“ALIANZA DEL PACÍFICO”

III CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN

CHILENA DE ESPECIALISTAS
INTERNACIONALES

Santiago de Chile, 2017

 “ALIANZA DEL PACÍFICO”

III CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN

CHILENA DE ESPECIALISTAS
INTERNACIONALES

Santiago de Chile, 2017

“Alianza del Pacífico”
III Congreso de la Asociación Chilena de Especialistas Internacionales

ISBN Nº 978-956-7684-19-9

ASOCIACIÓN CHILENA DE ESPECIALISTAS INTERNACIONALES – ACHEI

Miembro de World International Studies Committee (WISC)
International Studies Association (ISA)’S Cooperating Organization
Federación Latinoamericana de Estudios Internacionales (FLAEI)
Registro de Constitución del Ministerio de Economía Nº 4065, del 1 de marzo de 2010

Directorio ACHEI

Presidente: Dr. Alberto Sepúlveda Almarza

Vicepresidente: Prof. Jaime Sepúlveda Cox

Secretario General: Prof. Carol Pinto-Agüero Barría

Miembros Directorio:
Dr. Raúl Allard Neumann
Dra. Lorena Araya Silva
Sr. Sergio Fernández Aguayo
Sr. Chihon Ley Neira
Sr. Julio Sau Aguayo
Sr. Christian Torres Miranda

Edición y Compilación
Dra. Lorena Araya Silva
Santiago, 2017.

Colaboración, auspicio y/o patrocinio:

 Índice

5 | PALABRAS DEL PRESIDENTE

7 | INTRODUCCIÓN

11 | PRIMERA PARTE: EL CONGRESO

57 | SEGUNDA PARTE: LOS EXPOSITORES

59 | ALBERTO SEPÚLVEDA ALMARZA: LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE CHILE

67 | JAIME SEPÚLVEDA COX: LA POLÍTICA DE EE.UU. Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO

77 | RAÚL ALLARD NEUMANN: ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE ESTADOS UNIDOS Y LA

ALIANZA DEL PACÍFICO. LA DIMENSIÓN REGIONAL

91 | JORGE DACCARETT BAHNA: LA SITUACIÓN DE ESTADOS UNIDOS Y LA ALIANZA DEL

PACÍFICO. LA DIMENSIÓN REGIONAL

99 | CHRISTIAN TORRES MIRANDA: EL ESCENARIO ECONÓMICO Y LA ALIANZA DEL

PACÍFICO

105 | ÁLVARO FISCHER: CIENCIA Y TECNOLOGÍA Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO

113 | MARIANO BARTOLOMÉ: LOS DESAFÍOS DE LA SEGURIDAD INTERNACIONAL

DERIVADOS DE LOS MAYORES NIVELES DE INTEGRACIÓN SUBREGIONAL

143 | SAMUEL FERNÁNDEZ ILLANES: EL CONTINENTE ANTÁRTICO Y SUS DESAFÍOS

155 | CHIHON LEY NEIRA: LA CONSTRUCCIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE CHINA Y LA

ALIANZA DEL PACÍFICO

163 | FERNANDO REYES MATTA: CHINA, LA RUTA DE LA SEDA Y AMÉRICA LATINA:

CONECTIVIDAD POR CONSTRUIR

125 | MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS: LA ANTÁRTICA: UNA VISIÓN MARÍTIMA

171 | TERCERA PARTE: LOS ARTÍCULOS

173 | ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA: EL ESCENARIO ECONÓMICO - COMERCIAL

DE LA ALIANZA DEL PACÍFICO Y LA INCLUSIÓN DE ACTORES NO TRADICIONALES

187 | JUAN EDUARDO MENDOZA P.: LA ALIANZA DEL PACÍFICO, DESDE UNA
PERSPECTIVA OCEANOPOLÍTICA
201 | VERUSKA TORRES MELLO: CHINA Y SU INSERCIÓN EN LA ECONOMÍA
LATINOAMERICANA. OPORTUNIDADES PARA LA ALIANZA DEL PACÍFICO

213 | JARDEL SESTREM · VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS: REPERTORIO DE LOS NUEVOS

GOBIERNOS BRASILERO Y ARGENTINO FRENTE A LA ALIANZA DEL PACÍFICO:
¿CAMINO A LA CONVERGENCIA?

229 | JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ: LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL POSTGRADO EN

CHILE: UNA MIRADA DESDE LA ALIANZA DEL PACÍFICO
 Palabras del presidente

La Asociación Chilena de Especialistas Internacionales (ACHEI) es una Asocia-

ción Gremial, cuyo objetivo es el fomento de los estudios de relaciones inter-
nacionales en Chile. Es miembro de la Asociación de Estudios Internacionales
de Estados Unidos (ISA) y del Comité Internacional de Estudios Internacionales
(WISC).

En la actualidad hay un gran número de actores en las relaciones interna-

cionales en el mundo como las universidades, las fuerzas armadas, las Can-
cillerías y organismos del sector privado, entre ellos las empresas. En el caso
de Chile se da la paradoja que tiene una gran actividad internacional, que se
refleja en que es el país con la mayor cantidad de Tratados de Libre Comercio
y sus empresas cuentan con una inversión externa que supera los 130.000 mi-
llones de dólares. Sin embargo, el desarrollo de los estudios internacionales es
escaso.

Desde su creación ACHEI ha impulsado actividades tendientes a lograr la coor-

dinación de los diversos sectores que están vinculadas a las relaciones interna-
cionales. Participado en Congresos de organismos mexicanos (AMEI), y de otros
países de América Latina y de Europa por medio del WISC.

En el plano nacional ha organizado conferencias de los Ministros de Relacio-

nes Exteriores, de autoridades del Senado y personalidades. Asimismo, ha con-
tado con la colaboración de la Cancillería de Chile. En los dos primeros Con-
gresos se obtuvo la colaboración del Senado de la República, de la Academia
de Guerra Naval, de la Fundación Konrad Adenauer y, como hemos menciona-
do de la Cancillería.

El III Congreso de ACHEI correspondía organizarlo en el año 2017 y las tareas

de preparación comenzaron con mucha antelación. Se había pensado efec-
6 | PALABRAS DEL PRESIDENTE

tuarlo en la ciudad de Punta Arenas para analizar el tema de la política antár-

tica de Argentina, Chile y otros países. Sin embargo, ello no fue posible. Por ello
decidimos cambiar la sede a Santiago y Viña del Mar y centrar la temática en
la Alianza del Pacífico establecida por Colombia, Chile, México y Perú.

Dado que el objetivo de ACHEI es vincular a los organismos relacionados a los

temas internacionales, se decidió que las sesiones de este Congreso se efec-
tuaran en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en la Gran Logia de Chile y
en la Academia de Guerra Naval. El programa desarrollado durante tres días
permite dar cuenta del alto nivel de los expositores. Participaron académicos
de Alemania, Argentina, Chile, Perú y México. Para poder materializar esta im-
portante actividad para nuestra organización contamos con el apoyo de la
Fundación Konrad Adenauer, del Gobierno de la República Popular China, del
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, de la Comisión Nacional de Cien-
cia y Tecnología, además de la colaboración de La Gran Logia de Chile y de la
Academia Guerra Naval.

Tenemos la impresión de que ACHEI se ha consolidado como un importante

centro de análisis y actividades en temas de relaciones internacionales, adop-
tando un modelo de apertura política y de seriedad en las actividades que
organiza. Por ello, esperamos en los próximos años proyectar nuestra labor
a provincias, a los sectores empresariales y, por lo menos para mí, con la inten-
ción de hacer un Congreso en la austral ciudad de Punta Arenas, en la rivera
del Estrecho de Magallanes, el año 2019.

Alberto Sepúlveda Almarza

Presidente
Asociación Chilena de Especialistas Internacionales
 Introducción

El III Congreso Internacional de la Asociación Chilena de Especialistas In-

ternacionales (ACHEI), se planteó abordar los desafíos y oportunidades del
proceso de integración regional “La Alianza del Pacífico”, entendida como
una plataforma que mira hacia el Asia-Pacífico. Asimismo, se consideró que
era importante recoger las principales temáticas abordadas en el anterior
Congreso Internacional “Medio Siglo de Relacionales Internacionales de
Chile”, realizado en el año 2015.

En aquella ocasión se puso en evidencia la poca sistematicidad que habían

tenido los estudios en relaciones internacionales en nuestro país, junto
con la baja disponibilidad de fondos sistemáticos que permitieran mate-
rializar investigaciones sobre las cuales se pudiera desarrollar una visión
prospectiva en temas de interés nacional. Otra temática relevante fue lo
planteado en materia de seguridad, debido a los desafíos de la creciente
interdependencia y la globalización. Era necesario avanzar hacia un con-
cepto de seguridad humana y esto planteaba nuevos desafíos a los orga-
nismos de la defensa y del orden nacional.

El contexto internacional previo al III Congreso, presentaba algunas com-

plejidades y tensiones, provenientes de los posibles cambios en la política
exterior de Estados Unidos debido a la reciente elección del presidente Do-
nald Trump, presagiando un giro en la política exterior de su país con algu-
nas consecuencias para América Latina y el resto del mundo. Esto sumado
al complejo escenario europeo tras el Brexit y los atentados terroristas, el
rol de China como un actor relevante en la construcción de las relaciones
con el Asia, propiciaban un debate sobre los desafíos y las oportunidades
para la integración regional.

El proyecto de integración Alianza del Pacífico se presentaba como el foco

desde el cual se podría analizar y debatir sobre la realidad mundial. Este
8 | INTRODUCCIÓN

proyecto de integración fue anunciado en el año 2011, mediante la Decla-

ración de Lima y lo integran Chile, Colombia, México y Perú. Se define, de
acuerdo con sus estatutos, como “una iniciativa de integración regional”,
que intenta avanzar hacia la libre circulación de los bienes, los servicios, los
capitales, las personas y la economía, el crecimiento económico asociado
a mayores niveles de igualdad y la conformación de una plataforma que se
oriente hacia la región Asia-Pacífico. En el año 2017 la Alianza del Pacífico
cuenta con 4 pases miembros, 4 asociados y 49 observadores.

Las temáticas relevantes y específicas que serían los ejes articuladores del
debate se centraron en el análisis, desde la Alianza del Pacífico, sobre el
actual panorama internacional, los cambios en la orientación de la polí-
tica norteamericana y sus consecuencias para la Alianza del Pacífico y la
construcción de las relaciones con China, como el gran articulador de las
relaciones con el Asia. Asimismo, se planteaba el debate y el análisis sobre
las oportunidades y desafíos en los aspectos económicos y comerciales
como también detenerse en los desafíos que supone para la seguridad y
la defensa de los países miembros, el aumento de la libre circulación de
las personas, en particular, los retos para las fuerzas armadas, los riesgos
migratorios asociados al narcotráfico, la migración irregular, entre otros.

Sin embargo, también fue necesario incorporar a la discusión mayor las

oportunidades y retos que significa para nuestro país la cooperación inter-
nacional, en materias de ciencia, intercambio académico y sobre todo las
que se derivan de las condiciones geográficas nacionales y de la Antártica
Chilena como una puerta de entrada al continente blanco, que por exce-
lencia se orienta hacia la investigación y la preservación de las especies
que la habitan.

Este documento se organiza en tres secciones. La primera recoge, de ma-

nera sintética, los principales aspectos, reflexiones y tesis abordadas en to-
das las sesiones y paneles, sobre las cuales se elaboraron las Conclusiones
del III Congreso Internacional. En tanto, la Segunda Parte es una compi-
lación de una serie de artículos de los expositores que participaron en el
Congreso, estos trabajos reflejan la diversidad de visiones y puntos de vista
desde los cuales los autores abordaron las temáticas que los convocaron
 “ALIANZA DEL PACÍFICO” | 9

dada su campo de estudio o su posición de experto. Y, por último, la Terce-

ra Parte corresponde a la selección de artículos enviados por integrantes
del mundo académico y de la sociedad civil y aprobados por la Comisión
Evaluadora tras un proceso de evaluación ciega, los cuales contribuyen a
expandir la discusión más allá del espacio físico y temporal en el cual se
realizó el III Congreso Internacional de ACHEI.
 Primera Par te


EL CONGRESO

E
l III Congreso Interancional de ACHEI tuvo como tema central la Alianza
del Pacífico. Se reaizó entre el 27 y 29 de septiembre de 2017, en las ciu-
dades de Santiago y Viña del Mar.

Se trató de una instancia que permitió concertar al mundo académico, de go-

bierno, de las fuerzas armadas y de la sociedad civil, nacional e internacional.
Además de la participación de expositores extranjeros, en torno a un proceso
de integración de gran relevancia no solo para México, Colombia, Perú y Chile,
sino que para muchos países que ven este espacio de integración como una
oportunidad para concectar el mundo del Pacífico con el mundo del Atlán-
tico, lo que se ve reflejado en la gran cantidadad de países asociados a este
proyecto que nace desde el espacio latinoamericano.

En esta primera parte se presenta una síntesis del Congreso, tanto de las ac-
tividades y objetivos como de los planteamientos y tesis relevantes de expo-
sitores en cada una de las Sesiones y Paneles temáticos. Para finalmente, pre-
sentar las conclusiones que se derivan de la revisión de esos planteamientos.
12 | PRIMERA PARTE

OBJETIVOS DEL CONGRESO

El III Congreso Internacional de ACHEI efectuado en el año 2017, tuvo como

objetivo principal “analizar y debatir sobre la realidad mundial desde la
Alianza del Pacífico, definida como “una iniciativa de integración regional”,
que intenta avanzar hacia la libre circulación de los bienes, los servicios, los
capitales, las personas y la economía, el crecimiento económico asociado
a mayores niveles de igualdad y la conformación de una plataforma que se
oriente hacia la región Asia-Pacífico”.

Junto a este objetivo principal, se plantearon en forma complementaria

otros dos objetivos secundarios. El primero de ellos fue avanzar en la pro-
fundización de algunas temáticas del ÍI Congreso Internacional “Medio
Siglo de Relacionales Internacionales de Chile” (2015). Mientras que el
segundo tenía por objetivo ampliar la ampliar la discusión y fomentar el
debate sobre las implicancias de la Alianza del Pacífico, más allá de los ex-
positores centrales y panelistas tanto internacionales como nacionales que
abordarían las temáticas del Congreso.

Por primera vez, se hizo un esfuerzo para que esa discusión se articulara en
la publicación de artículos originales que recogieran las perspectivas inte-
lectuales provenientes de los distintos actores en materias internacionales.
Para cumplir con este objetivo, se llamó a expertos en temas internacio-
nales, profesionales, investigadores, académicos y alumnos de posgrado,
para que presentaran artículos inéditos que, luego de una revisión ciega
por parte de la Comisión Evaluadora de ACHEI, constituida para esta finali-
dad, fueran difundidos en las redes de la Asociación.

Para cubrir las diferentes temáticas del Congreso, éste se organizó en cua-
tro sesiones, siete paneles y una ceremonia de clausura.

Primera Sesión
• Primer Panel “Análisis de la Realidad Mundial y la Alianza del Pacífico”
• Segundo Panel “Análisis de la situación de Estados Unidos y la Alian-
za del Pacífico. La Dimensión Regional”
 EL CONGRESO | 13

Segunda Sesión
• Tercer Panel “Análisis de la Realidad Económica Internacional y la
Alianza del Pacífico”
• Cuarto Panel “Ciencia, Cooperación Internacional y la Alianza del Pacífico”

Tercera Sesión
• Quinto Panel “Los Desafíos de la Seguridad Internacional derivados
de los mayores niveles de integración subregional”
• Sexto Panel “El Continente Antártico y sus Desafíos”

Cuarta Sesión
• Séptimo Panel “La Construcción de las relaciones con China y la
Alianza del Pacífico”

Ceremonia de Clausura “Los desafíos en la política exterior de América La-

tina frente al nuevo panorama mundial”.

RESULTADOS

El III Congreso de ACHEI se realizó entre los días 27 y 29 de septiembre de

2017, la Inauguración y la Primera Sesión se realizaron en las dependencias
del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y la Segunda Sesión en
La Gran Logia de Chile, ambas en la ciudad de Santiago. Posteriormente,
la Tercera Sesión se realizó en la Academia de Guerra Naval, en la ciudad
de Viña del Mar. La Cuarta Sesión y la Sesión de Clausura se desarrollaron
nuevamente en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Este III Congreso ha significado un salto cualitativo y de internacionaliza-

ción muy importante para ACHEI, ya que ha congregado el apoyo de la
Fundación Konrad Adenauer, en particular del Programa Regional de Polí-
ticas Sociales en América Latina (SOPLA), de la Comisión Nacional de Inves-
tigación Científica y Tecnológica (CONICYT), la Gran Logia, el Ministerio de
Relaciones Exteriores de Chile y la Academia de Guerra Naval.
14 | PRIMERA PARTE

En esta ocasión se contó con la participación de expositores internaciona-

les provenientes del ámbito académico de cuatro países, el experto Chris-
tian E. Rieck, de la Universidad Humboldt en Berlín (Alemania); el experto
en seguridad regional, internacional y defensa, Dr. Mariano Bartolomé, de
la Universidad Austral (Argentina), el Presidente de la Asociación Mexicana
de Estudios Internacionales (AMEI) y académico en la Universidad de Au-
tónoma de Baja California (México), Dr. Rafael Velázquez; y el Dr. Daniel Pa-
rodi Revoredo, historiador e internacionalista de la Pontificia Universidad
Católica de Perú.

