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Bolilla 16 – Derecho romano

Las convenciones que se perfeccionaban en el mero consentimiento de las partes, aquellas


para cuya validez era suficiente la sola voluntad de los contrayentes con independencia de la
forma en que esa voluntad se manifestara, integraban en Roma la categoría de los contratos
consensuales. El valor del mero consentimiento, como causa civilis, fue reconocido durante
toda la época clásica únicamente para cuatro figuras típicas nacidas al amparo del ius gentium,
a saber, al compraventa, la locación o arrendamiento, la sociedad y el mandato.

La compraventa

La compraventa es la convención por la que una de las partes, el vendedor se obligaba a


transmitir al comprador la posesión de una cosa y asegurar su pacífico goce, en tanto éste
asumía la obligación de entregar en propiedad un precio en dinero.

La compraventa se bastaba para su conclusión el sólo acuerdo de voluntades de las partes. Era
bilateral o sinalagmático perfecto, porque engendraba obligaciones recíprocas para ambos
contrayentes. Se caracterizaba también por ser un contrato de buena fe, dada la amplitud de
los poderes de apreciación del juez para interpretar las obligaciones que correspondían a
comprador y vendedor

Elementos

Para que el contrato de compraventa tuviera eficacia se requería la concurrencia de elementos


generales necesarios a toda relación contractual; en lo referente a la capacidad se exigía
capacidad de obrar; no podían celebrar por tanto una compraventa los incapaces de obrar. En
cuanto al objeto de la compraventa o mercancía podía ser cualquier cosa mueble o inmueble,
corpórea o incorpórea, presente o futura que estuviera in commercio. También se admitió la
eficacia de la venta de cosa futura, ya fuera bajo la condición de que la cosa llegar a existir

Por lo que concierne al precio, debía consistir en una suma de dinero, contrariamente a la idea
de los sabinianos. Durante mucho tiempo, incluso en el derecho clásico, no se exigió que el
precio fuera justo, esto es, proporcionado al valor de al cosa, siempre que no existiera ánimo
doloso y la venta no se la hubiera realizado por un precio irrisorio que encubriera una
donación prohibida

Elementos esenciales:

1. Consentimiento. El consentimiento o acuerdo de voluntades tiene es este caso


especial importancia, porque constituye el único requisito para el perfeccionamiento del
contrato. El consentimiento podía darse de forma expresa o tácita, personalmente, por
carta o por medio de un nuncio o mensajero
2. Objeto. Podían ser todas las cosas que estén del comercio. No podían ser
objeto de este contrato las cosas religiosas, ni las sagradas, ni las públicas; si el comprador
hubiera ignorado tales circunstancias podía procurar el pago de una indemnización por
parte del vendedor. Podía tratarse de cosas corpóreas o incorpóreas.
3. Precio. No hay venta alguna sin precio. Éste debía ser cierto, determinado o
determinable. sería cierto cuando el precio consistiera en una cantidad determinada en el
momento mismo de la celebración del contrato. El precio debía ser verdadero, no
simulado, y además debía ser en dinero por ser compraventa

Elementos naturales

Son denominados naturales, porque están en la naturaleza y no en la esencia del negocio y


que se consideran implícitos en él, pero que las partes pueden dejar sin efecto o modificar

Evicción. El vendedor cumple su obligación entregando la cosa, de tal modo que el comprador
pueda tener la posesión pacífica y duradera. Pero si se presentase alguien alegando ser
propietario de la cosa o pretendiendo un ius in re aliena sobre la misma y el comprador
resultares vencido en juicio, el vendedor deberá responder por evicción; garantía por vicios
jurídico. En la época primitiva el deudor debía pagar el doble del precio; al igual que en la
época republicana. Se puede ejercitar la acción de la estipulatio, que se reclama por la misma
el doble precio de la cosa, requiere que el comprador en virtud de sentencia haya sido privado
de la cosa; o la acción de compra, se pide la reparación del perjuicio y funciona en casos de
evicción parcial.

Vicios redhibitorios. Son los defectos ocultos de la cosa, existente al tiempo de la celebración
de la compraventa que hacía inútil para su destino o disminución notablemente su valor.
Cuando el vicio es tal que inutiliza la cosa para su destino el comprador puede exigir la solución
del contrato devolviendo la cosa y exigiendo la restitución del precio; si el vicio no es de tanta
gravead, puede ser que efectivamente disminuya el valor de la cosa; pero aun así el comprador
puede tener el interés de conservarla

Elementos accidentales

Son aquellas cuya presencia en cada negocio depende de la voluntad de las partes que los
agregan para modificar los efectos normales del negocio (condición, plazo o cargo).

