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CIEN AÑOS DE SOLEDAD (1967)

Índice
CONTEXTO DE LA OBRA. 2
ARGUMENTO 3
ESTRUCTURA 5
ESPACIO Y SU EVOLUCIÓN 5
TIEMPO 6
Personajes 9
Primera generación: 12
Segunda generación: 13
Tercera generación: 14
Cuarta generación: 15
Quinta generación: 16
Sexta generación: 17
Séptima generación: 18
Personajes externos a la familia 19
TEMAS 20
- Soledad 20
- Tiempo 21
- Memoria, recuerdo y olvido 22
- Incesto 23
- Mitos 23
TRANSGRESIÓN E HISTORIA 25
ESTILO Y RECURSOS 27
CONTEXTO DE LA OBRA.
La novela es considerada referente del llamado Boom latinoamericano y del realismo
mágico.

El Boom Latinoamericano fue un fenómeno editorial y literario que surgió entre los
años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos
relativamente jóvenes fue ampliamente distribuido en todo el mundo.

El Boom está más relacionado con los autores Gabriel García Márquez (Colombia),
Julio Cortázar (Argentina), Carlos Fuentes (México) y Mario Vargas (Perú). Las novelas
del boom son esencialmente modernistas. Tratan al tiempo de una manera lineal,
suelen utilizar varias perspectivas o voces narrativas y cuentan con un gran numero de
neologismos (la acuñación de nuevas palabras o frases), juegos de palabras e incluso
blasfemias. El boom tuvo un impacto inmediato, ya que cambió la forma en que la
cultura latinoamericana fue vista en todo el mundo. Por supuesto, la traducción
desempeña un papel importante en el éxito de los escritores del boom, ya que les dio
una audiencia mucho mayor. Estos autores siguieron produciendo las mejores novelas
durante cuatro décadas. Además, el auge abrió la puerta a nuevos escritores de América
Latina en términos de la escena internacional

Sus temas constantes son la fusión de lo real, lo ideal y lo fantástico, urgencia de crear
una literatura distinta, ajuste de su producción al avance de las comunicaciones.
Solución de problemas morales psicológicos y sociales.

El realismo mágico (también llamado lo real maravilloso) hace posible que la


objetividad de la vida material se vea matizada por la subjetividad de la fantasía El
realismo mágico se refiere a la realidad narrada con una mezcla de elementos
fantásticos y fabulosos.

En la novela Cien años de soledad el autor Gabriel García Márquez encaja


perfectamente el realismo mágico porque añade hechos que vivió en carne propia,
mezclándolo con el toque fantasioso e imaginario que le pasaba por la mente.

Algunos de los hechos en cual se expresa el realismo mágico son:

• Cuando Remedios, la bella, desaparecía volando con una sábana.


• Cuando hubo en Macondo un diluvio que duro más de cuatro años.
• Cuando nace el último miembro de la familia con cola de cerdo.
• La lluvia de flor
ARGUMENTO1
El libro narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones a través
de una cronología de cien años en el pueblo ficticio y mágico de Macondo.

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se casaron
llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región de que
su primer hijo podría desarrollar una cola de cerdo. En una pelea de gallos en la que
resultó muerto el animal de Prudencio Aguilar, este, enardecido por la derrota, le gritó
a José Arcadio Buendía, dueño del vencedor: «A ver si ese gallo le hace el favor a tu
mujer», ya que la gente del pueblo sospechaba que José Arcadio y Úrsula no habían
tenido relaciones en un año de matrimonio (por el miedo de Úrsula de que la
descendencia naciera con cola de cerdo). José Arcadio Buendía reta en duelo a
Prudencio y lo mata al atravesarle intempestivamente la lanza y perforarle la garganta.
A partir de entonces, el fantasma de Prudencio lo atormenta apareciéndose repetidas
veces en su casa tratando de cerrar la herida mortal con un tapón de esparto. A causa
del acoso del fantasma de Aguilar, José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán deciden irse
a la sierra. En medio del camino, José Arcadio Buendía tiene un sueño en que se le
aparecen construcciones con paredes de espejo y, preguntando su nombre, le
responden "Macondo". Así, despierto del sueño, decide detener la caravana, hacer un
claro en la selva y habitar ahí.

El pueblo es fundado por diversas familias dirigidas por José Arcadio Buendía y Úrsula
Iguarán, quienes tuvieron tres hijos: José Arcadio, Aureliano y Amaranta (nombres que
se repetirán en las siguientes generaciones). Buendía se interesa en las novedades que
traen los gitanos al pueblo (teniendo una amistad especial con Melquíades, quien
muere en variadas ocasiones y que sería fundamental para el destino de la familia), y
termina su vida atado al castaño hasta donde llega el fantasma de su antiguo enemigo
Prudencio Aguilar. Úrsula es la matriarca de la familia, quien vive más de cien años
cuidando de la familia.

El pueblo poco a poco va creciendo y se establecen allí habitantes del otro lado de la
ciénaga. Con ellos se incrementa la actividad comercial y la construcción en Macondo.
Inexplicablemente llega Rebeca, a quienes los Buendía adoptan como hija. Por
desgracia, llegan también con ella la peste del insomnio y la peste del olvido causada
por el insomnio. La pérdida de la memoria obliga a sus habitantes a crear un método
para recordar las cosas y José Arcadio Buendia empieza a etiquetar todos los objetos
para recordar sus nombres; no obstante, este método empieza a fallar cuando las
personas también olvidan leer. Un día, regresa Melquíades de la muerte con una bebida
que restablece la memoria, y en agradecimiento es invitado a quedarse a vivir en la
casa. En esos momentos escribe unos pergaminos que solo podrían ser descifrados cien
años después.

Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto al enviar un
ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía a luchar contra el
régimen conservador. En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del fundador e hijo
de Pilar Ternera y José Arcadio) es designado por su tío jefe civil y militar, y se
transforma en un brutal dictador que es fusilado cuando el conservadurismo retoma el
poder.

1
Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Cien_a%C3%B1os_de_soledad#Argumento.
La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias oportunidades,
hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un tratado de paz que durará hasta el
fin de la novela. Después de que el tratado se firma, Aureliano se dispara en el pecho,
pero sobrevive. Posteriormente, el coronel regresa a la casa, se aleja de la política y se
dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller, al terminar cierta cantidad,
volvía a fundir los pescaditos en oro, volviendo a empezar desde cero en ciclo
interminable.

Aureliano Triste, uno de los diecisiete hijos del coronel Aureliano Buendía, instala una
fábrica de hielo en Macondo, deja a su hermano Aureliano Centeno al frente del
negocio y se marcha del pueblo con la idea de traer el tren. Regresa al cabo de poco
tiempo, cumpliendo con su misión, la cual genera un gran desarrollo, ya que con el
tren, llegan también el telégrafo, el gramófono y el cine. Entonces el pueblo se convierte
en un centro de actividad en la región, atrayendo a miles de personas de diversos
lugares. Algunos extranjeros recién llegados empiezan una plantación de banano cerca
de Macondo. El pueblo prospera hasta el surgimiento de una huelga en la plantación
bananera; para acabar con ella, se hace presente el ejército nacional y los trabajadores
que protestan son asesinados y arrojados al mar.

Después de la Masacre de los Trabajadores del Banano, el pueblo es asediado por las
lluvias que se prolongan por cuatro años, once meses y dos días. Úrsula dice que espera
el final de las lluvias para finalmente morir. Nace Aureliano Babilonia, el último
miembro de la línea Buendía (inicialmente referido como Aureliano Buendía, hasta que
más adelante descubre por los pergaminos de Melquíades que su apellido paterno es
Babilonia). Cuando las lluvias terminan, Úrsula muere y Macondo queda desolado.

La familia se ve reducida y en Macondo ya no se acuerdan de los Buendía; Aureliano se


dedica a descifrar los pergaminos de Melquíades en el laboratorio, hasta que regresa de
Bruselas su tía Amaranta Úrsula, con quien tiene un romance. De este, Amaranta
Úrsula queda embarazada y tiene un niño que al nacer se descubre con cola de cerdo;
ella muere desangrada después del parto. Aureliano Babilonia, desesperado, sale al
pueblo llamando de puerta en puerta, pero Macondo ahora es un pueblo abandonado y
solo encuentra a un cantinero que le ofrece aguardiente, quedándose dormido. Al
despertar se acuerda del niño recién nacido y corre a buscarlo, pero a su llegada
encuentra que se lo están comiendo las hormigas.

