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Regla ofs

Material para el estudio de la Regla


Con Constituciones, Documentos de la Iglesia y Documentos y textos franciscanos

ASISTENCIA ESPIRITUAL OFM. BONAO 2013


PRÓLOGO

El presente material está concebido como elemento de apoyo a los otros materiales que se manejan en las
Fraternidades.

Queremos hacer mayor fuerza en la lectura de los documentos que son citados en la Regla y de no fácil acceso a la
mayoría de hermanos y hermanas.

Metodología propuesta

En un primer momento buscar una oración que centre el número concreto que vamos a estudiar. No se olviden que
el Espíritu de Oración era lo que san Francisco buscaba proteger a cualquier precio. Este no viene por recitar
fórmulas oracionales.

Después, leer el artículo de la Regla junto con los de las Constituciones, pausadamente. Tiempo de Reflexión.
Luego leer y repasar los otros documentos de apoyo que se citan.

Finalmente se puede pasar a las lecciones en forma de preguntas (se pueden cambiar), lo importante es ir
desvelando el fondo que tiene ese número concreto que estamos estudiando.

Las respuestas aquí expuestas no son las únicas ni las mejores. La Regla no es un tratado científico que busque
verdades y seguridades. Simplemente es el instrumento que nos ayuda a realizar un boceto con el que podamos dar
unos pasitos en nuestra vida. Nuestro objetivo es doble y dinámico: Pasar de la vida al Evangelio y del Evangelio a
la vida.

La Regla OFS es una regla de vida. Es el instrumento privilegiado (con el reconocimiento de Iglesia, en su Santa
Sede y de tantos santos y santas franciscanas) que nos ayuda a encontrar la manera de vivir franciscanamente el
Evangelio de Cristo.

Junto con éso, es nuestro espejo en el que comparamos -contrastamos- nuestra vida real e introducimos las
correcciones necesarias, en íntima comunión con el Espíritu Santo y con el discernimiento fraterno.

¡BENDIGAMOS AL SEÑOR DIOS VIVO Y VERDADERO! AMÉN, AMÉN. HÁGASE, HÁGASE.

Fray Fernando Samaniego. ofm.

Asistente Espiritual regional

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LECCIÓN 1ª

LA FAMILIA FRANCISCANA

REGLA
R1
Entre las familias espirituales, suscitadas por el Espíritu Santo en la Iglesia (LG,43, la familia Franciscana
comprende a todos aquellos miembros del Pueblo de Dios, seglares, religiosos y sacerdotes, que se sienten
llamados al seguimiento de Cristo, tras las huellas de San Francisco de Asís.

En maneras y formas diversas, pero en recíproca comunión vital, todos ellos se proponen hacer presente el carisma
del común Seráfico Padre, en la vida y en la misión de la Iglesia (AA 4,m).

CONSTITUCIONES
CC.GG. Art. 1
1. Todos los fieles están llamados a la santidad y tienen derecho a seguir, en comunión con la Iglesia, un
camino espiritual propio (Cfr. c. 210; Lumen Gentium, 40. )

2. En la Iglesia existen muchas familias espirituales, con diversidad de carismas. Entre éstas se encuentra la
Familia Franciscana que, en sus diversas ramas, reconoce como padre, inspirador y modelo a San Francisco
de Asís.

3. Dentro de la Familia Franciscana, desde sus inicios, ocupa un lugar peculiar la Orden Franciscana Seglar
[1]. Esta está integrada por la unión orgánica de todas las Fraternidades católicas, cuyos miembros, movidos
por el Espíritu Santo, se comprometen con la Profesión a vivir el Evangelio a la manera de San Francisco,
en su estado seglar, observando la Regla aprobada por la Iglesia (Después de las Reglas aprobadas por el
Papa Nicolás IV, en el año 1289, y por el Papa León Xlll, en el 1883, la Regla actual ha sido aprobada por
el Papa Pablo VI el 24 de junio de 1978.).