La difusión del Congreso, mediante los canales de comunicación de ACHEI

junto con la colaboración de organizaciones amigas y las redes sociales, a
los ámbitos gubernamentales de Chile, al Cuerpo Diplomático, a las institu-
ciones de la Defensa Nacional, a las organizaciones académicas nacionales
e internacionales, a las entidades del mundo privado y a las organizaciones
de la sociedad civil involucrada en materias internacionales, permitió que
la asistencia fuera mucho más heterogénea que en los dos congresos an-
teriores, acercando los temas en debate a las nuevas generaciones. Lo que
se expresó en una interesada concurrencia de estudiantes de posgrado.
 EL CONGRESO | 15

Fue destacable el interés por mantenerse informado mediante las redes

sociales tanto de los asistentes como el que mostraron numerosas perso-
nas en el mundo que consultaron nuestra página web https://acheiasocia-
cionchilena especialistasinternacionales.wordpress.com. Además de visi-
tar este sitio personas de Chile, también los hicieron desde diversos países
como Estados Unidos, México, Reino Unido, Argentina, Colombia, España y
Perú, por mencionar los más recurrentes. Las estadísticas de nuestra pági-
na indican que el III Congreso de ACHEI, generó interés en prácticamente
toda América como también en países de Europa, Asía y Oceanía.

El éxito del Congreso radica en el reconocimiento, la concurrencia y la visi-

bilidad que éste tuvo tanto durante su organización, en el transcurso de las
Sesiones y luego de finalizado. Esto se desprende de las felicitaciones, sa-
ludos, excusas y parabienes que se recibieron. Sin embargo, es pertinente
recoger en este documento las expresiones vertidas en las palabras de las
diferentes autoridades que inauguraban cada Sesión sobre las perspecti-
vas como también el trabajo realizado en cada una de ellas.

Es así como el director del Programa SOPLA de la Fundación Konrad Ade-

nauer, Gunter Rieck Moncayo, en la apertura planteó la importancia del
16 | PRIMERA PARTE

Congreso, desde los principios de justicia y solidaridad, el fomento de la

democracia y la economía social de mercado como centrales en el queha-
cer de SOPLA, en la búsqueda de un dialogo y gobernanza que tiendan a la
construcción de políticas sociales en la región para construir una sociedad
moderna. Desde un contexto, principalmente europeo, en el cual el des-
crédito y la decepción ponen en cuestión la capacidad de los gobiernos y
los estados nacionales. En su visión, una de las soluciones a estos dilemas
sería la salida teórica que permiten los mecanismos de integración regio-
nal y que, a su vez, coadyuvan a abordar asuntos de una forma conjunta, y
que no pudiesen ser atendidos debidamente desde la capacidad nacional
individual. Desde este punto de vista, la Alianza del Pacífico sería una de
esas alternativas teóricas que permitiría revertir o evitar los procesos que
se vivencian en la actualidad en el concierto europeo.

El director de la Academia de Guerra Naval, Capitán de Navío Gonzalo Pe-

ñaranda Moren, destacó que ACHEI realizara por segunda vez una de las
jornadas del III Congreso en esa casa de estudios, la cual tiene en sus ámbi-
tos de acción: la extensión y el posgrado. Adicionalmente, la seguridad y el
tema antártico son de gran interés para los integrantes de esa comunidad
y un complemento para los procesos formativos de la Academia.

También se recibieron las felicitaciones del Subsecretario de Relaciones

Exteriores de Chile, Edgardo Riveros Marín, destacando el trabajo realiza-
do y el apoyo que se recibió de la Fundación Konrad Adenauer. El presi-
dente de la AMEI, Rafael Velázquez, por su parte, agradeció las muestras
de solidaridad que se expresaron al inicio de la Sesión de Clausura hacia
su país, luego de los sucesos trágicos, apoyando al pueblo mexicano en
los momentos de fatalidad. Él sostuvo que para la Asociación Mexicana es
importante mantener y fortalecer los vínculos con las asociaciones como
ACHEI, con los cuales se comparte el interés por los análisis y los estudios
internacionales.

El presidente de ACHEI, Dr. Alberto Sepúlveda Almarza, destacó que

ACHEI busca integrar a todos los chilenos en el análisis de las relaciones
internacionales de nuestro país, de manera abierta e inclusiva. Pero también
 EL CONGRESO | 17

señala las dificultades que el país tiene para que ello ocurra, ha predominado
poca visión de la política internacional en distintos estamentos y por
ello es relevante el logro del III Congreso, al poner en perspectiva los
proyectos de integración y a partir desde un espacio latinoamericano,
como es la Alianza del Pacifico, analizar y debatir la realidad internacional
contemporánea. También destacó el interés particular que tiene la Armada
y el Ejército de Chile por los estudios internacionales. Temáticas que en
estas instituciones concitan un mayor interés que en la sociedad civil y en
organismos privados.

CONGRESO

Panel “Análisis de la Realidad Mundial y la Alianza del Pacífico”

Durante la introducción a las exposiciones que se efectuaron en el Primer

Panel titulado “Análisis de la Realidad Mundial y la Alianza del Pacífico”, se
planteó la sustancia de lo que son los especialistas internacionales, cuyo
saber se divide entre el saber académico y el saber pragmático que se
anida en las burocracias estatales. Como una forma de poner en relieve la
conexión que debería existir entre ambos saberes, se recordó, a modo de
ejemplo, que el resultado del saber pragmático “nosotros no somos vende-
dores de fruta”, fue el resultado de un saber académico que se materializó
en una política internacional y cuya esencia ha perdurado hasta hoy.

Desde la perspectiva europea, la Alianza del Pacífico es vista como un

símbolo de las nuevas relaciones del poder internacional. Traza un nuevo
mapa del poder internacional. Debido a que es creada mirando hacia el
Asia, para los europeos es interesante observar cómo se instalan nuevas
agendas, nuevos temas y desafíos globales más ambiciosos que en los pro-
yectos previos.

En el escenario actual, dado por una crisis profunda de la confianza, en

la cual impera el populismo, cuyo resultado se traduce en una saturación
18 | PRIMERA PARTE

europea la cual ha sido cautelada por la pereza burocrática. La Alianza del

Pacífico ha permitido dar mayor viabilidad a los procesos de integración
internacional, pero sobre todo los centrados en Asia, dándole una voz que
ha permitido generar una visión diferente: América no es solo un grupo
Atlántico.

La Alianza del Pacífico es planteada como un complemento interesante

para el Mercosur, ya que se trata de un regionalismo abierto, más cosmo-
polita que los proyectos bolivarianos. Estos últimos son señalados como
más excluyentes y politizantes, pero que en la actualidad se estarían apa-
gando. Por este motivo aparece como un proyecto que puede ayudar al
fortalecimiento democrático en los países, ya que tiene ese potencial y
puede ayudar al combatir el populismo.

Sin embargo, se señalan algunos problemas: es vista como un proyecto an-

ti-ALBA, aunque de otro tipo, es visualizada como un símbolo para la nue-
va derecha latinoamericano y como una forma más eficiente de integra-
ción, pero con una institucionalidad débil. Si es visto como un proyecto
ideológico de derecha, no tendrá la potencialidad de fortalecerse sumado
a que la agenda depende del país que la preside. Se plantea la necesidad
de establecer una forma de Secretaría. Adicionalmente, se puntualizó que
está demasiado enfocada en China, debiéndose ampliar hacia toda la re-
gión, ya que no solo es una vía de comunicación con ese país asiático.

Es necesario que la integración se profundice y se desideologice, pero

 EL CONGRESO | 19

profundizando la compatibilidad con otras iniciativas de integración

como el Mercosur. Debe atraer a los otros países de América Latina, como
Ecuador, para dar una conectividad regional como también para que siga
siendo efectiva y eficaz.

Esta evaluación se condice con las expectativas europeas, cuyas burocra-

cias requieren que se cree una institucionalidad, una diplomacia o secre-
tariados de manera de tener una contraparte permanente para generar
espacios de cooperación con la Unión Europea, la que funciona desde una
lógica de cooperación institucional por sobre la lógica de cooperación en
la cual cambia el interlocutor, debido a que se debe actuar con el país que
preside en un momento dado.

Desde una perspectiva que difiere de la lógica liberal, con la que se mira
la Alianza del Pacífico desde el espacio europeo, se señala que somos rea-
lidades culturales muy distintas. Éstas se originan en el antiguo imperio
portugués (Brasil) y los países hispanos que conformaron el antiguo reino
de Nueva España (México hasta Costa Rica), más los hispanos de América
del Sur. Diversidad que permitiría cuestionar el concepto de América La-
tina como una unidad homogénea. A esta diversidad se debe agregar la
inestabilidad y la política a corto plazo como características, salvo algunas
excepciones.

Ese es el caso de Chile que ha mostrado una continuidad dada por la adop-
ción temprana del libre comercio. El que se ha canalizado en su política ex-
terior, basada en dos conceptos básicos: la primacía de lo económico con
la consiguiente integración en el mundo1 y una política de bajo perfil para
permitir el auge de la expansión económica. Esta política ha posibilitado la
prosperidad, no obstante, eso significa una visión distinta a la de los otros
países latinoamericanos que han optado por otras alternativas.

Las relaciones bilaterales tampoco han estado exentas de dificultades

como la guerra o el conflicto limítrofe con Argentina que mantuvo a am-

1 Chile es el país que tiene más tratados de comercio, al año 2017 ha suscrito 25 acuerdos de asociación estratégica, de
libre comercio, de complementación económica y de alcance parcial vigentes, los cuales involucran a 66 países.
20 | PRIMERA PARTE

bos países al borde de ésta. Lo anterior ha conducido al desarrollo de una

política basada en la seguridad. En el presente existe una realidad distinta
dada por el interesante fenómeno de la migración. Cambia étnicamente
al país y hasta ahora no se ha producido un rechazo. Se está transitando a
una realidad cultural distinta, lo que cambia la realidad cultural interna y la
forma como se ve a América Latina.

Estas diferencias llevan a que en la propia Alianza del Pacífico convivan rea-
lidades diversas, que pretenden la integración cultural. Por ejemplo, Méxi-
co mira al sur de la región, pero su economía históricamente ha mirado ha-
cia Estados Unidos a lo que se agrega una identidad cultural muy marcada.
En el caso de Colombia, su relación con ese país ha estado tematizada por
las drogas y las guerrillas, pero está apostando por la apertura económica
y algo similar ocurre con Perú, cuya relación con Chile en los últimos años
ha estado marcada por temas limítrofes. Estas circunstancias, entre mu-
chas otras, se traducen en que la integración del bloque sea lenta y se vaya
avanzando de a poco. Y por ello el acuerdo es de no tener una Secretaría,
sino un modelo inspirado en el modelo del APEC con una presidencia pro
tempore.

En contraste a estos procesos de apertura que se han dado en los países de

la Alianza, aunque con distintas velocidades, en el Atlántico se evidencia
una tendencia más autárquica. Como ha sucedido con Argentina2 y Brasil,
pero con resultados de mayor estancamiento económico. Estas particulari-
dades y divergencias dificultan la comprensión de los procesos internos de
la región de parte de los Estados Unidos y Europa que han experimentado
otras realidades históricas.

2 En Argentina la orientación de la política a partir del gobierno de Mauricio Macri da un giro importante en este sentido
con respecto al gobierno anterior.
 EL CONGRESO | 21

Panel “Análisis de la situación de Estados Unidos y la Alianza del Pacífico.

La Dimensión Regional”.

No se puede desconocer la influencia que ha tenido y tiene Estados Unidos

sobre las economías de Chile, Colombia, México y Perú, como se ha señala-
do anteriormente. Aún más en el actual escenario, en el cual el presidente
Donald Trump está dando curso a una política proteccionista y se ha pro-
ducido una escalada en el conflicto con Corea del Norte.3 Por esta razón
cobró gran relevancia el Segundo Panel titulado “Análisis de la situación de
Estados Unidos y la Alianza del Pacífico. La Dimensión Regional”. En primer
lugar, se plantea que el cambio en las últimas décadas en la política de
Estados Unidos ha experimentado una involución, afectando a la región
de Latinoamérica.

3 Hasta la fecha de este Panel el conflicto, al menos a nivel discursivo, el clima entre Estados Unidos y Corea del Norte había
alcanzado un nivel que tensionaba al resto del mundo. Situación que ha cambio durante el año 2018 tras los Juegos
Olímpicos que han permitido descomprimir un escenario complejo en esa zona del mundo.
22 | PRIMERA PARTE

Hay tres hitos relevantes que permiten explicar esa involución: el término
de la Guerra Fría, los atentados terroristas del año 2001 y la presidencia
de Trump. A fines de la década de 1990, con el fin de la confrontación es-
te-oeste desaparece el enemigo externo común, emerge el fenómeno de
la globalización y, en un clima de mayor confianza, se fortalecen las relacio-
nes hemisféricas en los aspectos comerciales y de cooperación. A partir del
S-11 se evidencia un profundo cambio en su política exterior, se produce
un cierto estancamiento en algunos países de la región lo que provoca un
aumento de la migración hacia Estados Unidos.

En América Latina, que había perdido relevancia en la política exterior es-

tadounidense, se producen dos procesos de integración: el ALBA de corte
antiestadounidense con una estrategia tipo guerra fría “revolución-antiim-
perialismo” y la Alianza del Pacífico que plantea no solo la integración en-
tre sus miembros sino convertirse en una plataforma hacia el Asia-Pacífico,
logrando concertar el interés de otros países, no solo de la región.

Con la elección del presidente Trump el giro de la política exterior tiene

importantes efectos, debido a que tiene como objetivos contrarrestar la
extranjerización y la latinización originados por la globalización y la inmi-
gración para centrarse en los estadounidenses de antigua data. El escena-
rio que se vislumbra no es favorable dada las medidas proteccionistas que
podrían desencadenar una guerra comercial con China. Mientras que, en
lo referente a la Alianza del Pacífico, el rechazo al Trans-Pacific Partnership
(TTP), la revisión de los acuerdos de libre comercio, la marginalización del
sistema global y las dificultades bilaterales con México, restan potencia-
lidades a la Alianza del Pacífico. Sin embargo, una reinvención la puede
fortalecer frente al proteccionismo y, en un futuro, aumentar su influencia
como bloque en el escenario regional.

Estos problemas en la relación con Estados Unidos fueron señalados como

una “larga historia de encuentros y fundamentalmente, de desencuen-
tros y desconfianzas”. A pesar de que la relación entre América Latina y los
Estados Unidos es de larga data, se le calificó como de una “cierta frialdad”
y de “vínculos complejos”. Se reconoce que las relaciones trascienden lo
 EL CONGRESO | 23

meramente económico y la política nacional, las relaciones se multiplican

en otros planos como en lo académico y las que los propios estados man-
tienen. También existen vínculos de convivencia con la Alianza del Pacífico,
pero que no han seguido la línea del expresidente Obama, quien había
propiciado un clima de mayor entendimiento y un diálogo más propicio
para una mayor integración y cooperación regional.

Esta política estadounidense da espacios para que el comercio encuentre

caminos alternativos para su desarrollo, el gran espacio transpacífico era el
proyecto de Estados Unidos sin China. El TTP ha seguido el curso de sus ne-
gociaciones y la Alianza del Pacífico ha fortalecido su acción hacia la región
asiática. Algunos de los “Estados Observadores” y del recién creado estatus
de “Estado Asociado”, son miembros del TTP o del APEC y desde hace dos
años se ha estado trabajando para lograr un acuerdo de cooperación con
ASEAN. Y desde la dimensión regional, Canadá está tomando un rol más
activo, fortaleciendo su presencia en la Alianza del Pacífico mientras que
México puede tomar un rol más protagónico en la región, pudiendo des-
plazar a Brasil.

La integración regional tiene efectos en el comercio, las inversiones y el

desarrollo económico y social de los estados miembros de la Alianza, que
en conjunto tienen un PIB de 2, 2 billones de dólares, un mercado de 220
millones de personas y un ingreso per cápita de 10 mil dólares. Se consti-
tuye en un bloque económico de gran atractivo a nivel mundial, lo que
se evidencia con la cantidad de países observadores. Además, de los paí-
ses asociados, (Australia, Canadá, Singapur y Nueva Zelandia), que en su
conjunto podrían ampliar el mercado en 70 millones más de personas y
potenciales consumidores.

Panel “Análisis de la Realidad Económica Internacional y la Alianza del

Pacífico”.

Las potencialidades económicas y de integración en otros aspectos, hacían

necesario situarse en el actual escenario económico que puede ampliar el
horizonte tanto para la Alianza como para la región. El Tercer Panel bajo
24 | PRIMERA PARTE

el título “Análisis de la Realidad Económica Internacional y la Alianza del

Pacífico”, constituyó un espacio para situar los análisis anteriores desde una
prospectiva económica más global.