Aureliano recuerda que esto estaba predicho en los pergaminos de Melquíades. Con
vientos huracanados asediando Macondo y el lugar en el que estaba presente, termina
de descifrar la historia de los Buendía que ya estaba allí escrita con anticipación,
encontrando que al terminar de leerlos, finalizaría su propia historia y con él, la historia
de Macondo, el cual sería arrasado por el viento y borrado de cualquier memoria
humana... «porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una
segunda oportunidad sobre la tierra».
ESTRUCTURA
El libro se compone de 20 capítulos no titulados, en los cuales se narra una historia con
una estructura cíclica temporal, ya que los acontecimientos del pueblo y de la familia
Buendía, así como los nombres de los personajes se repiten una y otra vez, fusionando
la fantasía con la realidad.

• En los tres primeros capítulos se narra el éxodo de un grupo de familias y el


establecimiento del pueblo de Macondo.
• Desde el capítulo 4 hasta el 16 se trata el desarrollo económico, político y
social del pueblo.
• Los últimos cuatro capítulos narran su decadencia

ESPACIO Y SU EVOLUCIÓN
La novela está ambientada en el pueblo de Macondo, lugar ficticio que refleja muchas
de las costumbres y anécdotas vividas por García Márquez durante su infancia en su
pueblo natal, Aracataca, en la Costa Caribe de Colombia.

Este es una síntesis del espacio en el que se desarrolla la obra Cien años de soledad, en
forma lineal:

- Macondo es un lugar que fue fundado por José Arcadio Buendía y Úrsula Aguarán,
en el cual José Arcadio Buendía repartió las parcelas de tierra para que cada familia
tuviera su casa.
- En su inicio era una aldea ordenada y laboriosa con 300 habitantes, nadie era
mayor de 30 años y donde nadie había muerto en poco tiempo se llenaron las casas
con canarios azulejos y pelirrojos.
- El acceso a la recóndita ciudad era casi imposible solo se sabía que al oriente estaba
la sierra al sur estaban los pantanos al occidente la Ciénaga (una extensión acuática
sin horizontes).
- Por la iniciativa de José Arcadio Buendía iniciaron una expedición en la cual
encontraron un galeón español, pero no se explicaban como había llegado ahí
porque no había indicios de que el mar estuviera cerca.
- Gracias a las invenciones de los gitanos Macondo fue evolucionando más con la
iniciativa de su fundador.
- Úrsula en su afán de encontrar a su hijo perdido encontró un camino que llevaba a
los pueblos vecinos esto significa un gran avance para el pequeño pueblo.
- Fue hasta que Melquiades murió que se fundó un cementerio luego con la ayuda de
un hijo del coronel Aureliano llega a Macondo el ferrocarril y con este un a empresa
exportadora de banano fue en ese tiempo que Macondo surgió más fuerte que
nunca había una economía estable y una comunicación favorable.
- Luego de la quiebra de la compañía bananera Macondo se vino abajo todo era como
un pueblo fantasma nadie lo visitaba, ni tenían dinero para comprar comida.
- Luego de varios problemas con anticipación Aureliano supo por medio de los
pergaminos de Melquiades que Macondo seria destruido por completo.
TIEMPO
2
Son cien años de la familia Buendía y del pueblo de Macondo, inspirado en su
pueblo natal, Aracataca. Vargas Llosa la considera una novela total:

[…] por su materia, en la medida que describe un mundo cerrado, desde su


nacimiento hasta su muerte y en todos los órdenes que lo componen – el
individual y el colectivo, el legendario y el histórico, el cotidiano y el mítico–, y
por su forma, ya que la escritura y la estructura tienen, como la materia que
cuaja en ellas, una naturaleza exclusiva, irrepetible y autosuficiente. (Vargas
Llosa, 1971, 480).

El tiempo tiene su propia evolución en el mundo cerrado y autosuficiente:

● El tiempo cíclico, que se repite a todos los niveles de la novela y crea la


sensación de un mundo mítico.
● El tiempo real o cronológico, lineal, que lleva a la destrucción final de
Macondo.

Esta dualidad es percibida por los personajes de la novela (Úrsula Iguarán, el coronel
Aureliano Buendía, José Arcadio Segundo) que sienten que el tiempo transcurre en
redondo donde se funden el presente, el pasado y el futuro y que los eventos se van
repitiendo.

Los dos tiempos, el eterno mítico y el cronológico, parecen competir entre sí. Por una
parte, la sensación de que todo se repite, por otra parte, la conciencia de que el tiempo
pasa y no se puede frenarlo ni darle media vuelta. La frase que concluye la novela es
testigo de la fugacidad de la vida. Prevalece el despiadado tiempo cronológico:
Macondo y la familia Buendía viven su fin.

La apertura de la obra se caracteriza por una doble anticipación:

• “Frente al pelotón de fusilamiento”: anticipa un episodio que el dueño del


Tiempo nos contará más tarde con toda precisión. El narrador nos da una
primera regla de lectura: adaptar nuestro tiempo al suyo.
• El conocimiento del hielo por Aureliano Buendía.

Por tanto, la primera frase de Cien años de soledad es un flash forward que empuja los
hechos hacia adelante en el tiempo (al encontrarse frente al pelotón de fusilamiento),
seguido de un flash back cuando Aureliano Buendía se acuerda de su infancia (cuando
el padre lo llevó a conocer el hielo).

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano


Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a
conocer el hielo. (CAS, 9)

Desde allí el relato sigue el orden cronológico lineal natural hasta alcanzar el
momento de encontrarse Aureliano Buendía frente el pelotón de fusilamiento cuando
vuelve a recordar el mismo momento de su niñez.

2
Parafraseo y copia del artículo Markic, J: El recuerdo y el olvido en Cien años de soledad. Ars &
Humanitas studies, DOI: 10.4312/ars.12.2.163-175 y de de Toro, Alfonso: Estructura narrativa y temporal
en Cien años de soledad.
La segunda frase de la novela coloca la ficción en un espacio. Sin embargo, siguen
abundando las referencias temporales, confirmando que el Tiempo es un tema central
en la novela. Aquí pues, se dibuja el espacio de Macondo. La enunciación del nombre
es anterior a la edificación de la aldea. El espacio de esta novela es el producto de un
sueño de su fundador.

Por tanto, el comienzo de CAS es anacrónico y luego se continúa la narración en


forma cronológica. Se encuentran numerosas analepsis, prolepsis y círculos
temporales, que no destruyen la linealidad, ya que el narrador omnisciente ordena las
intromisiones y aclara las relaciones temporales.

La circularidad temporal tiene la función de crear la ilusión de atemporalidad en la


conciencia del lector y de fundir la historia en un presente eterno. El lector es en cada
círculo conducido a la situación de partida, de manera que los límites entre
pasado-presente-futuro comienza a borrarse.

El empleo de analepsis y prolepsis no es un azar en CAS ni tampoco solamente el


resultado de un tipo de narración omnisciente, sino también, y especialmente, el
resultado de la concepción mítica de la novela. Algunas de las prolepsis y analepsis mas
recurrentes son aquellas frente al pelotón de fusilamiento y la visita al hielo, como ya
hemos indicado.

Estas prolepsis y analepsis no son meras recurrencias al nivel de la enunciación, sino


repeticiones de prolepsis y analepsis que van mas allá de su función tradicional, donde
se encuentra al servicio de aclarar puntos oscuros, es decir, de procurar ciertas
informaciones que faltan al nivel de la historia, o de producir tensión.

Su fin es actualizar, marcar el mito creado en la novela misma, el declararlo un nuevo


mito (sin que eso signifique que el mito de los Buendía y de Macondo no se base en
elementos míticos ya existentes).
Personajes3
En la obra son mencionados muchísimos personajes unos más que otros, la familia
Buendia se encuentran 7 generaciones: estas son:

1) Primera Generación: Jose Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán.


2) Segunda Generación: Jose Arcadio, Aureliano Buendía, Amaranta, Rebeca.
3) Tercera Generación: Arcadio, Aureliano José, Santa Sofía de la Piedad, 17
Aurelianos.
4) Cuarta Generación: Remedios la bella, José Arcadio Segundo, Aureliano
Segundo, Fernanda del Carpio.
5) Quinta Generación: Renata Remedios (Meme), Jose Arcadio, Amaranta Úrsula.
6) Sexta Generación: Aureliano Babilonia.
7) Séptima Generación: Aureliano (el nombre que elige su madre es Rodrigo, pero
no llega a usar ninguno de los dos).

3
Wikipedia
Primera generación:
José Arcadio Buendía.

Es el patriarca de la estirpe y fundador principal de Macondo. Se caracteriza por ser


obsesivo paradójico emprendedor y soñador; pretende hacer de Macondo un modelo de
desarrollo tanto en lo social como en lo económico.

Debido a su fuerte inclinación por la ciencia y su espíritu de explicarse a sí mismo


ciertos misterios, socializa con los gitanos, consolida una gran amistad con el líder de
esa tribu nómada, Melquíades. Más tarde, Melquíades habría de influir mucho en todo
el linaje de la familia Buendía debido a muchos aspectos, los daguerrotipos o los
pergaminos por mencionar algunos.

