A Humboldt le sorprendió y agradó G RACIELA ZAMUDIO florísticos del virreinato y cumplir la traza renacentista y la planificación con la misión de establecer un Jar- de la capital novohispana, cuya belle- dín Botánico y su Cátedra, dirigidos za, decía el barón, podía rivalizar con Por tanto, cada acción podía tener por Martín de Sessé y Vicente Cer- la de las más importantes capitales de una finalidad práctica, pero también vantes como catedrático. Aclimata- Europa o Norteamérica. Sus calles es- era un acto de prestigio para la corte, dos a la Ciudad de México, empren- taban limpias y muy iluminadas y San interesada, entre otras cosas, en tras- dieron el estudio de la naturaleza Ángel, Tacubaya y Tlalpan le pare- ladar la ciencia útil a sus colonias. americana, además de recoger datos cieron un inmenso jardín de naran- En la Nueva España la ciencia de las útiles sobre el territorio. jos, duraznos, manzanos y otros ár- plantas, con su propia tradición local, boles frutales. incrementó su popularidad con la lle- Un centro de enseñanza Esta fue la impresión que causó a gada, en 1787, de los miembros de la Humboldt la capital de la Nueva Es- Real Expedición Botánica y con las El Jardín Botánico se creó como una paña en 1803, cuando además de ser polémicas que se generaron en torno institución cuya función principal la sede de los poderes políticos y ad- al paradigma linneano de clasifica- era la enseñanza de la ciencia botá- ministrativos, era escenario del me- ción vegetal, introducido por los pe- nica, disciplina de carácter eminen- jor momento de la ciencia ilustrada ninsulares. temente práctico. Si bien se llegó a colonial. El naturalista alemán tuvo Es en este contexto, como parte de la designación de un sitio para su es- la oportunidad de visitar los recintos este proyecto de percepción botáni- tablecimiento y la elaboración de pla- científicos recientemente fundados, ca, emprendido por la corte de Car- nos y presupuesto para su construc- la Escuela de San Carlos, el Real Jar- los III, que se crea el Real Jardín Bo- ción, lo cierto es que a partir de 1791, dín Botánico y el Real Seminario de tánico de la Ciudad de México. el Jardín inició sus actividades en Minería, así como de dialogar con los La misión enviada a la Nueva Es- una esquina del Palacio Virreinal. El ilustrados criollos y peninsulares que paña arribó a la capital en 1787 y establecimiento científico que se ha- laboraban en ellos. Fue ésta la épo- concluyó sus actividades en 1803, bía planeado como una réplica del es- ca en la que el Jardín Botánico de la después de inventariar los recursos tablecido en Madrid, funcionó en ese Ciudad de México vivió sus mejores momentos, en particular el periodo gobernado por el Segundo conde de Revillagigedo, virrey entonces. A él se debe el impulso a los proyectos del alumbrado de las calles, la higiene pública, los suministros de agua, las transformaciones urbanas y la vida cultural de la ciudad. Las reformas administrativas y científicas respon- dían a su afán de promover la figura del monarca en sus dominios colo- niales, entre las cuales se encontra- ban, por un lado, la tradición de los jardines botánicos en la vida cortesa- na española, y por otro “la utopía de la ilustración de convertir las riquezas florísticas americanas en un nuevo El Dorado para las finanzas públicas, que remplazaran la plata y el oro por la quina, la canela, la grana”. 23
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el área del Palacio otorgada por el cul- to virrey, quien así brindaba su deci- dido apoyo al estudio moderno de la flora local. Con esta ubicación, el Jar- dín estuvo en el centro del virreina- to, lo cual le permitió formar parte del círculo científico predilecto de la sociedad ilustrada y del público en ge- neral, como lo señala el capítulo cua- renta del Reglamento, que prevenía “con la mayor urbanidad a las señoras que entren con la mantilla quitada, según está mandado por punto gene- ral para todos los jardines reales”. Por su parte, la cátedra de botáni- ca, obligatoria para médicos, ciruja- nos y farmacéuticos, contó con un al- to número de discípulos y un nutrido grupo de los considerados aficionados, entre los que se encontraron miem- bros del Real Seminario de Minería, de la Escuela de San Carlos, religiosos, militares e intelectuales, como Miguel Constanzó, Andrés Manuel del Río, José María Bustamante y Lucas Ala- mán, entre otros. La enseñanza de la botánica cum- plió con lo establecido en el Regla- mento en calidad de ordenanza que por ahora manda su majestad guardar en el Real Jardín Botánico de México, que duraba de cuatro a seis meses, con lecciones de seis horas a la semana, sitio por varias décadas, aunque con licitarlas al Jardín; contaba con un en las que se instruía a los discípulos muchas limitaciones de espacio y de estanque que surtía el agua a cada sobre la teoría linneana y sobre las recursos económicos. uno de los cuadros; otro espacio im- virtudes de las plantas cultivadas en El espacio dedicado al cultivo de portante se dedicó al invernadero en los cuadros del Jardín. Asimismo, rea- las plantas, necesarias para el curso, donde se llevaba a cabo la