¿Cómo se manifiesta el pecado en la vida matrimonial y en la dinámica familiar?

En definitiva, la antropología cristiana nos brinda este segundo dato “el pecado
original” para intentar comprender a la persona humana y/o nosotros mismos y que
no es más que el rostro de la ruptura que cobra mil formas en la vida cotidiana.

Estas rupturas que se producen a consecuencia del pecado original se plasman en las
relaciones fundamentales con Dios, consigo mismo, con su compañera y finalmente
con la tierra. Por tanto considero que el pecado deteriora la relación interpersonal
hombre-mujer y corrompe la naturaleza del matrimonio afectando la dinámica
familiar. A lo largo de la historia la realidad dolorosa del mal en el mundo, la aparente
omnipresencia de la injusticia, el odio, la envidia, el miedo, el hambre, la corrupción,
ha sido siempre objeto de cuestionamiento profundo.

Y ante lo vertido en el audio del P. Bojorge me permite entender que el pecado original
no se manifiesta de la misma forma en el varón y la mujer. En resumen, en el varón se
manifiesta en los instintos del cuerpo, y en la mujer en excederse en los deseos del
alma. Cabe resaltar como los reduccionismos vistos en el capítulo anterior se
encuentra presente y afectan la vida matrimonial y su dinámica familiar. Tenemos al
biologismo por parte del varón quien se siente fuerte, poderoso y desea someter a la
mujer por la fuerza. El psicologismo y espiritualismo por el cual la mujer desea trabajar
al hombre y dominarlo de forma pacífica. El individualismo por el cual tanto hombre
como mujer desean sobresalir por encima del otro y difícilmente juntos, luchando por
conseguir poder, dinero, respeto; requisitos que nuestra sociedad nos exige.

Podríamos decir que hoy en día nos vemos ante una crisis de la trasmisión de la fe
cristiana que se plasma en la conducta y valores del ser humano y por ende en el
entorno familiar afectando la vida matrimonial y dinámica familiar. Tal es así que
particularmente veo reflejado este abandono de la fe cristiana y cumplimiento de los
sacramentos en los jóvenes estudiantes atribuyendo los padres a la falta de tiempo y
economía que atraviesan las familias.