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NHC

Nueva
I listona
de Colombia

PLANETA
NHC
Nueva
Historia
de Colombia

Director Científico y Académico


ALVARO TIRADO MEJÍA

Asesores
JORGE ORLANDO MELO
JESÚS ANTONIO BEJARANO
Plan de la obra

1 Colombia Indígena - Conquista y Colonia

2 Era Republicana

I Historia Política 1886-1946

II Historia Política 1946-1986

III Relaciones Internacionales, Movimientos Sociales

IV Educación y Ciencias, Luchas de la Mujer, Vida Diaria

V Economía, Café, Industria

VI Literatura y Pensamiento, Artes, Recreación


NHC
Nueva
Historia
de Colombia

III Relaciones Internacionales


Movimientos Sociales

PLANETA
Nueva historia de Colombia / director Alvaro Tirado Mejía. - Bogotá: Planeta Colombiana Editorial,
1989.
8v.: ils., mapas; 24 cm.
Contenido: v.l: Colombia indígena, conquista y colonia / Gerardo Reichel-Dolmatoff... [et
al.] - v.2: Era republicana / Javier Ocampo López... [et al.] - v.l: Historia política 1886-1946 /
Jorge Orlando Meló... [et al.] - v.II: Historia política 1946-1986 / Catalina Reyes Cárdenas...
[et al.] - v.III: Relaciones internacionales, movimientos sociales / Femando Cepeda Ulloa [et al.]
- v.IV: Educación y ciencia, luchas de la mujer, vida diaria / Magdala Velásquez Toro... [et al.]
- v.V: Economía, café, industria / Bernardo Tovar Zambrano... [et al.] - v.VI: Literatura y
pensamiento, artes y recreación / Andrés Holguín... [et al.]—
v. 1-2 corresponde al Manual de Historia de Colombia editado por Colcultura.
ISBN 958-614-251-5 Obra completa
1. COLOMBIA - HISTORIA - HASTA 1986. 2. COLOMBIA - CONDICIONES ECONÓ­
MICAS Y SOCIALES. 3. COLOMBIA POLÍTICA Y GOBIERNO, 1886-1986.1. Tirado Mejía,
Alvaro, 1940-

CDD 986.1
N83

Nueva historia de Colombia: relaciones internacionales - movimientos sociales / director académico


Alvaro Tirado Mejía. -Bogotá: Planeta Colombiana Editorial, 1989.
v.III: 404 p., ils.; 24 cm.
Contenido: v.III. La política exterior colombiana (1930-1946) / Femando Cepeda Ulloa,
Rodrigo Pardo García-Peña. La política exterior colombiana (1946-1974) / Femando Cepeda
Ulloa, Rodrigo Pardo García-Peña. La política exterior colombiana (1974-1986) / Femando Cepeda
Ulloa, Rodrigo Pardo García-Peña. Proceso de las negociaciones de Colombia para la demarcación
y señalamiento de sus fronteras terrestres / Germán Zea Hernández. El contexto latinoamericano
de la historia moderna de Colombia (1886-1930) / Luis Vítale. Latinoamérica y Colombia (1930-
1960) / Luis Vítale. La influencia inglesa-y otras influencias-en Colombia (1880-1930) / Malcolm
Deas. El conflicto de las bananeras / Catherine LeGrand. La clase obrera colombiana (1886-1930) /
Mauricio Archila Neira. La clase obrera colombiana (1930-1945) / Mauricio Archila Neira. Crisis
y recomposición del sindicalismo colombiano (1946-1980) / Rocío Londoño Botero. La cuestión
agraria en Colombia (1900-1946) / Píeme Gilhodes. La cuestión agraria en Colombia (1958-1985) /
Pierre Gilhodes. Los procesos de colonización, siglo XX / Myriam Jimeno Santoyo.
ISBN 958-614-256-6 tomo III
1. COLOMBIA - RELACIONES EXTERIORES - HISTORIA, 1930-1986. 2. MOVIMIEN­
TOS SOCIALES - HISTORIA, 1880-1945. 3. TRABAJO Y TRABAJADORES - COLOMBIA.
4. SINDICALISMO - COLOMBIA. 5. REFORMA AGRARIA - COLOMBIA. I. Relaciones
internacionales - Movimientos sociales.

CDD 986.1
N83
Dirección del proyecto: Gloria Zea
Gerencia general: Enrique González Villa
Coordinación editorial: Camilo Calderón Schrader

Material gráfico: Museo de Arte Moderno de Bogotá, Museo Nacional, Museo 20


de Julio, Museo de Desarrollo Urbano, Biblioteca Nacional, Biblioteca de la Cancillería
en el Palacio de San Carlos, Archivo de la Cancillería, Hemeroteca Luis López de
Mesa Academia Colombiana de Historia, Federación Nacional de Cafeteros, Museo
Numismático del Banco de la República, Fondo Cultural Cafetero, Biblioteca de la
Universidad de Antioquia, Biblioteca Pública Piloto de Medellín, Archivo FAES,
Archivo Nacional de Colombia, Sala de la Constitución de la Casa de Nariño, Centro
Jorge Eliécer Gaitán, UTC, CTC, CGT, CSTC, Centro Cultural Leopoldo López
Alvarez de Pasto, Cromos, El Tiempo, El Espectador, El Siglo, Revista Proa, Patronato
de Artes y Ciencias, Centro de Documentación Musical (Colcultura), Conferencia
Episcopal Latinoamericana, Archivo de la Catedral de Bogotá, CINEP, Cinemateca
Colombiana, Compañía de Fomento Cinematográfico Focine, Corporación Nacional
de Teatro, Teatro Popular de Bogotá, Corporación de Teatro La Candelaria, Fundación
Teatro Libre de Bogotá, Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, Archivo
Melitón Rodríguez, Colección Pilar Moreno de Ángel, Colección Carlos Vélez, Ar­
chivo Planeta Colombiana.

Diseño: RBA, Proyectos Editoriales, S.A. Barcelona (España)


Investigación gráfica: Juan David Giraldo
Asistente: Ignacio Gómez Gómez
Fotografía: Jorge Ernesto Bautista, Luis Gaitán (Lunga), Arturo Jaramillo, Guillermo
Melo, Oscar Monsalve, Jorge Mario Múnera, Vicky Ospina, Carlos Rodríguez, Fer­
nando Urbina.
Producción: Oscar Flórez Herreño
Impreso y Encuadernado por: Editorial Printer Colombiana Ltda.

©PLANETA COLOMBIANA EDITORIAL S.A., 1989


Calle 31, No. 6-41, Piso 18, Bogotá, D. E. Colombia

ISBN (obra completa) 958-614-251-5


ISBN (este volúmen) 958-614-256-6

La responsabilidad sobre las opiniones expresadas en los diferentes capítulos de esta


obra corresponde a sus respectivos autores.
Sumario

Sumario
Las relaciones internacionales
Alvaro Tirado Mejía 5
Los movimientos sociales
Jesús Antonio Bejarano 7
1 La política exterior colombiana (1930-1946)
Fernando Cepeda Ulloa, Rodrigo Pardo García-Peña 9

2 La política exterior colombiana (1946-1974)


Fernando Cepeda Ulloa, Rodrigo Pardo García-Peña 29

3 La política exterior colombiana (1974-1986)


Fernando Cepeda Ulloa, Rodrigo Pardo García-Peña 55

4 Proceso de las negociaciones de Colombia para la demarcación y


señalamiento de sus fronteras terrestres
Germán Zea Hernández 91

5 El contexto latinoamericano de la historia moderna de Colombia


(1886-1930)
Luis Vítale 119

6 Latinoamérica y Colombia (1930-1960)


Luis Vitale 141
Nueva Historia de Colombia, Vol. ///

7 La influencia inglesa -y otras influencias- en Colombia


(1880-1930)
Malcolm Deas 161

8 El conflicto de las bananeras


Catherine LeGrand 183

9 La clase obrera colombiana (1886-1930)


Mauricio Archila Neira 219

10 La clase obrera colombiana (1930-1945)


Mauricio Archila Neira 245

11 Crisis y recomposición del sindicalismo colombiano


(1946-1980)
Rocío Londoño Botero 271

12 La cuestión agraria en Colombia (1900-1946)


Pierre Gilhodes 307

13 La cuestión agraria en Colombia (1958-1985)


Pierre Gilhodes 339

14 Los procesos de colonización. Siglo XX


Myriam Jimeno Santoyo 371
5
Presentación: Las relaciones internacionales

Las relaciones
internacionales

Alvaro Tirado Mejía en ocasiones han sido de mayor sustento


que los primeros.
Como lo han señalado modernos es­
tudiosos de nuestra política exterior, al
E l estudio de nuestras relaciones in­
ternacionales y el nuevo enfoque
que se le está dando a la tradicional
lado de
existido
tra
la tradicional Cancillería han
otros
política
entes para adelantar nues­
comercial. Tal es el caso de
historia diplomática, es otra muestra del
avance logrado en el campo de las cien­ la labor desarrollada durante más de se­
cias sociales, y en especial de la forma senta años por la Federación de Cafete­
amplia con la que modernamente nos ros para diseñar y sustentar una política
acercamos a la historia. exportadora de nuestro principal pro­
ducto en el comercio exterior, o la ac­
Los ensayos contenidos en el pre­ ción más reciente, pero ya ratificada por
sente volumen, así como los que ya se el actuar durante dos decenios, de enti­
incluyeron sobre las relaciones entre dades como Incomex y Proexpo.
Colombia y Panamá, son una prueba de Y es que a diferencia de la concep­
ello. Indudablemente, cuando de estos ción arcaica sobre la historia diplomá­
asuntos se trata, es necesario delimitar tica, la cual se agotaba en la mención
los fundamentos de nuestra base territo­ de tratados con sus fechas y de funcio­
rial, y de ello se ocupa con erudición, narios con sus cargos, ya no se concibe
comprensión y conocimiento en su estu­ el estudio de la política exterior sin tener
dio el ex canciller Germán Zea Hernán­ en cuenta, en forma integradora, las va­
dez. Pero aparecen también el marco riables mencionadas y muchas otras
internacional, los movimientos sociales más. Las políticas, las económicas, las
y las influencias culturales dentro de los coyunturas internacionales, la influen­
cuales se desarrolló nuestro devenir du­ cia de los sucesos externos y de su pre­
rante el último siglo. Y las influencias sencia cultural.
extranjeras -tanto en lo económico Como bien ha sido anotado, a partir
como en lo cultural- que se presentaron de la pérdida de Panamá a principios de
en un país tan aislado como el nuestro. este siglo, el país se enclaustró aún más
Aspectos de la diplomacia política, pero y su política internacional estuvo mar­
también los elementos económicos que cada por un bajo perfil. Ello era posible,
6 Nueva Historia de Colombia, Vol. III

además, por lo precario de nuestras re­ dental un tema como la extradición, por
laciones económicas internacionales, la manera discriminatoria como co­
por lo reducido de la inversión extran­ mienza a mirarse en el exterior a los
jera y por la ausencia casi absoluta de ciudadanos colombianos y aun por el
fenómenos de inmigración y emigración. problema carcelario de muchos colom­
La situación en estos campos ha variado bianos en el exterior.
radicalmente y de allí que el desarrollo Es más, una de las más profundas
de una política exterior se constituya en revoluciones silenciosas que ha vivido
un imperativo para el país. Como lo el país en los últimos tres decenios, es
anoté en la introducción general a esta la relacionada con el fenómeno migrato­
obra, ya no se trata de la monoexporta- rio. Al lado del acelerado proceso de
ción. Ahora, al lado del café, y en cifras urbanización, de la revolución demo­
globales por encima del mismo, se ex­ gráfica por la reducción de las tasas de
portan flores, banano, manufacturas, mortalidad y el aumento de las de super­
petróleo, carbón, y el ramo de los hidro­ vivencia, de la transformación educati­
carburos toma el primer plano de nues­ va, ésta de la migración es una de las
tras exportaciones. Tratar estos asuntos, más significativas. En el reducido espa­
para un país como Colombia, implica cio de treinta años, Colombia pasó a ser
una política exterior y de inversiones un exportador de población, a niveles
de gran amplitud. que sólo conocieron en la época mo­
derna naciones como Irlanda e Italia, y
Se trata ahora de negociar con mul­
tinacionales, de explorar mercados a tra­ que sólo es comparable en Latinoamé­
vés del mundo y de acudir a figuras rica al caso de México, por su situación
nuevas para la explotación y mercadeo con Estados Unidos. Cerca del 10% de
la población colombiana se encuentra
de nuestras riquezas. Como muestra de en el exterior y esta situación nos inter­
esto último, aparecen los recientes com­ nacionalizó. Entramos en la vida cos­
promisos bilaterales de explotación con­ mopolita, pero no por gracia de las élites
junta de yacimientos petrolíferos con el tradicionales que, en ésto como en mu­
Ecuador; los acuerdos relacionados con
chos otros asuntos, se quedaron atrás,
el oro de Guainía, firmados con el Bra­ sino por un movimiento no dirigido y
sil; los programas de explotación fronte­
riza con el Perú, referentes a los crudos fundamentalmente de origen popular.
Se podría decir que no existe una familia
del área del Ñapo y del Putumayo, o
colombiana que no tenga un pariente en
los contratos para la explotación de ya­ el exterior. Y el hecho de que cada cual
cimientos inmensos de carbón, como los cuente con alguien ubicado en New
de la Guajira o el Cesar. York, Miami o Los Angeles, Maracai-
La nación se ha ido extendiendo para bo, Quito, Madrid o Londres, da una
cubrir el territorio, superando la deter­ fluidez especial a nuestra población.
minante andina y dando fuerza a regio­
nes como la Atlántica y la Pacífica. Con Estas consideraciones bastarían para
ese cubrimiento y la ocupación demo­ poner de presente la actualidad de los
gráfica y económica de nuestras fronte­ estudios sobre política exterior y rela­
ras, los asuntos de la política exterior ciones internacionales, en la Colombia
cobran vigencia y determinan que, para actual. El simple enunciado de los pro­
el país, deje de ser ajeno y lejano lo que blemas y elementos que en ello están
sucede en el Caribe o Centroamérica, involucrados, dan cuenta también de
en los territorios fronterizos o en el mar cómo esos estudios no pueden ya enfo­
del futuro que es el Pacífico. El mismo carse dentro de una óptica parcial. Pre­
narcotráfico, con sus secuelas económi­ cisamente, el conjunto de ensayos que
cas y sociales, nos ha introducido en en esta obra tratan del tema, se enmar­
tres lustros en el centro del debate inter­ can en esa nueva concepción y de allí
nacional, al convertir en asunto trascen­ lo significativo de su aporte.
Presentación: Movimientos sociales 7

Movimientos sociales
Jesús Antonio Bejarano acaba traduciéndose en el desarrollo de
temáticas históricas que hace dos dece­
nios eran prácticamente inexistentes.

S i algún rasgo permite caracterizar Subrayemos que la distancia que separa


las tendencias actuales de los estu­ la historiografía tradicional de la histo­
dios históricos en Colombia es, justa ­
riografía reciente es la incorporación de
mente, la cada vez más acentuada preo­ los procesos sociales en la explicación
cupación por la historia de los movi­ histórica, y ello implica privilegiar por
mientos sociales. La llamada "historia sobre la anécdota o el simple relato del
tradicional" -denominación con la que acontecimiento, la presencia de los mo­
se distingue una perspectiva de análisis vimientos sociales en el acontecer na­
centrada particularmente en los héroes cional. Más aún, si la historia social
y personajes destacados en el acontecer contemporánea se abre, en un comien­
nacional y por el empeño, no siempre zo, con los temas relativos al período
justificable desde el punto de vista cien­ de la Violencia, poco a poco se va am­
tífico, de hacer de la historia una disci­ pliando la perspectiva hasta situar aquel
plina ejemplarizante para las jóvenes ge­ período en el más amplio espacio de las
neraciones- omite, como es sabido, la luchas sociales, en particular las luchas
consideración de los procesos sociales, campesinas que, al lado de las luchas
más precisamente de los movimientos sindicales, constituyen el área de estu­
sociales como un componente esencial dio más dinámica de la actual historio­
de las transformaciones de los pueblos. grafía.
La moderna historiografía, por el con­
trario, cualquiera sea su origen teórico, En los capítulos pertinentes se ha
sitúa en el centro de la explicación his­ intentado una periodización de amplio
tórica los factores sociales que más allá alcance que no se circunscriba sola­
de las influencias ejercidas por los pro­ mente a los episodios más destacados
tagonistas individuales se constituyen en la historia de los movimientos socia­
en los elementos capitales de toda mo­ les. Los procesos de colonización -ocu­
dificación de la economía y de la socie­ pación y ampliación de la frontera agrí­
dad. cola del país- a lo largo del siglo XX,
Tan radical cambio de perspectiva señalan siempre el contexto en que se
8
Nueva Historia de Colombia, Vol. III

desenvuelven los movimientos campe­ parte, es todavía un campo abierto a la


sinos, los cuales se remontan a los pri­ investigación.
meros decenios del siglo XX, pero ad­ Como se verá en estas páginas, el
quirirán su mayor dinamismo en los curso de los movimientos sociales no
años veinte y treinta para prolongarse, se restringe a aquellos estallidos súbitos
casi ininterrumpidamente, hasta el pre­ y a menudo violentos, pero esporádicos,
sente. El movimiento sindical, que re­ que ha vivido la sociedad colombiana
cibe desde sus comienzos el bautismo durante el siglo XX. La periodización
de fuego de la masacre de las Bananeras adoptada supone buscar los hilos de con­
constituye, en una trayectoria llena de tinuidad entre los diversos momentos y
altibajos y contradicciones, el otro gran episodios hasta conseguir un cuadro
eje de los movimientos sociales contem­ coherente de las tensiones sociales que,
poráneos en Colombia. Por supuesto, manifiestas o no, constituyen en todo
estos temas no agotan la historia de los caso el tejido sobre el que se levanta la
movimientos sociales, la cual por otra realidad del país.
Capítulo 1 9

La política exterior colombiana


(1930-1946)
Fernando Cepeda Ulloa Hacia el futuro, dicha situación y el
Rodrigo Pardo García-Peña proceso que siguió para regularizar las
relaciones entre Colombia y Estados
Unidos, indispensable para el desarro­
Características generales llo económico, determinaron las prin­
cipales características de la política ex­
iversos autores han analizado el terior colombiana durante los siguien­
D efecto que tuvo para la política tes setenta años.
exterior colombiana la separación deApartada del Caribe y de Centroa-
Panamá en 1903. Este hecho creó un mérica, Colombia buscó ante todo
conflicto que afectó las relaciones, tra­ manejar sus relaciones internacionales
dicionalmente muy buenas, entre Co­ con la mira puesta en la satisfacción de
lombia y Estados Unidos, precisamen­ sus intereses económicos. La obten­
te en momentos en que se consolidaba ción de precios favorables para el café,
la presencia de este último país en la ampliación del comercio exterior, la
Centroamérica y el Caribe. obtención de préstamos para la finan­
Con la guerra de Estados Unidos y ciación del desarrollo y la apertura ha­
España en 1898 y con la independen­ cia la cooperación técnica, fueron ob­
cia de Panamá y la consiguiente cons­ jetivos que pasaron a dominar por
trucción del Canal por parte de la completo a los fines de tipo político en
emergente potencia norteamericana, la agenda de las relaciones internacio­
se ponía fin al conflicto entre ésta y los nales.
poderes europeos, que se originaba en Por esta razón, Colombia no ha sido
la competencia por ejercer la supre­ un actor principal en la política inter­
macía en el Caribe. nacional. Su presencia es discreta y
Colombia vio que su mayor activo prudente, hasta el punto que se con­
geopolítico se perdía y que con ello su sidera que ha subutilizado el potencial
presencia en el Caribe quedaba sin diplomático con que cuenta. Colom­
viabilidad ni sentido. Peor que eso, su bia se ha propuesto hacer menos de lo
relación con Washington se deterioró que puede, con el fin de asegurar el
precisamente cuando éste se convertía cumplimiento de sus objetivos econó­
en la «estrella polar» del continente. micos sin incurrir en altos riesgos.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
10

dida en que la Federación de Cafete­


ros se ha encargado, con éxito, del
principal objetivo de la política inter­
nacional de Colombia, y que por con­
siguiente el Ministerio de Relaciones
Exteriores se ha limitado al manejo de
una diplomacia de bajo perfil, otras
instituciones han adquirido una gran
relevancia en el manejo de las relacio­
nes económicas internacionales de Co­
lombia. Tales fueron los casos de In-
comex y Proexpo, organismos creados
al finalizar los años sesenta, cuando el
gobierno buscó una apertura de nue­
vos mercados para las exportaciones,
le dio a este sector el papel de motor
del desarrollo, y buscó una diversifi­
cación de las relaciones económicas de
Colombia con el resto del mundo.
Firma del tratado con Dentro de esta perspectiva, el café
Estados Unidos, el 6 de ha adquirido un significado especial al Así, diversas instituciones partici­
abril de 1914, en Bogotá, convertirse en la espina dorsal de la pan en el manejo de las relaciones in­
mediante el cual se política exterior. Este campo no ha ternacionales de Colombia. Hay va­
estipuló una
compensación por la sido una excepción a la preponderan­ rias diplomacias: una cafetera, una co­
pérdida de Panamá y un cia de la principal fuente de divisas del mercial, una tecnológica, otra militar,
"sincero pesar" por lo país, en los diversos aspectos de la otra referida al tráfico de drogas. Una
acontecido. En el centro, vida nacional. Lo cual se explica por cancillería que no ha percibido la ne­
Thadheus A. Thomson, el el hecho de que la economía colom­
canciller Francisco José
cesidad de modernización, y que por
Urrutia y Marco Fidel
biana ha tenido como motor a la pro­ consiguiente permanece incapacitada
Suárez; los acompañan ducción y exportación cafeteras. En la para centralizar las diversas dimensio­
Antonio José Uribe, medida en que la economía se ha to­ nes de las relaciones internacionales
Nicolás Esguerra, José mado a la política internacional, y el de Colombia, maneja la diplomacia
Marta González Valencia, café se ha tomado la economía, tam­
Rafael Uribe Uribe, convencional: de ella dependen las
Antonio Gómez Restrepo,
bién a la preservación y conquista de embajadas y los consulados.
Leland Harrison, Manuel mercados y a la seguridad de precios Dentro de las actividades desarro­
Esguerra y Leopoldo favorables se ha subordinado buena lladas por el Ministerio de Relaciones
Montejo. parte del comportamiento de Colom­ Exteriores, a quien le ha quedado el
bia en el exterior. manejo de una diplomacia política dis­
Esto ha conducido a que la diplo­ creta y subordinada a una diplomacia
macia política haya sido reemplazada económica que manejan otras entida­
parcialmente por la diplomacia cafe­ des, se ha concedido la mayor aten­
tera. Con frecuencia las oficinas de re­ ción a los asuntos fronterizos. En al­
presentación de la Federación han ju­ guna medida, se puede afirmar que en
gado un papel más importante en la Colombia el Ministerio de Relaciones
satisfacción de los intereses nacionales Exteriores ha sido un Ministerio de
que están en juego en la arena inter­ Fronteras.
nacional. La diplomacia cafetera ha Este hecho se refuerza en otra de las
brillado por su eficacia, mientras que características tradicionales de la po­
la cancillería se ha visto limitada a una lítica internacional colombiana: los
notable falta de modernización. principios jurídicos han sido su prin­
En general, la política exterior co­ cipal inspirador. Colombia siempre se
lombiana se caracteriza por su fraccio­ ha sentido orgullosa de ser un defen­
namiento, como lo anotó Gerhard sor a nivel mundial del derecho inter­
Drekonja en su libro Retos de la po­ nacional y ello se ha localizado por en­
lítica exterior colombiana. En la me- cima de los objetivos políticos. La ac-
Capítulo 1 11

ción exterior colombiana, además, no "La eterna historia",


ha tenido un alto componente de tipo caricatura publicada en
ideológico. La controversia partidista, "Fantoches", en 1914.
aun en los puntos extremos del espec­ Comenzaban las
dilaciones a la aprobación
tro político, prácticamente no existe o por el Congreso
tiene escasas excepciones. La prepon­ americano del tratado
derancia de lo económico y el prag­ Urrutia-Thomson, que
matismo que la permite han desalo­ sólo serla ratificado
jado a la ideología como fuerza motriz definitivamente en 1923.
Dice el caricaturista:
de la política internacional. "Wilson, que se proclamó
Internamente, en efecto, el manejo / jefe del género humano
de los asuntos externos de Colombia / y su suerte decidió / hace
normalmente no ha sido motivo de poco clausuró / el Senado
americano / y con justo
controversia. Por el contrario, ha sido desagrado / y con dolor
fundamentalmente consensual. Es de­ verdadero, / buen lector,
cir, ha contado con el apoyo de los dos hemos mirado / que otra
grandes partidos que han dominado la vez nuestro Tratado / se
lucha política: el conservador y el li­ ha quedado en el tintero".
beral. Aunque en algunas coyunturas
precisas dicho consenso se ha altera­
do, el carácter bipartidista en la acción
internacional colombiana no se ha
apartado de las tendencias consensua­ Todo esto implicaba necesariamen­
les del estilo político del país colom­ te que desde entonces se fuera con­
biano. solidando la concentración en los Es­
Una excepción a esta regla está tados Unidos de las principales fuen­
dada por algunos debates sobre la res­ tes de financiamiento para el desarro­
ponsabilidad de alguno de los dos par­ llo de las naciones del continente. Y
tidos por razón de pérdidas territoria­ en efecto, comenzando desde los fi­
les que Colombia ha sufrido. Pero la nales del siglo XIX y agudizándose en
tendencia al consenso y la tradición en las dos primeras décadas del XX, un
ese sentido se ha asegurado con insti­ importantísimo flujo de capital desde
tuciones como la Comisión Asesora de el Norte hacia el Sur determinó toda
Relaciones Exteriores, cuyos miem­ una serie de realidades políticas que
bros, elegidos por ambas cámaras le­ caracterizaron el futuro de las relacio­
nes panamericanas.
gislativas, representan paritariamente
a los dos partidos políticos. Desde luego, éstas estuvieron fuer­
temente influenciadas por un polo, los
Antecedentes Estados Unidos, que en los diversos
aspectos de los procesos políticos y
Al finalizar la primera guerra mundial económicos llevaba la vanguardia en
en 1918, los Estados Unidos consoli­ el continente. Ello había sido posible
daron su hegemonía en Centroaméri- luego de que la guerra civil de 1846 en
ca y en el norte de Suramérica. El re­ dicha nación hubiese sido superada,
sultado militar corroboró algo que ya consolidándose así la unidad de la con­
había comenzado a vislumbrarse des­ federación de estados. Lo cual, a su
de finales del siglo xrx con la victoria vez, le permitió a la nación concen­
de los Estados Unidos sobre España trarse en la construcción de un sólido
en la guerra de 1898: que la influencia sistema económico que incrementa­
de las potencias europeas en el Nuevo ra el grado de industrialización y utili­
Mundo estaba en descenso y que el es­ zara el vasto volumen de recursos
pacio que ello dejaba, poco a poco era con que había sido dotada.
ocupado por el más próspero país del Como resultado del empuje indus-
continente. trializador, las primeras firmas de ca-
12 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Página de "Cromos", del nerales y de la tierra, pero poco a poco


3 de marzo de 1923, fue desplazándose hacia la construc­
comentando la llegada al ción de la infraestructura requerida
país de la famosa misión para dicha explotación y para su pos­
económica presidida por
Edwin Walter Kemmerer,
terior exportación.
para asesorar la inversión Al mismo tiempo, durante los pri­
de los 25 millones de meros veinte años del siglo, las rela­
dólares de la ciones económicas de la América La­
indemnización por tina, especialmente de los países situa­
Panamá. Hacían parte de
la misión Fred Rogers dos al norte del Ecuador, con los Es­
Fairchild, Howard McNyr tados Unidos, se fueron intensifican­
Jefferson, Thomas R. Lill do. Se consolidaba de esta manera el
y Frederic Bliss Luquiens, alejamiento de todas estas naciones
quien actuó como con respecto a Inglaterra, el gran po­
secretario.
der de Europa antes de la primera
guerra mundial, país del cual depen­
dieron durante bastantes años la
adquisición de recursos para la inver­
sión, la importación de manufacturas
y los mercados para las exportaciones
de productos naturales.
En estas circunstancias de las rela­
ciones Estados Unidos-América Lati­
na, Colombia, impulsada por una se­
rie de procesos domésticos, se unió a
la tendencia continental en el diseño
pital privado norteamericano busca­ de una política exterior caracterizada
ron invertir porciones de sus exceden­ principalmente por unas estrechas re­
El presidente Pedro Nel tes en las naciones localizadas al sur laciones con Washington y por la su­
Ospina y su hija Elena
Ospina Vásquez al llegar del río Bravo. Importantes empresas bordinación de los aspectos políticos a
a Washington el 3 de mayo comenzaron operaciones agrícolas en los económicos.
de 1923. A su lado, el Centroamérica y el Caribe, inversio­ Las relaciones entre Colombia y Es­
almirante Coontz, general nes que fueron creciendo en volumen tados Unidos, tradicionalmente exce­
John J. Pershing, el y que luego se extendieron a nuevos
secretario de Estado
lentes durante el siglo XIX, se afecta­
Charles Evans Hughes, sectores de la actividad económica. El ron notablemente con la «separación»
Carlos Uribe y José María grueso del capital norteamericano se de la provincia de Panamá en 1903.
Coronado. dedicó a la explotación de recursos mi­ Diversos intelectuales y políticos de la
época denunciaron al imperialismo
norteamericano y obraron en una for­
ma que hacía prever un oscuro futuro
para las relaciones bilaterales.
Colombia entendía que su posición
geográfica se había devaluado notoria­
mente. Al mismo tiempo, sin embar­
go, requería para su desarrollo eco­
nómico del acceso a las fuentes de ca­
pital en donde éste era abundante. Por
su parte los Estados Unidos, luego de
culminar su período de expansión te­
rritorial en el siglo XIX, se encontraban
en una nueva etapa de sus relaciones
con América Latina, la cual algunos
autores han denominado la «diplo­
macia del dólar» por el gran flujo de
Capítulo 1 13

capitales privados que se desplazó ha­


cia la región.
Coincidían, en Washington, los in­
tereses del Departamento de Estado
con los de los grandes empresarios. Y
por esta razón, el gobierno actuó re­
gularmente en concordancia con ellos.
Con respecto a Colombia, el ministro
norteamericano de Relaciones Exte­
riores, William Jennings Bryan, dio
los primeros pasos para regularizar las
relaciones bilaterales. En 1914, año en
el que entró en funcionamiento el Ca­
nal, se redactó el tratado Urrutia-
Thomson, por medio del cual los Es­
tados Unidos compensarían a Colom­
bia por la pérdida de Panamá y expre­
saban su «sincero pesar» por lo acon­
tecido.
El «sincero pesar», además de va­
rias otras cláusulas, fueron sin embar­
go inaceptables para varios congresis­
tas norteamericanos, lo que postergó
hasta 1923 su ratificación en el Con­
greso, luego de la modificación de al­
gunas partes del texto. Las cuales a su
vez pusieron en duda la aprobación
por parte del Senado colombiano de la
versión revisada del tratado.
En su libro Retos de la política ex­
terior colombiana, Gerhard Drekonja
describe este proceso y anota cómo bia debería reforzar sus vínculos con la Pedro Nel Ospina,
una pieza clave en él fue Marco Fidel potencia mundial que ya había de­ presidente entre 1922 y
Suárez. Como miembro de la Comi­ mostrado su creciente poder en la gue­ 1926, Su gobierno se
sión Asesora de Relaciones Exteriores rra contra España en 1898 y en la benefició con la "danza
de los millones" de la
y como canciller, Suárez jugó en efec­ guerra europea de 1914-1918. indemnización por la
to un papel de gran importancia en la La situación del petróleo, y el con­ pérdida de Panamá, de la
aprobación del tratado y fue además flicto que generaba con empresarios cual un 50% fue dedicado
firmante de la versión original del ingleses, según algunos historiadores, al desarrollo de un
Urrutia-Thompson. fue un buen argumento al cual acudió sistema nacional de
transportes (ferrocarriles,
Luego, como presidente entre 1918 Colombia para lograr finalmente, así carreteras y puertos).
y 1922, buscó la normalización en las fuera en versión corregida, la apro­
relaciones con Washington y la consi­ bación por parte del Congreso nortea­
guiente apertura de créditos y de in­ mericano del tratado Urrutia-Thom-
versión norteamericana para Colom­ son. Éste especificaba que los Estados
bia. La eventual explotación de petró­ Unidos pagarían a Colombia una in­
leos se encontraba en un momento de­ demnización de veinticinco millones
cisorio a la cual aspiraban varias em­ de dólares, los cuales, sumados a los
presas norteamericanas e inglesas, diversos créditos y capitales extranje­
teniendo las primeras algunas conce­ ros que se vinieron a Colombia, abrie­
siones ya formalizadas. Suárez, anota ron la llamada «danza de los millones»
Drekonja, acuñó la expresión Respice durante los años veinte. Diversas in­
polum («mirar al Polo», o «al Norte») versiones fueron realizadas por el sec­
para simbolizar la idea de que Colom- tor privado en distintos campos de la
14 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Unidos. A su vez, el gobierno de Pe­


dro Nel Ospina (1922-1926) conside­
raba que en la nueva etapa a la que
había ingresado el país, y que se ca­
racterizaba por impulsar el crecimien­
to económico mediante el capital ex­
tranjero, la realización de una serie de
reformas sugeridas por un reconocido
experto norteamericano era la mejor
forma para asegurar la llegada de los
volúmenes de empréstitos que se de­
seaban.
En lo cual no le faltaba razón al go­
bierno de Colombia. Aunque entre
1923 y 1926 el Estado no buscó fondos
adicionales a los veinticinco millones,
los empresarios particulares sí lo hicie­
Llegada a Bogotá de actividad productiva mientras el Es­ ron. Fue así como, si al finalizar la pri­
Jefferson Caffery, tado, sin necesidad de acudir al capital mera guerra mundial Colombia tenía
embajador de Estados extranjero gracias a los veinticinco mi­ una pequeña deuda externa, casi toda
Unidos ante Miguel llones, se dedicó a la realización de contratada con Inglaterra, al finalizar
Abadía Méndez, a quien los años veinte la deuda externa era
presentó credenciales el obras públicas que principalmente de­
1° de diciembre de 1928. sarrollaron el sistema de comunicacio­ asfixiante y casi toda se debía a los Es­
Acompaña al embajador nes del país. En aplicación inmediata tados Unidos.
el delegado presidencial de la política exterior del Respice po- El desarrollo de la misión Kemme-
Julián Delgado.
lum, y en base a su significado esen­ rer y las reformas realizadas por Co­
cialmente económico, Colombia reci­ lombia como consecuencia de ella
Enrique Olaya Herrera,
bió en 1923 la misión Kemmerer de marcaron la partida definitiva de la
tras presentar sus asesoría económica. política exterior del Respice polum.
credenciales como El «doctor Dinero», como se llamó Los créditos provenientes de Estados
embajador en a Edwin Walter Kemmerer, llegó al Unidos desplazaron casi por completo
Washington, con el país con el fin de asesorar al gobierno a los de los bancos ingleses. El co­
subsecretario de Estado
R. Woods Bliss y Carlos sobre la mejor manera para invertir mercio se intensificó con ese mismo
Uribe y José María los veinticinco millones de dólares pa­ país y las reformas sugeridas por Kem-
Coronado. gados en compensación por Estados merer significaron que su patria se
convirtiera en la mayor fuente de ca­
pital extranjero para Colombia.
El papel desempeñado por el «doc­
tor Dinero», según algunos autores
como Paul W. Drake, se asemeja al
que en épocas recientes han jugado al­
gunos organismos multilaterales de
crédito. Uno y otros recomendaron
medidas de política económica y de
organización de las instituciones eje­
cutoras de la misma; a cambio de lo
cual prácticamente se aseguraba que
Colombia recibiría nuevos recursos de
crédito.
En 1923, Kemmerer propuso, entre
otras cosas, la estabilización del tipo
de cambio, la realización de reformas
aduaneras, la redacción de leyes sobre
instrumentos negociables, la adopción
Capítulo 1 15

del patrón de cambio oro, la creación


de un banco central y la realización de
varias obras públicas.
En buena medida, aunque no en su
totalidad, las sugerencias del «doctor
Dinero» fueron acogidas por el go­
bierno de Colombia. Ello permitió
que los departamentos, los municipios
y los bancos, principalmente, se be­
neficiaran del amplio acceso a la ofer­
ta norteamericana de créditos a la cual
se había abierto el país luego de reci­
bir la indemnización por la pérdida de
Panamá y de realizar las reformas su­
geridas por la primera misión Kem-
merer.
Como se dijo atrás, la «danza de los
millones», o el período de la «pros­ coincidió con la toma de posesión de Luis Tamayo, Eduardo
peridad a debe», como también se le la presidencia de la República por par­ Santos, Francisco Umaña
llamó, permitió desarrollar el sistema te de Olaya, que había triunfado gra­ Bernal y Abelardo Forero
nacional de transportes. El 50 % de la cias a una división en el partido con­ Benavides entran al
deuda contraída en la década de los palacio de la Liga de las
servador y no obstante que su candi­ Naciones, donde Santos
veinte se empleó para dicho fin, con la datura había sido preparada tan sólo intervino a favor de
siguiente distribución: un 54 % para en unos pocos meses. refortalecer la Liga (30 de
los ferrocarriles, un 39 % para carre­ Para entonces Olaya había recorri­ septiembre de 1937).
teras y un 7 % para puertos. do, en el período transcurrido entre su
En 1929, con el estallido en octubre elección y su toma del poder, varios
de la crisis mundial, el esquema eco­ centros financieros internacionales
nómico de la «prosperidad a debe» se
acabó de ir a pique. Las exportaciones
Carlos Lleras Restrepo,
del país disminuyeron en volumen en ministro de Hacienda de
una cuarta parte. Además, la caída de la administración Santos,
los precios de los bienes que las com­ entre 1938 y 1941, dio
ponían implicó que el valor de tales prioridad al pago de la
exportaciones se redujera a la mitad. deuda externa como
Principalmente desestabilizador, entre medio de reforzar las
relaciones con Estados
estos últimos, fue el café, cuyo precio Unidos y de lograr nuevos
en el mercado mundial bajó en forma empréstitos.
significativa. El cierre de créditos ex­
ternos provocado por la crisis inter­
nacional, además, condujo al país a un
déficit de la balanza de pagos que se
reflejó en una caída de las reservas de
oro. Lo cual, a su vez, condujo a la
imposibilidad de que se mantuviera el
patrón oro.
Ante las profundas dificultades apa­
recidas en el sistema económico co­
lombiano, una segunda misión Kem-
merer fue organizada en 1931. La ad­
ministración Abadía Méndez (1926­
1930), a solicitud del jefe de la misión
colombiana en Washington, Enrique
Olaya Herrera, la convocó. Su llegada
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
16

con el fin de indagar sobre la posibi­ 1930-1946


lidad de la contratación de nuevos cré­
ditos. El presidente Enrique Olaya Herrera
Todas sus gestiones habían sido exi­ tenía todas las condiciones para man­
tosas, como quiera que un grupo de tener el esquema de política exterior
bancos había ofrecido un crédito por de la «doctrina Suárez». Tanto en sus
veinte millones de dólares. actitudes personales, como en las cir­
En su segunda visita al país, la mi­ cunstancias que existían en el momen­
sión encabezada por el «doctor Dine­ to de llegar a la presidencia y en sus
ro» permaneció cuatro meses. En esta antecedentes, sobresalían su inclina­
ocasión, sus recomendaciones habían ción hacia los Estados Unidos y su
abarcado una gama de temas mucho creencia en la idea de que, solamente
mayor que la de 1923: el banco cen­ con una relación con los Estados Uni­
tral, la banca en general, la determi­ dos semejante a la planteada por la
nación de presupuesto del gobierno, la «doctrina Suárez», Colombia tendría
recaudación y distribución de ingre­ acceso a los requerimientos financie­
sos, el contralor, el crédito público, la ros y comerciales exigidos por el pro­
ceso de desarrollo económico.
Como canciller del gobierno de Jor­
ge Holguín, Olaya había ayudado a
buscar la ratificación del tratado Urru-
tia-Thomson. Después había viajado a
Washington como jefe de la misión co­
lombiana ante ese gobierno, cargo que
ocupaba cuando su partido, el liberal,
le había propuesto presentar su can­
didatura presidencial para las eleccio­
nes de 1930. Finalmente, el momento
de llegada a la presidencia de Olaya
Herrera estaba caracterizado por la
crisis económica mundial.
Colombia, al igual que la mayor
parte de las naciones latinoamerica­
nas, se hallaba en medio de una crisis
de endeudamiento ocasionada por los
empréstitos contratados durante la
época de la «prosperidad a debe» y
Los presidentes Franklin deuda pública, los certificados de te­ por la caída en los ingresos ocurrida
Delano Roosevelt y sorería, las obras públicas, la aduana, a finales de la década, cuando la
Enrique Olaya Herrera, los impuestos de exportaciones, la im­
en Cartagena, julio 14 de crisis del mundo industrializado se
1934. Después de la crisis portación de mercancías, los derechos reflejó en menores exportaciones
económica de 1929, consulares, la tierra, los inmuebles, la colombianas.
Olaya fortaleció las valorización municipal, la renta, las La crisis era de tal magnitud que
relaciones con los Estados sucesiones y las donaciones. En ge­
Unidos, negociando lo muchas naciones se habían visto en la
mismo con el Estado, que
neral, se trataba de pequeñas refor­ obligación de acudir a la moratoria de
con banqueros y mas y adecuaciones a las propuestas su deuda externa. Olaya, fiel a la po­
empresarios. realizadas durante la primera visita. lítica exterior del Respice polum, y
Más importante que las reformas en luego de haber logrado algunos fondos
sí, sin embargo, era el impacto en la como presidente electo, se empeñó en
confianza hacia el Estado colombiano que Colombia mantuviera el cumpli­
que el nuevo presidente buscaba entre miento de sus compromisos de endeu­
los prestamistas internacionales como damiento. Sólo la guerra con el Perú,
vía para salir de la crisis interna pro­ y un cambio en la actitud de los ban­
ducida por la gran depresión mundial. queros norteamericanos hacia Colom-
Capítulo 1 17

bia, llevaron a que Olaya suspendiera


el pago de los vencimientos correspon­
dientes a la deuda externa, en abril de
1933.
El presidente Olaya Herrera pen­
saba, según historiadores como David
Bushnell y Paul W. Drake, que las re­
laciones entre Colombia y los Estados
Unidos se debían entender en una ma­
nera global. Las negociaciones con los
banqueros privados y con los empre­
sarios, en consecuencia, eran incluidas
por Olaya en la agenda de conversa­
ciones con los representantes del De­
partamento de Estado y con el jefe di­
plomático de los Estados Unidos en
Bogotá.
Por esta misma razón, Olaya creía
que las concesiones que se hicieran a
las compañías de capital privado, a
través de las negociaciones con el go­
bierno, se reflejarían en beneficios
para Colombia con relación al proble­
ma más apremiante del momento: el
de la necesidad de conseguir nuevos
créditos para equilibrar la balanza
cambiaría.
Así pues, Olaya cooperó estrecha­
mente con las compañías norteameri­
canas, con el fin de atraer capital de
los Estados Unidos. Como parte de
ello, el gobierno colombiano aceptó
varias recomendaciones de la emba­
jada norteamericana en relación a po­
líticas de comercio tales como la dis­ da a atacar al gobierno por convertirse En 1947, cuando Alfonso
minución de aranceles para importa­ en una «colonia yankee». Entre tales López Pumarejo presidía
ciones de ese país. En el ensayo an­ empresas se beneficiaron en forma el Consejo de Seguridad
teriormente mencionado de Paul Dra- de Naciones Unidas,
singular la United Fruit Company y al­ fue invitado por
ke, se recoje una cita del jefe de la gunas compañías petroleras. Nelson A. Rockefeller
misión norteamericana en Bogotá, en La primera de ellas, productora de a dictar una conferencia
1933, en la que se ufana de haber fa­ banano en la costa norte de Colombia en el Rockefeller Center
vorecido los intereses del capital pri­ en donde comenzaba un vasto imperio de Nueva York.
vado de su país: «Tengo el honor de que se extendía en varios países cen­
señalar con todo respeto que esta mi­ troamericanos hasta Guatemala, logró
sión diplomática, desde finales de que el gobierno colombiano apoyara
1928, ha desempeñado un papel cru­ sus pretensiones en contra de las de­
cial en la promoción de los intereses mandas de los trabajadores por sala­
empresariales de los Estados Unidos, rios más altos y del Congreso por la
representado en unos cuantos millo­ imposición de nuevos tributos fiscales.
nes de dólares.» Igualmente se beneficiaron las com­
Varias empresas con capital nortea­ pañías petroleras. Olaya implantó una
mericano se beneficiaron de la actitud nueva legislación facilitando y esti­
colombiana, la cual no estuvo exenta mulando la exploración y explotación
de alguna oposición doméstica dirigi- de este recurso, considerando que con
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
18

ello se estaban abriendo las puertas de tratado de seguirle el juego a los ame­
los bancos norteamericanos para que ricanos; logré que se aprobara la ley
de allí salieran nuevos fondos para Co­ de petróleos que deseaban y se fir­
lombia. Sin embargo, las difíciles con­ mara la concesión Barco (para la Gulf
diciones de la economía internacional Oil); he tratado de proteger los inte­
condujeron a que los banqueros no reses norteamericanos en lo referente
respondieran en la forma como Olaya, a los aranceles, etc. Me rompe el co­
y la propia secretaría de Estado, de­ razón ver que los americanos me han
seaban. Los créditos se hicieron más defraudado en el último momento.»
difíciles, a pesar de los esfuerzos que Finalmente, la última cuota del
había adelantado el presidente Olaya mencionado crédito fue transferida
Herrera. Cada vez con mayor insisten­ luego que el Departamento de Estado
cia, entonces, los empréstitos se ofre­ y Edwin W. Kemmerer, además de las
cían a cambio de mayores exigencias, compañías petroleras, intervinieron
lo cual a su vez fortalecía a la oposi­ en este proceso de complejos intereses
ción doméstica que enfrentaba Olaya enfrentados.
por su «entrega al imperialismo». Así, El asunto de los nuevos créditos
la última cuota del crédito por veinte para Colombia no fue sin embargo el
millones de dólares que había obteni­ punto principal en la agenda de las re­
El presidente electo do Olaya en junio de 1930 como pre­ laciones bilaterales con Estados Uni­
Alfonso López Pumarejo y sidente electo fue suspendida por el dos durante el gobierno de Eduardo
el secretario de Estado grupo de bancos con quienes se había Santos. Estaba pendiente, también, el
norteamericano Cordell contratado. de los créditos «viejos».
Hull, durante un almuerzo
en la Unión Este hecho condujo a una frustra­ En efecto, desde los años de la de­
Panamericana, en ción por parte del presidente de Co­ presión, el país no había adelantado
Washington, el 21 de julio lombia, ante la evidencia de que el su­ pagos correspondientes a su deuda ex­
de 1934. En su primer terna. Como se anotó anteriormente,
mandato, López no dio
puesto sobre el que se había basado
prioridad al servicio de la toda su política exterior, es decir, que la administración Olaya se vio en la
deuda externa, impuso se maximizaba el provecho para Co­ necesidad de suspenderlos cuando se
restricciones a la United lombia al entenderse globalmente con precipitó el conflicto con el Perú, en
Fruit Company y
estableció una
los Estados Unidos, se estaba cayen­ 1933, luego de un lapso durante el cual
reglamentación en do. Paul Drake recoje la frustración el gobierno se había empeñado en
defensa de los productores presidencial en una conversación con mantener los pagos correspondientes
nacionales. el embajador norteamericano: «He al servicio de la deuda a pesar de que
en el continente la conducta general
era la contraria.
Posteriormente, durante la adminis­
tración López, no se concedió priori­
dad a este problema. En cambio,
Eduardo Santos y su ministro de Ha­
cienda, Carlos Lleras Restrepo, con­
sideraron que la normalización del flu­
jo de repago de la deuda externa era
una condición necesaria para reforzar
las relaciones con los Estados Unidos.
Colombia tenía deudas que se habían
originado en los años veinte, y aun an­
tes. De ellas, el mayor volumen y el
que mayor interés acaparó de parte
de los Estados Unidos fue el corres­
pondiente a bonos del gobierno co­
lombiano que se habían colocado
en el mercado financiero de los
Estados Unidos.
Capítulo 1 19

La administración Santos adelantó


complejas negociaciones en las cuales
participaron diversos representantes
de ambos gobiernos y de los tenedores
de bonos. Finalmente, como lo des­
cribe David Bushnell en forma deta­
llada, se logró un acuerdo que a la vez
implicó el pago de la deuda externa
colombiana y la base para que algunas
entidades norteamericanas y multila­
terales, con el visto bueno de la ad­
ministración Roosevelt, le concedie­
ran empréstitos a Colombia con re­
cursos frescos.
El punto de la deuda externa estuvo
acompañado de otros asuntos econó­
micos de gran importancia en las re­
laciones exteriores de Colombia du­
rante el período de la segunda guerra Roosevelt acogió la idea de Keynes El embajador
mundial y en los años inmediatamente según la cual el Estado debía entrar a norteamericano Spruille
posteriores. Los Estados Unidos, al participar activamente en la actividad Braden y el coronel
comenzar la guerra, eran el principal económica con el fin de proveer la de­ Suárez en el palacio de la
mercado para los productos colombia­ Carrera, durante una
manda efectiva suficiente para llegar reunión diplomática.
nos que se vendían en el exterior, era al pleno empleo. Aunque la obra cum­ Braden actuó como
la fuente principal de recursos de cré­ bre de Keynes, la Teoría general de la mediador entre el
dito para inversión, y era el mayor ocupación, el interés y el dinero, salió gobierno y la United Fruit
proveedor de los llamados bienes de en 1936, desde su llegada a la Casa Company.
capital, es decir, los que se utilizan en Blanca Roosevelt comenzó a iniciar lo
la producción de otras mercancías. que vino a llamarse como el «Nuevo
Antes de la guerra, dicha situación Trato» (New Deal), que a su vez abría
se había consolidado en un ambiente las puertas al «Estado benefactor».
de armonía en las relaciones intera­ El Estado norteamericano adelantó
mericanas, que se derivaba de los in­ programas fiscales agresivos con el fin
tentos por parte del presidente Fran- de redistribuir la riqueza a través del
klin Delano Roosevelt en el sentido de gasto del Estado, y la activa partici­
darle un giro al tratamiento de las na­ pación de este último en el desarrollo
ciones latinoamericanas por parte de de programas sociales, los cuales es­
Washington. taban diseñados para beneficiar pre­
Roosevelt había llegado a la presi­ ferentemente a los estratos más po­
dencia en 1933, cuando la gran crisis bres de la población.
mundial todavía dejaba sentir sus se­ El Nuevo Trato tuvo su correspon­
cuelas, y adelantó un agresivo progra­ diente modelo en el plano de las re­
ma económico para devolverle a su laciones exteriores norteamericanas.
país el dinamismo productivo. El cual, Aunque la nación mantuvo su posi­
desde luego, arrastró a otras econo­ ción de aislamiento de los asuntos in­
mías hacia un mayor crecimiento. El ternacionales tal como había sido la
gobierno norteamericano utilizó no­ tradición de la política exterior nor­
vedosas políticas económicas inspira­ teamericana, Roosevelt le dio un vuel­
das en las más tempranas obras de co a las relaciones interamericanas
John Maynard Keynes, según las cua­ mediante la formulación de la llamada
les las fuerzas libres del mercado nun­ política del «buen vecino».
ca llegarían, por sí solas, a un punto En ésta, los Estados Unidos busca­
de pleno empleo de todos los factores rían una forma de tratamiento a las
de la producción. naciones latinoamericanas que evitara
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
20

Manuel Prado Ugarteche, Montevideo en el mismo año de la


presidente del Perú (1939­ toma de posesión de Roosevelt, en el
1945) y Eduardo Santos, artículo 8.° se aprobó: «Ningún Esta­
en Bogotá. La reunión de do tiene derecho de intervención en
los dos mandatarios, un
reflejo de la función del
los asuntos internos o externos de
Ministerio de Relaciones otro.» Como lo sostiene Carlos Sanz
de Colombia como de Santamaría en su libro Interameri­
"Ministerio de canismo contemporáneo, publicado
Fronteras". como volumen complementario a la
Historia extensa de Colombia, en an­
teriores oportunidades varios gobier­
nos latinoamericanos habían intenta­
do la aprobación de una resolución se­
mejante, pero habían chocado siem­
pre con la oposición de los represen­
tantes de Washington. Tal había sido
el caso, durante la anterior conferen­
cia de La Habana, en 1928.
Dos años más tarde, Franklin D.
Roosevelt sancionó la ley de neutra­
lidad de su país, en momentos en que
comenzaba a percibirse el conflicto
europeo. En ella, y en la posterior mo­
dificación que solicitó al Congreso,
Roosevelt demarcaba dentro de los te­
los episodios inamistosos del pasado, rrenos que cobijaban a la neutralidad
los cuales principalmente se origina­ a toda la América Latina y a las aguas
ban en las repetidas intervenciones ar­ marinas que la rodean. En la mencio­
madas de miembros de la marina nor­ nada reforma fue incluida, hacia el
teamericana en países localizados al norte, la inmensa isla de Groenlandia.
sur del río Bravo. Éstas se habían pro­ Los Estados Unidos considerarían un
ducido con frecuencia desde comien­ acto de agresión el traspaso por parte
zos del siglo, luego de la guerra de Es­ de submarinos, barcos o aviones de los
paña y Estados Unidos, como se anotó países del eje, de cualquiera de los lí­
con anterioridad. Al llegar Roosevelt mites trazados dentro del área que de­
al poder, en 1933, existían situaciones marcaba la neutralidad de los Estados
de crisis en varias naciones latino­ Unidos.
americanas. Fundamentalmente, en De esta manera, y siguiendo a Sanz
Cuba y en Nicaragua. La nueva ad­ de Santamaría, la política exterior de
ministración interpretó esta coyuntura Roosevelt globalizó a las relaciones in­
como un fracaso de la política inter­ teramericanas elevándolas al plano de
vencionista, y por esa razón buscó las relaciones de Estados Unidos con
la introducción de un cambio en el el resto del mundo. A la vez que el
criterio global del manejo de los continente pasaba a ser parte de la ac­
asuntos hemisféricos por parte de titud de Washington ante la inminente
Washington. guerra mundial que se avecinaba, la
Como parte del nuevo esquema, se ley de neutralidad significó un apoyo
fortalecieron los vínculos entre los militar para América Latina.
ejércitos latinoamericanos y de los Es­ El conflicto mundial del final de los
tados Unidos y, lo que es más impor­ treinta, y la política del buen vecino de
tante, se adoptó el principio de la «no la administración Roosevelt, sirvieron
intervención» en los asuntos domésti­ de marco para las relaciones de Co­
cos de otros países. En la 7.a Confe­ lombia con Estados Unidos, en mo­
rencia Interamericana celebrada en mentos en que el comercio de algunos
Capítulo 1 21

productos, por la desfavorable coyun­ Como se mencionó anteriormente,


tura que representaba el conflicto bé­ Estados Unidos era en 1938 el princi­
lico europeo, se convirtió en un as­ pal comprador de las exportaciones de
pecto fundamental de las relaciones Colombia. Adquiría el 80 % del café,
bilaterales entre Bogotá y Washing­ mientras que Alemania sólo se que­
ton. Si bien hubo conversaciones entre daba con el 16 %. Este producto era
el gobierno de Santos y la Casa Blanca la mayor fuente de adquisición de di­
sobre las necesidades estratégicas de visas, pues representaba el 54,4 % del
protección al continente y al canal de total de las exportaciones colombia­
Panamá, y si bien ellas derivaron en nas. Le seguían en importancia el pe­
rumores sobre una eventual exigencia tróleo crudo, con un 22,8 %, y el oro
por parte de Estados Unidos en el sen­ con un 11,5 %. Durante un banquete
tido de que Colombia le permitiera Naturalmente, la guerra mundial se ofrecido por Alfonso
instalar bases para la protección de reflejó en la forma de una menor de­ López Pumarejo a la
este último, fueron nuevamente los as­ manda por los productos nacionales. delegación colombiana
pectos económicos los que el gobierno que asistiría a la
Y ello, a su vez, implicó una tendencia Conferencia de
colombiano consideró de mayor im­ a la baja en los precios de los mismos, Cancilleres que se reunió
portancia. lo cual abría toda una serie de interro­ en México el 21 de febrero
En medio de un agudo debate en gantes sobre el futuro cambiario y fis­ de 1945, presidida por el
la opinión pública, estimulado por la cal del país. recién nombrado canciller
Alberto Lleras Camargo,
oposición conservadora a Santos, la El gobierno de Eduardo Santos y su aparecen, además de éste,
cual lo acusaba de ser demasiado to­ ministro de Hacienda, Carlos Lleras Emilio Toro, Fernando
lerante con el imperio materialista de Restrepo, tomaron prontas medidas Solazar, José Vicente
los Estados Unidos, Colombia sintió entre las que se destacó la creación de Combariza, Alberto
que la guerra se aproximaba en la for­ un subsidio de dos pesos por cada saco González Fernández y
Carlos Lleras Restrepo,
ma de cierre de mercados para sus de café. entre otros. A la
productos principales de exportación: Además de ello, Colombia por pri­ izquierda, Juan Pablo
el café, el banano y el petróleo. mera vez entró a participar en serio en Llinás, alcalde de Bogotá.
22 Nueva Historia de Colombia. Vol. ///

do, la posición de Colombia en cuanto


a las cuotas fue muy rígida e impidió
temporalmente el logro del mismo. Fi­
nalmente, y en medio de las negocia­
ciones que la administración Santos
adelantaba con Estados Unidos en re­
lación a los créditos «nuevos y viejos»,
como los llama David Bushnell, Co­
lombia cedió, y suscribió un acuerdo
latinoamericano que le dejó al país
una cuota de 3,2 millones de sacos,
aproximadamente un 20 % de las ex­
portaciones del continente. El acuer­
do fue un resultado básicamente de las
negociaciones bilaterales entre Co­
lombia y Estados Unidos, y en los
años inmediatamente siguientes tuvo
Durante la IV reunión de una iniciativa que ante la compleja co­ los favorables efectos sobre los precios
consulta de ministros de yuntura internacional volvía a tomar que se habían planeado. En esta for­
Relaciones Exteriores de un poco de fuerza: la de la creación de ma, el café continuó siendo el princi­
América Latina, Alberto pal motor de la vida económica colom­
Lleras, secretario general
un convenio latinoamericano de pro­
de la OEA, durante una ductores de café que sirviera para biana y la columna vertebral de sus re­
cena en honor de Harry mantener los niveles de los precios. laciones exteriores.
S. Truman, quien acababa La idea había sido planteada en an­
de asumir la presidencia Otro aspecto importante en la agen­
a la muerte de Roosevelt,
teriores ocasiones, pero Colombia no da bilateral de Estados Unidos y Co­
abril 12 de 1945. Con la había acogido. En realidad, hasta el lombia durante la época fue el del ba­
ellos, Manuel Tello, de momento el café colombiano había nano. El 49 % de las exportaciones
México, Virgilio Díaz encontrado en el mercado mundial colombianas de este producto iba al
Ordóñez, de República una demanda suficientemente inelás­
Dominicana, John F. mercado norteamericano en 1938,
Simmons, jefe de
tica como para permitirle la venta de pero el asunto tenía especial relevan­
protocolo del todo el café producido a precios su­ cia por la participación de una com­
Departamento de Estado, periores a los de otras especies. pañía estadounidense, la United Fruit
y William Manger, alto Esta situación comenzaba sin em­
funcionario, en
Company, en la producción y en la ex­
Washington.
bargo a alterarse, por lo cual los re­ portación.
presentantes de la administración San­ Aunque la frutera sólo producía una
tos a la Tercera Conferencia Pana­ quinta parte de los bananos que Co­
mericana del Café, celebrada en Nue­ lombia vendía en el exterior, parale­
va York en 1940, participaron activa­ lamente compraba a pequeños culti­
mente y apoyaron en principio la vadores independientes y exportaba
adopción de un acuerdo sobre cuotas esta producción, lo cual le daba a la
de exportación. Por su parte, la dele­ compañía un virtual monopolio en la
gación de los Estados Unidos también comercialización y una gran influencia
acogió esta idea, pues la administra­ en el comercio internacional del país.
ción Roosevelt consideraba que un Durante la primera administración
mayor descenso en los precios del gra­ López Pumarejo, según relata David
no podría tener efectos políticos per­ Bushnell, Colombia había establecido
judiciales sobre las nacionales cafete­ una reglamentación que protegía a los
ras. A su posición de respaldo, los Es­ productores nacionales limitando a
tados Unidos añadieron una exigencia dos años, entre otras cosas, la dura­
en el sentido de que los países consu­ ción de los contratos de venta a la Uni-
midores entraran a formar parte de ted Fruit Company, que hacía la ex­
este esquema. portación. Ésta y otras medidas, así
Aunque en la mencionada confe­ como el diferente trato que López dio
rencia se llegó a un principio de acuer­ a los funcionarios de la frutera en
Capítulo 1 23

comparación con su antecesor Olaya agrarias para una eventual reanuda­


Herrera, había ocasionado quejas por ción de labores en el futuro.
parte de los representantes de la mul­ Un resultado diferente tuvo, en
tinacional y aun de la embajada nor­ cambio, la negociación sobre inver­
teamericana, para quienes las actua­ sión norteamericana en la industria
ciones del gobierno de la Revolución petrolera. Como se recordará, la le­
en Marcha eran de claro hostigamien­ gislación en este sentido favorecía am­
to contra la compañía domiciliada en pliamente al capital foráneo desde la
Boston. adopción por parte del gobierno de
Al llegar a la presidencia Eduardo Suárez de un régimen legal. Éste ha­
Santos los problemas relacionados con bía sido modificado durante las ad­
la producción y comercialización de ministraciones Olaya y López, pero en
banano se aumentaron y en conse­ todo momento mantuvo el atractivo
cuencia creció la importancia de dicho para el capital extranjero. El gobierno
producto en las relaciones de los dos de Santos en 1941, presionado en par­
países. Denuncias en el sentido de que te por la fuerte oposición conserva­
la frutera había sobornado a funcio­ dora (El Siglo y la Iglesia) a la inver­
narios del gobierno colombiano to­ sión norteamericana, presentó al Con­
maron cuerpo. Desde algunos años greso un proyecto de reforma que, se­
más atrás, además, la zona de produc­ gún los analistas de la época, sólo co­
ción del banano había mostrado indi­ bijaba aspectos secundarios. Como
cios de que se empezaba a propagar resultado, los inversionistas nortea­
una enfermedad, la sigatoka negra, mericanos en el campo petrolero, al
cuyo control requería costosas inver­ contrario de sus colegas de la United
siones que la compañía no deseaba ha­ Fruit Company, mantuvieron sus ope­
cer ante la incertidumbre de la actitud raciones en Colombia en el período fi­
del gobierno de López hacia ella. nal de la segunda guerra mundial.
El embajador norteamericano en Tanto durante los años de la guerra
Bogotá, Spruille Braden, actuó como como en el período que le siguió, la
mediador entre el gobierno y la com­ posición de Colombia en el contexto
pañía para buscar una fórmula de internacional estuvo caracterizada por
acuerdo para el incipiente conflicto. una estrecha relación con los Estados
En medio de las negociaciones, la Unidos. Este hecho, además, consti­
Corte Suprema de Justicia declaró in­ tuía la columna vertebral del sistema
constitucionales algunas de las regu­ interamericano a la vez que la política
laciones especificadas en la legislación hemisférica adquiría una dimensión
aprobada durante la administración global en el campo de la lucha entre
López, lo cual aparentemente contri­ las potencias. Durante la guerra, la
buyó a mejorar el clima entre las América Latina fue sumándose poco a
partes. poco, bajo la tutela de Washington, en
Efectivamente, en 1941 se suscribió su solidaridad con los países aliados.
un acuerdo entre el gobierno de Co­ En la posguerra sucedió igual cosa,
lombia y la United Fruit Company que pero la colaboración se alineaba de
autorizaba a esta última a desarrollar acuerdo a los dos nuevos bloques he­
por su cuenta programas para com­ redados del conflicto mundial: el ca­
batir la sigatoka negra y a firmar con­ pitalista y el comunista. El continente
tratos con los productores por un pla­ hizo parte del primero con la sólida
zo superior a los dos años. A pesar de participación de Estados Unidos, de
ello, sin embargo, demoras en las par­ tal forma que, como se verá más ade­
tes para poner en marcha el acuerdo y lante, la política exterior de la mayor
para acordar algunos puntos adicio­ parte de las naciones latinoamericanas
nales condujeron a que La Frutera se caracterizó por la lucha contra el
suspendiera sus operaciones comercia­ expansionismo del comunismo inter­
les pero mantuviera sus propiedades nacional.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
24

tenía especial relevancia el ala laurea-


nista del partido conservador, que se
había opuesto a la política de colabo­
ración con Estados Unidos de los go­
biernos liberales de Olaya y de Santos.
Laureano Gómez, desde su tribuna
del periódico El Siglo impulsaba en
efecto una política de acercamiento
con el régimen español de Francisco
Franco.
En segundo lugar, con posteriori­
dad al ataque a Pearl Harbor, Colom­
bia y Estados Unidos definieron con
mayor claridad cuál sería la partici­
pación de la primera en la defensa del
hemisferio. Los dos países, según ano­
ta David Bushnell en su mencionada
obra sobre la política exterior de la ad­
Alberto Lleras Camargo, Colombia adoptó una actitud de ministración Santos, habían adelanta­
como canciller de neutralidad en la guerra mundial hasta do conversaciones sobre este tema
Colombia, firma la Carta el ataque de los japoneses a Pearl Har- desde el año 1940. Para los Estados
de Constitución de las bor, el 7 de diciembre de 1941. Este Unidos constituía una notable preo­
Naciones Unidas, en la cupación la posibilidad de que un po­
ciudad de San Francisco, hecho llevó a que Colombia suspen­
el 7 de julio de 1945, diera sus relaciones con el imperio ja­ der cualquiera pudiera buscar desde
observado por Eduardo ponés y acelerara una serie de proce­ Colombia un ataque militar contra el
Zuleta Ángel. sos políticos domésticos que llegaron a canal de Panamá.
afectar sus relaciones bilaterales con Las negociaciones entre Bogotá y
Washington. De una parte, perdieron Washington incluyeron en su agenda
fuerza algunos grupos que sentían un proyecto de ayuda por parte de
cierta simpatía por el Eje. Entre éstos Washington para reforzar el equipo
militar colombiano. Cualquiera que
fuese el papel de Colombia en la de­
Franklin D. Roosevelt
firma la declaratoria de
fensa del Canal, de su propio territo­
guerra a las potencias del rio o de la lucha contra el eje nazifas-
Eje, luego del ataque cista, era claro que sus fuerzas mili­
japonés a Pearl Harbour, tares no contaban con la infraestruc­
el 6 de diciembre de 1941. tura bélica que se requería. Las con­
Colombia rompió
relaciones con Japón y versaciones se centraron entonces en
decidió su apoyo a los un préstamo que harían los Estados
Aliados. Unidos para compra del mencionado
material, pero fueron dilatadas por el
gobierno colombiano a causa de la
sensibilidad que tenía el tema en la po­
lítica doméstica y en las relaciones en­
tre el gobierno y la oposición.
En 1942 se revivieron las conversa­
ciones y en el mes de marzo se firmó
un convenio de préstamo y arriendo
entre las dos naciones, en el cual se re­
cogían los puntos tratados en las ne­
gociaciones llevadas a cabo antes del
ataque a Pearl Harbor.
Obviamente, la participación de
Colombia en la guerra no tuvo nunca
Capítulo 1 25

una dimensión considerable. El go­


bierno de Santos se solidarizó con las
fuerzas aliadas (Estados Unidos, Gran
Bretaña, Francia y la URSS) y adelan­
tó algunas medidas que «desalemani-
zaron» algunas empresas y afectaron a
los ciudadanos de esa nacionalidad
que habitaban en el país.
Un pequeño incidente se presentó
en las relaciones con los Estados Uni­
dos cuando representantes de ese go­
bierno denunciaron la supuesta pre­
sencia de actividades de «quinta co­
lumna» desarrolladas por alemanes en
Colombia. El hecho llegó hasta el
punto de que el presidente Roosevelt,
en un discurso público realizado el 11
de septiembre de 1941, afirmó que
Alemania tenía bases secretas en Co­ cias con gran entusiasmo. El doctor Alfonso López Pumarejo y
lombia. El episodio nunca pasó a ma­ Eduardo Zuleta Ángel, por ejemplo, Eduardo Zuleta Ángel en
yores, pero naturalmente produjo una fue presidente de la reunión prepara­ la 89a. reunión del
considerable polémica doméstica que toria para la Primera Asamblea Ge­ Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas.
temporalmente les dio alguna fuerza a neral de la Organización de las Nacio­ López se opuso al derecho
los sectores pronazis de la opinión pú­ nes Unidas, y el ministro de Hacienda, de veto acordado en la
blica. Carlos Lleras Restrepo, ocupó un ONU a Estados Unidos,
En general, entonces, la posición de asiento en el Consejo Económico y Unión Soviética, China,
Colombia durante el conflicto mundial Social de la recién fundada institución. Francia e Inglaterra.
se caracterizó por la solidaridad con En la formación de la ONU, así
las fuerzas aliadas, la cual se definió como de los otros organismos del sis­
con la entrada a la guerra de los Es­ tema internacional de-la posguerra ta­
tados Unidos. Hacia 1944, cuando co­ les como el Banco Internacional de Re­
menzó a diseñarse el orden institucio­ construcción y Fomento y el Fondo Mo­
nal de la posguerra, Colombia parti­ netario Internacional, Colombia estu­
cipó en los diversos foros y conferen- vo presente como miembro-fundador.

Eduardo Zuleta Ángel en


la ONU. Fue presidente
de la reunión preparatoria
para la primera Asamblea
General de la
Organización de las
Naciones Unidas, de la
cual Colombia es socio
fundador.
26 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

MINISTROS DE HACIENDA
(1930-1945)
Año Nombre Fecha de iniciación

1930 Francisco de Paula Pérez 7 agosto 1930


Jesús M. Marulanda 28 julio 1931
Esteban Jaramillo 27 noviembre 1931

1934 Carlos Uribe Echeverri 7 agosto 1934


Marco A. Auli 13 agosto 1934
Jorge Soto del Corral 26 octubre 1934
Gonzalo Restrepo 4 abril 1934
José Joaquín Castro Ramírez 27 marzo 1937
Gonzalo Restrepo 4 junio 1937
Héctor José Vargas 2 abril 1938

1938 Carlos Lleras Restrepo 7 agosto 1938


Gonzalo Restrepo 3 abril 1941
Carlos Lleras Restrepo 26 agosto 1941
1942 Alfonso Araújo 7 agosto 1942
Arcesio Londoño Palacio 23 agosto 1943
Carlos Lleras Restrepo 8 octubre 1943
1943 Carlos Lleras Restrepo 19 noviembre 1943
Gonzalo Restrepo 6 marzo 1944
1944 Gonzalo Restrepo 30 junio 1944
Roberto Urdaneta Arbeláez 30 marzo 1945
Carlos Sanz de Santamaría 9 abril 1945
1945 Francisco de Paula Pérez 9 septiembre 1945

Recientemente, el ministro de Re­ Consejo de Seguridad de la ONU: Es­


laciones Exteriores, Augusto Ramírez tados Unidos, la Unión Soviética, Chi­
Ocampo, recordaba estos hechos en na, Francia e Inglaterra. Ramírez
su discurso ante la 40 asamblea gene­ Ocampo citó en su discurso al ex pre­
ral de la ONU. Colombia hizo par­ sidente Alfonso López Pumarejo
te de la reunión de San Francisco en cuando en nombre de Colombia re­
donde se adoptaron los principios fun­ chazó el mencionado poder de veto de
damentales de lo que luego sería la los superpoderes: «El veto significa
Carta de las Naciones Unidas, sobre que los intereses de cinco grandes po­
la base de las conclusiones de una tencias quedarán sujetos al deseo de
reunión previa: la conferencia de una. El resultado será siempre un
Yalta. acuerdo para no actuar. Esta inacción
Los representantes colombianos se les causará al Consejo y a las grandes
opusieron con gran decisión al princi­ potencias una pérdida de prestigio y
pio del poder de veto que se había conducirá al decaimiento de la orga­
acordado en Yalta para las cinco po­ nización. No es sabio hacer imposible
tencias con asiento permanente en el futuras enmiendas.»
Capítulo 1 27

Algunos ministros de
Relaciones Exteriores de
Colombia, durante el
período de los gobiernos
liberales (1930-1946).

Eduardo Santos
Monteio Raimundo Ri\ as
1930 1930-1931

Roberto Urda neta


Arbeláez Enrique Olaya
1931-1933 Herrera
1934 1935

Gabriel Turbay
Jorge Solo Avinader
del Corral 1937-1938
1936-1937 1942-1943

Luis López Carlos Lozano


de Mesa Gómez y Lozano
1938-1942 1944
Nueva Historia de Colombia. Vol. ///
28

MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES


(1930-1946)
Fecha iniciación F. terminación Nombre
Agosto 1930 Diciembre 1930 Eduardo Santos
Diciembre 1930 Julio 1931 Raimundo Rivas
Julio 1931 Septiembre 1933 Roberto Urdaneta Arbeláez
Septiembre 1933 Mayo 1934 Alfredo Michelsen
Agosto 1934 Diciembre 1934 Roberto Urdaneta Arbeláez
Febrero 1935 Septiembre 1935 Enrique Olaya Herrera
Noviembre 1935 Abril 1936 Ernesto González Piedrahíta
Abril 1936 Noviembre 1936 Jorge Soto del Corral
Enero 1937 Junio 1937 Jorge Soto del Corral
Junio 1937 Diciembre 1937 Gabriel Turbay
Enero 1938 Marzo 1938 Gabriel Turbay
Abril 1938 Agosto 1938 Antonio Rocha
Agosto 1938 Diciembre 1938 Luis López de Mesa
Enero 1939 Mayo 1939 Luis López de Mesa
Julio 1939 Septiembre 1939 Luis López de Mesa
Octubre 1939 Julio 1940 Luis López de Mesa
Agosto 1940 Septiembre 1941 Luis López de Mesa
Octubre 1941 Julio 1942 Luis López de Mesa
Marzo 1944 Junio 1944 Carlos Lozano y Lozano
Julio 1944 Septiembre 1945 Darío Echandía
Septiembre 1945 Agosto 1946 Fernando Londoño y Londoño

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1983.
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SANZ DE SANTAMARÍA, CARLOS. Interamericanismo contemporáneo. Complemento a la Historia
Extensa de Colombia. Bogotá, Plaza y Janés, 1985.
Capítulo 2 29

La política exterior colombiana


(1946-1974)
Fernando Cepeda Ulloa sos extraordinarios para obras de
Rodrigo Pardo García-Peña grande aliento, y, por encima de todo,
la paz, la tranquilidad y la seguridad
del país.»
n 1946 el proceso político colom­
E En realidad, no había muchas po­
biano experimentó un tránsito sibilidades de que el nuevo gobierno
hacia una nueva fase. En las elecciointrodujera
­ una política exterior sig­
nes presidenciales el partido liberal se nificativamente distinta de la de la ad­
presentó con dos candidatos, Gabriel ministración López-Lleras Camargo.
Turbay y Jorge Eliécer Gaitán, lo que De una parte, porque el conservatis-
permitió la victoria conservadora con mo llegaba al poder con el liderazgo
Mariano Ospina Pérez. Quedaba atrás de la fracción que rivalizaba con Lau­
la República Liberal y retornaba al reano Gómez. Había sido este último
poder, luego de dieciséis años, el par­ quien con mayor decisión se había
tido político que había gobernado a apartado de la política exterior de los
Colombia durante la mayor parte del gobiernos liberales en los años inme­
siglo XX. diatamente anteriores a la segunda
Desde el punto de vista de la polí­ guerra mundial. Como se anotó atrás,
tica exterior, dicho cambio no impli­
caría una alteración en el rumbo de su
orientación, como se deduce de la si­ Resello sobre una
estampilla de correos de
guiente afirmación del presidente Os- Colombia con las efigies
pina Pérez en su toma de posesión de Stalin, Roosevelt y
ante el Congreso: «De la acertada di­ Churchill, en
rección de la política exterior depende conmemoración de la
la solución de los grandes problemas conferencia de Yalta,
celebrada en la residencia
nacionales: el precio del café, el de­ palaciega de Livadia, en
sarrollo y la propia subsistencia de Ucrania, entre el 4 y el 11
nuestras industrias, el fomento de la de febrero de 1945.
agricultura, la posibilidad de tener un
sistema monetario acorde con nues­
tros intereses, la adquisición de recur­
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
30

vas características de la política entre


las naciones mostraban un rompimien­
to del bloque que había ganado la gue­
rra, lo cual dejaba sin piso la posibi­
lidad de que un nuevo orden interna­
cional institucionalizara la paz hege-
mónica de los vencedores.
En lugar de propiciar el rápido re­
tiro de las tropas soviéticas de los lu­
gares que habían ocupado en la guerra
dentro de la estrategia desarrollada
para desalojar a las fuerzas del eje
nazi-fascista, José Stalin consolidó la
presencia comunista en Europa orien­
tal y dejó ver intenciones de expan­
dirlo hacia Grecia y Turquía. La reac­
ción del presidente norteamericano
Harry S. Traman, quien había reem­
plazado a Franklin D. Roosevelt a su
muerte en 1945, fue la de lanzar a
su país a participar activamente en los
eventos mundiales con el fin de con­
tener la percibida pretensión expan-
sionista de la Unión Soviética.
Atrás quedaba el período de aisla­
cionismo de los Estados Unidos en el
mundo. Aceptando los planteamien­
tos de un funcionario norteamericano
en Moscú, George Kennan, quien
puso de presente en telegrama a la Se­
cretaría de Estado que el apetito im­
Conferencia de Yalta, el desarrollo del conflicto europeo perialista de Stalin era un peligro para
febrero de 1945. Con tuvo el efecto de consolidar, poco a Occidente y para todo el orden de la
Churchill, Roosevelt y poco, el apoyo de toda la América La­ posguerra, el presidente norteameri­
Stalin aparecen Anthony
Eden, Edward Settenius, tina para las naciones aliadas. cano formuló en 1947 la llamada «doc­
Alexander Cadogen, En segundo lugar, el cambio del trina Traman». Ante una sesión con­
V.M. Molotov y Averell partido político en el gobierno no po­ junta de las dos cámaras del Congreso
Harriman. Allí se efectuó día llevar consigo una nueva política de su país, el 12 de marzo, el presi­
un reparto de zonas de
influencia entre los tres
exterior porque ésta, en gran medida, dente dijo: «En el momento presente
grandes. estaba determinada por las condicio­ de la historia mundial, casi todas las
nes coyunturales de la política inter­ naciones deben escoger entre dos for­
nacional. Al terminar la guerra, un mas alternativas de vida. Dicha elec­
nuevo conflicto dividía al mundo en ción frecuentemente no es libre.» Las
torno a los polos de las dos grandes alternativas, desde luego, eran el
potencias que emergieron de la lucha modo de producción capitalista, con
militar, obligando a las naciones a ali­ libertades democráticas y gobiernos
nearse con alguno de ellos. elegidos popularmente en virtud de la
El enfrentamiento entre los Estados garantía a las libertades individuales,
Unidos y la Unión Soviética, la «gue­ y el comunismo, basado en la «volun­
rra fría» como vino a llamársele, re­ tad de una minoría» que, en palabras
dujo todos los espacios que habrían de Traman, «se imponía con el terror
podido existir para la realización de y la opresión, con prensa y radio con­
una política exterior por parte de los trolados, elecciones arregladas y la su­
países militarmente débiles. Las nue­ presión de las libertades personales».
Capítulo 2 31

La debilidad de la antigua potencia, Alberto Lleras Camargo.


Inglaterra, para contener al comunis­ A continuación de la
mo que amenazaba a Grecia y Turquía formulación de la
"doctrina Truman",
obligaba a Estados Unidos, la gran po­ sobre polarización entre
tencia de la posguerra, a participar en capitalismo y comunismo,
los asuntos europeos. A su vez, el en­ Lleras redactó el Tratado
frentamiento entre Washington y Interamericano de
Moscú determinaba que las naciones Asistencia Recíproca,
debían alinearse con uno u otro. Tal TIAR, que luego serviría
como modelo para el
era la enseñanza de la doctrina Tru- Tratado de Defensa del
man, que en buena medida marcó el Atlántico Norte (OTAN),
rumbo de la política internacional en estableciendo la
la fase inmediatamente siguiente a la solidaridad continental
derrota del totalitarismo en Europa y frente a un eventual
en Japón. Los Estados Unidos dise­ ataque soviético.
ñaron y entraron a aplicar una estra­
tegia de contención que suponía la bi-
polaridad política del mundo y la ali­
neación de todas las naciones, reuni­
das en esferas de influencia de cada
una de las superpotencias, alrededor
de cada una de ellas.
La política exterior de Colombia y
de todas las demás naciones del he­
misferio se vio así limitada por la co­
yuntura mundial. De acuerdo con la
doctrina Truman, y continuando la lí­ 1947, seis meses después de promul­
nea pronorteamericana heredada de la gada la doctrina Truman, mediante un
participación en la guerra al lado de pacto militar regional que aseguró la
los gobiernos aliados, los estados ame­ unidad de todas las naciones ameri­
ricanos adoptaron el anticomunismo canas en la eventualidad de un ataque
como característica principal de sus por parte del comunismo. El TIAR,
acciones en el contexto mundial. Tratado Interamericano de Asistencia
Como lo había declarado con claridad Recíproca, se firmó como el primer
y franqueza el presidente Truman, «la acuerdo multilateral del tipo señalado
elección no siempre era libre». en los artículos 51-53 de la Carta de las
A la América Latina le correspon­ Naciones Unidas. Posteriormente se
día un papel determinado en la guerra realizarían varios más, todos respon­
fría: hacía parte de la zona de influen­ diendo a la misma situación. Las alian­
cia norteamericana. Pertenecía a Oc­ zas militares de tipo regional fueron el
cidente, y como tal debía apoyar a la pasaporte para entrar a hacer parte,
estrella Polar del hemisferio en su ba­ formalmente, de la guerra fría al lado
talla con el comunismo internacional. de los Estados Unidos. El TIAR fue
Así como todos los países latinoame­ redactado casi en su totalidad por Al­
ricanos, unos con mayor resistencia y berto Lleras Camargo. El Tratado de
mayor rezago que otros, habían ter­ Defensa del Atlántico Norte (OTAN)
minado participando en la guerra al es una reproducción cuasiliteral de
éste (abril, 1949). El TIAR no men­
lado de los Estados Unidos, así tam­ cionaba concretamente al comunismo.
bién todos, sin excepción, recibieron Buscaba, en términos generales, la so­
la imposición de «peones de la guerra lidaridad hemisférica ante la agresión
fría», según afortunado símil del ex de un enemigo común, declarando
presidente Alfonso López Michelsen. que toda ofensa que se realizara en
Dicho papel entró a ser formalizado contra de un estado americano sería
en Río de Janeiro en el mismo año de
32
Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Alberto Lleras Camargo, mayor poder en la alianza, se alinea­


primer secretario general ron con la nación europea. Fue el caso
de la Organización de de la guerra de las Malvinas entre Ar­
Estados Americanos gentina e Inglaterra en abril-mayo de
(OEA), con sede en 1982.
Washington, cargo que
desempeñó desde su Desde un punto de vista institucio­
fundación, en abril de nal y formal, el TIAR aceleró la in­
1948, hasta 1954, año en tegración de la América Latina en la
que fue nombrado rector alianza de las naciones de Occidente
de la Universidad de los como zona de influencia de la gran po­
Andes.
tencia, los Estados Unidos, que man­
tuvo el monopolio de la fuerza nuclear
hasta 1949 cuando la Unión Soviética
construyó su primera bomba atómica.
Al año siguiente de la firma del
TIAR, en abril de 1948, se reunió en
Bogotá la IX Conferencia Panameri­
cana. En ella, las naciones latinoa­
mericanas intentaron que se elaborara
un tratado de tipo económico que ga­
rantizara ventajas para los países en
vías de desarrollo, en términos de ayu­
da financiera y de un régimen comer­
cial favorable para sus productos. Re­
cientemente se había lanzado en Eu­
ropa el llamado Plan Marshall, que in­
Carlos Lozano y Lozano, cluía la aprobación de fondos por tre­
durante la IX Conferencia tomada como una agresión al conti­
Panamericana celebrada nente como un todo. Sin embargo, el ce mil millones de dólares por parte de
en Bogotá (abril, 1948), TIAR se firmaba como herramienta los Estados Unidos para la reconstruc­
con Rómulo Betancourt, para enfrentar la amenaza comunista. ción de las naciones destruidas por la
ex presidente de la Junta
Casi cuatro décadas más tarde, cuan­ segunda guerra mundial. América La­
Revolucionaria de tina aspiraba a un tratamiento prefe-
Gobierno de Venezuela, y do un país latinoamericano miembro
el general George Catlett del TIAR se enfrentó en guerra con rencial a cambio de su apoyo a Occi­
Marshall, autor del un poder extracontinental no comu­ dente en la guerra fría. En la confe­
famoso plan de ayuda nista, los estados americanos no logra­ rencia de Bogotá, interrumpida por el
económica a Europa y asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y
secretario de Estado del ron un acuerdo para la utilización del
presidente Truman de los Tratado Interamericano de Asistencia por los disturbios al orden público que
Estados Unidos. Recíproca y los Estados Unidos, el le siguieron, se observó el enfrenta­
miento de intereses entre Estados
Unidos y los países situados al sur del
río Grande: para éstos, el punto prin­
cipal en la agenda de las relaciones era
el económico, mientras para aquél era
el de defensa. La América Latina
aceptaba jugar al anticomunismo
como miembro de la alianza occiden­
tal, pero a cambio de ello aspiraba a
que los Estados Unidos, el gran poder
económico, pagaran un buen precio.
Los reclamos realizados en Bogotá
produjeron algunos enfrentamientos
que al final fueron superados sin mu­
cha dificultad. Fue aprobada la Carta
de la Organización de Estados Ame­
Capítulo 2 33

ricanos y el Pacto de Bogotá, quedan­


do la discusión de los asuntos econó­
micos para una posterior conferencia
que en principio tendría lugar en Bue­
nos Aires. La OEA quedó así insti­
tucionalizada con sede asignada en
Washington, y como su primer secre­
tario general fue escogido el ex presi­
dente colombiano Alberto Lleras Ca-
margo, quien le servirá desde esa po­
sición durante casi una década. El
Pacto de Bogotá, por su parte, proveía
instrumentos para la solución pacífica
de conflictos.
Bogotá había servido, así, como es­
cenario para una de las primeras apa­
riciones de la guerra fría en el conti­
nente. Tanto que, consecuencia de las racterísticas que históricamente había Rómulo Betancourt,
repercusiones del asesinato de Gaitán mantenido. delegado de Venezuela a
el 9 de abril, y de las posteriores acu­ En primer lugar, quedaba claro que la IX Conferencia
saciones a la Unión Soviética en el Colombia tenía una vocación de ser­ Panamericana, habla con
sentido de ser responsable de la re­ Laureano Gómez, recién
vicio a los mecanismos multilaterales. nombrado ministro de
vuelta, el gobierno de Mariano Ospina Sus acciones en la OEA y en la Or­ Relaciones Exteriores.
Pérez rompió las relaciones diplomá­ ganización de las Naciones Unidas no
ticas con el régimen de Moscú. Según eran otra cosa que su tradicional ape­
palabras del presidente Ospina, publi­ go a los principios jurídicos. La nueva
cadas en un reportaje de la época con­ situación de la política mundial le. ha­
cedido al periodista Valois Arce del bía dado una nueva connotación a di­ Delegados a la IX
semanario Avante, y encabezadas con chos principios, pero la institucionali- Conferencia
el título de «El Comunismo y la Con­ zación legal de estos últimos a través Panamericana
ferencia Panamericana», «el comunis­ de mecanismos como la ONU, el abandonan la ciudad de
mo se aprovechó de este dramático Bogotá después del
TIAR y la OEA, le permitía al país levantamiento popular
instante de la vida nacional (el «Bo- entrar en la etapa anticomunista de su del 9 de abril.
gotazo») para dar el golpe de gracia
a la Conferencia Panamericana, lo
que equivalía a un ataque mortal a
la política de solidaridad del conti­
nente».

Colombia
en el sistema interamericano
Colombia, sede de la IX Conferencia,
jugó un papel importante en las deli­
beraciones que condujeron a la cons­
titución de la OEA y a la firma del
Pacto de Bogotá. Posteriormente, con
la presencia de Lleras Camargo, par­
ticiparía en la actuación de todos los
organismos del sistema interamerica­
no. Este era el rasgo principal de la
política exterior de Colombia, que en­
traba en una nueva etapa que conser­
vaba, sin embargo, las principales ca-
34
Nueva Historia de Colombia. Vol. III

política exterior dentro de un nuevo cipios cristianos, en la época de la pos­


marco jurídico. guerra éste y otros grupos y facciones
Se conservaba así mismo el Respice políticas precisamente basaban su
polum, pero ahora había otras razones alianza con el mundo occidental en la
para sostenerlo. Entre éstas, funda­ necesidad de defender los valores de­
mentalmente se encontraba el antico­ mocráticos y cristianos de la amenaza
munismo, que se incorporaba como roja, totalitaria y atea. Tanto es así,
gran principio de la política interna­ que el gobierno de Laureano Gómez,
cional colombiana dentro de las pre­ inaugurado en 1950, continuó con la
visiones de la doctrina Truman: todas política exterior del Respice polum.
las naciones, no siempre en forma Las tensiones entre el líder conserva­
libre, deben escoger inevitablemente dor y los Estados Unidos quedaron
aliviadas por la lucha común contra el
expansionismo rojo.
Igual que en el pasado, como ter­
cera característica general de la polí­
tica exterior colombiana, la estrecha
relación con Washington tenía tam­
bién un claro objetivo económico. El
anticomunismo le había dado a la re­
lación con Washington una nueva ra­
zón de ser y una coherencia interna
más sólida, pero no significaba que
Colombia renunciara a la satisfacción
de sus intereses económicos como
principal objetivo a ser cumplido me­
diante sus acciones en el contexto in­
ternacional.
Desde este punto de vista, Colom­
bia no se diferenciaba con respecto al
resto de las naciones del hemisferio.
Sede de la Organización entre el mundo occidental y el comu­ Se aceptaba el papel de «peones de la
de las Naciones Unidas nismo prosoviético. guerra fría», con la seguridad de que
(ONU), en Nueva York, Para Colombia, esta segunda fase éste fundamentaba el reclamo del de­
durante una asamblea
general, donde Colombia
de la política exterior del Respice po- recho a un tratamiento más favorable
ha respaldado siempre lum, es decir, la fase anticomunista, desde el punto de vista económico. Es
posiciones tenía una diferencia considerable con decir, lo que se había observado en la
"occidentales". respecto a la primera: la de un férreo Conferencia Panamericana celebrada
consenso bipartidista. El comunismo en Bogotá era en realidad la gran ca­
como enemigo común unía a los dos racterística de las relaciones entre Es­
grandes partidos políticos tradiciona­ tados Unidos y América Latina en los
les alrededor de los principios que de­ años de la posguerra, y de ella no se
bían regir el diseño de la política in­ escapaba Colombia. Refiriéndose a un
ternacional colombiana. Las fisuras período posterior, Carlos Sanz de San­
que habían existido en el pasado, tamaría resumió con exactitud este
cuando el ala laureanista del partido
conservador se había opuesto al Res- elemento típico que también lo fue de
pice polum adoptado por los gober­ la política interamericana de comien­
nantes de la República Liberal, que­ zos de los años cincuenta, en su re­
daron cerradas para siempre. ciente obra Interamericanismo con­
temporáneo: «Para la América Latina,
Si la falta de consenso en el pasado los motivos políticos y de defensa con­
se debía a que Laureano Gómez veía tinental habían pasado ya a un segun­
en Estados Unidos un imperialismo do plano y lo que perseguía era un tra­
materialista que se alejaba de los prin­ tamiento eficiente de cooperación in-
Capítulo 2 35

teramericana para el desarrollo eco­


nómico y el progreso social. Los Es­
tados Unidos, por su parte, no
lograron estimular los cambios del sis­
tema conducentes a ese fin. Los go­
biernos estadounidenses estaban más
interesados en programas políticos e
ideológicos.»
Mientras Colombia, en efecto, pre­
tendía que de sus relaciones bilatera­
les con los Estados Unidos quedara la
financiación para su proceso de desa­
rrollo, Washington pretendía el apoyo
para contener al expansionismo sovié­
tico. En la Conferencia de Bogotá, los
enviados de la administración Truman
logran su cometido. Los de las nacio­
nes latinas no, pues se aplazó la dis­ palestino, Colombia intervino a través Una reunión
cusión de los temas económicos, y el de su representante, el ex presidente extraordinaria de la OEA,
gobierno de Truman evitó que la nue­ Alfonso López Pumarejo, en favor de para tratar el tema de la
va cita se cumpliera. En lo que le que­ la posición «occidental». Desde enton­ Alianza para el Progreso,
daba de su período presidencial, hasta en los primeros años 60.
ces, Colombia ha apoyado la causa del Preside Alberto Lleras
1953, el presidente norteamericano se estado de Israel. Camargo, el secretario
. opuso a la 'realización de una nueva Igualmente, cuando en 1951 estalló general A. Mora,
conferencia panamericana. la guerra de Corea, el gobierno con­ Juscelino Kubitschek, ex
servador de Laureano Gómez envió presidente de Brasil,
Colombia, entretanto, participaba Rodolfo A. Weidmann, de
activamente en los foros multilaterales mil hombres y una fragata. Corea se Argentina.
del mundo occidental. Al mismo tiem­ constituía en el primer escenario en el
po, reclamaba de los organismos que cual la guerra fría pasaba al enfrenta­
forman parte del sistema económico miento armado, y por esa razón Co­
internacional unas relaciones que de­ lombia participaba en la fuerza mul­
jaran como resultado la financiación y tilateral de pacificación que viajó al
el diseño de los proyectos de desarro­ sureste asiático con el fin de repeler la
llo económico. Ambas acciones po­ invasión de Corea del Norte. Esta úl­ Alfonso López Pumarejo
nían de presente la vocación multila­ tima había sido condenada por el Con-- preside la delegación
teral y de apego a los principios jurí­ sejo de Seguridad de las Naciones colombiana en la ONU,
en la cual también
dicos, mientras que a la vez demostra­ Unidas en ausencia del representante presidió el Consejo de
ban que el país aceptaba que sus re­ soviético, lo que le sumaba a la guerra Seguridad (1947).
laciones con Estados Unidos se
enmarcaran dentro de una clara ne­
gociación: el apoyo de Colombia en la
guerra fría a cambio del apoyo de los
Estados Unidos en el desarrollo eco­
nómico doméstico. La segunda fase
del Respice polum.
Dentro de lo primero, los represen­
tantes de Colombia en los foros inter­
nacionales como la ONU y la OEA
fueron siempre activos y comprome­
tidos con los intereses de Occidente.
En 1947 y 1948, por ejemplo, en las
discusiones que se llevaron a cabo en
el seno de la Asamblea General de la
ONU sobre la definición del estado
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
36

Teniente coronel frentes de Corea, por una noción cris­


Alberto Ruiz Novoa, tiana de la vida. El gobierno resolvió
quien asumió ofrecer por vuestro conducto excelen­
el mando del Batallón te su contingente para la cruzada anti­
Colombia, en Corea, comunista. Por todo ello, vuestro as­
el 4 de julio de 1952,
pocas semanas antes censo en nada menos que al solio del
del armisticio Libertador es garantía de la continui­
de Pan-mun-yong. dad de la política internacional que
Colombia ofrendó alinea a Colombia al lado de las po­
en este conflicto tencias occidentales y sostiene la soli­
internacional
131 muertos, daridad del hemisferio.»
428 heridos, En cuanto a la contraprestación
69 desaparecidos económica que las diversas adminis­
y 28 prisioneros traciones colombianas aspiraban a
canjeados en la paz.
conseguir, hay que mencionar que du­
rante el gobierno de Laureano Gómez
se produjo la primera visita a Colom­
bia de una misión del Banco Mundial.
Ésta había, sido solicitada por la ad­
ministración Ospina Pérez, pero sólo
llegó a concretarse en el gobierno de
su sucesor. Estuvo encabezada por
Lauchlin Currie, un hombre que des­
de entonces se vinculó estrechamente
a la historia de la planeación del de­
sarrollo económico en Colombia.
adicionales características de un en­ Currie tenía una vasta experiencia
frentamiento Este-Oeste. La partici­ en cuanto al diseño de políticas eco­
pación de Colombia, con un gobierno nómicas. Había sido consejero del
presidido por Laureano Gómez, puso presidente Roosevelt en la época del
de presente hasta qué grado se había New Deal y también de la junta de go­
construido domésticamente un sólido bernadores del sistema de la Reserva
consenso para una política exterior de Federal. En dicha experiencia, así
apoyo a la causa anticomunista. como en las diversas cátedras univer­
El presidente del Senado, el com­ sitarias que había desempeñado antes
bativo dirigente Gilberto Álzate de su llegada a Colombia, el keynesia-
Avendaño, al dar posesión como pre­ nismo (del cual fue precursor) había
sidente de la República encargado al sido su principal fuente de inspiración.
diplomático conservador Roberto Ur- Creía, por consiguiente, en la necesi­
daneta Arbeláez (5 de noviembre de dad de una decidida intervención del
1951), planteó en las siguientes pala­ Estado en la economía con el fin de
bras la ubicación de Colombia en la lograr resultados socialmente más de­
guerra fría: «Colombia ha tomado seables que los que alcanzaría el sis­
partido en esta lucha ecuménica con­ tema económico guiado por sus pro­
tra el comunismo, en defensa de nues­
tra civilización puesta a prueba. En la pias fuerzas.
medida de sus posibilidades contribu­ La misión del Banco Mundial, la
ye a la expedición punitiva contra la primera de toda una larga serie que se
sucedería en el futuro con gran in­
sombría avalancha que trata de des­ fluencia sobre los programas de desa­
truir el arduo trabajo del hombre oc­ rrollo en Colombia, produjo como re­
cidental, para construir un mundo sultado un documento, el informe Cu-
aproximadamente a su medida. La rrie, que fue «nacionalizado» median­
fragata Almirante Padilla y el batallón te una comisión bipartidista nombrada
Colombia luchan con coraje en los por el gobierno para ese fin. El pro­
Capítulo 2 37

fesor Currie, cuya influencia en la pla-


neación del desarrollo colombiano
apenas comenzaba, fue centro de te­
naces ataques por la tendencia refor­
mista de sus recomendaciones.
El profesor Lauchlin Currie, perse­
guido por McCarthy en Estados Uni­
dos como procomunista, también fue,
inicialmente, víctima del anticomunis­
mo en Colombia. Había llegado al
país con el fin de impulsar una serie de
planes y programas de desarrollo que,
según resultados de su gestión, el Ban­
co Mundial financiaría. El clima anti­
comunista que llegó a presentarse en
el país como resultado de la guerra fría
y de la posición que en ella jugaba Co­
lombia, condujo a que algunas de sus
propuestas reformistas, en el sentido
keynesiano de la palabra, fueran aso­
ciadas malévolamente con la amenaza
roja por su contenido anti status-quo.
En todo caso, durante esta época
Colombia buscó en las relaciones con
los organismos multilaterales de cré­
dito la mejor fuente de impulso para
su desarrollo.

Los organismos multilaterales


En general, las relaciones de Colom­ elementos de concordancia y consenso El general Charles L. Mac
bia con los organismos multilaterales que serían la constante de los años del Garr, del comando de las
de crédito fueron satisfactorias y per­ Frente Nacional (1958-1974), la co­ Naciones Unidas,
mitieron lograr los principales objeti­ misión bipartidista tuvo éxito con su condecora al teniente
vos de la política exterior, siempre en­ tarea cuando se estaban sentando los coronel Antonio Convers
Pardo, último
fatizando los asuntos económicos. cimientos del acuerdo entre los dos comandante del Batallón
Durante la dictadura del general partidos tradicionales para gobernar Colombia en Corea.
Gustavo Rojas Pinilla, sin embargo, Colombia y poner fin a los períodos de
Lauchlin Bernard Currie,
hubo una suspensión de préstamos por violencia partidista. Quedaba atrás un director de la misión
parte del Banco Mundial. Este acon­ gobierno militar que, si bien padeció económica enviada a
tecimiento determinó una pausa, que el único rompimiento que ha tenido Colombia en 1950 por el
fue rápidamente superada en 1958, hasta el momento Colombia con el Banco Internacional de
luego de la caída del general y gracias Banco Mundial, en los aspectos más Reconstrucción y
característicos de su política exterior Desarrollo.
a una misión de notables de los par­
tidos tradicionales que viajaron a los no se apartó de los lincamientos ge­
Estados Unidos con el fin de lograr nerales heredados desde 1946. Es de­
una.reanudación de los créditos. cir, el país había permanecido inmerso
En esos momentos, se consideraba dentro de una política hemisférica ins­
que la regularización de los flujos de pirada en la cooperación con Was­
financiamiento para la inversión y hington y basada en los organismos
multilaterales.
para el aceleramiento de la actividad
económica era la base para reconsti­ En 1954 la administración Eisen-
tuir el sistema político democrático. hower realizó una operación para de­
Introduciéndose por primera vez los rrocar al régimen de Jacobo Arbenz
38 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Jorge Ubico. Con la intervención ac­


tiva de la United Fruit Company y con
la estrecha colaboración de los her­
manos Dulles (John Foster en la Se­
cretaría de Estado y Alien en la jefa­
tura de la Agencia Central de Inteli­
gencia), la administración Eisenhower
localizó «el problema guatemalteco»
dentro del marco del enfrentamiento
entre las potencias. Para el derroca­
miento de Arbenz Guzmán, que fi­
nalmente tuvo lugar en junio de 1954,
la Casa Blanca llevó a cabo una tenaz
campaña informativa que estuvo
acompañada por otra de carácter di­
plomático para alcanzar el apoyo he­
misférico contra el comunismo.
En marzo del mismo año se reunió
Marcos Pérez Jiménez, Guzmán, el cual había ejecutado po­ en Caracas, Venezuela, la X Confe­
de Venezuela, líticas en contra de los intereses del ca­ rencia Panamericana. Aunque origi­
y Gustavo Rojas Pinilla, pital privado norteamericano dentro nalmente se había convocado para tra­
de Colombia. del marco del conjunto de reformas tar los asuntos económicos que habían
En la X Conferencia
Panamericana de
que buscaba realizar para continuar lo quedado pendientes en la reunión an­
Caracas, los dos iniciado por su antecesor, Juan José terior en Bogotá, el secretario de Es­
dictadores, junto con Arévalo. Los dos mandatarios hacían tado John Foster Dulles llevó una re­
Anastasio Somoza, la «revolución» con la que Guatemala solución que condenaba al comunismo
de Nicaragua, buscaba cambiar el rumbo que le ha­ y que pretendía ser usada por su go­
y Leonidas Trujillo, bían dado trece años de dictadura bajo bierno como apoyo multilateral para
de República Dominicana
fueron los mejores aliados la intervención que ya estaba en mar­
de Estados Unidos cha por parte de la CIA dentro del
y la declaración proyecto de la operación «Éxito». Du-
de apoyo lles encontró sin embargo algunas di­
a su política ficultades para lograr la aprobación de
anticomunista,
formulada por John
su declaración, lo cual sólo pudo lo­
Foster Dulles. grarse luego de que se le introdujeran
modificaciones menores. Las reper­
cusiones en la prensa no fueron las
más favorables para Dulles, pues po­
nían de presente la dificultad que ha­
bía existido para lograr el voto de los
países democráticos: Colombia, con
Rojas Pinilla; Venezuela, con Marcos
Pérez Jiménez; Nicaragua, con Anas­
tasio Somoza García, y la República
Dominicana, con Leonidas Trujillo, ha­
John Foster Dulles,
bían sido los más positivos aliados de los
secretario de Estado representantes norteamericanos.
norteamericano, en la Durante ese mismo año de 1954, al
Plaza de Bolívar, en
Bogotá, en 1954. Dulles mismo tiempo, América Latina logra­
enfocó los problemas de ría el consenso de sus naciones alre­
Centro América en el dedor de una vieja aspiración: la crea­
contexto del ción de un banco regional de desarro­
enfrentamiento entre las
potencias o guerra fría. llo. La idea venía desde finales del si­
glo pasado, según relata Carlos Sanz
Capítulo 2 39

de Santamaría, pero se concretó en internacional por la vía de mejorar su


1948 en Bogotá durante la IX Confe­ capacidad negociadora en el terreno
rencia Panamericana, mediante una comercial.
declaración que señalaba su preocu­ El primer intento es la promoción
pación por el orden económico exis­ del Banco Interamericano de Desarro­
tente. En consecuencia, llamaba a una llo al que se aludió antes. El segundo
conferencia interamericana de minis­ en importancia es la creación de la
tros de Hacienda y Economía. Asociación Latinoamericana de Libre
La mencionada «cumbre» econó­ Comercio (ALALC) creada por me­
mica se llevó a cabo en 1954 en Qui- dio del Tratado de Montevideo el 18
tandinha, Brasil, en el mes de noviem­ de febrero de 1960, así como el Mer­
bre. Los países participantes acorda­ cado Común Centroamericano (Tra­
ron la creación del Banco Interame­ tado General de Integración Econó­
ricano de Desarrollo, y se constituye­ mica Centroamericana), esquema más
ron algunas comisiones de expertos ambicioso, establecido en Managua el
para que coordinaran las diferentes 13 de diciembre de 1960 por Guate­
posiciones y acordaran los principios mala, El Salvador, Honduras y Nica­
sobre los cuales funcionaría el orga­ ragua (Costa Rica se adhirió en 1962).
nismo crediticio, que todavía en 1954 La crisis de la ALALC, dominada por
no contaba con el apoyo de los repre­ los países grandes, México, Brasil, Ar­
sentantes de la Casa Blanca. Éste so­ gentina, así como el automatismo me­
lamente vino a concretarse cuatro cánico de las negociaciones arancela­
años más tarde, lo que permitió que rias que iban en desventaja de los de­
las negociaciones definitivas se lleva­ más países miembros del esquema de
ran a cabo en el primer trimestre de liberación comercial, llevaron pronto
1959. Colombia participó en ellas, y a la creación de un subgrupo regional
firmó el Convenio Constitutivo en fe­ que se enmarcó dentro de las cláusulas
brero de 1960, en compañía de otros del tratado «marco» de Montevideo y
diecinueve países, la mayoría de los
cuales se comprometieron a aportar
una cuota del capital que se deducía Anastasio Somoza, en
noviembre de 1948. Como
de su respectiva participación en el jefe de Estado
Fondo Monetario Internacional. nicaragüense, apoyó la
condena al comunismo
Colombia solicitada por John Foster
Dulles, con lo cual se
y la integración económica impulsó la intervención
de la CIA y su operación
Durante los años cincuenta el proceso "Éxito".
de descolonización propiciado por los
Estados Unidos y respaldado vigoro­
samente por las Naciones Unidas
transformó el mapa internacional.
Surgieron nuevos países y con ellos
una nueva constelación de poder que
bien pronto se hizo sentir en los or­
ganismos multilaterales y, en especial,
en las instituciones del sistema de las
Naciones Unidas. América Latina re­
sultó perdedora en este nuevo esce­
nario. Perdió presencia. Perdió su sta­
tus de poder y hasta su prestigio.
Como respuesta a esta situación Amé­
rica Latina busca fortalecerse como
unidad, rehacerse como protagonista
40 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Carlos Lleras Restrepo,


de Colombia, y Eduardo
frei Montalva, de Chile,
principales inspiradores y
promotores de la
integración sub regional
andina. A la derecha,
Frei y Raúl Leoni, de
Venezuela. Las dos fotos
fueron tomadas en agosto
de 1966, con motivo de la
reunión "de los cinco".

del cual fueron promotores e inspira­ a crear un mercado común regional.


dores principales Carlos Lleras Res­ Allí están también las bases de lo que
trepo y Eduardo Frei Montalva, pre­ después se conocería como decisión
sidentes de Colombia y de Chile, res­ veinticuatro, o sea, el régimen común
pectivamente. El Informe de los cua­ para la inversión extranjera.
tro (Raúl Prebish, Antonio Mayobre, Vendría después la declaración de
Felipe Herrera y Carlos Sanz de San­ los presidentes de los Estados Lati­
tamaría) recogía las críticas a la noamericanos, respaldada por el pre­
ALALC y señalaba los caminos para sidente norteamericano Lyndon B.
una Integración Latinoamericana de Johnson, en la cual se hablaba de
gran envergadura. El Grupo Andino crear en un plazo de quince años un
es un intento de ir más allá de la mercado común latinoamericano. Se
ALALC y más acá de la idea de un trataba de lograr una armonización
verdadero mercado común. Con oca­ de los diferentes esquemas de inte­
sión de la posesión de Carlos Lleras gración.
Restrepo como presidente de la Re­ Un comité de expertos elaboró el
pública se celebró en Bogotá una reu­ proyecto de acuerdo subregional lla­
nión de los presidentes de Chile y Ve­ mado Grupo Andino. Carlos Lleras si­
nezuela (Eduardo Frei y Raúl Leoni) guió en detalle sus deliberaciones en
y de los representantes personales de estrecha colaboración con el entonces
los presidentes de Ecuador y Perú, director del Instituto Colombiano de
Galo Plaza y Fernando Schwalb. Comercio Exterior, Jorge Valencia Ja-
Las cláusulas 3, 4 y 9 de la decla­ ramillo. Chile fue el país más activo en
ración de Bogotá sentaban la filosofía esta etapa. Venezuela ventiló serias
del nuevo intento integracionista, a sa­ discrepancias que se expresaron en la
ber, facilitar nuestra incorporación en presentación de un proyecto distinto.
las etapas avanzadas del desarrollo in­ El 4 de abril de 1968, el presidente
dustrial y mejorar nuestra posición ne­ Lleras Restrepo les dio renovado im­
gociadora. Todo dentro del espíritu pulso a las deliberaciones al dirigirse a
del tratado de Montevideo y con miras los presidentes de los países andinos
Capítulo 2 41

para señalar los aspectos positivos y


negativos de los proyectos de acuerdo
subregional.
Finalmente, el 26. de mayo de 1969,
en el palacio de San Carlos, los ple­
nipotenciarios suscribieron el Acuer­
do de Integración Subregional. Carlos
Lleras Restrepo, Alfonso López Mi-
chelsen (entonces canciller) y Jorge
Valencia Jaramillo fueron los princi­
pales protagonistas colombianos en
esta empresa integracionista que con­
vocaba los esfuerzos de Bolivia, Co­
lombia, Chile, Ecuador y Perú.
La falta de comprensión con respec­
to a una coyuntura internacional que
estaba sufriendo cambios sustanciales,
así como el estrecho estilo tecnocráti-
co y de «club» que caracterizó los tra­ quisito de urgencia. Ante la confu­ Víctor Raúl Haya de la
bajos del Grupo Andino, lo fueron sión, el gobierno colombiano planteó Torre, con José Jaramillo
conduciendo lenta pero seguramente a tres fórmulas distintas, a medida que Giralda, presidente del
un estancamiento que frustró los idea­ cada una de ellas no propiciaba la de­ Senado, y Mariano
Ospina Pérez, presidente
les de sus fundadores. Cosa semejante finición del problema: 1) que se si­ de la República. El gran
ocurrió con la ALALC, luego trans­ guiera el mismo procedimiento de líder político peruano fue
formada en ALADI. Al cumplirse los Perú y Brasil en un caso semejante en protagonista del famoso
quince años fijados para lograr un 1930; 2) que el comité jurídico de Río caso de asilo político en
mercado común latinoamericano, la de Janeiro precisara los alcances del la embajada de Colombia,
fallo de la corte internacional; y 3) que ejemplo de la actitud
situación de los mecanismos de inte­ legalista de nuestro país
gración es, para ser generosos, deplo­ la comisión de paz de la OEA definie­ en política exterior.
rable. ra la situación.
Al final, una propuesta del Perú en
Legalismo en la política exterior el sentido de que se realizaran nego­
ciaciones bilaterales fue acogida por
Conviene mencionar dos episodios Colombia, y el 22 de marzo de 1954,
que durante este período sirven para en vísperas del cierre de la X Confe­
ilustrar la tradición legalista que ha ca­ rencia Panamericana en Caracas, el
racterizado casi todos los comporta­ ministro de Relaciones Exteriores co­
mientos de Colombia en la arena in­ lombiano, Evaristo Sourdís, anunció
ternacional. En primer lugar, el caso un acuerdo que le permitía a Víctor
famoso del asilo del líder político pe­ Raúl Haya de la Torre salir del país.
ruano, Víctor Raúl Haya de la Torre, El otro hecho, ubicado en una di­
en la sede de la Embajada de Colom­ mensión global de nuestras relaciones
bia en Lima, en enero de 1949. Nues­ internacionales, se refiere a la posi­
tro gobierno llevó el asunto hasta la ción colombiana frente a la cuestión
Corte Internacional de Justicia, y el de las «dos Chinas», o sea, al proble­
diferendo, luego de una serie de inci­ ma de cuál de las Chinas debería estar
dentes jurídicos, se resolvió cinco años en las Naciones Unidas, la de Chiang
más tarde. Kai-Chek, denominada comúnmente
La primera sentencia de la Corte, Taiwan o China nacionalista, o la de
en noviembre de 1950, fue ambigua al Mao Tsé-Tung, llamada China comu­
declarar que Haya era un reo político, nista o República Popular China. El
con derecho al asilo, pero que el asilo debate decisivo, producto y reflejo de
que le había dado Colombia no estaba la nueva coyuntura internacional, del
bien constituido porque faltaba el re- deshielo de la guerra fría y de la po-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
42

lombia afirma categóricamente que el


derecho de representación de los Es­
tados entraña un status similar a un de­
recho de ciudadanía y no puede serles
retirado arbitrariamente en la comu­
nidad internacional, mucho menos en
las Naciones Unidas, y que está ba­
sado en los principios de universalidad
y el de igualdad jurídica entre los Es­
tados. El precedente que ahora se es­
tablezca abrirá una tronera en la ju­
risprudencia de la Carta de las Nacio­
nes Unidas. Colombia era partidaria
de la incorporación de la China co­
munista, pero no respaldaba la expul­
sión de Taiwan. Alfonso López Mi-
chelsen, como canciller, había soste­
nido esta tesis, y Augusto Espinosa
Valderrama la defendió en la asam­
blea general, en su condición de jefe
de la delegación permanente. Así se
ratificaba, una vez más, el carácter bi­
partidista de nuestra política interna­
cional. En consecuencia, Colombia se
abstuvo de votar la Resolución pro­
puesta por Albania, en nombre de
"razones de índole jurídica y políti­
ca".» (Alfredo Vásquez Carrizosa,
Memoria de Relaciones Exteriores
1971-1972, tomo I, págs. 9-13).

Política internacional
bajo el Frente Nacional
Dos fotografías relativas lítica de «detente», tuvo lugar en la El acuerdo bipartidista del Frente Na­
al intento de invasión de asamblea general de 1971. La Repú­ cional tuvo como objetivo principal la
Bahía Cochinos, en abril blica de Albania sometió a la asam­ búsqueda de un consenso político para
de 1961: arriba,
mercenarios
blea un proyecto de resolución (25 de que el país pudiera avanzar en su pro­
norteamericanos octubre de 1971) que fue adoptado ceso de desarrollo económico. Las dos
capturados y procesados por 76 votos afirmativos, 35 negativos colectividades políticas tradicionales
por los cubanos y, abajo, y 17 abstenciones. Allí se restituían a acordaron, como resultado de las lec­
movilización de tropas de la República Popular China todos sus ciones dejadas por la Violencia de los
Fidel Castro, después del
fallido intento de
derechos y se reconocía a los repre­ años cincuenta y por la dictadura que
derrocarlo. sentantes de su gobierno como únicos le siguió, un esquema de despolitiza­
representantes legítimos de China en ción y acuerdo. Se consideraba qué so­
las Naciones Unidas, pero, al mismo lamente mediante la reducción de los
tiempo, expulsaba «inmediatamente a conflictos se podría enfrentar, con un
los representantes de Chiang Kai- acuerdo nacional básico, el proceso de
Chek del puesto que ocupan ilegal­ modernización que se requería.
mente en las Naciones Unidas y en to­ La paridad y la alternación de los
dos los organismos con ella relacio­ partidos en los cargos públicos; el mo­
nados». nopolio de los mismos por parte del
El canciller Vásquez Carrizosa ex­ partido liberal y conservador; el fin de
plica la posición colombiana así: «Co­ la Violencia, y el consenso sobre un
Capítulo 2 43

modelo de desarrollo hacia afuera,


que sólo se cambió en 1967, les daba
a las relaciones exteriores de Colom­
bia una característica que fundamen­
talmente no las apartaban de la línea
tradicional. Es decir, los elementos
económicos debían ser los objetivos
fundamentales, y en ellos las relacio­
nes con los organismos multilaterales
de crédito y cooperación adquirían
una mayor relevancia. Eran el instru­
mento perfecto para una sociedad que
había encontrado un acuerdo básico
sobre la manera de lograr la moder­
nización, sin dejar de lado los principios
tradicionales de la política exterior: un
componente económico especialmente
importante, el apego a la legalidad, el
consenso bipartidista, el bajo perfil y la tante-residente del Banco en Bogotá. Combatientes de Sierra
El uso de tales instrumentos fue esti­ Maestra, según foto de
estrecha colaboración con los Estados mulado por la existencia de una elite septiembre de 1960
Unidos. Todo esto cabía en forma per­ tecnocrática con experiencia tanto do­ publicada por diarios del
fecta dentro de una participación activa méstica como internacional en el tra­ Perú. La infiltración de
con los mecanismos multilaterales del tamiento de los esquemas y procesos
guerrilleros cubanos en
sistema interamericano. diversos países
del banco. latinoamericanos
Con el Banco Mundial, como se Desde que el Banco Mundial co­ determinó la expulsión de
menzó sus intensas actividades en Co­ Cuba de la OEA, en la
mencionó atrás, Colombia había te­ Conferencia de Punta del
nido excelentes relaciones. Había par­ lombia, en repetidas ocasiones envió Este (Uruguay), enero de
ticipado como miembro fundador de grupos de funcionarios para examinar 1962, con la única
las tres organizaciones que formaron el estado de la economía nacional y abstención de México.
parte de él en sus orígenes, y entre para realizar recomendaciones al res­
1948 y 1972 se había convertido en el pecto, las cuales quedaban escritas en
cuarto receptor de créditos, detrás de un memorando equivalente a las car­
Brasil, México y Turquía. Esto había tas de intención que se firman con el
permitido que el país financiara con Fondo Monetario Internacional. Éstas
fondos del Banco Mundial sus obras fueron siempre muy relevantes dentro
de infraestructura en el sector ener­ del proceso de diseño de la política
gético y el de transportes, como prio­ económica colombiana, y estuvieron
ridades esenciales, y en los sectores orientadas fundamentalmente, duran­
de industria y agricultura, en segundo te los años sesenta, hacia la promoción
lugar. de políticas de ahorro e inversión pú­
Con la excepción de la suspensión blicos.
de préstamos en 1956, Colombia y el El Grupo de Consulta fue y es un
Banco Mundial llevaron a cabo una club de países acreedores formado en
estrecha labor de cooperación que no 1961 en respuesta a una demanda de
impidió, sin embargo, la disposición Colombia. Se constituyó como un or­
por parte del Banco de utilizar la ame­ ganismo que coordinaría toda la asis­
naza de cortar los créditos como he­ tencia externa que recibía Colombia
rramienta para hacer cambiar la polí­ para su desarrollo económico. Es de­
tica macroeconómica colombiana. El cir, el Grupo de Consulta no tuvo
Banco Mundial utilizó frecuentemen­ como finalidad el estudio ni la petición
te, en especial durante los años del de créditos para Colombia, sino se
Frente Nacional, tres herramientas concebía como mecanismo para evitar
fundamentales: las misiones técnicas, duplicaciones, conflictos e inconsis­
el Grupo de Consulta y el represen- tencias entre las diversas agencias in­
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
44

teresadas en financiar el desarrollo co­ canismos de influencia de dicho orga­


lombiano. La primera reunión se llevó nismo en Colombia.
a cabo en 1963 en Washington, y asis­ Desde el punto de vista del proceso
tieron representantes de varios países político doméstico, las actividades lle­
europeos y de los Estados Unidos, así vadas a cabo por el Banco Mundial en
como enviados del Banco Interameri­ Colombia tuvieron varios efectos de
cano de Desarrollo y del Fondo Mo­ considerable importancia. En primer
netario Internacional. lugar, algunos sectores específicos
Desde sus comienzos, el Grupo de dentro del aparato estatal fueron se­
Consulta ha estado vinculado a la eva­ leccionados para ejercer una influen­
luación y a la ejecución de los planes cia mayor de acuerdo con las prefe­
de desarrollo de Colombia y sobre rencias del Banco Mundial. Como se
todo de sus programas de inversión anotó anteriormente, los préstamos
pública, lo que lo hizo complementa­ otorgados por el banco en el período
rio con las tradicionales labores del en cuestión favorecieron principal­
Banco Mundial, cuyas misiones estu­ mente a los sectores energético y de
vieron durante algún tiempo estrecha­ transportes.
mente vinculadas con la elaboración En segundo lugar, la estrategia del
de los planes de desarrollo del país. banco estuvo dirigida a que la inicia­
Este aspecto de las actividades de los tiva popular cada vez tuviera menos
grupos de consulta eclipsaron en esta relevancia en el diseño de las políticas
materia al Congreso de Colombia, gubernamentales. Los criterios de tipo
cuya participación en la discusión de técnico se hicieron más importantes,
los planes de desarrollo ha sido ine­ lo que dejó menos espacio para un res­
xistente, como que jamás los ha de­ paldo popular. Lo cual, además, es­
batido y ni siquiera constituyó la co­ taba en estrecha concordancia con la
misión del plan tal como lo ordenaba filosofía del Frente Nacional, que bus­
la reforma constitucional de 1968. En­ caba en parte la desactivación de la
tre 1960 y 1974, el gobierno de Colom­ participación política para limpiar de
bia presentó cuatro planes generales obstáculos el camino hacia la moder­
de desarrollo, los cuales fueron dados nización y el desarrollo económico.
a conocer al público en momentos en
que las cámaras del Congreso estaban Las relaciones entre Colombia y el
en la etapa final de sus sesiones o no Fondo Monetario Internacional fue­
se encontraban reunidas. En la prác­ ron muy activas durante los años se­
tica hubo una concertación de políti­ senta. Como se observa en el cuadro
cas entre las agencias de financiamien- adjunto, el país obtuvo recursos por
to externo y el propio gobierno nor­ casi trescientos millones en dólares en
teamericano, que en parte tenía lugar la década mencionada, a pesar del
durante los preparativos de la reunión rompimiento ocurrido durante la ad­
del Grupo de Consulta. ministración Lleras Restrepo, que se
tratará más adelante.
Por otra parte, el Banco Mundial ha También con la Organización Inter­
utilizado la persuasión directa sobre nacional del Trabajo los diversos go­
los diversos gobiernos, en especial so­ biernos colombianos tuvieron activas
bre los gerentes de los institutos des­ relaciones. En general, la OIT tuvo
centralizados y de las empresas de ser­ éxito en la promoción de la creación
vicios públicos, a través de sus repre­ de organizaciones técnicas con funcio­
sentantes permanentes en Bogotá. El nes específicas, así su influencia en el
primero de ellos, Peyton Kerr, llegó al diseño de la política macroeconómica
país en agosto de 1962 con la misión haya sido mucho más reducida. Las
principal de servir como coordinador instituciones claves relacionadas con
del Grupo de Consulta. Sin embargo, el sector laboral colombiano, dentro
con el tiempo, la oficina del banco se del aparato estatal, han contado con la
convirtió en uno de los mayores me­ OIT y se han apoyado en su inspira-
Capítulo 2 45

Relaciones de Colombia con el Fondo Monetario Internacional


(Arreglos de Stand-By firmados entre 1957-1970)
Monto como
porcentaje de la Monto en millones
Fecha
cuota de Colombia de dólares
en el FMI
Junio 1957 50 25,0
Junio 1958 30 15,0
Octubre 1959 55 41,3
Noviembre 1960 75 75,0
Enero 1962 10 10,0
Enero 1963 53 52,5
Febrero 1964 10 10,0
Enero 1966 37 36,5
Abril 1967 48 60,0
Abril 1968 27 33,5
Abril 1969 27 33,3
Marzo 1970 — 38,5

Fuente: J. Gold. The Stand-By Arrangements of the International


Monetary Fund, pág. 204.

ción y contribuciones. Tales han sido cionadas ejercieran una influencia sig­
los casos del Ministerio del Trabajo, el nificativa.
Instituto Colombiano de Seguros So­ El hecho de que las acciones inter­
ciales, ICSS, el Servicio Nacional de nacionales de Colombia se habían vin­
Aprendizaje, SENA, y los Consejos culado estrechamente a la política in­
Nacionales de Salarios y del Trabajo. teramericana en el contexto mundial
Tanto el Banco Mundial como la de la guerra fría entre las superpoten-
Organización Internacional del Tra­ cias, llevó a que el triunfo de la Re­
bajo, en síntesis, adquirieron gran im­ volución cubana el 31 de diciembre de
portancia dentro de la agenda de las 1958 tuviera profundas repercusiones
relaciones internacionales de Colom­ para el país, tal como las tuvo para
bia, así los asuntos relacionados con casi todas las naciones latinoamerica­
ellas no hayan sido manejados por el nas. La batalla contra el comunismo
Ministerio de Relaciones Exteriores. que desde la firma del TIAR en 1947
Precisamente, este hecho constituye había unido al continente al lado de
una evidencia adicional sobre la frag­ los Estados Unidos, adquirió una nue­
mentación característica de la política va dimensión cuando uno de los Es­
internacional de Colombia. Además, tados de la alianza fue considerado
el arreglo político doméstico del Fren­ como una víctima y, ahora, una herra­
te Nacional, al aislar puntos importan­ mienta de las intenciones expansionis-
tes de la política de desarrollo econó­ tas soviéticas. En un lapso muy corto,
mico del debate público y limitarlo a dos años y medio, el sistema intera­
una elite de técnicos, formó el esce­ mericano sintió el remezón que le cau­
nario ideal para que las agencias men­ saban varios hechos derivados del
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
46

En general, la respuesta del conti­


nente fue unánime en contra de Cuba.
En una reunión en Punta del Este,
Uruguay, en enero de 1962, los países
de la OEA resolvieron expulsar al go­
bierno cubano de la organización y
castigarlo con la imposición de medi­
das económicas. Con excepción de
México, la América Latina llevó a
cabo un bloqueo económico y un ais­
lamiento diplomático total en contra
del régimen revolucionario de La Ha­
bana, argumentando que actuaba en
respuesta al osado intento cubano de
exportar su revolución. Colombia es­
tuvo con la gran mayoría de naciones
latinoamericanas que en forma coor­
dinada, y en acuerdo con los Esta­
Fidel Castro en Sierra triunfo de Fidel Castro en Cuba: mo­ dos Unidos, tomaron medidas para
Maestra (1959). El triunfo vimientos alzados en armas surgieron expulsar a Cuba del sistema inter­
de la revolución cubana en varias naciones que contaron con el americano.
determinó el surgimiento apoyo del nuevo gobierno cubano; las
de la Alianza para el
Progreso, como un plan relaciones entre La Habana y Was­ Por varias razones, esta coyuntura
de financiación del hington se deterioraron hasta el punto permitió que finalmente se hiciera rea­
desarrollo de América de la total ruptura diplomática; los Es­ lidad la vieja pretensión de los países
Latina. tados Unidos adelantaron en abril de situados al sur del río Grande en el
1961 un fallido esfuerzo para derrocar sentido de un plan de financiamiento
el régimen de Castro, y el intento por del desarrollo estimulado por los Es­
parte de la Unión Soviética en el sen­ tados Unidos que implicara una ma­
tido de instalar cohetes nucleares de siva transferencia de fondos desde el
mediano alcance en Cuba estuvo a Norte hacia el Sur. El presidente nor­
punto de hacer estallar una tercera teamericano John F. Kennedy lanzó la
guerra mundial (octubre de 1962). Alianza Para el Progreso, que en prin­
cipio proponía la distribución de cerca
de veinte mil millones de dólares para
"Una oferta de paz", financiar proyectos en diez años. El
caricatura de Peter Aldor, programa del presidente Kennedy se
de "El Tiempo",
publicada en 1964, con hizo realidad por varias razones. En
Fidel Castro y Nikita primer lugar, porque el fracaso del de­
Khrushschev (armados) sembarco en playa Girón le dejó a los
como protagonistas. Estados Unidos la lección de que Cas­
tro estaba en el poder con todas las
posibilidades de permanecer. Ello se
consideraba un fracaso para la política
de contención del comunismo: Los
Batistas producen Castras. En conse­
cuencia, Washington consideró que la
ayuda para programas económicos,
acompañados de reformas sociales,
abriría posibilidades para que germina­
ran regímenes políticos más democrá­
ticos, minimizando así las posibilidades
de nuevos avances del comunismo.
En segundo lugar, el tradicional
conflicto de intereses entre América
Capítulo 2 47

Latina, que enfatizaba los asuntos


económicos, y los Estados Unidos,
que se fijaban más en los aspectos de
defensa, le abrió nuevas oportunida­
des de negociación a la primera ante
la amenaza que Cuba representó para
la seguridad de los segundos. La unión
solidaria del hemisferio contra el co­
munismo requirió de mayores accio­
nes, luego del triunfo de la revolución
cubana, las cuales sólo podían conse­
guirse por parte de Washington me­
diante el pago de un «precio» más
alto.
En tercer lugar, diversas iniciati­
vas de origen latinoamericano habían
avanzado considerablemente. Según
Carlos Sanz de Santamaría: «La la llegada a la presidencia de John F. Carlos Sanz de
Alianza Para el Progreso no surgió de Kennedy, quien solicitó a los ex pre­ Santamaría, presidente
los órganos de la OEA, sino del im­ sidentes Lleras Camargo, de Colom­ del Comité
pulso político de la operación Pana­ bia, y Kubitschek, del Brasil, que for­ Interamericano de la
Alianza para el Progreso
mericana adelantada por el Brasil y de mularan propuestas en relación a los (CIAP), con John F.
una comisión ad-hoc que se llamó el cambios que se debían llevar a cabo en Kennedy, en la Casa
Comité de los 21.» El presidente Jus- las estructuras económicas con el fin Blanca.
celino Kubitschek, del Brasil, había de permitir el funcionamiento de la
expresado varios argumentos en favor Alianza Para el Progreso. Finalmente,
de que los Estados Unidos adelanta­ se constituiría el Comité Interameri­
ran en América Latina un proyecto se­ cano de la Alianza para el Progreso,
mejante al plan Marshall que se había CIAP, que fue presidido por el colom­ Fidel Castro y Carlos
llevado a cabo en Europa en los años biano Carlos Sanz de Santamaría. Sanz de Santamaría
de la posguerra. De allí había surgido durante la segunda
la Operación Panamericana, y el 24 de reunión, en Buenos Aires,
septiembre de 1958 se creó el llamado La Alianza Para el Progreso del Comité de los 21,
Comité de los 21, que fue presidido cuyas sugerencias serían
Por varias razones, Colombia tenía to­ importantes en la creación
por el ex presidente Alfonso López dos los atractivos para que el presi­ de Alianza para el
Pumarejo para estudiar, con antici­ dente Kennedy la escogiera como uno Progreso.
pación a la XI Conferencia Paname­
ricana, la formulación de nuevas me­
didas de cooperación económica. De
ésta surgió la Declaración de los 21,
que hacía énfasis en los problemas fi­
nancieros y económicos de las nacio­
nes latinoamericanas y en las relacio­
nes de éstas con los Estados Unidos.
El grupo realizó tres reuniones en
Washington, Buenos Aires y Bogotá.
En la última acordó el acta que lleva
el nombre de esa ciudad, en la cual se
concluía que era necesario encontrar
un modelo de desarrollo que cobijara
tanto al crecimiento económico como
el progreso social.
Las sugerencias del Comité de los
21 tuvieron eco en la Casa Blanca con
48 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

de los mayores beneficiarios de la lizaron para llevar a cabo proyectos de


Alianza Para el Progreso. El régimen educación, desarrollo rural y urbano,
político instalado en 1958, el Frente agricultura y salud.
Nacional, le concedía a la ayuda para Entre 1962 y 1973, Colombia reci­
el desarrollo todas las condiciones bió ayudas financieras por parte de los
para explotar al máximo sus beneficios Estados Unidos por un valor de 1 203,3
potenciales. Más aún, el énfasis que el millones de dólares, según el estudio
acuerdo bipartidista les daba a los de Christopher Mitchell, La AID y las
asuntos económicos y la subordina­ Alianzas Políticas en Colombia y la
ción a ellos de lo político constituían República Dominicana. Estos «fondos
el escenario más atractivo para el pro­ vinieron a sumarse a las importantes
grama de la Casa Blanca. Al mismo partidas otorgadas por otros organis­
tiempo, un sistema político estable, mos, tal como se mencionó anterior­
como el de Colombia, anunciaba in­ mente. El Banco Mundial y el Banco
tenciones reformistas y demostraba un Interamericano de Desarrollo, por
claro compromiso con el manteni­ ejemplo, durante la década de los se­
miento de las instituciones y con la senta le prestaron a Colombia créditos
contención del castrismo. anuales superiores en un 40 % a los
entregados por la AID.
De otra parte, desde el punto de vis­
ta económico, Colombia requería de Dentro del tratamiento preferencial
un soporte que le permitiera mantener que la administración Kennedy le dio
el satisfactorio crecimiento económico a Colombia dentro de la Alianza Para
reciente. La economía mostraba al­ el Progreso, Bogotá fue escogida para
gunas debilidades especialmente lo­ una visita del mandatario norteame­
calizadas en el sector externo, el cual ricano en diciembre de 1961, durante
se basaba fundamentalmente en la ex­ la cual se inauguró una gran obra: un
portación de un solo producto: el café. conjunto de viviendas para sectores
Éste había tenido precios estables en populares que lleva el nombre del
el comercio internacional, al tiempo mandatario norteamericano. Con el
que las importaciones mostraban una transcurso de los años, varias naciones
sólida tendencia al aumento. El país latinoamericanas cayeron bajo regí­
había llevado a cabo inversiones en menes dictatoriales, lo cual puso en
obras básicas de infraestructura, y se tela de juicio los fundamentos de la
percibía la necesidad de profundizar­ Alianza Para el Progreso. Particular­
las. Para ello existió un respaldo de­ mente frustrantes para la Alianza fue­
cidido de parte de las agencias inter­ ron las crisis políticas de la República
nacionales. Dominicana, otra de las naciones prin­
La Alianza Para el Progreso, en cipalmente favorecidas por el proyec­
consecuencia, no fue una excepción. to, y el golpe en el Brasil, en 1964.
La Agencia para el Desarrollo Inter­ Este último había sido el mayor recep­
nacional de los Estados Unidos, enti­ tor de fondos dentro de los programas
dad a través de la cual se canalizaron de la Alianza.
fundamentalmente los fondos de la Por esta razón, la estabilidad polí­
iniciativa Kennedy, escogió a Colom­ tica mostrada por Colombia durante la
bia como uno de sus principales be­ década de los sesenta reforzó el inte­
neficiarios. El segundo programa en rés de la Casa Blanca hacia el país. El
importancia de la AID en América deseo de colaborar con la preserva­
Latina, detrás de Brasil, fue montado ción del régimen democrático reforzó
en Colombia. Los fondos financiaron el compromiso de las agencias credi­
importaciones en momentos en que ticias de los Estados Unidos. La AID,
éstas eran esenciales para el proceso por ejemplo, mantuvo sus estrechas
de industrialización y en que, al mis­ relaciones con Colombia, aunque ha­
mo tiempo, escaseaban las divisas. cia finales del decenio cambió la na­
Además, los créditos de la AID se uti­ turaleza de su ayuda. Del énfasis a los
Capítulo 2 49

«préstamos para programas» que tu­


vieron los fondos en los albores de la
Alianza, se pasó a un «préstamo para
sectores» como modalidad principal
de los mismos hacia 1968 y 1969.
Desde 1965 hacia adelante, sin em­
bargo, los organismos multilaterales
se habían debilitado desde el punto de
vista de su importancia para las rela­
ciones interamericanas. Además de la
llegada al poder de varias dictaduras,
el asesinato del presidente Kennedy
en Dallas, en noviembre de 1963, dejó
a su sucesor una situación con muchos
obstáculos para seguir adelante con la
idea. Como se mencionó anteriormen­
te, la creación del CIAP había sido ya
un indicador de la debilidad de los or­
ganismos multilaterales. Todos estos
elementos, a los que se sumaron hechos
adicionales en los comienzos de los se­
tenta, sentaron las bases para una dis­
tensión de la guerra fría en el continen­
te, lo que les abrió a los países latinoa­
mericanos un mayor espacio para ade­
lantar sus políticas exteriores.
En los meses de noviembre y di­
ciembre de 1966, Colombia y el Fondo
Monetario Internacional, en un parén­
tesis a las buenas relaciones que tra­
dicionalmente habían tenido, tuvieron
una confrontación que terminó con el
rechazo por parte del gobierno colom­
biano de las propuestas del fondo en
materia de política económica. El go­
bierno de Lleras Restrepo, como lo
había hecho el de su antecesor en va­
rias oportunidades, se aproximó al
FMI con el fin de lograr un crédito que
le permitiera atender los vencimientos
inmediatos correspondientes a la deu­ responsabilidad tan grande como ins­ John F. Kennedy, Alberto
da contratada en el exterior. En esta trumento para estimularlo. Lleras Camargo y
ocasión, esperaba recibir sesenta mi­ Hacia 1966, sin embargo, una serie Jacqueline Bouvier
de elementos provenientes de la eco­ Kennedy, durante la
llones de dólares. A pesar del buen fundación de lo que sería
comportamiento de la economía co­ nomía internacional le dio más pro­ Ciudad Kennedy
lombiana, especialmente en lo que se fundidad a la crisis del sector externo. (entonces llamada Ciudad
refiere al crecimiento, la balanza cam­ El café, que continuaba siendo la prin­ Techo), en Bogotá,
biaría dejaba ver algunas dificultades cipal fuente de divisas, tuvo una caída diciembre 17 de 1961.
en el corto plazo. La escasez de divisas en sus precios. Igual cosa sucedió con
había sido durante los últimos años el otros bienes de exportación: el azúcar
principal obstáculo para el desarrollo y el algodón. Al primero de ellos, ade­
económico en Colombia, y por esa ra­ más, lo afectó una modesta cuota en
zón se había depositado en los orga­ el principal mercado comprador, los
nismos multilaterales de crédito una Estados Unidos. Ante tales circuns­
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
50

tancias, la misión del Fondo Moneta­ El deshielo


rio Internacional que visitó Colombia
realizó una serie de recomendaciones El episodio de Colombia con el Fondo
sobre el manejo doméstico de la eco­ Monetario Internacional durante la
nomía, que el gobierno encontró in­ administración Lleras Restrepo es un
convenientes. Como lo relata Richard indicador de los cambios que se esta­
Maullin en su ensayo Desacuerdo en­ ban dando a nivel hemisférico y de las
tre Colombia y el FMI ocurrido en no­ repercusiones que éstos tendrían so­
viembre y diciembre de 1966, la posi­ bre la política exterior colombiana de
ción del FMI llamaba a una diversifi­ los años setenta.
cación de los productos generadores La distensión en la guerra fría en­
de divisas y exigía una devaluación in­ tre los Estados Unidos y la Unión So­
mediata del peso. viética, aumentada por el conflicto
La administración Lleras puso de entre esta última y la China comu­
presente las cuatro bases fundamen­ nista, trajo al sistema internacional
tales de su programa económico: 1) un toda una serie de nuevos elementos.
presupuesto equilibrado; 2) una polí­ La crisis del petróleo, por su parte,
tica cafetera que no necesitara de cré­ les daría a los países del Tercer Mun­
dito inflacionario para la compra de do una relevancia inusitada en las re­
las cosechas; 3) una política de crédito laciones económicas internacionales.
que lo canalizara hacia la producción; En varios de ellos, además, se eje­
y 4) una política de ingresos más mo­ cutaron modelos de desarrollo eco­
derada. En ellas, el presidente Lleras nómico que lograron altas tasas de
creía contar con las bases para una ne­ crecimiento con base en el endeu­
gociación con el fondo, en virtud de la damiento externo. Poco a poco, en
convergencia existente sobre los pun­ consecuencia, los organismos multi­
tos principales. En cita que trae el tra­ laterales perdieron importancia co­
bajo de Maullin, Lleras sostiene: mo fuente de ingresos para impulsar
«Pensábamos que podríamos trabajar el desarrollo, abriéndoles campo a
en perfecta armonía con el FMI. las empresas multinacionales.
Nuestro programa contemplaba una A su vez, estas últimas acondicio­
búsqueda constante de equilibrio para naron su esquema de acción a las nue­
la balanza de pagos, confiando en que vas características de la economía
podríamos contar con una cierta can­
tidad de financiamiento externo.» mundial. Entraron al Tercer Mundo,
en empresas de asociación con capi­
El principal punto de divergencia tales domésticos públicos o privados,
fue la actitud del Fondo en el sentido y se orientaron hacia el sector terciario
de que se llevara a cabo una devalua­ de la economía. Esto sirvió de base
ción del peso, lo cual resultaba de un para que los principales bancos pri­
diagnóstico menos optimista sobre la vados del sistema internacional diri­
situación cambiaría realizada por los gieran partes cada vez más importan­
expertos del FMI, la AID y el BID. tes de sus recursos hacia el Tercer
Lleras, negándose a devaluar, adelan­ Mundo. En América Latina, los años
tó la política que tenía planeada a tra­ setenta trajeron la presencia del capi­
vés de una serie de decisiones de la tal bancario en reemplazo del de los
Junta Monetaria y del decreto 444, organismos multilaterales como fuen­
que fue sancionado el año siguiente. te fundamental de financiamiento
Con este último, fue creado un nue­ para el desarrollo económico.
vo esquema para los instrumentos de La mayor complejidad económica y
manejo del sector externo. Acogió el la importancia que algunos países
sistema del crawling peg o devaluación adquirieron para el mundo desarrolla­
gota a gota, y creó un nuevo conjunto do, alteraron los soportes del sistema
de instrumentos para impulsar al sec­ hemisférico tradicional. En general,
tor de las exportaciones. los países latinoamericanos encontra­
Capítulo 2 51

ron oportunidades para mejorar su


posición negociadora y hallaron tam­
bién un margen mayor de maniobra
con respecto a los Estados Unidos. En
términos relativos, la hegemonía de
esta nación en el continente se vio ero­
sionada.
Con el desmoronamiento de los rí­
gidos comportamientos propios del
período de la guerra fría, los países la­
tinoamericanos se replantearon la
«cuestión cubana». Soplaron otros
vientos. Allende había llegado por la
vía electoral y la ratificación del Con­
greso a la presidencia de Chile en
1970. El pluralismo político fue debi­
litando la posición anticomunista. Se
reconoció la presencia de nuevos fac­
tores. La política exterior de Cuba, in­
cluso, cambió para hacerse más prag­
mática. El idealismo revolucionario
vivió las más dramáticas consecuen­
cias con la muerte de uno de los per­
sonajes más importantes de la revo­
lución cubana: Ernesto «Che» Gue­
vara, caído en combate en los altos de
Bolivia en 1967. En medio de esta rea­
lidad, Colombia comenzó a abrirse al
resto del mundo. El episodio con el
Fondo Monetario Internacional en no­
viembre de 1966 fue acompañado de
otras medidas que buscaron afianzar
la diversidad en las relaciones econó­
micas que implícitamente incluía el
decreto 444. Atrás se habló del papel
jugado por Colombia en la constitu­ Respice similia, que quiere decir «mira El presidente chileno
ción del Pacto Andino y en su puesta a tus semejantes». Salvador Allende,
Durante la administración Pastrana recibido en Bogotá por
en marcha. Misael Pastrana Borrero.
Borrero, la diplomacia colombiana re­ En una muestra de
La nueva naturaleza de las relacio­ conoció las nuevas características de la pluralismo internacional,
nes económicas de Colombia se refle­ política hemisférica. Dio los pasos Pastrana había
jaron en el campo diplomático. Co­ para un nuevo trato con Cuba en nom­ reestablecido relaciones
lombia reabrió sus vínculos con la bre de una «noción pluralista de la con Cuba y luego se
ofreció a recibir a los
Unión Soviética y, en general, demos­ vida internacional» que «no excluye la simpatizantes de Allende,
tró, en su actitud ante los fenómenos convivencia de los Estados que tengan perseguidos tras el golpe
mundiales, que sentía una desilusión diferentes regímenes políticos y socia­ militar de Augusto
por el resultado de su leal amistad con les [...] a condición de que todos ellos Pinochet.
los Estados Unidos. admitan y efectivamente respeten
La línea de conducta, en consecuen­ unos mismos principios de No-Inter­
cia, buscó estrechar las relaciones con vención y de Libre Determinación».
los países vecinos. El canciller Alfonso «América Latina también participó en
López Michelsen, en su Memoria ci­ la guerra fría y no podría escapar a su
tada por el profesor Drekonja, le dio liquidación.» Tal era el fundamento
a la política exterior un nuevo término de la posición colombiana ante la po­
para reemplazar al Respice polum: lítica hemisférica, según palabras con-
Nueva Historia de Colombia. Vol. lII
52

signadas en las Memorias del ministro diciones para que la política exterior
de Relaciones Exteriores, Alfredo tradicional fuese revaluada. El futuro
Vásquez Carrizosa. Por esta razón, traería una mayor participación de
igualmente, la administración Pastra- Colombia en los asuntos internacio­
na ejecutó una política generosa con el nales, una profundización de la diver­
gobierno de Salvador Allende, que vi­ sificación de sus relaciones y un con­
sitó Bogotá. Posteriormente, en res­ texto hemisférico menos dependiente
puesta al golpe militar que instaló en de los Estados Unidos. Sin embargo,
el poder a Augusto Pinochet Ugarte, en los años comprendidos en el pre­
Colombia salió a defender con vigor el sente estudio (1946-1974), así como en
derecho de asilo, y abrió sus puertas los que serán materia del próximo
para recibir a los simpatizantes del go­ (1974-1985), las características gene­
bierno depuesto que se sintieron per­ rales de la política exterior colombia­
seguidos por la nueva dictadura. na que se señalaron al comienzo de es­
Así, durante los primeros años de la tas páginas se mantuvieron constantes
década del setenta, existieron las con­ en términos globales.

