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REPUBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO


JUZGADO VEINTICUATRO (24) CIVIL DEL CIRCUITO DE BOGOTÁ

Bogotá D.C., seis (6) de mayo de dos mil veinte (2020)

TUTELA Nro.: 110013103024202000135


ACCIONANTE: HECTOR HERNANDO CORTES DIAZ
ACCIONADA: PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA y ALCALDIA MAYOR DE
BOGOTÁ

Agotado el trámite establecido por la Ley se procede a emitir fallo dentro de la


acción de tutela de la referencia en los siguientes términos:

I. ANTECEDENTES

Héctor Hernando Cortes Diaz solicitó la tutela de sus derechos fundamentales al


mínimo vital y la dignidad humana, presuntamente vulnerados por la
Presidencia de la República y la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Hechos

Como sustento fáctico la parte accionante señaló lo siguiente:

1. El señor Cortés Díaz indicó derivar su sustento diario de la venta ambulante


de cds jurídicos en las inmediaciones de las instalaciones judiciales.
2. Asimismo, que de esta labor dependían su esposa y un hijo, ninguno de los
dos actualmente empleado.
3. Producto de la emergencia sanitaria causada por el COVID-19 mediante a
los decretos nacionales y distritales se han limitado la movilidad de las
personas, desde el diecinueve (19) de marzo de dos mil veinte (2020) en la
ciudad de Bogotá.
4. Situación que ha implicado la imposibilidad de ejercer la actividad
económica de la cual el señor Cortés Díaz derivaba sus ingresos.
5. Por lo anterior, en la actualidad el accionante y su núcleo familiar no
cuentan con los dineros para sufragar sus necesidades básicas.

Pretensiones

Conforme al anterior relato, y luego de hacer un breve recuento de los


fundamentos de su súplica, se solicitó lo siguiente:

1. Que en el término que fije la Sala establezcan y me entreguen en forma


efectiva e inmediata ayuda humanitaria que me permita satisfacer el mínimo
vital personal y familiar, mientras dure el aislamiento social por ellas
decretado.
2. Que en el término que fije la Sala establezcan y me entreguen en forma
efectiva UNA RENTA BASICA sin condicionamientos, que me permita
satisfacer el mínimo vital personal y familiar, mientras dure el aislamiento
social por ellas decretado.
3. Que una vez superadas las causas que generaron el aislamiento social
decretado por las autoridades accionadas se me provea de los medios
económicos necesarios y suficientes a fin de reiniciar mi actividad laboral que
se vio truncada por las medidas gubernamentales y a fin de que pueda
acceder al mínimo vital.

Trámite

Asumido el conocimiento mediante proveído calendado veinticuatro (24) de abril


de dos mil veinte (2020), se admitió la acción, y se ordenó la notificación de las
accionadas para que se pronunciaran respecto de los hechos y pretensiones de
la tutela.

Una vez enterada de este pleito, la Alcaldía Mayor de Bogotá indicó que
conforme a la organización administrativa del distrito capital, no estaba
legitimada en la causa para pronunciarse sobre las pretensiones del actor,
recayendo esa capacidad en las Secretarías Distritales de Integración Social y de
Desarrollo Económico, a quienes dijo haberles comunicado la acción.

En su oportunidad el Departamento Administrativo de la Presidencia de la


República hizo una breve relación de los decretos expedidos por el ejecutivo
para conjurar medidas económicas de salvamento a la población más pobre y
vulnerable del país. Hecho esto solicitó que se declarara la falta de legitimidad
en la causa por pasiva de esa entidad, como quiera que la competencia para la
entrega de dineros no le correspondía, y que en todo caso se declarara como
improcedente la acción de amparo por falta de prueba de los presupuestos
básicos de la misma.

En su oportunidad la Secretaría Distrital de Integración Social de Bogotá,


expresó que verificó las condiciones del señor Cortes Díaz y encontró que este
se encontraba en las siguientes condiciones: Desempleo repentino, Único
proveedor del hogar, Sus ingresos son inferiores al costo de la canasta básica de
alimento mensual. Por lo anterior, se lo vinculó al programa denominado
ENLACE SOCIAL, el cual implica la entrega de un único bono de alimentación y
un procedimiento de seguimiento a través de profesionales sociales de la
Localidad de la Candelaria para planificar medidas de generación de ingresos
una vez superada la emergencia sanitaria o la entrega de un nuevo bono de
emergencia. En tal virtud, se solicitó que fuera negada la acción por haberse
atendido los requerimientos del actor.

