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CAMPUS:

BANI, PROVINCIA PERAVIA


TEMAS:
LOS  CUASICONTRATOS

SUSTENTANTE:

CARLOS MANUEL PEREZ


ANDERSON GUZMAN
Matrículas: BA-19-20304
BA-19-20627
ASIGNATURA:

DERECHO CIVIL 111

Maestra:

REYITA DE OLEO

TRABAJO FINAL

07/04/2021
Los cuasicontratos.

 INTRODUCCIÓN (CARLOS PEREZ)

En Roma, en la época clásica, los juristas solo conocían dos fuentes de


obligaciones del derecho civil: el contrato y el delito.

Al comprobar Justiniano que la clasificación en contratos y delitos resultaba


insuficiente, porque no comprendía todas las operaciones jurídicas creadoras de
obligaciones, observo que algunas obligaciones, si bien no se originaban de un
contrato, presentaban la analogía con la nacida de un contrato; y que otras, si bien
no resultaban de un delito, se parecen a las resultantes de los delitos. Esa
observación no era para Justiniano sino un medio cómodo de clasificar las
diferentes fuentes de las obligaciones. Es así como Justiniano concreto que
ciertas obligaciones nacían igualmente como de un contrato o de un delito; tal fue
el origen de la clasificación de las fuentes en contrato, cuasicontratos, delitos y
cuasidelitos.

Las Institutas de Justianano citan los principales cuasicontratos: la gestión de


negocios, la tutela y la curatela, la indivisión, la aceptación de una herencia y el
pago de lo indebido

Los cuasicontratos constituyen una de las fuentes de obligaciones (Art.


1089 ,Código Civil). Se encuentran regulados en el Art. 1887 ,Código Civil, que
establece que: "son cuasi contratos los hechos ilícitos y puramente voluntarios, de
los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación
recíproca entre los interesados".

Son características de los cuasicontratos:

Son hechos lícitos, a diferencia de los hechos derivados de responsabilidad


extracontractual.

Son hechos realizados de forma voluntaria por su autor.


Son fuente de obligaciones, siendo indiferente que el obligado solamente sea el
autor del hecho que los origina, o lo sea el autor y otra persona cualquiera
afectada. 

INTRODUCION (ANDERSON GUZMAN)

Los cuasicontratos se definen como «hechos voluntarios no convencionales,


lícitos que generan obligaciones» .El cuasicontrato se diferencia de los contratos
en el elemento voluntario que debe concurrir en el contrato, ósea, en el
cuasicontrato no interviene un acuerdo de voluntades entre los contratantes.
El cuasicontrato se diferencia también de  los delitos en el elemento de licitud.
Cuando el hecho genera una obligación y el hecho propiamente tal es lícito
estamos en presencia de un cuasicontrato, cuando el hecho que genera una
obligación es ilícito estamos en presencia de un delito civil.
Constituye una de las fuentes de las obligaciones. Es un hecho voluntario lícito y
no convencional entre dos o más personas con el objetivo de crear vínculos de
obligaciones.
Se caracteriza porque, realizando una persona actos que tampoco constituyen
contratos y no son ilícitos, le ocasionan un empobrecimiento en su patrimonio y
otra persona, que se ve favorecida, está obligada a darle una contraprestación.
En el Código Civil sólo se regulan como modalidades de cuasicontrato la gestión
de negocio ajeno sin mandato y el cobro de lo indebido.

Desarrollo

El cuasicontrato consiste en la aceptación de un acto voluntario de la persona


que se obliga, lícito y de carácter no convencional, resultando obligado su autor
con respecto a un tercero y, en algunos casos, surgen entre las partes
obligaciones recíprocas

El cuasicontrato, como relación obligatoria, es análogo al contrato. En efecto, si


por una parte se distingue del contrato por razón de la falta de un consentimiento
verdadero y propio, expreso o tácito, por otra se le parece porque de ordinario se
funda en un consentimiento presunto, es decir, que, con motivo de ciertos hechos
realizados por las partes, se presume que hubieran consentido en la conclusión de
determinado contrato.

Se puede establecer una clasificación de los cuasicontratos en:


1. Cuasicontratos típicos: son aquellos contratos que se encuentran expresamente
regulados en el Código Civil.

-gestión de asuntos o negocios ajenos sin mandato, regulado en los Art. 1888-


1894 ,Código Civil.