MINISTROS DE HACIENDA
(1946-1973)
Año Nombre Fecha de iniciación
1946 Francisco de Paula Pérez 7 agosto 1946
José María Bernal 27 octubre 1947
Hernán Jaramillo Ocampo 7 marzo 1949

1950 Rafael Delgado Barreneche 7 agosto 1950


Antonio Álvarez Restrepo 2 febrero 1951

1953 Carlos Villaveces 13 junio 1953


Néstor Ibarra Yáñez 19 septiembre 1956
Luis Morales Gómez 4 octubre 1956

1957 Antonio Álvarez Restrepo 11 mayo 1957


Jesús María Marulanda 18 diciembre 1957

1958 Hernando Agudelo Villa 7 agosto 1958


Misael Pastrana Borrero 1 septiembre 1961
Jorge Mejía Palacio 16 noviembre 1961

1962 Virgilio Barco Vargas 7 agosto 1962


Carlos Sanz de Santamaría 5 septiembre 1962
Diego Calle Restrepo 21 febrero 1964
Hernando Durán Dussan 1 abril 1965
Joaquín Vallejo Arbeláez 14 julio 1965
1966 Abdón Espinosa Valderrama 7 agosto 1966
1970 Alfonso Patiño Roselli 7 agosto 1970
Rodrigo Llorente Martínez 9 junio 1971
Luis Fernando Echavarría 13 abril 1973
Capítulo 2_____________________________________________________________________________________________ 53

MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES


(1946-1974)
Fecha Fecha Nombre
iniciación terminación
Agosto 1946 Diciembre 1946 Francisco Umaña Bernal
Diciembre 1946 Abril 1947 Carlos Lozano y Lozano
Abril 1947 Mayo 1947 Luis López de Mesa
Mayo 1947 Marzo 1948 Domingo Esguerra
Marzo 1948 Agosto 1950 Laureano Gómez
Agosto 1950 Abril 1952 Gonzalo Restrepo Jaramillo
Abril 1952 Mayo 1953 Juan Uribe Holguín
Mayo 1953 Junio 1953 Guillermo León Valencia
Junio 1953 Septiembre 1956 Evaristo Sourdís
Septiembre 1956 Mayo 1957 José Manuel Rivas Sacconi
Mayo 1957 Agosto 1958 Carlos Sanz de Santamaría
Agosto 1958 Septiembre 1961 Julio César Turbay Ayala
Septiembre 1961 Agosto 1962 José Joaquín Caicedo Castilla
Agosto 1962 Abril 1963 José Antonio Montalvo
Abril 1963 Septiembre 1963 Fernando Londoño y Londoño
Septiembre 1963 Septiembre 1965 Fernando Gómez Martínez
Septiembre 1965 Agosto 1966 Cástor Jaramillo Arrubla
Agosto 1966 Agosto 1968 Germán Zea Hernández
Agosto 1968 Agosto 1970 Alfonso López Michelsen
Agosto 1970 Agosto 1974 Alfredo Vásquez Carrizosa

Bibliografía
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Capítulo 3 55

La política exterior colombiana


(1974-1986)
Fernando Cepeda Ulloa tra el sistema comunista pero aceptaba
Rodrigo Pardo García-Peña la realidad de un mundo multipolar,
Kissinger había viajado a la República
Popular China y había sentado las ba­
Aspectos generales ses para una apertura de relaciones di­
plomáticas, la cual creó un nuevo ele­
omo se anotó en páginas anterio­ mento que afectó, abriéndole mayores
C res, la década de los setenta trajo oportunidades a los Estados Unidos,
consigo un nuevo clima para las relalas
­ relaciones entre Washington y
ciones entre los Estados Unidos y la Moscú.
América Latina, que en general repre­ En 1973, además, se había produ­
sentó un mayor margen de acción para cido un acontecimiento que también
las naciones de esta última. alteraba el curso de las relaciones en­
Una serie de hechos ocurridos en la tre los países avanzados y el Tercer
política entre las naciones llevaron, en Mundo. Como epílogo al enfrenta­
efecto, a un rápido debilitamiento de miento árabe-israelí de octubre, se de­
la estructura bipolar de poder. La épo­ cretó un embargo petrolero por parte
ca de la guerra fría, con su consiguien­ de los principales países productores
te política anticomunista en el mundo que triplicó en breve lapso los precios
occidental, había dado paso a un pe­ internacionales del petróleo. Por pri­
ríodo de distensión entre las super- mera vez, un grupo de países en de­
potencias, que fue utilizado por los sarrollo había logrado desafiar el do­
Estados Unidos para intentar nuevas minio de los grandes en el campo eco­
orientaciones en su política exterior, nómico. Lo importante, más que eso,
especialmente durante el reinado de fue sin embargo el hecho de que el in­
Henry Kissinger. Éste se había exten­ cremento en los precios del petró­
dido a las administraciones de Richard leo motivó profundos cambios en la
Nixon y de Henry Ford, primero como economía internacional, de los cua­
consejero de la Seguridad Nacional y les el más significativo fue una redis­
luego como secretario de Estado. tribución del ingreso mundial en fa­
Dentro de la nueva política, que re­ vor de las naciones exportadoras de pe­
conocía la existencia de una lucha con­ tróleo.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
56

Este hecho motivó una concentra­ pitalismo transnacional. Las teorías de


ción de fondos en los grandes centros la dependencia dieron paso a las de la
financieros del mundo en razón de la interdependencia. Un nuevo status fue
menor propensión al gasto de los paí­ creado para las naciones de mediano
ses petroleros. A su vez, esto brindó desarrollo, el cual fue bautizado de las
grandes oportunidades para los países más diversas maneras según los puntos
en vías de desarrollo, los cuales pudie­ de vista que tuvieran los analistas: po­
ron aprovechar una coyuntura excep­ tencias medias, países semiperiféricos,
cional de liquidez en los mercados fi­ poderes regionales, clase media inter­
nancieros internacionales para poner nacional, nuevos países industrializa­
en marcha modelos económicos que, dos, entre otros, fueron algunos de los
con base en el endeudamiento exter­ conceptos que intentaron explicar las
no, lograron altas tasas de crecimiento nuevas realidades.
del producto. En América Latina, la cuestión cu­
Henry Kissinger, Por todas estas razones, el lenguaje bana había perdido importancia y,
orientador de la política especializado de las relaciones inter­ aunque el anticomunismo fue adop­
exterior estadounidense nacionales se llenó de nuevos vocablos tado en forma creciente por los regí­
durante los gobiernos de menes autoritarios que se fueron for­
Richard M. Nixon y
acuñados por los analistas en su inten­
Gerald R. Ford, con to por explicar los nuevos fenómenos mando en el Cono Sur, a nivel de las
quienes aparece en la y realidades del sistema internacional. relaciones intrahemisféricas la guerra
foto, y a quienes sirvió La comunidad de las naciones, en es­ fría vivió un período de considerable
primero como consejero pecial las del mundo subdesarrollado, distensión. Poco a poco, Cuba fue re­
de Seguridad Nacional y
después como secretario
entró en una época de optimismo en cuperando su puesto dentro del con­
de Estado, desde 1968 cuanto a las posibilidades de desarro­ tinente latinoamericano desde el pun­
hasta enero de 1977 (la llo económico que se encontraban al to de vista cultural, económico y po­
foto es de 1973). alcance de las reglas de juego del ca­ lítico.
Capítulo 3 57

En buena medida, todo ello fue po­


sible en virtud de la crisis de hege­
monía de los Estados Unidos en el
continente. La derrota en la guerra de
Vietnam, y los efectos que la longitud
del conflicto había causado sobre la
opinión pública internacional en con­
tra del uso de la fuerza y de la política
de contención al comunismo, habían
generado una pérdida de credibilidad
de los Estados Unidos a nivel inter­
nacional. Ello fue corroborado por la
caída del presidente Richard Nixon el
9 de agosto de 1974, como resultado
del llamado Escándalo de Watergate,
el cual puso en tela de juicio a un sis­
tema político que, dentro de la con­
cepción del «destino manifiesto», ha­
bía sido aceptado por años como mo­
delo ideal y ejemplar para las naciones La administración Richard M. Nixon y Mao
López Michelsen Tse-Tung, en Pekín,
americanas. febrero de 1972, visita
Las relaciones entre naciones, en el En Colombia, además, 1974 marcaba que fue posible gracias a
la política exterior de
contexto mundial, se vieron alteradas el comienzo de una nueva era para el Kissinger que reconoció
hasta el punto de que la administra­ proceso político. Terminaban dieciséis la necesidad de continuar
ción Nixon procuró adecuarse a las años del acuerdo bipartidista del Fren­ la lucha anticomunista,
nuevas posibilidades de algunos países te Nacional que originalmente estaba pero aceptando la
del Tercer Mundo. En ese sentido fue previsto para extenderse solamente realidad de un mundo
promulgada la «doctrina Nixon», en­ durante ese período. Desde 1968, me­ "bipolar" y pluralista.
tregándoles a las «potencias regiona­ diante la reforma constitucional lle­
les» parte de la responsabilidad en la vada a cabo por la administración Lle­
contención del comunismo. ras Restrepo, el desmonte del sistema
En general, la década de los setenta frentenacionalista se había comenzado
brindó todo un conjunto de nuevas al­ en forma lenta.
ternativas también para los países la­ En 1974, el país regresó a la elec­
tinoamericanos en materia de política ción del presidente mediante compe­
exterior. Ellas fueron ampliadas con­ tencia abierta entre los partidos. Los
siderablemente durante la segunda dos mayoritarios y tradicionales, el li­
mitad del período, invitando a una beral y el conservador, postularon
mayor participación, a la adopción de cada uno a un aspirante, y otros mo­
políticas basadas en medidas que fre­ vimientos y agrupaciones políticas
cuentemente se pudieron tomar con presentaron también opciones pro­
un mayor grado de autonomía y a la pias. La elección, por el más alto nú­
creciente conciencia de que solamente mero de votos depositados hasta el
mediante el manejo adecuado de las momento por cualquier candidato pre­
relaciones internacionales se podía te­ sidencial, de Alfonso López Michel-
ner acceso a la satisfacción de los in­ sen, mostró en alguna medida la in­
tereses nacionales. El mundo de los tención del electorado de regresar al
setenta, más complejo e interdepen­ período reformista de la República Li­
diente que el del pasado, abrió todo beral.
un conjunto nuevo de posibilidades En efecto, la última vez que un li­
para los países que habían tenido que beral había triunfado en elecciones
limitarse a jugar un papel, según ex­ competidas había sido en 1942. En
presión de Alfonso López Michelsen, aquella ocasión, Alfonso López Pu-
de «peones de la guerra fría». marejo había llegado a la presidencia
58 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Alfonso López Michelsen. de un «mandato claro» en el campo


El gobierno del Mandato político, según lo entendió el propio
Claro diseñó una política presidente, que sin embargo no co­
exterior para "lograr la rrespondía al mandato constitucional.
emancipación El pueblo pedía algo distinto a lo que
económica": "Obtener en
la mesa de negociación obligaba la Constitución.
internacional lo que La ilusión de un gobierno de partido
nuestras masas chocaba con el parágrafo transitorio
desposeídas reclaman a del artículo 120, que las dos colecti­
nivel doméstico, es decir,
igualdad de
vidades tradicionales habían acordado
oportunidades, y no en 1968 para desmontar lentamente el
caridad, y no filantropía. Frente Nacional. En él se había esti­
Justicia en las relaciones pulado que el cuatrenio de 1974-1978
económicas y no ayudas". mantendría vigente la paridad de los
partidos liberal y conservador en el
manejo del gobierno. El de López Mi-
chelsen, en consecuencia, era un go­
bierno «puente» entre el Frente Na­
cional y un sistema de mayor compe­
tencia entre los partidos políticos.
En todo caso, en el espíritu del
Mandato Claro se incluían varios pre­
ceptos básicos de la Revolución en
Marcha. Entre ellos, en el ambiente
favorable de la situación internacional
por segunda vez, de donde saldría por que se acaba de describir, figuraron al­
renuncia al cargo. Los siguientes pre­ gunos aspectos orientadores de la po­
sidentes fueron conservadores hasta lítica exterior. Diversos discursos y es­
1953, cuando se inició un paréntesis de critos de Alfonso López Pumarejo de­
cinco años en la historia de manda­ muestran, efectivamente, que tuvo
tarios civiles, para luego entrar siempre especial preocupación por el
en el acuerdo bipartidista del Frente manejo de los asuntos internacionales
Nacional. y que buscó darles a los mismos un
Por eso, la elección de López Mi- rumbo que lo apartaba de los linca­
chelsen en cierta forma retomaba el mientos tradicionales. «El prejuicio
hilo perdido de la Revolución en Mar­ colombiano —dijo el 4 de agosto de
cha. No sólo porque los liberales vol­ 1934—, que las relaciones exteriores
vían a derrotar a los conservadores, ni son un terreno infranqueable para los
tampoco por el hecho de que el pre­ partidos, no prospera en ninguna de­
sidente elegido era el hijo del último mocracia, y entre nosotros ha produ­
mandatario de la República Liberal. cido consecuencias fatales [...] No se
Más que ello, López Michelsen había puede reservar la discusión de las
sido el más severo crítico del sistema cuestiones internacionales a un grupo
del Frente Nacional, y en dicha crítica de selección intelectual [...]». Y agre­
había sentado las bases del movimien­ gaba: «El palacio de San Carlos [fue]
to político más radical de la época: el la más modesta oficina burocrática de
MRL. los regímenes conservadores [...] Lo
Un electorado estimulado por la importante para nuestro Ministerio de
reapertura de la competencia entre los Relaciones Exteriores fue, por mu­
partidos, en consecuencia, votó masi­ chos años, no incomodar a nadie en el
vamente por quien ofrecía una «es­ mundo, [...] observar el ambiente, ca­
peranza», según el propio lema de su llar y guardar compostura.» Asimis­
campaña: la de regresar al reformismo mo, López Pumarejo hacía un llama­
liberal de los años treinta. Se trataba do para una más activa política exte­
Capítulo 3 59

rior colombiana: «Medio siglo de expresión: «Había tomado ímpetu la


acercamiento unilateral nos encontró lucha por obtener en la mesa de ne­
solitarios y aislados. [...] Las interven­ gociación internacional lo que nues­
ciones colombianas de 1934 a 1938 no tras masas desposeídas reclamaban a
son, desde luego, decisivas para la his­ nivel doméstico, es decir, igualdad de
toria del mundo ni jamás han presu­ oportunidades, y no caridad, y no fi­
mido de serlo; pero se apartan y di­ lantropía. Justicia en las relaciones
ferencian de la política tradicional de económicas y no ayudas».
San Carlos en que obedecen a una A la vez, «cerrar la brecha» en las
doctrina y a una ambición política in­ relaciones económicas de Colombia
ternacional compatible con nuestra con el resto del mundo era una meta
condición, nuestra idiosincrasia, nues­ y un medio. La primera, en cuanto sig­
tra organización interna. Y se distan­ nificaba la adecuación de las posibili­
cian de los procedimientos anteriores dades nacionales a los recientes acon­
en que ninguna de ellas fue adelantada tecimientos de la economía internacio­
pidiendo respetuosamente permiso al nal. El segundo, en la medida en que
universo para llevarla a cabo.» una disminución en el grado de de­
La administración López Michelsen pendencia económica implicaba un
les concedió también una gran impor­ mayor margen de autonomía con res­
tancia a los asuntos internacionales. pecto a los polos de la economía mun­
Durante el gobierno de Carlos Lleras dial. El gobierno concebía una política
Restrepo, López Michelsen había ocu­ exterior que debía estar en estrecha
pado la posición de canciller, en cuyo coordinación con una política econó­
ejercicio había pronunciado las pala­ mica coherente. Lo cual puso, en al­
bras Respice similia para señalarle a la guna medida, a las metas de creci­
política exterior de esa administración miento y dinamismo de la actividad
una nueva orientación: la de mirar a económica en función de los objetivos
las naciones semejantes a Colombia de aquélla. Era la búsqueda de la
en grado de desarrollo, localización «emancipación económica».
geográfica, herencia histórica. La de Uno de los sectores que recibió ma­
cambiar el énfasis de las acciones in­ yor importancia por parte del gobier­
ternacionales del país, desviándolo del no en el campo económico, por ejem­
polo norteamericano para buscar una plo, fue el financiero. Al controlar las
mayor influencia en los países cerca­ tasas de interés en niveles inferiores a
nos, que por su menor desarrollo po­ la inflación, el Estado colombiano des­
dían recibir beneficios importantes de incentivaba el ahorro privado. Ade­
parte de Colombia. más, las opciones para los ahorradores
Alfonso López Michelsen concebía presentaban un desbalance cuando
la política exterior como altamente de­ una de las modalidades disponibles, la
terminada por las relaciones econó­ de UPAC, al dar un rendimiento en
micas, y el contexto internacional se función de la tasa de inflación absor­
caracterizaba precisamente en aque­ bía una creciente porción del ahorro y
llos momentos por una serie de nuevas lo canalizaba a solamente un sector de
realidades en ese campo. Fue así como la economía: el de la construcción,
el gobierno del Mandato Claro diseñó que ya comenzaba a mostrar síntomas
una política exterior para «lograr la de estancamiento.
emancipación económica», según pa­ La mencionada situación, según la
labras del propio presidente en el in­ administración López, colaboraba
forme de su administración que rindió para sumarse a factores estructurales
al Congreso Nacional el 20 de julio de de la economía que limitaban el aho­
1978, el cual está recogido en dos to­ rro y creaban, en consecuencia, difi­
mos bajo el título de Testimonio final. cultades para que los inversionistas
Allí, López profundizó la explicación contaran con disponibilidad de recur­
de su entendimiento de la mencionada sos en el mercado de capitales. Lo
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
60

Alfonso López Michelsen cual, a su vez, hacía al país más de­ de la búsqueda de determinados ni­
y su ministro de Hacienda pendiente de los recursos del ahorro veles de bienestar material. De ella
Rodrigo Botero Montoya, extranjero. depende finalmente la verdadera au­
quien se propuso tonomía nacional».
"desarrollar un mercado La reforma financiera diseñada du­
de capitales eficiente que rante los primeros meses del gobierno El sector externo también recibió
disminuyera la tenía entre sus objetivos, como lo ex­ un papel de importancia en este sen­
dependencia del exterior. presó en numerosas ocasiones el mi­ tido. De una parte, se buscó que ge­
Levantó los controles nistro de Hacienda Rodrigo Botero nerara un flujo estable de divisas, que
sobre los intereses de las
cuentas de ahorros y Montoya, el de desarrollar un merca­ en la medida en que se hiciera sólido
controló los de Upac con do de capitales eficiente que dismi­ reduciría la dependencia frente a las
el fin de fomentar la nuyera la dependencia del exterior. Se instituciones internacionales de crédi­
competencia". incluyeron medidas tendientes a darle to. Hacia 1975, la llamada «bonanza
al ahorro un interés real positivo. Le­ cafetera» facilitó esta situación. Los
vantó los controles sobre los intereses ingresos cafeteros se incrementaron
de las cuentas de ahorro y, en cambio, en forma considerable al aumentar
controló los de UPAC con el fin de fo­ tanto la participación de Colombia en
mentar la competencia. el mercado mundial como el precio
En general, la política económica por libra del café.
estaba diseñada para que varios de sus Siguiendo su intención de ampliarla
aspectos colaboraran en la ampliación autonomía frente a los polos de desa­
del margen de autonomía de Colom­ rrollo internacional mediante la polí­
bia. En su carta de renuncia al minis­ tica económica, el gobierno dio a la si­
terio de Hacienda, Botero Montoya tuación cafetera un manejo que per­
dejó en claro esta intención, al afirmar mitió el notable crecimiento de las re­
que «la política económica va más allá servas internacionales, aun a costa del
Capítulo 3 61

cumplimiento en el corto plazo de al­ sideraba que deben diferenciarse las


gunos objetivos económicos domésti­ fuentes de crédito internacionales.
cos. Entre 1975 y 1978, el nivel de las Aquellas de tipo multilateral, que de­
reservas pasó de 547,3 a 2 481,8 millo­ penden de los aportes de varios países,
nes de dólares, lo cual requirió de un no tienen las mismas implicaciones
disciplinado manejo que renunció al que una agencia de un Estado parti­
incremento inmediato de la inversión cular, como es la AID de los Estados
y del gasto público en aras del ajuste Unidos, en materia de la pérdida de
macroeconómico. autonomía que sufre un país cuando
Paralelamente, la política de endeu­ acepta recomendaciones sobre el ma­
damiento fue prudente, pues no se la nejo de los asuntos internos. Preci­
consideraba «una panacea, ni un fin samente en referencia a la AID nor­
en sí mismo», sino una herramienta teamericana, López Michelsen hizo
cuya eficacia es mayor en la medida en una alusión reciente, el 27 de abril
que complemente los recursos del de 1985, en una conferencia pronuncia­
ahorro interno en vez de sustituirlos. da en Manizales. «La frágil memoria
Dentro de la concepción de que las re­ de los colombianos —dijo— olvida
laciones internacionales se deben lle­ cómo en otros tiempos funcionarios de
var a cabo como la negociación entre la AID tenían asiento en el Ministerio
Estados maduros, y no como donacio­ de Hacienda e inspiraban políticas de
nes de los poderosos a los subdesarro­ nuestro gobierno hasta llegar al extre­
llados, el gobierno buscó que todo lo mo de que, siendo extranjeros, repre­
que fuera «cooperación internacional sentaran a Colombia en foros inter­
sea una parte marginal de lo que es nacionales y asistieran a los ministros
verdaderamente importante para el en los debates parlamentarios».
desarrollo». En segundo lugar, como lo argu­
Así mismo, Colombia consideró, mentó López Michelsen ante el Con­
dentro de este mismo esquema de po­ greso colombiano, la renuncia al cré-
lítica internacional, que no se podían
aceptar exigencias en materia de po­
Gerald Ford y Alfonso
lítica económica por parte de los or­ López Michelsen, durante
ganismos crediticios internacionales. la entrevista de los dos
«No corresponde —escribió el minis­ mandatarios, en
tro de Hacienda en octubre de 1975— Washington, en
a los organismos internacionales hacer septiembre de 1975. Allí
López anunció que
recomendaciones de política econó­ Colombia renunciaba a
mica y social, área que es privativa de los créditos previstos por
las autoridades nacionales. No se ad­ la AID para el siguiente
quieren compromisos de ninguna clase año, una medida de
con las agencias internacionales. Pasó independencia que,
además, reconocía la
la etapa de las "cartas de intención" o pérdida de importancia
documentos similares que impliquen por parte de la AID.
compromiso alguno con el extranjero
respecto a medidas económicas pre­
sentes o futuras.»
En su viaje en septiembre de 1975 a
los Estados Unidos, en donde López
se entrevistó con el mandatario nor­
teamericano Gerald Ford, Colombia
renunció a los créditos que estaban
presupuestados por la AID para 1976.
Antes, durante y después de su visita,
López ha dado diversas explicaciones
para su acción. En primer lugar, con­
62 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

dito de la AID se llevó a cabo en res­ entre empresas de capital nacional y


puesta a la percepción de que el papel de capital extranjero. El régimen de
de dicha agencia en el financiamiento «concesión» fue reemplazado por el
del desarrollo estaba perdiendo im­ de «asociación», cuya principal dife­
portancia. «Los préstamos directos de rencia es que deposita en la contra­
los Estados Unidos a través de la parte extranjera el costo de los riesgos
Agencia Internacional para el Desa­ de la exploración. Al mismo tiempo,
rrollo, AID, se han venido reduciendo para evitar desincentivar la inversión
en los últimos años, a medida que la de recursos en esta última, el gobierno
ayuda económica se presta con carác­ incrementó el precio del crudo pro­
ter multilateral», señaló el presidente veniente de nuevos pozos y aumentó
el 7 de octubre de 1975. Y agregó: la cotización del llamado «dólar petro­
«era altamente probable que se nos re­ lero».
cortara la ayuda que se nos venía pres­ También el principio de Respice si-
tando». milia, acuñado por el canciller López
En tercer lugar, el gobierno colom­ Michelsen, tuvo un significado eco­
biano consideró que podía renunciar a nómico cuando fue ejecutado durante
los fondos provenientes de los Estados el gobierno del Mandato Claro. Se ba­
Unidos en virtud de que la coyuntura saba en la creencia de que la situación
cafetera le estaba proporcionando al mundial generaba «responsabilidades
país un importante flujo de divisas. No internacionales» para Colombia. Ló­
existía necesidad de aceptar condicio­ pez había acogido durante su visita a
nes por parte de una nación extran­ Washington de septiembre de 1975 la
jera, en momentos en que la economía decisión del Banco Mundial en el sen­
atravesaba una etapa atípica de abun­ tido de que, ante la escasez de recur­
dancia de divisas. sos, se limitaran los créditos a los paí­
La inversión extranjera también fue ses con mayor desarrollo relativo, así
blanco de las medidas del gobierno co­ ello afectara a Colombia.
lombiano para buscar la «emancipa­ Igualmente, la política exterior co­
ción económica». A la luz de la deci­ lombiana percibió responsabilidades
sión 24 del Pacto Andino, adoptada con respecto a los vecinos de la región
por el gobierno anterior de Misael andina. A través de algunos progra­
Pastrana Borrero, en 1975 se aprobó mas educativos, adelantados por el
la ley de «colombianización de la ban­ SENA y el ICETEX, se prestaron ser­
ca». En ella se estipulaba que todas las vicios a países vecinos de menor de­
instituciones de intermediación finan­ sarrollo; como miembro del Banco del
ciera en el país debían tener como mí­ Caribe, Colombia participó activa­
nimo un 51 % de capital nacional. Se mente, «en el entendido de que era un
buscaba que los principales medios país aportante», es decir, que no so­
económicos estuvieran en manos de licitaría créditos. Y en el Pacto Andi­
colombianos, según lo sostenían en la no, por su parte, el gobierno de Co­
época los voceros del gobierno. lombia aceptó concederles a dos de los
Dentro de esta misma concepción, países miembros, Ecuador y Bolivia,
sumada a la idea de que Colombia tra­ un tratamiento comercial preferencial.
tara con los países desarrollados en Un punto que mereció especial
condiciones de negociadores y no de atención por parte del gobierno de
receptores de ayuda, Colombia adop­ Colombia fue el de la delimitación de
tó un nuevo régimen para la inversión áreas marinas y submarinas, el cual se
extranjera, en momentos en que ésta basó en un diagnóstico de las relacio­
se consideraba de gran importancia nes internacionales que le daba al mar
para el desarrollo del sector minero. una gran importancia. «La cuestión
En primer lugar, se buscó la autono­ del mar constituye uno de los princi­
mía petrolera mediante el cambio del pales temas de controversia interna­
esquema administrativo de contratos cional de la etapa posterior a la guerra
Capítulo: 3 63

fría y está íntimamente vinculada a los sado habían constituido una de las ra­
que se miran ya como problemas cró­ zones principales para la lealtad de
nicos de la política contemporánea a Colombia a su «relación especial» con
nivel planetario», escribió López Mi- Washington. Otro desacuerdo surgió
chelsen en su Testimonio final. El es­ en el caso de la droga, y otros puntos
fuerzo denotaba un interés consecuen­ importantes de negociación estuvieron
te con la adecuación de la política constituidos por el tratado colombo-
exterior a las nuevas realidades del estadounidense sobre los cayos de
sistema internacional. Roncador, Quitasueño y Serrana, y
Estas últimas estaban caracterizadas por las negociaciones entre Washing­
por una mayor complejidad de los fe­ ton y Panamá relacionadas con la
nómenos económicos, que generaba transferencia del Canal a la soberanía
una creciente avidez por los recursos panameña. Todos estos puntos tuvie­
disponibles. Fue así como Colombia ron cabida en el comunicado conjunto
entró a delimitar sus fronteras mari­ que publicaron los dos mandatarios
nas, labor que concluyó en un período como resultado de sus negociaciones
relativamente corto, lo cual permitió en Washington.
dejar «una superficie marina tan ex­ Desde el punto de vista del proble­
tensa como la superficie territorial que ma del narcotráfico, el gobierno co­
recibimos el 7 de agosto de 1974», se­ lombiano consideró que se trataba de
gún las palabras del presidente López. uno de naturaleza multilateral, que
En efecto, fueron acordadas las deli­ encerraba, en consecuencia, intereses
mitaciones correspondientes a las zo­ internacionales. Por esta razón, de­
nas de límite con las zonas vecinas en ducía que las soluciones al problema
el Pacífico y en el Caribe mediante tra­ no debían concentrarse en Colombia,
tados con Ecuador, Haití, Panamá y la ni mucho menos al aporte de los re­
República Dominicana. cursos necesarios para combatirlo. Por
Las relaciones bilaterales de Colom­ el contrario, consideró que la solución
bia con Estados Unidos, siempre un tenía que incluir un control del con­
punto prioritario en la agenda de la sumo en los Estados Unidos, pues la
política exterior colombiana, recibie­ existencia de una gran demanda era
ron una nueva orientación durante la condición necesaria para la supervi­
administración López. En forma con­ vencia de la actividad ilegal.
secuente con los principios generales Rechazando así la teoría de que Co­
explicados atrás, esta última se dirigió lombia era la causa del problema y la
hacia el entendimiento entre dos Es­ sociedad norteamericana su víctima,
tados maduros con puntos de conver­ López volteó el argumento para tras­
gencia y divergencia. En una confe­ ladarles a los consumidores el papel de
rencia de prensa llevada a cabo duran­ victimarios. Con base en ello, sostuvo
te la visita presidencial a Washington que las mafias tenían que combatirse
el 26 de septiembre de 1975, López mediante acciones multilaterales que
dejó en claro su posición: «Se puede distribuyeran entre varios países los
ser crítico de los Estados Unidos sin costos.
necesidad de ser enemigo, ni de ser En relación al tratado Olaya Herre-
hostil». Y agregó: «Sería terrible para ra-Kellog de 1928, sobre los cayos de
el futuro de nuestras relaciones (bila­ Roncador, Quitasueño y Serrana, Co­
terales) que la única base posible fuera lombia solicitó a la administración
la de estar permanentemente de Ford que apoyara la ratificación por
acuerdo con el punto de vista nortea­ parte del Senado norteamericano. El
mericano.» caso fue efectivamente llevado a las
En varios aspectos, en efecto, hubo Comisiones de Relaciones Exteriores
desacuerdo entre las partes. Atrás se del Senado y de Cámara, ante las cua­
mencionó la renuncia de Colombia a les se presentó el presidente de Co­
los créditos de la AID, que en el pa­ lombia, y posteriormente fue incluido
64 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

en la declaración conjunta de los declaración de apoyo al régimen de


dos presidentes, estableciéndose que Ornar Torrijos en su causa para lograr
«el presidente Ford dio seguridades el retorno del Canal. Esta última, el
al presidente López respecto del apo­ «Acta de Panamá», fue firmada por
yo continuo de su gobierno por lograr México, Venezuela y Costa Rica el 24
una pronta ratificación». de marzo de 1975. En ella, Panamá se
Finalmente, la cuestión panameña comprometió a concederle a Colom­
ocupó buena parte del tiempo entre bia los derechos a perpetuidad que es­
los negociadores designados por Bo­ taban consignados en el Tratado Urru-
gotá y Washington. El traspaso del tia-Thomson, firmado en 1914 con los
Canal a jurisdicción panameña por Estados Unidos para regularizar las
muchos motivos se constituyó en uno resquebrajadas relaciones bilaterales
de los aspectos claves de la política ex­ que habían quedado luego de la se­
terior de la administración López. paración de Panamá con el apoyo de
Otro artículo de esta serie describe en Estados Unidos en 1903.
Alfonso López Michelsen,
detalle los acontecimientos que se de­ Con base en el Acta, Colombia re­
Gerald R. Ford, Cecilia sarrollaron y la manera como operó nunció a sus derechos para propiciar la
Caballero de López y Colombia para facilitar las negociacio­ posibilidad de que se terminaran las
Betty Ford asisten a la nes en favor de Panamá. Por ello, aquí negociaciones entre el gobierno nor­
cena de gala en honor del solamente se hará referencia a la im­
primero, durante su visita
teamericano y el de Ornar Torrijos.
a Estados Unidos entre el portancia que las gestiones diplomá­ Además, para la política exterior co­
24 y 29 de septiembre de ticas tuvieron para la política interna­ lombiana se había llegado a una in­
1975. Un cambio en la cional de Colombia. consistencia de posiciones cuando
política exterior de El gobierno de Alfonso López Mi- apoyaba la reclamación argentina so­
Colombia lo anunció el
presidente López con la chelsen, en solidaridad con otros paí­ bre las islas Malvinas con argumentos
fórmula "Respice similia" ses latinoamericanos, estuvo presente anticolonialistas, respaldaba a Belice
(Mira a los semejantes). en las reuniones que generaron una por la misma razón y a Panamá en su
Capítulo 3 65

aspiración de obtener el Canal, pero al


mismo tiempo estaba reclamando a los
Estados Unidos el cumplimiento de
derechos sobre su posesión colonial.
Por ello, el gobierno colombiano ac­
tuó para ayudar a que se realizara el
tránsito del canal de. Panamá, median­
te la concertación de la solidaridad de
las democracias de la zona, y propició
el mantenimiento de los derechos co­
lombianos sobre el Canal, no obteni­
dos como una concesión de un poder
colonial, sino como tratado entre dos
Estados iguales. Lo cual, por lo que se
ha dicho atrás, es consecuente con los
postulados generales que el equipo de
gobierno le dio a la política exterior
colombiana de mediados de los años
setenta.
En general, el mejor resumen sobre
la actitud del gobierno colombiano
con respecto a los Estados Unidos y Como muestra de su verdadero in­ Julio César Turbay Ayala
sobre su lectura de la coyuntura inter­ terés en llevar a la práctica su nuevo en audiencia con el papa
nacional se encuentra en el discurso discurso, la administración Carter se Juan Pablo II, en el
que López Michelsen pronunció en había tomado en serio la negociación Vaticano, en junio de
1979, durante la extensa
Washington el 25 de septiembre de con Panamá para devolverle a este úl­ gira que el presidente
1975, en una cena ofrecida por el pre­ timo la soberanía y la administración realizó en Europa.
sidente Gerald Ford y su señora; dijo del Canal. Ello había permitido, a su Antiguo ministro de
López: «Existe algo sobre lo que no vez, que algunos países, Colombia, Relaciones Exteriores de
transigimos, cual es el derecho a pen­ Panamá, Costa Rica, México y Ve­ Lleras Restrepo y
nezuela, hubieran juntado esfuerzos embajador en Londres y
sar con nuestra propia cabeza [...] Ni Washington, Turbay
el "gran garrote", ni el "buen veci­ para ayudar a la causa panameña, en fundamentó su "política
no", ni el "perfil desdibujado", ni el lo que constituyó una de las primeras exterior en el respaldo a
"descuido benévolo" nos satisfacen. y más efectivas acciones de diplomacia sistemas democráticos
Aspiramos a una relación multilateral regional en la zona. El 26 de septiem­ representativos, a las
bre de 1977 se habían firmado los libertades, a los derechos
en pie de igualdad, que sea el resul­ humanos, a la
tado de una formulación por todas las acuerdos relacionados con el traspaso autodeterminación de los
partes interesadas.» de la jurisdicción del canal a Panamá pueblos y a la lucha contra
A la llegada a la presidencia del li­ y con la neutralidad que este último se el narcotráfico".
beral Julio César Turbay Ayala el 7 de comprometía a preservar.
agosto de 1978, el ambiente de «per- La ceremonia de la firma, llevada a
misibilidad» para acciones de política cabo en el edificio de la Organización
exterior para los países latinoameri­ de Estados Americanos, había conta­
canos no sólo se había mantenido, do con la presencia de los jefes de Go­
sino que se había profundizado, por la bierno de virtualmente todas las na­
elección en 1976 en los Estados Uni­ ciones americanas, incluyendo desde
dos de James E. Carter, quien se ha­ luego al de Colombia, doctor Alfonso
bía propuesto darle a la política de su López Michelsen, quien así había rea­
país hacia América Latina una orien­ lizado su segunda visita a Washington
tación diferente a la tradicional, alivian­ como presidente. El año siguiente, el
do las tensiones de la lucha Este-Oeste 16 de marzo de 1978, el Senado nor­
e incluyendo dentro de sus objetivos la teamericano ratificó los tratados luego
búsqueda de la democracia y el cum­ de una tenaz batalla entre la Casa
plimiento de los derechos humanos. Blanca y el Capitolio, la cual demostró
66 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

el serio compromiso del presidente nanza cafetera que había tenido como
Carter con la causa, pues le implicó la prioridad la acumulación de divisas.
inversión de buena parte de su capital Además, 1978 era para Colombia un
político. año muy satisfactorio en cuanto al
En el momento, las tensiones entre comportamiento de los diversos indi­
países del hemisferio y los Estados cadores económicos: el año cerraba
Unidos se debían principalmente a la con un crecimiento de 8,9 % del PIB
violación de los derechos humanos (Producto Interno Bruto) y con una
que se notaba en los regímenes mili­ tasa de inflación del 15 %.
tares del Cono Sur y de Centroamé-
rica, principalmente. En materia de La administración
política hemisférica, la guerra fría ha­
bía quedado atrás y ello se sumaba a Turbay Ayala (1978-1982)_______
una excepcional liquidez del sistema Ayudado por una nueva bonanza, esta
financiero internacional, que permitía vez de magnitudes muy inferiores a la
a los países en desarrollo adquirir cré­ de 1975, el café continuó durante 1978
ditos con una gran facilidad. Aunque y 1979 estimulando la acumulación de
así se sentaron las bases para la crisis divisas y sirviendo de palanca para el
de endeudamiento que estallaría en crecimiento de la economía. Aunque
1982, durante los años inmediatamen­ hacia 1981 el sector industrial cayó en
Jimmy Carter y Leonid te anteriores las naciones latinoame­ una aguda recesión y en 1982 el sis­
Brezhnev en Viena,
durante la conferencia de
ricanas en situación atípica pudieron tema financiero mostró síntomas de
desarme, el 16 de junio de dejar de ocuparse de la recurrente cri­ crisis, la política de endeudamiento de
1979. El ambiente sis de divisas. En Colombia, el nivel la administración Turbay permitió que
mundial de distensión que de reservas internacionales era excep­ durante su cuatrenio continuara cre­
esta reunión generó, cionalmente alto desde el punto de ciendo el nivel de las reservas inter­
benefició la política
exterior en el gobierno vista de los parámetros históricos, lo nacionales, hasta llegar a 5.630 millo­
Turbay. cual era resultado del manejo de la bo­ nes de dólares en 1981.
Capítulo 3 67

Hacia mediados del gobierno de Ju­ asuntos internacionales. Había ocu­


lio César Turbay, la situación inter­ pado el Ministerio de Relaciones Ex­
nacional comenzó sin embargo a cam­ teriores durante la administración Lle­
biar. La invasión soviética de Afganis­ ras Restrepo, y había desempeñado
tán y las caídas de Anastasio Somoza por espacios considerables de tiempo
en Nicaragua y del Sha en Irán resti­ las embajadas de Londres y Washing­
tuyeron en el gobierno norteamerica­ ton. Por estas razones, el nuevo pre­
no la retórica anticomunista y el én­ sidente no era ajeno a la problemática
fasis en los aspectos de seguridad para internacional. Consideraba que le per­
la política exterior. Al mismo tiempo, tenecía el campo y que él mismo po­
la economía mundial sufrió un nuevo dría diseñar la orientación del manejo
choque en 1978, cuando estalló la gue­ de los asuntos exteriores.
rra entre Irán e Iraq, dándole un nue­ El punto de partida, además, le per­
vo empujón a los precios del petróleo. mitió comenzar con gran impulso. Su
Estos hechos cambiarían el proceso primer ministro de Relaciones Exte­
político mundial, acercándolo una vez riores fue Indalecio Liévano Aguirre,
más a una guerra fría. Sin embargo, quien había ocupado el cargo durante
cuando se produjo la llegada de Tur- los cuatro años de la administración
bay Ayala a la presidencia de Colom­ anterior. Turbay lo mantuvo para ase­
bia, existía todavía el ambiente de dis­ gurar su elección, que previamente Firma del Tratado de
había sido negociada, como presiden­ Limitación de Armas
tensión que en 1979 permitiría la his­ Nucleares (Salt II) por
tórica reunión de Carter y Brezhnev te de la Asamblea General de la Or­ Jimmy Carter y Leonid
para firmar el tratado SALT II de de­ ganización de las Naciones Unidas. Brezhnev, Viena, junio 18
sarme. Con dicha elección, la política exterior de 1979. La inmediata
Acaso como ninguno de sus ante­ de la administración Turbay denotaba invasión de Afganistán
un punto de continuidad con la del go­ por fuerzas soviéticas
cesores, Turbay Ayala llegó a la pre­ limitaría el clima de
sidencia llevando consigo una impor­ bierno anterior. Además, mostraba confianza alcanzado con
tante experiencia en el manejo de que el nuevo presidente tenía interés este acuerdo.
68 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Indalecio Liévano tión diplomática de las tendencias tra­


Aguirre, ministro de dicionales.
Relaciones Exteriores Turbay anunciaba continuismo en la
durante todo el gobierno búsqueda paulatina de un perfil más
de López Michelsen y
durante el primer mes de alto en la política exterior. En el in­
la administración Turbay, tento de ampliar la órbita de influen­
de modo que fuese cia de Colombia. En la aceptación de
elegido, como se había la idea de la creación de un nuevo or­
acordado, presidente de den económico internacional. En la
la asamblea general de la
Organización de las búsqueda de unas relaciones econó­
Naciones Unidas, como micas que satisficieran las expectativas
en efecto ocurrió, siendo nacionales sobre precios para los pro­
reemplazado en la ductos de exportación.
Cancillería por Diego
Uribe Vargas. Igualmente, Turbay acogió el mul-
tilateralismo como pieza esencial de su
gestión ante el resto del mundo. «Esta
actitud bilateralista (de los Estados
Unidos) —dijo el presidente Turbay al
tomar posesión— ha hecho perder a
los países de este hemisferio la cohe­
rencia de otra época en sus relaciones
con la gran democracia del Norte.»
Sin embargo, el nuevo gobierno anun­
ció el cambio de rumbo en varios as­
pectos. En primer lugar, consideraba
en los asuntos internacionales y que que las relaciones con Estados Unidos
ellos atraerían su especial atención debían ser las más cordiales y reco­
como gobernante. Se notaba sin lugar nocía la interacción de la política ex­
a dudas su gran experiencia en el cam­ terior colombiana y la del poder he-
po diplomático. gemónico. «Es una verdad indiscutible
Una vez llevada a cabo la elección —señaló Turbay Ayala— que nos mo­
de Liévano Aguirre en la ONU, Tur- vemos en la órbita en la que los Es­
bay nombró a Diego Uribe Vargas tados Unidos, la primera superpoten-
para reemplazarlo. Como anteceden­ cia mundial de Occidente, ejerce su
tes en el campo, Uribe Vargas presen­ mayor influencia.»
taba una larga trayectoria como diplo­ Consideraba entonces que debía re­
mático y como catedrático de derecho fortalecerse la OEA y, dentro de su
internacional. idea de coordinar las acciones de las
El discurso de posesión de Turbay naciones latinoamericanas bajo la tu­
Ayala fue también un indicio de su in­ tela de Washington, comprometerse
terés por los problemas internaciona­ «con mayor audacia en una política de
les. Les dedicó a ellos varias cuartillas, regionalización fronteriza» y con los
en las que expuso sus pensamientos procesos de integración. Se observaba
básicos sobre lo que sería su plan de un notable cambio, también, en la ac­
gobierno en política internacional. En titud del nuevo gobierno con respecto
general, acogía los elementos que tra­ al tratamiento al problema del narco­
dicionalmente han estado presentes en tráfico.
la política exterior colombiana y que Regresando al enfoque bilateral, lo
han sido catalogados en estas páginas consideraba un punto clave de las re­
como sus características esenciales. Al laciones con Estados Unidos. Aunque
mismo tiempo, sin embargo, mantenía todavía se refería a la necesidad de
continuidad con algunos de los aspec­ combatir el consumo (el narcotráfico
tos de la administración López Mi- «sería más controlable si el gobierno
chelsen que habían apartado a su ges­ estadounidense pudiera interferir la
Capítulo 3 69

asistencia financiera que los delin­ a perpetuidad de Colombia en el Ca­ Durante un almuerzo
cuentes reciben de los ávidos trafican­ nal, que se habían asegurado median­ ofrecido a los ministros de
tes y consumidores norteamerica­ te el Acta de Contadora de 1975. Tal Relaciones de la OEA, en
nos»), anunciaba una «cruzada impla­ cosa se hizo mediante el tratado Uribe Washington, aparece
Henry Kissinger con
cable» para combatir el tráfico ilegal Vargas-Ozores, posteriormente ratifi­ Indalecio Liévano Aguirre
de estupefacientes. cado por la Asamblea Nacional de Pa­ y con Galo Plaza Lasso,
«Nuestra política internacional no namá, que consolidó el cambio del ori­ ex presidente del Ecuador
perderá su tradicional orientación», gen de los derechos colombianos, des­ y secretario general de la
anunció Turbay, y en forma inmediata de una concesión colonial hacia un OEA. Se aprecia también
acuerdo entre dos Estados soberanos. al senador Gale Mc Gee
entró a definir los alcances de su afir­ y a Guillermo Sevilla
mación: Colombia defendería los sis­ En general, como lo afirma el pro­ Sacasa, canciller de
temas democráticos representativos, fesor Gerhard Drekonja en su obra Nicaragua.
las libertades, los derechos humanos y Retos de la política exterior colombia­
la autodeterminación de los pueblos. na, «entre 1974-1978 Colombia adqui­
«No consideramos — dijo— que la vic­ rió tanto prestigio con la política ex­
toria armada genere derechos. Recha­ terior multilateral, que su ímpetu al­
zamos toda forma de dependencia co­ canzó a cobijar también los primeros
lonialista.» Igualmente, anunció que meses del gobierno de Julio César
ampliaría la órbita de las relaciones di­ Turbay Ayala». Dicho ímpetu se ini­
plomáticas haciendo, entre otras co­ ció adoptando como foco principal
sas, una gran apertura hacia el África una acción multilateral de varias na­
y abriendo relaciones con China Po­ ciones latinoamericanas para mediar
pular. en el conflicto nicaragüense que hacia
Entre los campos de continuidad mediados de 1978 había cobrado un
que se mantuvieron con respecto al alto número de vidas y prometía con­
gobierno anterior, la administración tinuar hacia el futuro con un dramá­
Turbay entró a acelerar las negocia­ tico baño de sangre. En el mismo mes
ciones con Panamá encaminadas a for­ en que se producía en Colombia el
malizar la aprobación de los derechos cambio de gobierno, el Frente Sandi-
70 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

de mayo de 1979 y con una de presi­


dentes en Cartagena, en conmemora­
ción de los diez años de la firma del
Acuerdo de Integración. En ésta, ade­
más de reiterarse el compromiso de
los diversos países con los ideales in-
tegracionistas, se acordó la consulta
permanente a nivel político para coor­
dinar decisiones de tipo económico en
los foros internacionales. Así mismo,
se decidió la creación del Tribunal An­
dino de Justicia.
En forma paralela, la acción con­
junta de los gobernantes de las nacio­
nes andinas se ocupó de la situación
nicaragüense, como se dijo atrás. En
septiembre de 1978, los presidentes de
Colombia y Venezuela, Carlos Andrés
Incursión de la guerrilla nista de Liberación Nacional se tomó Pérez y Julio César Turbay, enviaron
sandinista en el municipio la sede del Congreso, el Palacio Na­ un mensaje al presidente de la Asam­
de León, Nicaragua. cional, dando a conocer un plan de blea Ordinaria de la ONU, cuestio­
Colombia fue partidaria
de la mediación en el
veinticinco puntos para gobernar al nando al régimen nicaragüense y re­
conflicto nicaragüense en país. La respuesta del régimen fue la prochándole el incumplimiento de los
acción conjunta con otros de lanzar a la Guardia Nacional a en­ derechos humanos. Luego, durante el
países, y su intervención frentar la guerrilla en combate abier­ primer semestre de 1979, estas dos na­
determinante creó una to, lo que incrementaría el nivel del ciones, con el apoyo de otras más, se
cohesión que luego conflicto bélico y generaría una crisis
tendría efectos en el Pacto
opusieron en la OEA a un proyecto
Andino.
política que sólo se solucionaría un del presidente Carter en el sentido de
año más tarde, el 17 de julio de 1979, enviar a Nicaragua una fuerza multi­
con la victoria total del FSLN. lateral de paz.
Durante todo este período, Colom­ En la cumbre de presidentes el 28
bia, en acción conjunta con otros paí­ de mayo de 1979 en Cartagena, nue­
ses, intervino en forma activa y muy vamente el tema de Nicaragua fue tra­
determinante, lo cual a su vez creó tado por los gobernantes de los países
una cohesión entre estos países que andinos. Una declaración publicada al
posteriormente le dio al Pacto Andino finalizar la reunión anunciaba que di­
una nueva línea de acción: la de la di­ chas naciones se declaraban «en con­
plomacia multilateral a nivel regional. sulta permanente para impulsar soli­
Ello sería posible, además, gracias al dariamente las acciones que corres­
énfasis que el gobierno colombiano le ponda»; denunciaba nuevamente la
concedió al Pacto Andino dentro de su violación de los derechos humanos por
programa de política exterior. En el parte del régimen de Anastasio So­
discurso de posesión, como se anotó moza, e informaba que sus gobiernos
atrás, Turbay había anunciado que ha­ mantendrían relaciones con dicho ré­
ría esfuerzos para fortalecer la inte­ gimen solamente por cuestiones hu­
gración, y en compañía de los man­ manitarias: para garantizar el derecho
datarios andinos que lo acompañaron de asilo a los perseguidos políticos.
en el acto, publicó una declaración en Por encargo de los presidentes, los
ese sentido: la posteriormente llamada cancilleres de Ecuador y Venezuela se
Declaración de Bogotá. entrevistaron con el dictador, de cuya
Los países del Pacto Andino conti­ reunión informaron que «las expresio­
nuaron con su intento de fortalecer el nes del general Somoza no permiten
esfuerzo integracionista con una reu­ alentar en lo inmediato ninguna fun­
nión de cancilleres en Quito en el mes dada esperanza de que el gobierno ac-
Capítulo 3 71

tual de este país tomará las decisiones para permanecer en la presidencia


necesarias para que la paz y la frater­ dentro de un esquema que los sandi-
nidad vuelvan a reinar en la patria ni­ nistas catalogaron como un «somocis-
caragüense». En consecuencia, los mo sin Somoza». En el documento, se
cancilleres andinos decidieron darle al afirmó: «El alejamiento definitivo de
Frente Sandinista de Liberación Na­ Anastasio Somoza del poder consti­
cional el carácter de fuerza beligeran­ tuye un hecho trascendental en la his­
te, mediante declaración del 16 de ju­ toria de la lucha por la libertad en La­
nio que pronto fue acogida por go­ tinoamérica. Los países andinos sen­
biernos de varios países más. timos la emoción profunda de haber
Una semana después, los cancilleres participado consciente y activamente
se volvieron a reunir en Caracas y for­ en la consecución de ese objetivo.» Y Reunión de jefes de Estado
mularon un nuevo llamado al general agregó: «La presencia de Francisco del Pacto Andino, en
Somoza para que se detuviera el baño Urcuyo sólo puede ser tolerada como Cartagena, e/27 demayo
de sangre, y entraron en contacto con un fugaz paso para la transferencia del de 1979, para celebrar la
poder en Nicaragua.» Inmediatamen­ primera década de su
el FSLN para establecer el rumbo de creación: general David
sus acciones futuras, una vez se resol­ te, los países andinos entraron a apo­ Padilla Arancibia
viera la situación del tambaleante ré­ yar al nuevo régimen de reconstruc­ (Bolivia), general
gimen autoritario. De allí, los minis­ ción nacional. Francisco Morales
tros viajaron a San José para entrevis­ Bermádez (Perú), Julio
Colombia, dentro de su tradicional César Turbay Ayala
tarse personalmente con líderes san- apego al respeto del asilo, del cual se (Colombia), almirante
dinistas. En esos momentos se conoció habló en páginas anteriores, durante Alfredo Poveda Burbano
la noticia de la renuncia de Somoza. todo el tiempo de la crisis mantuvo (Ecuador) y Luis Herrera
Una nueva declaración fue publi­ abierta la embajada en Managua. Campins (Venezuela). En
esta reunión, se denunció
cada al día siguiente por los enviados Tan intensa actividad diplomática le la violación de derechos
de las naciones andinas, en respuesta dio al Pacto Andino una nueva dimen­ humanos por el régimen
a los intentos de Francisco Urcuyo sión. La presencia de los cancilleres en de Anastasio Somoza.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
72

asuntos de países de la región reco­ conjunta, se decidió «promover y con­


nocía implícitamente el carácter polí­ cretar acciones internacionales de so­
tico del acuerdo de integración, y la lidaridad para que se realice en la for­
aceptación por parte de los países de ma más expedita la salida de los na­
dicho papel. Por esta razón, que al­ cionales cubanos».
gunos críticos han denominado la «po­ En el mes de mayo, los gobiernos de
litización del acuerdo», en septiembre la región delegaron en el presidente
de 1979 fue creado el Consejo de Mi­ colombiano Julio César Turbay su vo­
nistros de Relaciones Exteriores como cería ante la Comunidad Económica
«instancia política orientadora que ar­ Europea, con el fin de que adelantara
monice los diversos aspectos políticos, negociaciones tendientes a incremen­
económicos, sociales y culturales, a fin tar los vínculos comerciales.
de sistematizar las acciones comuni­ Desde finales de 1979, y durante el
tarias para la necesaria coordinación primer semestre de 1980, una serie de
que debe existir entre los distintos ins­ hechos ocurridos fueron dándole a la
trumentos». política exterior una nueva naturaleza.
De una parte, porque poco a poco fue
estrechando la relación entre ésta y el
proceso político doméstico. De otra,
porque intensificó la presencia del
concepto del anticomunismo, y el
acercamiento con los Estados Unidos
que se había anunciado en el discurso
de posesión presidencial. Para enton­
ces, esto último significaba la alianza
con una administración Carter carac­
terizada en su política exterior por un
creciente antisovietismo, particular­
mente después de la invasión de la
URSS a Afganistán en diciembre de
1979.
En septiembre del mismo año, Co­
lombia había asistido a la Cumbre del
Movimiento de Países No Alineados
en La Habana, Cuba, y había fijado
El ex presidente López En los meses siguientes, el Consejo una posición que expresaba preocu­
Michelsen encabeza el se reunió en varias ocasiones para tra­ pación por el hecho de que «el Movi­
cortejo fúnebre de su tar diversos aspectos relacionados con miento de los No Alineados ha sufrido
antiguo ministro de la política internacional de la región.
Gobierno y de
también internamente la tensión ori­
Agricultura, Rafael Pardo En enero de 1980, por ejemplo, en ginada por las potencias en su afán de
Buelvas, asesinado el 12 Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, un predominio». Un mes más tarde, el 26
de septiembre de 1978 por comunicado apoyó la demanda de este de octubre, Colombia y Cuba se vie­
el grupo guerrillero último en el sentido de conseguir una ron enfrentados en una batalla sin pre­
Autodefensa Obrera salida al mar; en Lima, también en el
(ADO).Elgobierno cedentes por la elección del represen­
Turbay acababa de
mes de enero, el Consejo se reunió tante latinoamericano al Consejo de
decretar un Estatuto de con el canciller brasileño, con el ob­ Seguridad de la Organización de Na­
Seguridad, con drásticos jeto de iniciar conversaciones con los ciones Unidas.
instrumentos para países vecinos a la subregión; en Qui­ Cuba había presentado su candida­
combatir a la subversión. to, en el mes de marzo, se hizo lo mis­ tura con el apoyo de los No Alinea­
mo con Argentina. Posteriormente, el dos, que un mes atrás le habían entre­
Consejo se ocupó del problema oca­
sionado en la embajada del Perú en La gado la presidencia del movimiento a
Habana, cuando miles de personas en­ Fidel Castro, y Colombia le opuso la
traron pidiendo asilo. En declaración suya obligando a que se repitiera la
votación durante 154 veces, todas con
Capítulo 3 73

victoria cubana, pero sin la mayoría bón más de una tenaz lucha entre el
necesaria de las dos terceras partes de gobierno de Colombia y el M-19, que
la Asamblea General. En enero de había empezado desde la llegada mis­
1980, un tercer candidato con buenas ma de Julio César Turbay a la presi­
relaciones con las dos naciones enfren­ dencia. En una alocución televisada
tadas, México, resultó elegido. El blo­ en marzo de 1981, el presidente, en
queo colombiano a la aspiración cu­ efecto, anunció: «El mismo día de mi
bana, que implicó un duro golpe para posesión encontré sobre mi escritorio
el papel de Fidel Castro como líder de un boletín en el que dicho Movimiento
los No Alineados, fue explicado por (19 de Abril), antes de comenzar mi
Colombia como una conducta conse­ gobierno, se colocaba irrazonable­
cuente con su tradicional principio de mente en pie de batalla contra la nue­
apoyar a candidatos que contaran con
el respaldo de la región latinoameri­ va administración.»
cana para ocupar posiciones en su re­ Durante el primer mes de gobierno,
presentación. el presidente Turbay había decretado
el «Estatuto de Seguridad», que in­
Pocas semanas después de solucio­
nado el conflicto en la ONU, el 4 de
febrero de 1980, las relaciones de Co­
lombia y Nicaragua sufrieron un grave
deterioro. El ministro de Relaciones
Exteriores del gobierno de Managua,
ante el cuerpo diplomático acreditado
ante su despacho, formuló una decla­
ración desconociendo la vigencia del
tratado Esguerra-Bárcenas, que esta­
blece la soberanía colombiana sobre el
archipiélago de San Andrés y Provi­
dencia. Con el apoyo de la Comisión
Asesora de Relaciones Exteriores, el
gobierno de Colombia reiteró, duran­
te visita a Bogotá del canciller nica­
ragüense Miguel d'Escoto, que no es­
taba dispuesto a discutir el reclamo ni­
caragüense, porque los derechos de
Colombia sobre San Andrés y Provi­
dencia «están respaldados por hechos cluía drásticos instrumentos para com­ El presidente del Brasil,
batir a la subversión. Los movimientos Jao Baptista Figueiredo,
históricos, políticos y jurídicos incues­ guerrilleros respondieron con un ma­ durante su visita a
tionables». yor compromiso a la causa armada, y Colombia, en marzo de
1981, con el presidente
El 27 del mismo mes, un comando asesinaron en su residencia al ministro Turbay, los ex presidentes
del Movimiento 19 de Abril (M-19) se de Gobierno de la administración an­ Pastrana, Lleras
tomó la sede de la embajada de la Re­ terior, Rafael Pardo Buelvas. Luego, Camargo y Mosquera
pública Dominicana en momentos en en diciembre de 1978, el M-19 sustrajo Chaux. Los dos
cinco mil armas del Cantón Norte, en mandatarios suscribieron
que se llevaba a cabo una recepción una declaración contra el
con la presencia de catorce embaja­ donde el ejército nacional mantenía apartheid y a favor de
dores, el nuncio apostólico, dos en­ un depósito subterráneo, vigilado por solución pacifica de
cargados de negocios y ocho cónsules una guardia permanente. conflictos en América
extranjeros. Este hecho, que se pro­ Una gran ofensiva del ejército los Latina, y fortalecimiento
del Pacto Amazónico.
longó hasta el 27 de abril cuando, lue­ había llevado a descubrir decenas de
go de largas negociaciones, se acordó «cárceles» del pueblo en donde el M-
la salida a Cuba de los secuestradores 19 retenía a los secuestrados, de don­
y los rehenes, creó un panorama di­ de surgió un agudo debate sobre el
ferente para la política exterior colom­ cumplimiento en Colombia de los de­
biana. Al mismo tiempo, era un esla­ rechos humanos.
74 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Por esta razón, la toma de la em­ tificación por parte del Senado nortea­
bajada de la República Dominicana mericano del tratado Vásquez-Saccio,
fue denominada por el M-19 como firmado en 1972, por el cual los Es­
Operación Democracia: buscaba re­ tados Unidos reconocen la soberanía
cuperar a los miembros del comando colombiana sobre los cayos de Ron­
superior de la organización que habían cador, Serrana y Quitasueño. El em­
caído presos y se preparaban para par­ bajador Virgilio Barco logró, en 1980,
ticipar en consejos verbales de guerra. la aprobación de la Comisión de Re­
Con posterioridad a la toma de la em­ laciones Exteriores del Senado, pero
bajada, el debate sobre los derechos esta decisión no hizo tránsito a la ple-
humanos se intensificó con la presen­ naria. En julio de 1981 celebró el trá­
cia en Colombia del Comité Interna­ mite exitoso en ambas instancias, lo
cional de la Cruz Roja y de la Comi­ cual permitió la posterior ratificación
sión Interamericana de Derechos Hu­ y el correspondiente canje.
manos, los cuales visitaron el país y Cuatro meses antes, en lo que po­
presenciaron los consejos verbales de dría catalogarse como el epílogo del
guerra que se adelantaron durante episodio de la toma de la embajada de
1980. Tanto en lo interno como en lo la República Dominicana, el gobierno
externo, en consecuencia, el gobierno de Colombia había suspendido sus re­
de Colombia se aferró al anticomunis­ laciones con Cuba, el 23 de marzo,
mo, y esto le creó una gran afinidad luego de comprobar que en La Ha­
con el gobierno de los Estados Uni­ bana se habían entrenado los guerri­
dos. No sólo porque la administración lleros del M-19. Al regresar éstos al
Carter estaba cambiando de lenguaje país, en una invasión que incluía dos
y actitud frente a la URSS, sino por­ columnas, una por el sur y otra por el
que sin proponérselo le estaba abrien­ Chocó, encontraron una férrea resis­
do paso a una administración, la de tencia por parte de las Fuerzas Ar­
Ronald Reagan, bajo la cual la guerra madas, que llevó a la detención de sus
fría entre las superpotencias recupe­ principales jefes. El testimonio de uno
raría sus momentos más críticos. de los guerrilleros, afirmando que ha­
Colombia, al igual que Venezuela, bían sido entrenados por Cuba, llevó
entró a estrechar sus tradicionales re­ al gobierno de Colombia a suspender
laciones de cooperación con los Esta­ las relaciones con La Habana que se
dos Unidos. Ello la llevó a la firma de habían abierto en 1975.
varios tratados bilaterales que tuvie­ En adelante, la política exterior de
ron gran importancia en el futuro para Colombia siguió avanzando en cuanto
las relaciones entre ambos países. De a su acercamiento a Washington y en
una parte, el de extradición, de otra, cuanto a la adquisición de un mayor
el de asistencia judicial mutua. Con perfil. Respecto de lo primero, la ad­
estos tratados, las dos naciones bus­ ministración Turbay apoyó las eleccio­
caron la creación de instrumentos de nes de marzo de 1982 en El Salvador,
tipo jurídico que se pudieran utilizar las cuales tenían también el respaldo
en la batalla que estaban dispuestos a de los Estados Unidos; mostró su sim­
librar contra el narcotráfico. Permi­ patía hacia la iniciativa Reagan para la
tían la extradición de nacionales, y la cuenca del Caribe; participó en el en­
colaboración para incrementar el cas­ vío de una fuerza multinacional de paz
tigo de los delincuentes que, con el be­ al Sinaí, y se opuso, en compañía con
neplácito del gobierno de Washing­ otros países latinoamericanos como
ton, la administración Turbay Ayala Venezuela, a la declaración franco-
aspiraba a detener dentro de su «cru­ mexicana de agosto de 1981 que le
zada implacable» contra el tráfico de daba al FMLN el reconocimiento de
estupefacientes. fuerza beligerante en El Salvador.
En tercer lugar. Colombia entró a Respecto de lo segundo, la adminis­
negociar con los Estados Unidos la ra­ tración Turbay, ahora bajo la cancille-
Capítulo 3 75

ría de Carlos Lemos Simmonds, buscó ribe cuyos recursos podrían llegar has­
proyectarse hacia el Caribe. En julio ta cincuenta millones de dólares.
de 1981 se llevó a cabo en Bogotá la Además, Colombia buscó abrirse
primera conferencia de embajadores hacia otras regiones: a la Cuenca del
colombianos ante la Cuenca del Cari­ Pacífico, y al Brasil. El presidente de
be. Posteriormente, Colombia inten­ este último país, Joáo Baptista Fi-
sificó su presencia en dicha región me­ gueiredo, visitó Bogotá en marzo de
diante varias acciones, mencionadas 1981. Los mandatarios publicaron un
por Gerhard Drekonja en su citada largo documento fijando posiciones
obra: aumentó en cinco millones de conjuntas sobre un amplísimo temario
dólares su aporte al Banco de Desa­ que incluyó: oposición al apartheid,
rrollo del Caribe; creó un fondo fidu­ apoyo a los sistemas democráticos,
ciario para apoyar programas de los confianza en el desarme, en los dere­
países de menor desarrollo del Caribe chos humanos y en los principios del
Oriental; ampliar los recursos para de­ derecho internacional y apoyo a los
pósitos en los bancos centrales de los métodos pacíficos para solución de
diversos países; ampliar el esquema controversias en América Latina.
crediticio colombiano con algunos paí­ Igualmente, acordaron la ejecución de
ses de la zona; establecer líneas de cré­ medidas tendientes a estrechar las re­
dito hasta de diez millones de dólares laciones comerciales entre ambas na­
por país; suscribir acuerdos de carác­ ciones, así como la participación en el
ter preferencial con todos los países Pacto Amazónico, que se había puesto
del área; establecer una infraestruc­ en marcha luego de una reunión de
tura de transporte adecuada en la re­ cancilleres de los países que forman la Jao Baptista Figueiredoy
gión; ofrecer energía al Caribe en for­ Cuenca, en octubre de 1980. Julio César Turbay,
ma del carbón de Colombia; crear en En alguna medida, la administra­
durante la visita del
Bogotá un fondo especial para el Ca­ presidente brasileño a
ción Turbay Ayala retomó el tradicio- Colombia, en 1981.
76 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

nal favoritismo que la diplomacia con­ Alexander Haig, con el fin de coor­
vencional colombiana les había con­ dinar la ayuda que varios países le en­
cedido a las instituciones multilatera­ tregaban a las naciones del Caribe.
les. Fue así como por medio de la ley México, Venezuela y Canadá fueron
49 del 14 de mayo de 1981, Colombia los invitados, convocados por cumplir
formalizó su ingreso en el acuerdo del los requisitos señalados por Washing­
GATT (Acuerdo General sobre Aran­ ton: un nivel de créditos otorgados a
celes y Comercio), el cual había co­ naciones de Centroamérica y el Caribe
menzado a buscar desde 1967, cuando por un volumen no inferior a cien mi­
se iniciaron incipientemente las pri­ llones de dólares. Mediante negocia­
meras negociaciones. Un año más tar­ ciones que implicaron el aumento de
de, en el mes de noviembre, los re­ los créditos de Colombia a la zona, la
presentantes de la administración Lle­ segunda reunión llevada a cabo en
ras Restrepo habían elevado la solici­ Nueva York contó con la asistencia de
tud de una adhesión provisional, para representantes del país, lo cual fue re­
lo cual se formó un grupo de trabajo cibido con gran beneplácito por la
que desde enero de 1969 comenzó un prensa colombiana.
estudio sobre la política comercial y el Hacia el final de la administración
régimen arancelario vigente. Dos años Turbay Ayala, la diplomacia colom­
más tarde, el proceso de adhesión de biana fue cayendo poco a poco en un
Colombia al GATT fue suspendido, considerable aislamiento a nivel con­
por cuanto los mayores esfuerzos del tinental, como lo describen Bruce Ba-
gobierno estaban destinados al desa­ gley y Juan Tokatlián en su ensayo Po­
rrollo del Acuerdo de Integración del
lítica exterior colombiana en los años
Pacto Andino. Sin embargo, en 1973
el Consejo Nacional de Política Eco­
80: la búsqueda de mayor influencia.
Paradójicamente, éste comenzó al in­
nómica y Social decidió que nueva­ terior del Pacto Andino, el cual había
mente se presentara la solicitud para concentrado la mayor atención de la
iniciar el estudio de la adhesión pro­ política exterior de la administración
visional. Esta fue finalmente formali­ Turbay durante sus primeros meses,
zada en julio de 1975, después de la como se anotó anteriormente. Las re­
creación de un nuevo grupo de tra­ laciones con Venezuela sufrieron un
bajo, y de un proceso de negociacio­ considerable deterioro, luego de que
nes tendiente a establecer los compro­ el proceso de negociaciones entre los
misos y derechos de las partes. En dos países sobre la delimitación de
octubre de 1978, el gobierno de Co­ áreas marinas y submarinas fue inte­
lombia solicitó la creación de una rrumpido. Un principio de acuerdo
comisión para estudiar la adhesión de­ había sido acogido, la hipótesis de Ca-
finitiva al acuerdo. Luego de las ne­ raballeda, pero antes de la decisión fi­
gociaciones correspondientes, en no­ nal, el documento fue filtrado en Ve­
viembre del año siguiente (por sesenta nezuela y encontró el rechazo del par­
y ocho votos a favor y ninguno en con­ tido de oposición. Además del males­
tra) fue aprobado el ingreso definiti­ tar que ello causó, Colombia vio con
vo, el cual fue adoptado por la legis­ desagrado la compra de aviones F-16
lación nacional a través de la ley men­ por parte del gobierno caraqueño. Fi­
cionada con anterioridad. nalmente, hubo frecuentes informa­
El siguiente paso de la estrategia de ciones sobre mal trato a colombianos
la administración Turbay para profun­ habitantes en Venezuela y amenazas
dizar su presencia en la Cuenca del del gobierno de este último de realizar
Caribe consistió en la negociación en­ deportaciones masivas de los inmi­
caminada a lograr el ingreso en el grantes que habían traspasado la fron­
Grupo de Nassau. Éste había sido tera en forma ilegal.
creado por la administración Reagan Un segundo elemento que frustró el
bajo su primer secretario de Estado, intento original de una diplomacia re­
Capítulo 3 77

gional andina fue dado por el golpe


militar ocurrido en Bolivia el 17 de ju­
lio de 1980, cuando el general Luis
García Meza derrocó a Lydia Gueiler
Tejada, quien se encontraba transito­
riamente en el poder para impulsar un
proceso de pacificación. Todos los paí­
ses del Pacto Andino negaron el re­
conocimiento al nuevo gobierno, y
posteriormente este último amenazó
con retirarse del Acuerdo de Integra­
ción y buscar unas mejores relaciones
con los países del Cono Sur.
Finalmente, la diplomacia andina
chocó con la guerra entre Ecuador y
Perú ocasionada por el viejo conflicto
territorial de la cordillera, del Cóndor.
Los combates terminaron con la me­
diación de la OEA, pero dejaron he­
ridas las relaciones interandinas.
El aislamiento de Colombia fue au­
mentado, además, por el deterioro de
sus relaciones con Nicaragua, a partir
de febrero de 1980, y con Cuba, las
cuales fueron suspendidas en 1981.
También hubo problemas con México,
luego de que Colombia se opusiera al
comunicado franco-mexicano de agos­
to de 1981 que reconocía al FMLN
como fuerza beligerante, y lo califi­
cara de intromisión en asuntos inter­
nos de El Salvador.
Dicho aislamiento iba aumentando
la necesidad de Colombia de acercarse
a los Estados Unidos y de alinearse a
su lado en el contexto de la crisis cen­
troamericana. Lo cual, a su vez, con­ conducido a una estrecha colabora­ El presidente de Estados
dujo al acontecimiento que más dra­ ción con la administración Reagan, la Unidos Ronald W. Reagan
máticamente reflejó las consecuencias posición solitaria de Colombia en la a su llegada a Bogotá,
diciembre de 1982. El
de las malas relaciones de Colombia guerra del Atlántico Sur, sumada al presidente Belisario
con sus vecinos latinoamericanos: la proceso político doméstico y a la si­ Betancur criticó entonces
posición mantenida durante el conflic­ tuación económica del país, propicia­ el orden económico
to de la guerra de las Malvinas. rían las bases para un notorio cambio internacional y el papel
de rumbo en la política exterior de Co­ jugado en él por esa
Los representantes del gobierno co­ potencia (en la foto, con
lombiano se abstuvieron en la vota­ lombia bajo el siguiente gobierno, de el general Fernando
ción para utilizar el Tratado Intera­ Belisario Betancur Cuartas. Landazábal Reyes).
mericano de Asistencia Recíproca in­
vocado por Argentina, en lo cual sólo La administración
estuvieron acompañados por sus co­ Betancur Cuartas (1982-1986)
legas de Chile, Trinidad y Tobago y,
desde luego, de los Estados Unidos. A la llegada del presidente Belisario
Aunque se trataba de un resultado Betancur al poder, el 7 de agosto de
consecuente con las medidas anterio­ 1982, la situación internacional y la co­
res de la política exterior, que habían yuntura doméstica ofrecían todos los
78 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

elementos necesarios para un viraje en ceso de pacificación que se proponía


la política exterior. llevar a cabo. Consideraba que el pe­
Como candidato, Betancur había ligro de una regionalización del con­
acogido la tesis originalmente plantea­ flicto centroamericano podría llegar a
da por su rival, Alfonso López Mi- afectar a Colombia, y que por eso te­
chelsen, según la cual había que entrar nía que buscar en ambos lugares «una
a intentar un proceso de pacificación sola paz», como se titula el volumen
que propiciara los mecanismos para que recoje sus intervenciones sobre el
que la guerrilla se vinculara al sistema tema.
político legal. El hecho de que los de­ En el campo internacional, además,
más candidatos habían apoyado la Betancur heredaba una situación de
idea, y de que durante años el tema de aislamiento que tenía poca acogida en­
una «apertura democrática» se había tre la opinión pública y que se percibía
convertido en la principal bandera de contraria a una estrategia de pacifica­
la oposición, lo convirtió en el hecho ción que buscara la reconciliación con
más importante de la campaña. Tanto, los grupos alzados en armas. Por ello,
que cuando el nuevo presidente tomó desde antes de asumir formalmente la
posesión, ya se había formado un con­ jefatura del Estado, y en calidad de
senso nacional. Un reflejo de ello fue presidente electo, dio algunas señales
la rápida aprobación de la ley de am­ de que le daría un vuelco a la política
nistía, sancionada por el presidente en exterior de su administración: apoyó
noviembre de 1982, luego de que el la firma de un contrato con la Unión
Congreso con mayoría del partido li­ Soviética para la construcción de la re­
beral, aprobara el proyecto enviado presa de Urrá, el cual había criticado
por el gobierno conservador y escrito como candidato, y se mostró partida­
por el ex candidato de la izquierda, rio de cambiar la posición colombiana
Gerardo Molina. con relación a la guerra del Atlántico
Al mismo tiempo, se había hereda­ Sur.
do del gobierno anterior el concepto Además, la situación económica
de la interrelación entre el proceso po­ que recibió le daba piso para actuar.
lítico doméstico y la situación inter­ En el mismo mes de la inauguración
nacional, así como un creciente papel del gobierno, la crisis mundial de en­
para Colombia en la crisis centroa­ deudamiento estalló cuando México,
mericana. Poco antes de terminar su entonces el mayor deudor del planeta,
gobierno, Turbay Ayala había envia­ anunció una moratoria de noventa
do representantes suyos a San José, en días para los pagos de sus compromi­
el mes de mayo, en donde asistieron a sos de servicio de la deuda. Detrás de
la posesión de Luis Alberto Monge y México, se percibía venir virtualmente
adelantaron conversaciones que ori­ todos los países que concentraban los
ginaron la creación del Foro Pro Paz mayores volúmenes de deuda externa,
y Democracia. Éste, impulsado por lo que ponía al borde del abismo al sis­
los Estados Unidos, llegaría a llamarse tema financiero internacional.
Foro Enders por el activo papel del La situación de Colombia era exac­
subsecretario de Estado de ese país. tamente la contraria. Aunque el sector
Se trataba de un instrumento creado industrial denotaba síntomas de rece­
por Washington para impulsar su po­ sión desde un año atrás, y el financiero
lítica hacia la región. También Colom­ se encontraba en medio de una pro­
bia había logrado el ingreso al Grupo funda crisis, el sector externo de la
de Nassau, según se dijo, y en varios economía se hallaba en uno de los
aspectos había profundizado su pre­ puntos de mayor solidez en toda la his­
sencia en el Caribe. toria de Colombia. Esto era resultado
El nuevo mandatario consideró del manejo que los gobiernos anterio­
también que existía una interrelación res les habían dado a la bonanza ca­
entre la política internacional y el pro­ fetera y a la política de endeudamien-
Capítulo 3 79

to, todo lo cual había permitido el au­ de posesión anunció que buscaría el
mento del nivel de reservas internacio­ ingreso de Colombia al grupo de Paí­
nales. ses No Alineados. En la ceremonia en
Bajo estas circunstancias, el gobier­ la cual se realizó el anuncio se encon­
no del presidente Betancur entró a traban representantes de varios go­
ejecutar su «estrategia de paz». De biernos latinoamericanos, entre ellos
una parte, impulsando en el Congreso Nicaragua, lo que iniciaba el proceso
una ley de amnistía amplia y generosa de reaceptación de Colombia en el
para los alzados en armas. De otra, círculo de familias del hemisferio.
ensanchando el número y representa- Tres meses después, el 15 de noviem­
tividad de la comisión de paz que ha­ bre, dicho proceso habría culminado
bía creado el gobierno anterior. Y en con la elección del canciller colombia­
tercer lugar, apoyando la idea de una no, Rodrigo Lloreda Caicedo, como
reforma política que permitiera una presidente del XII Período Ordinario
apertura del espacio institucional para de sesiones de la Organización de Es­
los guerrilleros que depusieran las ar­ tados Americanos. La elección fue in­
mas. Con estos tres instrumentos, el terpretada como un apoyo de la co­ Recibimiento al
gobierno entró a negociar con los dis­ munidad latinoamericana a la nueva presidente del Consejo de
tintos grupos guerrilleros, a veces a posición de país en el contexto inter­ Ministros de España
través de intermediarios y en ocasio­ nacional. Felipe González, jefe del
nes en forma directa. Partido Socialista Obrero
En general, el esquema de la polí­ Español (PSOE), en el
Al mismo tiempo, puso en marcha tica internacional de Betancur partía aeropuerto de Crespo, en
una «nueva política internacional». del resultado en ese campo dejado por Cartagena, noviembre de
Además de los indicadores que había su antecesor. Como elemento de con­ 1984. Los acompañan sus
esposas, Rosa Helena
dejado conocer antes de su llegada al tinuidad seguiría buscando una mayor Alvarez y Carmen
despacho presidencial, en su discurso influencia en Centroamérica y el Ca- Romero.
80 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Gabriel García Márquez de la búsqueda de mecanismos políti­


recibe el premio Nobel de cos, informales y ad-hoc, para el tra­
literatura de manos del tamiento de temas que según las nor­
rey Carlos XVI Gustavo mas escritas debían discutirse en la
de Suecia, en Estocolmo,
el 10 de diciembre de OEA. Tales fueron los casos del Gru­
1982. Ese mismo mes, po de Contadora y del Consenso de
García Márquez, Alfonso Cartagena, que se analizarán más ade­
García Robles y Alva lante.
Myrdal, también premios
Nobel, escribieron a Dentro de esta perspectiva, hay que
Belisario Betancur, junto anotar que en la agenda de las relacio­
con el primer ministro nes exteriores de Colombia perdieron
sueco Olof Palme, importancia los aspectos limítrofes. El
urgiendo la iniciación de diferendo con Venezuela fue conge­
negociaciones en
Centroamérica, en busca lado para permitir la participación so­
de la paz. lidaria y coherente de ambas naciones
en la iniciativa de paz del Grupo de
Contadora. Igualmente, las tensiones
que existían con Nicaragua fueron su­
peradas y dieron paso a un período de
armonía.
El mayor cambio en relación a la
administración Turbay, sin embargo,
se observó en las relaciones bilaterales
con los Estados Unidos. Mientras el
presidente anterior había aceptado la
ribe, para lo cual envió representan­ pertenencia de Colombia a la esfera
tes, a regañadientes, a la reunión del de influencia, el nuevo mandatario de­
Foro Enders que se celebró en octubre claró que su país no quería ser satélite
en San José de Costa Rica. de los Estados Unidos. Durante la vi­
Al mismo tiempo había, sin embar­ sita a Bogotá del mandatario nortea­
go, una concepción de la política in­ mericano Ronald Reagan en diciem­
ternacional que no sólo se apartaba de bre de 1982, Betancur criticó el orden
la del gobierno anterior sino de la lí­ económico internacional y el papel ju­
nea histórica tradicional. Se caracte­ gado en él por los Estados Unidos.
rizaba en primer lugar por el predo­ «Hablo de una nueva alianza social sin
minio de lo político sobre lo econó­ dependencias», dijo, y al final anotó:
mico y aun sobre lo jurídico. Con base «No ha sido éste el monólogo del her­
en una situación de reservas interna­ mano pobre frente al hermano rico, ni
cionales que lo permitía, dicha con­ del amigo condicionado con el amigo
cepción les daba a los aspectos de po­ incondicional, pues no sólo somos in­
lítica doméstica la mayor prioridad: condicionales de nuestra conciencia,
garantizar el espacio y la credibilidad sino del análisis objetivo y respetuoso
para el plan de reconciliación que era entre iguales, en la comunidad jurídica
el objetivo de la política internacional internacional. Por ello hemos enten­
y el principal componente del «interés dido que debemos hacer de la no ali­
nacional». neación, nuestra filosofía para buscar
La escasa importancia que se otor­ la propia identidad.»
gaba a lo jurídico también marcaba un La nueva actitud con respecto a Es­
rompimiento con el pasado. Implica­ tados Unidos implicaba también des­
ría apartarse de instrumentos estable­ hacerse de otro elemento clave de la
cidos, como las organizaciones del sis­ política internacional de la administra­
tema interamericano, por el cual Co­ ción anterior: el anticomunismo. Ésta
lombia había tenido tanto apego en el era una herramienta sin la cual no se­
pasado, y se convertiría en impulsor ría posible poner a andar el proceso de
Capitulo 3 81

reconciliación doméstico con los gru­ dos generaciones y que se había cor­ Firma del Acta de
pos guerrilleros, y tenía implicaciones tado por la presencia de Franco y por Contadora, en
de importancia. Las relaciones con la hegemonía norteamericana en Cartagena, noviembre de
Cuba, aunque no se restablecieron 1983: Fernando Belaúnde
América. Terry (Perú), Belisario
formalmente, alcanzaron el punto de En diciembre de 1982, tres premios Betancur Cuartas
mayor cooperación bilateral desde la Nobel, Alfonso García Robles, Alva (Colombia), Luis Herrera
victoria de la revolución del Movi­ Myrdal y Gabriel García Márquez, y Campins (Venezuela),
miento 26 de Julio el 31 de diciembre el primer ministro del gobierno socia­ Víctor Paz Estenssoro
de 1958. (Bolivia). El Grupo de
lista sueco, Olof Palme, les dirigieron Contadora había surgido
Esto incluyó el acercamiento hacia una carta a Belisario Betancur y a el 9 de enero del mismo
líderes políticos de tendencia centro- otros líderes de naciones centroame­ año en reunión de
izquierdista en el mundo, tales como ricanas expresando su esperanza en cancilleres de Panamá,
que se iniciaran negociaciones que México, Venezuela y
Olof Palme, Frangois Mitterrand y Fe­ Colombia para buscar
lipe González. Este último, miembro preservaran la paz en la región. Ello una salida negociada a
de la Internacional Social-Demócrata mostraba el núcleo de amistades con los conflictos de América
que participaba en la crisis centroa­ cuya solidaridad buscaría Colombia Central.
mericana en posición de desacuerdo y adelantar su cruzada pacificadora.
confrontación amistosa con la admi­ Particular importancia entre ellos
nistración Reagan, había entablado tenía Gabriel García Márquez. A pe­
una especial amistad con Betancur. sar de que había apoyado al candidato
Este había ocupado la embajada co­ vencido por Betancur, poco tiempo
lombiana ante el gobierno presidido después de la toma de posesión de este
por aquél, lo que se sumó a intereses último mostró que entraría a partici­
personales semejantes y al particular par en la política internacional colom­
aprecio de Betancur por lo hispánico. biana. Cuando conoció su designación
En alguna medida, el nuevo presiden­ para recibir el premio Nobel de 1982,
te de Colombia revivió el vínculo con anunció que utilizaría su acceso a los
España, que tanta importancia había medios para ayudar al proceso de pa­
tenido para los colombianos de hace cificación de Centroamérica. Luego,
82 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

el canciller colombiano asistió en per­ de Contadora visitaran cada uno de


sona a la entrega de una condecora­ los países de la región.
ción que le otorgó el gobierno mexi­ En mayo, una comisión compuesta
cano, y finalmente el escritor dedicó al por dos representantes de cada país
tema de «La soledad en América La­ miembro del Grupo visitó la frontera
tina» su discurso al recibir el Nobel. El entre Costa Rica y Nicaragua y realizó
regreso a Colombia de García Már­ un informe que fue entregado en una
quez implicó que ponía a disposición reunión de los nueve ministros de Re­
del presidente sus buenos oficios y sus laciones. En todo este proceso, Co­
excelentes relaciones con gobiernos y lombia participó e impulsó las gestio­
personas que resultaban claves en la nes. En julio, el presidente Betancur
cruzada que se proponía: Fidel Cas­ viajó a Cancún, México, de donde sur­
tro, el régimen sandinista, el mexica­ gió la declaración de los cuatro man­
no, Felipe González, Frangois Mitte- datarios del Grupo, conteniendo los li­
rrand y otros regímenes socialistas de ncamientos generales sobre los cuales
Europa. entraron a trabajar las comisiones téc­
Cuando el 8 y 9 de enero del año nicas con miras a la redacción de un
1983 se reunieron los cancilleres de proyecto de «Acta para la Paz y la
Panamá, México, Venezuela y Colom­ Cooperación» regional.
bia, creando el Grupo de Contadora En el mes de mayo, el día 19, el
mediante la convocatoria a todas las Consejo de Seguridad de la ONU, me­
partes del conflicto para que se sen­ diante la declaración número 530,
taran a una misma mesa de negocia­ apoyó al Grupo de Contadora y rea­
ciones, el gobierno colombiano adqui­ lizó un llamado para que «los Estados
rió una especie de liderazgo. En pri­ interesados cooperen plenamente [...]
mer lugar, por el reciente y publicita- mediante el diálogo franco y construc­
do viraje de su política exterior, que tivo a fin de resolver sus diferencias».
se había convertido de una situación Este hecho se convertía en un impor­
de aislamiento en una de convergencia tante eslabón de una cadena que poco
de la solidaridad hemisférica. En se­ a poco fue creciendo y que llegó a ligar
gundo lugar, por la situación econó­ el apoyo unánime de casi todos los Es­
mica que le proporcionaba a Colom­ tados del mundo.
bia un aspecto de oasis y la capacidad En Colombia, rápidamente se con­
real de actuar en el contexto hemis­ solidó también el consenso interno en
férico con una relativa mayor auto­ relación a la política exterior. En me­
nomía. Y en tercer lugar, por la im­ dio de débiles críticas en el sentido de
portancia doméstica que tenía para que la nueva posición acarrearía cos­
Colombia el proceso de Contadora, en tos económicos, la Comisión Asesora
virtud del proceso de reconciliación de Relaciones Exteriores, de compo­
que el gobierno esperaba poner en sición bipartidista, apoyó unánime­
marcha. Para ninguna de las naciones mente el ingreso de Colombia al Mo­
del Grupo de Contadora su presencia vimiento de Países No Alineados. Con
allí era tan importante. base en él, el gobierno solicitó for­
Por eso, el canciller y el propio pre­ malmente su aceptación a mediados
sidente participaron en forma muy ac­ de enero de 1983, en mensaje enviado
tiva en la fase de iniciación del proceso al Buró de Coordinación del Movi­
de Contadora, el del lanzamiento. En miento, el cual decidió recomendar la
abril, por ejemplo, Betancur viajó admisión de Colombia. El 17 de mar­
personalmente a Venezuela, México y zo, en la séptima asamblea del Grupo
Panamá, y se entrevistó con los res­ llevada a cabo en Nueva Delhi, el in­
pectivos mandatarios con el fin de greso fue aceptado por unanimidad.
avanzar en la cruzada diplomática. De La consolidación del consenso do­
sus entrevistas surgió el acuerdo para méstico para la política internacional
que los cuatro cancilleres del Grupo tuvo otro evento de importancia en ju­
Capítulo 3 83

nio de 1983. Por iniciativa del canciller esta institución la hacía inoperante e
Lloreda Caicedo, se reunieron en Pa­ ineficiente, y por eso buscó nuevos
rís los embajadores colombianos acre­ instrumentos de carácter informal, y
ditados en Europa, y formularon una posteriormente se convirtió en uno de
rotunda declaración de apoyo a la ges­ los principales abanderados de la re­
tión internacional del gobierno. Entre forma de la institución.
los firmantes figuraron miembros de El ministro de Relaciones Rodrigo
los dos partidos tradicionales, y algu­ Lloreda Caicedo percibía la crisis de la
nos ex funcionarios de la administra­ OEA como derivada de los cambios
ción anterior: Gustavo Rodríguez, J. ocurridos en el sistema internacional.
Emilio Valderrama, Luis Carlos Ca- «El sistema interamericano fue ini­
macho Leyva, Diego Uribe Vargas, cialmente concebido con cierto senti­
Augusto Espinosa Valderrama, Ed­ do hegemónico», dijo en la XII Asam­
mundo López Gómez, Raúl Orejuela blea en Washington, y agregó: «Los
Bueno, Humberto Valencia, Guiller­ Estados Unidos vieron la necesidad
mo Hernández, entre otros. estratégica de agrupar las naciones he­
Como se anotó antes, la ofensiva di­ misféricas en un esquema de seguri­
plomática de Colombia durante los dad nacional [...]. Los Estados Unidos
primeros meses de la administración hoy mantienen una posición de privi­
legio en el concierto regional, pero al Belisario Betancur y el
Betancur dejó de lado algunos temas presidente panameño
que tradicionalmente habían merecido lado suyo aparecen otras naciones con Ricardo de la Espriella,
especial atención de los encargados diverso grado de prosperidad.» en Ciudad de Panamá,
del área. Tal cosa aconteció con el En la asamblea de la institución lle­ abril de 1983, durante la
conflicto colombo-venezolano, y tam­ vada a cabo en Brasilia el 15 de no­ gira que realizó Betancur
también a México y
bién con el papel de Colombia en la viembre de 1984, el canciller Augusto Venezuela, en busca de
Organización de Estados Americanos. Ramírez Ocampo de Colombia ofre­ cohesión y avances en el
El gobierno consideró que la crisis de ció a Cartagena como sede para una Grupo de Contadora.
84 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

de Colombia. Se trataba de una diplo­


macia concertada, con un marcado
significado y naturaleza presidencial.
Betancur trabajó activamente no sólo
en la concepción del manejo de los
asuntos de la política exterior de su
gobierno, sino en la ejecución de los
mismos. En varias ocasiones, Betan-
cur fue su propio canciller.
En estos escenarios, dos temas do­
minaron los discursos presidenciales:
el desarme y el problema de endeu­
damiento de América Latina, como
quedó explícito en un mensaje envia­
do por el jefe del Estado colombiano
a su colega de Cuba en junio de 1983.
En cuanto a lo primero, como lo afir­
Entrevista de los sesión extraordinaria que estudiara ma en este mensaje, Betancur consi­
presidentes Belisario posibilidades de reforma para la carta deró: «Los Países No Alineados te­
Betancur y Miguel de la de la OEA, y anunció que su país pre­ nemos una gran responsabilidad en la
Madrid Hurtado, en sentaría una propuesta en ese sentido. promoción de la paz mundial, y por
Ciudad de México, abril La reunión se celebró en diciembre de eso me permití proponer a la asamblea
de 1983. Colombia, en de la UNCTAD en Belgrado, que se
ese año, llevó el liderazgo 1985 y allí se aprobaron modificacio­
en las gestiones de paz nes a la carta en lo referente a los po­ graven los gastos militares de todos los
para Centroamérica. deres del secretario general, la solu­ países con un impuesto del 5 % que se
ción pacífica de controversias, los ca­ destinaría a un gran fondo internacio­
pítulos referentes al desarrollo eco­ nal de desarrollo.» En el comentado
nómico, educación y cultura y lo to­ brindis con el cual Betancur saludó al
cante con el artículo octavo en materia presidente Ronald Reagan en Bogotá,
de admisión de nuevos miembros. se refirió a un dato estadístico que
posteriormente repetiría en su discur­
En la medida en que la OEA perdía so ante la asamblea de la ONU: «Cada
importancia como escenario para la
política exterior, la Organización de minuto un mundo enloquecido gasta
Naciones Unidas y otras instituciones un millón de dólares en armarse para
multilaterales adquirieron una nueva la muerte.»
dimensión. La administración Betan- En cuanto al tema de la deuda, des­
cur llevó a la ONU el tema de Con­ de muy temprana hora de su gobierno,
tadora y el de la deuda externa, dos de Betancur lo acogió como una de sus
sus principales preocupaciones, y en principales preocupaciones. Como se
octubre de 1983 asistió personalmente comentó anteriormente, en el mismo
a la Asamblea General para realizar momento en que se iniciaba la admi­
un discurso que mereció un inusitado nistración Betancur estallaba la crisis
número de elogios. de la deuda en América Latina y Co­
En forma consecuente, Betancur lombia tenía una sólida posición cam­
viajó a Bruselas, como su antecesor, y biaría. Sin embargo, preocupado por
se entrevistó con los representantes de las eventuales consecuencias de la cri­
las Comunidades Europeas para bus­ sis en el futuro, de la posibilidad de
car nuevos acuerdos de tipo econó­ que ésta llegara a afectar a la econo­
mico y apoyo para sus iniciativas en el mía colombiana, y consciente de la
campo político. Para ello buscó tam­ oportunidad que brindaba como ban­
bién la colaboración de organismos dera política en el continente, Betan-
como la CEPAL, el SELA, el BID y cur adoptó una serie de medidas po­
la UNCTAD, tratando de conseguir líticas a nivel internacional, las cuales
cajas de resonancia para las posiciones están descritas en el trabajo mencio-
Capítulo 3 85

nado de Bruce Bagley y Juan Tokat- económico internacional; la división


lián: en diciembre de 1982, durante el de trabajo requiere cambios de en­
viaje del presidente Reagan, Betancur vergadura.»
se refirió al problema de la deuda en En septiembre, Colombia participó
el continente: «La deuda externa al­ en la reunión del CIES, Comité Inte­
canza los trescientos mil millones de ramericano Económico y Social de la
dólares, lo que significa que de cien OEA, llevada a cabo en Caracas, y en
mil millones de dólares de exportacio­ enero siguiente asistió en Quito a una
nes, el 60 % será para servir la deuda, nueva reunión en la que surgió la
y que todo niño latinoamericano nace «Declaración» que lleva el nombre
debiendo trescientos dólares.» Luego, de la ciudad y que invoca una orienta­
en febrero de 1983, la primera reunión ción política para el tratamiento de la
ministerial preparatoria para la VI deuda.
UNCTAD fue llevada a cabo en Car­ En mayo, cinco países (Colombia,
tagena. En mayo, Colombia convocó Brasil. México, Venezuela y Estados
una reunión especial de notables para Belisario Betancur,
Unidos) contribuyeron con un crédito Ronald Reagan y la
discutir el documento conjunto de la de cuatrocientos millones de dólares traductora oficial,
CEPAL y el SELA sobre las «Bases para Argentina con el fin de que este Rita Borch.
para una respuesta latinoamericana a país pudiera cumplir con vencimientos transitan por un corredor
la crisis económica internacional». A de sus créditos externos y no padecie­ de la Casa Blanca, en
finales de ese mismo mes, el presiden­ Washington, durante la
ra el deterioro de su capacidad nego­ visita del presidente
te de Colombia envió un mensaje a los ciadora con los bancos privados y con colombiano en octubre de
líderes de los siete grandes países ca­ el Fondo Monetario Internacional. 1983, cuando viajó a
pitalistas, reunidos en Williamsburg, Luego, en el mes de junio, una nueva Estados Unidos para
Virginia, para una cumbre económica. carta fue enviada a la cumbre econó­ intervenir ante la 38
En su mensaje, Betancur escribió: asamblea general de las
mica de líderes de los países desarro­ Naciones Unidas, donde
«Es necesario modificar el orden llados. En esta ocasión, la reunión se fue ovacionado.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
86

lo llevó, en proceso lento pero firme,


a cambiar poco a poco todo el esque­
ma inicial para regresar a un modelo
muy semejante al que con tanta es-
pectacularidad había intentado cam­
biar.
Antes de que se hiciera explícita la
crisis económica, sin embargo, ya se
había presentado un primer quiebre,
en relación a la actitud frente a las
drogas y frente al tratado de extradi­
ción que el gobierno anterior había fir­
mado con los Estados Unidos. Con ar­
gumentos nacionalistas, Betancur ha­
bía rechazado las solicitudes de extra­
dición de nacionales solicitadas por el
gobierno norteamericano, y había
anunciado su intención de buscar, me­
diante acuerdo bilateral, una modifi­
cación de su texto. El asesinato del mi­
nistro de Justicia Rodrigo Lara Boni­
lla, en las calles de Bogotá, llevó a Be-
tancur a cambiar su posición. Anunció
que aceptaría solicitudes de extradi­
ción, lo cual puso en práctica en forma
inmediata. Además, ello sería apenas
un primer paso, muy significativo, de
un proceso que terminaría por estre­
char las posiciones de las administra­
ciones Betancur y Reagan en el aspec­
to del narcotráfico, hasta el punto de
En la XIV asamblea celebró en Londres, y la carta llevó las que el comunicado de ambos manda­
general de la OEA, en firmas de los presidentes de Brasil, tarios, luego de su encuentro en Was­
Cartagena, 2 de Argentina y México, además de la del
diciembre de 1985, el hington en abril de 1985, se dedicaría
de Colombia, pidiendo un esfuerzo in­
secretario de Estado
ternacional conjunto para resolver el totalmente al tema de las drogas. Se
George Shultz es saludado refería a la necesidad de combatirlo en
por Belisario Betancur, problema de la deuda.
en presencia de Enrique acción conjunta, y una brevísima frase
En el mes de junio, Cartagena sirvió hacía alusión a la importancia de com­
Iglesias, canciller del
Uruguay. Las disputas
de sede para la reunión de ministros batir el consumo en los Estados Unidos.
entre Shultz y Alejandro de Relaciones Exteriores de las nacio­
Vendaña, delegado de nes deudoras, de la cual surgió el lla­ El círculo completo se cerraría más
Nicaragua, bloquearonla mado «Consenso de Cartagena». Éste tarde, en noviembre de 1985. A raíz
labor del Grupo incluyó la adopción de medidas ten­ de la toma del palacio de Justicia por
Contadora. dientes a mejorar la cooperación y los parte del M-19, y de su posterior de­
mecanismos de información entre las salojo por parte del ejército, tanto el
naciones, y tuvo dos convocatorias presidente Betancur como su ministro
adicionales en Mar del Plata, Argen­ de Justicia, Enrique Parejo, acogieron
tina, en el mes de septiembre, y en una vieja tesis del gobierno nortea­
Santo Domingo, República Domini­ mericano: la del narcotráfico. En efec­
cana, en febrero de 1985. to, el embajador de Estados Unidos
Paradójicamente, el creciente dete­ en Colombia, Louis Tambs, había ha­
rioro de la posición cambiaría de Co­ blado de las relaciones entre las
lombia desde mediados de 1984 limitó FARC y el tráfico de drogas en marzo
las posibilidades para la administra­ de 1984. Posteriores declaraciones del
ción Betancur en el campo externo y secretario de Estado Schultz, así como
Capítulo 3 87

informes de la DEA y otras agencias El 29 de octubre, además, la prensa


del gobierno estadounidense, habían publicó un memorando que en forma
extendido la acusación a otros grupos secreta le había enviado su ministro de
guerrilleros colombianos. Con su si­ Hacienda el 2 del mismo mes, notifi­
lencio, la administración Betancur ha­ cándole que los bancos internaciona­
bía rechazado la tesis, cuya aceptación les exigían la firma de un acuerdo for­
hubiera implicado serios tropiezos mal con el FMI. Junguito sugería que
para el proceso doméstico de recon­ Colombia no tenía ninguna opción di­
ciliación con los alzados en armas. En ferente, y que las medidas de política
el epílogo de la toma del palacio de económica deberían acogerse en for­
Justicia, el gobierno de Betancur, al ma inmediata por el mecanismo de ex­
reconocer en la acción los vínculos del cepción de la emergencia económica.
M-19 con la mafia, terminó de acercar El gobierno adoptó sin embargo
su posición en cuanto al tema, a la de una estrategia diferente: buscó un
la Casa Blanca. acuerdo con el Fondo que tuviera ca­
Lo mismo sucedería con otros as­ racterísticas distintas a los acuerdos de
pectos de la agenda de las relaciones contingencia que la mayor parte de las
exteriores. Fundamentalmente, como naciones latinoamericanas habían fir­
ya se mencionó, por la detonación de mado. Las negociaciones fueron com­
la crisis de endeudamiento externo. plejas, pero luego de seis meses arro­
Ésta tuvo su momento clave en julio jaron un resultado favorable para el
de 1984, cuando el nuevo ministro de gobierno. Aunque Colombia se com­
Hacienda, Roberto Junguito Bonnet, prometía a adoptar las medidas de Belisario Betancur, Raúl
Alfonsín (Argentina),
reconoció ante el Congreso que la eco­ política económica sugeridas por el Alfredo de la Espríella
nomía se encontraba al borde de la cri­ FMI, no se firmaría una Carta de In­ (Panamá) y Fernando
sis cambiaría, modificando así en for­ tención, ni se recibiría un crédito de Belaúnde Terry,
ma total el panorama que sólo días an­ contingencia. presidente saliente del
tes había presentado el presidente de Perú, durante las
Alternativamente, el FMI daría a ceremonias de posesión
la República en un discurso sobre el Colombia un «visto bueno» para que de Alan García Pérez, en
estado de la nación. los bancos reabrieran los créditos, y Lima, julio de 1985.
88 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

realizaría una monitoria trimestral de el rechazo del gobierno sandinista.


la economía colombiana para verificar Posteriores rectificaciones, realizadas
el cumplimiento de las metas acorda­ a su regreso a Bogotá, no fueron su­
das. El acuerdo fue culminado duran­ ficientes para reparar el daño que se
te la visita de Betancur a Washington, había causado al proceso de pacifica­
en la cual la mayor parte de las ne­ ción en Centroamérica.
gociaciones arrojaron un resultado ne­ En general, el Grupo de Contadora
gativo para Colombia desde el punto reflejaba el cambio que Colombia y
de vista de la pretendida ampliación los otros países habían sufrido en sus
del margen de autonomía. Además relaciones con Washington. El borra­
del acuerdo sobre las drogas mencio­ dor de proyecto de paz regional no fue
nado atrás, Colombia ingresó en el acogido por los Estados Unidos, lo
acuerdo de la OPIC, lo cual implica que propició nuevas negociaciones y
aceptar la mediación de jueces nortea­ consecuentes modificaciones que acer­
mericanos en futuros conflictos entre caron el Acta hacia la posición nortea­
capitalistas de este país y de Colom­ mericana. Tanto que, cuando una
bia, postura contradictoria con la que nueva versión estuvo terminada, Ni­
se tomó originalmente hacia el tratado caragua anunció que no la firmaría.
de extradición. Un nuevo suceso terminó por ali­
Daniel Ortega, de Para finalizar, en episodio confuso, near a la administración Betancur con
Nicaragua, Eríc
Arturo del Valle, Betancur acogió una propuesta del la Casa Blanca y reducir el espacio
de Panamá, y Beiisario presidente Reagan para darle a la ayu­ para la ejecución de la política exte­
Betancur, aplauden da a los «contra» en Nicaragua un ca­ rior planeada al comienzo de su go­
luego del juramento rácter «humanitario». Ante la televi­ bierno: la toma del palacio de Justicia
constitucional de por parte del M-19, y la acción del
Vinicio Cerezo Arévalo
sión, y en más de una ocasión, el
como presidente presidente de Colombia dijo que la ejército para combatirla, todo lo cual
de Guatemala (1986). propuesta era positiva, lo que causó dejó un saldo de cerca de cien muer-
Capítulo 3 89

tos, y la destrucción del palacio. Con Por el contrario, el presidente Be-


ello, Betancur adoptaba el precepto tancur y los miembros de su gobierno
reaganiano de no negociar con guerri­ adoptaron la retórica anticomunista,
lleros. Éstos, además, fueron catalo­ acogieron el concepto del narcotráfi­
gados por el gobierno colombiano co, y encontraron en la Casa Blanca
como «terroristas». Era una adverten­ un fuerte respaldo hacia su actitud de
cia en el sentido de que el diálogo y no negociar con el comando del M-19.
los instrumentos pacíficos que propo­ «Colombia es un buen amigo y aliado
nía el Grupo de Contadora para Amé­ de los Estados Unidos», le dijo el pre­
rica Central, no se utilizaban cuando sidente Reagan a Betancur en men­
se trataba de terroristas, narcoguerri- saje enviado para expresarle la soli­
Ueros u organizaciones criminales, que daridad de su país ante la catástrofe
fueron las denominaciones que utilizó ocurrida el 15 de noviembre por la
el gobierno. erupción del volcán Nevado del Ruiz.

MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES


(1974-1986)
Fecha Fecha Nombre
iniciación terminación
Agosto 1974 Septiembre 1978 Indalecio Liévano Aguirre
Septiembre 1978 Marzo 1981 Diego Uribe Vargas
Marzo 1981 Agosto 1982 Carlos Lemos Simmonds
Agosto 1982 Julio 1984 Rodrigo Lloreda Caicedo
Julio 1984 Agosto 1986 Augusto Ramírez Ocampo

MINISTROS DE HACIENDA
(1974-1986)
Año Nombre Fecha de iniciación

1974 Rodrigo Botero Montoya 7 agosto 1974


Abdón Espinosa Valderrama 23 diciembre 1976
Alfonso Palacios Rudas 7 octubre 1977
1978 Jaime García Parra 7 agosto 1978
Eduardo Wiesner Durán 13 enero 1981
1982 Rodrigo Gutiérrez 7 agosto 1982
Roberto Junguito Bonnet Julio 1984
Hugo Palacios Mejía Septiembre 1985
90 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

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Capítulo 3 91

Proceso de las negociaciones de


Colombia para la demarcación
y señalamiento de sus fronteras
terrestres
Germán Zea Hernández la Constitución de 1886 y sus primeras
modificaciones. Las leyes de la Coro­
na española fueron, pues, las que de­
olombia, como la mayor parte terminaron el área territorial de los
C de los países hispanoamericanos, nuevos Estados y, por consiguiente,
los límites de lo que hoy es la Repú­
aceptó el principio del uti possidetis de
1810 para la delimitación de las nuevas blica de Colombia. Ellas señalaron la
entidades políticas que resultaron de jurisdicción de la Audiencia de Quito
la independencia de las colonias de
España en América. Este principio
proviene del interdicto Posesorio con­ Tratado de amistad,
sagrado en el derecho romano, que alianza, comercio,
navegación y límites entre
reza: «Uti possidetis, ita posseidea- la Nueva Granada y
tis», o sea, en lengua castellana, Venezuela, suscrito por
«Como poseéis, así poseed.» Se le Lino de Pombo y Santos
agregó entonces el término «juris» Michelena, vicepresidente
para indicar que era una posesión de de Venezuela, el 14 de
junio de 1934. Colombia
derecho, y en esa forma se aplicó para cedió, sin
el reconocimiento de los límites colo­ compensaciones, extensos
niales existentes al llegar el año de territorios en la Guajira.
1810, y que sirvió a las nacionalidades
recién formadas como garantía de la
integridad de sus territorios. Esa di­
visión seguía, en efecto, las disposicio­
nes de la Corona de España para erigir
los virreinatos, las capitanías genera­
les y presidencias, convertidas luego
en Estados soberanos. El principio del
uti possidetis juris se consignó en la ley
fundamental, expedida por el Congre­
so reunido en Angostura en el año de
1819; y luego en sucesivas leyes, hasta
92 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Este tratado era decisivamente per­


judicial para Colombia, que tenía tí­
tulos suficientes sobre toda la penín­
sula de la Guajira.
Sin embargo, inexplicablemente,
mientras el Congreso de la Nueva
Granada aprobó ese tratado que fa­
vorecía inequívocamente a Venezue­
la, el Congreso de este país lo improbó
en 1836.
Las negociaciones se reanudaron
con el señor Fermín Toro, nuevo mi­
nistro venezolano, quien adelantó
conversaciones con nuestro secretario
de Relaciones Exteriores. Los nego­
ciadores llegaron a algunos acuerdos,
pero no lo lograron en todos los pun­
tos de la frontera. Colombia, desde
entonces, propuso la designación de
un árbitro, lo cual fue rechazado por
el plenipotenciario venezolano. Mu­
cho más tarde, en 1872, fue propuesto
el arbitramento por Colombia, repre­
sentada por el doctor Aníbal Galindo.
Venezuela, representada por el minis­
tro venezolano, don Julián Visso, pro­
puso que se realizaran negociaciones
sobre la totalidad de la frontera, a lo
cual se negó el plenipotenciario co­
lombiano, alegando que la cuestión
estaba prácticamente agotada desde
1844, pero en su lugar propuso de nue­
vo una decisión arbitral a cuyo fallo
debían someterse sin apelación los dos
países. Lo cual fue rechazado una vez
más por Venezuela.
Aníbal Galindo, y de los virreinatos de la Nueva Gra­ El presidente de ese país, general
representante de nada y el Perú y de la capitanía ge­ Antonio Guzmán Blanco, sugirió en­
Colombia en 1892, quien neral de Venezuela.
propuso a Venezuela el
tonces que se celebrara en Barranqui-
sistema de arbitramento 11a una conferencia con el presidente
para resolver la cuestión Límites con Venezuela de Colombia, doctor Manuel Murillo
limítrofe, que el vecino Toro. El gobierno acogió con gusto la
país no aceptó. idea y presentó al Congreso un pro­
A raíz de la disolución de la Gran Co­
lombia, nuestro país inició negociacio­ yecto de ley que autorizara la entre­
nes con los países vecinos, comenzan­ vista, el cual fue negado en la Cámara
do por Venezuela, y las adelantadas de Diputados por 28 votos contra 27.
con este país culminaron en un tratado Esa negativa obedecía más que todo a
suscrito en 1833 por el canciller de Co­ brotes de oposición al gobierno y fue
lombia, don Lino de Pombo, y por el un paso desafortunado; porque era
plenipotenciario de Venezuela, don prácticamente un rechazo al presiden­
Santos Michelena. En ese tratado ce­ te Guzmán Blanco para que visitara
día Colombia, sin compensaciones de Colombia. Él hubiera querido ser
mayor importancia, extensos territo­ quien definiera los límites entre los
rios en la Guajira. dos países y el derecho a la libre na-
Capítulo 4 93

vegación de los ríos comunes. Enton­ los gobiernos designaron sus represen­
ces se perdió una oportunidad venta­ tantes, que fueron, por Colombia, el
josa para Colombia, ya que Venezuela doctor Aníbal Galindo, y por Vene­
se venía oponiendo al requerimiento zuela, el doctor Antonio Locadio
constante de Colombia para que se so­ Guzmán.
metiera el litigio a la decisión de un Cuando se desarrollaba el proceso
árbitro. del arbitramento, falleció el rey de Es­
En 1874 el doctor Manuel Murillo paña, y se presentó la duda de si el
Toro fue nombrado ministro plenipo­ nuevo soberano español tendría las fa­
tenciario de Colombia ante Venezue­ cultades que se habían conferido a su
la. El doctor Murillo se dio cuenta, antecesor. Parecía obvio que así ocu­
después de iniciar negociaciones, de rriera, y lo normal y ajustado a De­
que había pocas perspectivas de éxito, recho era que el sucesor de don Al­
y sugirió que si no se alcanzaba ningún fonso XII podría actuar legalmente
acuerdo, se sometiera el asunto al ar­ como árbitro, porque el árbitro desig­
bitramento de una tercera potencia, nado no era la persona de Alfonso
de acuerdo con los principios del de­ XII, sino el gobierno español, quien­
recho internacional, e invocó para ello quiera que fuese el rey. Al efecto, un
lo establecido en la Constitución ve­ protocolo fue firmado en París el 15 de
nezolana en estos términos: «En los julio de 1886 por el doctor Carlos Hol-
tratados internacionales de comercio y guín, plenipotenciario de Colombia, y
amistad se pondrá la cláusula de que el general Guzmán Blanco, plenipo­
todas las diferencias entre las partes tenciario de Venezuela. El propósito
contratantes deberán decidirse sin era cambiar el carácter del fallo, que
apelación a la guerra por arbitramento debía ser en derecho, por un fallo ex-
de potencia o potencias amigas.» Es­ aequo ex-bono. El protocolo, en efec­
ta propuesta fue rechazada por Vene­ to, determinó lo siguiente: «También
zuela. han convenido los suscritos en que el
árbitro [...] puede fijar la línea del
La certidumbre que tuvo Colombia modo que crea más aproximado a los
de que por medio de negociaciones di­ documentos existentes, cuando res­
rectas sería imposible que Venezuela pecto de algún punto no arrojen toda
suscribiera un tratado de límites que la claridad apetecida.»
reconociera sus derechos, movió a Co­
lombia a insistir en el arbitramento. Con este protocolo se desvirtuó el
En efecto, el 14 de septiembre en carácter estrictamente jurídico del en­
1881, se sometió el litigio a un arbitra­ cargo dado por los gobiernos al árbi­
mento juris, y se designó como tal al tro, es decir, el rey de España. Desde
gobierno de S.M. el rey de España, entonces, quedó facultado para mo­
cuyo fallo sería definitivo e inapelable. dificar, según su criterio, la línea fron­
Se estipuló que todo el territorio que teriza, con el peligro de que no siendo
pertenecía a la jurisdicción de la anti­ obligatorio señalarla de acuerdo con el
gua capitanía general de Caracas por estricto derecho de cada una de las na­
actos de la Corona española hasta ciones, quedaba en manos de un ter­
1810 sería de la República de Vene­ cero alterar a su arbitrio el territorio
zuela, y todo lo que pertenecía a la ju­ de los países comprometidos. Este
risdicción del virreinato de Santa protocolo adicional ha sido altamente
Fe sería de los Estados Unidos de Co­ criticado en los anales diplomáticos de
lombia. Colombia.
S.M. don Alfonso XII, rey de Es­ El laudo arbitral del gobierno es­
paña, aceptó el nombramiento de ar­ pañol fue pronunciado el 16 de marzo
bitro y constituyó una comisión téc­ de 1891 y lo suscribió la reina regente
nica para que estudiara los documen­ de España, doña María Cristina. Fue
tos que las partes presentaran para publicado al día siguiente en la Gaceta
apoyar sus pretensiones. Por su parte, de Madrid, autenticado por el ministro
94 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Primera y última páginas


del laudo arbitral de la
reina regente María
Cristina de España, dado
en Madrid el 16 de mano
de 1891 y firmado también
por el ministro de Estado
Carlos O'Donell, con el
cual se fijaron los límites
con Venezuela,
atendiendo las
aspiraciones de Colombia
(Archivo de la
Cancillería).

de Estado, don Carlos O'Donnell. Co­ Para ello, el árbitro usó del poder
lombia obtuvo un triunfo inequívoco, discrecional que le otorgó el protocolo
pues los puntos de vista expuestos por firmado en París, por el doctor Carlos
Aníbal Galindo fueron aceptados casi Holguín y el general Guzmán Blanco.
en su totalidad. Sin hacer un análisis más amplio al fa­
En el alegato de Colombia se recla­ llo arbitral pronunciado por el gobier­
mó todo el territorio de la Guajira, ex­ no español en 1891, debe reconocerse
cepto el que se segregó del virreinato que el alegato colombiano expuesto
con Sinamaina, y el árbitro así lo de­ de manera muy brillante por su autor,
cidió. Además, el fallo solucionó al­ el doctor Aníbal Galindo, fue factor
gunas cuestiones de hecho y de esta decisorio para el reconocimiento de
manera las barrancas del Sarare se fi­ los derechos de Colombia.
jaron a la comunicación del Sarare El principio internacional de la libre
con el Arauca, de acuerdo con Vene­ navegación de los ríos comunes, re­
zuela. El paso real se señaló de una conocido universalmente, influyó, in­
manera aproximada en el punto equi­ dudablemente para que los negocia­
distante de la villa del mismo nombre dores colombianos no se ocuparan en
y el punto en el Meta se fijó en el esta cuestión tan importante para
apostadero, como lo había alegado Co­ nuestro país, porque se llegó a pensar
lombia. que podría ser materia de un tratado
Lo fundamental de la reclamación independiente del de los límites. Pero
colombiana fue aceptado por el árbi­ el gobierno de Venezuela pretendió
tro al señalar como frontera la margen desconocer ese principio, lo cual se
izquierda del río Orinoco entre el hizo patente cuando se trató de for­
Meta y el Guaviare. En lo demás de mular un pacto sobre comercio y na­
este sector el fallo fue favorable a Ve­ vegación. Colombia buscaba obtener
nezuela, ya que se le dejó la península el reconocimiento de Venezuela al de­
fluvial que queda comprendida entre recho inequívoco de Colombia de na­
los fuertes del Casiquiare, el río Negro vegar libremente hasta el mar por los
y el Atabapo. ríos Orinoco y Zulia y sus afluentes, y
Capítulo 4 95

