y realizar el seguimiento de actuaciones procedentes de auditorías energéticas. Además, permite ahorrar costes, mejorar el rendimiento energético y, por tanto, mejorar la competitividad disminuyendo, a su vez, el consumo de energía primaria, las emisiones de CO2, la dependencia exterior y la intensidad energética. Implementar medidas de ahorro y eficiencia energética, es muy importante contar con una normativa oficial que homogeneice y adapte el uso eficiente de la energía en los estados y municipios, así como en el tejido industrial y empresarial. La Comisión Nacional para el Uso Eficiente del a Energía (CONUEE), es el ente regulador en México de los requisitos mínimos para mejorar el desempeño energético de las instalaciones. Dentro de las normas en funcionamiento en México, las Normas Oficiales Mexicanas (NOM), son regulaciones técnicas de carácter obligatorio. A su vez, existen normas voluntarias elaboradas por los Organismos Nacionales de Normalización (ONN), dependiente de la Secretaría de Economía, que complementan a las normas oficiales y que pueden dejar de tener carácter voluntario si los organismos públicos comienzan a exigirlas. La preocupación por mejorar la competitividad de las empresas con la imperiosa necesidad de reducir la intensidad energética, la amenaza del cambio climático por el aumento tendencial de las emisiones, el reto de mejorar la seguridad energética disminuyendo la dependencia externa, junto con la necesidad de satisfacer la creciente demanda de energía plantean, en conjunto, importantes retos en materia energética. Ante dichos desafíos y aun no existiendo una solución única, las enmiendas al modelo pasan por la mejora de la eficiencia energética en la demanda y la implantación de tecnologías no emisoras en la oferta. La eficiencia energética se constituye como la principal opción para alcanzar el objetivo de disminución de emisiones de CO2 por el lado de la demanda, según la IEA (International Energy Agency) en su último informe de 2010 “perspectivas sobre tecnología energética: escenarios y estrategias hasta el año 2050” sólo está iniciativa supondrá una disminución de un 43%. A la hora de introducir mejoras en la eficiencia energética en un edificio es muy importante tener en cuenta la envolvente. En ese sentido, la NOM-020-ENER-2011 limita la ganancia de calor de los edificios para uso habitacional a través de su envolvente, con objeto de racionalizar el uso de la energía en los sistemas de enfriamiento. Por otro lado, para uso no residencial se utiliza la norma NOM-008-ENER-2001. Concretamente, para el aislamiento térmico, la norma NOM-018-ENER-2011 establece las características y métodos de prueba que deben cumplir los productos, componentes y elementos termoaislantes, para techos, plafones y muros de las edificaciones. Dentro del sector de la edificación, además existen otras normas que tratan las características del vidrio y sistemas vidriados NOM-024-ENER- 2012 así como normas que tratan los valores de coeficiente de transferencia de calor NOM- 020-ENER-2011. La eficiencia energética en el sector industrial viene regulada por otra serie de normas que controlan los sistemas de aislamiento térmicos industriales (NOM-009-ENER-2014), los motores (NOM-010-ENER-2004, NOM-014-ENER-2004 y NOM-016-ENER-2016), bombas y sistemas de bombeo (NOM-001-ENER-2014, NOM-006-ENER-2015), transformadores de distribución (NOM-002-SEDE/ENER-2014), máquinas tortilladoras mecanizadas (NOM-019- ENER-2009) y aparatos de refrigeración (NOM-022-ENER/SCFI-2014). Aunque el documento que constituye la política de gestión de la energía puede realizarse a imagen y semejanza de políticas similares en otras modalidades de gestión, los objetivos estratégicos que marcan las prioridades de la organización en materia energética son diferentes de los establecidos bajo un enfoque medioambiental o de calidad. La política energética de cualquier organización debe estar basada en la inclusión de los compromisos de mejora continua en términos de desempeño energético, de apoyo a la adquisición de productos y servicios energéticamente eficientes y el diseño para mejorar el desempeño energético propiamente dicho. También esta política estará fundamentada en el cumplimiento de la legislación y reglamentación aplicable a esta materia, así como de otros compromisos que se suscriban de forma voluntaria. Otra de las singularidades a tener en cuenta es la necesidad de familiarizarse con un marco legislativo que requiere la identificación de requisitos legales emanados de unas fuentes legislativas diferentes a las medioambientales o preventivas. En el ámbito industrial, la fuente principal es el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en cuya página web se encuentra de forma muy completa la reglamentación de las instalaciones a considerar para una adecuada gestión de la energía, que a su vez se encuentra englobada en las disposiciones sobre seguridad industrial. En el ámbito de la edificación se ha desarrollado un marco reglamentario específico a través de la aprobación de disposiciones como el Real Decreto 235/2015, que establece el procedimiento básico para la certificación reglamentaria de eficiencia energética de edificios, el Real Decreto 1027/2007 de aprobación del Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) o la Orden FOM/1635/2013 por la que se actualiza el Documento Básico DB-HE “Ahorro de Energía”. Estas disposiciones vienen a potenciar los principios de optimización y eficiencia energética de los Planes de Acción, necesarios para disminuir las emisiones globales de GEI en las edificaciones (que constituyen el núcleo principal de emisiones de fuentes fijas de origen no industrial) y aportan directrices para el ahorro energético en edificios. En el ámbito