-cobro de lo indebido, regulado en los Art. 1895-1901 ,Código Civil.

2. Cuasicontratos atípicos: son aquellos contratos nacidos de hechos diferentes a


los regulados específicamente en el Código Civil. 

El artículo 1371 del código civil define los cuasicontratos como   los hechos
puramente voluntarios del hombre, de los cuales resulta un compromiso
cualquiera respecto a un tercero, y algunas veces un compromiso reciproco por
ambas partes.

Conforme a lo dispuesto por el artículo 1371, son necesarios tres requisitos para la
existencia del cuasicontrato:

1. º Que sean hechos jurídicos lícitos.


2. º Que tales hechos sean puramente voluntarios.
3. º Que no exista convención.

· El pago de lo indebido.

El presupuesto inicial de esta institución es la inexistencia de una obligación entre


quien paga y quien acepta el pago, ya que todo pago presupone la existencia de
una deuda; si esta no existe, la entrega no tiene razón jurídica de existir y debe ser
restituida. En consecuencia, hay pago indebido cuando:

El solvens (quien efectúa el pago) no es el deudor.

Si el accipiens (quien recibe el pago) no es acreedor.

Si el acto no tiene objeto, porque se paga algo distinto, y no hay acuerdo en la


sustitución
Si carece de causa- fuente- porque nada se debe.

El pago es indebido cuando la obligación que el pago estaba destinado a extinguir,


no existía entre el solvens y el accipiens ni para el derecho civil, ni el derecho
natural.

Requisitos del pago de lo no debido.

Para que el accipiens este obligado a restituir lo que ha recibido deben


encontrarse reunidos tres requisitos: a) el solvens debe haber pagado una deuda
que no existía; b) es preciso que el solvens haya incurrido en un error al pagar; se
requiere que el accipiens no haya destruido su titulo de crédito.

 Inexistencia la deuda:  

• Sea porque jamás ha existido;

• Sea porque existiendo realmente una obligación, el deudor por error, paga a otra
persona, en lugar de al verdadero acreedor.

• Sea que existiendo la deuda, no es pagada por el verdadero obligado, sino por
otra persona que por error creía ser el deudor.

• Sea porque al verificarse el pago, la obligación estaba sujeta, en cuanto a su


existencia, a una condición suspensiva pendiente.

Cuando una persona que se cree deudora por error, ha pagado una deuda, tiene
el derecho a repetir contra el acreedor. El solvens debe haber creído en la
existencia de la deuda,  ya que quien paga a sabiendas que no debe, consiente en
una liberalidad o quiere pagar una deuda ajena. En consecuencia, no se beneficia
con la acción de repetición.

El accipiens no debe haber destruido el titulo.

El accipiens no debe haber destruido a consecuencia del pago, su titulo de crédito.


La acción de repetición por error contra el acreedor que tenía derecho al pago se
debilita por lo dispuesto en la segunda oración del artículo 1377, según la cual"
este derecho cesa en el caso en que el acreedor ha suprimido su título por
consecuencia del pago". Se parte aquí de la premisa de que el acreedor no se
daba cuenta del error del solvens y, recibiendo de buena fe el pago, destruyó su
título, es decir, el documento en que constaba su crédito. Si el acreedor se viese
obligado a restituir el pago, estaría en la imposibilidad de accionar contra su
verdadero deudor por falta de prueba, por esa razón se deniega, en ese supuesto,
la acción de repetición al solvens, a quien se le reserva el repetir contra el deudor.
Esa regla solo beneficia al accipiens de buena fe.

Efectos del pago indebido.

La obligación principal que nace del pago de lo indebido consiste en la obligación,


para el accipiens, de restituir lo cobrado indebidamente. Pero la cuantía de la
obligación dependerá de la buena o mala fe de quien recibió el pago.

Accipiens de mala fe: Si por justicia se entiende tratar igual a los iguales y desigual
a los desiguales, es justo que quien actúe de buena fe reciba un tratamiento
distinto de aquel que obra de mala fe. En consecuencia:

Las partes en el pago

Parte. En derecho civil se denomina así a toda persona que interviene con otra u


otras en cualquier acto jurídico.

Pago. El pago es el cumplimiento de la prestación que constituya el objeto de la


obligación, sea esta una obligación de hacer o una obligación de dar. Constituye
una forma típica de extinguir las obligaciones.

