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nunca volemos»
Joaquín Araújo
El origen de “atmósfera”
Alejandro Méndez
Pese a que el título del presente artículo puede invitar a pensar en el origen de la atmósfera como concepto
o hecho natural evidenciable, se va a mostrar en qué momento histórico apareció como término, es decir,
cuándo se acuñó por primera vez en la literatura científica la voz «atmósfera».
Figura 2.-
Principales
hitos en la
evolución
del término
atmósfera.
Aunque era
conocida su
existencia
desde
tiempos muy
remotos, su
denominación
no se
consolidó
hasta hace
pocos siglos.
tín, 2015), potenció el neerlandés como la lengua más adecua- A principios del siglo XX, Alfred Russel Wallace (1823-1913),
da para divulgar la ciencia a sus compatriotas. Afirmaba que cofundador con Charles Darwin (1809-1882) de la teoría de la
ésta era el mejor transmisor de la erudición científica gracias evolución mediante la selección natural, denominó a la atmós-
a sus palabras cortas (contiene más palabras monosílabas que fera como el gran océano aéreo, habida cuenta de su tamaño, ex-
el latín) y a su capacidad combinatoria (tiene mayor facilidad tensión y carácter dinámico. (Flannery, 2005).
para componer palabras). Su aspiración por convertir el neer-
landés en una lengua de ciencia indujo la creación de nue- Comentarios finales
vos términos en esta lengua y entre ellos está el de atmósfera.
En efecto, Stevin compuso el término dampcloot (en neerlan- La atmósfera es un neologismo introducido en 1608 por Sne-
dés, damp: vapor, cloot: esfera), lo que se traduce por esfera de llius que surgió de una traducción al latín de un tratado previa-
los vapores. Esos vapores harían referencia al conjunto de exha- mente escrito en neerlandés por Stevin, en una época caracteri-
laciones terrestres responsables de fenómenos ópticos como el zada por la paulatina preponderancia de las lenguas vernáculas
halo solar, crepúsculo… que, de alguna forma, impedían una sobre el latín y en la que la observación meteorológica estaba ín-
adecuada observación astronómica. En la misma línea, también timamente relacionada con la astronomía (figura 1).
propuso eertcloot (en neerlandés, eert: tierra, cloot: esfera) que se Aunque aire y atmósfera forman un binomio inseparable,
transcribe por esfera terrestre. Así, el sistema Tierra- atmósfera se hay que percatarse de sus diferentes orígenes etimológicos: aire
concebía como dos esferas concéntricas, una sólida y otra gaseo- procede del griego mientras que atmósfera es una palabra neo-
sa; de ésta última se desconocía con exactitud su límite superior. latina construida a partir de dos vocablos griegos.
Fue Willebord Snel von Royen, Snellius (1580-1626), astró-
nomo famoso por su ley de refracción, quien, a raíz de una tra-
ducción al latín del trabajo del citado Stevin, acuñó en 1608 la Referencias
palabra atmosphaera (del griego, atmos: vapor, sphaera: esfe- l Cifuentes i Comamala, L. (2008): La ciencia en vulgar y
ra). La elección de estas dos palabras griegas confirma preci- las élites laicas, de la Edad Media al Renacimiento. ISBN:
samente una de las ventajas que vio Stevin en el neerlandés 9788423530960. 26 pp.
como cantera de nuevos tecnicismos. De esta forma, Snellius l Flammarion Camille (1884): La atmósfera. Descripción de
construyó otros neologismos como estática (en neerlandés, los grandes fenómenos de la naturaleza. Tomo II. Traducción
weeghconst: “el arte de pesar”) e hidrostática (en neerlandés, de Luis Barinaga y Corradi. 428 pp.
waterwicht; water: agua, wicht: peso). l Flannery T. (2005): La amenaza del cambio climático:
En lo que concierne al resto de lenguas vernáculas, en Ita- historia y futuro. Editorial Taurus. ISBN: 9788430606092.
lia hay que subrayar que Galileo Galilei (1564-1642) nunca 456 pp.
utilizó la palabra atmósfera, sino que se refirió a ésta como l Jansá Guardiola, J. M. (1949): ¿En qué se parece la
sfera vaporosa, vapori Grossi o región vaporosa (Martín, 2015). atmósfera? La meteorología al alcance de todos. Manuales
En inglés, atmósfera apareció por primera vez en 1639 en la Revista Ibérica, nº 25. 114 pp.
obra A discovery of a new world en la que John Wilkins (1614- l Martin Craig (2015): The invention of atmosphere. Studies
1672) postulaba la existencia de población en la luna, a los in History and Philosophy of Science. Elsevier. Studies in
cuales bautizó “selenitas”, planteando además la posibilidad History and Philosophy of Science. Vol. 52, pp. 44-54.
de realizar un viaje de exploración con el fin de establecer l Martín Vide, J. (1991): Fundamentos de climatología.
relaciones comerciales. Editorial Síntesis. ISBN: 84-7738-113-5. 159 pp.
En castellano se desconoce con precisión cuando hizo su l Möller Detlev (2010): Chemistry of the climate system.
aparición. Es muy probable que fuera en la época de Benito Degruiter. ISBN: 978-3-11-01979-4. 741 pp.
Jerónimo Feijoó (1676-1764), muy comprometido con el im- l Rodríguez Ennes, L. (2012): La progresiva sustitución
pulso del castellano como lengua de ciencia: «tratar los asun- del latín universitario por las lenguas vernáculas. European
tos del cielo y de la tierra en un claro y sencillo castellano» journal of Legal History. Vol. 9, pp. 96-109. ISSN: 0214-
(Rodríguez Ennes, 2012). 669X.
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