Obligaciones de las partes

Obligaciones del comprador:

1. Pagar el precio, consiste en un dare, transferir al vendedor el dinero correspondiente

Obligaciones del vendedor.

2. Debe cuidar la cosa vendida como un buen padre de familia.


3. Estaba obligado a transferir y asegurar al comprador la posesión pacífica y duradera de
la cosa.
4. Consiste en un hacer, que el comprador resulte victorioso en el pleito posesorio que
un tercero puede intentar en su contra.

Acciones

De la compraventa nacían dos acciones de buena fe, la actio empti o ex empto a favor del
comprador y la actio venditi o ex vendio, que se otorgaba al vendedor. La principal obligación
del vendedor consistía en entregar la cosa, ya que la compraventa romana no fue un negocio
traslativo de dominio sino a otorgar sobre la cosa aquel poder de hecho que las fuentes
designaban con la expresión habere licere, la transferencia del dominio. Ésta se operaba por
mancipatio para las res nec mancipi, ya que la compraventa implicaba una iusta causa
traditionis. Al principio entregada la cosa por el vendedor, éste no tenía ninguna obligación; sin
embargo si había realizado la mancipatio, su responsabilidad se hacía efectiva por la actio
auctoritatis que aquel negocio engendraba. La sitipulatio duplae, por medio de la cual el
vendedor se obligaba a devolver el doble del precio en caso de que el comprador fuera privado
del dominio del bien. De esta suerte quedó incorporada la garantía de evicción al contrato de
compraventa, como un elemento natural del negocio que posibilitaba al comprador exigir al
vendedor que interviniera en su defensa cuando un tercero pretendía hacer valer sus derechos
en juicios jurídicos de la cosa transmitida

Además de la evicción, el vendedor respondía al comprador por los vicios o defectos ocultos
que la cosa pudiera presentar; también en el supuesto de vicios materiales se acostumbró en
un principio a garantizar al comprador con stipulationes añadidas a las de evicción. La actio
redhibitoria teía por efecto resolver el contrato volviendo las cosas a su estado anterior

Pactos agregados

Es importante tener presente que a la compraventa podrían agregársele algunos pactos, que
tenían el efecto de modificar las consecuencias jurídicas ordinarias del contrato:

El pacto comisorio, por el cual el vendedor tenía el derecho a declarar resuelto el contrato y
exigir la restitución de la cosa con sus frutos y acrecentamientos, si el comprador dejaba de
pagar el precio dentro de los términos o plazos convenidos.

El pacto de adjudicación a término, que autorizaba al vendedor a reservarse el derecho de


rescindir el contrato si dentro de un cierto término hubiera recibido una oferta mejor, como
podía ser un precio más alto, un plazo mas breve o mayores garantías.

El pacto de retroventa, que permitía al vendedor reservarse la facultad de readquirir la cosa


vendida dentro de cierto plazo por el mismo precio o por otro diferente, ya determinado, ya
determinable

El pacto de preferencia, por el cual se otorgaba al vendedor la prioridad sobre toda persona
para el supuesto que el comprador decidiera vender la cosa.

El pacto de prueba, mediante el cual el comprador tenía la facultad de restituir la cosa, si


dentro de cierto término no resultaba de su agrado o no le interesaba ya

El pacto de no enajenar, por el que el comparador quedaba obligado a no enajenar a persona


alguna la cosa adquirida o, en particular, a persona determinada.

El pacto de reserva de hipoteca, que otorgaba al vendedor el derecho de gravar con hipoteca
la cosa enajenada como garantía por el pago del precio o del saldo que adeudara el
comprador.
Locación

Es el contrato consensual sinalagmático perfecto, por el cual una de las partes se obliga a
pagar a la otra un precio y ella, en cambio, a suministrar a aquella el uso y disfrute temporal de
una cosa, o a prestarle determinados servicios, o a llevar a cabo una obra.

Se ha señalado que las fuentes romanas surgen 3 distintas modalidades a saber, la locación o
arrendamiento de las cosas, la locación o arrendamiento de los servicios, y la locación o
arrendamiento de la obra

Clases

Locación de cosas: podía tener por objeto cualquier cosa mueble o inmueble, con tal de que no
fuera consumible y, también el ejercicio de un derecho real sobre la cosa ajena.

La principal obligación del locador consistía en entregar la cosa al locatario o ponerla a su


disposición para que el la usara de conformidad con lo convenido, asegurándose su disfrute. El
arrendador estaba obligado también a indemnizar al arrendatario los daños y perjuicio que
hubiere experimentado si la cosa no era apta para el uso convenido.

El locatario tenía derecho a la percepción de los frutos, si el locador era propietario, y podía
subarrendarla cosa si no se hubiera pactado lo contrario.