Venezuela prohibió de hecho esta na­ do a retirarlo con la oferta de presen­


vegación con gravámenes prohibitivos tarlo oportunamente, lo cual nunca se
al comercio que provenía del oriente hizo.
colombiano. Ante tal situación, Co­ Antes de este último tratado se fir­
lombia no encontró mejor expediente mó un acta en la cual se dice que si el
que hacer concesiones de territorio, tratado no fuere aprobado por los con­
alterando así el laudo arbitral español. gresos de los dos países, las negocia­
Esta actitud ofrecía serios inconve­ ciones se darían por terminadas y se
nientes, y sentaba precedentes de ino­ procedería a ejecutar el laudo sin más
cultable gravedad. discusión que la posibilidad de que los
Sin embargo, esto fue lo que hizo dos Estados tomarían posesión de los
Colombia al aceptar la sugerencia del territorios que se les había asignado en
señor J. A. Unda y la declaración el laudo. Era, pues, el momento de
del ministro de Relaciones Exteriores aplicar lo estipulado en esta acta y
de Colombia, don Marco Fidel Suá- proceder al amojonamiento de la fron­ General Antonio Guzmán
rez. Fue este un error de la cancillería tera; pero el gobierno colombiano, en Blanco quien, como
colombiana, que reabrió la discusión un acto que resulta inexplicable, pidió presidente de Venezuela,
sobre límites, perdiéndose de esta ma­ al señor Silva Gandolphi una nueva y después de la muerte del
nera el gran esfuerzo hecho por Co­ negociación, a lo que éste no accedió. rey Alfonso XII, aceptó
lombia, para que se aceptara la deci­ La administración que sucedió a la que el gobierno español
sión arbitral, y para obtener una sen­ del señor Caro inició una política di­ fuese árbitro en la
cuestión de límites con su
tencia favorable. Con esto se atentó ferente y solicitó a la Cancillería ve­ país.
contra la integridad territorial del país
y se abrió campo a exigencias injusti­
ficadas de Venezuela.
Fue así como el 24 de abril de 1884
se celebró el tratado Suárez-Unda que
adoptó una delimitación en la cual ce­
día Colombia la mitad de la Guajira,
y en la región oriental un inmenso po­
lígono, lo cual implicaba una cesión de
50.000 km2 a cambio de la libre na­
vegación a perpetuidad por los ríos
Orinoco, Atabapo, el golfo de Mara-
caibo y los ríos que en él desemboca­
ban y cuyo curso va por el territorio
de ambos países.
El gobierno de Venezuela modificó
el tratado adjudicándose el territorio
de San Faustino, entre otros; por su
parte, Colombia hizo modificaciones
que hicieron imposible que el tratado
fuese sometido a la consideración del
Congreso.
En 1896 se firmó otro tratado que
reproducía el de 1894. Firmaron en
esa ocasión, por parte de Colombia, el
general Jorge Holguín y don Marco
Fidel Suárez, y por Venezuela, An­
tonio Silva Gandolphi. Sometido a la
consideración del Congreso de Co­
lombia, fue tan grande la resistencia
que provocó, que el presidente de la
República, señor Caro, se vio obliga­
96 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

nezolana la ejecución del laudo arbi­ del embajador chileno Herboso, con
tral, lo cual fue aceptado por Vene­ el presidente de Venezuela Cipriano
zuela sin dificultad, y al efecto se sus­ Castro, a enviar a Caracas una misión
cribió un tratado en cuyo artículo 1.° para que firmara un pacto que revisara
se estipuló: la línea del laudo, con la cesión por
«Artículo 1.° — Las partes contra­ parte de Colombia, a cambio del de­
tantes darán ejecución práctica a la recho de la libre navegación de los
sentencia arbitral dictada por la Co­ ríos, de sus derechos territoriales en
rona de España el 16 de marzo de las regiones de la Guajira, San Faus­
1891. En consecuencia, se procederá a tino y Arauca en la extensión que se­
la demarcación y al amojonamiento de ñalara el mismo señor Herboso, quien
los límites que traza aquella sentencia actuaba como superárbitro. Esta acti­
en la extensión en que no la constitu­ tud del general Reyes era, ni más ni
yan ríos o las cumbres de una sierra o menos, un acto de traición a la patria.
de una serranía.» Sin embargo, el general Reyes, qui­
Después de amojonar las secciones zá dándose cuenta de lo que su oferta
no litigiosas y aplazar aquéllas en que significaba, se abstuvo de enviar la mi­
no pudo definirse lo señalado en el sión y Castro amenazó con invadir a
laudo, la Comisión mixta interrumpió Colombia, en vista de lo cual se nom­
su labor, porque en diciembre de 1901 bró ministro en Venezuela al doctor
se rompieron las relaciones diplomá­ Lucas Caballero, a quien no se le in­
ticas entre Colombia y Venezuela, formó de lo concertado entre los dos
"Ganando indulgencias presidentes. Al llegar a Caracas quedó
con avemarias ajenas", cuando el gobierno de Colombia acu­
caricatura de "El só al de Venezuela de favorecer la re­ altamente sorprendido cuando el se­
Zancudo" publicada en volución que existía en nuestro país. ñor Herboso le manifestó que debía
mayo de 1879, relativa a
Antes de posesionarse de la presi­ apresurarse a firmar un tratado en los
las gestiones de Aníbal términos acordados. El doctor Caba­
Galindo en la cuestión de dencia de Colombia, el general Rafael
límites con Venezuela. Reyes se comprometió, por conducto llero quedó estupefacto y respondió
Capítulo 4 97

que el pacto propuesto no podía acep­ en 1908 se dio por terminada su mi­
tarlo sino una nación vencida o hu­ sión.
millada, o un Estado berberisco. En el mes de abril de 1908 se envió
Ante la erguida actitud del doctor un nuevo agente confidencial, el ge­
Caballero y su renuncia a suscribir el neral Alfredo Vásquez Cobo, quien el
pacto, el presidente Castro y su minis­ 2 de junio firmó con el agente de Ve­
tro de Relaciones Exteriores se nega­ nezuela, doctor Ángel César Rivas, un
ron a recibirlo con carácter diplomá­ acta eminentemente gravosa para Co­
tico y solicitaron al gobierno colom­ lombia, por la cual se establecen las
biano que enviara un agente confiden­ bases de un tratado de navegación,
cial, que consideraron necesario para fronteras y comercio fronterizo y de su
reanudar las relaciones diplomáticas. tránsito.
El doctor Lucas Caballero regresó a Por medio de esa acta Colombia
Colombia con la frente alta, y su viaje cede a Venezuela, a cambio de la libre
fue evidentemente bastante beneficio­ navegación, los derechos sobre los te­
so para Colombia, pues otra persona rritorios situados sobre la margen iz­
posiblemente hubiera firmado al­ quierda del Orinoco, en la región del
go tan lesivo para la soberanía de Co­ Atabapo, de Inírida o del Guainía o
lombia. río Negro; además, un trapecio limi­
Con el propósito de reanudar las re­ tado por los ríos Orinoco, Vichada y
laciones diplomáticas, Colombia de­ Edagüe y por el punto Apostadero del
signó como agente confidencial al doc­ Meta que es aquel en que el meridiano
tor José Ignacio Díaz Granados y Ve­ del Viento corta el río Meta, con lo
nezuela al doctor Rafael López Ba- cual se modifica el laudo porque se fija
ralt. Ambos se reunieron en Caracas el apostadero donde en realidad no
y firmaron un acta en donde se esta­ está.
blecía, entre otras cosas, que se nom­ Este acta, a cambio de la libre na­
brarían ministros plenipotenciarios en vegación de los ríos a los cuales Co­
misión especial para que señalaran las lombia, de acuerdo con el derecho in­
bases de un tratado sobre navegación, ternacional tiene perfecto derecho,
fronteras y comercio fronterizo y de cede 52.000 km2 de territorio, 1.000
tránsito. km de ríos navegables y nueve case­
En esta acta, Colombia admitió que ríos, bases que fueron de tal manera
se señalaran las fronteras en el nuevo excesivas y perjudiciales para Colom­
tratado, lo cual fue un error grave por­ bia, que el gobierno las desaprobó de
que podría interpretarse como un re­ plano.
chazo al laudo arbitral que había fi­ Pero, entre tanto, surgió otra cues­
jado en definitiva los límites entre los tión, cuando se trató de aplicar la sen­
dos países. tencia del árbitro español. Se trataba
En 1906 fue a Caracas como minis­ de determinar si Colombia podría en­
tro plenipotenciario el general Benja­ trar en posesión de lo amojonado en
mín Herrera, quien llevó como secre­ el terreno por la comisión mixta, o si
tario al doctor Enrique Olaya Herre­ debía esperar para esa posesión a que
ra. El presidente de Venezuela, ge­ se amojonara la totalidad de la fron­
neral Castro, se negó a recibirlos tera que señalaba el laudo.
mientras no se suscribieran previa­ El gobierno de Colombia había
mente las bases de un tratado de lí­ nombrado autoridades para algunos
mites, lo cual fue rechazado por los de los sectores que se le habían adju­
comisionados, que regresaron a Co­ dicado y que ya estaban amojonados.
lombia. El general Herrera fue reem­ El gobierno de Venezuela, en notas de
plazado por el doctor Antonio José 23 de enero de 1913 y 27 de diciembre
Restrepo, con el carácter de agente de 1915, sostuvo que para que cual­
confidencial, pero tras varias propues­ quiera de los dos países pudiera tomar
tas y contrapropuestas sin resultado, posesión de los territorios adjudicados
98 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Firma de la Convención era preciso el amojonamiento total de pados por ellas antes del Laudo de
de 1916 con Venezuela, la frontera, fundándose en que la sen­ 1891.»
mediante la cual se aceptó tencia era un acto jurídico, uno e in­ Además, se encargaba al árbitro de
el arbitramento de la divisible, que no podría cumplirse por la completa terminación del deslinde y
Confederación Helvética, partes. amojonamiento de la frontera, por
sobre ocupación de zonas
de frontera: Demetrio Colombia refutó las tesis venezola­ medio de expertos de la misma nacio­
Losada Díaz nas en notas del ministro de Relacio­ nalidad del árbitro, que serían nom­
(plenipotenciario nes Exteriores y en el alegato del abo­ brados inmediatamente después de
venezolano) y el canciller gado colombiano doctor Antonio José pronunciado el fallo. El arbitramento
Marco Fidel Suárez de la Confederación Helvética fue
suscribieron el
Restrepo.
documento, ante los La discrepancia de las cancillerías aprobado por los dos Congresos y el
negociadores Carlos condujo a un tratado firmado en Bo­ presidente de Suiza aceptó el cargo. El
Adolfo Urueta, Hernando gotá entre el ministro plenipotenciario 24 de marzo de 1922 se dictó sentencia
Holguín y Caro, Nicolás venezolano, doctor Demetrio Lossada favorable a las tesis de Colombia, que
Esguerra y José María fueron defendidas por Antonio José
González Valencia.
Díaz, y el ministro de Relaciones Ex­
teriores de Colombia, señor Marco Fi­ Restrepo; así mismo, el presidente de
del Suárez, por medio del cual la cues­ Suiza designó los expertos para la de­
tión debatida se sometía a un arbitraje marcación sobre el terreno, la cual se
y se designó como arbitro al presiden­ inició poco tiempo después.
te de la Confederación Helvética, se­ El Consejo Federal suizo, después
ñor R. Haab. La cuestión principal era de dar la razón a Colombia sobre su
la siguiente: «La ejecución del Laudo pedido principal, determinó crear una
puede hacerse parcialmente, como lo comisión de expertos que, según el fa­
sostiene Colombia, o tiene que hacer­ llo, tendría el carácter de comisión ar­
se íntegramente, como lo sostiene Ve­ bitral, aclarando que su cometido se
nezuela, para que puedan ocuparse los limitaría a los sectores que las partes
territorios reconocidos a cada una de no pudiesen ocupar definitivamente.
las dos naciones y que no estaban ocu­ Los comisionados describieron cada
Capítulo 4 99

una de las porciones en que quedó di­ miento y el presente tratado; que
vidida la totalidad de la línea divisoria todas las diferencias sobre materia de
y ordenaron la colocación de hitos límites quedan terminadas; y que re­
donde les pareció más indicado. Al conocen como definitivos e irrevoca­
propio tiempo decidieron los reclamos bles los trabajos de demarcación he­
u observaciones que se presentaron, chos por las Comisiones Demarcado­
especialmente por parte de Venezue­ ras en 1901, por la Comisión de Ex­
la. Terminada la misión de los exper­ pertos Suizos, y los que se hagan de
tos suizos se avanzó apreciablemente común acuerdo por los comisionados
en la demarcación. Por medio de no­ designados conforme al parágrafo 4.°
tas cruzadas entre el gobierno de Ve­ de este artículo.»
nezuela y el plenipotenciario de Co­ «Artículo 2.° — La República de
lombia ante ese gobierno, doctor Colombia y los Estados Unidos de Ve­
Eduardo Zuleta, se convino en desig­ nezuela se reconocen recíprocamente
nar dos comisiones, una de cada país, y a perpetuidad, de la manera más am­
que luego fueron aumentadas a dos plia, el derecho a la libre navegación
por cada país, a petición de Venezue­ de los ríos que atraviesan o separan los Firma del tratado que
la, para realizar la demarcación y co­ dos países.» puso fin al conflicto de
locación de hitos. límites entre Colombia y
En el curso de los trabajos de las co­ Venezuela, suscrito en
Límites con el Ecuador Cúcuta por los cancilleres
misiones venezolana y colombiana Esteban Gil Borges y Luis
surgió una ardua y extensa discusión Cuando empezó a derrumbarse el go­ López de Mesa, el 5 de
sobre la localización del río de Oro, bierno colonial en 1810, el Ecuador abril de 1941. Al lado de
que fue señalado por el laudo arbitral formaba parte de virreinato de la Nue­ ellos, José Santiago
español como uno de los puntos claves va Granada, y así continuó hasta la di­ Rodríguez, ministro de
Venezuela en Bogotá, y
de la demarcación, ya que por dicho solución de la Gran Colombia. Esta Alberto Pumarejo,
río debía seguir el señalamiento de la circunstancia hizo particularmente di­ ministro de Colombia en
frontera. Después de intensos estudios fícil la demarcación de las fronteras Caracas.
cruzados entre los dos países, Vene­
zuela reconoció la exactitud de lo ale­
gado por Colombia sobre el río de
Oro.
Superada esta cuestión y definido lo
relativo a la navegación de los ríos co­
munes, se celebró el tratado que puso
fin definitivamente al conflicto de lí­
mites entre Colombia y Venezuela,
suscrito en el templo del Rosario de
Cúcuta el 5 de abril de 1941 por los
ministros de Relaciones Exteriores de
Colombia y Venezuela, Luis López de
Mesa y E. Gil Borges, y por los ple­
nipotenciarios de Colombia y Vene­
zuela, Alberto Pumarejo y José San­
tiago Rodríguez.
Para destacar el espíritu de frater­
nidad con que se suscribió ese tratado,
se copian a continuación partes de los
artículos 1.° y 2.° que dicen:
«La República de Colombia y los
Estados Unidos de Venezuela decla­
ran que la frontera entre las dos Na­
ciones está en todas sus partes defini­
da por los pactos y actos de alinda­
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
100

entre los dos países, que aspiraban Inicialmente el gobierno del Ecua­
prácticamente a los mismos territo­ dor objetó algunas disposiciones del
rios. En efecto, los departamentos del tratado, pero el Congreso granadino
sur de Colombia, Ecuador, Asuay y ordenó al ejecutivo que exigiera al
Guayaquil proclamaron su autonomía Ecuador la ratificación de los tratados,
y su gobierno, dirigido por un general y por fin el Ecuador accedió un año
venezolano, Juan José Flórez, por de­ después en 1835; la cuestión de límites
creto incorporó al nuevo país Pasto, quedó en este estado: Colombia y
Popayán y otros territorios de la re­ Ecuador admitieron que la línea divi­
gión. Contra ello protestó el gobierno soria entre las dos naciones sería la de­
de la Nueva Granada que exigió la res­ terminada en la ley colombiana de 25
titución inmediata de tales provincias de junio de 1824, excepto los puertos
y, al efecto, la Convención de este país de la Tola y Tumaco, sobre los cuales
autorizó al poder ejecutivo para tomar debería realizarse un arreglo poste­
las medidas indispensables para esa rior.
reincorporación. En la guerra civil que tuvo lugar en
En 1832 la Convención granadina la Nueva Granada en 1840, los gene­
autorizó al ejecutivo para reconocer al rales Pedro Alcántara Herrán y To­
Ecuador como una república indepen­ más Cipriano de Mosquera convinie­
diente y se celebró un tratado de re­ ron con el general Flórez en que las
conocimiento que estipulaba, entre tropas ecuatorianas avanzarían hasta
otras, la obligación de respetar los lí­ Guatará y Juanambú a debelar a los
mites correspondientes. facciosos, con la promesa al Ecuador
Después de varias conferencias en­ de que aquellos generales interpon­
tre los delegados de los dos gobiernos, drían su influencia para modificar en
no se llegó a ningún acuerdo y se de­ favor del Ecuador la línea fronteriza.
sató una guerra entre ellos. El general De ello quiso aprovecharse el general
José María O bando ocupó Pasto y Juan José Flórez exigiendo que se
obligó a los ecuatorianos a retirarse a cumpliera este ofrecimiento.
Túquerres. Como resultado de estos Sin embargo, esas ofertas no podían
hechos se adelantó una nueva nego­ obligar a la Nueva Granada pues eran
ciación, que condujo a un tratado adi­ hechas por representantes que care­
cional que señala como límites los in­ cían de autorización para ello, y así lo
dicados en la ley colombiana de 25 de planteó nuestro ministro en Quito,
junio de 1824 que estableció la divi­ don Rufino Cuervo. De esto surgió la
sión territorial de las provincias co­ necesidad de un nuevo tratado. Así
lombianas; además, Ecuador se com­ fue aceptado por el plenipotenciario
prometió a pagar la parte proporcio­ del Ecuador, señor Bernardo Daste,
nal de la deuda externa y doméstica y quien, en efecto, y con el conocimien­
se establecieron otros compromisos. to del general Mosquera y el coronel
Según el tratado, eran de la Nueva Posada Gutiérrez, acordó con éstos
Granada las provincias de Pasto y la una exponción relativa a límites que el
Buenaventura, y del Ecuador los pue­ ejecutivo colombiano no aprobó por
blos al sur del río Carchi, línea fijada cuanto se había pactado sin las for­
por el artículo 22 de la expresada ley malidades de un tratado internacional,
entre las provincias de Pasto e Imba- violaba la Constitución adoptada en
bura. 1832, y era lesiva de los derechos de
En el tratado adicional se dejó pen­ Colombia.
diente la definición sobre los puertos En 1846 se suscribió un tratado en­
de la Tola y Tumaco, comprendidos tre el plenipotenciario granadino don
en la provincia de la Buenaventura Juan de Francisco Martín y el de
por la ley colombiana de 25 de junio Ecuador don José Modesto Larrea,
de 1824 sobre división territorial, pero que no fue ratificado. El ejecutivo de
reclamados por Ecuador. la Nueva Granada lo desaprobó en ra­
Capítulo 4 101

zón de que el río Putumayo venía a ser para reclamar los territorios que for­
la línea divisoria con el Ecuador, lo maban la Audiencia de Quito, y ello
cual afectaba seriamente a Colombia, significaba que sus pretensiones iban
ya que necesitaba una línea fluvial ex­ hasta Pasto, Popayán, Cali, Buga, etc.
clusivamente suya que la comunicara En 1858 se presentaron graves di­
con el Amazonas. ferencias entre los dos países. Colom­
En el año 1856 se firmó otro tratado bia pidió que el problema de límites se
en el que se reiteró que, en cuanto a sometiera a una decisión arbitral, lo
límites, las dos repúblicas seguirían cual fue aceptado por el Ecuador y se
«reconociéndose mutuamente los mis­ confió esta tarea al gobierno de Chile.
mos que conforme a la ley colombiana Colombia fue representada entonces
de 25 de junio de 1824 sobre división por el eminente hombre público y
territorial, separaban los antiguos de­ gran jurista, doctor Florentino Gon­
partamentos del Cauca y del Ecua­ zález.
dor», mientras se llegaba a un acuer­ Transcurrieron varios años y el ar­
do. bitro nada decidió. En lo que siguió, Firma del tratado de
Este tratado sí fue ratificado, y las la injerencia del Brasil y del Perú, que límites con Ecuador, con
ratificaciones se canjearon. Vino, perseguían inmensos territorios que Marco Fidel Suárez y
pues, a ser ley para las partes contra­ pertenecían a Colombia, contribuyó a Alberto Muñoz Vernaza
como signatarios, en
tantes, pero en Colombia no fue bien hacer más confusas las negociaciones. Bogotá .julio 15 de 1916,
recibido, porque implicaba un retro­ Más tarde, en 1904, se sometió el con­ ante miembros de la
ceso sobre lo acordado en 1832, pues flicto de límites a otro arbitraje por el comisión asesora de
en ese documento los límites señala­ emperador de Alemania y rey de Pru- Relaciones Exteriores,
dos en la ley de 25 de junio de 1824 se sia, debiendo tener el árbitro, como entre ellos: Carlos. A.
Urrutia y Antonio José
consideraron como definitivos y en una de las bases principales, la ley co­ Restrepo, quienes
este último lo fueron sólo como tran­ lombiana de 25 de junio de 1824. Las actuaron como
sitorios, lo cual dio pie al Ecuador partes se reservaron el derecho de re- negociadores.
102 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

los países en el tratado del 15 de junio


de 1916, que puso fin al conflicto, sus­
crito por el ministro plenipotenciario
del Ecuador, doctor Alberto Muñoz
Vernaza, el ministro de Relaciones
Exteriores de Colombia, don Marco
Fidel Suárez, y los miembros de la co­
misión asesora de Relaciones Exterio­
res, doctores Nicolás Esguerra, José
María González Valencia, Hernando
Holguín y Caro, Antonio José Uribe
y Carlos Adolfo Urueta. Esa .línea
quedó en dicho tratado en estos tér­
minos, con algunas modificaciones fa­
vorables al Ecuador:
«Partiendo de la boca del río Mata je
en el Ancón de Sardinas, sobre el
océano Pacífico, aguas arriba de este
río hasta encontrar su fuente en la
cumbre de un gran ramal de los Andes
que separan las aguas tributarias del
río Santiago de las que van al Mira;
sigue la línea de frontera por la men­
cionada cumbre hasta las cabeceras
del río Camumbí y por este río aguas
abajo hasta su boca en el Mira; éste
aguas arriba hasta su confluencia con
el río San Juan; por este río aguas arri­
ba hasta la boca del arroyo o quebrada
Aguahedionda, y por ésta hasta su ori­
gen en el volcán de Chiles, y sigue a
la cumbre de éste hasta encontrar el
origen principal del río Carchi; y por
este río aguas abajo hasta el puente de
Rumichaca; de este punto continuará
la línea de frontera por la vaguada del
Entrevista de los solver el litigio por arreglo directo mismo río Carchi hasta la boca de la
presidentes de Ecuador y mientras no se hubiera dictado el fallo
Colombia, Alfredo arbitral. quebrada Tejes o Teques y por esta
Baquerizo Moreno y
Ante esa reserva de las partes, en
quebrada hasta llegar al cerro de la
Marco Fidel Suárez, en el Quinta, de donde sigue la línea al ce­
puente internacional de 1907 se firmó un nuevo tratado en Bo­
Rumichaca, abril de gotá entre el ministro de Relaciones rro de Troya. Desde este cerro hasta
1920. Exteriores, general Alfredo Vásquez la boca del arroyo o quebrada Pun en
Cobo, y el plenipotenciario del Ecua­ el río que Codazzi y Wolf denominan
dor, general Julio Andrade, que dis­ Chunquer, la comisión demarcadora
puso la constitución de un tribunal de señalará la frontera de acuerdo con los
arbitramento y de una comisión téc­ derechos que las altas partes tienen
nica para demarcar la frontera. El tra­ respectivamente en aquella región.
tado no fue aprobado por el Congreso Desde la boca de la quebrada Pun en
del Ecuador, principalmente porque el mencionado río hasta la desembo­
fue sustituido por otro tratado, de cadura del Ambiyacú en el río Ama­
1908, en el cual se fijó directamente la zonas —que son los dos extremos de
línea divisoria entre los dos países, la frontera en la región oriental—, la
que fue la que finalmente quedó aco­ línea va por el medio de las tierras al­
gida para la solución de límites entre tas que forman el Divortium aquarum
Capítulo 4 103

entre el Putumayo y el Napo, de ma­


nera que este último río y las aguas
que lo componen pertenezcan al
Ecuador y las aguas que van al Putu-
mayo, así como este río, queden per­
teneciendo a Colombia. La comisión
demarcadora señalará la frontera don­
de no haya alturas que determinen cla­
ramente el Divortium aquarum, pro­
curando dividir por partes iguales la
extensión territorial que separa los
ríos Putumayo y Napo de modo que
siempre quede bien establecida una
frontera perfectamente perceptible,
para evitar conflictos de jurisdicción
entre las autoridades de los dos países.
A este fin la comisión demarcadora
podrá adoptar como frontera las co­
rrientes de agua que se encuentren en
la línea media entre el Putumayo y el
Napo, con arreglo a las condiciones
anteriores, hasta llegar a las cabeceras
del río Ambiyacú, para seguir aguas
abajo de este río hasta su boca en el El rey de España, para que no se Sellos y firmas de Marco
Amazonas que es donde termina, presentaran dudas en la interpretación Fidel Suárez y Alberto
como antes se ha dicho, la frontera en­ de dicha cédula, expidió en 1740 una Muñoz Vernaza en el
tre Colombia y el Ecuador.» Real Cédula en donde se fijan clara­ documento de canje de
ratificaciones del tratado
mente las demarcaciones territoriales de límites entre Colombia
Límites con el Perú de los dos virreinatos. y Ecuador, enero de 1917
La Cédula de 1740 trae el siguiente (Archivo de la
El virreinato de la Nueva Granada fue deslinde: «Partiendo desde el Tumbes Cancillería)
creado en 1717 y duró seis años, hasta en la costa del Pacífico, sigue por las
1723, cuando se dio por terminado. serranías y demás cordilleras de los
En 1739 se erigió nuevamente por la Andes por la jurisdicción de Patía y
Real Cédula expedida en San Ildefon­ Piura hasta el Marañón, a los seis gra­
so con fecha 20 de agosto de ese año. dos treinta minutos latitud sur y la tie­
En esta cédula se segregó del virrei­ rra adentro, dejando al Perú la juris­
nato del Perú la Audiencia de Quito dicción de Piura, Cajamarca, Moyo-
con todos sus territorios y jurisdic­ bamba y Motilones; y por la cordillera
ción y se anexó al virreinato de la de Ye veros atravesando el río Yavarí
Nueva Granada como lo dice la Real o Yaurí en la confluencia del Carpi;
Cédula. las aguas de este al Solimoes o Ama­
Sin embargo, allí no se encuentran zonas y las de este abajo hasta la boca
detallados los límites de separación de más occidental del Caquetá o Yupurá
los dos virreinatos, pero como en ella en que comienzan los límites con
se incluye la Audiencia de Quito, tal el Brasil sobre el Amazonas septen­
como pertenecía al Perú, en el virrei­ trional.»
nato de Santafé, la demarcación con­ Al comparar esta cédula con la de
tenida en la Cédula de 20 de noviem­ 1563 resulta que la demarcación se­
bre de 1563 que creó la Audiencia de ñalada en una y en otra es igual, aun
Quito era la que correspondía a cuando hay algunas diferencias que
los virreinatos del Perú y de la obedecen primordialmente al mejor
Nueva Granada en la parte donde conocimiento del terreno en la de
colindaban. 1740. Ésa misma delimitación se es-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
104

por consiguiente, fue cuidadosamente


revisada por el gobierno de Colombia.
En su parte dispositiva resuelve: «El
Rey [...] he resuelto y mando agregar
a ese Virreynato el Gobierno y Co­
mandancia General de Mainas con los
pueblos del Gobierno de Quijos, ex­
cepto el de Papallacta y que aquella
Comandancia General se extienda no
sólo por el río Marañón abajo hasta
las fronteras de las colonias portugue­
sas, sino también por todos los demás
ríos que entran al mismo Marañón por
su parte septentrional y meridional,
como son: Morona, Paztaza, Ucayali,
Napo, Yavarí, Putumayo, Yapurá y
otros menos considerables, hasta el
paraje en que estos mismos, por sus
saltos y raudales inaccesibles no son
navegables, debiendo quedar también
a la misma Comandancia General los
pueblos de Lamas y Moyobamba,
para confrontar en lo posible la juris­
dicción eclesiástica y militar de aque­
llos territorios.»
El Perú sostuvo que, de acuerdo
con lo anteriormente transcrito, todos
los territorios comprendidos dentro de
una zona de 400.000 km.2 que se ex­
tienden al norte del río Amazonas des­
de el Tabatinga hasta la embocadura
del río Morona y éste aguas arriba has­
ta donde es navegable y de ahí una lí­
nea que una las partes más altas na­
vegables de los ríos Paztaza, Napo,
Caquetá y Putumayo, desde el Caque-
tá aguas abajo hasta su confluencia
Ratificación por parte del tablece en la recopilación de Indias, lo con el Apoporis y de esta confluen­
Libertador Simón Bolívar cual indica la congruencia de la legis­ cia a Tabatinga, pertenecían el virrei­
del tratado de Unión, liga lación española de la colonia. nato del Perú.
y confederación perpetua
de Colombia, Centro En anteriores documentos se indi­ Para Colombia la Cédula de 1802 no
América, Perú y Estados can los derechos de Colombia y Ecua­ altera en forma alguna lo establecido
Unidos Mexicanos, del dor como sucesores de la monarquía en la Cédula de 1563 que creó la Au­
día 15 de junio de 1826 española, subordinando al principio diencia de Quito, ni la de 1740, por las
(Archivo de la
Cancillería, Bogotá).
«uti possidetis juris» las líneas demar­ siguientes consideraciones expuestas
cadas en las Cédulas Reales citadas en las negociaciones con el Perú: En
para señalar los límites de los Estados el derecho colonial hay que distinguir
que sucedieron a los virreinatos de la las agregaciones y las segregaciones
Nueva Granada y el Perú. territoriales de las agregaciones y se­
Perú, sin embargo, sostuvo que no gregaciones administrativas, jurisdic­
eran esos documentos, sino la Real cionales o de gobierno.
Cédula de 1802, la que debía tenerse Se distinguía el territorio de la ju­
en cuenta para fijar los límites en esa risdicción en él ejercida, y se hacía,
región del continente. Dicha Cédula, por tanto, verdadera distinción, entre
Capítulo 4 105

desmembrar o anexar territorios, y en­


tre adjudicar o quitar empleos, ramos
administrativos y jurisdicción.
Ahora bien: ¿La Cédula de 1802 es
de anexión territorial con respecto al
virreinato del Perú? Por todo lo ex­
puesto podemos deducir que no. Di­
cha Cédula dice: «El Rey [...] he re­
suelto y mando agregar a ese Virrei­
nato [el de Lima] el Gobierno y Co­
mandancia General de Mainas con los
pueblos del Gobierno de Quijos, ex­
cepto el de Papallacta.» No habla
como se ve, de territorio, sino de sim­
plemente una entidad administrativa
como lo era el Gobierno y la Coman­
dancia General de Mainas.
Habría otras consideraciones que en
su tiempo expresaron con maestría los
internacionalistas colombianos, pero
que nos abstendremos de incluir en
este ensayo para no hacerlo demasia­
do extenso.
Además, en todos los documentos
anteriores a la expedición de la Cédula
Real, que es donde deben estimarse
sus alcances, y en las decisiones de los
fiscales del Perú y Nueva España no
se usó la expresión: «Segregar terri­
torios.» No se habló de segregación te­
rritorial, sino de una petición adminis­
trativa. Por eso se redactó la Real Cé­
dula como está, haciendo constar que
los pedimentos no se referían a una
providencia de carácter territorial sino
a una de carácter meramente jurisdic­
cional.
Hagamos ahora un somero recuento Guayaquil hubiera proclamado su in­ Firmas de Simón Bolívar,
de las negociaciones diplomáticas que dependencia poniendo su gobierno presidente de Colombia, y
se adelantaron para llegar al actual bajo la protección de Colombia por un de José Rafael Revenga,
secretario de Estado en el
tratado de límites. tratado de 18 de mayo de 1821, y que despacho de Relaciones
Fue don Joaquín Mosquera el pri­ en 31 de agosto del mismo año los pre­ Exteriores, en ratificación
mer plenipotenciario de Colombia de­ sidentes, alcaldes y regidores del del tratado de unión
signado en 1821. Iba el señor Mosque­ ayuntamiento aceptaron esa situación, acordado por la Asamblea
ra con un pliego de instrucciones del el gobierno peruano, en repetidas general de los Estados
oportunidades, había manifestado que Americanos, reunida en
ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, ratificación
Colombia, don Pedro Gual, en el que era una provincia suya. fechada en Bogotá, a 14
se advierte que la atención primordial Ante la discrepancia surgida entre de septiembre de 1827.
de Colombia se refería a la provin­ el representante colombiano y el can­
cia de Guayaquil, porque una Real ciller del Perú sobre el tratado que lle­
Orden de 7 de julio de 1803 segregó a vaba el representante de Colombia, en
Guayaquil del virreinato de Santa Fe el cual se consideraba Guayaquil
para agregarlo al de Lima; y porque, como parte integrante de Colombia,
además, y no obstante que en 1820 después de extensas discusiones se lle-
106 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

gó a la conclusión de dejar sin resolver El estado de guerra con la Corona


el asunto de límites entre Colombia y española y la decisión de Bolívar de li­
el Perú, reservándolo para un conve­ bertar los pueblos al sur de Colombia,
nio específico sobre la materia. Este detuvieron el proceso de señalamiento
pacto fue ratificado por Colombia el de límites. Sin embargo, el Liberta­
12 de julio de 1823 y por el Perú el 17 dor, que se hallaba por entonces en
de noviembre del mismo año. Guayaquil, envió a Lima, con el ca­
Don Joaquín Mosquera se dirigió al rácter de ministro plenipotenciario, al
Congreso peruano para que se proce­ general Antonio José de Sucre, quien
diera a discutir el asunto de límites y llevaba entre sus instrucciones la de
presentó un proyecto en el que se de­ pedir al Perú la restitución de las pro­
cía que las altas partes contratantes re­ vincias de Jaén y Mainas, las cuales,
conocían que los límites eran los que según el historiador Restrepo, se unie­
tenían los dos virreinatos del Perú y ron provisionalmente al Perú cuando
Nueva Granada en 1809, desde la de­ el general don José de San Martín li­
sembocadura del río Tumbes en el bertó a Lima y a otras provincias que
mar Pacífico hasta el territorio del pertenecían al virreinato de la Nueva
Brasil. Granada.
La comisión de Relaciones Exterio­ Pasada la situación de guerra con
res del Perú pidió la supresión de esta España, con el resultado victorioso de
Cubierta y primera página última parte. los ejércitos libertadores, Bolívar de­
de la ratificación del
tratado entre Perú y Este convenio fue ratificado por el signó al mariscal Sucre como enviado
Colombia firmado en Perú pero desaprobado por el gobier­ extraordinario y plenipotenciario en
Guayaquil el 22 de no colombiano por medio de la ley de Lima. Pero la misión no llegó a cum­
septiembre de 1829. 1.° de junio de 1824, por cuanto con­ plirse porque tuvo que encargarse de
Suscribe la ratificación ceptuó que la situación de los límites la presidencia de Bolivia. En las ins­
Antonio Gutiérrez de la
Fuente, vicepresidente no se había aclarado sino que quedaba trucciones que llevaba el mariscal, da­
del Perú, a 11 de agosto, envuelta la misma confusión que tenía das por el secretario de Relaciones
1830. antes. Exteriores, don Pedro Gual, se decía
Capítulo 4 107

que «a pesar de la justicia de principio


del uti possidetis, el ejecutivo, sin em­
bargo, está dispuesto a admitir en la
línea divisoria con los Estados circun­
vecinos aquellas ligeras alteraciones
que contribuyan a hacer su demarca­
ción clara, incontrovertible y natural,
si es posible. Para lograr este resulta­
do, Vuestra Excelencia comprende
que es preferible siempre que la línea
divisoria se tire desde un punto cierto
de la costa, como Tumbes, hacia el in­
terior, siguiendo el curso regular y
constante de los ríos que atraviesan
todo el territorio, o por los grados de
longitud y latitud [...]. Si Colombia
está dispuesta a ser generosa al esta­
blecer la línea interior, sus intereses,
su honor y su posición inmemorial le
aconsejan adherirse fuertemente al río
Tumbes como el término de su juris­
dicción por el Pacífico [...] Ésta es la
condición sine qua non del tratado de
límites.»
En 1826, se convocó por segunda
vez a elecciones de diputados en el
Perú a los habitantes de las provincias
de Jaén y Mainas. El encargado de ne­
gocios de Colombia, señor Cristóbal Jaén, el secretario del Libertador, se­ Pedro Gual, ministro de
Armero, preguntó al gobierno del ñor Espinar, contestó expresando los Relaciones Exteriores de
Perú si esas provincias participarían en deseos de Bolívar de que Perú mani­ la Gran Colombia y su
las elecciones, lo cual fue respondido festara los derechos que pudiera tener representante en el
congreso anfictiónico de
afirmativamente. Ello provocó la pro­ sobre la provincia de Jaén que siempre Panamá, primer
testa del gobierno colombiano, limi­ había pertenecido a la Nueva Grana­ negociador de límites de
tada a la provincia de Jaén porque da. Más tarde, el 15 de octubre, pro­ Colombia con el Perú. La
sólo se llamaba a los pueblos del lado puso Espinar, por orden del Liberta­ efigie de-quien también
derecho del Marañón. Como se ve, dor, que para darle la prueba más ine­ fue presidente de
Venezuela (1861) es la de
hasta entonces la aspiración del Perú quívoca de su sinceridad «Se nombra­ su monumento fúnebre en
se refería a una provincia más allá del ran por ambas partes comisiones que la catedral de Bogotá.
Amazonas, lo cual permite calificar de se trasladasen a los lugares de la fron­
inexplicables y desmedidas las ambi­ tera y, previa inspección de ello, de­
ciones posteriores del Perú sobre te­ marcaran las que les parecieran más
rritorios que llegaban hasta los eji­ naturales, fijas y útiles a ambos go­
dos de Pasto y a las inmediaciones de biernos.»
Neiva. El gobierno de Colombia quiso
Hay que recordar en esta reseña aprovechar el congreso que Bolívar se
que Colombia había ejercido actos de había propuesto celebrar en Panamá
soberanía sobre Mainas y Jaén. La en 1826 para llegar con el Perú a un
Constitución colombiana se había pro­ acuerdo que determinara los límites
mulgado por todos los ámbitos del entre los dos Estados de una manera
país incluyendo a Jaén y Mainas. clara y precisa.
Ante la protesta de la cancillería del Colombia había designado como
Perú por la promulgación de la Cons­ plenipotenciarios a don Pedro Gual,
titución de Colombia en el partido de secretario de Relaciones Exteriores, y
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
108

Portada y última página


X
confirmas y sellos del
Tratado de confederación V.

entre las repúblicas de ■X

Nueva Granada, /ti-Mft/rv vtf.v.-

Ecuador, Perú, Boliviay u


Chile, suscrito en Lima el
8 defebrero de 1848.
Representó a nuestro país
en este acto Juan
Francisco Martín.
V*

.) ■
>
u*

V.
*

..

a don Pedro Briceño Méndez, general en la historia como un modelo de mag­


de brigada y uno de los libertadores de nanimidad de Colombia. Este conve­
Venezuela, con instrucciones para que nio no fue respetado por Perú a pesar
celebraran con los plenipotenciarios de los beneficios en su favor, con el
del Perú negociaciones sobre límites. argumento de que tenía que ser apro­
Estas negociaciones no pudieron ade­ bado por el Congreso peruano.
lantarse por el cambio de los delega­ Ante esa situación, se convino en
dos peruanos, don Manuel Lorenzo firmar un tratado definitivo, para lo
Vidaurre, don José María Pando y cual fueron nombrados como pleni­
don Manuel Pérez Tudela. El señor potenciarios los señores José Larrea y
Pando se separó de la delegación y don Pedro Gual, quienes después de
Perú explicó que debía encargarse de prolongadas negociaciones firmaron el
la cartera de Relaciones Exteriores, 22 de septiembre de 1829 el llamado
pero, según pudieron verificarlo los tratado de Guayaquil, cuyo artículo
delegados colombianos, ello obedeció 5.° dice: «Ambas partes reconocen
a que el gobierno peruano se reser­ por límites de sus respectivos territo­
vaba para tratar de límites en la ciudad rios los mismos que tenían los antiguos
de Lima. virreinatos de la Nueva Granada y el
Todo esto creó un estancamiento en Perú, con las solas modificaciones que
las negociaciones sobre límites, y en­ juzguen convenientes acordar entre sí,
tre tanto se produjo un rompimiento a cuyo efecto se obligan desde ahora
de hostilidades entre las dos naciones a hacerse recíprocamente aquellas ce­
por muy diversas causas, cuyos moti­ siones de pequeños territorios que
vos, a excepción de la retención de las contribuyan a fijar la línea divisoria de
provincias de Mainas y Jaén, no son una manera más natural y exacta y ca­
materia de este estudio. paz de evitar disgustos y competencias
Finalizada la guerra con la completa entre las autoridades y habitantes de
derrota de las armas peruanas en el la frontera.»
Portete de Tarqui, se firmó el conve­ El tratado de Guayaquil no tuvo vi­
nio de Girón, que se ha considerado gencia por la disolución de la Gran
Capítulo 4 109

Colombia, lo cual llevó al gobierno del


Perú a manifestar que había pactado
con una entidad política reconocida
como Colombia, que ya no existía.
Esta tesis también fue sostenida por el
Perú en la discusión de sus límites con
el Ecuador.
El gobierno de Colombia insistió en
la validez del tratado de Guayaquil, y
para solicitar su cumplimiento nombró
como ministro plenipotenciario al ge­
neral Tomás Cipriano de Mosquera.
El Perú designó para las conversacio­
nes al presbítero Carlos Pedemonte,
ferviente admirador del Libertador
Bolívar. Así se celebró el llamado pro­
tocolo Mosquera-Pedemonte, que de­
finió la cuestión de límites.
La conclusión final del protocolo re­
conocía «el perfecto derecho de Co­
lombia al territorio de la ribera iz­
quierda del Marañón o Amazonas y
reconocido al Perú el dominio de la ri­
bera derecha, quedando únicamente
pendiente si debían regir los límites por no aceptó las modificaciones y así el Páginas del documento de
el Chinchipe o por el Huancabamba». tratado no pudo llevarse a efecto. Co­ ratificación del tratado de
Sin embargo, y a pesar de que las lombia propuso entonces la celebra­ amistad y alianza
estipulaciones eran bastantes favora­ ción de acuerdos tripartitos y en con­ defensiva entre los
bles al Perú, el gobierno peruano, con Estados Unidos de
secuencia tuvo lugar una reunión en Colombia y Perú, firmada
una especiosa argumentación, le negó Lima, donde se firmó una convención, por Tomás C. de
su validez y alegó que no se había lle­ en la cual Colombia se adhirió al ar­ Mosquera vpor el
vado ante el Congreso. En realidad, el bitramento acordado entre Perú y secretario de lo Interior
gobierno de Colombia no lo hizo, de Ecuador. En sus artículos 5.° y 6.° de­ José María Rojas
acuerdo con su reiterada doctrina in­ cía que si Colombia no aprobaba la Garrido.
ternacional, porque consideró que el convención, ésta surtiría efectos entre
protocolo es una prolongación y con­ los otros dos países. Esta convención
secuencia natural del tratado de Gua­ no fue aprobada por el gobierno del
yaquil, el cual sí fue ratificado por el Ecuador. El juicio arbitral, sin embar­
Congreso. Pero la negativa del Perú a go, continuó su curso sin la participa­
reconocerlo prolongó casi por un siglo ción de Colombia. El monarca espa­
la diferencia, así como provocó en­ ñol se inhibió de dictar sentencia. Las
frentamientos bélicos en dos ocasiones naciones del ABC (Argentina, Brasil
y ocasionó la interferencia de los otros y Chile), en su carácter de mediado­
países colindantes, Ecuador y Brasil, ras, propusieron que se sometiera el
todo lo cual se hizo posible por esa de­ asunto al tribunal permanente de La
mora de tantos años. Haya, pero el canciller de Colombia,
En el año de 1887, Perú y el Ecua­ en nota de 17 de enero de 1911, diri­
dor sometieron la cuestión de sus lí­ gida a los representantes de aquellas
mites a la decisión arbitral del rey de naciones, hizo ver lo ineficaz de una
España. Como el arbitro no llegara de solución que no abarcara la totalidad
inmediato a un fallo, las mismas na­ del problema por hacer caso omiso de
Colombia.
ciones celebraron en 1890 el tratado
García-Herrera, que fue modificado Un nuevo periodo de la controver­
Por el Congreso del Perú. El Ecuador sia colombo-peruana se inició en 1904:
110 Nueva Historia de Colombia. Vol. 11I

Los llamados convenios de modus vi- yaquil y en el protocolo Mosquera-Pe-


vendi. Ésta fue una época lamentable demonte y así los convenios de modus
para la diplomacia colombiana. En to­ vivendi fueron debilitando nuestras
dos, Colombia sufrió un retroceso. posiciones.
Fueron en realidad convenios de en­ Más tarde, el embajador Fabio Lo­
trega a la pretensión peruana de adue­ zano Torrijos logró, hasta donde se
ñarse de la región amazónica, hasta el podía, preservar el trapecio amazóni­
punto de que el general Rafael Uribe co a pesar de las inmensas concesiones
Uribe llamó a esos convenios «modus colombianas, que apenas dejaron a
vivendi para el Perú y modus moriendi Colombia una porción sobre el río
Banquete en honor del para Colombia». Amazonas que difiere mucho de la
embajador colombiano
Fabio Lozano Torrijos La aspiración constante de Colom­ que le habría correspondido si se hu­
ofrecido en Lima por el bia, basada en documentos irrefuta­ biera mantenido la frontera de 1830, o
canciller peruano, bles, fue que se respetasen y mantu­ sea la de la ribera norte del río Ama­
después de la firma del viesen los límites entre los virreinatos zonas. El tratado de 1922 por lo me­
tratado de limites y nos salvó ese pequeño trozo de fron­
navegación del 24 de del Perú y de la Nueva Granada de
marzo de 1922. En la foto: acuerdo con el uti possidetis juris de tera.
Edmundo Gutiérrez, 1810. Pero esta cuestión fue manejada El Perú, sin embargo, no quedó sa­
Oscar C. Barros (ministro con extrema debilidad, con una pre­ tisfecho con el tratado Lozano-Salo-
de Instrucción del Perú), disposición a ceder ante las presiones
Germán Le guía (de
món de 1922, y ello condujo más tarde
Gobierno), Fabio Lozano de nuestros vecinos. La Amazonia co­ a la invasión por el Perú del trapecio
Torrijos (embajador de lombiana no fue defendida con el co­ amazónico en septiembre de 1932,
Colombia), Augusto B. raje y la decisión que se hubieran de­ cuando ya el tratado Lozano-Salomón
Leguía (presidente del bido emplear. Colombia se dejó im­ había sido aprobado por los dos con­
Perú), César Canevaro
(Presidente del Senado de
presionar ante las inmensas comarcas gresos y verificado el canje de ratifi­
ese país), el canciller A. que se extendían en la parte septen­ caciones.
Salomón y el nuncio trional del inmenso río y que queda­ El gobierno del presidente Enrique
Petrelli. ron preservadas en el tratado de Gua­ Olaya Herrera afrontó con ánimo re­
Capítulo 4 111

suelto este conflicto; que fue llevado


finalmente a la Sociedad de las Nacio­
nes donde Colombia, representada
por el doctor Eduardo Santos, obtuvo
una resonante victoria.
El 24 de octubre de 1933 se concertó
un armisticio y se resolvió que los dos
países adoptaran un protocolo para
eliminar las diferencias con el Perú.
Colombia estuvo representada en las
conferencias correspondientes, que se
celebraron en el Brasil, por los doc­
tores Guillermo Valencia, Roberto
Urdaneta Arbeláez y Luis Cano, y el
Perú por los doctores Víctor M. Maur-
tua, Víctor Andrés Belaunde y Alber­
to Ulloa. El trapecio, mientras tanto, minaron con el tratado de San Ilde­ Luis Cano firma el acta de
fue administrado por las autoridades fonso, celebrado entre España y Por­ entrega de Leticia, en esa
de Colombia. El protocolo dice en sus tugal el 1.° de octubre de 1777. Se de­ ciudad del trapecio
primeros artículos: Artículo 1.°: «El terminó entonces que comisiones cien­ amazónico, en junio de
Perú deplora sinceramente, como lo tíficas señalarían sobre el terreno las 1932. Cano conformó con
ha hecho en declaraciones anteriores, Guillermo Valencia y
fronteras o líneas divisorias; una de Roberto Urdaneta
los acontecimientos ocurridos a partir esas comisiones tuvo a su cargo la par­ Arbeláez la comisión
del 1.° de septiembre de 1932, que te correspondiente a Colombia. Pero negociadora con el Perú,
perturbaron sus relaciones con Co­ esa comisión encontró dificultades cuyas gestiones
lombia.» para cumplir su encargo por la situa­ culminarían en la firma
ción internacional entre España y Por­ del protocolo de Río de
Artículo 2.°: «El tratado de límites Janeiro.
del 24 de mayo de 1922, ratificado el tugal y por la invasión napoleónica a
23 de enero de 1928, constituye uno de España, así como por la guerra de In­
los vínculos jurídicos que unen a Co­ dependencia que libraron sus colonias
lombia con el Perú y no podrá ser mo­ de América.
dificado o afectado sino por el consen­ Esa serie de circunstancias cambió
timiento de las partes o por decisión fundamentalmente las condiciones
de la justicia internacional.» que se presentaban para trazar los lí­
La Sociedad de Naciones formalizó mites con el Brasil, porque ya no es­
la entrega a Colombia del trapecio taban basadas en el uti possidetis juris
amazónico y así se clausuraron los de 1810, sino por la situación existente
conflictos de límites entre Perú y Co­ en el momento en que Colombia ob­
lombia. tuvo su independencia en 1819 y Brasil
en 1822. Esto es, el uti possidetis de
Límites con el Brasil jacto.
Colombia sostuvo que la demarca­
El asunto de la fijación de los límites ción debía seguir lo acordado por el
entre Colombia y el Brasil difiere de tratado de San Ildefonso con tesis ju­
lo que se estableció como base para la rídicas inatacables, como son la intan­
demarcación de límites en las negocia­ gibilidad de los tratados públicos
ciones con los otros países limítrofes. cuando se refieran a límites, los cuales
Porque el Brasil perteneció desde la no pueden ser infringidos o descono­
conquista a Portugal, en tanto que el cidos sino por consentimiento de las
resto de los territorios de Centro y Sur partes. El Brasil se opuso para el se­
y parte de Norte América fue descu­ ñalamiento de límites con sus vecinos
bierto y poseído por España. Entre a que se aplicara el tratado de San Il­
España y Brasil se suscitaron durante defonso, con tesis ciertamente débiles
muchos lustros controversias que cul- frente a las sostenidas por Colombia,
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
112

el Amazonas y sigue por éste hasta la


boca más occidental del Caquetá; sube
por éste y desde un punto no fijado va
a buscar las márgenes del río Negro
por cuyas aguas continúan hasta en­
contrar la piedra del Cocuy.»
La línea señalada en el tratado de
1853, aun cuando partía de la boca de
Javarí en el Amazonas, o sea de Ta-
batinga, no seguía por ese río sino por
una línea recta hasta encontrar la boca
del Apoporis en el Caquetá, con lo
cual Colombia perdía los inmensos te­
rritorios comprendidos entre el Ca-
quetá y el Amazonas y encerrados por
la boca del Apoporis, boca del Caque-
tá y boca del Javarí.
Llegada de soldados del y esto lo hacía a pesar de que en la Esta sección, por otra parte, se de­
batallón Pichincha, controversia de límites con la Argen- marcaba condicionalmente para el
llamados los "macheteros tina había aceptado la vigencia del tra- evento de que Colombia triunfara so­
AdesílsC, 1a9u3c3a.", a Puerto tado de San Ildefonso. bre el Perú en el conflicto de límites.
La iniciación de las negociaciones Todo ello indicaba que el tratado con
con el Brasil estuvo a cargo del señor el Brasil era absurdo para Colombia,
Leandro Palacios, que fue enviado en ya que si perdía con el Perú quería de­
1826 por Colombia con instrucciones cir que no podía tener acceso al Ama­
para exigir el reconocimiento de la lí­ zonas por ríos propios, y si ganaba con
nea de 1777 y el nombramiento de una el Perú adquiriría los territorios dis­
comisión demarcadora. Palacios fra­ putados con ese país para entregarlos
casó porque el Brasil pretendió que las al Brasil. Ese tratado de 1853 admitía
negociaciones se adelantaran en Bo­ contra derecho la extrema pretensión
gotá. Ello ocasionó su retiro y fue de­ brasilera, afectando así los más im­
signado como encargado de negocios portantes intereses colombianos, de
el señor Juan Gómez. El Brasil pro­ suerte que el Senado de Colombia lo
puso una línea divisoria que sigue más negó con plena justificación.
o menos los límites actuales, pero ese En los años subsiguientes se inten­
pacto no se aprobó por lo gravoso que taron algunas negociaciones sin nin­
significaba para Colombia y por la va­ gún resultado positivo. Las cancille­
guedad de la fórmula brasilera. Fue rías de los dos países tuvieron largas
sólo en 1853 cuando se firmó el primer controversias sobre la navegación en
tratado de límites, el cual fue suscrito
por el canciller colombiano, don Lo­ los ríos comunes, que el Brasil quería
renzo María Lleras, y por el plenipo­ impedir. El plenipotenciario brasilero
tenciario brasilero, don Miguel María Joaquín Nascentes de Azambuja su­
Lisboa. El tratado fue presentado al girió en 1869 una línea que era noto­
gobierno granadino, quien lo pasó en riamente perjudicial para Colombia, a
comisión al senador Pedro Fernández tiempo que el Ecuador, en 1904, le
Madrid, el cual rindió informe nega­ hizo al Brasil el mismo reconocimien­
tivo, no sólo por apartarse del uti pos- to que le hizo el Perú sobre la línea
sidetis juris de 1810, sino porque di­ Apoporis-Tabatinga como la línea di­
fería en grado sumo de la línea seña­ visoria entre los dos países.
lada en el tratado de San Ildefonso. En el año de 1907 se definió parte
de la frontera, siguiendo la línea que
Puede sintetizarse así la línea de había sugerido en 1869 el plenipoten­
frontera según el tratado hispano-por- ciario del Brasil Nascentes de Azam-
tugués: «Parte de la boca del Javarí en buja. Ello se consagró en un tratado
Capítulo 4 113

firmado por el ministro de Relaciones convenio lo relativo a los territorios


Exteriores de Colombia, general Al­ comprendidos entre el Caquetá, el
fredo Vásquez Cobo, y el ministro del Amazonas y una línea recta de Taba-
Brasil, señor Eneas Martins, que se­ tinga a la boca del Apoporis, siendo lo
ñala los límites definitivos entre los natural que si Colombia había cedido
dos países. en la parte delimitada, en esta otra se
Para calificar el tratado Vásquez- aviniera el Brasil a respetar los títulos
Martins me remito al concepto del de Colombia, tanto más cuanto que
eminente internacionalista colombia­ este trayecto fue el único que amojo­
no, ex ministro de Relaciones Exterio­ nó, por el año de 1781, la comisión
res, doctor José Joaquín Caicedo Cas­ mixta nombrada por las Cortes de Lis­
tilla, que dice: «En el tratado Vásquez boa y de Madrid.
Cobo-Martins se señala una frontera »Si se hubieran respetado los dere­
distinta de la del tratado de San Ilde­ chos de Colombia en la segunda sec­
fonso y los demás tratados entre Por­ ción, podría, si no justificarse, por lo
tugal y España, cediendo Colombia menos explicarse el arreglo; pero tal
inmensos territorios y olvidando la in­ como quedó, él no es ni siquiera una
Visita del presidente
quebrantable tesis antes defendida por transacción, puesto que no hace sino Enrique Olaya Herrera al
ella, olvido que, cuando sea el tiempo consagrar en la sección delimitada la Estado Mayor, durante la
de fijar los límites en la sección no de­ extrema pretensión brasilera, y pos­ guerra con el Perú, en
marcada, constituirá un precedente tergar para lo futuro la demarcación 1933. Acompañan al
desastrado para su derecho. de la segunda sección, la cual ya que­ mandatario el general
Balcázar, Alfredo
»Porque acontece igualmente que dará afectada por el señalamiento de Vásquez Cobo y Julián
en el tratado se dejó sujeto a posterior la boca del Apoporis como punto de Uribe G.
114 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Firmas delpresidente del Debe anotarse que, ya en las tareas


Perú Oscar Raimundo de demarcación, se presentaron varios
Benavidesy de su ministre problemas que fueron solucionados
de Relaciones Exteriores por las cancillerías y que constan en el
Carlos Concha en el canje de notas de 20 y 24 de enero de
documento de ratificaciót
del protocolo y acta 1934; el tratado García Ortiz-Manga-
adicional concluidos por beira y los informes de las Comisiones
Colombia y Perú en Río mixtas de 1931, 1952 y 1957.
de Janeiro. En la antigua
capital de Brasil, los
comisionados actuaron Frontera con Panamá
bajo la presidencia de
Afranio de Mello Franco. A partir de 1835 fue preocupación
constante de los sucesivos gobiernos
de Colombia la apertura por el istmo
de Panamá de una vía acuática o te­
rrestre para unir los océanos Atlántico
y Pacífico. Todo ello culminó en la fir­
ma del tratado entre los Estados Uni­
dos de América y la República de Co­
lombia, suscrito por don Tomás He-
rrán, encargado de negocios de Co­
lombia, y el señor J. B. Hay, secre­
tario de estado de los Estados Unidos.
Era un tratado humillante para Co­
lombia que provocó una tremenda
reacción en el país y que el Congreso
de Colombia rechazó altivamente. El
partida, y el abandono del lado de Co­ gobierno del señor Marroquín queda­
lombia, de la prudente línea de con­
ducta tendiente a mantener incólume rá por siempre manchado por su ac­
el utis possidetis juris de 1810. tuación y su debilidad, que llevaron a
la segregación de ese pedazo de nues­
»De que se infiere que no se exa­ tra patria por la actitud criminal del
gera al calificarse duramente el trata­
do Vásquez-Cobo-Martins, acerca del gobierno de los Estados Unidos, he­
cual hacemos constar, no obstante, cho que ocurrió el 3 de noviembre de
que no somos del concepto del señor 1903.
Demetrio Salamanca, sobre que, sien­ El 6 de abril de 1914 se firmó el tra­
do dictatorial el gobierno colombiano tado Urrutia-Thomson para dar por
que verificó la negociación, y usurpa­ terminadas las diferencias entre Co­
dora la Asamblea que le suministró el lombia y Estados Unidos. Dicho tra­
sello de la aprobación legislativa, no tado fue materia de arduas discusiones
nos obliga, y debemos procurar que el y finalmente aprobado por los Con­
Brasil, atendiendo los dictados de la gresos de ambos países.
justicia universal y dándonos una En este tratado se dijo que la línea
prueba de franca y leal amistad, con­ divisoria entre Panamá y Colombia se­
sienta en su abrogación. ría trazada sobre la base de la ley co­
»Y no somos amigos de esa opinión, lombiana de 1855, como lo había sos­
porque es regla de Derecho Interna­ tenido Colombia. Panamá, en efecto,
cional, umversalmente aceptada, la de formó parte del virreinato de la Nueva
que el cambio en la forma de los go­ Granada de acuerdo con la Real Cé­
biernos no trae consigo la desapari­ dula de 20 de agosto de 1739, y pos­
ción de los compromisos externos con­ teriormente formó parte de la Gran
traídos bajo la forma anterior, porque Colombia. Los límites provisionales
de no ser así, carecería de toda esta­ del territorio del Darién fueron seña­
bilidad la vida internacional.» lados por el general Tomás Cipriano
Capítulo 4 115

de Mosquera, desde el cabo del Da- cabeceras del río La Miel, y termina
---n a las cabeceras del río La Miel. hacia el norte, cortando el Cabo Ti­
Posteriormente, por medio del tra­ burón por el divorcio de aguas entre
tado suscrito el 20 de agosto de 1924 las bahías de Zapzurro y La Miel hasta
por el ministro de Relaciones Exterio­ el extremo noroeste del Cabo Tiburón
res de Colombia, don Jorge Vélez, y en el Mar de las Antillas.»
por el plenipotenciario de Panamá,
don Nicolás Victoria J., se acordó en Límites con Nicaragua
definitiva como frontera con Panamá
la línea de 1855. La línea divisoria en­ Como bien se sabe, antes de produ­
tre los dos países quedó señalada así: cirse la separación de Panamá, el te­
«Desde un punto en la Costa del rritorio colombiano se extendía a la
Océano Pacífico, equidistante entre costa oriental de lo que hoy son la Re­
Cocalito y La Ardita, sigue en línea pública de Nicaragua y Costa Rica.
recta hasta los Altos de Aspavé. Lue­ Pero era indudable que en lo que
go por el divorcio de aguas de los ríos toca con determinados territorios su
Juradó y Balsas, rodea las fuentes del situación jurídica había quedado es­
río Salquí y continúa por toda la cima tablecida de manera definitiva en la
de las cordillera del Darién, pasando colonia por la Orden Real del 30 de Víctor M. Maúrtua,
por los puntos de Mangle, Palo de las noviembre de 1803 que dice: «El Rey plenipotenciario del Perú,
Letras, Alto Limón, Tanela y Cerro y Roberto Urdaneta
ha resuelto que las islas de San Andrés Arbeláez firman el
de Gandí, hasta el sitio de el empalme y la parte de la costa de Mosquitos protocolo de Río de
en el divorcio de aguas entre los ríos desde el cabo Gracias a Dios, inclusive Janeiro, el 24 de mayo de
Armila y Acandí, por el cual sigue hasta el río Chagres, queden segrega­ 1934, por el cual se
hasta Chucurtí; continúa por la Serra­ das de la Capitanía General de Gua­ confirmó el tratado
nía que divide las aguas entre el Chu- Lozano-Salomón y se
temala y dependientes del virreinato concluyó el conflicto
curtí y el Acandí, pasa por el Cerro de Santa Fe [...].» Todo lo cual quedó sobre el trapecio
Sande y por el Cerro Parado, en las confirmado por la aceptación del prin- amazónico.
116 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

ese meridiano, implícitamente Nica­


ragua reconoce que pertenecen a Co­
lombia.
No obstante la claridad de este tra­
tado, que viene a afianzar la soberanía
indiscutible de Colombia sobre esta
parte de sus territorios insulares, Ni­
caragua en épocas recientes y aun en
la actualidad ha pretendido un dere­
cho que no tiene sobre el archipiélago
de San Andrés y Providencia y las islas
e islotes que lo conforman. Colombia
ha rechazado con argumentos incues­
tionables esas pretensiones que en el
campo del derecho internacional no
podrían prosperar jamás.
Como vimos, el tratado Esguerra-
Bárcenas no resolvió nada respecto a
los cayos Roncador, Quitasueño y Se­
rrana, por cuanto se consideró que
eran materia de controversia entre los
Hito internacional del cipio del uti possidetis juris de 1810. Y Estados Unidos y Colombia. Esa cues­
punto de frontera entre aun cuando Nicaragua objetó la citada tión, en efecto, había sido discutida
Colombia, Perú y Brasil, Real Orden de 1803, Colombia en for- con los Estados Unidos y, sin dete­
frente a Tabatinga, foto ma irrebatible demostró sus derechos. nernos en la relación pormenorizada
de 1934. Todo llevó a la celebración del tra­ de este diferendo, llegamos al cruce de
tado celebrado el 24 de marzo de 1928 notas el 10 de abril de 1928 entre el
entre el subsecretario de Relaciones ministro plenipotenciario de Colom­
Exteriores de Nicaragua, señor José bia, doctor Enrique Olaya Herrera, y
Bárcenas Meneses, y el doctor Manuel el secretario de estado de los Estados
Esguerra, plenipotenciario de Colom­ Unidos, señor Frank B. Kellog. En
bia, mediante el cual «Colombia re­ ellas, sin referirse a la cuestión de
conoce el pleno dominio y la sobera­ la soberanía sobre dichos cayos, se
nía de la República de Nicaragua so­ acuerda conservar el statu quo en la
bre la costa de Mosquitos [...] y la Re­ materia, absteniéndose Colombia de
pública de Nicaragua reconoce la so­ objetar el mantenimiento por parte
beranía y pleno dominio de la de los Estados Unidos de ayudas de
República de Colombia sobre las islas navegación y absteniéndose el gobier­
de San Andrés, Providencia, Santa no de los Estados Unidos de impedir
Catalina y todas las demás islas, islotes a Colombia la utilización para la pesca
y cayos que hacen parte de dicho ar­ de las aguas que rodean los cayos.
chipiélago de San Andrés, sin incluir
los cayos de Roncador, Quitasueño y En el año de 1970 el canciller de Co­
Serrana, cuyo dominio está en litigio lombia, doctor Alfonso López Mi-
entre Colombia y los Estados Uni­ chelsen, envió una nota al embajador
dos.» de los Estados Unidos en Colombia,
señor Leonard J. Saccio, en la cual su­
En el acta del canje de ratificacio­ giere que se dé por terminado el statu
nes, el 5 de mayo de 1930, del tratado quo acordado en las notas Olaya-Ke-
Esguerra-Bárcenas, se dejó estableci­ llog de 1928, y que se acepten como
do que el archipiélago de San Andrés válidos los títulos indiscutibles de Co­
y Providencia no se extiende al occi­ lombia para reclamar la soberanía ple­
dente del meridiano 82 de Greenwich. na sobre dichos cayos. La nota del
Y como los cayos de Roncador, Qui­
tasueño y Serrana están al oriente de canciller colombiano dio lugar a unas
negociaciones sobre el particular que
Capítulo 4 117

fueron adelantadas por el gobierno del "Quitasueño no es objeto del ejercicio


presidente Misael Pastrana Borrero y de una soberanía por estar permanen­
aceptadas por los Estados Unidos. temente sumergido en alta mar".
Esas negociaciones, muy rápidas, cul­ »2.a Porque Colombia no queda so­
minaron en un tratado que provocó berana sobre las aguas territoriales ad­
serias reacciones en Colombia. El pro­ yacentes a Roncador, Quitasueño y
fesor de derecho internacional y ex Serrana, ya que los artículos 2° y 3.°
embajador ante la ONU, doctor En­ le conceden a los buques y ciudadanos
rique Gaviria, expresa de manera in­ norteamericanos los mismos derechos
contestable las siguientes razones en de pesca que a los nacionales colom­
contra del tratado Vásquez Carrizosa- bianos.
Saccio: »3.a Porque Colombia queda inha­
«Para beneficio del lector me per­ bilitada para intervenir en las activi­
mito transcribir los aspectos negativos dades de pesca desarrolladas por nor­
del tratado. El Vásquez-Saccio es per­ teamericanos.
judicial para Colombia por las siguien­ »4.a Porque Colombia queda obli­
tes razones: gada a respetar y proteger los dere­
»l.a Porque el reconocimiento que chos de pesca allí concedidos y no pue­
los Estados Unidos hacen de la sobe­ de celebrar convenio sobre pesca con Firma del tratado de
ranía colombiana sobre Roncador, terceros Estados sin el previo consen­ delimitación de áreas
marinas y submarinas con
Quitasueño y Serrana, queda sin nin­ timiento de los Estados Unidos de Costa Rica, por el
gún efecto frente a las notas diplo­ América. canciller de ese país,
máticas de 8 de septiembre de 1972 re­ »5.a Porque Colombia [...] queda en Carlos José Gutiérrez, y
ferente a la "transferencia que se hace una situación inferior a la existente, por el ministro de
a la República de Colombia del faro según el canje de notas Olaya-Kellog Relaciones Exteriores de
Colombia, Rodrigo
situado en Quitasueño y a las ayudas de 1928. Allí conservaba sus derechos Lloreda Caicedo, ante el
de navegación en Roncador y Serra­ de pesca, mientras que en el tratado presidente Belisario
na" como que allí se establece que, de septiembre de 1972 Colombia cede Betancur (1983).
118 Nueva Historia de Colombia. Vol. ///

a los Estados Unidos esos mismos de­ varios años en el Senado de los Esta­
rechos sin ningún beneficio directo.» dos Unidos hasta el 31 de julio de 1981
El tratado fue aprobado por el Con­ y fue firmado y ratificado por el pre­
greso de Colombia por la ley 52 de sidente Ronald Reagan el 24 de agosto
1972 y se promulgó en el Diario Ofi­ de 1981. El canje de los instrumentos
cial el 26 de marzo de 1974. de ratificación se hizo en el palacio de
El tratado fue demorado durante Nariño el 17 de diciembre de 1981.

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Capítulo 5 119

El contexto latinoamericano
de la historia moderna de Colombia
(1886-1930)
Luis Vitale

i desde la época colonial América


S Latina quedó incorporada a la for­
mación social mercantilista europea,
en la era imperialista no sólo formó
parte del mercado internacional sino
también del proceso productivo mun­
dial capitalista. No puede entenderse
nuestra historia y la del propio sistema
mundial si no se la analiza como una
totalidad, en la que el fenómeno
de acumulación constituye un solo
proceso interrelacionado a escala
universal.
La política también se hizo mundial. primera vez en la historia masificar su Primeros automóviles cu
Desde fines del siglo XIX, las áreas aún ideología a nivel mundial. llegar a Pasto, 1918. El
no colonizadas fueron repartidas y El capitalismo, en esta fase supe­ motor de explosión y el
petróleo como nuevo
conquistadas por las grandes potencias rior, experimentó una transformación factor energético,
europeas. significativa, debilitando la libre com­ impulsadores de la
América Latina sufrió un proceso petencia, a través de la creación de segunda revolución
de colonización en Centroamérica y el grandes monopolios. industrial, transformaron
Caribe y de semicolonización genera­ El mundo comenzó a ser permeado radicalmente el transporte
de productos y los
lizada en el resto de los países. La in­ totalmente por el modo de producción negocios.
versión masiva de capital monopólico capitalista, aunque siguieran existien­
condujo a la enajenación de parte de do áreas precapitalistas que, al fin de
nuestra soberanía nacional. También cuentas, eran funcionales al sistema,
fuimos incorporados al circuito de la como certeramente apuntó Rosa Lu-
cultura occidental a través de moder­ xemburgo.
nos medios de comunicación de ma­ La expansión imperialista estuvo
sas. Así, la clase dominante logró por apuntalada por un proceso de segunda
120 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

revolución industrial, motorizada por iniciado en las últimas décadas del si­
un nuevo factor energético, el petró­ glo XIX, mediante un ostensible fenó­
leo, por el desarrollo de la electrici­ meno de sindicalización y de creación
dad, de la química y de los motores a de partidos socialdemócratas. Parale­
explosión, que permitieron la inven­ lamente, el anarquismo se había de­
ción del automóvil y del avión, ele­ sarrollado vigorosamente en Italia,
mentos decisivos para agilizar el trans­ Francia y España, bajo las banderas
porte de las mercancías y de los ne­ de la Internacional Negra, fundada en
gocios. 1881 por los seguidores de Miguel Ba-
La «belle époque» llevaba, sin em­ kunin.
bargo, en su seno profundas contra­ Si durante el siglo XIX la clase obre­
dicciones. La rivalidad entre los países ra llegó a tener una participación po­
centrales condujo pronto a la primera lítica relevante en acontecimientos
guerra mundial, cuya causa inmediata como la Revolución de 1848 en Fran­
fue la agudización de los roces entre cia y la Comuna de París (1871), en el
las nacionalidades oprimidas de los siglo xx se generaliza la intervención
Balcanes. El imperio austro-húngaro política del proletariado en la lucha de
declaró la guerra a Servia, la cual fue clases, sobre todo en las huelgas ge­
apoyada por Rusia e Inglaterra. Pero nerales de Alemania, Inglaterra,
el motivo de fondo era la competencia Francia y Estados Unidos.
entre las naciones imperialistas: com­ Al mismo tiempo, se iniciaba el pro­
petencia entre Alemania y Gran Bre­ ceso de la revolución colonial con los
taña por la supremacía naval y ferro­ acontecimientos de Turquía, Persia y
viaria, por el control de los mercados la China de Sun Yat-sen. También
del carbón, petróleo y acero. América Latina entraba a la escena
La conflagración mundial de 1914­ política mundial con el triunfo de la
1918 trajo una profunda división en las Revolución mexicana (1911).
filas del movimiento obrero y de la Se­ La clase dominante reacomodó su
gunda Internacional, ya que la mayo­ ideología para enfrentar esta crucial
ría de los partidos socialdemócratas coyuntura. Surgieron así proyectos
apoyaban a sus respectivas burguesías que iban desde una nueva legislación
nacionales belicistas. social y de un positivismo renovado a
Esta primera guerra mundial fue el un nacionalismo extremo, del cual sur­
mayor genocidio sufrido por la hu­ gió el fascismo italiano de Benito Mus-
manidad hasta entonces: diez millones solini.
de personas fueron sacrificadas en La filosofía recobró vuelo con los
función del reparto del mundo por las neokantianos, rompiendo el cerco que
grandes potencias; Francia agregó Si­ le había tendido el positivismo ram­
ria y el Líbano a sus antiguas colonias. plón. Windelband y otros pudieron
Inglaterra consolidó su control de volver a filosofar ante la crisis de los
Egipto y Sudán, y otras colonias de partidarios de Augusto Comte, cuya
África y Asia, desde Persia hasta el idea del progreso indefinido se había
Oriente. esfumado abruptamente con el estalli­
Como había previsto Vladimir Ilich do de la primera guerra mundial.
Lenin, de la guerra surgió la revolu­ En esta fase, se reactualizaron las
ción, con el triunfo de los campesinos ideas del conde de Gobineau sobre el
y obreros rusos. De febrero a octubre racismo, como una forma de raciona­
de 1917, los soviets decidieron el curso lizar una ideología justificadora del
de la historia rusa, y en parte mundial, dominio colonial.
instaurando el primer Estado en tran­ La crisis se proyectó también al
sición al socialismo. campo de las artes. Los modelos neo­
El triunfo de la Revolución rusa fue clásicos y el formalismo se desintegra­
la culminación de una fase de ascenso ron, siendo cuestionados por un nuevo
del movimiento obrero que se había tipo de pintura: el cubismo y el su-
Capítulo 5 121

rrealismo. Pablo Picasso y André Bre- ción habían sido de índole indirecta,
ton se convirtieron en los parteros de como los empréstitos, el control del
un arte prefigurador de un futuro, que transporte marítimo y la venta de pro­
Bertold Brecht puso de relieve en su ductos manufacturados.
teatro revolucionario. Sigmund Freud Durante la segunda mitad del siglo
desgarró el velo de los tabúes y de lo XIX, el capitalismo inglés comenzó a
más recóndito de la personalidad, des­ invertir capitales en los servicios pú­
cubriendo lo que estaba detrás del blicos y, posteriormente, en las prin­
subconsciente, barruntado ya por Wi- cipales materias primas. Hacia 1913,
lliam Shakespeare, James Joyce, el total de las inversiones inglesas en
Franz Kafka y otros grandes. América Latina era de 4.632 millones
de dólares y las norteamericanas as­
El nuevo carácter cendían a 1.242 millones de dólares.
de la dependencia latinoamericana En Argentina, los ingleses contro­
laron los frigoríficos y la comerciali­
El carácter de la dependencia en zación de los productos agropecua­
América Latina cambió cualitativa­ rios. El salitre chileno pasó a manos
mente con la penetración imperialista británicas, lo mismo que el estaño bo­
de fines del siglo pasado. En la fase liviano. Parte de la economía mexi­ Primeros ensayos de
anterior, América Latina había podi­ cana fue controlada por los capitales telefonía inalámbrica
do conservar sus riquezas nacionales entre Bogotá y Girardot,
norteamericanos e ingleses; Colom­ realizados en el campo
porque el desarrollo capitalista euro­ bia, en menor medida, sufrió un pro­ del Polo Club de la
peo no se fundamentaba todavía en la ceso similar al producirse las inversio­ capital, entre el 28 y el 30
inversión de capital monopólico en las nes extranjeras en el banano y, pos­ de agosto de 1920. Los
zonas periféricas, sino en sus propias teriormente, en el petróleo. modernos medios de
naciones en pleno proceso de indus­ comunicación integraron
La pugna entre los Estados Unidos América Latina al circuito
trialización. Las formas de penetra­ de América y las potencias europeas de la cultura occidental.
122 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

partir de 1923 volvió a remontar, aun­


que no a los mismos ritmos del perío­
do anterior, hasta 1929, en que se pro­
dujo la crisis mundial más grave sufri­
da hasta entonces por el sistema ca­
pitalista.
Si bien es cierto que el proceso de
industrialización por sustitución de al­
gunas importaciones se generalizó
después de la década de 1930, en cier­
tos países —como México, Argentina
y, en menor medida, Chile, Brasil y
Colombia— hubo un desarrollo indus­
trial que no es posible menospreciar.
Los capitales invertidos en esta inci­
piente industria provinieron de los fi­
nancistas criollos.
Mansión brasileña, una se decidió a favor del primero a fines El crecimiento demográfico acom­
muestra del auge del de la década de 1920, aunque Ingla- pañó al desarrollo económico, es­
capitalismo cafetero. terra siguió ejerciendo gran influen­ pecialmente en lo que se refiere al flu­
cia en países como Argentina, Uru­ jo inmigratorio, que unido al creci­
guay y Brasil. Uno de los países que miento vegetativo dio altas tasas de­
escapó al dominio norteamericano e mográficas. La baja de la mortalidad
inglés fue Guatemala, donde el ca­ en un 25 %, desde 1900 a 1930, con­
pitalismo alemán logró controlar la tribuyó a este proceso. En dicho lap­
producción y comercialización del so, la población de México aumentó
café. de 11.500.000 a 16.500.000; la de Bra­
Nuestra economía primaria expor­ sil, de 16 millones a 27 millones; la de
tadora se hizo así más dependiente de Argentina, de 4 millones a 10 millo­
las fluctuaciones del mercado inter­ nes. En general, América Latina du­
nacional y los excedentes fueron a pa­ plicó la población de 63 millones de
rar en mayor grado a las metrópolis habitantes que tenía en 1900, mostran­
que habían invertido capital en la ex­ do una de las tasas de crecimiento de­
tracción de nuestras materias primas. mográfico más altas del mundo. En al­
gunos países, como Argentina, Uru­
guay y Brasil, la inmigración europea
Tendencias jugó un papel decisivo en el aumento
económicas, sociales y políticas poblacional.
La economía primaria de exportación En las primeras décadas del siglo XX
experimentó desde 1890 a 1930 una se produjeron importantes transfor­
tendencia general al crecimiento. En maciones sociales, que precipitaron la
1913, la participación de América La­ crisis de la vieja oligarquía terrate­
tina en las exportaciones mundiales de niente. Aunque los latifundistas no
cereales alcanzaba al 8 %; en las quedaron definitivamente marginados
de café, cacao, etc., al 62 %; en las de del control del Estado, perdieron su
azúcar, al 37,6 %; y en las de produc­ hegemonía dentro de la clase domi­
tos pecuarios, al 11,5 %. Chile logró nante, viéndose obligados a entrar en
colocarse en el segundo lugar de los alianza con otras fracciones de la bur­
productores mundiales de cobre. guesía. Ecuador y Colombia fueron de
Después de la primera guerra mun­ los pocos países donde la oligarquía
dial se produjo una baja en la deman­ conservadora logró recuperar el po­
da y en los precios de las materias pri­ der, luego de haber sido desplaza­
mas, que afectó seriamente la econo­ da por las revoluciones liberales del
mía de los países latinoamericanos. A siglo XIX.
Capítulo 5 123

Nuevos sectores burgueses surgie­


ron al socaire de los gastos del Estado,
que había engrosado sus entradas con
el aumento de las exportaciones. Las
obras de infraestructura y servicios pú­
blicos facilitaron la emergencia de un
sector burgués ligado a la construc­
ción. Sin embargo, los créditos del Es­
tado fueron en parte despilfarrados en
operaciones especulativas, en viajes
de placer a Europa y en la adquisición
de artículos suntuarios, en lugar de in­
vertirlos en la renovación del aparato
productivo.
Los requerimientos de las ciudades
estimularon el desarrollo del sector
comercial que trabajaba con el mer­
cado interno.
Los sectores emergentes lucharon
por conquistar un mayor «status so­
cial», comprando haciendas y repre­
sentaciones ostentosas hasta entonces
reservadas a la rancia oligarquía terra­
teniente. Una de ellas era la compra
del mejor palco para la temporada de
ópera.
La vida del nuevorriquismo latinoa­
mericano en Europa fue pintada por
Joaquín Edwards Bello en la novela
Criollos en París: «Los Sievers resi­
dían más tiempo en París que en Chi­
le. El padre, andariego y especulador,
buscaba antigüedades, la madre se
daba por entero a las relaciones y a ca­
sar a la hija soltera en forma sonada.
La mayor era esposa del príncipe de Hipólito Yrigoyen (1914-22) en Ar­ Víctor Raúl Haya de la
Wasseau. Recién casada, la princesa gentina, el de Arturo Alessandri Torre, director de la
(1920-25) en Chile, la Revolución Ju­ Alianza Popular
fue a lucir a su esposo a Santiago y a Revolucionaria
mostrarle sus tierras.» (Joaquin Ed- liana (1925) del Ecuador, y el APRA Americana (APRA), uno
wards Bello: Criollos en París, Santia­ dirigido por Víctor Raúl Haya de la de los movimientos
go (1933). Torre, en el Perú. populistas que recogieron
El crecimiento de las ciudades per­ La forma de hacer política también en el continente
cambió. Ya no resultó tan fácil esco­ reivindicaciones
mitió la expansión de la pequeña bur­ especificas de las clases
guesía y de las capas medias asalaria­ ger «a dedo» los candidatos presiden­ medias.
das, que lograron empleo en los co­ ciales en los tradicionales cenáculos.
mercios, industrias y oficinas del Es­ Continuaron las formas elitistas de
tado. La emergencia de los sectores conducción política, pero al menos
medios se expresó también en el plano ciertos políticos cuidaron la forma,
político, pasando a constituirse en un buscando el consenso de las capas me­
sector clave del clientelismo electoral. dias y del proletariado, que habían
Los nuevos sectores medios formu­ irrumpido en la escena política nacio­
laron reivindicaciones específicas, que nal. Fue el inicio de la época de los
oradores encendidos y de los grandes
debieron ser acogidas por los primeros mítines, de los debates públicos, de los
movimientos populistas, como el de
124 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

periódicos y volantes. Inclusive, en los designio de mantenerlo lo más cerrado


países donde gobernaron las dictadu­ posible. Sólo la fortuna rompía el cer­
ras, como las de El señor Presidente, co. Era, en eso, un exponente claro de
al decir de Miguel Ángel Asturias, los la tendencia de las nuevas burguesías
militares buscaron demagógicamente a constituirse cuanto antes en estre­
una cierta forma de popularidad in­ chas oligarquías.» (José Luis Romero:
ducida. Latinoamérica, las ciudades y las
De esta época datan en algunos paí­ ideas, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires,
ses los códigos del trabajo, las leyes la­ 1976).
borales y el seguro social obligatorio. Al llegar la década de los años vein­
También, la formación de los sindi­ te, la ópera y en menor medida el tea­
catos legales y los ministerios del Tra­ tro, fueron desplazados por el cine, el
bajo. más importante entretenimiento de
La masonería ejerció notoria in­ masas creado hasta entonces en la his­
fluencia en los nuevos movimientos de toria. El cine mudo, acompañado es­
reforma social. Detrás de una cober­ pecialmente del piano, y luego el cine
tura democrática y de «hermandad» sonoro atrajeron la atención de millo­
entre los hombres, la masonería tuvo nes de personas que buscaban una for­
la capacidad de integrar en sus filas a ma alternativa de consumir el tiempo
políticos, profesionales y jóvenes mi­ libre.
litares. Algunos de sus miembros per­ Los deportes pasaron a constituirse
tenecieron no sólo a los partidos li­ en otra de las principales manifesta­
berales sino también a los radicales y ciones de ocupación del tiempo libre.
a los primeros partidos socialistas. Se Mientras la clase alta practicaba el te­
dio, asimismo, una joven generación nis, el hockey, el polo y las primeras
militar que, a través de sus contactos carreras de automóviles, la clase tra­
con la masonería, ascendió al poder en bajadora hizo del fútbol su principal
Brasil, Ecuador y otros países para pasión en el Cono Sur, así como fue el
tratar de modernizar el Estado y la béisbol para el Caribe.
economía. El vals fue reemplazado por el tan­
Por su parte, los sectores autorita­ go rioplatense. Expresaba con mayor
rios, con el pretexto de modernizar vigor la nueva idea urbana que co­
también el Estado, crearon una ideo­ menzaban a vivir los recién llegados
logía en torno al llamado «gendarme del campo o de la inmigración. Fue
necesario», con el fin de justificar las bailado y posteriormente cantado,
prolongadas dictaduras de Porfirio como expresión de una contracultura
Díaz en México, de Juan Vicente Gó­ popular surgida en los arrabales de las
mez en Venezuela, y otros. La consig­ grandes ciudades, convirtiéndose en la
na del positivismo —orden y progre­ primera música popular urbana gene­
so— sirvió entonces para racionalizar ralizada de América Latina, ya que se
una política autoritaria y elitesca. bailaba y cantaba tanto en Buenos
Aires y Montevideo como en La Ha­
La vida cotidiana bana, Caracas, Quito, Lima, Santia­
go, Río de Janeiro. Bogotá y, sobre
Desde fines del siglo XIX y primeras todo, en Medellín y Manizales. La re­
décadas del xx se generaron nuevas beldía de gran parte de las primeras le­
formas de vida urbana. Los clubs pri­ tras de tango, redactadas en su ma­
vados de estilo inglés fueron el lugar yoría por poetas anarquistas, reflejaba
de cita de la burguesía de este remedo las contradicciones que se estaban
de «belle époque» en que vivió la clase acumulando en las sociedades urbanas
dominante latinoamericana con el del continente.
auge de las exportaciones. Al decir de La cultura se hizo menos académi­
Romero: «Centro de un grupo relati­ ca. Lugares de crítica al academicismo
vamente cerrado, el club reflejaba el fueron las tertulias de los cafés y ba-
Capítulo 5 125

res, donde los artistas y escritores es­


bozaron una forma alternativa de cul­
tura que adquirió auge con el movi­
miento surrealista. En el café La Bra­
sileña y en Los Inmortales de Buenos
Aires, o en el Ateneo de la Juventud
en México, y más tarde en las peñas
de las revistas de avanzada fue pro­
bando sus fuerzas la nueva generación
literaria.
El teatro sufrió importantes trans­
formaciones, en la búsqueda de obras
de mayor contenido social. En Locos
de Verano (1905), Gregorio de Lafe-
rrere hizo decir a uno de sus perso­
najes: «Es así como hacemos teatro ¡el
verdadero teatro de ideas! ¡Basta de
saínetes vacíos y huecos! ¡Tesis, tesis!».

Las intervenciones militares


de Estados Unidos en Centroamérica
y el Caribe rante varios años por la ocupación de Una tenida o ceremonia
tropas norteamericanas. La depen­ masónica, realizada en
Las intervenciones militares nortea­ dencia colonial fue tan manifiesta que Bogotá y protagonizada
las aduanas y los cuerpos de seguridad por el ex ministro
mericanas de las primeras décadas del Adán Arriaga Andrade.
siglo XX tuvieron objetivos expansio- de ambos países pasaron a ser admi­ La masonería ejerció
nistas, que afectaron a numerosos paí­ nistrados y dirigidos por Estados Uni­ notoria influencia en
ses y, en el caso de Colombia, con el dos. los nuevos movimientos
desmembramiento de Panamá. La ocupación de Nicaragua, de 1909 de reforma social,
integrando en sus filas a
Esta estrategia —iniciada en el siglo a 1933, tuvo asimismo claros objetivos políticos, profesionales
XIX con la conquista de la mitad del te­ de expansión territorial, pues Estados y jóvenes militares,
rritorio mexicano y los intentos de Unidos pretendía consolidar su mo­ que en algunos países
convertir en protectorado a varias na­ nopolio del transporte marítimo me­ latinoamericanos,
ciones latinoamericanas— formó par­ diante la construcción de un canal por como Brasil y Ecuador,
los lagos de Nicaragua. En este país, llegaron al poder.
te de un plan que contemplaba tanto
la penetración económica como la los directores generales del Banco
anexión territorial. Central, del ferrocarril y de las gen­
La mayoría de los países centroa­ darmerías llegaron a ser norteameri­
mericanos y caribeños se convirtieron canos.
en semicolonias norteamericanas a La expansión norteamericana afec­
principios del siglo XX, sufriendo ocu­ tó también a Colombia, al estimular la
paciones militares prolongadas que los escisión de Panamá, con la finalidad
transformaron en cuasi-colonias. Tal de apoderarse del Canal. La interven­
fue el caso de Cuba, desde 1900 hasta ción norteamericana fue el resultado
la derogación de la Enmienda Platt en del fracaso de sus gestiones con Co­
la década de 1930. Lo mismo ocurrió lombia para construir un canal. Al ser
con Puerto Rico, luego de la guerra rechazado por el Congreso colombia­
entre España y Estados Unidos al fi­ no el tratado Herrán-Hay, los nortea­
nalizar el siglo pasado. Según la ley mericanos se apoyaron en la tradición
Foraker, el gobernador de Puerto autonomista de los panameños para
Rico debía ser nombrado por el pre­ estimular su independencia política
sidente de los Estados Unidos. formal el 3 de noviembre de 1903 y
Haití y República Dominicana vie­ respaldarlos con sus tropas para de­
ron también afectada su soberanía du- tener el avance del ejército colombia-
126 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Porfirio Díaz, dictador de der legislativo supervisado por el Con­


México, cuya influencia greso norteamericano y un poder ju­
fue efectiva entre 1877 y dicial propio. Los Estados Unidos lle­
1911, cuando hubo de
renunciar a la presidencia
garon a exigir en 1921 a los cónsules
por el triunfo de la extranjeros acreditados en Panamá
Revolución con Francisco que les presentaran a ellos otro exe-
Madero. Díaz, como Juan quatur para poder ejercer sus funcio­
Vicente Gómez en nes. De más está decir que en la Zona
Venezuela, fue el del Canal comenzó a flamear la ban­
prototipo de "gendarme
necesario", ideología dera norteamericana.
creada por sectores Este Estado dentro de otro Estado
autoritarios con el condujo a que las tropas norteameri­
pretexto de la canas intervinieran en los problemas
modernización del
Estado. internos de Panamá. En 1925, por
ejemplo, 600 soldados norteamerica­
nos ocuparon la ciudad de Panamá
para reprimir la huelga general de los
inquilinos. Asimismo, habían interve­
nido en las elecciones de 1906, 1911,
1916 y 1918, supervisando el resultado
electoral. A raíz de las elecciones de
1918, Estados Unidos ocupó Chiriquí
durante una semana y por dos años la
provincia de Veraguas. A raíz de un
incidente ocurrido entre soldados nor­
teamericanos y panameños, Estados
Unidos exigió a la Guardia Nacional
panameña que entregara sus armas a
los encargados militares de la zona del
Canal.
En síntesis, la construcción del Ca­
no. De ese modo, Estados Unidos im­ nal por los Estados Unidos significó
puso un enclave colonial en una parte para Panamá no sólo la enajenación
del territorio bañado por el canal. de parte de su territorio y de su so­
Consolidó el monopolio ferrocarrilero beranía nacional, sino también la con­
y de las plantaciones de la United fiscación de su más importante e his­
Fruit Company. Panamá no sólo per­ tórica riqueza: el cobro del tránsito co­
dió parte de su superficie, sino tam­ mercial por el Istmo, desde la colonia
bién su más importante riqueza, las ta­ hasta principios del siglo XX.
rifas del tránsito comercial que le ha­
bía reportado el Istmo desde la época La emergencia del pensamiento
colonial.
nacional-antiimperialista
La compañía administradora del
Canal que fijaba la tarifa a los barcos El pensamiento nacionalista, surgido
pasó a depender directamente del go­ en el siglo XIX, se configuró cuando el
bierno norteamericano. Su presidente imperialismo comenzó a apoderarse
era al mismo tiempo el gobernador de de nuestras riquezas nacionales y a ex­
la zona del Canal, nombrado por el pandirse territorialmente en Centro-
gobierno de los Estados Unidos. Tam­ américa y el Caribe. A los prohombres
bién impusieron los impuestos fiscales nacionalistas del siglo XIX —como Be­
y sus criterios sanitarios, tanto en el nito Juárez de México, Carlos López
Canal como en las ciudades de Colón del Paraguay, Juan Bautista Alberdi
y Panamá, y sus respectivos acueduc­ de Argentina, José Manuel Balmace-
tos y alcantarillados. Crearon un po­ da de Chile, Gregorio Luperón de
Capítulo 5 127

Santo Domingo y otros se sumaron Eduardo Santos fue otra de las plu­
pensadores cuyas ideas nacionalistas mas colombianas que, por intermedio
cobraron una nueva dimensión, de ca­ de las columnas de El Tiempo, expuso
rácter antiimperialista, adaptadas a los el carácter expansionista de la políti­
nuevos tiempos. ca norteamericana, especialmente en
Así surgieron Eugenio María de Centroamérica.
Hostos y Ramón Emeterio Betances, La reacción de los pueblos no se
combatientes por la independencia de hizo esperar. En Cuba la lucha contra
Puerto Rico y en general de la libe­ la Enmienda Platt culminó en la re­
ración antillana. José Martí llevó a la volución nacionalista de 1933, dirigida
más alta expresión de su tiempo el na­ por Grau San Martín y Antonio Gui-
cionalismo latinoamericano, al luchar teras. Los dominicanos lucharon con­
por romper el nexo colonial de Espa­ tra la ocupación norteamericana desde
ña y, al mismo tiempo, evitar que 1916 hasta 1921, organizando grupos
Cuba volviera de nuevo a caer en una de combate, denominados despecti­
dependencia respecto de los Estados vamente «gavilleros», en los que tu­
Unidos. vieron participación destacada muje­
Sectores del liberalismo se radicali­ res del temple de María Girón Natera
zaron hacia una posición nacionalista, y Catalina Cedano. En Haití, la resis­
como fueron los casos del ecuatoriano tencia se mantuvo viva durante los 19
Eloy Alfaro, que respaldó moral y ma­ años que duró la ocupación nortea­
terialmente la independencia de mericana a partir de 1915. Los llama­
Cuba, a fines del siglo XIX, y del pre­ dos «cacos» formaron guerrillas que
sidente nicaragüense Zelaya, que tra­
tó de impedir la ocupación nortea­
mericana de su país en 1909, y del ve­ Juan Vicente Gómez,
nezolano Cipriano Castro, quien resis­ dictador de Venezuela,
cuya hegemonía se hizo
tió el bloqueo de las flotas francesa e sentir durante un largo
inglesa. período entre 1908 y
El despuntar del siglo XX vio nacer 1935, directamente, o a
través de presidentes
brillantes plumas nacionalistas, como adictos.
Manuel Ugarte, Rufino Blanco Fom-
bona, José Santos Chocano, José En­
rique Rodó, Pedro Prado, José Inge­
nieros y otros.
En este contexto, surgieron en Co­
lombia pensadores nacionalistas como
José María Vargas Vila y Eduardo
Santos. El primero, más conocido por
sus poesías y novelas que por su pen­
samiento político, fue uno de los más
importantes pensadores antiimperia­
listas de las tres primeras décadas del
siglo xx. Su principal obra nacionalista
—Ante los bárbaros (Los Estados Uni­
dos y la guerra)—, escrita en 1917,
planteó no solamente una denuncia de
las intervenciones norteamericanas
sino la necesidad de concretar la uni­
dad latinoamericana a través de un
Consejo Permanente de los Pueblos
del continente, como alternativa a las
Conferencias Panamericanas promo­
vidas por los Estados Unidos.
128 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tuvieron en jaque permanente a los in­ El general Sandino carga sobre sus
vasores. El movimiento nacionalista, hombros vigorosos de hombre rústico,
encabezado por Charlemagne Péralte, con su espada viril de herrero o for­
llegó a contar con 5.000 hombres y con jador, con la honra de todos nosotros.
un masivo respaldo campesino. El ángel de los oficios no le dio en
La gesta antiimperialista más sobre­ vano el de herrero: iba a necesitar el
saliente de este período fue dirigida en hacha más ligera para alzarla y más
Nicaragua por César Augusto Sandi- pesada para dejarla caer. Se le oye el
no. Durante seis años de resistencia resuello fatigoso y dan ganas de en­
(1927-1933), su pequeño grupo inicial derezarle el viento para que ayude sus
se transformó en un poderoso ejército pulmones.» (Gabriela Mistral: Sandi-
popular que, utilizando la guerra de no, París, 1928).
guerrillas, logró derrotar en numero­ Aunque Sandino fue asesinado por
sos combates a los «marines» nortea­ Anastasio Somoza, quedaba una lec­
mericanos. La principal base de apoyo ción histórica: por primera vez en los
de esta larga guerra de liberación fue­ anales del Ministerio de Guerra de los
ron los campesinos e indígenas, que Estados Unidos, su ejército, su marina
integrándose a las huestes de Sandino, y su aviación se veían obligados a re­
«el general de los hombres libres», o tirarse de un país ocupado, a causa de
haciendo las veces de correos, logra­ la resistencia de todo un pueblo. Este
ban desorientar al ejército de ocupa­ hecho histórico lo había logrado un
ción. A partir de la base de seguridad pequeño país de Centroamérica.
de El Chipote, el movimiento se fue
extendiendo hasta llegar a cubrir con
sus acciones a casi todo el país. En La reforma universitaria
1932, el Ejército de los Hombres Li­
bres tenía ocupados ocho departamen­ Iniciada en 1918 como un movimien­
tos y proclamaba como territorio libre to estudiantil en procura de cambios
a Las Segovias. académicos, la reforma universitaria
pronto se transformó en un movimien­
Después de sufrir varias derrotas, to social.
como la de Cocotal, La Flor y Cuje, y En Cuba y Perú, la relación del es­
viendo la imposibilidad de poder do­ tudiantado con la clase trabajadora al­
blegar la resistencia popular sandinis- canzó un alto nivel político. En otros
ta, Estados Unidos resolvió retirar su países, como Argentina, Brasil y Chi­
ejército de ocupación en 1933. le, el movimiento adquirió caracterís­
El ejército sandinista se había trans­ ticas menos políticas pero más masivas
formado en un ejército internaciona­ en cuanto a la unidad obrero-estudian­
lista, donde junto a los nicaragüenses til, por el desarrollo que había adqui­
combatieron el salvadoreño Agustín rido en esos países el movimiento sin­
Farabundo Martí, el dominicano Gre­ dical organizado.
gorio Gilbert, el venezolano Carlos Aunque en las naciones del Cono
Aponte y el colombiano Rubén Ardila Sur no se crearon universidades po­
Gómez. El respaldo femenino más im­ pulares, como la Universidad José
portante que recibió Sandino a nivel Martí de Cuba y la Universidad Gon­
internacional fue el de la poetisa chi­ zález Prada en el Perú, los estudiantes
lena Gabriela Mistral, quien en su en­ encontraron otras formas de relacio­
sayo sobre Sandino manifestó: «Voy narse con el pueblo.
convenciéndome de que caminan so­ El llamado «Grito de Córdoba»
bre la América vertiginosamente tiem­ (Argentina) adquirió pronto un carác­
pos en que ya no digo las mujeres sino ter latinoamericanista, planteado en el
los niños también han de tener que ha­ Manifiesto dirigido a los hombres li­
blar de política, porque política ven­ bres de Sudamérica: «La redención de
drá a ser (perversa política) la entrega las juventudes americanas es nuestra
de la riqueza de nuestros pueblos [...]. única recompensa, pues sabemos que
Capítulo 5 129

nuestras verdades lo son —y doloro- tades que faltan.» (Manifiesto de Cór­ Un equipo bogotano de
sas— de todo el continente.» doba, 1918). fútbol, en 1905. En las
Estos llamados no se quedaron en el Algunos de los puntos programáti­ dos primeras décadas del
siglo XX, los deportes se
papel. En 1921, se realizó en México cos de la reforma universitaria fueron convirtieron en un
el Congreso Internacional de Estu­ acogidos por los gobiernos, sobre todo importante factor de
diantes Latinoamericanos; posterior­ aquellos relacionados con la moder­ ocupación del tiempo
mente, varios de estos líderes univer­ nización de la enseñanza y el cambio libre.
sitarios formaron la Unión Latinoa­ de los planes de estudio a favor de las
mericana, respaldada por los distin­ carreras científico-prácticas. El Esta­
guidos intelectuales José Ingenieros y do necesitaba entonces un nuevo tipo
José Vasconcelos. de profesional, un personal calificado,
Los objetivos iniciales de la reforma capaz de hacer funcionar las nuevas
universitaria fueron el cuestionamien- industrias que surgían y las empresas
to de la estructural tradicional, tanto agropecuarias en tren de moderniza­
en lo académico como en la genera­ ción. Necesitaba, así mismo, profesio­
ción del poder, planteando gobierno nales para las nuevas obras de infraes­
tripartito y autonomía universitaria. tructura que se estaban creando, ade­
Así se expresaban los estudiantes de más de personal especializado para
Córdoba en 1918: «Acabamos de rom­ atender los servicios sociales y los pla­
per la última cadena que, en pleno si­ nes habitacionales y sanitarios.
glo xx, nos ataba a la antigua domi­ Sería burdo afirmar que los estu­
nación monárquica y monástica. Des­ diantes hicieron la reforma universi­
de hoy contamos para el país una ver­ taria para servir a las finalidades de la
güenza menos y una libertad más. Los burguesía industrial. Ocurrió que los
dolores que nos quedan son las liber­ estudiantes levantaron ideales liber-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
130

Tragedia de Carlos tarios y de cuestionamiento de la en­ el conjunto de la sociedad. Más aún,


Gardel en Medellín, junio señanza tradicional, tratando de ligar tenía un proyecto latinoamericanista,
24 de 1935, fotografía de su lucha con la de los trabajadores, de raigambre bolivariana, que alcanzó
Jorge Obando. El tango pero fueron transitoriamente derrota­ a expresarse en la formación de or­
rioplatense, cantado y ganismos continentales de lucha.
bailado primero como
dos y, en el mejor de los casos, obtu­
expresión de una vieron pequeñas reformas. La vanguardia estudiantil de 1918­
contracultura popular, Sectores de la burguesía industrial 1925 formó parte del proceso de ra-
fue más tarde la primera aprovecharon entonces la coyuntura dicalización de las capas medias, que
música popular urbana pugnaban por una mayor participa­
generalizada de América
para golpear a la vieja oligarquía en
Latina. crisis, canalizando a su favor algunas ción política y social, expresada en
reformas planteadas por los universi­ gran parte por los nuevos movimien­
tarios. Aceptaron, sobre todo, aque­ tos nacionalistas de Argentina (el yri-
llos aspectos relacionados con la mo­ goyenismo), de Brasil (el tenentismo),
dernización de la enseñanza, especial­ como así mismo de la influencia del
mente la creación de nuevas carreras aprismo, del anarquismo y de los
científico-prácticas. Obviamente, re­ primeros partidos socialistas y co­
chazaron el planteamiento central de munistas.
la reforma: el cuestionamiento en la La radicalización se agudizó a me­
generación del poder universitario y la dida que los estudiantes adelantaban
democratización mediante la elección sus luchas: «La retórica y la ampulo­
de autoridades. También combatieron sidad de las declaraciones de los líde­
todo intento de vincular la universidad res estudiantiles se transformó en ac­
con los problemas de la sociedad glo­ ción cuando las fuerzas represivas ata­
bal. Razón tenía Germán Arciniegas caron las manifestaciones callejeras de
cuando manifestaba: «La Universidad los estudiantes.» (Juan Carlos Portan-
después de 1918 no fue lo que ha de tiero: Estudiantes y política en Amé­
ser, pero dejó de ser lo que había ve­ rica Latina, el proceso de la Reforma
nido siendo.» Universitaria, México, 1978).
Estudiosos del proceso de la refor­ Para apreciar la dimensión real de la
ma universitaria han tratado de limitar reforma universitaria hay que distin­
los postulados de dicho movimiento a guir entre vanguardia y movimiento
«la docencia libre, modernización de estudiantil. En algún momento del
la enseñanza y democratización del proceso, particularmente en la fase de
régimen administrativo en los plante­ auge, la vanguardia universitaria pudo
les superiores» (Gabriel del Mazo: La representar al conjunto del movimien­
Reforma Universitaria, La Plata, to estudiantil. Pero en las etapas de es­
1941). La verdad es que el estudian­ tancamiento o retroceso, esa vanguar­
tado perseguía cambios más profun­ dia quedó desfasada de las aspiracio­
dos, tanto en lo universitario como en nes gremialistas y, a veces, conserva-
Capítulo 5 131

doras o reformistas de la mayoría del canzaron a diseñar una estrategia de


estudiantado. Esta situación se pro­ poder, en coordinación con el prole­
dujo cuando los líderes plantearon la tariado urbano. El desfase entre el
tesis de la revolución universitaria, es movimiento obrero y el campesino se
decir, el intento de transformar total­ debió principalmente a la actitud de
mente la universidad antes del cambio los dirigentes sindicales, que apoyaron
social. Julio Antonio Mella advirtió a al gobierno, pero también al hecho de
tiempo: para hacer la reforma univer­ que el zapatismo no consideraba al
sitaria integral hay que hacer primero proletariado como fuerza motriz en
la revolución social. ningún punto de su programa. El za-
La posición antiimperialista de im­ patismo controlaba en 1912 los esta­
portantes franjas del estudiantado se dos de Morelos, Puebla y Guerrero, "La rapiña en acción".
fue forjando por un lado como reac­ imponiendo contribuciones forzosas caricatura de
ción a las intervenciones militares nor­ a los terratenientes y ocupando ha­ "Fantoches" en que se
teamericanas y, por otro, a través de ciendas. critica el
la influencia de la Revolución mexi­ intervencionismo
Mientras tanto, Francisco Villa ope­ norteamericano en Cuba,
cana, como parte del ascenso del mo­ raba en la región norte, combinando Panamá, Centroamérica,
vimiento obrero y campesino en nu­ formas de bandolerismo social con la Colombia...
merosos países de América Latina.

La Revolución mexicana LA RAPIÑA EN ACCION .•


Comenzada en 1910 como un movi­
miento de carácter democrático, la
Revolución mexicana se transformó
en el curso de la lucha en la revolución
campesina más importante de la his­
toria latinoamericana.
Al llamado de Francisco Madero
para combatir la dictadura de Porfirio
Díaz, los primeros en alzarse fueron
los campesinos de Morelos, dirigidos
por Emiliano Zapata, y los del norte,
acaudillados por Francisco Villa. Al
grito de «¡Abajo haciendas y viva pue­
blos!», los indígenas, campesinos y
peones tomaron las armas y las tierras,
en un movimiento que por la dinámica
de las fuerzas que arrastraba se de­
nominó «Bola».
Alarmado por la irrupción campe­
sina, Porfirio Díaz renunció a favor de
Madero en junio de 1911. Entonces se
inició una nueva fase de la revolución,
caracterizada por el enfrentamiento
entre el gobierno de Madero y las
huestes de Zapata y Villa.
El Plan Ayala, aprobado por Za­
pata en 1911, planteaba la recupera­
ción de las tierras indígenas y la entre­ El yanqui, (ras quebrantar Y al Washington lo viera
ga de nuevas tierras a los campesinos todo derecho divino, clamarla de buena té:
—Con la audacia que aHI impera
pobres, tras una drástica división de con audacia sifular
no es, de ninguna manera
hoy prettnde conquistar
los latifundios. Los zapatistas tenían el continente ,la|ino. el pueblo que yo fundél
un claro programa agrario, pero no al­
132 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

lucha política. A diferencia de Zapata, Mientras tanto, Zapata y Villa


que focalizó su lucha en determinados avanzaban sobre Ciudad de México.
Estados de la región centro-sur, Villa Villa ocupó Torreón en abril de 1914
se trasladaba rápidamente de una con 12.000 hombres, al mismo tiempo
zona a otra del país. El secreto de la que Zapata se apoderaba de Iguala y
movilidad de las tropas de Villa fue Chilpancingo. La estrategia de Ca­
haber organizado un ejército que se rranza era evitar que Villa y Zapata
desplazaba utilizando la amplia red fe­ entraran primero a Ciudad de México.
rroviaria mexicana. Ésa fue la fuerza Villa avanzó con sus tropas hasta apo­
de la División del Norte, integrada por derarse de Zacatecas, luego de una de
numerosos obreros ferroviarios, ade­ las batallas más importantes de la Re­
más de hombres provenientes del ban­ volución, que decidió no sólo la caída
didaje social, como Tomás Urbina. de Huerta sino que también constitu­
yó la primera gran derrota del ejército
El programa de Villa, incluyendo su oficial: «La disolución del Ejército Fe­
plan agrario de 1915, era menos radi­ deral y su sustitución por el Ejército
cal que el de Zapata. Madero intro­ constitucionalista marcan una ruptura
dujo algunas medidas de carácter de­ de fondo en el Estado». (Adolfo Gilly:
mocrático y estableció un impuesto de «La Revolución Mexicana», en Méxi­
20 centavos por tonelada de petróleo co, un pueblo en la historia, México,
crudo, imponiendo por primera vez un 1983).
gravamen a las compañías imperialis­
tas, que protestaron airadamente. Desde el instante en que fue derro­
Pero se olvidó de sus promesas agra­ tado el ejército oficial, comenzó una
rias. Trató en 1912 de controlar el mo­ nueva etapa en el proceso revolucio­
vimiento obrero mediante la creación nario. La lucha de clases, expresada
del Departamento del Trabajo, aun­ en la guerra civil, buscaba un cauce
que no pudo garantizar ninguna esta­ hacia el poder. Villa y Zapata se jun­
bilidad por el asedio de las tropas de taron en octubre de 1914 en la con­
Villa y Zapata. vención de Aguascalientes para deci­
Al ver que Madero no era capaz de dir el destino de la revolución. Al mes
enfrentar la insurrección campesina, siguiente ocupaban Ciudad de Méxi­
los terratenientes, respaldados por Es­ co, donde firmaron el Pacto de Xo-
tados Unidos, reemplazaron a Madero chimilco. Pero en lugar de asumir el
por Victoriano Huerta en febrero de poder político, resolvieron continuar
1913. Así se imponía el ala derecha del la lucha por la tierra y dejar el go­
movimiento democrático maderista, bierno a los más «instruidos», por con­
fenómeno que agudizó la polarización siderar que para ellos «ese rancho es­
de las clases. taba muy grande». Fue el momento
Los trabajadores urbanos, que a crucial de la revolución. Los campe­
mediados de 1912 habían fundado la sinos tuvieron a la mano el poder; ha­
Casa del Obrero Mundial, se radica­ bían ocupado la capital y tenían el
lizaron bajo la orientación anarquista. control de gran parte del país tras ha­
Ricardo Flores Magón, que del libe­ ber derrotado al ejército regular. Sin
ralismo se había pasado al anarquis­ embargo, Zapata y Villa no tenían una
mo, ejerció importante influencia a estrategia nacional de poder ni com­
través de su periódico Regeneración. prendían la importancia de tomar el
Venustiano Carranza se alzó en control del aparato del Estado.
1913 contra Huerta en nombre de la Carranza logró contrapesar la base
Constitución, planteando importantes social de Zapata y Villa mediante el
reivindicaciones democráticas. Contó apoyo de dirigentes de la Casa del
con el inestimable apoyo de Álvaro Obrero Mundial, con los cuales formó
Obregón, pequeño agricultor de So­ los llamados «batallones rojos» para
nora, que hizo de puente entre Ca­ luchar contra los campesinos. De este
rranza y el movimiento de masas. modo, quedaba sancionada formal-
Capítulo 5 133

mente la división entre los obreros y disolviendo la Casa del Obrero Mun­
los campesinos. dial y los «batallones rojos» en 1916.
Debilitado socialmente, el movi­ Con el ascenso al poder de Alvaro
miento de Villa fue derrotado militar­ Obregón, el Estado acentuó sus rasgos
mente por Obregón en abril de 1915 autoritarios, lanzando un violento ata­
en Aguascalientes, batalla en la que que contra las comunidades indígenas:
participaron más de 40.000 hombres. «Ha llegado el momento de terminar
Se iniciaba así la decadencia del mo­ con el problema yaqui —decía Obre­
vimiento encabezado por Villa, quien gón—, de borrar esa mancha que des­
fue fusilado por Carranza en noviem­ de hace 2.000 años macula a México.»
bre de 1919. (Juan Azcárate: Esencia de la Revo­
Un año antes había sido asesinado lución, México, 1966). Así se reaccio­
Zapata, luego de haber implantado en naba en las esferas gubernamentales
su estado de Morelos una comuna contra el movimiento campesino, con­
campesina, con un poder autónomo tra los mismos que habían derrocado
que dictaba sus propias leyes y desig­ la dictadura de Porfirio Díaz, facili­
naba sus gobernantes. Para esta trans­ tando el ascenso de la nueva elite del
formación social contaban no sola­ poder.
mente con hombres sino también con
mujeres, cuya radicalización se expre­ El movimiento campesino
só en 1916 en el Primer Congreso Fe­
menino, realizado en Mérida. De manera similar a Colombia, donde
Una vez que hubo golpeado al mo­ en la década de 1920 se organizaron Ferrocarril de Panamá y
vimiento campesino y descapitalizado las Ligas Agrarias y surgió el liderazgo muelle de la ciudad de
Colón, con torpederas y
la base social de Villa y Zapata, el ca- de Quintín Lame, en otros países de destructores
rrancismo se volvió contra el movi­ América Latina irrumpió con fuerza el estadounidenses, en los
miento obrero que lo había apoyado, movimiento campesino e indígena. años 20.
134 Nueva Historia de Colombia. Vol, III

De todos modos, es mejor estable­


cer una diferenciación entre indígena
y campesino, ya que existe un proble­
ma relevante, como es el étnico, que
no puede ser diluido en la cuestión ge­
neral de clase.
Durante las primeras décadas del si­
glo xx se aceleró el proceso de sub­
división de la tierra, tanto de las anti­
guas comunidades indígenas como de
los latifundios. Este fenómeno no fue
el resultado de ningún tipo de reforma
agraria, sino que tuvo como causa
principal la división forzada de las co­
munidades y las sucesiones heredita­
rias. Se produjo entonces un creci­
miento del número de pequeños pro­
pietarios, que aceleraron el proceso
minifundista iniciado en la segunda
mitad del siglo XIX.
En los alrededores de las ciudades
en crecimiento se fue conformando un
sector campesino dedicado a la explo­
tación de granja o chacarería para
abastacer las necesidades de las urbes.
Otra capa surgió con la colonización
de tierras que los latifundistas habían
arrebatado a los indígenas en el pro­
ceso de acumulación originaria de la
tierra. En algunos países, como Brasil,
Venezuela y también Colombia, parte
de la explotación cafetera comenzó a
descansar en los pequeños propieta­
rios. Junto con las relaciones salaria­
les, que empezaron a generalizarse en
varias regiones, coexistían regímenes
JoséMartí. "el apóstol de Se ha cometido el error de analizar precapitalistas del trabajo, como la
Cuba", "llevó a la más al campesinado como un bloque ho­ aparcería, la medianería, el inquilina­
alta expresión de su mogéneo, sin advertir las diferencias je y el peonaje por deudas. Entre este
tiempo el nacionalismo entre el pequeño propietario de la tie­ campesinado y el proletariado rural
latinoamericano, al comenzó a darse una lucha conjunta.
luchar por romper el nexo rra y el aparcero, mediero o arrenda­
colonial de España y, al tario, y más aún entre estos sectores Esta relación se hizo más estrecha en
mismo tiempo, evitar que campesinos y el proletariado rural. En los casos en que los minifundistas se
Cuba volviera a caer en algunas zonas andinas se ha asimilado vieron obligados a trabajar como
dependencia de los el concepto indígena al de campesino. obreros agrícolas en los tiempos de
Estados Unidos".
Sin embargo, no todo campesino es in­ siembra y cosecha. También se dio
dígena. Existe un importante sector una íntima relación entre los obreros
campesino en el Cono Sur, Brasil, Co­ agrícolas o afuerinos, temporeros o
lombia y Venezuela, que no es indí­ golondrinas con los campesinos e in­
gena; en cambio en México, Centroa- dígenas, por la necesidad que tenían
mérica y la zona andina hay prepon­ esos trabajadores de ir de una zona a
derancia indígena. Por eso, en Ecua­ otra en busca de trabajo.
dor, por ejemplo, el término campe­
sino es sinónimo de indígena. El bandolerismo social se mantuvo
activo en las primeras décadas del si-
Capítulo 5 135

glo XX. Sectores campesinos se incor­


poraron a las bandas rurales por falta
de trabajo o para huir de la llamada
justicia, que les atribuía arbitraria­
mente algún crimen o los perseguía
por robos cometidos muchas veces
para satisfacer la hambruna.
En una historia de bandidos, el es­
critor Rafael Maluenda cuenta que
«nadie en Talca (Chile) ignoraba lo
que había sido la vida de Ciríaco Con-
treras; perseguido por la policía, se
hizo una reputación de románticos
prestigios entre asaltos sangrientos y
hábiles correrías de cuatreros. En­
vuelto en un proceso de cuatrerismo,
lo condenaron a cinco años de cárcel.
Al recobrar la libertad, se encontró re­
chazado de todas partes. Después se intentar una clasificación del movi­ El colombiano Rubén
fue a Chillán con ánimo de estable­ miento campesino, diferenciando Ardila Gómez, el
cerse definitivamente. Y allí la fatali­ aquellos que no se propusieron cam­ salvadoreño Agustín
dad le salió al encuentro en un día de biar conscientemente el sistema sino Farabundo Martí, el
carreras, durante la reyerta que una sólo expresar su protesta violenta, y
nicaragüense César
topeadura provocara entre un grupo Augusto Sandino y el
los que asumieron un carácter políti­ mexicano José Paredes,
de jinetes borrachos. Fueron meses de co, como el mexicano. hacia 1930. Durante seis
persecución y huidas, realizadas en años de resistencia (1927­
medio de corridas azarosas y arries­ 1933) el pequeño grupo
gadas. Creyó un tiempo después que El movimiento obrero inicial de Sandino se
podía pasar inadvertido en un pueblo transformó en un
alejado con un negocio de carretas fle­ El proletariado urbano y rural expe­ poderoso ejército popular
rimentó un notable crecimiento en las que, usando la guerra de
tadoras, para el comercio minorista de primeras décadas del siglo xx. La ge­ guerrillas, logró derrotar
los pueblecitos entre Talca y Parral, neralización de las relaciones de pro­ a los "marines" de
pero descubierta su pista renunció al ducción capitalistas, dinamizadas por Estados Unidos en
trabajo organizado». (Rafael Maluen- numerosos combates.
la inversión de capital extranjero, de­
da: Historia de bandidos, Santiago, terminó un aumento del proletariado
1968). minero y agrícola, además del que tra­
El bandidaje expresó en última ins­ bajaba en ferrocarriles, tranvías, puer­
tancia un fenómeno de protesta social tos, telecomunicaciones y actividades
contra la autoridad y la llamada jus­ terciarias. En Perú y Bolivia, el pro­
ticia. Los bandidos castigaban a los letariado nació con las inversiones im­
patrones y capataces que abusaban perialistas. En Argentina y Uruguay,
con los peones. A veces, repartían en­ Brasil, Chile, México y Colombia sur­
tre los pobres del campo el ganado ro­ gió un proletariado industrial, a raíz
bado a los ricos. En los asaltos a los del proceso de industrialización tem­
latifundios, a menudo se llevaban prana.
las cuentas y los vales que adeuda­ En la costa atlántica, la inmigración
ban los peones. Esto explica la popu­ europea jugó un papel destacado en la
laridad que gozaban algunos bandidos formación, organización y orientación
entre los sectores más explotados del de la clase trabajadora.
campo y de las aldeas rurales. Por otra parte, se produjo el des­
Analizando la experiencia de las lu­ plazamiento de millones de campesi­
chas agrarias de los diferentes países nos a la ciudad. Esta migración cam­
de América Latina durante las pri­ po-ciudad acentuó la relación etnia-
meras décadas del siglo XX, se puede clase, ya que buena parte de los cam-
136 Nueva Historia de Colombia. Vol, III

pesinos migrantes era de origen indí­ produjeron enfrentamientos con los


gena. Si durante la colonia y el siglo dirigentes de las cooperativas y de las
XIX la etnia fue predominante respecto sociedades mutuales del artesanado,
de la clase, en el siglo XX los intereses que se resistían a las nuevas formas de
de clase se hicieron preponderantes en organización sindical. Así fue supe­
los trabajadores de ascendencias in­ rándose la contradicción de fines del
dígena y negra. siglo XIX entre sectores artesanales dé­
Este proletariado era todavía débil biles, pero organizados, y sectores
numéricamente, pero fuerte cualitati­ fuertes del proletariado, pero inorga­
vamente por su grado de concentra­ nizados. En las primeras décadas del
ción en los sectores claves de la eco­ siglo XX, estas capas obreras alcanza­
nomía de exportación. Esto explica el ron una sólida estructura organizativa.
impacto social y político que tuvieron No obstante, en los países mineros,
las luchas del movimiento obrero a como Bolivia, Perú y Chile, surgió una
principios del siglo xx, a pesar de que nueva contradicción: el sector más
Entierro de una víctima
de la huelga de tranvías,
no estaba conformado aún el proleta­ fuerte tenía una gran debilidad, pues
al salir de la casa del riado industrial en la mayoría de los estaba estructurado en las provincias,
pueblo, en Bogotá, abril países. bastante distanciadas entre sí y con la
de 1924. La Durante este período se fue forjan­ capital, donde estaban el proletariado
generalización de las
huelgas, con la formación do la conciencia de clase a través de incipiente fabril y el urbano no fabril.
de sindicatos y las las luchas de cada país y bajo la in­ Esta era una seria debilidad, ya que el
acciones de solidaridad fluencia de la Revolución mexicana y foco donde se decidían los grandes
obrera marcaron la del ascenso de las masas trabajadoras problemas sociales y políticos era la
formación de una
primaria conciencia de
en Europa y Estados Unidos. capital.
clases en América Latina, La conciencia primaria de clase se Otra debilidad era la división sin­
en las tres primeras fue gestando en las Sociedades de Re­ dical entre las dos grandes corrientes
décadas del siglo XX. sistencia, antesala de los sindicatos. Se que dieron lugar a centrales obreras
Capítulo 5 137

distintas: los anarquistas y los socialis­


tas. El proceso de parcelación sindical VARGAS VILA
se agravó en la década de 1920 con el
nacimiento de los partidos comunis­
tas. Sin embargo, estas tendencias lle­
garon a realizar acciones comunes con
ocasión de las grandes huelgas gene­
nte los Bárbaros
(LOS ESTADOS UNIDOS Y LA GUERRA)
rales.
La generalización de las huelgas, es­
pecialmente de las huelgas generales
de carácter nacional y por gremio, fue
una de las características fundamen­
tales del movimiento obrero de esta
época. Desde la primera huelga ge­
neral realizada en Chile en 1890, y la
de Argentina, efectuada en 1902, se
hizo frecuente el uso de este instru­
mento de lucha. A los trabajadores no
les interesaba entonces que sus huel­
gas-fueran catalogadas de ilegales o
subversivas. Para ellos, eran huelgas
simplemente, sin apellido.
Otras de las características fueron
las tendencias crecientes a coordinar
las huelgas y a expresar con acciones
concretas la solidaridad. Esta coordi­
nación de las luchas fue pavimentando
el camino para la formación de cen­
trales sindicales.
Un importante rasgo del movimien­
to obrero de estas primeras décadas
del siglo XX fue la ausencia de aparatos
burocráticos que frenaran el sindica­
lismo. Los primeros partidos populis­
tas y reformistas trataron de corrom­
per a ciertos cuadros sindicales, pero
en general puede afirmarse que no lo­
graron estructurar una burocracia sin- los perforadores de las compañías pe­ Portada de "Ante los
dical'ni organizaciones masivas de co­ troleras, que eran obreros norteame­ Bárbaros", del
laboración de clases. ricanos, había sindicalistas y marxis- colombiano José María
Vargas Vi la, obra
Es cierto que los ideólogos euro­ tas. Estos obreros eran tenidos aquí publicada originalmente
peos influyeron en el movimiento como técnicos, pero pertenecían a los en 1917 y que le valió a
obrero latinoamericano, pero se sabe sindicatos norteamericanos. Nosotros su autor la expulsión de
poco acerca de la ayuda que dieron los sostuvimos entrevistas con muchos de los Estados Unidos.
trabajadores norteamericanos que la­ ellos y algunos nos orientaban en el Vargas Vilafue uno de los
trabajo sindical y político, pero ante pensadores
boraban en las empresas de sus patro­ antiimperialistas más
nos en América Latina. Investigacio­ los obreros venezolanos ocultábamos importantes durante las
nes recientes han demostrado la im­ nuestros contactos, pues al fin y al tres primeras décadas de
portancia que tuvieron estos trabaja­ cabo ellos eran presentados como ca­ nuestro siglo.
pataces. Nos veíamos de noche y nos
dores en la formación del movimiento daban su experiencia. Recuerdo sobre
sindical mexicano, y del Caribe. Un todo a uno que lo llamaban mister
viejo dirigente venezolano, Rodolfo Luis, que era sindicalista y nos ayu­
Quintero, fundador del primer sindi­ daba mucho».
cato petrolero, ha contado que «entre
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
138

ta» de 1932 tuvo como base de apoyo al


proletariado y a las capas medias.
En Brasil y Ecuador, la conducción
política fue tomada por un grupo im­
portante de militares jóvenes. Este fe­
nómeno también se dio en Chile, es­
pecialmente en la aviación, como ex­
presión de la emergencia de una capa
de jóvenes militares con posiciones
progresistas que, en algunos casos, re­
basaron el reformismo y el populismo
nacientes.
Mientras en Ecuador la Revolución
Juliana de 1925 adoptó un curso re­
formista, con medidas progresistas
nunca adoptadas en ese país, la gesta
de Sandino se convirtió en la movili­
zación antiimperialista más grande re­
gistrada hasta ese entonces en Amé­
rica Latina.
El ciclo se expresó también de ma­
nera particular en Brasil, donde el «te-
nentismo», es decir, el movimiento de
los tenientes, y el proyecto de Getulio
Vargas se diferenciaron, luego de ha­
ber caminado juntos en un proceso de-
mocrático-burgués que terminó frus­
trándose, pero que planteó importan­
tes cambios, en particular la conquista
de la hegemonía de la burguesía in­
dustrial por primera vez en América
Latina.
Durante el año 1932 se produjeron
dos procesos revolucionarios relevan­
tes: el levantamiento salvadoreño y la
llamada República socialista de Chile.
Pancho Villa, El ciclo revolucionario de América Mientras el primero constituyó una in­
revolucionario de México, Latina en el momento de la huelga
durante una acción
surrección popular armada, en la que
guerrillera. Su modelo de colombiana de las bananeras por primera y única vez un partido co­
lucha por la tierra tendría munista de nuestro continente ha di­
eco en el ciclo Desde 1924 hasta 1933 se dio un pro­ rigido una revolución, en Chile el mo­
revolucionario de los años ceso revolucionario en varios países de vimiento fue también masivo y popu­
20 en la casi totalidad de América Latina, aunque con conteni­
América Latina. lar, pero no alcanzó la fase insurrec­
dos y métodos de lucha distintos. En cional.
algunos tuvo un carácter antiimperia­ En Venezuela la lucha de la resis­
lista, en otros reformista de avanzada. tencia contra la dictadura de Juan Vi­
También fueron diferentes las fuerzas cente Gómez, que gobernaba desde
sociales que se movilizaron. En Nica­
ragua y El Salvador, el movimiento 1908, alcanzó el climax en las jornadas
antiimperialista se apoyó en el campe­ de febrero de 1928. El estudiantado
sinado, aunque en el caso de El Salva­ fue sin duda el detonante, pero pronto
dor hubo una dirección proletaria que ganaron las calles los albañiles, los pa­
le dio un carácter anticapitalista al com­ naderos, los telegrafistas, bancarios y
bate. En Chile, la «República socialis­ trabajadores portuarios y de las me­
dianas industrias.
Capítulo 5 139

Uno de los principales agitadores de


la huelga general de 1928 fue Pío Ta-
mayo, de vasta experiencia de lucha
social en Panamá, Cuba y Puerto
Rico. Estuvo, inclusive, en Colombia
organizando la Unión Obrera Vene­
zolana de Barranquilla, donde núcleo
un grupo de trabajadores venezolanos
para ingresar a su país con la intención
de colaborar en el derrocamiento de la
dictadura.
Las primeras ideas socialistas, a ni­
vel latinoamericano, habían sido im­
pulsadas por el chileno Luis Emilio
Recabarren, el peruano José Carlos
Mariátegui, el cubano Julio Antonio
Mella y el venezolano Salvador de la
Plaza.
Existió una gran coincidencia entre
estos precursores del marxismo lati­
noamericano en el análisis de la rea­
lidad y en la estrategia revolucionaria.
Mantuvieron una crítica permanente a
la colaboración de clases, sosteniendo
que sólo el proletariado, en alianza
con el campesinado y demás capas ex­
plotadas de la población, estaba en
condiciones de realizar las tareas de-
mocrático-burguesas que era incapaz
de cumplir la llamada burguesía pro­
gresista. Aplicaron creadoramente el
marxismo a la realidad latinoameri­
cana, procurando desentrañar su es­
pecificidad. Por eso, retomaron el
ideal bolivariano de unidad latinoa­
mericana.
Todavía está vigente en la actuali­ abstracta, sino que estaba íntima­ Caricatura de Castell
dad el pensamiento de José Carlos mente relacionado con las transfor­ publicada en
Mariátegui sobre la cuestión indígena maciones sociales. "Fantoches", en mayo de
1931, criticando la dura
y agraria, sobre todo su preocupación Esta aplicación creadora del mate­ deuda externa y la
acerca del papel que podrían jugar las rialismo histórico a la especifidad la­ especulación con los
comunidades aborígenes en la cons­ tinoamericana, rompiendo con todos bonos de la deuda, de
trucción del socialismo. Fue uno de los los modelos europeos, indujo a Mariá- países como Argentina,
primeros en visualizar la relación et- tegui a postular un socialismo en el Colombia y Brasil, frente
nia-clase. Mientras los marxistas de cual se tomaran en cuenta las reali­ a Estados Unidos.
aquella época sólo ponían énfasis en la dades particulares de nuestro conti­
cuestión de clase, Mariátegui ahondó nente. En tal sentido proclamaba en
en la importancia de los problemas 1928: «No queremos, ciertamente,
étnicos y en la lucha de los indígenas que el socialismo sea en América ni
por la tierra. Inclusive planteó la calco ni copia. Debe ser creación he­
idea del mito social para movilizar a roica. Tenemos que dar vida, con
las masas indígenas, impregnadas de nuestra propia realidad, en nuestro
una concepción mágico-religiosa. propio lenguaje, al socialismo indoa-
Para él, el mito no era una cuestión mericano.» (José Carlos Mariátegui:
140___________________________________________________________________ Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Ideología y Política, en Obras Com­ quien en sus años mozos redactó un li­
pletas, Vol. XIII, p. 253, Lima, 1972). bro titulado Las ideas socialistas en
De esta forja ideológica se nutrie­ Colombia (1924), en el que hizo un
ron los primeros pensadores socialis­ agudo estudio del socialismo y uno de
tas colombianos, no siendo ajena a los mejores análisis del problema de la
ella el propio Jorge Eliécer Gaitán, renta de la tierra.

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Capítulo 6 141

Latinoamérica y Colombia
(1930-1960)
Luis Vitale banos, como resultado de los siguien­
tes fenómenos:
a) El desarrollo de la llamada in­
esde la década de 1930, Estados dustria de sustitución de importacio­
D Unidos desplazó a Inglaterra del
predominio político y económico de
América Latina. El carácter de la de­
nes determinó un empleo masivo de
mano de obra. El desarrollo de la in­
dustria liviana o ligera, especialmente
pendencia experimentó nuevos cam­ textil, absorbió una gran masa de fuer­
bios, que podrían condensarse en dos za de trabajo, conformándose así el
fases: una, desde 1930 hasta 1950, du­ proletariado industrial latinoamerica­
rante la cual nuestro proceso de semi- no. Oleadas de campesinos se trasla­
industrialización surgió dependiente daron a la ciudad, en muchos casos lla­
de la importación de maquinarias e in­ mados por sus familiares o amigos que
sumos, al mismo tiempo que se pro­ les comunicaban nuevas perpectivas
fundizaba la enajenación de las ma­ de trabajo. De este modo, las grandes
terias primas explotadas por el capital ciudades de América Latina aumen­
extranjero; y otra, desde 1950 en ade­ taron en más de cinco veces entre 1930
lante, en que se comenzó al desplazar y 1960.
capitales del área de las materias pri­ b) Otro factor que aceleró la mi­
mas al sector de la industria de bienes gración del campo a la ciudad fue la
de consumo, sin perder la hegemonía inversión realizada por el Estado, es­
en la cartera de inversiones, el control pecialmente en las obras de infraes­
tecnológico y la comercialización de tructura, relacionadas con energía, co­
las materias primas latinoamericanas. municaciones y transporte. Muchos
Esta agudización de la Dependencia campesinos se transformaron en pro­
se dio también en el plano político, a letarios en estas obras estatales, en la
través de los pactos militares y de los industria y en la construcción de vi­
compromisos contraídos con los Es­ viendas y nuevas carreteras.
tados Unidos en la Organización de c) Un grueso sector de campesinos
Estados Americanos (OEA). se vio obligado a emigrar a las ciuda­
Durante este periodo, nuestros paí­ des debido a la falta de trabajo acae­
ses se transformaron de rurales en ur­ cida por la introducción de modernas
142 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Las grandes oficinas, en las que se


concentran centenares de empleados a
cargo de complejas máquinas moder­
nas, se parecen cada día más a las fá­
bricas. Ha desaparecido el trato pa­
ternalista del viejo patrón sentado en
su escritorio al lado del empleado, ha­
ciendo las relaciones cada vez más im­
personales.
Tanto los empleados del sector pri­
vado como los del Estado iniciaron un
proceso de sindicalización, que les ha
permitido defender sus reivindicacio­
nes mediante la constitución de gran­
des federaciones.
El crecimiento de las capas medias
—y su consiguiente capacidad de con­
sumo— ha tenido una incidencia im­
Cinturones de miseria en maquinarias en las haciendas de ma­ portante en el desarrollo del mercado
la periferia de las grandes yor desarrollo capitalista. interno. No solamente adquieren los
ciudades, surgidos en el d) El crecimiento de las activida­ productos de la tradicional industria
segundo cuarto del siglo des comerciales trajo una mayor de­ manufacturera (textil, alimentación,
en toda América Latina. etc.) sino que se han constituido en los
"En rigor, los pobladores manda de mano de obra, como resul­
de estas zonas no son tado de la ampliación del mercado in­ principales compradores de los pro­
'marginales' al sistema, terno en las ciudades. ductos de consumo durable de la mo­
sino resultado del mismo; derna industria (refrigeradores, lava­
de una particular doras, televisores, automóviles, etc.).
pertenencia al sistema Cambios en la estructura de clases
que los atrae al trabajo y Los sectores medios comenzaron a
luego los expulsa o los A partir de la década de 1930 se pro­ participar activamente en la lucha por
obliga a integrarse a fundizó la crisis de la vieja oligarquía el reparto de la renta nacional, exi­
actividades terrateniente, pasando la burguesía in­ giendo una mejor política redistribu­
improductivas" dustrial a constituirse en el sector prin­ tiva. Muchos de ellos han intervenido
cipal de la clase dominante. Sin em­ activamente en política, ligándose al
bargo, en algunos países los terrate­ frondoso aparato del Estado. De allí
nientes, transformados en burguesía ha surgido la tecnoburocracia como un
agraria, lograron compartir el control nuevo sector social de suma importan­
del aparato del Estado en alianza con cia en la administración del Estado y
los nuevos sectores burgueses. A su sus instituciones.
vez, el sector industrial criollo se fue Paralelamente, surgieron los deno­
asociando con el capital transnacional, minados «marginales» o, mejor dicho,
especialmente a partir de la década de los habitantes de las poblaciones ur­
1950, en que se produjo un desplaza­ bano-periféricas pobres. Estos cintu­
miento del capital extranjero del área rones de las grandes ciudades han re­
de las materias primas a las industrias cibido los nombres de «ranchos» en
latinoamericanas. Venezuela, de «favelas» en Brasil, de
Uno de los fenómenos sociales más «villas miseria» en Argentina y de «ca­
relevantes de este período fue la irrup­ llampas» en Chile. En rigor, los po­
ción de las capas medias, de los lla­ bladores de estas zonas periféricas no
mados trabajadores de «cuello blan­ son «marginales» al sistema, sino el re­
co». A diferencia de la antigua peque­ sultado del mismo; de una particular
ña burguesía, dueña de algún medio pertenencia al sistema que los atrae al
de producción o de comercio, las nue­ trabajo y luego los expulsa o los obli­
vas capas medias viven solamente de ga a integrarse a actividades impro­
un sueldo. ductivas.
Capítulo 6 143

Una parte de ellos constituye el las provincias del interior, a donde


ejército industrial de reserva de mano acuden en busca de trabajo los explo­
de obra que es factible de ser absor­ tados del campo. El crecimiento de es­
bido en los momentos de auge eco­ tos cinturones de miseria ha creado
nómico, pero otra parte es mano de graves problemas sanitarios, educati­
obra sobrante que frecuentemente no vos, de recolección de basuras, de vi­
tiene posibilidades de ser insertada en viendas y de servicios públicos, como
el proceso productivo. Ésta sí podría agua, luz, alcantarillado y transporte.
ser «mano de obra marginalizada». No Dada su condición desvalida, estos
toda esa «masa marginal» es cesante, sectores han sido manipulados elec­
sino que una parte se ocupa en acti­ toral y socialmente a través de orga­
vidades improductivas o en sectores nismos como la «promoción popular»,
residuales de la producción, donde ga­ que tuvieron como objetivo domesti­
nan salarios más bajos y no gozan de car a los pobladores mediante una ac­
las leyes sociales que tienen otros tra­ titud paternalista. Reunión del Comité de los
bajadores. 21 (presidido por el
Una de las características del mo­ colombiano Alfonso López
La mayoría de las encuestas han de­ vimiento obrero de este período fue la Pumarejo) en la
mostrado que en estas poblaciones ur­ legalización de los sindicatos. Esta ins- Organización de Estados
bano-periféricas no habitan sólo «lúm- titucionalización estimulada por los Americanos, Washington,
1953. Entre 1930 y 1960
penes» y desocupados, sino funda­ códigos y los ministerios del Trabajo, América Latina vivió
mentalmente obreros fabriles, de la permitió una masiva organización de procesos de
construcción y del comercio, además la clase trabajadora, pero limó muchas industrialización y de
de artesanos, trabajadores por cuenta de las aristas filudas del agresivo mo­ desplazamiento de
propia, empleados y comerciantes am­ vimiento obrero de las primeras dé­ capitales al sector de la
industria de bienes de
bulantes. cadas del presente siglo. consumo que agudizaron
Esta concentración poblacional se El desarrollo industrial configuró su dependencia de los
da tanto en las grandes urbes como en definitivamente al proletariado ma- Estados Unidos.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
144

nufacturero. La mayoría de sus com­ temalteca de 1944-54. Esta etapa de


ponentes, de origen campesino, a raíz ascenso culminó con el triunfo de la
del proceso de migración campo-ciu­ Revolución cubana en 1959, que abrió
dad, carecía de una tradición sindical la era histórica de la transición al so­
y política. Esto permitió a los movi­ cialismo en América Latina.
mientos «populistas» de las décadas El movimiento campesino siguió lu­
del 40 y 50 canalizar fácilmente a los chando por el reparto de tierras, pro­
nuevos sectores del proletariado in­ metido por las reformas agrarias, al
dustrial. De todos modos, está expe­ mismo tiempo que se consolidaba un
riencia dejó como saldo que la clase nuevo sector: el proletariado rural,
obrera tomara conciencia de su propia como producto de un cierto desarrollo
fuerza en relación al conjunto de la so­ del capitalismo agrario.
ciedad. Este proletariado rural, generado
También crecieron los sectores del en las grandes plantaciones y hacien­
proletariado urbano no fabril, como das, comenzó a organizarse en sindi­
los obreros de la construcción, los de catos y ligas que tendieron a superar
los pequeños y los medianos talle­ la atomización a través de la presen­
res, los trabajadores del comercio y de tación de pliegos únicos de peticiones
los servicios públicos. por provincias, e inclusive a nivel na­
El porcentaje de sindicalización au­ cional.
mentó a más de un 20 % como pro­ El minifundista o dueño de una pe­
medio en relación al total de la fuerza queñísima parcela ha debido conver­
de trabajo. Pero en la mayoría de los tirse en asalariado temporario, obli­
países sólo se dieron sindicatos por fá­ gado a trabajar algunos meses del año
brica. La falta de poderosos sindicatos como peón en las haciendas para po­
únicos por rama industrial debilitó la der subsistir.
acción conjunta de los trabajadores, El número de pequeños propieta­
permitiendo un mayor margen de ma­ rios aumentó como consecuencia de la
niobra de los patrones. subdivisión de tierras por sucesión he­
No obstante, los obreros lograron reditaria o por las moderadas refor­
crear importantes federaciones nacio­ mas agrarias realizadas en algunos paí­
nales y centrales únicas de trabajado­ ses. La necesidad de solucionar sus
res, como la CGT argentina, la CNT problemas de créditos, semillas y abo­
uruguaya, la COB boliviana, la CTV nos los obligó a organizarse en coo­
venezolana y la CUT chilena que, en perativas. De este modo, pudieron ne­
numerosas oportunidades, rebasaron gociar en mejores condiciones la co­
los marcos del sindicalismo «econo- mercialización de sus productos, fija­
micista». dos arbitrariamente por las empresas
En numerosas organizaciones de y el Estado.
trabajadores se fue generando una bu­
rocracia sindical, de fuertes raíces eco­ La condición de la mujer
nómicas, que defendió más sus inte­
reses que los de los trabajadores. El Si bien es cierto que la situación de la
«paralelismo sindical» se incrementó, mujer no cambió sustancialmente en
dividiendo a los obreros en sindicatos el siglo XX, puede apreciarse su clara
afiliados a centrales y federaciones incorporación al trabajo productivo,
controladas por determinados parti­ en la industria, el comercio y los ser­
dos políticos. vicios públicos. Las mujeres, contra­
Las principales luchas de los traba­ tadas con salarios más bajos, llegaron
jadores en este período se expresa­ a constituir hacia 1960 el 20 % como
ron en la Revolución ecuatoriana de promedio general de la población
1944, en la Revolución boliviana de denominada económicamente activa.
1952, la primera Revolución obrera de No obstante, la mayoría de las muje­
América Latina, y la Revolución gua­ res latinoamericanas siguió constre­
Capítulo 6 145

ñida al trabajo en el hogar, a la rea­ Alfonsina Storni, poetisa


lización de tareas no remuneradas, argentina y directora del
como la de reproducir gratis la fuerza partido feminista
del trabajo para el sistema capitalista. nacional, luchó en los
También se mantuvo el sector de mu­ años 20 por el divorcio y
por el reconocimiento de
jeres que realizan trabajo no remu­ los hijos "ilegítimos". La
nerado en empresas de algún familiar Storni es una figura del
en el campo o en talleres urbanos di­ cambio de la condición
rigidos por el padre, esposo o herma­ femenina en América
no. Latina en este siglo.