Finalmente, la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico de Bogotá manifestó


que debía negarse la petición del actor, por cuanto: “no puede pretenderse que
la tutela se convierta en el mecanismo para obtener ayudas en el marco de la
pandemia, circunstancia que obligaría a todos los ciudadanos a promover
recursos de amparo encaminados a obtener las ayudas que están destinados en
principio a los más vulnerables, siempre que se encuentren inscritos o se
pongan en contacto con la administración” . Indicando en todo caso, que si el
actor cumplía con los requisitos respectivos podría ser beneficiario de alguna de
las ayudas únicas denominadas “#BogotáSolidariaEnCasa”, diseñadas por la
administración distrital para apoyo a las familias más necesitadas en la
pandemia.
II. CONSIDERACIONES

DE LA ACCIÓN DE TUTELA

La acción de tutela está consagrada en el artículo 86 de la Constitución Política


como un mecanismo para la protección inmediata de los derechos
fundamentales de las personas cuando los mismos resulten vulnerados por la
acción u omisión de las autoridades. Esta acción es dada para que toda persona
pueda acudir a un juez con el fin de que se le proteja su derecho ante una
conducta de acción u omisión de la autoridad que vulnere o amenace un
derecho fundamental individual y ante la situación de carencia de otro
mecanismo judicial para la protección de los derechos de que se trate. La
finalidad última de esta acción constitucional es lograr que el Estado, a través
de un pronunciamiento judicial, restablezca el derecho fundamental conculcado
o impida que la amenaza que sobre él se cierne se configure.

Dentro de las características esenciales de esta acción se encuentran la


subsidiariedad y la inmediatez, la primera, refiere a que tan solo resulta
procedente instaurarla en subsidio o a falta de instrumento constitucional o legal
diferente, susceptible de ser alegado ante los Jueces; esto es, cuando el
afectado no disponga de otro medio judicial para su defensa, a no ser que
busque evitar un perjuicio irremediable; la segunda a que la acción de tutela
debe tratarse como mecanismo de aplicación urgente que se hace preciso
administrar en guarda de la efectividad concreta y actual del derecho objeto de
la violación o amenaza.

Improcedencia de la Acción de tutela para solucionar aspectos de


índole económica

La Corte Constitucional ha indicado que por regla general la acción de tutela es


improcedente para la resolución de controversias de carácter económico, tal y
como se desprende de las siguientes jurisprudencias:

“Las controversias por elementos puramente económicos, que dependen de la


aplicación al caso concreto de las normas legales – no constitucionales –
reguladoras de la materia, exceden ampliamente el campo propio de la acción de
tutela, cuyo único objeto, por mandato del artículo 86 de la Constitución y según
consolidada jurisprudencia de esta Corte, radica en la protección efectiva,
inmediata y subsidiaria de los derechos constitucionales fundamentales, ante
actos u omisiones que los vulneren o amenacen.1

Se concluye que la acción de tutela ha sido consagrada constitucionalmente y


desarrollada legalmente, como un mecanismo que tiene como fin la protección de
derechos fundamentales vulnerados o amenazados y no para solucionar aspectos
de otra índole como los de origen económico, salvo aquellos casos, en los que del
cumplimiento de esa obligación, depende la salvaguarda directa de un derecho
de carácter fundamental”2.

Luego, solamente es procedente la acción de tutela cuando se encuentre


probado en el expediente que en el marco de la controversia de carácter
económico, se vulneran de forma directa derechos fundamentales del
accionante.

1 Corte Constitucional. Sentencia T–470 de 1998.


2 Corte Constitucional. Sentencia T–951 de 2005.
No obstante lo anterior, ha dicho el máximo tribunal constitucional que en cada
caso, se debe examinar si: i) existe un derecho fundamental involucrado en las
circunstancias en las que hacen procedente la acción de tutela y ii) se cumple
con el requisito de la subsidiariedad3.