[1] (Denominada también "Fraternidad Franciscana Seglar" o "Tercera Orden Franciscana" (TOF). Cfr. Regla, 2, nota 5: El canon 303 del
CIC (Codicem Iuris Canonici)define a las Terceras Ordenes: Consociationes, quarum sodales, in saeculo spiritum alicuius instituti
religiosi participantes, sub altiore eiusdem instituti moderamine, vitam apostolicam ducunt et ad perfectionem christianam contendunt,
tertii ordines dicuntur aliove congruenti nomine vocantur. "Se llaman órdenes terceras o con otro nombre parecido, aquellas asociaciones
cuyos miembros, viviendo en el mundo y participando del espíritu de un instituto religioso, se dedican al apostolado y buscan la
perfección cristiana bajo la alta dirección de ese instituto". ). Nota de las CC.GG

DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
La autoridad de la Iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo, se preocupó de interpretar esos consejos, de regular su
práctica y de determinar también las formas estables de vivirlos. De ahí ha resultado que han ido creciendo, a la
manera de un árbol que se ramifica espléndido y pujante en el campo del Señor a partir de una semilla puesta por
Dios, formas diversísimas de vida monacal y cenobítica (vida solitaria y vida en común) en gran variedad de
familias que se desarrollan, ya para ventaja de sus propios miembros, ya para el bien de todo el Cuerpo de Cristo.
Y es que esas familias ofrecen a sus miembros todas las condiciones para una mayor estabilidad en su modo
de vida, una doctrina experimentada para conseguir la perfección, una comunidad fraterna en la milicia de Cristo y
una libertad mejorada por la obediencia, en modo de poder guardar fielmente y cumplir con seguridad su profesión
religiosa, avanzando en la vida de la caridad con espíritu gozoso.
3
Un estado, así, en la divina y jerárquica constitución de la Iglesia, no es un estado intermedio entre la
condición del clero y la condición seglar, sino que de ésta y de aquélla se sienten llamados por Dios algunos fieles
al goce de un don particular en la vida de la Iglesia para contribuir, cada uno a su modo, en la misión salvífica de
ésta. LUMEN GENTIUM, 43

APOSTOLICAM ACTUOSITATEM, 4. Siendo Cristo, enviado por el Padre, fuente y origen de todo el apostolado
de la Iglesia, es evidente que la fecundidad del apostolado seglar depende de su unión vital con Cristo, porque dice
el Señor: "El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer" (Jn. 15,4-5).
Esta vida de unión íntima con Cristo en la Iglesia se nutre de auxilios espirituales, que son comunes a todos los
fieles, sobre todo por la participación activa en la Sagrada Liturgia, de tal forma los han de utilizar los fieles que,
mientras cumplen debidamente las obligaciones del mundo en las circunstancias ordinarias de la vida, no separen
la unión con Cristo de las actividades de su vida, sino que han de crecer en ella cumpliendo su deber según la
voluntad de Dios.
Es preciso que los seglares avancen en la santidad decididos y animosos por este camino, esforzándose en
superar las dificultades con prudencia y paciencia. Nada en su vida debe ser ajeno a la orientación espiritual, ni las
preocupaciones familiares, ni otros negocios temporales, según las palabras del Apóstol: "Todo cuanto hacéis de
palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por El" (Col., 3,17).
Pero una vida así exige un ejercicio continuo de fe, esperanza y caridad.
Solamente con la luz de la fe y la meditación de su palabra divina puede uno conocer siempre y en todo
lugar a Dios, "en quien vivimos, nos movemos y existimos" (Act., 17,28), buscar su voluntad en todos los
acontecimientos, contemplar a Cristo en todos los hombres, sean deudos o extraños, y juzgar rectamente sobre el
sentido y el valor de las cosas materiales en sí mismas y en consideración al fin del hombre.
Los que poseen esta fe viven en la esperanza de la revelación de los hijos de Dios, acordándose de la cruz y
de la resurrección del Señor.
Escondidos con Cristo en Dios, durante la peregrinación de esta vida, y libres de la servidumbre de las
riquezas, mientras se dirigen a los bienes imperecederos, se entregan gustosamente y por entero a la expansión del
reino de Dios y a informar y perfeccionar el orden de las cosas temporales con el espíritu cristiano. En medio de las
adversidades de este vida hallan la fortaleza de la esperanza, pensando que "los padecimientos del tiempo presente
no son nada en comparación con la gloria que ha de manifestarse en nosotros" (Rom., 8,18).
Impulsados por la caridad que procede de Dios hacen el bien a todos, pero especialmente a los hermanos en
la fe (Cf. Gál., 6,10), despojándose "de toda maldad y de todo engaño, de hipocresías, envidias y maledicencias" (1
Pe., 2,1), atrayendo de esta forma los hombres a Cristo. Mas la caridad de Dios que "se ha derramado en nuestros
corazones por virtud del Espíritu Santo, que nos ha sido dado" (Rom., 5,5) hace a los seglares capaces de expresar
realmente en su vida el espíritu de las Bienaventuranzas. Siguiendo a Cristo pobre, ni se abaten por la escasez ni se
ensoberbece por la abundancia de los bienes temporales; imitando a Cristo humilde, no ambicionan la gloria vana
(Cf. Gál., 5,26) sino que procuran agradar a Dios antes que a los hombres, preparados siempre a dejarlo todo por
cristo (Cf. Lc., 14,26), a padecer persecución por la justicia (Cf. M., 5,10), recordando las palabras del Señor: "Si
alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mt., 16,24). Cultivando entre sí la
amistad cristiana, se ayudan mutuamente en cualquier necesidad.
La espiritualidad de los laicos debe tomar su nota característica del estado de matrimonio y de familia, de
soltería o de viudez, de la condición de enfermedad, de la actividad profesional y social. No descuiden, pues, el
cultivo asiduo de las cualidades y dotes convenientes para ello que se les ha dado y el uso de los propios dones
recibidos del Espíritu Santo.
Además, los laicos que, siguiendo su vocación, se han inscrito en alguna de las asociaciones o institutos
aprobados por la Iglesia, han de esforzarse al mismo tiempo en asimilar fielmente la característica peculiar de la
vida espiritual que les es propia. Aprecien también como es debido la pericia profesional, el sentimiento familiar y
cívico y esas virtudes que exigen las costumbres sociales, como la honradez, el espíritu de justicia, la sinceridad, la
delicadeza, la fortaleza de alma, sin las que no puede darse verdadera vida cristiana.
El modelo perfecto de esa vida espiritual y apostólica es la Santísima Virgen María, Reina de los Apóstoles,
la cual, mientras llevaba en este mundo una vida igual que la de los demás, llena de preocupaciones familiares y de
4
trabajos, estaba constantemente unida con su Hijo, cooperó de un modo singularísimo a la obra del Salvador; más
ahora, asunta el cielo, "cuida con amor maternal de los hermanos de su Hijo, que peregrinan todavía y se debaten
entre peligros y angustias, hasta que sean conducidos a la patria feliz". Hónrenla todos devotísimamente y
encomienden su vida y apostolado a su solicitud de Madre.