de productos relacionados con la energía, existe la Directiva 2010/30 UE que establece un marco para la armonización de las medidas nacionales relativas a la información al usuario final, en especial por medio del etiquetado y la información normalizada sobre el consumo de energía y, cuando corresponda, otros recursos esenciales por parte de los productos relacionados con la energía durante su utilización, así como otra información complementaria, de manera que los usuarios finales puedan elegir productos más eficientes. Control de las operaciones En la práctica, el control de las operaciones energéticas supone que se deben establecer procedimientos e instrucciones de trabajo de forma que permitan el control y la reducción del consumo energético y, que tengan en cuenta, entre otros, los siguientes requisitos: • Procesos energéticos implicados y el desarrollo de sistemáticas de eficiencia energética para equipos e instalaciones. • Reglas claras de mantenimiento que persigan una mayor eficiencia energética. • Diseño de instalaciones y, en su caso, productos. • Procedimientos de compras para equipos, instalaciones y suministros de energía. En general, los procedimientos e instrucciones de trabajo para el control de las operaciones deben incluir la realización de estudios de balances de materia y energía en las instalaciones, pues la información que se derive de esta actividad de control unido a la información originada por las mediciones asociadas constituye el conjunto de registros específicamente energéticos cuyo análisis permite justificar objetivos de mejora. El estudio comparativo energético puede ser aplicable a uno o a todos los elementos de una organización. Siempre que se disponga de la información relevante y precisa, el estudio comparativo es un elemento de entrada valioso para una revisión energética objetiva, y para el consiguiente establecimiento de los objetivos y metas energéticas. Una auditoría o evaluación energética comprende una revisión detallada del desempeño energético de una organización, de un proceso o de ambos. Está basada generalmente en la medición y la observación del desempeño energético real. Los resultados de la auditoría incluyen generalmente información sobre el consumo y el desempeño reales y pueden ser acompañadas de una serie de recomendaciones categorizadas para la mejora del desempeño energético. Las auditorías energéticas son planificadas y realizadas como parte de la identificación y priorización de las oportunidades de mejora del desempeño energético. Un período adecuado para los datos significa que la organización tiene en cuenta los requisitos regulatorios o las variables que afectan el uso y el consumo de la energía. Las variables pueden incluir el clima, las estaciones, los ciclos de actividades comerciales y otras condiciones. Algunas entidades que rigen la Normatividad energética que existen en el mundo son las siguientes: • Organización de Estados Americanos (OEA) – Departamento de Desarrollo Sostenible Esta entidad apoya a los Estados miembros de la OEA en el diseño y la implementación de políticas, programas y proyectos orientados a integrar las prioridades ambientales con el alivio de la pobreza y las metas de desarrollo socioeconómico. • Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (OSINERGMIN) Organismo público encargado de supervisar y fiscalizar el cumplimiento de las disposiciones legales y técnicas de las actividades que desarrollan las empresas en los subsectores de electricidad e hidrocarburos, así como el cumplimiento de las normas legales y técnicas referidas a la conservación y protección del medio ambiente. • Ministerio del Ambiente Es el organismo rector de la política nacional ambiental. Tiene como objetivo planificar, promover, coordinar, controlar y velar por el ambiente y el patrimonio natural de la Nación. • Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) Programa de las Naciones Unidas con la misión de dirigir y alentar la participación en el cuidado del medio ambiente inspirando, informando y dando a las naciones y a los pueblos los medios para mejorar la calidad de vida sin poner en riesgo las de las futuras generaciones. Además de los planes de acción enfocados en alcanzar mejoras específicas en el desempeño energético, una organización puede tener planes de acción que se focalicen en alcanzar mejoras en la gestión global de la energía o en la mejora de los procesos del SGEn. Los planes de acción para estas mejoras pueden establecer la forma en que la organización verificará los resultados alcanzados mediante el plan de acción. Por ejemplo, una organización puede tener un plan de acción diseñado para lograr una mayor toma de conciencia entre sus empleados y personal contratado respecto al comportamiento frente a la gestión de la energía. El grado en que este plan de acción logra una mayor toma de conciencia y otros resultados, debería verificarse mediante un método determinado por la organización y documentado en el plan de acción. Una organización debería evaluar aquellas operaciones que están asociadas con sus usos significativos de la energía y asegurar que son conducidas de una manera tal que controlen o reduzcan los impactos adversos asociados con ellas, de forma de cumplir con los requisitos de su política energética y de alcanzar sus objetivos y metas. Esto debería incluir todas las partes de sus operaciones, incluyendo las actividades de mantenimiento. Bibliografía (s.f.). Obtenido de https://www.gob.mx/conuee/documentos/normas-oficiales-mexicanas-de- eficiencia-energetica-89073
(s.f.). Obtenido de https://www.energiaadebate.com/energia-limpia/mexico-cuenta-con-32-noms-
de-eficiencia-energetica-en-vigor/
(s.f.). Obtenido de https://www.pucp.edu.pe/climadecambios/recursos-de-