Se acrecentó una vasta franja de tra­


bajadoras por cuenta propia: modis­
tas, peluqueras, tejedoras, fabricantes
de dulces, tortas y productos caseros,
vendedoras ambulantes, copiadoras a
máquina, etc. Este numeroso sector
ha percibido entradas muy modestas;
no tiene organización ni previsión
social.
La opresión de la mujer ha sido ins­
titucionalizada a través de los diferen­
tes códigos civiles y penales. Debe fi­
jar su domicilio en el lugar en que re­
sida su esposo, tener autorización de
ALFONSINA STORNI
él para viajar al extranjero o abrir
rp ntre las escritoras de núes-
cuentas bancarias. El hombre que tro país tiene Alfonsina
mata a su mujer «adúltera» está exen­ Stotni una personalidad vigo­
to de pena o es condenado a escasos rosa y una notoriedad que ha
extendido su abundante obra
meses de prisión. poética, en que hay un tem­
En nuestros países se acentúa el se- peramento y un espíritu.
xismo, copiando los modelos extran­
jeros de la moda, los cosméticos sofis­
ticados, los concursos de belleza, ins­
trumentados por empresas industria­ tan los movimientos feministas euro­
les de productos para la mujer. Colo­ peos y norteamericano. Por eso, mu­
nizada por los centros europeos y jeres proletarias como la boliviana
norteamericanos de la moda en la Domitila ponen con tanta fuerza el
ideología del sexismo, la mujer lati­ acento en este tipo de combate social
noamericana se aliena en el quehacer por la supervivencia, apareciendo
cotidiano. como no feminista ante los ojos de
Los medios de comunicación de ma­ muchas mujeres europeas. En Amé­
sas han contribuido a reformar el pro­ rica Latina, la mujer lucha contra la
ceso de alienación de la mujer. Las ra­ miseria permanentemente y por sus
dionovelas, la televisión y las revistas reivindicaciones específicas. De ahí,
femeninas han sido los principales ve­ que empiece a combinar la lucha fe­
minista con la lucha social.
hículos de penetración de la ideología
de. la clase dominante. Si bien es cierto que las organizacio­
Una especificidad de la mujer lati­ nes feministas surgieron a fines de la
noamericana consiste en que sus rei­ década del 60, la mujer latinoameri­
vindicaciones propias están estrecha­ cana viene participando desde hace
mente ligadas con la lucha cotidiana muchas décadas en la luchas sociales y
por el agua, la luz, la vivienda, la edu­ políticas. Desde las décadas de 1930 y
cación, la salud y el transporte, pro­ 1940 conquista el derecho al voto en
numerosos países. En 1919, en Argen­
blemas que en gran medida no enfren-
146 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tina, el Partido Feminista Nacional, mía, estimulando el desarrollo indus­


dirigido por la poetisa Alfonsina Stor- trial, a raíz de la brusca disminución
ni, luchó por el divorcio y el recono­ de las entradas fiscales provocadas por
cimiento de los hijos llamados ilegíti­ el descenso de la demanda de materias
mos. Uruguay fue uno de los primeros primas.
países donde se obtuvo el derecho al El Estado promovió el proceso de
divorcio. En México, en 1936 se efec­ industrialización por sustitución de al­
tuó la Asamblea Constituyente de la gunas importaciones, otorgando cré­
República Femenina, que dio paso al ditos en beneficio de la industria. Así
Frente Unido pro Derechos de la Mu­ se dio el Estado desarrollista que creó
jer, donde se aglutinaron más de las obras de infraestructura e indus­
50.000 afiliadas. trias básicas, invirtiendo capital esta­
Durante la huelga general venezo­ tal, fenómeno que a menudo se con­
lana de 1936 se destacaron varias mu­ funde con el llamado capitalismo de
jeres, entre ellas la maestra María Estado. En algunos países se pasó del
Edilia de Barbaresco, que llegó a ser Estado fomentista y mediador-distri­
diputada por el estado Zulia a la buidor al Estado «empresario» y or­
Asamblea Constituyente de 1945. En ganizador de la producción.
Bolivia se destacó María Barzola en De este modo, el Estado comenzó a
1942 en la lucha contra la «rosca» de influir decisivamente en el proceso ge­
los barones del estaño, siendo masa­ neral de acumulación de capital, ha­
crada por el ejército en Catavi. En la ciéndose cargo de una parte significa­
lucha de la resistencia contra la dic­ tiva del proceso productivo.
tadura de Fulgencio Batista en Cuba
sobresalieron Haydée Santamaría, La situación política
Melba Hernández y Celia Sánchez. latinoamericana durante la
A pesar de que no se habían cons­ República liberal colombiana
tituido todavía movimientos feminis­
tas, desde las primeras décadas del Uno de los hechos más destacados de
presente siglo un sector de mujeres lu­ este período fue el surgimiento de los
chó por el derecho a la educación, lo­ movimientos llamados populistas.
grando los primeros títulos profesio­ Aunque ya se habían manifestado em­
nales en distintas carreras que esta­ brionariamente en los gobiernos de
ban asignadas exclusivamente a los José Batlle (Uruguay), Hipólito Yri-
hombres. goyen (Argentina), Arturo Alessandri
En fin, desde 1930 se produjeron al­ (Chile), en los primeros presidentes
gunos cambios en la situación de la de la Revolución mexicana y en el mo­
mujer, que acrecentaron su inserción vimiento Juliano del Ecuador, el po­
en el trabajo y su participación polí­ pulismo se consolidó a partir de la dé­
tica. Estos cambios repercutieron en cada del 1940.
el modo de vida y en la estructura de Otro movimiento de relevante in­
la familia nuclear, preparando las con­ fluencia fue el aprismo, fundado por el
diciones para el surgimiento del mo­ peruano Víctor Raúl Haya de la To­
vimiento feminista en la década de rre. Cuatro movimientos influyeron
1970. en el proyecto de Haya de la Torre: la
Revolución rusa, la Revolución me­
Las nuevas funciones del Estado xicana, la reforma universitaria y el
pensamiento nacional-antiimperialis­
El Estado ha experimentado cambios ta, expresado literariamente por Ma­
significativos en el último medio siglo. nuel Ugarte, Rufino Blanco Fombona
A partir de la crisis mundial de 1929, y otros, y llevado a la práctica conse­
los Estados nacionales de nuestra cuentemente por César Augusto San-
América se vieron obligados a inter­ dino. Para Haya, el imperialismo
venir más directamente en la econo­ constituía la primera fase del capitalis-
Capítulo 6 147

mo, en América Latina, a diferencia


de Europa. La liberación nacional se
conseguiría entonces a través de una
revolución antiimperialista y antifeu­
dal. Haya de la Torre insistió en que
la dominación imperialista se daba no
sólo por la penetración económica
sino también por el control del Esta­
do. Por eso, levantó la consigna del
Estado antiimperialista, como culmi­
nación del proceso de revolución na­
cional, democrática y popular. Rela­
cionaba el problema de las nacionali­
zaciones con la lucha por la liberación
nacional, en la cual las diferentes ca­
pas medias debían jugar un papel he-
gemónico.
Como otros intelectuales de su
tiempo, Haya de la Torre replanteó la
unidad del continente: «América La­
tina debe constituir una Federación de
Estados.» Planteaba además la inter­
nacionalización del canal de Panamá,
que en poder de los Estados Unidos
«es uno de los más grandes peligros
para la soberanía de América Latina».
(Víctor Haya de la Torre: El antiim­
perialismo y el APRA, Ed. Centauro,
Caracas, 1976.
Aunque surgido en Perú, el APRA
fue una organización política de pro­
yección continental, diferenciándose
del peronismo y varguismo por ser li­
derado por las capas medias y no por
una burguesía industrial, que, por lo
demás, en aquel momento era inexis­
tente en el Perú.
El APRA, que había emergido de
las luchas sociales contra el gobierno Torre nunca alcanzara la presidencia Aydée Santamaría y Celia
de Augusto Leguía, creció en influen­ de la República. No obstante, el Sánchez, encarceladas
cia de masas después de la crisis de APRA siguió ejerciendo una signifi­ tras la toma del cuartel de
cativa influencia en las diversas co­ Moncada, en Santiago de
1929, siendo apenas derrotado en las Cuba, el 26 de julio de
elecciones presidenciales de 1931. En­ rrientes políticas de centro-izquierda 1953. Con Melba
tonces, inició una intensa agitación de América Latina. Hernández, estas dos
política que culminó en la insurrección Otro de los hechos políticos que fa­ mujeres sobresalieron en
cilitó la alianza entre sectores de tra­ la lucha de resistencia
de Trujillo en julio de 1932, donde contra la dictadura de
participaron trabajadores azucareros bajadores y de burgueses llamados Fulgencio Batista en
asi como diferentes sectores explota­ progresistas fue el viraje que dieron Cuba.
dos. La rebelión fue aplastada por el los partidos comunistas a mediados de
ejército y miles de rebeldes fueron la década del 30. Consistió en la po­
masacrados. A partir de entonces, se lítica de Frente Popular, táctica ela­
abrió una profunda brecha entre el borada por George Dimitrov en el
congreso de la Internacional Comu­
APRA y las Fuerzas Armadas, que nista de 1935. Allí se definieron los
fue determinante para que Haya de la
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
148

La segunda guerra mundial permi­


tió a los partidos comunistas justificar
cualquier alianza con la burguesía y el
imperialismo con tal de defender a la
Unión Soviética de las agresiones del
nazismo.
Aunque los comunistas mexicanos
no contribuyeron con sus votos a la
elección de Lázaro Cárdenas en 1934,
sus principales dirigentes sindicales
respaldaron las principales medidas de
este gobierno. En Perú, el PC apoyó
el llamado Frente Democrático que
postulaba la candidatura a presidente
de Manuel Prado.
El apoyo del PC cubano a Fulgencio
Batista y su ulterior ingreso al gobier­
no, no puede calificarse como frente
popular, sino más bien como una for­
ma de reforzar a los aliados en la gue­
rra contra el nazismo. Esta táctica,
aplicada mecánicamente en todos los
países latinoamericanos, condujo a los
partidos comunistas a calificar de fas­
cistas a todos los movimiemtos que es­
bozaban una posición nacionalista y
crítica ante ciertas presiones del capi­
talismo europeo y norteamericano.
Esta posición colocó a los partidos co­
munistas al margen de movimientos
de masas, como el peronismo y el gai-
tanismo.
La política frente-populista fue lle­
Eva Duarte de Perón, en fundamentos de la teoría de la revo­ vada hasta sus últimas consecuencias
una estampilla de correos lución por etapas, es decir, la necesi­ por una tendencia gestada en el mo­
de Argentina: llegada de dad de luchar ante todo por la revo­
la mujer latinoamericana
vimiento comunista mundial durante
a las esferas de poder en
lución democrático-burguesa, acep­ la segunda guerra, conocida con el
la década de los años 50. tando el liderazgo y la hegemonía de nombre de browderismo. Esta co­
los partidos de la burguesía industrial rriente, acaudillada por el secretario
y «progresista». general del PC norteamericano, Earl
Los partidos comunistas latinoame­ Browder, planteó la cooperación per­
ricanos sólo alcanzaron a implantar su manente entre los Estados socialistas
política frente-populista en algunos y capitalistas y el cambio de nombre y
países. En Chile, mediante una alian­ contenido programático de los parti­
za con el Partido Radical y el Partido dos comunistas.
Socialista, logrando el triunfo con Pe­ A la política browderista se adhirie­
dro Aguirre Cerda en 1938. El Frente ron la mayoría de los partidos comu­
Popular chileno abarcó no solamente nistas de América Latina, especial­
el gobierno de Aguirre Cerda sino mente el cubano, dirigido por Blas
también el de Juan Antonio Ríos, Al­ Roca, el venezolano, dirigido por
fredo Duhalde y el primer año de go­
bierno de Gabriel González Videla Juan Bautista Fuenmayor, y el colom­
(1947), donde llegaron a figurar tres biano, por Augusto Durán, quien asu­
ministros comunistas. mió la respuesta a las críticas de Jac-
ques Duclos al browderismo en la re-
Capítulo 6 149

vista bogotana Guía del Socialista:


«Petulancia a un lado, Browder alum­
bró el camino a los comunistas de
América Latina [...] y ojalá que Dios
quiera que no caigan sobre los socia­
listas colombianos truenos y centellas
si afirmo que planteamos como cosa
inmediata una serie de reivindicacio­
nes en el orden económico-social que
lejos de perjudicar a la burguesía co­
lombiana como clase, le abren el ca­
mino para su completa liberación.»
Durante la década de 1940 surgie­
ron movimientos nacional-populares
que constituyeron un nuevo test polí­
tico para los partidos comunistas lati­
noamericanos. En Argentina, el PC
calificó de fascista al movimiento pe­
ronista, para justificar su apoyo al can­
didato de la Unión Democrática, que
aparecía como el mejor aliado de los
Estados Unidos en la lucha contra los
últimos vestigios del fascismo italiano,
alemán y japonés. Aunque derrotado,
el PC siguió caracterizando de fascista
al movimiento peronista, de espaldas
a lo que sentían en ese momento los
trabajadores argentinos, hecho que
marginó prácticamente al PC de los
sindicatos. En Bolivia, también el PC,
bajo el nombre de PIR, se opuso al
Movimiento Nacionalista Revolucio­
nario (MNR), tildándolo de profascis­
ta. Promovió una tenaz oposición al elecciones (Juan Domingo Perón en Juan Domingo Perón y
gobierno nacional-popular de Gual- Argentina, Lázaro Cárdenas en Mé­ Evita: "Los partidos
berto Villarroel (1943-46), haciendo xico, Velasco Ibarra en Ecuador y populistas modernos
una alianza con los partidos de la oli­ tuvieron como base de
Carlos Ibáñez del Campo en Chile). sustentación social
garquía para derrocarlo. No por azar, En otros, a través de golpes militares fuerzas policlasistas, que
los comunistas colombianos califica­ (Getulio Vargas en Brasil). En cam­ iban de la burguesía
ron de fascista a Gaitán. bio, el MNR boliviano tomó el poder industrial a la clase
Los partidos populistas modernos como resultado de un proceso insu­ trabajadora, haciendo
rreccional de masas, como fue la re­ entrar en crisis el viejo
tuvieron como base de sustentación sistema de dominación
social fuerzas policlasistas, que iban volución de 1952. El gaitanismo estu­ oligárquica".
de la burguesía industrial a la clase tra­ vo a punto de triunfar, pero su marcha
bajadora, haciendo entrar en crisis el al poder fue truncada por el asesinato
sistema de dominación oligárquica. de su líder.
Los movimientos más representati­ En ninguno de estos casos, el po­
vos fueron el peronismo, varguismo, pulismo en el poder cambió el carácter
ibañismo, velasquismo y cardenismo. del Estado, pues siguieron permane­
Erigieron liderazgos carismáticos, que ciendo las mismas instituciones tradi­
agitaban banderas nacionalistas y una cionales.
política social demagógica. Los objetivos de los gobiernos po­
En la mayoría de los casos, el po­ pulistas fueron: respaldar a la burgue­
pulismo subió al gobierno mediante sía industrial con el fin de estimular el
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
150

con el imperialismo, ya sea nortea­


mericano o europeo. Basándose en es­
tos hechos, que eran el resultado de
coyunturas económicas o políticas
muy específicas, numerosos políticos y
científicos sociales llegaron a calificar
de nacional-antiimperialistas a gobier­
nos como los de Perón, Vargas, Paz
Estensoro e Ibáñez.
La necesidad que tuvo el populismo
de apelar al movimiento de masas
para arrancar algunas concesiones a la
vieja oligarquía produjo contradicto­
riamente un proceso de democratiza­
ción y de participación, aunque limi­
tada, de la clase trabajadora en la po­
lítica. Los obreros, campesinos y ca­
pas medias asalariadas, desengañados
de los fraudes electorales de los par­
tidos tradicionales, comenzaron a vo­
tar masivamente por sus líderes po­
pulares.
Las elecciones se decidieron defini­
tivamente en las ciudades grandes y
medianas, donde estaba concentrada
la mayoría de la población, a raíz del
proceso de urbanización e industriali­
zación. El nuevo proletariado urbano,
en su mayoría recién llegado del cam­
po, generó rápidas ilusiones en los
movimientos populistas y en sus pro­
mesas de mejoramiento del nivel de
vida. Con una conciencia primaria de
El presidente del Brasil proceso de sustitución de importacio­ clase —que se fue afirmando en las fá­
Getúlio Vargas (con nes; incrementar los productos de ex­ bricas y en los nuevos lugares de tra­
sombrero blanco) y el portación para redistribuir la renta bajo—, pero falto de una conciencia
presidente Franklin D.
Roosevelt. Vargas
agro-minera en beneficio de la bur­ política de clase, el proletariado siguió
estableció un gobierno guesía manufacturera; fortalecer las a los líderes que le prometieron pan,
populista a través del instituciones del Estado, especialmen­ techo y trabajo.
golpe militar y proclamó te el ejecutivo, fenómeno que permi­ Así se produjo un relativo corte o
el llamado "Estado tió a dichos presidentes presentar a sus
novo", especie de régimen
desfase entre la antigua generación
fascista con un
gobiernos como entes por encima de obrera, más politizada, y la nueva,
compromiso entre la vieja las diferentes clases, expresión lati­ más numerosa y concentrada, pero
oligarquía y la burguesía noamericana de la tendencia al bona- practicando una colaboración incons­
industrial. Gobernó entre partismo. ciente de clase, en la que el factor na­
1930 y 1945 y volvió al
poder en 1951; al Para lograr estos objetivos, los go­ cionalista jugó un papel mediatizador
anunciar una reforma biernos populistas tuvieron que en­ de gran relevancia.
. agraria, la oposición frentar a sectores de la oligarquía te­ La socialdemocracia, que había ge­
militar y del Congreso lo rrateniente y comercial importadora, nerado en América Latina varios par­
llevó al suicidio, en 1954. que se resistían a que la parte sustan­ tidos socialistas a principios del siglo,
cial de la renta nacional se redistri­ especialmente en Argentina, Uruguay
buyera a favor de la burguesía indus­ y México, perdió terreno ante los nue­
trial. En algunos casos, estos gobier­ vos movimientos populistas. Los PS
nos también tuvieron roces puntuales fueron incapaces de ligarse a las capas
Capítulo 6 151

de obreros industriales que se conso­ ruano y Acción Democrática de Ve­


lidaron a partir de la década de 1930. nezuela, bajo la conducción de Ró-
Su dificultad para comprender las ca­ mulo Betancourt; Acción Democráti­
racterísticas de este nuevo proletaria­ ca accedió al poder en 1945, logrando
do industrial, que provenía ahora de la elegir como presidente de la Repúbli­
migración campo ciudad y no de la in­ ca al escritor Rómulo Gallegos en
migración europea como a principios 1947. A pesar de haber sido despla­
de siglo, impidió a los partidos socia­ zada del poder por el golpe militar de
listas ampliar su base obrera, ya de 1948, de Marcos Pérez Jiménez, Ac­
por sí escuálida. ción Democrática logró mantenerse
A pesar de la importancia asignada como la primera fuerza popular. En
por Mariátegui al problema de la tie­ las elecciones de 1959 retornó al go­
rra y a los indígenas, los partidos so­ bierno el caudillo adeco Rómulo Be-
cialistas siguieron colocando en un se­ tancourt.
gundo plano los problemas campesi­ La II Internacional, refundada en
nos y la importancia de las cuestiones 1951 bajo el nombre de Internacional
étnicas. Tampoco supieron aprove­ Socialista en la Conferencia Mundial
char el auge del movimiento nacional- de Frankfurt, comenzó a esbozar una José María Velasco
antiimperialista, iniciado con la gesta nueva política para América Latina, a Ibarra (tercero de la
de Sandino. través de su secretariado latinoameri­ izquierda), escucha el
Algunos partidos socialistas que cano creado en 1955. Sin embargo, re­ discurso del presidente
del Congreso durante su
se crearon en la década de 1930, como cién comenzó a resurgir en los años se­ primera posesión
el Partido Socialista Ecuatoriano y el tenta. Mientras tanto, una nueva co­ presidencial, en 1934 (fue
Partido Socialista de Chile, nunca se rriente política, la democracia cristia­ cinco veces presidente del
afiliaron a la II Internacional, a raíz de na, empezó a ocupar el espacio polí­ Ecuador). Es otro
la errada política de esta. tico del centro. Gestada en las representante de
gobiernos populistas y
Los partidos más próximos a la II Juventudes Católicas, en la base de al­ demagógicos en América
Internacional que tuvieron éxito en gunos partidos conservadores y en Latina en torno a los años
América Latina fueron el APRA pe­ grupos denominados falangistas, du- treinta y cuarenta.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
152

Una de las ventajas más importan­


tes de la Democracia Cristiana sobre
el resto de los partidos tradicionales
de la derecha y del centro fue consti­
tuirse en una Internacional, con una
política relativamente coherente a es­
cala mundial. La Unión Mundial De­
mócrata Cristiana, creada en 1956, es­
timuló la creación de partidos, que
pronto se agruparon en la ODCA (Or­
ganización Demócrata Cristiana de
América). Asimismo, dio ayuda fi­
nanciera a la Confederación Latino­
americana de Sindicatos Cristianos
(CLASC), posteriormente denomina­
da CLAT.
Los Congresos Latinoamericanos,
realizados por los partidos demócrata
Marcos Pérez Jiménez y rante las décadas de 1930 y 40, la De­ cristianos, en 1947, 1949 y 1955 faci­
Gustavo Rojas Pinilla, mocracia Cristiana acumuló las pri­ litaron la transformación de sus pe­
dictadores de Venezuela meras fuerzas en Chile y Venezuela. queños grupos de propaganda en or­
(1948-58) y Colombia
(1953-58), resultado de Los partidos demócrata cristianos ganizaciones de masas. Así emergie­
una crisis de conducción fundamentaron su posición en la crí­ ron como opciones de poder los par­
política. tica al régimen liberal burgués for­ tidos demócrata cristianos de Chile, li­
mulada por la Iglesia Católica en el si­ derados por Eduardo Frei, y de
glo XIX; en las recomendaciones socia­ Venezuela, bajo el nombre de CO­
les de las encíclicas contemporáneas y PEI, encabezado por Rafael Caldera.
en el pensamiento católico moderno
elaborado por el neotomismo. Tam­ Los principales procesos políticos
bién se basaron en las experiencias po­ latinoamericanos, en el período
líticas de los primeros grupos demo-
cristianos europeos, como el Partido de 1930 a 1960
Popular Italiano, creado por el sacer­ Los vaivenes de la política latinoa­
dote siciliano Luigi Sturzo, y el mo­ mericana influyeron en los gobiernos
vimiento L'Esprit. Su principal teóri­ colombianos de este período, como
co, Emmanuel Mounier (1905-1950), asimismo los cambios en la política
planteó en la segunda postguerra norteamericana, desde el New Deal de
mundial que la alternativa no era ni el Roosevelt hasta la «guerra fría» abier­
capitalismo ni el comunismo, sino una ta a fines de la década del cuarenta.
civilización cuyo centro fuera la per­
sona realizada en una forma social de Venezuela
comunitarismo, como alternativa al
individualismo de la civilización bur­ Después de 27 años de dictadura, ejer­
guesa. cida por Juan Vicente Gómez, bajo
Otro teórico connotado fue Jacques cuyo gobierno se inició la explotación
Maritain, quien adaptó la filosofía to­ petrolera, consolidándose la producción
mista a los nuevos tiempos, propician­ capitalista y el proceso de urbanización,
do la creación de partidos demócrata el fin del año 1935 abrió una nueva era
cristianos. La formación del «tercer en la historia venezolana.
partido» debía cumplir el doble obje­ Ante todo, se inició un curso de de­
tivo de ganar a las masas para la «nue­ mocratización relativa, ya que el vacío
va cristiandad» e impedir el avance de de dirección dejado por Gómez, con
las masas trabajadoras hacia la revo­ el aplastamiento de los viejos parti­
lución socialista. dos, fue cubierto por dos presidentes
Capítulo 6 153

militares: Eleázar López Contreras e Medina Angarita. En 1943, dictó la Rómulo Gallegos,
Isaías Medina Angarita. ley de Hidrocarburos, que afectó por presidente venezolano,
Esta crisis de conducción política, primera vez a las compañías petrole­ ecibe la visita de Harry
ras, controladas por los trusts nortea­ S. Truman, 1948.
que condujo a los golpes militares de
1945 y 1948, fue superada en la década mericanos y anglo-holandeses. Tam­
de 1960, cuando se consolidaron los bién propició proyectos tendientes a Rómulo Betancourt,
partidos Acción Democrática y CO­ iniciar un proceso de reforma agraria, presidente de Venezuela,
hasta ser derrocado en octubre de condecora con la orden
PEI y sellaron el pacto de Punto Fijo Andrés Bello al general
para fortalecer el sistema por encima 1945 por un movimiento liderado por Eleázar López Contreras
de las diferencias. Acción Democrática y un sector mili- (1963).
Esta carencia de conducción se ha­
bía manifestado en 1936, año de la
mayor crisis social y política de la Ve­
nezuela contemporánea. Los trabaja­
dores se lanzaron a las calles decididos
a expropiar los bienes del gomecismo;
desencadenaron dos huelgas generales
(en febrero y junio) y la huelga petro­
lera (diciembre 1936 a febrero 1937),
la primera huelga de contenido nacio­
nal antiimperialista. Se dieron mani­
festaciones embrionarias de poder po­
pular, se formaron milicias armadas y
se planteó el problema del poder con
más fuerza que en el propio 23 de ene­
ro de 1958.
El proceso de democratización se
profundizó con el ascenso al poder de
154 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tar. El primer gobierno elegido de­ Los trabajadores participaron acti­


mocráticamente en la historia moder­ vamente en los sucesos que culmina­
na de Venezuela, tras las elecciones ron con el derrocamiento de la tiranía
que nombraron presidente al novelista el 23 de enero de 1958. Pero el pue­
Rómulo Gallegos, cayó en 1948 me­ blo desarmado no estaba en condicio­
diante un golpe militar, encabezado nes de voltear la dictadura. Pérez Ji­
por Marcos Pérez Jiménez. ménez fue derrocado por una coali­
A fines de la década de 1940 co­ ción de fuerzas dirigida por Acción
Reafirmación menzó un proceso de industrialización Democrática, COPEI, Unión Repu­
democrática en los años por sustitución de algunas importacio­ blicana Democrática, Iglesia católica,
sesenta: reunión de los
cinco (Colombia, nes. La renta petrolera, en aumento sectores militares y, fundamentalmen­
Venezuela, Ecuador, desde la ley de Hidrocarburos, se puso te, por las asociaciones patronales
Perú, Chile) en Bogotá, básicamente al servicio de la industria­ encabezadas por el grupo Mendoza,
agosto de 1966. En la lización y de la creación de obras de quien negoció la caída del tirano en
foto: Raúl Leoni, Washington.
presidente de Venezuela;
infraestructura.
su embajador, Miguel Al mismo tiempo que aplastaba los
Ángel Burelli Rivas (de sindicatos adecos y comunistas, Pérez Guatemala
pie); el canciller Germán Jiménez trató de crear un movimiento
Zea Hernández y el
presidente Carlos Lleras
sindical orientado por el Estado a tra­ El derrocamiento del dictador Jorge
Restrepo; Eduardo Frei vés del MOSIT (Movimiento Sindical Ubico, que había gobernado desde
Montalva, presidente de Independiente de Trabajadores). Los 1931, estuvo precedido de varios me­
Chile, y su canciller sindicalistas opositores lograron rees­ ses de agitación popular hasta lograr el
Gabriel Valdés. tructurar en parte el movimiento sin­ triunfo en 1944. El nuevo gobierno,
Atrás, Virgilio Barco,
alcalde de Bogotá. Perú
dical, actuando en la semiclandestini- dirigido por el intelectual Juan José
estuvo representado por dad o penetrando los sindicatos oficia­ Arévalo, fue conducido por las capas
Fernando Schwalb y listas, lo que permitió acumular fuer­ medias y una fracción de la burguesía,
Ecuador por Galo Plaza. zas contra la dictadura. logrando un amplio respaldo de masas
Capítulo 6 155

que lo convirtió en uno de los movi­


mientos antioligárquicos y antiimpe­
rialistas más importantes. Una franja
del ejército se plegó también al pro­
ceso nacionalista que afectaba a la
United Fruit Company, a los cafeteros
y terratenientes.
En 1945, se aceleró la organización
sindical de los trabajadores urbanos y
la de los jornaleros de las plantaciones
bananeras, culminando el proceso de
reorganización del movimiento obrero
con la creación de la CGT (Confede­
ración Guatemalteca de Trabajado­
res) en 1951, integrada por 481 sindi­
catos y más de 100.000 miembros.
Además, la Federación campesina lo­
gró agrupar a un cuarto de millón de
afiliados.
Esta fuerza obrera y campesina le
permitió al gobierno del coronel Ja-
cobo Arbenz emprender la reforma
agraria en 1952, sustentada en 1.500
comités agrarios, que llegaron a con­
vertirse en embriones de poder local.
La reforma agraria desató una cam­
paña tremendista del gobierno nortea­
mericano, que decidió acelerar los
preparativos del golpe militar. Desde
junio de 1953, el gobierno de Arbenz
alcanzó a expropiar 495.483 hectáreas,
de la cuales 150.000 eran del enclave
bananero controlado por la United
Fruit Company.
El presidente D. Eisenhower orde­ año. Paralelamente, se azuzaba a la Jorge Ubico, férreo
nó entonces apresurar los planes gol- Iglesia católica dirigida por el arzobis­ dictador de Guatemala
pistas, redoblando la campaña publi­ po Rosell y Arellano. La Iglesia, que entre 1931 y 1944, cuando
fue derrocado por un
citaria mundial con el fin de demostrar había detentado el monopolio de la movimiento cívico militar.
que Arbenz era comunista, con k, educación bajo la larga dictadura de Benefició a los grandes
como diría Arévalo. En la época de la Ubico, se sintió afectada con las me­ terratenientes locales y a
guerra fría, del macartismo y de la didas educativas adoptadas por Aré- la United Fruit Company
caza de brujas que condujo a la silla valo, presidente y maestro.
eléctrica a los esposos Rosemberg, la En 1954 un ejército mercenario, di­
tarea de Foster Dulles fue tratar de rigido por Carlos Castillo Armas, in­
alinear a los gobiernos latinoamerica­ vadió Guatemala desde la frontera de
nos, para lo cual convocó una Confe­ Honduras. Arbenz renunció sin pre­
rencia Interamericana en Caracas, sentar combate ni movilizar a los tra­
donde preparó el terreno político para bajadores e indígenas que estaban dis­
justificar la caída de Arbenz. puestos a luchar por sus tierras y por
El golpe fue preparado minuciosa­ el derecho a la autodeterminación de
mente por la CIA, que desde 1949 ve­ los pueblos a darse el gobierno que
nía financiando a militares derechis­ quieran. Ernesto Guevara, que estaba
tas, como Francisco Javier Arana, au­ en ese momento en Guatemala, relató
tor de un conato golpista ese mismo oportunamente las consecuencias de
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
156

gida por Farabundo Martí y Miguel


Mármol. En Costa Rica, se abría paso
el movimiento reformista y democrá­
tico de José Figueres, que advino al
poder en 1948.
En Cuba, el candidato del presiden­
te Fulgencio Batista era derrotado por
el demócrata Ramón Grau San Martín
en las elecciones de 1944, abriéndose
un promisorio proceso de democrati­
zación y de organización sindical. Sin
embargo, las presiones norteamerica­
nas durante la época de la «guerra
fría» obligaron a Grau a iniciar la per­
secución de los comunistas y a dividir
el movimiento sindical. Le sucedió
Carlos Prío Socarrás en 1948, quien
inició su gobierno rebajando en un
10 % los artículos de primera necesi­
dad. Pero pronto subieron los pasajes
del transporte, lo que motivó fuertes
protestas populares. El gobierno res­
pondió con la represión, clausurando
programas radiales como el del nacio­
nalista Eduardo Chibás, creador del
Partido Ortodoxo.
Batista comenzó a formar su parti­
do, el PAU (Partido de Acción Uni­
taria). Pero al darse cuenta de que
perdía las elecciones ante los ortodo­
xos, decidió dar un golpe de Estado el
10 de marzo de 1952. Pronto surgieron
críticas de sectores de la burguesía, es­
pecialmente industrial y de los pro­
Juan José Arévalo, esta insólita paralogización del gobier­ ductores de azúcar, como Julio López,
presidente de Guatemala no nacionalista guatemalteco. que exigían de los remolacheros nor­
(1945-1951), quien había La dictadura de Castillo Armas li­ teamericanos una mayor cuota para el
dirigido un año antes el
movimiento de quidó de inmediato los sindicatos, di­ azúcar cubano. Este sector redobló
insurrección contra el solvió el Congreso y devolvió las sus críticas a Batista a mediados de
dictador Ubico. Su tierras a la United Fruit Company. 1958, sobre todo porque veía peligrar
gobierno, "conducido por Como agradecimiento, recibió del go­ la zafra venidera, ya que si no caía el
las capas medias y una
fracción de la burguesía,
bierno norteamericano 80 millones de dictador, la lucha armada dirigida ya
logrando un amplio dólares en los primeros seis meses de por Fidel Castro iba a trastornar la re­
respaldo de masas, se su gestión, asesoría de la empresa colección de caña.
convirtió en uno de los Klein Sacks y diversos préstamos del Había sectores burgueses también
movimientos Banco Mundial.
antioligárquicos y opositores a Batista, como José Bosch,
antiimperialistas más En otras partes de Centroamérica, presidente de la compañía Bacardí,
importante. Una franja como El Salvador, ocurrían importan­ Fernando Ojeda, exportador de café,
del ejército se plegó tes acontecimientos. En 1944, un mo­ Félix Pazos, ex presidente de la Banca
también al proceso vimiento progresista intentaba derro­
nacionalista que afectaba Nacional de Cuba, que aspiraba a ser
a la United Fruit car la dictadura del general Maximilia­ presidente de la República, y dirigen­
Company, a los cafeteros no Hernández, instalado en el poder tes del Rotary y del Lyon's Club.
y terratenientes". desde el aplastamiento de la revolu­ Mientras tanto, Fidel Castro, que
ción obrero-campesina de 1932, diri­ había encabezado el asalto al Cuartel
Capítulo 6
157

Moncada en 1954, consolidaba el Mo­


vimiento 26 de Julio, de orientación
democrática, nacionalista y martiana.
Logró alinear otras fuerzas, como Ac­
ción Libertadora, el MNR y el Direc­
torio Revolucionario. La influencia de
esta última organización en el estu­
diantado, a través de la figura de José
Antonio Echeverría, le otorgaba una
representatividad importante en el
movimiento urbano de masas. La po­
lítica de alianzas del Movimiento 26 de
Julio le permitió a Fidel realizar accio­
nes comunes también con las Tres A,
dirigida por Aureliano Sánchez Aran-
go, y con la Organización Auténtica,
respaldada por Prío Socarrás.
El Movimiento 26 de Julio se fue
convirtiendo en vanguardia tanto por
sus acciones militares como por su
presencia y su programa, por su tác­
tica de alianzas, su iniciativa política y
su planteamiento unitario antidictato­
rial. Inició la lucha armada en un mo­
mento preciso de agudización de la lu­
cha de clases, con un proletariado azu­
carero descontento, al igual que las ca­
pas medias y el movimiento estudian­
til, que alcanzó su auge en la huelga
general de agosto de 1957.
La lucha se definió con una manio­
bra envolvente realizada en noviem­
bre-diciembre de 1958, en las batallas
de Santa Clara y Yaguajay. El ejército
batistiano se batió en retirada y la la ciudad, que pugnaron por la refor­ Jacobo Arbenz Guzmán
huelga general del 2 de enero de 1959 ma agraria y los derechos sindicales. toma posesión de la
facilitó la entrada de «los barbudos» a En Argentina, se había producido el presidencia de Guatemala
(1951). Continúa el plan
La Habana. Así se iniciaba un proceso avance del peronismo. Luego del gol­ de reformas políticas y
que, tras la presidencia provisoria de pe militar de junio de 1943, Juan Do­ sociales de su antecesor,
Manuel Urrutia, se encaminaría hacia mingo Perón se hizo popular a través el intelectual Juan José
la primera experiencia socialista de de su gestión en la secretaría de Tra­ Arévalo, y es derrocado
bajo y Previsión, bajo la presidencia por el coronel Carlos
América Latina. Castillo Armas, con
El Cono Sur había sido conmovido del general Edelmiro Farrell. Su labor intervención de Estados
por la emergencia de poderosos mo­ populista, junto a Eva Duarte, le per­ Unidos a través de la CIA.
vimientos de corte nacionalista. El mitió triunfar ampliamente en las elec­
Frente Popular chileno (1938-1947) se ciones de febrero de 1946. Este pro­
constituyó en un fenómeno político de ceso, profundizado por la moviliza­
ción del pueblo que liberó a Perón de
trascendencia, ya que por primera vez la cárcel de la isla Martín García, es­
en la historia latinoamericana triun­ timuló la organización de los sindica­
faba un gobierno de coalición entre el tos y la entrada en la escena social y
Partido Radical y dos partidos de iz­ política de millones de trabajadores,
quierda: el PC y el PS. Lo más im­ los llamados «cabecitas negras», que
portante de esta experiencia fue el as­ en su mayoría provenían de la migra-
censo de los trabajadores del campo y
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
158

tes de la crisis ecológica. La urbani­


zación provocó un elevadísimo con­
sumo de energía. Las nuevas pautas
de consumo estimularon la adquisi­
ción de los más variados y superfluos
artefactos eléctricos. Los ruidos, la ba­
sura y la contaminación del aire y de
las aguas aceleraron la crisis ambien­
tal. Industrias altamente contaminan­
tes, prohibidas en Europa y Estados
Unidos, fueron trasladadas a nuestros
países.
La deforestación continuó a un rit­
mo galopante, devastando millones de
hectáreas de bosques. Uno de los ma­
yores ecocidios comenzó en la selva
amazónica, el principal abastecedor
de oxígeno del mundo, ya que provee
la quinta parte de oxígeno del planeta.
ción campo-ciudad. La floreciente Es sabido que los ecosistemas de sel­
El ex presidente de Cuba,
Fulgencio Batista economía argentina comenzó a des­ vas son muy frágiles, a pesar de su
Zaldívar, en el aeropuerto gastarse a mediados de la década del aparente exuberancia; los árboles cre­
Olaya Herrera de 50, abonando las condiciones para el cen encima de una delgada capa de
Medellín, en 1947 (Lo suelo, que se vuelve estéril cuando la
acompañan Lázaro golpe militar, que desencadenaron la
Restrepo, Gustavo Ruiz burguesía proimperialista y la Iglesia selva es desmontada. El impacto am­
Sánchez, Gustavo Mejía católica contra un gobierno que se ha­ biental es gravísimo porque al talarse
Ramírez y los periodistas bía atrevido a dictar la ley de divorcio. los bosques disminuyen las lluvias y se
Luis Parra Bolívar y
En Uruguay, el movimiento nacio­ produce la desertización.
Antonio Henao). En 1933,
Batista dirigió el nal de tendencia «batllista» todavía in­ Las transnacionales han invadido la
derrocamiento de fluenciaba a los gobiernos democráti­ selva amazónica en busca de minera­
Gerardo Machado y en cos de Juan José Amézaga (1943-47) y les, de madera y de nuevas tierras para
1940 fue elegido
presidente. En 1952 de Luis Batlle Berres (1947-51); mien­ la explotación ganadera y agroindus-
derribó a Prío Socarras y tras que en el Perú llegaba al poder en trial. Inclusive, los narcotraficantes
ejerció la dictadura hasta 1945 José Luis Bustamente y Rivero, han devastado parte de la selva ama­
el 1" de enero de 1959, respaldado por el APRA, aún ador­ zónica para promover el sembradío de
cuando fue derrocado por
el movimiento 26 de julio,
nado de tintes nacionalistas. En Mé­ coca. La zona deforestada comienza a
de Fidel Castro. xico, latían las últimas esperanzas de ser conocida popularmente con un pa­
la revolución, revividas por el carde- radójico nombre: «el desierto rojo del
nismo, con la nacionalización del pe­ Amazonas», por el color que adoptan
tróleo y la implantación de la reforma las tierras.
agraria más profunda conocida hasta La contaminación sónica o del aire
entonces en América Latina. comenzó a ser uno de los problemas
En este contexto latinoamericano se más graves de las ciudades, inundadas
produjeron los sucesivos gobiernos co­ de vehículos, esparcidores de millones
lombianos desde la República Liberal de toneladas anuales de agentes quí­
hasta la dictadura de Rojas Pinilla. micos, especialmente monóxido de
Sus medidas obedecieron en parte a la carbono, afectando las vías respirato­
influencia que irradiaban sus congé­ rias y la audición de los habitantes de
neres del continente. las ciudades.
La contaminación de las aguas trajo
La crisis ecológica como consecuencia la extinción de mu­
chas especies y el agotamiento de la
El proceso de industrialización fue pesca de camarones en Panamá y Mé­
uno de los principales desencadenan­ xico y de la merluza en las costas del
Capítulo 6 159

Pacífico. Hermosas playas del Caribe El uso masivo de plaguicidas pro­


fueron declaradas zonas prohibidas por vocó no sólo desequilibrio ecológico
el alto grado de contaminación. sino también graves efectos en la salud
El desarrollo capitalista del agro, de la población, sobre todo por la uti­
acelerado a partir de la década de lización del DDT, prohibido en los Es­
1940, reforzó el deterioro de las tierras tados Unidos y Europa. La erosión de
agrícolas. A medida que la tecnología los suelos, la progresiva sedimenta­
agrícola se modernizaba, mayor era el ción de los cursos de aguas, la salini-
empleo del subsidio energético. La zación, la sobreutilización de los sue­
«revolución verde» debió llamarse los han acelerado la crisis del subsis­
«revolución negra», porque se ha de­ tema de producción agrícola. La dieta
sarrollado gracias a un uso desmedido alimenticia cambió, disminuyendo el
de petróleo. consumo de proteínas y aumentando
Una trampa biológica de la «revo­ el de hidratos de carbono.
lución verde» y de los cereales de alto Este deterioro ambiental, que es
rendimiento ha sido la reducción en la parte de la crisis ecológica mundial,
diversidad genética de los cultivos. puesta de manifiesto en 1972 por el
Los llamados híbridos, es decir, nue­ Club de Roma, es el resultado de una
vas plantas obtenidas mediante cruce sociedad industrial-urbana, basada en
de especies, tuvieron elevados rendi­ un desarrollismo a ultranza. Las su­
mientos, sacrificando su contenido en gerencias para un «crecimiento sin de­
proteínas, sabor y resistencia a las en­ terioro» o un desarrollo con el «míni­ Hecho trascendental en
mo daño permisible» se hacen en un América Latina, el triunfo
fermedades. Los cultivos comenzaron de la Revolución cubana
a ser más susceptibles a las plagas, de­ momento en que es irreversible la ten­ dirigida por Fidel Castro.
bido a la uniformidad biológica y al dencia de las transnacionales a relo­ En la foto se observa
sembradío de grandes extensiones de calizar en América Latina industrias también a Osvaldo
terreno con el mismo producto, espe­ altamente contaminantes no toleradas Dorticós Torrado, quien
por los países metropolitanos y a im- desempeñó la presidencia
cialmente aquellos destinados a la em­ de Cuba entre 1959 y
presa agroindustrial. plementar, en asociación con el capital 1976.
160 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

criollo y estatal, industrias de alto con­ hombre, que ha sido condicionado por
sumo energético. la naturaleza, pero que a su vez él mo­
Lamentablemente, no existe toda­ difica. El intento del hombre de do­
vía ninguna ciencia que permita hacer minar la naturaleza, sin límites, ha
un enfoque global del ambiente como conducido al actual deterioro ambien­
totalidad. Sólo la comprensión de que tal. Mientras el hombre se ha creído
entre la naturaleza y la sociedad hu­ cada vez más independiente y autó­
mana existe una íntima interrelación nomo, más se han fortalecido sus re­
podrá echar las bases para una ciencia laciones de dependencia con la natu­
social ambiental. Es un error escindir raleza, como puede comprobarse en la
la historia en historia de la naturaleza crisis ecológica de la sociedad contem­
e historia de la humanidad. En rigor, poránea, con sus secuelas de insufi­
hay una sóla historia ininterrumpida ciencia energética, contaminación y
entre ambas desde la aparición del radiación nuclear.

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Capítulo 7 161

La influencia inglesa
-y otras influencias­
en Colombia (1880-1930)
Malcolm Deas ocurriría tachar de «extranjerizante»?
¿Por qué «la influencia extranjera»
suena tan nefasta? No digo que lo sea,
l tema de la influencia extranjera sólo que suena así en ciertos campos,
E en la historia colombiana de los como por ejemplo en los asuntos pe­
últimos cien años reviste innegable introleros.
­ Pero en otros ocurre lo
terés e importancia. ¿Qué han hecho opuesto: en medicina, por ejemplo.
Bono de deuda externa
suscrito por Luis López
Méndez, ministro de
Colombia en Londres, el
los extranjeros en el país? Lo que ellos 15 de abril de ¡820. López
han hecho, ¿ha sido para bien o para En tan
estos dos casos una respuesta no es
difícil de armar, pero su contraste
Méndez había
mal, y para bien o mal de quiénes? desempeñado ya en 1810,
¿En qué grado el país ha sido objeto tiene el mérito de mostrar cómo este con Simón Bolívar, la
asunto de las influencias extranjeras es famosa misión en Gran
del «imperialismo»? ¿Cómo, con cuá­ Bretaña para solicitar
les mecanismos han tratado de «ejer­ un asunto complejo. Vamos a utilizar respaldo financiero y
cer influencia» otros países en Colom­ el tema de las influencias inglesas político a la
bia? Éstas son preguntas que parecen como un hilo que sirve de guía para los Independencia.
sencillas, pero para las cuales faltan
aún respuestas. Hay también una lar­
ga serie de preguntas menos sencillas.
¿De dónde vienen las modas que su­
cesivamente dominan en la sociedad
colombiana, mejor dicho, en las socie­
dades colombianas? (Las modas no
deben entenderse acá únicamente
como cuestiones de sombrería, de
ropa, de tomar el té en vez del cho­
colate; quiero incluir los modos de
pensar y de actuar en cualquier cam­
po.) ¿Cómo es la historia de su llegada
y de su dispersión? ¿Van quitando de
la escena la originalidad colombiana,
o se transforman durante el proceso
en algo distinto, algo que a nadie se le
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
162

cincuenta años que van de 1880 a cordar una expresión argentina de esa
1930. Quien esto escribe es inglés, y época: «¡Qué pichincha ser inglés!»
por eso tiene cierta ventaja en notar la Pero había otra realidad detrás de
presencia inglesa, pero escribe sin áni­ estas apariencias de 1880. Para anali­
mo exclusivo: además espera notar zar la naturaleza de la influencia in­
dónde se ha exagerado la influencia glesa de ese entonces, tenemos que
inglesa, dónde no existía, dónde in­ mirar el contexto, un contexto muy
fluían otras naciones, y cómo se refle­ distinto al que ofrecía Argentina, con
jaba en Colombia la declinación de la su fuerte comercio exterior y sus miles
preponderancia mundial inglesa de y miles de inmigrantes. Inmediata­
mediados del siglo pasado. mente la noción de una verdadera pre­
Mirando a la Colombia de 1880, re­ ponderancia inglesa, en el sentido de
pública con cincuenta años ya de vida un constante o frecuente ejercicio de
independiente, se encuentran los que poder y de influencia, parece menos
a primera vista parecen elementos de probable en Colombia.
esa preponderancia inglesa. Los ingle­ Había muy pocos ingleses en el país.
ses tienen con Colombia un tratado de En el primer siglo de independencia,
amistad y comercio que les conviene, hay muy pocos extranjeros, y los in­
contra el cual los norteamericanos por gleses no son una excepción. La única
muchos años se habían quejado envi­ salvedad a esa generalización es geo­
diosamente. La deuda pública externa gráfica: el istmo de Panamá. Ningún
se considera «inglesa», y su arreglo es otro punto de la República atraía una
objeto de sucesivos y frustrantes es­ inmigración que aun en términos lo­
fuerzos. Colombia importaba más de cales pudiera calificarse de masiva;
Inglaterra que de ningún otro país Barranquilla tenía una elite comercial
es por eso que ser cónsul en Liver­ muy cosmopolita, pero el grueso de su
pool, con derecho a percibir los altos población siempre ha sido colombia­
honorarios que correspondían al trá­ no. Las grandes olas de migración
fico para Colombia que pasaba por ese transatlántica del siglo pasado no to­
puerto, atraía a un personaje tan caban a Colombia, y por muchas y
ambicioso como Rafael Núñez. Casas muy fundadas razones. El desarrollo
inglesas participaban en el negocio del colombiano no daba incentivos.
tabaco, aunque como cultivo de gran ¿Cuánto podría ganar en el interior
exportación ya estaba tocando a su del país un obrero o un artesano eu­
fin. Las necesidades del imperio inglés ropeo? Los salarios eran bajos. El mi­
en la India y en África fueron elemen­ nistro inglés en 1870 respondió, en
to fundamental en la demanda de qui­ una encuesta enviada por su gobierno,
na. Hubo inversión inglesa en las mi­ que el pan, la sal, la cerveza y aun las
nas de Antioquia y del Tolima, y pre­ papas estaban a precios más altos que
sencia de ingleses en las primeras fe- en Inglaterra; además, añade que el
rrerías. A un nivel menos material, los inmigrante tenía que acostumbrarse a
ingleses gozaban de algún prestigio lo­ las guerras civiles, a las enormes dis­
cal por su participación en las guerras tancias, a las plagas y enfermedades.
de la Independencia. El edecán y me­ Nuestro cónsul en Cartagena informó
morialista general Daniel Francisco que en la Costa había siempre cierta
O'Leary, irlandés, terminó sus días escasez de mano de obra, según él por
como ministro de la reina Victoria en la facilidad de la vida ribereña, y que
Bogotá, y en las listas de los pensio­ los salarios eran más altos que en tie­
nados del Ministerio de la Guerra fi­ rra fría, pero en cambio la fiebre ama­
guraron por muchos años apellidos in­ rilla, la malaria, las pésimas condicio­
gleses, escoceses e irlandeses. Algu­ nes sanitarias, la falta de cualquier
nos de los que se radicaban en el país empresa grande o cultivo de exporta­
formaban parte de la sociedad más se­ ción hacían poco aconsejable pensar
lecta, y se casaban bien. Se puede re­ en su distrito como campo de inmigra­
Capitulo 7 163

ción. El país estaba muy lejos de ofre­ después hubo alguna proporción de
cer atractivos comparables a los de Es­ extranjeros en los ferrocarriles y, al fi­
tados Unidos, Canadá, Australia, Ar­ nal de nuestro período, en las com­
gentina, Uruguay, Brasil, Chile y aun pañías petroleras. Pero el número to­
Cuba. Ni la minería, ni el tabaco, ni tal de inmigrantes atraídos por el tra­
las quinas necesitaban de mano de bajo fue siempre sumamente escaso, y
obra extranjera para su desarrollo. debe representar una de las proporcio­
Los especuladores ingleses trajeron un nes más bajas en el Nuevo Mundo.
corto número de mineros de socavón Hemos señalado la excepción de Pa­
al Tolima, a Antioquia y a Bucara- namá, donde las obras de la Compañía
manga en los años veinte del siglo pa­ Francesa atraían a miles de obreros ja­
sado, pero no pasaron de doscientos. maicanos, de los cuales una fracción se
La presencia inglesa en el tabaco se li­ radicaba allá. Las bananeras de Santa
mitaba a un corto número de agentes Marta, a principios de este siglo
Almacén británico en el
de las compañías, y en el negocio de atraían mano de obra jamaicana, pero parque de Berrío,
las quinas los ingleses presentes no lle­ de modo estacional. El café, el prin- Medellín,
garon siquiera a esa cifra. Algún que cipal cultivo de estos años, se desarro- fotografía de Benjamín de
otro artesano, traído tal vez por con­ llaba con brazos colombianos. Hubo la Calle, 1910, con venta
por lo menos un intento por parte de de maquinarias, metales,
trato —por ejemplo, Guillermo Wills 1 . 1 1 i ’vn/ncn^c rnnvirn
1 íexplosivos, I1orí /? v
quincallería y
trajo a Villeta obreros ingleses para un terrateniente que, alertado por la ferretería. En el segundo
montar su molino de azúcar y su des­ evolución de un verdadero mercado piso, Ángel López y Cía.,
tilería—, vino al país y se quedó. Al­ de trabajo, trató de traer coolies chi- famosos exportadores de
gunas de las poquísimas empresas in­ nos, pero las víctimas se amotinaron café. La contribución
dustriales o semiindustriales emplea­ antes de llegar a Honda. Si se exclu­ extranjera en Antioquia
ban un corto número de obreros ex­
significativa en la
yen de la cuenta las cifras de Panamá fue másminería que en el
tranjeros calificados. Los capitanes y y los migrantes ocasionales de la zona comercio, pero su
maquinistas de las compañías de na­ bananera, el grupo de inmigrantes de integración cultural
vegación en el Magdalena eran fre­ mayor número en el país es el sirio- aseguró la aceptación de
cuentemente extranjeros —ingleses, libanés, los «turcos» de Beirut y de la educación técnica y
norteamericanos, holandeses—, como Damasco. En la primera década de científica por parte de la
alta clase antioqueña.
164 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

este siglo un informe inglés calcula su sa» ciudad de Santa Marta, y ya había
número en algo así como tres mil per­ una fuerte presencia alemana en los
sonas; el imperio otomano no tuvo re­ Santanderes. Los alemanes vendían
laciones diplomáticas con Colombia, y más barato lo más barato y esto in­
a veces se encomendaba a la legación cluía aún muchos productos ingleses;
inglesa el papel de protector de esta el comerciante de las pobres fronteras
colonia. no se daba el lujo de ser «patriotero»
La inmigración extranjera del siglo en sus pedidos. Figuraban también los
pasado no fue entonces una inmigra­ italianos en el comercio de provincia;
ción masiva, sino individual, o de nú­ fue el reclamo de un italiano de Cali,
cleos pequeños. De aquí que los in­ Ernesto Cerruti, lo que originó la in­
migrantes no formaron sociedad apar­ tervención imperialista —Panamá
Sede de la legación te: el país no conoció nada parecido a aparte— más ruidosa de estos años.
británica, en las colonias alemanas de Rio Grande Aún había pocos norteamericanos, y
Bogotá, a fines del do Sul, o la sociedad anglo-argentina los «turcos» no empezarían a llegar
pasado siglo. sino hasta fines del siglo.
"Los productos con su vida más anglo que argentina.
ingleses predominaban Los diplomáticos ingleses se quejaban Los apellidos extranjeros aparecen
en el comercio de frecuentemente de que los escasos in­ en el comercio de la Costa, especial­
importación, pero eso gleses que vivían en el país tenían una mente en Barranquilla, y en Cúcuta y
no se tradujo en un fuerte tendencia a «neogranadinizar-
predominio de Bucaramanga —las casas alemanas de
comerciantes ingleses. se»; que después de vivir veinte años Maracaibo dominaban el comercio de
Hubo temor por tal tan lejos de su madre patria y con tan los Andes venezolanos— y hay con­
predominio en los pocos compatriotas por compañía, era tados ejemplos en otras plazas, como
días de la difícil distinguirlos de los nativos en Cerruti en Cai, o Santiago Eder, quien
Gran Colombia, sus maneras de pensar y actuar, y que
cuando esperanzas empezó sus negocios colombianos en
exageradas atraían
se mezclaban en la política del país. La Buenaventura [...]. Pero en la época
mayor número de tendencia a la absorción de los que no figuran mucho en el gran comercio
ingleses, pero pronto permanecían era fuerte, e inevitable de Bogotá y Medellín. El Directorio
se habían ido casi dado su corto número. Tampoco se General de Bogotá de Jorge Pombo y
todos decepcionados." puede decir que algún grupo extran­ Carlos Obregón, 1888, una obra rela­
jero por los años ochenta del siglo pa­ tivamente completa, trae escaso nú­
sado hubiera logrado una posición de mero de extranjeros entre los avisos
preponderancia. del comercio, y lo mismo en la lista de
Los productos ingleses predomina­ residentes de la ciudad; entre ellos, la
ban en el comercio de importación, mayoría de los apellidos son ya natu­
pero eso no se tradujo en un predo­ ralizados o en vía de naturalización:
minio de comerciantes ingleses. Hubo Kopp, Michelsen, Koppel, O'Leary,
temor por tal predominio en los días Wills. El comercio de Medellín estaba
de la Gran Colombia, cuando espe­ en manos de antioqueños. Desde prin­
ranzas exageradas atraían mayor nú­ cipios de la vida independiente, los
mero de ingleses, pero pronto se ha­ mismos factores habían perpetuado
bían ido casi todos decepcionados. El esta escasez de extranjeros en el co­
comercio de exportación y de impor­ mercio del país. Colombia era un mer­
tación quedaba en gran parte en ma­ cado fragmentado, de difícil acceso,
nos colombianas, y después de medio de ritmo lento. Para los buques de
siglo de vida republicana independien­ vela, la costa atlántica significaba de­
te no se distingue un grupo fuerte de moras en la navegación, y sus puertos
comerciantes ingleses que se defina no ofrecían ninguna carga de retorno.
como tal, sino algunos apellidos ingle­ Los neogranadinos ricos siempre ha­
ses ya «neogranadinizados». Fueron bían participado en el comercio, y des­
menos visibles que los alemanes. Los pués de la Independencia seguían co­
ingleses consideraban el pujante am­ merciando con las islas del Caribe, y
biente comercial de Barranquilla algo luego directamente con Europa y los
«alemán», en contraste con la «ingle­ Estados Unidos. Lograban de sus pro­
Capítulo 7 165

veedores los necesarios créditos a lar­ Pedro Nisser, Edward Walker, Carlos
go plazo, y tenían frente a la compe­ Segismundo de Greiff, Carlos Greif-
tencia extranjera dentro del país las fenstein, son algunos de los nombres
ventajas de su conocimiento íntimo más conocidos, a quienes los historia­ Aviso de maquinaria
del mercado, sus bajos costos, su pa­ dores de la confiada Antioquia de an­ minera de M.C. Bullock,
ciencia. de Chicago, publicado
taño, nada preocupada por «imperia­ por su agente en Bogotá,
El comercio presenta la influencia lismos», daban el título de «extranje­ en el "Directorio general
extranjera en lo que trae, no en quie­ ros beneméritos de Antioquia.» Ellos de Bogotá" de 1893. "El
nes lo traen, y éste es un tema que me­ tuvieron mucho que ver con la tradi­ comercio presenta la
rece trato cuidadoso. Pero el comercio ción de la Escuela de Minas, recien­ influencia extranjera en
lo que trae, no en quienes
no es toda la historia económica, y la temente estudiada en el importante li­ lo traen". En Antioquia,
importancia de esta inmigración indi­ bro de Alberto Mayor Mora. Su nexo la influencia extranjera se
vidual, de pequeños núcleos, ya había con la minería queda claro, tanto manifiesta en su nexo con
sido notable en la historia económica como con la inversión extranjera, en la minería, especialmente
del país durante los años anteriores a ese entonces principalmente inglesa, a través de inversiones
los ochenta. La influencia de los ex­ inglesas en ciertas minas
en ciertas minas antioqueñas. Su in- antioqueñas.
tranjeros fue muy grande en relación
con su corto número. Esto no debe
sorprender en las circunstancias de en­
tonces, en un país pobre y remoto, ru­
ral y analfabeto, de técnicas rudimen­ I. C. Billlock Mfg. l'o.
tarias, donde muy pocos habían via­ 1170 WEST LAXE ST. PHENIX BUILDING
jado al exterior. Roger Brew analiza
en su libro El desarrollo económico de
Antioquia desde la Independencia has­ Chicago, DI., U. S. A.
ta 1920 la contribución de extranjeros Fabricante especialmente de Taladros
en el caso antioqueño. Estima que en
todo el siglo cerca de cincuenta ex­ para roca •• Diamond Posiet, Cabrestan­
tranjeros se quedaron «por algún tes banda de fricción. Patentes de Laue.
tiempo» en la región. Sólo uno era co­
merciante. La mayoría había trabaja­
do originalmente en las minas. Ade­
más de mineros hubo metalúrgicos, in­
genieros civiles, médicos, relojeros,
cerrajeros, un químico [...] Su contri­
bución iba mucho más allá de la me­
jora de las técnicas mineras. Algunos
se casaban bien, y «su integración den­
tro de la elite aseguró la aceptación so­ Alambre torcido para tiro de carros.
cial de la educación técnica y científica Bombas y maquinaria en general para
por parte de la clase alta antioqueña y
aun marcó una preferencia por ella». mineral.
Muchos antioqueños hicieron su Motores á vapor de “Corredera” y Cor-
aprendizaje con los ingleses, alema­
nes, suecos y franceses que forman liss con calderas.
esta lista, que empieza en tiempos de Motores á gas “ Simples.”
la Independencia con el francés Bous- Para precios 6 informes dirigirse la co­
singault. Uno de los extranjeros más
importantes que llegaron a Antioquia rrespondencia á Bogotá, Colombia, calle
fue el cubano Cisneros, constructor de 13, números 270 á 280, á ■
ferrocarriles, que trabajaba general­
mente con técnicos y asistentes nor­ Luis M. Azcuénaga ó Hijos,
teamericanos. Boussingault, Cisneros, ÚNICOS AMENTE*
Tyrell Moore, los hermanos White,
166 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tación inglesa a Colombia radicaba en


los textiles, y en ello la supremacía in­
glesa iba a durar hasta los años veinte.
Los textiles formaban antes de la pri­
mera guerra mundial la importación
principal del país, y en la mayoría de
los renglones los ingleses resistieron la
creciente competencia de Alemania y
Robustece el sistema de los Estados Unidos. La proceden­
cia de las otras importaciones fue mu­
L DAVIS &LAWRENCE C0„ PROPIETARIOS, NUEVA YORK.
cho más variada. Los cónsules ingleses
no confiaban en ninguna ventaja es­
pecial inglesa: los alemanes tenían
mercancías más baratas para un mer­
cado pobre; la clase alta colombiana
tenía ciertos gustos franceses [...] La
vida al nivel de buen burgués era muy
cara en Colombia (en estos años el
gran filólogo Rufino Cuervo se fue a
vivir a París, en parte para economi­
zar) y sólo una elite reducida tenía los
ingresos para mantenerla. Pero esa
elite compra productos de donde se le
antoja, para su propio consumo y para
DAVÍS &LAWRENCE C0„ PROPIETARIOS, NUEVA YORK sus ventas a los demás.
El eclecticismo, el hábito de escoger
lo que conviene de cualquier parte,
Propaganda de la D & L fluencia rápidamente pasó más allá de me parece un rasgo que se encuentra
Emulsión, "para los estrechos límites de esas minas, y muy temprano en la cultura criolla, y
robustecer el sistema", y de la minería. Algunos tuvieron papel
de los emplastos Hazol- muy persistente. En la cultura criolla
Mentol, para lumbago y importante en la expansión del café. colombiana de hace un siglo este
ciática, ambos de la firma Aun dentro de este pequeño y dis­ eclecticismo no se nota únicamente en
Davis & Lawrence Co., tinguido grupo hubo representación el comercio, sino también en las ideas.
de Nueva York. de seis naciones. Es una muestra del Leyendo la biografía de Rafael Nú-
fenómeno de eclecticismo que salta a ñez, un inglés sufre la tentación de
la vista cuando uno trata de aislar en­ descubrir un Núñez inglés, pero cuan­
tre las múltiples influencias extranje­ do lee La reforma política, aunque en­
ras activas en el país una supuesta co­ cuentra citas que muestran la familia­
rriente inglesa pura. Hay otra muestra ridad con la cultura inglesa que su au­
en los avisos del comercio bogotano tor adquirió en su larga estadía en In­
del Directorio de 1888. Es un comer­ glaterra, encuentra también muchas
cio muy poco especializado (menos es­ referencias a autores franceses. Apro­
pecializado de lo que muestra El libro vecha de todos con enfoque colombia­
azul de Colombia para 1918) y la mer­ no. De otra manera, sorprende encon­
cancía viene de todas partes. Koppel trar en los escritos económicos del
y Schloss, Kopp y Castello, Ponce y «tradicionalista» inmóvil Miguel An­
Calderón son casas típicas con sus tonio Caro referencias a los economis­
«mercancías inglesas, francesas y ale­ tas ingleses de su época y una profun­
manas»; R. Silva e hijo es exquisito y didad que demuestra que los había es­
excepcional con su «surtido de mer­ tudiado detenidamente. En este cam­
cancías francesas, renovado mensual­ po de la historia cultural de los años
mente» (sabemos por la suerte del hijo 1880-1930 se ha olvidado tanto, y tan
José Asunción que no les fue bien). La poco ha sido estudiado, que resulta
abrumadora superioridad de la expor­ imposible ser preciso o completo al
Capítulo 7 167

enumerar las influencias extranjeras, y gración religiosa, nutrida y coherente,


al analizar sus variedades y cambios. de finales del siglo pasado. La Iglesia
En cuanto a los escritores, las referen­ colombiana se fortaleció sobremanera
cias son múltiples en un solo cerebro: con la llegada de regulares de órdenes
Carlos Arturo Torres dio el título de de España, Italia y Francia. Probable­
Estudios ingleses a un libro de sus en­ mente la secularización emprendida
sayos en 1906 (también estaba de cón­ por los radicales no causó profundos
sul en Liverpool), pero su contenido cambios en la mentalidad de la ma­
trata más de autores franceses, ale­ yoría de los colombianos. La reacción
manes, italianos, colombianos...; en de la Iglesia fue, de todos modos, pla­
su Idola Fori, obra de mucha influen­ neada para una reconquista del alma
cia en la Generación del Centenario, nacional. En muchos de sus aspectos
la influencia quizás más notable es la la Colombia clerical de la república
del uruguayo Rodó. Carlos Uribe Ce- conservadora no fue producto de la
lis, en su reciente libro Los años veinte «herencia colonial», sino de un ultra-
en Colombia, ideología y cultura, se­ montanismo de ultramar. Así como la
ñala la persistente influencia de Taine teocracia de García Moreno en el
y de la generación española de 1898, Ecuador no dependía de la vieja Igle­
la popularidad de Anatole France y el sia ecuatoriana sino de un nuevo clero
impacto de D'Annunzio. Como en ilustrado, de alta proporción extran­
otras partes, muchos de los autores jera, en Colombia de un modo menos
más leídos han pasado al olvido, y se­ dramático sucedió algo similar con el
guir formando una lista de nombres nuevo Concordato y el Convenio de
todavía recordados sería falsificar el Misiones de la Regeneración, la reor­
ambiente de ese pasado; no sirve a ganización de las órdenes religiosas
nuestro propósito, que no es el de re­ conocidas y la llegada de muchas
construir los hábitos de lectura de una otras. En el norte del Ecuador el obis­
pequeña minoría de colombianos. po Pedro Schumacher, alemán, fue lí­
Quiero hacer constar que la historia der de los ultraconservadores; en el
de las influencias foráneas en la his­ sur de Colombia su aliado fue el beato
toria intelectual y científica del país es Ezequiel Moreno Díaz, un agustino de
bien compleja, y que para hacerlo se Navarra, enemigo del liberalismo a
necesitan definiciones precisas, más toda hora. Ambos se formaron en Eu­
investigación. ropa en los años que presenciaron la
pérdida del poder temporal de la Igle­
El historiador que investiga un ar­ sia romana y la condena del liberalis­
chivo judicial corre el riesgo de sacar mo por el papa Pío IX en el Syllabus
la conclusión de que todo el mundo es de errores y en el primer Concilio Va­
criminal. El que investiga a los extran­ ticano. La Iglesia en Colombia había
jeros los va a encontrar en muchas sufrido persecuciones, y tenía sus pro­
partes, pero no debe olvidar su corto pios motivos para ser prevenida. An­
número, su aislamiento en la Colom­ tes de 1886 emprendió la reorganiza­
bia de entonces, remota, pobre, rural, ción de sus fuerzas, sin tanta ayuda de
malsana, a veces trastornada, la ma­ afuera y sin ayuda estatal. Pero con la
yor parte del tiempo dormida, igno­ Regeneración vino el apoyo del Esta­
rada. También corre el riesgo, si es de do y huestes más numerosas del ex­
izquierda, de ver únicamente imperia­ terior. Ciertas diócesis, ciertas misio­
listas: gerentes de la United Fruit, pe­ nes, pasaron a ser del dominio de una
troleros... si le interesa sobre todo la u otra orden, con su mayoría de es­
historia económica, verá únicamente pañoles o italianos. Su labor educativa
empresarios o técnicos, como los «be­ fue sin duda importante, y trajeron del
neméritos de Antioquia», o los co­ exterior una pedagogía sistemática
merciantes de Barranquilla. Una in­ muchos años antes que los colegios
migración sustancial e importante es­ alemanes, franceses, ingleses o de mo­
capa a ambas visiones, y es la inmi­
168 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

delo norteamericano. Su poder, para pero trajo palomas mensajeras, que


bien o para mal, en tierras de misiones algunos dicen fueron los ancestros de
prevaleció hasta décadas muy recien­ las palomas de la Plaza Bolívar). An­
tes. Criticados hoy por su paternalis- tes de 1930 pasó por el país la famosa
mo, su oscurantismo, por su falta de misión militar chilena, de ancestro ale­
sofisticación antropológica, o por ser mán, que sí logró poner las bases del
aprovechadores, el país todavía no ha ejército moderno; otra misión militar
hallado un sustituto superior a esos suiza; una misión de aviación militar
«amos de indios» de antaño. francesa; y otros oficiales retirados
La fuerte posición constitucional de alemanes contratados individualmen­
la Iglesia y la beligerancia de su clero te. En los asuntos civiles, la misión del
dejaban poco campo al protestantis­ profesor Kemmerer de Princeton, Es­
mo. En respuesta a una pregunta del tados Unidos, famoso «médico de las
representante del «British and Foreign monedas», dio origen al Banco de la
Bible Society» en Lima, el cónsul in­ República y a la Contraloría. Comisio­
glés de Bogotá le escribió que Colom­ nes de expertos extranjeros de diversa
bia era demasiado católica para ofre­ procedencia asesoraban en los años
cer un campo misionero propicio, y veinte a la legislación petrolera y a los
con la llegada de más regulares como transportes; se trajo una misión pe­
consecuencia de la legislación secular dagógica de alemanes (católicos, por
francesa (gobierno anticlerical de supuesto) y una misión jurídica italia­
Émile Combes) la situación sería na. Los franceses ayudaron en la for­
peor. Años después, el ministro inglés mación de la policía. A los ingleses les
escribe a Londres que, para evitar tocó el correo.
problemas que se pudiesen suscitar En 1903, en el informe anual a su
por exceso de celo en la prédica pro­
gobierno, el ministro inglés hacía
testante, siempre aconsejaba, a los po­
constar su confianza de que Gran Bre­
cos misioneros que le consultaban, taña «ocupaba, por larga tradición, el
que sería mejor predicar en contra de primer sitio entre las naciones euro­
la chicha, y nada de críticas a la Iglesia
peas en este país». Sin embargo, una
romana. lectura de los informes muestra que
Bajo ciertas perspectivas, estos este prestigio puso muy pocas palan­
monjes, frailes, monjas y jesuítas fue­ cas en manos de la representación in­
ron las primeras misiones técnicas glesa, y que la nota común de su co­
contratadas en el exterior. rrespondencia fue de frustración.
Hubo entre ellos alemanes, italia­ Gran parte de esa correspondencia
nos, franceses y españoles. La varie­ trataba de los reclamos de súbditos
dad de nacionalidades, el mismo británicos por pérdidas sufridas en
eclecticismo se ve en otros expertos guerra civil; su satisfacción siempre se
más obviamente técnicos que hace un demoraba —la demora es una forma
siglo y aun antes el gobierno a veces de préstamo— (y fue un recurso ha­
contrataba (La tradición remonta a bitual de las pobres y débiles adminis­
tiempos de la Gran Colombia, por lo traciones de entonces). En la mayoría
menos; un eminente caso temprano de los casos, la legación inglesa fun­
fue el coronel piamontés venezolani- cionaba como mediadora entre el go­
zado Agustín Codazzi). En los ochen­ bierno colombiano y los reclamantes.
ta se contrataron algunos pedagogos La legación miraba a muchos de estos
suizos, entre ellos Ernst Rothlisber- reclamantes con sospecha: exageraban
ger, autor de una de las mejores des­ sus pérdidas, entraban en compraven­
cripciones de la Colombia de esos tas artificiales para cubrir propiedades
años. Miguel Antonio Caro, poco an­ nativas con la bandera inglesa, se in­
tes de la guerra de los Mil Días, con­ volucraban en la política partidista y
trataba una pequeña misión militar después apelaban a su condición ex­
francesa (No tuvo mucho impacto, tranjera como prueba de neutralidad.
Capítulo 7 169

Indudablemente, entre los ingleses,


como entre todas las pequeñas colo­
nias extranjeras, hubo aventureros y
«caballeros de industria». Colombia,
como país de frontera, ejercía una
atracción a cierto tipo de jugador, por
no decir algo peor. Aun bien entrado
este siglo, la legación lamenta la re­
lativa ausencia de empresas inglesas
de primera categoría. Con contadas
excepciones, los británicos que hicie­
ron reclamos al gobierno colombiano
no eran gente de influencia en Gran
Bretaña. A ellos, nuestros diplomáti­
cos les aconsejaban rebajar sus de­
mandas y tener mucha paciencia. A
veces, la paciencia inglesa se agotaba:
un corto bloqueo de Cartagena ter­
minó el larguísimo asunto de la lla­
mada deuda «Mackintosh» en 1856, y
una demostración como el bloqueo
anglo-alemán de Venezuela de 1902
hizo impresión también en Colombia.
A veces, un ministro frustrado urgía
una política más «energética» frente a
«estas repúblicas mal gobernadas».
Los oficiales del Foreign Office en
Londres no les prestaban mucha aten­
ción: frente a uno de esos pedidos de
más energía, un burócrata dejó ano­
tado: «De ninguna manera. Pronto es­
taríamos en guerra con toda la Amé­
rica del Sur». Sucesivos gobiernos in­
gleses se oponían automáticamente a
cualquier ejercicio costoso, e insistían
en que no tenían nada que ver con in­
tereses privados. Estaban dispuestos a ca ignorante y violentamente nacio­ José R. Raad, de Turquía,
nalista. No importa cuáles sean sus fotografiado en Medellín
proteger vidas, sí, pero intereses, no. convicciones sobre la justicia de una por Benjamín de la Calle,
(En la doctrina diplomática de los Es­ reclamación, raras veces está dispues­ en 1905. En Antioquia, el
tados Unidos había más ambigüedad: to a proponer un arreglo al Congreso,
comercio era dominado
su protección cubría «vidas e intere­ por antioqueños, lo que
porque haciendo eso no gana nada y explica la mínima
ses»). Tampoco favorecía presiones se hace blanco de acusaciones de in­ presencia de inmigrantes
enérgicas la opinión de la pequeña co­ trigas anti-patrióticas. Del mismo activos en ese ramo.
munidad inglesa dentro del país, que modo, los legisladores ven, en un arre­
temía las posibles reacciones xenofó- glo pasado al Congreso para su apro­
bicas que tales presiones podrían sus­ bación, una buena ocasión para vio­
citar: mejor buscar arreglos según las lentas y generalmente insinceras de­
costumbres del país. En 1929 el minis­ nuncias de la intromisión extranjera.
tro inglés sumaba muchos años de ex­ Lo cancilleres y presidentes buscan
periencia en reclamaciones así: entonces un refugio en la demora, de­
«El típico diplomático o burócrata jando el ingrato deber del arreglo a
colombiano es un político, y tiene su sus sucesores. No hay para el país mu­
puesto gracias a un partido, o en el cho peligro en esta manera de actuar,
peor caso gracias a una opinión públi- porque el político colombiano es su-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
170

gal o injusta. Solamente cuando toda


la historia de una empresa y sus ne­
gocios con el gobierno es estudiada,
entonces la injusticia sale a la luz. Si,
como último recurso, una empresa
pide a la Legación su ayuda, el resul­
tado en la gran mayoría de los casos
no es nada satisfactorio. El ministro
[inglés] queda involucrado en un gran
tejemaneje de sutilezas legales, y en
muchos casos tiene que remitir a la
compañía en cuestión, a las cortes co­
lombianas, aunque sabe que ese re­
medio es ilusorio. Además, a veces su
intervención provoca resentimientos,
y tiende a postergar una solución ami­
gable».
Los diplomáticos notaban que el
ambiente se tornaba aún más difícil y
hostil en tiempos de recesión. Si la ne­
cesidad de atraer capitales extranjeros
se veía más clara, los incentivos para
el inversionista no aumentaban a corto
plazo, y gobiernos débiles seguían a la
merced de una opinión pública quis­
quillosa. Es notable que Rafael Nú-
ñez, el político más cosmopolita y so­
fisticado de su época, no regresara de
sus largos años en el exterior con la
confianza puesta en el capital extran­
ficientemente vivo para reconocer que jero como palanca primordial en la
Robería Bunch, ministro
británico en Bogotá, el gobierno de Su Majestad no puede reorganización del país. Y muy pocos
durante los años 70 del echar mano a recursos drásticos sin políticos colombianos tenían tanto
siglo pasado, muy poner en peligro nuestro comercio y «mundo» como Núñez. Los informes
colombianizado y con
nuestros intereses, que valen muchí­ ingleses muestran cierto respeto por él
extensos intereses —«de todos modos un gran repudia-
económicos en simo más que el valor de la reclama­
Cundinamarca, decía: ción en cuestión». Los gobiernos te­ dor», dice uno refiriéndose a su acti­
"En cuanto a los intereses nían más miedo de la opinión pública tud frente a ciertos reclamos—, pero
de los extranjeros, los que del Imperio inglés. también señalan la gran distancia que
liberales son mucho más mediaba entre un Núñez y la mayoría
preferibles a sus rivales. Los reclamos perpetuos contribuían
Siempre hemos tenido a crear un mal ambiente para el capital de los políticos del país en su conoci­
menos problemas con extranjero: «Sería lógico suponer que miento de la situación de Colombia
ellos..." (óleo de Ramón todos los colombianos darían la bien­ dentro del mundo. Los políticos de
Torres Méndez, 1873).
venida al capital extranjero. Aunque provincia dominaban el Congreso:
en teoría su actitud es así, en la prác­ «...la raíz del mal está en el hecho de
tica, constantemente lo desaniman. que, bajo el sistema electoral actual,
No hay acá ninguna compañía extran­ el Congreso en su mayor parte consis­
jera que no tenga fundada justifica­ te en hombres de educación provincia­
ción para quejarse de la política de vis­ na y de ideas de provincia, que ni tie­
ta corta y de obstrucción del gobierno, nen calificaciones ni ganas de ocupar­
y, en la mayoría de los casos, de su se de los grandes problemas naciona­
mala fe. Frecuentemente es imposible les, porque todos tienen sus asuntos
poner el dedo sobre una decisión par­ particulares («some private axe to
ticular del gobierno y decir que fue ile­ grind») o se interesan únicamente en
Capítulo 7 171

el bienestar de sus propias parroquias.


Y es necesario recordar que en Co­
lombia un provinciano puede ser un
hombre que reside lejos de la capital,
hasta veinte días de viaje, que tal vez
recibe un correo a la semana, si tiene
suerte, y que en la práctica no recibe
noticias de la capital de su propio país,
ni mucho menos del mundo exterior.
Algunos de estos hombres han viaja­
do, y tienen ideas progresistas, pero
pocos son capaces de mirar los proble­
mas del país con visión amplia, y aun
en menor número, se muestran capa­
ces de resistir la tentación del grito pa­
triótico de que el extranjero "explota"
a Colombia, y por tanto no merece
ninguna consideración.»
Tal vez en esto hay exageración, y
tal vez a largo plazo el balance de estas
actitudes tiene su lado positivo, a pe­
sar de sus costos; pero entre 1880 y
1930 el país no fue la presa fácil de in­
versionistas extranjeros que ciertos
historiadores han pintado. Los años
veinte merecen consideración aparte,
pero en el período en que Inglaterra
al menos mantenía su predominio en
la estadística de importación, y tenía
ciertas inversiones localmente conspi­
cuas (aunque muy poca cosa dentro de
su inversión mundial) no se sentía
dueña de seguras influencias dentro
del país.
Los diplomáticos calificaban a los
políticos colombianos y a las corrien­
tes políticas según los intereses ingle­ Tales actitudes cambiaban con el Socios de la Cervecería
ses. Robert Bunch (ministro en los se­ partido gobernante, y sus sucesores Alemana Kopp & Cía.,
pensaban que en Colombia ofrecían foto tomada en El
tenta del siglo pasado y muy colom- Socorro, 1888: Crónidas
bianizado, con extensos intereses eco­ mejores garantías de orden los rege- A. Mujica, Emil Kopp,
nómicos en Cundinamarca) conside­ neracionistas. Simpatizaban poco con Carlos Castello, Leo
raba a Murillo Toro como pronorte­ el clericalismo reforzado, pero reco­ Sigfried Kopp y Pablo G.
americano, pero prefería a los libera­ nocían su importancia como resorte Lorent.

les en general: «En cuanto a los inte­ político. La tendencia del diplomático
reses de los extranjeros, los liberales es lógicamente gobiernista, y las rela­
son en mucho preferibles a sus rivales. ciones personales de los enviados in­
Siempre hemos tenido menos proble­ gleses con los sucesivos cancilleres y
con el alto mundo político y social de
mas con ellos, y no hay con ellos nin­ Bogotá eran buenas. Tenían poca sim­
guna cuestión religiosa. Si los conser­ patía con el «radicalismo tropical».
vadores ganan, la república va a retro­ (Una excepción interesante fue el caso
ceder cincuenta años en prosperidad y del «Negro» Marín en la guerra de los
en progreso, va a degenerar en algo si­ Mil Días: había trabajado Marín como
milar al Ecuador bajo el (felizmente) capataz en la compañía inglesa que ex-
finado García Moreno».
172 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

de 1893, en que le preguntaba si no te­


mía que un día los Estados Unidos to­
maran el Istmo. «Eso es inevitable
—fue la respuesta de Núñez—, ellos
tienen que dominar a toda la América,
y en contra de ellos las naciones dé­
biles no pueden resistir. Yo he inten­
tado muchas veces conseguir de las na­
ciones europeas una garantía de la
neutralidad en el Istmo, siempre re­
húsan darla, y la tarea me fatiga».
Las naciones extranjeras que lucha­
ron por el Canal fueron Francia y Es­
tados Unidos. El triunfo de los Esta­
dos Unidos en Panamá señaló también
una nueva era para el resto de la Re­
pública de Colombia. Cierta nota nos­
tálgica, defensiva, entra en los infor­
Casa del ministro inglés plotaba las minas de Frías en el Toli- mes ingleses, que con su reconoci­
en Bogotá, hacia 1870. ma, y en las difíciles circunstancias de miento de lo inevitable del predomi­
la guerra trataba con mucha conside­ nio de los Estados Unidos vaticinan
ración a sus antiguos empleadores. En que se va a ejercer de un modo más
general, el desorden generaba el des­ drástico y exclusivo que las ligeras in­
dén de los ingleses, pero el gobierno fluencias inglesas y europeas de anta­
inglés no estaba dispuesto a hacer nin­ ño. La implicación es que con la en­
guna intervención costosa: para pro­ trada en escena de los intereses de los
teger un comercio que a fines del siglo Estados Unidos en mayor escala —re­
estimaba en alrededor de un millón de cordemos que en 1880 todavía eran
libras esterlinas anuales, mantenía en muy débiles en Colombia fuera del ist­
la Costa un servicio consular que de­ mo— iba a suceder un cambio de ca­
rivaba cada año sueldos de 450 libras lidad en las relaciones de Colombia
esterlinas. Ya la opinión oficial inglesa con el exterior; que se trataba ya de la
reconocía que Colombia iba a entrar llegada de un verdadero imperialismo.
en la esfera de influencia de los Esta­
dos Unidos, y a veces añoraba que los ¿Fue cierto? En estos asuntos de
Estados Unidos fueran a imponer el imperialismo, los propios imperialistas
orden para el bien de todos. En plena tenían mucha facilidad en detectar vi­
guerra de los Mil Días, el cónsul inglés gas imperialistas en ojos rivales. Los
en Panamá escribió a Londres en ese franceses desaprobaron el bloqueo an-
sentido: «Nunca antes el país ha es­ glo-alemán de Venezuela como un
tado en una miseria tan chocante abuso de fuerza, pero no dudaban en­
como hoy, y si los yanquis toman ver­ tonces de su propio destino imperial
daderamente en serio su Doctrina en otras partes. Para Inglaterra, Ale­
Monroe, de veras deben obligar a es­ mania e Italia, la primera década de
tas repúblicas a gobernarse según este siglo fue indudablemente impe­
ideas más civilizadas». rialista. Detrás de los triunfos de 1898
y las franquezas de Theodore Roose-
Inglaterra no interpuso ningún obs­ velt, el imperialismo dentro de los Es­
táculo a la separación de Panamá ni a tados Unidos suscitaba más oposición
los nuevos arreglos para la construc­ y sospechas que en cualquiera de las
ción del canal. Años antes, los ingleses naciones europeas. Antes de su irrup­
habían reconocido como ineludible tal ción en la nueva competencia imperia­
desenlace, lo mismo que Núñez. Un lista, en la corta guerra con España
vicecónsul inglés en Cartagena repor­ que le dio Filipinas y Puerto Rico, y
tó una conversación con él a principios una posición de tutela formal en
Capítulo 7 173

Cuba, la presencia norteamericana en la impresión de que la reputación de


América Latina se había sentido prin­ liderazgo mundial de Estados Unidos
cipalmente en México y en Cuba. Las quedaba reducida a los campos de la
grandes inversiones norteamericanas dentistería, las máquinas de coser, la
en América del Sur —en el petróleo maquinaria agrícola (que interesaba a
venezolano, en las minas del Perú y de muy pocos colombianos) y los revól­
Chile— y la gran expansión de las ex­ veres S. & W. (que interesaban a un
portaciones norteamericanas estaban número algo mayor). Aunque algunos
todavía en el futuro. (Dejemos a un colombianos ya habían buscado una
lado a Panamá: el ferrocarril del istmo educación práctica en Estados Unidos
fue de las primeras inversiones nortea­ —un notable producto de tal educa­
mericanas en América Latina y el in­ ción sería Pedro Nel Ospina—, la in­
terés de los Estados Unidos por el ist­ fluencia cultural de los Estados Uni­
Trabajadores de la firma
mo se mostró constantemente desde el dos fue mucho menor que la de Fran­ Jorge Cristo & Cía.,
descubrimiento del oro californiano cia o Inglaterra. importantes exportadores
en 1849). En Colombia, hacia el año Pero la orientación del comercio ex­ de café, en Cúcuta, 1916.
1880, la presencia de los Estados Uni­ terior empezaba a cambiar. El tabaco "La orientación del
comercio exterior
dos y de los yanquis era más bien té- y las quinas fueron productos que ha­ empezaba a cambiar... El
nue. Entonces su cónsul en Bogotá no llaron su principal mercado en Euro­ café, afines de la primera
era ni siquiera ciudadano estadouni­ pa. El café, a fines de la primera dé­ década de este siglo, se
dense, sino el danés Bendix Koppel, cada de este siglo, se exportó en sus exportó en sus dos
dos terceras partes a Estados Unidos, terceras partes a Estados
cuyos propios negocios le conectaban Unidos, que eran también
más con Inglaterra y con Alemania. y éstos eran también el principal mer­ el principal mercado para
De los Directorios de esos años se saca cado para el banano y los cueros. Las el banano y los cueros".
174 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

El muy experto observador P. L.


Bell, quien fue enviado a Colombia en
1920 por el departamento de Comer­
cio de los Estados Unidos, constataba
que los europeos, antes de la confla­
gración de 1914, tenían mejores con­
tactos comerciales, conocían mejor los
gustos del mercado, enviaban mejores
muestras gratis, ofrecían créditos más
largos, empacaban mejor sus envíos y
demostraban un mejor conocimiento
de los reglamentos. El gran viraje em­
pezó con la guerra y sus restricciones
de oferta y de transporte desde Eu­
ropa. Durante cuatro años la mayoría
de las compras se hicieron forzosa­
mente en Estados Unidos. En 1919,
los importadores colombianos queda­
ron decepcionados por la lenta recu­
peración de la producción europea, y
ya conocían mejor ciertas ventajas del
comercio con Nueva York, su rapidez
Personal del Banco de exportaciones colombianas de 1911 se y la sencillez financiera que derivaban
Londres en Bogotá, 1921, distribuyeron así: de su posición como mercado princi­
en momentos en que el pal del café. Los años de la guerra ha­
predominio comercial en bían acostumbrado al colombiano a
Colombia se inclinaba TOTAL Pesos más productos de la industria nortea-
hacia Estados Unidos, a $ 22,376,000 mericana—el incansable P. L. Bell in­
pesar de la sólida (peso = 0.9733
reputación financiera de serta en su informe una lista de «es­
Gran Bretaña. dólares U.S.) pecialidades americanas»—. Aunque
a EE.UU. 12,249,000 en los primeros años veinte los ingle­
a Gran Bretaña 4,596,000 ses y los otros europeos recapturaron
a Alemania 1,910,000 en parte el mercado, desde 1925 en
a Francia 769,000 adelante el predominio de los Estados
Unidos se consolidó. En 1927 las cifras
La nueva orientación de las expor­ de importaciones muestran los tres
taciones no tuvo un impacto inmedia­ principales proveedores en el siguien­
to en la procedencia de las importa­ te orden:
ciones. El item principal siguieron
siendo los textiles. Se importaron así
en ese mismo año de 1911: País Pesos $ % del total
de EE.UU. 56,465,000 45 %
de G. Bretaña 18,872,000 15%
de Alemania 17,523,000 14%
Col. $
TOTAL 8,026,000
de Gran Bretaña 4,203,000 Pero había sucedido algo más pro­
de Alemania 1,195,000 fundo que una sencilla reorientación
de EE.UU. 1,089,000 del comercio exterior. La calidad de
de Francia 898,000 las nuevas relaciones con los Estados
Unidos sufrió por algunos años a cau­
sa del trauma de la separación de Pa­
Antes de la primera guerra mundial namá, aunque parece que la amargura
se mantenía el predominio europeo. intensa duró poco; pero hubo en ella
Capítulo 7 175

dos elementos nuevos que no habían


figurado en las cuestiones internacio­
nales del siglo XIX: las finanzas y el pe­
tróleo. Sí, Colombia tenía una deuda
externa derivada de los préstamos de
la Gran Colombia que no fue arregla­
da definitivamente hasta este siglo y
que tuvo una historia larga, compli­
cada y de muchos malentendidos y
frustraciones. El gobierno inglés insis­
tía siempre en la naturaleza privada de
esta deuda, y limitaba su ayuda a los
detentadores de bonos a unos vagos
«buenos oficios». Muchos de los bo­
nos regresaron a manos colombianas,
para especulaciones y pagos de adua­
na. El mal crédito de la República,
que continuamente perpetuaba, inhi­
bía en efecto nuevos préstamos en
gran escala. Con la ratificación del tra­
tado Urrutia-Thomson en 1922, lle­
garon al país no solamente las perió­
dicas entregas de la indemnización por
U.S. 25.000.000 dólares, sino también
un flujo de nuevos préstamos de una
cuantía sin precedentes en la historia
del país, que llegó a sumar a fines de
la década unos 170.000.000 dólares
U.S.
A los ingleses les pareció que Co­ rio, trataban de persuadir al gobierno Sir Maurice de Bunsen,
lombia había pasado de la desgracia a sobre las ventajas de tener los servi­ jefe de una misión
una peligrosa opulencia sin tener la cios de un banco inglés de primera ca­ británica para el estudio
tegoría como agente fiscal y coordi­ y conocimiento de
experiencia educativa de algunos años América, durante su visita
de bienestar respetable. El general nador de préstamos, pero ya nunca al Salto de Tequendama,
Reyes hizo su intento de hacer un go­ podrían enfrentar la competencia fi­ en agosto de 1918.
bierno rico en un país pobre y fracasó. nanciera de los Estados Unidos. Los
Una década después, el país entraba diplomáticos de la legación inglesa
en la carrera de una falsa modernidad, empezaron a clasificar las inclinacio­
sostenida por los créditos fáciles pro­ nes pro-inglesas o pro-norteamerica­
porcionados por banqueros poco es­ nas de los políticos colombianos con
crupulosos y vendedores de bonos que un nuevo esmero. Esteban Jaramillo,
abusaron de la gran credulidad de la
el financista más influyente de los años
veinte y treinta, fue clasificado como
bolsa de Nueva York. Antes de la pri­ peligrosamente pro-norteamericano;
mera guerra mundial, el gobierno co­ los ingleses consideraban que actuaba
lombiano no tomaba del exterior sino más o menos como agente de los ban­
préstamos muy modestos; ni los tér­ cos norteamericanos. El «Leviatán»,
minos ni los agentes fueron de primera grupo financiero antioqueño de Este­
calidad, pero por lo menos no hubo ban Jaramillo y de Jesús María Ma-
sospechas de ninguna gran locura, ni rulanda, ex ministro de Hacienda de
de grandes complicaciones con ferro­ Pedro Nel Ospina, no estaba en la lista
carriles o con concesiones petroleras. de entidades amigas de Inglaterra. Pe­
En los años veinte la situación cam­ dro Nel Ospina se inclinaba hacia Es­
bió bruscamente. Los ingleses, con su tados Unidos. Enrique Olaya Herre-
sólida reputación en el sector banca-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
176

ración el tino y habilidad de su actua­


ción en el cambio de gobierno de
1930. Tal vez los ingleses sentían que
con su salida iba a terminarse defini­
tivamente la vieja República, la re­
pública que de vez en cuando miraba
a Europa cuando no estaba mirando
hacia dentro (no hay que exagerar: de
las cortas biografías de personalidades
prominentes incluidas en los informes
diplomáticos, se infiere que pocos ha­
blaban una lengua extranjera; el in­
forme de 1930 apunta que el doctor
Sotero Peñuela, «el brontosaurio de la
política colombiana», «raras veces ha­
blaba, pero siempre en castellano»).
La lucha de los distintos intereses
extranjeros en los años veinte se veía
con más claridad en la competencia
por las concesiones petroleras. Alre­
dedor de esto ha crecido una frondosa
mitología de abogados vendepatrias,
sobornos millonarios y concesiones
extravagantes, que florece en una at­
mósfera de poco estudio y persistente
ignorancia de las condiciones del mer­
cado, del desarrollo de la industria a
nivel mundial e incluso en países ve­
cinos como México y Venezuela. En
muchos aspectos, el asunto es de mu­
cho ruido y poco petróleo. Colombia
no ostentaba a fines de la primera dé­
cada de este siglo, cuando el interés en
ra, con sus años de ministro en Was­
Europa y en Estados Unidos empezó
El ministro británico en
Bogotá y Lord Murray, hington, naturalmente, fue apuntado a crecer en serio, tantos recursos pe­
agente de la importante como amigo de ese país. Aunque ha­ troleros como esos dos países, y las
firma petrolera inglesa S. bía vivido mucho en Europa, en In­ primeras concesiones y exploraciones
Pearson & Son., 1913. fueron naturalmente muy especulati­
Acordó con Colombia un glaterra y en Francia, el general Vás-
contrato de concesión quez Cobo tampoco figuraba entre los vas. Las pésimas comunicaciones hi­
petrolera, que él mismo anglófilos. Sus candidaturas presiden­ cieron muy costosas las exploraciones,
rescindió ante la presión ciales no se consideraron ventajosas y Venezuela ofrecía mayores atracti­
de intereses para los intereses ingleses, y la candi­ vos. En 1913 llegó a Colombia Lord
norteamericanos. Murray, agente de S. Pearson and
datura de su rival Guillermo Valencia
pareció peor: Valencia estaba ligado Son, empresa inglesa de primera ca­
al «Leviatán». La figura de Alfonso tegoría que tuvo importantes intereses
López Pumarejo excitó cierto interés, en el petróleo mexicano, acordó con el
como político audaz e innovador, pero gobierno colombiano un contrato que
no como amigo potencial de la lega­ la misma legación británica calificaba
ción. Los amigos típicos de ese enton­ de «si no un monopolio, de extensión
ces fueron conservadores, entre ellos vasta, y en lo que toca a regalías muy
algunos ministros del presidente Mi­ ventajoso para la empresa». El go­
guel Abadía Méndez. La legación bierno pasó el contrato al Congreso.
tuvo buenas relaciones con su gobier­ Mientras tanto, los intereses nortea­
no, y los informes relatan con admi­ mericanos se alarmaron, y la legación
Capítulo 7 177

colombiana en Washington avisó a El petróleo y sus negocios se pres­


Bogotá que una agitación sobre este tan fácilmente a la caricatura, y es en
particular podría amenazar la solución las caricaturas de Rendón donde las ri­
de la cuestión de Panamá. Eso fue su­ validades de fines de los años veinte
ficiente para cambiar el tono de la opi­ han pasado a la posteridad. La reali­
nión oficial sobre el contrato Murray dad fue menos dramática. Al esfuerzo
hacia una marcada neutralidad. La po­ inglés que representaron Murray y
sición inglesa se deterioró más cuando Yates le faltaba envergadura. Las in­
se suscitó un debate sobre algunos in­ vestigaciones geológicas de la Anglo-
tereses menores de ferrocarril: la le­ Persian fueron poco promisorias. El
gación tuvo que tomar parte en esto, debate petrolero se hizo intenso en
y los enemigos del contrato de Murray 1927 y 1928, frente a la nueva legis­
aprovecharon la oportunidad para su­ lación que intentó introducir el minis­
gerir que si el gobierno inglés tomaba tro José Antonio Montalvo. Parece
parte en el miserable asunto de un pe­ que Montalvo y sus colegas intentaron
queño ferrocarril, mucho más haría fortalecer la posición del gobierno co­
sentir su peso en favor de una com­ lombiano fomentando la competencia
pañía de la importancia de S. Pearson. entre Inglaterra y Estados Unidos, y
Con el cambio de atmósfera Murray es cierto que la nueva legislación de
rescindió su oferta, y se fue. Quince corte más nacionalista se enfrentaba a
años después pasó algo similar con el la resistencia de las compañías nortea­
contrato del coronel Yates, agente de mericanas. Con los nuevos préstamos Sede del Commercial
Anglo-Persian, sobre tierras petrole­ de la década, el crédito colombiano en Bank of Spanish America
ras de Urabá. Corrió el rumor de que los Estados Unidos entraba en el jue­ en Medellín, 1916.
go, y nació el temor de combinaciones Fundado en 1904, tenía
éste se frustró debido a presiones nor­ su casa matriz en la
teamericanas. entre los banqueros, petroleros y di- ciudad de Londres.
178 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

diciones cuando las circunstancias lo


permitían, sí tuvo a su lado gente que
entendía el negocio, y ninguna cam­
paña política iba a amenazar un arre­
glo con él...
Pero cincuenta años después se pue­
de reconocer cierta continuidad en el
panorama. En comparación con Ve­
nezuela, Perú, Chile, Argentina o Mé­
xico, la penetración de capitales ex­
tranjeros no ha sido pronunciada en
Colombia. La base de la economía na­
cional, que todavía es el café, sigue en
manos colombianas. En los años vein­
te ciertas grandes casas compradoras
de café de Nueva York entraron en el
país y por algún tiempo tuvieron una
posición importante, pero se replega­
ron y se estableció el dominio de la Fe­
deración Nacional de Cafeteros y de
los colombianos dentro del país. Co­
lombia nunca ha sido un país de «en­
claves» económicos extranjeros, y
aunque las presiones extranjeras cre­
cieron en esa década no lograron cam­
biar este aspecto del país. El caso de
la zona bananera, con toda su historia
de conflictos al fin de nuestro período
de estudio, muestra que Colombia
nunca fue «república bananera» en el
sentido centro-americano del término:
ese enclave no tuvo el peso necesario
Ernesto Cortissoz, plomáticos de los Estados Unidos en ni en la economía, ni en los cálculos
influyente magnate contra de los intereses de Colombia. de los políticos a nivel nacional. En los
de origen venezolano El panorama cambió bruscamente
radicado en Barranquilla, asuntos petroleros y con el paso de
a comienzos de siglo,
con la crisis económica de 1929. En la los años, el país ha negociado sus re­
con intereses en la Depresión, el petróleo colombiano cursos con sobriedad y realismo, pero
banca, la industria, perdió su atractivo inmediato, y el en los debates sobre la nueva minería
los transportes y tema dejó de ser candente. Cincuenta del carbón se oyen frecuentes ecos de
el acueducto de la años después, no es difícil detectar las
capital del los primeros debates petroleros. No
Atlántico. Fue socio
notas de exageración en ese debate. falta sino un Rendón.
fundador y primer Una corriente de opinión sobreesti­
presidente de la maba las ventajas petroleras colom­ Los veinte fueron años de auge en
Sociedad Colombo bianas. Ni las condiciones físicas ni las muchos campos, pero unos cortos
Alemana de Transportes condiciones políticas ofrecían a las años de inusitada prosperidad no al­
Aéreos (Scadta), el compañías un campo fácil. Visto des­
5 de diciembre de 1919. teran tan fundamentalmente a ningún
Murió en accidente de el otro lado de la mesa de negocia­ país. Hay que recordar la pequeña es­
aéreo, a bordo del ción, un país que frecuentemente se cala de las innovaciones, la persisten­
aeroplano "Tolima", considera indefenso, a la merced de cia de la vieja Colombia rural, lo fugaz
en Barranquilla, los bufetes de los astutos «vendepa­ de muchas de las esperanzas. El es­
el 7 de junio de 1924. trias», parece más bien un hormiguero tudio de las modas de la clase alta, con
político que ofrece pocas seguridades toda su fascinación, fácilmente puede
a largo plazo. En Venezuela, el ge­ degenerar en nostalgias superficiales y
neral Juan Vicente Gómez, por con­ anécdotas sin mayor significado. No
traste, aunque supo enderezar las con­ tiene que ser así. Muchas innovacio­
Capítulo 7 179

nes empiezan en las capas altas de la en 1930 el escritor y diplomático bo­


sociedad y después se democratizan liviano Alcides Arguedas (calificado
hasta que sus modelos originales se ol­ en su lista de personalidades por los
vidan. Muchas de las novedades de diplomáticos ingleses como «sin ofi­
una clase alta, a veces tildada de «ex­ cio», pero para el historiador el mejor
tranjerizante», ya son de propiedad de costumbrista de esa etapa de la vida
todos los colombianos. Un ministro bogotana) ha cambiado algo. No en
inglés de los ochenta, míster Harris- todo: «las gentes del pueblo, en su ma­
Gastrell, trajo la primera bicicleta a la yoría, no gastan calzado. Van, o con
sabana de Bogotá, «pero no halló nin­ alpargatas, o con los pies desnudos. Se
guna calle ni camino para poderla les ve flacas, pálidas, con las carnes
montar». Otro cónsul trajo el tenis,
menos democratizado que el ciclismo,
pero en vía de democratización. Los
recuerdos de Frank A. Koppel, de la
primera generación de su apellido na­
cida en Colombia, escritos sin preten­
sión «para sus nietos», muestran pre­
cisamente los orígenes de los deportes
entre los reducidos núcleos extranje­
ros y la clase alta de la capital. El Polo
Club, fundado modestamente durante
la guerra de los Mil Días, no trajo úni­
camente el polo al país y puso formal
arreglo en las carreras de caballos
(«que poco animaban a una sociedad
hondamente dividida en cuestiones
políticas [...] los caballos eran difíciles
de conseguir porque el gobierno los
expropiaba para el ejército»), sino que
también estableció por primera vez el
«football» en Bogotá, juego que tomó
pronto mucho auge en los mejores co­ pobres y flácidas, triste la mirada, can­ Talleres de la Scadta en
legios y que después llegaría a ser el sado el continente. Los hombres se cu­ Barranquilla, en los años
primer deporte de asistencia masiva bren de la ruana, negro ponchillo de diez. El ministro inglés
Spencer S. Dickson, quien
en el país. Más tarde llegó el golf, de­ lana que a veces usan los mismos es­ había estado en el país a
porte que tiene fuerte tendencia a con­ tancieros acomodados; los mendigos comienzos del siglo, se
finarse entre adeptos burgueses, pero abundan [...]. Es una ciudad que co­ mostró sorprendido en
que en Bogotá ya tiene aficionados en­ noce poco el empleo de la escoba, y 1930, no sólo por la
tre los choferes de taxi. A nadie se le donde, naturalmente, domina el pol­ "admirable empresa" que
vo». La plebe todavía bebe chicha y el era Scadta, sino por la
ha ocurrido todavía tachar el fútbol de influencia alemana sobre
«extranjerizante», pero sus orígenes arzobispo tiene el derecho y el deber el ejército, vía Chile.
en Colombia son exactamente los mis­ de señalar el preferido entre los can­
mos que tienen el polo o el golf. didatos del partido conservador. Pero
ha llegado el cine: una mala película
Lamentando la desaparición de de Chaplin causa «una violenta pro­
Santafé, Cordovez Moure nos da un testa» en el teatro Olympia. Han lle­
cuadro detallado del Bogotá de hace gado también los deportes y la radio.
un siglo, que podemos completar con Muy bien lo nota Arguedas, meditan­
las obras de Ernst Rothlisberger, de do en junio de 1930 sobre el traspaso
Alfredo Hettner y otros. Con todos de los restos de José Asunción Silva
sus encantos para «viejos chocolate­ del «cementerio maldito de los suici­
ros», es una ciudad sombría, con po­
das [...] silenciosa y discretamente [...]
al panteón de la familia, en el cemen­
cas distracciones, la «ciudad desierta y terio general de los católicos». «Fal-
fría» de Silva. La ciudad que describe
180 Nueva Historia de Colombia. Vol III

elevados a altas categorías y que viven


soñando con encuentros famosos y
con lluvia de oro [...] Y se mueren o
envejecen los más, por no decir todos,
acariciando esta ilusión.
«Luego el radio [...] El radio pone
a nuestros montañeses, a nuestros rús­
ticos, en contacto diario con los suce­
sos del mundo, a medida que van su­
cediendo y realizando en el vasto es­
cenario de la tierra y aun del cielo.
«Y, por fin, y lo más importante y
trascendental después del radio, el ci­
nema, la religión moderna que abre
nuevos horizontes a la imaginación, la
trasporta lejos de la realidad del pro­
pio medio, le hace vivir algunas horas
en un mundo convencional y arbitra­
rio de situaciones humanas reñidas
con la realidad cotidiana, prosaica
hasta la vulgaridad, muchas veces or­
dinaria y, por lo común, triste, espan­
tosamente triste...»
La bebida de la clase alta ya es el
whisky, que se consume con un entu­
siasmo que llama mucho la atención
de este bien viajado observador: «Be­
ber dos, tres o más copas de licor antes
de la comida, es cosa corriente y hasta
Francisco Javier Cisneros taban entonces (en tiempos de Silva) necesaria. Se bebe como en ninguna
(1836-1898), uno de los tres elementos, tres fuerzas activas, otra parte del mundo, creo, y los mis­
"extranjeros beneméritos mejor, que hoy prestan alguna ani­ mos bogotanos que han viajado por el
de Antioquia", ingeniero mación, alguna variedad, algún mo­ exterior recogiendo impresiones, ob­
cubano, constructor del
Ferrocarril de Antioquia, vimiento a la vida de nuestras peque­ servando costumbres, estudiando,
colonizador, impulsador ñas ciudades andinas... Esas tres fuer­ convienen en declarar que ni aun en
del comercio en el río zas han cambiado casi totalmente la Escocia se bebe tanto whisky como en
Magdalena y periodista. vida social de estos tiempos, le han Bogotá. El whisky aquí es la bebida
Representó a la compañía dado más variedad, mayor interés a la usual y corriente».
inglesa The Barranquilla
Railway & Pier Co., vida ociosa, monótona, lánguida de En ese aspecto de su vida la Bogotá
responsable del tren de nuestras pequeñas ciudades ateridas del peso colombiano fuerte de enton­
Puerto Colombia. de frío en ciertos desgraciados parajes ces recuerda la Venezuela de los se­
o abrasadas de calor y con feas ali­ tenta.
mañas en los trópicos». El período que estamos examinan­
«Faltaba, en primer lugar, la pasión do abarca la república conservadora, y
del deporte colectivo, fenómeno ac­ con el cambio de gobierno de 1930 lle­
tual en nuestros pueblos. El deporte ga una etapa de deliberada moderni­
ocupa hoy las horas muertas, infunde zación política, que por su vigor pro­
entusiasmo en las gentes de poca ima­ gresista tiende a obscurecer las ante­
ginación y hasta les hace concebir ilu­ riores aperturas hacia influencias de
siones de grandeza desde las proezas afuera, los intentos más tempranos de
del equipo uruguayo en Europa, hace sana modernización que utilizaban
años, y hoy no hay villorrio en los An­ modelos del exterior. Arguedas fue un
des que no tenga sus héroes de la pe­ escritor muy consciente del problema
lota, de la raqueta, del boxeo, héroes de la imitación:
Capítulo 7 181

«Se ha dicho, y es evidente, que dio cuenta a su gobierno de sus im­


nuestros países de habla castellana en presiones de los cambios desde en­
América, son países monos por su tonces:
marcado instinto de imitación. Esta «Regresando al país después de una
tendencia del espíritu humano a imi­ ausencia de veinticinco años, he no­
tar, le ha inspirado a Tarde la base de tado muchos síntomas de progreso,
su teoría sociológica: la imitación fuer­ pero lo que me causó la más fuerte im­
za de progreso social. Nacimos los presión fue la transformación absoluta
pueblos de América, imitando. Y por del ejército.» El país ya tiene «a fine
imitación creamos nuestros códigos little army on the old german pat-
políticos y nuestras instituciones de­ tern»— «un pequeño ejército bien dis­
mocráticas. Y, ya también lo dijo puesto al viejo estilo alemán.» Esa in­
otro, un argentino, Álvarez, el vestido fluencia alemana, llegada por vía chi­
nos quedó largo... Y es que había de lena, parece que le impresionó, y fa­
suceder así, inexorablemente.» vorablemente, aun más que la «ad­
Le preocupaba el impacto en Amé­ mirable empresa» alemana SCADTA.
rica Latina de las dictaduras europeas, No es necesario recurrir a las teorías
de Lenin, Pilsudski, Mussolini y Primo del olvidado sociólogo. Es tarde para
de Rivera. Sin embargo, su visión de ponderar lo positivo de ciertas imita­
la política colombiana no fue pesimis­ ciones.
ta: el conjunto mostraba cierta origi­ En muchos campos la originalidad
nalidad. Arguedas estaba de acuerdo en la vida de cualquier nación es un Una partida en el Polo
con su colega el ministro inglés Spen- espejismo. La originalidad no es de Club de Bogotá, fundado
cer S. Dickson, que Colombia tenía la elementos, es de antología, y ése debe por influencia inglesa
ventaja de tener un ejército «con dis­ ser particularmente el caso en la cul­ durante la guerra de los
ciplina severa y prescindencia total en tura criolla colombiana. Hace tiempo Mil días. Allí se
las luchas de los partidos». Dickson formalizaron las carreras
los antropólogos han reconocido que de caballos y se jugaron
había estado antes en Bogotá, a fines los procesos de cambio cultural, de in­ las primeras partidas de
de la guerra de los Mil Días, y en 1930 tercambio entre distintas culturas, son "football".
182 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

muy complejos, y que raras veces ca­ ña comunidad mestiza en su libro The
ben dentro de definiciones sencillas de People of Aritama. Los historiadores
dominación y destrucción. Hace vein­ ahora deben empezar a examinar el
ticinco años, Gerardo y Alicia Rei- papel de las influencias de fuera con
chel-Dolmatoff lo demostraron me­ la misma paciencia y ausencia de pre­
morablemente estudiando una peque­ juicios.

Bibliografía
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1942.
RODRÍGUEZ PLATA, HORACIO. La inmigración alemana al Estado Soberano de Santander en el
siglo XIX. Bogotá, Imprenta Nacional, 1968.
Capítulo 8 183

El conflicto de las bananeras


Catherine LeGrand el significado de la huelga bananera
en el amplio cauce de la historia de Co­
lombia.

E l 12 de noviembre de 1928 estalló Antecedentes


una gran huelga en la zona ba­
nanera de Santa Marta, una huelga El banano se originó en Asia y fue in­
masiva jamás vista en Colombia. Más troducido a los trópicos americanos
de 25.000 trabajadores de las planta­ solamente después de 1492. La geo­
ciones se negaron a cortar los bananos grafía de Santa Marta la hizo muy apta
producidos por la United Fruit Com- para la producción bananera. A me­
pany y por productores nacionales diados del siglo XIX, sin embargo, el
bajo contrato con la compañía. A pe­ potencial de Santa Marta no había
sar de tal presión, la United Fruit sido aprovechado. Casi nadie en los
Company y sus trabajadores no logra­ Estados Unidos de América o en Eu­
ron un acuerdo colectivo, la huelga ropa había visto y mucho menos pro­
terminó con un baño de sangre: en la bado bananos, y se consideraban una
noche del 5 de diciembre, soldados co­ fruta exótica. Y Santa Marta era una
lombianos dispararon sobre una reu­ población soñolienta, aislada del resto
nión pacífica de millares de huelguis­ de Colombia y del mundo. Unas pocas
tas, matando e hiriendo a muchos. Esa familias con intereses mercantiles vi­
terrible noche ha sido grabada en vían en la población. Poseían también
nuestra conciencia por los novelistas propiedades rurales, pero la abolición
Gabriel García Márquez, quien nació de la esclavitud en 1851 había empo­
en la zona bananera el mismo año de brecido las haciendas y muchas habían
la huelga, y Álvaro Cepeda Samudio, sido abandonadas. Intercaladas con
y por el dramaturgo Carlos José Re­ las grandes propiedades existían enor­
de tierras baldías que
yes, quien cuenta la historia a través nadieextensiones
mes
reclamaba. Unos pocos indíge­
de los ojos de un soldado recluta. Es nas pescaban y cultivaban cosechas de
don del escritor de ficción comunicar subsistencia y unos pocos pueblitos
experiencias vividas. Al historiador le dispersos de colonos indígenas, negros
compete explicar lo que sucedió y
184 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

y mulatos producían cosechas para ali­ individuo o compañía en Colombia a


mentarse. finales del siglo XIX. Debían construir­
El estímulo inicial para la exporta­ se ferrocarriles para llevar los bananos
ción de banano vino de las prominen­ al puerto, debían mejorarse las facili­
tes familias de Santa Marta. Con el de­ dades de éste, los barcos debían llegar
sarrollo de la agricultura de exporta­ a tiempo, y era necesaria una red bien
ción en otros lugares del país, trataron coordinada de distribución en el país
de romper su aislamiento. La llegada importador. Además, en la región ári­
de una compañía francesa les ayudó. da de Santa Marta, los canales de rie­
A finales del siglo XIX y comienzos go eran una necesidad. Aparte de los
del XX, varias compañías extranjeras altos requisitos de capital, el negocio
invirtieron en agricultura y en produc­ del banano era arriesgado: cualquier
ción ganadera en la Costa Atlántica, plantación podía borrarse fácilmente
especialmente en las regiones del por agotamiento del suelo, enferme­
Sinú, Mompós y Santa Marta. Una de dad del banano o huracanes. Estos
las primeras fue la Compagnie Im- factores favorecieron el desarrollo del
mobiliere et Agricole de Colombie banano por parte de una gran com­
que en los setenta compró 20.000 hec­ pañía con base en el afluente e indus­
táreas cerca de Santa Marta. Las élites trial Norte y con amplias inversiones
locales aprovecharon la renovación de en muchas regiones.
la actividad económica estimulada por El hombre que dirigiría la United
la compañía: comenzaron a sembrar Fruit Company apareció primero en
tabaco, cacao y caña de azúcar, que Colombia en 1890. Minor Cooper
aquélla exportaba. Al mismo tiempo Keith había salido de los Estados Uni­
hicieron esfuerzos para desarrollar dos de América para América Latina
una infraestructura que conectara en los setenta, contratado por el go­
Santa Marta con los mercados. bierno de Costa Rica para la construc­
En 1881 un grupo de notables sa­ ción de un ferrocarril.
marlos obtuvo autorización para cons­ Una vez terminado éste, Keith co­
truir un ferrocarril de Santa Marta al menzó a producir banano como carga
río Magdalena, y en 1887 iniciaron un para que la línea ferroviaria fuera ren­
plan para mejorar el puerto. Por el table. Pocos años más tarde extendió
mismo tiempo se fundó la primera So­ sus operaciones bananeras a Colom­
ciedad de Agricultores y sus miembros bia, a Bocas del Toro (Panamá) y a
comenzaron a experimentar con un Santa Marta. En 1892 adquirió 6.100
nuevo producto, el banano Gros Mi- hectáreas de terreno en Riofrío, con
chel, una variedad desconocida hasta las cuales fundó la Colombia Land
alrededor de 1885, cuando José Ma­ Company; al mismo tiempo compró la
nuel González importó las semillas de concesión del nuevo ferrocarril que se
Panamá. Don José Manuel y un grupo convirtió en la Compañía del Ferro­
de empresarios samarios establecieron carril de Santa Marta (Santa Marta
la primera plantación de banano de Railroad Company). En 1899 se unió
Colombia, en Ciénaga. Los experi­ con otros dos norteamericanos para
mentos mostraban un potencial inte­ crear la United Fruit Company (Com­
resante: en 1889 Santa Marta exportó pañía Frutera Unida), una empresa
5.000 racimos, y tres años más tarde cuya sede comercial estaba situada en
esta cifra subió a 45.000. Boston. Al tiempo de su creación, la
Aunque la iniciativa fue colombia­ compañía controlaba el ochenta por
na, los empresarios locales no podían ciento de la industria bananera inter­
desarrollar plenamente la industria nacional. En el año 1900, las expor­
bananera. La producción en gran es­ taciones de Jamaica, Cuba, República
cala para mercados internacionales re­ Dominicana, Costa Rica, Panamá y
quería enormes cantidades de capital, Colombia sumaban doce millones de
por fuera de la capacidad de cualquier racimos.
Capítulo 8 185

Durante las primeras tres décadas 1911 el ferrocarril llegó a Aracataca y


del siglo XX, la industria del banano se en 1920, con ciento treinta kilómetros,
expandió rápidamente. La United a Fundación, donde terminó. Al lado
Fruit Company no sólo desarrolló sus del ferrocarril se crearon nuevas plan­
operaciones en los países menciona­ taciones de banano, llegando a tener
dos, sino también en Guatemala y once kilómetros a cada lado de la vía.
Honduras. Para 1930 poseía 1.383.485 Algunos ramales conectaron cada
hectáreas de terreno, de las cuales plantación con la línea principal, y de
76.612 estaban dedicadas al banano; ahí al muelle en Santa Marta y al mar.
habían construido 2.434 kilómetros de En los años veinte la zona bananera
ferrocarril, y poseía noventa barcos de cubría buena parte de los municipios
vapor, conocidos como la Gran Flota de Santa Marta, Ciénaga, Aracataca,
Blanca, que transportaban bananos a Fundación y Pivijay. Las exportacio­
Norteamérica y a Europa. Para coor­ nes de banano desde Santa Marta cre­
dinar su vasto imperio, la compañía cieron de 275.000 racimos en 1900 has­
había construido 5.636 kilómetros de ta 6,5 millones en 1915, y de ahí a 10,3
cables telegráficos y telefónicos y vein­ millones en 1929. En este año, Colom­
ticuatro estaciones de radio, se había bia era el tercer abastecedor mundial
convertido en la más grande fuente de de banano, y este producto constituía
empleo en el Caribe, con una fuerza el siete por ciento de las exportaciones
laboral de 150.000 personas. Las ex­ colombianas.
portaciones de banano llegaron a los El capital que la United Fruit Com-
65 millones de racimos al año. pany invirtió en la zona bananera y las
El desarrollo del enclave colombia­ conexiones de mercadeo que estable­
no fue apenas una pequeña parte de ció, abrieron nuevas oportunidades Elpuerto1tSTMarta’
hacia 1890, ilustración
esta rápida expansión. En Colombia, para algUnos colombianos. La zona publicada en la "Nueva
como en otras partes, las plantaciones fue inundada por trabajadores del geografía universal", de
bananeras siguieron al ferrocarril. En puerto, del ferrocarril y del campo, Eliseo Reclus.
186 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

por pequeños agricultores, comercian­ res. La United Fruit Company, se


tes, tenderos y agricultores ansiosos dice, mandó contratistas a reclutar
de producir banano. En alguna forma, este personal. Cultural y racialmente,
esta gente se benefició de la presencia los trabajadores de las bananeras
de la United por la valorización del te­ constituían un grupo heterogéneo.
rreno, por el crecimiento de una eco­ Pero, en contraste con Centroaméri-
nomía monetaria, y por nuevas posi­ ca, donde la United Fruit Company
bilidades de empleo y mercado. Al importó grandes cantidades de negros
mismo tiempo el dominio de la United del Caribe, más del 90 por ciento de
Fruit Company en la economía re­ la fuerza laboral de la zona era colom­
gional y su control de la vida política biana. El hecho que los trabajadores de
local frustró las ambiciones de muchos las bananeras de Santa Marta hablaran
grupos. un mismo idioma, tuvieran una misma
Para entender la transformación so­ religión y, a pesar de las diferencias re­
cial que acompañó la rápida expansión gionales, se reconocieran como colom­
de la producción bananera y las ten­ bianos, mejoró su habilidad de organi­
siones ligadas a ella, debemos descri­ zarse contra la compañía en 1928.
bir cada uno de los principales grupos Por medio de la inmigración, la po­
sociales y sus relaciones con la United. blación de trabajadores creció desde
Solamente así podremos comenzar a aproximadamente 5.000 en 1910 a más
entender las frustraciones de obreros, de 25.000 en 1925. La gran mayoría
campesinos, comerciantes y algunos trabajaba por un salario monetario.
bananeros colombianos, que hicieron De esta manera, el crecimiento de la
erupción en la gran huelga de 1928. economía bananera dio auge a un gru­
po que no había existido antes en la
Los obreros región: un proletariado rural sin tie­
rra. Muchos de los propietarios rura­
La United Fruit Company necesitaba les de Santa Marta no trabajaban per­
obreros para construir los ferrocarriles manentemente en una sola finca. Sólo
y los canales de riego; para limpiar el algunos permanecían durante largos
terreno, sembrar el banano y recolec­ períodos de tiempo, y otros tendían a
tar la cosecha; y para cargar los bar­ moverse de plantación en plantación,
cos. En los primeros años la mano de trabajando una semana para la United
obra era escasa. La decisión de la Uni- Fruit Company y la siguiente para uno
ted Fruit Company de ofrecer salarios u otro de los cultivadores colombia­
altos, hasta el doble de lo pagado por nos. Tales movimientos reflejaban la
los hacendados del interior, reflejó su demanda fluctuante de trabajo inhe­
necesidad de atraer fuerza laboral. rente a la economía bananera; la fruta
Tales incentivos fueron exitosos: no se cortaba todos los días, y los em­
durante las primeras tres décadas del pacadores y estibadores se necesita­
siglo veinte, miles de personas llega­ ban solamente cuando los barcos es­
ron a Santa Marta. Algunos de los pri­ taban en puerto. Algunos trabajado­
meros fueron soldados liberales de la res también tomaron parte en migra­
guerra de los Mil Días, junto con sus ciones interregionales. No era extraño
generales, que se establecieron en la que algunos salieran hacia el occidente
zona una vez terminada la guerra. In­ de la Costa Atlántica para cosechar al­
dígenas de la Guajira y la Sierra Ne­ godón o azúcar, o se engancharan por
vada se sumaron a la fuerza obrera de algún tiempo en los campos petroleros
las plantaciones. Más gente llegó del de Barrancabermeja, cientos de kiló­
occidente, de Atlántico y de Bolívar. metros al sur.
Aunque la mayoría de los trabajado­ Para la United Fruit Company esto
res eran de la Costa Atlántica, una hacía difícil retener a sus trabajadores,
proporción alta eran mestizos del in­ particularmente en los primeros años
terior, en particular de los Santande- de escasez laboral.
Capítulo 8_________________________________________________________________________________________________ 187

El sistema que la compañía desarro­ irrigación, trabajando en turnos las


lló para conseguir sus objetivos se ba­ veinticuatro horas. El sistema de tra­
saba en el trabajo a destajo. En lugar bajo a destajo funcionó bien para la
de pagar salarios por hora o por día, compañía, y parece que agradaba a los
la United Fruit Company pagaba por obreros. Aunque era inseguro, les
trabajo cumplido. Por limpiar terreno daba la libertad de manejar su propio
nuevo, sembrar matas de banano y tiempo y sus procesos laborales. Lo
desherbar, se pagaba a los grupos de que no les gustaba eran las prácticas
trabajo por unidad de terreno, por la de contratación de la compañía. En lu­
cabuya (algo mayor que la hectárea). gar de contratar directamente a sus
Los trabajadores generalmente labo­ trabajadores, utilizaba a contratistas
raban de las seis a las once de la ma­ colombianos (ajusteros), que acorda­ El buque "Santa Marta",
ñana y de la una a las seis de la tarde; ban el trabajo a realizar y reclutaban uno de los 90 barcos de
eran supervisados por capataces de la los trabajadores para hacerlo. La Uni- vapor que llegaron a
constituir la llamada
United Fruit Company y por listeros. ted Fruit Company estipulaba: «Todos "Gran Flota Blanca" de
Durante los períodos intensos del cor­ los detalles del trabajo serán de cargo la United Fruit Company,
te del banano, grupos de obreros asu­ del contratista, y ni el contratista ni en la cual se transportaba
mían trabajos especializados: los pu- sus empleados son empleados de la banano desde las islas del
yeros cortaban la fruta; los coleros United Fruit Company.» Así se dio Caribe, Centro América y
Colombia hacia Europa y
cargaban los racimos al borde de los una situación extraña: la United Fruit Estados Unidos. Con una
campos; y los carreros los apilaban so­ Company producía millones de bana- fuerza laboral de ¡50 mil
bre góndolas que las muías llevaban nos cada año, pero sostenía que no te- personas, la United llegó
hasta las estaciones. Allí los cargado­ nía trabajadores. a exportar 65 millones de
res subían el banano a los vagones que racimos al año, desde las
El sistema de contratos le sirvió a la 76 612 hectáreas que
lo llevaban directamente al puerto. compañía: los problemas del recluta­ tenía dedicadas al cultivo
Un tercer grupo de obreros cuidaba la miento y las relaciones laborales se de- en América.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
188

la compañía debía pagarle a sus obre­


ros quincenalmente, a veces había de­
moras. Los obreros tendían a estar
cortos de dinero y a solicitar avances
que la compañía distribuía por medio
de vales redimibles en almacenes de la
compañía.
Se desarrolló un sistema por el cual
la mayoría de los contratistas pagaba
a sus obreros en parte en vales al ini­
ciar un trabajo, y el resto en efectivo
al final. Los trabajadores podían cam­
biar sus vales por efectivo con tende­
ros locales, pero éstos descontaban
entre el diez y el treinta por ciento. Si
un obrero dejaba su trabajo antes de
completarlo, la United Fruit Company
le retenía el cuarenta por ciento del sa­
lario que le debía. El sistema de avan­
ces y descuentos pretendía retener a
los trabajadores en las plantaciones.
Una carreta tirada por jaron en manos de unos pocos empre- Pero muchos obreros se endeudaban
bueyes saca los racimos sarios colombianos. Pero los trabaja-
de la plantación, en la dores no estaban tan satisfechos. El con la compañía, y el valor real de sus
Zona Bananera de Santa sistema conducía a su explotación. salarios disminuía. En 1928 los traba­
Marta. En 1925, la United jadores demandarían que la compa­
empleaba aquí más de Una comisión del gobierno reportó ñía les pagara cada siete días y en
25 mil trabajadores. que a los contratistas a veces «les sisan efectivo.
o merman sus salarios». Más impor­
tante aún, la United Fruit Company El ingreso de los trabajadores de las
utilizó los contratos para evadir la le­ bananeras se reducía con un descuen­
gislación laboral colombiana. Cuando to del dos por ciento para servicios
después de 1915 el gobierno comenzó hospitalarios. Se necesitaba urgente­
a promulgar leyes regulando las con­ mente servicio médico. Una comisión
diciones de trabajo, la United Fruit gubernamental reportó: «El estado sa­
Company rehusó extender los benefi­ nitario de la zona es de lo más deplo­
cios a los trabajadores en las planta­ rable que tiene el país... Además de la
ciones porque, según ella, quienes tra­ endemia propia de nuestras tierras ca­
bajan en los campos bananeros no lientes, el paludismo, se presenta en
eran empleados suyos. Uno de los ob­ esa región, con caracteres de la mas
jetivos principales de la huelga de alta morbosidad, la anemia tropical, la
1928 fue que la United Fruit Company tuberculosis, el parasitismo intestinal
reconociera a sus obreros. de toda especie, la gastroenteritis in­
Tal como señalaba la United Fruit fantil, y las enfermedades venéreas...
Company, los salarios de los obreros A los trabajadores se les llama "mo­
de las bananeras eran altos para el mo­ zos" en la región, y en verdad que muy
mento: desde alrededor de cincuenta pocos llegan a la vejez.» La United
centavos por día en 1908, subieron Fruit Company se ufanaba de sus
hasta ochenta centavos a un peso y aportes a la investigación antimalaria
veinte centavos diarios, y a veces hasta y de su hospital en Santa Marta. Lo
un peso y medio por día en los años que molestaba a los trabajadores eran
veinte. las contradicciones y prácticas discri­
Aunque la compañía puede haber minatorias de la compañía. Los con­
pagado un buen jornal, la mayoría no tratos decían que los obreros no eran
encontraba trabajo para todos los empleados de la United Fruit y, sin
días. Además, aunque se suponía que embargo, la compañía les descontaba
Capítulo 8 189

un dos por ciento de sus salarios para los chinches, que casi nunca dejaban Transporte de racimos en
salud. A pesar de estos pagos, los tra­ al obrero conciliar el sueño». Hasta vagonetas de tracción
bajadores enfermos o que sufrían ac­ siete personas dormían en un solo bovina, que
transportaban el banano
cidentes de trabajo muchas veces no cuarto de tres por tres metros, colgan­ hasta la principal vía del
podían llegar al hospital. Cuando lo do sus hamacas unas encima de otras. tren, que a su vez llevaba
hacían, les recetaban quinina y sulfato Los campamentos no tenían ventila­ el producto al puerto,
de magnesio, sin importar cuál fuera ción, agua potable, duchas o retretes. fotografía de los años 20.
el problema, y se les enviaba a casa. La United Fruit Company sostenía
«En cambio, cuando enfermaba algún que el albergue que suministraba no
empleado de confianza de la compa­ era inferior a la vivienda rural en otras
ñía, no sólo tenía médico a donde ir partes de Colombia. Esto era cierto,
sino que los remedios los pedían por pero los obreros esperaban algo me­
teléfono a Santa Marta.» En 1928 los jor. Su sentido de la injusticia aumen­
trabajadores pedirían la construcción taba por el contraste entre sus propios
de hospitales en toda la zona y la com­ ranchones y las viviendas confortables
pensación por accidentes de trabajo. con jardines y canchas de tenis de los
A los trabajadores también les administradores de la compañía. Al
preocupaba la vivienda. La compañía llegar la huelga en 1928, los obreros
alojaba a la mayoría de los obreros de pidieron a la compañía que les sumi­
las bananeras en campamentos de sus nistrara mejores viviendas, en las que
plantaciones. Estos «ranchones» eran al menos no peligrara su salud.
insalubres y atestados. Un viejo ha­
bitante los describía así: «Eran tambos
montados en bloques de cemento con Los colonos
vigas de madera. Una ancha platafor­ Aunque muchos emigrantes se convir­
ma servía de dormitorio: las camas tieron en proletarios rurales, otros no
eran esteras de hojas de guineo. Por estaban tan ansiosos de trabajar por
cierto que se mantenían invadidas por un salario. Escogieron, en cambio,
190 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

convertirse en campesinos en las tie­ subsistencia, con el desarrollo de la


rras baldías de la región. Reclamaron economía bananera comenzaron a
pequeñas áreas que por su distancia vender excedentes en el mercado re­
del tren, su falta de riego o sus tierras gional creado por el gran flujo de gen­
infértiles, no habían sido incorporadas te. Fuera de suministrar alimentos,
aún a las plantaciones de banano. llenaron otro papel económico vital
Eran gentes pobres pero independien­ para la economía de exportación: pro­
tes. El periodista Alberto Luna Cár­ porcionaron a las plantaciones trabajo
denas los describió en 1914: «En al­ de reserva barato. Las cuadrillas con­
gunos lugares... se levantaban ran­ tratadas por la United Fruit Company
chos, habitados por familias que vi­ frecuentemente incluían a miembros
vían de la pesca y de la caza, y pro­ de familias campesinas así como de
veían de leña al ferrocarril [...] obreros sin tierra.
Aquellas viviendas eran chozas mise­ En esta forma, el nacimiento de la
rables, construidas en palma de cuesco economía bananera, que dio auge al
o babuzú, sobre suelos de tierra hú­ proletariado rural, también estimuló
meda, dentro de una corraleja de gua­ el crecimiento de un campesinado in­
dua o de otras astillas de madera, don­ dependiente y orientado hacia el mer­
de convivían el marrano de cerda or­ cado. En la superficie, la economía de
dinaria, las gallinas y los niños de ca­ exportación y la economía campesina
beza anormal, estómagos protuberan­ se apoyaban mutuamente: los campe­
tes y piernas delgadas, minados por la sinos alimentaban a los obreros de las
malaria, junto al perro macilento y de bananeras y ocasionalmente trabaja­
mirada triste... Algunas matas de plá­ ban en las plantaciones; al mismo
tano, yuca, maíz y caña de azúcar, y tiempo, el crecimiento de la economía
rara vez árboles de cacao, revelaban la bananera le dio a los campesinos ma­
exuberancia de aquella tierra de pro­ yor campo para la actividad comercial.
misión...» Sin embargo, había tensiones cons­
Mientras en los primeros años los tantes entre la United y los campesi­
colonos producían lo necesario para su nos. La principal era por el control de

Complejo de oficinas de
la United Fruit en Santa
Marta (1921), donde
funcionaban la gerencia y
los almacenes de la
compañía.
Capítulo 8 191

la tierra. El advenimiento de la United


Fruit Company estimuló una alza en
los precios de la propiedad: para 1925
la tierra bananera se vendía a 400-500
pesos la hectárea. Al mismo tiempo
hubo un incremento dramático en las
transacciones de finca raíz. Algunas
de las viejas familias pudientes de San­
ta Marta desenterraron títulos colo­
niales de inmensas extensiones de te­
rreno que vendían a la United Fruit
Company. Otros empresarios locales
solicitaron concesiones gubernamen­
tales de tierras o simplemente fabri­
caron nuevos documentos de propie­
dad. Tal actividad especulativa rindió
sus frutos en ventas provechosas a la
United Fruit Company o a colombia­
nos deseosos de formar sus propias agente de la compañía informaba a un Recolección de banano,
plantaciones de «oro verde». Por me­ grupo de campesinos que el terreno hacia 1928. Los
dio de compra la United Fruit Com- colonizado era propiedad privada y "puyeros" cortaban la
que si no abandonaban inmediata­ fruta en jornadas que iban
pany consolidó gradualmente 41 plan­ de 6 a 11 de la mañana y
taciones con 60.000 hectáreas. Mien­ mente sus campos serían desalojados. de 1 a 6 de la tarde.
tras tanto, los colombianos formaron Algunos, ante la posibilidad de per­
más de 350 plantaciones más pequeñas derlo todo, vendían a precio reducido.
de banano, así como ganaderías. Con aquellos que se negaban, la com­
pañía utilizaba la fuerza: desalojaba a
De esta manera la economía bana­ los campesinos, entraba ganado a sus
nera trajo una apropiación masiva de cosechas, quemaba sus chozas y en­
tierras baldías. Los límites de muchas carcelaba a sus voceros.
propiedades no eran claros y muchos Muchos campesinos no aceptaron
dueños continuaron agrandando ile­ pasivamente la pérdida de sus tierras.
galmente sus tenencias corriendo sus Familias de agricultores amenazadas
límites sobre tierras baldías. Por los con la expropiación en los años 1907­
años veinte la propiedad se había con­ 1930 dirigieron multitud de peticiones
vertido en una maraña de reclamos a las autoridades de Bogotá, descri­
conflictivos: el gobierno mantenía que biendo sus situaciones y solicitando su
todavía existían 90.000 hectáreas de protección. Colombia tenía leyes de
tierras baldías en la zona, mientras la colonización que protegían a los co­
United Fruit y los agricultores colom­ lonos de tierras baldías, a las cuales
bianos insistían en que todo era ya ellos apelaban (Ley 61 de 1874 y 48 de
propiedad privada. Lo que sí es cierto 1882). Aun cuando fueran desaloja­
es que buena parte del territorio del dos, muchos colonos rehusaron reco­
que repentinamente se decía que era nocer la legalidad de tales acciones, y
privado después de 1900, localmente algunos trataron de defenderse en los
se conocía como tierra baldía y estaba tribunales.
ya ocupado por campesinos. Por lo general los campesinos no tu­
En los años después de 1905, mu­ vieron éxito en su lucha por defender
chos campesinos encontraron que sus su tierra. El gobierno nacional tenía
títulos eran demandados por la United poca influencia sobre las autoridades
Fruit. A medida que la construcción locales, que condescendían con la
de líneas ferroviarias y canales de rie­ United Fruit. Sin embargo, la resisten­
go traía tierra nueva a la economía ba­ cia de los colonos tuvo efectos a largo
nanera, la United Fruit y los colonos plazo. Convenció a mucha gente de
entraron en confrontación directa. Un que las reclamaciones de terreno de la
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
192

El proceso de cambio produjo una


relación cercana entre los campesinos
y los trabajadores asalariados. Ambos
habían llegado recientemente a la
zona. Algunos campesinos eran tra­
bajadores asalariados que habían aho­
rrado lo suficiente para iniciar una
ocupación, mientras algunos asalaria­
dos eran campesinos desposeídos de
sus tierras. Sin embargo, mucha gente
rural de Santa Marta rehusaba iden­
tificarse como uno u otro. Más bien
buscando incrementar su seguridad y
su ingreso, adoptaron estrategias que,
al pasar el tiempo, incluían ambos pa­
peles. Los trabajadores de las bana­
neras muchas veces expresaron su de­
seo de establecerse en la zona convir­
tiéndose en cultivadores de tierras bal­
días. En un área de alimentación cos­
Hospital de la United United eran fraudulentas, que las tosa e inflación opresora, ser colono
Fruit en Santa Marta, a plantaciones de banano eran en reali­
comienzos de los años 20. dad tierras baldías usurpadas en forma representaba no solamente la seguri­
La compañía descontaba violenta e ilegal. Además, el hecho dad de subsistencia, sino también una
un 2% de los salarios de
que la compañía guardara más de la oportunidad de mejoramiento econó­
sus trabajadores para mico. Al mismo tiempo muchas fa­
salud, y aunque se mitad de su propiedad como reserva,
ufanaba de estas sin hacer ningún uso económico de milias de colonos enviaban a sus fa­
instalaciones y de sus ella, parecía a muchos una violación miliares a trabajar para la United, con
aportes a la investigación del principio elemental de justicia in­ el fin de reclamar los beneficios asig­
antimalárica, los
corporado en la legislación colombia­ nados a los trabajadores de la com­
trabajadores se quejaban pañía: herramientas agrícolas, pasajes
de que se les recetaba na desde la época colonial de que el
indistintamente quinina y derecho a la propiedad depende de su reducidos en el ferrocarril y acceso a
sulfato de magnesio. utilización. El destino de aquellos co­ los almacenes y hospitales de la com­
lonos que perdieron sus tierras es os­ pañía. Esta relación fluida y traslapa­
curo. Es posible que algunos se hayan da entre colonos y asalariados creó las
trasladado hacia el interior para unirse bases para la comprensión y apoyo
a otros grupos de colonos en la aper­ mutuos. Como se verá, en 1928 los co­
tura de nuevos terrenos. Muchos, sin lonos se unieron a los obreros de las
los recursos para empezar de nuevo, plantaciones en la gran huelga contra
se unieron al proletariado rural del ba­ la compañía.
nano.
Aun aquellos que lograron mante­ Los comerciantes
nerse en sus tierras no fueron invul­
nerables a la expansiva economía ba­ Mientras el negocio bananero crecía,
nanera. Los canales que construyó la y con él la población, los pueblos más
United rodeaban algunas comunida­ viejos de la región se transformaron:
des de campesinos, aislándolos de los Santa Marta y Ciénaga se convirtieron
mercados locales. Además, al cambiar en ciudades sofisticadas con hoteles de
los cauces de los ríos para riego, la estilo europeo, luz eléctrica, bancos y
compañía agravó los problemas de se­ muchas pequeñas fábricas manufac­
quía en el verano en las tierras sin rie­ tureras. En un informe oficial se ha­
go, y de inundaciones en el invierno. blaba de 3 fábricas de hielo, 3 de ja­
Varias colonizaciones fueron total­ bón, 1 de harina, 1 de licores, 1 de cer­
mente eliminadas por los canales de la veza, 1 de cigarrillos y 2 de pastas. Al
compañía. lado del ferrocarril aparecieron nue­
Capítulo 8 193

vas poblaciones: Riofrío, Orihueca,


Guayacamal, Ciudad Perdida, El Re­
tén, Aracataca.
Alberto Luna Cárdenas describió a
Aracataca en 1914, dos años después
de que pasara el ferrocarril por ella:
«Aracataca era todavía un poblado en
formación, con muy pocas casas, cons­
truidas de tablas aserradas y techum­
bres de zinc; la generalidad eran ran­
chos de cañabrava o mapora parada,
cubiertos de palma, todos ellos de
apariencia provisional, como de emer­
gencia, para alojar a una humanidad
nómada, pobre pueblo de aluvión; con
una iglesia destartalada que más pa­
recía en ruinas que en construcción.
La campana para llamar a los feligre­
ses a oración consistía en una yarda de
riel, cortada en los talleres del ferro­
carril y colgada, junto con el badajo, gos de boliche, lotería, bacarrat, lo Grupo de pequeños
del tronco de un totumo viejo que se mismo que prostíbulos de italianos, si­ arrendatarios en la Zona
había muerto de sed.» rios, palestinos y criollos.» Bananera, en 1892. Las
tierras no incorporadas a
En los pueblos vivían los comercian­ las plantaciones fueron
En las poblaciones nuevas la pri­ tes de la zona que vendían ron blanco, ocupadas por colonos,
mera edificación pública era la iglesia, alimentos, herramientas y ropa. Había quienes intentaron
pero los sacerdotes escaseaban y la au­ cuatro o cinco tenderos en cada po­ mantener su
toridad religiosa era débil. Después de blación y muchos más en Santa Marta independencia, en medio
la iglesia venían la plaza de mercado, y Ciénaga. Su prosperidad dependía de tensiones con la United
de las ventas hechas a los trabajadores Fruit, que pretendía el
el matadero, la inspección de policía y control de las tierras.
el salón de cine. Cada caserío tenía de las bananeras. Encontrando com­
avidez por un salón de cine; la pobla­ petencia directa de la United, se vol­
ción estaba embrujada por la magia vieron en su contra, y algunos se con­
del cine. La educación formal, sin em­ virtieron en fuertes partidarios de la
bargo, era casi inexistente. Había po­ gran huelga de 1928.
cos colegios en la zona; la United no Los tenderos y comerciantes de la
los suministró sino después de 1930. zona resentían los almacenes de la
El transcurrir de la vida en los pue­ United Fruit. Surtidos de mercancías
blos giraba alrededor de la economía importadas que traían los barcos ba­
bananera. El día de pago los pueblos naneros en sus viajes de regreso, abas­
revivían, mientras millares de traba­ tecían a los trabajadores de las plan­
jadores buscaban descanso del trabajo taciones a cambio de los vales emiti­
duro y del aislamiento de las planta­ dos por la compañía. Ésta también po­
ciones. Las poblaciones proporciona­ seía varias haciendas de ganado que
ban diversiones: baile, licor, juego y aprovisionaban a los comisariatos con
burdeles. En Aracataca, Alberto carne fresca. En los años veinte, los al­
Luna Cárdenas encontró «estancos macenes de la United vendían hasta
para abastecerse de ron blanco... y un veinte por ciento más barato que
grandes ranchones para los bailes co­ los tenderos locales. Manteniendo los
munales de los sábados..., festivales precios bajos, la compañía esperaba
con carnaval y tahúres y vendedores mantener bajos los salarios en un pe­
de específicos, yerbateros y traficantes ríodo de inflación general.
en semillas y huesos milagrosos». Y un Los comerciantes revelaban los pre­
trabajador recordaba: «En el pueblo cios bajos de la United y el pago a sus
[nos] esperaban las cantinas y los jue- trabajadores con vales que se podían
194 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

utilizar solamente en sus almacenes. monopolio de la compañía sobre estos


Los comerciantes que criticaban más factores le permitía manipular los pre­
fuertemente a la United eran los de cios del banano, e imponer condicio­
Ciénaga, que ya había sido centro de nes que los cultivadores nativos sabían
comercio antes del auge bananero, y hostiles a sus intereses.
los comerciantes de importación y ex­ Para obtener préstamos y vender
portación de Barranquilla, que abas­ sus bananos, los cultivadores tenían
tecían a los almacenes de Ciénaga. El que firmar contratos de cinco años con
comercio de Barranquilla se exasperó la compañía. Los términos de tales
más cuando los barcos de la Gran Flo­ contratos eran señalados unilateral­
ta Blanca comenzaron a parar allí para mente por la United, cuyo interés era
negociar la carga que traían de ultra­ excluir a compañías bananeras com­
mar. petidoras, ajustar el suministro local a
Los comerciantes no vacilaron en la demanda internacional y asegurar
explotar a los obreros de las banane­ su propia posición contra cambios en
ras: les cobraban precios altos y to­ el medio económico. Por lo tanto, los
maban descuentos usureros sobre sus contratos estipulaban que por un pre­
vales, mientras las casas de juego con­ cio fijo (sesenta centavos por racimo
trataban a matones para robarles sus desde 1913 hasta 1930), el cultivador
ganancias a los trabajadores con suer­ se comprometía a vender todo su ba­
te. Aun así, la prosperidad de los co­ nano a la compañía. El productor te­
merciantes dependía de la de los tra­ nía que cortar y entregar la fruta al fe­
bajadores y ambos grupos tenían mo­ rrocarril en los días asignados por la
tivos de queja contra la compañía. En compañía, y absorber cualquier incre­
1928 el interés de los comerciantes de mento en el costo que resultara de
abolir los almacenes de la compañía y nuevos impuestos. Al mismo tiempo,
de acabar con el sistema de vales en­ la compañía se eximía de cualquier
traría en el pliego de peticiones de los responsabilidad de comprar banano
trabajadores. En compensación, los en caso de guerra, huelga o desastre
comerciantes de la zona apoyaron de natural que pudieran interferir con el
todo corazón la huelga. mercado.
Los cultivadores sabían que en un
Los cultivadores nacionales mercado competitivo lograrían mayo­
res precios; también se sentían agra­
Un cuarto grupo económico importan­ viados por tener que asumir todos los
te era el de los cultivadores colombia­ riesgos. Pero lo que más les enfurecía
nos de banano. A lo largo del princi­ era la negativa de la compañía a reci­
pio del siglo xx, los cultivadores co­ birles siquiera una tercera parte de su
lombianos produjeron más de la mitad cosecha bananera. A los cultivadores
de la fruta exportada por la United se les obligaba a cortar varias veces a
Fruit desde Santa Marta. En los años la semana, y por contrato la fruta per­
veinte poseían 35.000 hectáreas de tenecía a la compañía desde que se ba­
campos bananeros, contribuyendo con jaba de la mata; sin embargo, la com­
el 57 % de las exportaciones. La ma­ pañía se reservaba el derecho de re­
yoría de los cultivadores tenía raíces chazar sin pago cualquier banano que
en la región, aunque el auge había
atraído inversionistas de todo el país. no fuera «de calidad de exportación».
Los cultivadores se beneficiaron de En realidad, la compañía utilizaba
las conexiones que la United Fruit es­ esta condición en forma arbitraria
tableció con los mercados internacio­ para regular el suministro y para re­
nales, pero se irritaban con su posición compensar o castigar a los cultivado­
de monopolio. Los colombianos de­ res locales. Con el rechazo, que ya ha­
pendían de la compañía para crédito, bía generado gastos al cortar, los cul­
riego y mercadeo de su producto. El tivadores podían hacer muy poco:
venderlo a un precio muy bajo por la
Capítulo 8 195

Costa Atlántica, en un mercado do­ cultivadores mismos. La United utili­


méstico pequeño (alrededor de Santa zó una variedad de tácticas para man­
Marta las clases populares se negaban tener por fuera a sus rivales. Ejerció
a comer bananos, a los cuales llama­ presión sobre los cultivadores que tra­
ban peyorativamente «cayeyes», un taban de vender banano en otra parte,
término también utilizado para insul­ cerrándoles el agua de riego y los prés­
tarse.) La alternativa era dar el ba­ tamos. Al mismo tiempo asumió ac­
nano sobrante a los cerdos o dejarlo al ciones legales contra compañías riva­
lado del ferrocarril para que se pu­ les por la violación de contratos lega­
driera a la vista de todo el mundo. les de adquisición. Mientras se deci­
Como resultado de estos proble­ dían los casos, la United embargaba la
mas, la mayor ambición de los culti­ fruta en disputa; esto generalmente
vadores era independizarse más de la quebraba a la compañía rival, pues el
United Fruit Company. Buscaron esto banano se pudre casi inmediatamente. Tren bananero de los
estimulando a otras compañías bana­ Para que los cultivadores no la ferrocarriles de Santa
abandonaran en masa, la United hizo Marta. En 1892, Minor
neras para establecer servicio de bar­ Cooper Kelth, uno de los
cos de vapor a Santa Marta. En 1912 que sus contratos se renovaran en épo­ creadores de la United
los cultivadores trataron de abrir ca­ cas distintas. Tales precauciones pro­ Fruit, compró la
nales alternos de mercadeo por medio bablemente no eran necesarias, pues concesión del nuevo
de un competidor norteamericano de los cultivadores estaban divididos en­ ferrocarril al gobierno de
tre sí casi tan vehementemente como Rafael Reyes; para 1930,
la United, y lo mismo hicieron en 1918 la compañía había
y 1922. estaban en contra de la compañía. Pe­ construido 2 434 km de
Las luchas de los cultivadores por li­ leaban sobre el agua, los límites y el líneas férreas. En buena
brarse del monopolio de la United fra­ acceso al patrocinio de la compañía. parte, el conflicto de las
casaron. Las razones eran de dos cla­ Aparte de los antagonismos persona­ bananeras se desarrolló
les, estaban divididos por diferencias teniendo como escenario
ses: la oposición decidida de la com­ los trenes, líneas y
pañía a cualquier intromisión en sus de clase, regionalismo y política. Los estaciones de este
dominios, y las divisiones entre los más ricos y poderosos descendían de ferrocarril.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
196

