Profesora: ***
Alumnos: ****
Hall (1983) quien nos dice que “La complejidad puede definirse como el
grado de conocimiento requeridos para producir el resultado de un sistema”.
La organización es un conglomerado de variables que continuamente están
cambiando y de las cuales formamos parte. Existen Gente, redes de datos,
instalaciones, proveedores, insumos en proceso de transformación, etc. y
todas ellas se encuentran en constante interacción, cambio y movimiento.
Los resultados de las acciones de algunas variables sirven para alimentar
procesos y conductas de otras variables en una serie de ciclos y lazos de
retroalimentación invisibles para el ojo humano pero con vida propia. La
Organización es compleja porque es imposible monitorear y controlar el total
de las variables que la forman. De hecho vivimos dentro de una ecología
organizacional, donde todas las entidades forman sistemas dinámicos y en
constante evolución hacía niveles mayores de Complejidad.
Gibson (1987):
Plantea que aprendizaje organizacional, se refieren al proceso a través del
cual y como resultado de la experiencia, se produce una cabal comprensión
de las conductas de cambio relativamente duradero, en consecuencia, el
estudio de las tendencias del aprendizaje organizacional aparece como una
interesante tendencia de análisis científico, ya que permitiría identificar las
etapas de aprendizaje y sus condicionantes en la organización.
La teoría de Luhmann (1971:
Presenta con claridad, que la complejidad del entorno debe ser aprendida
por el sistema –social– para que éste pueda efectivamente reducir la porción
del entorno que puede generar complejidad para el sistema –empresa–. Sin
embargo, Habermas (1996) tiene una visión un poco más amplia y que
constituye una de sus críticas a la teoría del sentido propuesta por Luhmann.
Habermas (1996) dice que posiblemente Luhmann no se ha percatado de que
en los sistemas sociales existen dos fuentes de complejidad, y que puede que
incluso éstas estén relacionadas. La primera es la complejidad que proviene
efectivamente del ambiente (la cual se aprende y reduce, a través de la
definición de sentido propuesta por Luhmann) y la segunda es la complejidad
que proviene del propio sistema. En los sistemas sociales esto es algo que se
puede ver claramente al analizar las posibilidades –dificultades– propias del
sistema de adaptarse a cambios repentinos en el ambiente, pero además,
existen fuentes mucho menos obvias y que también tienen gran importancia
a la hora de relacionar todos los conceptos. Ésta es la complejidad que
generan las partes constituyentes del sistema, que en el caso de las empresas
y de todos los sistemas sociales humanos, son las personas. La fuente de
complejidad que aportan las personas al propio sistema es muy importante.
Representa un tipo especial de complejidad, ya que en ella se unen las
capacidades destructivas y las constructivas para el sistema, ya que la
capacidad de aprender y de desarrollar habilidades beneficiosas para la
empresa es posible sólo en las personas. Ahora, después de esta acotación,
se puede decir que para un sistema social las fuentes de complejidad son
externas –del ambiente– e internas –del propio sistema–.
Marlasca (1997):
Al estudiar las “Dimensiones éticas del obrar humano y la Naturaleza humana
y actos humanos”17, proporciona argumentos de complejidad propios del
comportamiento humano, especialmente integrado en sociedad. Sin
embargo, los límites que se identifican en la empresa, permiten que se pueda
decir que las características psicológicas de las personas son parte
constituyente del sistema y además, de acuerdo con lo indicado, son una
fuente de complejidad interna del sistema mismo. La complejidad está
dentro de los límites de la organización, está dentro de su estructura –que
debe ser siempre menos compleja que la que abarcan los límites de ésta–, y
naturalmente existirá complejidad más allá de los límites de la empresa, en el
mercado total en el cual se encuentra inserta y que constituye uno de los
subsistemas clásicos de la sociedad, asumida esta última como ambiente
global. La empresa posee, en consecuencia, complejidad por el accionar
motivado por cuestiones psicológicas, por el accionar determinado por los
límites de la organización, y por el accionar motivado por las características
coyunturales del mercado, más allá de que algunas de las perturbaciones que
se puedan generar estén fuera de las fronteras de la empresa. Esto quiere
decir por ejemplo, reconocer los impactos del crecimiento económico,
situación de la economía mundial, capacidades de la economía de salir de
una crisis, en general las políticas fiscales y económicas, tanto nacionales
como internacionales –si es que dentro de los límites de la empresa está la
información internacional–, terminan por afectar el comportamiento de los
sub sistemas, etc.