El pago supone dos actores:

El ¨solvens¨, llámese así en latín, a la persona que efectuaba un pago de una


obligación.

El accipiens¨ en latín, es la persona que recibe el pago.¨

Para que el pago sea válido y libre al deudor, es requisito


Que el accipiens sea el acreedor

Que sea capaz.

El pago no es válido sino con la condición de que dicho pago sea hecho al
acreedor, o luego de su fallecimiento, a sus causahabientes universales, que se
han convertido ellos mismos en acreedores, para continuar la persona de su
causante.

El cesionario del crédito, que tan solo es un causahabiente singular, tiene titulo


para recibir el pago, en efecto, se ha convertido en acreedor por obra de la cesión;
al pagarle pues, se paga desde luego al acreedor. Pero el deudor debe ser
advertido en ese cambio.

El pago es válido igualmente cuando se hace al representante legal o


convencional del acreedor, o incluso a u gestor oficioso, si están reunidos los
requisitos de la gestión de negocios ajenos.

En tal sentido, el artículo 1239 del Código Civil Dominicano establece que el pago


debe hacerse al acreedor o al que tenga su poder, o al que esté autorizado por los
tribunales o por la ley, para recibir en su nombre. El pago hecho al que no tiene
poder de recibir en nombre del acreedor, es válido, si éste lo ratifica o si se ha
aprovechado de él.

Así en principio, el pago que no se efectúe al acreedor o a su representante no


libera al deudor con respecto al acreedor; el deudor sigue estando obligado: Quién
paga mal, paga dos veces; el deudor no podrá sino repetir contra el accipiens que
haya recibido debidamente el pago

1. El accipiens debe restituir la cosa recibida, y los frutos que haya producido,
sobre todo los intereses si el pago ha consistido en una suma de dinero, esto así
por lo que establece el artículo 1378 del Código Civil.
2. El artículo 1379 dispone que si el accipiens ha enajenado la cosa recibida, debe
el valor de la misma en el día del reembolso, sea cual sea el precio que haya
percibido al enajenarla.

3. Si la cosa ha parecido, aunque haya sido por caso fortuito, el accipiens debe
valor de aquella en el día del reembolso.

Accipiens de buena fe. El accipiens de buena fe no debe sufrir por el pago


recibido; por lo tanto, no se halla obligado, frente al solvens, sino en la medida de
su enriquecimiento. En consecuencia:

1. Debe restituir la cosa recibida, pero conserva los frutos y los intereses: todo
poseedor de buena fe hace suyos los frutos.

2. Si el accipiens de buena fe ha enajenado la cosa recibida, debe solamente el


precio que haya percibido, y no el valor de la cosa.

3. El accipiens de buena fe queda liberado si la cosa perece por caso fortuito.

Obligación del solvens.

El pago de lo indebido hace que nazca, con cargo al solvens, una obligación
accesoria, la de rembolsar los gastos útiles o necesarios efectuados por el
accipiens para la conservación de la cosa que haya recibido y que deba restituir.

La gestión de negocios ajenos.

Entre los requisitos de la gestión de negocios ajenos, algunos conciernen al


dueño, algún otro al gestor y otros, por último, son relativos al acto de gestión o
administración.

La gestión de negocios ajenos es la segunda de las dos fuentes autónomas de


obligaciones que los redactores del Código Civil francés clasificaron entre los
cuasicontratos. La gestión de negocio: es un acto en virtud del cual una persona
denominada gestor, interviene o se ocupa de los asuntos de otra, denominada
dueño, sin obligación legal o convencional de hacerlo
En cierto sentido, la gestión de negocios ajenos tiene analogía con el mandato;
pero difiere sensiblemente de este, porque no se basa en un acuerdo de
voluntades.

Requisitos de la gestión de negocios ajenos.

A) Requisitos relativos al dueño.

a) El dueño no debe haber consentido en la gestión; el consentimiento del dueño


convertiría el negocio en un mandato. La gestión de negocios ajenos obliga al
dueño fuera de su voluntad; su capacidad no se exige.

b) El dueño no debe haberse opuesto a la gestión; la persona que interviniera en


los asuntos ajenos contra la voluntad del dueño, incurriría en una culpa delictual.

B) Requisitos relativos al gestor.

El gestor debe tener la intención de administrar los negocios de otro, pero no es


indispensable que obre por el exclusivo interés del dueño.