Tras vivir una vida con ímpetu y sueños, poco a poco va perdiendo la cordura, hasta que
lo atan al castaño del patio de la casa. Antes de su muerte, convivía mucho con el
fantasma de Prudencio Aguilar. José Arcadio Buendía muere atado en la cama a la cual
le obligan a volver, y durante toda la noche de ese día llueven flores amarillas y
minúsculas.

Úrsula Iguarán.

La madre y el eje de la familia Buendía. incrédula, etérea y fantasmal, deambula como


si caminara adherida a las paredes. Es autoritaria, dedicada y laboriosa lo que provoca
que contraste fuertemente su temperamento y el de su esposo.

Ella había de influir mucho en los pensamientos y decisiones que más tarde
emprenderían los miembros de la familia. En sus últimos años, de ser una mujer fuerte
y vivaz, pasa a ser el objeto con que se divertirían Aureliano y Amaranta Úrsula.

Durante el diluvio, poco a poco sucumbe a la demencia senil y pierde completamente la


vista; sin embargo, siempre mantiene el espíritu que la caracteriza. Vive
aproximadamente 120 años de edad. Durante su entierro, un calor sofocante invade
Macondo.

Amaranta Buendía

La hija menor de José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, Amaranta, creció en


compañía de Rebeca; no obstante, sus sentimientos por su hermana adoptiva cambian
ante la aparición de Pietro Crespi en la vida de los Buendía, ya que ambas se interesan
en él durante su adolescencia y nace entonces una rivalidad entre ellas.

Amaranta rechaza a cualquier hombre que la busque, incluyendo a Pietro Crespi, quien
la corteja después de que Rebeca lo deja, pero lo rechaza de tal modo que hace que el
italiano se suicide por ella.

Tiene un breve romance con su sobrino Aureliano José, a quien ella crio luego de que su
hermano se fuese a la guerra, y en un intento final por dejar su soledad, toca al nieto de
su sobrino José Arcadio (hijo de Fernanda y Aureliano Segundo) de forma inapropiada
cuando tiene tres años de edad, fue también pretendida por el mejor amigo de
Aureliano, Gerineldo Márquez.

Muere soltera y virgen después de haber tejido y deshecho, durante poco más de cuatro
años, su propia mortaja. Es un ejemplo de una mujer que rechaza el amor porque tiene
miedo de enfrentarse a su propio corazón.

Segunda generación:
José Arcadio.

Es el primer hijo de la familia Buendía. Se desarrolla a temprana edad. Su madre,


Úrsula, pensaba que su desproporción era algo tan desnaturalizado como la cola de
cerdo del primo.

Tiene una relación con una amiga de la familia mucho mayor que él, Pilar Ternera, pero
la abandona después de dejarla embarazada. Deja su familia por la atracción que siente
hacia una joven gitana, pero regresa sorprendentemente muchos años después como un
hombre mujeriego, corpulento, hablando en lenguaje de marineros, con niños-en-cruz
y tatuado, afirmando en su jerga que ha navegado por los mares del mundo y ha dado la
vuelta al planeta 65 veces.

Se casa con Rebeca y, a causa del escándalo, terminan por vivir alejados de la familia.
Después empieza a trabajar las tierras adyacentes a su casa y luego a usurpar las
mejores tierras de sus vecinos en Macondo. El robo es legalizado por su hijo Arcadio, al
crear una oficina de registros mientras tuvo el cargo de jefe civil y militar, pero las
tierras son devueltas muchos años después por su hermano Aureliano a sus
propietarios originales.

La muerte de José Arcadio no fue jamás esclarecida: algunos suponen que fue
asesinado por su esposa Rebeca después de regresar de cacería, la mayoría, que fue un
suicidio bajo las mismas circunstancias; la sangre de su cuerpo recorre en un hilo todo
el pueblo hasta llegar a la casa de la familia, donde se encontraba su madre Úrsula,
quien recorre el camino en sentido contrario, hasta dar con el cuerpo de su hijo. El olor
a pólvora de su cuerpo permanece años en Macondo, incluso después de ser enterrado,
hasta que los ingenieros de la industria bananera tapan su tumba con un caparazón de
hormigón.

Rebeca Montiel.

Es la hija adoptiva de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía. Llega a Macondo


procedente de Manaure y trae consigo la peste del insomnio. Come tierra y cal cuando
está desesperada y enamorada del refinamiento y la buena educación de Pietro Crespi.
Pero se entrega a la pasión de José Arcadio hasta convertirse en su esposa.

Luego de casarse con José Arcadio, ambos son desterrados por Úrsula de la casa por la
«inconcebible falta de respeto» que habían cometido.

Después de la extraña muerte de su esposo, ya que el autor no revela al culpable en


ningún momento e incluso se insinúa la posibilidad de que la misma Rebeca sea la
asesina, Rebeca se encierra y vive en soledad y amargura con su criada, Argénida, por el
resto de su vida.

Solo se vuelve a saber de ella cuando su sobrino Aureliano Triste la encuentra al entrar
a su casa; y cuando muere, muchos años después, decrépita, padeciendo de tiña y
chupándose el pulgar.

Coronel Aureliano Buendía.

Es el segundo hijo de José Arcadio Buendía y Ursula Iguarán. El coronel Aureliano


Buendía es el primero de los nacidos en Macondo. En él se combinan la pasión por la
ciencia y por las armas. Silencioso y solitario es el personaje que permite comprender el
tema de la soledad. La historia con los pescaditos de oro, que derrite y los vuelve a
fabricar recuerdan al mito de Sísifo.

Tiene un hijo con Pilar Ternera, a quien llamarán Aureliano José. Se casa con Remedios
Moscote, una niña de apenas nueve años de edad, de quien enviuda poco después de
casado.

Viendo la trampa de su suegro, Apolinar Moscote, durante las elecciones, se une al


partido liberal cuando comienza la guerra civil, como coronel al mando de las fuerzas
revolucionarias, en una mezcla de pasión por las armas y las ciencias. Pelea contra el
gobierno conservador en 32 guerras civiles (las cuales pierde todas), y lleva su lucha
hasta América Central, desde donde impulsaba un proyecto para derrocar todos los
gobiernos conservadores del continente.

En distintas ocasiones evitó la muerte y el fusilamiento (momento al cual se hace


alusión en muchos momentos de la obra, como en el principio). Incluso sobrevivió a un
suicidio, al dispararse en un punto de su pecho pintado por un médico que adivinó sus
intenciones ante su petición, punto en el cual no salía afectado ningún órgano vital. El
médico consideró esta acción «su obra maestra».

El coronel tuvo 17 hijos con 17 mujeres distintas durante la guerra. Luego de padecer el
dolor y las penurias emocionales que le trae la guerra, pierde todo interés en la batalla,
firma un tratado de paz (el tratado de Neerlandia) y regresa a casa. Durante su vejez,
pierde toda capacidad de emoción y de memoria, dedicando todos los días a su vieja
labor de fabricar pescaditos de oro en su antiguo taller de platería; revela así su dolor
más grande, la incapacidad de amar. Muere de viejo un día sin alguna explicación. Fue
el único a quien Fernanda no hizo blanco de sus berrinches. Es el más profundo
ejemplo de soledad en la obra.

Tercera generación:
Arcadio

Hijo de Pilar Ternera y José Arcadio, él siempre pensó que sus padres eran José
Arcadio Buendía y Úrsula. Al nacer, Úrsula no quería aceptarlo, pero José Arcadio
Buendía lo acogió, le dio el apellido y lo llevó a vivir en la casa. Úrsula accedió con la
condición de que no se le revelase su origen. Es un impulsivo profesor de escuela, pero
asume el liderazgo de Macondo cuando el coronel Aureliano Buendía se marcha y le
encomienda esta misión. Se convierte en un dictador utilizando a sus alumnos como
ejército personal. Es fusilado por el capitán Roque Carnicero cuando el régimen
conservador asume el poder de Macondo.

Aureliano José.

Hijo de Pilar Ternera y el coronel Aureliano Buendía. Acompaña a su padre en algunas


guerras, pero regresa al pueblo debido a que está enamorado de su tía Amaranta, quien
lo crio desde que nació. Aureliano José muere al recibir un disparo de un capitán
conservador de la guardia durante la guerra, Aquiles Ricardo, al huir de una brigada
policial.

Los 17 Aurelianos.

Durante sus 32 guerras civiles, el coronel Aureliano Buendía tuvo 17 hijos con 17
mujeres diferentes, con las que estuvo solo una noche. Esto lo explica el autor debido a
una creencia, según la cual, las mujeres jóvenes eran enviadas a acostarse con los
soldados para tener hijos fuertes que mejoraran la raza, y la casa de los Buendía es
visitada por 17 madres diferentes solicitando a Úrsula Iguarán bautizar a sus hijos.
Úrsula los bautiza a todos ellos con el nombre de Aureliano y el apellido de sus
respectivas madres, ya que nunca fueron reconocidos por su progenitor.

