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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD PILOTO DE ODONTOLOGIA

EPIDEMIOLOGÍA

TEMA:
EPIDEMIOLOGIA EN LA ACTIVIDAD MEDICA

ALUMNO:
JEAN PIERRE FEIJOO ROMÁN

DOCENTE:
DR. JOHNNY MOREIRA BOLAÑOS

SEMESTRE: 4 PARALELO: 4

FECHA DE ENTREGA:
15/06/2021

CICLO I:
2021-2022
AGENTES BIOLÓGICOS

Hay muchos tipos de microorganismos distintos capaces de infectarnos y


producirnos enfermedades. Y cada uno de ellos tiene unas propiedades únicas.

La gripe, el resfriado común, la conjuntivitis, la gastroenteritis, el SIDA, la


meningitis, los pies de atleta… Hay infinidad de enfermedades más o menos graves
provocadas por lo que se conoce como patógenos, unos seres vivos especializados en
infectar a otros organismos para disponer de un lugar en el que desarrollarse a costa de
la salud de su “hospedador”.

De todos modos, no todos los patógenos o gérmenes son iguales. Pueden ser virus,
bacterias, hongos, parásitos, etc, y dependiendo del grupo al que correspondan, las
enfermedades que causan tendrán unas características propias.

Saber qué tipo de agente patógeno es responsable de una enfermedad no solo es


importante para saber cuál es la sintomatología esperada, sino que es vital para saber
qué tratamiento será efectivo, pues este depende del germen causante.

Por ello, en el artículo de hoy haremos un repaso de los principales tipos de


patógenos conocidos, detallando tanto su naturaleza como las enfermedades que más
comúnmente provocan.

¿Qué es un patógeno?
Definir lo que es un patógeno no es tarea sencilla, pues engloba organismos
extremadamente distintos entre ellos: desde parásitos intestinales de 10 metros de
longitud hasta virus miles de veces más pequeños que una célula.

Sea como sea, podríamos definir un patógeno como cualquier ser vivo que en algún
momento de su vida necesita estar en el interior (o a veces en la superficie) de otro
organismo, ya sea para obtener nutrientes, un hábitat o ambas cosas. Los patógenos
infectan a otros seres vivos para poder crecer, desarrollarse y reproducirse, aunque esto
suele ir a costa de la salud de este organismo que colonizan.
Y es que cuando nos infectan, los patógenos dañan los tejidos y órganos en los que se
encuentran, cosa que dependerá de sus requerimientos. En el caso de los humanos, hay
cerca de 500 especies de patógenos capaces de colonizar nuestros intestinos, piel,
cerebro, ojos, boca, órganos sexuales, hígado, corazón… Cualquier región del cuerpo es
susceptible.

Este daño, junto con la propia respuesta de nuestro sistema inmune para eliminar
cuanto antes a estas amenazas, hace que estos procesos de colonización por parte de los
patógenos curse con una sintomatología que dependerá de la especie, la parte del cuerpo
afectada, de su agresividad y del estado de salud general de la persona.

No todas las especies de bacterias, virus u hongos son dañinas para nuestra salud. De
hecho, de los millones de especies que existen (y que todavía no se conocen), solo unas
500 nos hacen enfermar. Y de ellas, solo 50 patógenos son realmente peligrosos. Por lo
tanto, no hay que relacionar “microorganismo” con “enfermedad”.

¿Cuáles son los principales tipos de patógenos?


A pesar de que todavía hay controversia, la clasificación más aceptada de los
gérmenes es la que los agrupa en seis grupos en función de aspectos de su morfología y
ecología. Las bacterias y los virus son los patógenos más frecuentes, al menos en los
países desarrollados, pero no hay que olvidar que no son los únicos tipos de gérmenes
que existen.

A continuación presentamos estos principales agentes patógenos, detallando tanto


sus propiedades como las enfermedades de las que más frecuentemente son
responsables.