Por administrar el gestor sin la voluntad de obligarse, su capacidad es indiferente.


Pero posee cierto influjo sobre la validez de los actos jurídicos que haya podido
celebrar en su propio nombre: tiene el derecho a demandar la nulidad de los
mismos y, en ese caso, el dueño no está obligado para con el.

c) Requisitos relativos al acto de gestión.

El acto de gestión puede ser un hecho material o un acto jurídico. Debe presentar
dos requisitos: 1. Debe ser útil en el momento que se cumpla, aun cuando, como
resultado de circunstancias posteriores, no procure ningún enriquecimiento al
dueño. 2. No debe exceder del límite de los actos de administración.

Efectos de la gestión de negocio.

A) Obligaciones del gestor.


a) Frente a terceros, el gestor no está obligado mas si ha celebrado con ellos
algunos actos jurídicos en su propio nombre.

b) Tres obligaciones pesan sobre el gestor de negocios con respecto al dueño:


Debe concluir el acto que haya emprendido. Debe administrar como buen padre
de familia; su culpa se aprecia  in abstracto, por preferencia a la del buen padre de
familia; pero el juez tiene el poder de moderar el resarcimiento. Debe rendir
cuentas de su gestión ante el dueño.

B) Obligaciones del dueño de negocio.

a) Está obligado, con respecto a terceros, por los actos útiles que se hayan
celebrado por el gestor, en su propio nombre, para la administración.

b) Debe indemnizar al gestor por todos los gastos útiles o necesarios.

Los redactores del Código Civil presentaron los cuasicontratos como una fuente
autónoma de obligaciones, junto a los contratos, a los delitos y cuasidelitos.
Asimismo intentaron, en una definición, reunir los rasgos característicos de los
cuasicontratos: "Los  cuasicontratos son los hechos puramente voluntarios del
hombre, de los cuales resulta un compromiso cualquiera respecto a un tercero, y
algunas veces un compromiso recíproco por ambas partes.

Nuestra legislación sólo regula dos tipos de cuasicontratos: la gestión de negocios


ajenos y el pago de lo indebido, la jurisprudencia es quien ha añadido el tercer
cuasicontrato, el enriquecimiento sin causa.

Los cuasicontratos en el Código Civil están regulados en el titulo IV, el cual se


dedica al estudio de los compromisos que se hacen sin convención, dicho titulo
en su primer capítulo establece las reglas de los cuasicontratos desde el artículo
1371 al 1381, los cuales transcribiremos a continuación:

La noción de enriquecimiento sin causa

El enriquecimiento sin causa, considerado como fuente independiente de


obligaciones, era desconocido por los romanos, que concedían, sin embargo, una
acción de repetición en numerosos casos en que se estimaban que el
enriquecimiento de un patrimonio a expensas de otro carecía de causa. Los
redactores del Código Civil no mencionan directamente el enriquecimiento sin
causa, es por ello que los tribunales tuvieron que fijar los requisitos de esta figura
jurídica.

El enriquecimiento sin causa supone el enriquecimiento del patrimonio de una


persona en desmedro del patrimonio de otra.

Todo enriquecimiento y en general toda atribución, para ser lícita debe fundarse
en una causa o en una razón de ser que el ordenamiento jurídico considera justa.
Cuando una atribución no está fundada es una causa justa, el que ha recibido
debe restituir, correlativamente el que se ha empobrecido tiene acción para
reclamar lo pagado.

Este cuasicontrato no ha sido reglamentado por el Código Civil, aunque según el


Profesor Jorge Subero Isa  algunas disposiciones suyas aplican los principios del
enriquecimiento sin causa como ocurre con los artículos 555 (relativos a las
construcciones en terreno ajenos) y 1433 y 1437 (relacionados con las
recompensas entre esposos).

La doctrina del enriquecimiento sin causa es en el derecho  dominicano es una


construcción Jurisprudencial y doctrinal que considera que es un principio general
del derecho el  que nadie pueda enriquecerse con daño o detrimento de otro y que
si ello ocurre, el enriquecido debe restituir.

Requisitos del enriquecimiento sin causa.

La jurisprudencia ha establecido los cinco requisitos que debe reunir el


enriquecimiento sin causa.

1. º  El empobrecimiento debe ser la consecuencia del enriquecimiento.