La iniciativa de integración regional se anunció en el año 2011, luego de la

crisis sub prime del año 2008, cuyas consecuencias fueron una recesión y
una crisis financiera mundial, pero que fue contenida gracias a las medidas
tomadas por la economía china. Tanto Estados Unidos como la Unión Eu-
ropea han logrado revertir la crisis, la recuperación mundial ha sido lenta y
China sigue liderando el crecimiento mundial, a pesar de que sus tasas se
han reducido. Esta recuperación es promisoria para la Alianza del Pacífico,
sobre todo porque el gigante asiático ha tomado la decisión de invertir 250
millones de dólares en América Latina y el Caribe y una parte significativa
de ese flujo podría ser invertido en la región que bordea el Pacífico. En la
actualidad, es el mejor ambiente de negocios en América Latina.

No obstante, el potencial de comercio, se destaca la vocación de integra-

ción, ya que no es meramente un acuerdo comercial. Es un proyecto de
integración regional que va más allá de la liberación arancelaria. Hay una
institucionalidad jurídica, un área de cooperación en temas comerciales y
de servicios, un marco de cooperación económica, en educación y en cul-
tura. Si bien carece de una Secretaria, como la Unión Europea, lo que pue-
de dificultar la interacción con ese bloque europeo, tiene una presidencia
pro tempore en la cual cada país gestiona la agenda.

En la presidencia pro tempore de Chile (2016-2017), se fortalecieron los

vínculos con el Asia-Pacífico (APEC- ASEAN), se anunció la figura de “Estado
Asociado”4 en un diálogo de alto nivel entre los países del TTP, se integran
nuevas disciplinas como género y Pymes. Como no había la capacidad para
profundizar la relación con los 52 estados observadores, se establecieron

4 Según la normativa de la Alianza del Pacífico, se entenderá por “Estado Asociado a la Alianza del Pacífico” aquel Estado
con el cual todas las Partes del Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico celebren y pongan en vigor un acuerdo vincu-
lante de altos estándares en materia económico comercial, que contribuya a la consecución de los objetivos del Acuerdo
Marco de la Alianza del Pacífico.
 EL CONGRESO | 25

cuatro ejes sobre los cuales se trabajará: progreso, facilitación de comercio,

Pyme y Educación.

Existen diferentes modelos políticos tanto al interior de la Alianza del Pací-

fico como en otros proyectos de integración regional, lo que genera algu-
nos vínculos de acercamientos más políticos y otros basados en proyectos
de cooperación. Con respecto al Mercosur se ha impulsado la convergen-
cia regional. Existe un espacio para dialogar y se ha establecido una hoja
de ruta que posibilite un acercamiento como un proyecto de integración
complementario.

La promoción de las Pymes como un foco de negociación en la Alianza del

Pacífico, es un desafío ya que el comercio entre América Latina es muy
bajo. Se reconoce que una parte esencial de la Alianza del Pacífico es el
sector privado y los gobiernos tienen que trabajar mano a mano con ellos.
En este mismo sentido se ha adoptado una agenda digital, con una hoja
de ruta público-privada que reconoce la exigencia de la conectividad en la
economía digital.

Si bien se ha avanzado en algunos aspectos de la integración, los desa-

fíos son importantes ya que incluyen las oportunidades de negocios entre
26 | PRIMERA PARTE

la Alianza del Pacífico y los candidatos a estados asociados, avanzar en el

acercamiento con Mercosur, fortalecer la cooperación con los 52 estados
observadores, gestionar un plan de trabajo Alianza del Pacífico-ASEAN. En
este sentido se planteó que tiene una gran relevancia la agenda digital, la
integración financiera, la facilitación de comercio a través de la coopera-
ción aduanera y ventanilla única y la movilidad de personas mediante la
plataforma digital.

La Alianza del Pacífico va en la dirección contraria de la política proteccio-

nista impulsada por el presidente Trump. Los países que más han progre-
sado en la región han optado por la integración regional y la cooperación.
Se señaló que es un proyecto exitoso debido a que es una articulación po-
lítica, económica, de cooperación e integración profunda. Esto ha sido po-
sible ya que los negociadores son los presidentes de los países miembros,
lo que implica un compromiso político importante que busca impulsar el
bienestar de sus ciudadanos. Este éxito se ve condicionado por las próxi-
mas elecciones presidenciales en Chile, Colombia y México, a pesar de que
hoy el riesgo es muy bajo dado por los beneficios ya obtenidos. A éste se
suma el riesgo político en México, originado por la compleja situación con
Estados Unidos.

Uno de los factores que permite sostener la viabilidad del proyecto regio-
nal es el acceso a recursos financieros con tasas más accesibles, ya que
las expectativas de crecimiento están por sobre el promedio de América
Latina. Si bien las tasas de inversiones han caído en los últimos años, los
índices dan señales de recuperación y los aranceles han experimentado
una tendencia hacia la baja. Estas tasas de crecimiento pueden ir de 1 a 3
puntos netos que pueden ser consideradores a nivel macro ínfimas, pero
los beneficios son muy altos ya que van en una dirección que permite for-
talecer a la pequeña empresa.

El atraso en la inversión en infraestructura en Colombia y el proceso de paz

o los daños que ha sufrido la infraestructura en Perú por los efectos de la
corriente de El Niño, ponen en evidencia que somos economías frágiles.
La contingencia, dada por procesos políticos o exposición a los desastres
 EL CONGRESO | 27

naturales, hace que se posterguen temas significativos para alcanzar una

mayor integración, pero es algo con lo cual se tiene que convivir en los
próximos años. A pesar de las contingencias, se ha avanzado “ya están los
títulos, tenemos que poner las letras”.

La participación ciudadana es otro desafío, se debe reflejar en el proceso

de negociación el involucramiento de la comunidad, ya que los beneficios
recaen sobre ella. También es un reto la generación de encadenamientos
productivos para obtener ofertas de mayor tamaño, asimismo beneficiaría
el intercambio comercial intra-Alianza ya que los flujos de comercio al inte-
rior del bloque son muy bajos. Para a avanzar en esa dirección, se requiere
de la estandarización de la inversión y el avance hacia las economías digi-
tales. En cuanto al avance en la libre circulación de las personas, este se ha
visto mermado debido a leyes migratorias antiguas, que han ralentizado
los procesos. Los países asociados como Canadá, Australia y Singapur pue-
den aportar, en este sentido, experiencias exitosas en política migratoria.

Las oportunidades para los países miembros están dadas por la cooperación,
la que es considerada una externalidad positiva de la Alianza del Pacífico. La
periodicidad y la necesidad de mostrar avances ha provocado un efecto de
aprendizaje de políticas públicas exitosas, intercambios recurrentes de expe-
riencias se han ido replicado de manera paulatina, como sucede con el apoyo
al sector privado y la plataforma de movilidad estudiantil.

La creación de la figura de “Estado Asociado” es a la vez un avance positivo

y una preocupación, porque le van a imprimir un ritmo más acelerado a los
procesos de integración y cooperación. Las negociaciones 4+4 deberían
ser más eficientes y darle un mayor impulso al bloque regional. A esto se
suma la concepción de una integración pragmática, la gobernanza se pro-
duce en la medida de las necesidades del bloque siguiendo el modelo de
APEC, pero es necesario fortalecerla en el mediano plazo. Son muchos los
grupos de trabajo simultáneos, por lo que ha sido necesaria la priorización
para tener un mayor impacto, consolidar los resultados y propender a una
participación más activa del sector privado.
28 | PRIMERA PARTE

Panel “Ciencia, Cooperación Internacional y la Alianza del Pacífico”.

La cooperación internacional y la movilidad de personas son dos aspectos

fundamentales para profundizar y fortalecer la integración regional. Estos
aspectos fueron abordados en el Cuarto Panel “Ciencia, Cooperación In-
ternacional y la Alianza del Pacífico”. La geografía de Chile presenta condi-
ciones excepcionales para el desarrollo de la ciencia, lo que le permitiría
convertirse en un polo de desarrollo tanto en la Alianza como en el mundo.
Se destacó que nuestro país alberga dos laboratorios naturales en los ex-
tremos del país: el desierto y la región austral, incluyendo la Antártica.

La riqueza de estos lugares es fundamental para el estudio científico de

alto nivel, ya que permiten revisar la preconcepción del proyecto humano
ante las amenazas globales como el cambio climático, la pobreza, la sobre-
población, la organización social basada en las tribus, la super inteligencia5

5 La superinteligencia es un concepto introducido por Nick Bostrom para referirse a los riesgos de la inteligencia artificial
sobre lo que hasta ahora ha sido el dominio de la inteligencia humana.
 EL CONGRESO | 29

o la l o el universo paralelo, los movimientos antiglobalización digital y la

intervención genética. Al mismo tiempo que amenazas, son oportunida-
des ante los cuales la utilización de la ciencia y la tecnología de punta po-
drían responder a las inquietudes actuales, aportando a la preservación de
la humanidad.

Se reconoce que el país ha dado pasos importantes en el desarrollo

científico y técnico mediante la cooperación internacional, tal como lo
demuestra el establecimiento de los proyectos ALMA (Atacama Large
Millimeter/submillimeter Array) TAO (Tokyo Atacama Observatory), GMT
(Giant Magellan Telescope), E-ELT (European Extremely Large Telescope)
y PARANAL, además del establecimiento del Parque Astronómico de Ata-
cama. Asimismo, se destacan las potencialidades para desarrollo de otras
investigaciones en las planicies de Atacama o el desarrollo de proyectos de
energía solar de clase mundial.

Con respecto al extremo sur del país, constituye una reserva de la biosfera
y es la puerta de entrada a la Antártica. Por estas razones se hace impres-
cindible construir una infraestructura de alto nivel, lo que implica la ins-
talación de centros de investigación de clase mundial, mejorar la conecti-
vidad mediante fibra óptica, la construcción de edificios iconos que doten
de una identidad icónica a los territorios involucrados junto al desarrollo
de nuestras universidades.

La movilidad estudiantil ha sido uno de los ejes principales de la Alianza

del Pacífico mediante el establecimiento de las Becas de Movilidad, lo que
ha permitido el creciente intercambio estudiantil tanto en materias de
relaciones internacionales como en otras áreas del conocimiento.
30 | PRIMERA PARTE

En el caso chileno, se ha evidenciado un aumento del interés por estudiar

posgrado y realizar investigación en el país. En el último año, las universi-
dades tradicionales superan por primera vez a las universidades privadas
en atracción de estudiantes extranjeros, distribuidos en 69% en carreras de
pregrado, 25% carreras técnicas y 25,8% en programas de posgrado. Este
aumento se debe, además de las becas intra-Alianza, a las Becas Mande-
la otorgadas por la Agencia Chilena de Cooperación Internacional (AGCI),
que permite que lleguen alumnos de Mozambique y Angola.

Ha habido un crecimiento exponencial en el uso de las becas otorgadas en

la Alianza del Pacífico, 1440 alumnos de los cuatro países han participado
en programas de movilidad en los últimos 3 años, para realizar estudios en
alguno de los cuatros países miembros.

Chile se ha ido posicionando en el extranjero como un país atractivo para

estudios universitarios y de posgrado. Se ha consolidado en América La-
 EL CONGRESO | 31

tina, pero la estrategia debe apuntar principalmente hacia los estudiantes

de la región por sobre otros países. Se ha convertido en un puente de en-
trada a Sudamérica. La procedencia de los estudiantes extranjeros se con-
centra en un 90% en estudiantes cuyo país de origen es Colombia, Perú
y Ecuador. Hay en marcha un proceso de institucionalización en alza que
no tiene vuelta. Los estudiantes nunca en la historia habían estudiado o
realizado cursos fuera de sus países de origen como lo hacen en la ac-
tualidad, es un fenómeno masivo y nuevo.

América Latina no ha sido un referente en educación superior, sin embar-

go, se ha ido posicionando en la educación universitaria. No solo este fe-
nómeno ocurre en Chile. A pesar de esta consolidación, al menos en nues-
tro país, existen desafíos sobre los cuales trabajar, como, por ejemplo, los
asuntos internacionales están desagregados en las universidades, se ocu-
pan principalmente en temas como marketing, aunque de alguna forma se
vincula a todas las áreas de la universidad. Las instituciones de educación
superior hay que verlas como actores centrales en el contexto de la socie-
dad de la información y del conocimiento.

El principal obstáculo para que las universidades en América Latina logren

potenciarse y lograr niveles de prestigio mundial, es que tienden a buscar
cooperación con universidades de prestigio, ya sean europeas o norteame-
ricanas. Lo que necesitan es fortalecerse en la cooperación internacional al
interior de América Latina. En el mismo sentido, al comienzo del Congreso,
se planteó que existe un vacío en los estudios latinoamericanos básicos
en materias internacionales en Chile y no hay programas específicos de
doctorado en relaciones internacionales, por lo que es necesaria la coope-
ración entre las universidades y las escuelas de las FF.AA. y de Carabineros
de los países de la Alianza del Pacífico para avanzar en esta materia.

Panel “Los Desafíos de la seguridad internacional derivados de los ma-

yores niveles de integración regional”.

El siguiente y Quinto Panel denominado “Los Desafíos de la seguridad

internacional derivados de los mayores niveles de integración regional”,
32 | PRIMERA PARTE

constituye una profundización de la discusión del II Congreso Internacio-

nal de ACHEI, contextualizada en los desafíos que impone el proceso de
integración en la Alianza del Pacífico con sus objetivos de libre circulación
del comercio, las finanzas y las personas. Los desafíos de la criminalidad y
la integración son dos focos centrales que se abordaron en este espacio.

La región presenta dos caras muy diferentes, según sea la cara que se ob-
serve brinda una imagen muy distinta de América Latina. Desde la imagen
tradicional, se trata de una región de baja conflictividad con la vigencia
de regímenes democráticos (salvo las situaciones de Cuba y Venezuela).
Los conflictos han tendido a declinar y se observa una tendencia hacia la
superación de éstos de manera negociada, se constituye en una zona de
Paz, se supera la visión de la seguridad y por ello el gasto militar tiende a
ser bajo. Esta imagen da una visión de seguridad regional.

La otra cara regional es la de criminalidad y la violencia, en ella se super-

ponen las cinco guerras de la globalización: las drogas, las armas, el tráfico
de personas, la propiedad intelectual y el lavado de dinero. Estas facetas
no han menguado con el tiempo, sino que se han tendido hacia una orga-
nización, alcanzando una dimensión global. El dinero vinculado al crimen
organizado, según la Oficina contra las Drogas y el Crimen de las Naciones
Unidas, se ha estimado en más de 2 billones de dólares y, según el World
Economic Forum (WET), la cifra bordearía el billón de dólares. El 30% del
dinero que se vincula al crimen organizado correspondería al tráfico ilegal
de drogas.

En estas manifestaciones de la criminalidad organizada, América Latina

ocupa un papel relevante en el mapa de las guerras de la globalización.
Es responsable del 100% de la producción de la cocaína que se consume
en el mundo. El primer consumidor es Estados Unidos y el segundo, Brasil
mientras que el país más emergente, en el consumo de este tipo de droga,
es Argentina. En el capítulo específico de la droga, América Latina ocupa
un lugar importante, se produce el fenómeno de la deslocalización al igual
de lo que ocurre con las armas.
 EL CONGRESO | 33

En esta cara latinoamericana, las policías están superadas para contener

el comercio vinculado a las drogas, esto se debe a que la cadena de pro-
ducción y distribución se vuelve global. Las drogas salen de América Latina
a Europa por el sur de África, en este camino hay una interacción entre los
traficantes y los criminales africanos. El fenómeno se explica porque el pre-
cio de la droga se multiplica de manera exponencial, en la medida que los
consumidores estén más lejanos se generan ganancias siderales.

La otra gran amenaza dentro de la cara de la criminalidad en América La-

tina es el crimen organizado. La región tiene una incidencia cinco veces
más alta que el promedio mundial de criminalidad. Contrariamente a lo
que se tendería a suponer, no es la pobreza la primera causa de la violencia
en la región, sino los problemas asociados a la criminalidad. No obstante,
la gravedad de la criminalidad y la violencia, las estrategias implementadas
por la Organización de Estados Americanos, no ha logrado bajar los índi-
ces, sino que por el contrario los ha perpetuado sin resultados sustantivos.

La criminalidad organizada y el tráfico de drogas son dos desafíos mayores

en el proyecto de integración de la Alianza del Pacífico, no solo porque
34 | PRIMERA PARTE

algún país sea productor ya que los otros o son consumidores o están en
las rutas de distribución al mundo. Junto a estos desafíos la integración se
ve tensionada por la seguridad, las estrategias de seguridad en la región
han recudido o no propiciado las condiciones para una mayor integra-
ción.

En la temática específica de seguridad, se sostuvo que es posible distinguir

tres etapas en las estrategias regionales: la primera se vincula a la Guerra
Fría, la segunda es posterior y dura hasta la Conferencia de México en el
año 2003, y la tercera corresponde a la fase actual. Durante la Guerra Fría
las estrategias de seguridad no fueron eficaces debido a la ambigüedad de
las acciones desplegadas y las disputas geopolíticas. Además, se percibía
que había un cierto manejo de éstas de parte de los Estados Unidos.

En la segunda etapa, que se destaca por un alto grado de efectividad, la

distancia ideológica queda desplazada y los regímenes democráticos se
consolidan, se recompone la relación entre Estados Unidos y América La-
tina. Se progresa en materias como el Arco de Seguridad hasta llegar a la
Conferencia de México en 2003. A partir de ahí se genera un cierto esta-
do de estancamiento, las distintas visiones que imperan en el continente
no logran consensos, aunque sin pasar a un énfasis subregional, se van
generando iniciativas multilaterales en el cono sur que se materializan en
UNASUR o el Consejo de Defensa Sudamericano (CDS).