Sobre la primera exigencia, la Corte Constitucional en sentencia T – 662 de


2013 luego de recoger su jurisprudencia indicó que debía hacerse una
valoración integral de las circunstancias fácticas de cada caso, que incluyera los
siguientes puntos: i) que el interés del accionante no sea meramente
económico, por ejemplo cuando del derecho contractual depende la
manutención del accionante y/o de su familia; ii) que la persona no cuente con
ingresos suficientes para sufragar sus gastos y la falta del derecho económico
comprometido atente contra el mínimo vital del accionante; y iii) aspectos
adicionales del accionante y su núcleo familiar, por ejemplo una familia que
debe responder por un menor de edad en situación de discapacidad.

Para el cumplimiento del segundo requisito se ha dicho que la tutela debe


utilizarse: i) como mecanismo principal cuando: […] el demandante [acredite]
que, o no tiene a su disposición otros medios de defensa judicial, o teniéndolos,
éstos, no resultan idóneos y eficaces para lograr la protección de los derechos
fundamentales presuntamente conculcados4; o ii) como mecanismo transitorio
cuando se usa para evitar la causación de un perjuicio irremediable o cuando el
estado de vulnerabilidad del accionante permite prever que los medios judiciales
ordinarios no darán una protección eficaz y oportuna5.

Expresando igualmente, que en tratándose de sujetos de especial protección


constitucional, el operador jurídico debía flexibilizar las reglas sobre las cuales
evaluaba cada situación, con el objeto de dar primacía a la constitución.6

III. CASO CONCRETO

Teniendo en cuenta lo atrás expuesto, se encuentran los siguientes problemas


jurídicos: i) es procedente la acción de tutela para la protección de los derechos
de Héctor Hernando Cortes Díaz y ii) de ser afirmativa la respuesta al anterior
interrogante, habría que determinar si las entidades accionadas efectivamente
vulneraron o amenazaron los derechos mencionados por el accionante.

En ese sentido, se observa que en el presente proceso se alegan como


afectados los derechos al mínimo vital y la dignidad humana del tutelante y su
núcleo familiar, producto de no poder salir a trabajar en función de las medidas
sanitarias ordenadas por los gobiernos nacional y distrital para el manejo de la
pandemia COVID-19. Así, si bien se tiene que en efecto las pretensiones del
actor son económicas, ellas sí están totalmente relacionadas con derechos
fundamentales en virtud de que el actor en la actualidad se encuentra
imposibilitado para la realización de la actividad económica de venta ambulante
de la cual deriva sus ingresos, punto este que fue aceptado por la Secretaría
Distrital de Integración Social de Bogotá.

3 Corte Constitucional. Sentencias T – 864 de 2014, T – 751 de 2012; T – 222 de 2014 y T – 662 de 2013
4 Corte Constitucional. Sentencia T – 235 de 2010.
5 Véase entre otras: Corte Constitucional. Sentencias T – 301 de 2010, T – 662 de 2011, y T – 721 de 2012
6 Véase entre otras: Corte Constitucional. Sentencias T – 589 de 2011, T-239 de 2008 y T – 662 de 2013
Aunado a lo anterior, una vez verificadas por esta funcionaria judicial la Base de
Datos Única de Afiliados al Sistema de Seguridad Social7 y Registro Único de
Afiliados del Sistema Integral de Información de la Seguridad Social8 se
encuentra que todos los miembros del núcleo familiar del señor Cortes Diaz
están fuera de los sistemas de salud y pensiones por mora en los aportes. Punto
que sirve para confirmar la incapacidad económica actual del actor.

Finalmente, se tiene que conforme a los acuerdos PCSJA20-11517, PCSJA20-


11518, PCSJA20-11519, PCSJA20-11521, PCSJA20-11526, PCSJA20-11527,
PCSJA20-11528, PCSJA20-11529, PCSJA20-11532, PCSJA20-11546 y PCSJA20-
11549 del Consejo Superior De La Judicatura, la mayoría de los términos
judiciales se encuentran suspendidos por lo cual el accionante salvo por la
acción de tutela no cuenta con ninguna otra acción judicial para buscar la
protección de sus derechos. Nótese en todo caso, que por su condición de
vendedor ambulante tampoco cuenta con ninguna acción jurisdiccional para
buscar el mejoramiento de su situación o “la recuperación de su empleo”.

