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Quiero ser jugador de fútbol

Eduardo Raymondo

Quiero ser jugador de fútbol


El despertar de una nueva conciencia: memoria
de lucha contra la violencia doméstica en
Uruguay (1984-2002) / Carolina Clavero White
Montevideo: Obsur, 2009. 96 p.

© 2009, OBSUR.

OBSUR
© 2011, Eduardo Daniel Fernández Raymondo
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Ilustraciones: Luis Haro Domínguez.
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ISBN
ISBN 978-9974-670-72-3
978-9974-670-62-4

1ª Edición,
Edición, mayo 2011.2009.
noviembre
Impreso en
Impreso en Uruguay.
Uruguay.
Contenido

Prólogos 11

Presentación 15

Introducción 17

1. Una visión de la realidad 21


Los padres 29
Los niños y adolescentes 30

2. A los jóvenes 33

3. A los padres 45

4. Etapas del aprendizaje 57


Relación del niño y el adolescente con el deporte 57
Primera etapa:
formación perceptiva motora (de 0-9 años) 63
Segunda etapa:
formación deportiva multilateral (9-13 años) 65
Tercera etapa:
entrenamiento específico (13 años en adelante) 71
5. Una elección compleja 75
Características de cada posición 75
Cómo elegir la mejor posición donde jugar 76

6. Fundamentos 85
La velocidad en el fútbol 85
Habilidad: técnica y táctica 86
El pase 87
Formación del futbolista 87
El dominio de los fundamentos 88
El buen jugador 96

7. Sugerencias de los que saben 101


Escuelas de fútbol 101
Cómo llegar a las formativas de los clubes 102
A los del interior: cuándo dar el salto a la capital 102
Los contratistas 103

8. Qué se necesita para llegar 109


Requisitos para ser un futbolista de elite 109
Elementos a tener en cuenta 116

Carta abierta al que llegó 119

Carta abierta al que cree que no llegó 121

Cómo vas a saber… 123

Índice de personajes y clubes 125


A mis padres, que siempre
me animaron a escribir.
A todos los jóvenes que abrazan
el deporte con pasión.
Agradecimientos

A Luis Haro Domínguez, Dr. Jorge Da Silveira, Javier Máximo


Goñi, familia Forlán, Ruben Sosa, Abel Hernández, Sebastián
Coates, Alberto Kesman, Enrique Yanuzzi, Juan Carlos Scelza, Pablo
Karslian, Sócrates, Roberto Roo, Dr. Raúl Moller, Dra. Verónica
Tutte, Dr. James Sallis, Lic. Darío C. Mendelsohn, Gerardo Roda,
Alejandro Moreira, Guillermo ‘el Paparazzi’ Bohm, Pablo Londinsky,
Mauro Mas, Juan José Paz, María de los Ángeles Carbajal, Alejo
Carbajal.
“Muchas veces nos olvidamos que la adolescencia
es una etapa muy importante de la vida, y les
pedimos a los jóvenes más de lo que les damos.
Miles de adolescentes dejan de estudiar,
hipotecando su presente y su futuro en la sociedad.
No encuentran su lugar y abandonan sus sueños.
Por eso es importante darles el apoyo y las
herramientas para que terminen sus estudios y
puedan acceder a un futuro mejor. Construyamos
juntos oportunidades para ellos, es su derecho,
y una responsabilidad de todos.”
Diego Forlán
Prólogos

Abel Hernández
ex jugador del Club Atlético Peñarol,
jugador de la selección uruguaya de
fútbol y del Palermo de Italia.

Ser jugador de fútbol es todo es lo que soñé desde chico,


para mí el fútbol es mi vida. Si volviera a nacer, sin duda,
volvería a ser jugador de fútbol.
Para llegar a tener éxito en este deporte se necesitan
sobre todas las cosas mucho esfuerzo y mucha paciencia, y
también tener gente a tu lado que te apoye. Gracias a Dios
mi familia me apoyó muchísimo. Mis padres hicieron mu-
chos sacrificios en todo sentido; en ayudarme económica-
mente con el boleto para ir a entrenar todos los días, a ve-
ces privándose de alguna cosa, juntando moneda por mo-

11
neda, y cuando ellos no podían eran mis hermanas las que
me ayudaban. Siempre estuvieron conmigo, acompañán-
dome en cada partido.
Quisiera decirles a los jóvenes lo importante que es es-
tar convencidos de que lo que quieren es dedicarse en cuer-
po y alma a esto y tener fe. Nunca pierdan de vista su obje-
tivo y den el máximo en cada entrenamiento, en cada par-
tido. La clave es trabajo, y paciencia para esperar la opor-
tunidad, que tarde o temprano siempre llega. Es importantí-
simo también no cometer mi error, que dejé de estudiar a
los 15 años, aunque mis padres me advirtieron que era una
decisión equivocada, que se podían hacer las dos cosas sin
problemas. Como casi siempre, tenían razón…
En este libro encontrarán herramientas muy valiosas para
ayudarlos en su objetivo de que algún día nos encontremos
como compañeros o rivales en alguna de las canchas del
mundo.

12
Sebastián Coates
participó del proceso de la selección
uruguaya liderado por Oscar W. Tabarez,
jugador del Club Nacional de Football.

Para mí el fútbol no se parece a ninguna otra profesión. Fue


mi sueño de infancia, y ahora siento que soy muy afortuna-
do haciendo lo que me gustó siempre.
Por cierto, para ser jugador profesional se necesitan per-
severancia y responsabilidad. También es muy importante
alejarse de las influencias negativas, aferrarse a una sóli-
da base familiar y a las amistades sanas, indispensables
cables a tierra en ciertas etapas difíciles que se atraviesan
en el fútbol.
Este libro está dirigido a los chicos y a sus padres. Me gusta-
ría decirles a los primeros que la voluntad es una virtud esen-
cial, que se planteen objetivos para transitar el camino con

13
entusiasmo y que ciertas privaciones son parte de las res-
ponsabilidades de la carrera. A los padres, fundamentales
también durante el proceso de formación y de la vida del
futbolista, quiero señalarles que su papel es fomentar valo-
res, inducir al crecimiento deportivo e intelectual y ayudar-
los a ver todo lo que puede perjudicarlos y que lo hagan
como con cualquier hijo que no se consagre a una discipli-
na deportiva. Espero que estas páginas resulten una orien-
tación válida para que los futuros jugadores profesionales
sean personas con todas las herramientas para defenderse
en la vida y sentirse realizados.

14
Presentación

Hace tiempo que pensaba escribir algo como guía para los
niños y jóvenes que sueñan con jugar al fútbol. También
para sus familiares, que a veces pueden necesitar una orien-
tación en algún punto. Esta ayuda no será dada específica-
mente por mí. Yo seré solamente el nexo entre las personas
que saben mucho más que yo del tema y el lector. Trataré
que el mensaje llegue lo más puro y claro posible a sus
manos. A veces los lectores comunes no sabemos el trabajo
que cuesta escribir un libro. Es preciso correr atrás de las
notas, los entrevistados, conseguir información de primera
mano —ya sea en las bibliotecas, diarios, Internet—, en fin,
hay que moverse mucho, mucho de verdad.
¿Por qué un libro para quienes quieren ser jugadores de
fútbol? Esta idea surgió de a poco; solamente observando la
realidad social de niños que no están bien encaminados en
el tema, o que no tienen un buen plan para intentar llegar a
jugar al fútbol profesionalmente, en general por no tener el
apoyo adecuado. Yo mismo, de niño y adolescente, fui par-
te de un grupo de jóvenes aspirantes a jugadores de fútbol.
Sólo uno llegó. El resto tuvimos que seguir adelante con

15
nuestras vidas buscando otros caminos. Observé que varios
de mis amigos no estaban preparados para la vida si no lle-
gaban a ser jugadores de fútbol. Muchos pensaron que iban
a lograrlo e hipotecaron su futuro por no tener otra opción
paralela en el caso de no darse lo que ellos pretendían en el
deporte. No los habían asesorado en forma correcta. Te-
niendo posibilidades de estudiar y capacitarse, algunos ter-
minaron atrás de un mostrador como empleados, siendo peo-
nes, acomodadores de autos o algo por el estilo. El objetivo
de este libro es ayudar a las personas a tener un futuro feliz,
ya sea como futbolistas o como seres humanos plenos y rea-
lizados en la vida.

16
Introducción

A la mayoría de los niños les gustaría ser jugadores de fút-


bol, y muchos de ellos intentan serlo, con mayor o menor
dedicación y compromiso. Lamentablemente, llegar a fut-
bolista profesional es muy difícil, ya que de cada 500 niños
que practican fútbol con mediana dedicación, sólo uno lle-
ga a ser profesional. A su vez, de cada 100 profesionales,
entre cuatro y cinco llegan a tener una solvencia económi-
ca que les permita vivir tranquilos luego de su retiro. El res-
to se encuentra con que le dio sus mejores años al fútbol,
con la esperanza de llegar a dar un salto importante algún
día, y no fue retribuido como esperaba. Para llegar ahí mu-
chas veces tuvo que soportar la presión familiar, que le exi-
gía que hiciera mucho dinero con el fútbol para así todos
vivir mejor, o cumplir el sueño de su padre, que no había
podido cumplir su propio sueño de ser futbolista. Muchas
veces esas presiones son tantas, que el muchacho, agobia-
do, desiste de la práctica activa del deporte. En este difícil
proceso hay de todo: sacrificarse, tomar varios ómnibus para
llegar a los entrenamientos, renunciar a salir a divertirse
tan seguido como otros jóvenes durante la adolescencia,

17
afrontar la llegada de empresarios sin escrúpulos, que a ve-
ces aparecen cuando el futuro jugador es un niño aún.
Pretender ser futbolista profesional es como una ruleta
en la que participan los serios aspirantes, los que están com-
prometidos. Sin embargo, estar comprometido no es sufi-
ciente; simplemente le da derecho al candidato a apostar a
un número en esa ruleta, en la que es más fácil perder que
ganar. La recompensa es excelente: lograr sus sueños, ser
famoso, admirado, y ganar buen dinero. Salvarse a sí mis-
mo y salvar a su familia. El premio es tan bueno, que todos
quieren jugar. Su número a favor es entrenamiento y espe-
ranza. Los números en contra son muchos: no lesionarse de
gravedad, tener suerte. Muchas veces los aspirantes apues-
tan todas sus fichas a algo muy lindo, pero el destino les
juega una mala pasada y se quedan con las manos vacías,
sin saber muy bien adónde ir. Por fortuna, esta situación
tiene solución si se toman las precauciones necesarias du-
rante la etapa de preparación para ser futbolista e incluso
en la etapa profesional.

18
Foto: Alejandro Moreira.
1
Una visión de la realidad

En nuestro país, el 99,86% de los niños que pasan por el


fútbol infantil no llegan a cumplir el sueño de poder vivir
del deporte que practican, privilegio reservado para el
0,14% restante, que son los que logran un gran rendimiento
económico en su carrera deportiva. No obstante, miles de
adolescentes entre 13 y 17 años persiguen ese sueño, aun
cuando esto implique abandonar los estudios (el 85% de los
jóvenes lo hace para dedicarse por entero al fútbol) llegan-
do a percibir en muchos casos un salario mayor que el de
sus propios padres.
En una entrevista del diario El Observador de Montevi-
deo, el psicólogo deportivo Gabriel Gutiérrez, quien traba-
ja en la selección uruguaya, hizo varias puntualizaciones:
[… existen] diferentes niveles de presión sobre los jóvenes
futbolistas”, que van desde “la autopresión”, hasta la pre-
sión “tangible y externa” que ejercen dirigentes, padres y
representantes. Agregó que nuestro país “tiene la perver-
sión de promover innumerables talentos pero mucho más
innumerables fracasos relativos al desarrollo de este de-
porte como alternativa”. El especialista pregunta “¿qué

21
padre o madre informado debidamente va a promover que
su hijo desarrolle una carrera que tiene un porcentaje de
fracaso asegurado del 99,86%?”. Asegura que es una ver-
dadera locura que adolescentes de 15 años deban “… opi-
nar a veces si 250 mil euros estarán bien como primera
entrega con un salario de 12 mil euros, cuando en reali-
dad nunca vieron más de 20 pesos juntos”. Para Gutiérrez,
la influencia de los padres es fundamental, y señala que se
impone un “enorme tirón de orejas” para aquellos padres
que, “seducidos por el dinero fácil, reestructuran sus vidas
en función del pase inminente del hijo hacia Europa”.
Destaca que el hecho de que los jóvenes ganen más dine-
ro que sus propios padres genera “inevitablemente una
inversión de roles”, ya que lamentablemente el adolescen-
te pasa a ser quien lleva el dinero a la casa, “… entonces el
rol del padre cambia, el rol de hermana, de madre, de
novia. Todos pasan a ser algo de fulano de tal, una especie
de nuevo bautismo para toda la familia”. Gutiérrez señala
que “… de manera bastante inconsciente, probablemente
sin maldad”, se alimenta “diariamente la adoración por la
cima del iceberg”, por “los íconos que simbolizan el éxito
[…] Basta de mirarnos al espejo y decirnos que somos unos
fenómenos. Vamos a ser unos fenómenos cuando tenga-
mos tantos jugadores de fútbol como estudiantes”. (Jorge
Señorans, Suplemento Deportivo, El Observador, 12 de
abril de 2010, p. 9)
Cuando era niño, recuerdo que comenzó a comentar
fútbol alguien que era desconocido para mí en esa época:
“… es Da Silveira, estaba en Argentina, es bueno…”, me
dijeron. El tiempo se encargó de confirmar las palabras de
mi padre y de mi tío. Actualmente es uno de los principales
referentes del periodismo deportivo uruguayo. Con la vi-
vencia de muchísimos partidos encima, y siendo uno de los
periodistas en actividad que realizó la cobertura de más
mundiales, es hoy una fuente de consulta ineludible, no sólo
para nosotros, sino para medios de prensa de varios países.

22 Eduardo Raymondo
… Hoy en día la obsesión por mejorar económicamente
es tan grande que hace que los padres muchas veces ten-
gan una visión muy distinta a la que tenían los nuestros
con relación al futuro de sus hijos. Nosotros, cuando ni-
ños, nos pasábamos el día entero jugando a la pelota, y la
intervención que había por parte de nuestros padres era
para que dejáramos de jugar a la pelota y nos pusiéramos
a estudiar. Hoy en día hay padres que les dicen a los hijos
que no vayan a estudiar y que vayan a jugar a la pelota.
Tienen la pretensión de “salvarse” con un hijo. Acá hay
que recordar el bajísimo porcentaje de jóvenes que lle-
gan a consolidarse económicamente con respecto a los
que comienzan a jugar en divisiones formativas. Enton-
ces, es un excesivo optimismo por parte de los padres
pretender salvar a la familia económicamente con el jo-
ven y deja de manifiesto la falta de educación y de visión
de los padres con relación a todo este tema… (Dr. Jorge
Da Silveira)
En el proceso de elaboración de este libro surgió la im-
periosa necesidad de consultar a algún profesional capaci-
tado y que a la vez estuviera en contacto con quienes nos
interesan: los jóvenes aspirantes a jugadores de fútbol y sus
padres. Por esas casualidades, y por realizar tareas profe-
sionales en lugares coincidentes, conocimos a la psicóloga
Verónica Tutte, quien fue una destacada deportista en el
pasado y hoy en día trabaja con jugadores de divisiones
formativas de equipos de primera división.
Actualmente en nuestra sociedad vemos que los jóvenes
cargan con la presión familiar de responder a las expectati-
vas que tienen sobre ellos; llegar lejos en el fútbol. Eso se
observa en los casos de jugadores adolescentes de divisio-
nes formativas de equipos de fútbol. Los jóvenes asumen, a
muy temprana edad, responsabilidades que no les corres-
ponden. Tienen apostadas todas sus fichas a llegar a ser ju-
gadores profesionales y a nadie de su entorno se le ocurre
pensar en la posibilidad de que no lleguen a lograrlo.

Quiero ser jugador de fútbol 23


Lo correcto es que los hijos sean estimulados a divertirse en
el deporte. Si juegan al fútbol infantil, no vivir pendientes
del partido del niño del fin de semana, tomarlo como un
juego más sin gran trascendencia. También es importante
que practiquen varios deportes, cosa que será de gran utili-
dad para el desarrollo integral del físico de los niños y ado-
lescentes. Incentivar la formación en un todo, la cultural, la
física y la emocional, la diversión. Que se tome el deporte,
en este caso el fútbol, como algo que sería lindo, que vale la
pena intentar, y prepararse paralelamente para la vida, para
estar siempre con un respaldo de cara al futuro. (Verónica
Tutte, Universidad Católica, Montevideo)
Veamos lo que opina el técnico de la sorprendente se-
lección uruguaya en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.
… Es importantísimo hacer un trabajo de formación, con
una educación integral, que es cada vez más necesaria. Es
necesaria para las personas de esta época, pero para el
fútbol también, porque tiene elementos formativos que sir-
ven para el deporte y además actúa como trampolín so-
cial. Hay personas, no sólo futbolistas sino sus familiares,
que piensan que el fútbol y la formación como personas
son caminos paralelos y no convergentes. Los chiquilines,
además de formarse futbolísticamente, deben estudiar, ac-
ceder al universo cultural. Todo eso ha cambiado, no tie-
ne nada que ver el fútbol de los noventa con el de ahora, y
creo que seguirá evolucionando. Es muy importante para
jugar bien al fútbol. Lo que pasa es que, junto al estímulo
que les podamos dar los que creemos en esto de la educa-
ción, también hay muchos elementos que actúan en senti-
do contrario. Gregorio Pérez fue a Danubio, hizo una se-
lección entre los mejores jugadores de todas las divisionales
para que entrenaran con el primer equipo, a los efectos de
ir acelerando los plazos, y les dijo que la condición para ir
a practicar y que se les pagaran los viáticos era estudiar. Al
otro día fue un padre a pelearse con Gregorio, a decirle
que se rompía el lomo para que su hijo jugara al fútbol y
que él no tenía derecho a exigirle estudiar: “¿Quién es us-

24 Eduardo Raymondo
ted para decirle que estudie? Él sólo va a jugar al fútbol”.
No es que uno comparta eso, al contrario, pero no es fácil
convencer a esos padres y a muchachos que están soñan-
do con ser [Álvaro] Recoba o alguno de los que han teni-
do ese salto. Pero los números dicen que el porcentaje de
jugadores que tienen un pase a Europa es el 0,14% del
total. O sea, el 10% del 1%…” (Oscar W. Tabárez, ex en-
trenador de Boca Juniors, Campeón de la Copa Libertadores
de América con Peñarol en 1987. Director Técnico de Uru-
guay en los Mundiales de 1990 y 2010. Entrevista de Pe-
dro Crivari y Marcelo Fernández Pavlovich, 7 de abril de
2010. En Vadenuevo.com.uy)
Recuerdo a un joven de rostro aniñado que surgió en
nuestra pantalla hace un par de décadas, mostrando buena
capacidad en el periodismo deportivo. El tiempo se encar-
gó de confirmar sus aptitudes, y aquel joven de entonces ha
ido alternado su exitosa carrera periodística en radio y tele-
visión, siempre aportando sus valiosos conceptos sobre todo
lo que rodea al fútbol:
… Esta pasión por ser jugador de fútbol de los últimos tiem-
pos es como muchas carreras que se han puesto de moda y
se han impuesto. Uno notaba que aquello se superpoblaba,
pero como era la moda, la gente estudiaba eso. Lamenta-
blemente no se podía darle un título o un diploma a qui-
nientos, el segundo año a mil, al tercero a dos mil quinien-
tos, y que la sociedad nuestra pudiera insertar de buenas a
primeras a miles de personas al mismo tiempo. No está
mal que el espejo sean los millones de dólares en un pase,
pero hay que mirar al otro, no sólo al que se lesiona, al que
no tiene la oportunidad, sino al que es bastante bueno,
juega en primera, nunca sale de nuestro medio, y deambula
entre la A y la B, ganando 300 o 400 dólares, que de re-
pente se los pagan, pero si en una de esas el cuadro pierde
siete u ocho partidos, tiene que cobrarlos recién al año
siguiente, porque si no lo hace el equipo no puede presen-
tarse. Lo que pasa es que veces el que apuesta a jugar al

Quiero ser jugador de fútbol 25


fútbol no está preparado para hacer una carrera universita-
ria, y la apuesta al deporte termina siendo tabla de salva-
ción para la familia, y si la carrera se le corta abruptamente
no tiene armas que lo puedan posicionar en la sociedad.
Esto sí es una diferencia con las otras carreras, porque si
alguien estudia una carrera de moda, termina, obtiene su
diploma, y luego no puede ejercer en esa profesión, pero
está preparado culturalmente para combatir en otros fren-
tes laborales. El fútbol no te da esa posibilidad; es eso o
nada, y lo que no entendemos es que la mayor cantidad de
veces es nada, en otras es muy poco, y en los casos excep-
cionales es mucho… Otra realidad es que, muchas veces,
los padres no están debidamente preparados para guiar co-
rrectamente a sus hijos, y aceptan que estos apuesten sus
fichas a un solo y difícil objetivo: el fútbol. Muy distintos
son aquellos padres que siguen el camino lógico, y permi-
ten que el niño juegue al fútbol, pero le siguen demandan-
do que continúe con su preparación intelectual. Luego, en
el momento que le empiece a ir realmente bien en fútbol,
llegue a primera, vendrá la disyuntiva y se verá qué se hace,
se elegirá lo que más le guste al joven, llegará el consejo de
que no pierda de dar algún examen, etcétera, pero ese pro-
ceso bueno y favorable aparece en un entorno familiar que
difícilmente espere que el joven le salve la vida a la familia
jugando al fútbol… (Juan Carlos Scelza)
En los años ochenta, había varios jugadores que me gus-
taban. Uno de mis favoritos era un veloz puntero derecho,
inteligente y gran definidor. Tenía la característica de des-
bordar por la punta y, si podía, entrar en diagonal hacia el
arco, definiendo en velocidad con inusual precisión. Le
decían ‘el Hormiga’. Veamos su punto de vista:
… Debe buscarse la manera de que los jugadores, cuando
terminen de jugar al fútbol, tengan una jubilación. Yo ju-
gué veinte años al fútbol, y vivo de lo que gané, pero no
tengo jubilación y nadie me reconoce nada y me han des-
contado en todos lados.