2. º El empobrecido no debe haber incurrido en ninguna culpa.

3. º El empobrecido no debe haber obrado en su propio interés.


4. º El enriquecimiento no debe tener causa legítima; es decir, no debe resultar del
cumplimiento de un acto jurídico valido o de la aplicación, en un acto jurídico,
de una disposición legal o consuetudinaria.

5.º  La acción in rem verso ( acción de reembolso) no tiene sino un carácter


subsidiario: se niega cuando el legislador ha previsto otra acción, ya sea que el
empobrecido pueda ejercer, esta otra acción, ya sea que no pueda utilizarla por no
reunir todos los requisitos exigidos o porque la haya perdido.
Efectos del enriquecimiento sin causa.

El enriquecimiento sin causa genera una acción de restitución o reintegro a favor


del empobrecido y contra el enriquecido injustamente. Se trata de una acción
distinta y subsidiaria, no confundible con la acción ordinaria de indemnización de
daños. Es así como el enriquecimiento sin causa hace que nazca una obligación
de la que el empobrecido es acreedor y deudor el enriquecido. Esa obligación de
restitución que pesa sobre el enriquecido esta limitada por la cuantía del
enriquecimiento y del empobrecimiento: el enriquecido no puede quedar obligado
a más de lo que se haya enriquecido, ni a más de lo que se haya empobrecido el
demandante.

¿Cuál es el concepto de promesa unilateral?

La promesa unilateral es el acto jurídico que crea una obligación con cargo a una
persona y por su sola voluntad.

La voluntad de una persona puede producir efectos jurídicos, creando una


obligación. Tal es el caso del testamento por ejemplo, es un acto jurídico
unilateral, porque produce efecto por la sola voluntad del testador.

Art. 955 Código Civil

¿Cómo se regula la promesa de pago y el reconocimiento de deuda?


En caso de que una persona realice una promesa de pago o un reconocimiento de
deuda mediante una declaración unilateral, no hace falta probar la relación
fundamental, que pudo haber existido entre las partes.

Art. 956 Código Civil

¿Cómo se realiza una promesa pública de recompensa?

La promesa pública es ejercida a través de los medios sociales y tiene como


finalidad recompensar a la persona que cumpla lo descripto o dé los datos
precisos sobre lo solicitado, en este caso quien ofrece dicha promesa tiene la
obligación de pagar lo prometido, teniendo derecho la persona que realizó lo
estipulado, en caso de incumplimiento del pago de la recompensa, a exigir
judicialmente dicho pago.

Art. 957 Código Civil

¿Quién es la persona facultada a exigir la prestación prometida en caso de


que el acto sea realizado por una o varias personas?

Si la respuesta a la promesa pública se cumple por varias personas el promitente


(el que lanzó la promesa pública) solo está obligado a cumplir dicha promesa con
el primero que realizó el acto y si para el cumplimiento tuvieron que intervenir
varias personas que trabajaron en cooperación la recompensa beneficiará a todas.
Las cuales deberán designar un representante para que reciba la prestación
prometida.

Art. 958 Código Civil

¿Cuál es el término de validez en la promesa pública de recompensa?

La promesa pública de recompensa no puede ser revocada mientras esté en curso


el término fijado por el promitente o el que resulte de la naturaleza o la finalidad de
la promesa.

Art. 959 Código Civil


¿Se puede revocar una promesa pública de recompensa?

Sí, se puede revocar la promesa sólo antes del vencimiento del plazo o con justo
motivo y la revocatoria deberá efectuarse del mismo modo que se originó la
promesa. Sin embargo el promitente no podrá revocar la misma si el acto ya se ha
cumplido o ha sido ejecutado.

Art. 960 Código Civil

Es fuente de obligaciones en el Derecho Dominicano?   

Fuentes de las obligaciones

La fuente de la obligación es el hecho que le da nacimiento, lo cual se halla


fundamentado sobre la existencia o no de la voluntad en la formación de la
obligación.

LAS FUENTES VOLUNTARIAS: 

La obligación encuentra su fuente en la voluntad del deudor. En ocasiones la


voluntad del deudor concurre con la voluntad del acreedor, poniéndose de acuerdo
para crear un vínculo de derecho, naciendo la obligación de un contrato.

