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Eduardo Raymondo
© 2009, OBSUR.
OBSUR
© 2011, Eduardo Daniel Fernández Raymondo
Observatorio de Sur
JoséE-mail:
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Quijote portada del autor.
/ 702
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Bohm, Thomas Küx, Alejandro
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Moreira, 480 86Styles
Richard 60 y Bill Wilhelms.
E-mail: doblecli@internet.com.uy
Ilustraciones: Luis Haro Domínguez.
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ISBN
ISBN 978-9974-670-72-3
978-9974-670-62-4
1ª
1ª Edición,
Edición, mayo 2011.2009.
noviembre
Impreso en
Impreso en Uruguay.
Uruguay.
Contenido
Prólogos 11
Presentación 15
Introducción 17
2. A los jóvenes 33
3. A los padres 45
6. Fundamentos 85
La velocidad en el fútbol 85
Habilidad: técnica y táctica 86
El pase 87
Formación del futbolista 87
El dominio de los fundamentos 88
El buen jugador 96
Abel Hernández
ex jugador del Club Atlético Peñarol,
jugador de la selección uruguaya de
fútbol y del Palermo de Italia.
11
neda, y cuando ellos no podían eran mis hermanas las que
me ayudaban. Siempre estuvieron conmigo, acompañán-
dome en cada partido.
Quisiera decirles a los jóvenes lo importante que es es-
tar convencidos de que lo que quieren es dedicarse en cuer-
po y alma a esto y tener fe. Nunca pierdan de vista su obje-
tivo y den el máximo en cada entrenamiento, en cada par-
tido. La clave es trabajo, y paciencia para esperar la opor-
tunidad, que tarde o temprano siempre llega. Es importantí-
simo también no cometer mi error, que dejé de estudiar a
los 15 años, aunque mis padres me advirtieron que era una
decisión equivocada, que se podían hacer las dos cosas sin
problemas. Como casi siempre, tenían razón
En este libro encontrarán herramientas muy valiosas para
ayudarlos en su objetivo de que algún día nos encontremos
como compañeros o rivales en alguna de las canchas del
mundo.
12
Sebastián Coates
participó del proceso de la selección
uruguaya liderado por Oscar W. Tabarez,
jugador del Club Nacional de Football.
13
entusiasmo y que ciertas privaciones son parte de las res-
ponsabilidades de la carrera. A los padres, fundamentales
también durante el proceso de formación y de la vida del
futbolista, quiero señalarles que su papel es fomentar valo-
res, inducir al crecimiento deportivo e intelectual y ayudar-
los a ver todo lo que puede perjudicarlos y que lo hagan
como con cualquier hijo que no se consagre a una discipli-
na deportiva. Espero que estas páginas resulten una orien-
tación válida para que los futuros jugadores profesionales
sean personas con todas las herramientas para defenderse
en la vida y sentirse realizados.
14
Presentación
Hace tiempo que pensaba escribir algo como guía para los
niños y jóvenes que sueñan con jugar al fútbol. También
para sus familiares, que a veces pueden necesitar una orien-
tación en algún punto. Esta ayuda no será dada específica-
mente por mí. Yo seré solamente el nexo entre las personas
que saben mucho más que yo del tema y el lector. Trataré
que el mensaje llegue lo más puro y claro posible a sus
manos. A veces los lectores comunes no sabemos el trabajo
que cuesta escribir un libro. Es preciso correr atrás de las
notas, los entrevistados, conseguir información de primera
mano ya sea en las bibliotecas, diarios, Internet, en fin,
hay que moverse mucho, mucho de verdad.
¿Por qué un libro para quienes quieren ser jugadores de
fútbol? Esta idea surgió de a poco; solamente observando la
realidad social de niños que no están bien encaminados en
el tema, o que no tienen un buen plan para intentar llegar a
jugar al fútbol profesionalmente, en general por no tener el
apoyo adecuado. Yo mismo, de niño y adolescente, fui par-
te de un grupo de jóvenes aspirantes a jugadores de fútbol.
Sólo uno llegó. El resto tuvimos que seguir adelante con
15
nuestras vidas buscando otros caminos. Observé que varios
de mis amigos no estaban preparados para la vida si no lle-
gaban a ser jugadores de fútbol. Muchos pensaron que iban
a lograrlo e hipotecaron su futuro por no tener otra opción
paralela en el caso de no darse lo que ellos pretendían en el
deporte. No los habían asesorado en forma correcta. Te-
niendo posibilidades de estudiar y capacitarse, algunos ter-
minaron atrás de un mostrador como empleados, siendo peo-
nes, acomodadores de autos o algo por el estilo. El objetivo
de este libro es ayudar a las personas a tener un futuro feliz,
ya sea como futbolistas o como seres humanos plenos y rea-
lizados en la vida.
16
Introducción
17
afrontar la llegada de empresarios sin escrúpulos, que a ve-
ces aparecen cuando el futuro jugador es un niño aún.
Pretender ser futbolista profesional es como una ruleta
en la que participan los serios aspirantes, los que están com-
prometidos. Sin embargo, estar comprometido no es sufi-
ciente; simplemente le da derecho al candidato a apostar a
un número en esa ruleta, en la que es más fácil perder que
ganar. La recompensa es excelente: lograr sus sueños, ser
famoso, admirado, y ganar buen dinero. Salvarse a sí mis-
mo y salvar a su familia. El premio es tan bueno, que todos
quieren jugar. Su número a favor es entrenamiento y espe-
ranza. Los números en contra son muchos: no lesionarse de
gravedad, tener suerte. Muchas veces los aspirantes apues-
tan todas sus fichas a algo muy lindo, pero el destino les
juega una mala pasada y se quedan con las manos vacías,
sin saber muy bien adónde ir. Por fortuna, esta situación
tiene solución si se toman las precauciones necesarias du-
rante la etapa de preparación para ser futbolista e incluso
en la etapa profesional.
18
Foto: Alejandro Moreira.
1
Una visión de la realidad
21
padre o madre informado debidamente va a promover que
su hijo desarrolle una carrera que tiene un porcentaje de
fracaso asegurado del 99,86%?. Asegura que es una ver-
dadera locura que adolescentes de 15 años deban
opi-
nar a veces si 250 mil euros estarán bien como primera
entrega con un salario de 12 mil euros, cuando en reali-
dad nunca vieron más de 20 pesos juntos. Para Gutiérrez,
la influencia de los padres es fundamental, y señala que se
impone un enorme tirón de orejas para aquellos padres
que, seducidos por el dinero fácil, reestructuran sus vidas
en función del pase inminente del hijo hacia Europa.
Destaca que el hecho de que los jóvenes ganen más dine-
ro que sus propios padres genera inevitablemente una
inversión de roles, ya que lamentablemente el adolescen-
te pasa a ser quien lleva el dinero a la casa,
entonces el
rol del padre cambia, el rol de hermana, de madre, de
novia. Todos pasan a ser algo de fulano de tal, una especie
de nuevo bautismo para toda la familia. Gutiérrez señala
que
de manera bastante inconsciente, probablemente
sin maldad, se alimenta diariamente la adoración por la
cima del iceberg, por los íconos que simbolizan el éxito
[
] Basta de mirarnos al espejo y decirnos que somos unos
fenómenos. Vamos a ser unos fenómenos cuando tenga-
mos tantos jugadores de fútbol como estudiantes. (Jorge
Señorans, Suplemento Deportivo, El Observador, 12 de
abril de 2010, p. 9)
Cuando era niño, recuerdo que comenzó a comentar
fútbol alguien que era desconocido para mí en esa época:
es Da Silveira, estaba en Argentina, es bueno
, me
dijeron. El tiempo se encargó de confirmar las palabras de
mi padre y de mi tío. Actualmente es uno de los principales
referentes del periodismo deportivo uruguayo. Con la vi-
vencia de muchísimos partidos encima, y siendo uno de los
periodistas en actividad que realizó la cobertura de más
mundiales, es hoy una fuente de consulta ineludible, no sólo
para nosotros, sino para medios de prensa de varios países.
22 Eduardo Raymondo
Hoy en día la obsesión por mejorar económicamente
es tan grande que hace que los padres muchas veces ten-
gan una visión muy distinta a la que tenían los nuestros
con relación al futuro de sus hijos. Nosotros, cuando ni-
ños, nos pasábamos el día entero jugando a la pelota, y la
intervención que había por parte de nuestros padres era
para que dejáramos de jugar a la pelota y nos pusiéramos
a estudiar. Hoy en día hay padres que les dicen a los hijos
que no vayan a estudiar y que vayan a jugar a la pelota.
Tienen la pretensión de salvarse con un hijo. Acá hay
que recordar el bajísimo porcentaje de jóvenes que lle-
gan a consolidarse económicamente con respecto a los
que comienzan a jugar en divisiones formativas. Enton-
ces, es un excesivo optimismo por parte de los padres
pretender salvar a la familia económicamente con el jo-
ven y deja de manifiesto la falta de educación y de visión
de los padres con relación a todo este tema
(Dr. Jorge
Da Silveira)
En el proceso de elaboración de este libro surgió la im-
periosa necesidad de consultar a algún profesional capaci-
tado y que a la vez estuviera en contacto con quienes nos
interesan: los jóvenes aspirantes a jugadores de fútbol y sus
padres. Por esas casualidades, y por realizar tareas profe-
sionales en lugares coincidentes, conocimos a la psicóloga
Verónica Tutte, quien fue una destacada deportista en el
pasado y hoy en día trabaja con jugadores de divisiones
formativas de equipos de primera división.