26 Eduardo Raymondo
No todo es oro. De mil jugadores llega uno a primera divi-
sión. Entonces hay que inculcarle al chico que además de
jugar al fútbol estudie. Fue un error mío. Yo tuve que ha-
ber seguido estudiando. Si yo hoy supiera inglés, tendría
más posibilidades como entrenador de dirigir un equipo
fuera del país. Los padres deberían exigir al chico que jue-
ga al fútbol, que estudie. Soy un convencido de que se
pueden hacer las dos cosas. Y no exigirle al chico pensan-
do que si es futbolista se van a salvar, como ocurre a veces
en el baby fútbol. Yo veo que hoy en el baby fútbol a los
niños se les grita demasiado, se les exige demasiado y se
les hace perder la alegría de jugar. Yo no voy a ver a mi
hijo porque si voy termino a las trompadas. ¡Los padres
gritan cada disparate!, y hay técnicos que también gritan
disparates. Yo tengo tres hijos que juegan muy bien, pero
no voy porque es una grosería la forma en que se les grita,
en vez de enseñarles. Hay edades para todo. De cinco a
diez años al niño hay que dejarlo jugar. Cuando yo jugaba
al baby fútbol, el técnico mío era un amigo que me visita-
ba, se preocupaba por mí. No me gritaba para nada. Si me
equivocaba, venía y me decía “mirá tenés que hacer así,
agarrá la pelota y jugá con alegría”. Se llamaba ‘Tatín’
Garasteguy. Nunca había jugado al fútbol. Tenía gallos de
riña. Pero manejaba a los niños para que jugaran y se di-
virtieran. Hoy acá lo que importa es ganar. Hoy en día hay
una exigencia increíble. Ahora que tenemos un Ministerio
de Deportes, esa es una de las atenciones que tiene que
tener, que haya técnicos capacitados para manejar niños,
gente a la que le guste el fútbol y sea amigo de los niños.
Hay que tener cuidado con esas cosas. Veo a niños de nueve
y diez años que los hacen correr como locos y para mí el
niño corre y cuando se cansa para y chau, no le exijas
más. Va a correr de vuelta cuando quiera. Pero les exigen
prácticamente como si hicieran una pretemporada. Es una
grosería. Por otro lado, se les exige demasiado o no se los
atiende. Hoy la despreocupación de los padres es tremen-
da. Hay padres que prefieren que el hijo se vaya todo el
día para estar tranquilos un domingo. Esa es la realidad.

Quiero ser jugador de fútbol 27


Yo soy un agradecido de la educación que me dieron. Tenía
diecisiete años y si llegaba de un baile a las tres de la ma-
ñana, mi vieja me mataba. No me pegaba, pero me ponía
en capilla. Veo que muchos padres confunden libertad con
libertinaje, dicen “yo soy un padre libre, no voy a ser como
los míos”, pero después los chicos salen un desastre. Los
mayores tenemos que ponernos a reflexionar un poquito
que estamos muy equivocados. Lo digo como padre sepa-
rado también, aunque estoy constantemente preguntando
si precisan algo, me arrimo, los aconsejo, les limito cosas y
estoy agradecido de los hijos que tengo. A mí se me ense-
ñó y yo traté de inculcar lo mismo…”. (Antonio Alzamendi,
ex jugador de River, Independiente, Nacional, Peñarol, en-
tre otros. Campeón de la Libertadores e Intercontinental
con River en 1986, mundialista con Uruguay en el mismo
año. En Tenfieldigital.com.uy)
Otro jugador que me llamaba la atención era un rubio
volante armador que surgió muy joven en la primera de
Wanderers, pero que duró poco en nuestro país y fue vendi-
do a Europa. Posteriormente se convirtió en un respetado
director técnico. Así cuenta su experiencia trabajando con
jóvenes futbolistas:
… Acá yo tengo un pibe que sufre tanto el fútbol que se
autopresiona y eso le quita rendimiento. Uno trata de que
tenga novia y que vaya al cine, que lea. Pero no lee, no va al
cine, no conoce ningún shopping, en la casa sólo se habla
de fútbol, los padres hablan de fútbol, los hermanos hablan
de fútbol y están todos esperando el fin de semana para
venir a verlo y le gritan… Eso, en parte, sirve, pero también
te retrae. Y además, cuando la expectativa no se cumple,
después le cuesta conseguir trabajo o estudiar… (Daniel
Carreño, ex entrenador de Nacional y Deportivo Cali. Cam-
peón de la Copa Libertadores e Intercontinental en 1988
como jugador de Nacional. En Tenfieldigital.com.uy)

28 Eduardo Raymondo
Los padres

Muchas veces los padres también tuvieron el sueño de ser


jugadores de fútbol y forman parte de esa inmensa mayoría
de los que no llegaron. Algunos se lesionaron, otros no tu-
vieron suerte, otros no tenían condiciones. Lo cierto es que
ven la posibilidad de llegar a su sueño personal y lograr el
éxito a través de la continuación de su propia vida: su hijo.
No ven a este como una persona individual, con voluntad
propia, sino como un instrumento para lograr lo que ellos no
lograron. Otros, menos egoístas, se ponen en lugar del hijo
y quieren lo mejor para su futuro, y piensan sobre lo bueno
que sería ser jugador profesional, de forma que se proponen
hacer todo lo posible para que el joven llegue a lograrlo.
Existe un tercer grupo, que piensa que si su hijo triunfa, la
situación de la familia va a dar un vuelco, que traerá épo-
cas de bonanza para todos. Ven al joven con un signo de
pesos en la frente. Por otro lado, también hay muchos pa-
dres que simplemente acompañan el desarrollo del niño sin
intervenir ni presionar, pero ese grupo no necesita ayuda,
así que no vamos a enfocarnos en ellos ahora.
Existen los padres que son simples observadores de la
relación entre sus hijos y el fútbol, y los padres que toman un
decidido protagonismo en esa relación. Dentro de este se-
gundo grupo, hay dos subgrupos: el padre que quiere ayudar
y el obsesivo. El obsesivo es el que nos preocupa. Este padre
lleva a su hijo a un equipo de fútbol infantil, sin preguntarle si
quiere jugar o no. Le pide explicaciones por la falta a algún
entrenamiento, le recrimina permanentemente por errores
cometidos en determinado partido. Le exige más entrena-
miento y práctica de fundamentos. Se hace presente en to-
dos los entrenamientos y partidos de los niños. En los partidos
insulta a los árbitros, a los niños rivales y hasta llega a pelear-
se con otros padres. Exige resultados en los partidos y cam-
peonatos de fútbol infantil, y permanentemente le está agre-

Quiero ser jugador de fútbol 29


gando presión al aspirante a futbolista en su etapa de forma-
ción. Más adelante veremos cómo debería ser el correcto
proceder de los padres con respecto a la supervisión y el
soporte de la relación de sus hijos con el deporte.

Los niños y adolescentes

La mayoría de los niños en América del Sur y Europa


nace en países donde se vive y se respira fútbol. Los perso-
najes mimados son los jugadores de fútbol, realmente las
figuras más admiradas de sus países. Apenas tienen uso de
razón, se les obsequia la camiseta del equipo de fútbol fa-
vorito de su papá o del adulto más allegado que tenga en la
familia. Las estrellas de fútbol son los referentes de niños y
jóvenes. Todo el mundo habla de ellos; los empresarios,
médicos, políticos, y hasta sus propios padres palpitan de
cerca sus actuaciones, festejan sus logros y lamentan sus
fracasos. Cuando estos personajes se encuentran en instan-
cias decisivas, en una Copa del Mundo, o en un partido
clave de otro campeonato importante, su país contiene la
respiración. Hay países que quedan literalmente paraliza-
dos cuando estos referentes están haciendo rodar la pelota;
cierran los centros de enseñanza, los juzgados, y no hay
comercios abiertos a la hora del partido. Los policías y los
ladrones también paran sus actividades para estar pendien-
tes del televisor. Por simple analogía, cualquier observador
imparcial llega a la conclusión de que son las personas más
importantes del país. Esa es la misma conclusión que los
niños sacan. Además, los futbolistas de elite tienen un gran
nivel de vida, viven en unas casas fantásticas, tienen auto-
móviles imponentes y son fotografiados con hermosas mu-
jeres. El sueño de consumo de cualquier mortal. Eso entra
en el subconsciente de los niños y jóvenes.

30 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
2
A los jóvenes

Quisiera poder tomar dos sillas, sentarme junto al joven que


sueña con entrar a estadios llenos, y contarle todo lo que
pude aprender por experiencia propia, decirle lo que he
leído y retransmitirle lo que me contaron todos los que ya
llegaron adonde él quiere llegar. Ya el hecho de estar le-
yendo este libro supone un avance considerable sobre otros
jóvenes, a veces reacios a escuchar a los demás. Es propio
de personas inteligentes escuchar a quienes desean alla-
narte el camino y ahorrarte trabajo y momentos difíciles,
haciendo sugerencias basadas en la propia experiencia. A
partir de ese momento, queda en las manos de la persona
inexperimentada decidir si considera el consejo que puede
ayudarle, u optar por aprender en base a prueba-error, sa-
cando las mismas conclusiones que ya le habían dicho, pero
a partir de su propia experiencia.
Cuando eres niño o adolescente, apasionado por el fútbol,
entras en esa hermosa pasión de querer jugar en todo mo-
mento. Te divierte tener una pelota en los pies y ver cuán-
tas veces la puedes dominar sin que se caiga al piso, cuan-
tas pisaditas puedes aprender, y a cuantos rivales puedes

33
dejar desairados con tus amagues y enganches. Cualquier
ocasión es buena para jugar al fútbol y en tu grupo de ami-
gos hay varios iguales a ti. Te devoras los partidos en televi-
sión, especialmente el de tu equipo favorito, y sigues con
atención los movimientos de tus ídolos en la cancha. En tu
vida sólo importa mejorar, jugar y jugar…
Yo mismo formé parte de un grupo de jóvenes aspiran-
tes a jugadores de fútbol. Varios adolescentes que estába-
mos todo el día atrás de una pelota. La vida nos dijo que
solamente uno de nosotros triunfó y jugó en la selección y
en Europa (un caso realmente grandioso si tenemos en cuenta
las estadísticas). El resto solamente llegó a jugar en divisio-
nes formativas de equipos de fútbol de primera división, y
luego deambuló por equipos pequeños de ligas menores.
Algunos de ellos eran realmente buenos, pero hay un mon-
tón de condicionantes para que no se llegue al éxito en el
fútbol. Fabián, uno de mis amigos, era un excelente juga-
dor, el mejor de todos nosotros, algo lento, pero con un tiro
formidable de media distancia, dribleador, valiente, exce-
lente pasador y con gran disparo de pelota quieta. Para mí,
verlo era un deleite y era inevitable la comparación con
Juan Ramón Carrasco. A Fabián no le gustaba entrenar y,
aunque estuvo en las formativas de un equipo grande, no
llegó, porque le faltaba espíritu de sacrificio y perseveran-
cia. Varios de nosotros (por influencia de nuestros padres)
íbamos al liceo y además estudiábamos en casa. Otros so-
lamente iban al liceo, con pocas ganas, y no estudiaban
prácticamente nada, o nada en algunos casos. Los que éra-
mos estimulados por nuestros padres, a prepararnos inte-
lectualmente, pudimos forjarnos un buen porvenir. Los de-
más, los que no se prepararon, ahora tienen una vida cues-
ta arriba, con malos empleos, con un sueldo que no les al-
canza; lamentarse por la oportunidad perdida y el tiempo
desperdiciado no les sirve de nada ahora, porque el tiempo
que pasa, pasa, y no se recupera. A mí me duele verlos en

34 Eduardo Raymondo
esa situación, porque son mis amigos, los que compartieron
conmigo momentos imborrables de mi niñez y adolescen-
cia, pero la vida es así, demasiado cruel en algunos casos.
La idea es que los jóvenes que quieren intentar seriamente
subir la escalera hasta llegar a ser futbolistas profesionales
tengan todas las cartas a su favor para salir bien parados,
sea cual sea el desenlace de este intento. La vida es mucho
más que una pelota de fútbol y, más tarde o más temprano,
lo más probable es que tengan que formar parte de los “sim-
ples mortales”, en el mejor de los casos luego de retirarse
del fútbol. La idea es que se preparen intelectualmente, para
que, si no llegan a lograr sus objetivos con el fútbol, dispon-
gan de las armas adecuadas para tener éxito en la vida.
Mi propuesta es que alcances el éxito de cualquier ma-
nera, jugando con todo a tu favor. La vida y el fútbol son
parecidos en algunos casos: a veces te sonríen y otras ve-
ces te dan la espalda; hay excelentes jugadores que no pu-
dieron tener un rédito económico importante en su momen-
to, o que no pudieron lograr su pase a un buen equipo, o
hicieron un mal negocio con sus ahorros, y luego tienen
que ganarse la vida desempeñando cualquier oficio o tarea
de escasos ingresos. Hay casos notables de auténticos fe-
nómenos del fútbol mundial que no han terminado bien, por
no tener preparación, más allá de saber patear un balón.
n
Orestes Omar Corbatta fue uno de los mejores delante-
ros de la historia del fútbol argentino. Titular de la se-
lección de Argentina y bicampeón de la Copa América
de selecciones. Luego de su retiro, comenzó a descen-
der escalones y cayó en el alcohol. Fracasó en varios
matrimonios y no tenía dónde vivir. Le dieron para pa-
sar sus últimos años un cuartito del estadio de Racing,
donde trabajaba en las divisiones inferiores. Murió en
la miseria más atroz, a los 55 años, agobiado por un
cáncer de laringe provocado por el alcoholismo.

Quiero ser jugador de fútbol 35


n
‘Garrincha’ (Manoel Francisco Dos Santos) es conside-
rado una de las grandes glorias del fútbol mundial. Se
convirtió, junto con Pelé (Edson Arantes do Nascimento),
en uno de los jugadores más queridos de Brasil. Los afi-
cionados se enamoraron rápidamente de sus regates y
amagues, capaces de enloquecer a cualquier defensa,
por lo que también lo apodaron “La alegría del pue-
blo”. Formó parte de la histórica selección de Brasil que
ganó la Copa Mundial de Fútbol de Suecia 1958 y Chile
1962, en donde fue elegido unánimemente como el
mejor futbolista del torneo. Es considerado el mejor pun-
tero derecho de la historia. ‘Garrincha’ era amante de
la noche, el tabaco y el alcohol. Se casó tres veces y
tuvo en total 36 hijos, de los cuales sólo reconoció a 9.
Finalmente falleció en la miseria, el 20 de enero de
1983, en Río de Janeiro, según los médicos como con-
secuencia de un síndrome alcohólico y una posterior
congestión pulmonar. Su velatorio se realizó en el esta-
dio Maracaná, y su ataúd fue cubierto con una bandera
del club que lo vio brillar, el Botafogo.
n
Walter Gómez, enorme crack uruguayo, ídolo eterno
de la parcialidad de River Plate argentino. Fue ídolo
millonario hasta 1956. Titular indiscutido, verdugo de
Boca en la propia Bombonera, figura entre los grandes
de su historia. Era famoso el canto que le dedicaba la
tribuna, que tenía que ir temprano al Monumental: “la
gente no come, por ver a Walter Gómez”. Llevó una
vida no acorde con la estrella que había sido, llegando
incluso a realizar tareas en el estacionamiento del es-
tadio de River. En sus últimos años la Directiva de River,
en una loable actitud, le otorgó el cargo de intendente
para que pudiera tener un mejor pasar. Murió poco des-
pués, a los 76 años de edad.

36 Eduardo Raymondo
Estudiar es también importantísimo para la carrera del
futbolista, ya que en el fútbol moderno es requerido el juga-
dor que tiene inteligencia y discernimiento para entender
el juego tácticamente, que se sabe colocar en la cancha.
Ese tipo de proceso mental se adquiere con los estudios.
Además de eso, hoy en día, para los equipos importantes,
es mucho mejor tener a una persona con una formación
integral (física-técnica-intelectual) que a una persona sin
cultura que puede encontrar dificultades para entender la
táctica o ser un jugador conflictivo.
Algunos jóvenes piensan, erróneamente, que cuantas
más horas le dediquen al fútbol, más chances tendrán de
tener éxito y, por lo tanto, dejan de lado sus estudios para
apostar todo por este deporte. Están totalmente equivoca-
dos. Se pueden hacer las dos cosas a la vez sin problemas,
si no, veamos ejemplos de personas que llegaron a lo más
alto, tanto en el fútbol como en lo intelectual:
n
Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira, mejor
conocido mundialmente como ‘Sócrates’, es conside-
rado uno de los mejores jugadores de la historia de Bra-
sil. Cuando adolescente, Sócrates jugaba muy bien al
fútbol, pero su padre no quería que su hijo fuera futbo-
lista. En secreto, jugaba en las formativas de un equipo
pequeño de su ciudad; el Botafogo de Ribeirão Preto,
en el estado de San Pablo. Un buen día, su padre deci-
de ir a ver un partido del Botafogo y vio a Sócrates en la
cancha. Sócrates alineaba en la reserva, y un jugador
del primer equipo se lesionó, por lo que le solicitaron
que jugara esa tarde. Jugó magistralmente en esa oca-
sión. Aquel día, padre e hijo hicieron un trato: Sócrates
continuaría jugando al fútbol con la aprobación de su
padre, siempre y cuando terminara la carrera de Medi-
cina que había comenzado hacía poco tiempo, a los 17
años. A pesar de tener varios clubes interesados en su

Quiero ser jugador de fútbol 37


concurso, Sócrates continuó jugando en el pequeño
Botafogo de su ciudad el Campeonato Paulista, y a los
24 años, luego de recibirse de médico, pasó a Corin-
thians donde brilló, al igual que en la selección verdea-
marelha, donde fue capitán en los mundiales de 1982 y
1986. También jugó en la Fiorentina, el Flamengo y el
Santos. Muchos lo consideran uno de los mejores
mediocampistas de la historia del fútbol mundial.
n
Carlos Salvador Bilardo, mediocampista titular de Es-
tudiantes de la Plata, campeón de América y del mun-
do, y posteriormente director técnico de la selección
de Argentina campeona del mundo en México 1986,
estudió la carrera de médico mientras era jugador de
Estudiantes. Cuando Bilardo era sólo un muchacho, vi-
viendo en La Paternal, el médico del barrio, el Dr. Gan-
dulla, era quien lo llevaba a la cancha de San Lorenzo
y, con el transcurso de los años, fue quien sembró en
Carlos el bichito de la medicina. Mientras era jugador
de Estudiantes, Bilardo estudiaba por las noches, a la
mañana se iba temprano al hospital para hacer prácti-
cas y por la tarde iba a entrenar con su equipo. Mu-
chos años después, con Bilardo ya recibido de médico,
el Dr. Gandulla trabajó junto a él, durante ocho años,
en investigaciones sobre el cáncer. Bilardo es un con-
vencido de que todo se logra en base a trabajo duro y
mucha dedicación.
n
Hugo Sánchez fue el más grande jugador de la historia
del fútbol mexicano. A los 15 años, su técnica, su impul-
sión y su elasticidad ya llamaban poderosamente la aten-
ción. A los 17 años salió campeón del torneo juvenil de
Cannes, en Francia, y medalla de oro en los Juegos
Panamericanos. Al año siguiente, fue el máximo goleador
de los Juegos Olímpicos de Montreal. A los 20 años jugó
su primera Copa del Mundo en Argentina 1978. Jugaba

38 Eduardo Raymondo
en Los Pumas de la UNAM, y encontraba tiempo entre los
entrenamientos y las concentraciones para ir a la uni-
versidad y graduarse como odontólogo. Quebró el ré-
cord histórico de goles del fútbol de México en 1979 y
fue transferido para el Atlético de Madrid. Luego pasó a
jugar al mítico Real Madrid, donde quebró el récord de
goles de España en un campeonato, además de ser Botín
de Oro y goleador de Europa. Fue uno de los más gran-
des ídolos del Real Madrid en toda su riquísima historia.
También está el caso de Tostão, un gran jugador de la
selección brasileña campeona del mundo en 1970, crack
indiscutido, que luego de saber que no podía seguir jugan-
do al fútbol profesional, a los 26 años, a causa de una lesión
en un ojo, retomó la carrera de Medicina y se graduó rápi-
damente, volcándose de lleno a su profesión y la docencia
universitaria, siendo un profesional universitario querido y
reconocido.
En la entrevista que le hicimos, el Dr. Jorge Da Silveira
nos comentaba:
… Creo que el joven para asegurar su futuro debe estudiar
siempre; en primer lugar porque la inmensa mayoría no
llega a futbolista profesional. Pero aun los que llegan, si
estudian, tienen la cabeza mucho más abierta, pueden pen-
sar mucho mejor en la cancha, pueden resolver mucho
mejor en la cancha, si la mente de ellos está ejercitada por
el estudio, lo que les da además otro panorama; y si algo
faltaba para que uno se convenciera de esto, está el ejem-
plo de esta selección uruguaya del mundial de Sudáfrica
2010. Llegaron adonde llegaron porque, en primer lugar,
se formó un grupo formidable, y además de eso, los juga-
dores, sobre todo los líderes, tenían otra cabeza, con una
buena educación que venía ya de sus hogares, lo que hizo
que el nivel de esta selección estuviera por encima del
nivel medio general de los jugadores uruguayos. La gente
que se ilusionó, que se alegró y festejó tanto la actuación