connatu- lizaban práctica de herborización por estaba dividido en veinticuatro cua- ralización de las plantas traídas por los contornos de la ciudad, acompa- dros, representando la clasificación los expedicionarios de las diferentes ñados por su catedrático. Aun con las botánica propuesta a mediados del si- regiones visitadas. El Jardín del Pala- polémicas iniciales, la botánica lin- glo por Carlos Linneo —se decía que cio tenía sembradas alrededor de mil neana triunfó por la vía de la cátedra saber de plantas exigía conocer la quinientas especies cuando fue visi- de Cervantes, la cual dictó hasta su obra del naturalista sueco. Hubo un tado y admirado por Humboldt. El au- muerte, ocurrida en 1829. espacio dedicado al cultivo de plan- la para las lecciones, un salón para El Jardín llegó a ser un sitio de vi- tas medicinales, que eran distribui- el herbario y las habitaciones para el sita obligada para los viajeros y los na- das a las personas que llegaban a so- catedrático, quedaron incluidos en turalistas que pasaban por la capital 24
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del virreinato, en donde observaban ta empresa, como lo prueba la orden En el Jardín del Palacio prospera- “las plantas más útiles que incluye la que envió Revillagigedo a los gober- ron especies apreciadas y dignas de flora de Nueva España”. nadores y a los curas del virreinato cultivarse por su rareza, hermosura, Por tanto, la institución botánica para que custodiaran y remitieran los fragancia, etcétera. El catedrático es- se movió en dos ambientes, el cientí- herbarios, plantas vivas, dibujos y ani- taba instruido en el modo en que de- fico y el público. El primero mantenía males disecados según lo estableci- bían plantarse y cultivarse para con- una red de relaciones con botánicos do en la Instrucción. naturalizarlas en el temperamento de América y Europa; su faceta públi- Como resultado de lo anterior el de la capital y poder remitir alguna ca cubría, además de la enseñanza, virrey contestaba al corresponsal de cantidad de ellas a Madrid, en donde los componentes relacionados con el Guanajuato, “haber recibido el cajón muchas de ellas fueron clasificadas exotismo, el colorido, los perfumes, de plantas vivas que me remite para y distribuidas a diversos jardines eu- la ciencia útil y el entretenimiento de la expedición botánica de este reyno, ropeos, en los cuales las especies or- sus visitantes. y doy las gracias por el esmero con namentales como la Dahlia de Cava- que se dedica a estas tareas tan inte- nilles fueron muy apreciadas. Un centro de aclimatación resantes y honoríficas a nuestra na- ción [...] sólo por este medio se pue- La Real y Pontificia Universidad de México Además de la docencia, el Jardín del de lograr connaturalizar en España Palacio tuvo otra finalidad, aclima- las maderas finas, bálsamos, y demás A la inauguración y clausura de los tar las plantas del virreinato, aque- vegetales que hacen una gran parte cursos de botánica, a través de los cua- llas utilizadas para la docencia y las de los tesoros de estas Américas”. Por les se pretendían difundir los objeti- “exóticas” o de interés que fueron su parte, el botánico mexicano José vos y los avances de la implantación enviadas al Jardín Botánico de Ma- Mariano Mociño, remitía al virrey de la ciencia moderna en la colonia, drid. Una herramienta importante desde Veracruz “algunas de las Plan- acudía la sociedad novohispana que para las remesas a la metrópoli fue tas más apreciables de aquella Costa, buscaba en la ciencia cierto entrete- la Instrucción sobre el modo más segu- como la Caoba, Gateado, Cedro fino, nimiento, por lo que llegaron a con- ro y económico de transportar plantas Bálsamo del Perú, Bálsamo de María, vertirse en la manifestación pública vivas publicada en 1779 por el direc- Pimienta de Tabasco, Cardamomo, o por excelencia. tor del jardín madrileño, Casimiro Gengibre y otras”, y le solicitaba ins- Los vecinos de México y todos los Gómez Ortega, y enviada a los miem- truyera al capitán del barco para que interesados pudieron enterarse de bros de la expedición, los virreyes y éste les proporcionara el sitio más los pormenores que tuvieron lugar gobernadores de Nueva España, lo oportuno para su conservación hasta durante el acto inaugural de la pri- cual señala el carácter estatal de es- entregarlas en Cádiz. mera cátedra de botánica que se im- 25