1. Bacteria
Las bacterias son organismos unicelulares, es decir, son células que por ellas mismas
pueden realizar todas las actividades y funciones necesarias para sobrevivir. Son células
muy sencillas. Consisten en una membrana que protege el contenido interno y su
material genético. A veces, tienen otras estructuras para permitir la fijación a los
órganos o tejidos que parasitan o prolongaciones de la membrana para desplazarse.
Más allá de estos, la variedad de morfologías es inmensa. Algunas son esféricas,
otras alargadas e incluso con forma de espiral. Y a pesar de que es imposible de
calcular, se estima que en la Tierra podría haber más de mil millones de especies de
bacterias distintas. Es el grupo de seres vivos más diverso del planeta. Y de todas ellas,
solo unas pocas nos hacen enfermar.

La mayoría de ellas son inocuas, es decir, el contacto con ellas no supone ningún
riesgo. Pero es que además, hay muchas especies que son beneficiosas y que forman
parte de nuestra microbiota, ya sea en la piel, en la boca o en los intestinos, y que tienen
infinidad de efectos para proteger nuestra salud.

Sin embargo, sí es cierto que hay algunas que se comportan como patógenos. Pueden
llegar al cuerpo por distintas vías, ya sea a través de alimentos contaminados, por
animales, por vía sexual o por el contacto directo con una persona infectada. Una vez
han colonizado una región de nuestro organismo, provocan un cuadro clínico de una
gravedad que varía desde síntomas leves hasta la muerte.

Afortunadamente, los antibióticos son capaces de matar a la mayoría de especies


bacterianas patógenas. El problema es que el mal uso de estos fármacos está haciendo
que algunas especies se vuelvan resistentes a su acción, algo que tendrá consecuencias
graves en un futuro.

Ejemplos de enfermedades provocadas por bacterias son las siguientes: salmonelosis,


tétano, tuberculosis, gastroenteritis bacteriana, conjuntivitis bacteriana, gonorrea,
meningitis, otitis, caries, botulismo, neumonía...

2. Virus
Todavía hay mucha controversia sobre si hay que considerar a los virus como seres
vivos o no. Sea como sea, los virus son patógenos a los que nos dirigimos normalmente
como partículas infectivas (para no llamarlos seres vivos) mucho más pequeños que una
célula o que una bacteria. Hay miles de millones de especies de virus, pero solo unas
pocas nos infectan.
Son tan pequeños que no pueden visualizarse ni con los microscopios ópticos más
potentes. Se necesitan microscopios electrónicos. Un virus es una estructura muy
sencilla: una membrana de proteínas recubriendo material genético. En el caso de los
virus que infectan a los humanos, su morfología suele ser esférica, aunque hay
excepciones, como en el caso del virus del ébola, que tiene forma de filamento.

Los virus son parásitos obligados, es decir, no pueden sobrevivir por sí solos.
Necesitan entrar en el interior de las células de un hospedador (las bacterias no
penetraban las células) para aprovecharse de sus recursos y replicarse, lo que comporta
la muerte de esta célula.

El problema de los virus es que, además de “esconderse” del sistema inmune ya que
están dentro de las células de nuestro propio cuerpo, los antibióticos ni ningún otro
fármaco consigue matarlos. Sí hay medicamentos que frenan su desarrollo, pero
generalmente hay que esperar que el propio cuerpo lo neutralice por sí solo.

Ejemplos de enfermedades víricas son las siguientes: gripe, resfriado común,


gastroenteritis vírica, conjuntivitis vírica, SIDA, mononucleosis, varicela, herpes,
hepatitis, “paperas”, sarampión, VPH, ébola...

3. Hongos
Los hongos son un grupo muy diverso de organismos. Los hay desde unicelulares
hasta pluricelulares, es decir, células organizadas para dar lugar a un organismo más
complejo. No destacan por ser patógenos, pues la mayoría de las especies son inocuas e
incluso útiles en la industria alimentaria: levadura, fabricación de cerveza, producción
de quesos, etc.

De todos modos, sí que hay especies fúngicas capaces de infectarnos y hacernos


enfermar. Normalmente, los hongos no colonizan órganos ni tejidos internos como sí lo
hacen las bacterias o los virus, sino que tienden a infectar regiones superficiales de
nuestro cuerpo, principalmente la piel o las uñas.