Quiero ser jugador de fútbol 39


de Uruguay, debe tener en cuenta que el hecho de que la
mayoría de los jugadores tuviera una preparación intelec-
tual importante fue determinante para que a la selección
le fuera bien. Esto debería merecer una reflexión por parte
de los padres, para que en el futuro sigan velando para
que sus hijos estudien. Es también una de las preocupacio-
nes que tenemos quienes integramos la comisión asesora
de “Gol al futuro”, programa que busca el mejoramiento
integral del futbolista juvenil uruguayo. Parte de ese mejo-
ramiento es: exámenes médicos, atención psicológica, que
el chico estudie y procurar una correcta alimentación…
(Dr. Jorge Da Silveira)
Diego Forlán nos dice en su libro U-ru-gua-yo:
… la prioridad de mi madre siempre fue el estudio. Quería
que disfrutase con el fútbol. No le molestaba, pero siem-
pre con los deberes por delante… entresemana, tras el en-
trenamiento, regresaba a las 9 de la noche a casa y me
ponía a hacer los deberes. Nunca tuve la sensación de ago-
bio. Siempre aprovechaba bien los tiempos, creo que ahí
está la clave… Yo tenía una premisa: cuando había exá-
menes, no iba ni al fútbol ni al tenis. Me encerraba en mi
habitación y no salía prácticamente para nada, mientras
no hubiera metido en la cabeza todo lo que estaba delan-
te… Al final terminé estudiando doce años de inglés, cin-
co de Italiano, tres de portugués y otros tres más de fran-
cés… El inglés es decisivo en este mundo. Vayas donde
vayas es fundamental encender la televisión y entender.
Hablar, escuchar y comunicarse es básico, algo que consi-
gues con este idioma. Yo veo las películas en inglés, tengo
la televisión por cable y sufro en España porque están do-
bladas y no estoy acostumbrado… (Diego Forlán, U-ru-
gua-yo, Ed. El Tercer Nombre, Madrid, 2010)
Recuerdo cuando era niño a un defensa fuerte y de bue-
na técnica, jugador de la selección nacional, que además
se destacaba por su muy correcta forma de declarar en las
entrevistas. Posteriormente supe que era una persona que

40 Eduardo Raymondo
siempre se había preocupado por su preparación integral y
llegó a graduarse de doctor en Veterinaria. Su nombre es
Raúl Moller y gentilmente se prestó para darnos su punto de
vista sobre el asunto que nos ocupa:
… El tema es querer, siempre fue exigente el tema del en-
trenamiento y demás. Yo tuve la suerte de poder cursar
mis estudios en la Facultad de Veterinaria cuando jugaba
en Sud América, y la exigencia no era tanta como en Na-

Quiero ser jugador de fútbol 41


cional. En ese momento aproveché a cursar todas las ma-
terias posibles. En el momento de pasar a Nacional en 1974,
solamente me quedaban exámenes y prácticos para ren-
dir. El futbolista, en general, en las concentraciones se le-
vanta tarde, yo en cambio me levantaba más temprano y
aprovechaba para estudiar. En los prácticos, contaba con
la colaboración de mis compañeros que me ayudaban en
lo posible, ya que yo contaba con la dificultad de jugar en
un equipo grande y la exigencia de los entrenamientos no
me permitía ir a todas las clases. Antes debía ir a la facul-
tad a sacar apuntes, ahora está todo el tema de Internet;
antes las fotocopias eran carísimas, ahora son mucho más
accesibles. Incluso la exigencia de los cursos no es tanta;
ahora existe la “semipresencialidad” en la mayoría de las
universidades, se pueden exonerar muchas materias hoy
en día también, eso facilita la tarea del estudiante. Hoy en
día es mucho más sencillo.
El quiebre es la quinta división (16-17 años); ahí ya los
padres se empiezan a hacer la película con el fútbol y los
exoneran de la tarea de estudiar. Lo más fácil es aflojarles,
hacer el papel del padre bueno, o permisivo, pero en esa
situación no se está cumpliendo la función de padre. Es
muy fácil decirle a un hijo: “Entrenaste doble horario, esta
lloviendo…, si querés no vayas a estudiar”. Esa actitud se-
ría muy simpática, bien vista por el joven, pero no se le
estaría beneficiando. Lo ideal es estimular al hijo, acom-
pañarlo. En mi caso, terminar secundaria completa fue una
exigencia sí o sí para con mis hijos, incluso uno de ellos
también es futbolista. Luego de terminar el bachillerato ya
tendrían 18 años y sería una decisión personal de ellos;
pero la tarea de los padres debería ser velar por los intere-
ses de sus hijos y estimular y supervisar sus estudios. El
mundo actual no deja opción… (Dr. Raúl Moller, ex juga-
dor de Nacional y la selección uruguaya)

42 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
3
A los padres

Como es lógico, todo padre está pendiente de la correcta


evolución de sus hijos, en todo sentido. Eso me motivó a
proporcionarles la mayor cantidad posible de herramientas
para tomar las mejores decisiones en todo lo relacionado a
la preparación integral de sus hijos.
Lo mejor, tanto en la parte deportiva como en todas las
otras facetas de la vida, es poder convertirse en una fuente
de consulta para su hijo; un guía y un apoyo permanente.
Animar al niño a practicar deporte —no sólo fútbol— ya
que es muy importante para la mejor formación física del
joven. Dejar un poco de lado la televisión, las computado-
ras y los juegos electrónicos y dedicarle un poco de tiempo
a la vida sana al aire libre. Aunque tampoco es bueno cor-
tar esos pasatiempos radicalmente; los niños pueden disfru-
tar de las maravillas que el mundo moderno de la electróni-
ca y las telecomunicaciones nos ofrece, aunque sin exce-
sos, todo en su medida.
En cuanto al deporte, es importante dejar que se divier-
tan. El fútbol demanda mucha esfuerzo y sacrificio, de modo

45
que para llegar a ser profesional se requiere mucho amor por
este deporte; de otra forma es imposible darle la dedicación
necesaria. Ese amor y ese compromiso vienen solos; no por
imposición. Llegan por voluntad propia de cada persona.
… Los padres deben mantener los deportes en su real pers-
pectiva; es más importante criar a un ser humano feliz y
saludable que a un atleta profesional. Los niños necesitan
practicar deporte para ser saludables y esa debe ser la prio-
ridad. Si luego terminan siendo deportistas de elite, bien-
venido, pero no debe ser el objetivo primordial. Los diez
años son una buena edad para que el niño comience a
pulir sus habilidades en un deporte si tiene un talento na-
tural y disfruta practicándolo… (Dr. James Sallis)
Una de las claves, entonces, es seguir la evolución del
joven futbolista e ir viendo si le gusta y si solicita ayuda. Se
le pueden enseñar fundamentos de manera sencilla o man-
darlo a una escuela de fútbol, como vamos a ver en próxi-
mas secciones. Si le gusta de verdad, se lo debería estimu-
lar. Hay padres que saben lo difícil que es llegar a tener
éxito en el fútbol y desaniman al hijo a intentarlo. Es conve-
niente ayudarlo, sin que abandone sus obligaciones en ma-
teria de estudios, claro. Todo ser humano debería tener la
oportunidad de luchar por sus sueños. En la preadolescencia
se puede observar con más claridad si a un joven le apasio-
na de verdad este deporte. Un dato a tener en cuenta es
que este amor por el fútbol por sí solo no significa nada. Es
apenas uno de los requisitos para comenzar esta carrera y
quemar etapas hasta convertirse, con suerte, en jugador de
fútbol profesional. En esa etapa, un padre debería colocarle
todas las cartas sobre la mesa para que el joven disponga
de todos los elementos como para tomar la decisión de de-
dicarle bastante tiempo –en forma paralela a sus demás ac-
tividades— a un deporte que no se sabe a ciencia cierta si
va a darle algo en un futuro. Que decida él mismo si vale la
pena o no intentarlo. Si su sueño y pasión son grandes, se-

46 Eduardo Raymondo
guramente va a querer hacer el intento. Esos son apenas
dos de los requisitos para asumir este desafío, los otros dos
son: el compromiso y tener condiciones. Sin embargo, los
dos requisitos más importantes son ese deseo quemante de
llegar y el compromiso. Tener condiciones en esta etapa de
la preadolescencia es muy importante, pero no determinan-
te; hay muchos jóvenes que en base a determinación y prác-
tica de los fundamentos han conseguido mejorar técnica-
mente y también hay otros que, sin ser muy buenos técnica-
mente, han conseguido tener una gran condición física y
jugar en una posición en la cual la técnica del manejo del
balón no sea lo primordial.
Hay casos de padres que han sido destacados futbolistas
y, quizás por eso, vieron en sus hijos condiciones para este
deporte desde muy temprana edad. Veamos a continuación
cómo se dieron cuenta y cómo procedieron para potenciar
esas habilidades:
Cesare Maldini, ex crack del Milan y la selección de
Italia, también ex director técnico de Italia, habla sobre su
hijo Paolo:
“Siempre quiso ser futbolista. Recuerdo que en casa siem-
pre buscaba una pelota y cuando volvía del colegio desea-
ba acabar pronto las tareas para irse a echar un partido
con sus amigos. Yo me di cuenta enseguida de que iba a
ser un gran futbolista, pero me quedé callado, porque no
quería crearle problemas de enchufes y esas cosas. Recuerdo
que mi hija un día durante un partidillo le hizo una foto.
La tengo guardada todavía, porque fue como un flechazo.
El gesto atlético era ya de un jugador veterano y tenía tan
solo 11 años. Lo hice debutar en la sub-21 cuando sólo
tenía 18 años. Era pronto, pero lo intenté. Recuerdo que
hicimos el viaje juntos hacia Coverciano [sitio de la con-
centración] y antes de que llegáramos le dije: ‘Hijo, ya
verás que ahora la gente y los periodistas no pararán de
hablar de tu convocatoria’. Y él me contestó: ‘Tú no te
preocupes, yo me las arreglaré solo’. Tenía ya mucho ca-

Quiero ser jugador de fútbol 47


rácter. Coincidimos otra vez en la selección en el Mundial
de Francia. Hablaba mucho con todos los jugadores, pero
con Paolo muy poco, ya lo conocía lo suficiente. No le di
todo lo que se merecía porque tenía miedo a que la gente
pensara que tenía preferencias por ser mi hijo. A él sólo le
preocupaba una cosa: en el campo no sabía si llamarme
mister o papá”.
Cesare Mandini hizo debutar a Paolo en la sub-21 en 1986
y fue su técnico en la selección absoluta en el Mundial de
Francia de 1998.
“Paolo, antes que nada, es un atleta. Tiene un físico ex-
traordinario y se ha adaptado al fútbol de una forma extre-
madamente natural. Eso, junto con su profesionalidad, su
vida normal fuera del campo, y sobre todo su amor por el
Milan le han permitido mantenerse tantos años en un nivel
tan alto.”
Paolo Maldini fue referente absoluto del Milan y la selección
italiana, jugando más de veinte temporadas en la elite del
fútbol mundial, jugando muchas finales de la Copa Europa y
varios Mundiales. (Cesare Mandini. En Panenka.es)
Juan Ramón ‘la Bruja’ Verón, ídolo absoluto de la par-
cialidad de Estudiantes de la Plata, campeón en innumera-
bles competencias nacionales e internacionales junto con
Bilardo, Poletti, Madero, Pachamé y otros en los años se-
senta y setenta, habla de su hijo Juan Sebastián:
“… siempre tuvo una fascinación por el fútbol. De chiqui-
to iba conmigo a los entrenamientos, a los dos años estaba
corriendo detrás de una pelota, no le prestaba atención a
ningún otro juguete. A los cinco empezó en infantiles y ya
era distinto. Tenía esa pegada que con el tiempo fue desa-
rrollando”, explica intentando una definición objetiva, aun-
que el orgullo paterno tiña sus palabras.
A diferencia de otros padres del plantel de la selección, ‘la
Bruja’ realmente entiende lo que se siente cada vez que se
pisa el césped. Desde un principio estuvo cerca de la ca-
rrera de Juan Sebastián y, junto a su amigo ‘el Bocha’ Flo-
res, fue su entrenador en inferiores.

48 Eduardo Raymondo
“A todos mis hijos siempre les dije: ‘Hagan lo que sien-
tan, pero háganlo bien’. Con Sebastián no había excep-
ciones. Igual él vivía para el fútbol. Es más, de chico fue a
un solo cumpleaños de 15 y lo tuve que ir a buscar por-
que se durmió”. (Diario Clarín, Argentina, 28 de julio de
2010)
En el programa Hablemos de fútbol, de Víctor Hugo
Morales y Roberto Perfumo, Juan Sebastián Verón dijo:
… El joven que estudia tiene muchas más posibilidades de
jugar al fútbol que el que no estudia, porque desarrolla
más inteligencia. Hoy hay muchos jugadores que no pue-
den jugar porque no piensan, y si no se piensa hoy en día,
con toda la táctica que hay, es imposible…
‘La Brujita’ muchas veces recordó cuando de niño su
padre, en vez de leerle un cuento de piratas, le contaba
con lujo de detalles las batallas libradas en las cuatro fina-
les que disputó con Estudiantes en la Copa Libertadores.
Y de aquellas épocas brillantes de su padre, ‘la Brujita’
incorporó esa mística que, además del largo sueño, lo llevó
a ser exitoso en el mundo del fútbol.
Jorge ‘Pipa’ Higuaín, excelente zaguero de River Plate
argentino, nos habla de su hijo Gonzalo, que nació cuando
él jugaba en el fútbol francés.
“La familia funciona como un clan: nunca nos separamos,
aunque por cuestiones de trabajo estamos un poco distan-
ciados. Siempre le doy consejos, no sólo en lo deportivo
sino también para su vida. Es así: el fútbol se termina y lo
que queda es una buena persona”.
A pesar de las concentraciones, Jorge estuvo presente
en el nacimiento de Gonzalo:
“Acompañé a mi mujer en el parto y la ayudé a comunicarse
con los enfermeros porque no sabía una palabra en francés.
Gonzalo empezó a jugar a los 4 años en baby fútbol aun-
que de chico no era de esos nenes insoportables con la

Quiero ser jugador de fútbol 49


pelota, sino un pibe tranquilo que se divertía con los autitos
de colección y con la consola de videojuegos Atari”.
“Con mi mujer siempre presionamos para que estudien”,
dice el padre. A los 16 años, Gonzalo ya estaba jugando
en la tercera de River y, en 2005, debutó en primera divi-
sión. Fue en ese club que su padre había brillado durante
tres años.
Gonzalo tuvo una excelente actuación en River, que le
valió un pase al fútbol europeo, convirtiéndose al poco
tiempo en ídolo de la parcialidad del Real Madrid. (Diario
Clarín, Argentina, 28 de julio de 2010)
Hablemos ahora de un crack uruguayo:
… Con ocho años, yo estaba en segundo año y jugaba al
fútbol contra niños de quinto y sexto. Siempre competí
con chicos mucho mayores que yo. Quizás ahí empecé a
forjarme como futbolista puesto que me endurecía o me
pasaban por arriba. A mi padre le encantaba eso, no tanto
a mi mamá. Y por lo que a mí respecta, lo único que que-
ría era jugar al fútbol fuera con quien fuera… (Diego Forlán,
U-ru-gua-yo, ob. cit.)
Pablo Forlán, ex jugador del San Pablo y Cruzeiro de
Brasil, campeón de la Copa Libertadores de América con
Peñarol de Uruguay, y defensor de la selección uruguaya
en el Mundial de 1966 habla de su hijo Diego:
“Ya desde los dos años andaba con una pelota en los pies
y una paleta de pimpón en las manos, y a medida que
crecía uno veía que tenía condiciones para dos deportes,
el fútbol y el tenis. Llegó un momento en el cual tuvo que
decidir, y reconozco que, con ayuda de un amigo mío,
influimos un poco para que eligiera ser futbolista. Pero
jamás lo presioné y él, todavía hoy, me lo agradece”.
Cuando Diego cumplió 17 años, Pablo debió hacer algo
siempre difícil para un padre: dejar partir a un hijo. Pero
esa decisión terminó siendo acertada, ya que Diego cruzó
el Río de la Plata para probarse en el argentino Indepen-
diente, quedó y, al poco tiempo, debutó en Primera Divi-

50 Eduardo Raymondo
sión. ¿Cuál fue el primer consejo que le dio?: “Que siguie-
ra con la vida ordenada fuera de la cancha. Sin eso, algu-
no que otro puede llegar, pero no mantenerse y mucho
menos triunfar”.
“Lo otro que le dije fue que se quedara siempre después del
entrenamiento practicando cómo pegarle a la pelota”, agrega
Pablo. “Porque él nació con una gran técnica, pero eso se
pule con dedicación y un frontón enfrente. Y esa dedica-
ción dio sus frutos. Cuando fue al Manchester, [Alex]
Fergusson lo fue a buscar al aeropuerto, lo paseó por la ciu-
dad y lo llevó a conocer el Old Trafford. Casi al final de la
tarde le preguntó: ‘Me queda una cosa pendiente por saber
de ti, ¿eres zurdo o derecho?”, recuerda con una sonrisa.
La capacidad de pegarle con las dos piernas es, para Forlán
padre, una de las dos cualidades principales de su hijo.
“La otra es la combinación de su velocidad con su explo-
sión”. Sin embargo, supo notar que Diego se pasaba de
revoluciones. “Llegaba tan rápido a posición de gol que la
pelota le quedaba atrás y debía retroceder, con lo cual
perdía un tiempo para acomodarse. Entonces, le sugería
que desacelerara un poco”, aclara.
Cualquiera podría pensar que los ojos de un papá no son
críticos. “Al contrario. Con él tengo el corazón a la dere-
cha. Soy ex jugador, entrenador y un hombre que quiere a
sus hijos, por lo cual siempre le digo la verdad. Cada vez
que termina un partido, Diego me llama y primero le mar-
co los errores. Los aciertos también, claro, pero los errores
antes que nada. Como tenemos una gran relación, él lo
toma bien”. (Diario Clarín, Argentina, 28 de julio de 2010)
El mismísimo rey del fútbol, Pelé, es hijo del ex futbolis-
ta ‘Dondinho’ (João Ramos do Nascimento), del cual pudo
extraer valiosos conocimientos:
Mi padre tomó un papel bastante activo en mi crianza. Ado-
raba verlo cuando jugaba en su equipo, el BAC. Ahora yo
también quería ser futbolista, todos mis sueños de aviones
y volar habían quedado en el olvido. Dondinho me enseñó
a golpear el balón con la pierna izquierda, a cómo dar un

Quiero ser jugador de fútbol 51


buen cabezazo; y me ayudó a mejorar mi toque con la
pierna derecha. Es posible que Dondinho, quien fuera mi
primer entrenador, me diera cierta ventaja sobre mis pares.
Había muchos buenos jugadores entre los niños, pero cuan-
do elegíamos entre nosotros para integrar un equipo, gene-
ralmente me elegían a mí en primer lugar. Para ser tan pe-
queño, era muy fuerte. Podía saltar alto y no tenía miedo,
lo que significaba que, al igual que mi padre, convertía
muchos goles de cabeza. Dondinho me enseñó muchas
cosas, no solamente técnica, sino también cómo desenvol-
verme en el campo de juego. Bajo su mirada aprendí mu-
chos de los trucos y habilidades que luego me ayudarían a
convertir tantos goles y ganar trofeos. Me habló de la magia
del empeine, de cómo realizar un pase con precisión, y de
la importancia de llevar la pelota junto al pie. Esto se con-
virtió en una especie de firma de mi forma de juego; pases
cortos en posesión del balón, la cabeza justo encima del
balón lo más cerca posible de él, para asegurarme el con-
trol al eludir a un defensa. Aprendí rápidamente cómo ha-
cer un cambio de ritmo (cambio súbito de velocidad), para
desubicar al contrario. Esto funcionaba especialmente bien
cuando enfrentaba con la pelota a un defensa; tener el ba-
lón cerca del pie en lugar de adelantarlo (con lo que lo
mantenía bajo control) significaba que el contrario tenía
que retroceder de espaldas y lo tomaba desprevenido y más
a contrapié cuando la pelota lo sobrepasaba. Otro de los
trucos que aprendí a desplegar fue el de amagar con los
hombros; podía ser devastador si lo usaba al mismo tiempo
que el balón corría velozmente. Al mover los hombros ha-
cia la izquierda o la derecha podía dejar al defensor despa-
rramado en el suelo sin siquiera alterar el curso del balón.
Dondinho era un clásico centro delantero, un numero 9.
A medida que fui desarrollándome como jugador, me di
cuenta de que prefería jugar en una posición más profun-
da, de número diez. Ni siquiera en aquellos tiempos era el
jugador que se queda adelante en el ataque, siempre me
gustó llegar desde atrás. Debido a que anoté tantos goles,
la gente supone que yo era un goleador nato; pero nunca

52 Eduardo Raymondo
lo fui. En realidad era un centrocampista atacante. Aque-
llos años fueron una gran educación para mí; complemen-
tada por las horas de práctica y la experiencia adquirida
en el Sete de Setembro, el equipo de mi barrio. (Edson
Arantes do Nascimento, Pelé: Memorias del mejor futbo-
lista de todos los tiempos, Ed. Temas de hoy, México, 2008)
La mirada atenta y los consejos de un padre que fue
futbolista ha ayudado a muchos jugadores, pero no es fun-
damental, ya que un padre que no fue jugador profesional
también puede ayudar a su hijo a mejorar los fundamentos
si sabe cómo hacerlo. En las próximas páginas de este libro
verá cómo puede ayudar a su hijo en el aprendizaje de fun-
damentos y a elegir correctamente un lugar donde puedan
enseñarle.
Ahora veamos cómo fue la infancia del otro fenómeno
del fútbol mundial:
… A mí la pelota me daba una paz única. Y esa sensación
—la misma, la misma— la tuve siempre, hasta el día de
hoy; a mí dame una pelota que me divierto y protesto y
quiero ganar, y quiero jugar bien… Donde uno se divierte
es adentro de la cancha, con la pelota. Eso hacíamos en
Fiorito, y eso mismo hice siempre, aunque estuviera ju-
gando en Wembley o en el Maracaná con cien mil perso-
nas… Siempre jugábamos a la vuelta de casa, en las Siete
Canchitas. Eran unos potreros enormes, algunas canchas
tenían arcos y otras no… ¡Las Siete Canchitas, como si fue-
ra uno de esos complejos que hay ahora, con césped sinté-
tico y esas cosas! Aquellas no tenían ni césped, ni sintéti-
co, pero eran maravillosas para nosotros. Eran de tierra, de
tierra bien dura. Cuando empezábamos a correr se levan-
taba tanto polvillo que parecía que estábamos jugando en
Wembley y con neblina. Una de esas canchitas era la del
Estrella Roja, el equipo de mi viejo, donde yo jugaba sí o
sí. Otra era la del Tres Banderas, del papá de un amigo
mío; ‘el Goyo’ Carrizo. ¡Estrella Roja contra Tres Banderas
era como un Boca-River!

