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La pregunta histérica (DRIVE del grupo de WP) 

En el año 1951 en su escrito ​Intervención sobre la transferencia​ Lacan analiza el 


caso Dora (1901-1905) y podemos ver cómo comienza a trabajar algo de la 
pregunta histérica alrededor de la relación de Dora con la señora K. 
 
Lacan explica que el caso Dora se da a partir de ​una serie de inversiones dialécticas 
y desarrollos de verdad.​ Explica que el análisis de Freud falla en un punto y es que 
Freud se empeña en convencer a Dora de que su objeto de interés es el señor K, no 
prestando atención así a que en verdad lo que a Dora le interesa es la señora K, en 
tanto que ​es ella quien encarna la pregunta de Dora por su feminidad​. 
 
Dora llega explicando que entre su padre y la señora K hay un romance y no una 
amistad, que tratan de ocultarlo de manera ridícula y que ella queda entregada a 
los galanteos del señor K de los cuales su padre hace la vista gorda. 
 
A este desarrollo de verdad ​Freud hace una inversión dialéctica preguntándole ​cuál 
es su participación​ en todo esto​ que la aqueja. Así Dora se da cuenta de que no es 
solo por su silencio, sino también por su complicidad que la relación de su padre 
con la señora K duró tantos años. 
 
Los ​celos de Dora​, por la forma en la que se presentan, escapan a motivos lógicos 
conscientes, siendo entonces el objeto de los celos no el padre, sino que hay un 
interés hacia la ​persona del objeto rival, la señora K​. ​¿Qué significan entonces 
estos celos manifestados súbitamente por la relación del padre con la señora k si 
antes estaba todo bien​? 
 
Esto lleva entonces a Dora a un ​tercer desarrollo de verdad​ que es la atracción 
fascinada de Dora por la señora k, por su cuerpo blanquísimo. 
 
De esta manera llegamos a una nueva inversión que ​Freud percibe, pero no 
realiza​, que sería: 
 
Si es de esta mujer de la que usted sufre tan amarga desposesión, cómo no le tiene 
rencor por la traición de ella, ya que fue de ella de donde salieron los rumores de 
perversidad que llevaron a tratarla a usted de embuste. ¿A qué se debe esa lealtad, 
por qué no se enoja con ella? 
 
La respuesta a esta tercera inversión dialéctica nos hubiera llevado al verdadero 
valor que tenía la señora K para Dora, que es ​el valor de un misterio, el misterio 
de su propia feminidad, su feminidad corporal​, tal como vimos ​aparece sin 
velos en el segundo sueño​. 
 
 
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Lacan dirá algo más y es que la imagen más lejana que alcanza Dora, la de ella 
siendo niña chupándose el pulgar izquierdo a la vez que con la mano derecha 
tironea la oreja de su hermano, parece ser ​la matriz imaginaria (imagen 
fantasmática) sobre la que han venido a vaciarse todas las situaciones que Dora ha 
desarrollado en su vida​.  
 
Esto funcionaría como un modelo de lo que sería para ella el hombre y la mujer 
(asocia a la mujer con la pulsión oral). De esta manera los ​ataques de afonía​ que 
Dora sufría en las ausencias del señor K, Lacan los leerá como la representación del 
violento llamado de la pulsión oral en su encuentro a solas con la señora K​ y va a 
decir que en este deseo oral habría que reconocer su naturaleza genital. Al no 
poder acceder a su genitalidad de una forma completa esto es sustituido por el 
deseo oral. Para lograr este reconocimiento de su feminidad tendría que poder 
acceder al reconocimiento de la asunción de su propio cuerpo.  
 
En esta escena Dora esta identificada a su hermano, entonces ella constituye su yo 
identificada a este objeto masculino, a los que luego se sumará una identificación a 
su padre, luego al señor K, luego al joven ingeniero etc. 
 
Lacan dirá que el problema de la condición de Dora es ​aceptarse como el objeto 
de deseo de un hombre​, esto motiva su idolatría hacia la señora K, quien ​si puede 
ponerse como objeto de deseo de un hombre​, el de su padre 
 
En su seminario número 3 (1955-56) , en la clase 12 de éste, Lacan aborda la 
cuestión del ​síntoma en la histeria como una pregunta​, como una interrogación 
desde el inconsciente que incumbe y que cuestiona al sujeto. La pregunta que se 
abre paso en la histeria, ya sea en el hombre o en la mujer, ​es la pregunta por la 
feminidad​. 
 
Lacan nos dice al comienzo de su clase que tanto el ​histérico​ como el ​obsesivo​, 
usa su yo para hacer la pregunta​.  
 
La estructura de una ​neurosis es esencialmente una pregunta​, que en el caso 
del ​obsesivo gira en torno a la muerte​ y en el caso de la ​histeria gira en torno a la 
sexualidad​. 
 