En la actualidad la estrategia de seguridad tiene cuatro áreas básicas: la

cooperación militar, la industria y la tecnología de la Defensa, la formación
y la capacitación. El éxito en el corto y mediano plazo está limitado por
cuestiones ideológicas, pero se están generando nuevos liderazgos. Sin
embargo, los escasos avances que se han conseguido hasta la fecha son
mucho más significativos de lo que se había logrado en el pasado.

Por otro lado, la seguridad en la región es tensionada por los constantes

cambios mundiales, siendo alguno de los factores de esta tensión la pre-
sidencia del Trump, el riesgo que conlleva la accesibilidad al poder nuclear
norcoreano, la expansión de China hacia el sudeste asiático y el islamismo,
 EL CONGRESO | 35

entre otros. En la actualidad existe un conjunto de tensiones en el mundo

que pueden generar un conflicto de mayores alcances. En este contexto,
nuestro continente es un remanso de paz en materias de seguridad y el
factor que tensiona a la región es la integración.

Se citó a Simón Bolívar para exponer la dificultad histórica para construir

espacios comunes, que reduzcan las tensiones. “No hay buena fe en Amé-
rica, ni entre las naciones. Los tratados son papeles; las constituciones, li-
bros; las elecciones, combates; la libertad, anarquía; y la vida, un tormento”
(Bolívar, 1826). En la actualidad, estamos un poco mejor, pero no más cer-
canos al sueño de la integración. Se señaló que predomina una retórica
pro-integración por sobre la efectividad, mientras los países no declaren
su satisfacción con sus fronteras no será posible una mayor integración.
De igual modo se señaló que se visualiza muy distante la construcción de
espacios de confianza mutua, a pesar de que hay una relativa confianza en
la retórica entre los países.

Existe una posibilidad de avanzar en la política de seguridad y defensa

en el continente, sobre todo cuando se avanza en el concepto de seguri-
dad tradicional hacia un concepto de seguridad humana. Esto implica que
los países consideren las vulnerabilidades más allá de la defensa de sus
fronteras. Supone un desafío, al menos en 6 áreas específicas que permi-
tirían avanzar paso a paso para fortalecer las confianzas mutuas, sin maxi-
malismos.

Estas áreas están dadas por 1) profesionalizar las medidas de confianza

mutua (intercambio de gastos militares), generando aportes a la paz mun-
dial; 2) los desastres naturales (terremotos, sequías, huracanes), generan la
necesidad de tener grupos militares con la capacidad de abordar estos de-
sastres medioambientales, mediante protocolos y acciones conjuntas de
las FF.AA.; 3) la amenaza cibernética, ante la cual Chile está muy mal prepa-
rado; 4) coordinar políticas internas en temas como el narcotráfico, crimen
organizado, tráfico de personas y el flujo de migración; 5) coordinación
para un sistema de seguridad del Pacífico; y 6) una política de seguridad
que permita integrar la coordinación entre la diplomacia y la defensa.
36 | PRIMERA PARTE

Panel “El Continente Antártico y sus Desafíos”.

El siguiente Panel “El Continente Antártico y sus Desafíos”, se centra espe-

cíficamente el tema de la Antártica, desde la perspectiva de los desafíos
que impone al país para el desarrollo científico y el de la seguridad en un
régimen especial de equilibrio mundial. Aspectos que de alguna manera
fueron abordados en los dos paneles anteriores sobre ciencia y seguridad.
Si bien la Alianza del Pacífico no tiene, como bloque, intereses conjuntos
en el continente Antártico, Chile es firmante del Tratado Antártico y declara
soberanía desde 1940, Colombia es adherente desde 1989 y Perú adhiere
al tratado en 1981 y tiene un estatus consultivo desde 1989. Estos antece-
dentes históricos nos indican que no se puede desconocer la importancia
estratégica y geopolítica que reviste tanto para sus miembros como para
la humanidad.

Desde una perspectiva marítima nacional, la reclamación de soberanía

sitúa a Chile en el séptimo continente, considerado como la reserva de
agua más grande del mundo. La presencia del país en la Antártica es de
larga data, desde la época colonial hay evidencias que avalan los derechos
chilenos y en el siglo XIX hubo la presencia de privados que explotaron re-
cursos marítimos. El gobierno de Chile declara la soberanía en el casquete
antártico entre los meridianos 53º y 90º W en 1940, tras lo cual comienza
la instalación de bases antárticas, la creación del Instituto Chileno Antár-
tico (1964), la creación de la comuna Antártica (1965) y la creación de la
provincia Antártica (1975), como algunos de los hitos más relevantes en la
vocación y voluntad por la Antártica Chilena.
 EL CONGRESO | 37

La Antártica está regida por una normativa de carácter internacional dada

por el Tratado Antártico (1959), cuyos signatarios fueron Argentina, Austra-
lia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda,
Reino Unidos, Sudáfrica y la Unión Soviética. Este tratado configuró el “Sis-
tema Antártico” que tendría una vigencia inicial de 30 años, luego ésta se
extiende y pasa a ser de carácter indefinido. Posteriormente, a los países
signatarios se suman países consultivos, con derecho a voz y voto, y los paí-
ses adherentes, con derecho a voz, con lo cual el “Sistema Antártico”, en la
actualidad, se extiende además a 29 países consultivos y a 24 adherentes.

Este escenario configura un sistema con una normativa vigente que ase-
gura el uso del territorio con fines pacíficos, prohibiendo toda medida
militar, salvo que este destinada a la investigación científica o a fines pa-
cíficos. Asimismo, dispone la facilitación y la promoción de la cooperación
científica internacional, la preservación y conservación de los recursos vi-
38 | PRIMERA PARTE

vos antárticos, junto con la inspección de todas las instalaciones, equipos,

buques aeronaves para evitar cualquier daño ambiental.

Debido a la importancia geopolítica y el potencial de los recursos que tiene

el continente antártico, no solo Chile ha reclamado soberanía. A principios
del siglo XX, Inglaterra es el primer país que reclama soberanía, poste-
riormente le cede territorios a Nueva Zelandia (1923) y luego a Australia
(1933). En 1924 Francia también presenta reclamaciones en “Tierra de Ade-
laida”, terminando de delimitar su territorio en 1938. En 1940 Noguera y
Chile reclaman soberanía y, posteriormente, en 1942, lo hace Argentina.
Este escenario configura un tenso escenario a nivel mundial, dentro del
cual está la superposición de las reclamaciones de Chile, Argentina e In-
glaterra. En la actualidad no hay nuevas reclamaciones, las reclamaciones
que hicieron estos siete países están congeladas en lo que se calificó como
un equilibrio precario.

No obstante, esta situación, Chile ha desarrollado una Política Antártica en

la cual se ha ido configurando la visión de “Chile Puerta de entrada a la
Antártica”. La ubicación de la zona más austral de Chile continental se ubi-
ca a una distancia de 974 kilómetros, una posición privilegiada ya que es
punto más cercano en el mundo para acceder al continente blanco. Esta
situación geopolítica estratégica le permitiría al país dotar de la logística
para abastecer a las instalaciones antárticas, ser un referente científico y
turístico a nivel mundial para cualquier actividad que se desarrolle en el
marco del Tratado Antártico. Sin embargo, esto supone desafíos dados por
una infraestructura adecuada a esos fines y que requiere de financiamien-
to adecuado.

En el plano del derecho internacional están en proceso enormes desafíos,

hoy no basta el derecho para solucionar todos los problemas. Los desafíos
contemporáneos tensionan al derecho y se requiere un ajuste. En este senti-
do, Chile debería tener un rol más activo y no está en primera línea en aque-
llos temas que todavía no se han superado, como sucede con las reclamacio-
nes antárticas. Las reclamaciones están congeladas, no superadas. No se
 EL CONGRESO | 39

sabe que va a ocurrir en el futuro, el Sistema Antártico tuvo que abrirse en el

pasado, pero no se puede garantizar que en algunas materias no tengan
que ser estudiadas en el futuro, cuando se requiera revisar las prioridades
mundiales.

Si bien se ha avanzado en la Política Antártica, se requiere, desde esta pers-

pectiva, una nueva política ya que es necesario actualizar detalles impor-
tantes. Se debe dar a conocer desde lo proyectivo, los posibles escenarios
sobre qué sucedería si cambia el equilibrio precario en el cual se ha mante-
nido la Antártica como una zona de paz, de protección y preservación. Se
debe abordar los temas limítrofes ya que es un problema latente. Asimis-
mo, se debe considerar y dar relevancia a las actividades económicas que
se están desarrollando como la explotación turística, que hasta el momen-
to no están debidamente controladas, y se debe cumplir con el mandato
de preservación de las especies marinas antárticas.

El interés chileno por el territorio antártico está dado por una “visión de
Continente Antártico”, que sitúan al país en una tricontinentalidad (Amé-
rica, Oceanía y Antártica). En el país no existe una conciencia sobre los de-
safíos antárticos, más bien se está ajeno a éstos. Chile al igual que el resto
de los países que integran el Sistema Antártico, tiene la responsabilidad de
la vigilancia de los desastres naturales, garantizar la plena ejecución de los
protocolos para las acciones que se desarrollen, preocuparse de mejorar
los asentamientos científicos y técnicos junto con solucionar las contro-
versias en los sistemas establecidos, siguiendo los principios del derecho
internacional.

La Antártica no está ajena a los desafíos de la seguridad por sus característi-

cas particulares. Es un sistema diferente, a pesar de que los mismos actores
que componen el Sistema Antártico, se enfrentan en otras áreas en el orden
global. Hasta ahora se actuado con miras a mantener el equilibrio y la coo-
peración, pero no se puede garantizar que eso ocurra en el futuro dada la
importancia de los recursos que acopia. La Política Antártica debería ser
uno de los objetivos más importantes de la política exterior de Chile.
40 | PRIMERA PARTE

Panel “La construcción de las relaciones entre China y la Alianza del Pa-
cífico”.

El último panel estuvo centrado en uno de los objetivos centrales de la

Alianza del Pacífico, convertirse en una plataforma que mira hacia el
Asia-Pacífico. Si bien la región de Asia es mucho más extensa que China,
no se puede desconocer la importancia a nivel global del gigante asiático
cuyo poder no solo se limita en la actualidad a lo económico. Se extiende
hacia muchas otras áreas que posibilitan no solo el comercio entre el blo-
que regional, sino también la inversión y la cooperación. Por este motivo
este panel se denominó “La construcción de las relaciones entre China y la
Alianza del Pacífico”.

Se planteó que las relaciones entre América Latina y China han estado
enfocadas, desde este lado del mundo, bajo la primacía del concepto de
estado-nación. Mientras que, desde la constatación en los últimos años,
uno de los elementos de la política exterior china es la preferencia de re-
lacionarse con bloques de países, especialmente si son pequeños. En un
comienzo este aspecto significó una serie de complejidades para la diplo-
macia china, al comprender la existencia de intereses contrapuestos y las
diferencias culturales que se imbrican en Latinoamérica.

Tal como se ha señalado a lo largo del Congreso, la importancia de China

 EL CONGRESO | 41

no solo es relevante por el tamaño del comercio, sino que se trata de un

actor político relevante, prudente y silencioso, pero que avanza en todos
los campos en que se presentan oportunidades propicias, sobre todo en
los espacios que deja Estados Unidos cuando su política proteccionista im-
plica restarse de los espacios multilaterales o regionales.

En el continente americano las visiones y actitudes hacia China, se pueden

agrupar desde tres perspectivas que han adoptado los países de la región:
1) una visión y una actitud asociativa (Chile, Perú), 2) una visión y una ac-
titud defensiva (México y Brasil), y 3) una visión y una actitud ideológica
(Cuba y Venezuela). Ante esas perspectivas China se posiciona de manera
pragmática, enfatizando y avanzado en aspectos puntuales de la relación.
El país asiático, reconoce la influencia histórica de Estados Unidos y aun-
que no busca desplazar los intereses del país del norte, está para llenar los
espacios de acción que deja. Tras la salida del TTP, China invita a los países
ribereños del Pacifico para ingresar al Banco de Inversión e Infraestructura
de Asia (AIIB), como un preámbulo a una interacción mayor en el contexto
de la Franja y la Ruta.

Los tiempos que se vienen sitúan a los países latinoamericanos y, en parti-

cular a los miembros de la Alianza del Pacífico, frente a una serie de nuevos
42 | PRIMERA PARTE

desafíos que se originan en una China cada vez más asertiva en el campo
político, económico y militar. En la actualidad sería un error si las relaciones
con China se entienden solo en un “quid pro quo” de tipo económico. Se
debe ser capaz de superar el nivel puramente transaccional y proyectarse
frente a China en base a una estrategia conjunta, de manera de coordi-
nar los intereses comunes del bloque aliancista y avanzar en aspectos que
vayan más allá del ámbito puramente comercial.

Sin embargo, debe entenderse que, en la escala de prioridades de la pro-

yección global de China, América Latina se ubica detrás de Asia, Europa,
Estados Unidos y África, por lo cual las relaciones estratégicas de intercam-
bio comercial y diplomático deben entenderse a partir de las necesida-
des chinas y los intereses comunes que pueden establecerse entre ambas
partes.

Frente a las incertidumbres actuales que se han expuesto a lo largo del

Congreso, que se derivan de las relaciones estratégicas que América Latina
sostiene tanto con Estados Unidos y a la vez con China, en distintos niveles
e intensidad, y la escalada del conflicto entre Corea del Norte y Estados
Unidos, las relaciones con China deben ocupar el espacio que genera la
paz y el desarrollo, ya que constituyen elementos indispensables para su
progreso y desarrollo, pero que necesitan de un ambiente internacional
pacífico. Las relaciones con China deben considerar como factor estratégi-
co la meta estratégica del país asiático: “construir una sociedad armoniosa
y mediantemente desarrollada” para el año 2050.

En el contexto de la nueva geometría política que se está desarrollando, en

el cual China está apostando por la apertura y la globalización, ningún país
puede actuar solo y únicamente en función de sus propios intereses. Se
debe apostar por los intereses estratégicos comunes, debido a que estos
tienen su base en la búsqueda de una alta complementariedad en una pla-
taforma económico-comercial que sirva para construir nuevos consensos
en otros planos.

Ninguna relación estratégica con China debe obviar la iniciativa de la

 EL CONGRESO | 43

Franja y la Ruta anunciada por el presidente chino Xi Jinping en el año

2013, en su visita a Kazajstán. La que fue presentada posteriormente al res-
to del mundo en la Cumbre de Beijing del año en curso. En esa ocasión se
expuso el plan de inversión y financiamiento, basado en 40 acuerdos de
producción con 30 países euroasiáticos y planes de infraestructura para el
Asia Central. Acuerdos que han comprometido US$ 50 mil millones junto a
un fondo de US$ 1,7 mil millones provenientes del AIIB para financiar pro-
yectos provenientes de los países de la Ruta, además del Silk Roud Found
que contaba con US$ 95 mil millones al mes de mayo de 2017.

Si bien esta nueva Franja y Ruta tiene sus antecedentes en la antigua Ruta
de la Seda, la conectividad en el siglo XXI ha permitido la incorporación
de dos nuevas rutas: las rutas áreas y digitales. Estas últimas ponen a
América Latina en una nueva situación transpacífico, ya que redefinen los
flujos comerciales, de acceso a mercados y generan nuevas posibilidades
productivas derivadas de las revoluciones 3D y 4D. América Latina debe
construir su relación con China de manera prospectiva, con visión de
futuro.
44 | PRIMERA PARTE

CLAUSURA DEL III CONGRESO INTERNACIONAL

El Congreso finalizó con una Sesión de Clausura titulada “Los Desafíos en

la política exterior de América Latina frente al nuevo panorama mundial”.
En primer lugar, se señaló que, desde la perspectiva chilena aperturista y
tendiente a la cooperación, el desafío para la Alianza del Pacífico “es tener
que hablar con una sola voz”, buscando los puntos de encuentro ante las
incertidumbres dadas por el escalamiento del conflicto con Corea del Nor-
te, las acciones de Trump como dejar el TTP o cuestionar el cambio climáti-
co, el Brexit, el éxodo de refugiados de África y Asia Medio hacia Europa por
conflictos bélicos, sequías entre otros, el terrorismo, los desastres naturales
o los ciberataques.

Se destaca la disposición de Chile para participar en los organismos inter-

nacionales, pero siempre con resultados y algunas frustraciones. Como
también la pluralidad en la cual se da convivencia en la región, cuyos con-
trastes constituyen desafíos que se deben trabajar en lo que se ha deno-
minado la “Convergencia en la Diversidad”. Esta orientación de la política
supone trabajar por lo que une, tal como sucede entre la Alianza del Pa-
cífico y su encuentro con Mercosur, el Atlántico con el Pacífico, no tienen
por qué darse la espalda, tienen que sumar esfuerzos para proyectarse al
continente y al mundo.

La Alianza del Pacífico ha sido un exitoso mecanismo de integración eco-

nómica y comercial, de manera progresiva ha ido superando las reticencias
que conlleva, mediante la creación de otros instrumentos de integración.
Es un proyecto que vela por la complementariedad y no la suplantación,
se trabaja para una integración profunda que se caracteriza por la flexibili-
dad y el progresismo.