Quiero ser jugador de fútbol 53


Salíamos a las dos de la casa, con mi amigo el Negro, con
mi primo Beto o con quien fuera, y a las dos y cuarto ya
estábamos jugando, dale que dale… A las siete por ahí,
parábamos un rato, pedíamos agua en alguna casa y se-
guíamos. Jugábamos en la oscuridad igual; y ahora por ahí
escucho a algunos decir que en tal cancha falta luz… No-
sotros éramos chicos del potrero. Si los viejos nos busca-
ban, sabían donde encontrarnos; ahí estábamos, corrien-
do detrás de la pelota… Los sábados y domingos era así,
todo el día. Y los días de semana también, desde las cinco,
porque tenía que ir al Colegio. Yo iba al Remedios de Es-
calada de San Martín, justo ahí frente a la estación Fiorito…
Si la Tota me mandaba a buscar algo, yo me llevaba cual-
quier cosa que se pareciera a una pelota para ir jugando
con el pie; podía ser una naranja, o bollitos de papel, o
trapos… La primera pelota que tuve fue el regalo más lin-
do que me hicieron en mi vida. Me la dio mi primo Beto
Zárate, el hijo de la tía Nena. Era una número uno de cue-
ro; yo tenía tres años y dormí abrazándola toda la noche…
(Diego Armando Maradona, Yo soy el Diego de la gente,
Ed. Planeta, Buenos Aires, 2000)
Como pudimos apreciar, Maradona, al igual que tantos
otros cracks forjó sus condiciones en los tradicionales
potreros o canchas de barrio. En África y Sudamérica toda-
vía quedan algunos terrenos baldíos para que los jóvenes
jueguen al fútbol, aunque los avances del progreso hacen
que cada vez sean menos. Como veremos más adelante, es
conveniente aprovechar los recursos que se tienen a mano
para conseguir una correcta evolución del futbolista desde
sus primeros años.

54 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
4
Etapas del aprendizaje

Es muy importante asesorarnos bien sobre qué es conve-


niente hacer en cada etapa del desarrollo del niño, a fin de
no realizar ninguna actividad contraproducente. Después
de mucho esfuerzo pudimos contar con el asesoramiento
de una eminencia a escala mundial sobre el tema: el Dr.
James Sallis, creador del método de educación física utili-
zado en el sistema educativo de Estados Unidos. Entre ae-
ropuertos y conferencias, que forman parte de su vida co-
rriente, accedió gentilmente a aclarar nuestras dudas e in-
quietudes.

Relación del niño y el adolescente con el deporte

En la era actual los niños utilizan la mayor parte de su


tiempo en actividades que representan poco gasto físico:
ver televisión, jugar con programas de videos y mantener-
se en ambientes cerrados. La situación ha preocupado a
diferentes grupos de científicos tratando de determinar las
consecuencias a largo plazo en los niños sedentarios.

57
Estudios realizados en Estados Unidos de América, en
1987, concluyeron que la prevalencia de la obesidad del
niño americano aumentó entre los años 1963 y 1980, lo
cual significa que en el año 1980 existía un mayor núme-
ro de niños obesos que en el año 1960. El hallazgo se
relaciona con la disminución progresiva del hábito de la
actividad física y esto, curiosamente, gracias al avance de
la tecnología.
Otros estudios han demostrado que el niño obeso es me-
nos activo que otros niños de la misma edad y de constitu-
ción delgada, además, presenta una tendencia familiar a
la inactividad física, posiblemente por un comportamien-
to cultural o una predisposición genética y heredada.
El sedentarismo desde la infancia favorecerá más tarde en
la vida adulta la incidencia de enfermedades como infarto
agudo del miocardio, diabetes, hipertensión arterial, trom-
bosis cerebral, osteoporosis, entre muchas otras enferme-
dades del tipo crónico […]
El ejercicio debe constituir parte habitual de la vida del
niño desde edades muy tempranas. Los beneficios de la
actividad física en el niño son múltiples, desde el desarro-
llo físico y mental, hasta el aspecto social y de interrelación
con el medio.
Dentro de los programas desarrollados para los niños es
necesario tener en cuenta varios aspectos. Un programa
de actividad física para niños debe evitar los dos extremos,
actividades muy sencillas y aburridas o ejercicios dema-
siado fuertes y frustrantes. Es conveniente que se lleve un
orden en los ejercicios, comenzando con actividades sen-
cillas a las cuales progresivamente se les pueden agregar
otras cada vez más complejas.
El objetivo de mejorar las aptitudes físicas en los niños en
edades tempranas no estará orientado específicamente a
seleccionar talentos, lo que podría llevar al niño a una
actividad conflictiva, estresante y sobre todo de gran frus-
tración con respecto a otros compañeros de juego que, de
una u otra manera, pueden tener mayores ventajas
psicomotoras.

58 Eduardo Raymondo
Los ejercicios en los niños deberán tener un carácter de
juego, ser lúdicos y agradables, pero siempre con paráme-
tros claros.
En Estados Unidos, con patrocinio gubernamental, se está
implementando en las diferentes escuelas un programa de
recreación y condición física llamado Sparks, para reali-
zar tanto dentro como fuera de las clases.
El programa está encaminado a mantener al estudiante en
movimiento y hacer que la actividad física sea agradable
para los pequeños.

Cualidades físicas a desarrollar en los niños

Dentro de las áreas a desarrollar en el niño están la resis-


tencia cardiorrespiratoria, relacionada con la capacidad
del corazón y los pulmones de responder a los esfuerzos,
lo que se traduce en mejor oxigenación de todos los teji-
dos y muy seguramente en una disminución de las posibi-
lidades de sufrir ciertas enfermedades más tarde en la vida.
Cualidades musculares como la fuerza, la resistencia y la
potencia muscular, también se pueden desarrollar en for-
ma precoz con los niños, realizando determinados ejer-
cicios que no requieren el levantamiento de objetos pe-
sados.
Es fundamental tener un perfecto control y seguimiento
por personal capacitado en actividad física para evitar in-
convenientes, ya que está completamente contraindicado
el levantamiento de peso en niños menores de los 16 años,
para evitar lesiones de los cartílagos de crecimiento, es decir
las áreas del hueso que se encuentran en formación.
Flexibilidad: Es una cualidad del cuerpo que se pierde con
el transcurso de los años. La falta de flexibilidad está rela-
cionada con una serie de problemas ortopédicos y postu-
rales en los adultos, por lo tanto el ejercitarla en forma
continua disminuirá la posibilidad de sufrir varios tipos de
lesiones deportivas, como también problemas de
lumbalgias, degeneración de los cartílagos, estructura fun-
damental en el movimiento de nuestras articulaciones.

Quiero ser jugador de fútbol 59


Rapidez y equilibrio: Es importante desarrollar estas apti-
tudes en forma precoz estimulando su aprendizaje. Cuan-
do no se enseñan en los primeros años de vida y en la
infancia, es prácticamente imposible lograr un buen nivel
en jóvenes adolescentes, lo que de hecho podría descartar
cualquier participación deportiva en actividades de alto
rendimiento o de competencia.

Cómo estimular al niño en la práctica del deporte

Desde muy temprana edad es importante fomentar o esti-


mular la actividad física. Mantener un estímulo constante
por períodos de tiempo que sólo el niño podrá determi-
nar. Hay en definitiva que estimular el juego. A medida
que pasa el tiempo y evoluciona en sus destrezas motoras,
el niño ira variando sus actividades.
Lo primero es encontrar un deporte, o más de un deporte,
que el niño disfrute. El siguiente paso sería permitir que el
niño goce practicando ese deporte. Para eso es necesario
restarle importancia a la competencia. El exceso de pre-
sión por la competencia a temprana edad hace que los
jóvenes abandonen la práctica activa del deporte; los adul-
tos le sacan la diversión muchas veces. Creo que inculcán-
dole al niño amor por el deporte, en vez de buscar la ex-
celencia compulsivamente, hace que lo practiquen con
entusiasmo y mejoren sus habilidades. También pienso que
los padres deberían ayudar a elaborar la agenda del niño
en cuanto a la organización del deporte, estudios y vida
social. Por último, y esto es una regla general: los padres
deben ser mucho más positivos que negativos con sus hi-
jos. Elogien al niño por hacer las cosas bien, por intentar,
por tener una buena actitud. Eviten criticar, y cuando lo
hagan, critiquen la acción, no al niño en forma específica.

Cuidado con la saturación

Existen múltiples deportes que requieren un inicio precoz,


como la gimnasia olímpica, la danza y la natación. La ten-

60 Eduardo Raymondo
dencia en la actualidad es iniciar cada vez más temprano
al niño en un deporte.
Es necesario considerar que algunos deportes de alto ren-
dimiento generan una serie de problemas de salud bastan-
te considerables, tanto psicológicos como físicos. La acti-
vidad física de alta competencia requiere un compromiso
permanente del niño con el entrenamiento, el juego que
este realiza inicialmente deja de serlo y se convierte en
una obligación, buscando lograr su mejor marca; los ho-
rarios son estrictos, lo que no permite que el niño actúe a
voluntad propia; las lesiones y el dolor se vuelven parte de
su vida. En estos casos, niños que no hayan sido prepara-
dos psicológicamente pueden presentar traumas que mu-
chas veces son reforzados por las ansias de triunfo de algu-
nos padres y educadores.
Lo ideal es el tiempo que permita al niño realizar prácticas
en forma agradable y confortable, teniendo en considera-
ción además la práctica que se lleva a cabo en su colegio.
Cuando los niños realizan actividades extraescolares, los
instructores o entrenadores y los mismos padres deben con-
siderar dichas actividades como parte del proceso y no
desconocer su práctica deportiva escolar, debido a que los
niños pueden presentar un estado de fatiga y frustración
por una exagerada actividad física.
El niño podrá realizar diversos tipos de ejercicios en for-
ma de juego, y más tarde en forma de deportes específi-
cos. No se debe encasillar al niño en una actividad en
particular, lo óptimo es permitirle desarrollar múltiples
habilidades.
Dentro de las diversas actividades de los colegios o institu-
ciones deportivas, la coordinación será orientada por per-
sonal capacitado para dirigir al niño en diferentes progra-
mas según sus cualidades. (Dr. James Sallis, creador del
programa Sparks de recreación y condición física en es-
cuelas de Estados Unidos)
Buscando información específica sobre las etapas del
desarrollo de niños y jóvenes en lo deportivo, tomamos con-

Quiero ser jugador de fútbol 61


tacto con un excelente trabajo realizado por un reconocido
profesional de la psicología del deporte en la República
Argentina: el Lic. Darío C. Mendelsohn, quien muy ama-
blemente respondió a nuestras inquietudes y autorizó a tras-
cribir partes de su trabajo.
… Sería aconsejable que los niños, alrededor de los 5 o 6
años, comiencen con iniciación deportiva, entendiéndolo
como un proceso a través del cual se procura estimular al
niño y proporcionarle las bases que le permitan, en un
futuro, enfocarse en algún deporte y su posible orienta-
ción hacia la competición.
La actividad esencial de la iniciación deportiva es el jue-
go, pero nos referimos al juego espontáneo, sin ninguna
finalidad, sólo por diversión.
En la iniciación deportiva, el niño es llevado por distintos
deportes grupales e individuales, que le permiten apren-
der la más amplia variedad de actividades deportivas, mien-
tras que paralelamente avanza en su socialización.
Alrededor de los 11 años, el niño podría elegir un deporte
grupal y otro individual, basándose en sus gustos, facilida-
des, o talento personal, y no en la decisión de los padres.
Para que el niño transite la iniciación deportiva en forma
placentera y educativa a la vez, el deporte debería estar al
servicio del niño, y no el niño al servicio del deporte, es
decir que los elementos (pelotas, raquetas, dimensiones del
campo, altura de aros, etcétera) deberían ser acordes al
desarrollo psicomotriz de los niños, para que exista la po-
sibilidad de aprendizaje. Los niños según sea su edad
madurativa poseen un nivel de aprendizaje. Si la estimula-
ción apunta hacia abajo, lo más probable es que no haya
aprendizaje y aparezca el aburrimiento, y por transición
la desadaptación del niño. En cambio si la estimulación es
hacia arriba del nivel, lo más probable es que haya un
aprendizaje negativo, que puede acarrear el desinterés o
un descenso de la motivación, y tal vez el abandono tem-
prano de la práctica deportiva.

62 Eduardo Raymondo
Lo ideal sería que un niño, hasta aproximadamente los 11
años, juegue por el placer de jugar, sin hacer hincapié en
la competencia, ya que aproximadamente a esa edad hay
un aumento de la coordinación dinámica general, aumento
de la coordinación óculo-manual, y un mayor ajuste per-
ceptivo interno y externo.
Recién entonces un niño puede comenzar a incorporar
lentamente conceptos tácticos, ya que hasta aquí pudo rea-
lizar los pedidos de sus mayores, no porque los haya com-
prendido, sino por obediencia.
Partiendo de la premisa de que las máximas autoridades
de un niño son sus padres, y sabiendo que un entrenador
le dice a un niño que, mientras dure la competencia, le
haga caso a él y no a sus padres, la palabra del entrenador
comienza a tener gran influencia en el niño.
Después de los 11 años, un niño debería comenzar con
especialización deportiva, entendiéndolo como un proce-
so de desarrollo y entrenamiento de las capacidades técni-
co-tácticas, orgánico-funcionales y neuromusculares con
el fin de obtener un rendimiento óptimo o máximo, esto
implica competencia regular, jerarquías, categorías, regla-
mentos, etcétera.

Primera etapa:
formación perceptiva motora (de 0-9 años)

En esta etapa se da un gran desarrollo del sistema nervioso


junto con una gran capacidad perceptiva, por esto se debe
dedicar primordialmente al desarrollo de las capacidades
perceptivo-motrices. Además no hay desarrollo de las ca-
pacidades físicas por el entrenamiento, no hay aprendiza-
je técnico por más que se entrene ese aspecto.
Nos preguntamos qué debe hacer un niño en esta etapa.
Correr, saltar, trepar, recibir, arrojar y todas las formas bá-
sicas del movimiento. Es necesario brindarle al niño las
más amplias, ricas y variadas experiencias motrices con la
intención de que todo sea recreativo, pero asistemático,

Quiero ser jugador de fútbol 63


Foto: Bill Wilhelms.

estimulando y desarrollando sus capacidades ya mencio-


nadas. Es importante que bajo ningún punto de vista olvi-
demos que el niño organiza su yo, y su propio mundo, a
través del juego (sobre todo en estas edades). Es decir que
el niño aprende jugando, por eso todas las actividades de-
ben ser organizadas en forma de juego.
¿Qué cosas no debe hacer el niño en esta etapa? En esta
etapa no debe competir oficialmente, ni debe ser entre-
nado para ello. El niño puede jugar al fútbol, pero debe
actuar en forma de juego, como si jugara a cualquier jue-
go común a todos; un ejemplo sería: jugar a las figuritas, a
las bolitas o a la mancha. Si bien el niño compite desde su
nacimiento y a través de todas sus etapas evolutivas, no
olvidemos que el resultado de su juego no le crea ningún
tipo de conflicto, más que la natural alegría o la tristeza
de ganar o perder. Ahora imaginemos qué sucedería si a
sus simples juegos le organizamos un campeonato con
público y padres alrededor de la cancha, periodistas, pre-
mios para los campeones, etcétera. ¿Reaccionaría de la

64 Eduardo Raymondo
misma manera al ganar o al perder? […] Tampoco en esta
etapa debemos pretender que el niño aprenda gestos téc-
nicos de ningún tipo, porque a esa altura de su desarrollo
no puede hacerlo.
Además, como ya sabemos, para aprender los gestos técni-
cos es necesario repetirlos gran cantidad de veces lo que
es sumamente aburrido para el niño, más cuando no ob-
tiene resultados. Si nos empeñamos ya desde estas edades
en que el niño entrene y compita oficialmente, corremos
el riesgo de provocarle daños físicos y psíquicos. Algunos
chicos “trabajan de jugadores de fútbol”, pues entrenan
mucho de lunes a viernes y los fines de semana juegan,
por lo que, en muchos casos, se ha perdido el sentido lúdi-
co de este deporte.
Hemos visto cómo adolescentes de 15 y 16 años —que
empezaron a competir y entrenar oficialmente desde los 7
y 8 años en el fútbol infantil— sufren el síndrome de ”Sa-
turación deportiva” (desinterés por el deporte) y dejan de
practicarlo, cuando más deberían hacerlo. También tene-
mos el caso de los niños que se dedican desde muy peque-
ños a la práctica de algún deporte específico y a los 15
años se dan cuenta de que ese deporte no les satisface y
pretenden cambiarlo por otro.
En síntesis, los niños en esta etapa deben jugar a todo, sus
tareas deben ser lo más variadas, amplias y ricas posibles,
pero no se les debe iniciar en el deporte y hacerlo compe-
tir oficialmente.

Segunda etapa:
formación deportiva multilateral (9-13 años)

Esta etapa nos presenta una gran capacidad de las técni-


cas de movimientos en forma global. No se consigue la
inhibición de movimientos, por lo tanto no hay preci-
sión. Es posible el incremento de las capacidades físicas
por medio del entrenamiento sistemático. Estamos en la
edad de oro del aprendizaje deportivo, los niños son ca-

Quiero ser jugador de fútbol 65


paces de aprender de todo pero siempre en forma gene-
ral y/o global.
¿Qué debe hacer un niño en esta etapa? En cuanto a la
preparación técnica: Aprender las técnicas globales de mo-
vimiento del deporte. En cuanto a la preparación física:
Desarrollar sus capacidades motoras: resistencia, fuerza,
movilidad, equilibrio, velocidad, coordinación, en forma
general. En cuanto a la preparación mental: Conocer la
idea central, las reglas del fútbol. Aprender a cooperar,
educarse por y para el esfuerzo, y tratar de conseguir el
desarrollo de la alegría, en la forma cognitiva.
Por supuesto que todo esto sin perder de vista el desarrollo
de los tres objetivos de la etapa: Desarrollo de los más varia-
dos patrones de la coordinación; familiarización con los más
diversos elementos, desarrollo del pensamiento táctico ge-
neral. A estas edades, el niño debe jugar además de fútbol, a
todos los deportes que pueda o estén a su alcance.
El juego sigue siendo en esta etapa el mayor agente para
desarrollar los objetivos propuestos, por todo lo ya enu-
merado y fundamentalmente porque nos permite un gran
desarrollo del pensamiento táctico, ya sea individual o gru-
pal, que consideramos es por donde se debe comenzar la
enseñanza del fútbol, donde se da que todas las situacio-
nes a resolver son diferentes, como el caso de este deporte
ya mencionado; que el niño en esta etapa debe jugar tam-
bién a otro deporte como: voleibol, basquetbol, handbol,
también podría hacer atletismo, en fin, todo lo que esté a
su alcance pero en forma general.
Cuanto mayor sea el número de experiencias motrices que
acumule el niño en esta etapa, mejores posibilidades de
aprender lo específico tendrá en la siguiente. Luego no
hay más que combinar todo lo aprendido y almacenado
en sus centros nerviosos.
¿Qué no debe realizar en esta etapa? Aprender técnicas
específicas o acabadas de ningún deporte, porque no pue-
de inhibir determinados movimientos que la técnica pura
exige sean inhibidas. No debe ser especializado en nin-
gún deporte y mucho menos en algún puesto determina-

66 Eduardo Raymondo
do. No olvidemos que estamos iniciando al niño en el
deporte en general y no en el deporte que nosotros quere-
mos que practique. Esto significa que si estamos enseñan-
do fútbol, el niño deber jugar en todos sus puestos, arque-
ro defensor, medio campista y delantero. Tampoco es
bueno que a estas edades aprenda sistemas complejos de
táctica colectiva, sino los principios que rigen tanto en el
ataque como en la defensa. Es de suma importancia que
no compita oficialmente en ningún deporte. Si bien el
niño en esta etapa tiene mejores posibilidades de adapta-
ción a los esfuerzos, todavía no está preparado para so-
portar el stress de la competencia oficial. Es recomenda-
ble además para un mejor aprendizaje táctico que se acos-
tumbre a resolver situaciones en espacios reducidos, ya
sean de ataque o defensa, por lo tanto sería conveniente
que se jugara 1 contra 1, 2 contra 2; 3 contra 3; 4 contra
4; etcétera. Realizar estas actividades en pequeñas can-
chas, bien delimitadas por conos y/o palos de color
resaltante (anaranjado) así se van acostumbrando a los lí-
mites de una cancha. Es necesario aclarar que cuantas más
situaciones tienen que resolver, más necesidad de apren-
dizaje (global en este caso) tendrán, y cuantas más posibi-
lidades técnicas tengan, mejor resolverán las situaciones
tácticas que se les planteen. Estamos seguros de que res-
petando el desarrollo y la maduración de los niños, no
sólo ayudamos a su educación, sino que estamos forman-
do un verdadero deportista. En la siguiente etapa ya po-
demos comenzar con la enseñanza de los aspectos técni-
cos específicos, pero todavía no podemos desarrollarlo
en un deporte… (Lic. Darío C. Mendelsohn, psicólogo
especializado en Psicología del Deporte)
Como vimos, en estas edades, la práctica simultánea de
muchos deportes le ayudará al joven a familiarizarse con di-
ferentes movimientos y alternativas, lo que posteriormente le
permitirá resolver con eficacia situaciones que se le presen-
ten en su deporte principal. Tenemos el caso de Washington
Sebastián ‘el Loco’ Abreu, que desde niño practicaba tanto

Quiero ser jugador de fútbol 67


Foto: Thomas Küx.

fútbol como basquetbol, llegando a desarrollar buenas habili-


dades en ambos. Fue convocado a la preselección juvenil
uruguaya de basquetbol y también a la de fútbol, casi en for-
ma simultánea. Se decidió por la de fútbol y desarrolló una
excelente carrera como futbolista profesional, brillando en
equipos como Nacional de Uruguay, San Lorenzo y River
Plate de Argentina, Gremio y Botafogo de Brasil, Cruz Azul y
Tecos de México, y Deportivo La Coruña de España entre
otros, además de disputar los Mundiales de 2002 y 2010 con
la selección uruguaya.
Veamos lo que dice otro ídolo de multitudes, de la prác-
tica simultánea de varios deportes en los primeros años:
Apenas terminaba de merendar iba al Carrasco Lawn
Tennis hasta las ocho y media de la noche. Todos los días

68 Eduardo Raymondo
practicaba tenis. Primero una hora en la pista y luego
otra de gimnasia. Además, practicaba los miércoles y los
viernes con el equipo de fútbol. Así compaginaba mis
dos grandes pasiones de pequeño… (Diego Forlán, U-ru-
gua-yo, ob. cit.)
Asimismo, su padre comenta:
El tenis ayuda mucho al entrenamiento del jugador. Le
digo a cualquier jugador de fútbol que, si puede, haga
una hora por semana de tenis con un buen rival, que lo
haga correr por toda la cancha, porque ese entrenamiento
no se lo da casi ningún otro ejercicio. Te da una capaci-
dad de reacción que es necesaria en el césped. Hay con-
tinuos cambios de ritmo, de dirección, te obliga a man-
tener la concentración en todo momento y te da una
rapidez de piernas imprescindible en el fútbol… (Pablo
Forlán)
El fútbol de salón es un deporte que proporciona control
del balón en espacios reducidos, y ayuda a acostumbrarse
a trabajar tácticamente, no obstante, se recomienda optar
por uno u otro deporte, o sea, si eliges que quieres jugar al
fútbol, diviértete con el fútbol de salón, pero no te lo tomes
muy a pecho.
En su página web, el Dr. Carlos S. Bilardo opina sobre
la formación ideal para los jóvenes jugadores:
Hablamos que hasta los 16 años hay que trabajar en la
parte técnica, en esto hago mucho hincapié, porque es la
base en la formación de un futbolista.
Hay que empezar de los 6 años con distintos ejercicios
técnicos, que serán cada vez más complejos hasta los 16
años. Se le enseña a pegarle con la pierna derecha y con la
pierna izquierda, a cabecear, a esquivar rivales, a parar el
balón de cualquier forma que le llegue, saber dominarla,
tenerla junto a él siempre y así se va aumentando la canti-
dad y calidad de trabajo técnico, que cada día son más
indispensables para una persona.