La pregunta histérica es una pregunta que ​Lacan lee en el centro de la 
estructuración subjetiva de la histeria​ y que puede ubicarse en los distintos casos 
clínicos de Freud como ​Dora​ o ​la bella carnicera​. Pero además es una pregunta 
que puede ubicarse en la histeria en general. Esta pregunta puede verse formulada 
de diferentes formas: 
➽ ¿Qué es ser una mujer? 
 
 
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➽ ¿Cómo goza una mujer? 
➽ ¿Qué es lo deseable desde la perspectiva del hombre en una mujer? 
➽ ¿Qué es lo que quiere una mujer? etc 
 
Lacan tomará el caso Dora como ejemplo para explicar mejor de qué va esta 
pregunta y cómo podemos ubicarla en este historial.  
 
Se pregunta ​¿Quién es Dora? ​Y contesta: ​Alguien atrapado en un estado 
sintomático muy claro, con la salvedad de que Freud se equivoca a la hora de 
atinar quien es el verdadero objeto de interés de ella. Freud se pregunta ¿Qué 
desea Dora?, antes de preguntarse ¿Quién desea en ella?  
 
Años más tarde Freud se termina dando cuenta que en ese ballet de a cuatro entre 
ella su padre y el matrimonio K , el verdadero objeto de interés de Dora no era el 
señor K, sino la señora K.  
 
La señora K, el verdadero objeto de interés de Dora en tanto que ella estaba 
identificada con el señor K, de esta manera Lacan plantea que ​el yo de Dora es el 
señor K a partir de esta identificación imaginaria​. 
 
En tanto Dora es el señor K, todos sus síntomas cobran su sentido definitivo​. 
 
La afonía de Dora se producen durante las ausencias del señor K y ​Freud lo explica 
de un modo bastante bonito: ​Ella ya no necesita hablar si él no está, solo queda 
escribir​. Pero Lacan va a leer esto de manera diferente retomando lo ya dicho en 
1951 y dirá que la afonía de Dora aparece porque esta es dejada directamente en 
presencia de la señora K, y todo lo que pudo escuchar acerca de las relaciones de 
esta con su padre gira en torno a la fellatio, y esto es algo infinitamente más 
significativo para comprender la intervención de los síntomas orales. 
 
La identificación de Dora con el señor K es lo que sostiene esta situación hasta el 
momento de la descompensación neurótica. 
 
Pero ahora bien, qué nos dice Dora a través de su neurosis, ¿Qué dice la histérica- 
mujer?, la pregunta es ➽ ¿Qué es ser una mujer?. 
 
Para pasar a explicar cómo se estructura esta pregunta en la histeria, Lacan se 
centrará en la disimetría fundamental del Edipo en ambos sexos, retomando a 
Freud. 
 
La formulación de esta pregunta es el resultado de la ​disimetría fundamental del 
Edipo que produce que no haya una simbolización del órgano femenino en cuanto 
tal​, o en todos los casos la simbolización no es la misma, no tiene la misma fuente, 
 
 
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o el mismo modo de acceso que la simbolización del sexo del hombre, y esto se 
debe porque ​lo imaginario sólo proporciona una ausencia​ donde del otro lado 
hay un símbolo muy prevalente. 
 
Es la prevalencia de la Gestalt fálica ​la que fuerza a la mujer a tomar el rodeo de la 
identificación al padre​ y a seguir por ende durante algún tiempo los mismos 
caminos que el varón.  
 
El acceso de la mujer al complejo edípico, su identificación imaginaria, se hace 
pasando por el padre debido a la prevalencia de la forma imaginaria del falo. De 
esta manera lo que está en juego es una ​disimetría en el significante​, así vemos 
como uno de los sexos necesita tomar como base de identificación la imagen del 
otro sexo. 
 
El sexo femenino tiene un carácter de ausencia, de vacío, de agujero, que hace que 
se presente como menos deseable que el sexo masculino en lo que este tiene de 
provocador. 
 
Cuando Dora se pregunta ¿Qué es ser una mujer? Intenta simbolizar el órgano 
femenino en cuanto tal. Su identificación al hombre, portador del pene, le es en 
esta ocasión un medio de aproximarse a esa definición que se le escapa. 
 
Volverse mujer y preguntarse qué es ser una mujer son dos cosas diferentes, de 
hecho una se pregunta esto desde un lugar de identificación masculina justamente 
porque no sabe cómo serlo​, o que implicaría serlo.  
 
Una se pregunta que sería, ​o como sería ser algo en tanto que no sabe, por eso 
necesariamente la pregunta histérica debe formularse a partir de una identificación 
masculina​. 

 
 
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