Edificio de la Casa pañía y, a cambio de favores políticos,


Castillo, de Rafael del ésta les daba un trato preferencial.
Castillo y Cía., agente Si los cultivadores de Santa Marta
la United en Barranqu eran más poderosos y visibles, eran
una minoría. En Ciénaga y Aracataca
vivían cientos de pequeños cultivado­
res, muchos de los cuales sembraban
menos de cincuenta hectáreas de ba­
nano. Casi siempre mulatos y mesti­
zos, y liberales en política, se enoja­
ban con la dominación política de San­
ta Marta y con lo que parecía una
alianza entre los ricos conservadores y
la United. Estos liberales, pequeños
cultivadores de banano, eran particu­
mminiitr larmente constantes en su oposición a
la compañía. Sus líderes eran dos
grandes comerciantes cienagueros,
cultivadores de banano: Juan Bautista
Calderón y Julio Charris.
La relación entre los cultivadores de
banano y los trabajadores de la zona
era ambivalente. Tal como la United,
ellos robaron las tierras a los campe­
sinos y aprovecharon el trabajo duro
de los obreros, utilizando a los mismos
contratistas que la compañía. La ma­
las viejas familias aristócratas de Santa yoría de los observadores estaban de
Marta, mezclados con unos pocos co­ acuerdo en que los salarios y las con­
merciantes de Barranquilla. Éstas in­ diciones de vida eran peores en las
cluían las familias Dávila, Goenaga, plantaciones de colombianos que en
Campo Serrano, Díaz Granados, las de la United. Al mismo tiempo,
Salcedo Ramón, Riasco, Bermúdez, tanto los cultivadores como los traba­
Foliaco, Noguera, Fergusson y Ven- jadores sentían que eran explotados
goechea. Eran principalmente de ex­ por la United: de aquí surgió una es­
tracción española, políticamente con­ pecie de mutua identificación. La ló­
servadores, dueños de grandes plan­ gica económica de la United —limitar
taciones de banano, haciendas gana­ el abastecimiento para mantener alto
deras y unas pocas fincas cafeteras en el precio mundial del banano— resul­
la Sierra Nevada. tó un desperdicio de recursos nacio­
Muchos de estos terratenientes de­ nales.
sarrollaron una relación casi simbióti­ Miles de hectáreas de tierra inutili­
ca y mutuamente provechosa con la zada, miles de racimos de banano pu­
United Fruit. Vendieron tierras a la driéndose al lado de los rieles ferro­
compañía, en retribución recibieron viarios reforzaban entre los colombia­
los préstamos más jugosos y los con­ nos de la zona un sentimiento de in­
tratos más ventajosos, y sus parientes justicia. Factor adicional que unía a
recibían trabajos con sueldos altos en los trabajadores y a algunos de los cul­
la compañía. Además de sus activida­ tivadores era su identificación como
des económicas, estas familias ocupa­ miembros del partido liberal. Esto era
ban importantes puestos políticos en el particularmente cierto en Ciénaga y
departamento del Magdalena; eran go­ en Aracataca, donde la mayoría de co­
bernadores, secretarios departamenta­ merciantes y cultivadores vivían en las
les y jueces. Trataban bien a la com­ Cabeceras municipales y mantenían un
Capítulo 8 197

contacto cotidiano con los campesinos Mientras los cultivadores habían tra­
y con los trabajadores. tado de enfrentarse a la dominación
de la United relacionándose con otras
Los años veinte compañías de exportación, otros tra­
taron de buscar la intervención directa
Toda la población de la zona bananera del gobierno. Éste podía ayudar a la
tenía motivos de queja contra la Uni- industria colombiana bananera a ga­
ted Fruit Company. ¿Pero qué hizo nar su independencia rompiéndole a la
precipitar la huelga? En primer lugar, United sus monopolios sobre el ferro­
los cultivadores colombianos se vol­ carril, el riego y el crédito. El hecho
vieron más impetuosamente contra la que la concesión sobre el ferrocarril
compañía. En los veinte la inflación cedida durante el gobierno de Reyes a
comenzó a mermar las ganancias de la United estuviera próxima a expirar,
los cultivadores, aunque el volumen revivía las esperanzas de los cultiva­
creciente de exportaciones las com­ dores. Mientras tanto, un grupo ase­ Fotografía tomada en "La
pensaba en parte. Las utilidades de la sor norteamericano, la comisión Kem- Isla", propiedad de la
expansión bananera fueron distribui­ merer, apremió al gobierno colombia­ familia Campo Serrano,
das en forma desigual. Los cultivado­ no para que gravara las exportaciones en la Zona Bananera.
res de Santa Marta sacaban provecho, de banano. "Muchos de estos
terratenientes
mientras los pequeños cultivadores de En Santa Marta y en Bogotá se ha­ desarrollaron una
Ciénaga y Aracataca eran golpeados bló de nacionalizar los canales de rie­ relación casi simbiótica y
por los precios que subían, la falta de go y los ferrocarriles dominados por la mutuamente provechosa
crédito y la competencia de los gran­ con la United. Vendieron
United Fruit, de imponer un impuesto tierras a la compañía y en
des cultivadores. A comienzos de los de exportación y crear canales alter­ retribución recibieron
veinte, apelaron al gobierno nacional. nos de crédito que permitieran a los préstamos y contratos".
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
198

colombianos romper sus contratos con El gobierno tomó otras medidas. En


la compañía. En el fondo de tales ini­ 1924, los cultivadores solicitaron que
ciativas había un nacionalismo inci­ una sucursal del nuevo Banco Agrí­
piente que, al mismo tiempo que le cola Hipotecario fuera abierta en San­
abría los brazos a la inversión extran­ ta Marta para suministrar una fuente
jera, quería utilizarla para propósitos alterna de crédito. Y en 1925 la Corte
colombianos. Suprema de Justicia ordenó a la Uni-
En 1923 el gobierno dio un primer ted devolver el ferrocarril al gobierno
paso: creó una Comisión de Baldíos colombiano. La United opuso resis­
especial en la zona bananera. El pro­ tencia a estas medidas, que no entra­
pósito de la Comisión de Baldíos (un ron en vigor sino después de 1930. El
director, un topógrafo y varios poli­ que la primera tentativa gubernamen­
cías) era proteger toda tierra baldía tal en la zona no tuviera efecto con­
contra su usurpación, con el objeto de tribuyó a la visión de que la United ac­
crear allí una asociación nacional de tuaba como un «estado dentro del Es­
productores de banano. La comisión tado».
debería también hacer cumplir las le­ En los dos años anteriores a la huel­
yes de tierras y de aguas. ga, la hostilidad entre la United Fruit
La comisión tuvo dificultades para Company, por un lado, y el gobierno
su trabajo: se enfrentaba tanto con la colombiano y los cultivadores colom­
United como con los cultivadores lo­ bianos, por el otro, llegó a su cima.
cales, que insistían en sembrar banano Un desastre natural precipitó la crisis:
dentro de las reservas nacionales y se en 1927, un huracán destruyó 13 mi­
negaban a obedecer las órdenes de la llones de matas de banano cerca de
comisión. En mayo de 1928 ocurrió Sevilla, causando seis millones de pe­
una violenta confrontación entre sos en pérdidas a las plantaciones co­
agentes de la United y la Comisión de lombianas de banano. Los cultivado­
Baldíos. Ésta ordenó a la compañía res solicitaron préstamos de emergen­
dejar de cambiar el cauce del río Tu- cia para rehacer sus propiedades y la
curinca para sus riegos y, cuando la United los negó, lo que enfureció a los
comisión trató de deshacer los diques, cultivadores y, por primera vez, los
la policía municipal, bajo las órdenes unió. Acudieron al gobierno para que
de la United Fruit Company, ordenó nacionalizara inmediatamente los fe­
el encarcelamiento de los representan­ rrocarriles y canales de riego de la
tes del gobierno nacional. compañía. Mientras tanto, Juan
La presencia de la comisión tuvo va­ B. Calderón y Julio Charris fundaron
rios e importantes efectos. Limitaba una Cooperativa de Productores Co­
artificialmente el terreno disponible lombianos de Banano en Ciénaga, y a
en la zona, no solamente para la Uni- comienzos de 1928 establecieron
ted, sino para los cultivadores colom­ acuerdos de mercadeo con el mayor
bianos y para los colonos, restringien­ competidor de la United Fruit Com-
do así las posibilidades de movilidad pany: la Cuyamel & Atlantic Fruit
social. La competencia entre ellos se Company.
intensificó, y los más pequeños y me­ Mientras aumentaba la hostilidad
nos influyentes cultivadores salieron de los cultivadores hacia la compañía,
perdiendo. Al mismo tiempo, los ha­ se resquebrajaba la autoridad política
llazgos de la comisión apoyaban la establecida y se encendían las lealta­
pretensión de los colonos de que la tie­ des partidistas liberales y conserva­
rra usurpada por la United pertenecía doras. Al final de los años veinte llegó
a la nación, y el desafío a lo regla­ al poder un nuevo gobernador conser­
mentado por la comisión por parte de vador, Juan B. Cordomane. Asumió
la United, ponía en claro el ostensible una posición en favor del nacionalis­
desprecio de la compañía hacia las au­ mo económico y de la intervención del
toridades colombianas. Estado en la economía bananera. La
Capítulo 8
199

crítica abierta a la United por parte de


Cordomane dividió a los conservado­
res. A la larga, Cordomane fue desti­
tuido, para ser reemplazado por un
personaje ajeno a la región, José M.
Núñez Roca, quien no gustaba a nadie
y contra quien se tornaron todos los
conservadores de la sección. Se ha su­
gerido que algunos importantes culti­
vadores conservadores apoyaron la
idea de una huelga con la esperanza de
tumbar al nuevo gobernador, y mien­
tras los conservadores se dividían, los
liberales de Ciénaga y Aracataca se
unieron, en parte como respuesta al
fracaso en 1928 de la nueva Coope­
rativa de Productores Colombianos de
Banano, destruida por otro embargo
más de la United Fruit Company. Los
liberales culpaban a la United y al go­ hasta a cien familias campesinas. Así, Residencia del gerente de
bierno conservador por sus dificulta­ durante los años anteriores a la huel- la United Fruit Company
des. En 1929, los liberales en Ciénaga ga, muchos colonos fueron echados de en Santa Marta.

hablaron de separarse de Magdalena y sus tierras y obligados a dirigirse a las


establecer un departamento aparte. plantaciones.
Al mismo tiempo fomentaron la huel­ La condición de los trabajadores de
ga contra la compañía, viéndola como las plantaciones es menos clara. Con
una revuelta liberal que podría tumbar la expansión de la producción del ba­
a los conservadores. Así, el período nano, su número se incrementó. Los
inmediatamente anterior a la huelga salarios también aumentaron algo en
fue de agitación política en la zona. La los años veinte, pero es probable que
hostilidad hacia la United por parte de cayeran en términos reales, dada la in­
algunos cultivadores se contagió a sus flación rampante. Antiguos trabaja­
trabajadores. Un observador decía:
dores se refieren a un aumento en el
subempleo: después del huracán de
«Me da la impresión de que [los pro­ 1927, algunos encontraban trabajo por
ductores criollos] incitan a los obreros tres días a la semana, o por dos se­
con sus francas declaraciones de dis­ manas al mes. De esta manera, tanto
gusto.» los colonos como los trabajadores de
Aparte de los cultivadores de ba­ las plantaciones experimentaron una
nano, los campesinos y trabajadores creciente inseguridad económica.
asalariados tenían sus propias razones Al mismo tiempo, los artesanos,
para entrar en huelga. Una era el de­ obreros y campesinos comenzaban a
terioro de su situación económica. Los presionar por el derecho a organizarse
problemas de los colonos provenían y por mejores condiciones de trabajo
directamente de la rápida expansión en varias partes del país. La actividad
de la producción de banano después huelguística más temprana en Colom­
de la primera guerra mundial. En me­ bia fue iniciada por trabajadores del
nos de diez años el área dedicada al ferrocarril, del puerto y del río. La
cultivo se duplicó. Al mismo tiempo, zona bananera no fue una excepción:
grandes cantidades de colonos lucha­ las primeras personas en salir en huel­
ban una batalla sin esperanzas contra ga fueron los trabajadores del ferro­
el desalojo: desde 1920 hasta 1928, los carril en 1910. En 1918, un año de pa­
colonos notificaron a las autoridades ros en Bogotá y la Costa Atlántica,
nacionales más de cuarenta expulsio­ una segunda huelga explotó en Santa
nes, algunas de las cuales amenazaban Marta, nuevamente entre trabajado-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
200

res del ferrocarril y del muelle. Pro­ con José Garibaldi Russo, un intelec­
movida por algunos cultivadores lo­ tual local impresionado por la Revo­
cales de banano y algunos comercian­ lución rusa, formaron en octubre de
tes en lucha con la United Fruit, logró 1926 la Unión Sindical de Trabajado­
el alza del salario para los trabajado­ res del Magdalena (USTM), una or­
res del transporte. En medio de la ac­ ganización poco rígida en la cual se
tividad huelguística, ese año el Con­ mezclaban muchas ideas mutualistas,
greso pasó algunas débiles leyes la­ anarcosindicalistas, socialrevoluciona-
borales de Colombia. rias y liberales. Estaba influida por los
Alrededor de 1920, varias socieda­ movimientos obreros de Barrancaber-
des obreras surgieron en la zona. Eran meja y de otras partes de la Costa At­
organizaciones comunales que pro­ lántica, particularmente Barranquilla
veían quinina cuando sus miembros y Montería. En forma embrionaria, la
contraían malaria, pagaban fianza idea de una huelga contra la United
cuando eran arrestados, etc. La más Fruit Company comenzó a crecer.
fuerte era el Sindicato General de En febrero de 1927 representantes
Obreros de la Sociedad Unión, fun­ del Partido Socialista Revolucionario
dado en 1921. La Sociedad Unión re­ (PSR), fundado un año antes en Bo­
cibía apoyo de los trabajadores del fe­ gotá, visitaron la zona, pronuncián­
rrocarril, del puerto y de la construc­ dose contra el imperialismo y en pro
ción de Santa Marta, y de unos pocos de los derechos del trabajador. Estos
artesanos de Ciénaga y Aracataca. representantes, Ignacio Torres Giral-
Mantenía sitios de reunión y una fu­ do y María Cano, notaron una gran
neraria en Santa Marta y publicaba su presión de los trabajadores para rea­
propio periódico. En 1924 la Sociedad lizar una huelga. «Los trabajadores de
Unión presentó un pliego de peticio­ las plantaciones bananeras querían de­
nes a la United Fruit solicitando alzas clarar la huelga inmediatamente», es­
de los salarios en el puerto, el ferro­ cribió Torres Giraldo. También co­
carril, y las plantaciones, y la abolición mentaba que el antagonismo de los
del sistema de enganche por contrato. trabajadores hacia la United y sus con­
Cuando la United se negó a negociar, vicciones liberales se reforzaban mu­
la sociedad llamó a una huelga que tuamente: «Las masas estaban satu­
duró un día. Creyendo en las prome­ radas de ideas revolucionarias segu­
sas de la United Fruit y del goberna­
dor de que las condiciones mejorarían ramente muy confusas, pero que te­
al iniciar nuevamente el trabajo, la nían la virtud de unirlas, de alinearlas
unión se rindió. Después de 1924, la So­ para la lucha conjunta. ¿En qué con­
ciedad Unión no hizo más peticiones. sistía esta lucha y cuál era su finali­
Conocida como la «Unión Amarilla», dad? Ahí era donde la claridad falta­
continuó funcionando en Santa Marta ba. Pero es indudable que la gente
en oficinas que pagaba la compañía. veía —o creía ver— en esta oleada en
aumento de las fuerzas vitales del pue­
El campesinado de la zona se man­ blo trabajador, ¡la caída del régimen
tuvo sin organizaciones ni sindicatos odiado de la hegemonía conservadora,
hasta mediados de los años veinte. La instrumento dócil de la United Fruit
primera organización en apelar direc­ Company!»
tamente al campesinado y en funcio­ Aparte de su sentimiento liberal, las
nar independientemente de la United motivaciones de la población campe­
Fruit y de las clases dominantes loca­ sina nacían de sus quejas económicas.
les apareció en 1925. Fue fundada por Ignacio Torres Giraldo encontró a los
dos inmigrantes españoles y por un colonos de la zona abiertos a nuevas
italiano en ese viejo baluarte liberal ideas de organización y protesta. Los
que era el caserío de Guacamayal. Los campesinos ayudaron a convencer a
fundadores procedían de la tradición los trabajadores de las plantaciones
española anarcosindicalista y, junto para enfrentarse a la compañía. A fi­
Capítulo 8 201

nes de los veinte los colonos se unie­


ron a los trabajadores asalariados para
formar grupos de trabajadores por
toda la zona. En cada finca se forma­
ron comités: se llamaban «sindicatos
de obreros y colonos campesinos»,
pero eran asociaciones sueltas y es­
pontáneas. Un viejo obrero recorda­
ba: «Cuando yo llegué a la zona, prác­
ticamente no había sindicato. Inclusi­
ve cuando estalló la huelga de 1928
tampoco lo había. Lo que existía en
cada finca era un comité de huelga.
Claro que muchos le daban el nombre
de sindicato, pero en realidad no lo
era. Estos comités sirvieron de base
para crear más tarde los sindicatos, y
para formar la Federación de Traba­
jadores del Magdalena.» Los comités
locales enviaban representantes a
asambleas de obreros más grandes de
Ciénaga y de Guacamayal. Hacia 1927
los campesinos y los obreros estaban
listos para actuar. Planeaban declarar
la huelga en mayo, pero con el hura­
cán fue pospuesta. En febrero de
1928, Ignacio Torres Giraldo y María
Cano regresaron en otra gira, esta vez
con Raúl Eduardo Mahecha, organi­
zador del Partido Socialista Revolu­
cionario que tendría un papel muy im­
portante en la gran huelga.
Mahecha era un personaje enérgi­
co, simpático, lleno de cuentos y chis­
tes, no muy teórico, pero gran orga­ cú, Castrillón se haría famoso por su María Cano, dirigente
nizador. Hijo de un campesino toli- testimonio desde la cárcel sobre la ma­ del partido socialista
mense, llegó a involucrarse con los sacre. «Agitadores de afuera» como revolucionario. En
compañía de Ignacio
obreros por medio del movimiento Mahecha y Castrillón, ciertamente Torres Giraldo visitó la
sindical católico. Habiéndolo aban­ apoyaron la huelga, pero también lo Zona Bananera en febrero
donado, organizó huelgas a todo lo hicieron algunos comerciantes, culti­ de 1927 y encontró una
largo del río Magdalena, entre ellas las vadores de banano locales y políticos gran presión de los
de los obreros petroleros en Barran- liberales. Sin embargo, la huelga era trabajadores para
ante todo un movimiento desde abajo, realizar una huelga.
cabermeja en 1924 y 1927. Una vez en
la zona bananera, Mahecha se convir­ de obreros y campesinos resueltos a
tió en secretario de la Unión Sindical afirmar sus derechos y la ley colom­
de Trabajadores del Magdalena y ayu­ biana sobre la poderosa compañía ex­
dó a los trabajadores a elaborar el tranjera. El movimiento obrero era de
pliego de peticiones. Más tarde, en masas, democrático, de organización
agosto de 1928, otro organizador con poco rígida y autodirigido.
amplia experiencia, Alberto Castri-
llón, se unió a los obreros de las ba­ La huelga
naneras. Impresor de profesión,
miembro del Partido Socialista Revo­ Un año después del huracán en Sevi­
lucionario y reciente delegado a Mos- lla, los obreros bananeros elaboraron
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
202

un pliego de peticiones compuesto de lo eran de la empresa, por no existir


nueve demandas. El 6 de octubre de entre aquéllos y el patrono un vínculo
1928 una asamblea de la Unión Sin­ jurídico». La United permaneció in­
dical de Trabajadores del Magdalena, transigente en este punto durante toda
en Ciénaga, aprobó unánimemente el la huelga que siguió.
pliego. Solicitaban a la United Fruit y ¿Cómo explicar la rigidez de la Uni-
a los productores nacionales: 1) segu­ ted Fruit Company? La historiadora
ro colectivo obligatorio; 2) reparación Judith White sugiere que es necesario
por accidentes de trabajo; 3) habita­ tomar en cuenta el aspecto global de
ciones higiénicas y descanso dominical la economía. Al final de los años vein­
remunerado; 4) aumento en 50 % de te, la dominación de la United sobre
los jornales de los empleados que ga­ el mercado internacional de banano
naban menos de 100 pesos mensuales; estaba siendo desafiada por algunas
5) supresión de comisariatos; 6) cesa­ compañías advenedizas. Para mante­
ción de préstamos por medio de vales; ner su participación en el mercado, la
7) pago semanal; 8) abolición del sis­ United se sintió presionada a reducir
tema de contratistas; y 9) mejor ser­ los costos de producción. Al mismo
vicio hospitalario. tiempo, se veía claramente que la zona
No obstante los deseos de insurrec­ bananera de Santa Marta ya no era
ción liberal o la utopía revolucionaria económicamente competitiva: el ba­
que hubiera podido motivar a algunas nano colombiano pesaba menos que
personas, éste no es de manera alguna los de Centroamérica, mientras los fle­
un documento revolucionario. Fun­ tes a los Estados Unidos eran mayo­
damentalmente la Unión Sindical de res. La United Fruit Company consi­
Trabajadores del Magdalena solicita­ deraba estas demandas de los traba­
ba a la United Fruit que reconociera a jadores una amenaza a su operación
sus empleados; aunque la compañía en Colombia. Si los trabajadores las
negara su existencia, estos trabajado­ imponían, la compañía tendría que au­
res le producían su riqueza. Ellos exi­ mentar los salarios y el precio de com­
gían su reconocimiento y para ello in­ pra a los cultivadores colombianos.
sistieron que la United aboliera el sis­ Por lo tanto, la United se negó a ne­
tema de contratos indirectos y les con­ gociar. La compañía argumentó que la
cediera los derechos que les garantizaba huelga no podía ser vista como un
la ley colombiana. Los trabajadores paro legítimo de trabajo, sino como
también solicitaban a la compañía que una rebelión contra la autoridad es­
negociara con ellos, tal como ocurría en tablecida, fomentada por agitadores
las naciones modernas. extraños al conflicto.
El 7 de octubre, Erasmo Coronel, El 28 de octubre, y nuevamente el
Nicanor Serrano y Pedro M. del Río 6 de noviembre, el gerente de la Uni-
—los tres negociadores escogidos por ted rechazó a la delegación de los tra­
los trabajadores de las plantaciones— bajadores. Finalmente, el comité eje­
viajaron a Santa Marta para presentar cutivo de la Unión Sindical de Tra­
el pliego de peticiones a la United. El bajadores del Magdalena le entregó a
gerente, Thomas Bradshaw se negó a la United un ultimátum: o se acordaba
recibirlos. Tres semanas más tarde, negociar o los trabajadores iniciarían
Bradshaw les hizo saber que no podía la huelga. El sábado 10 de noviembre,
considerar este pliego porque los de­ Thomas Bradshaw dio la orden de que
legados, y los trabajadores a quienes toda la fruta de la zona fuera cortada
representaban, no eran empleados de y embarcada. La Unión Sindical de
la compañía. Bradshaw basó su ase­ Trabajadores del Magdalena, temien­
veración en la resolución del 25 de fe­ do que la compañía acabara con la fru­
brero de 1925 del Ministerio de In­ ta y cerrara sus operaciones antes que
dustrias que «había conceptuado que se declarara la huelga, citó a una reu­
los trabajadores de los contratistas no nión de emergencia. En la noche del
Capítulo 8 203

11 de noviembre, el comité ejecutivo muchas otras compañías extranjeras,


de la Unión Sindical, el comité nego­ como la que pretendía apoderarse de
ciador y los representantes de 63 fin­ las ricas regiones del Catatumbo, en
cas se reunieron en la casa de Cristian Santander, para[...] formar una repú­
Vengal en Ciénaga (Éste, un mulato blica petrolera[...] Esta huelga es el
de Curazao, que dirigía la Federación fruto del dolor de miles de trabaja­
de Trabajadores del Ferrocarril, era dores explotados y humillados día y
un líder laboral respetado en la zona noche por la compañía y sus agentes.
bananera; su casa se convirtió en sede Ésta es la prueba que hacen los tra­
del comité ejecutivo de la Unión Sin­ bajadores en Colombia para saber si el Raúl Eduardo Mahecha,
gran dirigente obrero y
dical durante la huelga.) La discusión gobierno nacional está con los hijos organizador de huelgas,
fue agitada y larga. A las once de la del país, en su clase proletaria, o con­ secretario de la Unión
noche fue tomada la decisión fatal: el tra ella y en beneficio exclusivo del ca­ Sindical de Trabajadores
día siguiente los trabajadores de la pitalismo norteamericano y sus siste­ del Magdalena, personaje
zona bananera entrarían en huelga mas imperialistas. Vamos todos a la decisivo en la huelga de
las bananeras, en 1928.
contra la United Fruit Company y los huelga. El lema de esta cruzada debe Lo acompañan, a lado y
productores nacionales. La asamblea ser Por el obrero y por Colombia.» lado, Pedro M. del Río y
de Ciénaga imprimió un cartel expli­ Delegados de la asamblea regaron la Erasmo Coronel,
cando su decisión: «Los obreros de la voz por los pueblos y campamentos de negociadores de los
zona bananera están dentro de la ley. la zona. A mediodía del día 12 de no­ trabajadores de la Zona,
Bernardino Guerrero,
No hay una sola disposición que venga viembre todo trabajo había cesado en secretario de Mahecha, y
a impedir el hecho de la huelga[...] La las plantaciones. Nicanor Serrano, otro de
United Fruit Company no cumple una Durante los primeros tres días de los delegados obreros que
sola de las leyes de Colombia referen­ huelga, los trabajadores formaron dos redactaron el pliego de
tes a los tratos y contratos con los tra­ peticiones y que no fueron
clases de comisiones: grupos para dis­ reconocidos por la United
bajadores, declarándose en abierta re­ tribuir comida y comités de vigilancia Fruit. El 11 de noviembre
beldía, como lo han pretendido hacer para asegurarse que no llegara banano sería decretada la huelga.
204 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

al puerto. Los comités de distribución ciadas a prisión por su actividad en la


de alimentos respondieron al proble­ huelga, cinco eran mujeres, y todas re­
ma de sostenimiento: nadie trabajaba gistraron su ocupación como «domés­
y la United se negaba a pagar lo que ticas».
debía por trabajo realizado a finales Los huelguistas desarrollaron una
de octubre y principios de noviembre. red eficaz de comunicaciones. Aunque
Las Cámaras de Comercio de Ciénaga el centro de influencia de la United
y de Barranquilla suministraron apoyo era Santa Marta, donde estaban la
esencial. Dueños de almacenes, como central de la compañía, los cultivado­
el jefe liberal de Ciénaga Juan B. Cal­ res conservadores y los trabajadores
derón, donaron grandes cantidades de portuarios (quienes no entraron a la
comida. Los comerciantes habían to­ huelga), Ciénaga se convirtió en el
mado parte en la elaboración del plie­ centro de los trabajadores; allí la
go de peticiones, y se beneficiarían Unión Sindical tenía salones de reu­
con la abolición de los almacenes de la nión, una cooperativa y, su imprenta.
compañía. Sin sus donaciones, la huel­ Raúl Eduardo Mahecha operaba una
ga no hubiera durado mucho. máquina de impresión y con otras per­
sonas, publicaba el periódico Van­
Además de la red de distribución de guardia Obrera y un flujo constante de
comida, los huelguistas armaron co­ hojas volantes. Varios periódicos li­
mités de vigilancia para que el banano berales publicados en Ciénaga, inclu­
no se cortara. En la primera semana, yendo El Diario de Córdoba editado
la huelga era sólo parcial en Riofrío y por Julio Charris, simpatizaron con la
en Sevilla: allí la United Fruit Com- huelga. Los líderes de la huelga en
pany contrató a obreros, conocidos Ciénaga se mantenían informados de
como «patas negras», para reemplazar los planes de la United por medio de
a los huelguistas. Cuando esta gente los operadores telefónicos y telegráfi­
comenzaba a cosechar, grandes gru­ cos de la compañía, muchos de los
pos de huelguistas aparecían urgién- cuales revelaban todo lo que escucha­
doles a que pararan y destruían el ba­ ban. Para expandir las noticias, la
nano mientras se cortaba. Otras fa­ Unión Sindical de Trabajadores del
milias acamparon con toldas y fogones Magdalena dependía de estafetas que
improvisados sobre el ferrocarril, para se llamaban «el correo rojo». La
que las góndolas no pudieran pasar; Unión Sindical también emitió cédulas
cuando era necesario, bloqueaban los personales y salvoconductos, para que
rieles con madera o piedras. Los huel­ solamente aquellos que apoyaran la
guistas llevaban banderas rojas, sím­ huelga pudieran moverse libremente
bolo de su fuerza. Las mujeres de la por los campos.
zona bananera tomaron un papel par­
ticularmente vigoroso. El líder obrero Lo que observamos en la gran huel­
Sixto Ospina Núñez describe sus acti­ ga de 1928 es una extraordinaria mo­
vidades: «Los capataces y los manda­ vilización social. Los historiadores es­
dores trataban de hacer el corte de la tán de acuerdo en que casi todos los
fruta, pero la gente, y especialmente obreros y cargadores de la zona se su­
las mujeres, le echaron machete a los maron a la huelga, aunque los cálculos
cultivos... llegaron las mujeres y les sobre el número preciso de huelguistas
picaron el banano en las estaciones. varían de 16.000 a 32.000. Los traba­
Nosotros utilizábamos a las compa­ jadores permanecieron en huelga du­
ñeras como enlace. Ellas eran las que rante casi un mes, del 12 de noviembre
se podían mover y desplazarse de finca hasta el 5 de diciembre. Durante este
en finca sin ser molestadas por el ejér­ tiempo no se despachó banano desde
cito.» El papel significativo que la mu­ Santa Marta. Mientras tanto, los huel­
jer desempeñó en la huelga se subra­ guistas se mantuvieron pacíficamente
yaría en los consejos de guerra dos y disciplinados esperando a que la
meses después: de 31 personas senten­ United cediera y aceptara negociar.
Capítulo 8 205

Entonces, ¿por qué no ganaron los pos contrarios. Líderes importantes


obreros? ¿Por qué tuvieron tantas di­ del Partido Socialista Revolucionario
ficultades en traer a la mesa de nego­ como Ignacio Torres Giraldo y Tomás
ciaciones a la United Fruit Company? Uribe Márquez pensaron que la huel­
Se han ofrecido varias explicaciones. ga en las bananeras era precipitada, y
Algunos subrayan la fuerza de la Uni- no hicieron nada para generar mayor
ted Fruit. Como tenía inversiones en apoyo. Además, había una ignorancia
otros países, no se sintió presionada a casi total de organización política en la
llegar a un acuerdo con los trabaja­ zona. Los trabajadores no tenían ex­
dores. En caso necesario, la compañía periencia, mientras gentes como Ma-
podría cerrar sus operaciones en Co­ hecha se habían empapado de la idea
lombia. Otras explicaciones destacan anarquista de que con la huelga ven­
las debilidades del movimiento obre­ dría una victoria inmediata. Nadie te­
ro. La huelga estalló en un momento nía una visión sofisticada y a largo pla­
en el cual el movimiento laboral en zo de cómo organizarse para la con­
Colombia, internamente fraccionado, frontación que se avecinaba.
recibía ataques del gobierno. La «Ley Lo anterior ignora un factor indis­
Heroica» contra huelgas y actividades pensable: la actitud del gobierno. El 16 de noviembre de
asociativas, que establecía la censura Cuando la Unión Sindical de Traba­ 1928, primera plana del
de prensa, había sido aprobada sola­ jadores del Magdalena escribió el plie­ "Diario de la Costa", de
mente dos semanas antes. Muchos ac­ go de peticiones, no solamente le en­ Cartagena, en que se
tivistas del Partido Socialista Revolu­ anuncia el desplazamiento
vió copias a la United Fruit sino al pre­ de Cortés Vargas hacia
cionario estaban encarcelados, y la di­ sidente de. la República, al Congreso Aracataca para dominar
rección se había dividido en dos gru­ y al Ministerio de Industrias. Los tra- la huelga.

les Metes le Bogotá, olrecei al aviador Itadez un aeroonlano de or


DIARIO DE LA COSTA “TT
CARLOS («CAA.
>4

K Ul SlMf.RO 14<M CARTAGENA. VIERNES IC Di SOVILMBJri Df I


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Ministro Jaramillo firma una El general Carlos Cortés V
table resolución sobre res- PREVISTO VEINTE MESES ANTES LO gas levanta sus carpas de ca
QUE ESTÁ PASANDO EN EL
cción de empréstitos, para CATATUMBO paña en Aracataca para doi
onservar el crédito del país nar la huelga en las banana
PARRAFOS DE UNA CARTA ESCRITA AL PROCURA­
DOR GENERAL DE LA NACION Y A LA CUAL SE
"HLFIERE NUESTRO EDITORIAL DE HOY . „
' * >T * M i te I 4 l f I« te.
KM MOCOTA MAN FOOIXM» FBKVKM lo QVB UTA PA1AMNO SE PROLONGARA
CartAUm. OTM II * IRI? " II PARRPTfRñ • ■
Artw lbl»«l L/f VJIlJJIUIMIH F-- .. • ■ — —.

TOLU-SINCELEJO
HASTA CHINO 7
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
206

parte de la legislación no cubría to­


davía a los trabajadores agrarios. Lo
que en realidad querían los obreros
eran «arreglos para hacer viable la ley
y enmarcarse dentro de ella», según lo
afirma Carlos Cortés Vargas.
Sin embargo, los gobiernos conser­
vadores de los años veinte tendían a
ver con alarma cualquier acción inde­
pendiente por parte de los obreros, ya
se tratara de paros o esfuerzos de sin-
dicalización. Temían la movilización
de campesinos y de obreros asalaria­
dos que se estaba gestando en toda
Colombia. Las clases bajas estaban pi­
diendo mayor participación en la vida
económica y política del país. Los con­
servadores interpretaban esta peti­
ción, no como la emergencia natural
de los sectores bajos y como actores
de pleno derecho, sino como una
conspiración comunista instigada po­
siblemente por oscuros agitadores ex­
tranjeros. Los conservadores temían
también la posibilidad de una insur-
gencia liberal. Así, en lugar de crear
las estructuras institucionales que per­
mitieran negociar a los trabajadores y
empresarios, el gobierno percibió el
problema social como de desorden y
de subversión. Esta visión lo obligó a
tomar una posición represiva.
El 12 de noviembre, día en que es­
talló la huelga, el gerente de la Uni-
General Carlos Cortés bajadores solicitaban al gobierno que ted, Thomas Bradshaw, envió un te­
Vargas, designado por el admitiera la legalidad de sus deman­ legrama urgente al presidente Miguel
ministro de Guerra das, y pidieron a la Oficina General de
Ignacio Rengifo para Abadía Méndez: «Desde hace varios
dominar la situación de Trabajo que mediara entre ellos y la días elementos irresponsables, desvin­
orden público en la Zona United Fruit. La compañía también culados absolutamente de gremios tra­
Bananera. Con tres trató de influenciar al gobierno, tal bajadores obreros de esta compañía,
batallones desplazados como lo atestiguan las decenas de te­
desde Barranquilla, han venido planeando movimiento
intentó dominar la huelga legramas que se enviaron a las auto­ que bajo nombre de huelga han hecho
y fue él quien dio la orden ridades en Bogotá. En los años veinte, cristalizar desde las primeras horas de
de fuego en la plaza de la el marco legal e institucional para la ayer tarde. Trátase de verdadero mo­
estación del ferrocarril de negociación colectiva entre trabaja­ tín, pues patrullas recorren región ba­
Ciénaga, en la noche del dores y empresa estaba poco desarro­
5 al 6 de diciembre,
llado. Los principios de los derechos nanera concitando desorden, amena­
causando la matanza de zando con asesinato demás trabaja­
huelguistas. El año del trabajador —descanso dominical,
siguiente, 1929, el compensación en caso de accidente, dores que voluntariamente desean
general publicó el libro seguridad social— estaban incluidos concurrir al trabajo, impidiéndoles
"Los sucesos de las en algunas leyes, en las que los tra­ violentamente ejercitar libre derecho.
bananeras", en el que
bajadores de las bananeras fundaron Estimo esta situación revuelta peligro­
intentó justificar su sa, extremamente grave...» La res­
actuación en el conflicto. sus reivindicaciones. Pero, tal como lo
descubrirían durante la huelga, gran puesta de la administración fue mili­
tar: el ministro de Guerra ordenó al
Capítulo 8 207

general Carlos Cortés Vargas, quien seando. Pero claro lo que está­
estaba estacionado en Barranquilla, bamos era andando de finca en finca
mover tres batallones a la zona bana­ apoyando a los huelguistas. La tropa
nera. Se le ordenó: «Amparar traba­ nos dijo que no podíamos seguir, y
jadores pacíficos están siendo hostili­ nosotros respondimos que sí íbamos
zados e instigados por revoltosos ac­ a seguir porque el camino era libre.
túan en esa zona... y asegurar conser­ Nos preguntaron otra vez que quién
vación orden público.» era el jefe y entonces le dijimos que
El general Cortés Vargas estableció todos éramos jefes. ¡Entonces todos
sus cuarteles en Santa Marta y estacio­ quedan detenidos!, contestaron los
nó tropas en Ciénaga, Aracataca, El soldados. Nos llevaron a Santa Marta.
Retén, Fundación y Orihueca y asu­ Al tercer día no nos habían dado co­
mió el control del ferrocarril de Santa mida ni agua. También se formó un
Marta. Durante todo el día carros lle­ problema muy grande porque no ca­
nos de soldados armados con rifles y bíamos en la cárcel. Al cuarto día, el
ametralladoras patrullaban los cam­ director nos dijo que él no tenía nada
pos. Sixto Ospina reportó: «El tren re­ contra nosotros y que era el ejército el
corría la zona con el ejército. Las tro­ que nos había llevado allí. El director
pas detenían gente de una parte y la habló con el gobernador, quien respon­
botaban en otra. Eso lo hacían con el dió que a él no le importaba nada ese
fin de desmovilizar a los huelguistas y problema. Nuevamente el director dijo
debilitar el movimiento. Algunos de­ que él no se iba a echar ese lío encima
tenidos eran entregados a la policía y por más tiempo, abriéndonos las puer­
otros abandonados en cualquier par­ tas para que nos fuéramos. Cuando lle­
te.» Pronto había varios cientos de gamos a Ciénaga, había una manifes­
huelguistas arrestados, atestados en tación esperándonos con banderas.»
pequeños cuartos en las cabeceras mu­
nicipales o entre vagones calientes. El El apoyo del general Cortés Vargas
general Cortés Vargas tenía el pro­ a la United Fruit Company dio pie a
pósito de intimidar a los huelguistas y, la creencia generalizada de que la
explicó más tarde, de forzar a los tra­ compañía había corrompido al ejérci­
bajadores a rendirse intercambiando to. Se decía que los soldados dormían
prisioneros por concesiones a la Uni- en casas de la United y que la comida
ted Fruit Company. Las tácticas del venía de sus comisariatos. Un superior
general no fueron exitosas. Frecuen­ del general Cortés Vargas, Justo A.
temente se liberaba a los prisioneros Guerrero, admitió en parte la acusa­
por orden de los alcaldes o jueces lo­ ción: «Era indispensable para el ge­
cales, o del gobernador, que resentía neral Cortés alojarse en una casa de la
la apropiación de autoridad por parte United Fruit Company... pues esa
del general. Aquellos a quienes sol­ casa dispone de teléfono.» La eviden­
taban regresaban a casa, donde eran cia de colaboración entre la United y
recibidos como héroes. el ejército era más profunda: los co­
merciantes notaban que los coman­
Santander Alemán, un adminis­ dantes de compañía, que ganaban sólo
trador del ferrocarril que servía co­ 120 pesos mensuales, mostraban bille­
mo mensajero a la Unión Sindical, tes de 500 que solamente hubiera po­
recordaba con estas palabras uno de dido distribuir la United, y los traba­
estos incidentes: «Un día veníamos jadores veían a empleados de la com­
ochocientos trabajadores entre quie­ pañía en los trenes indicándoles a los
nes había muchas mujeres y niños, soldados a quién arrestar. Se dijo tam­
entre Sevilla y Riofrío. Al llegar a la bién que el general Cortés Vargas asis­
estación La Fe, nos encontramos tía a banquetes ofrecidos por la ad­
con los soldados. Nos preguntaron ministración de la compañía, que de­
que para dónde íbamos, a lo que noso­ generaban en orgías. El general negó
tros respondimos que estábamos pa­ el cargo, pero la secretaría privada del
208 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

gobernador lo divulgaba y se le creía tra patria? Soldados del Ejército Co­


ampliamente en la zona. lombiano, ya habéis presenciado que
Los huelguistas veían al general vuestros jefes y oficiales viven en com­
Cortés Vargas como el agente corrup­ pleto contubernio con los yanquis, en
to de una empresa extranjera, y el ge­ sus mansiones de la zona, los mismos
neral temía a los trabajadores. Soste­ que después de robarse nuestras ri­
nía que ellos también habían sido co­ quezas se apropian de nuestro suelo.
rrompidos por agentes extranjeros No olvidéis a Panamá. No olvidéis
—agentes del comunismo internacio­ compañeros del regimiento, que si
nal— y prohibió a sus soldados aven­ tal cosa sucede, volved las armas
turarse en los campos bananeros con contra los piratas de nuestra riqueza
menos fuerza que una compañía. y contra aquellos nacionales que...
Aunque veía a los huelguistas como venden a nuestra patria.» Cuando te­
gente potencialmente violenta, su ma­ nían la oportunidad, los trabajadores
yor preocupación no era que atacaran hablaban con los soldados. Los oficia­
a los soldados, sino que ganaran sus les del ejército comenzaron a dudar de
simpatías. Y ésta era la intención de la lealtad de sus tropas, particular­
los huelguistas. Durante toda la huel­ mente porque la mayoría de los sol­
ga, la Unión Sindical de Trabajadores dados eran costeños, mientras los ofi­
del Magdalena imprimió carteles ape­ ciales eran «cachacos». En respuesta a
lando a los soldados: «Soldados del estas dudas, se trajeron 300 refuerzos
Ejército Colombiano, compañeros del de Antioquia durante la última sema­
infortunio, ¡salve! ¿Qué delito han co­ na de noviembre.
metido los trabajadores de la región Los esfuerzos para romper la huelga
bananera, para que sean tan cruel­ por parte del general Cortés Vargas
mente tratados por el ejército de nues­ seguían las órdenes del ministro de

ENTRE PARIENTES.

"Entre parientes",
caricatura de Ricardo
Rendón que critica la
despótica actuación del
general Carlos Cortés
Vargas en la huelga
bananera, publicada en -Tío Sam: Qué bello carácter. Te felicito. Pareces primo de Rivera.
Cortés Vargas: Gracias tío ....
1929.
Capítulo 8 209

Guerra, Ignacio Rengifo B. Impetuo­ Una semana después de iniciada la


so y autoritario, Rengifo era famoso huelga, el gerente de la United y va­
por tratar con dureza a quienes lo de­ rios de los cultivadores colombianos
safiaban. En el movimiento obrero accedieron a tener una discusión in­
Rengifo sólo vio desorden y rebelión. formal con los delegados de la Unión
El gobierno conservador lo había en­ Sindical en la oficina del gobernador.
cargado de tratar estos «problemas so­ El gerente de la United le negó al co­
ciales»; la manera de hacerlo, pensa­ mité negociador su derecho a repre­
ba, era reprimirlos con firmeza, y si sentar a los trabajadores de la com­
fuera necesario, con la fuerza. Los tra­ pañía, pero como «gesto de buena vo­
bajadores debían aprender una lec­ luntad» ofreció algunas concesiones
ción. menores. Sin embargo, rechazó la ma­
Algunos funcionarios del gobierno yoría de las demandas de los trabaja­
no estaban de acuerdo. El Ministerio dores, considerándolas ilegales. Los
de Industrias, dirigido por el jurista trabajadores respondieron con indig­
conservador José Antonio Montalvo, nación y las conversaciones se rompie­
prefería la negociación. En 1924 el ron.
Congreso estableció una oficina espe­ Al día siguiente, 20 de noviembre,
cial dentro del ministerio —la Oficina el director de la Oficina General de
General de Trabajo— para reunir in­ Trabajo, Dr. José R. Hoyos Becerra,
formación sobre las condiciones de y su abogado, Dr. Miguel Velandia,
trabajo y establecer la nueva legisla­ llegaron de Bogotá. El Ministerio de
ción laboral. En 1927 se le encargó Industrias los había enviado para in­
mediar en conflictos entre los obreros tervenir en el conflicto y llevarlo a un
y las empresas y nombrar inspectores final pacífico. El 24 de noviembre los
regionales de trabajo. Unos meses an­ representantes de la Oficina General
tes de la huelga, llegó a Santa Marta de Trabajo se reunieron separada­
Alberto Martínez Gómez, el primer mente con la Unión Sindical de Tra­
inspector laboral asignado a la zona bajadores y con la United Fruit Com-
bananera. Martínez Gómez acompañó pany. Los funcionarios convencieron a
a los delegados de la Unión Sindical el los delegados de los trabajadores de
28 de octubre cuando trataron infruc­ retirar sus peticiones de pago domi­
tuosamente de presentar el pliego de nical y de abolición de los almacenes
peticiones a la United, y aconsejó a la de la compañía y de aplazar los puntos
compañía que negociara. El 16 de no­ sobre la seguridad social y la compen­
viembre el inspector de trabajo decla­ sación por accidentes hasta que el Mi­
ró legal la huelga y el general Cortés nisterio de Industrias pudiera dicta­
Vargas lo hizo encarcelar. Se le acusó minar sobre su legalidad. Los traba­
de ser un líder comunista e instigador jadores, sin embargo, insistieron que
de la huelga. Una semana después, un se ratificara su derecho a negociar.
juez local encontró que el inspector Esa noche, la Oficina General de Tra­
era inocente y lo liberó. El general bajo encareció a la United que nego­
Cortés Vargas llamó «comunista» al ciara con los obreros y pagara com­
inspector porque había animado a los pensación por accidentes, aunque téc­
trabajadores para que nicamente la compañía no estaba obli­
demandaran sus derechos; en con­ gada a hacerlo. La United accedió a
traste, el ministro de Industrias argu­ mejorar la vivienda de los trabajado­
mentó que al orientar a los trabajado­ res, a construir hospitales de emergen­
res hacia reivindicaciones concretas cia en Sevilla y en Aracataca y a es­
y legales y al tratar de mediar por una tablecer el pago semanal, a no usar va­
solución pacífica, el inspector re­ les y subir ligeramente los salarios. El
presentaba «una verdadera garantía día siguiente el comité negociador de
contra los peligros del socialismo sovié­ los trabajadores aceptó la oferta de la
tico». compañía.
210 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Pero entonces surgió un obstáculo delegados, delegados que cederían a


grave: ¿cómo se ratificaría el acuerdo? las presiones de la compañía. Los tra­
La Unión Sindical de Trabajadores bajadores se negaron, insistiendo que
del Magdalena quería firmar un pacto tenían confianza en su grupo negocia­
con la compañía, lo que daría una vic­ dor, pero que cualquier acuerdo tenía
toria substancial a los trabajadores: la que ser ratificado por cada uno de más
aceptación por parte de la compañía de sesenta comités de trabajadores.
de sus poderes negociadores. Esto no Los burócratas encontraban irritante
lo haría la compañía. La United insis­ la organización democrática de los tra­
tía en que había llegado a un acuerdo bajadores: no había un líder o comité
con el gobierno colombiano y no con central con poder para imponer un
los trabajadores, y que haría efectivas acuerdo a los huelguistas. En los pri­
sus concesiones solamente después de meros días de diciembre, Hoyos y Ve-
que éstos regresaran a laborar. landia también se reunieron con cul­
tivadores colombianos de banano para
La mediación, tan prometedora, lle­ instarlos a lograr un acuerdo por se­
gó a un punto muerto. Dentro de uno parado con los obreros, presionando
o dos días, un segundo foco de preo­ así a la United Fruit Company. Los
cupación entre los trabajadores co­ cultivadores nacionales, divididos, no
menzó a aparecer: si los obreros no pudieron llegar a un acuerdo sobre un
podían obligar a la compañía a que los alza de salario que terminara con la
reconociera, sí podían lograr por lo huelga.
menos un alza salarial. Un sentimien­
to se generalizó entre todos los obre­ De esta manera, los esfuerzos de la
ros de la zona: un alza del cincuenta Oficina General de Trabajo habían re­
por ciento o no se terminaba la huel­ sultado en nada. De repente hubo un
ga. La United rechazó la exigencia. desarrollo alarmante: el 2 de diciem­
En este punto, los doctores Hoyos bre el general Cortés Vargas informó
Becerra y Velandia comenzaron a des­ a los doctores Hoyos Becerra y Velan-
viarse de su papel imparcial. Dado dia que había interceptado un mensaje
que la United no se movía de su po­ del activista del Partido Socialista Re­
sición, trataron de convencer a los tra­ volucionario, Tomás Uribe Márquez,
bajadores de que cedieran. Se opusie­ urgiendo a los huelguistas para que
ron a la demanda de un salario más destruyeran las plantaciones de bana­
alto, con el argumento moralista de no y sabotearan las comunicaciones.
que no les haría ningún bien: la plata No se sabe si el telegrama era autén­
se gastaría en licor, prostitutas y jue­ tico o si era fabricado por Cortés Var­
go. En cambio, los trabajadores de­ gas, por agentes de la United Fruit
berían regresar a los campos y una vez Company, o por otros interesados en
estuvieran trabajando, el Ministerio dispersar rumores de conspiración re­
de Industrias convencería a la United volucionaria.
para que mejorara sus condiciones de Hoyos Becerra y Velandia reaccio­
vida. Tal actitud paternalista, que ne­ naron precipitadamente. Temían de­
gaba el derecho de los trabajadores a rramamiento de sangre, y sabían que
escoger su propio programa, empu­ la violencia podría provenir tanto del
jándolos en cambio a buscar patronos ejército como de los huelguistas. Para
más fuertes, se expresaría en los años evitar una masacre, sintieron que era
treinta en el gobierno de Alfonso Ló­ imperativo terminar en forma inme­
pez Pumarejo y el movimiento popu­ diata la huelga. De esta manera, los
lista de Jorge Eliécer Gaitán. representantes del Ministerio de In­
En los primeros días de diciembre, dustrias, que al principio habían re­
los representantes de la Oficina Ge­ comendado la negociación, tomaron
neral de Trabajo tomaron dos pasos ahora pasos para romper la huelga. El
adicionales. Presionaron a los huel­ 2 de diciembre recomendaron a la
guistas para que designaran nuevos United contratar esquiroles, y al ge-
Capítulo 8 211

neral Cortés Vargas defenderlos en un los: destruyeron la fruta lista para em­
esfuerzo conjunto por exportar un car­ barcar y bloquearon los rieles. Tam­
gamento de banano. Durante cuatro bién rodearon a las tropas y a los re­
semanas no había salido banano del colectores de banano para tratar de
puerto de Santa Marta. Hoyos Bece­ convencerlos de que se les unieran. En
rra y Velandia pensaron que si la Uni- la tarde del 4 de diciembre, el teniente
ted lograba llenar un barco, la moral Enrique Botero y veinticinco soldados
de los obreros se rompería. Al llegar que protegían a algunos esquiroles, se
la huelga a su quinta semana, los tra­ encontraron totalmente rodeados por
bajadores se vieron ante una situación un grupo grande de huelguistas. La
difícil. Muchos comerciantes que ha­ multitud llevó a los soldados hasta Se­
bían suministrado alimentos habían villa donde se les animó a comer y
retirado su apoyo. El 3 de diciembre, charlar, hasta dos horas más tarde,
los delegados de los trabajadores re­ cuando los rescató un pelotón. Ese
gresaron de Santa Marta con las ma­ día, los esquiroles lograron colocar en
nos vacías: la United Fruit no acep­ los trenes más de 4.000 racimos de ba­
taría seis de los nueve puntos y Tho- nano; y había rumores que mucha más
mas Bradshaw no discutiría más. fruta había sido cortada. Los huel­
Mientras tanto, la ofensiva de la Uni- guistas sintieron rabia y frustración, y Titulares de "La Prensa"
de Barranquilla, del 6 de
ted para romper la huelga se había ini­ un desesperante miedo a la derrota. diciembre de 1928, dando
ciado. El 4 de diciembre, empleados El comité ejecutivo de la Unión Sin­ cuenta de la grave
de la compañía y un puñado de culti­ dical se reunió esa noche en Ciénaga. situación en la Zona
vadores nacionales, protegidos por el ¿Qué hacer? En las primeras horas del Bananera y del
ejército, comenzaron a cortar el ba­ nombramiento del general
día, cincuenta mensajeros llevaron Carlos Cortés Vargas
nano en varias fincas. Los huelguistas instrucciones a las plantaciones y ca­ como jefe civil y militar
hicieron todo lo posible para detener­ seríos de la zona. Todo el mundo de- en el área de conflicto.
212 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

bería congregarse en Ciénaga esa no­ Y se prepararon para pasar la noche,


che, y seguir a Santa Marta en la ma­ acampando en una plaza cerca al fe­
ñana del 6, para llevar a cabo una ma­ rrocarril, con la intención de partir ha­
nifestación ante el gobernador y el di­ cia Santa Marta al día siguiente tem­
rector de la Oficina General de prano.
Trabajo, solicitándoles que obligaran ¿Qué revelan entonces los trabaja­
a la United a pactar con sus trabaja­ dores? Un miedo a la derrota, una de­
dores. terminación de no dejar que suceda,
Los mensajeros cumplieron con su pero una terrible frustración ante su
trabajo y al mediodía del 5 de diciem­ incapacidad para hacer que la United
bre, hombres, mujeres y niños comen­ accediera a concesiones significativas.
zaron a inundar Ciénaga. Alberto Hasta el último momento fueron pa­
Castrillón describió la escena: «Cié­ cíficos: varios atestiguaron que todos
naga presentaba el aspecto de una ciu­ habían dejado sus machetes en la casa
dad en fiestas. A las dos de la tarde de la Unión Sindical. Y todavía tenían
llegó el primer grupo de obreros de la esperanza en las autoridades: el go­
región de Puebloviejo, portando en bernador, el director de la Oficina Ge­
hombros un gran retrato del Liberta­ neral de Trabajo, y aun los cultiva­
dor Bolívar y una bandera colombia­ dores nacionales.
na. De improviso, una banda de mú­ Si, mirando hacia atrás, podemos
sica, en medio de la multitud que se ver que los obreros no eran revolucio­
agrupaba en la plaza de la estación del narios, el general Cortés Vargas no lo
ferrocarril, rompió los aires con los entendía así. El recuento del general
acordes del himno nacional, y un grito sobre la huelga subraya que en los pri­
sonoro de ¡Viva Colombia libre!, sa­ meros cinco días de diciembre él es­
lido de 5.000 bocas, fue a perderse en taba perdiendo el control. Los traba­
el infinito límpido de aquel día.» jadores no se rendían, no regresaban
A las dos y media de la tarde, corrió a las plantaciones aunque los amena­
la voz de que el gobernador y el ge­ zara con cárcel como rateros y vaga­
rente de la United Fruit Company se bundos, arrancaban los avisos puestos
dirigían en ese momento a Ciénaga en por el ejército y destruían el banano.
tren especial, con el fin de firmar el Pero fue el incidente con Botero el
pacto ofrecido por el señor Thomas que irritó al general Cortés: los huel­
Bradshaw, y aceptado por los obreros guistas habían «atacado» a un convoy
días antes. Los ánimos de los obre­ de soldados y los habían hecho «pri­
ros se levantaron —todo terminaría sioneros». Lo que era peor, el teniente
bien— y comenzaron a formar fogatas Botero no había opuesto resistencia.
y a esperar al gobernador. Pero a las El honor y la disciplina del ejército es­
cinco y media llegó otro golpe: el go­ taban en juego. Los trabajadores ha­
bernador no vendría. Poco después se bían desafiado la autoridad del ejér­
acercaron a la estación varios vagones cito, y el respeto por la United Fruit y
cargados de banano cortado por los por las clases superiores de Santa Mar­
esquiroles. Algunos hombres, mujeres ta se estaba erosionando.
y niños se acostaron sobre los rieles Durante la primera semana de di­
para detenerlos. La muchedumbre se ciembre, Thomas Bradshaw, el gene­
negó a dejar partir de Ciénaga a un ral Cortés Vargas y algunos cultiva­
pequeño grupo de cultivadores. Asus­ dores colombianos enviaron cantida­
tados, pero astutos, los cultivadores des de telegramas a las autoridades en
prometieron que si les era permitido Bogotá describiendo la situación como
salir para Santa Marta, discutirían el de violencia inminente, de peligro y
caso de los obreros ante la United y destrucción originados en masas in­
regresarían esa misma noche con un controlables. Las confrontaciones en­
pacto. Animados y esperanzados, los tre la United Fruit Company y el ejér­
obreros dejaron ir a los cultivadores. cito, de un lado, y los trabajadores.
Capítulo 8 213

del otro, por el rompimiento de la del 5 al 6 de diciembre. A raíz del in­ Ruinas de la oficina de
huelga el 3 y 4 de diciembre, dieron al cidente Botero, el general Cortés Var­ Agricultura de Sevilla,
gas le envió un telegrama a los doc­ destruida por los
general Cortés Vargas una justifica­ huelguistas el 6 de
ción más para la represión. En sus me­ tores Hoyos Becerra y Velandia: «He diciembre de 1928. La
morias de la huelga, dice que se con­ ordenado concentrar toda la fuerza y fotografía fue publicada
venció de que si el orden público no sigo inmediatamente a batir por el fue­ por el general Cortés
era restaurado en forma inmediata, el go amotinados.» Cuando grupos de Vargas en su libro "Los
gobierno de los Estados Unidos envia­ huelguistas comenzaron a congregarse sucesos de las
en Ciénaga en la tarde del 5 de diciem­ bananeras".
ría marines. Los rumores sobre barcos
de guerra de los Estados Unidos eran bre, el general Cortés Vargas y 300
abundantes. Los obreros veían su soldados ya estaban allí. El general
huelga como un acto nacionalista: describió la escena en los siguientes
querían obligar a la United Fruit Com- términos: «Toda la ciudad era patru­
pany a reconocer la ley colombiana y llada por grupos amotinados que in­
los derechos laborales colombianos. fundían el terror entre los habitantes.
Cortés Vargas, en cambio, vio la re­ La ciudad estaba prácticamente en
presión de la huelga en términos na­ manos de un soviet de gente irrespon­
cionalistas: creía que su deber era aca­ sable.» Tanto el general como sus su­
llar a los trabajadores para asegurar periores interpretaron claramente la
que el suelo colombiano no fuera pro­ reunión en Ciénaga como un movi­
fanado por soldados extranjeros. miento de huelguistas armados para
Así, la iniciativa de la Oficina Ge­ atacar al ejército. Durante el trans­
neral de Trabajo del 3 y 4 de diciem­ curso de la tarde del 5 de diciembre,
bre para romper la huelga y evitar la Cortés Vargas fue incapaz de aprovi­
violencia fracasó: fue el factor final sionar a sus tropas o de mantener fun­
que precipitó la masacre en la noche cionando los trenes.
214 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Comisariato de la united Finalmente, a las once treinta de la toques de corneta a intervalos de un


Fruit en Sevilla, saqueado noche, la noticia que había estado an­ minuto. Casi nadie se movió. Más tar­
e incendiado el 6 de siosamente esperando llegó. El decre­ de algunos de los que estaban presen­
diciembre de 1928, to legislativo n.° 1 de 1928 declaraba
durante el encuentro más tes dijeron que estaban seguros de que
sangriento ocurrido la ley marcial en la provincia de Santa los soldados no dispararían: los huel­
durante la huelga Marta y nombraba como jefe civil y guistas eran demasiados y habían tra­
bananera. Allí, los militar al general. A la una y treinta tado bien a los soldados. Se oyeron
empleados de la mañana, marchó con sus tropas, unos pocos gritos de la multitud: ¡Viva
norteamericanos y el sobre todo antioqueñas, a la plaza cer­
ejército dispararon a los
la huelga!» ¡Viva Colombia Ubre!»
huelguistas, con un
cana al ferrocarril, donde estaban con­ ¡Viva el ejército!» El general Cortés
resultado de 29 obreros y gregados entre 2.000 y 4.000 huelguis­ Vargas ordenó a sus soldados dispa­
un soldado muertos tas durmiendo, comiendo, charlando, rar. ..
esperando a que llegaran más com­ Lo que no creían los trabajadores
pañeros, esperando al gobernador, es­ que pasaría, sucedió. Un momento
perando la mañana para marchar ha­ —una eternidad— de pánico, dolor y
cia Santa Marta. Sonaron los tambo­ confusión, mientras unos caían y otros
res. Trescientos soldados se apostaron
al costado norte de la plaza. En voz trataban de escapar. En las horas que
alta un capitán leyó el decreto de es­ siguieron, las gentes de Ciénaga, en­
tado de sitio, que prohibía asambleas cerradas en sus casas, oyeron pasar un
de más de tres personas. Los huel­ camión de la basura, un tren con di­
guistas y sus familias debían dispersar­ rección hacia el mar y el pito de un
se en forma inmediata, concluyó, o los barco en la distancia. A las seis de la
soldados dispararían. Siguieron tres mañana el personero de Ciénaga, lla­
mado para practicar el levantamiento
Capítulo 8
215

de los cadáveres, encontró nueve Después de la masacre, el espectro Habitaciones de los


muertos tendidos en la plaza. El ge­ de violencia insistentemente mencio­ ingenieros tal como
neral Cortés Vargas informó a sus su­ nado por la United y por el ejército en quedaron después de los
periores que estos nueve, más cuatro sus comunicaciones a las autoridades enfrentamientos de
Sevilla.
más que murieron por sus heridas, nacionales se convirtió por primera
fueron los únicos huelguistas muertos vez en una realidad. Esa violencia ve­
en la noche del 5 de diciembre. La nía del gobierno. En trenes militares
gente de la zona, sin embargo, cree el ejército buscaba en plantaciones y
que fueron decenas, si no cientos los en campamentos a huelguistas que en
muertos. Mientras huía de Ciénaga adelante se llamarían «cuadros de
después de la masacre, Raúl Eduardo malhechores». Los soldados destru­
Mahecha le contó a otros que sesenta yeron las casas sindicales en Ciénaga
personas habían sido muertas; Alber­ y en Guacamayal y dispararon y en­
to Castrillón los estimó en cuatrocien­ carcelaron a numerosas personas. La
tos.) Muchos cuerpos, dicen, fueron mayoría de los obreros, sin armamen­
rápidamente cargados en los trenes y to y sin organización, optó por huir de
arrojados al mar, y otros enterrados las plantaciones, buscando refugio en
en fosas comunes en una finca bana­ el interior del país. Algunos fueron
nera vecina. atendidos por los indígenas de la Sie­
El general dejó intencionalmente rra Nevada, quienes se politizaron
nueve cadáveres en la plaza —de­ más como resultado de este contacto.
cían— para que los trabajadores su­ Pequeños grupos de trabajadores se
pieran que los nueve puntos de su plie­ quedaron atrás para vengarse del ejér­
go habían muerto. cito y de la compañía que había ase­
216 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

sinado a sus compañeros. Algunos de la huelga bananera significó la cul­


cortaban los cables telegráficos y minación de la reacción del gobierno
arrancaban los rieles, mientras otros conservador a la germinación de la
emboscaban a las patrullas policíacas «cuestión social» de los años veinte,
para adquirir municiones. También también generó una respuesta contra­
quemaron y robaron. El encuentro ria. Esta respuesta no vino de los tra­
más sangriento ocurrió el 6 de diciem­ bajadores mismos, que habían sido
bre en Sevilla, donde los huelguistas salvajemente reprimidos, sino de un
atacaron a la superintendencia de la nuevo tipo de político liberal. A co­
United Fruit y donde empleados nor­ mienzos de 1929, un joven abogado,
teamericanos y el ejército colombiano Jorge Eliécer Gaitán, fue elegido para
les dispararon. Un soldado y 29 obre­ su primer período en la Cámara de
ros, incluyendo a Erasmo Coronel, Representantes. Varios meses des­
encontraron allí la muerte. A media­ pués realizó una gira de información
dos de diciembre, el general Cortés por la zona bananera y en septiembre
Vargas reportó que la zona bananera de 1929 se lanzó en una de las series
estaba pacificada, pero los militares oratorias más impresionantes y popu­
continuaron con el control hasta mar­ lares jamás realizadas en el Congreso.
zo de 1929. En lenguaje conmovedor y elocuente,
Gaitán denunció al general Cortés
Durante los días de terror que si­
guieron a la masacre murieron muchos Vargas y al gobierno conservador que
obreros. El general Cortés Vargas dijo lo había apoyado. El gobierno arbitra­
que el número total de muertos en di­ riamente había encarcelado y asesi­
ciembre fue de 47; el embajador fran­ nado a su propia gente para proteger
cés reportó 100; el embajador de los a una compañía extranjera, a una
Estados Unidos admitió que la cuenta compañía que había corrompido a las
total podría llegar hasta 1.000; Alber­ autoridades colombianas y había es­
to Castrillón estimó 1.500. Nada cierto tablecido un estado dentro del Estado.
se sabe debido a la censura impuesta Los huelguistas de la zona bananera
por los militares. El ejército encarceló no eran revolucionarios comunistas ni
a cientos de personas más. En enero, criminales, insistía, sino ciudadanos
el general Cortés Vargas instauró con­ colombianos a quienes se les habían
sejos de guerra contra 54 de los arres­ negado sus esperanzas y sus derechos.
tados, incluyendo a Alberto Castrillón En estos discursos, Gaitán encontró su
y a Julio Charris. Fueron condenados público y su estilo retórico. Fusionó el
a un total de 182 años de prisión. sentimiento nacionalista y el populis­
mo, mezcla sobre la cual construiría su
La huelga había terminado. La re­
presión había triunfado sobre la ne­ formidable atractivo político en los
gociación, y los trabajadores habían años siguientes. La reacción del go­
sido derrotados. La organización sin­ bierno conservador a la huelga bana­
dical había desaparecido totalmente y nera y la fogosa denuncia de Gaitán
los obreros de la zona, hambrientos y sobre la misma, fueron factores pri­
con miedo, comenzaron a regresar a mordiales que contribuyeron en 1930
las plantaciones. La derrota de la a la caída del poder de los conserva­
huelga bananera fue un golpe serio dores después de casi cincuenta años
para el movimiento laboral colombia­ de gobierno. En el período de hege­
no, el cual se debilitaría aún más en monía liberal que le siguió, los sindi­
1929 con el advenimiento de la depre­ catos y las huelgas fueron legalizados,
sión mundial. y los trabajadores se convirtieron en
una base política importante para el
Los resultados partido liberal. El modelo populista
de organización laboral, en el que una
La historia muchas veces se mueve en fuerza obrera relativamente débil
forma contradictoria. Si la represión buscaba defensores en el gobierno
Capítulo 8 217

para reforzar su posición, se impuso. nanera. Debido a la gran huelga de


El movimiento independiente sin­ 1929 y a la depresión mundial que la
dical presagiado por los obreros de siguió, la United Fruit Company re­
las bananeras en 1928 no llegó a fruc­ cortó su producción bananera en Co­
tificar. lombia. El período de prosperidad de
¿Y qué sucedió con la United Fruit los años veinte se había ido para siem­
Company y con los trabajadores de las pre. Plagas, deterioro del suelo, pro­
bananeras? Aunque algunos de los blemas laborales y el incremento de la
obreros originales habían muerto o intervención del gobierno hicieron
habían abandonado la región, la Uni- que la United Fruit Company concen­
ted pronto encontró reemplazos entre trara sus esfuerzos en otros países del
los cientos de desempleados que, con mundo. Un aumento en la producción
la depresión de 1929, inundaron la re­ bananera a finales de los años treinta
gión desde otras partes del país. En fue seguido por otra recesión a prin­
1930, muy lentamente, comenzaron a cipio de los años cuarenta, cuando las
reaparecer comités de trabajadores en condiciones impuestas por la guerra
las plantaciones de la zona. José Ga- obligaron a la compañía a suspender
ribaldi Russo, que tuvo un papel im­ totalmente las exportaciones de ba­
portante en la huelga de 1928, ayudó nano desde Colombia, por cinco años.
a impulsar estas actividades. Muchas Después de la segunda guerra mun­
personas de la región, asociadas con el dial, la United Fruit Company perdió
partido comunista recientemente for­ su monopolio en la región de Santa
mado, también hicieron su parte. En Marta y se retiró de la producción,
1934 ocurrió una huelga —la primera vendiendo o alquilando muchos de sus
desde 1928— y todos temían que ter­ terrenos a cultivadores colombianos.
minaría otra vez con sangre. Esto, sin La decisión de la United Fruit Com-
embargo, no sucedió. El gobierno li­ pany de no volver a involucrarse di­
beral de Alfonso López Pumarejo in­ rectamente en la producción socavó la
tervino para obligar a la United Fruit unidad del movimiento obrero. Los
Company a negociar, y el primer pac­ sindicatos se fraccionaron, sus miem­
to entre la compañía y sus obreros, el bros mermaron y las condiciones de
Pacto Auli-Garcés Navas, se firmó. El vida de los obreros declinaron. A prin­
reconocimiento legal reforzó la orga­ cipio de los años sesenta, la United
nización laboral en la zona por algún Fruit Company abandonó totalmente
tiempo, y se estableció el primer sin­ la zona de Santa Marta.
dicato regional de alguna efectividad.
La posición obrera se erosionó en los
años siguientes, sin embargo, ante el Traducción:
deterioro gradual de la economía ba­ Santiago Samper Trainer
218______________________________________________________________ Nueva Historia de Colombia. Vol. III

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Capítulo 9 219

La clase obrera colombiana


(1886-1930)
Mauricio Archila se nos reconoce nada. Además, por
absurdos motivos, no se nos deja en­
trar calzadas a la fábrica y para colmo

E l 13 de febrero de 1920 algo inu­


sitado sucedía en la pequeña po­
blación de Bello, distante 10 km
Medellín. Las trabajadoras de la fá­
de males los vigilantes nos dan un tra­
to denigrante. Basta ya, esto no puede
seguir así. ¡A la huelga!»
de
Efectivamente la actividad se para­
brica de tejidos de Bello, en número lizó totalmente en la fábrica de tejidos Manifestación de
aproximado de 350, estaban apostadas reivindicaciones obreras
de Bello por más de veinticinco días. a comienzos de 1919, en
en las puertas de la fábrica para im­ Era ésta una de las treinta y dos huel­ Bogotá. El orador es
pedir que el resto de los trabajadores, gas que el país presenció en el año Eduardo Carvajal.
unos 150 (en su mayoría varones), in­
gresaran al sitio de trabajo. Encara­
mada en un taburete, Betsabé Espi­
nosa, la conductora de tan sorpren­
dente movimiento, dirigía un incen­
diario discurso a sus compañeras. No
podemos soportar más la situación
que vivimos, les decía: «Estamos tra­
bajando once horas diarias y se nos
paga en promedio 1,50 pesos por se­
mana, cuando cualquier peón de cons­
trucción gana entre 3 y 3,60 pesos se­
manales, o cualquier empleado de la
industria textil gana 1,35 pesos dia­
rios, eso para no hablar de los sueldos
de los gerentes o de los gobernantes.
Y como si esto fuera poco —agregaba
la líder— se nos imponen multas cons­
tantes que a veces abarcan el total de
nuestro salario semanal. Cuando no
podemos trabajar por enfermedad, no
220 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

1920. Como la gran mayoría de ellas, mocráticas. Aunque en un principio


la huelga de Bello estalló sin gran pre­ tenían un carácter marcadamente cul­
paración, de un día para otro. tural, lentamente fueron asumiendo
Lo sorprendente del suceso radica­ posiciones políticas proteccionistas,
ba no tanto en el estallido de una huel­ hasta desembocar en un apoyo mili­
ga —pues ésta, mal que bien, ya se co­ tante a la corta dictadura del general
nocía en Colombia desde 1910 o inclu­ José María Melo. El fracaso de esta
so antes— sino en lo que significaba: revolución de 1854 significaría tam­
la irrupción en el escenario nacional bién la derrota política de los núcleos
de la clase obrera. Ella estaba forma­ artesanales militantes. Aunque muy
da por un pequeño porcentaje de la golpeadas, las sociedades de defensa
población (no más del 5 %) que, sin de artesanos y trabajadores manuales
embargo, estaba ubicado en las áreas no desaparecieron del país, como lo
estratégicas de la economía (vías de atestigua la participación de artesanos
comunicación, industria manufacture­ en el levantamiento urbano contra los
ra, actividades extractivas y agricul­ «ricos», principalmente comerciantes
tura moderna). En estas páginas in­ alemanes, sucedido en Bucaramanga
tentaremos, por tanto, describir la for­ en 1879. En otra revuelta, la del pue­
mación de esa nueva clase y señalar el blo bogotano el 15 y 16 de enero de
impacto que ella tuvo en la vida del 1893, una organización, llamada So­
país en el período llamado de «Hege­ ciedad de Artesanos, estuvo al frente
monía Conservadora» (1886-1930). de la movilización. Los hechos en Bo­
gotá se produjeron en protesta contra
algunas acusaciones de inmoralidad de
Formación de la clase obrera los artesanos. Según se dijo en el mo­
(1886-1920) mento, el movimiento había sido ins­
A pesar de la sorpresa que causaba la pirado por «ideales anarquistas», lo
irrupción de la clase obrera en los años cual fue expresado por la multitud que
veinte, en realidad su gestación se ve­ enarboló banderas negras anarquistas
nía preparando desde muchos años y agitó la consigna de «¡Viva la co­
antes. No sólo nos referimos a los pro­ muna!». Sin embargo, estas expresio­
cesos económicos que objetivamente nes políticas del artesanado no fueron
la crean, o a los proyectos políticos de lo predominante de su actividad a
estabilización de la dominación. Es­ fines del siglo pasado. La actividad
tamos hablando también del conjunto reivindicativa tendrá que esperar
de tradiciones y valores que van a con­ unos años más para poder resurgir con
tribuir a la formación de la nueva clase fuerza.
cuando los factores económicos y po­ Los trabajadores manuales de fines
líticos hagan posible su existencia. Lo del siglo pasado, sin embargo, busca­
que se quiere mostrar es que la clase rán mitigar sus condiciones de existen­
obrera no es el mero resultado de la
combinación de técnicas y formas po­ cia a través de la ayuda mutua. En ese
líticas externas, sino que también su sentido comienzan a desarrollarse en
«cultura» juega un papel destacado en el país, a finales del siglo XIX, socie­
su formación. dades de mutuo auxilio. Los estatutos
de la Sociedad de Socorros Mutuos de
Con el desarrollo incipiente del mo­ Manizales en 1889, por ejemplo, se­
delo exportador a mediados del siglo ñalaban que ésta se había creado con
pasado, los artesanos neogranadinos el objetivo de darle ayuda a los tra­
se vieron obligados a defender sus in­ bajadores que enfrentaban calamida­
tereses en contra del librecambismo des como enfermedad, exilio, prisión
defendido por gran parte de las élites o muerte. A través de una contribu­
criollas. Surgieron así las primeras
asociaciones de defensa de los traba­ ción semanal de 10 centavos se creaba
jadores manuales: las sociedades de­ un fondo para atender esos riesgos.
Como esta sociedad surgieron otras si-
Capítulo 9 221

milares en las principales ciudades del organizaron recolectas de dinero y


país. Aunque en ella podía partici­ movilizaciones de protesta. Sin em­
par cualquier persona, independien­ bargo, fueron vanos estos esfuerzos
temente de su actividad económica, en pues ya el hecho estaba consumado y
realidad predominaron los artesanos las élites colombianas, aunque moles­
en su composición. Muchas de ellas tas, buscaban acomodarse a la nueva
fueron promovidas por la Iglesia, y situación.
cumplían además funciones de control La tradición antiimperialista siguió
moral sobre los afiliados. Esto no obs­ viva en los sectores populares urbanos
taba para que el gobierno de regene­ que nuevamente se expresaron en
ración mirara con recelo a algunas de marzo de 1909 en el rechazo al pacto
ellas. Tal fue el caso de la Sociedad de tripartito firmado por representantes
Mutuo Auxilio de Bucaramanga que de Colombia, Panamá y los Estados
se liquidó en 1890 por sospecharse que Unidos. Colombia, por medio de este
había sido convertida en un club po­ tratado, reconocía a la República de
lítico. En 1892 volvería a reconstruirse Panamá, y a cambio recibía una pe­
con la previa aprobación del gober­ queña compensación por parte de los
nador y del cura párroco. Estados Unidos. Las protestas urba­
A raíz de la separación de Panamá, nas de febrero y marzo del mismo año
3 de noviembre de 1903, se formó es­ expresaron tanto el descontento con el
pontáneamente un movimiento de tratado como con la dictadura del ge­
neral Rafael Reyes (1904-1909). La Noticia sobre una huelga
protesta contra la intervención nortea­ de braceros en Girardot,
mericana. Numerosas organizaciones caída del general Reyes aplacaría tem­ en diciembre de 1919,
mutuales, juntas de vecinos y perso­ poralmente la movilización popular. publicada por la "Gaceta
nalidades exigieron del gobierno del Pero un año después el pueblo bogo­ Republicana". Al
presidente José Manuel Marroquín la tano declararía un boicot total a la em­ irrumpir al escenario
presa norteamericana que manejaba nacional, la clase obrera
adopción de medidas en defensa de la constituía un 5% de la
integridad nacional. Paralelamente se el tranvía. Durante casi seis meses los población colombiana.

La huelga de tripulantes
en Girardot
Piden aumento de jornales
Actitud de Pineda López-Triunfo de los trabajadores
Una solución favorable-Proceder de las autoridades
ero» girardecefios, al Fue aquello un* manifestación i
A las nueve de la noche cuan herido- y terrible
colectiva de quienes no podían do ya habían cesado las pedradas, Casa de ! i
e la Empresa de los
?ineda López, mal
según informes ante*
I
seguir «ometido» al bajo yala la Compañía de Pineda Lóp<z nom buques itu'.
brtj comisionado? a los señores Girardot. tO'b> i
rio de 53 centavos por el tra+¿¿tan<jer Galofre y Enrique Es I <••>. iueiitir<>' • < •
.

: tenemos y peor pa- bajo pesado en los buques de cobtr par» que se entendieran eou ¡ No hubo i-«
s< lvieron hacer a la día y de noche. ioa huelguista* y arreglaran lux • rr<> fu<-o:i luí .
la solicitud de un En este estado se hallaban diferencias. '>¿,ru lentes r
las cosas el domingo a me'hq Los marineros nobríran » ''i ños
equitativo del sala vez. parlamentario* a los señora..’jj ...
■'jiiaiuarcc .
día, cuando llegaron los vapo Sandov.il Anuijo Arteaga v ( »
vez qU' los artículos utaeadu
r» s’ cuyas tripulaciones -o- .ni
. ••••■• <!■> i h n S'i-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
222

bogotanos se movilizaron a sus sitios mas organizativas acordes a sus nece­


de trabajo o bien a pie o bien utilizan­ sidades. En 1909 el gobierno recono­
do algunas carretas de bueyes presta­ ció el primer sindicato: la Sociedad de
das por hacendados de la Sabana de Artesanos de Sonsón. Esta sociedad,
Bogotá. Finalmente se solucionó el promovida también por la Iglesia, es­
conflicto con la municipalización del taba conformada por sastres, zapate­
tranvía, aunque el gobierno pagó una ros y otros artesanos.
exorbitada suma de dinero en com­ El cansancio con los partidos tradi­
pensación a la compañía americana. cionales llevó a los trabajadores a
A pesar de que las anteriores mo­ organizar grupos políticos indepen­
vilizaciones no fueron promovidas ex­ dientes. En 1911, algunos núcleos ar­
clusivamente por los artesanos o los tesanales hablaron de la urgencia de
aislados núcleos obreros que comen­ organizar un partido obrero para ele­
zaban a surgir en el país, se da por des­ var su voz unificadamente ante los po­
contada su activa participación. Al deres públicos. La iniciativa cuajaría
abrigo del desarrollo del transporte, unos cinco años más tarde. Algunos
especialmente fluvial, y del surgimien­ periódicos obreros comenzaron a ha­
to de algunos establecimientos indus­ blar de la «emancipación de los hijos
triales (en ramas como alimentos, be­ del trabajo».
bidas, velas y jabones, y más recien­ En 1913 surgió en Bogotá una or­
temente, textiles), comenzaron a for­ ganización que pretendía aglutinar a
marse pequeñas concentraciones de los distintos gremios obreros existen­
trabajadores manuales asalariados. tes. Se llamó la Unión Obrera. En tres
Es en este contexto en el cual apa­ meses de actividad logró congregar a
rece explícitamente el fenómeno de la 15 gremios con cerca de 3.500 afilia­
huelga en el país. Aunque hay eviden­ dos. Su plataforma de acción recha­
cia histórica de que la huelga había zaba la acción política tradicional y
sido ya utilizada por aislados grupos propugnaba por la alfabetización, la
asalariados en el siglo pasado —en el batalla contra el alcoholismo, el estí­
ferrocarril del Pacífico en noviembre mulo al ahorro, etc. El ejemplo de Bo­
de 1878 y en el entonces estado de Pa­ gotá fue seguido por otras poblaciones
namá, en febrero de 1884, por parte con concentración obrera como Hon­
de los trabajadores del Canal— fue la da en donde se creó, en 1915, la Unión
huelga de braceros de Barranquilla, Obrera Local.
de febrero de 1910, la primera que se El primero de mayo comenzó a ce­
conoció ampliamente en el país. El lebrarse públicamente en Colombia en
conflicto nació como protesta contra 1914. Aunque se hacían modestos des­
la larga jornada de trabajo (diez ho­ files y pomposos actos culturales en
ras) y los bajos salarios. Rápidamente recintos cerrados, se observa clara­
se generalizó a otros braceros y demás mente la intención de vincularse al
sectores asalariados del puerto. Ante movimiento obrero mundial.
el intento de esquirolaje, los obreros En enero de 1915, cerca de seiscien­
respondieron violentamente impidien­ tos obreros firmaron en Bogotá un
do el acceso al trabajo. Era un peque­ manifiesto que convocaba a la funda­
ño microcosmos de lo que sucedería ción de un partido obrero. Como pri­
diez años más tarde. Después de cua­ mer paso se publicó un periódico del
tro días, el conflicto se solucionó, pre­ mismo nombre. Los objetivos progra­
via intervención del gobernador del
Atlántico: las empresas navieras re­ máticos eran similares a los de las mu­
conocieron un sustancial aumento sa­ tuales del siglo XIX. Lo novedoso ra­
larial, pero nada se dijo sobre la jor­ dicaba en la abierta ruptura con los
nada de trabajo. partidos tradicionales. El proyecto
Paralelamente los trabajadores ma­ tuvo corta existencia.
nuales comenzaron a dotarse de for­ Bogotá será sede de la reunión
obrera más resonante de todo el de­
Capítulo 9 223

cenio de los diez. En mayo de 1919 hay mucha evidencia al respecto, la in­
distintas organizaciones obreras y ar­ vestigación histórica ha mostrado que
tesanales convocaron a una asamblea en el país existían activos clubes cul­
obrera, la primera de carácter nacio­ turales conformados por obreros, ar­
nal. La principal y casi única labor de tesanos e intelectuales. Por ejemplo
ese congreso fue la creación del Par­ don Rodolfo Cano, padre de la fa­
tido Socialista, el cual subsistirá sólo mosa líder socialista de los años vein­
hasta 1923. El partido representó la te, María Cano, fue un gran difusor
síntesis de las tradiciones heredadas del espiritismo en la capital antioque-
por la naciente clase obrera. La ban­ ña. En torno a él, un grupo de inte­
dera del nuevo partido fue roja y su lectuales que se nutriría de esta tra­
lema —bien diciente—: «Libertad, dición, la proyectaría luego sobre sec­
Igualdad y Fraternidad.» Su platafor­ tores de la naciente clase obrera.
ma reivindicaba un socialismo mode­ En la apartada población tolimense
rado que no buscaba la abolición del de Líbano, existían desde comienzos
Estado sino su democratización. de este siglo unas semiclandestinas so­
Antes de avanzar en el estudio del ciedades teosóficas. Estas recibían
decenio de los veinte, es necesario se­ abundante literatura de España. No
ñalar que además de las diversas or­ dejaba de ser notable que en un país
ganizaciones gremiales y políticas, los abrumadoramente católico, los nú­
obreros colombianos contaban con cleos artesanales y obreros hicieran
una rica tradición cultural que se ex­ esas rupturas con la religión oficial. Huelguistas del
presaba tanto en sus periódicos como Las sociedades teosóficas, por tanto, Ferrocarril de Puerto
Wilches recorren una
en otras formas organizativas, las cua­ representaban una forma organizativa calle de Bucaramanga, en
les iban desde grupos espiritistas hasta al margen de lo establecido. En este la segunda década del
sociedades secretas. Aunque aún no sentido abonaban el terreno para pos- presente siglo.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
224

Huelga de cigarreros en tenores organizaciones sindicales y so­ gunos valores occidentales. A las tra­
la ciudad de cialistas que funcionaron en el muni­ diciones católicas e hispánicas, se les
Bucaramanga, mediados cipio tolimense. Todo parece indicar unen en el siglo pasado el utilitarismo
de los años diez. que el caso de Líbano no fue único. y el racionalismo positivista, encarna­
Grupos espiritistas, teosóficos y hasta dos éstos en el radicalismo neograna-
masones, contribuirán a la formación dino de mitad de siglo. Por otro lado,
de la clase obrera. En otras palabras, la preocupación por las clases menos
la clase obrera colombiana no nace en favorecidas (plasmada tanto en el pen­
los años veinte con las manos vacías. samiento del papa León XIII como en
Por el contrario, posee una rica heren­ las corrientes neoliberales y en el so­
cia de tradiciones y valores comparti­ cialismo), también tocará playas co­
dos por gran parte del pueblo colom­ lombianas a comienzos del siglo xx.
biano. Dicha herencia adquirirá carac­ No es extraño, por tanto, que diversas
terísticas propias a medida que la clase tradiciones conformen el bagaje cul­
obrera enfrente las formas concretas tural de la naciente clase obrera. Prin­
de explotación económica y de domi­ cipalmente destacaremos tres: cristia­
nación política en los años veinte. nismo, racionalismo liberal y socialis­
Consideremos primero el arsenal cul­ mo. A pesar del antagonismo de estas
tural con el que nace la clase obrera, tradiciones, la clase obrera las integra­
para luego analizar los distintos me­ rá en una síntesis muy particular. Veá-
canismos de resistencia implementa- mosla a continuación.
dos por la clase en dicho decenio. Los obreros colombianos recogen
ante todo una cierta tradición cristiana
Las tradiciones heredadas por la aunque no exactamente católica. Se
naciente clase obrera rechazaba todo lo que de ella indujera
a la resignación o al mantenimiento
La clase obrera colombiana irrumpe del orden establecido. Se insistiría en­
en el seno de una sociedad educada, tonces en los aspectos progresivos del
desde los tiempos coloniales, en al­ cristianismo: la rebeldía de Jesús, las
Capítulo 9 225

denuncias de los profetas y de los San­ en la razón como principio organiza­


tos Padres contra la riqueza, y las for­ dor del comportamiento social. En
mas de vida colectiva desarrolladas este sentido la naciente clase obrera
por las primeras comunidades cristia­ colombiana bebió primero de las fuen­
nas. En este sentido se intentaba res­ tes de la Ilustración que del socialis­
catar un cristianismo «puro», distante mo, se adhirió antes a la Revolución
de las prácticas de la Iglesia y del par­ francesa del siglo XVIII que a la rusa de Propuesta de
tido conservador, que se decía defen­ 1917, y cantó primero La Marsellesa organización de
sor de la catolicidad. que La Internacional. Ello no es de ex­ sindicatos obreros a nivel
El cristianismo de los primeros nú­ trañar puesto que no solamente esas nacional, formulada por
cleos obreros era un cristianismo de la la reunión obrera más
son las tradiciones que encuentra el resonante del decenio de
rebeldía, más parecido al de los escla­ Movimiento Obrero cuando surge, los diez, reunida en
vos en su resistencia al Imperio Ro­ sino porque aun las ideologías radi­ Bogotá, en mayo de 1919.
mano, que al de las opulentas cortes cales como el socialismo o el anar­ La publicación del plan se
cardenalicias. Por ello, participando quismo, en las versiones vulgarizadas efectuó en la "Gaceta
los obreros de la más poderosa tradi­ Republicana", dirigida
que arribaron a nuestra patria, com­ entonces por Gabriel
ción de Occidente, estaban alejadas partían esa confianza en la razón. González.
tanto de la Iglesia católica como de las
otras iglesias y sectas protestantes.
En el fondo lo que se buscaba era
entroncar el socialismo enarbolado
por los primeros núcleos obreros, con
tan poderosa tradición. Se suponía
Plan general
que el socialismo era el producto más de organización de Sindicatos
elaborado de los anhelos liberadores
de las religiones del pasado. Por ello Obreros en la República de
no es de extrañar que los obreros co­
lombianos de los años veinte, como Colombia
antes lo habían hecho los radicales del (En desariollo del Acuerdo n.° 3 de la Asamblea Obro
siglo pasado, a título de rescatar un de Bogotá)
cristianismo «puro», se hubieran con­ l.o TRABAJOS PREPARATO Sindicatos obreros, en de- 11
vertido en anticlericales. Aunque se­ RIOS del programa socialista qi.e a
Art. l.o Los Agentes de¡ Sindi te el Congreso obrero, ser
guían manejando un lenguaje religio­ cuto Central en las distintas ciu­ tablecimiento du las Cuy
so —a la actividad política se la lla­ dades y poblaciones del país, pro ahorro, montes de piedad
maba «apostolado», al líder obrero cederán inmediatamente r. convo rativas de consumo y bal
«mártir», a la solidaridad «hostia co­ car a los obreros a reuuionu espe­ nos, seguros de vida o di
ciales, así: unos para tratar los medad, instrucción populo
mún», y se escribieran «catecismos so­ asuntos relacionados eon el capí En el or leu político los sii.d
cialistas»— su contenido era secular. tal social; otras para preparar lus procuraran la representa,
El anticlericalismo, y por esa vía un asignaciones que van ■< formar el los obreros cu los cuerpos
cierto ateísmo, va a flotar en el am­ capital colectivo, y otras para la tivos, la defensa de los d> 1
organización independiente de los de cada gremio, y gestión
biente cultural obrero de los años gremios. - los poderes públicos par.,
veinte. Aquí no se puede desconocer Art. '¿.(^.Obtenida la formación electivos los derechos leg
la influencia tanto del liberalismo, en ccl capital social, medíante el pa los trabajadores. •
Art. 11. Los mismos siiy '
calidad de corriente ideológica, como g<> de acciones de valor de un pi­
integrándose con el p rsmi.i
so cada una, los accionista» pro
del espiritismo, teosofísmo y la ma­ cederán a formalizaj- el rcspecti competente y honorable d .
sonería, que contribuyen a desmitifi­ vo .Sindicato por escritura públi (lectiva localidad, procurar.
car la labor eclesiástica en el naciente cu. sometiéndose a las dúposiciu Huirse -u los procediuiii’ip • .
lies del Código de Comercio. darnos establecidos en ios
movimiento obrero. Art. 3.o Hecha la asociación civilizados y dictarán lo­
Ahora bien, el liberalismo ideoló­ podrá reglamentarse autónoma- dos y resoluciones que c<tim-
gico contribuye no sólo a desligar a los siénte, mimbrar sus dignatarios, duecntes ijl perfeei-ioimtim
y hacer de los depositantes de la las organizaciones i ri-ii
obreros de la práctica eclesial, sino Caja <]e Ahorros sus miembros con dones del proletariado.
que aporta una especie de nueva di­ tribuyentes, procurando cstimu Art. 12. La platnform
vinidad: la Razón. Los obreros de los h-rlos, según los principios finís», dojite en definitiva la \-.m
lll.i.l-.l..- .!«• In • ¡11.ti.— liri-rn de Hoootii 1*1 -' 1 1
años veinte pondrán toda su confianza
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
226

Se creía, por tanto, en la razón la semilla de la libertad. Por eso, ellos


como principio organizador de la co­ no se cerraban a ninguna idea nueva
munidad. El progreso, que era una de que ofreciera la posibilidad de reden­
las caras de la razón, conduciría ine­ ción. Aunque no eran gentes muy leí­
xorablemente a la humanidad hacia un das —en realidad el nivel de analfa­
futuro mejor. La ciencia, entendida en betismo entre nuestra clase obrera era
un marco positivista, era el instrumen­ alto en esos años— estaban atentos a
to de la razón contra todos los fana­ la palabra de los nuevos predicadores
tismos irracionales. La técnica era la sociales. Así llegaron a nuestro país
rueda definitiva del progreso. La clase las ideologías políticas más definidas,
obrera nació, por tanto, con el con­ como el marxismo o el anarquismo.
vencimiento optimista de que la razón Para mediados del decenio de los vein­
sería el principio redentor de la hu­ te, algunos inmigrantes internaciona­
Luis Tejada, líder e manidad, y de que ella, la clase obre­
intelectual liberal listas jugaron un papel destacado en la
interesado por los ra, era su última y más perfecta herra­ difusión de estas ideologías. Aunque
problemas sociales, como mienta. Era una visión optimista de su sus vidas están cubiertas con un cierto
José Mar, Armando papel histórico. Desde esa perspecti­ halo de misterio, alimentado en parte
Solano y J.E. Gaitán va, los primeros núcleos obreros del por la cruda persecución oficial, algo
(dibujo de Franklin). país concebían a la ciencia y a la téc­ se ha investigado recientemente sobre
nica como procesos neutros. Por ello ellas. Se dice, por ejemplo, que el ma­
dedicarían innumerables páginas de rino ruso Silvestre Savitsky llegó pro­
sus periódicos a la alabanza de la cien­ cedente del Japón, junto con su es­
cia y a la difusión de los hallazgos téc­ posa. Instalado en una vieja vivienda
nicos. En lo que sí se apartaba la na­ del centro de Bogotá, reunía por las
ciente clase obrera de la tradición ra­ noches a un selecto grupo de jóvenes
cionalista liberal, era en el culto al in­ intelectuales y obreros y con palabras
dividualismo. Desde sus orígenes, la sencillas les describía, tal vez exage­
clase obrera se inclinaba más por va­
lores como la cooperación y la soli­ rando un poco, las maravillas de la
daridad, que por las secuelas del in­ construcción del socialismo en Rusia.
dividualismo. En este sentido se en­ Vicente Adamo, un italiano llegado
tiende la inclinación obrera al socialis­ a Colombia en 1904, se radicaría en la
mo, aún definido vagamente, desde aislada población de Montería. Desde
los tempranos años de su gestación. Se allí pacientemente ayudaría a la for­
trataba de un socialismo amplio que mación de diversas organizaciones
representaba la síntesis intuitiva de las obreras. Socialista convencido, Vicen­
aspiraciones obreras. Por socialismo, te Adamo alcanzaría un gran prestigio
nuestra naciente clase obrera entendía entre los vecinos de la población cos­
un proyecto de bienestar social para teña. El peruano Nicolás Gutarra, de
las clases menos favorecidas. Era la inclinaciones anarquistas, se instalaría
conclusión lógica de un proceso his­ a comienzos de los años veinte en Ba-
tórico de luchas sociales, que comen­ rranquilla. Allí colaboraría en la for­
zaba con las gestas del esclavo Espar­ mación de la poderosa Liga de Inqui­
tara, y pasaba por las revoluciones linos que puso en jaque a los terrate­
campesinas y la Revolución francesa, nientes urbanos y presionaría con éxi­
hasta llegar a la Comuna de París y la to la disminución de los arriendos.
Revolución rusa. De esta última, a Como ellos hay un buen número de in­
principios de los veinte, se sabía poco, migrantes de distintas nacionalidades
pero se la admiraba entrañablemente. que contribuyeron a difundir las ideo­
Digamos que las condiciones de ex­ logías revolucionarias en nuestro me­
plotación económica y dominación po­ dio. Ahora bien, sería injusto y anti­
lítica que analizaremos más adelante, histórico atribuirles a ellos la respon­
hacían de nuestros obreros receptores sabilidad del proceso de agitación so­
de cualquier mensaje que les brindara cial que presenció el país en esos años.
Por un lado, es claro que sin condicio­
Capítulo 9 227

nes materiales, las ideas rebeldes no


encontrarían acogida en nuestro terri­
torio. Por otro lado, encontramos a un
gran número de intelectuales y líderes
obreros colombianos que se interesa­
ron por los problemas sociales. Sin to­
car todavía a los socialistas, de los que
hablaremos más adelante, señalemos
a prestigiosos intelectuales, muchos de
ascendencia liberal, como Luis Teja­
da, José Mar, Armando Solano y el
mismo Jorge Eliécer Gaitán, quien
por esos años presentó su brillante te­
sis «Las ideas socialistas en Colom­
bia».
Otros, más prácticos, como Biófilo
Panclasta, difundían su mensaje en
cualquier camino, o bajo la sombra
pródiga de un árbol, o aun en sitios ve­
dados para la sociedad del momento
como tabernas y bares. Los periódicos
obreros y socialistas, cuyo número era
cercano a 80 en 1925, contribuyeron
también grandemente a la difusión de
las ideologías revolucionarias.
El marxismo, en la versión de la In­
ternacional Comunista, y el anarquis­
mo, especialmente el anarcosindicalis­
mo, contribuirán a la cristalización de
proyectos políticos obreros. Al mismo
tiempo que colaboraron en la defini­
ción política, irán dando origen a cru­ ferimos a la cristiana, racionalista-li­ Proclama a los obreros,
dos enfrentamientos ideológicos que beral y socialista en términos am­ dirigida desde las páginas
culminaron en rupturas organizativas, plios— la clase obrera desarrollará su de la "Gaceta
como veremos más adelante. Con ello resistencia. Ahora bien, en ese pro­ Republicana", donde
eran frecuentes los
disminuye sensiblemente la tradición ceso la clase va generando valores que insertos con mensajes
pluralista que caracterizaba al movi­ la identifican con una «comunidad so­ como este (febrero, 1919).
miento obrero en sus primeros años. cial» distinta obviamente de las clases
Si a comienzos de los años veinte, los dominantes y aun de otras subordi­
obreros oían y leían, a veces, indiscri­ nadas. Veamos, aunque sea de una
minadamente las prédicas socialistas, forma breve, este conjunto de valores
anarquistas o marxistas, con el correr adoptados por la clase obrera en sus
de los años esa apertura a lo nuevo, años de gestación, antes de considerar
viniera de donde viniera, va dando sus luchas en concreto.
paso a la selectividad política acorde
con la influencia ideológica predomi­ Los valores y las expresiones
nante en cada núcleo obrero. culturales de la nueva clase
Sin embargo, aunque disminuida la
tradición pluralista, no desaparecerá Como en el caso de las tradiciones, la
del todo en la clase obrera, al menos clase obrera colombiana no nace en el
en la de los años veinte. vacío. De hecho muchos de los valores
Podemos decir, para redondear esta de la naciente clase obrera, lo eran
sección, que con estas tradiciones apa­ también de la sociedad colombiana en
rentemente contradictorias —nos re- su conjunto. Es la forma como la clase
228 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

liberadora para los primeros núcleos


obreros. Como se desprende de lo an­
terior, la educación era concebida
como instrucción política, aunque
también se hacían llamados a la su­
peración del analfabetismo y al acceso
del saber común de la sociedad. La au­
sencia de esa educación política era
concebida como una gran traba para la
consecución de la libertad.
En algunos círculos obreros, in­
fluenciados por la Iglesia católica, la
educación prestaba, además de una
función moralizadora, otra de pro­
moción personal y de ascenso social.
Sin embargo, ésta no fue la visión pre­
dominante en la naciente clase obrera
colombiana.
Acompañando a la labor educativa,
los primeros núcleos obreros de distin­
tas orientaciones ideológicas empren­
dieron una verdadera batalla contra
los vicios, entendidos como manifes­
taciones irracionales de los trabaja­
dores. Entre estos vicios descollaba el
problema del alcoholismo. El consu­
mo exagerado de bebidas embriagan­
tes (en especial chicha, cerveza y
aguardiente) era visto como un gran
obstáculo para que la clase obrera
adquiriera un papel de protagonista en
Asistentes a un homenaje se apropia de ellos y los desarrolla en la transformación social que el país ne­
en el Luna Park de sus luchas, lo que les da la fisonomía cesitaba.
Bogotá, con motivo del propia. Aunque la campaña antialcohólica
Congreso Obrero,
reunido en mayo de 1924.
Ante todo digamos que el obrero de era una cruzada apoyada por distintos
los años veinte se veía a sí mismo estamentos sociales, los obreros le da­
como un ser honrado, responsable con rían su sello propio. En general dicha
su trabajo, diligente y creativo. El tra­ campaña se enmarcaba en el debate,
bajo lo hacía digno y lo enaltecía. Su por ese entonces en boga, sobre la
carácter de nueva clase valientemente «degeneración de las razas». Durante
lo proclamaban cuando decían que no los años veinte no faltaron las voces
eran ni siervos ni esclavos y exigían un que postularon que nuestras razas tro­
trato «justo», acorde con su dignidad picales —entiéndase por éstas las cla­
obrera. ses bajas— no se podrían adaptar a la
Uno de los valores más codiciados modernización creciente de la socie­
por la naciente clase obrera era la edu­ dad. Estas voces encontraban en el al­
cación, que se entroncaba en la tra­ coholismo un argumento para justifi­
dición racionalista de la que ya hablá­ car sus sospechas de que sí existían ra­
bamos. La función de la prensa obrera zas degeneradas en nuestro medio.
va a ser precisamente promover esa Los sectores empresariales colom­
anhelada educación. La educación ha­ bianos, aunque sin acoger todo el ar­
ría acceder a los trabajadores a la ra­
zón, a la ciencia y al progreso. La ta­ gumento racista, opinaban que el al­
rea educativa era, por tanto, una tarea coholismo significaba una disminución
en la productividad del trabajo. La
Capítulo 9 229

Iglesia, por su parte, entendía el al­ Esto era mal visto por los empresarios
coholismo como una degeneración y el clero, por las razones arriba ano­
más moral que racial, y con igual ahín­ tadas. Para los activistas obreros tam­
co lo combatió. bién esta práctica popular era critica­
En este panorama cultural, ¿cuál ble pues se perdía un tiempo que se
fue la posición obrera ante el proble­ podría aprovechar en el estudio polí­
ma del alcoholismo? Ciertamente no tico y la organización. Sin embargo, a
se compartía la teoría de la «degene­ pesar de las campañas de lado y lado,
ración de las razas». Por el contrario, los sectores populares urbanos, y en
ya veíamos cómo el obrero se conce­ particular los obreros, siguieron acu­
bía como un ser humano con valor. diendo a la cita casi diaria en la taber­
Además la tradición socialista, ali­ na o en el bar. Pero, podemos pre­
mentada por el racionalismo, señalaba guntarnos antes de condenar, ¿qué re­
a la clase obrera como el último y más presentaba esta práctica? Parece ser
elaborado fruto de la evolución social. que por detrás del consumo del alco­
El anarquismo y el marxismo predi­ hol existía la necesidad de reunirse, de
caban que la clase obrera era la clase sentirse en comunidad después de una
portadora de la bandera de la libera­ jornada de trabajo despersonalizado-
ción para toda la humanidad. Por ello, ra, de comunicarse, de intercambiar
la clase obrera no se consideraba una opiniones.
«raza degenerada». Sin embargo, tam­ De hecho, contra el querer de mu­
bién le preocupaba el problema del al­ chos sectores sociales y aun de diri­
coholismo. Éste, entonces, era un obs­ gentes obreros, los bares y tabernas
táculo a superar; una traba que cier­ jugaron un papel cohesionador en la
tamente podía «degenerar» a algunos naciente clase obrera.
de sus miembros, pero no a la clase en Esto es más claro aún para las con­
conjunto. centraciones obreras en aquellas acti­
vidades extractivas de propiedad del Jorge Eliécer Gaitán,
Ahora bien, no se necesita mucha abogado de los
malicia para descubrir que por detrás capital norteamericano (especialmen­ huelguistas de la
del debate sobre el alcoholismo estaba te en la zona bananera de la Costa Compañía de Teléfonos
el problema del control del tiempo li­ Atlántica y en la petrolera del Mag­ de Bogotá, acompañado
bre de los' trabajadores. Era común dalena medio). Allí, por tratarse de por el gerente, obreros,
una típica economía de enclave, los empleados y telefonistas,
que los obreros a la salida del trabajo momentos antes de
y en los dominicales, se reunieran en obreros, que vivían en hacinamientos reiniciarse el servicio de
tabernas o bares a consumir alcohol. humanos de reciente formación, no te­ la empresa, pactado por
nían más diversión que acudir a dichos él en junio, 1928.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
230

sitios. Como se ve, la lucha contra el sociedades secretas que allí funciona­
alcoholismo, aunque tiene su matiz ban desde mucho antes, con un nuevo
entre los obreros, no es un valor con­ lenguaje «socialista». Lo mismo suce­
tradictorio, como en últimas todos los dió, aunque en forma aislada, en dis­
valores lo son. tintos sitios como Dagua (Valle), Ba-
La clase obrera colombiana, espe­ rrancabermeja y la zona bananera.
cialmente sus sectores más politiza­ Ahora bien, explícitamente se decía
dos, trató además de desarrollar todo en las actas que se levantaban de tan
un comportamiento ético que, sin ne­ singulares ceremonias, que estos ritos
gar el predominante en la sociedad, le no excluían las prácticas religiosas tra­
dicionales del pueblo colombiano, que
diera una identidad como nueva «co­ seguramente seguirían siendo las de la
mayoría de los trabajadores.
Paralelamente a estas prácticas de
identificación de la nueva «comunidad
social», la clase obrera, desde su na­
cimiento, va desarrollando valores
nuevos y propios de ella. Nos referi­
mos principalmente al espíritu de coo­
peración, a la solidaridad y a cierto ra­
dicalismo social.
Aunque el espíritu de cooperación
se remonta a las sociedades democrá­
ticas y a las sociedades mutuales, es en
el siglo XX cuando se llega a su mejor
expresión a través de las cooperativas
de producción y consumo, y de las ca­
jas comunales de ahorro. Es por ello
que en los años veinte comienzan a de­
sarrollarse dichas organizaciones, que
no son exclusivamente impulsadas por
Miembros fundadores del munidad social». Es así cómo en apar­ la Iglesia. Aunque tal vez las más exi­
Círculo de Obreros, tados municipios del territorio nacio­ tosas serían las de influencia clerical,
fotografiados con una nal, al mismo tiempo que surgieron y dentro de éstas, las establecidas por
imagen de San Francisco
Javier. El 1° de enero de
distintas organizaciones de resistencia el padre José M. Campoamor, los sec­
1911 se creó la Caja de obrera (cooperativas, clubes cultura­ tores socialistas y aun anarquistas tam­
Ahorros de dicho les o sindicatos), éstas se iban dotando bién las impulsaron.
Círculo. de un código de comportamiento mo­ La solidaridad de clase es tal vez la
ral propio. expresión más nítida de la naciente
En esto influyeron indudablemente clase obrera. Las continuas llamadas
las prácticas éticas tanto de sociedades al apoyo de otros sectores en conflic­
mutuales y cooperativas, como de so­ to, que aparecen en la prensa obrera
ciedades teosóficas, logias masónicas y de los años veinte, muestran cómo la
sociedades secretas que en algunos clase va identificando lo que la une
municipios habían florecido desde fi­ más allá de la diversidad de activida­
nes del siglo XIX. Los núcleos obreros des y de patrones que ella enfrenta. La
más militantes practicaron, por tanto, huelga de apoyo y la huelga general,
distintos ritos de iniciación que iban que se presentan tenuemente en esos
desde juramentos a la bandera de la años, serán la mejor expresión de di­
asociación obrera, hasta bautismos y cha solidaridad.
matrimonios «socialistas».
de un radicalismo so­
En Líbano, Tolima, artesanos y cialElendesarrollo
los años veinte, puede ser con­
obreros se casaron en los años veinte
según un rito que era el mismo de las siderado también como otro valor pro­
pio de la clase obrera en gestación.
Capítulo 9 231

Este radicalismo social, que amplia­


remos en el siguiente punto, se mani­
festó en la impresionante actividad
huelguística, en la tendencia a la ge­
neralización de la protesta social y en
la militancia política bien en las toldas
socialistas o en las anarquistas.
Ahora bien, el discurso ético y cul­
tural obrero de los años veinte no fue
homogéneo y totalmente coherente.
Por ejemplo, a los campesinos se les
trata a veces como aliados, a veces
como potenciales enemigos, o a
veces se les ignora simplemente. A la
mujer se le dedican algunas páginas de
denuncia de la opresión patriarcal y
contradictoriamente, al mismo tiempo
en otras páginas, se realimenta la an­
cestral tradición machista inscrita en la
cultura popular.
Pero estas contradicciones son ex­
plicables no sólo por el momento so­
cial que vivía el país, sino porque la
contradicción era inherente a las mis­
mas tradiciones y valores adoptados
por los obreros en sus luchas de resis­
tencia.
Contexto socioeconómico de la
formación de la clase obrera en los
años veinte
productos manufacturados del exte­ Padre José María
Ha llegado el momento de abordar el rior. Lentamente se habían estableci­ Campoamor, S.J., tuvo
accionar concreto de la clase obrera en do en el país algunas industrias de una gran influencia sobre
la clase obrera, a través
el último decenio estudiado. Sin em­ bienes de consumo como textiles, be­ de la formación de
bargo, éste no se puede entender si no bidas, prendas de vestir, calzado, ja­ Círculos Obreros y Cajas
lo relacionamos mínimamente con el bones, etc. Al mismo tiempo el flujo Sociales de Ahorro y de
contexto socioeconómico y político de créditos norteamericanos, acom­ construcción de barrios
del país en el cual surge la clase obre­ pañados de los veinticinco millones de para los trabajadores.
ra, interesándonos destacar lo relativo dólares de la indemnización por Pa­
a la explotación, a las formas de do­ namá, van a significar un gran impulso
minación y de comportamiento del Es­ a las obras públicas, en especial las
tado y los partidos tradicionales ante vías de comunicación. Estas últimas
la naciente clase. concentraron un significativo número
La economía colombiana de los de trabajadores.
años veinte, que ha sido desarrollada La naciente clase obrera, ubicada
en otros capítulos, vive un momento en esos sectores dinámicos, va a en­
de transición de un modelo orientado frentar dos lógicas de explotación de­
al sector externo, a uno que pone más rivadas del momento de transición que
énfasis en la ampliación de un mer­ vivía la economía colombiana en los
cado interior y en el desarrollo de una años veinte. La lógica exportadora,
industria nacional. La primera guerra apoyada en diversas formas de coac­
mundial había mostrado la debilidad ción extraeconómica, hará que los pri­
de una economía que dependía de los meros obreros tengan que luchar con­
232 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tra formas de contratación indirecta intervención en economía, que en lo


(como los «contratistas», por ejem­ social propiamente dicho. En material
plo), el pago de abultadas deudas y laboral no se avanzó gran cosa.
multas, el monopolio comercial de los Aunque desde 1907 existía una ley
productos de subsistencia por parte de sobre descanso dominical para em­
algunas empresas (especialmente de pleados públicos, fue en 1915 cuando
economía de enclave) y, en general, lo se inició la legislación laboral en el
que los trabajadores llamaron «un tra­ país. El proyecto de ley sobre acciden­
to injusto». La lucha contra las exten­ tes de trabajo, presentado el año an­
sas jornadas de trabajo (se presenta­ terior por el general Rafael Uribe Uri-
ban casos de doce y hasta quince horas be, se convirtió en la ley 57 de 1915.
diarias de trabajo), el empleo a des­ En 1918, la ley 46 exigía la construc­
tajo (que disfrazaba largas jornadas de ción de habitaciones higiénicas para
trabajo) y el descenso del salario no­ los trabajadores. Las primeras leyes
minal, hacía parte también de la resis­ sobre huelgas, la 78 de 1919 y la 21 de
tencia obrera contra esta lógica de ex­ 1920, se elaboraron al calor del primer
plotación anclada en el tradicional movimiento de protesta obrera de vas­
modelo agroexportador. ta magnitud. Ambas leyes trataron de
Al mismo tiempo, con la transición
legalizar, y por tanto controlar, el fe­
nómeno huelguístico. Se establecieron
hacia una economía más integrada in­ etapas previas a la declaratoria de la
ternamente y con incipiente industria­
huelga, se permitió el esquirolaje y se
lización, se insinuaba una nueva lógica prohibió la huelga en los sectores ca­
de explotación de la fuerza de trabajo.
Una lógica más capitalista, en donde talogados como servicios públicos.
el énfasis se ponía en el aumento de la Las leyes 37 de 1921 y 32 de 1922
productividad del trabajo a través, hablaban de un seguro colectivo y
bien de métodos de racionalización obligatorio para todos los trabajado­
del trabajo o bien de nueva tecnología res de una empresa. La ley 57 de 1925
y maquinaria más eficiente. En este versaba sobre accidentes de trabajo.
sentido, interesaba a los empresarios La ley 15 de 1925 establecía las con­
tener una mano de obra más Ubre y diciones de higiene social y asistencia.
más motivada al trabajo. La ley 57 de 1926 estipularía el des­
Aquí se inscriben las abundantes lu­ canso dominical para todos los traba­
chas obreras de los años veinte por un jadores. Aparte de estas leyes, y del
mejor salario, estabilidad laboral, establecimiento de la Oficina del Tra­
condiciones higiénicas y ciertas co­ bajo como dependencia del Ministerio
modidades en el sitio de trabajo, pres­ de Industrias, en 1924, no hay más le­
taciones sociales y ampliación o cum­ gislación laboral en el período estudia­
plimiento de la escasa legislación la­ do. Por el contrario, el Estado hará
boral. Con esta última reivindicación aún continuos pronunciamientos de
tocamos al aspecto clave de las formas no intervención en los conflictos socia­
de dominación política que enfrentó el les, y más bien acudirá a la cruda re­
movimiento obrero del decenio de los presión, como sucedió especialmente
veinte. La misma coyuntura de tran­ a partir de la Ley Heroica del 30 de
sición estaba obligando al Estado, en octubre de 1928. Por ello se puede de­
manos conservadoras en todo el perío­ cir que para la Hegemonía Conserva­
do estudiado (1886-1930), a abando­ dora, la «cuestión social» fue más una
nar en la práctica el dogma del laissez- «cuestión de orden público».
faire y adoptar medidas interventoras Ampliemos este punto. Para la élite
tanto en materia económica, como en conservadora en el poder, anclada aún
aspectos sociales. Sin embargo, la evi­ en el laissez-faire económico, el Esta­
dencia encontrada hace pensar que los do debía dejar que las fuerzas del mer­
últimos gobiernos de la Hegemonía cado libremente solucionaran los di-
Conservadora tuvieron más éxito en la ferendos salariales. En este caso con-
Capítulo 9 233

creto las fuerzas del mercado eran el La respuesta sugerida por los libe­
capital y el trabajo. Ahora bien, si el rales a los conflictos laborales era la
conflicto salía de los marcos econó­ combinación de una oportuna inter­
micos, entonces ya era cuestión de or­ vención del Estado en los conflictos la­
den público. Como el Estado no debía borales —enviando tropas para pre­
inmiscuirse en la negociación econó­ venir disturbios y presionando a las
mica, su función no debía ir más allá dos partes a negociar— con la aplica­
de promulgar unas pocas leyes labo­ ción de una serie de políticas laborales
rales y mantener una Oficina del Tra­ y de bienestar que hicieran que los
bajo dedicada más a informar al eje­ obreros se sintieran también represen­
cutivo que a presionar la negociación. tados y atendidos por el Estado. Ésta
Lo demás correspondía al Ministerio será la lógica que el liberalismo pon­
de Gobierno o a las Fuerzas Armadas. drá en ejecución una vez acceda al po­
Estos últimos eran los que aparecían der. Para el movimiento obrero, la ló­
ante el obrero como la imagen del Es­ gica de dominación que debió enfren­
tado. tar fue la conservadora. Muchas veces
En este sentido, la clase obrera era sucedió que cuando se adelantaba un
objetivamente excluida como clase del pacífico movimiento de protesta la­
juego democrático. El obrero, aunque boral, el gobierno conservador de tur­
podía participar en el sistema político no consideraba, instigado por los em­
como «ciudadano», no podía hacerlo presarios (especialmente extranjeros),
como clase. El Estado bajo la Hege­ que se había salido del marco econó­
monía Conservadora, por tanto, no mico y por lo tanto dejaba en la policía
daba cobertura a todos los sectores so­ o el ejército la «solución» del conflic­
ciales. De ahí se concluye que estos to. Por supuesto que los obreros, que
sectores sociales no vieran como «le­ se sentían amenazados, se lanzaban a
gítima» la dominación de ese Estado. una respuesta también violenta. De
La adhesión obrera a ideologías re­ ahí que la historia sindical de los años
volucionarias es una consecuencia de 20 está plagada de enfrentamientos
esta ausencia de consenso en torno al sangrientos, teniendo en la masacre
Estado. del 5 de diciembre de 1928, en Cié­
naga (Magdalena), el evento más luc­
Para los liberales colombianos, por tuoso de toda la historia de la clase
el contrario, la existencia de la clase obrera colombiana.
obrera era inevitable. Más aún, la con­
tradicción capital-trabajo, en el plano
económico, era vista como algo natu­ El accionar huelguístico
ral y propio del desarrollo económico. (1919-1930)
El Estado, en consecuencia, debía tra­
bajar por la coexistencia pacífica de La huelga, fenómeno que impactaba a
las clases. Al no entender los gobier­ la sociedad colombiana de los años
nos conservadores, las peticiones eco­ veinte haciéndola temblar, va a ser la
nómicas obreras, producían una radi- forma de resistencia más importante
calización política de estas últimas, ra- del movimiento obrero en estos años.
dicalización que el liberalismo tam­ Sin embargo, la huelga en ese enton­
poco veía con buenos ojos. Sin em­ ces era bien distinta de la contempo­
bargo, los liberales acusaban a los ránea. Comencemos por decir que a
gobiernos conservadores, en especial veces era más una «asonada» o un
«motín» que una huelga entendida
al de Miguel Abadía Méndez, de exa­ como un movimiento relativamente
gerar el peligro revolucionario colo­ preparado y organizado. La huelga de
cado por la clase obrera, para justifi­ los años veinte era la expresión de la
car políticas regresivas. Los revolucio­ protesta que estallaba espontánea­
narios, decía la prensa liberal, eran mente, en la mayoría de los casos. Ob­
«exóticos» para el país y no pasaban servando el movimiento huelguístico
de ser un pequeño puñado.
234 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

en el decenio de los veinte salta a la En 1920 encontramos treinta y dos


vista el impresionante accionar inicia­ huelgas, cifra excepcional para el mo­
do en 1919 y que se prolongará hasta mento dada la limitada cobertura de la
el primer semestre de 1920. Fueron los clase obrera. Dentro de este movi­
artesanos de Bogotá los que abrieron miento huelguístico sobresalieron los
la puerta a este vasto movimiento. En ferroviarios (de la Dorada, Antioquia,
julio de 1919 los líderes artesanales y la Sabana de Bogotá, Valle del Cauca
obreros convocaron a manifestaciones y de Atlántico), los sastres y zapateros
de protesta contra la contratación, por (de Medellín, Caldas, Manizales y Bu-
parte del Ministerio de Guerra, de la caramanga) y los trabajadores texti-
confección de ocho mil uniformes del leros de Bello, Barranquilla y Carta­
ejército con firmas extranjeras. El go­ gena. La dura crisis fiscal que vivió el
bierno del presidente Marco Fidel país a comienzos de los años veinte
Suárez respondió con el fuego de las presionó a los trabajadores del Estado
armas, dejando un saldo de varios a una permanente movilización exi­
muertos y heridos y cerca de trescien­ giendo el pago oportuno de sus sala­
tos prisioneros. Luego vendrían las rios. En ello estuvieron presentes aun
Grupo de obreros del huelgas de mineros de la compañía in­ los jueces y algunas guarniciones de la
Ferrocarril del Sur, glesa de Segovia, Antioquia (agosto policía.
durante su huelga de de 1919), y la de trabajadores del fe­ Entre 1921 y 1923 hay un leve des­
noviembre de 1919, en rrocarril de la Dorada (diciembre censo en la actividad huelguística. En
Bogotá. 1919 es un año 1919-enero 1920). Paralelamente se
de intensa acción obrera 1921 se presenciaron nueve huelgas;
y de movilización produjo una gran movilización cam­ cuatro en 1922 y ocho en 1923. Será
campesina. El año pesina en la región del Sinú, dirigida en 1924 cuando se presente un nuevo
siguiente, 1920, se por los centros socialistas de Montería repunte del movimiento de protesta
presenciarán 32 huelgas, en donde actuaba el ya mencionado laboral. Parece que al abrigo de las re­
cifra excepcional para la
limitada cobertura que Vicente Adamo, a quien, como pre­ formas económicas sugeridas por la
entonces tenía la clase mio por su actividad, le esperaría la Misión Kemmerer, el país se recupe­
trabajadora. cárcel. raba fiscalmente e iniciaba su apertura
Capítulo 9 235

al flujo del crédito externo. La infla­


ción se dejó sentir con dureza en esos
años de prosperidad económica. Las
dieciocho huelgas realizadas en 1924
así lo indican. Entre el 20 y el 22 de
abril de 1924 los trabajadores de la
empresa municipal del tranvía de Bo­
gotá se lanzaron al paro exigiendo es­
tabilidad laboral y aumento salarial.
El conflicto se agravó cuando el su­
perintendente de la empresa dio
muerte a un trabajador. Finalmente el
concejo municipal accedió a subir sa­
larios, destituir al superintendente y
estudiar las otras peticiones obreras.
En los meses siguientes, ferroviarios,
mineros y trabajadores textiles ade­
lantarán movimientos reivindicativos
de gran radicalidad. Para fines de 1924
se gestaba un movimiento de protesta
en cerca de catorce empresas de Bo­
gotá, lo que hubiera podido derivar en
una huelga general, de no ser por la
excepcional intervención del ejecutivo
presionando la negociación.
Sin embargo, en Barrancabermeja,
el 8 de octubre del mismo año, estalló
la primera de las grandes huelgas pe­
troleras. La dirección del movimiento
recayó en la Sociedad Unión Obrera
dirigida por Raúl E. Mahecha. Los
trabajadores aducían incumplimiento
de lo negociado a principios de año. A
pesar de la presencia en el puerto del tre los mismos trabajadores y la rotun­ En la plaza Once de
Ministerio de Industrias, la Tropical da negativa del gerente en negociar Noviembre, de
Oil Company se negó a la negocia­ dieron al traste con el movimiento, Barrancabermeja,
que será la semilla del lanzado cuatro Ignacio Torres Giraldo
ción. A los trabajadores no les quedó habla a los obreros, el 26
más recurso que radicalizar el movi­ años más tarde. de diciembre de 1926,
miento, lo cual provocó el terror de De las catorce huelgas de 1925 me­ durante los preparativos
los empresarios y el gobierno. Ilega­ recen ser mencionadas las de los tra­ de la huelga petrolera que
lizada la huelga, la «Troco» procede a bajadores del ferrocarril de la Dorada será declarada el 5 de
(en enero) y los tranviarios de Bogotá enero de 1927.
la expulsión de más de mil doscientos
trabajadores, que en su mayoría son (en diciembre). En ambas, la dura res­
deportados de la zona por el gobierno. puesta oficial terminó con cientos de
La derrota obrera la justificó el go­ huelguistas encarcelados, otros tantos
bierno al catalogar la huelga como un licenciados y la negativa empresarial a
movimiento «subversivo». cualquier negociación. Parecería que
En diciembre del mismo 1924, los se quería aniquilar a la clase obrera
trabajadores de la United Fruit Com- más que aceptarla en el concierto na­
pany lanzaron un paro para denunciar cional.
el incumplimiento de la legislación la­ En contraste con el movimiento
boral por parte de la compañía nor­ huelguístico previo, el de 1926, año de
teamericana y para presionar estabili­ cambio de gobierno del general Pedro
dad y aumento salarial. La división en- Nel Ospina al doctor Miguel Abadía M.,
236 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

mostró algunos triunfos obreros. Pri­ pulsiones masivas. Así murió por as­
mero fueron los braceros de Girardot fixia la segunda huelga petrolera; Raúl
y luego los trabajadores del ferrocarril E. Mahecha, su líder indiscutible, se­
del Pacífico. La clave del éxito radicó ría de nuevo encarcelado junto con
en la amplia solidaridad obrera y ciu­ otros dirigentes.
dadana conseguida. En el caso del fe­ Esta nueva tónica se prolongaría en
rrocarril del Pacífico (1-3 de septiem­ los siguientes años. Hacia el 13 de no­
bre), se logró paralizar al occidente viembre de 1928, los trabajadores de
colombiano. Así se entiende que la ge­ la United Fruit Company presentaron
rencia de la empresa haya aceptado in­ un pliego de peticiones que, si se ana­
mediatamente los puntos centrales del liza cuidadosamente, no era sino el re­
pliego petitorio (aumentos salariales, sumen de la escasa legislación laboral
establecimiento de la jornada laboral existente. Se pedía seguro colectivo,
de ocho horas, condiciones higiénicas cumplimiento de ley sobre accidentes
y otras reivindicaciones). Esta huelga de trabajo, habitaciones higiénicas,
fue durante años la huelga modelo descanso dominical, aumento salarial
para el movimiento obrero. Sin em­ del 50 %, cesación de los comisaria­
bargo, la euforia obrera no duraría tos, anulación de los pagos por medio
por mucho tiempo. En enero de 1927, de vales, pago no por quincenas sino
semanal, contratación colectiva y es­
tablecimiento de hospitales. A pesar
de lo prudente del pliego y de la pa­
cífica organización de los trabajado­
res, el Estado, alimentado por telegra­
mas alarmistas de las directivas de la
UFC, vio con temor la huelga. Envió,
en consecuencia, un gran contingente
de ejército. El general Carlos Cortés
Vargas fue nombrado jefe militar y ci­
vil de la zona. En el primer decreto fir­
mado por Cortés Vargas se prohibía la
reunión de más de tres personas y se
autorizaba al ejército a disparar cuan­
do lo creyera conveniente. El decreto
4, leído en la fatídica noche del 5 al 6
de diciembre, declaraba «cuadrilla de
malhechores» a los huelguistas.
Ferrocarril de la Troco de una forma un poco apresurada, los Con el señuelo de una posible reu­
para transporte de petroleros de Barranca lanzaron su se­ nión con el gobernador de Magdalena,
materiales y obreros entre gunda huelga. De la justeza de sus pe­
Bucaramanga y El miles de trabajadores convergieron en
Centro; la vía fue ticiones dio testimonio el alcalde Luna la plaza de Ciénaga el 5 de diciembre.
terminada en 1926, con Gómez que tuvo que renunciar ante la Las horas fueron pasando y no arri­
cerca de 28 kilómetros de divergencia de intereses con el ejecu­ baba el alto funcionario. Hacia media­
recorrido. tivo. A pesar de ser pacífica la huelga, noche, el general Cortés Vargas or­
el gobierno entró a suprimirla por la denó el desalojo de la plaza. Los obre­
fuerza. En un tranquilo banquete de ros se negaron a ello y, por el contra­
homenaje obrero al saliente alcalde, rio, renovaron su ardor con gritos de
irrumpió la policía violentamente de­ «Viva Colombia libre», «Viva el ejér­
jando un número impreciso de muer­ cito colombiano» y uno que otro
tos. El gobierno dictó una ley marcial «Viva la revolución social». La masa­
para la región, ilegalizó el movimiento
y procedió a los conocidos encarcela­ cre, cuyas reales estadísticas tal vez
mientos, mientras la empresa aprove­ nunca se conocerán con certeza, se
chaba la situación para producir ex­ consumó esa fatídica noche. Los obre­
ros, después de la masacre, trataron
Capítulo 9 237

vanamente de armarse y responder tieron muchos otros cuya enumera­ Obreros y obreras, niños
con la misma moneda. Por supuesto, ción sería de nunca acabar. y adultos en un
la huelga finalizó unos días más tarde, La resistencia obrera de los años establecimiento fabril de
sin haber conseguido los obreros nin­ veinte abarcó formas que iban desde Medellín, fotografía de
Benjamín de la Calle,
guna de sus peticiones, y teniendo por la solidaridad económica familiar o co­ 1927
el contrario que aceptar un sueldo me­ munitaria, hasta la mitología y el fol­
nor del que recibían cuando se inició klore; desde el saboteo oculto a la pro­
el conflicto. ducción con la destrucción de las má­
Ante esta violenta respuesta del Es­ quinas, hasta la insurrección organi­
tado, la clase obrera tendría que re­ zada pasando por la huelga. Éste es un
plegarse temporalmente, acudiendo a tema que hasta ahora está abordando
otras formas de resistencia distintas de la investigación histórica en nuestro
la huelga. En la zona bananera, por país.
ejemplo, con el cañón de los fusiles Volviendo sobre la huelga, la forma
aún humeando, los trabajadores en de resistencia mejor estudiada, pode­
medio de sus faenas comenzaban a mos decir que en general ella predo­
componer coplas en las que se recor­ minó en dos sectores económicos:
daban los sucesos, que el Estado que­ transportes e industria manufacturera,
ría olvidar, y se generaban mitos como siendo el peso del primer sector abru­
el de Raúl Eduardo Mahecha como madoramente mayoritario. Además,
«hombre indestructible». Comenza­ aunque hay una serie de huelgas lan­
ron a circular leyendas sobre Mahecha zadas por sectores típicamente arte­
de quien se decía que el ejército no lo sanales, fueron los trabajadores asa­
podía matar. Que le habían disparado lariados los que más contingentes de
mil tiros y apenas le rozaron un pie. huelguistas aportarían. Por último,
Se decía, en fin, que en el forro de los hay dos características propias de las
dientes escondía el secreto. Estos mi­ huelgas de los años veinte que van a
tos devolvían cierta fe a los trabaja­ disminuir en decenios posteriores.
dores abrumados por tan violenta res­ Nos referimos a la solidaridad de clase
puesta del Estado. Así como estos y ciudadana que lograron convocar, y
ejemplos de resistencia cultural, exis­ a la radicalidad de muchas de ellas.
238 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Ambas características son las dos ca­ de Girardot, El Luchador de Mede-


ras de una misma moneda: la rígida llín, El Taller de Manizales, y la Ola
actitud del Estado ante la «cuestión Roja fundada por Ignacio Torres Gi-
social». La clase obrera debía resistir raldo en Popayán. En 1920 nace El
bien invocando a la solidaridad am­ Socialista, que se mantendría en pie
plia, o bien radicalizándose. Ésta fue por lo menos hasta mediados de los
la tónica predominante en las relacio­ treinta. Para 1924 se publica en Ba-
nes entre el movimiento obrero y el rrancabermeja el periódico dirigido
Estado, relaciones que fueron más de por Raúl E. Mahecha, Vanguardia
exclusión que de mutua aceptación. Obrera. Por esa misma fecha salen a
la luz pública los periódicos anarquis­
tas La Antorcha, El Sindicalista, la
Las formas de organización obrera Voz Popular, y Pensamiento y Volun­
El carácter espontáneo de muchos de tad en Bogotá, y Vía Libre en Barran-
Llegada del ministro de los conflictos laborales explica el por­ quilla. El Partido Socialista Revolu­
Industria y Comercio, qué muchas veces el lanzamiento de la cionario (PSR) tendrá también sus ór­
general Diógenes A.
Reyes, en el hidroavión
huelga precedió o se dio simultánea­ ganos de expresión como La Huma­
"Caldas", a Barranca, el mente con la formación de una orga­ nidad de Cali, dirigida por Torres Gi-
12 de octubre de 1924, en nización obrera, generalmente un sin­ raldo, y La Nueva Era, órgano del
un intento por mediar dicato. Se puede decir que por detrás Comité Central. Para 1928 tenemos
entre los trabajadores y la de cada periódico existía un proyecto otros periódicos obreros de importan­
Tropical Oil, en la huelga
que había sido declarada organizativo. La difusión de la prensa cia como Claridad de Erasmo Valen­
en septiembre y que obrera es, en parte, una difusión de las cia, El Libertador del mencionado
terminó con la renuncia organizaciones obreras. Biófilo Panclasta, Sanción Liberal de
del jefe de empleos y del En 1910, en Tumaco, se había fun­ L.J. Correa, todos ellos en Bogotá,
abogado de la compañía
dado El Camarada y en Cartagena El Vox Populi en Bucaramanga y El
y con la prisión de Raúl Moscovita en Ambalema. Hasta los
Eduardo Mahecha, Comunista. Para 1916 surgió en Bo­ obreros conservadores tendrán su se­
secretario entonces de la gotá el periódico El Partido Obrero.
Sociedad Unión Obrera. En 1919 nacieron El Obrero Moderno manario, Unión Colombiana Obrera,
Capítulo 9 239

publicado en Bogotá. Esto para men­


cionar sólo los más destacados.
Aunque ya hemos dicho que la clase
obrera contaba con una amplia gama
de organizaciones (desde sociedades
mutuales y cooperativas, hasta clubes
culturales y asociaciones secretas), va
a ser el sindicato la forma privilegiada
por la clase en su resistencia. El Es­
tado, consecuente con la visión laboral
que hemos expuesto, no sólo no pro­
pició esa forma organizativa, sino que
se opuso a ella por distintos medios.
Hasta 1919 existían sólo veintisiete or­
ganizaciones «obreras» legalmente re­
conocidas. Es bueno anotar que al­
gunas eran más asociaciones obrero-
patronales, que sindicatos propiamen­
te dichos. En el decenio de los veinte,
el Estado reconoció cuarenta organi­
zaciones «obreras», nueve de ellas de
segundo grado. Predominaban las or­
ganizaciones por oficio o gremiales. El
sindicalismo de base no era muy co­ más vulnerables al ataque de un Es­ Obreros de la Tropical
mún, y el de industria era práctica­ tado y de unos patrones que en cual­ Oil en El Centro, en un
mente desconocido. En las actividades quier organización obrera veían una día de pago. Desde 1922,
amenaza subversiva. ellos venían luchando por
económicas, predominó el sindicalis­ la "bandera de los tres
mo en transportes y en industria ma­ Como los sindicatos no se circuns­ ochos": ocho horas de
nufacturera, los mismos sectores que cribían a una empresa, podían tener trabajo, ocho de
habían aportado más al movimiento una visión más de conjunto sobre las instrucción y ocho de
huelguístico. formas de explotación y dominación, descanso.
imperante en el país. Pero al mismo
En general, la impresión que se tie­ tiempo, esta ventaja organizativa se
ne al observar los sindicatos existentes podía convertir en docilidad, puesto
en los años veinte es que éstos eran de que el Estado y los patronos, espe­
vida coyuntural (generalmente se cialmente los extranjeros, se negaban
creaban a raíz de un conflicto y desa­ sistemáticamente a reconocer la legi­
parecían cuando éste se terminaba). timidad de estos sindicatos, aduciendo
Además, como no existían marcos ins­ que estaban conformados por elemen­
titucionales para el sindicalismo, los tos «externos» a las empresas en con­
trabajadores tuvieron que echar mano flicto.
a sus tradiciones para organizarse. En Hacia finales del decenio comienza
este sentido parece que los antiguos a observarse, sin embargo, el surgi­
clubes culturales y políticos obreros miento de algunos sindicatos perma­
que florecieron en los sitios de con­ nentes inscritos en empresas específi­
centración trabajadora, asumían la cas, que buscan la legalidad. Es decir,
responsabilidad organizativa en los hay un desarrollo incipiente y mino­
momentos de conflicto. Así se explica ritario en términos cuantitativos, de
que en muchos casos la dirección de la un tipo de sindicalismo cercano al que
huelga estuviese en manos de activis­ hoy llamamos de base.
tas obreros o líderes políticos que no Las formas organizativas quedarían
trabajaban directamente en la empre­ truncadas si no hacemos aunque sea
sa en conflicto. Ello permitió la mayor una breve consideración sobre los pro­
politización de las organizaciones de yectos políticos que agitó la clase
resistencia, aunque también las hizo obrera en el decenio de los veinte.
240 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

zado, una agrupación política de opi­


nión. En este sentido tendremos tanto
una participación «socialista» en los
conflictos sindicales (en el caso de las
textileras de Bello fue claro), como
una inusitada actividad política elec­
toral, que se intensificó en 1921. En
las elecciones a la Cámara (marzo), y
a los concejos (octubre), los socialistas
obtuvieron resonantes triunfos. En
Medellín, las listas socialistas supera­
ron a las liberales. En Girardot, los so­
cialistas fueron mayoría en el concejo.
En otras poblaciones con concentra­
ción obrera, los socialistas consiguie­
ron importantes avances: Honda, La
Dorada, Palmira, Dagua, Segovia,
Puerto Wilches, Remedios, Puerto
Berrío y Dabeiba. Estos éxitos elec­
torales pusieron en alerta al liberalis­
mo, que en sus congresos de Ibagué y
Medellín, decidió incorporar algunas
reivindicaciones obreras y socialistas
en su programa. La adhesión, en 1922,
de importantes personajes socialistas a
la candidatura liberal del general Ben­
jamín Herrera, hizo que prácticamen­
te el Partido Socialista desapareciera
como fuerza política independiente.
Por esos años algunas voces obreras
comienzan a plantear la necesidad de
proyecto político independiente de la
clase. En un principio, no se pensaba
en la construcción de un partido pro­
piamente dicho. Se decía que con la
ruptura del bipartidismo y con el ejer­
Raúl Eduardo Mahecha Implicaciones políticas de la lucha cicio real de la democracia por parte
Caycedo, gran dirigente
de la clase obrera en los años veinte del proletariado, ya se habría avan­
de las huelgas petroleras zado bastante. La presencia, cada vez
en Barrancabermeja. Anteriormente señalábamos que en más fuerte en el país, de ideologías in­
"Con una imprenta
portátil, este infatigable mayo de 1919 se había constituido el ternacionalistas como el marxismo y
tipógrafo predicaría la Partido Socialista. Sus adherentes ini­ el anarquismo, redundará en la con­
liberación obrera". ciales eran nueve asociaciones artesa­ creción de proyectos políticos más ar­
nales, dos sociedades de beneficencia ticulados.
y tres agrupaciones sindicales obreras. En 1923 surgen ciertos círculos de
Como se ve, predominaba el artesa­ intelectuales y obreros llamados «co­
nado en su constitución. Además, nó­ munistas». Aunque el inmigrante rus°
tese que el nivel propiamente reivin- Silvestre Savitsky era su cabeza visi­
dicativo va a estar muy mezclado con ble, jóvenes intelectuales como Luis
el político, lo cual es una constante del Tejada, Moisés Prieto y Gabriel Tur-
naciente movimiento obrero, por lo bay fueron el alma de estos núcleos.
menos hasta bien entrado el decenio. Allí participaban también trabajado­
En realidad, el Partido Socialista re­ res de ferrocarril, tranvía y construc­
presentó más que un partido organi­
ción. Las relaciones entre intelectua­
Capítulo 9 241

les y obreros eran cordiales. Savitsky del ardor con que las distintas corrien­
y Vidales, por ejemplo, redactaron los tes ideológicas expusieron sus plantea­
estatutos del sindicato de albañiles y mientos, ninguna logró un consenso
similares. Las simpatías de estos nú­ mayoritario y por tanto el congreso se
cleos por la Internacional Comunista disolvió sin aclarar mucho en este pla­
eran evidentes. Merece destacarse la no. Sin embargo, ya flotaba un cierto
labor literaria de Luis Tejada, que sin ambiente propio para la ruptura con el
lugar a dudas pudo ser más definitiva bipartidismo.
en la vida política del país, de no ha­ En las horas de la noche, muchos de
ber muerto el escritor repentinamente los delegados al congreso obrero se
en 1924. En mayo de 1924 se celebra­ reunían con otros colegas socialistas
ron simultáneamente dos eventos im­ en el marco de la Asamblea Nacional
portantes para la clase obrera colom­ Socialista. Allí se avanzó un poco más
biana: el Primer Congreso Obrero y la en materia política. Se acordó rendirle
Conferencia Socialista Nacional. Aun­ un homenaje al dirigente ruso Vladi-
que muchos de los participantes del mir I. Lenin, recientemente fallecido.
congreso, lo fueron también de la Días más tarde se aprobó por mayoría
asamblea, hay matices diferenciadores abrumadora la adhesión de la asam­ Sede de la Unión Sindical
de los dos eventos. En el congreso se Obrera, en
blea a la Internacional Comunista, Barrancabermeja,
discutieron aspectos reivindicativos aceptando las condiciones por ésta im­ fundada el 12 de febrero
como la lucha por la jomada de ocho puestas. Se veía ya el predominio de de 1923, bajo la
horas; la exigencia de mayor legisla­ las corrientes marxistas, en su versión orientación de Raúl
ción y cumplimiento de la poca exis­ de la IC, y anarcosindicalista, que en Eduardo Mahecha, y
tente; el problema de la vivienda obre­ centro del más grande
parte simpatizaba también con aspec­ movimiento de masas del
ra; el incremento de las fuentes de tra­ tos de la IC y la Internacional Sindical río Magdalena
bajo, etc. En materia política, a pesar Roja. De hecho, si la fraseología que en los años 20.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
242

nes de resistencia obrera existentes: la


Confederación Obrera Nacional
(CON). Se pretendía que los sindica­
tos no sólo lucharan por las reivindi­
caciones económicas, sino que enfren­
taron políticamente al Estado y los pa­
tronos. La presencia marxista en el
Congreso se evidenció en la adhesión
que hizo éste a la IC.
El proyecto anarcosindicalista fue
rápidamente criticado por distintos
sectores obreros e intelectuales que se
habían adherido inicialmente a la
CON. En ese ambiente comienza a
surgir nuevamente la idea de la cons­
trucción de un partido independiente
de la clase obrera.
Al calor de resonantes éxitos huel­
guísticos como los habidos a fines de
1925 y a lo largo de 1926 (recuérdense
las huelgas de tranviarios y ferrovia­
rios), se reunió en Bogotá, el 21 de no­
viembre de este último año, el Tercer
Congreso Obrero. Después de discutir
aspectos generales (jornada laboral de
ocho horas, por ejemplo) y sindicales
(fortalecimiento de la CON y creación
Ignacio Torres Giraldo, dominaba a estos círculos era marxis- de federaciones de trabajadores de
María Cano y Raúl ta, la práctica era más parecida a la de­ transportes), el debate giró en torno a
Eduardo Mahecha con seada por los anarcosindicalistas. Pre­ la fundación del partido de los obre­
Sofía López, "Flor del ros. Mientras la minoría desconocía la
Trabajo" de Bogotá,
cisamente 1924 y 1925 serían los años
marzo de 1926. de oro del anarcosindicalismo en Co­ necesidad de dicho partido, la mayo­
lombia. En Bogotá, en 1924, funcio­ ría, influenciada por el marxismo,
naba un grupo claramente anarcosin­ votó por su construcción. La minoría,
dicalista: la sociedad Antorcha Liber­ en la cual convergirán sectores refor­
taria del cual hacía parte el tipógrafo mistas y anarquistas (Juan D. Rome­
Carlos F. León. Este grupo publicó el ro, L.J. Correa, Carlos F. León, Bió-
periódico La Voz Popular. En 1925, fílo Panclasta y Erasmo Valencia), se
un grupo libertario de Santa Marta pu­ opondrá al nuevo partido. Ésta con­
blicó el semanario Organización. Este formará en 1928 un Comité de Unidad
grupo tendría incidencia en la huelga y Acción Proletaria, que disputará la
bananera del 28. En 1925 también, en representación del proletariado en los
Barranquilla, funcionó por breve eventos internacionales. La ruptura
tiempo otro grupo anarquista que pu­ estaba consumada.
blicaba el periódico Vía Libre. Este Por su parte, la mayoría creará el
mismo núcleo impulsó, aunque sin Partido Socialista Revolucionario
grandes resultados, la creación de una (PSR). Las disputas de mayoría y mi­
Federación Obrera del Litoral Atlán­ noría del Tercer Congreso Obrero de
tico. 1926, redundarían en cierto endureci­
Sin embargo, el mejor momento del miento de los proyectos políticos obre­
anarcosindicalismo se plasmó en el Se­ ros y con ello se perderá un poco la
gundo Congreso Obrero de julio de tradición pluralista del naciente pro­
1925. De allí surgió el primer intento letariado colombiano. A pesar del en­
de confederación de las organizacio­ durecimiento político del núcleo más
Capítulo 9 243

Dibujo alegórico de Roa,


sobre los obreros caídos
en la segunda gran
huelga petrolera de
Barrancabermeja, en
enero de 1927.

proclive al marxismo, no se puede des­ charlas informales sobre «hadas» y


conocer en el PSR el mantenimiento «aparecidos», charlas en las cuales
de importantes tradiciones obreras. metía «el veneno» de las ideas socia­
Por un lado, se quiso formar no un listas, como él las llamaba. Las giras
partido cerrado de cuadros, sino uno de María Cano llenarían las plazas pú­
amplio de masas. Si se le designó «So­ blicas y constituirían los antecedentes
cialista Revolucionario» y no «comu­ de las grandes movilizaciones de ma­
nista», fue precisamente para atraer sas urbanas de los años 40. Con len­
más adherentes. Por otro lado, el PSR guaje sencillo, entre poético, religioso
mantuvo cierta autonomía en su ela­ y político, María Cano llegaría con su
boración política, con respecto a los mensaje al corazón del obrero colom­
centros directivos de la IC. El hecho biano de los años 20. La labor teso­
de que tozudamente conservara un nera de Ignacio Torres G., Tomás
criterio de organización no muy leni­ Uribe Márquez y Alberto Castrillón,
nista, es muestra de ello. merecen también ser destacadas.
El PSR recogió cierto pluralismo El tratamiento de la «cuestión so­
ideológico, aunque esto dio paso al cial» por parte de los últimos gobier­
eclecticismo y a la imprecisión de las nos conservadores, hizo que el movi­
diferencias ideológicas con el libera­ miento obrero en su conjunto se ale­
lismo. jara del Estado. Esta situación obje­
El PSR contó con características fi­ tiva hizo pensar a los dirigentes del
guras que le dieron un gran prestigio PSR que el fin de la Hegemonía Con­
entre los núcleos trabajadores del servadora estaba pronto, pero que ha­
país. La constante actividad de Raúl bía que corregirlo. Desde 1927, el
E. Mahecha siempre será recordada PSR en su convención de la Dorada,
por trabajadores petroleros y bana­ decidió apoyar un plan insurreccional
neros. Con una imprenta portátil, este que también venía calentando las
infatigable tipógrafo predicaría la li­ mentes de algunos dirigentes liberales
beración obrera haciendo uso de he­ «guerreristas». Para este fin se creó
terodoxos métodos como aquellas un organismo clandestino, el Comité
244 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Central Conspirativo Colombiano y La Gómez. Allí, aislados núcleos


(CCC). La actividad general y políti­ obreros y artesanos una vez lanzados
ca se relegó a un segundo plano, para a la insurrección se enteraron de la au­
privilegiar el plan insurreccional. Des­ sencia de un movimiento nacional,
pués de intentos frustrados por lanzar viéndose obligados a pasar a una di­
una insurrección que coincidiera con fícil resistencia. Con estos eventos se
alguna de las grandes huelgas del río sellaba la suerte futura no sólo del
Magdalena o de la zona bananera, se PSR, sino de la clase obrera misma, si
decidió que el 28 de julio sería el gran se tiene en cuenta que éste cristalizaba
día. La fecha fue escogida en concor­ muchas de las tradiciones y anhelos de
dancia con el general rebelde vene­ la clase. El movimiento obrero que,
zolano Arévalo Cedeño. A última como lo reconocería posteriormente el
hora éste pospuso su levantamiento y presidente Alfonso López P., contri­
el CCC se vio obligado a aplazar el buyó decididamente a la caída del ré­
golpe en Colombia. Pero la noticia de­ gimen conservador, no pudo cosechar
safortunadamente no llegó hasta apar­ como merecía los frutos de su infati­
tados sitios como Líbano, San Vicente gable actividad.