En lo concerniente a la vigencia del contrato de locación, las soluciones eran diferentes si se


había convenido o no un término de duración. En primer caso la convención se extinguía al
vencimiento del plazo. No se disolvía el contrato cuando la cosa arrendada era objeto de venta
y el adquirente de ella privaba de su uso al locatario.

Locación de servicios: la prestación consistía en poner a disposición de otro los propios


servicios durante cierto tiempo, a cambio de una remuneración en dinero, quedaban excluidos
las profesiones o arte liberales. La obligación del locatario consistía en el pago del precio
pactado y pasaba a sus herederos, por lo cual la muerte no extinguía la relación establecida
contractualmente.

Locación en obra: era la especie de locación por la que una persona se comprometía a realizar
una obra o un trabajo determinado mediante el pago de un precio en dinero; el concepto de
obra podía consistir en la transformación, manipulación, reconstrucción, limpieza, transporte
de la cosa y hasta en la instrucción de un esclavo. El pago del precio había de hacerse, de no
mediar convención en contrato, a la conclusión de obra.

Sociedad

Es la convención en virtud de la cual dos o más personas se obligan recíprocamente a poner en


común ciertas cosas, bienes o actividades de trabajo para alcanzar un fin lícito de utilidad
igualmente común.

Las sociedad era un contrato sinalagmático perfecto de buena fe, oneroso y conmutativo, que
requería para su formación la presencia de ciertos elementos especiales. Entre ellos se
contaban la reunión de 2 o más personas con intención de constituir una sociedad, sus
recíprocas aportaciones y un objeto común y lícito.

Se exigía que cada contratante cumpliera la obligación de efectuar las aportaciones


prometidas. Era menester además la licitud e interés común del fin perseguido por la sociedad.

El derecho romano reconoció la existencia de diversas clases de sociedad; así podían ser
societas rerum, si se aportaban bienes; operarum, cuando se ponían en común actividades; y
mixtae, si ambas cosas. De acuerdo con el fin que persiguieran los contratantes, se clasificaban
en societates quastuariae y non quaesturiae, según tuvieran o no por objeto obtener lucro de
los negocios sociales. La administración de la sociedad correspondía, en principio a todos los
socios

Causas de la extinción de la sociedad fueron las siguientes: ex personis, por muerte o capitis
deminutio máxima o media de uno de los socios; ex rebus por la pérdida o declaración de
incomercialidad de la cosa objeto de la sociedad y por haberse agotado su fin tornado ilícito;
ex voluntate, por acuerdo común de los socios o por renuncia no intempestiva ni dolosa de
uno de ellos y por haber expirado el plazo; ex actione, por transformación de la sociedad
mediante stipulatio o por el ejercicio de la actio pro socio.

Para que haya contrato de sociedad es menester que se reúnan los siguientes requisitos:

1. Consentimiento. Exige el consentimiento de las partes, que puede prestarse


incluso en forma tácita.
2. Aportes. Cada uno de los socios debe comprometerse a efectuar un aporte. El
aporte puede consistir en cosas corporales o incorporales, o en servicios, de igual o
diferente naturaleza o valor. La sociedad sólo adquiere el uso y no la propiedad, pues ésta
no es condición indispensable para servirse de la cosa.
3. Fin común. Todos sus integrantes deben comprometerse a perseguir un fin
común. Generalmente consiste en la obtención de un lucro. Este fin debe ser lícito y
conforme a las buenas costumbres, bajo pena de nulidad.

Efectos entre socios

 Cada socio debe efectuar el aporte convenido, conforme a su naturaleza


 Cada socio puede administrar la sociedad conforme a su fin y en tanto otro no se
oponga
 Cada socio puede administrar la sociedad conforme a su fin y en tanto otro no se
oponga
 Ningún socio puede ceder sus derechos y obligaciones en las sociedades y quedar
sustituido en la calidad de socio

Respecto entre terceros:

 La sociedad no produce efectos, salvo para sus integrantes, para los terceros sólo hay
individuos y no sociedad. Los efectos derivados y créditos de la sociedad, varían si se
ha contratado con todos o con uno o varios socios.

Administración
En un principio cada socio puede administrar la sociedad conforma a su fin y en tanto otro no
se oponga. El socio que ha administrado la sociedad debe rendir cuentas de su gestión y
devolver todo cuanto haya percibido. Por su parte los otros socios deben reembolsarle los
frutos percibidos por la sociedad como consecuencia de su gestión, con sus correspondientes
intereses, e indemnizarle todas las pérdidas experimentadas, como así también liberarlo de las
obligaciones contraídas en nombre de la sociedad.