Luego desde una perspectiva mexicana, con una visión más defensiva se-
gún lo planteado anteriormente, se expusieron los retos de la integración.
Lo que une a los países de la Alianza es el Pacífico, una región compartida,
los proyectos integracionistas, necesidades e intereses. Los intereses coin-
ciden porque se comparte una identidad, un idioma y una región. Los vín-
 EL CONGRESO | 45

culos con Estados Unidos han sido para todos los países complejos, pero la
contingencia afecta con especificidad a México.

Ante estos elementos unificadores, existen cuatro elementos que condi-

cionan la política de Latinoamérica: 1) el sistema político para ver si hay
o no democratización, 2) el factor económico en lo referido al modelo de
desarrollo adoptado, 3) la preferencia o los intereses de los líderes en la
región, sus intereses, sus percepciones y 4) el sistema internacional, cómo
funciona y sus principales características.

En un contexto de incertidumbre, xenofobia y racismo que se da a nivel

mundial, a México le preocupa en particular el conflicto de Estados Unidos
con Corea del Norte, debido a que por segunda vez se podrían usar armas
de destrucción masiva, lo que afectaría directamente México. Sin embar-
go, se espera que el uso de las armas nucleares se mantenga en el plano
disuasivo. A nivel regional, los retos más importantes de América están da-
dos por la necesidad de proyectar unidad, una sola voz, a pesar de que
no existe una América Latina, sino que hay varias, por lo que es necesario
tender hacia una unidad más pragmática.

En segundo lugar, se debe generar una gobernanza, entendida como un

conjunto de políticas que de manera coordinada permitan resolver los pro-
blemas que afectan a la región. La unidad permite generar esa estructura,
si bien una política exterior individual puede ayudar y es posible obtener
tener márgenes más amplios, se necesita mayor autonomía frente a las po-
tencias como Estados Unidos.

El tercer reto está dado por la integración económica. La Alianza del Pací-
fico es uno de los instrumentos más exitosos de la región, no tiene que ser
un instrumento de división entre los países que dan al Pacífico o al Atlánti-
co. Lo que se debe proyectar es una política exterior que permita resolver
los principales temas que enfrentamos como migración, derechos hu-
manos y seguridad, temas prioritarios para los países de la región.

Y el cuarto reto es la cooperación internacional para el desarrollo, ésta

46 | PRIMERA PARTE

se debe generar en América Latina y debe fortalecer alianzas en nuestros

países. Según la perspectiva mexicana, si ésta se busca en otras regiones,
como China o India, el foco está en otros intereses y no en los intereses
regionales. La identidad latinoamericana puede fomentar intereses comu-
nes y es importante impulsar esquemas de cooperación que mejoren la
vida de las personas, el fin último de la cooperación internacional. A pesar
de que México tiene limitaciones importantes para convertirse en un ac-
tor relevante en la cooperación internacional, se propone que los países
fronterizos tiendan hacia una cooperación más intensa que genere un
escudo que nos permita enfrentar los conflictos a los cuales nos vemos
expuestos, como las variaciones del mercado, de modo de asegurar un de-
sarrollo económico y social para nuestras sociedades.

Finalmente, desde una perspectiva histórica, que rescata la actitud hacia

la integración al interior de América Latina, se exploró los elementos del
pasado para proyectar el futuro. Se hizo referencia a la visión antiimperia-
lista de Haya de la Torre y el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Ameri-
cana), como un antecedente para la formación de un bloque económico
en América Latina, como respuesta defensiva ante la invasión del capital
norteamericano. En esta visión a comienzos del siglo XX, era partidario
para conformar un bloque de integración regional, la recepción de capita-
les era necesaria para impulsar el desarrollo, pero debían hacerse negocia-
ciones conjuntas.

El sesgo económico de nuestro tiempo, basado en el libre mercado y la

apertura económica, significa dejar viejos sesgos autoconstruidos basados
en la conciencia latinoamericana anticapitalista. En este sentido, la Alianza
del Pacífico rescata el punto de vista latinoamericano a la vez que permite
la posibilidad de ampliar nuestros mercados y tiene el potencial para cons-
tituirse en un bloque económico para enfrentar los desafíos del mundo
globalizado. La integración ha sido un largo anhelo que se está convirtien-
do en realidad.
EL CONGRESO | 47
48 | PRIMERA PARTE


CONCLUSIONES

E
l III Congreso Internacional de ACHEI, como se señaló al comienzo de
este documento, tenía por objetivo abordar los desafíos y oportuni-
dades del proceso de integración regional “La Alianza del Pacífico”,
entendida como una plataforma que mira a la región del Asia-Pacífico. Jun-
to con ello se intentaría avanzar en la discusión sobre los temas de seguri-
dad y el estado de los estudios internacionales.

El contexto internacional actual surge como un elemento que pone en

tensión el proyecto de integración, pero también es una oportunidad para
contrarrestar el populismo y las medidas anti proteccionistas de Estados
Unidos. Este país junto con China y Europa son los principales actores cu-
yas políticas exteriores tienen efectos directos e indirectos sobre la Alianza
del Pacífico.
La crisis de confianza mundial, que fuera planteada desde diferentes pers-
pectivas, es lo que daría origen a los populismos xenófobos, separatistas
europeos que responden a problemas tan graves como el terrorismo, la
migración forzosa debido a conflictos bélicos y otros desastres humanita-
rios. Ese tipo de respuesta pone en cuestión la integración europea, pero
también surge la pregunta por la viabilidad futura del proyecto Latinoa-
mericano.

Históricamente la región ha tenido una retórica por la integración, desde el

sueño bolivariano, en algunos casos creando imaginarios antiimperialistas
y autárquicos, mientras que, en otros, se ha optado por la apertura y el libre
comercio. Sin duda, desde la Guerra Fría ha habido una “larga historia de
 CONCLUSIONES | 49

encuentros y fundamentalmente, de desencuentros y desconfianzas”, con

Estados Unidos que reflejan esas divergencias. El tamaño de la economía
norteamericana ha sido relevante para las economías regionales y las re-
laciones internacionales han estado mediadas por la distancia ideológica
con ese país, aunque los vínculos se den en un multinivel.

Cualquier proyecto de integración latinoamericano puede verse afectado

directa o indirectamente por la política estadounidense. En la actualidad
experimenta una involución a partir de la presidencia de Trump. Su política
es proteccionista, generando un escenario poco favorable para la Alianza
del Pacífico y en particular para México. Proteccionismo que se ha traduci-
do en la revisión de los tratados de libre comercio, en el rechazo al TTP y la
marginalización del sistema global. El resultado son espacios para que el
comercio, y otros flujos como la cooperación, encuentren caminos alter-
nativos.

Adicionalmente, el gobierno de Trump no solo tensiona el escenario regio-

nal, sino afecta la seguridad mundial debido a la escalada que ha tomado
el conflicto con Corea del Norte. El peligro es un potencial uso de las ar-
mas nucleares con consecuencias para toda la humanidad. Sin embargo,
se espera que el conflicto no prospere, dejando espacio para los equilibrios
precarios y concertados.

Ante este complejo escenario China, el gigante asiático, cobra mayor pro-
tagonismo tomando los espacios que deja la potencia norteamericana. Ha
sido fundamental en la recuperación mundial tras la crisis sub prime, pero
también se ha transformado en un actor relevante en lo político, financiero
y un motor del crecimiento y desarrollo mundial. Por este motivo la Alianza
del Pacífico no puede mirar al Asia sin considerar a China como un interlo-
cutor relevante con el cual debe construir una relación colaborativa.
50 | PRIMERA PARTE

Las relaciones de América Latina con China no han estado extensas de

complejidad, debido a las visiones sobre cómo relacionarse y los énfasis
sobre los cuales se deben construir los puentes hacia ambos lados. La re-
lación con China debe hacerse en bloque y la Alianza del Pacífico ofrece
ese espacio para construir una relación bilateral que exceda lo económico.

En la actualidad, dentro de la nueva geografía geopolítica, las acciones

individuales desde América Latina tienen pocas posibilidades. La Alianza
del Pacífico debe conjugar un piso de intereses comunes que le permitan
superar la escisión entre las visiones y actitudes asociativas versus las de-
fensivas para profundizar la integración y proyectarse al mundo y al Asia,
con una sola voz. En este sentido, la relación con China debe ser de tipo
pragmático, sin que atente contra los intereses latinoamericanos.

Es complejo entender a América Latina, desde Estados Unidos, Europa y

Asia, no es una unidad homogénea si bien se reconoce una cierta identi-
dad, se comparte un idioma y una región. Los países de la región tienen
realidades culturales y políticas muy diversas que se superponen y coe-
xisten. Las relaciones tanto al interior de Alianza como al exterior deben
considerar esas diferencias.

Las economías regionales son frágiles, domina la contingencia ya sea por

los procesos políticos internos o los desastres naturales que postergan el
avance en el histórico sueño de la integración. Asimismo, es histórica la
dificultad por la insatisfacción en los temas fronterizos, a pesar de una re-
tórica pro-integracionista. El proyecto de la Alianza del Pacífico se juega en
este contexto, estas dificultades limitan una mayor integración regional,
pero se ha avanzado y los resultados tensionan hacia una profundización.

Es considerada como un proyecto de integración regional que va más allá

 CONCLUSIONES | 51

de la liberación arancelaria, constituyéndose en proyecto de gran atracti-

vo. Si bien tiene una institucionalidad jurídica, un área de cooperación en
temas comerciales y de servicios, un marco de cooperación económica, en
educación y en cultura, la ausencia de una Secretaría limita la interacción
con otros bloques de integración que requieren un interlocutor más per-
manente que una presidencia pro tempore.

Sin embargo, es vista como un proyecto interesante que instala nuevas

agendas y desafíos globales, dándole mayor visibilidad a los proyectos
de integración regional. Por este motivo va en la dirección contraria a la
política proteccionista de Estados Unidos y se posibilitan los vínculos con
China y el resto del Asia. Ha trascendido lo meramente económico y sitúa a
América como un continente que no solo es Atlántico sino también del Pa-
cífico, posibilitando la complementariedad con el Mercosur, la hoja de ruta
ya está en marcha, bajo el principio de la convergencia. Asimismo, se ha
fortalecido la acción hacia la región asiática con acercamientos al ASEAN,
APEC y una conexión con el TTP.
Los desafíos de la Alianza son diversos, algunos políticos y otros más téc-
nicos. Debe desprenderse del sesgo de proyecto derechista, buscando un
punto de encuentro para atraer a otros países de América Latina y dotarse
de mayor conectividad para hablar con una sola voz.

Los avances son importantes en temas comerciales y la réplica de buenas

políticas públicas, pero imponen crecientes desafíos como la concreción
de nuevas oportunidades de negocios entre la Alianza del Pacífico y los
estados asociados, se debe avanzar en la complementariedad con el Mer-
cosur, se debe fortalecer la cooperación con los estados observadores y
asociados y gestionar el plan de trabajo con ASEAN.

Entre los retos más concretos y que viabilizan la integración, está el

avance en la agenda público-privada, la generación de encadenamientos,
52 | PRIMERA PARTE

la agenda digital, la integración financiera, la facilitación del comercio

mediante la cooperación aduanera y la ventanilla única junto con
potenciar la movilidad de personas, temas en los cuales se debe involucrar
la participación ciudadana para dotar de una mayor legitimidad al proceso
de integración.
La capacidad de la Alianza es limitada para operar con los países
observadores, y también la tendrá con los países asociados, lo que
ha significado optar por áreas de trabajo (progreso, facilitación de
comercio, Pymes y Educación), reduciendo el alcance de la integración
y la complementariedad. Para ampliar el alcance de su acción deberá
replantearse las prioridades y los compromisos políticos que involucra.

Estos desafíos se ven complejizados por las temáticas de la seguridad, la

cara de la criminalidad y la violencia que se contrapone a la cara de la es-
tabilidad y el progreso. Hay un desafío mayor que involucra una decisión
política del más alto nivel para buscar estrategias conjuntas que permitan
coordinar los recursos humanos, materiales y financieros de las fuerzas ar-
madas y las policías regionales para enfrentar el crimen organizado y el
tráfico de drogas, además del lavado de dinero, el tráfico de personas y el
contrabando. Esa coordinación permitiría generar confianzas que permi-
tan superar la política centrada en la seguridad, para tender hacia espacios
cooperativos de seguridad humana y generar economías de escala ante
los desafíos que impone la globalización.

La ciencia y la tecnología ofrecen grandes oportunidades para la coo-

peración intra-Alianza, dadas las potencialidades que tienen los países
miembros para potenciar los proyectos propios. Se puso en evidencia la
necesidad de fortalecer las universidades latinoamericanas para alcanzar
mayores estándares de clase mundial, pero también la necesidad de desa-
rrollar proyectos comunes en investigación científica y estudios internacio-
nales conjuntos sobre los problemas regionales. La cooperación con otros
 CONCLUSIONES | 53

bloques o potencias como China o Europa debería apuntar al desarrollo

de proyectos conjuntos que resuelvan intereses compartidos sobre todo
apuntando hacia la cuarta revolución industrial.

En el caso de Chile, en temas de ciencia, tecnología y cooperación, se puso

énfasis en la vocación antártica y el desarrollo de una política de puerta de
entrada al continente antártico, pero se carece de la infraestructura que
permita el desarrollo de una actividad científica de nivel mundial. De las
potencialidades que ofrece el país, en el desierto, hasta ahora solo se han
desarrollado proyectos en astronomía mediante la cooperación interna-
cional. Sin embargo, existen otras potencialidades para la ciencia aun no
exploradas y que también requieren del desarrollo de infraestructura y la
creación de centros de investigación de alto nivel.

A pesar de la vocación antártica y que Chile integre el “Sistema Antártico”

para la conservación, preservación y la investigación científica, existe una
invisibilidad nacional por el tema antártico que configura un tema de se-
guridad nacional e internacional. La reclamación de soberanía chilena se
superpone a la de Inglaterra y Argentina, está en un estado de latencia en
un sistema internacional con un equilibrio precario, que cautela la mayor
reserva de agua dulce del mundo y una diversidad de recursos naturales
que hasta ahora se han preservado y protegido.

Para afrontar estos desafíos, la Alianza del Pacífico debería fortalecer la

gobernanza y la institucionalidad actual en el mediano plazo, ya que el
proyecto de integración avanza y depende de la voluntad política de las
presidencias pro tempore.

El fortalecimiento de la Alianza permitiría contrarrestar un contexto inter-

nacional cambiante y tensionado, con la emergencia de focos de protec-
cionismo y nacionalismos, para convertirse en un bloque relevante en la
54 | PRIMERA PARTE

nueva geografía internacional con el potencial de conectar el Atlántico con

el Pacífico.

Como bloque de integración regional debe desarrollar una estrategia para

abordar las relaciones con los actores relevantes a nivel mundial. En parti-
cular, se debe construir un nuevo trato con China. Proyectarse de manera
estratégica, coordinando intereses aliancistas con los intereses de coope-
ración y desarrollo chinos. No se debe obviar el espacio que ocupa América
Latina en la iniciativa de la Franja y la Ruta, pero las dos nuevas rutas (área y
digital) sitúan a América Latina en una nueva posición “transpacífico”.

En materias de seguridad Chile debería tener un rol más activo, el derecho

internacional ya no resuelve los desafíos de la globalización, se debe incor-
porar una visión proyectiva sobre los escenarios posibles que exceden al
derecho. Están pendientes las reclamaciones antárticas y la mayor integra-
ción regional requiere una política de seguridad humana.

También se requiere una nueva política chilena sobre ciencia, tecnología

y cooperación internacional. Es evidente la falta de infraestructura para
aprovechar las potencialidades del país y de la región, la ausencia de cen-
tros de investigación de clase mundial que permitan concretar la política
“Chile Puerta de Entrada a la Antártica”, explorar los recursos naturales del
desierto más allá de la astronomía o sobre temas estratégicos en relacio-
nes internacionales.
 EXPOSITORES | 55

EXPOSITORES

• Gunter Rieck Moncayo, Director del Programa Regional de Políticas Sociales en América
Latina (SOPLA) de la Fundación Konrad Adenauer.
• Christian E. Rieck, Universidad Humboldt en Berlín (Alemania).
• Alberto Sepúlveda Almarza, Presidente de la Asociación Chilena de Especialistas Interna-
cionales (ACHEI).
• Jaime Sepúlveda Cox, Vicepresidente ACHEI.
• Raúl Allard Neumann, Director Magíster en Relaciones Internacionales, Universidad Cató-
lica de Valparaíso y Director ACHEI.
• Jorge Daccarett Bahna, Advisor for Latin America, Bank of Palestine.
• Christian Torres Miranda, Gran Logia y Director ACHEI.
• Cristóbal Ramírez, Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON).
• José Luis Parra, Director Observatorio Estratégico de la Alianza del Pacífico.
• Alvaro Fischer Abeliuk, Miembro de Human Behavior and Evolution Society y de New
York Academy of Science.
• Juan Pablo Roldán Gómez, Profesor de Actualidad Internacional en la Escuela de Periodis-
mo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
• Mariano Bartolomé, Doctor en RR. II. y especialista en materias de Seguridad Regional,
Internacional y Defensa, Universidad Austral (Argentina).
• Jaime Ravinet de la Fuente, Ex Ministro de Defensa de Chile.
• Miguel Vergara Villalobos, Doctor en Filosofía y Ex Comandante en Jefe de la Armada.
• Samuel Fernández Illanes, Ex Embajador, Académico especialista en Relaciones Interna-
cionales y Seguridad, Universidad Central.
• Chihon Ley, Director Programas en Asia y Director de ACHEI.
• Fernando Reyes Matta, Director Centro de Estudios Latinoamericanos Sobre China (CELC).
• Edgardo Riveros Marín, Subsecretario de Relaciones Exteriores de Chile.
• Rafael Velázquez Flores, Presidente de la Asociación Mexicana de Estudios Internaciona-
les, Universidad Autónoma de Baja California (UABC) (México).
• Daniel Aurelio Parodi Revoredo, Académico Pontifica Universidad Católica de Perú.
 Segunda Par te


LOS EXPOSITORES

La reflexión y el análisis desde la voz de los propios expositores cobra relevan-

cia para ACHEI.