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Capítulo 10 245

La clase obrera colombiana


(1930-1945)
Mauricio Archila trabajadores bananeros y mejora­
miento de los campamentos. La peti­
ción de reconocimiento de las posesio­
l 10 de diciembre de 1934, seis nes de los campesinos-colonos, entre
E años después de la masacre de los que se contaban muchos trabaja­
dores asalariados desempleados, tam­
Ciénaga, los trabajadores de la zona
bananera se lanzaron nuevamente a la bién afloraba. La respuesta del go­
huelga. Tenían el temor de que el re­ bierno, para tranquilidad de los huel­
cién instalado gobierno de Alfonso guistas, no fue represiva. Por el con­
López Pumarejo (1934-38) respondie­ trario el ministro de Guerra, Marco
ra tan crudamente como lo había he­ Antonio Aulí, se desplazó a la zona y
cho el gobierno conservador de Mi­ presidió las reuniones de negociación.
guel Abadía Méndez. El temor no era Los trabajadores y la empresa lo eli­
gratuito, pues la zona bananera había gieron como árbitro. En calidad de tal
sido prácticamente zona de guerra por firmó el pacto que puso fin a la huelga
lo menos hasta 1932. No sólo se había el 23 de diciembre, consiguiendo los
reforzado el pie de fuerza militar, sino trabajadores sus reivindicaciones.
que cualquier intento de organización Posteriormente, en noviembre de
era reprimido, aun bajo el gobierno de 1937, el gobierno arrestaría al gerente
Enrique Olaya Herrera (1930-1934). y al abogado de la compañía bananera
Por ello los trabajadores se habían al descubrirles comprometedoras
preparado arduamente para el nuevo pruebas de intento de soborno. El
conflicto laboral, creando una vasta contraste con lo sucedido en el 28 se
red de sindicatos por toda la zona, in­ hacía evidente. Se habían producido
cluyendo tanto los trabajadores de la cambios importantes en seis años. No
United Fruit Company como los de los se trataba solamente de la crisis más
productores criollos. El pliego de pe­ evidente de la United Fruit, afectada
ticiones presentado con anterioridad a tanto por fenómenos naturales (hura­
la huelga giraba en torno a tres puntos canes y agotamiento de suelos), como
fundamentales: 50 % de aumento sa­ por la gran depresión económica que
larial, medicinas gratuitas y servicio rebajó los precios del banano. En esas
médico y hospitalario para todos los circunstancias, la empresa estaba en
246 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

condiciones más débiles para enfren­ nes de ese año. La respuesta inicial del
tar un conflicto laboral. De hecho, ya gobierno, mantenida hasta 1932 por la
se estaba produciendo el desmonte de administración Olaya Herrera, fue
la explotación bananera, factor que «ortodoxa» o contraccionista. Por evi­
aprovecharon muchos trabajadores tar una devaluación del peso se con­
desempleados para apoderarse de bal­ trajo la oferta monetaria. Ello se tra­
díos reclamados por la multinacional. dujo en una disminución del gasto pú­
Por otro lado, los trabajadores esta­ blico, lo que significó el cierre de mu­
ban mejor preparados para el conflic­ chas obras públicas y el licenciamiento
to a través de una red de sindicatos de trabajadores vinculados a este sec­
por fincas. Finalmente, el Estado, tor. A partir de 1932, el gobierno de
ahora en manos liberales, había co­ Olaya Herrera, apoyado en la crisis
menzado a implementar una nueva del sistema monetario internacional,
concepción en el manejo de la «cues­ decidió practicar una eficaz política
tión social». El contexto de las luchas anticíclica centrada en un aumento de
laborales, por tanto, se había modifi­ la oferta monetaria, que junto con el
cado. Ello exigía de los obreros nue­ aumento del crédito externo y la de­
vas formas de lucha en su resistencia claratoria de la moratoria en la deuda
contra el capital y el Estado —que externa, contribuyeron a ello. La re­
mostraba el rostro conciliador—. cuperación económica no se hizo es­
Ahora bien, el liberalismo no podría perar y el Estado reemprendió nue­
satisfacer totalmente los anhelos de la vamente su actividad pública, supe­
clase obrera colombiana, así como rándose parcialmente la crisis. La gran
tampoco de otros sectores populares, depresión mundial impactó desigual­
con lo que se aumentaría el sentimien­ mente a los distintos sectores de la
to de frustración con la República Li­ economía. Las áreas más afectadas
beral (1930-46). El estudio del nuevo fueron las de obras públicas, construc­
contexto laboral y las luchas obreras ción y transporte interno. En la acti­
en este período será el tema del pre­ vidad exportadora, la crisis de los pro­
sente ensayo. ductos de enclave (banano y petró­
leo), se compensó en parte con la sa­
lida del oro y el aumento en la canti­
Resistencia obrera dad exportada de café, a pesar del
en un nuevo contexto político descenso en el precio de este último.
El sector agrario, a pesar de la crisis
La clase obrera que llega a los años de algunos productos, en términos ge­
treinta está centrada fundamental­ nerales aumentó su producción duran­
mente en los servicios públicos, y más te los duros años de la depresión mun­
en particular en transportes. El peso
del sector industrial manufacturero dial. La revocación, en 1931, de la ley
tiende a aumentar en la medida en que de emergencia de 1926 que permitía la
se consolida el proceso de industriali­ libre importación de productos agrí­
zación, generando un tipo de obrero y colas, fue útil para el sector agrario.
sindicalismo diferente. Cuantitativa­ En la industria manufacturera, la crisis
mente, este sector no pasará de unos mundial impactaría negativamente a
450.000 integrantes, según datos del las ramas cuyos productos no eran
censo de 1938, de los cuales el 80 % comercializados internacionalmente:
estaba enmarcado en la producción ar­ cervezas, gaseosas, vidrio, tejas y la­
tesanal. drillos. En las otras ramas, especial­
A partir de 1929, Colombia venía mente en textiles, la crisis, por el con­
afrontando problemas económicos a trario, permitió su despegue. La con­
raíz del descenso en los precios del junción de políticas oficiales, favora­
café y del cierre del crédito externo, bles condiciones de demanda interna y
tendencias que se reforzarían con el necesidad de sustituir importaciones,
estallido de la gran crisis mundial, a fi­ estimularía un desarrollo industrial
Capítulo 10 247

que marcaría definitivamente el perío­ tido había levantado en los años veinte Obreros antioqueños
do abarcado en este trabajo. Se trata ante la llamada «cuestión social». pavimentando una vía a
obviamente de una industria de bienes Desde antes de producirse el ascen­ comienzos de los años 30.
de consumo y algunos productos in­ so al poder del candidato liberal electo A raíz de la crisis mundial
de 1929, se suspendieron
termedios, especialmente químicos y a principios de 1930, se produjo el em­ en el país numerosas
derivados. Todo ello hace pensar que palme en la Oficina del Trabajo con el obras públicas, lo que
los efectos de la depresión mundial, si nombramiento de José Mar, uno de condujo al desempleo y al
bien fueron fuertes especialmente en los liberales simpatizantes del socialis­ malestar social.
la actividad de infraestructura, no fue­ mo. En 1931 vendrían dos actos jurí­
ron tan severos como la literatura tra­ dicos que cristalizarían la aproxima­
dicional lo sugería. ción liberal a la «cuestión social»: las
El manejo decidido de políticas leyes 83 y 129. La primera intentaba
anticíclicas a partir de 1932, significó encauzar las luchas reivindicativas y
además una lenta transformación en la daba legitimidad al sindicalismo. El
concepción estatal. El viejo dogma li­ otorgamiento de personerías jurídicas
beral del Estado no interventor se iba a los sindicatos les permitía su existen­
superando en la práctica. Ante los ri­ cia legal, pero implicaba también un
gores de la crisis, el ejecutivo se dotó control estatal sobre las organizacio­
de poderes especiales para enfrentar­ nes obreras. La huelga nuevamente se
la. El conflicto surgido por la invasión regulaba, estableciendo las condicio­
de un grupo de peruanos a Leticia, nes para que fuera considerada «legal»
agosto de 1932, reforzaría los poderes por el Estado. La ley 83 no dijo nada
interventores del ejecutivo. En un cli­ sobre el esquirolaje, lo que dejó a los
ma de guerra por la defensa de las huelguistas en una situación de debi­
fronteras, el gobierno de Olaya He­ lidad, máxime en un momento de des­
rrera recibió el apoyo de casi toda la empleo como el que se vivía. La ley
población, exceptuándose los núcleos 129 acogía, para el territorio nacional,
más radicales de la clase obrera y la la disposición internacional sobre la
intelectualidad revolucionaria. En es­ jornada de trabajo de ocho horas.
tas condiciones, el primer gobierno de Esta ley, sin embargo, entrará en vi­
la República Liberal pudo implemen- gencia sólo hasta 1934 a través del de­
tar a sus anchas el criterio que su par­ creto 895. A pesar de estas vacilacio-
248 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

nes, el Estado mostraba un rostro más ocuparon páginas destacadas en la


conciliador ante los obreros. Además prensa del momento. El 2 de mayo de
se vio más decidido a una mayor in­ 1931 se produjo una insurrección in­
tervención en los conflictos laborales, dígena en Coyaima, que dejó como
en el control de precios y en el con­ saldo cien presos. Pocos meses des­
junto de la actividad económica. Este pués se iniciaron las manifestaciones
último aspecto sería el elemento cen­ de desempleados en las principales
tral en la reforma constitucional de 36. ciudades del país, manifestaciones que
se radicalizarían con las marchas de
hambre promovidas en 1932 por el
| coMM • Partido Comunista de Colombia re­
ALMA LIBRE cientemente reestructurado. La agita­
cmc.™» PEDRO JOSE O» AYA____ -J't» ” .'"’P"'■••• u' ’ ' ción en las zonas cafeteras tendría
"Hmiribo con Rangrr y nprendcrfis que ln twingro vh •nplrilti
como punto máximo la convocatoria
SERIE V h CalowMa--Santander -Socntro. He IflJJ : NUMERO
por parte de los comunistas de una
huelga cafetera para agosto de 1934.
Aunque la huelga nunca llegó a rea­
lizarse, en parte debido a la represión
a sus dirigentes, la propuesta canalizó
el descontento de muchos trabajado­
res de las haciendas cafeteras y las tri­
lladoras. Además de estas formas
abiertas de resistencia, la clase obrera
y los sectores populares sobrevivieron
a los rigores de la crisis económica a
través de distintas estrategias que in­
Portada de "Alma Ubre", cluían desde la protesta violenta hasta
periódico obrero liberal, el regreso a las parcelas para mitigar
publicado en El Socorro el desempleo. A mediados de 1933,
durante los años 30. una vez apaciguado el furor naciona­
lista generado por el conflicto con el
Perú, el movimiento obrero articuló
Se superaban, de este modo, los lí­ una nueva ofensiva huelguística de
mites que la gestión conservadora ha­ proporciones parecidas a la de media­
bía colocado en el manejo de la cues­ dos de los años veinte. La prolifera­
tión social. La acción autónoma de la ción de huelgas en 1933 y 1934 (die­
clase obrera se hacía ahora más difícil,
aunque no imposible, como veremos a cinueve y treinta y cinco, respectiva­
continuación. mente) así como la amplia solidaridad
que provocaron, hablan por sí mismas
A pesar de notarse un reflujo en la del renacimiento de la agitación obre­
acción huelguística que venía desde fi­ ra. La huelga iniciada por los braceros
nes del 28 y se proyectaría hasta 1933, de Barranquilla en octubre de 1933, se
la clase obrera en articulación con los
movimientos agrarios y urbanos, se­ extendió a la mayoría de las fábricas y
guía sus luchas de resistencia. Las con­ establecimientos comerciales de la ciu­
diciones no eran fáciles. A la dura re­ dad y de Puerto Colombia. Los ferro­
presión aplicada por el último gobier­ viarios de Cali, en noviembre del mis­
no conservador, que no desapareció mo año, lograron el apoyo total de la
del todo en los primeros años de la población del valle del Cauca. El paro
República Liberal, había que agregar del ferrocarril de Antioquia, junio de
las condiciones de desempleo en el 1934, fue un verdadero paro general
sector público. Los conflictos agrarios en Medellín. La huelga de los taxis ro­
en las regiones del Sumapaz y Te- jos de Bogotá, agosto de 1934, se con­
quendama (Cundinamarca) y de las virtió en paro de transportes en la ca­
comunidades indígenas del Tolima, pital del país. La solidaridad obser-
Capítulo 10 249

vada en los conflictos, así como la ra­ respaldo de los mismos trabajadores
dical movilización de los huelguistas, de la empresa que habían votado el
ponían contra la pared las prácticas in- paro. Al contrario de lo sucedido has­
tegradoras del régimen de «concentra­ ta el 33, muchas de las huelgas del 34
ción nacional» de Olaya Herrera. Ur­ culminaron en estruendosos fracasos.
gía para el Estado, por tanto, desarro­ ¿Qué había sucedido en tan corto pla­
llar mecanismos más ágiles de conten­ zo? Ciertamente el endurecimiento
ción de los conflictos, bien fuera a tra­ coyuntural del Estado ante el auge
vés de una represión preventiva o bien huelguístico influye, pero no explica
a través de una oportuna intervención todo. Otro tanto se puede decir de la
negociadora. Las pautas iniciadas en actitud intransigente de la patronal.
la huelga de Tejidos Monserrate En varias huelgas del 34 (Cervecería
(mayo de 1934) se reprodujeron en Germania, Zapaterías de Medellín,
otros conflictos: mientras el Estado Minas de Canoas y de Suesca y Ses- Grupo de instrucción a
declaraba apresuradamente la ilegali­ quilé), los patrones recurrieron al cargo de los soldados
dad del movimiento, los huelguistas Manuel Alejandro
lock-out para presionar en su favor la Moreno y Alberto
buscaban la solidaridad de otros sec­ solución del conflicto. Arellano, en un lugar
tores sociales y el respaldo de la base. Tal vez lo más importante había entre Dalmacias y La
Aunque a veces se conseguía algo de sido el impacto sobre la clase obrera Pedrera, durante la
ello, no siempre sucedió así. El caso de la nueva actitud del Estado. No es guerra con el Perú, en
de los trabajadores del ferrocarril del 1933. "En un clima de
por azar que los observadores de los defensa de las fronteras,
Pacífico fue diciente en este sentido: fenómenos sociales del momento, des­ el gobierno de Olaya
después de haber ganado una huelga de funcionarios oficiales y diplomáti­ Herrera recibió el apoyo
en 1933, como ya hemos señalado, en cos extranjeros hasta activistas comu­ de casi toda la población,
un segundo conflicto (en septiembre nistas y dirigentes sindicales, señalan excepto los núcleos más
del 34), los huelguistas se encontraban radicales de la clase
un aparente sometimiento de la clase obrera y la intelectualidad
aislados del resto de la población y sin obrera al marco jurídico elaborado revolucionaria".
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
250

por el liberalismo en el poder. Parecía biar la situación. Cuando intentaron


que el fermento revolucionario hubie­ hacerlo, el Estado y la patronal, que
se desaparecido. La crisis política del también aprendían de las experiencias
PSR y del anarcosindicalismo, a fines pasadas, lanzaron un proyecto más de­
de los años veinte, en parte ayudaba a finido, que será desarrollado por Al­
la generación de este sentimiento. Sin fonso López Pumarejo con la Revo­
embargo, ésa era la apariencia. La cla­ lución en Marcha. Antes de conside­
se obrera seguía luchando, así no rar esta nueva fase de las relaciones
triunfara siempre. Fue bien simbólico entre clase obrera y Estado, veamos
lo hecho por los ferroviarios de Cali en qué medida influyeron las organi­
zaciones políticas de izquierda en todo
el proceso descrito.
Como se señalaba en el estudio an­
terior, el Partido Socialista Revolucio­
nario (PSR) había entrado en una pro­
funda crisis a finales del decenio de los
veinte. Ante la sensación de fracaso
por lo sucedido con la frustrada insu­
rrección de julio de 1929, y presiona­
dos por la Internacional Comunista
(IC), un puñado de dirigentes socialis­
tas decidieron reestructurar el PSR.
En julio de 1930 nació el Partido Co­
munista de Colombia (PCC) como
una organización política enmarcada
más ortodoxamente en los moldes de
la IC. A pesar de la infatigable labor
de los activistas comunistas, tanto en­
tre los trabajadores del campo (cafe­
teros e indígenas), como entre los de
la ciudad, incluyendo a los desemplea­
La miseria en Bogotá, ante el fracaso de la huelga del 34: se dos, el naciente partido no logró su­
según fotografía de reunieron en el patio grande de la es­ perar el aislamiento en que había caí­
"Cromos" publicada en tación principal del ferrocarril del Pa­ do el PSR en sus últimos días. A ello
un reportaje de 1935. cífico y allí encendieron una hoguera contribuyó la rigidez doctrinaria de
en la cual quemaron el acta que otor­ sus pronunciamientos; la lucha intes­
gó, el año anterior, la personería ju­ tina que llevó a marginamientos y ex­
rídica al flamante Centro Obrero Fe­ pulsiones de prestigiosos líderes socia­
rroviario. Era un acto que no podía re­ listas como Tomás Uribe M. o Raúl E.
versar las políticas oficiales, las cuales Mahecha; y finalmente, la actitud pa­
tenían acogida entre otros sectores cifista ante la guerra con Perú. En este
obreros, pero sí ilustraba cómo el mo­ último caso, los comunistas denuncia­
vimiento obrero no se sometía pasi­ ron la posible finalidad distractiva del
vamente al nuevo orden. La búsqueda conflicto así como las supuestas riva­
de la personería jurídica y su mante­ lidades interimperialistas allí compro­
nimiento, la fe en los pliegos de peti­ metidas. Sin embargo, el nacionalismo
ción «bien elaborados» y en el abo­ que se desarrolló en el país a raíz del
gado negociador, y la nueva actitud in­ enfrentamiento internacional de esos
terventora del Estado, modificaban la años condenó a los comunistas al os­
forma cómo la clase obrera enfrentaba tracismo. Por último, la consigna de la
el conflicto social. Aunque los obreros IC de construir una alianza sólo con
entendieron lo que estaba pasando en elementos obreros y revolucionarios
el plano jurídico, no se sentían lo su­ (la política del Frente Único) fue apli­
ficientemente fuertes como para cam­ cada por los comunistas con un crite­
Capítulo 10 251

rio tan cerrado que en la práctica eran


ellos los exclusivos integrantes de ese
Frente. Fue en dicho contexto que el
PCC libró batallas ideológicas no sólo
contra los partidos tradicionales, sino
contra socialistas moderados y la
Unión Nacional de Izquierda Revo­
lucionaria (UNIR) dirigida por Jorge
Eliécer Gaitán. Esta situación de ais­
lamiento se expresó en el plano elec­
toral en los escasos 1.974 votos obte­
nidos por el candidato comunista en
1934, en contraste con los 938.608 ob­
tenidos por el candidato liberal. Sin
embargo, la influencia comunista no
era despreciable en los sindicatos
obreros y en numerosas ligas campe­
sinas. El PCC siguió aferrado a la po­
lítica de Frente Único durante los pri­
meros meses de la Revolución en Mar­
cha, simbolizando la actitud intransi­
gente de cierta intelectualidad revolu­
cionaria ante la nueva gestión liberal.
Por su parte, la UNIR, nacida en
1933, jugó el papel de aglutinadora de
sectores sociales inconformes con el
régimen de «concentración nacional»
y que no querían militar en el comu­
nismo. El programa de la UNIR, no
siempre bien definido, hablaba de una
mayor intervención del Estado en la
vida económica y social en favor de las del Trabajo de Bogotá y la naciente Ilustración para uno de
clases desfavorecidas, de una reforma los cuentos de "Colombia
Federación Nacional de Transportes, S.A.", libro del sociólogo
agraria que atacara el latifundio im­ con sede en Cali. Esta última organi­ Antonio García,
productivo, un mayor control a los in­ zación, que pretendía reunir los tra­ publicado en Manizales
tereses extranjeros, y unas medidas bajadores vinculados a los transpor­ en 1934.
sociales y laborales orientadas a las tes, brindó efectiva asesoría y solida­
clases trabajadoras. Se trataba, por ridad a las grandes huelgas de ferro­
tanto, de un programa democrático viarios y braceros del 33 y 34. De he­
con gran inspiración en el APRA pe­ cho Gaitán directamente asesoró
ruano. Gaitán y los uniristas, entre los nueve huelgas entre 1933 y 1934.
que se contaban algunos socialistas Las relaciones entre el PCC y la
marginados del PCC, se lanzaron a UNIR no fueron cordiales —unos por
una acción tanto entre trabajadores apoyarse en la rigidez doctrinaria y los
rurales como urbanos, chocando no otros en una retórica anticomunista—
pocas veces con los comunistas. En el lo cual contribuyó a desconcertar más
trabajo rural se destacó el apoyo al a la clase obrera y a los sectores po­
movimiento de colonos-arrendatarios pulares. Parece que ante la imposibi­
de la región del Sumapaz, especial­ lidad de rescatar a los trabajadores de
mente los de la famosa hacienda El las ilusiones creadas por el gobierno
Chocho (en lo que hoy es Silvania). El de Revolución en Marcha de López
tuerte de la UNIR, sin embargo, es­ Pumarejo, Gaitán abruptamente
tuvo entre los trabajadores urbanos. abandonó las toldas del proyecto in­
Ella controlaba la Federación Local dependiente para sumarse nuevamen-
252 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

te al oficialismo liberal. Aunque la principio por dos fenómenos internos


UNIR había proclamado la abstención que determinaron en gran parte su
electoral en las elecciones de 1935, rumbo: 1) el renacimiento de la mo­
como lo había hecho en 1934 para las vilización obrera y campesina; 2) la
presidenciales, Gaitán flamantemente oposición total del conservatismo y su
salió elegido como representante a la marginamiento de la gestión estatal.
Cámara por el liberalismo. Moría así, Como habíamos señalado anterior­
en los brazos del oficialismo liberal, un mente, el movimiento obrero había
proyecto democrático e independiente iniciado una ofensiva huelguística des­
de los partidos tradicionales. Veamos de mediados del 33. Sólo en 1934, con­
con detenimiento cuál era la razón de tabilizamos treinta y cinco huelgas,
esta fuerte atracción que Alfonso López muchas de ellas lanzadas sin gran pre­
ejerció sobre los trabajadores y sus or­ paración. La agitación en los campos
ganizaciones políticas. no se quedaba atrás. Si bien la movi­
lización campesina no tenía una co­
bertura nacional (más bien se limitaba
El reformismo liberal. a las regiones cafeteras y a ciertas co­
Surgimiento de la CTC munidades indígenas), ejercía efectiva
La coyuntura internacional para 1934 presión por la transformación de las
marcaba una lenta recuperación de la estructuras agrarias. La movilización
economía mundial a través de la apli­ popular exigía nuevas políticas de con­
cación de políticas de sabor keynesia- tención. Por otro lado, el conservatis-
no; como sucedió en Colombia des­ mo, después de haber participado tí­
pués de 1932, muchos gobiernos lo­ midamente en el gobierno de Concen­
graron estimular la demanda agregada tración Nacional de Enrique Olaya
de las economías. Las clases populares Herrera, decidió marginarse de la ges­
encontraban peso económico para tión pública. Conducido férreamente
plantear sus demandas, produciéndo­ por el ingeniero Laureano Gómez, el
se amplias movilizaciones de masas. conservatismo se abstuvo en las elec­
Los estados latinoamericanos, al ver ciones presidenciales, primero, y lue­
debilitados coyunturalmente los lazos go en las parlamentarias. Al liberalis­
de dependencia con los países metro­ mo le quedaba el camino despejado
politanos, y al contar con instrumen­ para cristalizar las reformas que venía
tos más adecuados para la interven­ agitando desde los años veinte.
ción económica, actuaron con una re­ Para 1934 los índices económicos
lativa autonomía. De ese modo se ex­ mostraban recuperación, aunque aún
plican las movilizaciones populistas y quedaba pendiente la consecución de
las medidas reformistas adoptadas por una mayor estabilidad cafetera a tra­
gobiernos como el de Sánchez Cerro
en el Perú; el movimiento de los «te­ vés de un pacto internacional que se
nientes» y el ascenso de Getulio Var­ celebraría en 1940.
gas en el Brasil; la corta existencia de En los inicios del gobierno de Ló­
la República socialista y el posterior pez, que se designará como la «Re­
ascenso del Frente Popular al gobier­ volución en Marcha», se aplicó una
no en Chile; la revolución contra Ma­ ambigua política ante los intereses ex­
chado en Cuba; y especialmente el go­ tranjeros, especialmente norteameri­
bierno del general Lázaro Cárdenas canos, lo que daría un margen de de­
en México (1934-1940), quien llevó la nuncia a los partidos de izquierda. De
revolución a su mayor grado de radi- una parte, el gobierno de la Revolu­
calización. Colombia, como veremos a ción en Marcha desde sus primeros
continuación, no estuvo exenta de es­ días no aceptaría ninguna presión para
tos vientos renovadores. suprimir la moratoria de la deuda ex­
El gobierno de Alfonso López terna decretada por Olaya Herrera.
(1934-1938) estuvo marcado desde el Además, amenazó con mayor control
de las actividades extractivas en ma-
Capítulo 10 253

nos de las multinacionales, especial­ plazando la mayoría conservadora en


mente en el caso de la explotación pe­ las ciudades. Aunque la violencia par­
trolera. Sin embargo, la firma de un tidista no estuvo ausente, indudable­
tratado comercial colombo-america- mente los procesos de industrializa­
no, por medio del cual se hacía una ción y urbanización obraban en favor
exención de impuestos de importación del liberalismo en materia de mayorías
a algunos artículos que competían con electorales. Se hacía necesario legiti­
la incipiente industria nacional, mos­ mar estos avances.
traba las ambigüedades del gobierno A la reforma electoral sigue otra de
liberal en materia externa. También gran envergadura: la tributaria (ley 78
era cada vez más evidente el alinea­ de 1935). Allí básicamente se cambió
miento internacional con los Estados el eje de apoyo de los ingresos esta­
Unidos en los conflictos internacio­ tales: de la actividad arancelaria a la
nales que precedieron el estallido de la tributación directa. El Estado, de una
segunda guerra mundial (1939). parte, no era ya tan vulnerable a los
El proyecto reformista, sin embar­ ciclos económicos del mercado mun­
go, comienza a cristalizarse más co­ dial y, de otra, aumentaba sus ingre­ Líderes del partido social
herentemente. Primero viene la refor­ sos. La disminución de las deudas in­ revolucionario en
ma electoral que significa la moder­ ternas y el aumento de ingresos esta­ diferentes ciudades del
país, en mosaico
nización del sistema de elecciones y tales permitió un cierto superávit fis­ publicado por "El
especialmente el establecimiento de la cal, que en parte posibilitaba la apli­ Socialista" en su edición
cédula de ciudadanía como el instru­ cación de políticas de corte social. En conmemorativa del 1° de
mento básico de control y racionali­ materia educativa, mucho se habló de mayo de 1928. En julio de
zación de este proceso. El liberalismo la necesidad de una reforma de fondo. 1930, el antiguo PSR fue
reestructurado, dando
había demostrado un sorprendente Aunque ésta no cristalizó como tal, en origen al partido
crecimiento de su cuota electoral, des­ parte por la fuerte oposición conser­ comunista.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
254

vadora y de la Iglesia, algo se insinuó rio serían expropiadas. Por otro lado,
tanto en política concreta ante la Uni­ se requería una legalización de títulos
versidad Nacional, como en el espíritu y el reconocimiento de mejoras allí
de la reforma constitucional de 1936. donde los colonos efectivamente las
En el fondo se veía que López buscaba hubieran hecho. Aunque el trasfondo
crear un sistema educativo despren­ de la ley 200 era propiciar una moder­
dido de la tutela eclesiástica y acorde nización del campo, y una racionali­
con las necesidades tecnológicas que zación de títulos, en la práctica influyó
la modernización del país exigía. La sobre los campesinos desmovilizán­
reestructuración de la Universidad dolos al crearles la ilusión de ser pro­
Nacional, en una forma más centrali­ pietarios en diez años. En un mediano
zada, así como su instalación física en plazo, el efecto fue más negativo para
los terrenos de la ciudad universitaria, los campesinos, pues menos del 2 %
fueron las principales medidas en este de la tierra disponible fue expropiada
aspecto. Ahora bien, en materia de re­ y, por el contrario, innumerables tra­
formas, el puesto central lo ocuparon bajadores rurales fueron expulsados
la constitucional de 1936 y la ley 200, de sus parcelas, sin reconocimiento de
o de tierras, del mismo año. La refor­ mejoras en muchos casos, ya que los
ma constitucional giró en torno a tres terratenientes decidieron cortar por lo
ejes básicos: a) la consagración, en el sano para que no existiera el peligro
cuerpo constitucional, de la interven­ de ser expropiados.
ción estatal en la economía; b) el es­ A pesar de que los efectos de estas
tablecimiento de unas nuevas relacio­ reformas no fueron siempre en favor
nes entre Iglesia y Estado que, en me­ de las clases populares, el gobierno de
dio de un respeto mutuo de las partes, la Revolución en Marcha contó con
permitiera una laicización de la ges­ numerosos opositores entre las clases
tión pública, una mayor autonomía de dominantes y aun entre las filas de su
la enseñanza y la efectiva libertad de propio partido. La Iglesia y el conser-
cultos; y c) la ratificación de que la vatismo se opusieron al conjunto de
propiedad privada tenía una función medidas, especialmente aquellas que
social, que en caso de no cumplirse tocaban los privilegios eclesiásticos.
exigiría una acción decidida del Esta­ Algunos sectores terratenientes tradi­
do. Al considerar la reforma consti­ cionales no vieron con buenos ojos la
tucional, salta a la vista la consistencia ley de tierras. Incluso sectores empre­
del proyecto reformista liberal, cuyo sariales, urbanos y rurales, agrupados
propósito básico era la adecuación del en la APEN (Acción Patriótica Eco­
Estado a los nuevos tiempos que vivía nómica Nacional), que agrupaba con­
el país. servadores y liberales, se opuso tam­
La ley 200 podría considerarse bién a la política económica del go­
como un corolario de la anterior re­ bierno y miraba con desconfianza la
forma. Ante la creciente presión agra­ movilización social que acompañaba
ria, especialmente cafetera, que Olaya los primeros años de la Revolución en
Herrera había atendido solucionando Marcha. La polarización de bloques
caso por caso, la Revolución en Mar­ (uno que apoyaba y otro que se opo­
cha decidió legislar ampliamente. Uti­ nía), se fue haciendo más evidente.
lizando las bases jurídicas de la Cons­ Tal vez temiendo que esa polarización
titución ahora reformada, en la cual se se transformara en guerra abierta, Ló­
había consagrado el principio de que pez decidió propiciar una distensión
la propiedad exigía un eficaz aprove­ nacional proclamando, a fines de
chamiento económico («función social 1936, una «pausa» en la marcha refor­
de la propiedad»), López exigió que mista que había iniciado dos años an­
en un plazo de diez años las tierras in­ tes. Para ese momento había logrado
cultas o improductivas se adecuaran a la adhesión de importantes estamen­
las necesidades sociales, de lo contra­ tos organizativos de los sectores po­
Capítulo 10 255

pulares y, en concreto, de la clase


obrera. Veamos con mayor detalle
este aspecto.
El proceso de unidad organizativa
de la clase obrera se venía impulsando
desde los años veinte, sin conseguirse
éxitos definitivos. La CON (Confe­
deración Obrera Nacional), que exis­
tió entre 1925 y 1929, fue uno de esos
intentos. En los años del gobierno de
Olaya Herrera, surgieron algunas fe­
deraciones regionales y por oficios.
Sin embargo, para 1934, la clase obre­
ra no contaba con una organización
nacional que centralizara la lucha rei-
vindicativa. Esta necesidad comenzó a
concretarse en 1935, cuando el sindi­
cato del periódico El Tiempo convocó
a un congreso sindical nacional para el
7 de agosto en Bogotá. A pesar del re­
chazo patronal al evento, incluyendo a
los dueños del mencionado periódico,
numerosos delegados de diversas re­ mo en Europa (en el poder en Italia Manifestación obrera del
giones del país acudieron a la cita. To­ desde los años 20, en Alemania desde 1° de mayo de 1936, en
dos los matices ideológicos del movi­ 1933; y con gran crecimiento en otros Bogotá. La izquierda
países como Francia, España, Bulga­ decide en ese año lanzar
miento obrero se expresaron allí: des­ la política del Frente
de anarcosindicalistas y comunistas, ria, etcétera), algunos partidos comu­ Popular, que respalda los
hasta liberales y uniristas. Este plura­
nistas de ese continente (especialmen­ postulados reformistas de
te el francés y el español) habían visto Alfonso López Pumarejo.
lismo, que fue factor del éxito del con­ en la alianza con los partidos socialis­
greso en cuanto a representatividad, tas y de centro, la mejor arma para
dio al traste con el evento, pues lo po­ contener ese avance. Esto indudable­
larizó en las dos fuerzas más podero­ mente replanteaba la táctica del Fren­
sas en su seno: el liberalismo y el co­ te Único Proletario enarbolada por la
munismo. Como resultado del en­ Internacional Comunista a principios
cuentro se eligieron dos comités eje­ de los años 30. En esas circunstancias
cutivos que reflejaban dicha polariza­ se celebró en Moscú el VII Congreso
ción. El sector liberal se apresuró a de la IC a mediados de 1935. Allí se
inscribir oficialmente el nombre de planteó la necesidad de impulsar una
Confederación Sindical de Colombia, alianza amplia de clases, incluyendo
que se constituyó en el antecedente in­ sectores intelectuales y de clases me­
mediato de la CTC. La unidad orga­ dias, para detener el avance fascista.
nizativa de la clase obrera se veía aún Era la táctica de los Frentes Popula­
distante. Nuevas circunstancias vinie­ res, que cristalizaría orgánicamente
ron a modificar esa situación. esa alianza de clases en la lucha por las
libertades democráticas en cada país.
De una parte, el partido liberal, en Pues bien, los delegados colombianos
la cabeza de Alfonso López Pumare- al VII Congreso de la IC traen con­
jo, da pasos decididos en la imple- fusamente la directriz internacional al
mentación del proyecto reformista país a fines del 35. Después de un aná­
que hemos reseñado atrás. Esto cier­ lisis de la política reformista de López
tamente le ganó credibilidad entre sec­ deciden lanzar la política del Frente
tores de la clase obrera. De otra parte, Popular en contra del «imperialismo y
el PCC transformó su táctica política, la reacción», entendiendo por esta úl­
y en concreto su concepción de alianza tima la oposición conservadora. Aun-
de clases. A raíz del avance del fascis-
256 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

en el desarrollo de la huelga fue la uni­


dad de acción. El mismo Vieira, según
el periódico El Tiempo del 2 de di­
ciembre, «recalcó la necesidad de
prestarle apoyo irrestricto al gobierno
actual y prescindir de toda clase de
violencia en el reclamo de los dere­
chos». Los petroleros, animados por
esa unidad de acción, consiguieron al­
gunas resonantes conquistas en la
huelga. Aunque se allanaban los ca­
minos para la unidad social, la opor­
tunidad para su concreción demoraría
unos meses más.
El 7 de agosto de 1936 se realizaría
el segundo congreso sindical en Me-
dellín. El espíritu era diferente al del
año anterior. No sólo los vientos de
unidad soplaban con más intensidad,
sino que el gobierno, en una jugada
astuta, había decidido apoyar decidi­
damente el evento, otorgándole inclu­
sive un aporte económico. Posterior­
mente, miembros del gabinete asisti­
rán a las sesiones. El evento contó con
la participación aproximada del 38 %
de los trabajadores sindicalizados, que
eran en total cerca de 130.000. Como
fue característica del movimiento sin­
dical del momento, los asalariados que
La Confederación de que el Frente Popular en Colombia no mayor peso tuvieron en este congreso
Trabajadores de estuvo nunca en el poder, a pesar del fueron los de transportes y servicios
Colombia rinde homenaje creciente apoyo decidido a López, sí públicos. A pesar de realizarse en Me-
al presidente López constituyó la agrupación, en organis­ dellín, la presencia del proletariado
Pumarejo, con motivo de textilero fue relativamente débil.
su dejación del mando en mos regionales, de las fuerzas progre­
agosto de 1938: el sivas del bloque lopista (el PCC, in­ Ahora bien, no todo era un camino de
movimiento sindical ya no telectuales socialistas y algunos libe­ rosas para el movimiento sindical que
estaba al margen de la rales de izquierda). Con este viraje buscaba organizarse. Bandas de con­
acción estatal. táctico del PCC, junto con la incor­ servadores estuvieron hostilizando
poración de la UNIR al liberalismo, se permanentemente el evento. La re­
posibilitaba la formación de un gran ciente aprobación en el Parlamento de
bloque popular de apoyo al gobierno, la reforma constitucional había contri­
y de paso se facilitaba la marcha hacia buido a exacerbar los ánimos de la
la unidad sindical. Los primeros pasos oposición. En uno de los múltiples
en este sentido se perciben en la huel­ choques con las bandas hostiles al con­
ga petrolera de fines de 1935. greso sindical, murieron dos conser­
La recién constituida Unión Sindi­ vadores y quedaron casi cincuenta he­
cal Obrera (USO) solicitó apoyo de ridos por bando.
los obreros del país para soportar la Finalmente, se eligió un comité eje­
huelga que se venía encima. Los dos cutivo de unidad para la CSC, consti­
comités ejecutivos surgidos del con­ tuido por ocho liberales, tres socialis­
greso sindical de 1935 enviaron dele­ tas, un anarcosindicalista y cuatro co­
gados. El representante comunista fue munistas. Aunque parece que la dis­
Gilberto Vieira. La política adoptada tribución de cuotas no correspondía al
Capítulo 10 257

peso real de los sectores políticos allí ra hubiera cesado su resistencia contra
participantes, todos estuvieron de el capital. Aunque no hay cálculos
acuerdo en esta conformación en aras para la época sobre la tasa de sindi-
de la nueva política de unidad. Nacía calización, es de suponer que era baja
así en realidad la Confederación de (no más allá del 25 %). Esto significa
Trabajadores de Colombia, aunque que un grueso de asalariados se man­
todavía bajo el nombre oficializado en tenía al margen de la institucionaliza-
1935 (CSC). La coyuntura en la que ción sindical, bien por atraso organi­
nació la organización confederal im­ zativo, o bien porque explotaban otros
plicaba una estrecha relación con el mecanismos de resistencia, como fue
Estado. En cierta medida, aquí se ini­ el caso de muchos trabajadores de los
cia una nueva fase en la evolución or­ enclaves bananeros y petroleros que
ganizativa de la clase obrera. En con­ combinaban su actividad salarial con
traste con los años 20 y comienzos de la explotación de pequeñas parcelas
los 30, el movimiento sindical ya no para aumentar sus ingresos. Desafor­
estaba al margen de la acción estatal, tunadamente, la investigación históri­
sino que se integró a ella en aras de ca poco ha profundizado estos aspec­
una política de apoyo al bloque pro­ tos de resistencia cotidiana no insti­
gresista encabezado por el presidente tucionalizada, y por ello es poco lo
Alfonso López. Sin embargo, lo que que podemos decir en este punto.
fue una táctica coyuntural tendió a De otra parte, ya se señalaba que el
proyectarse en el tiempo; por lo me­ congreso de Medellín representó cerca
nos mientras estuvo vigente la Repú­ del 38 % del sector organizado sindi­ En la avenida Santander,
blica Liberal. calmente. Es decir, que casi un 60 % de Barrancabermeja, los
Ahora bien, el hecho de que la na­ del movimiento sindical no estaba ins­ trabajadores de la Troco
se manifiestan en señal de
ciente organización sindical tuviera crito en la CSC. Parte de este 60 % respaldo a una de las leyes
una estrecha relación con el estado li­ estaba organizado bajo la égida ecle­ laborales impulsadas por
beral no quiere decir que la clase obre­ siástica constituyendo el «sindicalismo Alfonso López Pumarejo.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
258

traba de este modo su límite. Así


como en el campo el movimiento agra­
rio no depuso sus banderas con la ley
200, a pesar de que indudablemen­
te disminuyó en cobertura y perma­
nencia, las «huelgas locas», y en ge­
neral el movimiento huelguístico,
mostraron la dificultad de encuadrar
la desbordante lucha reivindicativa
obrera.
Pero aun dentro del sector organi­
zado en la CSC no se puede decir que
los obreros hubieran cancelado sus lu­
chas de resistencia. Por el contrario, lo
que muestra la experiencia de la FE-
DENAL (Federación Nacional de
Trabajadores del Transporte Fluvial,
Marítimo, Portuario y Aéreo) es que,
aun en el seno del proceso institucio-
nalizador, existían posibilidades de
conquistas obreras. Desde el congreso
de Medellín se habían insinuado los
dos sectores que serían los pilares de
la CTC: los ferroviarios y los trabaja­
dores del río Magdalena. Los prime­
ros agrupados en Ferrovías desde
1936, y bajo la dirección liberal, se
concentraron en una lucha reivindi-
cativa estrecha. Los segundos, se or­
ganizaron en la FEDENAL en enero
del 37, contando con cerca de cuaren­
ta sindicatos afiliados. La sede de la
federación estaba en Barranquilla,
siendo ésta una plaza fuerte de los co­
munistas. La adhesión al presidente
López, sin embargo, se demostró en el
paro organizado por la FEDENAL el
28 de mayo del 37 para presionar al
"El costalazo", caricatura católico», especialmente fuerte en la Congreso para que no aceptara la re­
de "Ancleto", en 1937, industria textil antioqueña y en las ac­ nuncia de López. En julio del 37, la
relativa a una famosa tividades agropecuarias. Otro sector, FEDENAL consiguió lo que otro sin­
caída del alcalde Jorge
vinculado probablemente a economías dicato nunca ha conquistado en el
Eliécer Gaitán en la país: la obligación para las empresas
carrera 7a. de Bogotá, artesanales, se marginó por incapaci­
poco antes que fuera dad organizativa de la naciente con­ de contratar trabajadores afiliados a
obligado a renunciar por federación. Resta, sin embargo, un FEDENAL. Esto significaba un con­
presión de los choferes de sector que no aceptó el proyecto ins- trol sobre el mercado del trabajo en la
taxi en huelga. rama de transportes, lo que otorgaba
titucionalizador. Es posible que ese
sector fuera el responsable de la serie un poder de negociación increíble a la
de huelgas lanzadas sin consulta con federación. En la medida en que el río
las directivas confederadas, las llama­ Magdalena seguía siendo la arteria
das «huelgas locas» presenciadas entre clave del país, los empresarios y el Es­
1936 y 1939. La institucionalización de tado soportaron esta conquista, pero
los movimientos sociales adelantada los tiempos cambiarían, como vere­
por la Revolución en Marcha, encon- mos más adelante.
Capítulo 10 259

En el mismo año, el movimiento


obrero organizado adelantó una serie
de huelgas consideradas como victo­
riosas: la de trabajadores textiles, fe­
rrocarril del Pacífico y choferes de ta­
xis de Bogotá —que culminó con la re­
nuncia del alcalde Jorge Eliécer Gai-
tán, porque les exigía uniformarse—.
En contraste, para 1938, la actividad
huelguística disminuyó y tuvo en el
fracaso de la huelga petrolera de abril,
una de sus grandes derrotas. Como en
las épocas de la Hegemonía Conser­
vadora, la Tropical Oil Company se
negó a discutir el pliego presentado
por los trabajadores. También como
en los años aciagos del ministro Igna­
cio Renjifo ahora, en 1938, Barranca
fue totalmente militarizada. La masa­
cre no se hizo esperar. El 12 de abril,
cuando se desarrollaba un mitin de
huelguistas, el ejército y la policía dis­
pararon sobre los manifestantes de­ Popular apoyaban entusiásticamente Obreros de Barranca en
jando un número impreciso de muer­ la candidatura de Darío Echandía, a 1938, año en que la
tos. Ante esta represalia, los obreros quien se le consideraba «liberal de iz­ Tropical Oil Company se
quierda». La derrota de esta última negó a discutir el pliego
volvieron al trabajo. La huelga fracasó de peticiones y fue
ante el silencio cómplice de la confe­ candidatura va a dejar desconcertado declarada la huelga, en el
deración creada dos años antes. Nó­ al Partido Comunista y a la izquierda mes de abril, huelga que
tese que la USO era uno de sus sin­ en general. En esas condiciones se ce­ terminó el día 12 al
dicatos y que la mayoría de los tra­ lebró el Tercer Congreso Nacional del disparar la policía y el
bajadores petroleros, especialmente Trabajo, de Cali, en enero de 1938. El ejército sobre una
número de afiliados representados en manifestación de los
del distrito de El Centro, eran sim­ el congreso de Cali aumentó a 80.000, trabajadores.
patizantes liberales. Los comunistas mientras en el congreso de Medellín
tenían influencia en la refinería. Todo del 36 se representaba a 39.000 afilia­
esto indica que soplaban nuevos vien­ dos. Ello indicaba un crecimiento en
tos en la política nacional, que no era la cobertura de la confederación, aho­
ajena del todo a la coyuntura inter­ ra constituida con el nombre de CTC.
nacional. De la euforia de los prime­ Desde la apertura del congreso hubo
ros años de la Revolución en Marcha, división en torno a una proposición de
se había pasado a la fase de la Pausa saludo al candidato liberal Eduardo
que sería sostenida por el siguiente Santos. Esta ruptura marcó la tónica
presidente, Eduardo Santos. del encuentro, que terminó en una
unión formal que pronto estallaría. La
Desde el lanzamiento de la candi­ táctica de institucionalización sindical
datura del doctor Eduardo Santos, ac­ se profundizó en dicho evento no sólo
tivo periodista y director de El Tiem­ por la condena del apoliticismo sindi­
po, el movimiento sindical se polarizó cal —que en el contexto del momento
nuevamente en una ala liberal y una no quería decir otra cosa que el apoyo
comunista. Como exponente del «ci­ al estado liberal— sino por la oficia­
vilismo liberal», Santos había criticado lización de auxilios al congreso obrero
abiertamente cualquier acuerdo entre y a la CTC. El Parlamento había apro­
comunistas y liberales, dejándole a la bado a fines del 37 la ley 140 que au­
izquierda la única posibilidad de ad­ torizaba auxilios económicos para los
hesión incondicional a la política li­ eventos sindicales, siempre y cuando
beral. Las organizaciones del Frente
Nueva Historia de Colombia. Vol III
260

nomía del país, por el relativo cierre


de circuitos comerciales internaciona­
les (la escasez de llantas, por ejem­
plo), sino en el creciente alineamiento
internacional con las potencias aliadas
y especialmente los Estados Unidos, a
pesar de nuestra neutralidad formal en
el conflicto mundial. El gobierno de
Santos dio pasos decididos en la in­
corporación de Colombia a la esfera
de influencia norteamericana. Por una
parte, siguiendo las presiones diplo­
máticas, se atacó el posible espionaje
alemán, y en concreto se nacionalizó
la empresa de aviación colombo-ale-
mana SCADTA, que se convertiría
luego en AVIANCA. Por otra parte,
la ayuda militar norteamericana se
hizo más evidente a través del envío
de una misión naval al país, la dota­
ción de equipo militar americano y el
establecimiento de un pacto aéreo de
Transporte de el Ministerio de Industrias reglamen­ defensa interamericana. En contra­
trabajadores en el tara dichos encuentros. Se abría así prestación, los Estados Unidos, bajo
ferrocarril de la Troco, en una peligrosa brecha para controlar la la política del «buen vecino» enarbo­
la refinería de Barranca. vida sindical. Inteligentemente Eduar­
La mayoría de los obreros lada por el presidente Franklin D.
de El Centro eran do Santos había apoyado dicha ley, Roosevelt, otorgó créditos al país, lo
simpatizantes liberales, aduciendo que «con auxilio o sin au­ cual dará buenas posibilidades de ma­
en los años 30, mientras xilio ese congreso (el de Cali) va a reu­ niobra fiscal al Estado. Éste, a pesar
que en la refinería los nirse, pero si se reúne fuera de control
comunistas tenían clara de una tendencia decreciente en los
influencia.
y vigilancia del Estado será una Asam­ precios, logró mantenerse a través de
blea Internacional Comunista, y si hay la firma (en 1940) del pacto interna­
control del Estado, será una junta de cional que tanto había buscado la an­
sindicatos». En consecuencia, el peso terior administración. El banano, por
liberal se hizo sentir crecientemente el contrario, decayó notablemente
en la confederación: en los cargos di­ como producto de exportación, lo que
rectivos tomaron asiento trece libera­ significó prácticamente el cierre de ac­
les, dos socialistas y dos comunistas. tividades de la multinacional United
La táctica sindical de apoyo al Estado Fruit Company en el país. La oposi­
como medida coyuntural se proyecta­ ción conservadora no veía con buenos
ba en el tiempo, a pesar de que los ojos el creciente alineamiento con los
aires reformistas del liberalismo ha­ Estados Unidos, por las simpatías que
bían entrado en «pausa». En esas con­ ésta tenía por las potencias del Eje
diciones, y a regañadientes en algunos (Italia, Alemania y Japón) vía apoyo
sectores, el movimiento obrero pre­ a la España franquista, que en un prin­
sencia el ascenso de Santos al poder. cipio fue sostenida por dichas poten­
cias. Por presiones diplomáticas y co­
E1 gobierno de Eduardo Santos merciales, especialmente contra el pe­
y la división sindical riódico de Laureano Gómez, El Siglo,
la retórica antinorteamericana debió
La administración de Eduardo Santos ser moderada por la oposición. El con-
(1938-1942) estuvo enmarcada por el servatismo se opuso en concreto a los
estallido de la segunda guerra mun­
dial. Esto se tradujo no sólo en una préstamos americanos y a los intentos
serie de inconvenientes para la eco­ de establecer un sistema interameri-
Capítulo 10 261

cano de defensa en la reunión de La proteccionismo en una política de apo­


Habana, en que el gobierno liberal yo a la industria que exigía también la
participó. Aunque la oposición no lle­ posibilidad de importar maquinaria y
gó a los extremos vistos en la primera materia prima. La línea de fomento
administración de López Pumarejo, agropecuario, propiciando un desarro­
no se puede desconocer el activo papel llo técnico y la utilización de mejor
que jugó en este período. Por su par­ maquinaria, fue la política de Santos
te, el sector liberal lopista mantenía para el campo. En este plano se des­
un apoyo lejano al gobierno de Santos tacó especialmente la formación del
y no dejó de hacerle críticas, aunque Fondo Nacional Ganadero. En el as­
más a la forma que al contenido de las pecto social, al que no se le prestó tan­
políticas del gobierno, especialmente ta atención como en la anterior ad­
en lo referente al crédito externo. ministración, sobresalió la fundación
En el plano interno, el período de del Instituto de Crédito Territorial
Santos se distinguió por ser una ges­ (ICT), para el fomento de la vivienda Desfile, en Bogotá, de un
tión más administrativa que reformis­ popular. grupo de la Juventud
ta. En ese sentido se considera como A diferencia de López, a Santos no Obrera Católica, de
un gobierno que prolonga la «pausa» le interesaba una estrecha relación con Guasca, en agosto de
1938. A través de la JOC,
decretada en el 36 por Alfonso López. la clase obrera, sino más bien el so­ la Iglesia desplegó una
Santos aplicó una cierta política pro­ metimiento de ésta a las políticas ofi­ infatigable actividad de
teccionista de la industria, motivada ciales. Por otra parte la actividad me­ educación de líderes y de
en parte por el estallido de la confla­ diadora del Estado en los conflictos la­ formación de sindicatos
gración mundial y posibilitada por el borales llegó a su punto más bajo. Ob­ católicos, sobre todo en el
peso del crédito externo en el manejo viamente, esta actitud no era del agra­ campo. En el censo
sindical de 1939, 73
fiscal. La fundación del Instituto de do del conjunto de la clase obrera, sindicatos pertenecían a
Fomento Industrial, IFI, refleja este especialmente de sus sectores más crí­ esta influencia.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
262

ticos. Para nadie es desconocida la a pesar de la ley 24 del 40 que ya men­


aversión que Eduardo Santos tenía al cionamos. Lo conseguido en los pac­
comunismo. En ese sentido, en la me­ tos de julio del 39 y octubre del 40, así
dida en que destacados sindicalistas, como el laudo arbitral de septiembre
especialmente de la FEDENAL, mi­ del 42, indican la capacidad de lucha
litaban en el PC, a Santos no le inte­ de este sector. Las huelgas antiinsti­
resaba la unidad sindical, sino más tucionales se mantuvieron como su­
bien fortalecer la corriente liberal pro­ cedió en el caso de la huelga de trans­
clive a su gobierno. La ley 24 de 1940 portes en mayo de 1939 en Medellín.
consagró la navegación fluvial como Sin embargo, el movimiento obrero
servicio público, ilegalizando la huelga carecía de una política autónoma. En
en este sector que era el fuerte de la la perpetuación de la táctica de apoyo
FEDENAL. En 1940 se hizo evidente al Estado, que era sólo para la coyun­
la división del sindicalismo agrupado tura del reformismo liberal, la clase
en la CTC. A toda costa, los sectores obrera entró a depender excesivamen­
liberales del obrerismo buscaron apla­ te del Estado en el adelanto de sus lu­
zar la celebración del IV Congreso de chas reivindicativas. En parte la pro­
la confederación. A pesar del veto ofi­ longación de esa táctica se explicaba
cial, la mayoría de los miembros con­ por la expectativa de un retorno de
federales celebraron en Barranquilla, López al poder y la profundización del
la plaza fuerte del comunismo, el ci­ proceso reformista adelantado entre
tado congreso, en diciembre de 1940. 1934 y 1936. Esta esperanza se man­
La minoría liberal apresuradamente tendría viva en el período de Santos y
convocó un evento paralelo en Ba- renacería con la proclamación de la
rrancabermeja para enero de 1941. candidatura de López en 1941. El
Allí, con el respaldo gubernamental, PCC apoyó con entusiasmo a López
se procedió a la expulsión de las or­ en su intento reeleccionista de agosto
ganizaciones y personas asistentes al de ese año, a pesar de que éste no
encuentro de Barranquilla. Con la mostraba ya los ímpetus reformistas
existencia de dos comités confederales del pasado.
se cristalizaba la división de la CTC,
división que no favorecía a ningún sec­ El nuevo clima de expectativa que
tor obrero. crea la candidatura de López favorece
el restablecimiento de la unidad sin­
La Iglesia, por su parte, continuaba dical al interior de la CTC. Por otra
desplegando una infatigable actividad parte, el ingreso de la URSS en el blo­
de educación de líderes y organización que de potencias aliadas en junio de
de sindicatos católicos a través de la 1941 y el de los Estados Unidos en di­
JOC (Juventud Obrera Católica) y la ciembre del mismo año, cambiaría el
Acción Católica. Ya en 1939, existían panorama de la guerra mundial. En el
algunos sindicatos católicos en el país, plano nacional, esto se traducía en un
la mayoría en el campo. Según el cen­ mayor acercamiento entre las fuerzas
so sindical de 1939, de 571 sindicatos liberales y comunistas.
registrados, 224 pertenecían a la CTC, En estas condiciones se instaló en
73 a la influencia católica y 274 no es­ diciembre de 1941 el V Congreso de la
taban explícitamente afiliados. CTC, denominado como el Congreso
A pesar de que las luchas de resis­ de la Unidad Sindical. Presidieron el
tencia obrera, y especialmente las evento los líderes de las federaciones
huelgas, no desaparecieron del pano­ fundamentales de la CTC: Ferrovías y
rama nacional en este período (en FEDENAL. Como era práctica co­
1942, por ejemplo, se presenciaron mún desde la administración anterior,
quince huelgas), ciertamente esta ac­ el encargado del Ministerio del Tra­
tividad disminuyó en términos com­ bajo recientemente creado, se hizo
parativos. El sector más activo siguió presente en el encuentro. Finalmente
siendo el agrupado en la FEDENAL, se acordó la creación de un comité
Capítulo 10 263

confederal de treinta y tres miembros, lo demostró la racha de huelgas de Agentes de policía


en donde tuvieron cabida los sectores 1942, quince en total. El gobierno de acordonados despejan la
políticos influyentes en el movimiento López respondió reprimiendo los con­ plaza de Berrío, en
obrero, liberalismo y comunismo prin­ flictos en las organizaciones sindicales Medellín, durante una
huelga de choferes, en
cipalmente. controladas tanto por los comunistas febrero de 1938.
El 3 de mayo de 1942, Alfonso Ló­ (FEDENAL y Mineros de Segovia,
pez derrotaba electoralmente al can­ Antioquia, en septiembre y octubre
didato de la derecha liberal, Arango del 42), como por los liberales (Ferro-
Vélez, apoyado este último también vías, diciembre del 42 y enero del 43).
por el conservatismo. Todo parecía in­ La patronal respondió exigiendo una Manifestación de apoyo a
dicar que se revivía la coyuntura del reorganización de la situación social a Alfonso López Pumarejo,
34. Sin embargo, la política implemen- través de un proyecto de reforma la­ cuando éste es elegido
como candidato único del
tada por López en su segunda admi­ boral que eliminara en la práctica el liberalismo a la
nistración mostraría cuán lejos se es­ derecho de huelga. La oposición de­ presidencia, en abril de
taba ya de esa coyuntura reformista. cidida a este proyecto por parte de la 1942.
La reelección de López, por el contra­
rio, sellaría la frustración de amplios
sectores sociales con la República Li­
beral y marcaría el fortalecimiento de
movimientos que, como el gaitanista,
indicaban otros rumbos sociales.

La crisis del liberalismo.


Hundimiento de la FEDENAL
Cuando Alfonso López sube a la pre­
sidencia (1942-1945) la situación eco­
nómica del país marcaba un creci­
miento lento. Con la excepción de al­
gunas industrias de textiles, los pro­
ductos químicos, cigarrillos y cerve­
zas, el conjunto de la actividad
económica, especialmente la extracti­
va y la agrícola, mostraba signos de re­
cesión. El proceso inflacionario se
acrecentaba, exigiendo de los traba­
jadores la defensa de sus ingresos. Así
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
264

CTC y el PCC, logró frenarlo tempo­ Efectivamente, a partir de 1943


ralmente. La actividad huelguística en arreciaron los ataques contra el go­
1943, lejos de disminuir, se incremen­ bierno de López. Hábilmente condu­
tó. La prensa consignó cerca de veinte cida por Laureano Gómez, la oposi­
conflictos abiertos, adelantados espe­ ción comenzó a asestar golpes cada
cialmente por los trabajadores del vez más certeros a la administración
transporte fluvial y terrestre. Los úl­ liberal. La magnificación de una serie
timos protestaron particularmente por de escándalos dio auge a la oposición.
la escasez de llantas, consecuencia de El primero fue el oscuro asesinato del
la segunda guerra mundial. Entre boxeador Mamatoco, en el cual estuvo
mayo y junio del 43, los trabajadores implicado el jefe de la policía de Bo­
de FEDENAL se lanzaron a la huelga gotá. Aunque nunca se demostró co­
en defensa del privilegio sindical en la nexión directa de los asesinos con el
contratación. A pesar del endureci­ gobierno central, la calumnia que res­
miento oficial, y de la imperceptible ponsabilizaba del crimen al propio
pérdida de importancia del río Mag­ ejecutivo caló hondo en la gente. La
dalena como arteria clave del país, la construcción de unas casetas de vigi­
FEDENAL salió triunfante. En no- lancia, con dineros oficiales, en la fin­
Manifestación de la viembre volvería a la batalla, esta vez ca veraniega de Las Monjas, de pro­
Confederación de por aumentos salariales. Los logró de piedad del presidente López, le me­
Trabajadores de un orden del 25 y 30 %. Se hacía evi­ reció una acusación formal ante 'el
Colombia, CTC, en Parlamento. Finalmente, la confisca­
Medellín, para dar la dente que el proyecto institucionali-
bienvenida a los zador era incapaz de contener la lucha ción de las acciones de la Handel, em­
delegados de la CTAL obrera. De otra parte, la agudización presa holandesa que controlaba parte
(Conferencia de de la crisis política del liberalismo ha­ de Bavaria, se prestó también a de­
Trabajadores de América cía que éste buscase el apoyo obrero nuncias contra el hijo del presidente,
Latina), al 2°Congreso de Alfonso López Michelsen, de quien se
la Confederación, en en un momento en que la oposición
agosto de 1936. conservadora tomaba vuelo. dijo que aprovechó su acceso a secre-
Capítulo 10 265

tos de gobierno para conseguir ven­ nación e incluso ante las fuerzas ar­
tajas económicas. madas. En algunos momentos la opo­
Ante la avalancha de denuncias, el sición había alimentado ideas golpistas
gobierno se sintió cada vez más aisla­ en el país. En este contexto se produ­
do. Sólo le quedaba el apoyo casi in­ jo el frustrado golpe militar de Pasto
condicional de la CTC y del PCC. La de 1944.
CTC, por su parte, había celebrado El 8 de julio de 1944, el presidente
otro congreso unitario en Bucaraman- y altos funcionarios del gobierno que
ga, durante diciembre de 1943. En se habían desplazado a Pasto a pre­
dicho congreso se hicieron presentes senciar maniobras militares, fueron
521 delegados que representaban a retenidos por un grupo de oficiales a
101.511 trabajadores afiliados a la cuya cabeza estaba el coronel Dióge-
CTC, muestra indudable del poderío nes Gil. Las guarniciones de Ibagué y
de la confederación. En las sesiones Bucaramanga se sumaron al golpe, el
intervino el ministro de Trabajo, Jor­
ge Eliécer Gaitán. Este congreso se
pronunció en favor de la causa aliada
y en defensa de las tentativas golpistas
de la oposición contra López. El PCC,
de otro lado, había profundizado su
viraje táctico iniciado en 1935. In­
fluenciado por el pensamiento conci­
liador del secretario del PC de los Es­
tados Unidos, Earl Browder, el PCC
prácticamente pospuso la lucha por el
socialismo concentrándose exclusiva­
mente en la defensa de la «democra­
cia», que se entendía como defensa de
López. Se propuso incluso el cambio
de nombre por el de Partido Socialista
Democrático, pues se decía que el de
comunista «ya no respondía a la rea­
lidad nacional». De esta forma el mo­
vimiento obrero perpetuaba la táctica
de apoyo a la gestión estatal, en unas
circunstancias diferentes a cuando fue resto permaneció fiel al gobierno. En Directivas sindicales de
implementada. El que a López sólo le Bogotá, Darío Echandía y Alberto Medellín, hacia 1940,
quedaba el apoyo obrero y comunista Lleras Camargo proclamaron la legi­ entre ellos los sindicatos
se hizo evidente en mayo de 1944. timidad del gobierno de López y con­ del acueducto y de
Ante los rumores de posible renuncia electromecánicos.
vocaron al país a apoyarlo contra el in­
del presidente, la CTC y el PCC con­ tento golpista. La CTC y el PCC se
vocaron a un paro nacional. El obje­ lanzaron a la calle a dirigir la movili­
tivo era impedir que el Congreso de la zación ciudadana. Tras la consigna de
República aceptara la renuncia. Como restituir a López en el poder, se or­
antecedente de esta movilización po­ ganizaron marchas en las principales
lítica, estaba el paro cívico de Cali de ciudades. Estos actos impactaron la
1929 de marzo del mismo año, para opinión pública provocando un ver­
presionar la nacionalización del servi­ dadero plebiscito de apoyo al presi­
cio de energía eléctrica de la ciudad. dente retenido en Pasto. Así se superó
Como resultado de la movilización de temporalmente una difícil coyuntura
mayo, la oposición se silenció tempo­ de la segunda administración de Ló­
ralmente. Sin embargo, el auge de las pez, aunque la crisis continuaría.
denuncias antilopistas había erosio­ La CTC había descubierto una he­
nado la imagen del gobierno ante la rramienta efectiva de presión: el paro
266 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

general. A pesar de todo el efecto ins- huelga se reglamentaba más, prohi­


titucionalizador que significaba la biéndose su realización en los servicios
CTC, la clase obrera había logrado, a públicos. Además, el privilegio al sin­
través de los paros generales del 44, dicalismo de base erosionaba la acción
implementar mecanismos de expre­ reivindicativa adelantada por las fe­
sión propios, mostrándose con fuer­ deraciones, pilares fundamentales de
za también propia en el escenario pú­ la CTC. Se favorecía así el encuadra-
blico. miento de las luchas reivindicativas en
El presidente López, aprovechando un contexto estrecho, el del sindi­
el estado de sitio imperante en el te­ calismo de base, propenso al econo-
rritorio nacional después del frustrado micismo.
golpe militar, dictó una serie de de­ El movimiento obrero organizado
cretos que se consideraron como una acogió con euforia este paquete legal,
especie de premio al movimiento pero en el fondo continuaba el pro­
obrero por su solidaridad con el eje­ ceso de institucionalización del sindi­
cutivo. Estos decretos abarcaron los calismo por parte del Estado. Nótese
siguientes aspectos: prohibición del que 1945 fue el año, en todo el perío­
pago en especie y establecimiento de do de la República Liberal, en el que
remuneración para trabajadores rura­ más personerías jurídicas se aproba­
les y campesinos; pago por el descanso ron, 441 en total. El que el sector sin-
dominical y horas extras; reconoci­ dicalizado de la clase obrera, en es­
miento del auxilio de cesantía aun en pecial la CTC, no haya sido consciente
los casos de mala conducta; pago de de las implicaciones de este paquete
indemnizaciones por accidentes de legal, no quiere decir que hubiera ba­
trabajo o de enfermedad profesional; jado sumisamente la cabeza. Las huel­
nueve horas de trabajo y algunas pres­ gas del 45 (veintidós en total) serían
taciones o indemnizaciones para los prueba de ello. En especial se destaca
trabajadores agrícolas y de servicio la huelga de la FEDENAL de fines de
doméstico; exigencia de preaviso en ese año, que desarrollaremos más ade­
caso de rompimiento del contrato por lante.
parte del patrono; protección a los co­ La superación exitosa del intento de
lonos; y fuero sindical —por medio del golpe militar no trajo para la adminis­
cual ningún dirigente sindical podría tración de López el fin de la crisis po­
ser despedido sin previa aprobación lítica. Por el contrario, la oposición
por parte del Ministerio de Trabajo. arreció sus críticas. No valió el viaje
Muchas de estas disposiciones se del presidente por unos meses al ex­
articularon jurídicamente en la ley 6 tranjero. El liberalismo dividido en el
de 1945, que además introducía una ala santista (que conquistó la mayoría
clara prohibición del esquirolaje y del en las elecciones de marzo del 45), la
paralelismo sindical. La ley 6 privile­ lopista y el gaitanismo, no respaldaba
giaba al mismo tiempo la negociación al ejecutivo. López desesperadamen­
adelantada por los sindicatos de base te trata de lograr un acuerdo con los
en detrimento de los de industria o de conservadores. El 30 de marzo nom­
las federaciones. En este sentido se bró tres ministros de esa tendencia,
considera que, aunque el paquete le­ de los cuales sólo uno aceptó. Los
gal promulgado por la segunda admi­ signos de debilidad de López contri­
nistración de López consagraba ciertas buyeron a fortalecer a la oposición.
reivindicaciones laborales y defensa En esas condiciones, y en medio de
de los sindicatos, el prohibir el esqui- la euforia popular por los avances
rolaje y el paralelismo implicaba más aliados contra la Alemania nazi, López
ataduras con el Estado. Era éste el presenta renuncia irrevocable al car­
que determinaba la legalidad de un go de presidente el 19 de julio. Le su­
sindicato, y por tanto la aplicación de cedió el designado Alberto Lleras Ca-
estas disposiciones. Por otro lado, la margo, quien trató de continuar el
Capítulo 10 267

acuerdo bipartidista impulsado a últi­


ma hora por López.
El corto gobierno de Alberto Lleras
se vio enfrentado desde el principio al
movimiento huelguístico que venía
presentándose desde comienzos de
año. El desborde de la institucionali-
dad era realmente molesto para el
nuevo gobierno y éste aprovecharía la
ocasión de la huelga de la FEDENAL
para imponer su criterio a sangre y
fuego. Al fin y al cabo, el fin de la se­
gunda guerra mundial ponía a las bur­
guesías liberales de frente a una nueva
situación: cómo frenar el avance de las
fuerzas comunistas, no sólo en el Este
europeo (apoyadas por los ejércitos
rojos) sino a nivel mundial. Es el ini­
cio de lo que se ha llamado la guerra
fría. En el plano nacional, el espíritu
de guerra fría se traducía en un dis-
tanciamiento entre liberales y comu­ Cundinamarca y el Valle, así como de Transporte de emergencia
nistas, distanciamiento que se expre­ los transportadores. El nuevo gobier­ frente a la Gobernación
no mostraba en su rostro duro el afán de Cundinamarca,
saba inmediatamente en la erosión de durante la huelga de
la unidad sindical conseguida por la de suprimir este desbordamiento de lo
institucional. transportadores de
CTC en esos años. En parte, esa uni­ Bogotá, en agosto de
dad que había sostenido el gobierno En estas condiciones se celebró el 1943.
de López, ya no era necesaria por el VII Congreso de la CTC, entre el 6 y
acuerdo bipartidista implementado a el 12 de diciembre de 1945. Un nuevo
última hora. elemento apareció en el escenario pú­
blico durante la celebración del con­
El movimiento obrero, ya lo hemos greso: la oposición gaitanista a la
dicho, no dejaba de ser molesto, a pe­ CTC. Gaitán, desde su renuncia al ga­
sar de los intentos de institucionaliza- binete del presidente López, se había
ción adelantados en años anteriores. lanzado a la candidatura presidencial
Los trabajadores petroleros, en espe­ atrayendo un nuevo electorado. Su
cial los de la Shell, fueron dos veces a movilización, orientada más al consu­
la huelga en 1945 (en enero y en no­ midor popular y organizada por ba­
viembre). La FEDENAL, antes de la rrios, denunciaba todas las formas tra­
famosa huelga de diciembre, había es­ dicionales de poder. Por la alianza evi­
tado en conflictos en febrero y agosto dente entre la CTC y el lopismo, la
del mismo año. El sector fabril tam­ confederación fue objeto de ataques
bién se hizo presente: el 7 de octubre por el gaitanismo. Gaitán incluso
de 1945, seiscientos trabajadores de planteó la necesidad de construir una
Textiles Monserrate de Bogotá se lan­ nueva central sindical, la Confedera­
zaron a la huelga. Ante la prolonga­ ción Nacional de Trabajadores
ción del conflicto, por cuarenta y cinco (CNT). A su vez, la CTC respondió
días, la CTC decidió utilizar su herra­ duramente al gaitanismo, acusándolo
mienta más poderosa: el paro general. de «fascismo». Aferrada dogmática­
mente al apoyo del lopismo, la direc­
El 26 de noviembre, la confederación ción de la CTC no comprendió en ese
decretó un paro nacional de solidari­ momento los elementos progresivos
dad con los textileros. A pesar de la que encerraba la movilización gaita-
declaratoria de ilegalidad, el paro tuvo nista y prefirió adherir a la candida­
resonancia por la decidida participa­ tura oficialista de Gabriel Turbay.
ción de las federaciones regionales de
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
268

ga era total. El gobierno nacional


apresuradamente declaró ilegal el mo­
vimiento y dio un plazo de veinticua­
tro horas a los trabajadores para re­
gresar a sus actividades; de lo contra­
rio, suspendería la personería jurídica
a los sindicatos que continuaran en
paro. En la misma resolución oficial se
autorizó la contratación de nuevo per­
sonal —se legitimó el esquirolaje—.
Los empresarios, ni cortos ni perezo­
sos, iniciaron la contratación de nuevo
personal.
El 18 de diciembre, el presidente
Lleras Camargo se dirigió radialmente
al país justificando las medidas y adu­
ciendo que era necesario destruir la
idea acerca de la existencia de «dos
gobiernos», uno en Bogotá y otro en
el río Magdalena. Se mostraba así la
intención de desarticular, a sangre y
fuego, el sindicalismo representado
por la FEDENAL y en último término
a la CTC. Nótese que en ese momento
otros sectores obreros estaban en con­
flicto (petroleros, trabajadores de ca­
Gaitán, sin embargo, lograría impac­ rreteras y afiliados a FEDETAV), por
José Vicente Combariza
(José Mar), liberal tar a sectores de base de la confede­ lo cual era imperioso para el gobierno
simpatizante del ración, como lo demostrarían los re­ impedir un movimiento de solidaridad
socialismo, desempeñó sultados electorales de 1946 en mu­ de vastas proporciones. Lleras tachó
un papel importante
chos distritos obreros. ai movimiento como un acto de sedi­
cuando se gestaba el ción comunista. Se volvía a una retó­
sindicalismo en El VII Congreso de la CTC se llevó
Colombia, desde la a cabo, a pesar de la fuerte oposición rica similar a la conservadora de los
Oficina del Trabajo, de la gaitanista. De allí salió un comité con­ años veinte.
cual fue director.
federal compuesto por una mayoría li­ A estas amenazas verbales, siguie­
beral y una minoría comunista, ahora ron hechos que amedrentaron en la
llamados socialistas democráticos. La práctica a los huelguistas. Los milita­
unidad estaba, de todas formas, ero­ res ocuparon los barcos con la disculpa
sionada. En esas condiciones se en­ de proteger a los esquiroles. El 19 de
contraba la confederación cuando es­ diciembre se canceló la personería ju­
talló el tercer conflicto de la FEDE- rídica de la FEDENAL, quitándosele
NAL en lo que iba corrido de ese año. así el derecho a representar a los tra­
El 17 de diciembre comenzó la huel­ bajadores fluviales y a negociar por
ga de la federación de transportadores ellos. El 21 de diciembre el gobierno
alrededor de dos puntos centrales, que convocó a las partes en conflicto para
resumían sus luchas: cumplimiento que designaran un delegado ante un
por parte de los empresarios de la tribunal de arbitramiento. Los traba­
obligación de consultar a los sindicatos jadores, como era su tradición, soli­
en el enganche de nuevos trabajado­ citaron a Alfonso López que fuera su
res, y alza general de salarios. La huel­ árbitro, pero López no aceptó y pro­
ga se inició a las siete de la mañana en puso una nueva fórmula: que la CTC
Barranquilla para extenderse a todos negociara directamente con el gobier­
los puertos del río Magdalena, de tal no, fórmula aceptada por las dos
forma que a las dos de la tarde la huel­ partes. La FEDENAL seguía aferra-
Capítulo 10 269

da a la táctica cada vez menos vigen­ incluso ofrecieron reintegro sin repre­ El ministro de Trabajo,
te del apoyo al ala lopista del libera­ salias, siempre y cuando se descono­ Higiene y Previsión
lismo. ciera a la FEDENAL. La federación, Social, Adán Arriaga
en esas circunstancias, reunió una Andrade (de corbatín),
La división entre liberales y comu­ conferencia con los
nistas en el interior de la confedera­ asamblea el 2 de enero de 1946 y allí representantes de los
ción afloró nuevamente. En un prin­ decidió levantar la huelga y esperar la navieros (Fedenal) y
cipio la CTC había apoyado el paro y decisión del tribunal de arbitramiento. braceros del Magdalena,
había ofrecido su solidaridad; en la La catástrofe para los trabajadores que se habían declarado
práctica, algunas organizaciones como fluviales no se hizo esperar: destruc­ en huelga en diciembre de
FEDEPETROL y FEDETEX, junto ción de su organización federal, im­ 1945. La reunión se
efectuó en enero del año
con FEDENAL, estaban organizán- posición del carácter de servicio pú­ siguiente, cuando ya los
dola. Viendo la dura represión que se blico y expulsión de los dirigentes sin­ sindicalistas habían
venía encima, el 26 de diciembre la dicales y de los trabajadores que par­ aceptado cesar el paro y
FEDENAL propuso levantar la huel­ ticiparon en el conflicto. Aunque el esperar la decisión de un
ga sobre la base de un acuerdo que im­ laudo arbitral publicado en mayo del tribunal de arbitramento.
plicaba la ausencia de represalias y la 46 exigía un aumento de jornales, au­
conformación de un comité de arbitra­ mento compensado por una autoriza­
je con participación obrera. Desco­ ción oficial de incremento de tarifas
nociendo esta propuesta, el ala liberal fluviales para las compañías navieras,
de la CTC se pronunció el 28 de di­ en la práctica consagraba la derrota de
ciembre por el levantamiento de la la FEDENAL. A partir de esa fecha,
huelga sin ninguna condición. Ante la que antes fuera la federación puntal
esta resolución, seis miembros confe­ de la CTC, no levantaría cabeza. Cul­
derales comunistas manifestaron su minaba así una etapa en la historia de
rechazo y dieron a conocer su resolu­ las relaciones entre el Estado y el sin­
ción de mantener el paro hasta con­ dicalismo. El liberalismo cerraba la hi­
seguir un acuerdo favorable a los tra­ pérbole que había trazado en dieciséis
bajadores. La división confederal re­ años de gobierno: de un reformismo
percutió entre los huelguistas, pues al­ que abría esperanza en reivindicacio­
gunos sectores decidieron levantar el nes sociales se concluía con la quiebra
paro. Observando esta muestra de de­ del esquema institucional sindical que
bilidad sindical, los empresarios navie­ había contribuido a crear. La clase
ros redoblaron su ofensiva. Algunos obrera, a pesar de que un fuerte sector
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
270

se inscribió en ese proyecto institucio- un gobierno reformista se hundía, el


nalizador, había resistido durante esos pueblo y la clase obrera encontraban
dieciséis años desbordando el marco nuevos caminos de expresión. A la cri­
legal y descubriendo instrumentos efi­ sis de la FEDENAL y de la CTC, le
caces de lucha, como el paro general. acompañaba el despertar de la movi­
Si la táctica de resistencia de apoyo a lización gaitanista.

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Capítulo 11 271

Crisis y recomposición
del sindicalismo colombiano
(1946-1980)
Rocío Londoño Botero tradicional, preeminencia del sindica­
lismo de «cuello blanco» y constitu­
ción de nuevos bloques de alianzas
l año 1945 marca, como en otros sindicales (1974 en adelante).
E aspectos de la vida nacional, una
transformación en el sindicalismo co­
lombiano. La derrota de la huelga de
Desintegración de la CTC y
los braceros del río Magdalena, orga­ constitución de la UTC (1946-1957)
nizados en FEDENAL, fue el síntoma Durante la hegemonía del partido li­
de la declinación del sindicalismo beral (1930-1946), pero particular-
constituido hacia los años 20, funda­
mentado en los trabajadores del trans­
porte del río, del ferrocarril y de las
obras públicas, quienes hasta entonces EVOLUCIÓN DE LA TASA
dominaron en la única central obrera DE SINDICALIZACIÓN
existente: la CTC. (1947-1980)
En el lapso comprendido entre 1946
y 1980, se advierten tres etapas en el Año Población % de
sindicalismo colombiano, que grosso ocupada sindicali-
modo pueden definirse así: zados
° Declinación del sindicalismo fe­
1.
derado de orientación liberal-radical, 1947 3.995.558 5,5
centralizado en la CTC, y surgimiento 1965 5.134.125 15,4
del sindicalismo de fábrica bajo la 1980 8.236.000 15,8
orientación ideológica de la Iglesia ca­
tólica y el conservatismo (1946-1957). Fuente: Guillermo Perry,
° Reconstrucción de la organiza­
2. Hernández Gómez y
ción sindical por corrientes ideológi­ Rocío Londoño. El
cas: UTC, CTC, CSTC, CGT, «Sin­ sindicalismo y la política
dicalismo Independiente» y ascenso económica. Fedesarrollo,
de las luchas obreras (1957-1974). 1985.
° Crisis del esquema confederal
3.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
272

mente en los dos períodos presiden­ La renuncia de López dio lugar a un


ciales de Alfonso López Pumarejo, el gobierno de coalición bajo el mandato
sindicalismo colombiano conformó su de Alberto Lleras Camargo. Los ju­
organización básica y obtuvo el marco gadores y las cartas del juego cambia­
legal y político necesario para su es­ ron para el movimiento sindical, sin
tablecimiento como movimiento la­ que éste contara con la fuerza nece­
boral y social. Un núcleo de 165.000 saria y la capacidad política para re­
trabajadores estaba organizado en sin­ sistir los golpes del nuevo contendor.
dicatos y de ellos, el 66 % actuaba El nuevo round se inició con el in­
bajo la dirección de la CTC, única tento de paro nacional decretado por
confederación existente. Su peso nu­ la CTC el 26 de noviembre de 1945 en
mérico era bastante débil —apenas co­ solidaridad con la huelga textil de la
bijaba el 5,5 % de la población ocu­ empresa Monserrate. El gobierno ¡le­
pada—, pero marcaba la pauta en la galizó la huelga y autorizó la destitu­
definición de las condiciones laborales ción de los dirigentes del paro en las
y constituía un grupo de presión polí­ diversas empresas. Continuó con los
tica importante. sucesos ocurridos alrededor de la
La alianza entre López Pumarejo y huelga de los braceros del río Mag­
la CTC ha sido motivo de interpreta­ dalena, decretada el 17 de diciembre
ciones de muy diversa índole. En lo de 1945, en un momento de incremen­
que aquí compete, advertimos sus to de la protesta sindical y popular y
efectos objetivamente paradójicos. días después de haberse agudizado la
López Pumarejo optó por aquella po­ confrontación entre liberales, comu­
sición que admite los sindicatos como nistas y gaitanistas en el séptimo Con­
un factor inevitable del desarrollo in­ greso de la CTC. Lleras Camargo de­
dustrial que es preciso tolerar y asi­ claró ilegal la huelga, autorizó la mi­
milar en beneficio del sistema. Los uti­ litarización de los barcos y la contra­
lizó para la racionalización de las re­ tación de esquiroles. FEDENAL fue
laciones laborales y como elemento destituida por el gobierno liberal apro­
político de apoyo a su proyecto de in­ vechando la pérdida de peso de este
dustrialización, de modernización del núcleo de trabajadores, la moderni­
país y de fortalecimiento del partido zación de las empresas navieras y la di­
liberal. visión política de la CTC.
El movimiento sindical se compro­ El precario equilibrio político logra­
metió políticamente con López Pu- do por el sindicalismo se rompió. El
marejo y con el partido liberal, pero Estado abandonó la táctica del arbi­
ese compromiso no fue del todo in­ traje y la negociación de los conflictos
condicional. Entre 1944 y 1946 hubo obrero-patronales y optó por la repre­
un gran auge y se crearon cerca de la sión, el apoyo unilateral al sector pa­
mitad del total de sindicatos censados tronal y el fomento de la división po­
en 1947. Hubo progresos importantes lítica del sindicalismo. Los patrones
en la legislación sobre jornada de tra­ venían constituyendo sus propios sin­
bajo, prestaciones sociales, jubilacio­ dicatos. A finales del período de Ló­
nes, derecho de huelga, fuero sindical pez Pumarejo se fundaron dos pode­
y protección de la estructura sindical. rosos gremios: ANDI y FENALCO,
El conjunto de medidas se resumió en el primero de ellos auspiciado direc­
la ley sexta de 1945, la cual introdujo, tamente por López.
además, un cambio de repercusiones
muy negativas al conceder preeminen­ Triunfo conservador
cia al sindicato de base sobre las de­ y protesta obrera_______________
más formas de organización y al dar
gran peso al control estatal. Este fue El proyecto político de la Revolución
el legado de doble filo que López Pu- en Marcha no se consolidó. El partido
marejo dejó al sindicalismo. liberal se escindió en dos grandes frac­
Capítulo 11 273

ciones: el sector dirigido por Eduardo celebró su congreso en diciembre de


Santos y Alberto Lleras, y la fracción 1945, paralelo al de la CTC.
radical, antioligárquica y populista Los dos primeros años del gobierno
que acaudilló Jorge Eliécer Gaitán. conservador transcurrieron en medio
El momento fue propicio para el de una fuerte confrontación laboral,
triunfo electoral del partido conser­ de movilizaciones de protesta y de
vador que se había fortalecido en la dramáticas expresiones de violencia
oposición a López y que concurrió política. En tanto que la economía
unificado alrededor de Mariano Os- presentaba índices de crecimiento
pina Pérez a las elecciones de 1946. nunca antes vistos, el descenso de los
La campaña electoral acentuó la cri­ salarios, el desempleo y el empobre­
sis de la CTC. Su organismo directivo cimiento de vastos sectores de la po­
apoyó, con una precaria mayoría, la blación conformaban un panorama so­
candidatura de Gabriel Turbay, en cial alarmante.
tanto que la mayor parte de sus afilia­ Cerca de quinientos conflictos la­
dos, como pudo constatarse en la vo­ borales ocurrieron en 1946. De ellos,
tación, simpatizaba con Gaitán. La algunos tuvieron una resonancia no­
alianza liberal-comunista se restable­ table, como el paro de choferes en
ció transitoriamente dado el respal­ Cali, durante el cual fue asesinado un Ejecutivos de la Troco
do que el partido comunista ofreció a motorista; la huelga de los trabajado­ suben al tren de la
Turbay. res de la Tropical Oil, la Shell y la Co- compañía en el
campamento de El
El enfrentamiento entre la CTC y lombian Petroleum; y el movimiento Centro, 1946. En este
Gaitán había adquirido proporciones en defensa de la Flota Mercante Gran- año, ocurrieron cerca de
considerables: la CTC lo denunció colombiana, amenazada por los mo­ 500 conflictos laborales,
como «fascista» y «divisionista» y Gai- nopolios norteamericanos. de los cuales tuvieron
tán propició, en alianza con sectores Nótese que las huelgas empezaron a resonancia especial los
del sector petrolero, con
conservadores, la campaña anticomu­ adquirir una nueva coloración. Se ini­ huelgas en la Tropical,
nista y la constitución de la Central cian como conflictos locales que sus­ Shell y Colombian
Nacional de Trabajadores, CNT, que citan la solidaridad regional y hasta Petroleum.
274 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

nacional. El rasgo antiimperialista que la dirigencia de la CTC la ilusión de


tuvo el movimiento huelguístico de que la huelga general podría por fin
los años 20 resurge en el sector petro­ llevarse a cabo con éxito. Se estaba
lero con la consigna de la nacionaliza­ realizando un paro general en Barran-
ción, y en el transporte con la defen­ quilla, una huelga de trabajadores de
sa de la Flota Mercante Grancolom- carreteras en Nariño que se extendió
biana. a todos los sectores de obras públicas,
El asesinato del motorista en Cali, la paralización de actividades en los
a raíz de la huelga de choferes, motivó ferrocarriles de Antioquia y una huel­
la solidaridad de la Federación de los ga estudiantil.
Trabajadores Ferroviarios y el movi­ En esa atmósfera, la CTC aprobó la
miento se hizo extensivo a otras em­ huelga general el 11 de abril de 1946
presas y ciudades. El gobierno decretó y la realizó el 13 de mayo, pero sola­
el estado de sitio en el departamento mente obtuvo el respaldo de los sec­
del Valle. tores sindicales más dinámicos: los fe­
A las motivaciones de orden eco­ rroviarios, los braceros de Buenaven­
nómico se sumaron las de carácter po­ tura y los trabajadores de las empresas
lítico originadas en la represión sindi­ públicas de Medellín. La cobertura de
cal por parte de los patronos y el go­ la huelga fue parcial en Bogotá. Me-
bierno y en los despidos colectivos de dellín y Cali. El gobierno ordenó la
empleados liberales de las empresas e detención de cerca de mil trescientas
institutos del Estado. La violencia po­ personas y el transporte fue sustituido
lítica en el campo y las ciudades cobró parcialmente por transporte militar.
magnitudes tremendas. Según Paul Gaitán mantuvo silencio, el sector
Oquist, en 1947 el número de muertos del partido comunista dirigido por Au­
por la violencia fue de 13.968 (Violen­ gusto Durán la rechazó, y el gobierno
cia, conflicto y política en Colombia. junto con la jerarquía eclesiástica la
Bogotá. Biblioteca Banco Popular. presentaron ante la opinión nacional
1978. pág. 59). como un atentado contra el orden pú­
blico y la sociedad.
La consigna de huelga general El 14 de mayo, cuando el fracaso de
la huelga era evidente. Gaitán expresó
El movimiento huelguístico y la mo­ su oposición a tal movimiento: «Siem­
vilización popular estimulada por Gai- pre he sostenido, inclusive como mi­
tán va adquiriendo una clara conno­ nistro de Trabajo, que es necesario es­
tación de oposición al gobierno de Os- timular a las fuerzas sindicales con un
pina Pérez. En diciembre de 1946. se criterio de responsabilidad y de justi­
reconstituye la alianza liberal-comu­ cia, pero al mismo tiempo he dicho
nista en la CTC y se produce una es­ que se conspira contra los trabajado­
pecie de tregua con el gaitanismo al­ res cuando se pretende explotar con
rededor de la consigna de huelga ge­ fines ajenos a la organización sindical
neral contra el régimen conservador, esta clase de movimiento» (Jornada
propuesta por Gaitán. En enero de del 14 de mayo de 1947. Citado por
1947. el partido comunista anuncia su Daniel Pecaut. Política y sindicalismo
apoyo a Gaitán con el propósito de de­ en Colombia. Bogotá. La Carreta,
tener el avance de la reacción. 1973. página 240).
En las acciones y conflictos de 1946 La posición de Gaitán buscaba de­
la consigna de huelga general se hace bilitar a la CTC para aumentar su in­
recurrente. En marzo de 1947. el fluencia en el sindicalismo y reforzar
triunfo electoral sobre el sector tradi­ su táctica de oposición-negociación
cional le permitió a Gaitán utilizarla con el gobierno. El rechazo de la frac­
como amenaza al partido conserva­ ción duranista del partido comunista a
dor. La intensificación de las huelgas, la huelga hizo patente su escisión ideo­
en los meses de abril y mayo, creó en lógica, la cual se oficializó en el Con-
Capítulo 11 275

greso de julio de 1947 con la expulsión el tránsito del liberalismo hacia la opo­ Manifestación obrera en
de dicha fracción. sición frontal al gobierno de Ospina, la avenida Jiménez de
La división política y la sucesión de motivaron la persistencia de la CTC Bogotá, hacia 1946. El 13
acciones sindicales fracasadas facilita­ en la consigna de huelga general. En­ de mayo de este año se
efectuó una huelga
ron el proyecto oficial y patronal de li­ tre 1948 y 1949 se hicieron cuatro in­ general convocada por la
quidación de la CTC. Con ocasión de tentos de decretarla, ninguno de los CTC, a la cual sólo
la huelga del 13 de mayo, fueron sus­ cuales resultó exitoso. concurrieron los
pendidos y destituidos un número con­ El asesinato de Jorge Eliécer Gai- sindicatos más dinámicos:
siderable de trabajadores de las em­ tán, el 9 de abril de 1948, produjo un ferroviarios, braceros de
Buenaventura, empresas
presas públicas y privadas y un juez paro obrero espontáneo y un decreto públicas de Medellín. En
conservador decretó la disolución ju­ de huelga general de la CTC, pero la la capital, la huelga fue
rídica de la CTC, medida que no obs­ revuelta popular había tomado cauces parcial.
tante haber sido revocada, era sinto­ bien distintos a los de la organización
mática del derrumbe de la organiza­ sindical, de tal suerte que la consigna
ción obrera. —sin duda ajustada a las circunstan­
La protesta social y política tomó cias— no tuvo un interlocutor cons­
entonces el rumbo del gaitanismo y los ciente. El pueblo estaba desbordado
sindicatos dejaron de ser, por un buen en las calles y los dirigentes liberales
tiempo, la expresión de la inconfor­ en palacio buscando una negociación
midad y de los intereses de los traba­ con el presidente Ospina.
jadores colombianos. La violencia ur­ En 1949, la central obrera decretó
bana cobrará desde entonces signifi­ dos nuevas huelgas generales. Una en
cación como expresión de la resisten­ septiembre, por reivindicaciones eco­
cia popular. nómicas y contra la persecución ofi­
La tenacidad de la represión sindi­ cial, y la otra, en noviembre, conjun­
cal y política, el deterioro agudo de las tamente con el Directorio Liberal,
condiciones de vida de la población y contra la elección de Laureano Gó-
276 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

mez. El 9 de noviembre, Ospina Pérez proyecto de formación de la CNT


había disuelto el Parlamento, decla­ promovido por Gaitán y un sector
rado el estado de sitio permanente, in­ de disidentes de la CTC, que no obs­
tervenido la justicia y decretado la tante su reconocimiento legal no pu­
censura de prensa. do desarrollarse como organización
Desde 1944 el movimiento sindical efectiva.
comenzó a ensayar la táctica de la La nueva confederación se consti­
huelga general de carácter político. tuyó con cuarenta sindicatos agluti­
Inicialmente, como apoyo a la gestión nados en UTRAN (Unión de Traba­
reformista de López Pumarejo y con­ jadores de Antioquia), UTRABO
tra la reacción derechista y, posterior­ (Unión de Trabajadores de Boyacá),
mente, como expresión de oposición a FANAL (Federación Agraria Nacio­
las restricciones económicas y a la con­ nal) y FEDEMI (Federación de Mi­
culcación de las libertades sindicales y neros de Cundinamarca), la mayoría
políticas que padeció durante los go­ de ellos influidos por la Acción Cató­
biernos de Ospina Pérez y Laureano lica Colombiana. La federación antio-
Gómez y la dictadura del general Ro­ queña fue desde un comienzo la fuerza
jas Pinilla. principal. El primer presidente de la
Los sucesivos intentos de huelga ge­ UTC, Javier Restrepo Jaramillo,
neral tuvieron un alcance muy limita­ y su tesorero, José María Bernal,
do y en ciertas ocasiones revelaron eran líderes de UTRAN. Ochenta de­
una apreciación equivocada por parte legados suscribieron el acta de fun­
de los directivos sindicales. No obstan­ dación.
te, sugieren la formación de una con­ La UTC fue constituida y promo­
ciencia política que, si bien embrio­ vida como una alternativa contrapues­
naria, permitirá desarrollar activida­ ta al sindicalismo liberal y comunista
des de resistencia contra la política de por parte de la Iglesia católica, el con-
aniquilación de los sindicatos liberales servatismo y el sector empresarial
y de izquierda y el resurgimiento de antioqueño. Desde un primer momen­
los mismos con el restablecimiento de to adoptó una estructura orgánica,
las libertades básicas en 1957. una táctica sindical y una plataforma
Cabe advertir que la debilidad y li­ ideológica que la diferenciaron de la
mitaciones de la huelga general polí­ CTC.
tica como táctica del sindicalismo no Su núcleo inicial fueron los sindi­
ha sido un rasgo peculiar del movi­ catos de base promovidos por la Ac­
miento colombiano. Al respecto, el ción Católica en la industria antioque-
historiador Eric J. Hobsbawm ha lle­ ña y en el sector agrario. El predo­
gado a la conclusión de que es difícil minio que la ley 6.a confirió al sindi­
encontrar huelgas políticas exitosas, calismo de base permitió el fortaleci­
aunque sean corrientes las huelgas de miento de la estructura orgánica de la
simpatía y solidaridad. La existencia UTC y debilitó el esquema federal y
de una tradición política las favorece, gremial de la CTC. El nuevo contexto
aunque su alcance siempre es limitado legal y el apoyo político de los gobier­
(Trabajadores, Capítulo 15: «Tradi­ nos conservadores fueron condiciones
ciones obreras». Editorial Crítica, propicias para la consolidación de la
1979, pág. 397). UTC —no obstante el ambiente de
violencia y represión política— y para
La constitución de la Unión de su hegemonía en el movimiento sin­
Trabajadores de Colombia (UTC) dical hasta los años 70. Entre 1946 y
1960 esta confederación pasó de cua­
El 11 de junio de 1946, en el teatro renta sindicatos afiliados a setecientos
«Hogar» de Bogotá, se llevó a cabo el sesenta y cuatro; y en 1965, aglutinaba
Congreso de Fundación de la UTC. Su cerca del 42 % de la población sindi-
antecedente más inmediato fue el
calizada del país.
Capítulo 11 277

SIGNIFICACIÓN CUANTITATIVA
DE LAS CONFEDERACIONES
(1947-1980)
N.° total de % de cada confederación
Año sindica- N.° de confe­
lizados CTC UTC CSTC CGT
derados
1947 165.595 66,1 33,9
1965 717.600 34,4 41,7 13,1 10,8
1980 1.191.100 20,3 30,7 10,0 6,9 32,1
Fuente : Guillermo Perry et al, op. cit.

La UTC asumió como propia la pos extremistas, habían establecido


campaña contra el liberalismo y el co­ una tremenda controversia para con­
munismo y enarboló las reivindicacio­ vertir la central de la época en caudal
nes que en ese momento agitaban el de poder electoral y en instrumento de
sector empresarial y el conservatismo: penetración marxista, con el ánimo de
autonomía plena de las empresas y los tomar el sindicalismo como instru­
sindicatos frente al Estado y los par­ mento comunista para imponer este
tidos políticos. Su táctica fundamental tipo de dictadura en el país, cumplien­
era la negociación colectiva local con do consignas que les llegaban por con­
los empresarios y la prédica del apo­ ducto de agentes internacionales del
liticismo y el pacifismo. La negación, Kremlin. De ahí que la UTC nació por
por lo menos formal, de todo vínculo una necesidad impuesta por la propia
de los sindicatos con la política y los clase obrera colombiana que veía frus­
partidos, le facilitó el reclutamiento de trados sus anhelos de liberación y jus­
grupos provenientes de la CTC que ticia social debido a la anarquía que
atribuían su desintegración a la exce­ imperaba en ese entonces.» («Historia
siva politización y le permitió, durante de la UTC», Unidad UTC, diciembre
algún tiempo, el control de las dife­ de 1983.)
rencias políticas internas, ya que ni el
Comité Ejecutivo ni sus bases obreras La adopción de la doctrina social ca­
eran homogéneas políticamente. tólica como plataforma ideológica y la
influencia notoria de la Acción Cató­
La versión que la propia UTC ha lica hicieron de la UTC un movimien­
dado de su origen histórico, corrobora to sindical de corte pacifista, supedi­
el carácter anticomunista y antiliberal tado al marco legal y que combinaba
con que surgió y que influirá en su per­ la acción cotidiana por el alza de sa­
manente ataque a los sindicatos de iz­ larios y el bienestar social de los tra­
quierda, y en la aguda competencia bajadores con la prédica de un capi­
con la CTC. Manuel Vélez Castilla, talismo sin lucha de clases, con igual­
dirigente actual de la UTC, explica la dad y justicia social.
constitución de esta central en los si­ La Iglesia católica, a través de sus
guientes términos: «La fundación de métodos de coacción y persuasión,
una nueva central obrera era necesi­ jugó un papel regulador decisivo en
dad sentida con- mucho interés por la las relaciones obrero-patronales e in­
clase obrera al término de los años 30 tentó conformar un modelo sindical
y comienzo de la década de los 40. El que evitara el conflicto de clases. La
movimiento obrero estaba resentido disidencia del sacerdote Camilo To­
de agudo anarcosindicalismo y man- rres en los años 60 expresa la forma­
zanillismo político. Uno de los parti­ ción de grupos radicales en el clero y
dos tradicionales, lo mismo que gru­ la influencia de nuevas corrientes cris-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
278

Huelga en ladrilleras El La acción sindical se polariza: la


Progreso, a comienzos de UTC descarta la huelga y ataca de ma­
los años 50, cuando los nera beligerante toda acción huelguís­
salarios de los obreros de tica o ilegal. A raíz de la huelga ge­
la industria neral del 17 de mayo de 1947 demandó
manufacturera del gobierno la disolución de la CTC.
disminuyeron.
Ésta, por su parte, asume como mé­
todo fundamental de lucha la huelga
general y la acción política, dada su
profunda debilidad orgánica y la per­
secución y represión a la que la so­
meten los gobiernos conservadores.
La distancia que la nueva central
adoptó frente al Estado y a los parti­
dos y su apoliticismo hicieron crisis
bien pronto. En el debate electoral
para el período presidencial 1950­
1954, optó por la candidatura conser­
vadora de Laureano Gómez. La ex­
pulsión de Víctor M. Duarte en 1952,
siendo entonces presidente de UTC,
tianas tercermundistas, como la teo­ tuvo como motivo su apoyo explícito
logía de la liberación, que dieron lugar al gobierno de Laureano Gómez
a fracciones cristianas de izquierda. —con el que la central había entrado
Sin embargo, el peso de estas últimas en conflicto— y sus ataques a algunos
en el sindicalismo ha sido muy débil, dirigentes y al asesor moral de la mis­
y su acción se ha orientado básica­ ma, el jesuíta Vicente Andrade Val-
mente hacia el campesinado y el tra­ derrama. Tulio Cuevas también fue
bajo comunitario en los barrios po­ expulsado por colaborar abiertamente
pulares. con el general Rojas Pinilla. Éstos son
Entre 1946 y 1949 la UTC gozó del síntomas significativos de la dificultad
apoyo del gobierno de Ospina Pérez, que afrontó la UTC para poner en
pero carecía de personería jurídica. Su práctica su independencia de los par­
reconocimiento jurídico en 1949 pre­ tidos y del gobierno y para sortear las
cisó de una reforma al decreto 2313 de diferencias políticas internas entre los
1946, en el cual Alberto Lleras había cuadros sindicales, no obstante la re­
consagrado la prohibición del parale­ lativa homogeneidad en su táctica sin­
lismo sindical con el fin de preservar dical.
la hegemonía liberal en el sindicalis­
mo. El presidente Ospina emitió el de­ El movimiento sindical durante la
creto 2785 de 1949 que derogó los ar­ «Regeneración Conservadora» y la
tículos relativos al paralelismo sindical
y que hizo posible otorgar personería dictadura del general Rojas Pinilla
jurídica a la UTC. Desde entonces, se­ Este período sigue siendo uno de los
ría viable la constitución de diversas más indocumentados en lo que res­
confederaciones y de organizaciones pecta a los movimientos sociales. Los
paralelas en todos los niveles de la es­ estudios históricos sobre el sindicalis­
tructura sindical. mo le dedican escasamente una o dos
El paralelismo sindical, el predo­ páginas al gobierno de Laureano Gó­
minio del sindicato de base y el desa­ mez y se limitan a enunciar y criticar
rrollo de la negociación colectiva son las medidas que en cuestiones labo­
los grandes cambios que se suceden en rales y sindicales asumió la dictadura
este período y que se asocian con la de Rojas. La atmósfera de represión y
constitución de la UTC. violencia, así como la censura a la que
Capítulo 11 279

fueron sometidos los medios de co­ cidos y un consiguiente descenso en el


municación, limitaron sensiblemente nivel de vida. («El desarrollo del mo­
la documentación sobre el movimien­ vimiento sindical». Manual de historia
to sindical. de Colombia. Tomo III. Colcultura,
La elección de Laureano Gómez a 1980, págs. 195 a 202.)
la presidencia de la República en no­ La industrialización, la desintegra­
viembre de 1949 estuvo precedida de ción de las estructuras agrarias tradi­
un intento fallido de huelga general cionales y la generalización e intensi­
por parte de la CTC y el directorio li­ ficación de la violencia estimularon
beral. En ese debate electoral no par­ fuertes corrientes migratorias hacia las
ticipó ninguna corriente política dis­ ciudades. La migración y el crecimien­
tinta del conservatismo, debido a la to vegetativo de la población acelera­
carencia de garantías electorales y li­ ron la urbanización del país. En 1953,
bertades políticas. la población urbana alcanzó la cifra de
A pesar de la prosperidad econó­ 5.177.000 habitantes y fue concentrán­
mica, las condiciones de vida de la po­ dose en Bogotá, Medellín, Cali y Ba-
blación, los salarios y sueldos de los rranquilla. Estos cambios afectaron la
trabajadores urbanos y los jornales estructura ocupacional: entre 1938 y
agrícolas no presentaron índices pro­ 1951, el grupo de los empleados del
gresivos. Entre 1950 y 1954, los sala­ Estado y de los servicios aumentó en
rios reales de los obreros de la indus­ la cifra considerable del 291,7 %,
tria manufacturera disminuyeron, ex­ mientras que el sector obrero tuvo un Celebración del 1° de
cepto en 1952, cuando tuvieron cierta crecimiento del 7,7 %. La incidencia mayo, día del Trabajo, en
recuperación. Los jornales agrícolas de tales fenómenos en el sindicalismo Cartagena, hacia fines de
expresaban el empobrecimiento de los será apreciable en los nuevos rasgos los años 40. La fotografía,
trabajadores rurales en comparación sociales y políticos que este movimien­ conservada en el archivo
de la Confederación de
con el colombiano promedio. Miguel to empezó a adquirir desde la década Trabajadores, tiene la
Urrutia sugiere que desde 1950 los tra­ del 60. siguiente leyenda:
bajadores semicalifícados de la indus­ La declinación del sindicalismo li­ "Recuerdo de cuando las
tria fueron los únicos que mejoraron autoridades y el pueblo
beral y socialista venía produciéndose trabajador cetecista con
su situación económica y que los em­ desde mediados de los años 40. Pero su federación regional
pleados industriales y del gobierno tu­ durante los gobiernos de Laureano compartían las efemérides
vieron aumentos salariales muy redu- Gómez y Rojas Pinilla, la CTC fue vir­ del 1° de mayo".
280 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tualmente destruida, los núcleos de re­ ticas adversas y a que no logró confi­
sistencia obrera tuvieron que actuar gurar una alternativa que expresara
en la semiclandestinidad y la dinámica adecuadamente la oposición política y
sindical quedó reducida a la negocia­ los intereses económicos de los tra­
ción de pliegos y celebración de los bajadores.
congresos de la UTC. La UTC, por el contrario, pudo lle­
La CTC realizó su X Congreso en var a cabo la negociación de pliegos,
mayo de 1950 y sólo ocho años des­ formular solicitudes al gobierno sobre
pués podría reanudar ese tipo de even­ algunas cuestiones sociales y laborales
tos. El único tema tratado en el con­ y realizar regularmente sus congresos.
greso fue la afiliación internacional de Entre 1946 y 1956, celebró seis con­
la Confederación. La escisión latente gresos en diferentes ciudades, los cua­
entre liberales y comunistas se hizo ex­ les se ocuparon principalmente de pre­
plícita. Los primeros, por orientación sentar al gobierno solicitudes relativas
del Directorio Liberal, propusieron a la remuneración de los días festivos
desafiliar a la CTC de la Federación y los dominicales, el establecimiento
Sindical Mundial (FSM) y de la Con­ de un salario mínimo legal y del sub­
federación de Trabajadores de Amé­ sidio familiar y la creación de un ins­
rica Latina (CTA) —organizaciones tituto de capacitación profesional. En
internacionales con una fuerte influen­ la cuestión política no se hizo petición
cia marxista—, y su vinculación a alguna. Sin embargo, se presentaron
la Confederación Internacional de discusiones sobre la relación de los di­
Organizaciones Sindicales Libre rectivos con los partidos y con el go­
(CIOSL) y a la Organización Intera­ bierno y se procedió a expulsar a quie­
mericana del Trabajo (ORIT), en las nes, como Víctor M. Duarte y Tulio
que los sindicatos y el gobierno nor­ Cuevas, tenían compromisos partidis­
teamericanos tenían un gran peso. tas y gubernamentales explícitos.
Esta proposición fue aprobada por 178 La persecución a la CTC y la pro­
delegados contra 141 votos. Los de­ tección oficial a la UTC le permitieron
legados comunistas optaron por reti­ a esta última consolidar su organiza­
rarse del congreso y conformar un co­ ción, crear nuevos sindicatos y con­
mité paralelo cuya existencia fue efí­ vertirse en el principal canal de expre­
mera debido a las circunstancias polí­ sión de las peticiones económicas de

LAS CONFEDERACIONES COLOMBIANAS


Y SU AFILIACIÓN INTERNACIONAL

UTC -> OR1T -> CIOSL


CTC ORIT -> CIOSL
CSTC -> CPUSTAL -> FSM
CGT -> CLAT -> CMT

ORIT : Organización Interamericana del Trabajo.


CIOSL : Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales
Libres.
CPUSTAL : Congreso Permanente de Unidad Sindical de los
Trabajadores de América Latina.
FSM : Federación Sindical Mundial.
CLAT : Central Latinoamericana de Trabajadores.
CMT : Confederación Mundial del Trabajo.
Capítulo 11 281

los trabajadores. Entre 1946 y 1959 el


número de sindicatos afiliados pasó de
40 a 580, en tanto que la CTC había
quedado reducida en 1957, a 27 sin­
dicatos formales.
Las huelgas, asambleas, mítines y
manifestaciones prácticamente desapa­
recieron. No se tiene información sobre
huelgas, excepto las protestas de los tra­
bajadores petroleros, y parece no haber
ocurrido alguna de significación. El pri­
mero de mayo, principal rito del movi­
miento sindical, dejó de celebrarse pú­
blicamente hasta la constitución del
Frente Nacional. La última fiesta del
trabajo fue celebrada por la UTC en
1947, en la ciudad de Tunja, y tuvo
como consigna: «¡Viva la religión!»
Las reuniones ordinarias de los sin­
dicatos requerían permiso previo y
eran vigiladas por la policía en virtud
de las normas del estado de sitio. Ma­
nuel Marulanda Vélez (líder sindical
de quien tomó el nombre el dirigente
guerrillero Pedro Antonio Marín, hoy
conocido como Manuel Marulanda
Vélez o «Tirofijo»), Julio Rincón, An­
gel María Cano y Aurelio Rodríguez,
líderes sindicales del partido comunis­
ta, fueron asesinados, y este partido
fue proscrito por Rojas Pinilla el 1 de
marzo de 1956 mediante el decreto
ejecutivo 0434.
La formación de nuevos sindicatos y
el reconocimiento legal de los mismos
disminuyó notoriamente y estuvo li­
mitado a la actividad que en este as­
pecto adelantara la UTC. De 1951 a
1956 fueron otorgadas 338 personerías
jurídicas en comparación con las 895
que habían sido concedidas en los cin­
co años anteriores. Las fricciones po­
líticas entre los directivos de la UTC
alrededor del tipo de relaciones del nancieros, pero la enfrentó con la Manifestación de respaldo
sindicalismo con el gobierno, origina­ UTC y la Iglesia católica. Rojas Pinilla al general Gustavo Rojas
protegió y estimuló a la CNT con el Pinilla de afiliados a la
ron una pequeña escisión que buscó Central Nacional de
revivir la Central Nacional de Traba­ propósito de ganarse el respaldo po­ Trabajadores (CNT), una
jadores (CNT) sin ningún éxito. lítico del sector obrero. Sin embargo, disidencia de UTC con
En 1954, el ministro de Trabajo de este proyecto no prosperó y la CNT vinculaciones peronistas.
Rojas le dio la personería jurídica a la nunca llegó a ser una fuerza sindical.
CNT. Su afiliación a la Agrupación de En 1957, apenas contaba con 35 sin­
Trabajadores Latinoamericanos Sin­ dicatos que más que organizaciones vi­
dicalistas (ATLAS) —de orientación vas habían sido cascarones jurídicos
peronista— le proporcionó recursos fi- para el proselitismo rojista.
282 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Pero no todo fue oscurantismo, si­ nomía a través de mecanismos de in­


lencio y represión en este período. En jerencia y control estatales. Mencio­
1949 fue promulgada la ley 90 median­ nemos algunos ejemplos ilustrativos.
te la cual se estableció el seguro social Se restringió el derecho al «fuero sin­
obligatorio y se creó el Instituto Co­ dical», puesto que en caso de que la
lombiano de los Seguros Sociales; en huelga fuera declarada ilegal dejaba
1950 fue expedido el Código Sustan­ de ser efectivo; la suspensión del con­
tivo del Trabajo (decretos-leyes 2662 trato de trabajo durante el tiempo de
y 3743) que reunió la legislación dis­ duración de la huelga implicó una li­
persa sobre los derechos y obligacio­ mitación grave de este derecho fun­
nes individuales de trabajadores y pa­ damental; la ampliación de la noción
tronos, los derechos colectivos de aso­ de servicio público tenía como pro­
ciación, huelga y contratación colec­ pósito la reducción del grupo de tra­
tiva y los mecanismos administrativos bajadores con derecho a la contrata­
de vigilancia y control estatal. El Có­ ción colectiva y a la huelga.
digo Procesal del Trabajo, que dispo­ El subsidio familiar obligatorio y la
nía los procedimientos para la recla­ creación del SENA fueron en cierta
mación y declaración de estos dere­ medida una compensación a la dismi­
chos, había sido promulgado por el nución salarial, una respuesta a las ne­
decreto-ley 2158 de 1948. cesidades de calificación profesional
Estos códigos no introdujeron cam­ de la fuerza de trabajo para la gran in­
bios legales importantes. Tuvieron la dustria y una concesión a las deman­
virtud de concentrar y ordenar el mar­ das de la UTC.
Celebración del 1° de co normativo de las relaciones obrero No hay duda de que durante esta
mayo de 1954 en el campo patronales y de la actividad sindical. época el movimiento sindical fue co­
de tejo "Junior", de Conservaron el doble carácter de la locado en una posición defensiva y
Bogotá, por miembros del
Sindicato de Oficios
ley 6.a ya que establecían elementos que sus limitaciones organizativas y
Varios (Sindivarios) de de protección a la organización sindi­ políticas quedaron al desnudo. Su pa­
Agua de Dios. cal a la vez que restringían su auto­ pel en la resistencia y la lucha contra
Capítulo 11 283

la dictadura fue secundario. Los tér­ por el frente civil y convocado por los
minos que asumió la lucha política, en empresarios, quienes prometieron a
particular el sectarismo, la identifica­ los trabajadores el reconocimiento de
ción afectiva e irracional con los par­ los salarios durante el tiempo de du­
tidos, los asesinatos masivos entre li­ ración del cese de labores. No se des­
berales y conservadores, la censura de carta que los obreros hubieran expre­
las ideas y opiniones diferentes a las sado su rechazo a la dictadura en las
oficiales y el despliegue de un antico­ acciones callejeras que se sucedieron
munismo primitivo, fueron factores desde comienzos del mes de mayo,
que inhibieron el desarrollo de ideo­ pero el sindicalismo como tal no fue
logías y movimientos independientes una fuerza protagónica en la lucha y el
en la clase obrera y retrasaron su pro­ derrocamiento de la dictadura.
ceso de secularización y moderniza­
ción. Durante este decenio, el 1.° de Reconstrucción y división de la
mayo fue celebrado con discursos pre­
sidenciales y actos religiosos. Se pro­ CTC; huelgas y tomas de fábricas;
puso, incluso, que su celebración fue­ creación de la CSTC y de la CGT
ra trasladada para el 15 de mayo, (1958-1970)
como conmemoración de la encíclica
Rerum novarum de León XIII. Entre el 10 de mayo de 1957 y el 7 de
agosto de 1958, gobernó al país una
Pero no todas las formas de protesta junta militar presidida por el general
social y oposición política desaparecie­ Gabriel París. Con la elección de Al­
ron. El epicentro de la resistencia a la berto Lleras Camargo para la presi­
violencia y al conjunto de medidas dic­ dencia de la República se inauguró el
tatoriales se desplazó hacia las zonas primer período constitucional del
agrarias y tuvo en la autodefensa cam­ Frente Nacional, cuya vigencia jurí­
pesina, en la guerrilla liberal y comu­ dica culminó en 1974 con el gobierno
nista, e incluso en el bandidaje, sus ex­ de Misael Pastrana Borrero.
presiones más agudas. El restablecimiento parcial de las li­
En las ciudades, el estudiantado fue bertades políticas y ciudadanas generó
la voz de oposición más beligerante en un clima democrático que tuvo reper­
tanto que iba tomando cuerpo la opo­ cusiones casi inmediatas en el movi­
sición civil y liberal-conservadora que miento sindical. En un tiempo muy
pondría fin al régimen de Rojas Pini- corto se creó un inmenso número de
11a, el 10 de mayo de 1957. El frente sindicatos. Entre 1957 y 1965 fueron
civil contra Rojas Pinilla se conformó constituidas 1.697 organizaciones y el
por iniciativa de los directorios políti­ volumen de afiliados pasó de menos
cos, los gremios, la Iglesia y por el es­ de 100.000 a unos 700.000. El porcen­
tudiantado, que había iniciado la lu­ taje de trabajadores sindicalizados con
cha contra la dictadura desde su se­ respecto a la población ocupada as­
gundo año de gobierno —recuérdese cendió del 5,5 % en 1947 al 15,5 % en
la masacre estudiantil de junio de 1965.
1954—. El movimiento sindical, con Cabe advertir que en este cambio de
excepción de algunos núcleos liberales escala del sindicalismo, además de las
y los comunistas, mantuvo una actitud nuevas circunstancias políticas, influ­
proclive al gobierno, si bien no aco­ yeron dos procesos claves: el aumento
gió su proyecto de reconstitución formidable del volumen de los em­
de la CNT ni el de formación del pleados públicos y su incorporación a
Movimiento de Acción Nacional, la lucha sindical y la expansión del sec­
MAN. tor industrial. De estos dos sectores
El sindicalismo no desempeñó un provino básicamente la ampliación y
papel importante en el paro que cul­ renovación de la fuerza sindical.
minó el 10 de mayo con la caída de La actividad gremial fue intensa y
Rojas. Este movimiento fue dirigido novedosas algunas de sus formas de
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
284

Reunión de socios y expresión. La toma de fábricas, las ideológico de la Confederación. El de­


directivos del Sindicato huelgas de hambre y de solidaridad, sarrollo de corrientes social-cristianas
de Trabajadores las marchas del magisterio y los tra­ en América Latina obtuvo su expre­
Hoteleros (Hocar), bajadores del azúcar y la insistencia en sión orgánica en la Central General
seccional de
Barranquilla, filial de la
el paro general, sugieren la irrupción del Trabajo, CGT, creada en 1970. La
CTC (1960). de tendencias radicales que se combi­ escisión del movimiento comunista in­
nan y yuxtaponen con las acciones tra­ ternacional, el surgimiento de diversas
dicionales. El movimiento de toma de interpretaciones políticas del marxis­
fábricas fue inaugurado por sindicatos mo en Colombia y la radicalización de
afiliados a la UTC, no obstante que en los empleados públicos, dieron lugar
años anteriores esta confederación ha­ al movimiento denominado «Sindica­
bía condenado la huelga y toda acción lismo Independiente», cuyo auge es
ilegal. perceptible desde los años 70.
La dimensión ideológica y política
adquiere rasgos más complejos y co­ Reestructuración y división del
bra mayor significación. El viejo en­ movimiento sindical
frentamiento entre liberales y comu­
nistas en la CTC tuvo como desenlace En el mes de septiembre de 1958, se
su división definitiva en 1960, y la llevó a cabo en Bogotá el VIII Con­
constitución de la Confederación Sin­ greso de la UTC. En ese momento su
dical de Trabajadores de Colombia hegemonía era casi total: de 350 sin­
—CSTC— en 1964. La UTC va dejan­ dicatos existentes, 288 eran afiliados
do de lado sus postulados apolíticos, suyos. La convocatoria a una «cam­
se ve afectada por los conflictos entre paña anticomunista de grandes alcan­
las fracciones liberales y conservado­ ces», según reza el informe del Con­
ras y por las nuevas corrientes de iz­ greso, parece haber sido la orientación
quierda. Su secularización se hace política impartida en las bases.
irreversible y los asesores jesuítas En la rehabilitación de la CTC ve­
pierden progresivamente el control nían trabajando sindicalistas liberales
Capítulo 11 285

FEDERACIONES DE TRABAJADORES DEL ESTADO


1935-1980
Nombre de la Año de
organización constitución

Federación nacional de trabajadores de las carreteras (FE-


NALTRACAR) ....................................................................... 1935
Federación nacional de trabajadores ferroviarios (hoy: Sin­
dicato único de trabajadores ferroviarios)............................ 1938
Federación de trabajadores petroleros (FEDEPETROL) .. 1944
Federación colombiana de educadores (FECODE) 1959
Federación nacional de trabajadores al servicio del Estado
(FENALTRASE) .................................................................... 1960
Federación Nacional sindical de trabajadores públicos (FE-
NANSITRAP)......................................................................... 1961
Federación de trabajadores portuarios (FEDEPUERTOS) 1962
Federación de trabajadores de acueductos v alcantarillados
(FENTRACAL)...................................................................... 1972
Federación de trabajadores de la comunicación 1973
Federación Colombiana de trabajadores estatales (FECOL-
TRAES)................................................................................... 1974
Unión de trabajadores estatales colombianos (UTRADEC) 1979
Federación Nacional de empleados públicos (FENALEM-
PO).......................................................................................... 1980

Fuente. Rocío Londoño. «Las relaciones laborales y el movimiento sindical


de los trabajadores del Estado». Desarrollo y Sociedad. Separata 3.
Bogotá. 1982.

y comunistas. Estos últimos hicieron En octubre de 1958 fue reorganiza­


un trabajo intenso de organización en da la Federación de Trabajadores de
la zona industrial de Bogotá, alrede­ Antioquia —FEDETA—; en noviem­
dor del sindicato de la empresa Talle­ bre de 1958 se reorganizó la Federa­
res Centrales, y en los departamentos ción de Trabajadores del Tolima
del Valle del Cauca. Atlántico y To- —FEDETOL—, y en el mismo año
lirna impulsaron la formación de Co­ crearon la Federación del Atlántico
mités de Reconstrucción de las Fede­ (Álvaro Delgado: «CSTC: Historia y
raciones Regionales. proyección». 1985).
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
286

acordado que se realizaría en Cali,


pero dicha ciudad se había convertido
en el centro de la actividad huelguís­
tica y de la agitación sindical, a raíz de
las huelgas en Caucho Croydon del
Pacífico y en las empresas azucareras.
La Federación Regional había cobra­
do particular fuerza y estaba dirigida
por el sector comunista. El Comité
Ejecutivo Central decidió entonces
trasladar el congreso a la ciudad de
Cartagena, incurriendo desde ese mo­
mento en una serie de arbitrariedades
e irregularidades con el propósito de
asegurar el control de las delegacio­
nes. Fueron expulsados muchos sin­
dicatos y a otros se les negó la parti­
cipación con el argumento de que no
habían pagado sus cuotas o no figu­
raban en el kárdex. La comisión de
credenciales negó el ingreso a 227 de­
legados de 105 organizaciones. Entre
los expulsados figuraban FEDETAV,
FEDEPETROL, Sindicato Nacional
de Choferes, Sindicato de Talleres
Centrales, Sindicato de Philips de Co­
lombia, Sindicato de Cementos Dia­
mante, para mencionar sólo algunos
de los más importantes.
La atmósfera del congreso estuvo
cargada de tensión y agresividad. La
dirección de la CTC organizó una
«guardia civil» con el fin de controlar
El padre Camilo Torres En el breve lapso de año y medio el ingreso al recinto; el hotel en que se
Restrepo con algunos fueron reconstruidos cerca de 30 sin­ alojaba la delegación de FEDETAV
huelguistas del sindicato dicatos y las federaciones antes men­ fue allanado y los delegados fueron re­
del 1CSS en Medellín, cionadas; así, en diciembre de 1958 y tenidos. Hay quienes consideran que
durante la rápida gira que
realizó por diferentes
después de 8 años de receso, pudo ce­ por primera vez se emplearon en Co­
ciudades del país en lebrarse el XI Congreso de la CTC con lombia los métodos gangsteriles utili­
octubre de 1965. la asistencia de 60 sindicatos. La at­ zados por algunos sindicatos nortea­
mósfera anticomunista de la guerra mericanos.
fría y el pacto histórico de los dos par­ El gobierno patrocinó el congreso y
tidos tradicionales estimularon las as­ su instalación estuvo a cargo del pre­
piraciones hegemónicas de los libera­ sidente Lleras Camargo. El Directorio
les en la CTC y la ruptura de los acuer­ Liberal había impartido la orden de
dos con el sector comunista para la expulsión de las organizaciones co­
elección del nuevo Comité Ejecutivo,
el cual quedó bajo control liberal. munistas. Durante el transcurso de las
deliberaciones, se retiraron 74 orga­
Pero fue en el XII Congreso reali­ nizaciones que habían logrado acre­
zado en Cartagena, del 18 al 21 de di­ ditarse, pero que no obtuvieron posi­
ciembre de 1960, cuando se consumó bilidades de expresión.
la escisión. El motivo inicial de con­ El resultado fue la elección de un
flicto fue el cambio de la sede del con­ Comité Ejecutivo liberal presidido por
greso. En el evento anterior se había José Raquel Mercado y por Virgilio
Capítulo 11 287

Conde como secretario general. Los ternacional del gobierno norteameri­


delegados aprobaron una moción con­ cano a través de la CIOSL y la ORIT.
tra el comunismo y contra la Revolu­
ción cubana: «El XII Congreso de La fundación de la CSTC
CTC rechaza enfáticamente con un
alto sentido de nacionalidad y patrio­ El 21 de diciembre de 1960, las fede­
tismo la intromisión del comunismo raciones y sindicatos expulsados y
internacional, materialista y ateo, que aquellos que se retiraron del congreso,
aspira a dirigir y orientar con falsas acordaron la creación del Comité de
doctrinas a los trabajadores del mun­ Unidad de Acción y Solidaridad Sin­
do libre y democrático...» (archivo de dical —CUASS— e hicieron pública
la CTC, citado por Álvaro Delgado, una declaración en la que denuncia­
op. cit.). ban los sucesos del XII Congreso y
El periódico El Catolicismo, de la manifestaban su voluntad de «inten­
curia de Bogotá, registró así el acon­ sificar la unidad por la base con todas
tecimiento: «Por fuera de la CTC ha las organizaciones del país, sin tener
quedado todo vestigio de comunismo en cuenta su afiliación sindical, color
y de fidelismo y la poderosa central político, creencias religiosas, ni razas,
como una de las formas de defender Firma del acta de
sindicalista ha recobrado plenamente constitución de la
la unidad de acción...» nuestros derechos de los abusos patro­ Corporación Educativa
El viraje político de la CTC era co­ nales». En un comienzo el CUASS Laboral Colombiana
herente con el clima nacional o inter­ acordó buscar fórmulas de acuerdo (CELCA), de las dos
nacional de reacción contra la Revo­ con la dirección de la CTC, pero el de­ federaciones
sarrollo de los acontecimientos con­ democráticas CTC y UTC,
lución cubana y con el proyecto de la en el salón Boyacá, del
Alianza para el Progreso, dirigido por dujo finalmente a la creación de una Capitolio Nacional, ante
el presidente norteamericano John F. nueva confederación en 1964: la el ministro de Trabajo
Kennedy. CSTC. En el núcleo dirigente de este Rodrigo Marín Bernal, en
Desde 1950 la CTC y la UTC se ha­ nuevo grupo sindical figuran entre la fiesta del 1° de mayo,
otros Pastor Pérez, Ventura Puentes 1980.
bían venido alineando en la política in­
288 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

(secretario de la CTC hasta 1955), ras y rechazo total al trabajo por in­
Marcelino Herrera, Ezequiel Rome­ centivos y a los métodos de la ingenie­
ro, Teófilo Forero y Gustavo Osorio. ría standard; finalmente, un conjunto
El congreso de fundación de la de reivindicaciones más generales re­
CSTC se realizó entre el 30 de abril y lacionadas con la salud, la educación
el 4 de mayo de 1964. Suscribieron la pública y la reforma laboral.
convocatoria las federaciones regio­ La nueva central fue rechazada ro­
nales del Valle del Cauca, Antioquia, tundamente por la UTC, la CTC y el
Norte de Santander y Atlántico, filia­ gobierno. Durante 20 años funcionó
les de CTC hasta 1960, y dos federa­ sin que los gobiernos aceptaran su re­
ciones de industria, FEDEPETROL y conocimiento legal. En 1974, durante
FENALTRACONCEM, que en 1958 el gobierno de Alfonso López Michel-
habían hecho el tránsito de la UTC a sen, obtuvo su personería jurídica.
la CTC. Un total de 511 delegados se
acreditaron en el congreso y de ellos E1 origen del «Sindicalismo
290 con voz y voto. Según el informe
de credenciales, los delegados repre­ Independiente» y de la CGT
Dirigentes sindicalistas
sentaban aproximadamente a un 23 % Las divisiones en el movimiento co­
reunidos para una de la población sindicalizada en el munista internacional incidieron drás­
entrevista con el país. ticamente en el sindicalismo colombia­
presidente Alfonso López Las deliberaciones giraron en torno no, siendo en algunos casos pretexto
Michelsen, el 28 de marzo
de 1978: Miguel A. Caro, a tres cuestiones centrales: el resurgi­ para dirimir conflictos internos por el
Carlos Ancízar Rico, miento de la violencia y de la repre­ poder sindical. En 1962, la configura­
Gustavo Osorio, M. sión militar a raíz de las operaciones ción de organizaciones maoístas, trots-
Felipe Hurtado, Pastor contra la región de Marquetalia; las kistas y de inspiración en el movi­
Pérez, Teodoro Cabrera, reivindicaciones obreras en materia de miento cubano «26 de julio» propició
Víctor Buena, Tulio
Cuevas, Gustavo Serpa, salarios, seguridad social, estabilidad el desprendimiento de diversos sindi­
Hernando Rodríguez y laboral, subsidio de desempleo, jor­ catos del CUASS. Sus divergencias
Apécides Alvis. nada laboral semanal de cuarenta ho­ con el partido comunista colombiano
Capítulo 11 289

determinaron su no ingreso a la CSTC berto López, Alfonso Camacho y Mi­


y la formación de los «Bloques Sindi­ guel Molano participaron en el IV
cales Independientes» en algunas re­ Congreso Latinoamericano de Traba­
giones del país. Por motivos similares, jadores realizado en Caracas y a su re­
FEDEPETROL se desafilió de la greso abrieron «una diminuta oficina»
CSTC, unos pocos meses después de que, sin embargo, constituyó un foco
haber participado en su congreso impresionante de irradiación del nue­
constitutivo. Ése fue el origen del vo mensaje de liberación de la clase
«Sindicalismo Independiente». trabajadora. A Miguel Molano Sán­
La información existente sobre la chez se le confió la responsabilidad de
constitución de la CGT es mínima. No crear la organización en Bogotá. Para
se sabe por ejemplo cuántos y cuáles ello se fundó un instituto de formación
sindicatos participaron en su congreso de dirigentes al estilo del Instituto In­
constitutivo; no obstante, es posible ternacional de Estudios Sociales del
reconstruir algunos aspectos dicientes Caribe, IIES, en concordancia con la
de su origen. En la UTC se había con­ táctica usual de la CMT y la CLAT.
formado un grupo de dirigentes sim­ El 1 de mayo de 1964, día en que tam­
patizantes del sindicalismo cristiano bién fue constituida la CSTC, se fundó
nucleado alrededor de la Confede­ el Instituto Nacional de Educación Mesa directiva del
ración Internacional de Sindicatos Sindical (INES), el cual sería el punto seminario "Las
Cristianos (CISC), denominada pos­ de apoyo para la actividad organiza­ organizaciones sindicales
teriormente Confederación Nacional tiva e ideológica de la CLAT en Co­ en América Latina,
desarrollo y
del Trabajo (CNT) y de la Central lombia. perspectivas",
Latinoamericana de Trabajadores En el congreso de UTC en 1961, ese organizado por el Ildis en
(CLAT), las cuales se postularon grupo había propuesto la desafiliación Bogotá, octubre de 1978:
como la tercera vía o el proyecto po­ de la CIOSL y la ORIT y su traslado Ramón Africano,
lítico alternativo al capitalismo y al co­ Apécides Alvis, William
a la CMT y a la CLAT. Dicha pro­ Solazar (CTC) y el
munismo. En enero de 1963 los sin­ puesta fue rotundamente rechazada; representante Néstor
dicalistas Heliodoro Agudelo, Hum­ se le negó el ingreso al secretario ge- Hernando Parra.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
290

Reunión del Consejo neral de la CLAT, y los sindicatos au­ dora. Son diversos los factores que
Nacional Sindical, en tores de la proposición fueron expul­ motivaron y coadyuvaron este proce­
Sogamoso, marzo de sados. so. La economía continuó en expan­
1978: Carlos Brito, sión, aunque con crecientes dificulta­
Apécides Alvis (CTC), Desde entonces, dicho grupo em­
Gustavo Osario (CSTC), prendió la tarea de creación del Ins­ des para la absorción de la población
Gustavo Serpa (CTC), tituto de Educación y de dos nuevas en disposición de trabajar. El desem­
Tulio Cuevas (UTC), organizaciones: la Asociación Sindical pleo adquirió proporciones amenazan­
Pastor Pérez (CSTC),
Antioqueña (ASA) y la Asociación tes para la estabilidad de los trabaja­
Pablo E. Pinzón (CGT), dores ocupados. La inflación estimuló
Miguel Antonio Caro Sindical Colombiana (ASICOL), las
(CSTC) y Carlos Ancízar cuales se transformaron en la Central la presión por el alza de salarios y el
Rico (CGT). General de Trabajadores, CGT, el 1 incremento constante de la deuda ex­
de mayo de 1971, en la ciudad de Me- terna tuvo efectos en el encarecimien­
dellín. to de las tarifas de los servicios públi­
La constitución de la nueva Central cos y en la política oficial de evitar
provocó al igual que la de la CSTC, la en lo posible, o reducir al máximo,
oposición de la UTC. la CTC y el go­ los aumentos salariales. Los proyectos
de aumento del ahorro social con base
bierno. No obstante, el 4 de julio de en las cesantías de los trabajadores
1974, obtuvo la personería jurídica. provocaron la oposición de los asala­
riados y los empresarios. Hasta 1966, la
Toma de fábricas, auge política salarial y laboral del gobierno
huelguístico y paros generales_____ parece proceder según el método de en­
En todo el período del Frente Nacio­ sayo y error, de tire y afloje, dada la
nal, excepto en los cuatro años del go­ fuerte movilización sindical.
bierno de Lleras Restrepo, se constata En la cuestión política, la Revolu­
una intensificación de la lucha sindical ción cubana y su contrario, reacción
y acciones muy radicales, incluso en anticomunista; en la formación de
organizaciones de tradición conserva­ fracciones en el conservatismo y de
Capítulo 11 291

disidencias antifrentenacionalistas, co. La oposición se dirige contra los


como el MRL en el liberalismo; en el diversos decretos de orden laboral,
surgimiento de nuevas corrientes de pero en particular contra el decreto
izquierda y de movimientos masivos 939 de 1966, mediante el cual se res­
como la ANAPO, encontramos fac­ tringió el derecho de huelga a cuaren­
tores que de alguna manera influyeron ta y cinco días y se estableció el Tri­
en la movilización sindical y en el pro­ bunal de Arbitramento Obligatorio, y
ceso ya descrito de fraccionamiento contra el decreto 3135 de 1968 relativo
político de la estructura gremial. a la reclasificación de los trabajadores
La política laboral durante el Frente del sector público. El aumento del
Nacional, no obstante algunos matices costo de vida y de las tarifas de ser­
como la mayor racionalidad y consis­ vicios públicos fueron otro de los tó­
tencia, y una represión más sofisticada picos más sensibles.
en el gobierno de Lleras Restrepo, Nunca antes los obreros colombia­
provocó acuerdos tácticos y acciones nos habían ensayado la toma de las fá­
unificadas de oposición por todo el bricas. Este tipo de acción fue inau­
movimiento sindical. La acción reivin- gurado en 1963 por el sindicato bogo­
dicativa estuvo centrada en el aumen­ tano de la empresa Tubos Moore, S.A.,
to de salarios, la defensa de la esta­ filial de la UTC, como reacción a la
bilidad y el derecho de huelga y con­ orden de cierre de la fábrica y al no
tratación colectiva en el sector públi­ pago de los salarios. Durante tres me-