Actualmente en nuestra sociedad vemos que los jóvenes
cargan con la presión familiar de responder a las expectati-
vas que tienen sobre ellos; llegar lejos en el fútbol. Eso se
observa en los casos de jugadores adolescentes de divisio-
nes formativas de equipos de fútbol. Los jóvenes asumen, a
muy temprana edad, responsabilidades que no les corres-
ponden. Tienen apostadas todas sus fichas a llegar a ser ju-
gadores profesionales y a nadie de su entorno se le ocurre
pensar en la posibilidad de que no lleguen a lograrlo.
24 Eduardo Raymondo
ted para decirle que estudie? Él sólo va a jugar al fútbol.
No es que uno comparta eso, al contrario, pero no es fácil
convencer a esos padres y a muchachos que están soñan-
do con ser [Álvaro] Recoba o alguno de los que han teni-
do ese salto. Pero los números dicen que el porcentaje de
jugadores que tienen un pase a Europa es el 0,14% del
total. O sea, el 10% del 1%
(Oscar W. Tabárez, ex en-
trenador de Boca Juniors, Campeón de la Copa Libertadores
de América con Peñarol en 1987. Director Técnico de Uru-
guay en los Mundiales de 1990 y 2010. Entrevista de Pe-
dro Crivari y Marcelo Fernández Pavlovich, 7 de abril de
2010. En Vadenuevo.com.uy)
Recuerdo a un joven de rostro aniñado que surgió en
nuestra pantalla hace un par de décadas, mostrando buena
capacidad en el periodismo deportivo. El tiempo se encar-
gó de confirmar sus aptitudes, y aquel joven de entonces ha
ido alternado su exitosa carrera periodística en radio y tele-
visión, siempre aportando sus valiosos conceptos sobre todo
lo que rodea al fútbol:
Esta pasión por ser jugador de fútbol de los últimos tiem-
pos es como muchas carreras que se han puesto de moda y
se han impuesto. Uno notaba que aquello se superpoblaba,
pero como era la moda, la gente estudiaba eso. Lamenta-
blemente no se podía darle un título o un diploma a qui-
nientos, el segundo año a mil, al tercero a dos mil quinien-
tos, y que la sociedad nuestra pudiera insertar de buenas a
primeras a miles de personas al mismo tiempo. No está
mal que el espejo sean los millones de dólares en un pase,
pero hay que mirar al otro, no sólo al que se lesiona, al que
no tiene la oportunidad, sino al que es bastante bueno,
juega en primera, nunca sale de nuestro medio, y deambula
entre la A y la B, ganando 300 o 400 dólares, que de re-
pente se los pagan, pero si en una de esas el cuadro pierde
siete u ocho partidos, tiene que cobrarlos recién al año
siguiente, porque si no lo hace el equipo no puede presen-
tarse. Lo que pasa es que veces el que apuesta a jugar al
26 Eduardo Raymondo
No todo es oro. De mil jugadores llega uno a primera divi-
sión. Entonces hay que inculcarle al chico que además de
jugar al fútbol estudie. Fue un error mío. Yo tuve que ha-
ber seguido estudiando. Si yo hoy supiera inglés, tendría
más posibilidades como entrenador de dirigir un equipo
fuera del país. Los padres deberían exigir al chico que jue-
ga al fútbol, que estudie. Soy un convencido de que se
pueden hacer las dos cosas. Y no exigirle al chico pensan-
do que si es futbolista se van a salvar, como ocurre a veces
en el baby fútbol. Yo veo que hoy en el baby fútbol a los
niños se les grita demasiado, se les exige demasiado y se
les hace perder la alegría de jugar. Yo no voy a ver a mi
hijo porque si voy termino a las trompadas. ¡Los padres
gritan cada disparate!, y hay técnicos que también gritan
disparates. Yo tengo tres hijos que juegan muy bien, pero
no voy porque es una grosería la forma en que se les grita,
en vez de enseñarles. Hay edades para todo. De cinco a
diez años al niño hay que dejarlo jugar. Cuando yo jugaba
al baby fútbol, el técnico mío era un amigo que me visita-
ba, se preocupaba por mí. No me gritaba para nada. Si me
equivocaba, venía y me decía mirá tenés que hacer así,
agarrá la pelota y jugá con alegría. Se llamaba Tatín
Garasteguy. Nunca había jugado al fútbol. Tenía gallos de
riña. Pero manejaba a los niños para que jugaran y se di-
virtieran. Hoy acá lo que importa es ganar. Hoy en día hay
una exigencia increíble. Ahora que tenemos un Ministerio
de Deportes, esa es una de las atenciones que tiene que
tener, que haya técnicos capacitados para manejar niños,
gente a la que le guste el fútbol y sea amigo de los niños.
Hay que tener cuidado con esas cosas. Veo a niños de nueve
y diez años que los hacen correr como locos y para mí el
niño corre y cuando se cansa para y chau, no le exijas
más. Va a correr de vuelta cuando quiera. Pero les exigen
prácticamente como si hicieran una pretemporada. Es una
grosería. Por otro lado, se les exige demasiado o no se los
atiende. Hoy la despreocupación de los padres es tremen-
da. Hay padres que prefieren que el hijo se vaya todo el
día para estar tranquilos un domingo. Esa es la realidad.
28 Eduardo Raymondo
Los padres
30 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
2
A los jóvenes
33
dejar desairados con tus amagues y enganches. Cualquier
ocasión es buena para jugar al fútbol y en tu grupo de ami-
gos hay varios iguales a ti. Te devoras los partidos en televi-
sión, especialmente el de tu equipo favorito, y sigues con
atención los movimientos de tus ídolos en la cancha. En tu
vida sólo importa mejorar, jugar y jugar
Yo mismo formé parte de un grupo de jóvenes aspiran-
tes a jugadores de fútbol. Varios adolescentes que estába-
mos todo el día atrás de una pelota. La vida nos dijo que
solamente uno de nosotros triunfó y jugó en la selección y
en Europa (un caso realmente grandioso si tenemos en cuenta
las estadísticas). El resto solamente llegó a jugar en divisio-
nes formativas de equipos de fútbol de primera división, y
luego deambuló por equipos pequeños de ligas menores.
Algunos de ellos eran realmente buenos, pero hay un mon-
tón de condicionantes para que no se llegue al éxito en el
fútbol. Fabián, uno de mis amigos, era un excelente juga-
dor, el mejor de todos nosotros, algo lento, pero con un tiro
formidable de media distancia, dribleador, valiente, exce-
lente pasador y con gran disparo de pelota quieta. Para mí,
verlo era un deleite y era inevitable la comparación con
Juan Ramón Carrasco. A Fabián no le gustaba entrenar y,
aunque estuvo en las formativas de un equipo grande, no
llegó, porque le faltaba espíritu de sacrificio y perseveran-
cia. Varios de nosotros (por influencia de nuestros padres)
íbamos al liceo y además estudiábamos en casa. Otros so-
lamente iban al liceo, con pocas ganas, y no estudiaban
prácticamente nada, o nada en algunos casos. Los que éra-
mos estimulados por nuestros padres, a prepararnos inte-
lectualmente, pudimos forjarnos un buen porvenir. Los de-
más, los que no se prepararon, ahora tienen una vida cues-
ta arriba, con malos empleos, con un sueldo que no les al-
canza; lamentarse por la oportunidad perdida y el tiempo
desperdiciado no les sirve de nada ahora, porque el tiempo
que pasa, pasa, y no se recupera. A mí me duele verlos en
34 Eduardo Raymondo
esa situación, porque son mis amigos, los que compartieron
conmigo momentos imborrables de mi niñez y adolescen-
cia, pero la vida es así, demasiado cruel en algunos casos.
La idea es que los jóvenes que quieren intentar seriamente
subir la escalera hasta llegar a ser futbolistas profesionales
tengan todas las cartas a su favor para salir bien parados,
sea cual sea el desenlace de este intento. La vida es mucho
más que una pelota de fútbol y, más tarde o más temprano,
lo más probable es que tengan que formar parte de los sim-
ples mortales, en el mejor de los casos luego de retirarse
del fútbol. La idea es que se preparen intelectualmente, para
que, si no llegan a lograr sus objetivos con el fútbol, dispon-
gan de las armas adecuadas para tener éxito en la vida.
Mi propuesta es que alcances el éxito de cualquier ma-
nera, jugando con todo a tu favor. La vida y el fútbol son
parecidos en algunos casos: a veces te sonríen y otras ve-
ces te dan la espalda; hay excelentes jugadores que no pu-
dieron tener un rédito económico importante en su momen-
to, o que no pudieron lograr su pase a un buen equipo, o
hicieron un mal negocio con sus ahorros, y luego tienen
que ganarse la vida desempeñando cualquier oficio o tarea
de escasos ingresos. Hay casos notables de auténticos fe-
nómenos del fútbol mundial que no han terminado bien, por
no tener preparación, más allá de saber patear un balón.
n
Orestes Omar Corbatta fue uno de los mejores delante-
ros de la historia del fútbol argentino. Titular de la se-
lección de Argentina y bicampeón de la Copa América
de selecciones. Luego de su retiro, comenzó a descen-
der escalones y cayó en el alcohol. Fracasó en varios
matrimonios y no tenía dónde vivir. Le dieron para pa-
sar sus últimos años un cuartito del estadio de Racing,
donde trabajaba en las divisiones inferiores. Murió en
la miseria más atroz, a los 55 años, agobiado por un
cáncer de laringe provocado por el alcoholismo.
36 Eduardo Raymondo
Estudiar es también importantísimo para la carrera del
futbolista, ya que en el fútbol moderno es requerido el juga-
dor que tiene inteligencia y discernimiento para entender
el juego tácticamente, que se sabe colocar en la cancha.
Ese tipo de proceso mental se adquiere con los estudios.