La voz experta, ya sea que provenga de la academia o del ejercicio profesional,

refleja una perspectiva de análisis que le da riqueza a la discusión de los temas
internacionales, desde perspectivas tan variadas como el análisis económico,
la defensa, el derecho internacional, la política, el escenario internacional, la
seguridad, los aspectos académicos y los desafíos científicos.

A continuación, se incluye una selección de las reflexiones que formaron parte

del III Congreso, desde la propia voz de los expositores y constituyen docu-
mentos relevantes tanto para el seguimiento de la discusión efectuada en
cada uno de los panales. Estos trabajos se vislumbran como puntos de partida
para nuevos trabajos destinados a profundizar en los procesos de integración
regional que propone la Alianza del Pacífico. Al mismo tiempo que dan cuenta
de una diversidad intelectual desde la que se piensa este proceso de integra-
ción en América Latina.
 LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE CHILE
Doctor en Ciencia Política y Sociología • Presidente de ACHEI
Porfirio Díaz que controló el poder
en su país, durante treinta años, so-
lía decir: “Pobre México tan lejos de
Dios y tan cerca de los Estados Uni-
dos”. No sé si Chile está más cerca
de Dios, pero claramente está muy
lejos de Estados Unidos y de Euro-
pa, Asia, África y Oceanía. De hecho,
es el país más austral del mundo y
el más cercano a la Antártida. Esta
situación lo ha aislado de las pug-
nas de poder de las grandes poten-
cias y le permitió consolidar sus ins-
tituciones durante el siglo XIX sin
interferencia foránea.
Diego Portales, el creador del sis-
tema político de Chile, era un gran
admirador de Inglaterra y, en más
de una oportunidad, expresó que
ALBERTO SEPÚLVEDA ALMARZA
ojalá Chile fuera parte de una colo-
nia británica por quince años para
facilitar su modernización. En todo
caso, el país estableció relaciones
especiales con Gran Bretaña. En
Valparaíso se estableció una comu-
nidad de comerciantes británicos y
luego llegaron alemanes y genove-
ses. La Marina de Guerra tuvo una
gran vinculación y más de un oficial
sirvió en barcos ingleses, partici-
pando, como Patricio Lynch, en las
Guerras del Opio que se libraron
contra China.
Chile adoptó el modelo de globali-
zación, al igual que el Reino Unido,
y favoreció la generación de empre-
sarios que llevaran a cabo la expor-
tación de productos agrícolas y mi-
60 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
neros. El dinamismo y la eficiencia
del Estado chileno contrastaba con
las situaciones de caos y mal mane-
jo del poder en América Latina. De
ahí que se dijera que los chilenos
eran los ingleses de América del
Sur.
Esta situación llevo a la expansión
territorial, librando una guerra vic-
toriosa contra Bolivia y Perú entre
1879-1883, conquistando la Arau-
canía en 1883 y suscribiendo un
Tratado de Límites con Argentina
en 1881, que reconoció la propie-
dad del Estrecho de Magallanes, de
toda la ribera sur del Canal Beagle
y la posesión de las islas hasta el
Cabo de Hornos.
Chile dejó de ser la pequeña y pobre
colonia de España, que se extendía
desde Copiapó hasta Concepción, y
que tenía que ser protegido por las
tropas del Virreinato del Perú ante
las posibles hostilidades de los ma-
puches, al sur del río Biobío. Este
panorama, sin embargo, favore-
ció la hostilidad de las elites de los
países vecinos, Argentina, Bolivia y
Perú y llevó al temor de las fuerzas
armadas chilenas a la “hipótesis de
hostilidad vecinal tres”, es decir, al
ataque conjunto de todos los paí-
ses vecinos.
El Siglo XX llevó a la declinación de
Gran Bretaña y las potencias euro-
peas tradicionales destrozadas por
las dos Guerras Mundiales. El cam-
po quedó despejado para Washin-
gton que, en 1945 con ocasión de
la Guerra Fría, asumió la hegemonía
sobre los países de América Latina
y de Europa Occidental. La Unión
Soviética, el contendor de Estados
Unidos, ocupó Europa Oriental.
Chile jamás logró establecer una
relación tan estrecha con Estados
Unidos como ocurriera con Ingla-
terra. Tuvo, eso sí, una situación de
dependencia militar, económica y
en las relaciones internacionales
durante la Guerra Fría.
El impacto del Gobierno Militar
(1973-1989)
Entre 1962 y 1973 se desencade-
nó en Chile una serie de reformas
sociales profundas que llevaron, fi-
nalmente, al golpe militar de 1973.
Hay que resumir, para claridad de la
exposición, la situación económica
de Chile durante el Siglo XX.
Hay un primer período marcado
por la prosperidad del salitre que
dura desde 1880 a 1920. El des-
cubrimiento por los alemanes del
nitrato sintético, de menor precio

que el natural, llevó al fin de la bo-
nanza del salitre en 1920. En 1932
vino el otro golpe: la crisis mundial
desatada por Estados Unidos. Chile
fue el país más afectado por la cri-
sis y no tuvo muchas alternativas
de recuperación. En aquella época
primaban los modelos autárquicos
y el país carecía de artículos expor-
tables competitivos.
El modelo que se adopta en 1938
consultaba una minería del cobre
controlada por compañías estadou-
nidenses y era el sector más avan-
zado tecnológicamente del país.
Seguía una industria protegida por
los gobiernos, la cual producía artí-
culos caros y de baja calidad. Por úl-
timo, una agricultura dominada por
los grandes latifundistas que venían
de la Colonia y algunos sectores de
pequeños propietarios. El sector
agrícola era el más ineficiente y el
país importaba alimentos por unos
seiscientos millones de dólares.
El Gobierno Militar cambia pro-
fundamente la estructura nacio-
nal, tanto en los aspectos políticos
como económicos. Bajo la influen-
cia de un grupo de economistas,
formados mayoritariamente en la
Universidad Católica de Chile y en
la Universidad de Chicago, bauti-
ALBERTO SEPÚLVEDA ALMARZA | 61
zados como los “Chicago Boys”. Se
produce la adopción de las me-
didas recomendadas por Milton
Friedman. Es decir, reducción del
aparato fiscal, disminución de los
gastos sociales y apoyo a la labor
de los empresarios privados.
Con el fin de acelerar la competiti-
vidad de las exportaciones chilenas
se rebajan considerablemente los
derechos de aduana. Con ello se
produce la quiebra de las industrias
no competitivas y se abre un pro-
ceso de exportaciones agrícolas y
mineras. Recordemos que la estra-
tegia de Estados Unidos proponía
la globalización. El nuevo modelo
chileno guarda semejanza con lo
ocurrido en el siglo XIX.
Uno de los grandes cambios se pro-
duce en la agricultura. De sector
ineficiente se va convirtiendo, con
los años, en las tierras mejor explo-
tadas del mundo gracias a cambios
de gestión y la introducción de la
tecnología. Otro fenómeno para
observar es el desarrollo de las
grandes empresas chilenas, cuyas
inversiones en el exterior superan
los 130.000 millones de dólares en
2018. La adopción del capitalismo
no se hace sin problemas. El cam-
bio económico implica el aumento
62 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
de la cesantía al perder su trabajo
obreros y empleados que trabaja-
ban en los sectores ineficientes.
Para complicar más el cuadro, en
1982 se desata una crisis económi-
ca que lleva a cerca de un 13% de
pérdida del PNB. Sin embargo, ya
en 1984 el país estaba creciendo de
nuevo y no ha dejado de hacerlo
hasta nuestros días, convirtiéndose
con sus 25.000 dólares per cápita en
la sociedad de mayores ingresos de
América Latina. Sólo en dos opor-
tunidades el PIB baja como conse-
cuencia de crisis internacionales. Se
trata de 1999 (-1%) y 2009 (-1%). Se
ha recorrido un largo camino des-
de la Colonia, cuando Chile era la
región más pobre del Imperio, a la
pujante sociedad contemporánea.
El mérito de Pinochet es que man-
tuvo el modelo capitalista en mo-
mentos de crisis. Situación que
contrasta con los otros países de la
Región. La gran deficiencia del ré-
gimen militar radicó en su política
exterior. El Ministerio de Relaciones
Exteriores fue intervenido por las
Fuerzas Armadas y de Seguridad y
un alto porcentaje de los diplomá-
ticos de carrera fue expulsado. Por
otra parte, Pinochet no creía en la
capacidad de la diplomacia y llama-
ba a los funcionarios de la Cancille-
ría “los empolvados”, una referencia
a las pelucas blancas que usaba los
nobles de Europa en siglos pasados.
Esta situación llevo a la influencia
de la DINA que organizó asesinatos
con gran publicidad para atemori-
zar a la oposición. Tal como ocurrió
con el caso del General Prats en
Argentina, con el baleo a Bernar-
do Leighton en Roma y el crimen
del Ex Canciller Osvaldo Letelier en
Washington. Los atentados origi-
naron el rechazo de los gobiernos
europeos y, en especial, de Estados
Unidos. Como consecuencia se pro-
dujo el aislamiento internacional
del régimen de Pinochet.
Durante el gobierno militar los gas-
tos militares no tuvieron alzas exa-
geradas y ello permitió el desarro-
llo de los sectores productivos de
Chile. Mientras que, en el caso de
Perú, con Juan Velasco Alvarado, se
aceptó una oferta de armamento
soviético y ello le dio supremacía
de material bélico sobre Chile. Pero,
por otra parte, llevó a ese país a una
gran crisis económica que se exten-
dió por un decenio. Para soslayar
la pérdida de popularidad del ré-
gimen, Velasco Alvarado, en agos-
to de 1975, dio la orden de invadir

Chile y conquistar Arica. Intervino
la Casa Blanca y avisó a Lima que
no estaba de acuerdo con guerras
de conquista en América del Sur y
que apoyaría al país invadido. La
situación fue más allá y el General
Francisco Morales Bermúdez dio
un golpe de estado, estableciendo
en los años siguientes un gobierno
moderado y pacífico.
Una situación similar se dio con
Argentina en 1978, ese país había
incurrido en altos gastos militares
y ello también lo llevó a la crisis.
Como un medio de recuperar la
popularidad los militares argenti-
nos propusieron invadir Chile para
adueñarse de unas islas en el Canal
Beagle. Nuevamente intervino Esta-
dos Unidos y, conjuntamente con el
Vaticano, logró la participación del
Papa como mediador. Pero Leopol-
do Fortunato Galtieri, que había
tomado el poder en Argentina in-
vadió las Islas Malvinas en 1982.
El apoyo de Estados Unidos y de
la Comunidad Europea fueron de
gran importancia, en especial por
las sanciones económicas interna-
cionales. Argentina no sólo perdió
la guerra, sino que se convirtió en
una economía en crisis cuyos efec-
tos han perdurado en el tiempo.
ALBERTO SEPÚLVEDA ALMARZA | 63
Estas situaciones explican que
cuando Chile recuperó la demo-
cracia invirtió fuertemente en sus
fuerzas armadas y las convirtió en
las más modernas del América del
Sur. Y se ha dado especial impor-
tancia a la alianza bélica con los Es-
tados Unidos. Situación que puede
generar problemas con China, el
principal comprador de productos
chileno que, a veces tiene roces en
el campo de la defensa con Estados
Unidos. No obstante, Chile hasta el
momento ha sabido llevar a cabo
estrechas relaciones con Washing-
ton y Beijing.
Características de la democratización
posterior al régimen militar
Es importante recalcar que el go-
bierno militar chileno entregó el país
con una economía pujante, situa-
ción que contrastaba con las caídas
de las dictaduras en América que se
producían, en gran medida, por el
mal manejo de la economía. El caso
chileno es bastante parecido a la de-
mocratización española posterior a
Franco. En ambas situaciones la eco-
nomía funcionaba bien y se adoptó
el predicamento de buscar una ne-
gociación entre la oposición y los
partidarios del régimen autoritario.
64 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Además, existía la presión de las
potencias occidentales, Estados
Unidos y dentro de los europeos
Alemania, para promover el esta-
blecimiento de un sistema demo-
crático “en la medida de lo posible”,
como diría Patricio Aylwin, que no
volviera a las intentonas revolucio-
narias. En el caso español, ello im-
plicó que no se juzgaría a los que
habían cometido violaciones a los
derechos humanos durante el fran-
quismo. Sin embargo, se pasó a
una democracia bastante liberal y
la Constitución de 1978, elaborada
entre otros por el líder de la dere-
cha Manuel Fraga Iribarne, se con-
virtió en un uno de los documen-
tos políticos que adoptó la mayor
cantidad de elementos doctrinarios
modernos.
Esta situación se debió, en gran me-
dida, a la creación de la Comunidad
Económica Europea que integró a
las principales potencias del Viejo
Continente en una alianza pacífi-
ca y democrática. El incentivo para
que la España post franquista se in-
tegrara a la Comunidad fue un fac-
tor que motivó la adopción plena
de los principios liberales.
En el caso de Chile existió, también,
la presión democratizadora de Esta-
dos Unidos y de la Comunidad Eu-
ropea. Sin embargo, había dos fac-
tores distintos a España. En primer,
lugar el régimen de Pinochet había
durado solamente un poco más de
dieciséis años y, en ese lapso, no ha-
bía obtenido el apoyo popular para
la modernización económica capi-
talista. En segundo lugar, no existía
una institución democratizadora
como la Comunidad Económica Eu-
ropea. Lo que había era la Organiza-
ción de Estados Americanos (OEA)
que había aceptado, en su seno, a
dictaduras. De ahí que se desarro-
lló una intensa negociación entre
la Concertación de Partidos por la
Democracia y los partidarios de Pi-
nochet, que trataban de mantener
la mayor cantidad de esquemas au-
toritarios.
En esas condiciones la oposición
aceptó gran parte de la Constitu-
ción de 1980, que mantenía una se-
rie de normas destinadas a impedir
que una mayoría electoral pudiera
destruir el modelo capitalista. Se
mantuvo una serie de disposicio-
nes que garantizaban la presencia
militar en el orden legal. Situación
que fue cambiando paulatinamen-
te con el transcurso del tiempo que,