LUMEN GENTIUM
40. Nuestro Señor Jesucristo predicó la santidad de vida, de la que El es Maestro y Modelo, a todos y cada uno de
sus discípulos, de cualquier condición que fuesen. "Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es
perfecto" (Mt., 5, 48).
Envió a todos el Espíritu Santo, que los moviera interiormente, para que amen a Dios con todo el corazón,
con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (cf. Mc., 12,30), y para que se amen unos a otros como
Cristo nos amó (cf. Jn., 13,34; 15,12).
Los seguidores de Cristo, llamados por Dios, no en virtud de sus propios méritos, sino por designio y gracia
de El, y justificados en Cristo Nuestro Señor, en la fe del bautismo han sido hechos hijos de Dios y partícipes de la
divina naturaleza, y por lo mismo santos; conviene, por consiguiente, que esa santidad que recibieron sepan
conservarla y perfeccionarla en su vida, con la ayuda de Dios.
Les amonesta el Apóstol a que vivan "como conviene a los santos" (Ef., 5,3, y que "como elegidos de Dios,
santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, benignidad, humildad, modestia, paciencia" (Col., 3,12) y
produzcan los frutos del Espíritu para santificación (cf. Gal., 5,22; Rom., 6,22).
Pero como todos tropezamos en muchas cosas (cf. Sant., 3,2), tenemos continua necesidad de la
misericordia de Dios y hemos de orar todos los días: "Perdónanos nuestras deudas" (Mt., 6, 12).
Fluye de ahí la clara consecuencia que todos los fieles, de cualquier estado o condición, son llamados a la
plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, que es una forma de santidad que promueve, aun en la
sociedad terrena, un nivel de vida más humano.
Para alcanzar esa perfección, los fieles, según la diversas medida de los dones recibidos de Cristo,
siguiendo sus huellas y amoldándose a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, deberán esforzarse
para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así la santidad del Pueblo de Dios
producirá frutos abundantes, como brillantemente lo demuestra en la historia de la Iglesia la vida de tantos santos.

CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO


C. 210 Todos los fieles deben esforzarse según su propia condición, por llevar una vida santa, así como por
incrementar la Iglesia y promover su continua santificación.
C. 211 Todos los fieles tienen el deber y el derecho de trabajar para que el mensaje divino de salvación alcance
más y más a los hombres de todo tiempo y del orbe entero.
C215 Los fieles tienen derecho a fundar y dirigir libremente asociaciones para fines de caridad o piedad, o para
fomentar la vocación cristiana en el mundo; y también a reunirse para procurar en común esos mismos fines.