FUENTES NO VOLUNTARIAS:

 La obligación se impone al deudor fuera de su voluntad. De esto resulta que las
fuentes no voluntarias comprenden:

A) LOS CUASICONTRATOS: 
B) El deudor se encuentra obligado a cumplir una prestación sin haber tenido
la voluntad de obligarse y sin haber cometido una falta.

B) LA LEY: 

El deudor se encuentra obligado a cumplir porque su obligación nace directamente


de la ley, que es la manifestación de voluntad de la autoridad pública que dicta e
impone la regla jurídica.
C) LA RESPONSABILIDAD CIVIL:

 El deudor ha ocasionado un daño, normalmente a consecuencia de una falta que


le es imputable, falta que a veces es intencional y se denomina falta delictual, falta
que a veces es inintencional y se denomina falta cuasidelictual;
comprometiéndose en consecuencia la responsabilidad delictual o la
responsabilidad cuasi-delictual, según la intencionalidad o no del causante del
daño.

Clasificación de las obligaciones

2.- SEGUN SU OBJETO: Se clasifican en:

A) obligaciones de dar, obligaciones de hacer y obligaciones de

no hacer.

Esta clasificación se encuentra fundamentada en la definición que da el Código


Civil de lo que es un contrato, que es considerado en su artículo 1101 como un
convenio en cuya virtud una o varias personas se obligan respecto de una o de
varias otras a dar, hacer o no hacer alguna cosa.

Obligaciones de dar: 

El deudor de una obligación de dar tiene que cumplir con una prestación que
consiste en una dación, que quiere decir que ese deudor tiene que transmitir
el derecho de propiedad que posee sobre una cosa a su acreedor y hacerle
entregar la cosa. La obligación de dar recae siempre sobre un derecho real, por
ejemplo, la obligación del vendedor es una obligación de dar porque está obligado
a transferir el derecho de propiedad que tiene sobre esa cosa y al
mismo tiempo hacerle entrega de la cosa.

Obligaciones de hacer: 
Son las que fuerzan al deudor a cumplir un hecho en favor del acreedor, como por
ejemplo: la obligación asumida por un abogado de defender a un cliente, o la de
un ingeniero de construir una casa.

Obligaciones de no hacer: 

Consisten en una abstención del deudor en favor del acreedor, como por ejemplo,
la obligación asumida por el comprador de un solar de no construir un edificio de
varios pisos. Los artículos 1136 y 1142 del Código Civil Dominicano preveen que
las obligaciones de dar, hacer o de no hacer, se resuelven en indemnización de
daños y perjuicios, en caso de falta de cumplimiento de parte del deudor

Los compromisos que nacen de un hecho personal relativo al que se encuentra


obligado, resultan de los cuasicontratos, o de los delitos o cuasidelitos; estos
compromisos serán objeto del título presente.

CONCLUSIÓN (CARLOS PEREZ)

Al estudiar la extinción de las obligaciones, nos damos cuenta que estas están
resumidas en el art. 1234, del cód. Civil, el cual define cuales causas extinguen las
obligaciones. "el pago, la novación, la quita voluntaria, la compensación, la
confusión, la pérdida de la cosa, la nulidad o la rescisión. Por efecto de la
condición resolutoria, que se ha explicado en el capítulo precedente; y por la
prescripción que será objeto de un título particular".

Es decir, desaparece cuando el deudor ejecuta la prestación que es objeto de su


deuda, para asi recobrar el deudor su independencia.

Así el pago, la prestación de la cosa debida, constituye el fin natural y regular de la


obligación, ya emane del deudor principal o del fiador, el pago íntegro de la deuda
liberas a todos los coobligados. Produce igualmente su efecto extintivo absoluto
en caso de correalidad: hecho por uno de los deudores a unos de los acreedores,
extingue la obligación respecto de todos.
En la ciencia del derecho como en toda ciencia, la organización, sistematización y
generalización de los fenómenos es útil y necesaria para su mejor aprehensión. El
estudio ontológico de las obligaciones no puede escapar a esa necesidad. Por
ello, es justo reconocer que a pesar de la diversidad de pareceres, por demás
enriquecedores, mientras más lógica y generalizada sea la categorización de los
hechos jurídicos, más comprensivos resultan. Y en cuanto lo didáctico, el hecho
de que se  formulen  sistematizaciones bien fundadas desde el punto de vista
deductivo e inductivo, permite que  el proceso enseñanza-aprendizaje devenga
más viable y productivo. Esta realidad es la que justifica el abandono, en este
trabajo didáctico, de la clasificación o categorización de las obligaciones de los
clásicos franceses (los hermanos Mazeaud, en especial) para asumir una
formulación más ajustada a lo sistémico, como es la que hace el profesor Salerno.