Más tarde, todos los hijos regresan a la casa de los Buendía dos veces: en la primera,
Aureliano Triste se queda en Macondo y en la segunda, lo hace Aureliano Centeno.

En una tercera ocasión, llegan a Macondo, Aureliano Serrador y Aureliano Arcaya;


finalmente son asesinados por el gobierno o por los "gringos", supuestamente debido a
una amenaza del coronel. Son identificados por haber sido señalados con la cruz de
Miércoles de Ceniza en sus frentes, que nunca pudieron borrarse. Aureliano Amador
sobrevive a las matanzas tras esconderse en la selva de la sierra, y muchos años más
tarde, siendo un anciano, regresa a la casa, encontrándose con Aureliano Babilonia y
José Arcadio, quienes no lo conocían y lo echaron creyendo que era un vagabundo,
entonces dos agentes de la policía que lo persiguieron durante años lo mataron de dos
tiros de mauser en la cabeza.

Cuarta generación:
Remedios la bella

Remedios es hija de Arcadio y Santa Sofía de la Piedad, de quien heredó su belleza. Es


la mujer más hermosa del mundo, y cuatro hombres mueren trágicamente al tratar de
poseerla; ella se mantiene inocente a través de su vida. Era la única persona que el
coronel Aureliano Buendía consideraba lúcida en esa casa a pesar de que había de
cuidarla para que no dibujara animalitos en las paredes con una varita embadurnada de
sus heces. Su olor (un olor inconfundible, desesperante) y presencia trastornaban a los
hombres (ajenos a su familia) de Macondo y la plantación bananera. Se dice que tenía
poderes de muerte ya que todos los hombres que la pretendían terminaban muriendo.
Una mañana, Remedios asciende en cuerpo y alma al cielo ante la mirada de Fernanda
quien siente envidia y se muestra disgustada porque se lleva sus sábanas.

José Arcadio Segundo


José Arcadio Segundo es el hermano gemelo de Aureliano Segundo, hijo de Arcadio y
Santa Sofía de la Piedad. Úrsula cree que ambos fueron intercambiados en su infancia,
ya que José Arcadio comienza a mostrar las características de los Aurelianos de la
familia, al crecer siendo una persona pensativa y calmada. En su infancia presenció un
fusilamiento, y por eso quedó siempre con el terror de que lo enterraran vivo. Después
empezó a ayudar en misa al padre Antonio Isabel, quien lo inició en las peleas de gallos.
Hizo el primer y único navío que hubo en Macondo, en el cual trajo las matronas
francesas. Juega un rol importante en la huelga de los trabajadores de las bananeras y
es uno de los dos sobrevivientes de la masacre (el otro era un niño que llevaba en sus
brazos durante la proclamación del decreto que permitía la masacre). Después de ello,
dedica el resto de sus días al estudio de los manuscritos de Melquíades, y tutor del
pequeño Aureliano. Afirma hasta el fin de sus días "Los mataron a todos. Eran más de
tres mil, y los tiraron al mar". Muere al mismo tiempo con su hermano gemelo.

Aureliano Segundo

De los dos hermanos, Aureliano Segundo es el más bullicioso e impulsivo, como todos
los José Arcadios de la familia. Toma a Petra Cotes como su amante, aun durante su
matrimonio con Fernanda del Carpio. Mientras vive con Petra, su ganado se reproduce
sin control, y con eso vive en tiempos de abundancia, al punto de tapizar paredes con
billetes. Después del diluvio, su fortuna desaparece. Trata durante mucho tiempo de
encontrar el tesoro que Úrsula escondió hasta que apareciera su dueño, sin conseguirlo,
por lo que dedica sus últimos años de vida a rifar los pocos animales que vivieron
después del diluvio, con el objetivo de que su hija Amaranta Úrsula pueda ir a estudiar
a Bruselas. Muere al mismo tiempo con su hermano. Durante el funeral se confunden,
sus cuerpos son intercambiados, y uno es enterrado en la tumba del otro.

Quinta generación:
Renata Remedios (Meme)

Meme es la primera hija de Fernanda del Carpio y Aureliano Segundo. Es enviada a la


escuela para aprender a tocar el clavicordio y se gradúa. Mientras se dedica a este
instrumento con una 'disciplina inflexible', también disfruta de las fiestas y las
exhibiciones siguiendo los excesos de su padre. Conoce y se enamora de Mauricio
Babilonia, un aprendiz de mecánico de los talleres de la compañía bananera siempre
rodeado de mariposas amarillas. Sin embargo, cuando Fernanda descubre que han
tenido relaciones sexuales, solicita al alcalde una guardia nocturna en la casa, con el
pretexto de que le robaban las gallinas, la cual le dispara a Mauricio Babilonia durante
una de sus visitas nocturnas y lo deja inválido, y envía a Meme al convento, sin
notificarlo a Aureliano Segundo. Meme permanece muda por el resto de su vida, no por
el trauma que le causó, sino como signo de rebelión y determinación. Algunos meses
más tarde, se entera de que está embarazada y tiene un hijo, a quien las religiosas
llaman Aureliano en honor a su abuelo. Este hijo será llevado a Macondo gracias a una
religiosa del convento, quien habló con Fernanda del Carpio. Renata muere anciana en
un tenebroso hospital de Cracovia, sin pronunciar nunca ni una sola palabra, pensando
siempre en Mauricio Babilonia.

José Arcadio
José Arcadio, llamado igual a sus predecesores de acuerdo con la tradición familiar,
tiene la personalidad de los Arcadios anteriores. Era lívido, lánguido de mirada atónita
y labios débiles, las manos pálidas, con nervaduras verdes y dedos parasitarios, solía
tener insomnios asmáticos. Es criado por Úrsula Iguarán, su tatarabuela, quien quiere
que se convierta en Papa, para lo cual es enviado a Roma, pero todo es una farsa
epistolar que culmina con la muerte de su madre. Al volver de Roma se hace de la casa
de los Buendía, desprecia al joven Aureliano, quien se enclaustra estudiando los
pergaminos de Melquíades y evitando a José Arcadio.

Es un hombre desagradable, egocéntrico, con manías de hombre noble y con el gusto de


tener compañías cuestionables. Estaba necesitado de dinero no solo para vivir sino para
mantener la casa arreglada.

Desafortunadamente y por casualidad descubre el tesoro tan celosamente escondido


por su tatarabuela: "no tuvieron que encender el foco, les bastó con levantar las placas
del rincón donde siempre estuvo la cama de Úrsula, allí estaban los tres sacos de lona
cerrados con alambre, y dentro de ellos, los siete mil doscientos catorce doblones de a
cuatro, que seguían relumbrando como brasas en la oscuridad" "el hallazgo del tesoro
fue como una deflagración" José Arcadio comienza a derrocharlo en fiestas ostentosas y
ridículas en compañía de niños y adolescentes que al igual le servían de sirvientes y se
ocupaban de su aseo personal: "En varias ocasiones se metieron en la albarca, para
jabonarlo de pies a cabeza, mientras él flotaba bocarriba pensando en Amaranta".

Eventualmente se llega a dar un acercamiento entre él y Aureliano Babilonia, el sobrino


que desprecia, a quien considera dejarle un negocio, con el oro que encontró, porque
tenía planeado irse a Nápoles antes de Navidad. Desafortunadamente antes de poder
partir, José Arcadio fue ahogado en la alberca del baño de la casa por cuatro niños a
quienes había expulsado y azotado previamente en el último "saturnal", luego del
asesinato, se llevaron los tres sacos de oro que solo ellos y la víctima sabían dónde
estaban escondidos. Aureliano encerrado en su cuarto no se dio cuenta de nada.

Amaranta Úrsula

Amaranta Úrsula es la hija menor de Fernanda y Aureliano Segundo. Tiene las mismas
características de Úrsula (la matriarca), quien muere cuando ella es solo una niña.
Nunca se entera de que el niño enviado a la casa de los Buendía es su sobrino, hijo de
Meme, con quien tuvo un niño, no como los demás, sino fruto del amor.

Luego de pasar su niñez en un convento de Bélgica, regresa de Europa con su esposo,


Gastón, trayendo una gran jaula con medio centenar de canarios, con los que esperaba
repoblar de aves a Macondo, que ya no tenía, y con una vitalidad y emprendimiento
increíbles, pero insuficientes para rescatar la casona de la familia Buendía de su
abandono. Gastón volvió a Bruselas por cuestión de negocios esperando un aeroplano
que había adquirido y tomó de modo indiferente la noticia sobre el romance de su
esposa con Aureliano Babilonia. Muere desangrada por el parto de su único hijo,
Aureliano, que representaba el fin de la estirpe Buendía.