Además de eso, hoy en día, para los equipos importantes,
es mucho mejor tener a una persona con una formación
integral (física-técnica-intelectual) que a una persona sin
cultura que puede encontrar dificultades para entender la
táctica o ser un jugador conflictivo.
Algunos jóvenes piensan, erróneamente, que cuantas
más horas le dediquen al fútbol, más chances tendrán de
tener éxito y, por lo tanto, dejan de lado sus estudios para
apostar todo por este deporte. Están totalmente equivoca-
dos. Se pueden hacer las dos cosas a la vez sin problemas,
si no, veamos ejemplos de personas que llegaron a lo más
alto, tanto en el fútbol como en lo intelectual:
n
Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira, mejor
conocido mundialmente como Sócrates, es conside-
rado uno de los mejores jugadores de la historia de Bra-
sil. Cuando adolescente, Sócrates jugaba muy bien al
fútbol, pero su padre no quería que su hijo fuera futbo-
lista. En secreto, jugaba en las formativas de un equipo
pequeño de su ciudad; el Botafogo de Ribeirão Preto,
en el estado de San Pablo. Un buen día, su padre deci-
de ir a ver un partido del Botafogo y vio a Sócrates en la
cancha. Sócrates alineaba en la reserva, y un jugador
del primer equipo se lesionó, por lo que le solicitaron
que jugara esa tarde. Jugó magistralmente en esa oca-
sión. Aquel día, padre e hijo hicieron un trato: Sócrates
continuaría jugando al fútbol con la aprobación de su
padre, siempre y cuando terminara la carrera de Medi-
cina que había comenzado hacía poco tiempo, a los 17
años. A pesar de tener varios clubes interesados en su
38 Eduardo Raymondo
en Los Pumas de la UNAM, y encontraba tiempo entre los
entrenamientos y las concentraciones para ir a la uni-
versidad y graduarse como odontólogo. Quebró el ré-
cord histórico de goles del fútbol de México en 1979 y
fue transferido para el Atlético de Madrid. Luego pasó a
jugar al mítico Real Madrid, donde quebró el récord de
goles de España en un campeonato, además de ser Botín
de Oro y goleador de Europa. Fue uno de los más gran-
des ídolos del Real Madrid en toda su riquísima historia.
También está el caso de Tostão, un gran jugador de la
selección brasileña campeona del mundo en 1970, crack
indiscutido, que luego de saber que no podía seguir jugan-
do al fútbol profesional, a los 26 años, a causa de una lesión
en un ojo, retomó la carrera de Medicina y se graduó rápi-
damente, volcándose de lleno a su profesión y la docencia
universitaria, siendo un profesional universitario querido y
reconocido.
En la entrevista que le hicimos, el Dr. Jorge Da Silveira
nos comentaba:
Creo que el joven para asegurar su futuro debe estudiar
siempre; en primer lugar porque la inmensa mayoría no
llega a futbolista profesional. Pero aun los que llegan, si
estudian, tienen la cabeza mucho más abierta, pueden pen-
sar mucho mejor en la cancha, pueden resolver mucho
mejor en la cancha, si la mente de ellos está ejercitada por
el estudio, lo que les da además otro panorama; y si algo
faltaba para que uno se convenciera de esto, está el ejem-
plo de esta selección uruguaya del mundial de Sudáfrica
2010. Llegaron adonde llegaron porque, en primer lugar,
se formó un grupo formidable, y además de eso, los juga-
dores, sobre todo los líderes, tenían otra cabeza, con una
buena educación que venía ya de sus hogares, lo que hizo
que el nivel de esta selección estuviera por encima del
nivel medio general de los jugadores uruguayos. La gente
que se ilusionó, que se alegró y festejó tanto la actuación
40 Eduardo Raymondo
siempre se había preocupado por su preparación integral y
llegó a graduarse de doctor en Veterinaria. Su nombre es
Raúl Moller y gentilmente se prestó para darnos su punto de
vista sobre el asunto que nos ocupa:
El tema es querer, siempre fue exigente el tema del en-
trenamiento y demás. Yo tuve la suerte de poder cursar
mis estudios en la Facultad de Veterinaria cuando jugaba
en Sud América, y la exigencia no era tanta como en Na-
42 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
3
A los padres
45
que para llegar a ser profesional se requiere mucho amor por
este deporte; de otra forma es imposible darle la dedicación
necesaria. Ese amor y ese compromiso vienen solos; no por
imposición. Llegan por voluntad propia de cada persona.
Los padres deben mantener los deportes en su real pers-
pectiva; es más importante criar a un ser humano feliz y
saludable que a un atleta profesional. Los niños necesitan
practicar deporte para ser saludables y esa debe ser la prio-
ridad. Si luego terminan siendo deportistas de elite, bien-
venido, pero no debe ser el objetivo primordial. Los diez
años son una buena edad para que el niño comience a
pulir sus habilidades en un deporte si tiene un talento na-
tural y disfruta practicándolo
(Dr. James Sallis)
Una de las claves, entonces, es seguir la evolución del
joven futbolista e ir viendo si le gusta y si solicita ayuda. Se
le pueden enseñar fundamentos de manera sencilla o man-
darlo a una escuela de fútbol, como vamos a ver en próxi-
mas secciones. Si le gusta de verdad, se lo debería estimu-
lar. Hay padres que saben lo difícil que es llegar a tener
éxito en el fútbol y desaniman al hijo a intentarlo. Es conve-
niente ayudarlo, sin que abandone sus obligaciones en ma-
teria de estudios, claro. Todo ser humano debería tener la
oportunidad de luchar por sus sueños. En la preadolescencia
se puede observar con más claridad si a un joven le apasio-
na de verdad este deporte. Un dato a tener en cuenta es
que este amor por el fútbol por sí solo no significa nada. Es
apenas uno de los requisitos para comenzar esta carrera y
quemar etapas hasta convertirse, con suerte, en jugador de
fútbol profesional. En esa etapa, un padre debería colocarle
todas las cartas sobre la mesa para que el joven disponga
de todos los elementos como para tomar la decisión de de-
dicarle bastante tiempo en forma paralela a sus demás ac-
tividades a un deporte que no se sabe a ciencia cierta si
va a darle algo en un futuro. Que decida él mismo si vale la
pena o no intentarlo. Si su sueño y pasión son grandes, se-
46 Eduardo Raymondo
guramente va a querer hacer el intento. Esos son apenas
dos de los requisitos para asumir este desafío, los otros dos
son: el compromiso y tener condiciones. Sin embargo, los
dos requisitos más importantes son ese deseo quemante de
llegar y el compromiso. Tener condiciones en esta etapa de
la preadolescencia es muy importante, pero no determinan-
te; hay muchos jóvenes que en base a determinación y prác-
tica de los fundamentos han conseguido mejorar técnica-
mente y también hay otros que, sin ser muy buenos técnica-
mente, han conseguido tener una gran condición física y
jugar en una posición en la cual la técnica del manejo del
balón no sea lo primordial.
Hay casos de padres que han sido destacados futbolistas
y, quizás por eso, vieron en sus hijos condiciones para este
deporte desde muy temprana edad. Veamos a continuación
cómo se dieron cuenta y cómo procedieron para potenciar
esas habilidades:
Cesare Maldini, ex crack del Milan y la selección de
Italia, también ex director técnico de Italia, habla sobre su
hijo Paolo:
Siempre quiso ser futbolista. Recuerdo que en casa siem-
pre buscaba una pelota y cuando volvía del colegio desea-
ba acabar pronto las tareas para irse a echar un partido
con sus amigos. Yo me di cuenta enseguida de que iba a
ser un gran futbolista, pero me quedé callado, porque no
quería crearle problemas de enchufes y esas cosas. Recuerdo
que mi hija un día durante un partidillo le hizo una foto.
La tengo guardada todavía, porque fue como un flechazo.
El gesto atlético era ya de un jugador veterano y tenía tan
solo 11 años. Lo hice debutar en la sub-21 cuando sólo
tenía 18 años. Era pronto, pero lo intenté. Recuerdo que
hicimos el viaje juntos hacia Coverciano [sitio de la con-
centración] y antes de que llegáramos le dije: Hijo, ya
verás que ahora la gente y los periodistas no pararán de
hablar de tu convocatoria. Y él me contestó: Tú no te
preocupes, yo me las arreglaré solo. Tenía ya mucho ca-
48 Eduardo Raymondo
A todos mis hijos siempre les dije: Hagan lo que sien-
tan, pero háganlo bien. Con Sebastián no había excep-
ciones. Igual él vivía para el fútbol. Es más, de chico fue a
un solo cumpleaños de 15 y lo tuve que ir a buscar por-
que se durmió. (Diario Clarín, Argentina, 28 de julio de
2010)
En el programa Hablemos de fútbol, de Víctor Hugo
Morales y Roberto Perfumo, Juan Sebastián Verón dijo:
El joven que estudia tiene muchas más posibilidades de
jugar al fútbol que el que no estudia, porque desarrolla
más inteligencia. Hoy hay muchos jugadores que no pue-
den jugar porque no piensan, y si no se piensa hoy en día,
con toda la táctica que hay, es imposible
La Brujita muchas veces recordó cuando de niño su
padre, en vez de leerle un cuento de piratas, le contaba
con lujo de detalles las batallas libradas en las cuatro fina-
les que disputó con Estudiantes en la Copa Libertadores.
Y de aquellas épocas brillantes de su padre, la Brujita
incorporó esa mística que, además del largo sueño, lo llevó
a ser exitoso en el mundo del fútbol.
Jorge Pipa Higuaín, excelente zaguero de River Plate
argentino, nos habla de su hijo Gonzalo, que nació cuando
él jugaba en el fútbol francés.