Quiero ser jugador de fútbol 69


A partir de los 12 años, ya se les asignan a los jóvenes los
distintos lugares del campo en los que pueden jugar. El
director técnico tiene que ir sabiendo acomodar a los ni-
ños en las zonas donde mejor se desempeñan, pero siem-
pre hay que ir rotándolos para que conozcan y se acos-
tumbren de niños a jugar en distintas posiciones. [Luis]
Zubeldía, director técnico de Estudiantes de la Plata, de-
cía, “caballo viejo no agarra trote“, con esto quería indicar
que los jóvenes captan mejor todo lo que se les enseña.
Según la edad, es el trato con los jóvenes.
Si tienen 6-8 años, algunos niños cuando están jugando se
sientan, miran para otro lado, se distraen, esto es normal,
por eso hay que dejarlos y que participen del juego cuan-
do quieran, luego, ya a partir de los 10 años, sí, se les va
enseñando táctica, pero no en una forma profunda, lo que
sí no hay que descuidar es la técnica, que el niño debe
superarse día a día. A partir de los 12 años, se los va aco-
modando tácticamente y se los hace jugar en varias posi-
ciones, para que el niño se vaya acostumbrando a jugar en
cualquier parte del campo, haciendo la salvedad de que el
director técnico tiene que encontrarle la posición en don-
de más cómodo se sienta, porque de esta manera va a ren-
dir mejor.
En el transcurso de los años, también hay que enseñarles
a los padres, qué deben hacer y qué no; es malo para el
director técnico y le hace daño al niño, que el padre sea
el que le dé indicaciones en un partido, entonces se ve
cuando finaliza el primer tiempo de un juego, que cada
padre le da indicaciones a su hijo; el director técnico no
debe permitir esto, por eso hay que educar a los padres,
que sólo deben acompañar al niño y después sí pueden
hablar con los responsables de su educación, tanto en el
fútbol, como con los profesores donde estudian, o donde
trabajan.
Es decir que el niño saldrá formado, no por una persona,
sino por un grupo, que debe trabajar en equipo para for-
mar no solamente a un jugador de fútbol, sino a una bue-
na persona de futuro… (Dr. Carlos S. Bilardo)

70 Eduardo Raymondo
Tercera etapa: entrenamiento específico
(13 años en adelante)

Luego de los 13 años, y después de haberse divertido


bastante tratando de imitar a los ídolos que ve en la TV, es
una buena edad para comenzar a entrenar más seriamente.
El Dr. Turíbio Leite de Barros, fisiólogo del San Pablo
FC, nos expresa su punto de vista sobre el tema:
El fútbol de hoy exige un estado físico, exige que el juga-
dor sea un atleta, y no solamente un talento por encima
de la media. La velocidad aumentó, y la cantidad de im-
pactos también. Por eso se debe trabajar bastante en esa
área, pero existe un momento adecuado para hacerlo.
Lamentablemente, hoy a veces hay una tendencia perju-
dicial de anticipar esa preparación. El entrenamiento físi-
co de un adolescente debe ser hecho fundamentalmente
con pelota, debería esperarse hasta los 17 o 18 años para
comenzar el entrenamiento físico y muscular exigente.

Foto: Alejandro Moreira.

Quiero ser jugador de fútbol 71


Hasta esa edad se debería dar prioridad al desarrollo neu-
romotor y de habilidad, de la técnica y de los fundamen-
tos del fútbol. No debe alterarse esa ley biológica del de-
sarrollo por más ansiedad que se tenga por tener un joven
transferido al mercado europeo lo antes posible. Conoz-
co a ‘Kakᒠdesde que tenía 15 años, y sé que no hizo
ningún trabajo físico de importancia hasta los 17 años;
comenzó un trabajo de desarrollo físico y fortalecimiento
de masa muscular, que coincidió con el desarrollo del
futbolista como atleta integral. Este es el modelo a seguir,
esperar el desarrollo y crecimiento hasta por lo menos 17
años, y después invertir en una forma más consistente y
metodológica, con mayor carga en los entrenamientos para
el desarrollo de las características físicas. ‘Kakᒠllegó a
profesional a los 18 años.
Debido a un desarrollo muscular exagerado antes de tiem-
po, el adolescente se vuelve más lento, y sin la debida fle-
xibilidad. Cuando se apuran los tiempos naturales, se aca-
ba perjudicando al atleta. Son afortunados los jugadores
que pasan por clubes donde existe una infraestructura ade-
cuada, y ser formado como deportista respetándose los
conceptos anteriormente mencionados. En ese entorno el
joven tendrá una buena atención médica, de nutrición, de
preparación física, psicológica, etcétera. Eso le ayudará a
ser un atleta más completo.
Ante todo, es muy importante también que el aspirante a
jugador de fútbol profesional sea consciente de lo que hace
la diferencia a favor de los atletas que se mantienen por
más tiempo en actividad y con mejor nivel deportivo du-
rante su carrera; llegan y se mantienen aquellos que son
más profesionales, más conscientes, y que saben dar prio-
ridad a las cosas más importantes… (Para ser jogador de
futebol, Raí, Soninha y Milly Lacombe, Ed. Jaboticaba, San
Pablo, 2005. Traducción al español del autor)

72 Eduardo Raymondo
Foto: Richard Styles.
5

5
Una elección compleja

Es importante hacer una correcta elección de la posición


donde jugar, para así ir adaptándose y conocer los secretos
del puesto. Deben tenerse en cuenta las características físi-
cas que se requieren para cada posición. No olvidemos que
estos requisitos ideales no son definitivos ni decisivos, ya
que hay muchos ejemplos de jugadores que escapan de esta
regla general.

Características de cada posición

n
Goleros: La altura es importante, arriba de 1,80 metros.
También la envergadura, o sea la distancia que se abar-
ca cuando se abren los brazos. Asimismo son importan-
tes los reflejos, fuerza, agilidad, y movimientos coordi-
nados de potencia y precisión. También es importante
saber tomar decisiones rápido. Unos buenos ejemplos
son el brasileño Júlio César y y el español Iker Casillas.
n
Laterales: Velocidad y resistencia sobre todo, ya que
son de los jugadores que más corren durante un parti-

75
do, yendo y viniendo por el lateral. También deben sa-
ber marcar y ser precisos con la pelota, sobre todo para
centrar correctamente. El brasileño Maicon y el alemán
Philipp Lahm son buenos ejemplos a imitar.
n
Zagueros: Velocidad de anticipo, fuerza (están en cho-
que permanente con los delanteros rivales), altura, juego
aéreo y buena visión periférica, tener un buen panorama
de cancha. Diego Godín o el brasileño Lúcio son refe-
rentes de esa posición.
n
Volantes de contención: Resistencia aeróbica, sobre
todo, y fuerza física, ya que tiene un contacto perma-
nente con el rival. También es importante ser rápido y
tener capacidad de reacción, además de un correcto
manejo de la pelota y buen pase. El alemán Bastian
Schweinsteiger y el argentino Javier Mascherano son
buenos puntos de referencia.
n
Volantes mixtos y enganches: Muy buena resistencia
aeróbica, velocidad, anticipo, reacción, buen dominio
de pelota y panorama de cancha. Tienen que correr
muchísimo todos los partidos. Unos buenos referentes
son el italiano Andrea Pirlo y el alemán Michael Ballack.
n
Delanteros: Fuerza, potencia, explosión, velocidad y,
por supuesto, precisión en la definición. Tener buen do-
minio de la pelota y un buen juego aéreo es muy impor-
tante también para los delanteros. Buenos ejemplos son
el británico Wayne Rooney y Luis Suárez.

Cómo elegir la mejor posición donde jugar

La mayoría de los jugadores empezaron jugando en de-


terminada posición desde pequeños, porque les gustaba o
porque cuando llegaban al fútbol infantil los entrenadores los

76 Eduardo Raymondo
colocaban en determinada posición, teniendo en cuenta sus
características físicas y, a veces, el puesto que necesitaran
cubrir en aquel momento. Vemos casos como el de Diego
Godín, zaguero uruguayo del Atlético Madrid y de la selec-
ción, que comenzó jugando de centrodelantero y terminó sien-
do un excelente zaguero. También tenemos el caso del ale-
mán Lothar Matthews, que comenzó como mediocampista y
acabó siendo zaguero, o el astro brasileño Júnior (Leovegildo
Lins da Gama Júnior), que empezó como lateral y terminó
como volante.
Al comienzo de su carrera, Cafú (Marcos Evangelista
de Moraes) jugaba como volante de armado, bajo la direc-
ción técnica de Telê Santana, en el San Pablo a comienzo
de los noventa. Como mediocampista, Cafú era bastante
talentoso y muy entusiasta, pero Telê vio que había algo
que no andaba bien; tal vez el posicionamiento, un poco
entreverado con la pelota, no sabía bien qué era, y decidió
hablar con Cafú: le pidió para llegar hasta el fondo y levan-
tar el centro, una y otra vez. De esa forma Cafú se volvió
lateral derecho, uno de los mejores de la historia.
Si hubiera insistido en ser mediocampista, tal vez no
hubiera llegado tan alto en el fútbol. En realidad, todos
quieren ser delanteros o mediocampistas, pero al momen-
to de llegar a probarse en algún equipo, y ver que hay
varios jugadores mejores que uno en esas posiciones, es
hora de reformularse algunas cosas. Podríamos citar el
ejemplo del zaguero Edmilson (José Edmilson Gomes de
Moraes), campeón mundial con Brasil; cuando jugaba en
las divisiones formativas del San Pablo era un mediocam-
pista habilidoso, con potencial, aunque también marcaba
muy bien. Un día fue probado en varias posiciones y se
comprobó que era rápido, tenía buena marca, salida cla-
ra, y se transformó en un zaguero de excepción.
Raí (Raí Souza Vieira de Oliveira) cuando preadoles-
cente era un muy buen extremo derecho, ya que era rápi-

Quiero ser jugador de fútbol 77


do y tenía buen dominio de pelota. Sus características físi-
cas eran completamente diferentes a aquellas con las que
luego terminó su carrera. Terminó siendo un jugador más
alto, pesado, sin tanta velocidad como en sus inicios. Si
hubiera insistido en ser delantero, seguramente no hubiera
tenido la carrera que tuvo. ¿Cómo pasó al medio? Al final
de los ochenta, cuando llegó al San Pablo desde el Botafogo
de Ribeirão Preto, lo empezaron a ubicar de centrodelan-
tero, ya que era alto y con buen dominio de pelota. Sin
embargo, Raí no se sentía cómodo, no hacía goles y se
hallaba como perdido. Comenzó a insistirle a su entrena-
dor para jugar en el medio, pero el técnico insistía con que
la mejor posición para él era de cabeza de área. Un buen
día Raí jugó en el medio, improvisado, y jugó un partido
espectacular. Acabó convenciendo no sólo a su entrena-
dor sino a todos los demás.
Para encontrar la posición ideal en el campo es impor-
tante analizar nuestras capacidades, conocer nuestras limi-
taciones, nuestras características físicas (ver Característi-
cas de cada posición en pp. 75-76) conversar con el entre-
nador. Es muy importante sentirse cómodo en la posición
elegida, aunque no sea la que nosotros pensamos en un pri-
mer momento.
Tú puedes parecer perfecto para jugar en determinado
puesto, pero no gustarte o no adaptarte. Puedes tener tama-
ño para ser zaguero y morirte de ganas de jugar en el
mediocampo. Puedes ser un centrodelantero bastante bue-
no, pero encantarte jugar de arquero. ¿Cómo reaccionar ante
eso? De dos maneras:
n
Puedes insistir en jugar en tu posición favorita, pero pre-
párate para mejorar mucho y llegar a jugar muy bien.
n
Puedes aceptar una sugerencia, con fundamentos, de
jugar en determinada posición y esforzarte para adap-
tarte. En una de esas, igual que en los casos citados

78 Eduardo Raymondo
Quiero ser jugador de fútbol 79
anteriormente, acabas teniendo éxito en una posición
en la que no imaginaste jugar.
Algunos futbolistas intentan actuar en determinadas po-
siciones pensando en cosas prácticas: por ejemplo, en la
falta de buenos laterales. El lateral derecho brasileño
Gabriel, hijo del ex lateral izquierdo e ídolo del Corinthians
Wladimir, fue aconsejado por el padre para jugar en esa
posición. Wladimir se dio cuenta de que cuando Cafú se
retirara, dejaría el lateral derecho vacante y no había gran-
des jugadores asomando en el horizonte. Aunque Gabriel
prefería ser mediocampista (y tenía talento para eso) acep-
tó con buena voluntad el consejo de su padre, brilló en el
Fluminense y fue convocado a la selección de Brasil.
Por último: ¿Vale la pena jugar en una posición que no
es la que más me gusta? Si consigues jugar bien, vale. Si no,
por supuesto que no. Como todo en la vida, es preciso tener
sentido común y darse maña, como nos cuenta Raí:
En los años sesenta, la técnica era lo más importante, era el
fútbol arte, el de los virtuosos del balón. En los setenta, la
técnica todavía ocupaba un lugar destacado, pero ya las
evoluciones tácticas comenzaban a tallar. Los años ochen-
ta marcaron el inicio de la evolución física, la transforma-
ción del futbolista en un atleta. Hoy en día, el jugador que
se sabe adaptar a diversos sistemas tácticos, que es versátil,
lleva ventaja sobre el resto. Es importante destacar que el
sistema táctico puede cambiar dentro de un partido y es
muy valioso un jugador que inmediatamente pueda cam-
biar de posición y sepa recostarse a la línea de fondo cuando
el equipo va ganando, o sepa desengancharse y transfor-
marse en un delantero más cuando debe buscarse el gol,
aquel jugador que sea aplicado en las coberturas y rele-
vos… (Para ser jogador de futebol, ob. cit.)
Reafirmando este concepto de polifuncionalidad,
Tabárez expresa:

80 Eduardo Raymondo
Sucede que ahora se exige un componente físico para que
los jugadores puedan ser polifuncionales. No es concebi-
ble en los equipos de elite del fútbol moderno un delante-
ro que no trabaje en defensa o un defensa que no apoye
al equipo en ataque, aunque sea para mantener un equi-
librio defensivo por si el equipo pierde la pelota… Tam-
poco se pretende un jugador que juege en todos los pues-
tos, porque nunca conocí a ese jugador ni creo que exis-
ta, sino el que le cae bien una zona del campo de juego,
por la derecha, por la izquierda, más adelante, más atrás,
y que a partir de esa posición pueda desarrollar funciones
de ataque y de defensa que le sirvan al colectivo. Obvia-
mente, si es un delantero de punta, se tendrá que desequi-
librar un poco hacia sus funciones de ataque, pero eso no
lo obliga a quedarse sentado esperando que venga el res-
to del equipo a traerle la pelota… (Oscar W. Tabárez. En
Vadenuevo.com.uy)
El fútbol ha evolucionado mucho y, en la actualidad, no
se ven en la alta competencia aquellos volantes lentos y
talentosos de otros tiempos. Ahora si un jugador lento qui-
siera parar la pelota y darse vuelta a observar el panorama,
le roban la pelota en el acto. Todos los jugadores tienen que
tener dinámica. Hasta los típicos zagueros lentos y pesados
han quedado pasados de moda. En la alta competencia, los
defensas son elegidos altos y rápidos. El jugador completo,
además de ser dinámico, debe saber sacarse a un rival de
encima, saber resolver en espacios reducidos, pegarle
aceptablemente con las dos piernas, saber pasar en largo y
en corto, saber rematar al arco de media distancia en forma
correcta, y todos los jugadores deben marcar. Hasta los
delanteros talentosos colaboran en la marcación corriendo
y exigiendo a los rivales para “entregarles las marcas” a
sus compañeros del mediocampo. A continuación veremos
el punto de vista de varios referentes del fútbol, opinando
sobre las exigencias del fútbol moderno en cuanto a carac-
terísticas individuales y colectivas.

Quiero ser jugador de fútbol 81


Siempre jugué a un toque, pero en Italia jugaban más rápi-
do todavía, porque en Italia eran más rápidos que acá. Vos
te ponés a pensar por qué el fútbol sudamericano no está al
nivel de Europa y es porque acá todavía no se juega rápido,
no se juega dinámico y hoy el que no es dinámico, el que
no es rápido, no puede jugar… (Carlos Aguilera, ex jugador
de Peñarol, Génova, Torino, y selección uruguaya en los
Mundiales de México 86 e Italia 90. En Tenfieldigital.com.uy)

Ahora el entrenamiento es cada vez más específico e indi-


vidual, pero el fútbol tácticamente es cada vez más colec-
tivo. Los únicos puestos específicos que quedan son el
golero y el 9. Los demás tienen que adaptarse a todos los
puestos y correr permanentemente, rotar, ir por izquierda
tanto como por derecha; los puntas de ahora tienen que
tener ambos perfiles, los volantes tienen que tener ida y
vuelta y tienen que manejar las dos áreas, ya no hay más
defensivo u ofensivo, tienen que cumplir las dos funcio-
nes. El único jugador de cancha específico que queda, es
el 9… (Daniel Carreño. En Tenfieldigital.com.uy)

82 Eduardo Raymondo
Foto: Guillermo Bohm.
6
Fundamentos

Como en cualquier tarea, para hacerla correctamente, es


necesario saber bien cómo realizarla. Si eres arquitecto de-
bes saber dibujar bien, si eres cocinero debes saber qué
ingredientes utilizar en cada comida, condimentos, etcéte-
ra. En el fútbol es imperioso conocer lo básico, cómo domi-
nar la pelota, pararla, darle la fuerza necesaria en cada
pase, remate, cabeceo, y aprender a hacerla llegar a don-
de quieres. Los fundamentos son las habilidades técnicas
para una actividad. Estas habilidades comprenden una par-
te innata, o sea que vienen con la persona desde su naci-
miento; la otra es adquirida posteriormente por medio del
entrenamiento.

La velocidad en el fútbol

Un rasgo distintivo del fútbol en estos tiempos es la velo-


cidad. No se concibe un equipo que no sea veloz, pero no
sólo la velocidad de desplazamiento, debe haber velocidad
de ejecución, lo que tiene que ver mucho con la técnica.