Sexta generación:
Aureliano Babilonia
Aureliano es el hijo de Renata Remedios Buendía (Meme) y Mauricio Babilonia. Es
enviado a la casa y escondido del resto del mundo por su abuela, Fernanda, quien
inventa la historia de que fue encontrado flotando en una canastilla y lo esconde en el
taller de platería, aunque su abuelo lo descubre tres años después. Su personalidad es
similar a la del coronel Aureliano Buendía.

Apenas alcanza a conocer a Úrsula, quien muere durante su infancia. Es el hombre más
sabio de toda la estirpe, que conoce todo sin tener una razón para ello (como él decía,
"todo se sabe").

Entabla una gran amistad con José Arcadio Segundo, quien le relata la verdadera
historia de la masacre de la compañía bananera.

Mientras que otros miembros de la familia se marchan y regresan, Aureliano


permanece en la casa. Solo se aventura en el pueblo vacío después de la muerte de
Fernanda. Pasó toda su infancia y adolescencia encerrado leyendo los escritos de
Melquíades y tratando de descifrar sus pergaminos. Muchas veces se le aparece el
fantasma del gitano Melquíades (de quien tenía recuerdos previos al momento de su
nacimiento), quien le da las pistas para poder ubicar los libros que le permitirían
descifrar los pergaminos.

En la librería del sabio catalán conoce a sus cuatro amigos: Álvaro, Alfonso, Gabriel y
Germán. Comienza a visitar burdeles.

Se enamora de Amaranta Úrsula, con quien comienza a mantener una relación


clandestina pero cuando se va Gastón pueden amarse en libertad. Es el gran ejemplo de
amor en la obra. Durante mucho tiempo sospechan que son hermanos. Tienen un hijo,
a quien llaman Aureliano (a pesar de que Amaranta Úrsula quería que fuera Rodrigo),
que nace con cola de cerdo. Amaranta Úrsula muere, y Aureliano sale al pueblo, preso
del dolor que le causa su muerte. En ese momento grita a los cuatro vientos: "los
amigos son unos hijos de puta", una frase que demuestra la gran reflexión de la soledad
en su corazón.

Cuando vuelve a la casa, ve que su hijo Aureliano está muerto y que está siendo
devorado por todas las hormigas del mundo y entonces recuerda el epígrafe de los
manuscritos de Melquíades: "El primero de la familia está atado a un árbol y al último
se lo están comiendo las hormigas", y se da cuenta que en esos pergaminos está escrito
todo el destino de la familia Buendía. Sin ninguna dificultad, descifra los pergaminos en
voz alta encontrando los primeros indicios de su existencia en su abuelo cuando
buscaba a Fernanda del Carpio, el instante de su concepción por Mauricio Babilonia y
Meme en el baño de la casa de los Buendía y se da cuenta de que Amaranta Úrsula
Buendía era su tía, mientras Macondo comienza a ser destruida por el viento, porque
según el autor "estaba escrito que la ciudad de los espejos (o espejismos) desaparecería
de la faz de la tierra y borrada de la memoria de los hombres en el momento que
Aureliano Babilonia descifrara la última página de los pergaminos, pues las estirpes
condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra".
En este punto al personaje se le llama con el apellido de su progenitor y concluye la
novela.
Séptima generación:
Rodrigo/Aureliano

Hijo de Aureliano Babilonia y su tía, Amaranta Úrsula, nació con cola de cerdo, tal y
como Úrsula pronosticó que ocurriría, y representa el final de la familia Buendía. Su
madre desea que se llame Rodrigo, pero en contraposición, su padre quiere que se lo
nombre Aureliano, de acuerdo con la tradición familiar de los Buendía. Como toda la
familia estaba condenada a cien años de soledad, no podrá sobrevivir, por lo que muere
devorado por las hormigas coloradas que habían invadido la casa durante el diluvio, tal
como lo predecía el epígrafe de los pergaminos de Melquíades: "El primero de la estirpe
está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas".

Personajes externos a la familia


Melquíades

Melquíades es uno de los gitanos que visita Macondo cada año en el mes de marzo,
trayendo elementos innovadores de diversos lugares del mundo y vende muchos
nuevos inventos, incluyendo dos imanes (que José Arcadio Buendía adquirió pensando
en hacerse millonario al creer que atraerían el oro), una lupa gigantesca (que José
Arcadio Buendía pensó usar como un arma de guerra) y un laboratorio de alquimia,
entablando una gran amistad con él.

Su origen no es aclarado en la novela, aunque hablaba y escribía sánscrito, que era su


lengua materna, además del castellano, pudiéndose suponer que era nativo del
subcontinente indio.

Más tarde, los gitanos reportan que Melquíades muere en Singapur tras una epidemia,
pero repentinamente regresa a vivir con la familia Buendía (porque según él "no
soportaba la soledad de la muerte").

En unos pergaminos escribe en su idioma materno versos cifrados en los que predice la
historia de la familia Buendía, los cuales son descifrados por Aureliano Babilonia cien
años después.

Fernanda del Carpio

Fernanda es la cachaca de la historia. De carácter oscuro, triste, afectado y caprichoso,


con ínfulas de grandeza y de pertenecer a la realeza. Es muy religiosa, rayana en el
fanatismo, hizo del acto de comer en la cocina una "misa mayor" en el comedor
principal. Conserva el hablar "viciado" y "anacrónico" de los habitantes de la región
andina o interior de Colombia, de donde es oriunda. Hija de una familia noble pero
empobrecida, dedicó su infancia y adolescencia a estudiar en un convento, donde fue
preparada para ser reina.

Cuando terminó sus estudios, su madre ya había muerto y en adelante siguió viviendo
silenciosamente con su padre, Fernando del Carpio, mientras sobrevivía con la
confección de palmas fúnebres, hasta que Aureliano Segundo llegó para casarse con ella
luego de que ella y su caravana irrumpieran en los carnavales de Macondo, donde la
reina era Remedios, la bella, y la caravana llegó anunciando a Fernanda del Carpio
como la mujer más bella del mundo.
Se casa con Aureliano Segundo a pesar de que este sigue viviendo con su concubina,
Petra Cotes. Su llegada a la casa de los Buendía marca el principio de la decadencia de
Macondo. Su carácter es además dominante, neurótico y perfeccionista, con el que
logró imponer su voluntad en la casa de los Buendía (aunque nunca se metió con el
coronel Aureliano Buendía por temor).

Hace todo lo posible para ocultar al mundo sus defectos, porque no soporta ser
imperfecta. Al descubrir los amores de su hija Meme con Mauricio Babilonia, hace que
este sea baleado por la autoridad, a raíz de lo cual queda inválido y tenido para siempre
por ladrón de gallinas.

Demostrando su lado desalmado, destierra a su hija a un convento del interior del país,
donde Meme decide no volver a decir una sola palabra y termina su vida en completa
soledad, en un tenebroso hospital de Cracovia.

En sus últimos días vive sola en la casa con Aureliano Babilonia, su nieto a quien nunca
quiso ni reconoció. Muere cuatro meses antes de que su hijo José Arcadio volviera de
Ro

Pilar Ternera

Pilar es una alegre, sabia y decidida mujer que llega a Macondo junto a sus padres en la
expedición que funda el pueblo.

Se convierte en la concubina de los hermanos José Arcadio y Aureliano, a cada uno de


los cuales les da un hijo, Arcadio y Aureliano José (quien terminó entregando la casa de
los Buendía), respectivamente. Pilar lee y predice el futuro en las cartas, y luego es la
regenta de un prostíbulo. Llega a vivir más de 140 años y la entierran en un gran hueco
sentada en su mecedora. Amante y la mejor consejera de los Buendía.ma.

TEMAS
El punto de partida de su novela está vinculado a una vivencia personal, el viaje con su
madre a Aracataca para vender la casa.

Las vivencias pasadas, el transcurrir del tiempo, los estragos que deja el tiempo y
siembra soledad en los humanos son compartidos por el autor y sus protagonistas.

Cien años de soledad es un magnífico entrelazamiento entre lo real y lo imaginario.

En la novela irrumpen recuerdos, memorias y olvidos hasta llegar a su fin.

- Soledad

Indudablemente en esta obra el tema principal es la soledad, pues es esta la que se


encarga de marcar la vida de sus personajes, en especial los varones.

La soledad es la característica que acompaña a todos los integrantes de la familia


Buendía, es de esta soledad de la que cada uno pretende escapar en algún momento de
su vida; pero al final comprende que ya ese era su inevitable destino, así que deciden
aceptarla. Hay personajes tan relevantes en la obra como Úrsula, que lucha toda su vida
por alejar la sombra de soledad de su familia y siempre espera encontrar en cada nuevo
integrante de la familia aquel que borre la mala suerte que tienen.