La familia funciona como un clan: nunca nos separamos,
aunque por cuestiones de trabajo estamos un poco distan-
ciados. Siempre le doy consejos, no sólo en lo deportivo
sino también para su vida. Es así: el fútbol se termina y lo
que queda es una buena persona.
A pesar de las concentraciones, Jorge estuvo presente
en el nacimiento de Gonzalo:
Acompañé a mi mujer en el parto y la ayudé a comunicarse
con los enfermeros porque no sabía una palabra en francés.
Gonzalo empezó a jugar a los 4 años en baby fútbol aun-
que de chico no era de esos nenes insoportables con la
50 Eduardo Raymondo
sión. ¿Cuál fue el primer consejo que le dio?: Que siguie-
ra con la vida ordenada fuera de la cancha. Sin eso, algu-
no que otro puede llegar, pero no mantenerse y mucho
menos triunfar.
Lo otro que le dije fue que se quedara siempre después del
entrenamiento practicando cómo pegarle a la pelota, agrega
Pablo. Porque él nació con una gran técnica, pero eso se
pule con dedicación y un frontón enfrente. Y esa dedica-
ción dio sus frutos. Cuando fue al Manchester, [Alex]
Fergusson lo fue a buscar al aeropuerto, lo paseó por la ciu-
dad y lo llevó a conocer el Old Trafford. Casi al final de la
tarde le preguntó: Me queda una cosa pendiente por saber
de ti, ¿eres zurdo o derecho?, recuerda con una sonrisa.
La capacidad de pegarle con las dos piernas es, para Forlán
padre, una de las dos cualidades principales de su hijo.
La otra es la combinación de su velocidad con su explo-
sión. Sin embargo, supo notar que Diego se pasaba de
revoluciones. Llegaba tan rápido a posición de gol que la
pelota le quedaba atrás y debía retroceder, con lo cual
perdía un tiempo para acomodarse. Entonces, le sugería
que desacelerara un poco, aclara.
Cualquiera podría pensar que los ojos de un papá no son
críticos. Al contrario. Con él tengo el corazón a la dere-
cha. Soy ex jugador, entrenador y un hombre que quiere a
sus hijos, por lo cual siempre le digo la verdad. Cada vez
que termina un partido, Diego me llama y primero le mar-
co los errores. Los aciertos también, claro, pero los errores
antes que nada. Como tenemos una gran relación, él lo
toma bien. (Diario Clarín, Argentina, 28 de julio de 2010)
El mismísimo rey del fútbol, Pelé, es hijo del ex futbolis-
ta Dondinho (João Ramos do Nascimento), del cual pudo
extraer valiosos conocimientos:
Mi padre tomó un papel bastante activo en mi crianza. Ado-
raba verlo cuando jugaba en su equipo, el BAC. Ahora yo
también quería ser futbolista, todos mis sueños de aviones
y volar habían quedado en el olvido. Dondinho me enseñó
a golpear el balón con la pierna izquierda, a cómo dar un
52 Eduardo Raymondo
lo fui. En realidad era un centrocampista atacante. Aque-
llos años fueron una gran educación para mí; complemen-
tada por las horas de práctica y la experiencia adquirida
en el Sete de Setembro, el equipo de mi barrio. (Edson
Arantes do Nascimento, Pelé: Memorias del mejor futbo-
lista de todos los tiempos, Ed. Temas de hoy, México, 2008)
La mirada atenta y los consejos de un padre que fue
futbolista ha ayudado a muchos jugadores, pero no es fun-
damental, ya que un padre que no fue jugador profesional
también puede ayudar a su hijo a mejorar los fundamentos
si sabe cómo hacerlo. En las próximas páginas de este libro
verá cómo puede ayudar a su hijo en el aprendizaje de fun-
damentos y a elegir correctamente un lugar donde puedan
enseñarle.
Ahora veamos cómo fue la infancia del otro fenómeno
del fútbol mundial:
A mí la pelota me daba una paz única. Y esa sensación
la misma, la misma la tuve siempre, hasta el día de
hoy; a mí dame una pelota que me divierto y protesto y
quiero ganar, y quiero jugar bien
Donde uno se divierte
es adentro de la cancha, con la pelota. Eso hacíamos en
Fiorito, y eso mismo hice siempre, aunque estuviera ju-
gando en Wembley o en el Maracaná con cien mil perso-
nas
Siempre jugábamos a la vuelta de casa, en las Siete
Canchitas. Eran unos potreros enormes, algunas canchas
tenían arcos y otras no
¡Las Siete Canchitas, como si fue-
ra uno de esos complejos que hay ahora, con césped sinté-
tico y esas cosas! Aquellas no tenían ni césped, ni sintéti-
co, pero eran maravillosas para nosotros. Eran de tierra, de
tierra bien dura. Cuando empezábamos a correr se levan-
taba tanto polvillo que parecía que estábamos jugando en
Wembley y con neblina. Una de esas canchitas era la del
Estrella Roja, el equipo de mi viejo, donde yo jugaba sí o
sí. Otra era la del Tres Banderas, del papá de un amigo
mío; el Goyo Carrizo. ¡Estrella Roja contra Tres Banderas
era como un Boca-River!
54 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
4
Etapas del aprendizaje
57
Estudios realizados en Estados Unidos de América, en
1987, concluyeron que la prevalencia de la obesidad del
niño americano aumentó entre los años 1963 y 1980, lo
cual significa que en el año 1980 existía un mayor núme-
ro de niños obesos que en el año 1960. El hallazgo se
relaciona con la disminución progresiva del hábito de la
actividad física y esto, curiosamente, gracias al avance de
la tecnología.
Otros estudios han demostrado que el niño obeso es me-
nos activo que otros niños de la misma edad y de constitu-
ción delgada, además, presenta una tendencia familiar a
la inactividad física, posiblemente por un comportamien-
to cultural o una predisposición genética y heredada.
El sedentarismo desde la infancia favorecerá más tarde en
la vida adulta la incidencia de enfermedades como infarto
agudo del miocardio, diabetes, hipertensión arterial, trom-
bosis cerebral, osteoporosis, entre muchas otras enferme-
dades del tipo crónico [
]
El ejercicio debe constituir parte habitual de la vida del
niño desde edades muy tempranas. Los beneficios de la
actividad física en el niño son múltiples, desde el desarro-
llo físico y mental, hasta el aspecto social y de interrelación
con el medio.
Dentro de los programas desarrollados para los niños es
necesario tener en cuenta varios aspectos. Un programa
de actividad física para niños debe evitar los dos extremos,
actividades muy sencillas y aburridas o ejercicios dema-
siado fuertes y frustrantes. Es conveniente que se lleve un
orden en los ejercicios, comenzando con actividades sen-
cillas a las cuales progresivamente se les pueden agregar
otras cada vez más complejas.
El objetivo de mejorar las aptitudes físicas en los niños en
edades tempranas no estará orientado específicamente a
seleccionar talentos, lo que podría llevar al niño a una
actividad conflictiva, estresante y sobre todo de gran frus-
tración con respecto a otros compañeros de juego que, de
una u otra manera, pueden tener mayores ventajas
psicomotoras.
58 Eduardo Raymondo
Los ejercicios en los niños deberán tener un carácter de
juego, ser lúdicos y agradables, pero siempre con paráme-
tros claros.
En Estados Unidos, con patrocinio gubernamental, se está
implementando en las diferentes escuelas un programa de
recreación y condición física llamado Sparks, para reali-
zar tanto dentro como fuera de las clases.
El programa está encaminado a mantener al estudiante en
movimiento y hacer que la actividad física sea agradable
para los pequeños.
60 Eduardo Raymondo
dencia en la actualidad es iniciar cada vez más temprano
al niño en un deporte.
Es necesario considerar que algunos deportes de alto ren-
dimiento generan una serie de problemas de salud bastan-
te considerables, tanto psicológicos como físicos. La acti-
vidad física de alta competencia requiere un compromiso
permanente del niño con el entrenamiento, el juego que
este realiza inicialmente deja de serlo y se convierte en
una obligación, buscando lograr su mejor marca; los ho-
rarios son estrictos, lo que no permite que el niño actúe a
voluntad propia; las lesiones y el dolor se vuelven parte de
su vida. En estos casos, niños que no hayan sido prepara-
dos psicológicamente pueden presentar traumas que mu-
chas veces son reforzados por las ansias de triunfo de algu-
nos padres y educadores.
Lo ideal es el tiempo que permita al niño realizar prácticas
en forma agradable y confortable, teniendo en considera-
ción además la práctica que se lleva a cabo en su colegio.
Cuando los niños realizan actividades extraescolares, los
instructores o entrenadores y los mismos padres deben con-
siderar dichas actividades como parte del proceso y no
desconocer su práctica deportiva escolar, debido a que los
niños pueden presentar un estado de fatiga y frustración
por una exagerada actividad física.
El niño podrá realizar diversos tipos de ejercicios en for-
ma de juego, y más tarde en forma de deportes específi-
cos. No se debe encasillar al niño en una actividad en
particular, lo óptimo es permitirle desarrollar múltiples
habilidades.
Dentro de las diversas actividades de los colegios o institu-
ciones deportivas, la coordinación será orientada por per-
sonal capacitado para dirigir al niño en diferentes progra-
mas según sus cualidades. (Dr. James Sallis, creador del
programa Sparks de recreación y condición física en es-
cuelas de Estados Unidos)
Buscando información específica sobre las etapas del
desarrollo de niños y jóvenes en lo deportivo, tomamos con-
62 Eduardo Raymondo
Lo ideal sería que un niño, hasta aproximadamente los 11
años, juegue por el placer de jugar, sin hacer hincapié en
la competencia, ya que aproximadamente a esa edad hay
un aumento de la coordinación dinámica general, aumento
de la coordinación óculo-manual, y un mayor ajuste per-
ceptivo interno y externo.