en gran medida, logró acuerdos
entre la Concertación y los partida-
rios del gobierno militar, los cuales
fueron reduciendo los aspectos au-
toritarios de la Constitución. Ello no
implica decir que ya la tarea está
cumplida, pero se ha ido avanzan-
do.
Es importante recalcar que el mo-
delo capitalista no fue tocado, sal-
vo en diversas medidas destinadas
a mejorar la suerte de los más po-
bres. Es decir, se llegó a un régi-
men liberal con atisbos de justicia
social. Durante los años civiles, es
decir, a contar de 1990 se destaca-
ron claramente dos subperiodos.
El primero que va de 1990 a 2010,
estuvo dominado por los partidos
de la Concertación que eligieron
a cuatro presidentes. El sistema se
caracterizó por una baja confronta-
ción, sustentada en acuerdos de las
cúpulas políticas. Fue habitual algo
anormal en política, que las leyes
se aprobaran en un alto porcentaje
por unanimidad. El consenso per-
mitió un alto crecimiento del PIB
chileno que pasó a convertirse en
el más alto de América Latina.
ALBERTO SEPÚLVEDA ALMARZA | 65
Pero, al mismo tiempo, se produjo
una enorme desigualdad en los in-
gresos y ello originó una creciente
resistencia popular a la política de
los acuerdos. Es así como se inau-
gura el segundo subperiodo que va
de 2010 a nuestros días. Esta situa-
ción se caracteriza por los bruscos
cambios electorales. En 2010 triunfa
el derechista Sebastián Piñera, ven-
ciendo al candidato de la Concer-
tación Eduardo Frei Ruiz Tagle y, en
2014, las fuerzas conservadoras son
derrotadas estrepitosamente por las
agrupaciones izquierdistas que apo-
yan a Michelle Bachelet. A su vez, en
2018, la derecha vuelve a triunfar de
nuevo con Sebastián Piñera ante una
aparente destruida izquierda.
En estas condiciones caben dos pa-
noramas, el primero posibilita que
una coalición de derecha tome el
lugar de la Concertación, asumien-
do un largo período de hegemo-
nía, y la segunda alternativa radica
en cambios permanentes en cada
elección parlamentaria y presiden-
cial, abriendo una etapa de inesta-
bilidad política en Chile. Veremos
cual posibilidad se impone.
 LA POLÍTICA EXTERIOR DE EE. UU. Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO
Magister en Ciencia Política Integrada • Vicepresidente de ACHEI
INTRODUCCIÓN
Sin duda, los acontecimientos po-
líticos, estratégicos y económicos
que ha enfrentado Estados Unidos
en las últimas décadas, han reper-
cutido en la política exterior de la
superpotencia hacia nuestra re-
gión. En ese contexto, el primero y
tal vez el más importante, se gene-
ra con el término de la Guerra Fría y
el derrumbe de la Unión Soviética,
dejando a Estados Unidos como
la única potencia capaz de influir
sin ningún tipo de contrapesos en
nuestro subcontinente. El segundo
cambio se produce tras los aten-
tados terroristas del 2001 y la pos-
terior reorientación de casi todos
JAIME SEPÚLVEDA COX
los esfuerzos de la política exterior
estadounidense hacia otras regio-
nes del mundo, lo que incentivó el
surgimiento de algunas corrientes
frontalmente opuestas a los Estados
Unidos en nuestra región. El tercer
cambio parece iniciarse a partir del
2017, con la llegada a la Casa Blan-
ca del actual presidente, Donald
Trump, cuya campaña presidencial
estuvo marcada por distintas pro-
mesas electorales que, entre otras
materias, se orientaban a detener
la españolización o más bien la la-
tinización del país, producida por la
globalización y las inmigraciones,
retornando a aquellos años en que
los blancos dominaban sin contra-
pesos.
68 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Tendencias durante la Guerra Fría
Durante este período, Latinoaméri-
ca, al igual como el resto del mundo,
fue un campo de enfrentamiento
indirecto entre las superpotencias.
Así, las tendencias geopolíticas
fueron definiéndose por la acción
de Estados Unidos, que a través de
distintos mecanismos incidía con
fuerza en el ámbito político, econó-
mico y de seguridad, en tanto que
la Unión Soviética hacía lo suyo a
través de los partidos comunistas
locales e infiltrando ideológica-
mente a los movimientos sindicales
y estudiantiles, llegando a impulsar
la subversión y la guerrilla en algu-
nos países de nuestra región.
En ese contexto, se generó el predo-
minio de una hegemonía indiscuti-
ble de los planteamientos políticos
y de seguridad estadounidenses,
ya que, si bien algunos países se
alinearon, temporalmente a ve-
ces, con el Bloque Soviético, estos
siempre constituyeron una abso-
luta minoría. Asimismo, cuando la
adhesión se debilitaba, la respues-
ta de Washington se materializaba
a través de una presión utilizando
múltiples mecanismos con el fin de
revertir la situación, incluyendo el
apoyo a la instauración de gobier-
nos de facto de mayor afinidad.
Las variables económicas relati-
vas a la región no figuraron en las
áreas de interés estadounidenses.
Muy por el contrario, sus objetivos
apuntaron a estimular la heteroge-
neidad, para mantener la depen-
dencia económica de los estados
integrantes y evitar un competidor
emergente en lo político y econó-
mico. Sin embargo, ante los inten-
tos de penetración soviética en el
continente, a partir de la década
de los 60, Estados Unidos modifica
su política continental generando
lo que se conoció como “La Alianza
Para el Progreso”, que consideraba
un importante apoyo económico
para facilitar el despegue de las
economías y la lucha contra el sub-
desarrollo; sin embargo, su impacto
no fue lo suficientemente efectivo
como para modificar las condicio-
nes que lo motivaron. De igual for-
ma genera nuevos mecanismos de
cooperación tendientes a oponerse
a la penetración comunista en su
área de dominio más cercana, todo
ello orientado a evitar la futura repe-
tición de un caso como el de Cuba.

Tras el término de la Guerra Fría
El inicio de la década del noventa,
con el derrumbe de la Unión So-
viética y consecuentemente, con el
término de la Guerra Fría que sitúa
a Estados Unidos como la única su-
perpotencia global, constituye un
hito relevante que incide en nues-
tra región, ya que los estados que
la integran pierden la posibilidad
de alineamiento con otra superpo-
tencia.
Por otra parte, al finalizar la confron-
tación Este-Oeste y desaparecer el
enemigo externo común, así como
con el advenimiento progresivo
del fenómeno de la globalización,
fue posible centrar el eje de las re-
laciones hemisféricas en el ámbito
del comercio y la colaboración, re-
emplazando algunos de los anti-
guos temas ideológicos, políticos y
geoestratégicos que gravitaron por
largos años. En ese contexto toman
fuerza organizaciones orientadas a
la integración comercial, como el
Mercosur, la Comunidad Andina de
Naciones y otros, los que permitie-
ron aumentar las confianzas entre
los países y, sobre esa base, concre-
tar algunos avances más allá de los
aspectos meramente económicos.
JAIME SEPÚLVEDA COX | 69
Como elemento de continuidad
puede señalarse el hecho que Es-
tados Unidos sigue siendo el actor
principal y ejerciendo una influen-
cia gravitante, en particular en
materias económicas y de segu-
ridad. Así, en términos generales,
se orientó a imponer un modelo
político que buscaba reforzar los
sistemas democráticos, impulsar la
solución pacífica de controversias,
trabajar para enfrentar en conjunto
el tráfico de drogas y el terrorismo e
impulsar el libre mercado y la inte-
gración regional.
En tal sentido, se concreta una im-
portante cantidad de reuniones
cumbres y ministeriales, junto a la
creación de estructuras y organis-
mos con fines específicos. Asimis-
mo, se plantean algunas iniciati-
vas destacables: El 27 de junio de
1990, el presidente Bush anunció
la “Iniciativa para las Américas: Una
Asociación para el Comercio, las In-
versiones y el Crecimiento”. Por otra
parte, en la Cumbre de las Américas
de Miami, en 1994, el presidente Bill
Clinton anuncia la denominada “Es-
trategia de Seguridad de Estados
Unidos para las Américas”, oportu-
nidad en la que se adquiere el com-
promiso de crear una zona de libre
70 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
comercio para las Américas, esto es,
un megamercado de 12 trillones de
dólares para unos 800 millones de
consumidores y una aproximación
cooperativa a los problemas comu-
nes.
Como se sabe, esta iniciativa no
se concretó por la oposición de
algunos países latinoamerica-
nos liderados por Venezuela, que
consideraban otra alternativa. No
obstante, dicha cumbre marca el
inicio del proceso de actualización
de la seguridad hemisférica desde
una perspectiva integral, lo cual se
acentúa tras los atentados terroris-
tas del 11 de septiembre del 2001,
en Estados Unidos, determinándo-
se respuestas mucho más amplias
ante las nuevas amenazas y desa-
fíos del mundo globalizado.
Tras los atentados terroristas de 2001
Con posterioridad a los atentados
terroristas del 2001, es posible evi-
denciar un cambio profundo en la
política exterior estadounidense,
que haciendo centro de gravedad
en otras regiones del mundo, daba
menor importancia a Latinoamé-
rica, tanto a nivel gubernamental
como en el mundo empresarial,
financiero y académico. Ello oca-
sionó un cierto estancamiento eco-
nómico y la percepción de falta de
oportunidades en determinadas
poblaciones, lo que generó un au-
mento exponencial en la presión
migratoria hacia Estados Unidos.
Asimismo, aparecieron gobiernos
con postulados opuestos a la vi-
sión estadounidense clásica, que
en ciertos casos encontraron apoyo
en sociedades carentes de líderes
capaces de mantener la goberna-
bilidad y ejercer “Buen Gobierno”
bajo los parámetros democráticos.
El más relevante es el ALBA, que
encabezado por el Gobierno de Ve-
nezuela y financiado por el alto pre-
cio del petróleo producido por ese
país, desarrolla una estrategia an-
tiestadounidense generando una
suerte de Guerra Fría asimétrica del
tipo Revolución-Imperialismo, en la
que busca incorporar aliados en el
continente, como Bolivia y Ecuador,
e incentiva el acercamiento político
y económico con potencias anties-
tadounidenses, como Rusia, China
e Irán, entre otras.
El resto de los países de Latinoa-
mérica, incluidas las potencias re-
gionales como Brasil y Argentina,
tienen algunas diferencias políticas
con EE. UU., pero no pueden cata-

logarse como abiertamente anties-
tadounidenses. Por otra parte, los
más cercanos a la superpotencia
parecen ser Colombia, Chile y Perú,
los cuales, junto a México, instaura-
ron el 2011 la Alianza del Pacífico, la
cual se definió como “una iniciativa
de integración regional”, que inten-
ta avanzar hacia la libre circulación
de los bienes, los servicios, los capi-
tales, las personas y la economía, el
crecimiento económico asociado
a mayores niveles de igualdad y
la conformación de una platafor-
ma que se oriente hacia la región
Asia-Pacífico.
Esta iniciativa se visualiza con po-
tencialidad para alcanzar una gran
importancia a nivel regional, ya que
todos los países que la integran to-
talizan exportaciones mayores que
las registradas por el Mercosur, lide-
rado por Brasil y Argentina. Asimis-
mo, los acuerdos de libre comercio
con Estados Unidos y Canadá que
mantienen los integrantes de la
Alianza del Pacífico facilitan la con-
figuración de una plataforma para
el comercio internacional entre em-
presas asiáticas y de Norteamérica,
convirtiéndose en un puente en-
tre ambos continentes. Lo anterior
debe relacionarse con los esfuerzos
del presidente Obama, en el sen-
JAIME SEPÚLVEDA COX | 71
tido de crear lo que podría ser el
bloque comercial más grande del
mundo, con los países situados en
la cuenca del Pacífico, para lo cual
intentó impulsar significativamente
el Acuerdo de Asociación Trans-Pa-
cífico (TPP).
Para Chile, nuestro país, la Alianza
del Pacífico es de vital importancia
ya se inserta como una nueva opor-
tunidad en el destino oceánico que
nos impone nuestra realidad geo-
gráfica, particularmente cuando el
océano Pacífico se identifica como
la unidad geográfica más grande
del planeta, ya que su superficie es
mayor que la suma de los cinco con-
tinentes. Asimismo, la población de
los países que conforman su cuen-
ca comprende, prácticamente, la
mitad de la población mundial y
una parte sustancial de los centros
productores y consumidores de
un mundo donde la globalización
e interdependencia, incentiva un
nutrido y creciente intercambio co-
mercial entre los distintos países y
bloques geográficos y económicos.
Elección del presidente Donald
Trump
El viernes 20 de enero de 2017,
asume como 45° presidente de los
72 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Estados Unidos, Donald Trump,
quien durante la campaña electo-
ral efectuó una serie de promesas
tendientes, entre otras cosas, a im-
plementar medidas que implicarían
cambios profundos en las políticas
del Estado y efectos importantes en
las relaciones con Latinoamérica.
Todo ello inspirado en la intención
de contrarrestar la extranjerización
y, particularmente, la latinización
del país que se ha ido producien-
do por la globalización y las inmi-
graciones, y de esa forma entregar
exclusivamente a los blancos, la to-
talidad de los beneficios que el país
puede otorgar.
Sus propuestas, drásticas y muy poco
convencionales para la historia re-
ciente de los Estados Unidos, causa-
ron un fuerte impacto, por lo que se
pensó que no resultaría electo. Pero,
más allá de que otros factores exter-
nos hayan podido influir en el resulta-
do, Donald Trump diagnosticó acer-
tadamente la “Situación Percibida” en
ese momento por el estadounidense
medio, y frente a ello ofreció una “Es-
trategia Simple” que la población co-
mún aprobó, al entenderla como el
camino adecuado para transitar a un
“Estado Final Deseado”.
Breves y simples ejemplos permitirían
graficar lo anterior. Con respecto a:
Población e Inmigraciones. Se esti-
ma que con las inmigraciones se ha
perdido la preeminencia de origen
anglosajón, generándose un mul-
ticulturismo imperfecto, así como
una disminución de la identidad
nacional. También, se visualizan
mayores dificultades de acceso y
menor valoración de los trabajos,
junto a la presencia de múltiples
elementos antisociales y crimen or-
ganizado, particularmente en zonas
fronterizas. La estrategia prometida
se orienta a expulsar los inmigran-
tes ilegales, restringir las inmigra-
ciones legales y suspender benefi-
cios injustificados. Como también,
mejorar la correlación blancos de
origen europeo versus habitantes
de otras procedencias y aumentar
los controles policiales y barreras
físicas y electrónicas, entre ellas el
famoso Muro en la Frontera con Ti-
juana. El “Estado Final Deseado” por
la ciudadanía se orienta a alcanzar
una población más homogénea,
con mayor identidad nacional, con
mejores opciones de trabajos y me-
jores remuneraciones, con mayor
seguridad poblacional y sin crimen

organizado en el territorio estadou-
nidense.
Relacionamiento con la Clase Go-
bernante. A pesar del sistema de-
mocrático imperante, el ciudadano
común, aquel que no pertenece
a las elites, no se siente represen-
tado por la clase gobernante; no
cuenta con canales expeditos para
hacer sentir sus inquietudes y no
visualiza una forma de acceder a
posiciones de gobierno ni tampo-
co a las posibilidades laborales que
ello puede implicar. La estrategia
de Trump promete desarticular los
actuales esquemas de poder de la
clase gobernante en beneficio de
los intereses de “Aquellos Olvida-
dos”, es decir, la “Gran Masa”. Asimis-
mo, implantar una política interna y
externa diferente, en la cual la crea-
tividad de la nación para producir
riquezas y bienes para el bienestar
de su pueblo, no se vea coartada
por exageradas regulaciones hu-
manitarias, restricciones ambienta-
les, acuerdos comerciales y tratados
de diversa índole, generalmente
de origen externo. El “Estado Final
Deseado” se orienta a desplazar a
las “Familias Políticas” que osten-
tan el poder político y económico,
reemplazándolas por connotadas
JAIME SEPÚLVEDA COX | 73
personalidades de la industria, las
finanzas, la energía, las fuerzas ar-
madas, el comercio, etc., cuyo sello
de carácter profesional, técnico y
sobre todo práctico, aumentaría la
creatividad productiva en beneficio
de las clases olvidadas.
Política Exterior y Presencia Inter-
nacional. Se percibe que las estruc-
turas internacionales han parali-
zado la capacidad para proteger y
promover los intereses nacionales,
restando autonomía y libertad de
acción en sus propias decisiones. La
presencia internacional demanda
cuantiosos activos en detrimento
del bienestar interno del país, ya
que el Estado aporta recursos hu-
manos, materiales y financieros para
mantener la estructura burocrática
internacional recibiendo muy poco
o nada a cambio. La estrategia de
Trump considera abordar la polí-
tica exterior con pragmatismo re-
alista (ya que no necesariamente
constituyen objetivos prioritarios
para EE. UU. la imposición al resto
del mundo de los grandes princi-
pios universales, la democracia o
los derechos humanos). La acción
internacional y las relaciones po-
líticas, económicas o estratégicas
con otras potencias se regirán por
74 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
los beneficios que se obtengan, lo
que implica revisión de algunos
compromisos vigentes como el TTP
y otros tratados comerciales o del
medio ambiente. Asimismo, debe
fortalecerse la capacidad militar y
de seguridad, para emplearla prio-
ritariamente, no en misiones hu-
manitarias ni altruistas, sino frente
a problemas que afectan directa-
mente a Estados Unidos, como sus
decisiones políticas, el terrorismo
y narcotráfico. El “Estado Final De-
seado” considera, al igual que en el
plano interno, AMERICA primero,
por sobre toda otra consideración.
Asimismo, mantener una comple-
ta autonomía internacional que le
permita promover el proteccionis-
mo y el unilateralismo internacio-
nal, eliminar los espacios de nego-
ciación política y económica y estar
en condiciones de liberar el poten-
cial de su poder militar para su uso
unilateral.
Economía y Globalización. El ciuda-
dano común percibe una recesión
económica y un menoscabo en el
aparato productivo estadouniden-
se, el cual ha bajado su capacidad
manufacturera frente una compe-
tencia externa que invade en con-
diciones ventajosas el mercado na-
cional, ya que opera con mano de
obra más barata y parámetros de
calidad menos exigentes, a lo cual
se agrega la competencia laboral
interna generada por los inmigran-
tes. Todo lo anterior, a pesar de ge-
nerar un costo de vida más bajo en
lo doméstico, redunda en menos
posibilidades de empleo, un fuerte
daño en los equilibrios económicos
y un aumento de la deuda pública
que debe cubrirse con impuestos.
Asimismo, se aprecia que la interde-
pendencia económica, ambiental,
política y de seguridad impulsada
por el proceso de globalización que
liderara el propio EE. UU., no le ha
reportado los beneficios esperados,
por lo que perfectamente se podría
soslayar, sin que ello acarreara gra-
ves perjuicios para el país. La estra-
tegia Trump se orienta a cambiar
el sistema económico fortalecien-
do y protegiendo, vía aranceles, la
producción y autonomía nacional.
Con ello podrían mejorar las posi-
bilidades y condiciones ocupacio-
nales para clase trabajadora y clase
media norteamericana, erradican-
do dependencias comerciales que
no favorezcan los intereses nacio-
nales. El “Estado Final Deseado” se
concreta con el fortalecimiento
de la economía nacional, mayores
posibilidades laborales para la po-
blación, aumento de las autono-