Durante la novela, todos sus personajes parecen que están predestinados a padecer de
la soledad, como una característica innata de la familia Buendía.​El pueblo mismo vive
aislado de la modernidad, siempre a la espera de la llegada de los gitanos para traer los
nuevos inventos; y el olvido, frecuente en los acontecimientos trágicos recurrentes en la
historia de la cultura que presenta la obra.

● Principalmente se hace evidente la soledad en el coronel Aureliano Buendía, ya


que su inhabilidad para expresar el amor hace que se marche a la guerra
dejando hijos por diversos lugares de madres diferentes; en alguna ocasión
solicitó trazar un círculo de tres metros a su alrededor para evitar que se le
acercaran y después de firmar la paz, se dispara en el pecho para no tener que
afrontar su futuro, con tan mala fortuna que no logra su propósito y pasa su
vejez en el laboratorio de alquimia elaborando pescaditos de oro que deshace y
rehace en un pacto honrado con la soledad.
● el fundador de Macondo, José Arcadio Buendía (quien muere solo, atado a un
árbol)
● Úrsula (quien vive la soledad en la ceguera de su vejez)
● José Arcadio (hijo del fundador) y Rebeca (quienes se marchan a habitar solos
en otra casa por haber "deshonrado" a la familia)
● Amaranta (quien permanece y muere soltera y virgen)
● Gerineldo Márquez (quien espera una pensión que nunca llega y el amor de
Amaranta)
● Pietro Crespi (quien se suicida ante el rechazo de Amaranta)
● José Arcadio Segundo (quien desde que vio un fusilamiento nunca tuvo relación
con nadie y pasó sus últimos años encerrado en el cuarto de Melquíades)
● Fernanda del Carpio (quien fue criada para ser reina y la primera vez que sale
de su casa es a los 12 años)
● Remedios 'Meme' Buendía (la cual fue enviada a un convento, en contra de su
voluntad, pero completamente resignada luego de la desgracia que sufrió
Mauricio Babilonia y se condena al eterno silencio)
● Aureliano Babilonia (quien pasa encerrado en el cuarto de Melquíades; e incluso
hubo un momento en que habitó completamente solo en la casa de los Buendía,
después del asesinato del último José Arcadio y antes de la llegada de Amaranta
Úrsula).

La razón primordial por la cual sus personajes terminan solos es su incapacidad de


amar o sus prejuicios, lo cual se rompe con el matrimonio de Aureliano Babilonia y
Amaranta Úrsula, que provocan un final lúgubre en la historia en el cual el único hijo
procreado con amor es devorado por las hormigas.

La estirpe estaba condenada a cien años de soledad, por lo cual no podían


amar. Hay un caso excepcional que es el de Aureliano Segundo con Petra Cotes,
quienes se aman, pero nunca tienen un hijo. La única opción que tenía un miembro de
la familia de tener un hijo con amor era tenerlo con otro miembro de la familia, que fue
lo que aconteció con Aureliano Babilonia y su tía Amaranta Úrsula, y además este único
ser engendrado con amor estaba destinado a morir y con ello acabar con la estirpe.
- Tiempo

La obra es la crónica completa de Macondo y de la familia Buendía que fundó el pueblo.


El patriarca José Arcadio Buendía marca la dinastía con el sello de la imaginación y el
delirio inventivo. En su soledad, José Arcadio Buendía inicia esa larga meditación sobre
Cronos: el tiempo puede condensarse en una fracción eternizada.

Úrsula desafía el Tiempo por su longevidad, pues ve morir y nacer a los Buendía y
presencia la decadencia de la estirpe. Mantiene las tradiciones familiares. Uno de sus
hijos, el coronel Aureliano Buendía, es un ser legendario. La muerte es su fiel
compañera. Su mujer, Remedios, muere poco después de las bodas, y sus 17 hijos
ilegítimos mueren víctimas de una represión sangrienta dirigida contra toda la familia.

Macondo envejece, sus habitantes envejecen, los miembros de la familia Buendía


van envejeciendo y muriendo. Solo Úrsula parece desafiar al tiempo. Se calcula que
murió cuando tenía entre ciento quince y ciento ventidós años.

En la novela hay varias menciones de demencia senil. Así por ejemplo, Melquíades,
antes de morir, padece de demencia senil que se va agravando rápidamente. Antes de
morir Úrsula confundía los acontecimientos, las personas, el tiempo, poco a poco iba
perdiendo la razón. Según Jaime García Márquez es un padecimiento bastante común
en la familia de García Márquez.

- Memoria, recuerdo y olvido

La noción del tiempo se vincula estrechamente con los conceptos de la memoria, el


recuerdo y el olvido. Los términos recordar2 (recuerdo, recordarse), acordar
(acordarse de) – estos dos términos se relacionan, signifi cativamente, con la palabra
latina cor, cordis, corazón – , olvidar (olvido, olvidarse de), memoria se repiten a lo
largo de la novela. La novela se apoya, por tanto, en la memoria, en el recuerdo. La vida
misma es recuerdo.

Los habitantes de Macondo se las ingenian de diferentes maneras para luchar contra
el olvido al que son expuestos debido a diferentes acontecimientos, la vejez, el paso de
los años y las enfermedades. Con la enfermedad del insomnio lograron aislarse y crear
una cuarentena, pero se fueron olvidando de todo poco a poco. Aureliano inventó un
método para luchar contra el olvido: marcada cada cosa con su nombre. Sin embargo,
acabaron por hundirse en una realidad ficticia que ellos mismos inventaron. Al final
reaparece Melquíades que es quien los cura de la enfermedad y los habitantes
reconquistan sus recuerdos (aquí aparece el daguerrotipo como el nuevo invento de
Melquíades).

La repetición también puede servir como método de liberarse del olvido. Tanto la
repetición como la enumeración son características del estilo graciamarquiano. En
numerosos fragmentos de la novela asistimos a reiteraciones y repeticiones como en el
pasaje siguiente en que el coronel Aureliano Buendía siempre sueña el mismo sueño
pero solo se acuerda de él dentro del sueño.

Asimismo, Úrsula descubre que los miembros de la familia repiten los mismos actos,
dicen las mismas palabras, hacen los mismos recorridos por la casa, lo que le ayuda a
orientarse cuando pierde la vista
Pero no solo contra el olvido luchan los Buendía, sino también contra el recuerdo. Para
borrar el recuerdo de Rebeca, que le quita el sosiego, Aureliano recurre a la bebida.
Bebe para olvidarse de ella, pero ocurre todo lo contrario «mientras más bebía más se
acordaba de Remedios, pero soportaba mejor la tortura de su recuerdo» (CAS, 59).
Logró emborracharse totalmente y perder la memoria «como en los tiempos del
olvido», pero «la volvió a recobrar en una madrugada ajena y en un cuarto que le era
completamente extraño»

- Incesto

Dramas sin fin destrozan a los Buendía. El principal es la tentación del incesto, que
estructura las peripecias. Cada miembro de la familia Buendía agrega su parte de
soledad personal y reproduce el destino de un antecesor. La repetición de los mismos
nombres es un símbolo de esto.

La organización de la familia Buendía obedece a estas características. Recordemos que


Úrsula es la que organiza y perpetúa la familia durante su larga existencia de más de
cien años. Luego prosigue al frente de la casa de Fernanda del Carpio.

En la obra se hace énfasis en la relación sexual bajo un esquema invariable, en el cual el


joven desea a un pariente cercano (primos, sobrinos, tías, tíos, etc). Generalmente es en
aquellas oportunidades en que el joven inicia la vida sexual, pero nunca llegan a ser
consumadas, sino suplantadas por la relación normal entre la pareja.

Las relaciones entre parientes se marcan dentro del mito del nacimiento de un hijo con
cola de cerdo; a pesar de ello, estas son presentes entre diversos miembros de la familia
y diversas generaciones a lo largo del relato.

La historia comienza con la relación entre dos primos: José Arcadio Buendía y Úrsula,
quienes crecieron juntos en la antigua ranchería, y tienen referencia de unos tíos suyos
que tuvieron un hijo con cola de cerdo. Posteriormente José Arcadio (hijo del fundador,
a quien en la novela se diferencia del padre nombrándolo siempre sin el apellido) se
casa con Rebeca, hija adoptiva de José Arcadio Buendía y Úrsula, en una supuesta
relación de hermanos. Cuando llega inesperadamente José Arcadio a la casa se
enamoran instantáneamente y se casan, cosa no aprobada por la familia, especialmente
Úrsula, que lo considera una traición. Aureliano José se enamora de su tía Amaranta en
una relación frustrada, llegando a proponerle matrimonio, pero es rechazado.
Finalmente se presenta la relación entre Amaranta Úrsula y su sobrino Aureliano,
quienes desconocen su parentesco debido a que Fernanda del Carpio, abuela de
Aureliano y madre de Amaranta Úrsula, ocultó la verdad del origen de él, afirmando
que había sido encontrado en una canastilla que flotaba en el río.

