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Diseño Eclesial de Escuela Creyente

Nombre de las alumnas: Oriana Acosta y Josefina Funes

Nombre del profesor: Gerardo Acosta

Asignatura: Teología III

Carrera: Profesorado de Inglés

Curso: Cuarto año

Villa María

2021

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Diseño Eclesial de Escuela Creyente
Para comenzar, es necesario aclarar que ninguna de las dos integrantes de este trabajo
asistió a una escuela creyente durante los primeros años de escolarización. Sin embargo,
durante nuestra educación superior, hemos transitado y formado parte de este tipo de escuelas.
En primer lugar, desde nuestra experiencia podemos decir que el diseño eclesial
renovado, es decir, la configuración eclesial de la nueva evangelización, se caracteriza por el
compromiso social y la solidaridad. Así mismo, se prioriza el lado humano de la ética
estimulando el avance de las personas y las comunidades a través de los valores, intentando ir
“desde adentro” hacia “afuera”; esto quiere decir que se pretende ir desde el interior de la
persona libre hacia la norma.
De igual modo, se transita de un diseño jerárquico individualista a uno fraternal en el
cual se presenta una visión dinámica, flexible, abierta y prospectiva del camino eclesial. La
misma fomenta una inclusión en donde se tiene en cuenta la sociedades más vulnerables,
necesitadas y excluidas. A modo de ejemplo, podemos citar las campañas solidarias de Cáritas
en el cual todas las personas que forman parte de una escuela creyente deben participar de la
colecta anual, la cual tiene como fin el sostenimiento de los distintos programas y proyectos.
De este modo, la escuela promueve la participación y empatía con respecto a aquellas
sociedades más vulnerables.
Antes, la configuración eclesial de cristiandad se encontraba desactualizada, sin contemplar
las nuevas culturas que surgieron, es decir, excluían a algunas de ellas. Además, las escuelas
eclesiales no estaban preparadas para aquellas situaciones que cada vez se daban con mayor
rutina incluso dentro de las propias escuelas, como por ejemplo: las nuevas conformaciones
familiares, la violencia, agresión e inseguridad social, las adicciones de los adolescentes al
alcohol, drogas y tabaco, los hábitos sexuales de los jóvenes, la incidencia de la pobreza y la
desocupación en los vínculos familiares, etc. Hoy en día, las escuelas de la nueva
evangelización tienen en cuenta todas estas situaciones e intentan involucrarse en ellas.
Además, los docentes y directivos son flexibles y abiertos, debido a que están dispuestos a
abordar aquellos temas que en el pasado no se tenían en cuenta por estar mal vistos.
Del mismo modo, la escuela creyente de la cristiandad se caracterizaba por tener
gestiones de poder centralizado y de comunicación vertical, como así también un esquema
religioso fuertemente moralizante, de práctica formal. Precedente a estos cambios, los
directivos de la escuela creyente formaban parte de la congregación religiosa. En las escuelas

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de la nueva evangelización, como es el caso del Instituto del Rosario, los directivos no forman
parte de ella. Asimismo, desde el instituto no nos imponen que seamos parte de la iglesia
católica sino que nos invitan al encuentro con Dios.
En adición, en la escuela de la cristiandad se otorgaba principalmente el itinerario
sacramental para los alumnos como así también la catequesis se sostenía, fundamentalmente,
en la persona del sacerdote y los religiosos. En cuanto al perfil de los docentes y de las familias,
debía ser coherente con la propuesta cristiana, identificándose fuertemente con la institución.
Los que formaban parte de estas escuelas debían tener una buena conducta personal y social,
respondiendo al imperativo perfeccionista del “deber ser” liderado por una jerarquía impositiva
y conductista. Así mismo, se tenían que llevar a cabo las prácticas religiosas de oración, cumplir
con los mandamientos de Dios y asistir a las misas.
Actualmente, si bien algunas cuestiones como por ejemplo el uso del uniforme, son de
carácter obligatorio, no se obliga a los estudiantes de otras religiones o no creyentes a asistir o
llevar a cabo los distintos ritos, como lo son las misas y rezos. Esto habla muy bien de la escuela
creyente de la nueva evangelización ya que permite que los estudiantes creyentes, no creyentes
o de otra religión elijan si desean asistir (o no) a las distintas propuestas religiosas ofrecidas
por la institución.
Para concluir, consideramos que es favorable el paso de una escuela creyente de la
cristiandad a la de la nueva evangelización ya que los tiempos han cambiado, como así también
la sociedad. Además, creemos que es importante que la escuela creyente invite al encuentro
con Dios más que obligar a formar parte de la Iglesia a aquellas personas que pertenecen a la
institución. Por otra parte, como es de público conocimiento, la escuela es sin duda un espacio
de formación tanto académica como personal de los estudiantes, de manera que consideramos
que es fundamental que se contemple las nuevas culturas sin excluirlas, siendo imprescindible
para la preparación y educación de los jóvenes para las distintas realidades existentes; de esta
manera, es importante que, invitando a los jóvenes a participar de los encuentros religiosos, se
eduque promoviendo un diálogo horizontal en la interculturalidad que se presenta en una
institución de formación católica.

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