Su detección es relativamente sencilla ya que se observan perfectamente los


crecimientos en estas zonas del cuerpo afectadas. De todos modos, existen distintos
tratamientos antifúngicos que se aplican superficialmente y que eliminan los hongos
eficazmente.

Ejemplos de enfermedades provocadas por los hongos son las siguientes: pies de
atleta, tiña, candidiasis, dermatofitosis, pitiriasis versicolor...

4. Helmintos
Los helmintos son organismos más complejos. De hecho, pertenecen al reino animal.
Y a pesar de ser animales, hay especies que son patógenos humanos. Tienen una forma
similar a la de un “gusano” de pequeño tamaño.

Las infecciones por helmintos no son muy comunes en países desarrollados, pero sí
lo son en los más pobres. Esto hace que haya más de 1.500 millones de personas
infectadas por estos parásitos en todo el mundo.

Se disponen de tratamientos para curar las helmintiasis, es decir, las enfermedades


intestinales causadas por los helmintos. El problema es que en los países donde más
afectan no tienen acceso a ellos ni pueden garantizar las medidas para evitar su
propagación.

Estas enfermedades se contagian cuando una persona ingiere accidentalmente los


huevos de estos parásitos, que son eliminados en las heces de las personas infectadas.
En países donde no hay medidas higiénicas adecuadas ni hay saneamiento de las aguas,
la propagación de los huevos es muy veloz.

En países desarrollados también hay casos, pero son menos frecuentes y suelen
afectar a niños, pues jugando en el suelo pueden entrar en contacto con huevos de los
parásitos. Sea como sea, los helmintos más frecuentes son: ascaris, tricéfalo, tenia,
anquilostoma...

5. Protozoos
Los protozoos también pertenecen al reino animal, aunque en este caso no son
pluricelulares como los helmintos. Son seres unicelulares, es decir, pese a ser un animal,
consisten en una sola célula. Tienen morfologías increíblemente diversas y complejas y
comparten la característica de habitar ambientes húmedos o medios acuáticos, aunque
hay excepciones.

De nuevo, la principal afectación es en países pobres, pues el mal saneamiento de las


aguas favorece su transmisión entre las personas. De todos modos, algunos pueden
transmitirse a través de la picadura de insectos, como es el caso de la malaria.

Ejemplos de protozoos que infectan y nos provocan enfermedades son: Plasmodium


(causante de la malaria), Entamoeba, Leishmania, Giardia, Cryptosporidium...

6. Priones
Los priones merecen mención aparte porque, a diferencia de lo que ocurría con los
virus, aquí hay consenso absoluto en que no son seres vivos. Y es que un prión es
simplemente una molécula de proteína (sin protección ni material genético) que tiene
capacidad infectiva, es decir, es capaz de llegar a un individuo sano y dañar su
organismo.

Son muy poco comunes pero extremadamente graves. De hecho, una de las
enfermedades que causan es la única del mundo con una letalidad de absolutamente el
100%. No es posible curarse. Si eres infectado por este prión, la muerte es segura. Se
trata de la encefalopatía espongiforme bovina, también conocida como “enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob” o, más popularmente, “enfermedad de las vacas locas”.

Te recomendamos leer: “Las 10 enfermedades más letales en la actualidad”


El prión afecta al sistema nervioso central y provoca un rápido deterioro mental. No
hay cura posible y la muerte sucede inevitablemente después de pasar por síntomas de
cambios en la personalidad, insomnio, dificultad para hablar y tragar, pérdida de
memoria, movimientos bruscos…

De todos modos, sufrir una infección por un prión es prácticamente imposible. Se


diagnostican muy pocos casos al año.
BIBLIOGRAFÍA
Organización Mundial de la Salud. (2016) “Clasificación de microorganismos según
Grupos de Riesgo”. Manual de Bioseguridad en Laboratorios.
Alberts, B., Johnson, A., Lewis, J. et al (2002) “Introduction to Pathogens”.
Molecular Biology of the Cell, 4th Edition. Garland Science.
World Health Organization. (2018) “Managing epidemics: Key facts about major
deadly diseases”. WHO.

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