- Mitos

La reinterpretación del mito del paraíso perdido propuesta por esta obra
correspondía tanto a la conciencia que muchos latinoamericanos tenían de su propio
pasado como a la necesidad vital del hombre de arraigar su actuación en una tradición
mítica, a pesar del empeño de las culturas dominantes del siglo XX para destruir los
arquetipos antiguos. Márquez fija el mito que intentaba crear desde su primer libro: el
de la soledad humana.

Mientras tanto, Macondo crece, se arruina y desaparece de la superficie


terrestre. El fundador crea un pueblo que ha de integrarse en la vida de una nación.
Llega un corregidor del gobierno, la Iglesia, los disturbios políticos entre conservadores
y liberales… Los progresos técnicos acarrean a su vez desgracias, pues gracias al tren el
pueblo no escapa de la expansión económica norteamericana, con la instalación de la
compañía bananera. La población autóctona, explotada, se rebela, pero la represión es
una masacre. Con el cierre de la compañía bananera empieza la decadencia de
Macondo.

Las fuerzas sobrenaturales desempeñan un papel esencial en esta crónica. También


se borra la distancia entre la vida y la muerte, pues muertos y vivos se comunican.

Por tanto, el tema último de la obra es el enfrentamiento del Tiempo cíclico, el de


los grandes mitos (edad de oro, paraíso perdido…) y la cronología histórica. Por
más que los Buendía repitan las mismas cosas, nunca acabarán con Cronos. Solo el
último Aureliano comprende que la Historia ha vencido. Así nos iremos acostumbrando
a la metamorfosis de objetos sin cualidades en entidades portentosas y mágicas. Se
viaja de la realidad a lo fantástico (- realismo mágico). Se enfrentan el Mito y la
Historia.

A través de la historia de los cien años de los Buendía se memoriza parte de la historia
de Colombia con la repetición de hechos históricos de la guerra, el armisticio de
Neerlandia, las imágenes de la huelga y la masacre de los obreros de la bananera que
tienen un fuerte impacto en la vida de los protagonistas y de Macondo. Estas imágenes
aparecen y reaparecen a lo largo de la novela como si de esta manera se quisiera luchar
contra el olvido y presentar los hechos ocurridos que oficialmente se niegan que hayan
sucedido, como p.ej. la masacre de los obreros de la compañía bananera ocurrida el 6
de diciembre de 1928.

El episodio de la represión sangrienta de la huelga de los trabajadores de la compañía


bananera es la trasposición de un acontecimiento histórico: la huelga de 1928 dirigida
contra la United Fruit Company, que paralizó toda la zona bananera de la costa
atlántica colombiana. Es un pasaje en que hay una clara relación entre la historia
colombiana y la ficción.

Al transformar el dato histórico en episodio de ficción, Márquez lo acuña con su marca


personal. Sobre Macondo se abate una nueva forma de la peste del olvido. Las fuerzas
de la represión corren un tupido verlo sobre el exterminio organizando la versión oficial
de los acontecimientos: en Macondo no ha pasado nada. La capacidad de imponer el
silencio y el discurso que sustituye la verdad histórica es la unidad de medida del poder
en una sociedad violenta. La violencia del poder siempre es semántica: masacrar a los
rebeldes no sirve de nada si no se mata a la vez la crónica de la masacre.

Del mismo modo que durante un decenio largo el drama de Colombia radicó en el
permanente estado de violencia, del mismo modo lo plantea García Márquez en Cien
años de soledad. El país vive en estado de violencia permanente, ya sea declarada, ya
sea enterrado, amenazante, y es normal que sea el sustrato anímico que alimente su
narrativa. La violencia puede admitir variadas explicaciones posibles. Pero se concentra
en uno solo: La violencia política.

Perder el poder es perder la palabra. Aureliano Buendía, por ejemplo, cuando descubre
la inutilidad de sus guerras, se refugia en la incomunicación.

El mismo imperialismo norteamericano comienza con la imposición, en la novela, de


un lenguaje dominante: la jerga de la ciencia moderna, más esotérico que el de los
mitos y tradiciones.

Antes de desaparecer de Macondo, haciendo desaparecer a los trabajadores, la


compañía bananera proclama la inexistencia legal de estos.

La obra convoca desde el principio la reflexión sobre el problema fundamental de la


vida social de los hombres, sobre la misma esencia del poder, la Palabra inventada.

TRANSGRESIÓN E HISTORIA4
Cien años de soledad (1967) se construye como una alegoría del relato de la creación
bíblica, pero también del Descubrimiento de América y de la historia del siglo xx de
Colombia. Así, en el universo mítico de Macondo, la transgresión funciona como eje
articulador o fundante en cada uno de los momentos aludidos: el incesto, como la
transgresión sobre la que reposa la cultura judeocristiana occidental; la violación, sobre
la que se impone la civilización europea en el Nuevo Mundo.

Participamos de un evidente intercambio entre tiempo mítico e histórico o, si se quiere,


entre ficción y realidad, en que convergen tres momentos fundacionales relacionados
con la historia de la humanidad, de América y de Colombia, y cada uno tiene como eje
articulador una transgresión: el incesto, la violación y la masacre.

1) Primer deslizamiento: del incesto a los primeros cronistas.

La fundación de Macondo aparece como una alegoría de la creación del mundo, en


tanto aquel es presentado como el mito de un universo intacto, previo al pecado
original, cuya representación coincide con las edénicas narraciones hechas por los
cronistas sobre la naturaleza, el paisaje y los lugares de asentamiento en el Nuevo
Mundo.

Macondo se representa como la Arcadia, un mundo anterior a la historia y a la muerte,


con referencias a la primera pareja, al viaje, al tabú que se viola, a la búsqueda de la
realidad, a la creación de la familia, al primer acoplamiento sexual y al nacimiento de
los seres humanos.

En consecuencia, la reescritura del tema bíblico toma como motivo la analogía con la
pareja primordial, esto es, los expulsados del paraíso: Úrsula y José Arcadio huyen del
pecado signado por la consanguinidad y del miedo a las terribles consecuencias.

4
Esta parte está copiada tal cual y a veces parafraseada de Osorio Soto, M. y Carvajal Córdoba, E.
(2015). Deslizamientos entre la transgresión y la historia en Cien años de soledad. Estudios de Literatura
Colombiana, 37, 121-136. doi: 10.17533/udea.elc.n37a07
Pero, no hay evasión posible, la nueva sociedad se funda sobre el tabú del incesto, cuya
transgresión da como resultado el temido hijo con la marca visible del pecado: la cola
de cerdo. A partir de este temor, somos deslizados nuevamente a otros dos planos que,
para este momento, bien pueden ubicarse en el lado de la ficción o de la historia.

La fundación de Macondo aparece como una alegoría de la creación bíblica


interrelacionada con la historia de la Conquista del Nuevo Mundo: José Arcadio
Buendía es el patriarca que organiza la nueva sociedad (análogo Cristóbal Colón, p. ej.,
cuando JAB descubre que la tierra es “redonda como una naranja”, la erudición, la
atracción por lo maravilloso, los descubrimientos, la curiosidad por los inventos, etc.).

Macondo como isla 🡪 el mito de la insularidad como escenario ideal para representar
mundos autárquicos, con gran simbolismo mítico, como centro del mundo. La
decadencia se produce cuando Macondo se incorpora a la Modernidad y se convierte en
escenario de violación y masacre.

2) Segundo deslizamiento: de la violación a las guerras civiles

A pesar de que la fundación de Macondo es la consecuencia del éxodo causado por una
doble transgresión (el asesinato y el incesto), llega a ser una aldea feliz.

La consumación del matrimonio entre Úrsula y José Arcadio aparece entonces como un
ritual en el que el simbolismo de la posesión es evidente.

No obstante, si nos desplazamos de este momento fundacional, donde se une la


representación de la apropiación de la tierra y de la mujer, y nos detenemos en el
contexto histórico del siglo xix y de las guerras civiles en Colombia, la mejor
contraparte de la conquista bélica y erótica la representa la figura del coronel
Aureliano Buendía. Este personaje, macondiano por excelencia, además de
promover treinta y dos levantamientos armados y, de paso, tener diecisiete hijos con
diecisiete mujeres diferentes, parece un eco del soldado español que tuvo treinta hijos
con mujeres americanas en tres años.