85
Debido al desarrollo de la educación física, la técnica
y la táctica del fútbol, y a que las reglas han sido práctica-
mente las mismas desde la creación del fútbol, hoy en día
hay menos tiempo y espacio para resolver qué hacer con la
pelota, por lo cual todo debe hacerse rápidamente.
… Los fundamentos en un partido de fútbol de elite se
tienen que desarrollar en velocidad y es muy importante
centrar el objetivo del fútbol de elite en la velocidad. Hay
muy poco espacio para hacer llegar la pelota a los compa-
ñeros. El pasarse la pelota de forma rápida es un rasgo de
distinción del fútbol actual… (Oscar W. Tabárez, confe-
rencia de prensa en el Museo del Fútbol, 30 de setiembre
de 2005)
Hoy en día el fútbol es sumamente táctico. En Mundia-
les de hace varias décadas, se veían grandes jugadas con
muchos toques cerca y dentro del área; eso hoy ya no se ve
más, así como tampoco las grandes goleadas, ya que a
medida que el fútbol se vuelve más competitivo y se alcan-
za un nivel más alto, todo se empareja.
No sólo la velocidad de desplazamiento, que está vincula-
da esencialmente a lo físico, es importante en el fútbol;
también existe la velocidad de ejecución en el aspecto de-
portivo que está vinculada a lo técnico y hay una veloci-
dad de decisión de la jugada correcta para resolver deter-
minada situación que está vinculada a lo táctico… (Ídem)

Habilidad: técnica y táctica

Elegir qué hacer en el momento adecuado es algo tác-


tico y se debe tener buena técnica para hacerlo con preci-
sión. Lo que determina la habilidad de un futbolista es la
capacidad de decidir y ejecutar correctamente una jugada.
Técnica es todo lo relativo al control de la pelota. Los
jugadores que poseen mayor dominio de la táctica son aque-

86 Eduardo Raymondo
llos que ven antes que los demás cuál es la jugada, y eso
también es rapidez, más allá de que no corran tan veloz-
mente como otros. Eso se logra luego de muchos partidos
jugados. De todas las soluciones que le pueden venir a la
mente de acuerdo a su experiencia deportiva, el buen fut-
bolista es el que elige la más acertada, si además de eso lo
hace con una muy buena técnica, entonces se convierte en
un gran jugador de fútbol.
…En el fútbol hay que trabajar para que se mejore física-
mente pero también hay que trabajar para que se mejore
técnicamente, y eso hay que hacerlo desde la niñez, por-
que las destrezas se adquieren desde las edades más tem-
pranas, cuando todavía es tiempo de corregirlas o afirmar-
las. Por eso hay que trabajar con niños y con jóvenes…
(Ídem)

El pase

El jugador moderno debe jugar a un toque, que le llegue


la pelota de cualquier manera y que con un toque pueda
corregir su trayectoria y mandarla en la dirección correcta.
Un buen pase debe tener tres componentes: que la pelota
vaya a donde uno quiera, que vaya con la fuerza necesaria
—porque a veces es necesario patearla fuerte y otras más
lentamente— y que sea ejecutado en el momento preciso.

Formación del futbolista

Hoy en día, América del Sur es exportadora de jugado-


res, y los buenos jugadores se van a los 18 o 20 años. Ya no
se pueden disfrutar a los grandes jugadores en las ligas lo-
cales, porque todos se van a Europa fundamentalmente. Mu-
chas veces, los chicos que juegan bien se saltean etapas de

Quiero ser jugador de fútbol 87


su formación, porque los ascienden desde la quinta o cuar-
ta división de formativas a la primera división; por eso se
debe aprender a trabajar mejor con los jóvenes. Antes apren-
dían por imitación, ya que en cada barrio había un buen
jugador, alguien que jugara en primera, algún referente, y
los niños aprendían viéndolo. Ahora estamos obligados a
formar nuestros jóvenes jugadores a través de procesos sis-
tematizados, y no sólo debe contarse con divisiones forma-
tivas, sino debe conformarse un proceso de educación inte-
gral, que abarque varios aspectos, más allá de la parte téc-
nico-táctica.

El dominio de los fundamentos

La técnica se aprende a nivel de sensaciones. Se puede


explicar a través de ejercicios, pero la técnica se siente
más que se comprende. El lenguaje futbolístico está lleno
de expresiones vinculadas a gestos del fútbol que tienen
que ver más con sensaciones: jugarla, dormirla, matarla,
etcétera. Todas son expresiones que tienen que ver con
sensaciones. El niño o el joven que está aprendiendo un
gesto lo va sistematizando cuando va sintiendo, mejor di-
cho, cuando va identificando la sensación que incorpora
cuando hace el gesto correcto. (Ídem)
La preadolescencia y la adolescencia son las etapas en
las cuales deben aprenderse los fundamentos por repetición.
Todo se practica, los zagueros y centrodelanteros pasan
horas mejorando el cabezazo antes o después de los entre-
namientos. Se aprende a parar el balón, a mejorar el dribbling
o regate, usando conos, palos o cualquier cosa que puedas
esquivar con la pelota en tus pies. Pegarle de sobrepique,
de bolea, de chilena; todo se aprende y todo se practica.
Aprender a pegarle bien con las dos piernas y el tiro al arco
son habilidades que los buenos jugadores construyen como

88 Eduardo Raymondo
una sólida pared, ladrillo por ladrillo, haciendo horas ex-
tras. Veremos algunos ejemplos:
… Primero fue la de trapo que hacía mi madre y picaba de
lo lindo. Después una de goma que valía veinticinco cen-
tésimos, bien dura, vivísima. Si dominabas esa, cuando en
las prácticas te daban la de cuero la hacías como a un
globo. Yo miraba mucho. Después copiaba. Una vez vino
al estadio un exhibicionista francés que con la punta del
zapato dominaba una pelota chiquita, ponía el pie verti-
cal, con los dedos hacia arriba y le pegaba con la punta de
la suela todas las veces que quería. En el barrio nos dio por
imitarlo. Otra vez, jugando en el campeonato de cuarta,
vi a un botija de Nacional hacer un ‘trole’; lo miré bien y
desde entonces me quedé a ensayarlo después de las prác-
ticas; cuando el entrenador tocaba el pito y se iba, yo me
quedaba en la cancha pegándole con las dos piernas, repi-
tiendo jugadas, perfeccionando siempre la técnica. Hace
años fui supervisor en las inferiores de Huracán Buceo y
cuando el entrenador tocaba el pito para terminar la prác-
tica, se iban todos, la cancha quedaba vacía. Me acuerdo
de que en un partido en el estadio contra los peruanos, me
encontré encerrado entre los zagueros Heredia y Delgado,
entonces hice el ‘trole’ aquel que le había visto al pibe de
Nacional y quedaron los dos pagando. Yo hice muchos
goles de chilena. La chilena es infalible, si la hacés bien es
gol, porque el arquero no la puede prever. Hice algunos
de taco dejándola pasar por sobre la cabeza, recuerdo uno
contra Defensor, y tiraba caños y jugadas que te hacían
escuchar el clamor del estadio. Porque lo practicaba todo
eso. Yo creo que el futbolista tiene que ser ambidiestro y
dominar completamente la técnica. Porque la jugada es
un instante y vos nunca sabés si te va a salvar una bolea o
un tiro de sobrepique y tenés que saber hacerlos… (Oscar
Omar Míguez, ex jugador de Peñarol, Campeón del Mun-
do con Uruguay en 1950. En Tenfieldigital.com.uy)
El primer regalo que recibió de su padre el astro espa-
ñol David Villa fue un balón de fútbol. Desde entonces, no

Quiero ser jugador de fútbol 89


se separó del balón. Ni siquiera dejó de jugar tras partirse el
fémur de la pierna derecha a los cuatro años. El padre de
Villa pensó que si su hijo no podía patear con la derecha,
hasta que se recuperara podía practicar con la zurda. Gra-
cias a esto Villa ha desarrollado un disparo letal con ambas
piernas.
Algo fundamental en mi aprendizaje como futbolista fue
un muro que había en mi casa. Todas las tardes quedaba
con mi padre para golpear la pelota. Mi padre me decía
que era el mejor entrenamiento y que si quería ser un buen
jugador debía pegarle con las dos piernas. Me decía que el
frontón es un amigo que nunca miente: si se la das bien, te
la devuelve bien, y si se la das mal, te la devuelve de igual
forma. Pasaba horas y horas golpeando al muro con la
pierna izquierda y con la derecha… (Diego Forlán, U-ru-
gua-yo, ob. cit.)
Repetición, repetición, repetición: La base del aprendi-
zaje de los fundamentos es repetir el remate y el pase en
base a la secuencia prueba-error. Esto es aplicable en todo,
pero ahora veamos los ejemplos de pase, tiros libres y re-
mate. Para el pase lo fundamental es el frontón; aunque
parezca demasiado simple o aburrido, es sumamente efi-
caz para el desarrollo del dominio de los perfiles para el
pase y el remate. Se elige una pared cualquiera y se patea
contra ella, de derecha y de zurda, ahí se aprende a poner
el cuerpo y como se le debe pegar a la pelota para que la
pared te la devuelva bien. Se le pueden hacer variantes,
modificando la distancia a la pared, la potencia del remate,
e inclusive luego de dominar bastante la técnica, se puede
patear a la pared suavemente, desde no muy lejos, y no
dejar que la pelota toque el piso luego de rebotar en la pa-
red. En cuanto al tiro libre y el remate; los grandes tiradores
suelen quedarse de una a dos horas luego de los entrena-
mientos a practicar remates de pelota quieta y la definición
con pelota en movimiento.

90 Eduardo Raymondo
…Yo soy un convencido de que el jugador tiene que prac-
ticar permanentemente para perfeccionar el tiro. Muchos
jugadores de hoy creen que pateando diez veces ya apren-
dieron; pero hay que hacerlo mil veces, todos los días,
durante veinte años… (Antonio Alzamendi, programa Ha-
blemos de fútbol, abril de 2004)
Uno de los jugadores con mejores condiciones técni-
cas del futbol uruguayo de los últimos tiempos ha sido
Horacio Peralta, quien ha manifestado:
…Yo tuve la suerte de tener a un muy buen entrenador en
el baby fútbol, que nos exigía que usáramos las dos pier-
nas para rematar y pasar la pelota. Luego, cuando ingresé
a las inferiores de Danubio, continué practicando esos fun-
damentos.
Peralta usa indistintamente ambas piernas, lo que lo
hace bastante impredecible en sus movimientos y suma-
mente difícil de controlar por los marcadores rivales.
El ex jugador estrella del San Pablo y la selección bra-
sileña, Raí, hermano de Sócrates y campeón de la Copa
Libertadores de América, tenía un formidable remate tanto
con pelota quieta como en movimiento. Pasaba muchas
horas entrenando tiros de todos lados, aun cuando era un
jugador consagrado. Él asegura, a quien quiera oírlo, que
por más facilidad que se tenga, esas cosas requieren de un
perfeccionamiento.
Asegura también que, aunque siempre le pegó bastante
bien de media distancia, hubiese hecho muchos menos go-
les de no haber pulido sus condiciones naturales.
Si tienes un talento, significa que siempre realizarás ese
movimiento de una forma ágil y armoniosa, pero no signi-
fica que vas a hacer un gol siempre; el promedio alto de
aciertos solamente se consigue con la repetición.
¿Acaso alguien cree que Rogério Ceni siempre pateó bien
los tiros libres? Rogério pasó horas entrenando ese fun-
damento.

Quiero ser jugador de fútbol 91


Müller (Luís Antônio Corrêa da Costa), jugador del San
Pablo de 1992, era diestro, pateaba muy mal con la pierna
izquierda. Se dio cuenta de que cuando atacaba por la
punta derecha y enganchaba, le quedaba el ángulo ideal
para levantar el centro con la izquierda. Por eso, para ser
un jugador más completo, él debía aprender a centrar de
pierna izquierda. De tanto entrenar, acabó siendo el juga-
dor que levantaba mejor los centros con la pierna izquier-
da en Brasil. Müller acabó colocando la pelota donde que-
ría con la que era su pierna inhábil. (Para ser jogador de
futebol, ob. cit.)
Según las expresiones de un zaguero histórico del fúltbol
uruguayo:
… El jugador tiene que sacrificarse, entrenarse bien, y des-
pués quedarse a sacarse un defecto, algo que no le sale. A
mí ‘el Manco’ Castro, después de que terminábamos me
hacía quedar en un frontón a pegarle de zurda a una pe-
lotita de tenis hasta que le sacara los cuatro chanfles…
(Jorge Manicera, ex jugador de Nacional, Flamengo y se-
lecciones uruguayas de la década de los sesenta. En
Tenfieldigital.com.uy)
Ruben Sosa, un uruguayo que triunfa mundialmente, nos
contó en una entrevista que nos concedió:
… Yo cuando era chico tenía un muro en casa, y ahí dibu-
jé un arco, y en el arco dibujé cuadraditos con números.
Entonces empezaba; le pegaba al cuadradito uno, después
al dos, al tres, y así… algo parecido al reloj en el basquetbol.
Después en Danubio me llevaba 10 pelotas a la mitad de
la cancha y trataba de pegarle al palo. Al principio de 10
le pegaba una, después de 10 le pegaba dos, después tres…
(Ruben Sosa)

Héctor Núñez, ex jugador de Nacional, Valencia, Mallor-


ca y la selección uruguaya, ex director de la selección Uru-
guaya, afirma:

92 Eduardo Raymondo
… Cuando muchachos, íbamos a una cancha de pelota de
mano, de frontón vasco, y nos poníamos a jugar a la pelo-
ta de mano y terminábamos jugando con el pie, hacíamos
tiros a la distancia. Hoy hay algunos equipos en Europa
que tienen en el vestuario un frontón, fundamentalmente
para los arqueros, porque es fenomenal, agarran un senti-
do de la distancia extraordinario, conocen bien los piques
de la pelota y están vivos para el juego. Nosotros en aque-
llos veranos jugábamos al frontón con el pie y con pelota
de tenis. Yo en aquel entonces no me daba cuenta, pero
estaba dos o tres horas jugando al frontón con el pie y
tener una pelota de tenis con el pie es un poco complica-
do, y más quererla meter por arriba de una banda de lata.
Uno lo piensa ahora cuando está entrenando y quiere
mejorar en el jugador algún aspecto y me hacen reír, me
hacen enojar. Porque aquí muchas veces se dice: “pero
cómo puede ser que este jugador esté en este club y no le
den fundamentos”. Eso son mentiras, de las muchas que se
emiten en este fútbol desgraciadamente. Los fundamentos
para ir a cualquier club los tienes que tener tú. Si tú no
sabes controlar, si no sabes pegar, si no sabes cabecear, si
no sabes calcular el salto, no podés jugar al fútbol. Eso no
te lo enseñan en el club, eso lo tienes que llevar contigo.
Te pueden ayudar a mejorarlo. Pero eso tiene que ser tuyo
de cuando eras niño, de cuando tienes ansiedad por apren-
der… (Tenfieldigital.com.uy)
Julio César Morales, ex jugador de Nacional de Monte-
video y Austria de Viena, ganador de las Copas Libertadores
de 1971 y 1980 con Nacional y mundialista con Uruguay
en México 70 afirma:
… El primer año (que trabajaba con jugadores juveniles)
alquilamos un gimnasio con frontón en la calle Fernández
Crespo. Elegía de a cuatro jugadores de la quinta y me los
llevaba en el auto al frontón. Me pasé trayendo y llevando
chiquilines al frontón. Los mataba. Practicamos todos los
golpes, con cara externa, con cara interna, tres dedos, em-
peine, los cuatro chanfles, una y otra pierna. Fuimos corri-

Quiero ser jugador de fútbol 93


giendo el golpe hasta lograr precisión y luego repitiéndolo
hasta lograr automatismo. Después, en la cancha adapta-
mos ese trabajo a la dinámica, la creatividad y la explo-
sión del juego. Después los agarra Gesto, que les saca
músculos hasta en las orejas, y tendremos que llevar esa
precisión y automatismo a la intensidad y el volumen de
un entrenamiento físico de primera división. Y todavía
después tendrán que seguir depurándose técnicamente si
quieren ser protagonistas en el fútbol del mundo. Acá los
estamos aprontando para cosas importantes […] El exa-
men de frontón era así: de lejos, uno y otro empeine, pe-
gando debajo de la chapa y mantenerla veinte golpes sin
que pique. Tácate-tácate-tac […] Se trata de descubrir las
potencias que ellos tienen ocultas. Yo les doy un espejo
para que se miren y se encuentren a sí mismos. Porque el
frontón te la devuelve como vos se la das. Después ese
chico, cuando va a la cancha, sabe que al compañero se la
tiene que dar bien si quiere recibirla de la misma forma y
entonces puede jugar al toque […] Todo se puede lograr,
pegar de sobrepique, pegar de volea. El tema es que los
chicos están conociendo la técnica. Saben que tienen una
mano derecha con sensibilidad y de a poco descubren la
izquierda. ¿Y por qué no pueden tener un pie izquierdo
con tanta sensibilidad como el derecho, por ejemplo? Es
todo un proceso de aprendizaje, para que puedan, por
ejemplo, salir por cualquiera de los dos perfiles. No es tan
sencillo como tirar semillas y que broten fenómenos…
(Tenfieldigital.com.uy)

… A mí ningún técnico me enseñó fundamentos, excep-


tuando al profe [José Ricardo] De León, que me tuvo mu-
chísimo tiempo trabajando perfiles y visión periférica. Tra-
bajaba específicamente conmigo, después de cada entre-
namiento, durante seis meses. Me tiraba la pelota de atrás,
desde la mitad de la cancha, sin que yo la mirara de frente
—la veía de costado— y me hacía picar y pegarle antes de
llegar al área. Me tiraba unas de la derecha y otras de la
izquierda, porque el 9 tiene que estar siempre contrario a

94 Eduardo Raymondo
la pelota; si la pelota va por la derecha, vos tenés que
estar por la izquierda; si va por la izquierda, tenés que
estar por la derecha, y siempre con el perfil preparado,
tenés que orientarte, viéndola de costado. Después nin-
gún técnico me enseñó nada de fundamentos. Ya lo traía.
Te diría que era innato en mí, porque yo jugaba de 9 o en
el medio campo o de zaguero y no extrañaba para nada,
aunque de 9 vos jugás por lo general de espaldas al arco
rival, exactamente al revés que de zaguero. Ahora hay
que enseñarle al jugador. Entrenar mucho. Porque tam-
poco era una cosa que te salía sola. Fui aprendiendo solo,
pero porque entrenaba a la par de todos y después nos
quedábamos con Carrasco y un arquero a practicar tiros
libres y penales, por ejemplo. Yo tiraba los penales en
Nacional y nunca erré un penal. Porque después de los
entrenamientos pateaba cincuenta pelotas a un palo y cin-
cuenta al otro, trabajaba perfil, trabajaba la posición del
cuerpo, en fin […] El día que yo sea director técnico, lo
primero que voy a hacer es explicarle las cosas de cada
puesto a cada jugador. Menos las del arquero que no las
sé, porque es la única función que no desempeñé como
jugador profesional. Pero voy a trabajar con un entrena-
dor específico de arqueros. Yo pienso que es una ventaja
muy importante, pero te estoy hablando de algo muy sen-
cillo, explicar y enseñar lo que hay que hacer, porque el
fútbol es muy sencillo; hoy por hoy lo estamos compli-
cando nosotros. Queremos hacer cosas difíciles y yo pienso
que cuanto más sencillo sea, el fútbol es mejor para crear
sorpresa, que es lo importante, la sorpresa, que el jugador
que recibe la pelota tenga dos o tres opciones de pase a
compañeros desmarcados, que piquen al vacío. Por eso
es más importante el jugador que juega sin pelota que el
que está con la pelota. Para que el que está con la pelota
sepa lo que hacer, el que está sin pelota tiene que picar,
arrastrar marcas, crear espacios. (Alfredo de los Santos, ex
jugador de Nacional, River Plate y selección uruguaya.
En Tenfieldigital.com.uy)

Quiero ser jugador de fútbol 95


El buen jugador

… Para mí el rasgo distintivo del buen jugador sigue sien-


do la toma de decisiones. El buen jugador es el que toma
la decisión táctica correcta para el problema que se le pre-
senta en la cancha, y la ejecuta acertadamente. El jugador
que está frente al arquero y tiene un compañero solo pero
patea al arco, no tomó la mejor decisión. Entonces a uno
lo hace dudar de que sea un buen jugador. El que resuelve
la situación bien —más allá de que después el compañero
le pegue con el arco libre y la tire afuera— es bueno, y eso
es válido para el fútbol de todos los tiempos […] Es impor-
tante que el jugador no tenga lapsus, que no se “vaya” del
partido. Si, además, desde el punto de vista físico tiene un
gran compromiso de superación, ya es completo… Hay
que persistir y evolucionar, cada vez el producto debe ser
mejor, con un futbolista que juegue bien, que comprenda
su juego, al que se lo ayude a mejorar su técnica, que evo-
lucione desde el punto de vista de su morfología y su fisio-
logía, pero también que tenga acceso a la educación, que
tenga acceso al universo cultural, que sepa hablar… (Oscar
W. Tabárez. En Vadenuevo.com.uy)
Diego Forlán nos cuenta que en su tiempo libre, escoge
una pelota de cualquier tamaño; una de tenis, una media-
na, una normal, y patea contra una pared. Lo hace como
una rutina, para mantener sus fundamentos y mejorarlos,
igual que los felinos en sus ratos libres tensionan sus múscu-
los para mantenerlos fuertes. Además de eso nos da valiosí-
simos consejos técnicos para los delanteros:
… Morena (Fernando, uno de los máximos goleadores de
la historia del fútbol uruguayo) es muy amigo de mi padre,
del mismo barrio. Me conoce desde que era chico. Y sus
consejos me llegaron hondo. Me decía que cuando se ha-
cía resistencia en los entrenamientos no se preocupaba
demasiado. Eso sí, a la hora de hacer piques era el prime-
ro. Era consciente de que después eso le serviría para defi-