TOMA DE FÁBRICAS EN COLOMBIA


(1960-1966)
Nombre de la empresa N.° de Afiliación Fecha
transportadores del sindicato
Talleres Relatov, Cali 70 FEDETAV 1960
CSTC
Vidrieros Bogotá, Bogotá 35 FETRACUM s.i.
CTC
Tubos Moore, Bogotá 85 UTC 1963
Muebles Modular, Bogotá 30 s.i. 1964
Jabón Nevado, Ibagué 80 s.i. 1965
Ingenio El Arado, Pradera- 250 UTRAVAL 1966
Valle UTC
Fábrica de gatos hidráulicos, 25 s.i. 1966
Bogotá
Industrial Marcontor, Cali 78 FEDETAV 1966
CSTC
SIFO Ltda., Cali 97 FEDETAV 1966
CSTC
Mariano Ramos, Cali 92 FEDETAV 1966
CSTC
Fuente: CIM. Las tomas de fábricas, Ed. Suramericanas, 1967.
292 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Manifestación del ses los obreros administraron y co­ Ibagué. Tales acciones fueron provo­
Sindicato de Telecom, mercializaron la producción y obtuvie­ cadas en algunos casos por huelgas
febrero de 1975. ron utilidades. Fue, sin embargo, un prolongadas sin el logro de conven­
acontecimiento aislado, a pesar del ción colectiva y en otras por solicitu­
entusiasmo y el impacto que causó. des de cierre o cierres efectivos. La
Sólo hasta 1966 esta modalidad ad­ Unión de Trabajadores del Valle
quiere significación. La aceptación, (UTRAVAL-UTC) y la Federación
por parte de la Oficina Regional del de Trabajadores del Valle (FEDE-
Trabajo en el Valle del Cauca, del cie­ TAV-CSTC) ejercieron al respecto el
rre del ingenio El Arado y de las em­ mayor liderazgo.
presas SIFO Ltda., Industrias Macau- La relativa generalización de la
tor Ltda. y Mariano Ramos, provoca toma de fábricas y el éxito que en al­
su ocupación y administración por los gunos casos obtuvieron los trabaja­
trabajadores. dores, alimentaron la creencia de ha­
El Centro de Investigaciones Mar- ber encontrado un método nuevo y
xistas (CIM) en su estudio Las tomas eficaz de solución a los conflictos
de fábricas (Ediciones Suramericanas, obrero-patronales y una alternativa a
1967) anota que las condiciones para la huelga. La UTC, en especial su fe­
este tipo de acción eran propias debi­ deración en el Valle, UTRAVAL,
do a los síntomas de recesión indus­ concluyó que la huelga era un método
trial, estancamiento del empleo e in­ de lucha anacrónico y patronal: «La
cumplimiento en los pagos de salarios huelga, hasta ahora, fue el arma ex­
y las solicitudes de cierre de los em­ trema que emplearon los trabajadores
presarios. Durante el decenio del 60, en su defensa. Hoy se ha convertido
se sucedieron diez tomas de fábricas en arma patronal. No son pocos los ca­
en cuatro ciudades, así: cuatro en Bo­ sos en que los patrones precipitaron a
gotá, cinco en Cali y Pradera y una en los trabajadores a la huelga, después
Capítulo 11 293

de almacenar stocks de producción


que les permiten abastecer sus mer­
cados durante la emergencia, recoger
cartera y, a la vez, ahorrar en costos
de administración y operación, por ce­
santía legal. La utiliza también con mi­
ras a aniquilar sindicatos o para aho­
rrarse trámites cuando demandan cie­
rre colectivo. Entonces la huelga está
perdiendo universalidad como medio
colectivo, y en muchos casos es un de­
recho obsoleto.» (UTRAVAL. Más
allá de la huelga. Editorial Cali, 1966.
Citado en el estudio del CIM Las to­
mas de fábricas, pág. 31.)
La CSTC y FEDETAV evaluaron
la toma de fábricas como un movi­ El desarrollo de la lucha sindical Paro en el Departamento
miento importante pero limitado, ya después de esa coyuntura indica que la Administrativo Nacional
que sólo podían llevarse a cabo por un táctica de la toma de fábricas sólo da­ de Estadística, Bogotá.
grupo pequeño de trabajadores en una ría algún resultado en momentos de septiembre de 1983.
situación extrema. En su opinión, las recesión industrial y en las empresas
huelgas de solidaridad eran de mayor pequeñas y medianas más vulnerables
alcance y expresaban un nivel de con­ a tal situación. La huelga, por el con­
ciencia más elevado. FEDETAV afir­ trario, ha mostrado su persistencia no
maba: «Nosotros creemos que existe sólo en Colombia sino en el mundo
un medio mejor y casi diríamos fun­ entero.
damental para hacer frente a la actual
ofensiva patronal y es el siguiente: la Huelgas y paros
reconstrucción unitaria del movimien­ Manifestación del
to obrero sobre la base de grandes sin­ En esta coyuntura, las huelgas tuvie­ Consejo Nacional
dicatos de industria tal como lo inten­ ron una magnitud sin precedentes: en­ Sindical, Bogotá, 1" de
taron ya los obreros del petróleo, del tre 1962 y 1973 ocurrieron 697 huelgas septiembre de 1977. Un
y 5 intentos de paro nacional, algunos total de 93 huelgas se
cemento, del transporte en parte, et­ registraron ese año en el
cétera.» logrados con un éxito parcial. Más de país.
294 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

DOCE AÑOS DE LUCHAS OBRERAS


HUELGUISTAS

AÑOS
Fuente: Alvaro Delgado, 1975

un millón de trabajadores participó en principal táctica para presionar el


ellas y su impacto sobre la economía pago oportuno y el alza de salarios, así
puede apreciarse en la pérdida de como el reconocimiento legal de los
11.277 jornales de trabajo. (Álvaro derechos sindicales que ejercitaba en
Delgado. Doce años de luchas obre­ la acción.
ras, Separata de la revista Estudios Los trabajadores de manufactura
marxistas, 1975.) ocuparon el segundo lugar en el mo­
La suspensión del trabajo adquirió vimiento. El 36 % de las huelgas y el
nuevas connotaciones en el país. Los 10 % de los huelguistas se localizan en
empleados de los servicios públicos y dicho sector. En términos numéricos,
sociales acudieron de manera recu­ su participación es muy inferior a la
rrente a dicha táctica en búsqueda del del grupo de servicios, pero sus efec­
derecho de negociación colectiva y tos en la economía fueron sensible­
huelga, y de mejores condiciones sa­ mente superiores, así como la obten­
lariales y sociales. El 72 % de los huel­ ción de algunos logros salariales, pres-
guistas laboraba en el magisterio, la tacionales y de orden laboral. Se ha
administración pública, los hospitales calculado que hasta 1966 hubo un au­
y los puertos. En 1959, se produjo la mento relativo de los salarios reales
primera huelga en el sector bancario, para los obreros y que la acción huel­
organizada por la Asociación Colom­ guística obligó a la eliminación de la
biana de Empleados Bancarios cláusula de reserva y del contrato pre­
(ACEB). El magisterio de primaria suntivo del Código Laboral, medidas
tuvo un peso preponderante y desde que habían afectado seriamente la es­
entonces el paro se constituyó en su tabilidad laboral. De igual manera, se
295
Capítulo 11

ha visto que el mayor nivel salarial de incumplimiento de cláusulas conven­


los trabajadores sindicalizados con cionales por parte de los patronos.
respecto a los no sindicalizados tiene Sin embargo, una peculiaridad de
que ver con la organización y la lucha este período fueron las huelgas de so­
obrera. lidaridad que alcanzaron un número
Los problemas que con mayor fuer­ total de dieciséis y las huelgas y paros
za provocaron la agitación y la movi­ de carácter político en un número de
lización de los trabajadores fueron: los once, entre 1962 y 1973. Tales accio­
bajos salarios y el creciente costo de nes implicaron a su vez el estableci­
vida; las alzas en las tarifas de los ser­ miento de acuerdos entre diversas co­
vicios públicos, particularmente en el rrientes sindicales y la constitución de
transporte; el desempleo y los despi­ organizaciones de coordinación y so­
dos colectivos, y las medidas restric­ lidaridad, que en cierta forma contra­
tivas de la huelga y de otros derechos rrestaron la división política y la dis­
gremiales. Una característica típica de persión de los sindicatos.
las huelgas en Colombia ha sido el que Hacer un recuento de cada una de
la mayoría de ellas sucede en el pro­ las huelgas o incluso de las más im­
ceso de la negociación colectiva y que portantes en cada año es algo que ex­
una buena proporción se produce por cede los límites de este ensayo. No
296 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

dad con los trabajadores de cinco em­


presas petroleras. La radicalización al­
canzó síntomas de extremismo y des­
esperación en la huelga iniciada por
los trabajadores de ECOPETROL el
5 de agosto de 1971, en Barrancaber-
meja. Un grupo de trabajadores ocu­
pó las instalaciones de la refinería pro­
duciéndose su desalojo violento por
parte del ejército, en el cual perdió la
vida el trabajador Fermín Amaya.
Doscientos treinta trabajadores fue­
ron despedidos y treinta y seis con­
denados a varios años de prisión. Los
efectos de esta acción fueron desastro­
sos para la Unión Sindical Obrera
(USO) y FEDEPETROL.
Pero la huelga que más pérdidas hu­
manas causó a los obreros colombia­
nos fue la realizada por los trabaja­
dores de la empresa Cementos El Cai­
ro en Antioquia. El 23 de enero de
1963 hicieron efectivo el cese de la­
bores debido a que no habían logrado
negociar el pliego de peticiones. El
ejército ordenó un cerco alrededor de
las instalaciones de la empresa. El 4 de
febrero se convocó un paro de soli­
daridad en el que participaron unos
4.000 trabajadores. No obstante, la in­
transigencia de los patronos y el hos­
tigamiento del ejército obligaron a los
trabajadores y sus familiares a orga­
nizar el bloqueo de los vehículos que
Huelga en el Instituto de obstante, es indispensable referirse a
transportaban la materia prima pro­
Investigaciones algunas que por diversas razones han ducida por esquiroles; el ejército dis­
Tecnológicas, ITT. estado muy presentes en la memoria paró y fueron asesinados trece obre­
de los trabajadores colombianos. ros; ese episodio es conocido en la his­
Entre 1959 y 1966, fueron notorios toria obrera como la masacre de Santa
los conflictos y la beligerancia de los Bárbara, porque así se llamaba el lu­
obreros de los ingenios azucareros del gar en donde ocurrió la violenta res­
Valle del Cauca. La huelga en el in­ puesta del ejército a la acción inerme
genio Riopaila estuvo acompañada de los trabajadores y sus familias.
por una marcha de 20.000 trabajado­ La táctica del paro general fue de
res hacia Cali; la agresión del ejército nuevo utilizada en los momentos de
causó la muerte de dos trabajadores. mayor intensidad de los conflictos, y
Los obreros de las compañías petro­ cuando la actividad y respuesta de los
leras ejecutaron innumerables accio­ patronos y el gobierno se hizo más in­
nes para presionar soluciones a sus transigente y agresiva. El retorno a la
pliegos, contra las arbitrariedades de democracia durante el Frente Nacio­
las compañías extranjeras y en deman­ nal adoleció de limitaciones conside­
da de la nacionalización del petróleo. rables: durante catorce años los go­
En agosto de 1960, FEDEPETROL biernos acudieron al régimen de esta­
organizó un paro general de solidari- do de sitio para legalizar y actuar.
Capítulo 11 297

Buena parte de los decretos de carác­ bleció el salario triple dominical y se Mitin de voceadores de
ter laboral lesionaron intereses de los amplió el fuero sindical a los miem­ prensa, frente a las
trabajadores y restringieron el marco bros de la comisión de reclamos du­ instalaciones de "El
legal de la actividad sindical. Quizá la rante la tramitación de pliegos. La Espectador", en Cali.
medida más indicativa de ello fue el UTC consideró este decreto como el
decreto 939 de 1969 por. el cual se li­ primer acto de colegislación del mo­
mitó drásticamente el derecho de vimiento obrero. Los resultados ob­
huelga y se estableció el Tribunal de tenidos propiciaron la reorientación
Arbitramento Obligatorio. de la UTC hacia su intervención di­
De las cinco tentativas de paro ge­ recta en la política. En 1968 algunos
neral —1963, 1965, 1969 y 1971— so­ dirigentes encabezados por Tulio Cue­
lamente dos tuvieron repercusiones vas conformaron el movimiento labo­
importantes. La primera de ellas fue la rista MOSPOL y en 1970 apoyaron la
convocatoria de la UTC y la CTC con candidatura presidencial de Belisario
el apoyo de la CSTC, a un paro ge­ Betancur.
neral el 25 de enero de 1965 por la de­ La segunda tentativa fue el paro na­
rogatoria del impuesto a las ventas y cional convocado por la UTC y la
reformas a la legislación laboral. La CSTC contra la política económica y
presión sindical había alcanzado tal laboral del gobierno de Misael Pastra-
envergadura que, ante la amenaza del na Borrero. La CTC no aprobó dicha
paro, el gobierno creó una comisión acción. El 8 de marzo de 1971 se hizo
negociadora y las centrales levantaron efectivo el paro, pero su cobertura fue
la orden de paro. A raíz de este acon­ limitada. Predominó la suspensión del
tecimiento fue promulgado el decreto transporte y el cese de labores sólo fue
2351 de 1965 mediante el cual se su­ significativo en Bogotá y Barranquilla.
primieron la cláusula de reserva y el Contó con el respaldo político de la
plazo presuntivo de trabajo, se esta­ ANAPO, el belisarismo y algunos gru-
298 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

dirigido por su presidente Tulio Cue­


vas y la fracción de Antonio Díaz, ex
ministro de Comunicaciones, final­
mente desplazado de la dirección de la
UTC.
Las posiciones y prácticas de las
centrales UTC y CTC fueron en al­
gunas oportunidades ambiguas y con­
tradictorias, pero en lo fundamental
continuaron sujetándose a la legalidad
e institucionalidad, y su participación
y solidaridad con el movimiento huel­
guístico fue bastante precaria. En al­
gunos casos apoyaron medidas oficia­
les repudiadas por los trabajadores y
que constituían un retroceso en la le­
gislación sindical, como el decreto 939
de 1966; en otros, estimularon la firma
de convenciones colectivas inconve­
nientes con el fin de evitar a toda costa
Huelga de trabajadores pos de izquierda, y tuvo a su favor la la huelga. El énfasis de su gestión sin­
de De Bedout. huelga general estudiantil del 4 de dical fue el fortalecimiento de su apa­
marzo y las tomas de tierras organi­ rato financiero y su inserción en los or­
zadas por la Asociación Nacional de ganismos de concertación con el go­
Usuarios Campesinos (ANUC). No bierno y el sector empresarial, tales
hubo diálogo ni negociación con el go­ como el Consejo Nacional del Trabajo
bierno, el cual ordenó detenciones, y el Consejo Nacional de Salarios. La
consejos de guerra y congelación de UTC emprendió actividades de franca
los fondos sindicales. Sin embargo, al­ oposición tan sólo al final del gobierno
gunos pliegos de peticiones en curso de Guillermo León Valencia y ante al­
fueron rápidamente negociados. El as­ gunos proyectos de los presidentes
pecto más sobresaliente de esta jor­ Carlos Lleras Restrepo y Misael Pas-
nada fue la unidad de acción de los trana.
sindicatos adscritos a las dos centrales
más contrapuestas desde el punto de Esa línea de conducta, contrastada
vista ideológico. A su vez, esta alianza con la beligerancia de muchos sectores
Huelga del Sindicato de precipitó el enfrentamiento interno
Ferrocarriles Nacionales, de trabajadores, provocó una pérdida
Bogotá. entre el grupo mayoritario de la UTC progresiva de su influencia, y acentuó
la tendencia a utilizar el poder sindical
con fines personales. Desde entonces
se produjeron gran cantidad de desa­
filiaciones que han reducido significa­
tivamente el peso de la UTC y han de­
jado a la CTC reducida a su más mí­
nima expresión.
La CSTC y el sindicalismo indepen­
diente o no confederado han sostenido
una línea sindical de izquierda y una
intensa actividad organizativa y huel­
guística. En el período considerado, el
78 % de las huelgas fueron realizadas
por sindicatos de estas corrientes. Ello
contribuyó a su sensible fortalecimien­
to en la estructura sindical y a la ob­
tención de una mayor credibilidad de
Capítulo 11 299

parte de amplios núcleos de trabaja­ nos limitamos a presentar un esbozo Manifestación de la CGT,
dores. Su aspiración a superar el eco- tentativo de los problemas y tenden- CMT y Utracum, en

nomicismo y a combinar la actividad cias que aparecen como más sobresa- Bogotá.

gremial y la política no siempre tuvo lientes en el movimiento sindical con­


expresiones positivas para el movi­ temporáneo.
miento. La irrupción de trabajadores La coyuntura económica presenta
sin ninguna experiencia sindical y de rasgos nuevos junto con el acentua-
corrientes de extrema izquierda con­ miento de problemas aparecidos des­
dujo en varias oportunidades a la rea­ de finales del decenio de los sesenta.
lización de acciones que provocaron la La sustitución de importaciones como
destrucción de los sindicatos. De otra eje del modelo económico pasó a un
parte, el rechazo retórico a todo tipo lugar secundario y se concedió priori­
de leyes y reformas en el actual siste­ dad a la inserción del país en el mer­
ma debilitó, en algunos sectores, sus cado mundial a través del fortaleci­
posibilidades de negociación de reivin­ miento del sector exportador. Tal reo­
dicaciones indispensables para los tra­ rientación hizo más sensible la eco­
bajadores y estimuló actitudes de sec­ nomía nacional a cambios y modifi­
tarismo extremo que ahondaron la di­ caciones en el orden internacional. El
visión sindical, incluso entre el sector sector financiero tuvo un incremento
de izquierda. notorio y en cierta medida sustentado
en movimientos meramente especula­
Predominio del sindicalismo de tivos y artificiales. La recesión mun­
«cuello blanco»; crisis de las dial y los problemas internos origina­
confederaciones tradicionales y ron etapas realmente críticas en la in­
paro cívico nacional dustria y la economía nacionales.
(1974 en adelante) El sindicalismo se vio enfrentado a
problemas nuevos y de mayor alcance
El análisis de un período histórico que con respecto a aquellos que acostum­
no ha concluido y frente al cual no se braba a manejar mediante el conoci­
tiene suficiente distancia ofrece obvias miento del Código Laboral y la expe­
dificultades adicionales. Por ello, aquí riencia empírica de la negociación co-
300 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

lectiva local. Guardando las propor­ Cambios en la estructura sindical


ciones, el movimiento sindical colom­
biano ha empezado a afrontar cambios Entre 1965 y 1980 el número total de
en la economía, en la política y en la sindicalizados ha crecido, pero la pro­
significación del Estado, que sus con­ porción de éstos con respecto a los tra­
géneres europeos y norteamericanos bajadores ocupados sólo tuvo un in­
experimentaron desde la posguerra y cremento del 0,4 %. En Colombia un
que los condujo a substanciales mo­ 21 % de los trabajadores ocupados
dificaciones organizativas y tácticas. pertenecen hoy a algún sindicato.
En la política, procesos tales como El sindicalismo colombiano es en la
el desmonte del Frente Nacional, la actualidad un movimiento urbano,
continuación del modelo de «demo­ compuesto en un 70 % por los traba­
cracia restringida» y el reciente expe­ jadores del Estado, de los servicios
rimento político de tregua y cese al públicos y sociales y de la manufac­
fuego entre el gobierno de Belisario tura. Los sindicatos agrarios tienen un
Betancur y algunas organizaciones peso muy reducido. El nivel de orga­
guerrilleras, así como los proyectos de nización de los trabajadores industria­
reforma política tendentes a desmon­ les es relativamente bajo: sólo una
tar la «democracia restringida», han cuarta parte está sindicalizada. Ello
modificado el escenario, sin que exista contrasta con la elevada organización
Trabajadores de Avianca, aún un marco político nuevo y claro. de los trabajadores del Estado cuya
afiliados a la CSTC, En las últimas décadas, el sindicalismo tasa de sindicalización en 1980 era del
participan en la colombiano se ha visto fuertemente 68 %. En este desequilibrio intervie­
manifestación del Consejo sacudido en su estructura organizativa nen factores tales como la dispersión
Nacional Sindical de
septiembre de 1977, en
y en sus relaciones con el Estado, los y la heterogeneidad de los trabajado­
Bogotá. empresarios y los partidos. res de la industria, y la centralización
Capitulo 11 301

y la relativa homogeneidad de las con­


diciones laborales de los trabajadores
del Estado.
Los sindicatos de base siguen siendo
la forma predominante de organiza­
ción y, en segundo término, los de gre­
mio. El peso de los sindicatos indus­
triales es muy reducido: en 1980 re­
presentaban el 8,7 % de los sindicatos
existentes. Sin embargo, los nuevos
términos requeridos en la negociación
y la actividad sindical han obligado a
un replanteamiento substancial de
este tipo de estructura. Actualmente,
todas las corrientes propician la orga­
nización por grandes ramas de activi­
dad y presionan las modificaciones
pertinentes en la legislación. La or­
ganización de los trabajadores del Es­
tado, centralizada en diez federacio­
nes relativamente fuertes, se ha mos­
trado más adecuada para la negocia­
ción de reivindicaciones de conjunto y
para la realización de acciones de or­
den regional y nacional. La inexisten­
cia de los derechos legales de huelga y
contratación colectiva y la división po­
lítica hubieran podido inhibir el desa­
rrollo de este sector, de no contarse
con ese esquema organizativo. En
cierta manera, su desventaja legal y la
relación con un patrón único, el Es­
tado, han estimulado una mayor cen­
tralización y coordinación de la acti­ cación de una buena parte de sus di­ Caricatura de Héctor
vidad sindical. rigentes. Osuna en 1976, alusiva a
la situación obrera a fines
de ese año.
El hecho de que los salarios, las El movimiento huelguístico
condiciones de vida, la estabilidad la­
boral, la calificación de los trabaja­ La actividad huelguística del país se ha
dores, etc., sean cuestiones depen­ ido incrementando con el transcurso
dientes de procesos y decisiones de ca­ del tiempo. Entre 1974 y 1980 aumen­
rácter macroeconómico y de las polí­ tó a setenta y tres el número promedio
ticas sociales del Estado, ha puesto de de huelgas por año, en tanto que en el
presente a las directivas sindicales la período anterior (1963-1973) fue de
necesidad de reelaborar su política de cincuenta y ocho. El predominio de
negociación y de reestructurar su es­ las huelgas en los servicios y en la in­
quema organizativo. dustria ha continuado; resalta una ma­
El aumento significativo de los sin­ yor participación de los trabajadores
dicatos no confederados, desafiliados del Estado y del magisterio oficial. El
o nunca afiliados, está relacionado no 46 % de las huelgas se localizó en el
sólo con la división política y los pro­ sector de los servicios y el 15 % fueron
blemas de burocratización y corrup­ llevadas a cabo por el magisterio.
ción de algunos dirigentes, sino con la El elevado porcentaje de cese de la­
inadecuación de la estructura, de los bores por incumplimiento de acuerdos
métodos usuales y del nivel de califi- convencionales —más del 50 %— in-
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
302

En el año 1982 se produjo un movi­


miento huelguístico en la industria
textil en cinco de las principales em­
presas de Medellín, movimiento que
fue precedido por la presentación si­
multánea de pliegos de peticiones. A
su vez, los trabajadores del Estado
efectuaron veinte paros nacionales y
ciento siete regionales, que requirie­
ron de acuerdos intersindicales y de la
solidaridad gremial.
Uno de los rasgos más novedosos y
diferenciados del movimiento huel­
guístico fue sin duda la incorporación
de núcleos de obreros y empleados
que nunca hasta entonces habían rea­
lizado una huelga, como el sindicato
de Fabricato, o que muy esporádica­
mente habían hecho uso de ésta, como
los empleados de la administración
pública, de la rama judicial y los pro­
fesionales de la salud.
La crisis económica y las políticas
orientadas a solucionarla tuvieron
efectos drásticos en la situación del
conjunto de los trabajadores, pero es­
pecialmente en los obreros fabriles: se
produjeron innumerables despidos co­
lectivos y un número alto de empresas
fueron cerradas; el desempleo general
afectó la estabilidad laboral, el creci­
miento de los salarios fue inferior al
del período anterior, excepto en 1977
y 1978, y la introducción intensiva de
nueva tecnología implicó la modifica­
Obreros elevan un globo dica la intransigencia que caracterizó ción de los sistemas de trabajo y una
durante el segundo Paro al sector empresarial y la escasa vigi­ aplicación más generalizada de la in­
Cívico Nacional, del 14 lancia del Ministerio del Trabajo en el geniería standard. Este tipo de proble­
de septiembre de 1977.
cumplimiento de las normas laborales. mas pudo apreciarse con mucha cla­
En Colombia, los trabajadores no sólo ridad, por ejemplo, en la crisis de la
tienen restricciones legales y organi­ industria textil.
zativas para hacer huelgas sino que La respuesta de los sindicatos fue
buena parte de ellas se producen para inicialmente elemental y contestata­
hacer efectivos los acuerdos pactados ria, debido al desconocimiento de los
con los patronos. Un número muy re­ problemas económicos globales y a la
ducido obedeció a acciones de solida­ carencia de una política sindical frente
ridad y de protesta política. No obs­ a dichos problemas. Sin embargo, al
tante, se advierte una mayor coordi­ final del decenio del 70, se observa
nación de los pliegos y de las huelgas una ampliación de las demandas sin­
en algunos sectores. En 1975 y en 1977
los trabajadores del cemento y mate­ dicales a aspectos como el subsidio de
riales de construcción afiliados a SU- desempleo, la reducción de la jornada
TIMAC hicieron dos grandes huelgas laboral, la participación en los comités
que afectaron a diecisiete empresas. de ingeniería industrial y revaluación
de oficios, la petición de programas de
Capítulo 11 303

HUELGAS Y HUELGUISTAS SEGÚN AFILIACIÓN SINDICAL


(1974-1980)
N.° total N.° total
de de Número de huelgas según afiliación sindical
huelgas huelguistas

Año UTC CTC CSTC Autó­ CGT


noma

1974 75 82.800 16 2 28 32 —
1975 109 197.500 16 5 31 46 5
1976 58 117.100 11 6 22 19 3
1977 93 210.200 23 9 38 33 1
1978 68 366.000 7 8 25 32 -
1979 60 90.000 13 9 16 23 -
1980 49 303.380 8 6 13 22 -

1974/80 5121 1.366.980 94 45 173 207 10


% (18,3 %) (8,8 %) (33,8 %) (40,4 %) (1,9 %)
En varios casos hubo huelgas de dirección sindical conjunta, por eso el total
de huelgas no coincide con su suma horizontal. Se carece de datos sobre la
dirección sindical de catorce huelgas.
Fuente: Alvaro Delgado. Política y movimiento obrero 1970-1983.
Ediciones CEIS, Bogotá, 1984.

recalificación de los trabajadores, en­ El paro cívico


tre otros. En esta reorientación influ­ de septiembre de 1977
yó la evaluación de los fracasos en no
pocas negociaciones colectivas y en al­ La reconstrucción histórica de este su­
gunas huelgas, y la intervención de ceso ha sido tema de otro ensayo de
asesores económicos internacionales y esta obra; aquí nos limitaremos a des­
nacionales. tacar los aspectos pertinentes al desa­
Con base en los elementos expues­ rrollo sindical.
tos y en el desenlace que la moviliza­ Por primera vez las cuatro centrales
ción sindical tuvo en el paro cívico na­ sindicales y grupos del sindicalismo in­
cional del 1977, es posible llegar a la dependiente lograron un acuerdo al­
conclusión que la tendencia más so­ rededor de un pliego nacional de pe­
bresaliente en los últimos años ha sido ticiones obreras y populares, convo­
sin duda la búsqueda de un nuevo ni­ caron y dirigieron un movimiento de
vel reivindicativo y político que tuvo verdadera envergadura nacional, al
como expresiones principales la ela­ cual se vincularon sectores sociales y
boración de pliegos sectoriales y na­ gremiales diferentes, tales como jun­
cionales, la coordinación de las nego­ tas de acción comunal, comités cívi­
ciaciones colectivas y de algunas huel­ cos, estudiantes, artistas e intelectua­
gas, y las demandas con respecto a la les, organizaciones de inquilinos y po­
política económica, social y laboral del bladores y algunos concejos munici­
Estado. pales.
304 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

El paro cívico nacional efectuado el Los resultados del paro en lo que


14 de septiembre de 1977 estuvo pre­ compete al pliego unificado de las cen­
cedido de los intentos sucesivos que en trales fueron bastante precarios y no
este sentido se hicieron durante los hubo negociación directa con el go­
años 60 y del auge de huelgas y accio­ bierno. Su repercusión más directa fue
nes unitarias en los dos años anterio­ la convocatoria del Consejo Nacional
res. La frustración de expectativas po­ de Salarios y el decreto oficial de au­
líticas y sociales con respecto a la ges­ mento del salario mínimo.
tión de López Michelsen fue otro de La creación del Consejo Nacional
los componentes de la movilización. Sindical (CNS), no obstante su tran­
El apoyo político estuvo reducido a los sitoria existencia, propició la centrali­
grupos de izquierda, excepto las or­ zación de las reivindicaciones sindica­
ganizaciones maoístas; la posición fa­ les y la realización de reuniones, ma­
vorable de la fracción ospinista del nifestaciones y jornadas de protesta
conservatismo obedeció a intereses que contribuyeron a distensionar las
electorales y a su oposición a López. relaciones entre las centrales tradicio­
La abierta condena por parte de los nales y las organizaciones sindicales de
partidos tradicionales, los gremios y la izquierda.
Iglesia; el manejo intransigente que el Finalizada esta sucinta exposición
presidente dio a las peticiones sindi­ de treinta y cinco años de historia sin­
cales; la muerte de treinta personas y dical, se advierte la necesidad de em­
las detenciones y sanciones produci­ plear enfoques más diversificados para
das, fueron factores que estimularon el análisis de este fenómeno, así como
una posición más autónoma y crítica la de construir una base documental
de las confederaciones UTC y CTC, y más amplia e imaginativa. Con todo,
un cuestionamiento de la asociación los estudios realizados permiten aven­
simplista que la izquierda hacía entre turar la siguiente hipótesis: la existen­
estas centrales y los partidos tradicio­ cia del movimiento sindical no termina
nales y el gobierno. de ser aceptada en el país ni asumida

NÚMERO DE PAROS EN EL SECTOR ESTATAL


SEGÚN COBERTURA
(1974-1980)
Año Paros Paros Paros Total
nacionales regionales locales
1974 1 11 16 28
1975 4 25 26 55
1976 3 4 10 17
1977 3 19 32 54
1978 5 18 12 35
1979 1 13 25 39
1980 3 17 13 33
1974-1980 20 107 134 261
Fuente: Ulpiano Ayala y Luz Amparo Fonseca. El movimiento huelguístico
1974-1980. Desarrollo y Sociedad. Separata Estudios Laborales, 1,
________ 1981. CEDE. Universidad de los Andes.
Capítulo 11 305

plenamente por sus protagonistas. En


muchos casos impera la proscripción
de los sindicatos y, cuando ello no
ocurre, las energías sindicales deben
consagrarse casi con exclusividad a la
vigilancia del cumplimiento de los
acuerdos obrero-patronales. El carác­
ter de su legislación y la acción del Mi­
nisterio de Trabajo han sido predo­
minantemente restrictivos, cuando no
represivos. Poco ha contribuido al
cambio de apreciación del fenómeno
sindical, la actitud contestataria y sec­
taria asumida con frecuencia por las
organizaciones sindicales, a la que se
añaden sus insuficiencias para elabo­
rar una política más acorde con los re­
querimientos actuales. En términos
generales, cabe recordar la descrip­
ción del historiador inglés Eric J.
Hobsbawm en su libro Trabajadores: dustrial —especuladores de bolsa, Crispín Villazón de Armas
«El sueño de un país sin sindicatos y banqueros y similares— o bien de los habla a dirigentes
sin partido laborista (o aunque sólo sindicales, Girardot, 1970.
pequeños empresarios incompetentes;
fuera sin socialistas) sigue endulzando y encuentra eco en los discursos de los Misael Postraría, José
las conversaciones de sobremesa de políticos más estúpidos y en las publi­ Raquel Mercado (UTC),
aquellos hombres de negocios que no caciones de los señores de la prensa Antonio Cuevas (CTC) y
conocen las realidades de la vida in- más feudales.» Antonio Beltrán (CTC).
diciembre de 1970.
306 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

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sarrollo del movimiento sindical». Manual de historia de Colombia. Tomo III. Bogotá,
Colcultura, 1980.
Capítulo 12 307

La cuestión agraria en Colombia


(1900-1946)
Pierre Gilhodes

La agricultura
en los albores del siglo XX
l terminarse la guerra de los Mil
A Días, Colombia es un país muy
poco poblado: 4.355.000 habitantes en
1905, menos que la actual población
de Bogotá; Antioquia, que entonces
incluye la mayor parte del gran Cal­
das, es el departamento más poblado
y demográficamente el más dinámico.
El Oriente colombiano tiene aproxi­
madamente el 38 % de la población;
el Occidente el 30 %; la Costa el
15 %, Tolima, Huila y Nariño se re­
parten la población restante.
Territorio de escasa población pero
también de pocas ciudades, en 1906
Bogotá tiene 123.000 habitantes y Me-
dellín, 70.000; seis años más tarde,
Barranquilla tiene 50.000, Cali y Bu-
caramanga aproximadamente 30.000.
El país es, pues, esencialmente cam­ Vendedores de aves
pesino, característica que guardará de Medellín,
en los años 20,
por mucho tiempo, y también muy foto publicada por la
compartimentado, por el vigor de sus Sociedad de Mejoras
culturas regionales y por las difíciles Públicas de esa
comunicaciones. El campesino colom­ ciudad en un álbum
biano se caracteriza entonces por sus conmemorativo.
308 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Las comunidades indígenas que ha­


bían sufrido una disminución de sus
tierras durante todo el siglo XIX, en
algo se estabilizan con la ley 89 de
1890, que si bien los asimila a menores
de edad, también protege los resguar­
dos y legitima los cabildos.
Algunas regiones demuestran cierta
modernización, como la Sabana de
Bogotá a partir de los años 1870. Con
la Regeneración, ciertos hacendados,
sobre todo liberales, al perder sus car­
gos políticos, dedicaron más tiempo a
sus explotaciones de cereales o gana­
deras. También empieza a trabajar el
ingenio Manuelita en el Valle del Cau­
ca, en 1901, en plena guerra civil.
En la Costa, los generales conser­
Escena campesina altas tasas de analfabetismo, sus malas vadores —en particular antioqueños—
en elpuente de condiciones de salud e higiene. Si se de la guerra de los Mil Días adquieren
Serrezuela exceptúan unos pocos polos moder­ tierras y buscan también una moder­
(actual municipio
nos, el sistema predominante es la nización que simboliza en Bolívar, el
de Madrid, Cundinamarca) ingenio Sincerín.
1893. asociación de la hacienda y el minifun­
dio. Pero lo esencial del dinamismo en el
El campesino está sujeto a la tierra agro proviene del sector cafetero. Las
y empieza a desplazarse de las tierras comunidades antioqueñas que se des­
Mineros antioqueños, altas hacia las vertientes templadas, plazaron de su región de origen hacia
hacia 1910. Las hasta entonces con bajos niveles de el sur, lo hacían esencialmente como
comunidades de la mineros. Ocasionalmente desarrolla­
región que emigraron utilización. En las haciendas trabajan
hacia el sur bajo diversas formas de explotación ron una agricultura muy pobre (la del
fueron básicamente colonos o arrendatarios que deben maíz) y sólo con el auge del cultivo del
mineros, con ocasional prestaciones en trabajo o en productos café se valorizó esta colonización. Dos
agricultura muy pobre; modelos de cultivo se contraponen; el
sólo con el cultivo al propietario, a cambio del derecho a
del café se valorizó cultivar sus parcelas de pancoger. Muy del oriente: Santander, Cundinamar-
esta colonización. pocos son simples asalariados. ca, oriente y sur del Tolima sobre la
base de grandes haciendas especiali­
zadas, y el del occidente, según el mo­
delo descrito en 1880 por Mariano Os-
pina Rodríguez, donde lo esencial del
beneficio se obtiene en el proceso in­
dustrial del grano y no con su produc­
ción. Sin embargo, este modelo desa­
rrolla un mercado interno regional
—aún limitado y deformado— que la
clase empresarial de Medellín, adies­
trada en la minería y en el manejo
monetario, sabría aprovechar para
sentar la base duradera de su prospe­
ridad.
Ya a fines del siglo XIX aparecen los
gérmenes de lo que serán los grandes
conflictos agrarios de comienzos del
siglo XX: 1) resistencia del indígena a
la pérdida de sus tierras, de sus insti-
309
Capítulo 12

Mercado de azúcar
en El Socorro,
Santander, 1888.

tuciones y de su cultura; 2) conflictos rreteras, y procura crear un banco


en la colonización de nuevas tierras (la central. Rafael Reyes favorece la lle­
llamada frontera agrícola), conflictos gada de la United Fruit Company a la
entre los detentores de títulos de la región de Santa Marta, protege la na­
Colonia o de la República y los que ciente industria del azúcar. La pro­
buscan tierra para cultivar; 3) conflic­ ducción de café será multiplicada por
tos entre los arrendatarios y los hacen­ dos entre 1905 y 1914 y, otra vez, se
dados por las condiciones de contra­ duplicará entre 1914 y 1921. En 1911
tación y trabajo. las exportaciones de este grano repre­
Después de la guerra de los Mil sentan el 42 % del total de exporta­
Días y del traumatismo causado por la ciones, y el 70 % en 1922. El café crea
separación de Panamá en noviembre numerosos empleos y está en el origen
de 1903, el gobierno de Rafael Reyes, de muchas migraciones.
positivista admirador del mexicano
Porfirio Díaz, orientará la reconstruc­ Isaac Ruiz y señora,
ción hacia la modernización del país, campesinos de Yarumal,
en particular de su sector agrario. Re­ Antioquia, 1897,
yes se beneficia de la fase de expan­ fotografía de
sión de un ciclo económico que va a Benjamín de la Calle.
durar hasta la víspera de la segunda
guerra mundial. Las ciudades crecen,
la población del país va en aumento,
se fomenta la industrialización, en
particular del sector textil en Mede-
llín.
El Estado no se desarrolla al mismo
ritmo que el país. Sus ingresos son li­
mitados, principalmente constituidos
por las aduanas, los licores, la sal... El
Estado con sus pocos recursos no tiene
presencia y es muy sensible a las fluc­
tuaciones económicas. Sin embargo,
financia una política de obras públi­
cas, en particular de ferrocarriles y ca-
310 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tacto entre colonizadores antioqueños


y poblaciones tolimenses o vallecau-
canas. En el bajo Sinú, un inmigrante
italiano, Vicente Adamo, organiza nu­
merosos comités sociales que reivin­
dican la tierra en el momento en que
generales vinculados a la guerra de los
Mil Días, antioqueños o cartageneros,
se hacen dueños de grandes extensio­
nes exclusivas.
En mayo de 1906 aparece en la Re­
vista Nacional de Agricultura la pri­
mera mención de un malestar en las
grandes haciendas de café de la pro­
vincia del Tequendama: «Confiamos
que los prefectos y autoridades muni­
Tulio Ospina Vásquez Hasta 1913 la agricultura dependía cipales le prestarán a los dueños o ad­
Francisco Ospina del Ministerio de Obras Públicas. En ministradores de los cafetales todo el
Alvarez y Gabriel ese año se crea por primera vez un Mi­ apoyo necesario a fin de que los tra­
Ortiz Williamson, nisterio de Agricultura, y Tulio Ospi- bajadores que han sido traídos de dis­
dignatarios del tintos puntos de. la República cor
Primer Congreso
na publica el primer manual colombia­
Nacional Agrícola no de agricultura en Medellín. El mi­ grandes sacrificios pecuniarios cum­
reunido en Bogotá, nisterio edita 3.000 ejemplares de la plan los contratos de enganche. La
mayo de 1911. Revista Agrícola. En 1914 se organi­ desmoralización entre esa gente ha te­
zan estudios de agronomía y de vete­ nido proporciones alarmantes, de
rinaria. suerte que nos llegan permanente­
Los grandes intereses rurales son re­ mente quejas de las haciendas a este
presentados por la Sociedad de Agri­ respecto.»
cultores de Colombia (130 miembros Con la petición de la creación de un
activos y 5 honorarios en 1916), que banco de crédito territorial ante la fal­
edita la Revista Nacional de Agricul­ ta de numerario, los hacendados se
tura. La SAC le da al país numerosos quejan permanentemente de la esca­
dirigentes políticos como Pomponio sez y mala voluntad de la mano de
Guzmán, Jesús del Corral y Nemesio obra. Otra versión es la presentada el
Camacho, entre otros. 1 de mayo de 1914 por Jesús del Co­
rral en una conferencia, después de
Nemesio Camocho, denunciar la causa de las guerras ci­
caricatura de Aparece el conflicto agrario
Ricardo Rendón (1920). viles: «Otra de las formas en que apa­
Este dirigente Lo que, según la terminología de la rece el feudalismo, no más odiosa que
político procedía, época se llamaría la Cuestión Agraria,, la anterior, consiste en el despojo de
como Pomponio Guzmán no es reciente. Su aparición en el siglo que son víctimas los arrendatarios
y Jesús del Corral, xx puede vincularse según modalida­ cuando por cualquier motivo no quie­
de la Sociedad
de Agricultores des regionales distintas a las secuelas re el patrón que ellos continúen vi­
de Colombia. de la guerra civil de los Mil Días, que viendo en las haciendas en donde
comportó ya, en parte, una proble­ aquellos desgraciados cultivan sus es­
mática social agraria. Mencionemos tancias con interés de verdaderos pro­
los conflictos en Santander entre los pietarios, sin contar con que, de un
campesinos conservadores de Matan­ momento a otro, los obligan a aban­
za y los liberales de Tona. En la región donar las sementeras o a venderlas por
de Vélez y Puente Nacional un ban­ sumas insignificantes que no alcanzan
dolerismo social de origen liberal duró siquiera a cubrir los gastos del plan­
hasta los años 1923-1924. Ciertos con­ tío.»
flictos parecen desprenderse de pro­
blemas étnicos, en las zonas de con­ El primer gran conflicto que tene­
mos documentado en la Memoria del
Capítulo 12 311

Ministerio de Agricultura de 1917 (el


ministro Luis Montoya Santamaría
viene de la SAC) es el de la hacienda
Santo Domingo, de más de 4.050 hec­
táreas, en Armero (Tolima). Los due­
ños tenían ganado en la parte baja y
poco a poco la parte alta, inculta, fue
invadida y cultivada. Estos invasores
pretenden que se les reconozca el de­
recho de propiedad de las tierras ocu­
padas, por prescripción. Se les pro­
puso un contrato de arrendamiento
que se negaron a suscribir. Dice el in­
forme: «Ha sido necesario proceder
respecto de ello con el rigor de la ley.»

Los indígenas piden tierras


En varias regiones del país el indígena
aparece comprometido en conflictos
en que primero se reclama contra el
servicio personal (cuatro días por se­
mana en la hacienda Polindara de Ma­
ría Josefa Pombo viuda de Mosquera).
Con la desmembración del gran Cau­
ca, la aristocracia de Popayán, con sus za con José Gonzalo Sánchez y Euti- Manuel Quintín Lame
ingresos mermados, acentúa su pre­ quio Timoté al sur del Tolima entre (fumando tabaco),
sión sobre los indígenas, y para au­ Ortega, Natagaima y el Nevado del jefe del cabildo
mentar sus hatos ganaderos los recha­ Huila. indígena de San Isidro,
en el Cauca, luchó
za hacia la parte alta de la cordillera, Durante los años 20 prosiguieron, por la defensa de las
eliminando sus sementeras. Los cabil­ pero con menor intensidad, las accio­ parcialidades indígenas,
dos organizan una resistencia legal nes de ocupación en el norte del Hui- el rechazo a los
aduciendo sus títulos. El indio Manuel la, sur del Tolima, y en el Cauca. terrajes, y la
recuperación de tierras
Quintín Lame, jefe del cabildo de San Mientras Quintín Lame luchaba por usurpadas.
Isidro, se hace famoso por su llamado la defensa de las parcialidades indí­ En la foto, de 1930,
a no pagar terraje y en 1914 se mul­ genas, el rechazo a los terrajes, la afir­ detenido con algunos
tiplican choques con hacendados y mación de los cabildos, la recupera­ de sus hombres. Abajo,
mayordomos. Hay contactos con in­ José Gonzalo Sánchez,
ción de las tierras usurpadas y contra dirigente agrario de
dígenas del Huila y del Tolima, mili­ la discriminación racial, muy rápida­ tipo proletario.
tarización de las regiones indígenas, mente en los años 20 José Gonzalo
agitación y detenciones. En 1916, al Sánchez y Eutiquio Timoté entran en
ser detenido Quintín Lame, escribe el contacto con el socialismo revolucio­
gobernador: «Ayer fue aprehendido nario y, en ruptura con Lame, enmar­
Manuel Quintín Lame como promotor caron su actuación dentro de la más
de una situación encaminada a encen­ amplia perspectiva de las luchas pro­
der una guerra de razas indígenas con­ letarias. En un comienzo, la lucha in­
tra blancos para despojar a propieta­ dígena simbolizada por la actuación de
rios de sus tierras...» Quintín Lame se puede calificar, sin
Hay efectivamente asaltos en Silvia, connotación de ningún tipo, como an­
Belalcázar e Inzá, y Quintín Lame for­ clada en el pasado. En efecto, busca
ma una especie de guerrilla móvil. Es volver a crear en las montañas que re­
finalmente detenido en mayo de 1917 corre la situación existente para el in­
«asta 1921. dígena tal como era antes del embate
En 1920 y 1921 la lucha se refuer- del blanco, se apoya en la memoria co-
312 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

lectiva, y por el hecho que la legisla­ entienden, obligándolos a trabajar de


ción indígena, proteccionista y pater­ balde por cuenta de los civilizados.»
nalista es de procedencia conservado­
ra, se apoya en este partido en su lu­
cha frente a los grandes propietarios, El título y el ocupante
casi todos liberales. Otra clase de conflicto es el que deriva
En los años 20 se amplía el horizon­ de la existencia, y a veces de las con­
te de ciertos dirigentes indígenas, para tradicciones, de títulos de propiedad
los cuales la lucha del indio no debe frente a la presencia dentro de los lin­
encerrarse en sus propias reivindica­ deros definidos por ellos de campesi­
ciones, sino enmarcarse en la de los nos —o como en el caso anterior, de
explotados y en particular la de indígenas— cultivadores sin títulos.
los campesinos sin tierra, sin poner en­ Estos conflictos podían derivarse de la
tre paréntesis la especificidad del in­
dígena. Estas luchas del Cauca y del mala redacción de los títulos, tanto en
sur del Tolima aunque son las más co­ lo que se refería a la superficie como
nocidas (relativamente), no son úni­ a los linderos, con lo que el dueño del
cas; hay otras en escenarios a veces re­ título podía litigar de buena o de mala
ducidos cómo el municipio de Ríosu- fe frente al ocupante precario. La dispu­
cio (Caldas) o radicalmente distinto ta puede girar sobre títulos antiguos o
como los aruacos de la Sierra Nevada cédulas reales y también sobre títulos
de Santa Marta, en parte proletariza­ nuevos.
dos y radicalizados en las bananeras En 1923 el ministro de Agricultura
del Magdalena, y que se oponen a la Antonio Paredes demuestra un caso
penetración de las misiones, las cuales de falsificación de títulos en Astillero,
a menudo preceden al invasor blanco. Magdalena. En 1834 y 1837 se habían
Es así cómo en 1920 el general Paulo adjudicado a Jorge Campbell dos lotes
Emilio Escobar relata los problemas baldíos con una superficie total de 780
de San Sebastián del Rábago en la Re­ fanegadas. En el juicio de sucesión, la
vista Agrícola: «Últimamente he teni­ superficie pasó a 7.800 fanegadas. En
do ocasión de ver que ya no se con­ otro contrato de transacción firmado
forman esas familias con arrancarles a en Aracataca, la superficie ya se se­
esos pobres lo que tienen, sino que ñaló como de 34.000 hectáreas. Jesús
han conseguido con autoridades dé­ del Corral, ministro de Agricultura en
biles o mal intencionadas casi esclavi­ 1920, muestra cómo sobre esas bases
zarlos por contratos que los indios no se podían producir conflictos agra­
rios. En Tenerife, la firma alemana
A. Held alegaba tener propiedad so­
bre la isla de Sura por compra a Bar­
tolomé Martínez Bossio de Cartagena
y quería expulsar a los cultivadores allí
establecidos.
Durante todo el siglo los textos o
declaraciones de los ministros de Agri­
Antonio Paredes,
cultura o de Industrias son un rosario
ministro de Agricultura de buenas intenciones que por lo re­
en 1923, denunció un petido no parecen tener efecto, como
caso de falsificación lo escribía Luis Montoya: «El amparo
de títulos de tierras al pequeño cultivador de terrenos bal­
en el Magdalena.
Estos casos, díos contra los adjudicatarios que ad­
frecuentes, dieron quieren grandes extensiones de tierras
origen en la época a cambio de títulos de deuda o con-
a algunos conflictos
agrarios.
Capítulo 12 313

cesión, no puede descuidarse y pasar Juan de la Cruz Varela,


inadvertido por más tiempo sin riesgo dirigente campesino.
Su acción se originó
de que por la comisión de toda injus­ en los viejos
ticia se formen y acumulen sedimentos conflictos entre
de odio y de revuelta.» colonos y
En 1926, una decisión de la Corte latifundistas
de la región de
Suprema procura limitar la produc­ Sumapaz, que desempeñó
ción de títulos dudosos al exigir la pre­ un papel importante en
sentación del título original sobre la el desencadenamiento
tierra para poder alegar la propiedad. de la violencia.
Esta decisión causa mucha zozobra,
pero se debe esperar la llegada al po­
der de los liberales después de 1930
para que se haga un esfuerzo por re­
visar las titulaciones de los años an­
teriores. La gravedad de estos conflic­
tos puede ser atestiguada en el caso
del Sumapaz. Ya en su Memoria de
Industrias de 1933, Francisco José
Chaux muestra los conflictos entre los
herederos de títulos coloniales y los
colonos que consideran esos terrenos
como baldíos (se trata de 300.000 hec­
táreas situadas en Bogotá, Usme, Pan-
di, Cunday, San Martín y la Uribe). El
Estado procurará comprar varios de Las condiciones de trabajo
los terrenos en litigio como el de la ha­
cienda Doa (Pandi) y el propio Su- En enero de 1918 se produce un motín
mapaz. La persistencia de este conflic­ en el municipio de Viotá. Se queman
to en el que aparece por primera vez la alcaldía, la cárcel, el tribunal, hay
Juan de la Cruz Varela como dirigente ochenta detenciones entre campesinos
campesino, desempeñará un impor­ de las haciendas San Antonio, Costa
tante papel en el desencadenamiento Rica y Liberia. En julio de 1918 apa­
de la violencia. Otro caso bien cono­ rece la primera mención de un con­
cido es el de la hacienda del Chocho flicto agrario llamado a desarrollarse
(Fusagasugá y Silvania) donde Jorge en los años posteriores: Pedro E. Ote­
Eliécer Gaitán se ilustrará como abo­ ro envía al presidente de la República
gado defensor de los campesinos. una carta que señala el caso de pro­
pietarios «que han implantado el sis­
Esta clase de conflictos de los que tema de dar porciones o lotes a colo­
sólo hemos dado unos ejemplos cubre nos o arrendatarios para que los cul­
todo el territorio nacional pero muy a tiven con derecho a usufructuar las
menudo sólo conocemos de ellos la mejoras que establezcan a cambio de
documentación notarial o policiva, construir con su trabajo personal y
que no da sino una visión parcial de otras obligaciones a las labores y me­
los incidentes. El gobierno nacional nesteres de las fincas... Tales arren­
procurará encontrarle una solución a datarios o colonos se sublevan contra
Partir de propuestas del año 33 que los propietarios y los desconocen con
terminarán en la ley 200 de 1936, lo vías de hecho declarándose por sí y
que da cuenta de la fuerza del juridi- ante sí poseedores legítimos de las
cismo colombiano, al igual que el apo­ porciones que ocupan». En septiem­
yo de los indígenas a sus títulos. Pero bre de 1918, un telegrama de Óscar
frecuentemente el ocupante le ganará Trespalacios, dueño de la mayor ga­
la pelea al poseedor del título. nadería de la región Cabezas en el
314 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Paso de Valledupar, da cuenta de he­ En 1923 la sociedad de agricultores


chos similares. El conflicto toma visos protesta contra un proyecto de ley que
modernos cuando se denuncia «indi­ establecería el salario mínimo y al que
viduos que maliciosamente les hacen se califica de «empuje bolchevique pe­
creer que son baldíos las tierras que ligroso para el derecho de propiedad
ocupan». Es de notar que estos con­ y la tranquilidad social». Esta primera
flictos se producen paralelamente a la alusión a una posible presencia bol­
primera oleada de conflictos obreros chevique en Colombia será seguida
urbanos en la capital y en Barranqui- por muchas otras y relacionada en par­
11a. Cerca de esta última ciudad apa­ ticular con la creación del Partido So­
rece el primer sindicato de los obreros cialista Revolucionario.
de las bananeras con su periódico Por En 1924 se registra la primera huel­
la Unión. Esto plantea la relación que ga en la hacienda Tocarema, en Ana-
puede existir entre el movimiento so­ lomaima, donde los arrendatarios se
cial urbano y el campesino, menos ais­ abstienen de pagar los arrendamientos
lado aun en aquellas fechas de lo que mientras el dueño no realice una me­
ordinariamente se piensa. dición de los lotes. En agosto, los tra­
En enero de 1921 se crea en Mon­ bajadores de las bananeras también
tería un Comité Sindical que elabora entran en huelga. Estos conflictos se
su programa: no trabajar en las ha­ multiplican en el año 1925 en varias
ciendas donde subsista la picota y don­ haciendas de la región de Quipile. Por
de se maltrate a los trabajadores, en una resolución de junio de 1925, el
las que los trabajadores sean encar­ Ministerio de Industrias, por primera
celados por deudas, en las que se re­ vez, procura fijar las obligaciones de
tengan dos sueldos por un día de au­ los arrendatarios, pero los patronos la
sencia, en las que se pague menos de hacen modificar pocos días después.
un peso diario, en las que no se dé El 5 de julio de 1925, Ignacio Neira,
alimentación sana y abundante, etcé­ hacendado, declara: «Que él no acep­
tera. ta imposiciones de nadie, que no le
El movimiento será decapitado con tiene miedo a ninguna clase de ame­
la masacre de Loma Grande, el 21 de naza y que, con la autoridad que le da
septiembre de 1921. su condición de procedente de próce-

Delegación de
indígenas arhuacos
que en 1924
viajó a Bogotá
a pedir solución
para la invasión
de sus tierras.
En torno a Valledupar
y la Sierra Nevada
de Santa Marta
se suscitan
frecuentes
conflictos por
ocupaciones de
arrendatarios
y colonos.
Capítulo 12 315

res y antiguo obrero declara que no se


somete sino a lo que estuviera consig­
nado en las leyes positivas expresas.»
Al manifestar en la reunión que sus
arrendatarios estaban muy satisfe­
chos, éstos, presentes, protestaron.
También protestaron y elaboraron
lo que llamaríamos un pliego de peti­
ciones los trabajadores de Francisco
Javier Cajiao, futuro presidente de la
SAC. Los propietarios siguen queján­
dose de la mano de obra atraída por
los mejores salarios en obras públicas,
el petróleo y las bananeras. Simultá­
neamente, el incremento de la pro­
ducción de las haciendas cafeteras de
Cundinamarca y Oriente del Tolima
aumentaron la demanda local de bra­
zos colocando a los trabajadores en si­ base de su influencia en el campo y en­ Ismael Gómez Alvarez,
tuación algo favorable. En los años si­ tre los indígenas. Ignacio Torres Giralda,
En vez de faltar la mano de obra Juan de Dios Romero,
guientes los reclamos se extendieron a Erasmo Valencia,
Tena, El Colegio, Viotá y La Mesa. hubo obreros desocupados que pro­ Manuel Quintín Lame,
En muchos de estos casos el propie­ movieron huelgas de hambre (desde Luis A. Bolívar,
tario procura sujetar la mano de obra antes de la elección) en Calarcá, Ar­ dirigentes en los
mientras el arrendatario quiere culti­ menia, Palmira, Girardot y Cunday, conflictos obreros
en enero de 1930. Todo el año se pre­ y agrarios de la
var por su cuenta. segunda mitad de la
sentarán estas manifestaciones de década de los años 20.
En 1928 hay también conflictos en obreros desocupados. En junio, junto "En 1929 la tentativa
haciendas de Buga y de Roldanillo a los conflictos de las provincias de Te- de sublevación llamada
(Valle). A fines del año empieza la quendama y Sumapaz, el boletín de la de los bolcheviques,
gran huelga de las bananeras que sen­ oficina general del trabajo preconiza en realidad muy
tará un hito en la historia agraria de «la solución perdurable, que garanti­ liberal, tuvo un
Colombia. Paralelamente hay conflic­ fuerte componente
zaría una sólida estabilidad y realizaría agrario y revela
tos en varias haciendas cafeteras de la transferencia de la propiedad de las cierta radicalización
Cundinamarca, causados por la pro­ estancias a los trabajadores». del campesino."
hibición que hacen los dueños a los
arrendatarios de sembrar café en sus
parcelas. Conflictos y oferta de reformas
En 1929 la tentativa de sublevación Por primera vez, dentro del nuevo go­
llamada de los bolcheviques, en rea­ bierno, se piensa entonces en lo que
lidad muy liberal, tuvo un fuerte com­ solamente el año siguiente se calificará
ponente agrario y revela cierta radi- como una reforma agraria. En efecto,
calización del campesinado. el 1 de abril de 1931 el directorio li­
Desde entonces, la cuestión agraria beral de Antioquia (Gerardo Molina,
va a ver modificados los elementos Luis Emiro Mejía, Elias Abad Mesa)
que la conforman. En primer lugar, la propone una reforma agraria contra el
crisis económica modifica las relacio­ latifundio mediante un impuesto pro­
nes entre hacendados y trabajadores. gresivo y la compra y parcelación del
La llegada al poder del partido liberal mismo. El primero de mayo del mis­
con la elección de Olaya Herrera en mo año, centenares de campesinos in­
1930, modifica la actitud de las auto­ dígenas dirigidos por Ismael Diógenes
ridades, al menos a nivel nacional. En Contreras ocupan el casco urbano de
este mismo año la creación del partido Coyaima y proclaman el soviet en esta
comunista se hace en parte sobre la localidad tolimense.
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
316

Entrega de la medalla
al mérito agrícola
a Pedro A. López,
por parte de la
Sociedad de
Agricultores de
Colombia,
en junio de 1932.

El diario El Espectador del 16 de a) Aquellos que tienen que ver con


mayo de 1931, menciona una huelga las condiciones de trabajo de los
—de inspiración comunista— de los arrendatarios, de la libre disposición
recolectores de café en Viotá. En de su parcela y que sólo a través de un
agosto, Jorge Eliécer Gaitán propone largo proceso terminan por afectar la
un proyecto de ley que empieza: «La tenencia de la tierra. Allí se nota fun­
propiedad privada garantizada por la damentalmente la influencia comunis­
Constitución constituye no solamente ta, como en el Tequendama, en Puer­
un derecho sino que implica deberes to Liévano (hoy Puerto Salgar), etc.
para con la propiedad. El cultivo y ex­ ¿Cuál es la condición de vida de estos
plotación de la tierra es un deber del colonos? Tenemos el caso de la ha­
propietario.» En enero del 32, durante cienda Canadá, en Icononzo. Allí se
una conferencia en Cali, Gaitán radi­ les permitía ocupar las partes monta­
calizará su propuesta al preconizar la ñosas o de menor potencial productivo
división de la propiedad sin indemni­ en una extensión de una hectárea y
zación. media para cercarla y cultivarla; a
Por otra parte, la llegada de los li­ cambio, debían cuidar la misma su­
berales al gobierno no frena la lucha perficie de cafetal (desyerbar, cose­
social agraria sino que, más bien, al char y transportar el grano); por cada
asumir una actitud menos represiva, arroba de grano cosechado recibían
favorece indirectamente su expansión. ocho centavos; trabajando diez horas
Pero sí se empieza a buscar una solu­ podían recolectar cinco arrobas y ga­
ción duradera a dichos conflictos. És­ nar por lo tanto cuarenta centavos en
tos van a disminuir provisionalmente plena cosecha. Cuando, por una razón
durante el conflicto con el Perú, el u otra, no podían cumplir con la obli­
cual, a la vez que crea cierto clima de gación, debían pagar una multa de cin­
unidad patriótica, permite medidas re­ co centavos por cada arroba de café
presivas. cosechado. Cuando los trabajadores
El conflicto agrario tiene múltiples se negaron a cumplir las obligaciones,
facetas: violento y no violento, jurí­ los hacendados pedían su lanzamiento
dico o por vía de hecho, pero tiende a por las autoridades municipales e in­
repartirse según dos modalidades: cendiaban sus casas. Procuraban con-
Capitulo 12 317

gradarse con los «fieles» ofreciéndoles tes muestran que éstas existieron en el
las parcelas de los trabajadores desa­ Quindío, sobre dos planos: la posesión
lojados. de tierra y las condiciones de trabajo
b) El segundo tipo de conflicto no dentro de las fincas. En esta región
gira tanto sobre las condiciones de em­ hay toda una mitificación, de origen
pleo sino, directamente, sobre la po­ político, sobre el carácter idílico de la
sesión de la tierra. Estos conflictos no vida en el gran Caldas.
excluyen las vías de hecho, los lanza­
mientos..., pero derivan inevitable­ Agrarismo en 1933
mente hacia los procedimientos jurí­
dicos. El movimiento gaitanista, y en Transitoriamente frenados por la gue­
particular la UNIR, tiene como espe­ rra con el Perú, los conflictos reapa­
cialidad la defensa de estos campesi­ recen en 1933. Y el presidente Olaya
nos, sobre todo en la provincia del Su- Herrera alude a ellos el 20 de julio en
mapaz. su mensaje al Congreso. Por su lado,
La diferencia entre los dos tipos de el ministro de Industrias procura con­
conflictos tiene que ver a la vez con vencer a los hacendados de que deben
dos filosofías políticas distintas: la pri­ dejar sembrar café por los arrendata­
mera buscaba en el campesino al tra­ rios en sus parcelas: «1) jurídicamen­
bajador, sin desconocer su sed de tie­ te, la siembra de café no desquicia ni
rra, la segunda prefería al productor debilita de ninguna manera el dominio
deseoso de asegurar su posesión. sobre la tierra; 2) económicamente, la
También tiene que ver con las condi­ siembra de café en las estancias au­
ciones reales de las dos provincias ve­ menta la riqueza sin causar el menor
cinas del Sumapaz y Tequendama, perjuicio al negocio del dueño; 3) so­
pero de historia agraria distinta, con cialmente, el campesino propietario
poblaciones de mentalidad diferente. de algo tangible y permanente [...] es
Por haber sido las dos provincias del un individuo que entiende mucho me­
Sumapaz y Tequendama el corazón de jor los derechos de los demás propie­
las luchas agrarias se piensa a veces tarios.»
que éstas han sido bastante limitadas Tanto el Comité Nacional de Cafe­
y acaso de poca importancia. A este teros como el sindicato central de pro­
respecto cabe reflexionar sobre el he­ pietarios y empresarios agrícolas re­
cho de que la confrontación se pro­ chazan esta propuesta y empiezan la
ducía a dos pasos de la capital del país, denuncia de agitadores externos, des­
lo que le daba una inusitada publici­ plazando la disputa hacia el terreno
dad, porque se sentía como una ame­ político: «De un tiempo a esta parte
naza próxima y esto tanto más cuanto los arrendatarios de muchas haciendas
que los propietarios afectados eran to­ lejos de mejorar, están en peor situa­
dos personas de la élite capitalina, fue­ ción cada día porque el fruto de su tra­
ran de uno u otro partido. Por fin, es bajo ha ido a las cajas de ligas, sindi­
prudente mostrar que si estos conflic­ catos y federaciones que, en cuotas
tos son los más conocidos, y los mejor mensuales, en pago de leguleyos para
estudiados, no eran únicos. En el pro­ pleitos, y de defensores por adelanta­
pio Cundinamarca, en la región de do de todo género, les han arruinado;
Yacopí, Puerto Liévano era sitio de terminemos con esa explotación.»
intensos conflictos. También había Para El Tiempo del 3 de septiembre
conflictos agrarios en el Tolima, en el de 1933, ya existe «una guerra de gue­
Valle y en la Costa (zona bananera, rrillas, que la intervención de las fuerzas
Adámico, bajo Sinú, Barranca de armadas a favor de los propietarios y
Loba...). de la justicia a favor de los campesinos
El occidente cafetero pareció menos sólo agravó y prolongó». La expresión
afectado por las luchas agrarias, pero es manifiestamente exagerada, ya que
actualmente varios trabajos importan­ en ningún caso hay armas por parte de
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
318

Jorge Eliécer Gaitán Un momento caliente, en el mismo


lider agrarista en mes de agosto, es la invasión por 3.000
los años 30, peones de la hacienda del Chocho, de
en momentos en que Lucas Caballero. Los dirige el perio­
se sucedía un fuerte
movimiento de
dista Erasmo Valencia y empiezan a
ocupación repartirse y desmontar las parcelas. Se
de tierras en anuncian inminentes invasiones a toda
Cundinamarca. una serie de haciendas desde Soacha a
Exclama el caudillo: Cunday. La policía detiene a Erasmo
"Hombres sin tierra
y tierra sin
Valencia y a varias docenas de cam­
hombres; ¿cómo quiere
pesinos. Muchos de ellos llevan el es­
usted que haya cudo del movimiento UNIR. Los lo­
tranquilidad en cales de esta organización lucen con­
los desheredados?" signas: «Izquierdistas: 6 millones de
campesinos reclaman vuestra ayuda.»
La tierra es propiedad de quien la tra­
baje.» El propio Gaitán dice el 11 de
agosto: «Hombres sin tierra y tierra
sin hombres; ¿cómo quiere usted que
haya tranquilidad en los deshereda­
dos?» Curiosamente, la primera parte
del texto de Gaitán reproduce la con­
signa central del partido aprista perua­
no. Mientras tanto, se negocia el sta­
tus quo en el Chocho, que es recha­
zado por el propietario. Finalmente,
los campesinos; pero Cromos también el gobierno decide comprar la hacien­
pudo publicar un artículo sobre «La
revuelta campesina». Desde comien­ da en octubre.
zos de año, por iniciativa de la SAC y
del Comité de Cafeteros de Cundina- Hay igualmente invasiones en el
marca, los dueños de las haciendas es­ Norte del Cauca, y aparecen grupos
tán organizados en el Sindicato de de UNIR en muchas regiones del país.
Propietarios, el cual «luchará contra Una de las debilidades del movimien­
los enemigos de lo ajeno, llámense co­ to es su división. Hay reformistas de
munistas, bolcheviques o lleven cual­ la ley, como Carlos Lleras, a quien de­
quier otra denominación». Uno de los nuncia Gaitán por el lenguaje marxis-
problemas con que tropieza el partido ta de su proyecto de ley, que según
de gobierno es el hecho de que mu­ éste acentuaría la desigualdad. Se di­
chos de dichos propietarios son del ferencia Gaitán del comunismo al re­
mismo partido y son gente de poder. chazar la dictadura del proletariado.
La publicación de artículos puede es­ Por su lado, el partido comunista co­
tar relacionada con una campaña alar­ noce una grave crisis y está defendien­
mista lanzada por el Tercer Congreso do una línea de clase contra clase, en
Agrario Nacional. Este congreso apro­ conformidad con el VI Congreso de la
bó una propuesta de los señores Tru- Internacional Comunista. En desarro­
jillo, Soto, Álvarez Lleras, William- llo de esta línea denuncia a Gaitán
son, Caballero, Tavera Navas y Aya, como fascista, expulsa a su secretario
para quienes «la verdadera causa de general y sanciona a su joven dirigente
los conflictos y atentados es la consig­ Gilberto Vieira por defender una
na que directivos revolucionarios han aproximación con UNIR. Hay crisis y
recibido de sus filiales en el exterior»; divisiones dentro de los movimientos
acusan a las autoridades de tolerancia de izquierda, que explican en buena
con los delitos y de acatar a los revo­ parte el debilitamiento de la oleada
lucionarios y anarquistas. agrarista.
Capítulo 12 319

La respuesta de las autoridades Liborio Cuéllar Durán,


gobernador de
Las autoridades tienen una doble res­ Cundinamarca
puesta. A nivel local la represión es y hacendado,
fuerte. El gobernador de Cundina- debe hacer frente
a las ocupaciones
marca, Liborio Cuéllar Durán, es un de la hacienda
gran hacendado y no duda en enviar El Chocho, con medidas
la policía a las regiones de disturbios. de represión, en 1933.
No sólo hay detenciones, sino también En este conflicto
muertos. El gobierno duda sobre la participaron miembros
política a seguir: todavía en mayo el del unirismo.
ministro Chaux enuncia las dos reglas
de una actuación que van a servir por
muchos años: «La división de la pro­
piedad comercialmente ubicada y el
trabajo efectivo de la tierra eliminan
hasta la posibilidad de estos conflictos
agrarios, los cuales por otra parte de­
ben reprimirse con la debida energía
cuando constituyen atentado contra
los derechos de propietarios legíti­
mos.»
Se crea una comisión encargada dé
estudiar los contratos entre propieta­
rios y arrendatarios, los problemas de
los colonos en tierras particulares, la cuencias de este hecho saltan a la vis­
fundación de colonias agrícolas. El sis­ ta: existencia de grandes latifundios
tema de la comisión es efectivo para inexplotados, incapacidad de los due­
desplazar la disputa del terreno de los ños para atender el cultivo y vigilancia
hechos al de las palabras o de los es­ de los predios; formación de un pro­
critos. Pero esto no se consigue de una letariado agrícola y separación entre la
vez e intervendrán otros factores ul­ propiedad de la tierra y la del valor de
teriormente para facilitar este proceso, las mejoras a ella incorporadas por
como el cambio de línea estratégica de arrendatarios, aparceros o colonos.»
los comunistas colombianos al recibir y Dentro de ese desenfrenado apetito
asimilar la orientación frentista de la In­ reformista, el representante presenta
ternacional Comunista, antes de su VII un proyecto de reforma constitucio­
Congreso, aún en 1934. nal: «Artículo 1.°: Se garantiza el de­
En septiembre es publicado el pro­ recho de propiedad, limitado siempre
yecto de Código de Trabajo Rural, re­ por la utilidad social. En consecuen­
sultado de los trabajos de dicha co­ cia, el Estado puede imponer a la pro­
misión. Ha sido redactado por Jorge piedad privada las limitaciones o
Eliécer Gaitán y F. López Giraldo, transformaciones que convengan al in­
pero debe ser debatido en comisión terés público. Artículo 2.°: La propie­
competente de la Cámara, presidida dad territorial obliga su uso al consti­
por el rival de Gaitán, Carlos Lleras tuir al mismo tiempo un servicio para
Restrepo. Paralelamente, Lleras Res­ la sociedad. La ley determina la can­
trepo, Plinio Mendoza Neira, Uribe tidad máxima de tierra que puede per­
Márquez y otros, también publican un tenecer a una persona.»
proyecto de ley: «Nuestra economía El partido comunista publica un me­
rural se caracteriza en gran parte del morial dirigido al Congreso sobre pro­
país por un fenómeno de concentra­ blemas agrarios, el 25 de agosto, fir­
ción originaria de tierras en manos de mado por Guillermo Hernández Ro­
unos pocos propietarios. Las conse- dríguez. En él se ataca a Gaitán, que
320 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Guillermo Hernández convertir por los mismos sistemas y


Rodríguez, firmante más fácilmente a los trabajadores en
del memorial sobre infelices esclavos e instrumentos de
problemas agrarios determinado partido [...] sería mucho
que el partido
comunista dirigió al mejor abandonar las tierras para que
Congreso el 25 de una vez se las apropien todos los
de agosto de 1934, que quieren adueñarse de lo ajeno».
solicitando Se llega al climax de la crisis agraria
la expropiación de
tierras sin y el gobierno no podía estar ausente
indemnización y su del terreno de las propuestas que flo­
reparto gratuito recían en esta víspera de elecciones y
entre peones, última sesión parlamentaria. Francis­
arrendatarios, co José Chaux publica un proyecto de
colonos y terrajeros.
ley sobre dominio y posesión de tie­
rras, probablemente el texto más ra­
dical, en la redacción del cual también
participó Gaitán. Este proyecto es el
que servirá de base de discusión para
lo que, más tarde, va a ser la ley 200
de 1936. Su artículo inicial «reputa
baldíos y, por consiguiente, de propie­
dad nacional, los terrenos no cultiva­
dos que existen en la República»; y el
artículo segundo extingue el derecho
de propiedad o dominio sobre las tie­
quiere «engañar a las masas con el es­ rras sin cultivar o explotar durante
pejismo de una pretendida organiza­ diez años a partir de la sanción de la
ción socialista de izquierda», «nuestro
principal enemigo es la tendencia del ley. El artículo 27 impide el lanza­
pretendido izquierdismo como el men­ miento de los colonos de las parcelas
tado grupo liberal y el unirismo». El trabajadas y el artículo 61 remite al
memorial critica el proyecto sobre ex­ poder judicial, y por lo tanto retira de
propiación de tierras: «compra de tie­ manos de la policía, toda ocupación
rras por el Estado en magníficas con­ que dure más de treinta días. En su ex­
diciones para los latifundistas [...] el posición de motivos, la ley señala
arrendatario no gana nada con este como excepcional la ocupación de te­
traspaso, antes pagaba al latifundista, rrenos cultivados y señala que el des­
ahora pagará al Estado», y preconiza contento rural es causado por la vuelta
como alternativa la expropiación sin al campo de gente que lo había aban­
indemnización y el reparto gratuito de donado antes de la crisis económica.
la tierra entre los peones, arrendata­ En dos sesiones de la Cámara, a co­
rios, colonos y terrajeros. El memorial mienzos de septiembre, el ministro ex­
enuncia después catorce medidas que plica su intención y añade: «No quiero
van desde la libertad del cultivo y de dejar de señalar la desconexión espi­
cría hasta la libertad de organización
sindical y política, pasando por la jor­ ritual absoluta de la masa campesina
nada de nueve horas y un aumento del con las autoridades, de las que sólo sa­
20 % de los salarios. ben que los recluían en las épocas de
guerra, que los incomodan con el co­
Atacado desde la izquierda, el re- bro agresivo de impuestos, que los ex­
formismo liberal lo es también desde torsionan con las correrías de los res­
la derecha. Para los dueños de tierras, guardos y celadores de rentas, que les
el proyecto de código de trabajo rural venden alcoholes inmundos y los lle­
«tiende a convertir a los trabajadores van a la cárcel porque se emborrachan
en amos de los propietarios y a éstos con ellos, los maltratan y encarcelan
en esclavos de aquéllos, para luego cuando quebrantan acuerdos munici-
Capítulo 12 321

pales, ordenanzas departamentales y nuestras rozas; oblígasenos firmar do­


leyes que nadie se preocupa de hacer­ cumentos fin exclusivo sigamos tra­
les conocer racionalmente.» bajando como esclavos. En usted,
La ponencia sobre el proyecto la doctor Gaitán, valiente, integérrimo
presenta Antonio Rocha a nombre de defensor pueblo oprimido, fincamos
la comisión; ya se desvirtúa el texto, nuestras esperanzas. Servidores, ...»
por ejemplo al suprimir en el artículo (siguen más de noventa firmas).
2.° «y hayan permanecido en la misma Del mismo tono son otros documen­
condición durante los diez años ante­ tos de colonos de Ansermanuevo (Va­
riores», cláusula que hubiera permiti­ lle), de Margarita (Bolívar), de Puerto
do aplicar la ley inmediatamente, y lo Niño (Magdalena), de San Antonio
pospone por dichos diez años. (Tolima), de Ramiriquí (Boyacá), de
La SAC, presidida por Pomponio Caloto (Cauca), etc., que muestran
Guzmán, Antonio Borda Carrizosa y cierto nivel de movilización a escala
Alberto J. Williamson, protesta con­ nacional frente a una actuación pre­
tra el proyecto del gobierno. En su ventiva de propietarios confrontados a
junta, además de Williamson, encon­ problemas de colonos. La actitud de
tramos al gobernador de Cundinamar- las autoridades municipales y depar­
ca Liborio Cuéllar y los cafeteros del tamentales a menudo parece contra­
mismo departamento Enrique Ancí- decir la intención del gobierno nacio­
zar, Enrique Soto, Maximiliano Aya, nal, incapaz o sin voluntad de hacer
Carlos E. Caballero (del Chocho), et­ respetar sus intenciones a este nivel.
cétera. En noviembre de 1933, Guillermo
Pero hay apoyo a los autores de la Amaya Ramírez visita el Sumapaz e
ley. Por ejemplo, un telegrama de Me- informa: «Algunos arrendatarios de
dellín, el 29 de septiembre, firmado las haciendas Canadá y Escocia (en
por José J. Hoyos en nombre de la In­ donde no se ha presentado el proble­
dustria Nacional, Enrique Mejía en ma de si éstas son propiedad particular
nombre de la Algodonera, Ramón o terrenos baldíos, pues los trabaja­
Echevarría en nombre de Fabricato, dores laboran como arrendatarios de
Ricardo Restrepo en nombre de la fá­ las haciendas) se quejaron de que los
brica de Tejidos de Bello, Juan F. Ja- propietarios de aquéllas habían adop­
ramillo en nombre de Rosellón, Ber­ tado una política de lanzamientos, es­
nardo Mora en nombre de Coltabaco, pecialmente contra los que se habían
Tulio Medina en nombre de Tejidos sindicalizado o trataban de hacerlo,
Unión, Efraín Echavarría en nombre que esos lanzamientos se estaban lle­
de Coltejer, Rafael Restrepo en nom­ vando a cabo en una forma violenta,
bre de la Nacional de Chocolates... Es mediante la destrucción de casas de
decir, que lo esencial del capital in­ habitación e incautación de las mejo­
dustrial antioqueño respalda el pro­ ras avaluadas siempre por un precio
pósito de reforma. muy inferior al verdadero.»
En el propio campo, los dueños de El fiscal segundo del Tribunal Su­
tierras parecen empezar a asegurarse perior rinde un informe sobre la ha­
frente a los colonos. El 4 de septiem­ cienda del Sumapaz donde viven 1.500
bre recibe J. E. Gaitán un telegrama colonos, y denuncia que el mayordo­
de Chaparral: «Suscritos colonos, pa­ mo tiene una fuerza de cien hombres
cíficos trabajadores terrenos denomi­ apodados los «fieles». El inspector de
nados Comunidad Mandarco suplicá­ policía y la guardia rural viven en la
rnosles encarecidamente favor defen­ casa de la hacienda «donde existe cier­
demos de injusticia cometida con no­ ta convivencia o comunicación fami­
sotros por terratenientes dícense due­ liar entre las autoridades, el adminis­
ños esos territorios en connivencia con trador de la hacienda y los «fieles», lo
autoridades esta población, impidió- cual es factor psicológico que previene
senos bajo crecidas multas quemar al colono acerca de la parcialidad del
322 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

fallo que en cada controversia dicta el neros en los campos. Esa fusión pro­
inspector». gresiva de los terratenientes conser­
Estos documentos —obviamente vadores y de los burgueses liberales in­
existen muchos más— demuestran dujo a unos y a otros a la conclusión
que el lanzamiento de los colonos no que en vez de estar enzarzados en co­
tuvo lugar a raíz de la ley 200, sino que lectividades discordes, lo procedente
empezó dos años antes. Casi siempre era inquirir una mesura, un criterio
uno de los problemas que confronta el que tradujera en la política la trabazón
gobierno liberal es que se encuentra que se verificaba en la economía. Así
con propietarios del mismo partido, nació la Concentración Patriótica [...]
casi siempre de apellidos significativos durante su gobierno [de Olaya] se ha
y a menudo con responsabilidades po­ visto a la alianza liberal-conservadora
líticas, como sucede en el bajo Sinú, empujar al fracaso reformas tan exi­
donde se agudizan los conflictos. guas como la que quería hacer de la
Pero la elección presidencial de fe­ propiedad una función social [...] El
doctor López ha comprendido que
brero de 1934 acapara la atención. Al­
tampoco puede gobernar si no hace
fonso López Pumarejo es elegido con voto de obediencia a estos intereses
919.000 votos frente a unos miles del coaligados.»
indígena Eutiquio Timoté, de Coyai-
ma, que representa al partido comu­ Efectivamente, tal vez por razones
nista. Los conservadores no participan no tan economicistas como lo creía el
en la elección. joven liberal antioqueño, Alfonso Ló­
pez buscó en agosto para formar su
La Revolución en Marcha. gobierno la colaboración conservado­
ra. Pero el proceso de capitalización
Primeros pasos en el campo, si bien empezó como lo
Después de la elección, el gobernador refiere Molina, no era tan avanzado
Miguel Arteaga procura calmar a unos como él lo creía.
y otros, latifundistas, colonos y arren­ El período entre la elección y la po­
datarios, pidiéndoles el 1 de marzo sesión del nuevo presidente estuvo
que cedan todos un poco en sus pre­ marcado por disturbios agrarios, entre
tensiones. El joven secretario de go­ otros en el Tolima en el Atlántico. Re­
bierno de Cundinamarca, Carlos Lle­ crudeció también la rivalidad entre
ras Restrepo, presenta un plan del Ins­ gaitanistas y comunistas, tanto en los
tituto de Acción Social Agraria, para sindicatos obreros como en el campo;
su departamento. Con este plan se po­ ambas agrupaciones se formulaban
dría expropiar tierras y pagarlas, sobre críticas en su política general, como en
la base del avalúo catastral, con bo­ su política agraria. Mientras tanto, Al­
nos. El gobernador ordenó comprar fonso López viajó a México, donde se
dos haciendas del Chocho, el Soche y entrevistó con Lázaro Cárdenas, re­
el Novillero, con la tercera parte pa­ cién elegido a la presidencia de ese
gada en efectivo y el resto en bonos país y donde pudo compenetrarse en
al 6 %. algo con la problemática agrarista que
A José Mar (José Vicente Camba- Cárdenas iba a promover. Bien lo
riza), que había sido en la Cámara uno haría, pues en el mes de julio dos
de los más ardientes defensores de una graves conflictos se produjeron: en
reforma agraria drástica, le escribe Barranquilla, el de la hacienda Chi-
Gerardo Molina: «A partir de la ad­ quinquirá, donde murieron el dueño y
ministración Ospina se ha incremen­ un colono; y el de la hacienda Tolima,
tado el acercamiento entre la econo­ en Ibagué, que terminó con quince
mía feudal y la urbana; los terrate­ muertos. También conflictos en va­
nientes se han ido vinculando a los rias haciendas de El Colegio, donde
centros poblados y los capitalistas ur­ los arrendatarios habían sembrado
banos han invertido parte de sus di­ café sin permiso de los dueños, lo
323
Capítulo 12

Homenaje a la memoria
de Pedro A. López y
Pomponio Guzmán
(sus retratos aparecen
al fondo) por la
Sociedad de Agricultores
de Colombia,
en presencia del
presidente Alfonso
López y Eduardo
Santos, septiembre
de 1936.

mismo que en la hacienda El Hato, del título se haya opuesto, deben re­
de Usme. cibirlas gratuitamente. Para los arren­
La nueva administración, con un ga­ datarios hay que crear una legislación
binete liberal por la negativa del di­ protectora. Propone dicha plataforma
rectorio conservador a participar, tuvo un límite de 1.000 hectáreas a la pro­
que encarar problemas agrarios desde piedad, consultando la superficie se­
el mismo mes de agosto. El gobierno gún las regiones.
ofreció parcelar 211.000 hectáreas en­ El 10 de septiembre de 1934 un gru­
tre 2.000 familias en el Sumapaz; tam­ po de propietarios (Enrique Soto, Ru­
bién en Neira propuso parcelar el la­ perto Aya, Antonio Mejía, Daniel
tifundio de Ignacio Solano, etc. En el Sáenz) escribió al nuevo presidente
Congreso, el nuevo ministro de Go­ para defender el derecho de propie­
bierno, Darío Echandía, tuvo que re­ dad que veían amenazado por «la ac­
sistir los embates agraristas de Gaitán, tuación de agitadores partidarios del
a propósito de la represión en la ha­ odio de clases y, a veces, tolerados por
cienda Tolima. las autoridades. Ello ha desembocado
El movimiento UNIR de Gaitán, en movimientos subversivos»; por lo
con una fuerte presencia en el campo tanto, pedían «el respeto de los dere­
(Fusagasugá y Pasca, Cunday, Líba­ chos naturales» y proponían como al­
no, Lérida, Fresno, Chaparral, Cam- ternativa: «La intensificación de la ins­
poalegre, Altamira, Majagual, Buga, trucción primaria, agrícola e indus­
Quimbaya, Montenegro, La Tebaida, trial, la fundación de cajas de ahorros,
Calarcá, Apiay, Chámeza, Sabanalar- préstamos a bajo interés por la Caja
ga, Soledad, San Bernardo del Vien­ Agraria, campañas contra el alcoholis­
to), publica su plataforma de acción mo, el paludismo, la anemia tropical,
en agosto: para los colonos de tierras conferencias sobre el buen empleo del
sin cultivar, si las han trabajado du­ salario...»
rante cinco años sin que el poseedor El 12 del mismo mes estallaba una
324 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

huelga de arrendamientos en Viotá. Hacia las reformas


Anapoima y San Antonio y fue incen­
diada la casa de la hacienda Golconda, El año 1935, cuando la crisis econó­
del propio Enrique Soto. En respues­ mica había terminado, se inició no
ta, los propietarios crearon el Sindi­ obstante con una gran agitación en el
cato Central de Propietarios y Empre­ campo y con cierta febrilidad en el go­
sarios Agrícolas —más tardo conver­ bierno, sólo frenada por el predomi­
tido APEN—. Juan Lozano y Lozano nio de intereses conservadores en el
fue enviado en misión de estudios a Senado. Como siguen los conflictos, el
Viotá mientras los conflictos se exten­ antiguo sindicato de propietarios se
dían a comienzos de octubre a Iconon- transforma en Acción Patriótica Eco­
zo. El Colegio, Mariquita, Baraya, Vi- nómica Nacional, dirigida nacional­
llavicencio (Apiay), Usme, Coello, mente por Teodoro Pedroza, acom­
Cajamarca, Quipile, Puerto Berrío, y pañado por Carlos Esguerra, Enrique
se anunciaba un paro en las bananeras Soto, Ruperto Aya y Daniel Sáenz,
del Magdalena. El movimiento dejaba entre otros. Su programa —marzo de
su carácter regional para abarcar va­ 1935— propone «impedir que triunfen
rios departamentos. Hasta en Caldas en Colombia las doctrinas de abolición
(Montenegro) se produjo una huelga de la propiedad privada y de desapa­
en la trilladora de café de Jesús Ma- rición del capital, la industria y la agri­
rulanda. cultura».
En el Congreso varios liberales pro­ El mismo mes, en El Espectador, y
ponían una nueva Constitución contra con vistas a las elecciones parlamen­
el parecer del ministro de Gobierno, tarias a celebrarse en mayo, Luis Cano
partidario de enmiendas. En el debate expone el programa liberal: «Hay muy
se notó la influencia de las ideas soli- pocos latifundios efectivamente y mu­
daristas del jurista francés Duguit, de chos de los que en realidad existen no
la Constitución mexicana, de la de son susceptibles de parcelación por su
Weimar y de la República española. difícil acceso a los centros de pobla­
En octubre de 1934, el partido comu­ ción y de consumo. Los que reúnen las
nista había aprobado en su tercer ple­ condiciones propias de un terreno eco­
no un programa agrario que contem­ nómicamente parcelable exigirán una
plaba la confiscación de los latifundios indemnización muy cuantiosa y con­
y su reparto gratuito entre los cam­ viene darles oportunamente a sus fe­
pesinos, la abolición de las deudas, lices propietarios la mala noticia de
obligaciones y contratos. Se lanzó la que al gobierno liberal lo seduce muy
consigna de una huelga general del poco esa solución, porque comprende
café, que se concretaría en 1935 entre muy bien que movilizados los traba­
los escogedores de Chinchiná, Pales­ jadores de las regiones congestionadas
tina y Pereira, paralelamente con una hacia las tierras incultas que tienen ya
huelga en las bananeras. La Revista fácil acceso a las nuevas vías de co­
Nacional de Agricultura, frente a estos municación, el fenómeno de la par­
hechos y a lo que considera la no ac­ celación se produce espontáneamente
tuación del gobierno, publica en su sin la onerosa intervención directa del
número de diciembre, un editorial ti­ Estado.»
tulado «Increíble». El lenguaje del Sorpresivamente, a los pocos días
presidente asusta a los dueños de tie­
rra cuando también declara en diciem­ de la elección, el partido liberal ofrece
bre: «La revolución liberal tiene el a Gaitán un segundo renglón en la lis­
afán de poner término al sistema oli­ ta de representantes para Cundina-
gárquico de gobierno que fue la norma marca, a pesar de que la UNIR se ha­
del conservatismo, como lo fue de los bía pronunciado por la abstención y
regímenes liberales y republicanos an­ Gaitán lo había ratificado una semana
teriores al presente.» antes. La liquidación de facto de la
UNIR marca un cambio de orienta­
325
Capítulo 12

ción de Gaitán hacia la ciudad, sin que vez de ser denunciado y atacado tal
por esto pierda su prestigio de lu­ como lo había sido hasta la fecha debe
chador agrario. La abstención conser­ ser considerado como un gobierno na­
vadora le da al liberalismo el control cional reformista que vacila entre el
del Senado y por lo tanto la posibili­ imperialismo y el movimiento de li­
dad de adoptar una legislación reforma­ beración nacional; se propone la cons­
dora. titución de una alianza antiimperialis­
La elección no acaba con la agita­ ta entre el proletariado, los campesi­
ción en las haciendas en Quipile, Ana- nos, la pequeña burguesía urbana y la
poima, Nilo, Jambaló y Armero. Por burguesía nacional que simbolizaría
eso, el senador liberal por el Huila, López. Sobre esta base, va a disminuir
Roberto Durán, explica el 18 de julio: la actuación movilizadora de los co­
«El problema de las tierras debe re­ munistas en el campo y desaparece la
solverse en primer término deslindan­ consigna de expropiación sin indem­
do los baldíos de la propiedad particu­ nización.
lar, porque sucede que actualmente el Por fin, el partido liberal ocupa el
peor latifundista es el Estado mismo. terreno vacío dejado a su izquierda.
Si a un estatuto general sobre parce­ Realiza una intensa acción proselitista
lación y aprovechamiento de las tie­ en el campo, con Plinio Mendoza Nei-
rras se agrega la facilidad del crédito ra y Diego Montaña Cuéllar, acepta el
agrario será pronto ampliamente fa­ hecho consumado de las ocupaciones
vorable a la economía nacional.» En el campesinas de los años anteriores y
fondo se constata que en estos dos realiza su discurso. Es así cómo en su
años se encuentran elaborados todos mensaje al Congreso del 20 de julio de
los argumentos en pro o en contra del 1935, el presidente exclama: «El pue­
statu quo agrario. blo necesita lo que está pidiendo.»
En pocos meses y por una serie de Sobre el sector agrario, tras haberse
factores que conviene enumerar, va a comprometido, no a la revolución so­
cambiar la problemática en el campo. cialista sino al respeto de las leyes, Al­
En primer lugar, se reactiva la eco­ fonso López explica a los congresistas:
nomía después de la peor crisis que «El campesino busca estabilidad y no
haya conocido Colombia. Con esto revolución. Aspira a tener una parcela
mejora la economía cafetera, se rea­ suya donde pueda crecer una familia
nuda la contratación de mano de obra, sin el temor de regresar al vagabun­
mejora el salario real en la ciudad y daje y la miseria. El propietario puede
probablemente también en el campo. dársela y se la da en la mayoría de los
A este factor de tipo económico-social casos, pero no se resigna a que se le
se pueden añadir otros de tipo neta­ prive del derecho feudal y supremo de
mente políticos. La disolución por quitársela, de destruirla si le viene en
Gaitán de la UNIR frena la actuación gana.»
de los campesinos a ella vinculados. Un mes después, Alfonso López en­
Ellos, en efecto, quedan más o menos trega un proyecto de declaración li­
políticamente desamparados. beral cuyo punto XII enuncia: «El
En la segunda mitad del año 1935, partido liberal es un partido agrario.
el VII Congreso de la Internacional Se propone subdividir la tierra colom­
Comunista propone a los partidos afi­ biana [...] a expensas de los latifundios
liados una nueva estrategia, la del y generando presión fiscal para que no
frente único proletario y la del frente haya en Colombia tierra asignada que
popular antifascista. La delegación co­ no desempeñe su función social [...] El
lombiana al congreso (Rafael Baque- partido liberal considera la pequeña
ro, Filiberto Barrero, Augusto Durán) propiedad como un medio de libera­
propondrá esta estrategia a la segunda ción económica necesario e imprescin­
Conferencia Nacional del PCC. Para dible, pero no como un fin en su po­
Augusto Durán, el gobierno López en lítica agraria.» En este texto se siente
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
326

El presidente
Alfonso López Pumarejo
sanciona el acto
legislativo de
reforma a la
Constitución,
el 6 de agosto
de 1936, que luego
sería continuada
con la ley de tierras.

tanto la influencia de la ley española propone limitar el derecho de propie­


de reforma agraria como del impor­ dad: «Cuando de la aplicación de una
tante giro asumido unos pocos años ley expedida por motivos de utilidad
antes por el partido radical chileno, pública o de interés social resultaren
principal componente del frente po­ en conflicto los derechos de particu­
pular de ese país. La convención no lares con la necesidad reconocida por
aprobó integralmente el texto: supri­ la misma ley, el interés privado deberá
mió del punto XII las frases: «El par­ ceder al interés público o social [...]
tido liberal es un partido agrario» y «a Por motivos de utilidad pública o de
expensas de los latifundios», y supri­ interés social definidos por el legisla­
mió también el punto XIII que pro­ dor podrá haber enajenación forzosa
ponía «defender al arrendatario y al mediante equitativa indemnización.»
colono a fin de ayudarles a convertirse La discusión gira sobre todo en tor­
en unidades económicas independien­ no al carácter previo de la indemni­
tes y libres». zación. El proyecto proviene de una
propuesta de Caicedo Castilla y llega
La reforma de 1936 a segunda lectura a comienzos de no­
viembre. Paralelamente con la refor­
Una comisión compuesta por el minis­ ma constitucional, de la cual otras dis­
tro de Gobierno y los senadores Prieto posiciones también provocan una ar­
y Cambariza estudió la limitación del diente polémica en la derecha liberal,
derecho de propiedad en la Constitu­ en el partido conservador y la Iglesia,
ción. Ésta se produce en medio de nu­ se discute una reforma tributaria, una
merosas propuestas de actos legislati­ reforma a la ley sobre el dominio de
vos de emanación parlamentaria y tierras, etc. El gobierno levanta una
dentro de la polémica sobre una nueva fuerte oposición en el sector caficultor
Constitución o reforma a la Constitu­ al querer estatizar la Federación de
ción de 1886. El 4 de septiembre, a co­ Cafeteros.
mienzos de la primera sesión de un La SAC no cede en su oposición.
Congreso homogéneamente liberal, la En diciembre de 1935, protesta contra
comisión de reformas constitucionales la inseguridad existente en el país, que
Capítulo 12 327

atribuye al comunismo, y también de excepción, la que no ofrecería ga­


contra la reforma tributaria y contra la rantía ninguna a los dueños de tie­
proyectada modificación del régimen rras», escribe Pomponio Guzmán,
de la propiedad privada, y envía su conservador que a su muerte, en
junta directiva a entrevistarse con el mayo, sería reemplazado por el liberal
presidente. Es cierto que persisten los Laureano García Ortiz. No por eso
movimientos agrarios, pero con me­ cambia la actitud de la SAC que se
nor amplitud: a fines de 1935 en El opone de nuevo al proyecto de ley,
Colegio, y a comienzos de 1936 en Bi- por considerar que el problema en Co­
tuima, Viotá y Ciénaga. Pero ya el eje lombia no es de latifundio sino de mi­
de la política agraria sale del campo nifundios y de baldíos: «Los labriegos
para situarse en el Congreso. La Cá­ que ahorran se han hecho y pueden fá­
mara estudia el proyecto de Acto Le­ cilmente hacerse propietarios.»
gislativo y el representante Samper Pocos conflictos se registran en este
propone que la ley determine poste­ período: Viotá, Vianí, Sevilla, Río-
riormente los casos en que se hará negro (Santander). En su mensaje de
efectiva la indemnización. Se opone julio de 1936, Alfonso López explica
Darío Echandía, ya que, según él, el que los conflictos agrarios que conoció
texto que viene del Senado, al hacer tienen su origen en la imperfecta le­
posible la expropiación sin indemni­ gislación. Frente al proyecto del go­
zación, va más allá del pensamiento bierno, la propuesta de los propieta­
del gobierno. Para él, con este artículo rios de colonización de los baldíos no
así concebido, nada se opone a la rea­ es válida. Lo que el gobierno quiere
lización de una reforma agraria tan ra­ son títulos perfectos, garantía para el
dical como se quiera. En efecto, el propietario, pero también obligación
texto senatorial —que corresponde al de trabajar la tierra dentro de cierto
actual artículo de la Constitución— plazo.
hace posible al Congreso presentar
una ley por medio de la cual se orde­ La ley de tierras encuentra mucha
na, por ejemplo, la expropiación, que resistencia en el Senado de parte de
podría ser sin indemnización en los la­ Samper Sordo, Rodríguez Moya, Pa­
tifundios de más de 5.000 hectáreas. reja, Arrieta y del propio hermano del
Así, fueron rechazadas tanto la pro­ presidente. Eduardo López. El caso
puesta de Samper como otra de Diego de Francisco Rodríguez Moya es ilus­
Luis Córdoba que proponía expropiar trativo de la resistencia dentro del li­
los latifundios. A fines de marzo, a beralismo a la política del presidente,
nombre de su comisión, Carlos Lleras ya que había sido su ministro de Agri­
propone una nueva redacción del ar­ cultura hasta septiembre.
tículo. El 7 de abril, en la plenaria de Fundamentalmente, el eje parla­
la Cámara, se adopta el texto pro­ mentario sustituye a los enfrentamien­
puesto por Pedro Juan Navarro, Juan tos en el campo. La disposición más
Pablo Manotas. Alejandro Galvis y discutida de la ley de tierras fue su ar­
Alfonso Araújo. tículo 6.°, que contemplaba una re­
versión a los diez años. Características
Mientras tanto, Alejandro Galvis, de las dos actitudes son, del lado del
presidente del Senado, no inscribe el apoyo a la ley, un discurso de Fran­
proyecto de ley sobre régimen de tie­ cisco José Chaux del 19 de octubre, y
rras que se discute paralelamente a la del lado de los oponentes, otro de
reforma constitucional en la agenda Carlos Uribe Echeverri del 20 de no­
del Senado. La SAC se opone a la viembre, así como, en la misma fecha,
aprobación por el Senado del texto de un informe del presidente liberal de la
la Cámara, que «consagra la expropia­ SAC.
ción de los predios rústicos en bene­ Para el ex ministro Chaux. «aquí ha­
ficio de una clase y sin previa indem­ bía la costumbre, costumbre tolerada
nización [...] crearía una jurisdicción por las autoridades y que no tenía nin-
328 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

gún fundamento legal, de repartirse la La aplicación de las reformas


tierra, de acapararla para mantenerla
inculta, de hacer de la tierra un objeto Finalmente, el Senado aprobó el 10 de
de especulación. El territorio de Ura- diciembre de 1936 la ley que se co­
bá estaba completamente repartido nocerá como ley 200, y la Cámara lo
hace tres o cuatro años y principal­ hizo el 14 del mismo mes. En su ar­
mente entre capitalistas bogotanos; ín­ tículo 1.° definía la presunción de pro­
tegramente repartido en lotes hasta piedad privada en base a la explota­
2.500 hectáreas, y muchos de ellos ha­ ción económica del suelo, y el artículo
bían tomado extensiones mayores 6.° establecía «en favor de la nación la
para una familia, localizando sus con­ extinción del derecho de dominio o
cesiones a continuación unas de otras propiedad sobre los predios rurales en
de tal modo que una familia llegaba a los cuales se dejare de ejercer pose­
dominar vastísimas extensiones de ese sión en la forma establecida en el Ar­
territorio, y les puedo asegurar que en tículo 1.° de esta Ley durante 10 años
todo el territorio de Urabá esos se­ continuamente».
ñores que se creían dueños no habían Se aplazaba el problema por diez
invertido un solo centavo ni hecho de­ años, o sea, fines de 1946, pero la po­
rribar el primer árbol». lítica de los dueños de tierra de lanzar
A esta situación quería responder la a colonos o arrendatarios que hubie­
ley de tierras y, de aplicarse, hubiera ran podido pretender ser favorecidos,
podido tener efectos positivos. Para el se desató. A decir verdad, ni siquiera
otro bando esto era subversivo. Uribe se había esperado a la sanción de la
Echeverri, embajador en Madrid, ley, y muchos conflictos desde fines de
consideraba que «el proyecto sobre re­ 1933 tuvieron que ver con semejantes
gímenes de tierras es sovietizante y en lanzamientos. A fines de diciembre la
lugar de resolver el problema, lo agra­ prensa ya daba datos de lanzamiento
va. Piénsese en la superproducción en Cundinamarca (San Antonio de
que vendría en el caso de que se pu­ Tena, El Soche), en Boyacá (Campo
sieran a producir todas las tierras inac­ Hermoso, San Eduardo), en el Tolima
tivas que tiene hoy el país». (El Carmen, Andalucía).
Para Laureano García Ortiz: «Aho­ El 20 de diciembre el presidente Ló­
ra estamos viendo personas que se han pez proponía «un ambiente de reposo
llamado y se siguen llamando liberales en la vida política», o sea, una pausa
para acaparar votos que les lleven a las en la política de reformas hasta enton­
curules del Congreso, y que no son li­ ces muy activa. Esta decisión, paralela
berales sino comunistas, que antes y a la candidatura de Olaya Herrera
ahora se levantarían indignados contra para la presidencia en 1938 y, después
cualquier intromisión del Vaticano lla­ de su muerte en febrero de 1937, a la
mándolo poder extranjero y no obs­ de Eduardo Santos y al auge de la de­
tante eso, sumisos e incondicionales, recha liberal que se concretaría en la
reciben órdenes de Moscú y subven­ elección de abril de 1937, tomaba en
ciones también.» cuenta una relación de fuerza desfa­
El debate era vivo, no casuístico y vorable. Darío Echandía, respaldado
aunque no se puede interpretar como por Gaitán, Plinio Mendoza, José
una tempestad en un vaso de agua, Mar, Armando Solano y otros, aceptó
agitaba más las esferas del poder que una precandidatura marcada por el se­
las profundidades del país, el cual ob­ llo de la continuidad.
servaba lo que se definiría sin su par­ Esta diferencia política era marca­
ticipación. Se mezclaba el debate da. La concretaba en marzo Eduardo
agrario con otros, como la cuestión re­ Santos, quien se manifestaba favora­
ligiosa, e interferían unos con otros ble a la ley de tierras (en realidad en
para aumentar casi siempre el bando el Senado la había votado, pero no la
de los contrarios al gobierno. había apoyado) pero añadía: «Si se
Capítulo 12 329

destruyera la cordialidad entre patro­ Gonzalo Restrepo,


nos y labriegos, cosa tanto más injusta ministro de Agricultura,
cuanto que, en la mayoría de los ca­ denuncia en su
sos, nuestros hacendados son modes­ "Memoria" al Congreso
tos trabajadores que han laborado de de 1937 el ausentismo
de los grandes
sol a sol, nada bueno se habría logra­ propietarios y
do.» Frente a ello, en su Memoria de defiende la ley de
1937, Gonzalo Restrepo, ministro de tierras como una
Agricultura, expresa una visión dife­ garantía de la
rente, por no decir antagónica, de la propiedad, al abolirse
realidad rural colombiana: «Si anali­ la doctrina de que
la propiedad privada
zamos quiénes son los que, en nuestra se demuestra con el
nación, preferentemente cultivan la título originario.
tierra y cuidan de los animales domés­
ticos, finalmente podemos deducir
que son los llamados campesinos, peo­
nes, arrendatarios o aparceros [...]
Salvo contadas excepciones, los due­
ños de hacienda y, sobre todo, los
grandes propietarios, cuando llegan a
explotar sus terrenos, lo hacen sin vi­ pausa se mantenía en un justo medio,
vir en ellos permanentemente y redu­ criticando a la vez a los propietarios
cen sus actividades a informales visi­ ociosos y a los campesinos radicales.
tas, a dar órdenes a sus respetuosos Esto explica las características de
mayordomos sobre los barbechos que los pocos conflictos agrarios de 1937.
deben prepararse y sembrarse, los po­ El 23 de enero, en Nariño (Cundina-
treros que deben limpiarse, las reses marca), los arrendatarios habían ocu­
que deben venderse, y a percibir de pado dos haciendas de los hermanos
los mayordomos los dineros de las Moor, negando la validez de sus títu­
ventas efectuadas.» los de propiedad. El 1 de marzo en El
Palmar (Cunday) la policía atacó a
Más adelante, en el tomo II de su bala a los colonos ocupantes de la ha­
Memoria explica la ley de tierras como cienda Nuevo Mundo. Un poco más
una garantía nueva para los propieta­ tarde varios centenares de colonos in­
rios, al suspender la doctrina sentada vadieron y desmontaron en Viotá la
por la Corte Suprema, esto es, que la parte alta de la gran hacienda Floren­
propiedad privada se demostraba con cia, de Aristides Salgado. En julio, la
la presentación del título originario. hacienda Buenos Aires (Ibagué), de
El ministro juzgaba convenientemente Aquilino Forero, fue también ocupa­
otra ley que reglamentara las relacio­ da por colonos. En septiembre los in­
nes entre propietarios y arrendatarios. dígenas de dos comunidades del Cau­
Paralelamente, una circular del mismo ca son lanzados por la policía a peti­
ministro a los gobernadores (del 1 de ción de propietarios que los conside­
ran como ocupantes.
junio de 1937) les ordenaba «hacer
efectivas y rápidas las sanciones contra En noviembre de 1937 un cambio de
los elementos maleantes que, en los la política cafetera del Brasil provoca
campos, frustran los esfuerzos de los un derrumbe de los precios del grano,
trabajadores atentando impunemente que pronto se traduce por una baja de
contra el derecho de los propietarios salarios y nuevas protestas de los tra­
territoriales, asaltando sus semente­ bajadores del campo. El salario diario
ras, despojándolos de animales do­ pasó de 0,65 a 0,60 pesos en el solo
mésticos y sembrando la desconfianza mes de noviembre. A comienzos de
y la intranquilidad entre los hombres 1938, 2.000 trabajadores de la hacien­
de trabajo que se dedican a las faenas da El Salitre, en Paipa, entraron en
campestres». Así, el gobierno de la huelga: la dueña, Paulina de Valen-
330 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

zuela residía en Europa. El líder in­ gurarle que ni en la Cámara ni en la


dígena Quintín Lame amenaza con Asamblea habrá una sola voz discor­
ocupar las haciendas del general Bo­ dante entre los miembros de la repre­
nilla y de Gentil Castro en Ortega. La sentación de este departamento. Sé
hacienda La Palma, en Fusagasugá, que a Mr. Marshall le interesa saber
fue ocupada por los campesinos, no eso y deseo que usted le dirija la co­
sin que los propietarios dieran muerte municación telegráficamente...»
a dos de ellos. En Purificación, la ha­ Mientras tanto, el inspector de tra­
cienda Las Animas, de Roberto Lei- bajo en la zona bananera escribía al
va, fue ocupada en abril por cuatro­ representante de la frutera en Bogotá:
cientos indígenas; fueron rechazados «Quiero molestar la benevolencia del
por la policía unos días más tarde. Se señor LeBaron al solicitarle en prés­
produjo también un conflicto entre co­ tamo 300 pesos para cubrir ciertos gas­
lonos y propietarios en la hacienda tos de familia. Esa suma se puede en­
San José, de Agua de Dios. viar en dos billetes, uno de 200 y otro
Manuel Quintín Lame de 100, o tres de 100 en un sobre' di­
y Saturia Bonilla,
En el Senado, un largo debate puso
con sus padrinos, en evidencia la actitud de la United rigido a mí y en la dirección hotel Cen­
el doctor Alfredo Gómez Fruit Company en Santa Marta, que tral, sólo que en ningún caso tener
Díaz y Lucila Galindo remuneraba a muchos políticos. Se membrete del señor LeBaron, pero sí
Solazar, en Ibagué, publicó la siguiente carta del 9 de ene­ recomendado. Tengo urgencia de este
el día de la boda
ro de 1935: «Muy estimado amigo, le dinero que no hallo otra forma de con­
del dirigente agrario seguirlo.»
indígena (1928). ruego comunicar en clave a Mr. Mars-
En 1931, como cinco hall que la Convención por unanimi­ Lo que se señala aquí con relación
años antes, Lame dad ha adoptado mi candidatura para a la gran compañía extranjera, tam­
volvió a instigar a representante al Congreso y que los bién está en varios casos documentado
la ocupación de
tierras del viejo candidatos para diputados así como para los propietarios nacionales de tie­
cabildo indígena los otros para representantes son to­ rras.
de Ortega, en el Tolima. dos absolutamente amigos. Puedo ase­ Frente a la presión campesina, no
por limitada menos importante, el go­
bierno tuvo una triple actitud: legalis­
ta, buscando sanear títulos y contratos
entre propietarios y trabajadores, lo
que fomentó cierta inquietud al pro­
meter un plazo fijo para la resolución
del problema agrario; represiva, al en­
viar su policía contra los campesinos
que procedían con el hecho cumplido
de la invasión; reforma, donde no ha­
bía más remedio que la compra y la
parcelación de las fincas más amena­
zadas, o al menos parte de ellas, por
el Banco Agrícola Hipotecario, ope­
ración que se verificó en los lugares de
mayor agitación: el Chocho, Doa, Su-
mapaz, Viotá, El Colegio... Car­
los Lleras, en su Memoria de Hacien­
da de 1939, señalo que en los cinco
años anteriores las parcelaciones en­
tre 6.974 familias cubrieron 83.445 fa­
negadas.
En el Occidente del país, Norte del
Valle, y los actuales departamentos de
Quindío y Risaralda, también hubo
muchos conflictos agrarios entre co-
Capítulo 12 331

Alfonso López Pumarejo


y el designado Alberto
Pumarejo visitan la
Guajira en 1937.

lonos y arrendatarios y dueños de De Eduardo Santos al segundo


grandes propiedades, especialmente
en Montenegro, Quimbaya, La Te­ mandato López
baida, Pijao y Belalcázar. Allí tam­ Eduardo Santos es elegido sin oposi­
bién operó la parcelación pero en for­ ción a comienzos de 1938 (pero con la
ma privada o de la administración de­ mitad de los votos conseguidos cuatro
partamental. años antes por Alfonso López) y se
La Iglesia católica, los jesuítas en posesiona en agosto. Los grandes agri­
particular, frente a la organización co­ cultores registran el cambio de rumbo
munista o de la izquierda liberal de los muy rápidamente, como lo muestra
campesinos, empezaron a promover una circular de junio de la Sociedad de
sus propias organizaciones opuestas a Agricultores de Norte de Santander
la lucha de clases. En 1939, de 73 sin­ reproducida por la Revista Nacional de
dicatos católicos, 48 eran agrarios y Agricultura: «Ya parece que va des­
actuaban sobre todo en Cundinamar- pejándose el ambiente nacional, per­
ca, Antioquia y Boyacá. Muchos de mitiendo que los hombres del campo
ellos eran en realidad cooperativas y adquieran la certidumbre de que en el
seguían la norma de una pastoral co­ país son una clase respetable.»
lectiva de 1936: «Al católico no le es Mientras tanto, el aspecto agrario
permitido pertenecer a los sindicatos del occidente cundinamarqués y del
comunistas. No puede afiliarse tam­ oriente y sur del Tolima, con una ero­
poco a cierta clase de sindicatos que sión marcada del latifundio, se traduce
hacen profesión de neutralidad [...] por una multiplicación de fincas pe­
Recomendamos la fundación de sin­ queñas, en particular cafeteras. En
dicatos católicos obreros.» Bien es otras partes del país, como lo señala
verdad que éstos inicialmente fueron en Caldas Hernán Álzate Avendaño
pocos, de escasa actividad y no bien en 1943, se abandonaba el sistema de
vistos por los hacendados. aparcería por miedo a los posibles
332 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

efectos de la ley 200, especialmente Número de sindicatos agrarios


en lo relacionado con el reconoci­ por departamentos en 1939
miento de las mejoras previstas por el Antioquia: 10
artículo 22. Atlántico: 5
De mediados del 38 a mediados del Boyacá: 4
39 hubo conflictos en Pitalito, Líbano, Caldas: 3
Viotá y Paipa, y con indígenas en Cha­ Cundinamarca: 49
parral y Caloto. Francisco Posada, Huila: 5
jefe del Departamento Nacional del Magdalena: 13
Trabajo, señalaba la existencia de 145 Norte de Santander: 4
Cauca: 10
sindicatos rurales de un total de 520. Santander: 1
Para este funcionario, «el origen más Tolima: 18
frecuente de los problemas en el cam­ Valle: 5
po ha sido la carga de obligaciones
personales de uno, dos y hasta tres
días de trabajo que el arrendador De cierta manera el número de sin­
exige al arrendatario mensualmente dicatos refleja el nivel departamental
como tributo por el usufructo de cada del problema agrario en Colombia. Es
fanegada de tierra. Los campesinos pi­ de notar que el acuerdo 1421 de julio
den las más de las veces la conversión de 1940 estaba destinado a facilitar la
de tales obligaciones en dinero y, al división de los resguardos indígenas.
mismo tiempo, la rebaja de los cáno­ «La propiedad individual despierta un
nes de arrendamiento, libertad de mayor interés en el trabajador indí­
tránsito, libre uso de las aguas y su­ gena, porque toda mejora introducida
ministro de maderas y leñas.» en su parcela le pertenece y, al falle-

Mariano Ospina Pérez


instala el Congreso
Cafetero en octubre
de 1938, en presencia
del presidente Eduardo
Santos. Ospina presidía
la Federación junto con
Pedro Uribe Mejía
y Alberto Camilo Suárez
Capítulo 12 333

Alfonso López Pumarejo


en el acto de clausura
de su segunda campaña
presidencial,
abril de 1942.

cer, deja a sus descendientes un patri­ sino a tutelar el derecho de los pro­
monio que no está sujeto a limitacio­ pietarios, pero limitándolo de acuerdo
nes ni menoscabos. El estado de in­ con la reforma constitucional para im­
división de los resguardados no garan­ pedir que sirva de obstáculo al desa­
tiza ni lo uno ni lo otro», concluye el rrollo nacional. La propiedad agraria
ministro Miguel López Pumarejo. ha encontrado en el régimen de tierras
En agosto de 1941, la convención li­ instituido por el partido liberal una ga­
beral designa a Alfonso López como rantía que no tuvo en la fuerza pública
candidato a la presidencia para 1942. ni en la arbitraria intervención de los
El ex presidente dirige entonces la alcaldes durante el tiempo en que pro­
SAC, asistido por Liborio Cuéllar Du- pietarios, campesinos y campesinos
rán y Alberto Goenaga. Curioso vuel­ sin tierras libraban una tremenda lu­
co a la situación de tres años antes, cha.»
cuando la SAC se le enfrentaba direc­ Frente a la cual Guillermo Santos
tamente. Ahora prefiere integrarlo y editorializa en la Revista Nacional de
rodearlo, táctica alternativa que le Agricultura: «La ley de tierras necesita
dará buenos frutos. El partido comu­ también de modificaciones sustancia­
nista, que acampa sobre una línea de les. Dos son los puntos principales a
apoyo a los aliados en guerra, lo apoya que debe atender la reforma de esta
y convoca a la unidad nacional contra ley. El primero es la reducción cada
el nazismo. En un llamamiento en oc­ día más alarmante en el cultivo de fru­
tubre proclamará: «Nuestra consigna tas de primera necesidad en las tierras
debe ser: nada para los nazis, todo calientes sobre todo [...] Antes en to­
para los ejércitos aliados.» Más tarde das las grandes haciendas los arren­
el diario comunista titulará: «Apoyo datarios tenían parcelas sembradas de
de López sin reservas». yuca, plátano, maíz, fríjoles. Estos
Lo más curioso es que, desde su cultivos han desaparecido: los propie­
campaña, Alfonso López modera mu­ tarios no permiten a sus arrendatarios
cho su programa político. El 28 de fe­ sembrar, porque esto es fuente de
brero de 1942 el candidato puntualiza: pleitos ruinosos y los campesinos que
«La ley de tierras no vino a consagrar obtienen la propiedad de la parcela no
el despojo como se había anunciado, tienen, la mayor parte, recursos para
334 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

trabajarla, y prefieren contratarse to restrictivo de legislación laboral en­


como simples peones. El otro punto es cuentra la oposición de los comunis­
el [...] de la tala de bosques; los co­ tas, así como la de Gaitán.
lonos consideran que tumbando mon­ La guerra mundial causa dificulta­
te adquieren un derecho sobre la tie­ des y escasez y tiene como consecuen­
rra.» cia un alza del costo de la vida que
El ministro de Economía del go­ repercute desfavorablemente sobre
bierno saliente, Marco Aurelio Aran- la población. En octubre de 1942 la
go, también critica la ley de tierras y CTC, central sindical única, reúne la
las parcelaciones: «Por razones de di­ primera Convención Nacional cam­
verso orden las parcelaciones empren­ pesina e indígena a la que acuden cien­
didas por instituciones de crédito no to seis delegados. Se crea la Federa­
han dado todos los buenos resultados ción Nacional Campesina con la direc­
que fueran de desearse pues, en la ma­ ción de Víctor J. Merchán, líder de
yoría de los casos, tienen como origen Viotá de origen obrero, Marco A.
la liquidación de créditos bancarios Castaño y Pedro Muñoz Valderrama.
otorgados en épocas anteriores y la so­ Una entrevista de Quintín Lame (El
lución de problemas entre los propie­ Tiempo, 18 de enero de 1943) muestra
tarios y antiguos arrendatarios y co­ la difícil situación de indígenas y cam­
lonos.» pesinos: «Estamos quedando arruina­
dos sin nuestras tierras, sin nuestras
En mayo de 1942, López es elegido casitas, porque se nos están rematan­
frente a su copartidario Carlos Arango do las propiedades en nombre del fis­
Vélez. Parece que, inmediatamente, co municipal de Ortega...»
en tal o cual sitio, los campesinos en­
tienden que se va a reanudar la lucha La situación interna se deteriora en
por la tierra. Guillermo Santos, des­ 1943, degenerando en una crisis con el
pués de la elección, denuncia que «en ejército y luego en la explotación de
muchas regiones grupos de desocupa­ escándalos como el provocado por el
dos ocupan tierras de propiedad pri­ asesinato de Mamatoco. En el campo,
vada y lo primero que hacen es talar la aproximación a los diez años de la
los bosques... El próximo gobierno ley 200, que podría permitir las rever­
tiene un amplio radio de acción, no siones de tierras, es causa de nume­
sólo para eliminar el bandolerismo, rosos lanzamientos por los propieta­
sino también para impedir la obra de rios en el bajo Sinú, en Santander
los agitadores, que no es menos da­ (Rionegro y San Vicente), el Huila
ñina que la de los bandidos». Un con­ (Colombia), el Tolima (Chaparral,
flicto característico se produce en Rio- Cajamarca, Mariquita), Cundinamar-
negro (Santander) donde, a mitad de ca (Nilo, San Bernardo, Quipile, Bi-
julio, peones a órdenes de terratenien­ tuima), el Cauca (Jambaló), etc.
tes atacan a los colonos que producen Fueron presentados en el Congreso,
arroz, miembros de la Liga Campesina sin éxito, dos proyectos de ley sobre
de El Playón, dando muerte a tres de contrato de trabajo, que retoma un
ellos. texto de 1941 rechazado por el Sena­
El gobierno presenta al Congreso do, y de protección a los trabajadores
una ley de seguridad rural discutida en rurales, que disponía la jornada de
las sesiones ordinarias de 1942, que nueve horas, la remuneración de ho­
vendrá a ser la ley 4.a de 1943. Tam­ ras suplementarias, el salario semanal
bién se propone resolver el problema y en moneda, la indemnización en
de las grandes comunidades dueñas de caso de accidente de trabajo, etc. Se
tierras, en el Valle, Cauca, Bolívar, endurece el clima social después de la
Cundinamarca, y el ministro deposita renuncia de López en noviembre. El
un proyecto de ley (más tarde ley 51 Diario Popular, órgano de los comu­
de 1943) para definir quién tiene un nistas, argumenta el 14 de enero de
derecho en la comunidad. Un proyec­ 1944: «Colombia no podrá tener una
Capítulo 12 335

democracia que merezca este nombre,


ni podrá alcanzar su liberación eco­
nómica como complemento de su so­
beranía política, mientras millones de
campesinos estén sometidos a un ré­
gimen de opresión, miseria e ignoran­
cia.»
Paralelamente, y por primera vez en
mucho tiempo, Gaitán recorre el país
y preconiza la necesidad de una re­
volución. En febrero, Alfonso López
regresa a Barranquilla; para él parecía
que el país no quisiera que siguiera la
Revolución en Marcha, y no reasume
la presidencia. En la confusión reinan­
te, muchos liberales lanzan la candi­
datura de Carlos Lleras. Éste critica la
ley 200 que «fue incompleta porque su
errada interpretación empezó a des­ cimiento de prestaciones sociales en el Vivienda campesina,
truir la forma jurídica del arrenda­ campo, mejorar la suerte de arrenda­ motivo de esta
miento, empezó a reemplazar el tarios, agregados y colonos. La SAC estampilla de correos
acepta el descanso dominical remu­ de 1950.
arrendatario sin hacer de él en cambio
un trabajador autónomo qué recibiera nerado, pero protesta contra el salario
tierra del Estado y, a la vez, ayuda mínimo y las cesantías. Aprueba tam­
para trabajar por su cuenta». bién que el contrato entre arrendata­
rios y propietarios sea escrito.
Finalmente, Alfonso López reasu­
me el poder en mayo de 1944, después Finalmente, en materia agraria, el
de un paro nacional organizado en su gobierno promulga el decreto 2365 del
favor por la CTC. 4 de octubre de 1944, que impone el
contrato escrito, instaura el derecho al
pago de mejoras, prohibe las multas,
Últimos esfuerzos declara de utilidad pública e interés
social la adquisición por el Estado de
El 18 de julio de 1944 se produce la tierras de propiedad privada al valor
tentativa de golpe militar contra Ló­
pez, conocido como el golpe de Pasto. catastral para formar parcelas de cinco
El presidente recibió un respaldo po­ a veinte hectáreas. Más negativa es la
pular considerable, que lo llevó a ope­ extensión a quince años, es decir hasta
rar con un giro a la izquierda en su go­ 1951, de la prescripción extintiva del
bierno. No olvidemos, además de los dominio prevista por la ley 200.
hechos internos, el avance de los alia­ Inmediatamente la SAC se opone a
dos en la segunda guerra mundial, que los decretos, al temer que la agricul­
se puede concretar con la liberación tura no pueda resistir las nuevas car­
de París en agosto, que determinó des­ gas sociales. Se critica el pago de las
de Buenos Aires hasta Ciudad de mejoras, la fijación a dos años del con­
Guatemala un gran fervor democráti­ trato escrito, la prohibición de retener
co. En este contexto, y aprovechando los bienes de los arrendatarios. Enri­
el estado de sitio, el gobierno decreta que Ancízar calificará los decretos de
una serie de reformas, desde el salario «demagógicos». Lo mismo opina Al­
mínimo y el auxilio de cesantía hasta fredo García Cadena. El Congreso, al
el fuero sindical y la prohibición del debatir los decretos para transformar­
paralelismo sindical. Estos decretos se los en leyes, les quita varias disposi­
preparan en reuniones que se celebran ciones. Se restringe el pago de mejo­
en agosto y septiembre en el Ministe­ ras, se suprime la duración mínima de
rio de Trabajo. Se propone el estable- dos años para los contratos, también
336 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

se modifica la adquisición de tierras 1947 le propuso una declaración de


por el Estado. Así alterado el decreto principios cuyos puntos 29 a 34 cons­
vendrá a ser la ley 100 de 1944. tituían su programa agrario, al prever
De la misma forma, el Congreso la revisión de las leyes 200 y 100, la
desvirtúa lo que va a ser la ley 6.a de defensa de los ejidos y de las tierras de
1945, que a pesar de los esfuerzos del comunidades indígenas, la entrega de
ministro de Trabajo, Adán Arriaga las tierras no cultivadas por sus dueños
Andrade, una de las mentes lúcidas de a los campesinos. El 8 de junio de
la época, excluye a los trabajadores 1947, 78 de los 108 parlamentarios li­
del campo del pago de prestaciones. berales aprobaron el plan Gaitán, re­
Sintomáticamente, la SAC refrenda dactado por este dirigente, por Gui­
la actitud del Congreso al considerar llermo Hernández Rodríguez, Anto­
«que los defectos de la ley de tierra de nio García y Antonio Ordóñez Ceba-
1936 fueron corregidos por medio de llos. A pesar de su carácter bastante
la ley 100 de 1944 que regula, sobre autoritario y de sus preocupaciones
bases de recíproca claridad y seguri­ coyunturales (víveres caros y escasos
dad, las relaciones entre propietarios en las ciudades), el plan fue la tenta­
y arrendatarios o aparceros evitando tiva más elaborada para resolver el
los abusos y los conflictos que surgie­ problema agrario colombiano: la ley
ran con la aplicación e interpretación 200 peca por juridicismo y la ley 100
de la ley 200». por reaccionaria, los autores quieren
La reforma agraria estaba bien en­ luchar tanto contra el minifundio
terrada y hasta hoy día se iría a dis­ como contra el latifundio al proponer
cutir tanto su significado general como la constitución de unidades agrarias,
su significado agrario. La renuncia de­ lotes sobre los cuales se mantendrán
finitiva de López en julio de 1945 la prácticas colectivas de trabajo. Un ins­
iría a sepultar definitivamente. tituto adquiriría las tierras que no res­
ponden a una función social en par­
Las elecciones de 1946 vieron divi­ ticular, en la periferia de las grandes
dirse al liberalismo y permitir la vic­ ciudades. La unidad agraria que se
toria del candidato conservador: Ma­ constituiría con ellas constaría de una
riano Ospina. A pesar de que el he­ granja piloto estatal y de fincas cam­
redero del partido comunista colom­ pesinas (pagaderas en 20 años a partir
biano, el partido socialista democrá­ del segundo año siguiente a su adqui­
tico, iba a pronunciarse a favor de sición). Se formarían cooperativas, y
Turbay, el otro candidato liberal. Gai- la producción respondería a un plan.
tán, recibiría los votos de las regiones El asesinato de Gaitán el 9 de abril
campesinas más caracterizadas por sus de 1948 marcó el fin de las esperanzas
luchas anteriores: Sumapaz, Norte y de una modificación pacífica de las re­
Oriente del Tolima, Norte del Cauca, laciones agrarias. A pesar de los es­
Costa Caribe; Viotá, Tibacuy y Cha­ fuerzos del presidente Ospina, desde
parral, de fuerte presencia comunista, fines de 1949, la violencia y las accio­
darían la mayoría a Turbay. nes armadas van a ser determinantes
Gaitán iría desde entonces a con­ en el campo.
quistar el partido liberal y en enero de
337
Capítulo 12

Bibliografía
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SÁNCHEZ, GONZALO. Las ligas campesinas en Colombia. Bogotá, Tiempo Presente, 1977.
Capítulo 13 339

La cuestión agraria en Colombia


(1958-1985)
Pierre Gilhodes Hubo importantes movimientos de
población, en parte causados por la
violencia, hacia las cuatro ciudades
l concluir el gobierno del general mayores (Bogotá, Medellín, Cali, Ba-
A Gustavo Rojas Pinilla no se ter­
mina automáticamente la violencia.
Ella seguirá en tal o cual región y se­
rranquilla) y hacia las intermedias;
también se constataron grandes mo­
vimientos de población hacia las múl­
gún diversas modalidades hasta la ex­ tiples fronteras agrícolas del país: Ura-
terminación de las principales bandas bá, Cesar, Magdalena medio, piede-
que la simbolizan, a mediados del monte Andino. Estos movimientos
mandato del presidente Guillermo nos son mejor conocidos por las mo­
León Valencia. nografías que por los censos, ya que el
Antes de acabarse estas bandas vio­ de 1951, al que iba a seguir el de 1964,
lentas sobrevivientes del período an­ fue poco confiable.
terior, surge ya la violencia politizada, Diversos estudios han llamado la
de nuevo cuño, nacida a ejemplo de la atención del país sobre el sector agrí­
Revolución cubana de enero de 1959. cola al comenzar el período que nos
A pesar de todo, los años 50, los de la ocupa, es el caso de la misión del Ban­
Violencia, habían comportado cierto
auge de la producción agrícola, por lo
Estampilla de correos
menos la de un sector moderno, en ex­ conmemorativa de los
pansión, protegido por el gobierno, primeros 25 años de
tanto la caña del Valle del Cauca, servicio de la Caja
como el arroz del Tolima y del Huila, Agraria, 1956.
y el algodón en la Costa y en los valles
interiores.
En el sector cafetero, después de
1954, sobrevino un largo período de
depresión que provocó las reuniones
de productores y consumidores que
concluyeron con el Pacto de 1962, aún
vigente.
340 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

co Mundial, también conocida como Las formas indirectas de tenencia,


Misión Currie, que vino al país a fines en las cuales predominan relaciones
de los 40; en el decenio siguiente el precapitalistas de producción, son las
equipo francés Lebret Birou también de 282.000 explotaciones que se ex­
formula un diagnóstico sobre la situa­ tienden sobre 2.000.000 de hectáreas.
ción económica y social del país; para La superficie de estas fincas, maneja­
el café, un estudio CEPAL-FAO de das por arrendatarios, aparceros, etc.,
1958... así como estudios nacionales es significativa porque, por lo general,
globales o sectoriales, por ejemplo: el son tierras dedicadas a la agricultura
trabajo de Ernesto Guhl sobre Caldas propiamente dicha.
en 1956. El nivel técnico de dicha agricultura
es, entonces, bajo. Aun en 1968, des­
La agricultura a comienzos pués de diez años del Frente Nacional,
tan sólo el 3,6 % de las explotaciones
de los 60 declaraban usar maquinaria (la mitad
La agricultura, la ganadería, los bos­ en el Valle y el Tolima, donde más se
ques de propiedad privada ocupan en­ desarrolló la agricultura capitalista).
tonces la cuarta parte del territorio na­ En 1965, el 16 % de los cultivos anua­
cional. Sobre estas 27.337.000 hectá­ les habían sido abonados.
reas, los cultivos son calculados, según El crédito agrícola, según las cate­
el censo agropecuario de 1960, gorías de agricultores o de produc­
3.530.000 hectáreas; los pastos, ción, puede llegar por diversos cana­
14.605.000 hectáreas; los bosques, les: de la Caja de Crédito Agrario
6.387.000 hectáreas y el resto los te­ para el campesino, o de los bancos es­
rrenos de rastrojo. pecializados (cafetero, ganadero...) o
Son muchas las tierras, inclusive en no especializados para los agricultores
el centro del país, que escapan a la más importantes.
apropiación privada, pero las tierras El sector moderno de la agricultura
baldías pueden ser ocupadas por co­ (algodón, arroz, caña de azúcar, ajon­
lonos, ocupantes precarios de peque­ jolí, sorgo...) ve crecer su producción
ñas o grandes superficies. La ley 200 aun cuando conozca ciclos de produc­
de 1936, de haberse aplicado, hubiera ción; el sector tradicional (maíz, fríjol,
podido resolver estos problemas de caña para panela, yuca...) no tiene el
simple o disputada posesión. mismo dinamismo, con la notable ex­
Tanto los datos del catastro como cepción de la papa.
los del censo son inseguros; sin em­ En lo que se refiere a la ganadería,
bargo, permiten aislar, como en los se estimaba para 1960 que en Colom­
demás países andinos, la existencia de bia existían 17.614.377 cabezas de bo­
un complejo latifundio-minifundio así vinos (de los cuales 14 % lechero y el
como, lo que es más específico de Co­ resto esencialmente de doble uso, le­
lombia, la presencia de importantes chero y para carne) y treinta y dos mi­
capas medias aun cuando heterogé­ llones de hectáreas de potreros (trece
neas: pequeños productores de café, millones con pasto artificial, ocho mi­
campesinos pobres o medianos, agri­ llones con pasto natural permanente y
cultores capitalistas. De 1.209.672 ex­ el resto con pastos ocasionales). El
plotaciones (lo que no quiere decir ex­ consumo anual per cápita de carne bo­
plotantes), 410.155 corresponden en­ vina, en estas condiciones, no pasaba
tre 5 y 100 hectáreas y poseen casi el de veinte kilos, cifra a todas luces baja
30 % de las tierras explotadas; 40.151, y que apenas ha mejorado en la ac­
entre 100 y 1.000 hectáreas, ocupan el tualidad.
35,6 % de las tierras; 2.761 de más de Con contadas excepciones, en par­
1.000 hectáreas ocupan el 30,5 % de ticular en la ganadería de leche, se tra­
las tierras, y el resto representa el mi­ ta de una ganadería hiperextensiva, de
nifundio. bajo nivel técnico. Muchas de estas
Capítulo 13 341

fincas ganaderas ocupan buenas tie­ campesinos independientes confirma


rras planas que se prestarían a la agri­ la apreciación formulada anteriormen­
cultura mecanizada. te sobre la existencia de capas medias
En muchas ocasiones se alude a que rurales.
Colombia tiene pocas tierras óptimas La importancia de la agricultura en
a partir de los datos de la clasificación la vida nacional queda testimoniada
de suelos. Esto refleja un concepto es­ por su proporción en el producto in­
tático de lo que es la tierra y olvida terno bruto: 31,7 % en 1960, porcen­
que el suelo se hace, se mejora con taje que baja constantemente.
prácticas de drenaje o riego, de abono Por cabeza, el producto agrícola
masivo... Así se hicieron los mejores creció aproximadamente un 1 % por
suelos del mundo, los del desierto del año, mientras el PIB por cabeza cre­
Neguev en Israel, por ejemplo. cía 1,5 %.
Los productos agrícolas representan
El campesino lo esencial de las exportaciones del
país, en primer lugar el café, más de
En el censo de 1964, la población total la mitad de las exportaciones en la dé­
era de 17.482.000 habitantes con una cada de los 60, pero también los ba­
tasa de crecimiento de 3,2 % al año, nanos, el algodón, el tabaco, la carne.
que desde entonces se redujo consi­ En claro contraste, el sector agrario
derablemente. Este censo clasificaba sólo representa el 11 % de los ingresos
como rurales un 47,9 % de colombia­ fiscales del país a comienzos de los 60
nos que vivían en el campo o en cen­ y, año tras año, se evoca la gran eva­
tros menores de 1.500 habitantes. sión fiscal del sector.
Para la población rural mayor de En el campo, según los trabajos de
siete años, la tasa de analfabetismo Albert Berry de la Universidad de
era del 45 %, contra el 30 % de la po­ Yale, a comienzos de los 60 el ingreso
blación total. rural promedio no había cambiado
Es una población muy movediza, desde 1935. El 70 % de los campesi­
cuyas migraciones, estacionales o de­ nos sólo recibía el 26 % del ingreso
finitivas, reflejan los problemas del del sector, el 5 % superior —ya no
campo. En el censo ya referido, eran campesinos— recibía el 43 % de
3.000.000 de colombianos eran mi­ dicho ingreso.
grantes, una tercera parte de los cua­ El nivel material de vida de la po­
les en migración rural hacia las zonas blación rural era muy bajo. En el cen­
de dinamismo agrícola o hacia las so de la vivienda, para el campo, 47 %
fronteras agrícolas. de viviendas de una sola pieza cobijan
El 47 % de la población activa total, cuatro personas o más, 82 % de las vi­
o sea 2.426.699 colombianos y colom­ viendas rurales no tenían letrinas,
bianas, trabajaban en la agricultura, la 95 % no disponía de electricidad. Se
ganadería y la pesca, 308.189 eran em­ podrían aducir estadísticas sanitarias
pleadores de mano de obra, 715.456 igualmente desoladoras sobre la situa­
trabajadores independientes, 961.153 ción del campesino colombiano.
peones asalariados, 61.071 empleados
y 369.000 auxiliares familiares (espo­ Justificación de la reforma agraria
sas, hijos, no remunerados). Más allá
del carácter esquemático de esta cla­ La reaparición de una propuesta de
sificación, puede llamar la atención la reforma de las estructuras agrarias se
alta cifra de campesinos sin tierra. Sin explica por tres factores simultáneos:
embargo, no son una categoría ho­ en primer lugar, la continuación del
mogénea y encubre tanto a semipro- gran debate que se conoció en los años
letarios como a parceleros que alqui­ 30 y se concretó a la vez en la reforma
lan sus brazos parte del año; igual­ constitucional de 1936 y la ley 200 del
mente, la cifra relativamente alta de mismo año, su máximo avance jurídi-
342 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Alberto Lleras, pusieron el acento en­


tre otras cosas sobre estos factores. La
argumentación de Orlando Fals Bor­
da, de monseñor Germán Guzmán, de
Milcíades Chávez, etc. fue fortalecida
por una serie de ocupaciones de tierra
que se produjeron entonces.
En último lugar se ejerció sobre Co­
lombia, como sobre otros países lati­
noamericanos, cierta presión por par­
te de organismos internacionales o ex­
tranjeros que consideraban inadecua­
das las estructuras agrarias del país tal
y como se conocían entonces. Fue el
caso, para citar un ejemplo, del infor­
me de 1956 del Banco Internacional
de Reconstrucción y Fomento, hoy co­
nocido como Banco Mundial, sobre el
desarrollo de la agricultura en Colom­
bia, «en búsqueda de un tipo de uso
de la tierra más eficiente». Él informe
analizaba diversos conflictos agrarios
y concluía sobre la parálisis del go­
bierno en la materia.
Al año siguiente, el estudio de la
CEPAL sobre el desarrollo económi­
co de Colombia también criticaba la
tenencia y el uso de la tierra.
A partir de 1958 se abrió en la ve­
cina Venezuela un debate de cierta re­
sonancia sobre la conveniencia de la
reforma agraria. Este debate se am­
pliaría más tarde con la promulgación
de la primera ley cubana de reforma
agraria.
Alberto Lleras Camargo: co, y también en modificaciones, más En efecto, al limitarse la violencia
bajo su segundo o menos de facto, de la tenencia de la durante la Junta Militar de 1957, rea­
gobierno, primero del tierra en varias regiones del país. Los pareció la actividad campesina, así
Frente Nacional, se
propuso y se sancionó políticos que promovieron un avance como las ocupaciones de tierra. En
la reforma agraria y de la reforma agraria son, a menudo, Cunday y Villarica, se formaron en
la creación del Incora, los mismos que intervinieron en los 1957 sindicatos de variada orientación
por la ley 135 de 1961, años 30, como el más destacado y con­ ideológica pero mirando todos hacia
sancionada el día secuente de ellos, Carlos Lleras Res­
13 de diciembre. las grandes haciendas. A comienzos
Carlos Lleras Restrepo, trepo. de 1958 se presentaron ocupaciones de
jefe del partido liberal, En segundo lugar, en la violencia de haciendas en Altamira (Huila), Fusa-
tuvo una participación los años 50, había aflorado un nuevo gasugá, Silvania, epicentros de los
decisiva en la enfoque de la cuestión agraria en el
aprobación del proyecto. conflictos; más tarde, en este mismo
oriente y el sur del Tolima, en el gran año, hubo invasiones en Viotá (Java,
Caldas y en el Magdalena medio. Evi­ Florencia) y amenazas de invasión en
dentemente, se trata aquí más de un Buenavista y Atala; en La Gloria se
terreno de la violencia que de una ex­
plicación ultima ratio del fenómeno. agudizó el conflicto en las tierras de
Los estudiosos del problema, espon­ Alberto Marulanda Grillo, en las que
táneos, o los que reunió el presidente ya había debido intervenir el general
Rojas Pinilla.
Capítulo 13 343