La figura del coronel Aureliano Buendía cobra otra relevancia en la novela, ya que en
este personaje se funde el complejo ideal político que reconocemos en los hombres que
hicieron parte activa de la vida política de Colombia en el siglo xix, en el sentido que en
él convergen los ideales de la utopía liberal y una tendencia conservadora, es decir, un
ideal prehispánico en el contexto político del siglo xix. No obstante, el espíritu
subversivo de Aureliano Buendía, como lo expone Manuel Arango (1985), lo representa
o lo encarna José Arcadio Segundo, quien se pone al servicio de la lucha iniciada
por los trabajadores de las bananeras y se convierte en dirigente sindical.

El deslizamiento entre la transgresión y la historia, evidente en Cien años de soledad,


nos permite emparentar los movimientos armados representados en la novela con las
luchas subversivas que sucedieron en Colombia entre 1848 y 1948. A partir de esta
relación, entendemos que el destino de los hijos del coronel Aureliano Buendía en
Macondo también es la representación de la tragedia de los líderes de la insurgencia en
Colombia,

3) Tercer deslizamiento: del imperialismo a la masacre.


En Cien años de soledad encontramos una reminiscencia que, aunque funciona como
una alegoría, da cuenta de esa tenue línea que existe entre el carnaval y la muerte. Nos
referimos a la escena en la que se representa la entrada de Fernanda del Carpio a
Macondo, la cual sucede en pleno carnaval, llegando acompañada de soldados que
disparan contra la muchedumbre. Es el personaje que encarna los valores cristianos e
hispánicos.

Ahora bien, consustancial a las masacres, aparecen la lluvia y el olvido. La lluvia se


cierne sobre Macondo durante cuatro años, once meses y dos días, y el olvido, referido
inicialmente como una peste que había sido traída por Rebeca desde Manaure, va
tomando diferentes dimensiones en el texto.

La interconexión entre violencia y olvido, que se conjugan desde la primera


masacre, produce una ruptura del espacio y el tiempo mítico, en tanto que, al
abandonar el tiempo del mito se penetra en aspectos sociológicos e históricos de
Colombia. Así, desde el microcosmos de Macondo, vamos asistiendo a la
incorporación del país a las ideas de modernidad y progreso, cuyo primer
incitador es el patriarca José Arcadio Buendía, cuya ambición, como la de los liberales
del siglo xix, es civilizar y conectar a Macondo con el mundo moderno.

La exacerbación de la violencia, que empieza con el suceso del carnaval sangriento y


llega a un punto culmen con el episodio de la masacre de las bananeras, vuelve a
poner en entredicho los límites entre realidad y ficción, ya que la narración de este
suceso se torna fantasmagórica.

El interminable cargamento de muertos, la lluvia que se cierne sobre Macondo durante


cuatro años, once meses y dos días, a fin de limpiar la sangre derramada, y la amnesia
que sufre el pueblo después de la sangrienta masacre, abren una puerta hacia el mundo
onírico, aunque inevitablemente anclado en una realidad colombiana que para este
momento empieza a ser definida por la presencia del capital norteamericano, es decir,
la consolidación del neocolonialismo.

En consecuencia, la masacre de los trabajadores se enmarca en el momento en que


empieza a surgir la clase obrera colombiana y cuando esta lleva a cabo sus primeros
intentos de organización (época de corrupción y represión con la United Fruit Company
la Santa Marta Railway Company).

Esos mismos acontecimientos marcan la inserción de Macondo en la Modernidad e


implican su apoteosis, cuyo clímax es la masacre de los trabajadores de las bananeras.
Después de este suceso, solo queda la soledad, tanto en la narración de Cien años de
soledad como en el lugar histórico de la masacre (silencio, soledad, desempleo, miseria,
hambre, etc.).

ESTILO Y RECURSOS
El tono narrativo es claramente definido por una tercera persona o narrador
pasivo heterodiegético (externo a la historia), el cual va relatando los
acontecimientos sin formular juicios y sin marcar una diferencia entre lo real y lo
fantástico. Desde el principio, el narrador conoce la historia y la cuenta en forma
imperturbable y con naturalidad, incluso en aquellos episodios en los que se relatan
sucesos trágicos. Esta distancia frente a los hechos permite mantener una objetividad
del narrador a lo largo de la obra.

Las primeras frases de la novela salen de la experiencia vital. Aluden a un episodio de la


vida del abuelo, y a un recuerdo de niñez. Arranca con la muerte, que se averiguará que
es falsa páginas después, como si la fundación del mundo creado se instalara desde un
principio en lo imaginario. Fuera de la ficción se coloca el narrador
omnisciente. Ese narrador lo sabe todo. Lo común para él es relacionar hechos que
ocurren, o van a ocurrir, o ya ocurrieron. Ese narrador es dueño del Tiempo y de la
novela.

Las técnicas narrativas que presenta la obra son:

● In Medias Res (en latín, hacia la mitad de las cosas): Es una técnica literaria
especialmente usada al iniciar una narración, que comienza en mitad de la
historia y en pleno asunto, o en plena acción.
● Trasloque: son cambios constantes de tiempo o saltos de tiempo, del pasado al
presente, y del futuro al pasado, o del presente al pasado, o al futuro.

Cristaliza otro tópico de la organización textual de la obra: la circularidad. La unidad


narrativa termina donde comenzó.

El proceso de anticipación temporal se conjuga con el del hipérbaton narrativo.


Consiste en presentar al lector una parte del episodio por narrar, o bien el episodio
pelado sin causa ni consecuencia, o bien la sola consecuencia. El relato se encargará
luego de desarrollar la peripecia y sus consecuencias. El proceso crea ambigüedades. El
hipérbaton produce un efecto de sorpresa.

A lo largo de la obra se recurre a diversas figuras literarias:

● Oxímoron (presenta exageraciones utilizando palabras incongruentes y


contradictorias): «La región encantada que exploró José Arcadio Buendía en los
tiempos de la fundación, y donde luego prosperaran las plantaciones de banano,
era un tremedal de cepas putrefactas».
● Sinestesia (metáfora que presenta sensaciones corporales de un sentido en
otro): «delicado viento de luz».
● Anáfora (repetición de una palabra para dar más énfasis a la frase): «...veía los
muertos hombres, los muertos mujeres, los muertos niños que iban a ser
arrojados al mar como banano de rechazo».
● Símil (comparación directa): «Amaranta Úrsula fue cerrando los dedos como un
molusco».
● Epifonema (frase que quiere dejar una enseñanza): «El coronel Aureliano
Buendía apenas sí comprendió que el secreto de una buena vejez no es otra cosa
que un pacto honrado con la soledad».

El anacronismo es otro proceso recurrente en la obra.

Las casas se colocan al lado de un río. Macondo sería una metáfora de América latina,
pues los españoles fundaban sus colonias al lado de un río. Si se considera la fundación
del pueblo ficticio como la re-escritura del inmenso corpus textual que trata de la
génesis del mundo o del relato particular del Génesis bíblico, Macondo es el
universo. Se subraya el carácter de limpieza del río. Macondo es un lugar sin
pecado.

En este inicio de la novela los rasgos semánticos señalan el nacimiento de un mundo.


Se impone la descodificación simbólico-mítica, con elementos que nos trasladan hacia
otros mundos, el de los sueños y los arquetipos, el de las raíces de la humanidad.

En la apertura sorprende la insistencia sobre la novedad del mundo descrito. Si


acudimos a la definición clásica del mito en tanto relato explicativo de los orígenes, este
principio re-escribe los mitos cosmogónicos. Re-escritura solo posible por un dios, el
narrador, que da vida a sus criaturas.

Al Tiempo mítico en que la realidad ficticia se instala corresponde este espacio


sobrenatural: una civilización pastoril, idílica, anterior a las formaciones sociales
jerarquizadas y sistemas de gobierno y poder. La exactitud numérica en su número de
casas introduce un proceso de minuciosidad cifrada que tiende a autenticar la realidad
de lo narrado. La acumulación de algoritmos y guarismos acabará destruyendo el efecto
de realidad. Los números participan del humor o del simbolismo.

Introduce también una meditación sobre las relaciones entre Palabra y Poder, pues
se dice que en Macondo muchas cosas carecían de nombre. El narrador tiene que ir
nombrándolas. Fundar una ciudad es enseñar y aprender un imperio. Los momentos de
crisis revierten el proceso de adquisición lingüística y se pierde el sentido de las
palabras. La señal de alarma para una colectividad se advierte cuando esta olvida su
lengua. Este es el sentido de la peste del insomnio y del olvido. Peste que ilustra el
sentido de la circularidad, ya que por eso Macondo vuelve a la fase prelingüística.

Cien años de soledad se da como una recreación de anécdotas familiares a las que se
suman el equipaje cultural del autor y la re-escritura de textos que conformaron su
personalidad literaria (los relatos cosmogónicos y el Génesis bíblico).

Esa condición de libertad bajo control de la palabra, y distanciamiento con respecto a lo


narrado, le permite al narrador invertir o revertir los materiales de la ficción: episodios,
personajes, frases y funciones son objetos en el espejo, se repiten.

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