DOCUMENTOS Y TEXTOS FRANCISCANOS

Dice san Francisco: “. Y dondequiera que estén y se encuentren unos con otros los hermanos, condúzcanse
mutuamente con familiaridad entre sí. Y exponga confiadamente el uno al otro su necesidad, porque si la madre
nutre y quiere a su hijo carnal (cf. 1Tes 2,7), ¿cuánto más amorosamente debe cada uno querer y nutrir a su
hermano espiritual?” 2R 6

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DESARROLLO

1. ¿Qué son las Familias Espirituales o Religiosas en la Iglesia?

Son los diferentes Institutos, Congregaciones y Órdenes religiosas que Dios, a través del Espíritu Santo
(Lumen Gentium 40) promueve en la Iglesia como respuesta a las necesidades que se van presentando en la
Historia y la completan con su actividad y su vida. Los miembros, intentan vivir profundizando en el carisma
que comenzó su fundador.
Estos carismas son confiables ya que “La autoridad de la Iglesia, bajo la guía del Espíritu Santo, se
preocupó de interpretar esos consejos, de regular su práctica y de determinar también las formas estables de
vivirlos. De ahí ha resultado que han ido creciendo, a la manera de un árbol que se ramifica espléndido y
pujante en el campo del Señor a partir de una semilla puesta por Dios” (LG 41)

2. ¿Qué es el “carisma” y cual es el propio de la familia franciscana?

Lo que entendemos por “carisma”: es el conjunto de dones permanentes o transitorios, que el Espíritu Santo
concede a una persona para la propia santificación y, sobre todo, para la construcción de la Iglesia, según la
capacidad de la persona y de las necesidades de la comunidad.
Francisco vio asi su carisma. “Hermanos míos, hermanos míos: Dios me ha llamado por el camino de
sencillez y de humildad y me ha manifestado que éste es el verdadero camino para mí y para cuantos quieren
creer en mi palabra e imitarme. Por eso, no quiero que me mentéis regla alguna, ni de San Benito, ni de San
Agustín, ni de San Bernardo, ni otro camino o forma de vida fuera de aquella que el Señor
misericordiosamente me mostró y me dio.” E.P.68 Es el conjunto de gracias, virtudes y espíritu que vivió san
Francisco durante su vida en el servicio de la Iglesia.

3. ¿Qué decir cuando nos dicen que con la participación en los grupos de la parroquia ya basta?

Ser miembro de la Orden Franciscana Seglar no es lo mismo que participar de un grupo en la parroquia,
porque un grupo parroquial sigue un aspecto: La Virgen, oración, catequesis, carismáticos… Mientras que en la
OFS buscamos una forma de vivir a la que somos llamados por la Gracia de Dios y que alcanza todos esos
otros aspectos. La OFS tiene ochocientos (800) años. La mayoría de los grupos desaparecen con la muerte de
su animador principal, algunos duran algo más.
La OFS tiene una vocación para hombres y mujeres maduros y adultos, que se comprometen totalmente.
El Código de Derecho Canónico dice: “ Los fieles tienen la facultad de fundar y dirigir libremente
asociaciones para fines de caridad o piedad o para fomentar la vocación cristiana en el mundo;
y también a reunirse para conseguir en común esos mismos fines” C215

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LECCIÓN 2ª

LA ORDEN FRANCISCANA SEGLAR

REGLA
R 2.En el seno de dicha familia, tiene un puesto peculiar la Orden Franciscana Seglar, la cual se configura como
una unión orgánica de todas las fraternidades católicas, esparcidas por el mundo entero y abiertas a todo grupo de
fieles, en las cuales los hermanos y las hermanas, impulsados por el Espíritu, a alcanzar la perfección de la caridad
en su estado seglar, se comprometen con la profesión a vivir el Evangelio a la manera de San Francisco, con la
ayuda de la presente Regla, confirmada por la Iglesia (Can. 207, 2).

CONSTITUCIONES

CC.GG.1,3. Dentro de la Familia Franciscana, desde sus inicios, ocupa un lugar peculiar la Orden Franciscana
Seglar [1]. Esta está integrada por la unión orgánica de todas las Fraternidades católicas, cuyos miembros,
movidos por el Espíritu Santo, se comprometen con la Profesión a vivir el Evangelio a la manera de San Francisco,
en su estado seglar, observando la Regla aprobada por la Iglesia (Después de las Reglas aprobadas por el Papa
Nicolás IV, en el año 1289, y por el Papa León XIII, en el 1883, la Regla actual ha sido aprobada por el Papa Pablo
VI el 24 de junio de 1978.).