En diciembre de 1958, el Octavo partido conservador dividido en dos


Congreso del Partido Comunista de grupos rivales, necesidad que se des­
Colombia declaró: «Se cerró la etapa prendía del pacto de Frente Nacional,
de las luchas armadas, comenzando la fue una de ellas; la resistencia de cier­
transformación de los movimientos tos sectores liberales vinculados o no
guerrilleros en amplios movimientos de a la propiedad del suelo, fue otro fac­
masas» y su declaración programá­ tor negativo; los gremios agrarios en­
tica definía una reforma agraria de­ cabezados por la Sociedad de Agri­
mocrática con la «confiscación de las cultores de Colombia, aplicaron en
grandes propiedades latifundistas y esta ocasión lo que iba a ser su táctica
entrega de la tierra, aperos, herra­ favorita: nunca oponerse frontalmen­
mientas y animales de labor, gratui­ te, sino multiplicar las escaramuzas,
tamente a los campesinos, trabajado­ las tácticas dilatorias o perfeccionis­
res sin tierra, con poca tierra [...] Será tas y la captación de los organismos
respetada la propiedad de los campe­ creados si no se podía evitar la de­
sinos ricos, quienes recibirán ayuda cisión .
técnica del Estado. Se respetarán las
formas de explotación industrial en el El gobierno encontró el apoyo de la
campo». Iglesia católica sensibilizada por las
conferencias católicas sobre la vida ru­
En agosto de 1959 se reunió en Me- ral (la de Iowa en 1954, la de Panamá
dellín bajo la presidencia de Hernán en 1955, la de Santiago en 1957) y por
Toro Agudelo el Congreso de la Ju­ la declaración de la Conferencia Epis­
ventud Liberal, que propuso «La pro­ copal para América Latina de noviem­
visión de tierras suficientes a todos los bre de 1960.
campesinos mediante la ocupación
preferente de las que se encuentran
vecinas a los centros de consumo hoy Hacia la ley
mal utilizadas, expropiándolas con in­ El 6 de enero de 1959, con motivo de
demnización basada en los actuales nuevas invasiones en Viotá, el presi­
avalúos catastrales o, en ciertos casos, dente de la República declaró: «no
sin indemnización [...] reversión al Es­ debe haber tierras improductivas en el
tado de las tierras incultas o mal uti­ país», y propuso «dar a la propiedad
lizadas [...] las adjudicaciones deben territorial un sentido social».
ser gratuitas hasta ciertas extensiones Diversos proyectos de estatuto
o cuando las tierras vayan a ser explo­ agrario aparecieron en las sesiones ex­
tadas en forma cooperativa». tras del Congreso de comienzos de
Al temer una repetición de los dis­ 1959. El propio ministro liberal de
turbios agrarios de los años 30, el nue­ Agricultura y eminente ganadero, Au­
vo presidente, Alberto Lleras, decidió gusto Espinosa Valderrama, anunció,
actuar. Se veía también presionado en el mismo mes de enero, que en las
por la necesidad de recuperar terreno próximas semanas presentaría al pre­
para su partido en el campo, después sidente un proyecto de ley agraria. Di­
de diez años de inactividad político- cho proyecto fue entregado el 28 de
electoral; por fin, las consideraciones enero a la Comisión Quinta del Se­
económicas, productivas, tanto para el nado. Usaba principalmente la fisca-
consumo interno urbano como para lidad para obligar a los propietarios a
el desarrollo de nuevas exportaciones, poner sus tierras a producir; el pro­
pesaron en esta determinación del go­ ducto de las tasas permitiría alimentar
bierno. un fondo agrario destinado a comprar
Carlos Lleras Restrepo, jefe del tierras para aumentar el número de
partido liberal, tuvo una gran influen­ campesinos propietarios; dicho pro­
cia en esta política, que se implementó yecto fue atacado por el diario con­
en medio de muchas dificultades. La servador El Siglo, por la SAC y por la
necesidad del entendimiento con un Federación de Cafeteros.
344 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

lamentaria terminó, sin embargo, sin


discutir del tema, y el comienzo del
año 1960 fue ocupado por la campaña
electoral de Mitaca. La victoria en ella
de Mariano Ospina sobre Laureano
Gómez se atribuyó entre otras cosas a
la movilización de los caficultores con­
tra el proyecto de reforma y la crea­
ción de impuestos sobre la tierra que
implicaba. Como consecuencia de su
derrota electoral, renunciaron los mi­
nistros laureanistas y, en junio, Hugo
Ferreira Neira fue nombrado ministro
de Agricultura. No era más favorable
a la reforma que Gilberto Arango
Londoño.
Mientras tanto, la situación en el
campo se deterioraba. En un mes, tres
atentados contra varios ex líderes de
Augusto Espinosa La Comisión Quinta inició audien­ las guerrillas campesinas como Silves­
Valderrama, ministrode cias a representantes de los gremios, tre Bermúdez en el municipio de Pra­
Agricultura, presentó a pero el proyecto no resurgió después do y Charro Negro en Gaitania (mu­
nombre delpresidente de la clausura de las sesiones extraor­ nicipio de Planadas), vencedor en la
Lleras Camargo el
proyecto de ley agraria dinarias. Un cambio de gobierno ha­ misma región, resultaron exitosos; un
a la Comisión Quinta del bía llevado al Ministerio de Agricul­ mes más tarde Juan de la Cruz Varela,
Senado, el 28 de enero tura al conservador laureanista y ca­ dirigente agrario del Sumapaz y par­
de 1959. Presiones fetero Gilberto Arango Londoño. La lamentario del Movimiento Revolu­
políticas y gremiales, SAC negaba la concentración de la cionario Liberal, era atacado y su hijo
la violencia en el agro,
las invasiones de tierra, hasta que, algunos años más herido, en Bogotá. En todo el país
tierras y las tarde, se hiciera y publicara un censo —Caldas, Santander, Cauca— estos
recomendaciones de agropecuario, y pedía sobre todo es­ atentados iban dirigidos contra cam­
organismos tímulos para 'a inversión, seguridad y pesinos, generalmente ex guerrilleros,
internacionales hacían colonización de tierras baldías.
indispensable el
que integraban el Movimiento Revo­
estudio de una reforma En su mensaje al Congreso de julio lucionario Liberal de Alfonso López,
agraria. En lafoto, de 1959, Alberto Lleras pidió una y que se consideraban como los más
de octubre de 1958, pronta discusión del proyecto de re­ radicales.
el ministro y ganadero
departe con médicos
forma agraria. En la Convención Con­ Frente a la probable candidatura de
veterinarios, en un servadora, Laureano Gómez insistió Alfonso López para la presidencia de
homenaje en el sobre la alternativa de la colonización la República en 1962, y por las razones
restaurante Temel, Bogotá. que iba a ser el principal caballo de ba­ antes mencionadas, también se resol­
talla de los opositores a la reforma du­ vió apresurar una discusión de ley de
rante veinte años, sobre el pago en reforma agraria.
efectivo y no en bonos de las tierras Al viajar a Estados Unidos en abril
expropiadas. de 1960. Alberto Lleras reclamó un
El último día de agosto se creó una préstamo de cien millones de dólares
comisión conjunta de las dos cámaras para implementar una política agraria
para examinar los diferentes proyec­ cuyos ejes serían la colonización de
tos, sin que se supiera más de ellos. baldíos, entonces en manos de la Caja
En noviembre de 1959, Alberto Lle­ Agraria que dirigía Augusto Espinosa,
ras asistió al Congreso Campesino y para carreteras, viviendas y créditos
pidió una reforma agraria destinada a rurales. El 20 de julio, en su mensaje
crear una clase media rural; se pro­ al Congreso, el presidente aún ponía
nunció contra la existencia de propie­ el énfasis sobre la colonización dirigi­
dades privadas incultas. La sesión par- da de baldíos. El último día de agosto,
Capítulo 13 345

creó un Comité Nacional Agrario des­ nización de los campesinos. Al día si­
tinado a proponer, por consenso de las guiente, uno de los más autorizados
fuerzas políticas y gremiales, un pro­ representantes del conservatismo os-
yecto de ley agraria. Carlos Lleras pinista había presentado una contra­
Restrepo presidió dicho comité y bus­ propuesta con la creación de corpo­
có darle un carácter radical propo­ raciones agrarias regionales para par­
niendo, por ejemplo, limitar a tres­ celación, crédito, colonización y mer­
cientas hectáreas la propiedad priva­ cadeo; para él, «tanto la parcelación
da. Frente a una conjunción de fuer­ como la colonización deben ser pro­
zas hostiles, tuvo que dar marcha gramas previamente planificados». La
atrás. Sin embargo, recibió en sep­ contrapropuesta proponía la creación
tiembre el apoyo de la Conferencia de de un impuesto predial y la financia­
la OEA reunida en Bogotá, que en el ción de las corporaciones principal­
acta final se declaró a favor de la re­ mente con créditos externos.
forma agraria. A comienzos de octubre, Alfonso
López Michelsen también propuso la
La discusión de la ley entrega gratuita de tierras a los cam­
pesinos en los sitios donde viven y tra­ Laureano Gómez llega
El 16 de julio, Carlos Lleras había pu­ bajan, la liquidación completa del la- al Teatro Colón de
blicado sus Bases para una política tifundismo, el fomento del coope­ Bogotá, para asistir
agraria, donde atacaba el grado de rativismo y de la ayuda mutua entre a una sesión de la
concentración de la propiedad de la campesinos, la participación activa Convención Conservadora
de septiembre de 1959.
tierra en Colombia, así como la explo­ de organizaciones campesinas en los Allí, el ex presidente
tación por aparceros y arrendatarios, organismos de reforma, el crédito fácil insistió en la
en particular en fincas cafeteras; pro­ y barato, la apertura de nuevos mer­ colonización de tierras
ponía una descentralización de las par­ cados, la generalización de la escuela incultas como alternativa
celaciones y titulaciones, así como el rural de cinco años... a la reforma agraria,
y también en el pago
pago, parte en efectivo y parte en bo­ En el Comité Agrario, al lado de en efectivo, y no en
nos de interés variable, de las tierras Carlos Lleras, se encontraban el ar­ bonos, a los afectados
adquiridas; quería fomentar la orga­ zobispo de Bogotá, el general Ruiz por expropiaciones.
346 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

grandes. A la oposición fundamental


sobre las formas de indemnización de
tierras expropiadas entre los que la pe­
dían inmediata y en efectivo y los que
aceptaban bonos, se añadió una dis­
cusión interna entre estos últimos; por
ejemplo, Augusto Espinosa Valderra-
ma, Hernán Jaramillo Ocampo y Luis
Guillermo Echeverri aceptaban los
bonos, pero discutían sus plazos e in­
tereses. Pedían bonos sobre el valor
comercial de la tierra y no, como se les
proponía, sobre el valor catastral. La
discusión no enfrentaba solamente a
liberales y conservadores sino que,
como es regla en la materia, dividía a
los liberales; en el Senado, el ex mi­
nistro Pedro Castro Monsalvo fue uno
de los más duros opositores a la refor­
ma; por su parte, Belisario Betancur
propuso la simple aplicación de la ley
200 de 1936. Finalmente, Luis Gui-
--ermo Echeverri defendió el proyecto
del comité, mientras lo atacaban o
presentaban alternativas Alvaro Gó­
mez, Gilberto Arango Londoño, Her­
nando Sorzano, Abraham Pupo Villa,
Ramiro García Badel...
En octubre de 1960 renunció el ga­
binete y Carlos Lleras pidió el Minis­
terio de Agricultura que le fue negado
(y confiado a Otto Morales Benítez)
por oposición de los conservadores y
de algunos liberales.
El proyecto de ley fue entregado al
Gilberto Alzate Novoa, los ministros de Agricultura y Senado el 3 de noviembre; su discu­
Avendaño y Carlos Lleras de Obras Públicas, senadores liberales sión iba a ser una de las más largas de
Restrepo firman como Germán Zea, Hernán Toro la historia parlamentaria colombiana.
el proyecto de
reforma agraria, Agudelo y Jaime Angulo Bosa, lau- Frente a él no hubo unanimidad en la
como miembros del reanistas como Álvaro Gómez y Be- jerarquía católica; lo atacaron el ar­
Comité Agrario lisario Betancur, ospinistas como Her- zobispo de Ibagué, los obispos de Es­
encargado de redactarlo, nán Jaramillo Ocampo y José María pinal y Santa Rosa de Osos. Para Al­
el 23 de octubre de 1960. Arias, también Gilberto Alzate y, por varo Gómez, la reforma agraria era
el MRL, Alfonso López Michelsen y «agitación demagógica y política», el
Gerardo Molina, el gerente de la Caja verdadero problema era resolver la
Agraria, Luis Guillermo Echeverri de maraña de la titulación de tierras y no
la SAC, Eugenio Colorado de FA- crear una «Leviatán» como iba a ser el
NAL-UTC, etc. Dicho comité trabajó INCORA. Esta resistencia laureanista
hasta el 23 de octubre, fecha en que su
proyecto fue presentado al gobierno contrastaba con la actitud de mayor
para su aprobación. fluidez del ospinismo, que simplemen­
te proponía modificaciones al proyec­
Las dificultades para llegar a un to de ley; éste ponía en dificultad al
proyecto que representaba un com­ Movimiento Revolucionario Liberal,
promiso entre diversas fuerzas fueron
cuyos parlamentarios criticaban la rao-
Capítulo 13 347

deración o la timidez del proyecto. En zada por sus títulos académicos y su


un discurso en el hotel San Francisco trayectoria, y en cuyas propuestas
de Bogotá, el dirigente del MRL, que iban a encontrar su inspiración todos
respaldó siempre su teniente Indalecio los críticos, iba a ser la Operación Co­
Liévano Aguirre, señaló: «Nosotros lombia elaborada por el canadiense
sostenemos que el mayor problema Lauchlin Currie. En ella se inspirarían
agrario reside en la necesidad de abo­ los opositores de la reforma en los
lir los contratos que rigen desde la años 60 y los de la fase de desmonte
época española en algunos lugares de de ella en los años 70.
Colombia, por medio de los cuales el Currie presentó su plan a Alberto
arrendamiento de predios rústicos se Lleras en abril de 1961. Proponía
paga en términos de especies de tra­ «crear en las ciudades oportunidades
bajo dando origen a la relación pa­ de trabajo mejor remunerado para los
trón-peón, que se sustrae a todas las habitantes del campo y de las peque­
leyes sociales y que debe ser sustituida ñas poblaciones que allí no encuentran
por la de patrono-obrero con contra­ ocupación remunerativa» mediante un
tos monetizables, con las respectivas programa de construcción masiva de
prestaciones y obligando de este modo viviendas de bajo costo, el estímulo
a los hacendados a explotar directa­ del ahorro a través de ajustes indexa-
mente su tierra, sin recurrir a aparce­ dos sobre el costo de la vida, el pleno
rías, poramberías, medianerías y tan­ uso del equipo existente. En la misma
tos otros contratos que no son en di­ agricultura se desarrollaría una pro­
nero y que permiten mantener sin ex­ ducción comercial destinada en par­
plotación económica directa grandes ticular a las exportaciones (Currie in­
extensiones de tierras.» sistió fundamentalmente sobre expor­
Pero, frente a la reforma «caballo taciones de carne). Se resolvería el
de batalla de la demagogia política y problema agrario por la salida de los
bandera del sectarismo de un partido» campesinos, se aumentaría la deman­
como escribía monseñor José Grego­ da aun cuando fuera inevitable el alza
rio Lozano, la gran respuesta, autori­ de los precios de los productos agrí­

Una manifestación
de los años 60,
para urgir la
implementación de
la reforma agraria,
bajo el lema
"Tierra o muerte".
348 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

colas. Un texto de Currie de 1960 sin­ nes; rechazadas o evacuadas, volvían


tetiza su posición sobre la tenencia: a invadir. Este episodio, que cubrió
«La parcelación excesiva de las tierras los tres municipios del oriente del To-
implicaría una disminución notable de lima, fue visto como el preludio a una
la producción nacional por cabeza y grave agitación agraria.
por hectárea [...] Para la producción A pesar de la oposición laureanista
más económica de ciertos cultivos se dirigida en la Cámara por Hugo Es­
requieren considerables extensiones cobar Sierra, el proyecto fue aprobado
de tierra y el uso de numerosos equi­ el 23 de noviembre y sancionado por
pos mecánicos costosos [...] ya es el presidente el 13 de diciembre como
tiempo que la persona con título váli­ ley 135 de 1961, base de toda la polí­
do para su tierra sea protegida por el tica agraria de estos últimos veinticin­
Estado de manera inmediata y eficien­
te contra la invasión de su propiedad.» co años. El 29 de diciembre se cons­
La ley estuvo en discusión en el tituyó el Instituto Colombiano de la
Congreso durante un año completo. Reforma Agraria (INCORA) dirigido
Dio lugar a múltiples enfrentamien­ por un economista de 31 años, Enri­
tos, al boicot de las sesiones por los que Peñalosa, quien había sido asis­
parlamentarios laureanistas. El liberal tente de Currie, funcionario del BIRF
huilense Alberto Galindo pudo obser­ y director de la Corporación Autóno­
var que la discusión de la ley «se hace ma Regional de la Sabana de Bogotá.
más con base en aliar simpatías elec­
torales a jugar a eso de las candida­ La ley 135 de 1961
turas presidenciales, que con el anhelo
de hacer en realidad una ley para los La ley está a gran distancia del pro­
hombres del campo»; añadía que «di­ pósito inicial de Carlos Lleras y sufrió
cha ley favorecería a unos treinta y muchas modificaciones en su larga tra­
cinco mil familias cuanto más». mitación ante el Congreso.
Su primer artículo en seis párrafos
El 9 de junio de 1961, cuando el Se­ define el objeto de la ley: social, o sea
nado aprobó por fin la reforma agraria eliminar y prevenir una concentración
antes de pasarla a la Cámara, varios inequitativa de la propiedad, crear
conflictos agrarios de índole diversa unidades de explotación adecuadas,
llamaban la atención: bandolerismo dar mejores garantías a aparceros y
social en el Norte y Centro del Toli- arrendatarios, dotar de tierras a los
ma, en Caldas y Norte del Valle, apa­ peones del campo y elevar el nivel de
rición de un movimiento guerrillero de vida de los campesinos; económico:
tipo nuevo, el Movimiento Obrero Es­ fomentar el cultivo de las tierras in­
tudiantil Campesino (MOEC) en el cultas o mal cultivadas, incrementar la
Cauca, Boyacá y Santander... así producción y la productividad, asegu­
como ocupaciones de tierras en varias rar la conservación de los recursos na­
partes del país: en Cunday, desde fi­ turales.
nes de 1960, el sindicato pedía la par­ La ejecución de esta obra se confía
celación de varias haciendas como El al Instituto Colombiano de la Refor­
Revés y, a comienzos del año, empezó ma Agraria, financiado por el Estado
a invadir fincas ganaderas y cafeteras y por recursos externos; al lado de su
de la familia Uribe-Holguín (Guasi- gerente, nombrado por el presidente
mal, El Rodeo, Varsovia, Patecuin- de la República, lo administra una
de...); tres sindicatos, uno con tenden­ junta en la que figuran los ministros de
cia conservadora, el segundo comunis­ Agricultura y de Obras Públicas, un
ta y el tercero liberal, se pusieron de representante de la Caja Agraria, del
acuerdo (en la propia casa cural de INA (hoy IDEMA), del Instituto
Cunday) y se repartieron estas fincas Geográfico Agustín Codazi, de las
en zonas de influencia; participaron Cooperativas, de la SAC, de FEDE-
numerosas familias en estas invasio­ GAN, de Acción Católica, de los tra-
Capítulo 13 349

Clausura del primer


Consejo Social Agrario,
en abril de 1963:
padre Camilo Torres,
delegado de la Curia
en la junta del Incora;
Cornelio Reyes,
ministro de Agricultura;
Enrique Peñalosa
Camargo, gerente general
de Incora; Guillermo
Amaya Ramírez, senador,
y Raúl Vásquez Vélez,
representante. Esta
fue la única ocasión
en que este Consejo
Agrario se reunió.

bajadores del campo, de las Fuerzas contado y en efectivo con un tope má­
Armadas, dos senadores y dos repre­ ximo de cien mil pesos y el saldo en
sentantes completan la Junta y repre­ ocho años o en bonos A. Las otras tie­
sentan por igual a los dos partidos, así rras, el 20 % en efectivo y al contado
como a las diversas regiones del país. (con un máximo de trescientos mil pe­
Con excepción de los representantes sos), el saldo en cinco años o en bonos
de la Iglesia y de las Fuerzas Armadas, A. Por el decreto 2895 del 26 de no­
se procuró llegar a la paridad entre los viembre de 1963 se determinó que el
dos partidos como era de rigor en to­ valor de la tierra para efectos de in­
dos los organismos del Estado durante demnización sería el valor catastral del
el Frente Nacional. predio.
Un Consejo Social Agrario sólo se En todos los casos, el propietario
reunió una vez en 1963. El INCORA puede conservar el dominio de cien
administraría diversos tipos de tierra: hectáreas de sus tierras. La ley deter­
los baldíos de la nación, las tierras mina un orden de prelación en la
donde se practicaría la extinción de la adquisición de tierras en una región
propiedad, las tierras cedidas por sus determinada: tierras incultas, mal ex­
propietarios, las tierras vendidas al plotadas, explotadas por aparceros o
INCORA, las tierras expropiadas. arrendatarios, adecuadamente explo­
Las condiciones de las compras o tadas.
expropiaciones habían sido objeto de El INCORA puede distribuir las
largos y difíciles debates; para pagar­ tierras que le corresponde adminis­
las se crearon dos clases de bonos: A) trar: los baldíos con un máximo de 450
con interés del 7 % y en quince años, hectáreas por persona física (pero has­
B) con interés del 2 % y en veinticinco ta 3.000 hectáreas en los Llanos). El
años. Las tierras incultas se pagan con INCORA puede constituir reservas y
bonos de la clase B; las tierras mal cul­ crear zonas de colonización dirigida.
tivadas o las explotadas por aparceros Las parcelaciones se hacen sobre tie­
o arrendatarios se pagan el 20 % al rras compradas o expropiadas para
350 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

predios menores de tres hectáreas. El


Instituto tiene facultades para admi­
nistrar las tierras indígenas: crear re­
servas o parcelar resguardos. Es res­
ponsable de la creación de obras de
mejoras de suelos por drenaje y riego;
dentro de los distritos así constituidos,
puede adquirir tierras para conformar
unidades agrícolas.
La ley, a pesar de las mejoras intro­
ducidas por los decretos reglamenta­
rios del ministro Hernán Toro Agu-
delo, se mostró costosa, pesada en su
operación y lenta en sus procedimien­
tos. En febrero de 1962 se constituye­
ron consejos de reforma agraria en va­
rios departamentos: Tolima, Antioquia,
Cundinamarca, Huila y Valle que, en
realidad, tuvieron poca vida.
En abril, después de un estudio en
el que participó el padre Camilo To­
rres, se creó el Primer Proyecto de
Parcelación en Cunday, Villarica e
Icononzo y, un mes más tarde, en el
Sur del departamento del Atlántico
(Manatí), a pesar de la oposición de
los parlamentarios de los dos partidos:
Alberto Pumarejo, Carlos Martín le­
yes, Rafael Gerlein...
Con la elección del presidente Gui­
llermo León Valencia, indiferente si
no hostil a la reforma agraria, el IN­
CORA iba a tener que esperar cuatro
años a que su principal promotor, Car­
los Lleras, fuera presidente de la Re­
pública.
Camilo Torres constituir unidades agrícolas familia­ En estos años, el INCORA, tras
Res trepo: como res destinadas en primer lugar a los unos naturales tanteos y a pesar de las
asesor de Incora, trabajadores de la explotación o a sus
participó en el estudio
dificultades creadas por la ley 135, fue
del primer proyecto vecinos. Esta parcela es inalienable y construido como una maquinaria mo­
de parcelaciones de el INCORA puede imponer un plan delo de administración, pero centrali­
la reforma agraria de cultivo al parcelero, que es también zó excesivamente su actividad: cual­
en Cunday, Villarrica beneficiario potencial del crédito di­ quier adjudicación que se hiciera tenía
e Icononzo, una zona rigido. La parcela se vende al benefi­
de violencia y que hacerse en Bogotá. Multiplicó los
conflicto agrario, ciario en quince años, con tres años de frentes de intervención en la casi to­
en abril de 1962. gracia. El interés es del 2 % para los talidad de los departamentos y terri­
dos primeros años, 4 % para los si­ torios, y esta dispersión conjugada con
guientes. El precio es el de compra, el centralismo afectó negativamente
aumentado por los gastos de adminis­
tración y adecuación efectuados por el los resultados.
Instituto. Los funcionarios de rango subalter­
no, reclutados a veces en función de
Se contempla la posibilidad de crear criterios no siempre científicos, des­
unidades cooperativas de explotación. confiaban generalmente de los cam­
Queda prohibida la parcelación de los pesinos. En una tesis presentada en
Capítulo 13 351

1965 en el Instituto Católico de París, formista que hizo no poco frecuentes


Marie-Therese Findji escribe en rela­ los choques con los grandes hacenda­
ción a Cunday, una de las regiones con dos. Muchas acciones, como en Ta-
el sur del Atlántico y el norte de Cór­ malameque (hoy Cesar) o en La Plata
doba donde la presión de los campe­ (Huila), casi fueron obra de la espon­
sinos organizados era efectiva: «Se tie­ taneidad campesina; aparecían orga­
ne tendencia a hacer énfasis más sobre nizaciones de vecinos para hacerse a la
el endeudamiento de los campesinos tierra o a partes de la tierra de una ha­
—de los cuales parecería que ciertos cienda, y generalmente esta organi­
empleados del Instituto desconfían— zación nacía de la iniciativa de una
que sobre la participación activa, po­ persona situada en la periferia de la
sitiva de los campesinos llamados a ex­ comunidad: abogado, maestro, boti­
presarse y a tomar iniciativas a favor cario de un pueblo vecino. Su cola­
de su desarrollo [...] oímos declarar boración ideológica era incierta, aun
varias veces que había que acabar con cuando siempre las autoridades la til­
los sindicatos [...] buenos cuando rei­ daban de extremista y usaban de la in­
naban los dueños de hacienda, inútiles timidación v de la represión frente a
a partir de la llegada del INCORA.» ella.
Una parte de los empleados inicia­ En estos años 60 los movimientos
les del INCORA fueron despedidos campesinos tuvieron una actividad dis­
bajo la presión política y gremial que continua. Se apreciaba su existencia
se hacía sentir tanto al nivel de los pro­ en regiones cuya importancia econó­
yectos, por parte de los gamonales, mica iba creciendo. Por su terca rei­
como al de la Junta Directiva en Bo­ vindicación sobre la tierra, replantea­
gotá. En muchos sitios existió la ten­ ban y dinamitaban el complejo latifun­
dencia a administrar las tierras por en­ dio-minifundio característico de gran
cima y sin tener en cuenta a los cam­ parte del país.
pesinos de la región. A partir de 1964, la presencia de or­
ganizaciones armadas como las FARC,
La presión campesina el EPL, el ELN, nacidas en zonas de
en los años 60 agitación agraria y que tenían en sus fi­
nes programáticos la reforma agraria
Durante esta década la presión cam­ como punto crucial, constituyó otro
pesina fue relativamente localizada y tipo de presión al que debían respon­
fruto de dos tipos de organizaciones, der las autoridades.
sindicatos o ligas según las regiones; Es de comprender que. en el campo
los unos de inspiración comunista y los como en la ciudad, los movimientos
otros organizaciones de FANAL sociales no se presentan en relación di­
(UTC), orientados por la Iglesia ca­ recta con los ciclos económicos. Pro­
tólica. Los primeros eran activos en bablemente estos ciclos de actividad
Cundinamarca, Tolima. Santander, social campesina son más acusados,
Caquetá.... los segundos en la Costa según los indicadores que se tomen
Caribe, Boyacá y Huila, sin que sea (número de invasiones, número de
siempre fácil distinguir entre los dos; hectáreas afectadas, número de cam­
a FANAL le prestaban un oído rela­ pesinos participantes) que los movi­
tivamente atento las autoridades cen­ mientos urbanos. En los 60 se presen­
trales, lo que no excluía la represión a tó un auge de dichos movimientos a
nivel local. comienzos de la década, una depre­
La nueva estrategia adoptada por el sión en los años centrales y un nuevo
ejército bajo la orientación del minis­ auge que empezó con el año 1969.
tro de Guerra general Alberto Ruiz En las condiciones concretas de Co­
Novoa, mezclaba la represión y la ac­ lombia, esta coyuntura la determina
ción cívica encaminadas a quitarles sus fundamentalmente, en el campo, el
banderas, adoptando una posición re­ comportamiento del café. Esto se
Nueva Historia de Colombia. Vol. III
352

Enrique Peñalosa,
primer gerente de
Incora, y Jaime Paredes
Tamayo, gerente del
INA (hoy Idema), firman
un convenio especial,
en marzo de 1965.
El INA, según la ley
de reforma, tiene
representación en
la junta del Instituto
Colombiano de Reforma
Agraria.

debe a la cantidad de fincas cafeteras consideradas como subversivas. Bastó


(una de cada cuatro explotaciones), su una actitud nueva por parte del go­
dispersión por toda la geografía nacio­ bierno que se inauguró en agosto de
nal, los cientos de miles de trabaja­ 1966 para que esas fuerzas se desen­
dores empleados tanto de manera per­ cadenaran. El momento simbólico que
manente como de forma temporal. Sin se podría señalar sería el de la ocu­
caer en nocivas simplificaciones se pación por varios centenares de cam­
puede estimar que, en parte al menos, pesinos de la hacienda El Carmen, en
la agitación agraria 1969-1972 se debió Fusagasugá, a fines de 1968. La orga­
al mal comportamiento del café a lo nización de los campesinos en asocia­
largo de los años 60, mientras la bo­ ciones de usuarios, previstas por la ley
nanza cafetera contribuyó a la calma 135 y reglamentadas por el decreto 755
relativa de la década de los 70. En el del 2 de mayo de 1967, iba a dar otra
mismo sentido actuó la mediocridad cara a las luchas campesinas, que el pre­
agraria de los años 60: los niveles de sidente Carlos Lleras buscó en desviar
producción (con excepción de algunos de sus organizaciones tradicionales y
productos), bajos ingresos de los cam­ usar como fuerza de presión a favor de
pesinos y mejores salarios rurales la reforma por él preconizada.
acentuaron las migraciones del campo
hacia las ciudades y, en menor medi­
da, hacia las fronteras agrícolas. Realizaciones de la reforma
(1962-1970)____________________
El debate sobre la reforma agraria
y la creación del INCORA pudieron Bajo los dos mandatos de Guillermo
suscitar durante cierto tiempo la aten­ León Valencia y Carlos Lleras Restre­
ción por parte de los campesinos que po se prosiguió, con mayor dinamismo
se veían como eventuales beneficiarios en el segundo, la política prevista por
de esta política. A pesar del pobre ba­ la ley 135. En diez años el INCORA
lance que pudo presentar el INCORA recuperó por extinción de dominio
en sus primeros años, permitió la cir­ 1.958.682 hectáreas de tierra, y por se­
culación y la asimilación por los cam­ sión voluntaria (en particular de em­
pesinos —así como por otras capas de presas extranjeras, bananeras o petro­
la población— de ideas hasta entonces leras) 131.872 hectáreas. En parte, es-
Capítulo 13 353

tas tierras no eran totalmente dispo­ sado, destinado en su mayor parte al


nibles, ya que muchas de ellas estaban fomento de la pequeña ganadería.
invadidas por colonos pequeños, me­ El INCORA emprendió importan­
dianos o grandes. tes obras de adecuación de suelos. La
El INCORA compró 2.294 explo­ resistencia de Guillermo León Valen­
taciones con una superficie de 196.544 cia a la redistribución de tierras obligó
hectáreas. Expropió 27 explotaciones al Instituto a dedicar una gran parte de
con 81.312 hectáreas y recibió 275 ex­ sus recursos y de su capacidad a 16 dis­
plotaciones con 107.958 hectáreas tritos de riego que debían beneficiar
para el programa de aparceros y cerca de 150.000 hectáreas de tierras,
arrendatarios impulsado por Carlos sobre todo en la Costa atlántica. En
Lleras. ellos también fue sumamente difícil y
Las dificultades legales (trámites costosa la adquisición de tierras para
necesarios), financieras (costo de fines de redistribución.
adquisición) y políticas explican estos . Entre 1962 y 1971, en las coloniza­
resultados; por ejemplo, entre 1962 y ciones dirigidas de Caquetá, Meta, Sa-
1972, el INCORA emprendió nego­ rare y Magdalena medio, el Instituto
ciaciones para comprar 8.146 explo­ tuvo bajo su tutela 17.000 familias.
taciones sobre 1.401.713 hectáreas,
pero sólo logró las 196.544 hectáreas
ya mencionadas. Es de notar que las
explotaciones compradas o expropia­
das en su mayor parte no eran muy
grandes (86 hectáreas en promedio
para las primeras, 120 para las segun­
das). En cambio el INCORA, de 1962
a 1971, tituló 3.662.082 hectáreas de
baldíos (117.607 títulos), muy a me­
nudo a campesinos o agricultores ya
instalados a título precario sobre estos
baldíos. Entregó 3.957 títulos para
57.443 hectáreas y 4.722 contratos
provisionales de asignación para
78.946 hectáreas en tierras compradas
o expropiadas. Sobre las tierras cedi­
das entregó 3.548 títulos sobre 81.312
hectáreas y 170 contratos de asigna­
ción sobre 5.629 hectáreas; frecuen­
temente también se trataba de la le­
galización, útil, de anteriores asenta­ Por fin se fomentó la construcción de El general Alberto Ruiz
carreteables (3.661 kilómetros), es­ Novoa, ministro de
mientos. En un reparto por mandato cuelas, puestos de salud, etc. Guerra, y Eduardo
presidencial de estas realizaciones, ve­ Uribe Botero, ministro
ríamos que la mayor actividad fue la Según el gerente del INCORA, de Gobierno, asisten
de la presidencia de Carlos Lleras, ob­ Carlos Villamil Chaux, en declaracio­ en el Senado a un
servación apenas lógica. Anotemos nes de marzo de 1971, entre 1962 y debate sobre orden
además que buena parte de los resul­
1970, el INCORA recibió 3.881 millo­ público, al iniciarse
nes de pesos corrientes (2.413 por el gobierno de
tados del período siguiente de Misael aportes del gobierno nacional, 852 por Guillermo León Valencia,
Pastrana se deben a proyectos em­ en 1962.
préstamos externos destinados al cré­ Ruiz Novoa diseñó una
prendidos también en tiempos del dito supervisado, 206 por otros prés­ nueva estrategia frente
mandatario liberal. tamos externos, 316 por bonos de la a la presión en el
Fueron beneficiarías del plan de deuda agraria y 94 por venta de tierras campo, de represión
combinada con acción
crédito rural del INCORA 51.215 fa­ y valorización). cívica.
milias, las dos terceras partes de ellas El Instituto gastó 3.828 millones de
por la modalidad de crédito supervi­ pesos de la siguiente manera: distritos
354 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

de riego 980. crédito supervisado 858, la crisis estructural permanente de una


colonización dirigida 510, adjudicacio­ agricultura entonces ampliamente vin­
nes en tierras privadas 500, estudios y culada a relaciones de producción pre­
asistencia técnica 260, ayuda a coo­ capitalistas; las ocupaciones de tierra
perativas 40, gastos de administración podían vincularse fundamentalmente
380, servicio de la deuda 270, trans­ a fenómenos coyunturales, cíclicos, de
ferencias a otras entidades 30. la economía capitalista.
Los asesores que, como el nortea­
mericano David Lilienthal, orientaron La ANUC
el INCORA hacia los distritos de rie­
go, hipotecaron el porvenir de la re­ En noviembre de 1964, en el XIII
forma y redujeron la verdadera tarea Congreso de la SAC, Carlos Lleras
de redistribución. Pocos de estos dis­ había sentado su voluntad de crear
tritos fueron terminados o dieron los una asociación de campesinos usuarios
efectos económicos, y sobre todo so­ de los servicios del Estado. La orga­
ciales, esperados. nización de los campesinos, que con el
Las cifras así presentadas permitie­ correr de los años se conoció con el
ron a los grandes intereses opuestos a nombre de Asociación Nacional de
la reforma especular sobre el despil­ Usuarios Campesinos (ANUC), tiene
farro del dinero público. entonces un doble origen en la volun­
La agilización de la reforma con tad del gobernante y, en forma con­
Carlos Lleras se debió a que, por pri­ tradictoria, también en la tradición au­
mera y última vez en Colombia, hubo tónoma colombiana en sus diversas
una clara voluntad política de cumplir vertientes ideológicas y regionales que
con sus propósitos. Dos manifestacio­ corresponden a diversos tipos de es­
nes de ello fueron la modificación de tructuras agrarias. León Zamosc dis­
la legislación y la organización de los tinguió cuatro de ellas: economía cam­
campesinos. La ley primera de 1968 pesina, áreas de colonización, latifun­
permitió acelerar en algo la reforma dio tradicional costeño y llanero, ca­
desde el punto de vista procedimental, pitalismo agrario de los valles interan­
y buscó hacerla menos costosa al alar­ dinos.
gar y modificar los plazos y las con­ El decreto de mayo de 1967 encargó
diciones de indemnización. Marcó un al Ministerio de Agricultura establecer
sesgo hacia la dotación de tierras a un censo de dichos beneficiarios de los
arrendatarios y aparceros. El gobier­ servicios estatales y entregarles una
no, a diferencia del anterior, también constancia. Un año más tarde, 600.000
cumplió con la dotación de recursos al de ellos habían sido censados y 4.500
Instituto, lo que explica su mejor ren­ funcionarios fueron encargados de or-
dimiento en términos de afectaciones. ganizarlos a nivel local, departamental
Como se señaló, al comenzar su pe­ y, más tarde, nacional. El decreto
ríodo presidencial el dirigente liberal, 2420 de septiembre de 1968, al reor­
la presión campesina clásica era bas­ ganizar los servicios agrícolas del Es­
tante baja; sin embargo, no se puede tado, preveía la representación de los
separar de ella la presión que ejercían usuarios en todos los organismos. Di­
las organizaciones en armas en dife­ cha organización suscitó en un primer
rentes regiones del país, pues todas momento el recelo de las organizacio­
formulaban exigencias en materia de nes campesinas tradicionales, quienes
redistribución de tierras. En febrero veían en ella una tentativa del gobier­
de 1966, la muerte en los montes de no encaminada a subordinarlas.
Santander de Camilo Torres Restre­ A comienzos de 1969, se reunieron
po, quien había sido representante del organismos departamentales de los
cardenal en la directiva del INCORA, usuarios; la primera reunión, en fe­
pudo simbolizar esta presión. La vio­ brero, en Sucre, se celebró en presen­
lencia ponía en evidencia el papel de cia de Carlos Lleras. Los representan­
Capítulo 13 355

tes de los campesinos adoptaron un


lenguaje extremadamente radical, lo
mismo que la semana siguiente en la
reunión de Palmira. Los dirigentes
desbordaron ya la voluntad del go­
bierno, a menudo con la complicidad
de los jóvenes funcionarios encarga­
dos de asesorarlo. En diciembre, un
seminario de ciento diez dirigentes
campesinos, destinado a preparar el
primer Congreso Nacional, participó
de este radicalismo y atacó duramente
la legislación de la reforma agraria. En
marzo de 1970, en Sucre y en mayo,
en el Huila, se acusó a los usuarios de
fomentar ocupaciones de tierra. El
primer Congreso Nacional, en julio de
1970, después de la elección de Misael
Pastrana, manifestó este radicalismo,
tal vez con cierto grado de manipula­
ción por algunos asesores, de filiación ma, que se expresó a través de los gre­ Primer Congreso
maoísta y trotskista; en el mismo dis­ mios, de la prensa y sobre todo del Se­ Nacional Agrario,
curso de apertura pronunciado por el nado de la República. El radicalismo organizado por la
echó en brazos de los enemigos de la Asociación Nacional
dirigente de Sucre se notó este radi­ de Usuarios Campesinos
calismo. El congreso definió la refor­ reforma a sectores que hubieran po­ en julio de 1970,
ma «como un proceso rápido, masivo dido permanecer neutrales. en el cual se hizo
y radical destinado a redistribuir los A comienzos de 1969 se pidió el le­ patente la posición
vantamiento de la inmunidad parla­ radical de la ANUC
derechos sobre la tierra y las aguas». frente a la legislación
Hizo un llamamiento al ejército mentaria del senador del Magdalena de la reforma agraria.
(«campesinos de uniforme»), al nuevo José Ignacio Vives, acusado de haber
clero, a los sindicatos obreros. recibido dinero por parte de dos ilus­
tres hacendados amenazados por la re­
¿Habría hecho el presidente de forma, Alberto Marulanda Grillo y
aprendiz de brujo al desencadenar Manuel Ospina Vásquez. El senador
fuerzas que no podría controlar o, contraatacó violentamente, y para ello
conscientemente, en su reformismo, consiguió el apoyo de sectores opues­
quiso contraponer a la presión de los tos a la reforma y de la misma presi­
propietarios de tierra, otra, de los dencia del Senado. Ésta le dio muchas
campesinos? Todo evidencia que pro­ facultades: de julio a octubre, en de­
curó hasta el fin mantener la subor­ bates transmitidos por la radio, Vives
dinación de los campesinos a su propia comenzó por una crítica que parecía
visión de la evolución del agro y, más ser de izquierda a la reforma agraria y
generalmente, del país. Pero esta con­ terminó acusando personalmente de
cepción de una alianza de la burguesía corrupción al gerente del INCORA,
reformista con las masas rurales tro­ por entonces ministro de Agricultura,
pezó con la resistencia de otros sec­ y a un hijo del presidente. En vísperas
tores sociales. La alianza siempre fue de elecciones, con el coqueteo de Vi­
frágil, ya que los dos grupos mante­ ves con la Alianza Nacional Popular,
nían sus propios objetivos y el radi­ el efecto de desgaste sobre el gobierno
calismo, al menos verbal, del núcleo fue inmenso; permitió a la SAC a par­
dirigente de los campesinos superaba tir de su XV Congreso, en noviembre
el nivel alcanzado por ellos y, de cierta de 1969, a FEDEGAN. etc., atacar
forma, lo aislaba; esta radicalización frontalmente la política agraria. Por
campesina alimentó la simétrica radi- primera vez también las medidas pro­
calización de los enemigos de la refor- puestas por el gobierno a favor de
356 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

arrendatarios y aparceros, al exten­ Auge y pánico


derse al departamento del Quindío,
despertaron la oposición de la pode­ La elección de Misael Pastrana Borre-
rosa Federación de Cafeteros, hasta ro no iba a introducir un cambio in­
entonces más o menos neutral frente mediato en la cuestión agraria. El nue­
a la reforma. Aprisionado en la tenaza vo presidente, a pesar de pertenecer al
formada por los usuarios campesinos otro partido, aparecía como un conti­
de un lado y por los hacendados de nuador de la obra de Lleras, del que
otro, el presidente ya tenía pocos re­ había sido un fiel colaborador. El nue­
cursos. Al llegar al final de su man­ vo ministro de Agricultura, J. Emilio
dato se le añadió la división que se Valderrama, se pronunció a favor de
presentó en su aliado de coalición, el la continuación de la reforma y man­
partido conservador, con tres candi­ tuvo en su cargo al gerente del IN­
daturas: Misael Pastrana, Belisario CORA, el liberal Carlos Villamil
Sindicato de trabajadores
Betancur y Evaristo Sourdís; esta úl­ Chaux. Sin embargo, la SAC, apoya­
agrícolas de La Tebaida tima reunía en torno suyo los intereses da por arroceros, algodoneros, culti­
y Montenegro, en el de la Costa Caribe de los dos partidos, vadores de caña... protestó contra la
Quindío. Al extenderse y sirvió para impedir que la alianza intervención del INCORA en las
la reforma agraria Rojas-Vives arrasara en la Costa. En
a este departamento, puertas de Cali, en tierras de Jamundí,
afínales de 1969, se frente crecía, sobre todo en las gran­ intervención que afectaba a uno de los
despertó la oposición des ciudades, pero también en parte más connotados propietarios de la re­
de la poderosa en el campo, la Alianza Nacional Po­ gión. El gobierno, desde un comienzo,
Federación Nacional de pular con la candidatura de su general buscó recuperar el control de ANUC
Cafeteros, que hasta fundador. Rojas Pinilla. Así termina­
entonces había sido y a los dos meses de estar en su cargo,
neutral frente ba en las peores dificultades el máxi­ el nuevo director de la asociación cam­
a la reforma. mo avance reformista en la materia. pesina la denunciaba como una orga­
Capítulo 15 357

nización fantasma, que no contaba creó el Movimiento Nacional Pro-re­


con un millón de afiliados como se de­ novación de la Agricultura y de la Ga­
cía, sino con unos escasos doscientos nadería para defender la propiedad
mil. Denunciaba las infiltraciones ex­ contra el proselitismo extremista.
tremistas, encontrando un poderoso Aparecieron varios violentos alegatos
eco en las organizaciones gremiales, contra la reforma, como los libros del
como en septiembre, en el XII Con­ senador y dirigente gremial de los ga­
greso de FEDEGAN. En octubre de naderos Miguel Santamaría Dávila:
1970 se produjeron ocupaciones de Paz o violencia en el campo; el del se­
tierra por todo lo ancho de la geogra­ nador Cornelio Reyes: Notas sobre la
fía del país, como en Guamo (Toli- cuestión agraria; del senador Pedro
ma), en Manatí (Atlántico), y también Castro Monsalvo: Un campesino pre-
en el Huila, Meta, Valle y Cauca. Se
produjeron conflictos en la sabana de
Ubaté, en torno a la laguna de Fúque-
ne. Una de las características de estas
ocupaciones, con las que también tu­
vieron lugar en febrero y octubre de
1971, fue afectar propiedades de per­
sonalidades muy conocidas: políticos,
obispos y hasta una del propio ministro
de Agricultura. Varios intereses se con­
jugaban en estos movimientos. A los
anteriormente analizados, convendría
añadir la voluntad del partido liberal de
no perder su influencia sobre las masas
rurales que hizo que, a menudo, diri­
gentes regionales de dicho partido es­
tuvieran al frente de los movimientos,
como sucedió en el Tolima con el joven
Alberto Santofimio Botero.
La SAC y FEDEGAN consiguieron vino al país; al senador Hugo Esco­ El senador Ignacio Vives
del presidente el nombramiento de un bar Sierra: Las invasiones en Colom­ Echavarría, en el curso
comité encargado de evaluar los re­ bia. de un sonado debate
parlamentario, criticó
sultados de la reforma; este comité pu­ Cornelio Reyes, del Valle, a pro­ acerbamente la reforma
blicó su informe a comienzos de fe­ pósito del comité evaluador de la re­ agraria y acusó al
brero de 1971 con muchas críticas al forma agraria, observaba: «Lo del la­ gerente del Incora
INCORA. Su publicación coincidió tifundio es puro cuento. Lo que existe de corrupción, en 1969.
con una nueva ola de invasiones en aquí es la mediana propiedad»; para Esto dio pie para que
tierras de Antioquia (Urrao), Sucre él, la reforma agraria era un anacro­ las asociaciones como
la SAC y Fedegán
(Sincelejo, Tolúviejo), Huila (Cam- nismo, un proceso desordenado, fruto también atacaran
poalegre), etc. Las ocupaciones se ha­ de la «mentalidad revanchista de la la política agraria.
cían en la madrugada y los campesinos pequeña burguesía urbana» y un «pro­
se retiraban a la llegada de las fuerzas grama para perpetuar el atraso, para
del orden, volviendo a ocupar cuando proletarizar más campesinos» que ha­
éstas se iban. Las asociaciones de cía de los empresarios agrícolas «un
usuarios publicaron declaraciones a gremio discriminado, escarnecido,
cual más radical, denunciando el im­ perseguido».
perialismo y el capitalismo; para ellas, Frente a ello, celebraba la actitud
los dos partidos eran como un «freno del nuevo ministro conservador, Her­
a nuestras aspiraciones». nán Jaramillo Ocampo, dirigente ca­
Un grupo de ganaderos (Luis Ro­ fetero llamado en junio de 1971 por
bledo, Carlos Reyes Patria, Martín Pastrana para reemplazar a Valderra-
Vargas, el general Navas Pardo, etc.) ma. Jaramillo «ha enunciado sin ade-
358 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

manes patéticos ni estruendo inútiles, Frente a ello, Hugo Escobar Sierra


una política realista y sencilla en ma­ se preguntó si «había que organizar
teria agraria [...], ha iniciado [...] la entonces brigadas armadas de los pro­
ofensiva para descongelar la extraña pietarios de este país para precaverse
guerra fría decretada en tiempos re­ de las invasiones en los sectores rura­
cientes contra la Caja Agraria, y pa­ les y campesinos». Con mucho juicio
Hernán Jaramillo Ocampo rece ya principiado el desmonte de la se refería al hecho de que el «Mandato
ministro de Agricultura intensa alambrada de garantías hosti­ Campesino», documento base de la
durante el segundo año
de la administración les tendida contra el barco de los cam­ ANUC, «es un documento extenso,
Pastrana, instalael pesinos colombianos». bien escrito, elaborado por un cerebro
Primer Seminario El senador Hugo Escobar Sierra, que tiene una cultura marxista-leninis-
Latinoamericano sobre del Magdalena, buscaba, por su parte, ta sublimada y actualizada a los tiem­
Reforma Agraria, pos que vivimos».
en Bogotá, junio de 1972 el cerebro que dirigía las invasiones si­
Ya se había tomado la multáneas y masivas: «La mayoría de En efecto, la reacción de estos par­
decisión de modificar veces son los llamados comunistas, lamentarios que acompañaba la de los
la ley agraria y pero no generosamente, ni con un sen­ gremios, se producía frente a la radi-
desmontar calización verbal y física de los usua­
timiento de humanidad en favor de
progresivamente la Anuc, rios campesinos. No solamente se de­
lo cual se concretaría
una clase desvalida, sino con criterio
con las leves 4 y 5 político organizado, enderezado a dicaban a tomas masivas y más sim­
de 1973. crear un estado de subversión en el bólicas que efectivas de haciendas en
todo el país, sino que también usaban
un lenguaje cada vez más radical:
«Conscientes de que la lucha del pue­
blo colombiano se ha dilatado en su
necesidad revolucionaria por las dis­
crepancias teóricas de los grupos re­
volucionarios y progresistas, quere­
mos aprovechar esta ocasión para ha­
cer un llamamiento a la unión. No
queremos apoyo, invitamos al com­
promiso revolucionario [...] llamamos
a la unión en la acción contra el ca­
pitalismo que es nuestro enemigo fun­
damental en Colombia.»
El primer «Mandato Campesino»
fue aprobado en la cuarta reunión de
la Junta Directiva en Fúquene (Cun-
dinamarca). Este documento, como
bien lo muestra el senador del Mag­
dalena, causó conmoción; empezaba
país.» Denunciaba en primer lugar a así: «La Asociación Nacional de Usua­
los funcionarios del INCORA, varios rios, consciente de las limitaciones y
de ellos por sus nombres y apellidos, de los intereses de clase de los partidos
en todos los departamentos del país. políticos que hoy tienen asiento en el
En el caso del Meta, «se puede pre­ Congreso de la República para dar
cisar que la señora... presidente de la una solución a la cuestión agraria co­
Asociación de Usuarios, instiga y pro­ lombiana en el marco de los intereses
mueve públicamente las invasiones de la clase campesina y de la mayoría
con la asesoría de elementos de células de nuestro pueblo y convencida, por
comunistas tales como el tesorero de otra parte, de la inoperancia del lla­
los usuarios, quien ha tenido la opor­ mado Instituto Colombiano de la Re­
tunidad de visitar China y Rusia y ha
podido especializarse en la técnica de forma Agraria, reclama un proceso
invasiones». democrático masivo y rápido que
transforme radicalmente la actual es-
359

Capítulo 13

tructura agraria colombiana y la sus­ El desmonte de la reforma Manifestación campesina


tituya por un sistema justo de propie­ frente a un programa
dad, tenencia y explotación de la tie­ Se inició entonces en 1972 el desmonte de vivienda de la Caja
rra y, al mismo tiempo, garantice la paralelo de la reforma y de la Orga­ de Crédito Agrario, en
justicia social en el campo y el desa­ 1970, en momentos en que
nización Campesina, siempre vulne­ tomaba fuerza y presencia
rrollo económico del país, resuel­ rable en razón de su total subordina­ la Asociación de Usuarios
ve...», levantaba la ANUC en ese ción al Estado. Este desmonte se de­ Campesinos, Anuc,
documento la consigna de «tierra bió a varios factores y no solamente al opuesta a las reformas.
sin patrono», propia del léxico miedo frente al posible desbordamien­
trotskista. to del movimiento campesino. En pri­
En la ANUC empezó una feroz ba­ mer lugar, el gobierno de Misael Pas-
talla entre el grupo trotskista, que ha­ trana, minoritario en el Congreso
bía madrugado más, y los diversos frente a la muy poderosa y beligerante
grupos maoístas muy influyentes entre Alianza Nacional Popular, resolvió
profesionales y en particular agróno­ buscar aliados para constituir una ma­
mos colombianos. El partido comunis­ yoría que le permitiera actuar. Los
ta, que había llegado tarde a la con­ aliados naturales que encontró el pas-
ciencia de la importancia de esta nue­ tranismo fueron los conservadores y li­
va organización, nunca tuvo en ella, a berales de la corriente de Evaristo
nivel nacional, un papel preponderan­ Sourdís, esencialmente de la Costa
te. Los líderes campesinos modera­ Caribe y, en su gran mayoría, defen­
dos, que también existían, se mante­ sores de los intereses agraristas. La
nían callados, como a la deriva. La en­ condición para la reconciliación del
conada lucha, a menudo bizantina, presidente con el sourdismo fue aban­
ideológica, por el control de la donar, si no en las palabras por lo me­
ANUC, convertida en mito por los nos en los hechos, el impulso anterior
unos y los otros, se libraba por encima a la reforma agraria.
de la cabeza de los campesinos, cada En segundo lugar, la filosofía eco­
día con menos participación real, sal­ nómica del nuevo gobierno lo enca­
vo en tal o cual departamento. minó a adoptar el plan de cuatro años
360 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

a ser el único defensor de este enfoque


puramente tecnológico que simboli­
zaba entonces para los colombianos el
trigo y el maíz mexicano.y el arroz fi­
lipino.
Las invasiones de octubre de 1971,
el «Mandato Campesino», varios de­
bates en el Congreso en septiembre y
noviembre de 1971, obligaron al go­
bierno a tomar la iniciativa de una reu­
nión de los sectores políticos y empre­
sariales en el pueblito tolimense de
Chicoral en los primeros días de 1972.
En esta reunión se pusieron sobre la
mesa todos los elementos del conflicto
agrario y llevaron la voz cantante, por
el lado conservador, el ministro Her­
nán Jaramillo Ocampo, y por el lado
liberal, Indalecio Liévano Aguirre;
asistieron parlamentarios como Víctor
Mosquera Chaux, Alberto Mendoza
Hoyos, Hernando Durán Dussan, Al­
varo Uribe Rueda, Cornelio Reyes,
los delegados de la dirección conser­
vadora y connotados dueños de tierras
Rafael Azuero Manchola y Mario La-
serna Pinzón, así como el asesor libe­
ral y ganadero Enrique Liévano Ri-
caurte... De Chicoral salió la decisión
de modificar la legislación agraria con
el fin de detener lo que se consideraba
un proceso demagógico; esta deter­
minación o nueva alianza vino a con­
cretarse en las leyes 4.a y 5.a de 1973.
La ley 5.a completaba el dispositivo
Campesinos de Chitagá, llamado de las Cuatro Estrategias, que de financiación al agro mediante el
Norte de Santander, 1972 correspondía en sus lincamientos a las Fondo Financiero Agropecuario que
propuestas formuladas unos años an­ reemplazó al Fondo Financiero Agra­
tes por Lauchlin Currie. Como se re­ rio creado por Carlos Lleras. Era des­
cuerda, dicho plan iba más dirigido al tinado a prestar para la producción co­
fomento de la agricultura empresarial mercial con la condición de acudir a la
que a la reforma de la tenencia. Lo asistencia técnica; estos créditos de­
aplicó en forma consecuente el presi­ sempeñaron un papel positivo para el
dente Pastrana, y siguió en buena me­ fomento de dicha producción.
dida inspirando a sus sucesores hasta La ley 4.a modificó la ley 135; cam­
hoy día. bió las condiciones de indemnización
La coyuntura económica favorecida de las fincas mediante una compleja,
por cierta alza de los precios del café y en la práctica inaplicable, cataloga­
en 1969, y luego en 1971, no era mala ción de las tierras y de su potencial
para llevar el campo hacia nuevas me­ productivo, al definir como adecua­
tas. A nivel internacional surgió la damente explotadas las tierras que su­
propuesta de la «revolución verde»,
tecnología que Hugo Escobar Sierra peraran los mínimos de productividad
oponía a la «revolución roja». No iba por hectárea, región o cultivo fijados
por el Ministerio de Agricultura; tam­
Capítulo 13 361

bién se amplió la cuantía a pagar en agropecuario, abandonando casi por


efectivo por las tierras adquiridas y se completo la política redistributiva; en­
redujo a cinco años los plazos de in­ contraron cierto consenso parlamen­
demnización. Una serie de decretos tario y sólo se opusieron a ellas el lle-
reglamentarios se referían a diferentes rismo y el ex ministro conservador
fondos, a la renta presuntiva (con cri­ J. Emilio Valderrama.
terio regresivo), a los niveles mínimos En 1975, ya bajo la presidencia de
de productividad. Una de las disposi­ Alfonso López Michelsen, este dis­
ciones que levantó cierta confusión positivo fue completado por la ley 6.a
fue la referida a las empresas comu­ sobre aparcería, que permitió, con la
nitarias. Éstas se habían desarrollado intención de fomentar la producción
en los años anteriores y se referían a alimenticia, un contrato de trabajo
terrenos de la reforma agraria y ten­ por un tiempo determinado; el propie­
dían a asentar más campesinos sobre tario se comprometía a suministrar
la poca tierra disponible. Por un mo­ elementos y herramientas para la pro­
mento, influenciadas por la reforma ducción, además de un avance sobre
agraria chilena, a partir de la ley de las utilidades calculadas. Establecía la
1967, nunca pudieron encontrar una ley 6.a el pequeño arriendo, hasta tres
base jurídica o crediticia y un ambien­ hectáreas, por tres años como míni­
te político favorable para ser otra cosa mo. En las fincas de más de doscientas El ministro
que centros donde el INCORA insta­ hectáreas el dueño debía suministrar de Agricultura, Hernán
laba campesinos inscritos por él, sin una parcela de media hectárea a sus Jaramillo Ocampo, y el
dejarles iniciativa real en cuanto a la peones, destinada al pancoger. gerente del Instituto
producción y a la organización de la Estas tres leyes revisaban las pautas de Mercadeo Agropecuario,
explotación. Ariel Armel, en la
de la reforma, para no decir que se inauguración de una
Estas leyes crearon o mejoraron los abandonaban. En pesos constantes, tienda del Idema,
mecanismos para lograr un desarrollo las asignaciones del Estado al INCO- en agosto de 1971.
362 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

ANUC quiso promover una marcha


campesina en septiembre de 1972.
A principios de febrero de 1972 la
junta nacional de ANUC, reunida en
Tolú, había condenado el pacto de
Chicoral. Sectores inconformes con el
radicalismo de la asociación recibieron
el apoyo del Ministerio de Agricultura
que, no lo olvidemos, seguía subven­
cionándola. En el segundo congreso,
realizado en noviembre de 1972, se
presentó la división definitiva entre los
que aceptaron las directrices modera­
doras del ministerio, desde entonces
llamados ANUC-Armenia, por el lu­
gar de su reunión o también ANUC-
oficialista, y los elementos radicales y
mayoritarios en los organismos nacio­
nales, quienes propusieron a Sincelejo
como sede del congreso y formaron la
ANUC-Sincelejo. La división y la ani­
madversión de los funcionarios del go­
bierno, lograron debilitar poco a poco
las dos organizaciones que, unos años
más tarde, quedaron reducidas a su es­
queleto y tal o cual organización re­
gional.
Un caso aparte es el que constituyó,
con características propias, la organi­
zación de los indígenas del departa­
mento del Cauca, por un tiempo in­
corporada a la ANUC.
El Consejo Regional Indígena del
Cauca (CRIC) nació el 24 de febrero
de 1971 de un encuentro celebrado en
Campesinos del norte RA se redujeron durante toda la dé­ Toribío, en el norte de este departa­
del Cauca enarbolan cada. Además, fiel a una promesa mento; la organización se constituyó
la bandera del CRIC, electoral, Alfonso López Michelsen en forma definitiva seis meses más tar­
Consejo Regional
Indígena del Cauca, retiró los distritos de riego de la com­ de, en Tacueyó, con un comité eje­
heredero de la vieja petencia del INCORA para entregar cutivo y un programa en siete puntos:
tradición de lucha su gestión a un nuevo organismo, el recuperar las tierras de los resguardos,
de paeces y guambianos, HIMAT. ampliarlos, fortalecer los cabildos, de­
con nombres como La segunda dirección de este des­
Quintín Lame
jar de pagar los terrajes, defender la
y José Gonzalo Sánchez. monte consistió en aliviar la presión legislación indígena, defender las len­
campesina simbolizada de una parte guas indígenas y las costumbres, alfa­
por ANUC y de otra por los movi­ betizar en estas lenguas con profesores
mientos armados. La dura derrota in­ indígenas. El CRIC era el heredero de
fligida al ELN en Anorí (Antioquia) a una vieja tradición de lucha de paeces
finales de 1973 fue un golpe decisivo a y guambíanos que simbolizan los nom­
esta organización. bres de Manuel Quintín Lame y José
Después de Chicoral, la represión a Gonzalo Sánchez y participó de la co­
las invasiones se hizo más dura y fue yuntura favorable de los años 1970­
encomendada al ejército nacional; se 1971. Se vinculó a la ANUC. pero
vio un ejemplo de ello cuando la muy pronto entró en conflicto cuando
Capítulo 13 363

ella le quiso imponer un secretario in­ El DRI-PAN Cabildo indígena de los


dígena que no reconoció el CRIC, de­ años 70. El 24 de
seoso de mantener su autonomía y sus La dirección de la política agraria ofi­ febrero de 1971,
fines propios. Las orientaciones del cial cambió. Se buscaba entonces en un encuentro
celebrado en Toribío,
CRIC, sus «recuperaciones» impor­ crear confianza entre los dueños de se creó el Consejo
tantes de tierra en su departamento tierra e incitarlos a producir con una Regional Indígena del
despertaron por parte de los hacen­ diversidad de estímulos y aprovechan­ Cauca (CRIC), en cuyo
dados y políticos regionales una fuerte do los beneficios, no siempre bien cal­ programa se contempló
represión: encarcelamientos y asesi­ culados, de la revolución verde. la recuperación de
natos que no lograron erradicar dicha tierras para los
Para los pequeños campesinos, bajo resguardos, refuerzo
organización. En tiempos de Turbay las indicaciones del Banco Mundial, de los cabildos,
Ayala el CRIC fue denunciado por su­ entonces dirigido por Robert Mac- rechazo al pago de
puestas conexiones con las guerrillas Namara, desde fines del mandato de terrajes y defensa de
de la FARC y del M-19, y sus princi­ Misael Pastrana, se iba a dibujar un la legislación, lengua
pales dirigentes encarcelados. Mostró programa de desarrollo rural integra­ y cultura indígenas.
el CRIC, sin embargo, la fuerza de sus do (DRI), cuya promoción sería obra
raíces en estas adversas circunstancias ya de Alfonso López y de su «Plan
cuando los propietarios de la región para cerrar la brecha». El DRI no es
con buenos vínculos políticos le decla­ ni pretendía ser un sustituto de la re­
raron una guerra sin cuartel pero de forma agraria; programa costoso, po­
poca eficacia. El CRIC, como las de­ día a lo sumo ser un complemento de
más organizaciones campesinas, no es­ ella. Tardó en arrancar, pero terminó
capó de las manipulaciones políticas por dar resultados positivos dentro de
de toda índole que contemplaban fines los fines concretos y limitados que se
no directamente vinculados a los in­ propuso; se dirigía al campesino po­
dígenas de la región. bre, sin mayor posibilidad, «un exce-
364 Nueva Historia de Colombia. vol. III

lente caldo de cultivo para procesos de departamentos organizados en 33 dis­


subversión». En 1976, este campesino tritos.
generaba el 69 % de los alimentos de Los recursos son en un 60 % nacio­
consumo directo en Colombia. El nales y el resto proviene de créditos
DRI quiso aumentar sus ingresos, la externos. Entre 1976 y 1983 la ejecu­
producción de alimentos, mejorar el ción financiera acumulada fue de
mercadeo, crear nuevas fuentes rura­ 35.000 millones de pesos para el DRI
les de empleo, mejorar el nivel de vida y 9.615 para el asociado programa
y promover un desarrollo autososte- PAN (Plan de Alimentación Nacio­
nido. nal).
En cuanto a la producción, se pro­ En poco más de diez, años el pro­
ponía el DRI poner la investigación al grama pudo atender algo menos del
alcance de los minifundistas, fomentar 10 % de los minifundistas del país. Su
un crédito específico, ayudarles en sus impacto real sobre sus niveles de in­
ventas; esta actuación básica se com­ gresos y de vida es difícil de medir. No
Campesinos del plementaba con programas de salud y se sabe hasta qué punto no ha sido
altiplano, un día educación, de electrificación y vial. Se sencillamente un crédito de supervi­
de mercado. Hacia el dirigía a campesinos con fincas inferio­ vencia para los campesinos pobres.
campesino pobre, sin res a veinte hectáreas.
mayor posibilidad de
Tampoco es fácil calcular en la esta­
desarrollo, y por ello Entre 1976 y 1984, el DRI atendió bilización de estos minifundistas lo
latente caldo de cultivo a 98.000 familias y financió 355.000 que se debe al DRI y lo que se debe
para procesos de hectáreas, construyó 1.200 kilómetros a la coyuntura favorable que conoció
subversión, se dirigió de vías e instaló 45.000 conexiones el campo colombiano en la segunda
el Plan de Desarrollo
Rural Integral (DRI).
eléctricas en el campo; también cons­ mitad de los 70.
Este, complementado truyó 402 acueductos, edificó o re­
con el Plan de modeló 246 puestos de salud y 52 hos­ Bonanza cafetera y auge del agro
Alimentación Nacional pitales. Entregó 444 millones de pesos
(PAN), fue factor de para créditos de comercialización; es­ Probablemente la situación favorable
la coyuntura favorable tas actividades se extendieron poco a
que conoció el campo que se vivió en el campo se debe más
en la segunda mitad poco hasta afectar, en el último año a la bonanza cafetera de 1976 y, en
de los años 70. contemplado, a 275 municipios de 18 forma más duradera, a la revolución
Capítulo 13 365

tecnológica que la acompañó. En ella Caja Agraria, una realidad al servicio


pesó una política prudente y previsora del campesino, su paz y su trabajo,
de Alfonso López Michelsen; quienes apoyándolo en la productividad,
lo acusaron de monetarista descono­ con créditos rápidos y baratos.
cen por ejemplo, en este campo, cómo Protegiendo su futuro y el de su familia
con todo para el campo.
a partir de la verdad incontrastable Caja Agraria cubre todo el país
que en Colombia la bonanza es de los dándole a su dinero el respaldo
cafeteros y no de la nación; supo di­ más fértil: el campo.
ferir los efectos inmediatos y perver­ Caja Agraria, para que el
campo vuelva a ser el
sos del mayor ingreso cafetero con los negocio!
certificados cafeteros y la colocación
de las reservas almacenadas.
La bonanza fue causada por una dis­
minución brutal de la oferta brasileña,
a consecuencia de las heladas de junio
de 1975, que permitió exportar a me­
jor precio el café colombiano. Este
café pasó de 81,3 centavos de dólar
por libra en la plaza de Nueva York
en 1975, a 157,7 para el año siguiente
y 240,2 para 1977, bajando a 185,2 en
1978. A nivel interno, el precio del
café pasó en 1975 a 2.981 pesos co­
rrientes por carga de 125 kilos, para
1976 a 5.827, para 1977 a 7.273 y para
1978 a 7.207.
Estos buenos precios tuvieron un
efecto de prosperidad en las regiones
productoras del grano, prosperidad
que se propagó a todo el país. Al lado
de fortunas y de lucros indecorosos,
todo el mundo recibió algo de la bo­
nanza, los cafeteros en primer lugar.
Se notó también en la evolución de los
salarios agrícolas, en particular el sa­ empleos indirectos. El nivel de los sa­ Aviso de propaganda
lario promedio. larios agrícolas creció más rápidamen­ institucional de la
Tal vez el efecto más duradero de la te en los años de la bonanza que los Caja Agraria, 1983,
publicado cuando ya
bonanza al nivel que nos ocupa fue la precios al consumidor. Con el indica­ el gobierno
revolución tecnológica causada por la dor 100 en el año 1969, el índice na­ de Belisario Betancur
introducción y la difusión del café ca- cional de precios para obreros estaba había puesto en marcha
turra con nuevas técnicas de cultivo en 1979 a 628, mientras que con el las negociaciones
más intensivas en mano de obra. Para mismo indicador base el salario agrí­ de paz con las
cola en Risaralda el año 1979 estaba a guerrillas.
un ciclo de vida del cafeto de siete
años y seis meses (que exagera en algo 949. La revolución cafetera de la se­
el beneficio a favor del caturra) el café gunda mitad de los 70 transformó tam­
tradicional necesita 470 jornadas por bién hasta cierto punto la tenencia de
hectárea, el café tecnificado 3.149 y el la tierra. Se consolidó una capa de
café semitecnificado 2.380. El café propietarios medios (entre 10 y 50
tecnificado, con menos de la terce­ hectáreas) quienes detentan el 25 %
ra parte de la superficie cafetera na­ de las explotaciones y proporcionan el
cional, produce el 60 % del grano. 36 % de la cosecha nacional. Parale­
Son varios cientos de miles los nue­ lamente se formó una clase de obreros
vos empleos creados por la innova­ agrícolas especializados, cuya impor­
ción; empleos directos, en las fincas, o tancia en la producción va creciendo.
366 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

La crisis que siguió a la bonanza no elasticidad del mercado colombiano,


consiguió destruir todos sus efectos. sin embargo gran consumidor del gra­
En buena parte, los rasgos negativos no. La papa pasó de 1.320.000 tone­
para la economía cafetera del man­ ladas a 2.463.000 en los diez años con­
dato de Julio César Turbay Ayala fue­ siderados. Para el sorgo se pasó de
ron borrados con creces durante el 335.000 toneladas a 589.000 para los
mandato posterior de Belisario Betan- mismos años básicos. El banano pasó
cur. En efecto, los precios del café en­ de 559.000 toneladas a 1.106.000; el
tre 1982 y 1986 aumentaron más (en cacao de 21.000 toneladas a 41.000;
un 25 %) que el costo de la vida en también aumentó la producción de ta­
Colombia. La buena coyuntura del baco rubio.
café también tuvo efectos positivos en Característicamente, los productos
las otras ramas de la economía pri­ de la economía campesina marcaron
maria. La agricultura comercial mos­ una tendencia al estancamiento, como
tró los mayores indicadores de creci­ lo muestra el ejemplo de algunos de
miento, salvando las crisis del algodón ellos: se cosecharon 90.000 toneladas
en 1978 y 1982-83, causadas principal­ de fríjol en 1975 y 80.000 en 1984. La
mente por razones fitosanitarias, y yuca pasó de 2.021.000 toneladas a
una crisis de sobreproducción relativa 1.674.000 para los mismos años, el ta­
del arroz en 1982. baco negro de 57.000 a 31.000 tone­
En 1975 se produjeron 400 mil to­ ladas. En estos casos de la economía
Pequeño productor de
papa, de Cundinamarca. neladas de fibra de algodón y 243 mil campesina debemos honestamente re­
La agricultura comercial en 1984, pero con un aumento notorio conocer que puede jugar un papel la
mostró los mayores de los rendimientos por hectárea. Se incertidumbre estadística.
índices de crecimiento produjeron 1.614.000 toneladas de El maíz, cultivo mixto, parte de la
en la década 1975-1985;
la papa pasó arroz en 1975 y 1.690.000 en 1984 (el agricultura comercial y parte de las
de 1 320 000 toneladas pico se obtuvo en 1982 con 2.018.000 economías campesinas, pasó de
a 2 463 000 en ese lapso toneladas). La crisis mostró la poca 722.000 toneladas a 864.000. La caña
Capítulo 13 367

de azúcar destinada a los ingenios propiedad, con fragmentación de la


pasó de 969.000 toneladas a 1.177.000 pequeña. Este estudio suscita proble­
en 1984; la caña para panela de mas metodológicos, pero la descom­
805.000 a 824.000 toneladas. El inven­ posición puede ser efecto de la refor­
tario de ganado bovino pasó de ma agraria de los 60 y de la ley 4.a de
16.902.000 cabezas en 1975 a 1973 sobre renta presuntiva; podría
20.378.000 para 1985; creció en forma ser más o menos ficticia. Se ha for­
paralela el sacrificio de ganado. Estas mado y está relativamente estabiliza­
cifras de la ganadería registran cierta do en Colombia un sistema agrícola
tecnificación, en particular la de leche, que podríamos describir de la siguien­
pero queda muy por debajo de las po­ te manera:
sibilidades del país y de las necesida­ 1. Mantenimiento de la concentra­
des de una alimentación correcta de la ción de la tierra, en particular en la­
población. tifundios de baja productividad, pero
sobre la base de un doble movimiento:
La cuestión agraria cierta parcelación en regiones centra­
y la reforma, hoy les y nuevo latifundio e,n las regiones
periféricas de fronteras agrícolas, don­
En estos últimos 20 años que contem­ de el título no siempre está en manos
plamos aumentó la superficie agrícola del ocupante efectivo. Estas regiones
y ganadera hasta más o menos son las más afectadas por la violencia
35.000.000 de hectáreas y disminuyó actual del Sarare al Putumayo pasan­ Campesinos emigrantes
el número de predios. Un estudio de do por el Magdalena medio en la a la ciudad, construyen
la Corporación de Estudios Ganade­ lucha clásica del ganadero y del agri­ vivienda en los
ros y Agrícolas (CEGA) interpreta los cultor. llamados cinturones
de miseria. Un fenómeno
datos catastrales que maneja como 2. Desarrollo de una agricultura ca­ que marca al sector
una descomposición de la gran propie­ pitalista de buen nivel de productivi­ campesino desde los
dad y una consolidación de la mediana dad y sobre la base de explotaciones años sesentas
368 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

medias o grandes. Esta agricultura lencia que allá se vive y que fácilmente
ampliamente mecanizada y consumi­ podría dar campo a fenómenos de des­
dora de la mayor parte de los fertili­ composición más graves. En las zonas
zantes y pesticidas emplea directa­ de ocupación minifundista tradicional,
mente poca mano de obra, pero sí ge­ culturalmente mestizas, la fuerte san­
nera actividades anexas, como se pue­ gría migratoria ha modificado las re­
de constatar en las ciudades localiza­ laciones del hombre con la tierra. En
das cerca de ellas. las parcelas es frecuente encontrar tan
3. En las tierras de vertiente andina sólo ancianos y niños, mientras la po­
domina la economía cafetera. La bo­ blación adulta está ganando salarios o
nanza, contrariamente a lo que llegó a probando suerte en las ciudades, en
sostenerse, no tuvo como consecuen­ las fronteras agrícolas, en tierras de
cia una concentración de la propiedad, café o en trabajos temporeros de la
aun cuando si, a menudo, ésta haya agricultura capitalista.
cambiado de manos; se sostiene una 5. Mientras la mayor parte del país,
mediana propiedad que viene a cons­ a un ritmo excesivamente lento y con
tituir en el corazón cafetero de Colom­ un alto costo social, experimentó cier­
bia la base de la estabilidad social y to progreso en los años 70, otras re­
política del país. giones han permanecido estancadas.
4. En las regiones del minifundio Es el caso de la mayor parte de la Cos­
tradicional conviene diferenciar el ta Caribe, cuya única perspectiva era
la de la emigración de su población ha­
cia Venezuela. Otras regiones tam­
bién parecen seguir al margen del pro­
greso, lo que aumenta la disparidad
entre los diferentes componentes re­
gionales de Colombia.
Con las negociaciones de paz em­
prendidas en 1983 y 1984 por el go­
bierno de Beíisario Betancur con di­
ferentes movimientos armados colom­
bianos volvió a aflorar el tema de la
reforma. Fueron entregados al Con­
greso, que no los discutió, varios pro­
yectos de los distintos partidos, de
orientación distinta, algunos inclusive
de procedencia gubernamental. Una
subcomisión del diálogo nacional con
participación de las diversas fuerzas
políticas, incluidos los guerrilleros y
los gremios del agro, aprobó un pro­
yecto que dio origen al proyecto de ley
por el cual se modifican las leyes 135
Curso de capacitación caso de las poblaciones indígenas (el de 1961, primera de 1968 y 4.a de
a campesinos por parte Cauca, pero no sólo él). Una menor 1973, que tampoco fue discutido.
de funcionarios del emigración y los tradicionales valores
Incora, a fines de Los candidatos para las elecciones
la década del 60. inscritos en la tierra hacen de estas re­ presidenciales de 1986 expresaron sus
giones, que no son las más fértiles del ideas en la materia. Álvaro Gómez
país, zonas de alta densidad demográ­ Hurtado, consecuente con su oposi­
fica relativa y gran presión sobre la tie­ ción de siempre, la renovó en noviem­
rra disponible. Los problemas socio-
culturales de las poblaciones indíge­ bre de 1985 ante el Congreso de la
nas, el trauma de su descampesiniza- SAC: «El país conoce mi pensamiento
ción explican en buena medida la vio­ sobre ese tipo de reformas, que estu­
vieron por última vez de moda en la
Capítulo 13 369

época de Kennedy, cuando estableció ella por el hombre, los términos na­ Marcha campesina
como requisito para hacer la Alianza cionales y locales de la presión cam­ favorable a la reforma
para el Progreso, que los países adop­ pesina. No por ello ha desaparecido la agraria.
taran el tipo de aproximación a la tie­ necesidad de una reforma agraria. Es Muchas de las marchas
organizadas por la
rra que le recomendaban sus amigos importante para la restauración o la ANUC, después de 1972,
íntimos, más que todo escritores y ac­ creación de la paz cívica en el país; fueron duramente
tores de cine. El nuevo proyecto de re­ como medida aislada podría aliviar reprimidas, una vez
forma no se lo ha leído casi nadie. En­ por cierto tiempo los problemas del que en la conferencia
tiendo que lo ha leído el presidente de campesino, pero no cumpliría su fin de de Chicoral se decidió
la SAC y eso ha servido para que la prerrequisito del desarrollo si no es­ frenar la reforma.
reforma pase al Congreso con una es­ tuviera enmarcada dentro de una pla-
pecie de visto bueno...» neación general del desarrollo y acom­
Luis Carlos Galán, candidato del pañada por otras estrategias. Es la re­
Nuevo Liberalismo, y en algo de esto forma una medida de justicia social
heredero del pensamiento de Carlos destinada a aliviar la miseria de las fa­
Lleras, se expresó a favor de una re­ milias necesitadas de tierra y de con­
forma agraria en este mismo XXIII diciones dignas de existencia. Tam­
Congreso de la SAC. bién es económico su fin. El país no
Virgilio Barco dio a conocer su pro­ puede temerle al aumento de la pro­
grama de gobierno en noviembre de ducción en el campo, hay que alimen­
1984 y en él dedicó un capítulo a la po­ tar correctamente a la población,
lítica agraria, donde reafirmó su vo­ abastecer de muchas materias primas
luntad decidida de poner a trabajar la a la industria local, promover nuevos
reforma. renglones de exportaciones de alta ca­
lidad.
Evidentemente, las condiciones
hoy, en el agro colombiano, no son las Es también la reforma una medida
de comienzos de los sesenta. Han de tipo político. El actual sistema
cambiado las condiciones objetivas del agrario del país es un freno a la de­
trabajo de la tierra, la ocupación de mocracia y a su deseable extensión.
370 Nueva Historia de Colombia, Vol. III

En él se generan y se reproducen los cil. Cuando se toma la determinación


mecanismos de dominación que em­ de proceder a ella, las consideraciones
pañan la vida democrática. De ahí que técnicas, jurídicas y agronómicas muy
la implementación de la reforma agra­ a menudo sólo son pretextos para no
ria sea una batalla política dura, difí­ seguir adelante.

Bibliografía
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ZAMOSC, LEÓN. LOS usuarios campesinos y las luchas por la tierra en los años setenta. Bogotá,
CINEP, 1983.
371
Capítulo 14

Los procesos de colonización.


Siglo XX
Myriam Jimeno Santoyo cas, y la estrechez o carencia territo­
rial a menudo se han mezclado, con­
formando situaciones de sucesivo con­
La formación de un espacio flicto social, lo que ha dado lugar a los
mayores desplazamientos colonizado­
nacional_______________________ res de este siglo; de todos ellos sobre­
comienzos de este siglo el terri­ sale la colonización de la Orinoquia y
A torio nacional presentaba aún la Amazonia, desde el piedemonte an­
grandes zonas deshabitadas; la ocu
pación del territorio y las modalidades
dino,
­
años
llevada a cabo a partir de los
50.
del mismo eran fruto de polémica en­ La violencia social y política, como
tre los sectores dirigentes del país. ha sido señalado por diversos investi­
Éste apenas iniciaba la conformación gadores, está ligada a la historia de la
de la unidad nacional por encima de conformación nacional desde el esta­
las características regionales y de sus blecimiento mismo del estado republi­
intereses particulares. Comenzaban a cano en oposición el estado colonial
articularse las bases de un mercado español. Los conflictos que dieron ori­
nacional a la par con el proceso de uni­ gen a las cruentas guerras internas del
ficación política y cultural. Este pro­ siglo XIX se prolongaron hasta el um­
ceso, sin embargo, ha ocupado el siglo bral del presente y se entroncan en el
entero sin agotarse y ha sido desigual, origen de la Violencia contemporá­
espontáneo, discontinuo y con carac­ nea, en especial en el período com­
terísticas diferenciales. prendido entre 1948 y 1966. Los res­
Distintas coyunturas económicas, coldos de esta guerra permanecieron y
políticas y sociales han impulsado la alimentaron las rencillas partidistas,
colonización de terrenos baldíos en los familiares y políticas de los años 20 y
más diversos sitios del país. Sobresa­ 30 del período de la Violencia. Una de
len, sin embargo, dos elementos como sus fuentes principales ha sido el mo­
factores de impulso a los movimientos nopolio de la propiedad territorial y
de la población en búsqueda de nue­ otros recursos y la estructura de poder
vos territorios: la violencia social, en basada durante largo tiempo en el ga­
el interior de las fronteras económi­ monalismo, sustentado en el poder te-
372 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Portada de "Inmigración Código Fiscal de 1912, pero en espe­


y colonización", informe cial en la ley de Tierras de 1936, donde
al ministro de Obras el factor de explotación directa o po­
Públicas y Fomento,
en 1906, durante el sesión material le dan un respiro al co­
gobierno de Rafael Reyes, lono frente al detentador de títulos co­
muy interesado en los loniales; figuras como la extinción del
territorios no derecho de dominio adoptada como
explorados del país. sanción al propietario ausente y las ga­
rantías jurídicas otorgadas a los ocu­
pantes, de hecho eran la demostración
palmaria de que las nuevas realidades
económicas exigían producción, pro­
ductividad y ampliación de la frontera
agrícola. Este esquema debió comple­
mentarse con los acuerdos para expe­
dir la ley de reforma social agraria (ley
135 de 1961).
Ya no era el espíritu de los legisla­
dores de comienzos de la República,
preocupados por los pagos de la inci­
piente estructura burocrática y las
deudas contraídas con ingleses y fran­
ceses a raíz de las guerras independen-
tistas. En uno de los primeros estatu­
tos sobre tierras (ley de 11 de octubre
rrateniente, por cuyos intereses regio­ de 1821), por ejemplo, se conservó el
nales se vieron envueltos en numero­ espíritu y la naturaleza de la legisla­
sos conflictos durante la segunda mi­ ción hispano-colonial; los baldíos po­
tad del siglo XX. dían ser enajenados a los particulares.
La apropiación del espacio físico na­ La ley facilitó la consolidación de la
cional y el dominio sobre áreas peri­ estructura monopólica de la hacienda
féricas, aunque estuvieron presentes señorial; el Estado, al asumir la pro­
en la preocupación política del nuevo piedad de los baldíos, continuaba la
estado republicano, fueron secunda­ política española que los veía como
rios y se supeditaron al interés central una fuente de recursos fiscales, aun­
de lograr la unidad por encima de la que de vez en cuando exigiera a los de­
diversidad regional y la pugna de sus tentadores «morada y labor».
intereses locales. Asimismo, las áreas Pero en el monopolio de la propie­
periféricas fueron zonas relegadas a dad territorial también se establecía
los «salvajes» y sus civilizadores, los un conflicto soterrado entre la impo­
misioneros católicos. Sin embargo, en sición de relaciones de servidumbre y
la medida en que la presión demográ­ el control de la mano de obra sujeta a
fica y la inestabilidad social crecieron estas relaciones y las expectativas de
en las zonas ocupadas, se hizo nece­ los campesinos que veían en las tierras
sario ocupar los valles cálidos interan­ baldías la posibilidad de liberarse y
dinos, las planicies aledañas y final­ también ser propietarios. De esta for­
mente la llanura amazónica. ma, las condiciones económicas, de­
La política estatal sobre tierras bal­ mográficas y sociales dibujaron, según
días se fue modificando lentamente a Francisco Leal, «un proceso desigual y
lo largo del presente siglo, en relación diversificado de ampliación de la fron­
con la necesidad de transformar o ami­ tera agrícola, proceso siempre rubri­
norar los efectos de una estructura cado por la búsqueda de subordina­
monopólica de la tenencia de la tierra; ción laboral obligatoria por parte de
tal es el espíritu que se respira en el los terratenientes».
Capítulo 14 373

Como vimos, desde la formación de "Reducción de salvajes",


la República se dio un vasto proceso memoria de Rafael Uribe
de apropiación de terrenos baldíos en Uribe, publicada en la
grandes extensiones, bien a partir de imprenta de "El Trabajo",
la ampliación de haciendas ya confor­ de Cúcuta, en 1907.
Formuló una política de
madas, o bien, alegando distinto tipo poblamiento
de derechos. La carencia de medidas e incorporación
estatales que obligaran o indujeran al productiva de tierras
aprovechamiento económico de estas baldías y de frontera,
grandes apropiaciones (muchas de a través de asimilación
ellas a cambio de bonos de deuda pú­ de la población indígena.
blica) y la ausencia de estímulos eco­
nómicos, llevó a la subexplotación de
las mismas, o a su reducción a simple
forma de atesoramiento. En 1823 se
adjudicaron 500.000 fanegadas en Ca-
sanare; en ese mismo año, en otra ley
republicana en materia agraria, se au­
torizó al gobierno para disponer de
tres millones de fanegadas de tierras
baldías para fomentar la colonización
mediante estímulos a la inmigración
de extranjeros. Se argumentó que la
población del país no correspondía a
«la vasta expansión del territorio» en­
tre otras razones por la guerra de in­
dependencia que redujo la población estuvo mediada por el control de la
productiva. Diversas leyes y decretos población rural por parte de las ha­
pretendieron auspiciar la colonización ciendas, que detentaban el monopolio
del territorio creando estímulos a los de la tierra. Los campesinos-colonos
colonos, desde el pago del transporte desmontaban gradualmente la tierra Un colonizador
hasta incorporarla a la producción, de las selvas del
a las zonas, hasta exenciones en el Catatumbo,
pago de impuestos y en la prestación pero las tierras pasaban al control de en la segunda década
del servicio militar. Un buen número la hacienda, que los desplazaba de del siglo XX.
de ellas pretendió atraer población ex­
tranjera «blanca». Se dictaron leyes al
respecto en 1845. 1847, 1870, 1871,
1872 y 1876.

La primera dispuso la adjudicación


de baldíos en el Caquetá, y la de 1871
apropió cinco millones de hectáreas
para fomentar la colonización median­
te la adjudicación de baldíos y la cons­
trucción de vías en los entonces Esta­
dos Soberanos de Antioquia, Cauca,
Bolívar, Magdalena, Cundinamarca,
Boyacá, Santander, Tolima y Panamá.
La ley de 1876 destinó 30.000 hec­
táreas a empresarios de colonización
con el fin de conquistar la hoya del Sa­
fare y civilizar a los indígenas que allí
habitaban.
De esta forma, durante el siglo XIX
y parte del presente, la colonización
374 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Colono del río nuevo o permitía su asentamiento a y los medios para asegurar la unidad y
Magdalena, en los cambio de trabajo y productos. La dominio sobre el conjunto.
años diez. Buena hacienda utilizaba así la vinculación En 1907, Rafael Uribe Uribe, par­
parte de la apropiación
de terrenos baldíos
de colonos para ampliar sus domi­ tícipe de la polémica sobre «el proble­
en esta época se nios, colonos que al poco tiempo de­ ma de la población del suelo», esti­
efectuó como pago bían reiniciar el ciclo. Algunos esca­ maba que de los cinco millones de ha­
por trabajos en paban del dominio de las haciendas y bitantes del país apenas habría unos
las obras públicas. colonizaban tierras marginales a éstas, treinta mil nativos. Sin embargo, ar­
conformando explotaciones campesi­ gumentaba que las 2/3 partes de la na­
nas independientes. Esto se desarrolló ción eran habitadas por diversos gru­
diferencialmente en las zonas princi­ pos indígenas. «La población cristiana
pales del territorio colombiano, pero posee apenas una reducida porción de
se dio en especial en la zona central la parte central de esa enorme área lla­
andina. mada Colombia: casi toda la circun­
La necesidad de expansión de la po­ ferencia está en manos de salvajes.»
blación rural antioqueña desembocó De allí deducía una política de po-
en el principal movimiento coloniza­ blamiento e incorporación productiva
dor del siglo pasado, movimiento que de las tierras baldías y de frontera, a
en décadas sucesivas se dirigió hacia el partir de la posibilidad de asimilar la
sur de la cordillera central, modifican­ población indígena. Es interesante re­
do la estructura productiva y cultural saltar cómo en contra de las teorías en
del país. boga, que otorgaban superioridad al
blanco y hacían de éste el modelo del
El comienzo del siglo y la poblador, del ciudadano, y de la con­
ampliación de la frontera agrícola formación étnica del país, Uribe Uribe
presentaba argumentos en favor de los
Durante las primeras décadas de este nativos y resaltó el vasto mestizaje de
siglo, estuvo vigente la discusión sobre la población, para cuyo reconocimien­
el poblamiento del territorio nacional to acudía a planteamientos de Darwin.
Capítulo 14 375

CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN COLOMBIANA


HASTA 1950
Crecimiento con relación al censo anterior
Medio
Absoluto Relativo % anual por
Censo Población 1.000 h.
1831 2.243.730
1835 1.686.000
1.571.000*
1843 1.932.279
1851 2.136.976
2.094.000*
1870 2.931.984
2.713.000*
1905 4.355.477 1.963.493 82,1 16,6
1918 5.855.077 782.473 15,6 24,0
1938 8.711.816 2.846.739 48,6 19,6
1951 11.545.372 2.843.556 32,7 21,6
(*) Sin Panamá.

En contra de las débiles e ineficaces orientaron hacia otros rumbos. La su­


políticas de colonización con base en cesión de disposiciones demuestra el
inmigrantes extranjeros, planteó el es­ interés en la ocupación productiva del
tímulo a la población nativa y su in­ espacio nacional; numerosas normas
corporación económica de manera declararon de interés público las em­
paulatina y a partir de las caracterís­ presas dedicadas a la colonización y
ticas, conocimientos y adaptación al expresaron la intención de facilitar
ambiente natural de cada grupo. Para medios para su estímulo, a través de
ello, sugería el apoyo de colonias mi­ obras de infraestructura, exenciones y
litares, que a su vez operaran como donaciones. Sin embargo, su efecto
colonias agrícolas de los misioneros, fue limitado y a menudo no tuvieron
apoyados por intérpretes. Esta políti­ ninguna ejecución. La política de co­
ca permitiría incorporar productiva­ lonización mediante inmigrantes no
mente grandes extensiones, defender pasó de un vago deseo. Sin embargo,
las fronteras, afirmar la soberanía y la apropiación de los baldíos en gran­
«atraer los indígenas a la comunión de des extensiones contribuyó y dio ori­
la fe, del trabajo y de la sociedad». gen a interminables disputas entre co­
«Nuestra nacionalidad está en vía de lonos y quienes mostraban títulos de
formación», insistía. El problema del adjudicación, y empujó a los campe­
poblamiento del suelo como tarea ur­ sinos a expropiar tierras de las débiles
gente, debía implicar el estímulo y el comunidades indígenas.
aprovechamiento de la población mes­ Orlando Fals Borda estima que en
tiza y nativa, que podía colonizar las el período posterior a la guerra de los
periferias y era la única capaz de «des­ Mil Días (1899-1902) el gobierno
bravar las tierras vírgenes». concedió a familias privilegiadas
Sin embargo, el proceso coloniza­ más de diez millones de hectáreas
dor y las disposiciones oficiales se de baldíos.
376 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

hacerlo. Las primeras décadas mues­


tran una carrera por la adjudicación
de tierras, lo que dio lugar a rápidas
adjudicaciones tanto a pequeños cam­
pesinos, como a terratenientes.
La política del Estado de propiciar
la construcción de vías públicas, ad­
judicando baldíos como parte del
pago, contribuyó a la apropiación de
éstos. En 1905 el contrato firmado por
Tulio Ospina para la apertura de un
camino que comunicaba a Antioquia
con las cabeceras del río Sinú, con mi­
ras a abrir a la colonización los valles
del Sinú y del San Jorge, concedió al
constructor los lados del camino en
una zona de diez kilómetros y mil hec­
Grupo de trabajadores J. A. Bejarano, por su parte, anota táreas por «cada legua que entregue
de la colonia de cómo el proceso de colonización antio- terminada». Entre 1910 y 1937, dice
Sumapaz, años 20. queño se orientó a tierras de ladera y Bejarano, se adjudicaron 1.013.466
Allí, en esa década, se dirigió a la producción cafetera a hectáreas; más de la mitad correspon­
hubo permanente
través de pequeñas y medianas uni­ dieron a adjudicaciones mayores de
conflicto entre 1.000 hectáreas, especialmente en los
colonos y terratenientes. dades., dejando libres grandes exten­
siones ubicadas en las zonas planas y departamentos de Boyacá, Bolívar,
Colonización en cálidas circunvecinas. No tardó en Antioquia y Meta.
el Caquetá, 1924. darse el conflicto en estas últimas en­ La colonización propiciada por el
Un año antes se expidió tre quienes reclamaron dominio sobre Estado en este período se hizo, por
la ley de vigilancia
grandes extensiones y los colonos, una parte, con base en la gran propie­
de territorios
fronterizos nacionales. quienes las trabajaban o pretendían dad, con sus aparceros y arrendata-
Capítulo 14 377

rios, y por otra, en forma espontánea caso de los colonos de Palagua, en el En la misión apostólica
con una gran masa de colonos que se territorio Vásquez (Boyacá), contra de los capuchinos en
asentaron en tierras desocupadas, quienes ha pedido el señor Alejandro Mocoa, Putumayo,
el prefecto apostólico
pero sobre las cuales se reclamaba Salcedo, propietario titular de grandes Fidel de Montclar
propiedad inscrita. Numerosos con­ extensiones de tierra en aquellas ho­ y el gobernador de Pasto.
flictos hicieron la historia local de esta rribles soledades, una enérgica san­
colonización; ejemplo de ello, los ocu­ ción ejecutiva, por haber rehusado di­
rridos en los años 20 entre los colonos chos colonos pagar el precio del usu­
de la hacienda El Hato y los terrate­ fructo.» Otro artículo enfatizaba la ne­
nientes que alegaban dominio sobre cesidad de resolver el problema agra­ Construcción de una
12.000 hectáreas, desde Usme hasta el rio en Colombia para permitir la casa en la colonia
páramo de Sumapaz, o los reclamos ocupación y cultivo de la tierra. El de Sumapaz.
en 1916 de los colonos de la hacienda
Santo Domingo, en el Tolima, que lle­
varon a una larga lucha hasta 1932.
«El cáncer de la comarca es la es­
peculación del baldío», escribía Ver-
gara y Velasco sobre Sucre a comien­
zos de siglo; «cientos de ricos los han
adquirido en extensiones enormes, no
para cultivarlos, sino para extorsionar
al que en ellos va a trabajar».
Los periódicos de la época registra­
ron periódicamente la tensión; en ju­
nio de 1923 un titular reclamaba «con­
tra la iniquidad agraria en Colombia»:
«En estos días —decía— ha llamado
merecidamente la atención del público
y deficientemente la del gobierno, el
378 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

ción cauchera todavía en auge en la


zona, para establecer una colonia agrí­
cola. Esta colonia, para cuya adminis­
tración se preveía un organismo ofi­
cial, tenía como propósito inicial el
aprovechamiento forestal, especial­
mente del caucho, y la «catequización
de los indígenas de la región». A pesar
de que se contemplaron estímulos
para este proyecto (donación de se­
millas, herramientas, adjudicación
gratuita de tierras, auxilio de trans­
porte a la zona, etc.). la colonización
productiva propiamente no se desa­
rrolló y quedó tan sólo un pequeño
núcleo blanco, en compañía de los mi­
sioneros e indígenas, diezmados éstos
por las formas bárbaras de explotación
de los caucheros.
En 1913 se insistió de nuevo en el
estímulo oficial a la colonización del
Caquetá y del Putumayo para lo cual
se creó una Junta de Inmigración que
debía funcionar con sede en Pasto;
ésta debía realizar un estudio de po­
tencialidades agrícolas, suministrar in­
formación técnica a los colonos y apo­
yar la adjudicación en unidades de cin­
cuenta hectáreas. Esto, sin embargo,
no se llevó a la práctica.
El primer organismo oficial encar­
gado de promover la colonización se
creó en 1912, como una división del
Ministerio de Economía Nacional.
Tulio Ospina, concepto del derecho de propiedad Apoyó tres colonizaciones: una en Ca-
impulsador y contratista que planteaba se sustentaba en la racolito. Codazzi y Valledupar. colo­
en 1905 del camino para «función social»: sin embargo, «hay nización que veinte años más tarde da­
comunicar a Antioquia
con las cabeceras del enormes áreas procedentes las más de ría lugar a las zonas algodoneras de
río Sinú, abriendo a grandes concesiones de tierras hoy esta región; otra en Sumapaz. Cundi-
la colonización los abandonadas [...] pero que con el es­ namarca; y la del Sarare en Arauca.
valles del Sinú fuerzo constante del cultivador, vie­ Para esta última zona, como se men­
y del San Jorge. nen a representar luego una riqueza. cionó, desde 1876 se otorgaron gran­
El contrato estipulaba
la entrega de una zona
Cuando ésta se ha creado, el propie­ des extensiones baldías a la sociedad
de diez km y mil tario ausente de estas actividades y comercial «Plamplonesa del Sarare».
hectáreas a lado y lado este esfuerzo se presenta y lanza a los que debía organizar la colonización,
de la carretera, por cultivadores». pero cuya actividad no fue más allá
"cada legua que Desde el punto de vista de las nor­
entregue terminada."
de emitir un cierto número de ac­
mas, en 1910 se dispuso el primer pro­ ciones.
grama de colonización auspiciado por Por ley de diciembre de 1922. se in­
el Estado mismo. Se pretendía fomen­ sistió en el desarrollo económico e in­
tar una de las primeras colonizaciones telectual del país a través de la inmi­
alejadas de la zona andina, en las már­ gración de extranjeros. Se contempla­
genes del río Orteguaza, en el Caque- ron de nuevo estímulos diversos, pero
tá; se buscaba aprovechar la extrac­ sólo se estipuló un derecho de adju­
Capitulo 14 379

dicación de veinticinco hectáreas de durante los cinco años siguientes a la


tierras baldías. Por la misma época se adjudicación.
concedieron baldíos para el estableci­ En 1927 y 1928 se dictaron varias le­
miento de colonias penales en áreas yes y decretos de colonización de nue­
periféricas. vas tierras; en 1927 se ordenaron cré­
La preocupación por el dominio de ditos a colonos y se organizó una co­
las fronteras llevó en 1923 a expedir misión que debía proponer los princi­
una ley de vigilancia de territorios pios básicos de toda colonización: «le­
fronterizos nacionales, lo cual enfatizó vantar planos y hacer un estudio de las
una vez más la colonización como me­ zonas que se han de destinar a la co­
dio apropiado para ello. En 1926 se lonización de tierras baldías» y esta­
reorganizó el aparato estatal encarga­ blecer las características de éstas (to­
do de la colonización a través del Ins­ pográficas, suelo, clima, vías de co­
tituto Agrícola Nacional, con el fin de municación). Al año siguiente se re­
fomentar la agricultura y la inmigra­ glamentó la organización de colonias
ción extranjera. Vale la pena resaltar agrícolas, señalando con precisión los
que se pretendió crear un sustrato téc­ requisitos y obligaciones de los colo­ Escuela de niñas
nico a través de becas para formación nos y los compromisos del Estado. Se de Sibundoy, en
de expertos, creación de estaciones y pretendió adelantar estos programas Putumayo, regentada
granjas experimentales, levantamien­ de colonización con personas nacio­ por las hermanas
to de cartas agronómicas, estudio de nales o extranjeras en base a los es­ Franciscanas, 1910.
Las colonizaciones
suelos, etc. Se dispuso que el Estado tudios que debía elaborar la comisión del Putumayo y
aportaría cien mil hectáreas anuales de colonización. La selección de los Caquetá recibieron
para colonización, en unidades de colonos, las características exigidas estímulo oficial
ochenta hectáreas y se intentó evitar la (varón mayor de 18 años, con buena en esta fecha:
especulación con las adjudicaciones, salud, etc.). la organización de la co­ programa de fue el primer
colonización
obligando a su uso productivo a través lonia (granja agrícola, escuela, iglesia, auspiciado por
de la prohibición de vender la parcela hospital, etc.). los estímulos estatales. el Estado, directamente.
380 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Primeras comuniones se contemplaron con detalle en el de­ yor. Tan sólo algunos núcleos aislados
de indígenas de Pasto, creto 839 de ese año. Asimismo, se se afianzaron en el piedemonte caque-
1930. otorgaron poderes a los funcionarios teño y del Putumayo y se continuó len­
directores de las colonias agrícolas tamente la ocupación de baldíos pró­
para solucionar los conflictos de poli­ ximos a las zonas andinas ya incorpo­
cía. Algunos decretos complementa­ radas.
rios hicieron alusión a la colonización Entre 1920 y 1930 aumentó la pre­
en Caquetá. Putumayo y Amazonas. sión sobre la tierra cultivada y se di-
Proyecto de colonia
penal y militar en El efecto real de estas disposiciones namizaron transformaciones en la pro­
la salina de Upin, sobre movimientos colonizadores en piedad territorial; el café se consolidó
en el Meta, 1907. áreas nuevas no parece haber sido ma­ como principal producto de exporta­
ción y su bonanza incidió en la eco­
nomía del país.
El crecimiento económico entre
1925 y 1929 (llamado de la Prosperi­
dad a debe) creó nuevas condiciones y
exigencias a la estructura económica,
que despegó en su proceso de indus­
trialización, con nuevas demandas de
productos agrícolas y mano de obra.
En este período se inició un tímido in­
tento por controlar el acaparamiento
de grandes extensiones baldías y se de­
batió el carácter social de la propiedad
territorial. A partir del criterio cons­
tante en la legislación republicana de
que todas las tierras existentes en el
territorio nacional son originariamen­
te de propiedad del Estado y que éstas
Capítulo 14 381

pueden pasar al dominio de particu­ jado de ritmo. El conflicto agrario


lares a través de mecanismos precisos, continuaba dándose fundamentalmen­
fue cobrando fuerza al criterio de la te alrededor de los baldíos reclamados
explotación económica como medio por colonos y poseedores inscritos. En
para obtener y conservar el dominio 1926 una sentencia de la Corte Supre­
territorial. Sin embargo, los hacenda­ ma exigió el título originario del Es­
dos, acostumbrados a relaciones de tado para alegar propiedad; los aca­
servidumbre «naturales» en este pe­ paradores de tierras hablaron de esta
ríodo, buscaron soslayar el proceso de sentencia como la que exigía una prue­
apertura de vías que exige mano de ba «diabólica».
obra contratada por el Estado, el cual La tensión en el campo, especial­
alcanzó a expedir leyes de inmigración mente en el Tolima, Cundinamarca v
de trabajadores extranjeros en 1926. Cauca, creció hasta convertirse en una
atendiendo a la presión por conservar vasta «inconformidad campesina con
la estructura hacendil. la tenencia de la tierra, que desem­
bocó en las invasiones de los años 30
Rupturas en la estructura agraria y y en los primeros intentos de propiciar
colonización (1930-1960) una reforma agraria, que distribuyera
la propiedad territorial», como afirma
En 1928 la población del país ascendía Alfonso López Michelsen. La apertu­
a 7.212.000 habitantes, de los cuales ra del mercado del trabajo asalariado
tan sólo el 15,2 % se ubicaba en las indujo a campesinos arrendatarios a li­
capitales departamentales. En las zo­ berarse del dominio de las haciendas,
nas rurales continuaba el predominio cuyos dueños resintieron la salida de
de las haciendas que dominaban de di­ sus arrendatarios, hasta el punto que
versas formas la población rural intentaron prohibir su salida, por me­
(arrendatarios, aparceros, agregados, dio de la imposición de salvocon­
peones). La colonización de nuevos ductos.
territorios después de la formidable Los conflictos agrarios llevaron a la Ensayo de una banda
expansión de la frontera agrícola rea­ musical conformada
expedición de la ley 200 de 1936; a pe­ por indígenas de
lizada sobre la cordillera Central por sar de la precariedad de los instru­ una misión
la colonización antioqueña, había ba­ mentos que dispuso para afectar el ré- capuchina, 1913.
382 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

PRINCIPALES FRENTES
DE COLONIZACION

Putumayo Area incorporada


Caquetá o en proceso
t de incorporación
i Ariari
i J Area selvática
t
t Meta-resto
tt
t Casanare
t
Sarare-Arauca
l Vichada no se incluye
colonización
El Retorno-R. Guaviare
\ de bosques de
i Amazonas Galería de sabana
i
/
I
l
I
Arauca
'¿¿Arauca
Casangre^^^
^~Áríporg~¿;?^
^Sasanare 7
Pto. Carreño,
Pauto

VICHADA

GUAINIAq 6°
R. Orteguaza

Isana
l
l
Vaupés i

VAUPES
PUTUMAYO CAQUETA

Caquen

' / —-
AMAZONAS f
i
(T i
t
i
p/yaguas

Fuente: Ellas Sevilla Casas 1980


Amazonas^l Leticia
Capítulo 14 383

gimen de la tenencia de tierras, esta tir de 1964 con el ascenso de las ex­
ley reafirmó y desarrolló el concepto portaciones bananeras. Entre 1932 y
de la función social de la propiedad te­ 1938, se intentaron programas de co­
rritorial, rechazó el dominio absoluto lonización dirigida hacia Bahía Solano
sobre la misma, consideró prioritario (Chocó), Codazzi y Caracolito (Ce­
el interés de la comunidad sobre el sar), Prado, Ortega, Dinde y Roa (To-
particular, e incluso estableció la ex­ lima), programas que tan sólo obtu­
propiación sin indemnización por cau­ vieron el asentamiento de unos pocos
sa de utilidad pública. Con respecto a pioneros, mientras el interés coloni­
los baldíos, estableció como criterio zador se dirigía a las inmediaciones de
para determinar tal calidad o, por el las áreas ya incorporadas.
contrario, el de propiedad particular Alrededor de 1945 empezó a gene­
de un terreno, el cultivo o no del mis­ ralizarse la agricultura de corte em­
mo; así, las tierras incultas o inexplo­ presarial, la cual desplazó a los cam­
tadas, se presumieron baldíos. De esta pesinos de algunas zonas mecaniza-
forma se pretendió resolver el conflic­ bles, como ocurrió con los ubicados en
to entre el poseedor material del te­ el plan del Tolima, el altiplano Cun-
rreno y quien lo reclamaba en propie­ diboyacense, las sabanas del Caribe y
dad, en favor del primero. Se hizo ex­ el valle del Cauca. Los cultivos co­
plícita la diferencia entre terrenos bal­ merciales de arroz, algodón, sorgo y
díos de propiedad de la nación y las azúcar desplazaron la producción ga­
propiedades particulares a través del nadera y la agricultura campesina ha­
cultivo de los terrenos. cia zonas más distantes. Los colonos
Esta ley, sin embargo, adoleció de de Codazzi se vieron presionados por
medios eficaces para su ejecución; el auge de empresarios agrícolas y los
pero su importancia radica en el inten­ antiguos aparceros de las haciendas de
to de frenar el acaparamiento y la es­ los llanos de Tolima cedieron el paso
peculación con los baldíos, a través de o se incorporaron a la producción de
la exigencia de que la propiedad sólo los distritos de riego de Saldaña, cons­
se demuestra y mantiene mediante he­ truidos por la Caja Agraria en la dé­
chos positivos de explotación econó­ cada del 50, en apoyo a empresarios
mica. privados.
Por esta misma época se dieron mo­ Este inicio de la modernización en
vimientos espontáneos de coloniza­ las relaciones y en las formas de pro­
ción en áreas baldías de Cundinamar- ducción agrarias, contrastó con la cre­
ca, Huila, Cauca, Valle y Antioquia. ciente tensión que se apoderó de las
La guerra con el Perú obligó a prestar vastas zonas rurales y que desembocó
atención a los marginados territorios en interminables años de conflictos ar­
nacionales, que una vez pasado el mados.
auge cauchero tenían escasos vínculos En 1951 Colombia contaba con
con el centro del país. La apertura de 11.545.372 habitantes; miles de sus ha­
la vía Pitalito-Florencia y el mejora­ bitantes rurales, que ascendían al
miento de la del valle de Sibundoy 70 % de la población total en ese año,
hasta Mocoa, abrió las posibilidades perecieron en la feroz contienda; mi­
de una mayor afluencia de coloniza­ les huyeron a las ciudades, mientras
dores andinos, en especial del Huila, otros buscaron tierra y paz en las pe­
Tolima y Nariño hacia el Caquetá (in­ riferias, en el piedemonte amazónico
mediaciones de los ríos Orteguaza y y llanero, el Magdalena medio, el Ca-
Caquetá en su curso medio, y riberas rare-Opón, el Urabá antioqueño y
del Putumayo medio). Por esta época chocoano, el Catatumbo y el Carare.
también se inició la ocupación de Ura- A partir de esos años se produjo
bá a partir de las inmediaciones de la una drástica redistribución de la po­
vía Medellín-Turbo. Esta ocupación, blación en el territorio nacional y se
sin embargo, sólo cobraría auge a par­ incorporaron al mercado nacional vas-
384 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

tas zonas hasta entonces marginales y creta se limitó al apoyo de las coloni­
ocupadas por poblaciones indígenas zaciones ya iniciadas del Magdalena
de baja densidad demográfica. El mo­ medio, el Carare, Caracolito y Codaz-
vimiento migratorio colonizador des­ zi. Esta ley intentó subsanar la debi­
bordó ampliamente el aparato insti­ lidad estatal en materia de coloniza­
tucional y se prolongó por tres déca­ ciones, creando mecanismos adminis­
das, hasta el presente. trativos ejecutores de las políticas de
En 1946l, año que para numerosos colonización y fomento agrícola. El
investigadores marca el comienzo de Instituto debía realizar parcelaciones
la Violencia, se expidió una ley que de tierras incultas o insuficientemente
buscaba obtener información sobre explotadas y apoyar la colonización
tierras baldías aptas para la coloniza­ espontánea mediante la organización
ción y encargó al Ministerio de Eco­ de colonias agrícolas. Éstas, por su­
nomía Nacional estudiar y prestar ser­ puesto, no tuvieron mayor realidad.
vicios especializados para los colonos. Pocos años después, en demostración
Al año siguiente, una nueva ley tuvo del interés del Estado en la coloniza­
como propósito fomentar la coloniza­ ción y su incapacidad ante el proceso,
ción en el sur del país, en especial en un nuevo decreto de 1953 anuló el an­
Putumayo y Caquetá, y creó comisio­ terior Instituto y creó el Instituto de
nes sanitarias para atender a los co­ Colonización e Inmigración. En este
lonos. En 1948, en plena Violencia, se mismo año otro decreto dispuso la co­
creó el Instituto de Parcelaciones. Co­ lonización militar del valle del río
lonizaciones y Defensa Forestal, enti­ Magdalena.
"Horizontes", dad que debía adelantar programas di­
óleo de Francisco Es interesante destacar que se re­
A. Cano, 1913. rigidos por el Estado. Su labor con­ tomó la vieja idea del poblamiento e
Capítulo 14 385

incorporación del territorio nacional a El tema de la


través de inmigrantes extranjeros se­ colonización
leccionados. Para atraerlos al país se en una estampilla
del Banco Postal,
preveía otorgarles prioridad en la ad­ 1948.
judicación de predios. Se determinó
por otra parte la cabida de los predios
adjudicados y se enumeraron diversos
requisitos que debía cumplir un adju­
dicatario de baldíos; entre éstos sobre­
salía el certificado de buena conducta
que debían presentar los aspirantes a
tierra. El Estado, por su parte, se
comprometió a apoyar la colonización
mediante la construcción de vías, y el
apoyo técnico y financiero a los colo­
nos. En la práctica, este instituto apo­
yó la colonización espontánea de cam­
pesinos en el Carare y el Opón (San­
tander) que cobraba cierta realidad, y
la de Cimitarra en el Magdalena me­ azotaba las zonas rurales. En 1960 el
Estado había ordenado la emisión de
dio, facilitando la instalación de nu­ cincuenta millones de pesos dentro de
merosos aserríos. un vasto programa nacional de reha­
En 1956 se asignaron a la Caja bilitación, dinero destinado a parce­
Agraria las funciones del Instituto de lación y distribución de tierras en zo­
Colonización e Inmigración; ésta nas afectadas por la Violencia.
abrió una sección de colonizaciones y La magnitud de la colonización pro­
parcelaciones que pocos años después ducto de la desestabilización de la vida
inició programas de colonización diri­ rural y de la expulsión de masas cam­
gida y planificada estatalmente. Ade­ pesinas en el período entre 1950 y
lantó acciones en el Ariari (Avichure 1960 no se conoce en forma precisa;
y Canaguaro), Caquetá (La Maná, sin embargo, se sabe que algunas zo­
Valparaíso y Maguaré), Sarare (Tu- nas presentaron altas tasas de creci­
nebia), Sumapaz, Cundinamarca y Le- miento por inmigración entre las cua­
brija (Santander). La Caja Agraria, les se destacan el Magdalena medio, el
con un débil conocimiento de las ca­ Caquetá, el Putumayo, el Sarare y el
racterísticas agronómicas y graves fa­ Ariari (Meta). Entre 1958 y 1966 se
llas de planificación, pretendió esta­ dieron las cifras más altas de inmigra­
blecer colonizaciones controladas y di­ ción. El Caquetá, por ejemplo, en
señadas oficialmente, con apoyo de 1938, tenía 20.914 habitantes; en 1951,
vías, crédito, asistencia técnica y es­ según los datos censales, 40.950, y en
cuelas. Estas colonizaciones dirigidas, 1964 su población alcanzaba 103.718
que cobijaban pequeñas zonas de las habitantes (contra 111.079 en .1985).
vastas tierras en pleno auge de incor­ Los grandes desplazamientos de po­
poración espontánea, fracasaron blación se detectan en los datos cen­
pronto y sus conflictos fueron asumi­ sales que muestran que, en 1951, el
dos por la nueva entidad encargada de 14 % de la población había cambiado
las políticas de colonización: el Insti­ de origen y en 1964, lo había hecho el
tuto Colombiano de la Reforma Agra­ 18 por ciento.
ria, INCORA. Por la ley de 1961 se El Estado, por su parte, estuvo a la
creó este Instituto, brazo ejecutivo de zaga de este movimiento procurando,
la política de reforma agraria, que a a posteriori, remediar situaciones de
partir de entonces intentó crear nue­ emergencia y en buena parte actuando
vas bases económicas y políticas para bajo el criterio de atenuar los conflic­
superar la violencia que desde 1946 tos urbanos y rurales crecientes.
386 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

La conquista de la Amazonia Un balance de la inmigración ex­


(1960-1980) tranjera arrojaba apenas un estimati­
vo de 50.000 extranjeros residentes en
En los inicios de los años 60, las cifras Colombia en 1960. En 1951, el censo
oficiales mostraban que el 78 % de la había registrado 27.133 extranjeros,
población total se albergaba en la zona de los cuales se dedicaban a activida­
andina. Mientras en 1951 la población des agrícolas tan sólo 3.809. La legis­
de las dieciséis capitales departamen­ lación sobre inmigración extranjera,
tales representaba apenas el 18 % de confusa, dispersa e inadecuada, no
la población total, en 1960 se estima­ apoyó un flujo de inmigrantes de im­
ba la población rural en un 60 %. Al portancia, de por sí carentes de moti­
comenzar la década, Eduardo Aceve- vaciones hacia las difíciles tierras tro­
do Latorre describía al país afirmando picales. El país se presentaba como lo
que «nuestro suelo está en mínima había caracterizado Uribe Uribe a co­
parte ocupado», lo que contrastaba mienzos del siglo: como un país de fi­
con la alta concentración demográfica sonomía étnica mestiza, pero con mi­
de las zonas ocupadas. La región sel­ norías indígenas ocupando los contor­
vática, en especial la llanura amazó­ nos nacionales.
nica —decía—, se encontraba aún casi En contraste con la raquítica inmi­
despoblada. gración extranjera, ya entonces se

MOVIMIENTO MIGRATORIO EXTERNO


(1937-1959)
Saldo a favor
Años Inmigrantes Emigrantes del país
1937 14.703 13.788 915
1938 15.963 12.712 3.251
1939 15.648 14.191 1.457
1940 12.884 12.512 369
1941 14.749 18.087 -3.338
1942 14.525 14.547 -22
1943 16.745 16.653 92
1944 18.901 19.613 -712
1945 24.575 22.333 2.242
1946 38.043 34.708 3.335
1947 35.411 33.964 1.447
19491 29.583 29.933 -350
1950 33.021 34.641 -1.620
1951 36.597 36.141 456
1952 38.766 41.819 -3.053
1953 45.815 45.854 -39
1954 49.399 50.725 -1.326
1955 52.261 50.677 1.584
1956 54.959 52.846 -2.113
1957 45.518 46.663 -1.145
1958 61.776 63.201 -1.425
1959 67.965 73.448 -5.483
TOTAL 737.807 739.059 -1.252
1 No se conocen datos para el año 1948.
Fuente: Eduardo Acevedo Latorre. Atlas de economía colombiana, 1960.
Capítulo 14 387

EMIGRACION A ZONAS DE COLONIZACION


REGIONES REGIONES DE
RECEPTORAS EMIGRACION
PROCEDENCIA
(Zonas Coloniz ) H
(Deptos )

ARAUCA C -SANTANDER ------


N SANTANDER
BOYACA
META F-TOLIMA --------------
CUNDINAMARCA
VALLE
EL RETORNO----------- G-BOYACA--------------
RlSARALDA
TOLIMA
CAGUETA H-HUILA ----------------
TOLIMA
CAGUETA
antioguia
CALDAS
PUTUMAYO-------------- I -NARIÑO--------------
CASANARE-------------- D-BOYACA-------------
/ \ GUAPI -------------------- - K-CAUCA---------------
'/ NORTE DE NARIÑO

A CORDOBA' í/ 'SANTANDER HUISITO J-CAUCA---------------


VALLE

■V
MAGDALENA MEDIO-B-TOLIMA -------------
i \ ANTIOGUIA
i CHOCO
CUNDINAMARCA
SUMAPAZ E-CUNDINAMARCA
URABA — A-CORDOBA ---------
VX BOLIVAR
. xi M? ANTIOGUIA

ANTIOQUIA*. '/ SANTANDER •''.«A..


A* J
-±-*- ,'X

CHOCO \
•'t iOYACA
/'~CAU3AS’CUND|NAMARC^
*• '
'^ALLE^OL'MA^^

META
i
/ r'-
CAUCA \« •
- ¿HUI LA/

NARIÑO
C..CAQUETA

CONVENCIONES

Area de Colonización _____


•n desarrollo

Comentas Migratorias

Fuente: INCORA. CIL, 1979


388 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

colonización y titulación de baldíos.


Igualmente se le asignaron funciones
para adelantar colonizaciones especia­
les y para apoyar la colonización es­
pontánea. El apoyo previsto fue de di­
versos órdenes; en titulación de los
baldíos, provisión de crédito, asisten­
cia técnica, creación de infraestructura
vial y de escuelas, puestos de salud, et­
cétera. Los préstamos internacionales
de la AID, el BID y el Banco Mun­
dial, hicieron que parte de ese apoyo
pudiera llevarse a cabo, en beneficio
de aquellos que habían logrado sobre­
pasar las fases iniciales de la conquista
del medio o de aquellos que compra­
ron terrenos a los pioneros.
La ley de reforma agraria partió, en
Danza indígena, apreciaba un movimiento interno de su formulación de propósitos, de la
ilustración a la grandes proporciones. En 1951, Bo- necesidad de «extender a mayores sec­
novela "Toá", yacá sobresalía como el departamento tores de la población» el derecho de la
de César Uribe de mayor volumen de población in­ propiedad, armonizándolo con su uso
Piedrahíta,
publicada en 1933,
migrante, mientras el Valle, Cundi- social. Se propuso adoptar medidas
con denuncias sobre namarca y Atlántico presentaban gran preventivas sobre la concentración de
matanzas de indígenas afluencia de población. Si bien la ma­ la propiedad territorial, eliminar pau­
organizadas por los yor parte de la movilización interna se latinamente el latifundio y el minifun­
caucheros de la dirigió a los departamentos vecinos, dio y fomentar por distintos medios la
selva amazónica. un volumen no despreciable comenzó producción agrícola. Uno de los me­
su descenso de la cordillera hacia la dios preventivos para aliviar la presión
llanura amazónica y el valle medio del sobre la tierra en las áreas incorpora­
Magdalena. das y aumentar la producción agrícola
Entre 1950 y 1960, Nariño y Tolima fue él impulso a la expansión de la
tuvieron las más altas tasas de expul­ frontera económica. Desde el comien­
sión de campesinos asfixiados que se zo, los programas de colonización fue­
asentaron como colonos de Putumayo ron planteados como complementa­
y Caquetá. En Boyacá, una pequeña rios de los diseñados para la frontera
corriente se dirigió a Casanare y otra agrícola. En términos prácticos, el IN­
se orientó al Magdalena medio. De los CORA asumió desde 1963 la adminis­
Santanderes se desplazaron colonos tración de los créditos y la asistencia
hacia Cesar, y de Antioquia se dirigie­ técnica de los programas de coloniza­
ron a Córdoba y Urabá; de Bolívar y ción adelantados por la Caja Agraria,
Magdalena algunos se desplazaron ha­ que pretendía reubicar refugiados de
cia el río Magdalena, y de Cundina- la Violencia.
marca y Boyacá salieron hacia el A partir de ese año, entidades cre­
Meta, el Guaviare, Arauca y Caquetá. diticias internacionales han venido
El manejo de los baldíos y la con­ apoyando con créditos orientados
sonancia de las disposiciones sobre és­ principalmente a la construcción de
tos con las políticas agrarias para las vías y el fomento de la ganadería, los
áreas incorporadas fue asumido por el programas de colonización del Caque-
INCORA con base en las facultades tá, el Sarare, el Ariari y el Guaviare.
de la ley de reforma agraria (135/61). Sin embargo, el movimiento colo­
Por esta ley, al INCORA se le asignó nizador ha sido mucho más vasto y se
(hasta el presente) administrar la ad­ concentra fundamentalmente a lo lar­
judicación de tierras por parcelación, go del cordón del pie de la cordillera
Capítulo 14 389

PRÉSTAMOS INTERNACIONALES PARA COLONIZACIÓN


Monto del
Entidad Año del préstamo préstamo en
% Financiación millones de
proyecto dólares
AID............... 1963 70 8.0
BID............... 1969-70 70 10.8
BIRF1/Banco
Mundial 1971 70 8,1
BIRF2 1975 70 19,5
BID3.............. En trámite 70 22,0
TOTAL 68,4
1 Arauca (Sarare). Meta (Ariari-Guéjar). Caquetá.
2 Caquetá.
3 Arauca, Fase II.
Fuente: INCORA. Oficina de Colonización. 1981.

Oriental, incursionando en la Llanura HABITANTES EN LAS


amazónica sobre las márgenes de los
grandes ríos. La magnitud de las tie­ PRINCIPALES ZONAS DE
rras colonizadas y de la población EMPUJE COLONIZADOR
asentada en la zona en el período
1950-1980, la convierten en la princi­ Zona Número de
pal área de colonización moderna del habitantes
país. Otras zonas tales como Urabá,
Magdalena medio, Carare-Opón y Ca- Caquetá 214.473
tatumbo, a pesar de su importancia re­ Arauca 70.085
lativa, especialmente las dos primeras Meta 412.312
como productoras de banano para la
exportación y ganado respectivamen­ Guaviare 35.305
te, no tienen la envergadura de la co­ Putumayo 119.815
lonización hacia la Amazonia.
Esta área en el país asciende a TOTAL 851.990
395.000 kilómetros cuadrados, los
cuales están parcialmente cubiertos de Fuente: DANE, censo 1985.
selvas pertenecientes a las cuencas de
los ríos Orinoco en su parte norte y
Amazonas y Vichada hacia el sur. Estos datos contrastan si los contra­
Para 1980 se estimaba en 1.120.000 los ponemos con los de años anteriores;
habitantes de las zonas de coloniza­ en 1951 el Putumayo tenía 28.099 ha­
ción; el INCORA, por su parte, cal­ bitantes: en 1964, 56.284 y en 1980, el
cula en 3.400.000 hectáreas las tierras INCORA estimaba en 100.000 habi­
colonizadas entre 1960 y 1980. tantes su población. Guaviare tenía en
Algunos análisis para Guaviare, Ca- 1971. en el área rural. 664 habitantes,
quetá y Putumayo registran una su­ y en 1978, 18.000 en la zona rural que
perficie de 1.621.784 en pastos y sumados a los 20.000 de San José del
131.208 hectáreas dedicadas a la agri­ Guaviare, su capital, muestran un rá­
cultura, y una población total de pido crecimiento, aun en pleno vigor,
a diferencia de otras áreas, que han
510.157 habitantes, de los cuales decaído en el ritmo colonizador. Se ha
24.233 son indígenas.
390 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

mencionado ya el caso del Caquetá. fieren radicalmente de las andinas y


que según el INCORA tenía, en 1984, presentan grandes limitaciones a la ex­
30.046 fincas sobre una superficie de plotación agrícola intensiva. Poco
2.664.575 de hectáreas. tiempo después del desmonte, el suelo
La ocupación de la Amazonia ha descubierto de su follaje protector y
sido un proceso relativamente acele­ lavado por las intensas lluvias amazó­
rado, ocurrido en 30 años a partir de nicas, no producía sino pobres cose­
1950, con una curva ascendente cuyo chas. Esto llevó al desmonte progre­
tope máximo se sitúa entre 1962 y sivo y acelerado y al encierro y pos­
1975. Sin embargo, la ocupación pre­ terior desplazamiento de los territo­
dominante es aún la de una franja pa­ rios nativos que. sin cercos v con una
ralela a la cordillera Oriental que co­ agricultura rotatoria, se ofrecían como
rre desde el Sarare hasta el Putumayo. fácil posibilidad al colono. El largo co­
Por fuera de ella, la ocupación colo­ nocimiento de la selva tropical elabo­
nizadora sigue las márgenes de los rado por las sociedades indígenas y las
grandes ríos Guaviare, Caquetá y Pu- formas de explotación de la misma a
tumayo, con numerosos enclaves in­ través, por ejemplo, de agricultura
dígenas dispersos en todo el territorio. que rota a través de largos periodos
Los territorios orientales cobijan los terrenos cultivados, fue desprecia­
una población indígena que sobrepasa do e ignorado, ante las presiones de la
los cincuenta mil habitantes; ésta se supervivencia del colono. Es preciso
distribuye en un gran número de gru­ resaltar que a pesar de la diversidad de
pos con diferencias lingüísticas y cul­ la conformación de la población en
turales: pertenecen a once familias lin­ áreas de colonización, los colonos pro­
güísticas diferentes; Carlos Patiño piamente dichos están en una gran
menciona cuarenta y cuatro lenguas proporción conformados por peque­
en la Amazonia colombiana perte­ ños campesinos y población rural (ar­
necientes a diferentes grupos lingüís­ tesanos, peones, aparceros, arrenda­
ticos, sin incluir la cuenca del Orino­ tarios, jornaleros agrícolas). Una in­
co, pertenecientes a la familia lingüís­ vestigación realizada por el INCORA
tica guahibo. Aquellos que habitan la en 1973 demostró que más del 70 %
zona de mayor presión colonizadora de los encuestados adujo la carencia
se han visto desplazados y a menudo de tierra o la estrechez de la misma
despojados de sus territorios ancestra­ como causa principal del desplaza­
les; la economía indígena, ajena al miento. El 63 % de los encuestados se
afán mercantilista, es rápidamente propuso obtener tierra en la nueva
desplazada. La población que ocupa zona. Otras características detectadas
las áreas de colonización es diversa, fueron la migración sucesiva a varias
como se ha planteado. Pequeños cam­ zonas rurales e incluso urbanas, en
pesinos, asalariados rurales, pequeños busca de mejores condiciones de vida,
y medianos comerciantes, aserrado­ y la precariedad de los recursos finan­
res, escasos empresarios agrícolas y al­ cieros iniciales de la gran mayoría.
gunos hacendados. Sin embargo, to­
dos ellos comparten el afán por hacer Esto establece, por una parte, con­
una vida nueva en áreas de supuesta diciones diferenciales entre colonos,
riqueza natural, en el mínimo tiempo pues mientras la mayoría, cuando in­
posible. El primer choque para los gresa a la zona, cuenta con mínimos
pioneros fue el constatar la falacia de elementos de trabajo y escaso capital,
la fertilidad del suelo amazónico, y la otros pueden adquirir tierras desmon­
imposibilidad de reproducir sus habi­ tadas por los pioneros o lucrarse a tra­
tuales técnicas y renglones producti­ vés del comercio. Por otra parte, esto
vos, adaptados por lo general al cul­ implica el fracaso de un número rela­
tivo de ladera. El clima, la vegetación, tivamente alto de colonos que no pue­
el suelo y la topografía amazónica di­ den sostener la explotación del predio
ni dar el paso hacia la producción ga­
Capítulo 14 391

nadera, que si bien se adapta mejor a tableció en cincuenta hectáreas la uni­


las características ambientales, requie­ dad económica deseable para la colo­
re mayores inversiones de capital y nización. Esto llevó por una parte a la
arroja rentabilidad a más largo plazo. tala irracional en busca de la titulación
Si a este elemento agregamos la ca­ y por otra fijó en un monto no rentable
rencia de fuentes de crédito para el co­ la parcela auspiciada por el INCORA.
lono pobre, tanto por la estrechez de Adicionalmente, la capacidad misma
la cobertura del crédito oficial, como del Estado ha limitado los títulos adju­
por la exigencia básica de demostrar la dicados. Hasta 1980 el INCORA había
adjudicación legal del predio (título) adjudicado en los tres principales pro­
como requisito para obtenerlo, se ex­ yectos de colonización, Caquetá, Arau-
plica la concentración de tierras y ga­ ca (Sarare) y Meta, 29.354 títulos sobre
nados que se produce en las zonas de 1.352.954 hectáreas.
colonización y el fracaso de muchos La relación entre las tierras titula­
colonos en la obtención de las tierras. das en estas tres principales zonas apo­
La titulación legal del predio es fun­ yadas por el Estado (1.352.954 hectá­
ción del INCORA, según la ley 135 de reas) y el número total de tierras co­
1961; esta ley exige que el cultivador lonizadas (3.400.000 hectáreas), aun
de baldíos demuestre explotación del dejando margen para los títulos otor­
predio en por lo menos las 2/3 partes gados en otras zonas distintas de las
de la superficie solicitada en adjudi­ mencionadas, con menor acción esta­
cación, con miras a evitar el acapara­ tal, muestra que la titularidad de la "Antioquia",
miento de baldíos incultos. Esta me­ tierra corresponde a menos de la mi­ acuarela de Rafael
dida se complementó con otra que es­ tad de las tierras colonizadas. Y, como Sáenz, 1969.
392 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

TITULACIÓN DE TIERRAS tendencia general a la disminución de


los volúmenes de crédito, que descen­
EN LOS TRES día desde 1968. Hoy en día han alcan­
PRINCIPALES zado drásticos niveles de reducción,
PROYECTOS DE hasta el punto que es posible afirmar
COLONIZACIÓN (1980) que para la colonización sólo se otor­
garon los créditos financiados por las
N.° de entidades internacionales, BID (Aria-
N.° de hectáreas
Zona títulos ri, Arauca) y Banco Mundial (Ca-
tituladas quetá).
Caquetá 19.655 990.764 Para el Guaviare, en el área prin­
Arauca .. 4.019 133.815 cipal de colonización (El Retorno) la
Meta .... 5.680 228.367 titularidad se estima apenas en el
40 % de los predios. Para el Caquetá,
TOTAL 29.354 1.352.946 los títulos cubren el 50 % de los co­
lonos y los créditos hasta el 36 % de
ellos.
ya se mencionó, el título es uno de los Las inversiones estatales se orientan
requisitos para obtener crédito oficial. prioritariamente a la construcción de
En 1973, época aún floreciente del IN­ vías y otras obras de infraestructura,
CORA, éste atendía a 11.048 presta­ de manera que el apoyo directo al co­
Colonización tarios de crédito que sumados a los lono es minoritario.
japonesa en Corinto, . 20.963 de la Caja Agraria en zonas de Esta situación lleva a la venta de la
Cauca, establecida colonización, representaban tan sólo parcela por parte de los colonos que
desde 1935 por la el 38 % de las familias rurales asen­ abandonan la colonización, o bien rei­
compañía Kaigai Kogyo.
Inicialmente los
tadas en áreas de colonización en esa nician el ciclo de apertura de «monte»
inmigrantes cultivaron fecha. en los límites de la frontera coloniza­
arroz y café. Ya desde 1974 se evidenciaba la dora.
Capítulo 14 393

Carlos Villamil Chaux,


gerente del Incora,
con campesinos de
Santander (1969).
Desde su creación en
1961 hasta 1980,
el Incora había
adjudicado 1 352 954
hectáreas en los tres
principales proyectos
de colonización,
de Caquetá, Sarare
De acuerdo con Bert Helmsing, co­ algunos incluso concentran la propie­ (Arauca) y Meta.
merciantes acomodados y hacendados dad de los ganados, a través de con­ Pero las tierras
colonizadas en total
compran así a bajo precio fincas ya in­ tratos con los colonos que carecen de fueron 3 400 000
corporadas, con la consecuente con­ capital para adquirirlos. Se reproduce hectáreas, en el
centración de la propiedad territorial; así la vieja fórmula mediante la cual la mismo período.
394 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

Caquetá de disminución en número y


en superficie ocupada, tanto de los
predios menores de cincuenta hectá­
reas, como de los mayores de quinien­
tas hectáreas; se fortalece la propie­
dad mediana, de producción ganadera
relativamente tecnificada. Esta situa­
ción es diferente en Putumayo, donde
aún predomina la pequeña propiedad
de cultivos, con pocos excedentes para
el mercado, y donde la ganadería re­
presenta apenas el 2,3 % de la tierra
colonizada.
En síntesis, la concentración de tie­
rra en el centro del país, el estableci­
miento de empresas agrícolas y nuevas
relaciones productivas que se consoli­
daron con rapidez durante el período
conocido como la Violencia, obligaron
a una amplia masa desplazada del
campo a acudir a las míticas y desco­
nocidas selvas y llanuras orientales. La
ruptura de las ataduras precapitalistas
y la transformación de su máxima ex­
presión, la hacienda latifundista, asu­
mió un carácter de guerra interna que
trastocó y reorganizó la distribución
espacial de la población arrojando
contingentes a las periferias amazóni­
cas. Las inversiones han sido atraídas
por la posibilidad de adquirir a bajo
costo terrenos descumbrados por los
pioneros, de rápida valorización.
La especialización de algunas zonas
como ganaderas, políticas auspiciadas
"La Esperanza", hacienda se apropia del trabajo de los co­ por las agencias crediticias internacio­
foto alegórica lonos, quienes se desplazan de nuevo. nales y compañías multinacionales
de Melitón Rodríguez. Un balance sobre la distribución de agroindustriales (Nestlé en Caquetá,
la tierra en el Caquetá, basado en una por ejemplo), han sido un factor de­
muestra, arroja, para 1980, que las cisivo en la polarización económica re­
fincas mayores de cincuenta hectá­ lativamente acelerada. Sólo unidades
reas, que representaban el 1,2 % de productivas de cierta escala alcanzan
las propiedades, ocupan el 36 % de la éxito en la producción ganadera.
tierra. Para el Putumayo las fincas Pero, en la medida que no se ha lle­
de más de cien hectáreas, que signi­ gado al límite de la selva, se abren
fican el 1,2 % de las propiedades, nuevos terrenos, se fundan nuevos po­
poseían el 18,7 % del área. Se estima blados de agitada y efímera prosperi­
que en el Caquetá, entre 1950 y 1960, dad, y quedan atrás las áreas ya in­
fueron desplazados 2.500 indígenas, y corporadas que disminuyen en densi­
en años recientes 1.475 fueron afec­ dad demográfica.
tados por los movimientos de expan­ Simultáneamente, crecen nuevos
sión territorial. núcleos urbanos, consolidados como
Sin embargo, algunos estudios re­ centros administrativos y comerciales
cientes indican una tendencia para el que recogen población expulsada de la
Capítulo 14 395

colonización: Florencia, Puerto Asís, lonización que comienza con cultivos


Saravena, Granada, Villavicencio. de subsistencia y se sitúa al borde de
La frontera colonizadora sobre la trochas y ríos, en condiciones preca­
Amazonia está todavía en movimien­ rias e inciertas, aún avanza. El auge
to. Las áreas ya incorporadas a la pro­ del cultivo de la coca ha afectado en
ducción aportan al mercado nacional y los últimos años los patrones típicos de
al de exportación un volumen aprecia­ la colonización; sin embargo, es posi­
ble de productos agrícolas—el Caque- ble que como su antecesor, el boom de
tá produce el 1.8 % de la producción la extracción cauchera, su paso sea
nacional de ganado—. mientras la co­ temporal.
396 Nueva Historia de Colombia. Vol. III

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