Como se nota, no ha habido cambio en las denominaciones de los elementos,


pero sí en la ubicación en clases, tipos y subtipos, esto es, en la categorización
generalizadora. La nueva perspectiva, además de innovadora, es más científica
por la lógica de su organización y plenamente justificada por la metodología
asumida.

CONCLUCION (ANDERSON GUZMAN)

El artículo 1900 CC establece: "la prueba del pago incumbe al que pretende


haberlo hecho. También corre a su cargo la del error con que lo realizó, a menos
que el demandado negare haber recibido la cosa que se le reclame. En este caso
justificada por el demandante la entrega, queda relevado de toda otra prueba. Esto
no limita el derecho del demandado para acreditar que le era debido lo que se
supone que recibió".

El artículo 1901 del Código Civil añade: "se presume que hubo error en el pago
cuando se entregó cosa que nunca se debió o que ya estaba pagada; pero
aquél a quien se pida la devolución puede probar que la entrega se hizo a título de
liberalidad o por otra causa justa".

Por lo tanto, en principio, rige la regla general de la carga de la prueba (artículo


217 Ley de Enjuiciamiento Civil) en cuanto a los hechos constitutivos, al
demandante corresponde la carga de la prueba de la acción que se ejercita, y de
no hacerlo sufre las consecuencias que tal falta de prueba conlleva; es decir, a
quien pagó y reclama la restitución le incumbe la carga de probar que efectuó el
pago sin la existencia de obligación, por lo que el pago se efectuó por error, así se
deriva del propio artículo 1900 del Código Civil.

Ahora bien, en los artículos 1900 y 1901 del Código Civil se suaviza tal regla
general, por cuanto se establecen presunciones, iuris tantum, por lo que admiten
prueba en contrario

¿A qué nos referimos con el enriquecimiento sin causa relacionado con los
cuasicontratos?

El enriquecimiento injusto o sin causa se produce cuando una persona obtiene o


se lucra con una ventaja patrimonial a costa de otra, con falta de causa en tal
desplazamiento patrimonial. Aunque fue previsto por las Partidas, el Código Civil,
al seguir el Código Civil francés, no lo contempla el enriquecimiento injusto.

Ahora bien, en la reforma del Título Preliminar de 1974, en el artículo 10.9


CC párrafo tercero se introduce una norma de Derecho Internacional Privado
referida a esta institución, al disponer: "en el enriquecimiento sin causa se aplicará
la ley en virtud de la cual se produjo la transferencia del valor patrimonial a favor
del enriquecido".

En todo caso, el enriquecimiento injusto o sin causa tiene en nuestro


ordenamiento la significación de un principio general del derecho aplicable como
fuente de carácter subsidiario.

Los presupuestos o requisitos para que pueda ejercitarse la acción por


enriquecimiento injusto son los siguientes, que de manera reiterada se exigen por
la jurisprudencia.

a) Un enriquecimiento por parte del demandado, representado por una ventaja
patrimonial, que podrá producirse por un aumento del patrimonio o por una no
disminución del mismo.

b) Un correlativo empobrecimiento por el actor, representado, a su vez, por un


daño que puede constituir un daño positivo o por un lucro frustrado.

c) Conexión indispensable entre el empobrecimiento y el enriquecimiento, en


virtud del traspaso directo o indirecto de patrimonio del demandante al del
demandado.

d) Falta de causa que justifique el enriquecimiento. Elemento esencial para que


pueda ser aplicado.
e) Inexistencia de precepto legal que excluya la aplicación del enriquecimiento sin
causa.

Bibliografía

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Vol.I,  Ediciones Jurídicas Europa América. Buenos Aires, Argentina. Pág. 328-
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7. Mazeaud, HENRI (1960) y otros, Lecciones de Derecho Civil, parte segunda,


Vol.  III,  Ediciones Jurídicas Europa América. Buenos Aires, Argentina. Pág. 328-
331.  

8. Salerno, MARCELINO URBANO (1965) Obligaciones. Régimen Jurídico;


Editorial   Universidad, Buenos Aires, Argentina.                        

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