CC.GG. 39,2 Las condiciones para la admisión son: profesar la fe católica, vivir en comunión con la Iglesia, tener
una buena conducta moral, mostrar signos claros de vocación (Cfr. c. 316) .

DOCUMENTOS DE LA IGLESIA

C207 Hay fieles que, por la profesión de los consejos evangélicos mediante votos u otros vínculos sagrados,
reconocidos y sancionados por la Iglesia, se consagran a Dios según la manera peculiar que les es propia y
contribuyen a la misión salvífica de la Iglesia; su estado, aunque no afecta a la estructura jerárquica de la Iglesia,
pertenece, sin embargo, a la vida y santidad de la misma. (CODIGO DEL DERECHO CANÓNICO)

C309 Las asociaciones legítimamente establecidas tienen potestad conforme a la norma del derecho y de los
estatutos, de dar normas peculiares que se refieran a la asociación, de celebrar reuniones y de designar a los
presidentes, oficiales, dependientes, y a los administradores de los bienes

C314 Los estatutos de toda asociación pública, así como su revisión o cambio, necesitan la aprobación de la
autoridad eclesiástica a quien compete su erección, conforme a la norma del c. 312 § 1.

C316 P1 Quien públicamente rechazara la fe católica o se apartara de la comunión eclesiástica, o se encuentre


incurso en una excomunión impuesta o declarada, no puede ser válidamente admitido en las asociaciones públicas.
P2 Quienes, estando legítimamente adscrito, cayeran en el caso del P1, deben ser expulsados de la asociación,
después de haber sido previamente amonestados, de acuerdo con los propios estatutos y quedando a salvo el
derecho a recurrir a la autoridad eclesiástica de la que se trata en el can. 312, P1.

C312 § 1. Es autoridad competente para erigir asociaciones públicas: 1) la Santa Sede, para las asociaciones
universales e internacionales; 2) la Conferencia Episcopal dentro de su territorio, para las asociaciones nacionales

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es decir, que por la misma erección miran a ejercer su actividad en toda la nación; 3) el Obispo diocesano, dentro
de su propio territorio, pero no el Administrador diocesano, para las asociaciones diocesanas; se exceptúan, sin
embargo, aquellas asociaciones cuyo derecho de erección está reservado a otras personas. § 2. Para la elección
válida de una asociación o de una sección de la misma en una diócesis, se requiere el consentimiento del Obispo
diocesano, dado por escrito aun en el caso de que esa erección se haga por privilegio apostólico; sin embargo, el
consentimiento escrito del Obispo diocesano para erigir una casa de un instituto religioso vale también para erigir,
en la misma casa o en la iglesia aneja, una asociación que sea propia de ese instituto.

DOCUMENTOS Y TEXTOS FRANCISCANOS

R20. La Orden Franciscana Seglar se divide en Fraternidades, de diversos niveles o grados: local, regional,
nacional e internacional. Cada una de estas Fraternidades tiene su propia personalidad moral en la Iglesia (Can.
309). Las Fraternidades se coordinan y unen entre sí, de acuerdo con lo que se establece en esta Regla y en las
Constituciones.

DESARROLLO

1. ¿Qué significa Orden?


Cuando Francisco comenzó, significaba un “status”, una posición, un lugar reconocido en la escala
eclesial. A pesar de la aparente confusión que la palabra tiene cuando se compara con las “ordenes
religiosas”, tenemos que decir que se ha mantenido a través de los tiempos, tanto el papa Nicolás IV, como
el papa León XIII, como el papa Benedicto XV, como el papa Pablo VI, han mantenido la denominación de
orden, para referirse a la Fraternidad Franciscana Seglar, lo que nos hace pensar en su importancia. En
general, es toda aquella asociación que se acoge, dentro de la Iglesia, al cumplimiento de una REGLA.

2. ¿Qué podemos entender que significa orden para nosotros según la Regla (R2)?
La definición de orden es, según la Regla: “una unión orgánica (no puede haber fraternidades
aisladas, como no se puede vivir la fe para uno mismo, privadamente) de todas las fraternidades católicas,
esparcidas por el mundo entero y abiertas a todo grupo de fieles”. En el aspecto legal significa que es una
organización eclesial, con normas establecidas y aprobadas por la Iglesia. En el aspecto social significa que
cada fraternidad forma parte del conjunto de fraternidades. Este conjunto no es una simple suma de
fraternidades, sino que se convierte, por la fuerza del Espíritu Santo, en una Fraternidad de orden superior.