Recién entonces un niño puede comenzar a incorporar
lentamente conceptos tácticos, ya que hasta aquí pudo rea-
lizar los pedidos de sus mayores, no porque los haya com-
prendido, sino por obediencia.
Partiendo de la premisa de que las máximas autoridades
de un niño son sus padres, y sabiendo que un entrenador
le dice a un niño que, mientras dure la competencia, le
haga caso a él y no a sus padres, la palabra del entrenador
comienza a tener gran influencia en el niño.
Después de los 11 años, un niño debería comenzar con
especialización deportiva, entendiéndolo como un proce-
so de desarrollo y entrenamiento de las capacidades técni-
co-tácticas, orgánico-funcionales y neuromusculares con
el fin de obtener un rendimiento óptimo o máximo, esto
implica competencia regular, jerarquías, categorías, regla-
mentos, etcétera.
Primera etapa:
formación perceptiva motora (de 0-9 años)
64 Eduardo Raymondo
misma manera al ganar o al perder? [
] Tampoco en esta
etapa debemos pretender que el niño aprenda gestos téc-
nicos de ningún tipo, porque a esa altura de su desarrollo
no puede hacerlo.
Además, como ya sabemos, para aprender los gestos técni-
cos es necesario repetirlos gran cantidad de veces lo que
es sumamente aburrido para el niño, más cuando no ob-
tiene resultados. Si nos empeñamos ya desde estas edades
en que el niño entrene y compita oficialmente, corremos
el riesgo de provocarle daños físicos y psíquicos. Algunos
chicos trabajan de jugadores de fútbol, pues entrenan
mucho de lunes a viernes y los fines de semana juegan,
por lo que, en muchos casos, se ha perdido el sentido lúdi-
co de este deporte.
Hemos visto cómo adolescentes de 15 y 16 años que
empezaron a competir y entrenar oficialmente desde los 7
y 8 años en el fútbol infantil sufren el síndrome de Sa-
turación deportiva (desinterés por el deporte) y dejan de
practicarlo, cuando más deberían hacerlo. También tene-
mos el caso de los niños que se dedican desde muy peque-
ños a la práctica de algún deporte específico y a los 15
años se dan cuenta de que ese deporte no les satisface y
pretenden cambiarlo por otro.
En síntesis, los niños en esta etapa deben jugar a todo, sus
tareas deben ser lo más variadas, amplias y ricas posibles,
pero no se les debe iniciar en el deporte y hacerlo compe-
tir oficialmente.
Segunda etapa:
formación deportiva multilateral (9-13 años)
66 Eduardo Raymondo
do. No olvidemos que estamos iniciando al niño en el
deporte en general y no en el deporte que nosotros quere-
mos que practique. Esto significa que si estamos enseñan-
do fútbol, el niño deber jugar en todos sus puestos, arque-
ro defensor, medio campista y delantero. Tampoco es
bueno que a estas edades aprenda sistemas complejos de
táctica colectiva, sino los principios que rigen tanto en el
ataque como en la defensa. Es de suma importancia que
no compita oficialmente en ningún deporte. Si bien el
niño en esta etapa tiene mejores posibilidades de adapta-
ción a los esfuerzos, todavía no está preparado para so-
portar el stress de la competencia oficial. Es recomenda-
ble además para un mejor aprendizaje táctico que se acos-
tumbre a resolver situaciones en espacios reducidos, ya
sean de ataque o defensa, por lo tanto sería conveniente
que se jugara 1 contra 1, 2 contra 2; 3 contra 3; 4 contra
4; etcétera. Realizar estas actividades en pequeñas can-
chas, bien delimitadas por conos y/o palos de color
resaltante (anaranjado) así se van acostumbrando a los lí-
mites de una cancha. Es necesario aclarar que cuantas más
situaciones tienen que resolver, más necesidad de apren-
dizaje (global en este caso) tendrán, y cuantas más posibi-
lidades técnicas tengan, mejor resolverán las situaciones
tácticas que se les planteen. Estamos seguros de que res-
petando el desarrollo y la maduración de los niños, no
sólo ayudamos a su educación, sino que estamos forman-
do un verdadero deportista. En la siguiente etapa ya po-
demos comenzar con la enseñanza de los aspectos técni-
cos específicos, pero todavía no podemos desarrollarlo
en un deporte
(Lic. Darío C. Mendelsohn, psicólogo
especializado en Psicología del Deporte)
Como vimos, en estas edades, la práctica simultánea de
muchos deportes le ayudará al joven a familiarizarse con di-
ferentes movimientos y alternativas, lo que posteriormente le
permitirá resolver con eficacia situaciones que se le presen-
ten en su deporte principal. Tenemos el caso de Washington
Sebastián el Loco Abreu, que desde niño practicaba tanto
68 Eduardo Raymondo
practicaba tenis. Primero una hora en la pista y luego
otra de gimnasia. Además, practicaba los miércoles y los
viernes con el equipo de fútbol. Así compaginaba mis
dos grandes pasiones de pequeño
(Diego Forlán, U-ru-
gua-yo, ob. cit.)
Asimismo, su padre comenta:
El tenis ayuda mucho al entrenamiento del jugador. Le
digo a cualquier jugador de fútbol que, si puede, haga
una hora por semana de tenis con un buen rival, que lo
haga correr por toda la cancha, porque ese entrenamiento
no se lo da casi ningún otro ejercicio. Te da una capaci-
dad de reacción que es necesaria en el césped. Hay con-
tinuos cambios de ritmo, de dirección, te obliga a man-
tener la concentración en todo momento y te da una
rapidez de piernas imprescindible en el fútbol
(Pablo
Forlán)
El fútbol de salón es un deporte que proporciona control
del balón en espacios reducidos, y ayuda a acostumbrarse
a trabajar tácticamente, no obstante, se recomienda optar
por uno u otro deporte, o sea, si eliges que quieres jugar al
fútbol, diviértete con el fútbol de salón, pero no te lo tomes
muy a pecho.
En su página web, el Dr. Carlos S. Bilardo opina sobre
la formación ideal para los jóvenes jugadores:
Hablamos que hasta los 16 años hay que trabajar en la
parte técnica, en esto hago mucho hincapié, porque es la
base en la formación de un futbolista.
Hay que empezar de los 6 años con distintos ejercicios
técnicos, que serán cada vez más complejos hasta los 16
años. Se le enseña a pegarle con la pierna derecha y con la
pierna izquierda, a cabecear, a esquivar rivales, a parar el
balón de cualquier forma que le llegue, saber dominarla,
tenerla junto a él siempre y así se va aumentando la canti-
dad y calidad de trabajo técnico, que cada día son más
indispensables para una persona.
70 Eduardo Raymondo
Tercera etapa: entrenamiento específico
(13 años en adelante)
72 Eduardo Raymondo
Foto: Richard Styles.
5
5
Una elección compleja
n
Goleros: La altura es importante, arriba de 1,80 metros.
También la envergadura, o sea la distancia que se abar-
ca cuando se abren los brazos. Asimismo son importan-
tes los reflejos, fuerza, agilidad, y movimientos coordi-
nados de potencia y precisión. También es importante
saber tomar decisiones rápido. Unos buenos ejemplos
son el brasileño Júlio César y y el español Iker Casillas.
n
Laterales: Velocidad y resistencia sobre todo, ya que
son de los jugadores que más corren durante un parti-
75
do, yendo y viniendo por el lateral. También deben sa-
ber marcar y ser precisos con la pelota, sobre todo para
centrar correctamente. El brasileño Maicon y el alemán
Philipp Lahm son buenos ejemplos a imitar.
n
Zagueros: Velocidad de anticipo, fuerza (están en cho-
que permanente con los delanteros rivales), altura, juego
aéreo y buena visión periférica, tener un buen panorama
de cancha. Diego Godín o el brasileño Lúcio son refe-
rentes de esa posición.
n
Volantes de contención: Resistencia aeróbica, sobre
todo, y fuerza física, ya que tiene un contacto perma-
nente con el rival. También es importante ser rápido y
tener capacidad de reacción, además de un correcto
manejo de la pelota y buen pase. El alemán Bastian
Schweinsteiger y el argentino Javier Mascherano son
buenos puntos de referencia.
n
Volantes mixtos y enganches: Muy buena resistencia
aeróbica, velocidad, anticipo, reacción, buen dominio
de pelota y panorama de cancha. Tienen que correr
muchísimo todos los partidos. Unos buenos referentes
son el italiano Andrea Pirlo y el alemán Michael Ballack.
n
Delanteros: Fuerza, potencia, explosión, velocidad y,
por supuesto, precisión en la definición. Tener buen do-
minio de la pelota y un buen juego aéreo es muy impor-
tante también para los delanteros. Buenos ejemplos son
el británico Wayne Rooney y Luis Suárez.
76 Eduardo Raymondo
colocaban en determinada posición, teniendo en cuenta sus
características físicas y, a veces, el puesto que necesitaran
cubrir en aquel momento. Vemos casos como el de Diego
Godín, zaguero uruguayo del Atlético Madrid y de la selec-
ción, que comenzó jugando de centrodelantero y terminó sien-
do un excelente zaguero. También tenemos el caso del ale-
mán Lothar Matthews, que comenzó como mediocampista y
acabó siendo zaguero, o el astro brasileño Júnior (Leovegildo
Lins da Gama Júnior), que empezó como lateral y terminó
como volante.