96 Eduardo Raymondo
nir. Lo importante es ejecutar, pensar en milésimas de se-
gundo. Si tardas más, si no tienes mecanizada la jugada,
no metés el gol. Todo lo que me decía lo hacía mío, y
puedo asegurar que tenía razón en todo […] Muchas ve-
ces me preguntan cuál es la mecánica del tiro. Cómo te
preparas mentalmente para patear. Justo en el momento
anterior a pegarle a la pelota procesás todas las opciones.
Siempre me ha gustado estudiar al arquero rival y pensás
en décimas de segundo, si es mejor pegar para arriba o,
por el contrario, si es un guardameta alto que tiene pro-
blemas por abajo. Te preguntás si debes tocar, pegarle fuer-
te, driblear o pararla, qué altura tomará la pelota. Y de-
pendiendo de cómo pique, y el control que realizás, optás
por una solución u otra. La posición de los compañeros, la
de los defensas, si sale o no el arquero, intentas recordar
cómo se mueve el guardameta en el uno contra uno, si
sale bien o prefiere quedarse debajo de los palos. Pero lo
importante es no dudar; la decisión que tomes debés ha-
cerla tuya, pase lo que pase, porque si dudás ejecutarás
mal. Pero para llegar aquí lo más importante es la técnica
individual, y eso sólo se consigue practicando y trabajan-
do. Cuando estoy solo con la pelota me dedico a realizar
muchos controles (dominio en el aire) porque es una de
las acciones más importantes para un delantero; si
acomodás bien la pelota, tenés medio gol en el bolsillo.
Delante de la pared le pego con la pierna izquierda, con
la derecha, juego a que rebote en la pared, pique en el
suelo una vez y golpeo de nuevo, hago controles en el
aire, cualquier cosa que mejore la técnica individual. Yo
mismo me pongo alguna regla, cada día una diferente, y
me divierto un rato. Depende de los días, pero puedo estar
una hora sin problemas. En los tiros penales me sucede lo
mismo; antes de patear, tomo la decisión y ya no miro al
arquero. Lo único que tengo presente es que me gusta cam-
biar el lado al que tiro. Y si los porteros estudian a los
delanteros antes de ejecutar la pena máxima, está claro
que los delanteros hacen lo mismo con ellos. Pero eso sí; a
la hora de la verdad lo que cuenta es la cabeza. Si lográs

Quiero ser jugador de fútbol 97


mantener las pulsaciones, tenés mucho ganado. Como
prácticamente todo en la vida, la mentalidad es impres-
cindible. Siempre recuerdo a un amigo tenista que me dice
que entre los primeros cincuenta de la lista de ATP [Aso-
ciación de Tenistas Profesionales], no hay muchas diferen-
cias; unos pegan mejor con la derecha, otros de revés, a
algunos se les dan mejor las subidas a la red y a otros pegar
desde la línea de fondo. Pero lo que realmente diferencia
a los mejores, del resto, es la personalidad, el carácter, el
no rendirse nunca; tener mentalidad de ganador cuando
las cosas se complican. Por eso Rafa Nadal y Roger Federer
son los mejores; porque además de serlo, son mentalmen-
te poderosos. Al español, si físicamente está bien, no le
ganás en una cancha ni atropellándolo. Y lo mismo pasa
con Federer. La final de Wimbledon de 2008 en la que
venció Nadal en cinco sets fue uno de los mejores partidos
de la historia. Fue un partido impresionante que finalizó
6-4, 6-4, 6-7(5), 6-7(8) y 9-7. Y eso que se suspendió por
la lluvia varias veces. Fueron horas y horas esperando, man-
teniendo la concentración y la fe en uno mismo, teniendo
adelante, nada menos que a uno de los mejores tenistas de
la historia. Leí sobre el tenista español una curiosa forma
de encarar los puntos; cuando falla un punto retiene en su
memoria las causas, ejecuta como debería haberlo hecho
y automáticamente elimina la sensación de haber fallado.
Desecha el sinsabor del error. Cuando anota o realiza una
buena jugada, la refresca repitiéndola una y otra vez en la
cabeza, consiguiendo darse fuerza a sí mismo. Y mal no le
va, todo sea dicho, porque estamos hablando de uno de
los grandes del tenis mundial… (Diego Forlán , U-ru-gua-
yo, ob. cit.)

98 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
7
Sugerencias de los que saben

Hay varios temas que rodean al fútbol que, aunque no se


traten específicamente de la pelota rodando en el campo
de juego, son igualmente importantísimos y es conveniente
prestarles atención si se aspira a tener éxito en este depor-
te. Personas muy autorizadas para opinar sobre estos temas
nos han vertido sus puntos de vista y aportado valiosos con-
sejos sobre ellos.

Escuelas de fútbol

En el momento de elegir una escuela de fútbol, es im-


portante ver si la forma de trabajar de esa escuela coincide
con los objetivos que el padre tiene para con sus hijos.
La ex estrella internacional Ruben Sosa, quien actual-
mente trabaja en la formación técnica de niños nos expresó:
… Creo que los padres deberían tener en cuenta que te
trabajen al niño en técnica, no en correr. Las escuelitas de
fútbol deberían ser todo técnica y luego hacer campito
para practicar lo aprendido. Los niños de 5 años, por ejem-

101
plo necesitan pelota, divertirse. Yo veo niños de 8 años
que los hacen dar 5 vueltas a la cancha; cuando terminan
¡están cansados! Hay que darles ejercicios con la pelota,
que se diviertan; dales ejercicios de tirar al arco, que em-
piecen a hacer enganches con derecha, izquierda, que
aprendan a parar la pelota. ¿El niño qué quiere? Jugar al
fútbol… ¿Qué es jugar al fútbol? La pelota… Dale pelota y
que se divierta mientras aprende… (Ruben Sosa)

Cómo llegar a las formativas de los clubes

Actualmente, en todo el mundo, en todas las ligas, hay


ojeadores de distintos clubes observando a los jóvenes va-
lores. Es casi imposible que, si tienes condiciones, no seas
solicitado por un club. Los equipos importantes se basan en
cónsules u ojeadores en diferentes lugares para surtir sus
divisionales formativas. Los jugadores llegan por referencia
o recomendación de alguien. También están las prácticas
de aspirantes, aunque es muy difícil quedar, ya que debes
destacarte mucho ese día para sobresalir entre un número
grande de jugadores. En unos minutos de fútbol es difícil ver
a un jugador, a veces no te pasan la pelota y los nervios
pueden jugarte una mala pasada. Suelen ser muy injustas.
Si quieres intentarlo puedes, pero no te desanimes si no que-
das y sigue intentándolo.

A los del interior:


cuándo dar el salto a la capital

En este tema, consideramos que era bueno consultar a


una persona que está permanentemente en contacto con
jóvenes que, con un montón de sueños, llegan desde distin-
tos puntos del país a trabajar a la capital.

102 Eduardo Raymondo


… La mejor edad para pegar el salto del interior a la capital
son los 13 o 14 años, la edad del “desarraigo”, aunque no es
fácil para el chico, ya que se le saca de su entorno. Viene a
una ciudad grande, muchas veces desconocida para el chi-
co, lo que implica un contraste bastante grande… (Roberto
Roo, coordinador de las Divisiones Formativas de Nacional)
A pesar de que las jóvenes promesas son procuradas
desde muy pequeños, no es conveniente moverse a edades
muy tempranas. El futbolista brasileño Diego (Diego Ribas
Da Cunha), campeón de Brasil con el Santos y jugador de
la selección, fue invitado a los 10 años a jugar en las infe-
riores del San Pablo, el club del cual era simpatizante. Lle-
gó a los alojamientos del club, y luego de un tiempo no se
adaptó. La ciudad era inmensa, el estadio también, y las
personas no eran muy amables con aquel niño rubio y tími-
do que pateaba la pelota con talento. Huyó de la enorme
urbe, volvió a su pequeña ciudad del interior del estado de
San Pablo, y un tiempo más tarde volvió a intentar suerte;
esta vez en el Santos, donde ganó todo y fue ídolo.

Los contratistas

Alberto Kesman, un referente del relato futbolístico de


Uruguay, nos expresó:
… Es importante saber la diferencia entre representante y
contratista. Los representantes, como su nombre lo indica,
son los encargados de representar al jugador y defender
sus intereses al momento de negociar sus pases, contratos,
etcétera. El contratista es la persona intermediaria en el
momento de hacer un acuerdo o negociación. Se debe ser
muy cuidadoso en el momento de elegir un representante,
puesto que va a ser quien vele por el futbolista. Es conve-
niente asesorarse bien sobre los antecedentes del candida-
to a representar al jugador… (Alberto Kesman)

Quiero ser jugador de fútbol 103


A su vez, Roberto Roo opina que:
…Uruguay esta lleno de captadores que están en busca
de jugadores cada vez más jóvenes. Tratan de captar lo
máximo posible, suponiendo, 100 chicos por año. De esa
forma, una empresa de ese tipo que comience hoy, en
dos o tres años tiene 200 o 300 jugadores, y de esos ex-
plotarán a una minoría que les dará un rédito económico.
Tratan al jugador vendiéndole espejitos a los padres, di-
ciéndoles que los van a defender, por ahí ofreciéndoles
un dinero cuando tienen 13 o 14 años, no más allá de
100 dólares mensuales, y en definitiva lo que hacen los
padres muchas veces es vender la libertad de su hijo por
una pequeña suma de dinero y al final se terminan arre-
pintiendo. Los adolescentes deberían preocuparse sola-
mente en jugar al fútbol y olvidarse de que existen los
representantes… (Roberto Roo)
Enrique Yanuzzi, conocido comentarista de radio Uni-
versal, entre otros medios, nos brindó su opinión:
…Actualmente hay una sola actividad que es la del repre-
sentante. Antes los contratistas eran los que armaban las
giras de los equipos. El representante serio tiene que estu-
diar, debe pasar por el filtro de una asociación, como pue-
de ser la uruguaya, tiene que rendir un examen y tiene que
ser ingresado al lote de representantes de FIFA para poder
tener la carta FIFA y trabajar. Tiene la obligación de aseso-
rar al jugador en el aspecto contractual con su institución,
de tratar de buscarle nuevos horizontes. Siempre en una
transferencia, cuando une a las partes, hay un porcentaje
que oscila de un 10% a un 15%. En Uruguay, han cambia-
do los roles; el representante es el dueño del jugador, el
que vende al jugador, y el que se queda con la mayor
cantidad del dinero. Eso no está permitido por FIFA ni por
la Ley. A veces usan clubes como testaferros para comprar
jugadores… (Enrique Yanuzzi)
El Dr. Jorge Da Silveira, en un paréntesis en medio de
sus actividades en la radio, nos expresó:

104 Eduardo Raymondo


… Lamentablemente, hoy proliferan las personas que quie-
ren hacer de esta actividad su medio de vida, y hay gente
que no está preparada para eso, que incluso no cumple
con los requisitos más elementales. Ya están corriendo atrás
de jugadores de 13 o 14 años, llenándoles la cabeza,
deformándoselas y diciéndoles que son unos fenómenos.
Creo que los padres deben estar muy atentos a todo esto y
asesorarse muy bien antes de otorgarle a una persona el
carácter de representante de su hijo, ya que si no eligen
bien, las decisiones que se adopten en ese momento serán
perjudiciales para el chico en el futuro. Son muy pocas las
personas que yo conozco que proceden bien y que tienen
una ambición razonable desde el punto de vista económi-
co. La mayoría de los empresarios lo que quiere es hacer
una fortuna en desmedro de los clubes y también muchas
veces de los jugadores. Además, lo que hay que procurar
por todos los medios es que el representante sea una per-
sona que antes que nada vele por el muchacho, que se
preocupe por que estudie, por conseguir lo mejor, y que
se preocupe, por ejemplo, que las transferencias sean acom-
pañadas por la preocupación del representante de que el
muchacho esté capacitado para enfrentar una nueva reali-
dad desde el punto de vista profesional. Hay muchachos
que salen de acá sin tener la menor idea ni de cómo sen-
tarse en una mesa a comer correctamente, y mucho me-
nos hablar algún idioma. Acá la mayoría de los represen-
tantes se desviven por conseguir una transferencia, y cuan-
do la consiguen y reciben el dinero se olvidan del jugador.
Es justamente en ese momento cuando más necesita el fut-
bolista de su apoyo, ya que debe adaptarse a un nuevo
medio, a una nueva exigencia, a veces a otro idioma. Por
un lado tenemos al contratista, que lo único que hace es
conseguir una transferencia, y por otro lado está esa activi-
dad que cada vez es mayor; el representante que a la vez
quiere ser contratista, que quiere no sólo tener la repre-
sentación del jugador, sino que además ser él quien haga
la transferencia, así sus ganancias son mayores. Resumien-
do, se juntan los dos roles. Cuando yo empecé en esto los

Quiero ser jugador de fútbol 105


contratistas que intervenían en una transferencia se lleva-
ban el 10% del monto de la misma. Un día llegó Casal y
dijo: “mi trabajo vale más; vale un 20%…”. Pero lo que ha
pasado en los últimos tiempos es que lamentablemente el
dinero que reciben los clubes es el 15% o el 20% del dine-
ro que pagan los clubes compradores, lo que es una bar-
baridad, y eso ha perjudicado a las instituciones y a los
futbolistas que están en las mismas, ya que no pueden co-
brar porque los clubes no pueden financiar sus presupues-
tos, en virtud de lo exiguo del porcentaje que reciben en
las transferencias. Es todo un círculo vicioso que se ha dado.
Ahora se habla de que podría aprobarse una ley que limite
y establecería que por lo menos un 51% de lo que pagan
los clubes compradores debe entrar al club vendedor. Se-
ría un freno a la voracidad de los intermediarios que han
desnaturalizado todo esto. Hay una disposición que no se
cumple, ya que los empresarios tendrían que estar regis-
trados en FIFA, y para eso entre otras cosas tienen que te-
ner garantías suficientes de cumplimientos, y se cuentan
con los dedos de una mano los que están registrados en
FIFA en este momento, la mayor parte son aventureros o
personas que no reúnen las condiciones, y que inciden
enormemente, y no de una manera positiva, tanto en la
vida del jugador como de los clubes… (Dr. Jorge Da Silveira)

106 Eduardo Raymondo


Foto: Alejandro Moreira.
8
Qué se necesita para llegar

Después de haber compartido muchas horas de reportajes,


alternados con charlas y conversaciones fuera de micrófo-
no con los protagonistas, pude reconocer algunas pautas
generales que forman parte de un patrón común entre todos
los que han llegado a destacarse en este deporte. Jugadores
y técnicos me han contado su experiencia personal y mu-
chas historias de fútbol. Los nombres varían, así como tam-
bién las fechas y los equipos, pero hay algunos puntos en
los cuales invariablemente coinciden, imprescindibles para
cualquiera que quiera llegar a tener éxito en la práctica
profesional del más popular de los deportes.

Requisitos para ser un futbolista de elite

Condiciones naturales

Requisito importante, pero no excluyente. De los que tie-


nen condiciones innatas y las explotan al máximo, surgen los
fenómenos, que de vez en cuando asombran al mundo. Si no
las tienes, las puedes suplir con trabajo y dedicación.

109
Tener un sueño

En la vida es necesario tener sueños, y nunca dejar de


soñar. Es bueno tener los pies sobre la tierra y saber las
posibilidades reales de lograr algo; pero la sana ambición
de lograr algo, ese deseo quemante de llegar a determina-
do lugar, eso que visualizás con los ojos abiertos y cerrados
son los sueños. Eso va a ser el combustible para no desistir,
para dar ese paso más cuando estés cansado. Lo que va a
llevarte a hacer lo que tengas que hacer hasta lograr tener
éxito en lo que pretendes. Ya sea relativo al fútbol o no;
nunca, pero nunca, dejes de soñar.

Compromiso

Para lograr lo que nos proponemos es necesario estar


comprometidos con ese sueño que tenemos. Comprometer-
nos a que vamos a poner lo mejor de nosotros, que vamos a
hacer todo lo necesario para lograr eso que tanto anhelamos.
… Cuando le dices a un muchacho para hacer determina-
do ejercicio y darle y darle y darle hasta dominarlo, el que
tiene pasión te lo va a hacer, y el que no…, no. El que
quiere de verdad persevera. Yo le aconsejo a los niños que
aman de verdad el fútbol, que le metan pasión, que le
metan horas, hay que meterle horas de pulir fundamen-
tos… (Ruben Sosa)

Perseverancia

Cuando tenemos un sueño y estamos comprometidos


con él debemos intentar una y otra vez hasta lograr lo que
queremos. Con seguridad encontraremos muchos obstácu-
los, pero debemos persistir y no desistir, hasta que todas las
evidencias nos demuestren lo contrario. Para ilustrar esto,
voy a permitirme contarles una historia de la vida real:

110 Eduardo Raymondo


En una pequeña escuela de Wilmington, en Carolina
del Norte (Estados Unidos), vivía un chico al que todos lla-
maban Miky. La pasión de aquel delgado y larguirucho cha-
val de 14 años era el basquetbol. Todas las tardes jugaba en
el patio de su casa o salía a practicar a la calle.
Cuando comenzó el curso escolar, Miky decidió entrar
en el equipo de basquetbol del colegio, pero no sería fácil,
ya que eran muchos los chicos que querían jugar en el equi-
po, y sólo 12 los puestos disponibles.
Durante dos semanas Miky se esforzó al máximo, com-
pitiendo con chicos mucho más corpulentos y fuertes que
él, y por fin llegó el día en que el entrenador notificó quie-
nes serían los 12 que formarían el equipo.
Miky no consiguió entrar, “eres demasiado delgado y blan-
dengue” le dijo el entrenador, “prueba al año que viene”.
Todos los que no fueron seleccionados se fueron cabiz-
bajos a sus casas y probaron en otros deportes, pero Miky
deseaba demasiado jugar en ese equipo, así que le hizo
una oferta al entrenador: “durante todo el año ayudaré al
equipo en lo que pueda, llevaré el agua y las utilerías, pero
a cambio me dejarás que entrene con ustedes, aunque no
pueda disputar ningún partido”.
El entrenador dudó un momento y luego accedió, aun-
que no entendía por qué alguien querría realizar tanto es-
fuerzo y no poder jugar los partidos.
Durante todo el año Miky entrenó con el equipo, jugan-
do con gente mucho más fuerte y rápida que él.
Al año siguiente volvió a intentar entrar en el equipo, y
esta vez lo consiguió, ya que el año anterior había mejorado
mucho. Durante esa temporada Miky fue de los mejores de su
equipo promediando más de 15 puntos por partido. Al año si-
guiente, Miky fue el mejor jugador de toda la liga de su estado,
y al siguiente fue elegido mejor jugador juvenil de todo el país.
Gracias a su buen juego, Miky obtuvo una beca para
jugar en la universidad de Carolina del Norte, donde consi-

Quiero ser jugador de fútbol 111


guió que su equipo ganase el campeonato del estado. Poco
después logró fichar por un equipo de la mejor liga del mun-
do, la NBA. Su nombre completo es… Michael Jordan.
No debes dejarte abatir fácilmente por el rechazo;
David Villa fue rechazado por el Real Oviedo, sin em-
bargo enseguida fue aceptado por el Langreo en donde
permaneció ocho años hasta que dio el salto al Sporting
de Gijón B.
Cafú, excelente lateral derecho campeón del mundo
con Brasil, referente del Milan italiano, fue rechazado por
equipos juveniles en 12 ocasiones antes de ser aceptado en
uno y comenzar una carrera muy exitosa.

Disciplina

… Cuando tenía diez años, un día le escribí a mi madre un


decálogo de las cosas necesarias para ser un gran futbolis-
ta. Dedicación, sacrificio, control de la pelota, remate con
las dos piernas y mucho trabajo eran algunas de las pautas
para lograrlo… (Diego Forlán, U-ru-gua-yo, ob. cit.)
Todas las cosas que valen la pena en la vida requieren
disciplina. Desde el trabajador común, que debe tener dis-
ciplina para concurrir todos los días a trabajar, llegar en
horario y cumplir correctamente con sus tareas para recibir
un salario, hasta el universitario, que necesita tener disci-
plina para hacerse presente en la facultad, y elaborar una
rutina diaria de estudios, a fin de salvar sus exámenes y
graduarse. En el fútbol pasa lo mismo. Una vez que llegas a
los 13 o 14 años y estás convencido de que quieres intentar
llegar a profesional, debes saber que:
n
Hay miles de jóvenes de tu edad en tu país que quieren
lo mismo que tú.
n
Debes estar dispuesto a trabajar más que ellos, a pulir
tus defectos, mejorar la técnica, y sacarles ventaja en

112 Eduardo Raymondo


horas de repeticiones; puliendo defectos cuando ellos
descansan.
n
Estudiar para asegurar tu futuro sí o sí. Debes repetar tu
horario de asistencia a clase, y las horas de estudio que
necesites para salvar tus exámenes.
Debes tener en cuenta que deberás tener menos ratos
de ocio que un adolescente común, porque tu objetivo es
fuera de lo común. Tu objetivo no es una vida ordinaria,
pues la vida de un futbolista es extraordinaria (“extra”, que
quiere decir “fuera de” o “más que”, y la otra palabra que
es “ordinaria” que quiere decir “común” o “regular”). Para
tener esos resultados extraordinarios o fuera de lo común,
debes hacer un esfuerzo extraordinario o fuera de lo co-
mún. Los otros adolescentes, además de estudiar tienen ra-
tos de ocio, ven bastante televisión, juegan videojuegos,
están muchas horas frente a la computadora, etcétera. De
ese tiempo vas a tener que sacar tú para entrenar y pulir
defectos. Mientras juegas en inferiores vas a tener que to-
mar varios ómnibus por día para ir a entrenar y además es-
tudiar, lloviendo o con sol, con clima frío o cálido. Además
es conveniente no salir tanto de noche como ellos, sobre
todo los sábados de noche, si el domingo hay partido. De-
bes cuidar de tu cuerpo, descansar y dormir bien, pues es la
herramienta que te va a ayudar a llegar a donde quieres
llegar. Evita el alcohol, no consumas ningún tipo de drogas,
y cuídate en las comidas, evita aquellas que tienen un alto
contenido de grasas, controla tu peso. Sólo los elegidos y
los que tienen fuerza de voluntad llegan a donde tú quieres
llegar, pero sólo los que encaran la actividad con profesio-
nalismo se mantienen.
Solamente para citar un ejemplo de los miles de casos
de jóvenes que se han sacrificado en busca de lo que real-
mente querían; el volante español Andrés Iniesta salía del
colegio casi al mediodía y se subía al coche y viajaba tres

Quiero ser jugador de fútbol 113


cuartos de hora para entrenar en las inferiores del club
Albacete y, a las 15.00 horas, estar nuevamente en clase.
En la escuela le daban permiso para que pudiera jugar
al fútbol y compaginar sin problemas los estudios. La paliza
era para el joven jugador, quien debía estudiar, recorrer los
100 kilómetros entre la ida y la vuelta del viaje, y posterior-
mente volver a clase. No es de extrañar que llegara mu-
chas veces cansado y con hambre. Su abuela le pasaba
comida por entre las rejas del colegio.