3¿Cuáles son las características más importantes de esta forma de organización?


Según la Regla son:
 La catolicidad de los miembros (bautizados y manteniéndose dentro de la Iglesia Católica).
 La universalidad. No es algo que pertenezca a un pueblo, a un país, a una raza, o a un continente,
sino que abarca el universo entero.
 Abiertas a todo grupo de fieles (que practican la fidelidad), (dentro de las normas de la Iglesia) y,
siguiendo a Francisco, a toda criatura humana.
 Impulsadas por el Espíritu Santo Es decir, que no estamos juntos, porque nos gusta o porque nos
sentimos bien, sino porque somos llamados y enviados.
 Comprometidos por la profesión(leer la fórmula)a vivir el Evangelio, a la manera de san Francisco.
 Se apoyan en la Regla para conseguirlo.

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4. ¿Qué entendemos por “vivir el Evangelio”?
Vivir el Evangelio significa que, entregados a la práctica de la caridad cristiana, buscamos ser
iluminados por el Evangelio y nos esforzamos cada día en hacerla más perfecta (más parecida a la de
Jesucristo)

5. ¿Significa que vamos a ser perfectos y mejores que los demás?


No. Simplemente que nos comprometemos delante de Dios y de los hermanos y hermanas a mejorar
cada día nuestra práctica de la caridad. Esta santidad se consigue con la obediencia a la Voluntad de Dios.
En esto consiste el proyecto de vida de conversión.

6. ¿Cuáles son los medios que tenemos para ello?


La escucha de la Palabra en la Fraternidad, los sacramentos, la fidelidad en los compromisos, el
examen de conciencia frecuente, las virtudes cristianas (humildad, sencillez, obediencia, generosidad…etc),
la participación activa en la fraternidad y en los compromisos eclesiales y la formación permanente.

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LECCIÓN 3ª

LA REGLA DE LA ORDEN FRANCISCANA SEGLAR

REGLA

R. 3. Esta Regla, después del "Memoriale propositi" (1221) y de las Reglas aprobadas por los Sumos Pontífices
Nicolás IV y León XII, adapta la Orden Franciscana Seglar a las exigencias y a las esperanzas de la santa Iglesia, en
las nuevas condiciones de los tiempos. Su interpretación corresponde a la Santa Sede, más la aplicación será hecha
por las Constituciones Generales y por los Estatutos particulares.

CONSTITUCIONES

Art. 4
1. La OFS se rige por el derecho universal de la Iglesia y por el propio: Regla, Constituciones, Ritual y
Estatutos particulares.

2. La Regla determina la naturaleza, el fin y el espíritu de la OFS.

3. (Regla 3) Las Constituciones tienen como finalidad:


-- aplicar la Regla;
-- indicar, en concreto, las condiciones de pertenencia a la OFS, el régimen de la misma, la organización de
la vida de la Fraternidad, la sede (Cfr. c. 304)
Art. 5
l. (Regla 3) La interpretación auténtica de la Regla y de las Constituciones corresponde a la Santa Sede.

2. La interpretación práctica de las Constituciones, con el fin de armonizar su aplicación en las diversas
áreas y en los varios niveles de la Orden, corresponde al Capitulo general de la OFS.

3. La aclaración de puntos específicos, que requieren una decisión inmediata, es competencia de la


Presidencia del Consejo internacional OFS (CIOFS). La clarificación tiene validez hasta el siguiente
Capítulo general.

DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
MEMORIALE PROPOSITI [2]

Contiene normas precisas sobre la sencillez y austeridad en la manera de vestir.


- Prohíbe asistir a banquetes mundanos, a espectáculos a bailes y organizar festejos y diversiones.
- Limita el uso de las carnes a tres días a la semana
- Impone el ayuno todos los viernes del año y desde la fiesta de Todos los Santos a Pascua, también
los miércoles, junto con la cuaresma de san Martín, sobre los ayunos generales de la Iglesia.
- Los clérigos deben rezar el oficio divino, los demás doce padrenuestros por maitines, y siete por las
otras horas. Durante la cuaresma deben acudir a los maitines a la iglesia.
- Comulgarán tres veces al año: Navidad, Resurrección y Pentecostés.

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