Siendo así, se tiene que nos encontramos en frente de una familia que no
cuenta con ningún medio de subsistencia en la actualidad, producto
principalmente de las medidas sanitarias adoptadas para el COVID-19, es decir,
que hay un grupo de tres (3) personas que se debate entre violar normas de
salubridad pública para encontrar su sustento o morir de hambre por falta de
ingresos económicos. Siendo así, es claro que por las excepcionales condiciones
en las cuales se encuentra tanto el país como el accionante la tutela es en este
momento la única acción con que cuenta para la protección de sus derechos
constitucionales, y por lo tanto el amparo constitucional resulta procedente.

Sentado lo anterior, se tiene que el Gobierno Nacional por medio del Decreto
Legislativo 518 del cuatro (4) de abril de dos mil veinte (2020) creó el Programa
Ingreso Solidario, con el cual se entrega una ayuda humanitaria única en favor
de las personas y hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad que no sean
beneficiarios de los programas Familias en Acción, Protección al Adulto Mayor,
Jóvenes en Acción o la compensación del impuesto sobre las ventas y que se
supondría dependería de una gestión doble del Departamento Nacional de
Planeación y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, el primero
aprovisionando los datos y el segundo haciendo las transferencias respectivas.

De otra parte, se tiene que el Distrito Capital tiene diseñados varios sistemas,
por un lado, los programas de apoyos de la Secretaría Distrital de Integración
Social, con carácter variable y semipermanente para la protección de la
población menos favorecida, y por el otro el programa especial para la
pandemia denominado #BogotáSolidariaEnCasa que maneja la Secretaría
Distrital de Desarrollo Económico.

Según la documentación allegada a este asunto, ni el señor Cortes Díaz, ni su


familia han sido beneficiarios de alguno de los apoyos económicos, ya sea
aquellos previstos por el Gobierno Nacional y apenas ha sido incluido en uno de
los diseñados por el Gobierno Distrital. Véase que no se ha aportado ninguna
prueba de que se haya entregado bono en especie o en efectivo alguno.

7
http://www.adres.gov.co/BDUA/Consulta-Afiliados-BDUA Enlace consultado el cuatro (4) de mayo del presente año
8
https://ruaf.sispro.gov.co/AfiliacionPersona.aspx Enlace consultado el cuatro (4) de mayo del presente año
Por lo anterior, se encuentra que un efecto indirecto de las medidas de sanidad
pública tomadas para la población en general es que se haya afectado el
derecho al mínimo vital del accionante y su núcleo familiar, al estas hacerles
imposible el acceso a los dineros para aprovisionarse de alimentos y cubrir las
demás necesidades básicas. En consecuencia, de lo cual, debe ordenarse a
todas las entidades vinculadas a esta acción que hagan un análisis de la
situación del accionante y su núcleo familiar y dentro de un término prudencial
hagan entrega de las medidas de ayuda que correspondan.

Empero, siguiendo los preceptos contemplados en la sentencia SU – 034 de


2018 de la Corte Constitucional se deberá conceder un plazo especial a los entes
accionados para el cumplimiento de la presente decisión, teniendo en cuenta
que el hecho notorio de que el núcleo familiar del actor no es el único, ni
tampoco puede ser el más afectado por la presente pandemia. En tal virtud se
concederán dos (2) plazos, uno de cinco (5) días para hacer los análisis
correspondientes y otro igual para la entrega de las ayudas respectivas, si es del
caso.

En mérito de lo expuesto, el Juzgado Veinticuatro (24) Civil Del Circuito De


Bogotá, D.C., administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la
Constitución,

RESUELVE

PRIMERO: TUTELAR el derecho fundamental al mínimo vital invocado por


Héctor Hernando Cortes Díaz, conforme las razones esbozadas en la parte
considerativa de esta providencia.

SEGUNDO: ORDENAR a la Presidencia de la República y las Secretarías


Distritales de Integración Social y de Desarrollo Económico de Bogotá que, en el
término perentorio de cinco (5) días siguientes a la notificación de esta
sentencia, hagan el análisis de las condiciones de existencia del señor Cortés
Díaz y su núcleo familiar y en caso de que deban ser incluidos en alguno de los
programas nacional o distritales de ayudas humanitarias por la crisis del COVID-
19, hagan la entrega de las que correspondan dentro de los cinco (5) días
subsiguientes.

TERCERO: Notifíquese esta providencia a las partes por el medio más expedito
y eficaz.

CUARTO: Si el presente proveído no es impugnado, remítase el presente


expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,

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