Robbins (1990,):
define la complejidad organizacional en base a las siguientes variables:
Diferenciación horizontal:
Diferenciación horizontal:
La diferenciación horizontal se refiere a la forma en que están subdivididas
las tareas desarrolladas por la organización. Para desgracia de la claridad del
concepto, existen dos formas básicas en las que pueden subdividirse dichas
tareas y dos formas en las que se mide la complejidad. La primera forma en
que las tareas se pueden subdividir es dándole a especialistas altamente
calificados una gama amplia de actividades que deben 6 desarrollar, mientras
que la segunda es subdividir las tareas de manera que las puedan realizar no
especialistas. El primer enfoque se ejemplifica por profesionales o
trabajadores muy especializados dentro del ambiente organizacional, que
son los únicos responsables de las operaciones completas. (Para una
discusión del trabajo organizado por especialidades véase Stinchcombe,
1959; para un conocimiento amplio de la naturaleza del trabajo controlado
profesionalmente, véase Ritzer y Walczak, 1986.) A tal personal se le da la
responsabilidad y la autoridad para llevar a cabo la tarea hasta su
terminación. La segunda forma de diferenciación horizontal se ve con mayor
claridad en la línea de ensamble, donde cada obrero desempeña sólo una o
unas cuantas tareas repetitivas. Aquí, la naturaleza de la tarea misma es
importante, puesto que es la tarea rutinaria y uniforme la que es más
adecuada para el segundo tipo de diferenciación; las tareas no rutinarias y
muy variadas se subdividen por lo común de acuerdo con el primer tipo.
Varios escritores han elaborado estudios sobre la primera forma de
complejidad horizontal. Hage (1965) define la complejidad como la
“especialización en una organización... medida por el número de
especialidades ocupacionales y la duración de la capacitación necesaria para
cada una. Mientras mayor sea el número de ocupaciones y el periodo de
capacitación que se requiere, más compleja es la organización” (p. 294). La
hipótesis de Hage es que mientras más capacitación tenga la gente, más se
diferencian de otras personas que tienen niveles similares de capacitación
pero en diferentes especialidades. Esta definición es casi idéntica en sus
implicaciones a la de Price (1968), que señala: “se define la complejidad
como el grado de conocimiento necesario para elaborar los productos de un
sistema. Se mide el grado de complejidad de una organización por el grado
de educación de sus miembros. Mientras mayor sea la educación, más es la
complejidad”.
Diferenciación vertical:
Dispersión espacial:
El último elemento en la complejidad, la dispersión espacial, puede ser en
realidad una forma de dispersión horizontal o vertical. Es decir, las
actividades y el personal pueden estar dispersos en el espacio, de acuerdo
con funciones ya sean horizontales o verticales, por la separación de centros
de poder o tareas. Un ejemplo del primer caso, serían las oficinas de campo
de organizaciones de ventas o de bienestar, donde las tareas desempeñadas
por las diversas oficinas de campo son en esencia, idénticas (una complejidad
baja en el eje horizontal) y el poder en la organización está diferenciado
entre la oficina central y las oficinas de campo. Un ejemplo del segundo caso
serían las plantas locales de una corporación manufacturera, cada una de las
cuales está especializada por producto y tecnología. La dispersión espacial se
convierte en un elemento separado en el concepto de complejidad, cuando
se comprende que una organización puede desempeñar las mismas
funciones con la misma división de labores y arreglos jerárquicos en múltiples
localidades. Por ejemplo, una empresa de negocios tiene una serie compleja
de procedimientos de ventas que requieran personal de ventas muy
especializado en el campo. Se puede distribuir este personal de ventas desde
una oficina central o por conducto de oficinas regionales, estatales o locales,
en esencia con la misma disposición jerárquica. Así, se incrementa la
complejidad con el desarrollo de actividades dispersas espacialmente,
aunque la diferenciación horizontal y vertical permanezca igual a través de
las unidades separadas en el espacio. El concepto de dispersión espacial es
relativamente sencillo de operar. Uno cuenta solo el número de ubicaciones
donde una organización tiene oficinas o plantas. De manera alternativa, uno
crea sólo la proporción del personal de una organización que trabaja lejos de
la oficina matriz (Raphael, 1967; Hall, Haas y Johnson, 1967b).
Bibliografía:
https://www.psicologia-online.com/complejidad-organizacional-las-
estructuras-organizacionales-1736.html.
http://www.eumed.net/cursecon/libreria/2004/aca/2.pdf.
http://www.saludcolectiva-unr.com.ar/docs/SC-189.pdf