Mandato

Es la convención en virtud de la cual una persona, el mandatario o procurador, se obligaba a


cumplir gratuitamente el encargo o gestión encomendada por otra atañía al interés de éste o
de un tercero

El mandato, que fue un contrato consensual y de buena fe, se caracterizaba además por ser
bilateralmente imperfecto y gratuito; era bilateralmente imperfecto porque implicaba una
obligación esencial a cargo del mandatario, cual era la de ejecutar la gestión en los términos
convenidos, pero a la vez podía producir incidentalmente obligaciones a cargo del mandante.
Se caracterizaba también por ser gratuito y esta particularidad lo diferenciaba de la locación de
servicios. Objeto del mandato podía ser cualquier gestión, siempre que no fuera lícita, inmoral
o contraria a las buenas costumbres, ay consistiera en el cumplimiento de una actividad
jurídica, como adquirir o vender, presentarse en juicio, etc

El mandatario estaba obligado a cumplir fielmente el mandato, no excediéndose de los límites


de las instrucciones recibidas. El carácter de contrato sinalagmático imperfecto hacía que
eventualmente el mandante quedara obligado respecto del mandatario; así respondía por los
gastos que éste hubiera efectuado, por las pérdidas sufridas y por los intereses de las sumas
anticipadas debiendo, así mismo, asumir las obligaciones pasivas que hubiera contraído para le
cumplimiento del mandato.

Del contrato del mandato nacían dos acciones, la actio mandati directa, a favor del mandante
contra el mandatario; y la actio mandati contraria, para que el mandatario demandara al
mandante

Por lo que respecta a la extinción del mandato, podía tener lugar por causas nacidas
voluntariamente, ya por acuerdo de partes, ya por decisión unilateral; o por causas necesarias
ajenas a la voluntad del los contratantes.

Entre las causas voluntarias se contaba el mutuo acuerdo de los contrayentes, forma común de
extinguir los contratos que se perfeccionaban solo consensu. También el mandato se extinguía
por revocación expresa efectuada por el mandante. La revocación podía ser igualmente tácita
y se exteriorizaba por la intervención directa del mandante en el negocio encargado al
mandatario o por la designación de otra persona para realizarlo en adelante.

Entre las causas necesarias de cesación del mandato deben citarse el vencimiento del plazo
convenido por las partes y el cumplimiento de la condición a que estaba sujeto el contrato.

Elementos

1. Consentimiento. Éste podía darse de manera expresa o tácita, personalmente o


mediante un mensajero o carta, sin que fuera menester formalidad alguna al efecto.
2. Objeto. Consistía en una actividad a desarrollar por el mandatario, tanto fáctico como
jurídico.
3. Interés. La actividad o negocio a gestionar debía ser de interés para el mandante,
mandatario o un tercero, porque de lo contrario, no daba lugar a la acción respectiva.

Clases

 Mandato general. Es el que tiene por objeto la gestión de todos los negocios del
mandante. No podía el mandatario enajenar bienes, salvo los frutos y objetos
perecederos.
 Mandato especial. Era el que el mandante autorizaba al mandatario a realizar uno o
varios negocios determinados.

Efectos

Obligaciones del mandatario. Debía ejecutar el acto o tarea encomendada dentro de los límites
establecidos dentro de los límites establecidos para su gestión; éste respondía sólo por su dolo
y culpa grave para la jurisprudencia clásica. Debía rendir cuentas de su gestión y transferir al
mandante todo lo que hubiere obtenido por tal causa.

Obligaciones del mandante. Si el mandatario hubiere tenido gastos, el mandante debía ser
reembolsárselos y liberarlo de las obligaciones que hubiere contraído por causa de la ejecución
del mandato. El mandante respondía por toda falta ante el mandatario y si eran varios los
mandantes resultaban solidariamente responsables respecto del mandatario de la misma
manera que también respondían solidariamente los comendatarios.

Respecto de terceros. El mandante era el único que resultaba vinculado al tercero. Si a raíz del
mandato, se había contraído una deuda con un tercero, no era el mandante el obligado frente
a ese tercero, sino el mandatario.

Acciones

1. Directa. En la que podía intentar el mandante contra el mandatario para exigirle el


cumplimiento de sus obligaciones.
2. Contraria. La que tenía el mandatario contra el mandante para reclamarle el
cumplimiento de sus obligaciones que eventualmente pudieran recaer sobre él pesar.

Extinción:

 Por consentimiento o acuerdo mutuo de las partes.


 Por decisión unilateral del mandatario o renuncia.
 Por decisión unilateral del mandante o revocación.
 Por muerte del mandante o del mandatario.
 Por el vencimiento del plazo o el cumplimiento de una condición.
 Por la realización de la gestión encomendada.

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