Al comienzo de su carrera, Cafú (Marcos Evangelista
de Moraes) jugaba como volante de armado, bajo la direc-
ción técnica de Telê Santana, en el San Pablo a comienzo
de los noventa. Como mediocampista, Cafú era bastante
talentoso y muy entusiasta, pero Telê vio que había algo
que no andaba bien; tal vez el posicionamiento, un poco
entreverado con la pelota, no sabía bien qué era, y decidió
hablar con Cafú: le pidió para llegar hasta el fondo y levan-
tar el centro, una y otra vez. De esa forma Cafú se volvió
lateral derecho, uno de los mejores de la historia.
Si hubiera insistido en ser mediocampista, tal vez no
hubiera llegado tan alto en el fútbol. En realidad, todos
quieren ser delanteros o mediocampistas, pero al momen-
to de llegar a probarse en algún equipo, y ver que hay
varios jugadores mejores que uno en esas posiciones, es
hora de reformularse algunas cosas. Podríamos citar el
ejemplo del zaguero Edmilson (José Edmilson Gomes de
Moraes), campeón mundial con Brasil; cuando jugaba en
las divisiones formativas del San Pablo era un mediocam-
pista habilidoso, con potencial, aunque también marcaba
muy bien. Un día fue probado en varias posiciones y se
comprobó que era rápido, tenía buena marca, salida cla-
ra, y se transformó en un zaguero de excepción.
Raí (Raí Souza Vieira de Oliveira) cuando preadoles-
cente era un muy buen extremo derecho, ya que era rápi-
78 Eduardo Raymondo
Quiero ser jugador de fútbol 79
anteriormente, acabas teniendo éxito en una posición
en la que no imaginaste jugar.
Algunos futbolistas intentan actuar en determinadas po-
siciones pensando en cosas prácticas: por ejemplo, en la
falta de buenos laterales. El lateral derecho brasileño
Gabriel, hijo del ex lateral izquierdo e ídolo del Corinthians
Wladimir, fue aconsejado por el padre para jugar en esa
posición. Wladimir se dio cuenta de que cuando Cafú se
retirara, dejaría el lateral derecho vacante y no había gran-
des jugadores asomando en el horizonte. Aunque Gabriel
prefería ser mediocampista (y tenía talento para eso) acep-
tó con buena voluntad el consejo de su padre, brilló en el
Fluminense y fue convocado a la selección de Brasil.
Por último: ¿Vale la pena jugar en una posición que no
es la que más me gusta? Si consigues jugar bien, vale. Si no,
por supuesto que no. Como todo en la vida, es preciso tener
sentido común y darse maña, como nos cuenta Raí:
En los años sesenta, la técnica era lo más importante, era el
fútbol arte, el de los virtuosos del balón. En los setenta, la
técnica todavía ocupaba un lugar destacado, pero ya las
evoluciones tácticas comenzaban a tallar. Los años ochen-
ta marcaron el inicio de la evolución física, la transforma-
ción del futbolista en un atleta. Hoy en día, el jugador que
se sabe adaptar a diversos sistemas tácticos, que es versátil,
lleva ventaja sobre el resto. Es importante destacar que el
sistema táctico puede cambiar dentro de un partido y es
muy valioso un jugador que inmediatamente pueda cam-
biar de posición y sepa recostarse a la línea de fondo cuando
el equipo va ganando, o sepa desengancharse y transfor-
marse en un delantero más cuando debe buscarse el gol,
aquel jugador que sea aplicado en las coberturas y rele-
vos
(Para ser jogador de futebol, ob. cit.)
Reafirmando este concepto de polifuncionalidad,
Tabárez expresa:
80 Eduardo Raymondo
Sucede que ahora se exige un componente físico para que
los jugadores puedan ser polifuncionales. No es concebi-
ble en los equipos de elite del fútbol moderno un delante-
ro que no trabaje en defensa o un defensa que no apoye
al equipo en ataque, aunque sea para mantener un equi-
librio defensivo por si el equipo pierde la pelota
Tam-
poco se pretende un jugador que juege en todos los pues-
tos, porque nunca conocí a ese jugador ni creo que exis-
ta, sino el que le cae bien una zona del campo de juego,
por la derecha, por la izquierda, más adelante, más atrás,
y que a partir de esa posición pueda desarrollar funciones
de ataque y de defensa que le sirvan al colectivo. Obvia-
mente, si es un delantero de punta, se tendrá que desequi-
librar un poco hacia sus funciones de ataque, pero eso no
lo obliga a quedarse sentado esperando que venga el res-
to del equipo a traerle la pelota
(Oscar W. Tabárez. En
Vadenuevo.com.uy)
El fútbol ha evolucionado mucho y, en la actualidad, no
se ven en la alta competencia aquellos volantes lentos y
talentosos de otros tiempos. Ahora si un jugador lento qui-
siera parar la pelota y darse vuelta a observar el panorama,
le roban la pelota en el acto. Todos los jugadores tienen que
tener dinámica. Hasta los típicos zagueros lentos y pesados
han quedado pasados de moda. En la alta competencia, los
defensas son elegidos altos y rápidos. El jugador completo,
además de ser dinámico, debe saber sacarse a un rival de
encima, saber resolver en espacios reducidos, pegarle
aceptablemente con las dos piernas, saber pasar en largo y
en corto, saber rematar al arco de media distancia en forma
correcta, y todos los jugadores deben marcar. Hasta los
delanteros talentosos colaboran en la marcación corriendo
y exigiendo a los rivales para entregarles las marcas a
sus compañeros del mediocampo. A continuación veremos
el punto de vista de varios referentes del fútbol, opinando
sobre las exigencias del fútbol moderno en cuanto a carac-
terísticas individuales y colectivas.
82 Eduardo Raymondo
Foto: Guillermo Bohm.
6
Fundamentos
La velocidad en el fútbol
85
Debido al desarrollo de la educación física, la técnica
y la táctica del fútbol, y a que las reglas han sido práctica-
mente las mismas desde la creación del fútbol, hoy en día
hay menos tiempo y espacio para resolver qué hacer con la
pelota, por lo cual todo debe hacerse rápidamente.
Los fundamentos en un partido de fútbol de elite se
tienen que desarrollar en velocidad y es muy importante
centrar el objetivo del fútbol de elite en la velocidad. Hay
muy poco espacio para hacer llegar la pelota a los compa-
ñeros. El pasarse la pelota de forma rápida es un rasgo de
distinción del fútbol actual
(Oscar W. Tabárez, confe-
rencia de prensa en el Museo del Fútbol, 30 de setiembre
de 2005)
Hoy en día el fútbol es sumamente táctico. En Mundia-
les de hace varias décadas, se veían grandes jugadas con
muchos toques cerca y dentro del área; eso hoy ya no se ve
más, así como tampoco las grandes goleadas, ya que a
medida que el fútbol se vuelve más competitivo y se alcan-
za un nivel más alto, todo se empareja.
No sólo la velocidad de desplazamiento, que está vincula-
da esencialmente a lo físico, es importante en el fútbol;
también existe la velocidad de ejecución en el aspecto de-
portivo que está vinculada a lo técnico y hay una veloci-
dad de decisión de la jugada correcta para resolver deter-
minada situación que está vinculada a lo táctico
(Ídem)
86 Eduardo Raymondo
llos que ven antes que los demás cuál es la jugada, y eso
también es rapidez, más allá de que no corran tan veloz-
mente como otros. Eso se logra luego de muchos partidos
jugados. De todas las soluciones que le pueden venir a la
mente de acuerdo a su experiencia deportiva, el buen fut-
bolista es el que elige la más acertada, si además de eso lo
hace con una muy buena técnica, entonces se convierte en
un gran jugador de fútbol.
En el fútbol hay que trabajar para que se mejore física-
mente pero también hay que trabajar para que se mejore
técnicamente, y eso hay que hacerlo desde la niñez, por-
que las destrezas se adquieren desde las edades más tem-
pranas, cuando todavía es tiempo de corregirlas o afirmar-
las. Por eso hay que trabajar con niños y con jóvenes
(Ídem)
El pase
88 Eduardo Raymondo
una sólida pared, ladrillo por ladrillo, haciendo horas ex-
tras. Veremos algunos ejemplos:
Primero fue la de trapo que hacía mi madre y picaba de
lo lindo. Después una de goma que valía veinticinco cen-
tésimos, bien dura, vivísima. Si dominabas esa, cuando en
las prácticas te daban la de cuero la hacías como a un
globo. Yo miraba mucho. Después copiaba. Una vez vino
al estadio un exhibicionista francés que con la punta del
zapato dominaba una pelota chiquita, ponía el pie verti-
cal, con los dedos hacia arriba y le pegaba con la punta de
la suela todas las veces que quería. En el barrio nos dio por
imitarlo. Otra vez, jugando en el campeonato de cuarta,
vi a un botija de Nacional hacer un trole; lo miré bien y
desde entonces me quedé a ensayarlo después de las prác-
ticas; cuando el entrenador tocaba el pito y se iba, yo me
quedaba en la cancha pegándole con las dos piernas, repi-
tiendo jugadas, perfeccionando siempre la técnica. Hace
años fui supervisor en las inferiores de Huracán Buceo y
cuando el entrenador tocaba el pito para terminar la prác-
tica, se iban todos, la cancha quedaba vacía. Me acuerdo
de que en un partido en el estadio contra los peruanos, me
encontré encerrado entre los zagueros Heredia y Delgado,
entonces hice el trole aquel que le había visto al pibe de
Nacional y quedaron los dos pagando. Yo hice muchos
goles de chilena. La chilena es infalible, si la hacés bien es
gol, porque el arquero no la puede prever. Hice algunos
de taco dejándola pasar por sobre la cabeza, recuerdo uno
contra Defensor, y tiraba caños y jugadas que te hacían
escuchar el clamor del estadio. Porque lo practicaba todo
eso. Yo creo que el futbolista tiene que ser ambidiestro y
dominar completamente la técnica. Porque la jugada es
un instante y vos nunca sabés si te va a salvar una bolea o
un tiro de sobrepique y tenés que saber hacerlos
(Oscar
Omar Míguez, ex jugador de Peñarol, Campeón del Mun-
do con Uruguay en 1950. En Tenfieldigital.com.uy)
El primer regalo que recibió de su padre el astro espa-
ñol David Villa fue un balón de fútbol. Desde entonces, no
90 Eduardo Raymondo
Yo soy un convencido de que el jugador tiene que prac-
ticar permanentemente para perfeccionar el tiro. Muchos
jugadores de hoy creen que pateando diez veces ya apren-
dieron; pero hay que hacerlo mil veces, todos los días,
durante veinte años
(Antonio Alzamendi, programa Ha-
blemos de fútbol, abril de 2004)
Uno de los jugadores con mejores condiciones técni-
cas del futbol uruguayo de los últimos tiempos ha sido
Horacio Peralta, quien ha manifestado:
Yo tuve la suerte de tener a un muy buen entrenador en
el baby fútbol, que nos exigía que usáramos las dos pier-
nas para rematar y pasar la pelota. Luego, cuando ingresé
a las inferiores de Danubio, continué practicando esos fun-
damentos.