Suerte

Factor preponderante, fundamental en todos los órdenes


de la vida. Hay quien no cree en ella, pero muchas veces
inclina la balanza a un lado u otro. A veces pasa que un juga-
dor viene jugando muy bien y el día que lo vienen a ver para
llevarlo a un equipo mejor, juega mal. También pasa que cuan-
do llegas a un club, hay una leyenda del club en tu posición.
Otras veces pasa que un jugador vienen jugando bien, luego
se lesiona, y el que entra en su lugar juega genial, y luego el
que se había lesionado no recupera más el puesto. Para tratar
de minimizar lo más posible el factor suerte sólo hay una so-
lución: trabajo y más trabajo. Dedicándote en cuerpo y alma
estarás preparado para cuando te llegue la oportunidad, y
evitarás las lesiones al tener una buena preparación física. Si
te llegó la oportunidad y no pudiste jugar bien y la desapro-
vechaste, aprieta los dientes y sigue para adelante que la
vida y el fútbol siempre dan revanchas. Si eres un jugador de
suerte, agradécele al destino y sigue adelante.

Actitud

Otro factor fundamental en todos los órdenes de la vida.


La actitud es preponderante para lograr cualquier objetivo
en la vida, y ser futbolista es uno de ellos. Piensa siempre

114 Eduardo Raymondo


en positivo y al igual que Rafael Nadal, visualiza el éxito.
Los grandes ganadores del fútbol también lo hacían, se pre-
paraban para ganar.
… Raí y Neto (José Ferreira Neto) comenzaron su carrera
casi juntos. Raí en Ribeirão Preto, y Neto en Campinas.
Cada uno, a su manera, se consagró referente de un equi-
po grande; Neto en el Corinthians, Raí en el San Pablo. La
pregunta que se hacían los simpatizantes en esa época era:
¿Quién es más talentoso?
Neto tenía más condiciones innatas, pero Raí fue más
crack. Pero, ¿cómo es posible? Neto era un jugador con
más dominio del balón, un artista con él en los pies, sa-
bía centrar como pocos, tiraba muy bien de media dis-
tancia. Raí hacía todo eso también, pero precisaba más
esfuerzo. Pero si hoy le preguntamos a un aficionado
quién de los dos fue mejor, seguramente dirá Raí, porque
Neto tenía tanta facilidad con la pelota en los pies que
creyó que podía entrenar menos que los demás, y como
también tenía facilidad para engordar, siempre tenía al-
gún quilo de más. Mientras Neto confiaba en su habili-
dad natural, Raí sabía que, para ser mejor, debía esme-
rarse en los entrenamientos, y eso era precisamente lo
que hacía, y lo que lo hizo sobresalir… (Paulo Vinícius
Coelho ‘PVC’, comentarista de la ESPN Brasil, citado en
Para ser jogador de futebol, ob. cit.)
Diego Forlán ha sido un ejemplo excelente de alguien
que se hizo sobre la marcha, que no nació siendo un crack;
se hizo crack después. No era una estrella de las divisiones
formativas, fue suplente en las selecciones juveniles uru-
guayas, fue un buen jugador en Independiente de Argenti-
na y suplente en el Manchester United. Se dedicó de lleno
a pulir defectos y a ser un buen profesional, lo que le permi-
tió a llegar a ser ‘Pichichi’ en España y ser reconocido como
el mejor jugador del Mundial Sudáfrica 2010.

Quiero ser jugador de fútbol 115


Elementos a tener en cuenta

n
Debes ser leal y respetar a tus compañeros, técnicos,
adversarios, jueces y periodistas. Compórtate con los
demás como te gustaría que se comportaran contigo.
Quien es leal y respeta es respetado. Recuerda tam-
bién que el fútbol no es una guerra. No actúes con mala
intención ante tus adversarios. Recuerda que también
son tus semejantes.
n
En lo posible, entrena haciendo énfasis en la velocidad
desde la preadolescencia o adolescencia, puesto que
en el fútbol de hoy el jugador lento ya no tiene cabida.
Debes ser rápido física y mentalmente.
n
No te preocupes demasiado por la indumentaria. No
gastes un gran presupuesto en eso, ni te preocupes por
lucir prendas deportivas que llamen mucho la atención.
Preocúpate por pulir tus condiciones. Al final de cuen-
tas, si llegas a donde tú quieres, te van a pagar por usar
toda esa ropa y tú no vas a prestarle mayor atención.
n
Si vas a una práctica importante o tienes un partido,
jamás uses zapatos de fútbol nuevos. Usa los viejos, a
los que tu pie está acostumbrado. También puedes co-
menzar a usar los nuevos una semana antes de ese even-
to, aunque debes tener cuidado porque pueden causar-
te ampollas.
n
No te crees mitos de ningún jugador contemporáneo,
pero sí míralos por televisión para ver lo que hacen bien,
y aprender. Tampoco les prestes mucha atención a los
jugadores de tu edad que destacan en las formativas.
Cuando los enfrentes, debes tomar precauciones, al igual
que con todos los rivales, pero interiormente debes estar
convencido de que ninguno es más que tú. Juega con
confianza, y siéntete a gusto, cualquiera sea el rival.

116 Eduardo Raymondo


n
Trata de exprimir todos los conocimientos posibles y
escucha los consejos de los jugadores mayores. Segu-
ramente todos los que han sido medianamente buenos
tienen algo que puedas aprender, ya sea cómo saltar,
cubrir la pelota, poner el cuerpo, etcétera.
n
Recuerda que no eres indestructible. Aprende con los
jugadores veteranos cuando poner y cuando sacar la
pierna en los choques, cuando debes trabar el balón.
Nunca debes rehuir al choque cuando es leal, pero
aprende a mirar cómo va con la pierna el rival.
n
Nunca te creas que eres el mejor. Puedes destacarte en
tu colegio, en tu barrio, en tu ciudad o tu provincia, pero
si quieres triunfar en el fútbol, siempre debes mirar ha-
cia arriba y compararte con los que son mejores que tú.
Ver qué tienen ellos que tú no tienes y tratar de seguir
superándote constantemente. Siempre va a haber al-
guien mejor que tú en todos los órdenes de la vida.
n
Una de las cosas que separa a un buen jugador de uno
del montón es la capacidad de estar bajo presión, cuando
te toque debutar en un estadio con muchas personas,
debes relajarte y descontraerte, simplemente jugar. Haz
lo que sabes hacer. Y nunca te intimides con un estadio
lleno o por jugar de visitante. No temas a las situacio-
nes adversas. Los partidos decisivos y difíciles son par-
te de esta profesión.
n
Si te silban o critican, recuerda que no te están silbando
a ti, a la persona que tú eres; están criticando solamen-
te tu actuación en ese partido, nada más que eso. El
aficionado es apasionado, y reacciona apasionadamen-
te. No pienses que es personal, no reacciones, conti-
núa concentrado y trabaja para mejorar.
n
Debes estar 100% concentrado en todo momento duran-
te el partido y dejar absolutamente todo en el campo, así

Quiero ser jugador de fútbol 117


como también en cada entrenamiento. No creas nunca
que eres dueño de un puesto ni que un partido está gana-
do antes de que el árbitro pite el final.
n
Diviértete. No te olvides que a veces lo mejor del viaje
es el camino, por eso disfruta cada estación de este via-
je. “Yo viví la etapa de la adolescencia y sé que hay que
pasar por eso, hay que experimentarla. Pero en general
lo que no se piensa es en disfrutar. Esta profesión no sólo
requiere jugar bien, sino tener una buena mentalidad,
pasión por lo que uno hace. Este es un deporte maravi-
lloso, te permite vivir de él, te dá la posibilidad de ser
actor principal de algo que genera pasiones…”. (Marcelo
Gallardo, diario El País, Montevideo, 3 de abril de 2011)
n
Duerme y aliméntate bien. Una alimentación adecuada
en la niñez y la adolescencia es la base para el resto de
la vida. Los alimentos deben ser balanceados, y conte-
ner vitaminas, proteínas y calcio. “La verdad es que, gra-
cias a mi viejo, nunca me faltó de comer. Por eso tenía
buenas piernas, aunque era flaquito. En otras casas por
ahí los pibes no comían todos los días, y entonces se can-
saban antes que yo. Eso me hacía un poco diferente a los
demás; que tenía buenas piernas y que comía…”. (Diego
A. Maradona, Yo soy el Diego de la gente, ob. cit.)
n
Y recuerda, tienes unos pocos años para sacarle venta-
ja a los que están corriendo la misma carrera que tú. Ya
viste como Diego Forlán aprovecha horas libres en su
casa para pulir fundamentos, que tiene un entrenador
personal aparte del de sus equipos, para prepararlo es-
pecíficamente, mientras sus compañeros sólo cumplen
con los entrenamientos de sus clubes y nada más. Por
eso él tiene resultados mejores que los otros futbolistas.
Aprovecha al máximo el tiempo y saca ventaja cuando
los demás descansan.

118 Eduardo Raymondo


Carta abierta al que llegó

Después de un largo camino, de haber pasado lo que de-


bías pasar, de haber pagado derecho de piso, lograste ha-
cer realidad tu sueño de ser futbolista profesional. Ahora
tienes una carrera a la cual debes dedicarte con todas tus
fuerzas durante algo más de una década. Para que tú estés
donde estás ahora, hay varios que han quedado por el ca-
mino, que anhelaban estar en ese lugar. Debes ser el digno
representante de todos ellos; un deportista cabal, digno con-
trincante de tus adversarios, una persona que entrena con
dedicación y juega con pasión, un compañero solidario y
una persona humilde. No pierdas la sencillez, sensibilidad,
ni solidaridad para ayudar a otros en la medida en que te
sea posible. Agradece a Dios esta maravillosa chance de
ganar dinero haciendo lo que te hace feliz. No dejes de
divertirte, aunque a veces la presión por los resultados te lo
haga difícil. Recuerda que antes que nada, el fútbol es un
juego, y procura, ante todo, ser un ser humano feliz. Es pre-
ciso conservar al niño que todos llevamos dentro. Mantén
siempre en la memoria aquellos días en que comenzabas a
patear una pelota en el barrio, a los vecinos, al amor por la
camiseta, aquella casaca mágica y maravillosa del club que
te encandiló desde siempre, y más aún la de tu país. Los
más grandes de la historia se desvivían por las camisetas,
Pelé lucía orgulloso el uniforme blanco impoluto del Santos
y se desvivía por jugar en la selección brasileña. Maradona
nunca vaciló en volver a Boca siempre que pudo y en dejar
todo de lado en pos de jugar por la selección de Argentina,

119
que siempre tuvo un lugar absolutamente preferencial en
su corazón. Es bueno darle al dinero su real valor, pero el
ser humano debe recordar siempre su esencia, y hay cosas,
sentimientos, emociones, que no se pueden medir en dine-
ro. No te olvides de tu gente, que en medio de sus trabajos
y sus tareas cotidianas se desviven por los colores de las
camisetas y el de tu país. Nunca te olvides de tus orígenes,
de tu barrio, de tu ciudad, de tu país, porque el que se olvi-
da de eso, se olvida de sí mismo.
… Entendimos que teníamos que ser representantes de la
gente, representantes del pueblo. Entonces nosotros, los
representantes, cuando salíamos a jugar, pensábamos en
la vieja, en el viejo, en el amigo, en el laburante, en to-
dos… y disfrutábamos como ellos cuando nos enterába-
mos de que iban a festejar los triunfos al Obelisco. Yo qui-
siera que todo esto que digo se hiciera carne en los chicos
del fútbol. Me encantaría ponerme frente a los juveniles y
decirles: “¿Vos venís de Rosario, pibe? Vení como sea; en
tren, en colectivo, a dedo, pero vení… después vemos.
Jugate por la selección, por tu país, que así te estás jugan-
do por tu gente”. (Diego A. Maradona, Yo soy el Diego de
la gente, ob. cit.)

120
Carta abierta al que cree que no llegó

Hay algo en la vida que tiene un valor inconmensurable, y


es la satisfacción de dejar lo mejor de uno mismo en cada
cosa que se hace. De niño tenías un sueño y anhelabas re-
correr las canchas de fútbol del mundo, hacer goles, ganar
campeonatos, y, quién sabe, hasta algún día estar formado
cantando el himno de tu país antes de jugar en un Mundial.
Hiciste todo lo posible, entrenaste, trataste de superarte, pero
una lesión, el destino o simplemente las vueltas de la vida
hicieron que tus planes no salieran como habías planifica-
do. La vida es así; a veces las cosas salen y otras veces no.
Lo importante es intentar siempre. El fútbol es apenas una de
las cosas de la vida. Lo más importante es la realización del
ser humano en su conjunto, estando balanceado en sus pila-
res, familia, salud, estabilidad emocional, y variables indivi-
duales que hacen al ser humano sentirse pleno. El fútbol te
llevó a tener una formación deportiva, a crecer con buena
salud, a hacer amigos, a acostumbrarte a formar parte de un
equipo, a templar tu carácter, y te regaló momentos inolvi-
dables y lindos recuerdos. Lo que en un principio te habías
puesto como meta no te resultó, pero no es nada más que
eso: una meta que no se pudo conseguir; así como tuviste
muchas otras y tendrás varias más que no podrás cumplir en
el futuro, por más que intentes. La buena noticia es que ha-
brá muchas otras metas y objetivos hermosos que sí se cum-
plirán. Vale la pena vivir por ellos y esperanzado en las co-
sas buenas que vendrán. Sigue apasionado por el fútbol,
aprende a verlo desde otra perspectiva, practícalo si pue-
des, y por sobre todas las cosas: … sé feliz.

121
Cómo vas a saber…

Cómo vas a saber lo que es el amor,


si nunca te hiciste hincha de un club.
Cómo vas a saber lo que es el dolor,
si jamás el zaguero te dio una buena patada
y estuviste en un barrera y la pelota te pego justo ahí.
Cómo vas a saber lo que es el placer,
si nunca diste una vuelta olímpica de visitante.
Cómo vas a saber lo que es el cariño,
si nunca la acariciaste de chanfle entrándola
con el revés del pie para dejarla jadeando bajo la red.
Escuchame… Cómo vas a saber lo que es la solidaridad,
si jamás saliste a dar la cara por un compañero
golpeado desde atrás.
Cómo vas a saber lo que es la poesía,
si jamás tiraste una gambeta.
Cómo vas a saber lo que es la humillación,
si jamás te metieron un caño.
Cómo vas a saber lo que es la amistad,
si nunca devolviste una pared.
Cómo vas a saber lo que es el pánico,
si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.
Cómo vas a saber lo que es morir un poco,
si jamás fuiste a buscar la pelota adentro del arco.
Decime viejo… Cómo vas a saber lo que es la soledad,
si jamás te paraste bajo los tres palos a doce pasos
de uno que te quería fusilar y terminar con tus esperanzas.
Cómo vas a saber lo que es el barro,
si nunca te tiraste a los pies de nadie para mandar
una pelota sobre un lateral.

123
Cómo vas a saber lo que es el egoísmo,
si nunca hiciste una de más cuando tenías
que dársela al 9 que estaba solo.
Cómo vas a saber lo que es el arte,
si nunca, pero nunca, inventaste una rabona.
Cómo vas a saber lo que es la música,
si jamás cantaste en la popular.
Cómo vas a saber lo que es la injusticia,
si nunca te sacó tarjeta roja una referí localista.
Decime, cómo vas a saber lo que es el insomnio,
si jamás te fuiste al descenso.
Cómo vas a saber lo que es el odio,
si nunca hiciste un gol en contra.
Cómo, pero cómo vas a saber lo que es llorar, sí, llorar,
si jamás perdiste una final en un mundial sobre la hora
con un penal dudoso.
Cómo vas a saber, querido amigo,
cómo vas a saber lo que es la vida,
si nunca jamás, jugaste al fútbol
Walter Saavedra
(Argentina)

124
Índice de personajes y clubes

A Crivari, Pedro 25
Club Atlético Peñarol 25, 28, 50,
Abreu, Washington Sebastián
82, 89
‘el Loco’ 67
Club Nacional de Football 28, 41-42,
Albacete 114
68, 89, 92-93, 95, 103
Alzamendi, Antonio ‘el Hormiga’
Cruz Azul 68
28, 91
Cruzeiro 50
Austria 93

B D
BAC 51 Da Silveira, Jorge Dr. 22-23,
Ballack, Michael 76 39-40, 104, 106
Bilardo, Carlos Salvador Dr. 38, Danubio 24, 91-92
48, 69-70 De León, José Ricardo 94
Boca Juniors 25, 36, 53, 119 de los Santos, Alfredo 95
Botafogo 36-38, 68, 78 Delgado 89
Deportivo Cali 28
Deportivo La Coruña 68
C Diego (Diego Ribas Da Cunha) 103
‘Cafú’ (Marcos Evangelista de Moraes) ‘Dondinho’ (João Ramos do
77, 80, 112 Nascimento) 51-52
Carrasco, Juan Ramón 34, 95
Carreño, Daniel 28
E
Carrizo, Gregorio ‘el Goyo’ 53
Casillas, Iker 75 Edmilson (José Edmilson Gomes de
Coates, Sebastián 13 Moraes) 77
Corbatta, Orestes Omar 35 Estrella Roja 53
Corinthians 38, 80, 115 Estudiantes de la Plata 38, 48, 70

125
F J
Federer, Roger 98 Jordan, Michael 112
Fergusson, Alex 51 Júlio César (Júlio César Soares
Fernández Pavlovich, Marcelo 25 Espíndola) 75
Fiorentina 38 Júnior (Leovegildo Lins da Gama Júnior)
Flamengo 38, 92 77
Flores, Eduardo ‘el Bocha’ 48
Fluminense 80 K
Forlán, Diego 40, 50-51, 69, 90,
96, 98, 112, 115, 118 ‘Kakᒠ(Ricardo Izecson Santos Leite)
Forlán, Pablo 50-51, 69 72
Kesman, Alberto 103

G L
Gabriel (Gabriel Rodrigues
Lahm, Philipp 76
dos Santos) 80
Langreo 112
Gallardo, Marcelo 118
Leite de Barros, Turíbio Dr. 71
Gandulla, Dr. 38
Los Pumas de la UNAM 39
Garasteguy, ‘Tatín’ 27
Lúcio (Lucimar da Silva Ferreira) 76
‘Garrincha’ (Manoel Francisco
Dos Santos) 36
Génova 82 M
Godín, Diego 76-77 Madero, Raúl Dr. 48
Gómez, Walter 36 Maicon (Maicon Douglas Sisenando)
Gremio 68 76
Gutiérrez, Gabriel 21-22 Maldini, Cesare 47
Maldini, Paolo 47-48
H Mallorca 92
Manchester United 51, 115
Heredia 89 Manicera, Jorge 92
Hernández, Abel 11 Maradona, Diego Armando 54,
Higuaín, Gonzalo 49-50 118-120
Higuaín, Jorge ‘Pipa’ 49 Mascherano, Javier Alejandro 76
Huracán Buceo 89 Matthews, Lothar 77
Mendelsohn, Darío C. Lic. 62, 67
I Míguez, Oscar Omar 89
Milan 47-48, 112
Independiente 28, 50, 115 Moller, Raúl Dr. 41-42
Iniesta, Andrés 113 Morales, Julio César 93
Morales, Víctor Hugo 49
Müller (Luís Antônio Corrêa
da Costa) 92

126
N Sosa, Ruben 92, 101-102, 110
Sporting de Gijón B 112
Nadal, Rafael 98, 115
Suárez, Luis 76
Neto (José Ferreira Neto) 115
Sud América 41
Núñez, Héctor 92

T
P
Tabárez, Oscar W. 25, 80-81,
Pachamé, Carlos Oscar 48
86, 96
‘Pelé’ (Edson Arantes do Nascimento)
Tecos 68
36, 51, 53, 119
Telê (Telê Santana da Silva) 77
Perfumo, Roberto 49
Torino 82
Pirlo, Andrea 76
‘Tostão’ (Eduardo Gonçalves de
Poletti, Alberto José 48
Andrade) 39
‘PVC’ (Paulo Vinícius Coelho) 115
Tres Banderas 53
Tutte, Verónica Psic. 23-24
R
Racing 35 V
Raí (Raí Souza Vieira de Oliveira)
Valencia 92
72, 77-78, 80, 91, 115
Verón, Juan Ramón ‘La Bruja’ 48
Real Oviedo 112
Verón, Gonzalo ‘La Brujita’ 49
Recoba, Álvaro 25
Villa, David 89-90, 112
River Plate 28, 36, 49-50, 53,
68, 95
Rogério (Rogério Mücke Ceni) 91 W
Roo, Roberto 103-104 Wladimir (Wladimir Rodrigues dos
Rooney, Wayne 76 Santos) 80

S Y
Saavedra, Walter 124 Yanuzzi, Enrique 104
Sallis, James Dr. 46, 57, 61
San Lorenzo 38, 68
San Pablo FC 50, 71, 77-78,
Z
91-92, 103, 115 Zubeldía, Luis 70
Sánchez, Hugo 38
Santos 38, 103, 119
Scelza, Juan Carlos 26
Schweinsteiger, Bastian 76
Señorans, Jorge 22
Sete de Setembro 53
Sócrates (Sócrates Brasileiro Sampaio
de Souza Vieira) 37-38, 91

127

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