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partió en territorio americano. El so de botánica del Palacio Virreinal evento fue reseñado en la Gaceta de fue clausurado con un acto no me- México, patrocinada por el gobierno nos solemne, representado por los dis- virreinal, el 6 de mayo de 1788. Esta cípulos más adelantados en el mane- crónica muestra el lucimiento que tu- jo de los fundamentos linneanos. El vo el acto, “A las siete de la noche se convite a esta función científica fue iluminaron los balcones de la princi- repartido entre la alta sociedad de la pal fachada de la Universidad y Sala Ciudad de México. Presidió este acto de Claustros, en la que el director del el rector de la Universidad “acompa- Jardín tenía dispuesta una armonio- ñado de un gran número de Docto- sa orquesta para divertir la concu- res en todas las facultades. Lo ame- rrencia de las personas que acudie- no y delicioso de las materias que se ron a ver los artificiosos y alusivos disputaron [...] las plantas raras y nue- fuegos [...] Tres árboles, conocidos en vas traídas de tierras calientes para este reino con el nombre de papaya, adorno de la aula y examen de los ac- imitando el natural en la propiedad tuantes, la iluminación y orquesta de de sus hojas, flores y frutos, daban música que llenaba los intermedios clara idea del sexo de las plantas”. [...] dieron el mayor placer al lucido Cabe señalar que no todos los asis- concurso”. tentes tuvieron la misma opinión del El Archivo General de la Nación acto público con el que se iniciaba la resguarda las fuentes documentales introducción de la botánica linnea- que tratan sobre las actividades de la na. Para el sabio novohispano José Real Expedición Botánica a Nueva Antonio Alzate, el acto botánico fue España, entre las que se encuentran una función de teatro de la que dijo los relacionados con los recursos eco- “[...] lo que me choca y debe chocar nómicos destinados a estas represen- a todos son aquellas pinturas de se- taciones públicas en las que, paulati- xos [como] si el vulgo espectador hu- namente, se introdujeron las nuevas biera halládose con instrucción de lo teorías científicas, lo que, dicho sea que es a lo que se dirige el sistema de paso, no resultó una tarea fácil linneano, ¿a que se le exponía con para los naturalistas procedentes de representaciones que la naturaleza la corte madrileña, sobre todo por la ejecuta en secreto?”. Alzate se refería oposición mostrada por los criollos a la recreación hecha por los botáni- ilustrados. La polémica suscitada en- cos españoles que mediante juegos tre locales y peninsulares permitió pirotécnicos representaron en imá- que la ciencia botánica fuera tema genes el mecanismo de polinización de conversación en diversos espa- de las plantas. No hay duda de que el cios de la ciudad. espectáculo luminoso fue una oca- sión para socializar en la Ciudad de Entre el poder y el entretenimiento México. Con el establecimiento del Jardín Bo- Ejercicios públicos de botánica tánico y su Cátedra en el Palacio Vi- rreinal, los botánicos lograron ocupar Como lo establecía el Reglamento pa- los espacios del poder político de la ra la enseñanza y según lo acostum- capital, apoyados por su protector Re- brado en el jardín madrileño, el cur- villagigedo. Este virrey, considerado 26
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el más ilustrado de los que goberna- en él se llevó a cabo el reconocimien- ron a la Nueva España, fue el encar- to de los saberes locales y la construc- gado de cumplir tanto las órdenes de ción de un espacio para la flora útil Carlos III, como de mostrar a través local; fue un centro obligado para los del Jardín Botánico, a propios y ex- viajeros y sitio de reunión de los in- traños, la riqueza natural de las po- telectuales, una institución en don- sesiones del monarca en América. de se llevó a cabo la introducción de Pero el Jardín Botánico también cum- la ciencia moderna. plió otra función, ser un espacio para El testimonio de Madame Calde- el disfrute de los habitantes de la capi- rón de la Barca sobre su visita al Jar- tal. En él se encontraba una muestra, dín Botánico el 3 de abril de 1840, da a disposición del pueblo interesado en muestra del fin de su esplendor: “El lico del menoscabo de la ciencia en conocerla, de las producciones más Jardín Botánico, situado en el recin- México.” exquisitas de la historia natural. Así, to de Palacio, ocupa un pequeño pa- Evocando estas palabras, el visi- se construyó un espacio para el dis- tio abandonado, en el que todavía se tante es recibido en la actualidad en frute de la naturaleza ordenada, don- conservan algunos restos de la inmen- el “Jardín de la Emperatriz” o Jardín de las plantas eran la atracción de sa colección de plantas raras, forma- Botánico, en el patio principal del sus visitantes y la demostración del da en tiempos del gobierno español, Palacio Nacional; y a dos siglos de poder ejercido por su protector y los cuando se alcanzó un gran adelanto distancia, como manteniendo ese es- botánicos enviados por la metrópoli. en el estudio de las ciencias natura- píritu, un jardinero satisfecho ve có- Finalmente, el Jardín Botánico de les [...] Lo que más nos llamó la aten- mo crece un ejemplar del macpalxo- la Nueva España representó un espa- ción en el Jardín fue el “árbol de las chitl de los antiguos mexicanos, el cio importante para la ciencia nacio- manitas”[...] nos han dicho que sólo llamado “árbol de las manitas” por nal al finalizar el Siglo de las Luces; hay tres de estos árboles en la Repú- Francisco Hernández y Vicente Cer- contribuyó al mejoramiento de la ima- blica [...] Hermosean el jardín sus vantes, o el Chirantodendron penta- gen estética de la ciudad; brindó un viejos árboles y la exuberancia de las dactylon por Bonpland, compañero espacio de recreo para sus habitantes; flores, pero es un ejemplo melancó- de Humboldt.
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