Peralta usa indistintamente ambas piernas, lo que lo
hace bastante impredecible en sus movimientos y suma-
mente difícil de controlar por los marcadores rivales.
El ex jugador estrella del San Pablo y la selección bra-
sileña, Raí, hermano de Sócrates y campeón de la Copa
Libertadores de América, tenía un formidable remate tanto
con pelota quieta como en movimiento. Pasaba muchas
horas entrenando tiros de todos lados, aun cuando era un
jugador consagrado. Él asegura, a quien quiera oírlo, que
por más facilidad que se tenga, esas cosas requieren de un
perfeccionamiento.
Asegura también que, aunque siempre le pegó bastante
bien de media distancia, hubiese hecho muchos menos go-
les de no haber pulido sus condiciones naturales.
Si tienes un talento, significa que siempre realizarás ese
movimiento de una forma ágil y armoniosa, pero no signi-
fica que vas a hacer un gol siempre; el promedio alto de
aciertos solamente se consigue con la repetición.
¿Acaso alguien cree que Rogério Ceni siempre pateó bien
los tiros libres? Rogério pasó horas entrenando ese fun-
damento.
92 Eduardo Raymondo
Cuando muchachos, íbamos a una cancha de pelota de
mano, de frontón vasco, y nos poníamos a jugar a la pelo-
ta de mano y terminábamos jugando con el pie, hacíamos
tiros a la distancia. Hoy hay algunos equipos en Europa
que tienen en el vestuario un frontón, fundamentalmente
para los arqueros, porque es fenomenal, agarran un senti-
do de la distancia extraordinario, conocen bien los piques
de la pelota y están vivos para el juego. Nosotros en aque-
llos veranos jugábamos al frontón con el pie y con pelota
de tenis. Yo en aquel entonces no me daba cuenta, pero
estaba dos o tres horas jugando al frontón con el pie y
tener una pelota de tenis con el pie es un poco complica-
do, y más quererla meter por arriba de una banda de lata.
Uno lo piensa ahora cuando está entrenando y quiere
mejorar en el jugador algún aspecto y me hacen reír, me
hacen enojar. Porque aquí muchas veces se dice: pero
cómo puede ser que este jugador esté en este club y no le
den fundamentos. Eso son mentiras, de las muchas que se
emiten en este fútbol desgraciadamente. Los fundamentos
para ir a cualquier club los tienes que tener tú. Si tú no
sabes controlar, si no sabes pegar, si no sabes cabecear, si
no sabes calcular el salto, no podés jugar al fútbol. Eso no
te lo enseñan en el club, eso lo tienes que llevar contigo.
Te pueden ayudar a mejorarlo. Pero eso tiene que ser tuyo
de cuando eras niño, de cuando tienes ansiedad por apren-
der
(Tenfieldigital.com.uy)
Julio César Morales, ex jugador de Nacional de Monte-
video y Austria de Viena, ganador de las Copas Libertadores
de 1971 y 1980 con Nacional y mundialista con Uruguay
en México 70 afirma:
El primer año (que trabajaba con jugadores juveniles)
alquilamos un gimnasio con frontón en la calle Fernández
Crespo. Elegía de a cuatro jugadores de la quinta y me los
llevaba en el auto al frontón. Me pasé trayendo y llevando
chiquilines al frontón. Los mataba. Practicamos todos los
golpes, con cara externa, con cara interna, tres dedos, em-
peine, los cuatro chanfles, una y otra pierna. Fuimos corri-
94 Eduardo Raymondo
la pelota; si la pelota va por la derecha, vos tenés que
estar por la izquierda; si va por la izquierda, tenés que
estar por la derecha, y siempre con el perfil preparado,
tenés que orientarte, viéndola de costado. Después nin-
gún técnico me enseñó nada de fundamentos. Ya lo traía.
Te diría que era innato en mí, porque yo jugaba de 9 o en
el medio campo o de zaguero y no extrañaba para nada,
aunque de 9 vos jugás por lo general de espaldas al arco
rival, exactamente al revés que de zaguero. Ahora hay
que enseñarle al jugador. Entrenar mucho. Porque tam-
poco era una cosa que te salía sola. Fui aprendiendo solo,
pero porque entrenaba a la par de todos y después nos
quedábamos con Carrasco y un arquero a practicar tiros
libres y penales, por ejemplo. Yo tiraba los penales en
Nacional y nunca erré un penal. Porque después de los
entrenamientos pateaba cincuenta pelotas a un palo y cin-
cuenta al otro, trabajaba perfil, trabajaba la posición del
cuerpo, en fin [
] El día que yo sea director técnico, lo
primero que voy a hacer es explicarle las cosas de cada
puesto a cada jugador. Menos las del arquero que no las
sé, porque es la única función que no desempeñé como
jugador profesional. Pero voy a trabajar con un entrena-
dor específico de arqueros. Yo pienso que es una ventaja
muy importante, pero te estoy hablando de algo muy sen-
cillo, explicar y enseñar lo que hay que hacer, porque el
fútbol es muy sencillo; hoy por hoy lo estamos compli-
cando nosotros. Queremos hacer cosas difíciles y yo pienso
que cuanto más sencillo sea, el fútbol es mejor para crear
sorpresa, que es lo importante, la sorpresa, que el jugador
que recibe la pelota tenga dos o tres opciones de pase a
compañeros desmarcados, que piquen al vacío. Por eso
es más importante el jugador que juega sin pelota que el
que está con la pelota. Para que el que está con la pelota
sepa lo que hacer, el que está sin pelota tiene que picar,
arrastrar marcas, crear espacios. (Alfredo de los Santos, ex
jugador de Nacional, River Plate y selección uruguaya.
En Tenfieldigital.com.uy)
96 Eduardo Raymondo
nir. Lo importante es ejecutar, pensar en milésimas de se-
gundo. Si tardas más, si no tienes mecanizada la jugada,
no metés el gol. Todo lo que me decía lo hacía mío, y
puedo asegurar que tenía razón en todo [
] Muchas ve-
ces me preguntan cuál es la mecánica del tiro. Cómo te
preparas mentalmente para patear. Justo en el momento
anterior a pegarle a la pelota procesás todas las opciones.
Siempre me ha gustado estudiar al arquero rival y pensás
en décimas de segundo, si es mejor pegar para arriba o,
por el contrario, si es un guardameta alto que tiene pro-
blemas por abajo. Te preguntás si debes tocar, pegarle fuer-
te, driblear o pararla, qué altura tomará la pelota. Y de-
pendiendo de cómo pique, y el control que realizás, optás
por una solución u otra. La posición de los compañeros, la
de los defensas, si sale o no el arquero, intentas recordar
cómo se mueve el guardameta en el uno contra uno, si
sale bien o prefiere quedarse debajo de los palos. Pero lo
importante es no dudar; la decisión que tomes debés ha-
cerla tuya, pase lo que pase, porque si dudás ejecutarás
mal. Pero para llegar aquí lo más importante es la técnica
individual, y eso sólo se consigue practicando y trabajan-
do. Cuando estoy solo con la pelota me dedico a realizar
muchos controles (dominio en el aire) porque es una de
las acciones más importantes para un delantero; si
acomodás bien la pelota, tenés medio gol en el bolsillo.
Delante de la pared le pego con la pierna izquierda, con
la derecha, juego a que rebote en la pared, pique en el
suelo una vez y golpeo de nuevo, hago controles en el
aire, cualquier cosa que mejore la técnica individual. Yo
mismo me pongo alguna regla, cada día una diferente, y
me divierto un rato. Depende de los días, pero puedo estar
una hora sin problemas. En los tiros penales me sucede lo
mismo; antes de patear, tomo la decisión y ya no miro al
arquero. Lo único que tengo presente es que me gusta cam-
biar el lado al que tiro. Y si los porteros estudian a los
delanteros antes de ejecutar la pena máxima, está claro
que los delanteros hacen lo mismo con ellos. Pero eso sí; a
la hora de la verdad lo que cuenta es la cabeza. Si lográs
98 Eduardo Raymondo
Foto: Alejandro Moreira.
7
Sugerencias de los que saben
Escuelas de fútbol
101
plo necesitan pelota, divertirse. Yo veo niños de 8 años
que los hacen dar 5 vueltas a la cancha; cuando terminan
¡están cansados! Hay que darles ejercicios con la pelota,
que se diviertan; dales ejercicios de tirar al arco, que em-
piecen a hacer enganches con derecha, izquierda, que
aprendan a parar la pelota. ¿El niño qué quiere? Jugar al
fútbol
¿Qué es jugar al fútbol? La pelota
Dale pelota y
que se divierta mientras aprende
(Ruben Sosa)
Los contratistas
Condiciones naturales
109
Tener un sueño
Compromiso
Perseverancia
Disciplina
Suerte
Actitud
n
Debes ser leal y respetar a tus compañeros, técnicos,
adversarios, jueces y periodistas. Compórtate con los
demás como te gustaría que se comportaran contigo.
Quien es leal y respeta es respetado. Recuerda tam-
bién que el fútbol no es una guerra. No actúes con mala
intención ante tus adversarios. Recuerda que también
son tus semejantes.
n
En lo posible, entrena haciendo énfasis en la velocidad
desde la preadolescencia o adolescencia, puesto que
en el fútbol de hoy el jugador lento ya no tiene cabida.
Debes ser rápido física y mentalmente.
n
No te preocupes demasiado por la indumentaria. No
gastes un gran presupuesto en eso, ni te preocupes por
lucir prendas deportivas que llamen mucho la atención.
Preocúpate por pulir tus condiciones. Al final de cuen-
tas, si llegas a donde tú quieres, te van a pagar por usar
toda esa ropa y tú no vas a prestarle mayor atención.
n
Si vas a una práctica importante o tienes un partido,
jamás uses zapatos de fútbol nuevos. Usa los viejos, a
los que tu pie está acostumbrado. También puedes co-
menzar a usar los nuevos una semana antes de ese even-
to, aunque debes tener cuidado porque pueden causar-
te ampollas.
n
No te crees mitos de ningún jugador contemporáneo,
pero sí míralos por televisión para ver lo que hacen bien,
y aprender. Tampoco les prestes mucha atención a los
jugadores de tu edad que destacan en las formativas.
Cuando los enfrentes, debes tomar precauciones, al igual
que con todos los rivales, pero interiormente debes estar
convencido de que ninguno es más que tú. Juega con
confianza, y siéntete a gusto, cualquiera sea el rival.
119
que siempre tuvo un lugar absolutamente preferencial en
su corazón. Es bueno darle al dinero su real valor, pero el
ser humano debe recordar siempre su esencia, y hay cosas,
sentimientos, emociones, que no se pueden medir en dine-
ro. No te olvides de tu gente, que en medio de sus trabajos
y sus tareas cotidianas se desviven por los colores de las
camisetas y el de tu país. Nunca te olvides de tus orígenes,
de tu barrio, de tu ciudad, de tu país, porque el que se olvi-
da de eso, se olvida de sí mismo.
Entendimos que teníamos que ser representantes de la
gente, representantes del pueblo. Entonces nosotros, los
representantes, cuando salíamos a jugar, pensábamos en
la vieja, en el viejo, en el amigo, en el laburante, en to-
dos
y disfrutábamos como ellos cuando nos enterába-
mos de que iban a festejar los triunfos al Obelisco. Yo qui-
siera que todo esto que digo se hiciera carne en los chicos
del fútbol. Me encantaría ponerme frente a los juveniles y
decirles: ¿Vos venís de Rosario, pibe? Vení como sea; en
tren, en colectivo, a dedo, pero vení
después vemos.
Jugate por la selección, por tu país, que así te estás jugan-
do por tu gente. (Diego A. Maradona, Yo soy el Diego de
la gente, ob. cit.)
120
Carta abierta al que cree que no llegó
121
Cómo vas a saber
123
Cómo vas a saber lo que es el egoísmo,
si nunca hiciste una de más cuando tenías
que dársela al 9 que estaba solo.
Cómo vas a saber lo que es el arte,
si nunca, pero nunca, inventaste una rabona.
Cómo vas a saber lo que es la música,
si jamás cantaste en la popular.
Cómo vas a saber lo que es la injusticia,
si nunca te sacó tarjeta roja una referí localista.
Decime, cómo vas a saber lo que es el insomnio,
si jamás te fuiste al descenso.
Cómo vas a saber lo que es el odio,
si nunca hiciste un gol en contra.
Cómo, pero cómo vas a saber lo que es llorar, sí, llorar,
si jamás perdiste una final en un mundial sobre la hora
con un penal dudoso.
Cómo vas a saber, querido amigo,
cómo vas a saber lo que es la vida,
si nunca jamás, jugaste al fútbol
Walter Saavedra
(Argentina)
124
Índice de personajes y clubes
A Crivari, Pedro 25
Club Atlético Peñarol 25, 28, 50,
Abreu, Washington Sebastián
82, 89
el Loco 67
Club Nacional de Football 28, 41-42,
Albacete 114
68, 89, 92-93, 95, 103
Alzamendi, Antonio el Hormiga
Cruz Azul 68
28, 91
Cruzeiro 50
Austria 93
B D
BAC 51 Da Silveira, Jorge Dr. 22-23,
Ballack, Michael 76 39-40, 104, 106
Bilardo, Carlos Salvador Dr. 38, Danubio 24, 91-92
48, 69-70 De León, José Ricardo 94
Boca Juniors 25, 36, 53, 119 de los Santos, Alfredo 95
Botafogo 36-38, 68, 78 Delgado 89
Deportivo Cali 28
Deportivo La Coruña 68
C Diego (Diego Ribas Da Cunha) 103
Cafú (Marcos Evangelista de Moraes) Dondinho (João Ramos do
77, 80, 112 Nascimento) 51-52
Carrasco, Juan Ramón 34, 95
Carreño, Daniel 28
E
Carrizo, Gregorio el Goyo 53
Casillas, Iker 75 Edmilson (José Edmilson Gomes de
Coates, Sebastián 13 Moraes) 77
Corbatta, Orestes Omar 35 Estrella Roja 53
Corinthians 38, 80, 115 Estudiantes de la Plata 38, 48, 70
125
F J
Federer, Roger 98 Jordan, Michael 112
Fergusson, Alex 51 Júlio César (Júlio César Soares
Fernández Pavlovich, Marcelo 25 Espíndola) 75
Fiorentina 38 Júnior (Leovegildo Lins da Gama Júnior)
Flamengo 38, 92 77
Flores, Eduardo el Bocha 48
Fluminense 80 K
Forlán, Diego 40, 50-51, 69, 90,
96, 98, 112, 115, 118 Kaká (Ricardo Izecson Santos Leite)
Forlán, Pablo 50-51, 69 72
Kesman, Alberto 103
G L
Gabriel (Gabriel Rodrigues
Lahm, Philipp 76
dos Santos) 80
Langreo 112
Gallardo, Marcelo 118
Leite de Barros, Turíbio Dr. 71
Gandulla, Dr. 38
Los Pumas de la UNAM 39
Garasteguy, Tatín 27
Lúcio (Lucimar da Silva Ferreira) 76
Garrincha (Manoel Francisco
Dos Santos) 36
Génova 82 M
Godín, Diego 76-77 Madero, Raúl Dr. 48
Gómez, Walter 36 Maicon (Maicon Douglas Sisenando)
Gremio 68 76
Gutiérrez, Gabriel 21-22 Maldini, Cesare 47
Maldini, Paolo 47-48
H Mallorca 92
Manchester United 51, 115
Heredia 89 Manicera, Jorge 92
Hernández, Abel 11 Maradona, Diego Armando 54,
Higuaín, Gonzalo 49-50 118-120
Higuaín, Jorge Pipa 49 Mascherano, Javier Alejandro 76
Huracán Buceo 89 Matthews, Lothar 77
Mendelsohn, Darío C. Lic. 62, 67
I Míguez, Oscar Omar 89
Milan 47-48, 112
Independiente 28, 50, 115 Moller, Raúl Dr. 41-42
Iniesta, Andrés 113 Morales, Julio César 93
Morales, Víctor Hugo 49
Müller (Luís Antônio Corrêa
da Costa) 92
126
N Sosa, Ruben 92, 101-102, 110
Sporting de Gijón B 112
Nadal, Rafael 98, 115
Suárez, Luis 76
Neto (José Ferreira Neto) 115
Sud América 41
Núñez, Héctor 92
T
P
Tabárez, Oscar W. 25, 80-81,
Pachamé, Carlos Oscar 48
86, 96
Pelé (Edson Arantes do Nascimento)
Tecos 68
36, 51, 53, 119
Telê (Telê Santana da Silva) 77
Perfumo, Roberto 49
Torino 82
Pirlo, Andrea 76
Tostão (Eduardo Gonçalves de
Poletti, Alberto José 48
Andrade) 39
PVC (Paulo Vinícius Coelho) 115
Tres Banderas 53
Tutte, Verónica Psic. 23-24
R
Racing 35 V
Raí (Raí Souza Vieira de Oliveira)
Valencia 92
72, 77-78, 80, 91, 115
Verón, Juan Ramón La Bruja 48
Real Oviedo 112
Verón, Gonzalo La Brujita 49
Recoba, Álvaro 25
Villa, David 89-90, 112
River Plate 28, 36, 49-50, 53,
68, 95
Rogério (Rogério Mücke Ceni) 91 W
Roo, Roberto 103-104 Wladimir (Wladimir Rodrigues dos
Rooney, Wayne 76 Santos) 80
S Y
Saavedra, Walter 124 Yanuzzi, Enrique 104
Sallis, James Dr. 46, 57, 61
San Lorenzo 38, 68
San Pablo FC 50, 71, 77-78,
Z
91-92, 103, 115 Zubeldía, Luis 70
Sánchez, Hugo 38
Santos 38, 103, 119
Scelza, Juan Carlos 26
Schweinsteiger, Bastian 76
Señorans, Jorge 22
Sete de Setembro 53
Sócrates (Sócrates Brasileiro Sampaio
de Souza Vieira) 37-38, 91
127