mías estadounidenses y renuncia
al liderazgo global fortaleciendo el
nacionalismo y en cierto modo un
sentimiento de superioridad.
Estos simples y reducidos ejemplos
grafican algunos de los factores
que consideró el electorado esta-
dounidense para elegir al nuevo
presidente, ya que su mensaje lo
orientó a solucionar la problemáti-
ca que afecta al ciudadano medio,
que por sobre las consideraciones
éticas o morales, busca el bienestar
y la estabilidad familiar.
Tras ocho meses de gobierno, el
presidente Trump, a pesar de la
oposición interna que ha debido
enfrentar, ha sido relativamente
consecuente con la estrategia es-
bozada, y ha implementado dis-
tintas medidas proteccionistas que
en absoluto favorecen la globaliza-
ción. Sin lugar a dudas, ellas afectan
negativamente a la Alianza del Pa-
cífico, a la vez que podrían generar
las condiciones para una verdadera
guerra comercial entre China y Es-
tados Unidos, donde el proteccio-
nismo, con imposición unilateral
de sobretasas, fijación de cuotas y
medidas antidumping, generaría
una situación indeseable que afec-
taría al mundo entero imponiendo
JAIME SEPÚLVEDA COX | 75
mayores aranceles y restricciones
al comercio, lo que afectaría las ca-
denas globales de producción, ele-
vando el costo de la importación de
insumos y de los precios finales.
En el ámbito regional, la revisión de
los diferentes acuerdos de libre co-
mercio, la marginación relativa de EE.
UU. de la agenda global, las diversas
dificultades en las relaciones bilate-
rales con México y el rechazo al TPP,
les quitan potencialidad a las promi-
sorias posibilidades de la Alianza del
Pacífico, que, con una población de
218 millones de habitantes, consti-
tuye la octava economía del mundo.
En relación al TPP, que entre sus
miembros incluye a México, Perú y
Chile, tres de los cuatro integrantes
de la Alianza del Pacífico, el rechazo
estadounidense origina la pérdida
de la posibilidad de acceder con
reglas comunes y modernas a un
mercado de más de 800 millones
de personas, que representan alre-
dedor del 40% del PIB mundial y el
25% del comercio, y que establece
las bases del intercambio en la zona
del Asia-Pacífico, posibilitando así
la generación de sinergias directas
con la Alianza del Pacífico.
A pesar de estas condiciones nega-
76 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES

tivas, como lo manifestara no hace del tiempo introducirá variaciones

mucho nuestro Canciller, la Alianza positivas en la situación estadou-
del Pacífico se reinventa y sale for- nidense, lo que fortalecerá la in-
talecida para hacer frente al protec- fluencia del bloque en el escenario
cionismo, y sin lugar a duda, el paso mundial.
ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE ESTADOS UNIDOS Y LA ALIANZA DEL
PACÍFICO. LA DIMENSIÓN REGIONAL
Director Programa de Magíster en Relaciones Internacionales PUCV
Las relaciones entre Estados Unidos
- y su gobierno federal - y la Alian-
za del Pacífico son parte de las re-
laciones entre dicha gran potencia
y América Latina y el Caribe, una
larga historia de encuentros y fun-
damentalmente, de desencuentros
y desconfianzas. Por otra parte, se
han generado también lugares y
espacios de cooperación como el
Sistema Interamericano - cuyo ori-
gen se remonta a la Unión Paname-
ricana a fines del siglo XIX - con si-
milares vaivenes. Y admiración por
parte de América Latina de su “soft
power”.
La Alianza del Pacífico ha sido con-
siderada desde sus inicios como
RAÚL ALLARD NEUMANN
una nueva modalidad de coopera-
ción, eficiente, moderna. Los cua-
tro países con similaridades en sus
políticas económicas y en las polí-
ticas democráticas - de hecho, son
poliarquías multipartidarias y en
las aspiraciones de justicia social,
cooperación, libertades, derechos
humanos.
Las Relaciones con EE. UU. En este
contexto, han existido coinciden-
cias con EE. UU., su gobierno federal
y el Departamento de Estado, a la
vez que se intensifican actividades
conjuntas o coordinadas con distin-
tas ONGs, organizaciones y asocia-
ciones académicas, empresariales y
de la sociedad civil, incluyendo por
78 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
cierto los “think tanks” de Nueva
York, Washington, Los Ángeles, Chi-
cago y otras ciudades.
En los últimos años y con la Admi-
nistración Trump los vínculos entre
los EE. UU. y la Alianza del Pacífico,
no han profundizado la forma en
que pudo haber sido. EE. UU. tiene
otros focos de interés en el mundo
y otros intereses en América Latina
y el Caribe (ALC), más allá del libre
comercio, en ámbitos como la se-
guridad. Ambos tienen un ojo de
Asia Pacífico, pero con distintas es-
trategias (y EE. UU. está redefinién-
dolas).
Estado Unidos, sabemos, tiene la
condición de “observador” de la
Alianza del Pacífico, al igual que de-
cenas de países. La Alianza del Pa-
cífico acaba de establecer y regular
la condición de “Estado Asociado”,
varios países han manifestado inte-
rés en este tipo de asociación, pero
no es el caso de Estados Unidos.
Sin embargo, consideramos que
se mantienen las condiciones para
una mayor cooperación entre EE.
UU. y la Alianza del Pacífico.
La Dimensión Regional. Por otra
parte, sin perjuicio del énfasis en
los vínculos con EE. UU., los organi-
zadores (del III Congreso de ACHEI)
me han pedido que me refiera a la
“dimensión regional”. Lo que ubi-
ca a la Alianza en el contexto de
la institucionalidad regional con la
que también hay contactos y coin-
cidencias. Aunque la Alianza es un
organismo fundamentalmente de
cooperación económica - y así ha
sido ratificado - tiene contactos con
instancias políticas.
En este sentido, hay vínculos y coe-
xistencia entre la Alianza y sus cua-
tro integrantes con:
a) El Sistema Interamericano y la
OEA, 35 países, 33 de ALC, Esta-
dos Unidos y Canadá.
b) Organizaciones políticas latinoa-
mericanas, principalmente, CE-
LAC, la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y del Caribe y
UNASUR, 12 países sudamerica-
nos. CELAC no ha adquirido aún
la presencia e institucionalidad
requerida, pero representa a la
región en foros internacionales y
ha mantenido diálogos bilatera-
les con China.
c) Los mecanismos de integración
latinoamericanos más tradicio-
nales, ALADI - que en la práctica

otorga un ámbito multilateral
a los acuerdos bilaterales, los
ACES, la Corporación Andina,
con crisis en su actividad: SICA,
CARICOM.
d) En el caso específico de los acer-
camientos entre la Alianza y Mer-
cosur, que es una unión adua-
nera imperfecta con Argentina
y Brasil como socios principales,
manteniendo cada uno sus pro-
pias características.
e) Con motivo de la reciente Asam-
blea General de Naciones Unidas
la semana pasada en Nueva York,
celebrada en 2017, participa-
ron activamente los países de la
Alianza - se llevaron a cabo fo-
ros de muy alto nivel - con dos
presidentes y cancilleres - sobre
Alianza del Pacífico en importan-
tes “think tanks” en Nueva York,
con grupos muy influyentes de la
sociedad norteamericana, como
volveremos al final.
En esta exposición ante ACHEI, nos
referiremos sintéticamente a algu-
nos temas:
• Las relaciones de EE. UU. con
América Latina.
RAÚL ALLARD NEUMANN | 79
• Las relaciones de EE. UU. con los
mecanismos de integración lati-
noamericanos y, específicamen-
te, la Alianza del Pacífico, esta-
blecida en el 2011.
• En este último aspecto se con-
siderará también EE. UU. como
Gobierno Federal - que es el en-
cargado de la Política Exterior
y de Defensa, como distintas
expresiones de la institucionali-
dad norteamericana: gobiernos
estaduales, universidades, em-
presas y sector privados, organi-
zaciones no gubernamentales y
think tanks que estudian la rea-
lidad latinoamericana y que se
han referido en diversas oportu-
nidades a la Alianza del Pacífico.
• Los vínculos en la Post Guerra
Fría, la época en que nace la
Alianza, lo que nos llevará bre-
vemente a la “dimensión regio-
nal”, ya mencionada y los acerca-
mientos con el Mercosur.
• La naturaleza de la Alianza del
Pacífico lo que de alguna ma-
nera condiciona sus relaciones
como ente multilateral de 4 paí-
ses y sus vínculos formales e in-
formales con EE. UU.
80 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
1. Relaciones EE. UU. –
América Latina
Vínculos Complejos. Las vincu-
laciones entre EE. UU. y ALC han
sido complejas desde el inicio,
desde los albores de nuestra
historia republicana: la llegada
atrasada de EE. UU. al Congreso
Anfictiónico de Panamá, a la in-
asistencia de América Latina a
la reunión siguiente de México
a la que sí concurrió EE. UU. La
doctrina Monroe que reforzó el
republicanismo en la Región -
no a los “príncipes europeos” - y
a Brasil que se había instalado
como “Imperio” y que no había
territorios “res nullius”: frente a
ello el supuesto “derecho” de EE.
UU. a intervenir, lo que sucedió
en numerosas ocasiones duran-
te el siglo XIX y también el siglo
XX, ya sea en forma directa o
por la vía del sistema interame-
ricano. Además de las guerras y
anexiones con México primero y
luego con Puerto Rico - y la es-
pecial situación de intervencio-
nes en Cuba.
Durante este período fueron
habituales y simultáneas las
relaciones de tipo político y
económico y los vínculos con
dictadores y gobiernos fuertes,
como también con democra-
cias y poliarquías. En general, la
presencia de la figura del “Emba-
jador norteamericano” ha sido
influyente en la política de los
países de ALC, en unos más que
en otros.
A partir de la Unión Panamerica-
na a fines del siglo XIX - que no
era técnicamente un organismo
internacional, tenía un vínculo
orgánico con EE. UU. - se inició
un diálogo multinacional que
fructificó, principalmente, a tra-
vés de las Conferencias Intera-
mericanas y la creación de un
Derecho Internacional Ameri-
cano, con instituciones jurídicas
que existen hasta hoy.
En la Guerra Fría, particularmen-
te en sus inicios, ALC estuvo en
el lado de EE. UU. con mayores o
menores niveles de hegemonía
según los países. Lo que no signi-
fica un seguimiento ciego. Chile,
por ejemplo, se mantuvo neutral
en la I Guerra Mundial-pese a las
presiones y a que EE. UU. entró
a la Guerra con Woodrow Wilson
en 1917. Y se mantuvo neutral
hasta 1942 en la II Guerra Mun-
dial.

OEA y la Alianza para el Progreso.
La OEA es reconocida como el
organismo regional de Naciones
Unidas y, en general, en la Asam-
blea General no hay veto, pero el
peso de EE. UU. en los aportes y
el funcionamiento es evidente.
Quién habla conoció la OEA por
dentro, durante 12 años, llegan-
do a ser Secretario Ejecutivo de
Educación, Ciencia y Cultura y
- como representante de Chile
en los años 90, Presidente de la
Comisión Ejecutiva Permanente
de Educación, Ciencias y Cultu-
ra. Ello me permitió conocer los
estados de la región y, específi-
camente los de la Alianza del Pa-
cífico. Durante la Guerra Fría la
relación política más problemá-
tica de EE. UU. era con la URSS
– con la que hubo disuasión nu-
clear - y cada potencia tenía su
área de influencia, aunque a par-
tir de los 60 surge China, se recu-
pera Europa y Japón y opera con
fuerza política el Tercer Mundo y
sus aspiraciones de mayor justi-
cia comercial, política e interna-
cional.
El período de relaciones en que
América Latina fue prioridad
para Estados Unidos es el de la
RAÚL ALLARD NEUMANN | 81
Alianza para el Progreso, con el
impulso del presidente Kennedy
-con capacidad de movilizar vo-
luntades y un período de inten-
tos integracionistas en la región.
La Alianza para el Progreso sig-
nificó, en la práctica, una excep-
ción. En tanto el gobierno de
Kennedy estableció programas
condicionados a una agenda
progresista - más que el prome-
dio de las sociedades políticas
latinoamericanas - basada en
mayores niveles de progreso y
justicia. Lo que se traduciría en
un avance de la región como so-
ciedades libres y democráticas y
con un desarrollo social que su-
perara males endémicos, como
la muy desigual distribución de
la tierra, lo que significó presio-
nes para determinadas reformas
agrarias.
Duró poco la experiencia por
el asesinato de Kennedy, pero
aún mantenía vitalidad en Pun-
ta del Este en el año 1967 y en
los programas de cooperación
por medio de la OEA - en los que
me correspondió actuar - y otros
mecanismos hasta más menos
1985-1992.
82 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
2. Marco Bilateral, de Regionali-
zación e Integración. La irrup-
ción de la Alianza del Pacífico
Proceso de Integración. En las re-
laciones con EE. UU. nos vamos a
mover en el campo bilateral. En
tanto la Alianza del Pacífico se
mueve en el ámbito regional,
multilateral. Esto nos lleva a una
revisión rápida de la terminolo-
gía:
a) Integración, en general, en
una acepción amplia descri-
be determinados procesos
políticos y económicos de in-
teracción y articulación pac-
tada o negociada entre dos o
más estados o economías.
b) Integración económica, un
proceso que involucra “a
dos o más economía en la
constitución de un espacio
de mayor dimensión (Nieto,
1998). Sabemos que existen
diversas modalidades, prefe-
rencias, áreas de libre comer-
cio, uniones aduaneras- con
arancel externo común-, mer-
cado común en que circulan
libremente personas, bienes,
servicios y capitales, hacia a
donde apunta la Alianza del
Pacífico, y uniones econó-
micas y monetarias (lo que
solo ha sido alcanzado por la
Unión Europea).
c) Regionalización o “regiona-
lismo”, como tendencia de
las relaciones económicas en
el mundo en las últimas dé-
cadas y, que se define como
políticas gubernamentales
que tienen por objeto pro-
fundizar la cooperación eco-
nómica de los Estados miem-
bros del acuerdo. Con la
regionalización se busca un
proceso en que se profundi-
za el comercio y la inversión
en un espacio geográfico. Se
atribuye también un efecto
político a estos sistemas para
erradicar o disminuir conflic-
tos entre las partes.
d) Sistema multilateral de Co-
mercio integrado por el GATT
1994; el sistema general de
preferencias, la OMC y re-
cientemente acuerdo de fa-
cilitación de comercio pues-
to en funcionamiento de
2017. Las ALC y las Uniones
Aduaneras son excepciones

al sistema multilateral, pero
en la realidad están suma-
mente extendidas (implica
que cumpliéndose las con-
diciones del artículo XXIV del
GATT, no se aplica la cláusula
de la nación más favorecida)
(Allard, 2017, p. 58).
La Alianza del Pacífico, en
este contexto surgió con mu-
cha fuerza la Alianza del Pa-
cífico, en 2011, que desde el
comienzo despertó el interés
internacional. Tecnicamente
no es un TLC; sin embargo,
sobre la base de su comercio
marco y con la condición de
que sus 4 integrantes (Méxi-
co, Chile, Colombia y Perú),
tienen TLC entre ellos, acordó
en 2016 establecer una plata-
forma que permitió que más
del 90% de las mercancías
transadas entre ellos ingre-
saran con arancel cero (otros
con arancel abajo y algunos
particularmente sensibles
quedan fuera del acuerdo).
3. La realidad actual es compleja
en las dos partes. Caracteriza-
ciones en la Post Guerra Fría
RAÚL ALLARD NEUMANN | 83
Momento Unipolar. La post Gue-
rra Fría, a partir de 1990, se ha
desenvuelto en un nuevo marco
político-un “momento unipo-
lar” a comienzos de los 90 y el
proceso de globalización que
tiene diversas acepciones. Pero
que en lo esencial es la carac-
terística de las económicas in-
ternacionales, lo que conlleva
la mundialización de los merca-
dos y el acercamiento o mayor
integración de las economías.
Existen diversos procesos inhe-
rentes a la globalización, la IED,
las EMN, las nuevas tecnologías
de la información y su efecto en
las actividades políticas y eco-
nómicas, el aumento explosivo
de los movimientos financieros
internacionales. Y fuertes efectos
políticos, en lo relativo al manejo
de los efectos en la depredación
del medio ambiente, cambio cli-
mático, pandemias, desafíos a la
educación, pobreza. Y esfuerzos
de cooperación como la Cumbre
del Milenio, a partir de 2000, y el
actual Acuerdo 2015-2030.
Como ya existían los TLC entre
los cuatro países la palabra cla-
ve fue la profundización de los
84 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
intercambios. Y una mirada – no
excluyente - al Asia Pacífico.
Los dos Polos. Los dos polos, EE.
UU. y América Latina, han experi-
mentado fuertes cambios a partir
de 1990, en la Post Guerra Fría, en
sus políticas internas y externas.
En lo referente a EE. UU.: en los
años 90 se produjo una presión
muy fuerte desde los organis-
mos basados en Washington,
denominado por un analista
como el Consenso de Washing-
ton que, en muchos casos, obli-
gaba a países que no estaban en
condiciones de hacerlo a flexibi-
lizaciones y aperturas económi-
cas a un grado tal que los perju-
dicaba.
En América Latina también se
llevó a cabo un proceso con más
injerencia latinoamericana y de
la CEPAL, el regionalismo abier-
to que permitía compatibilizar
la apertura al comercio mundial
con algunas preferencias lati-
noamericanas.
Estados Unidos - sin tener a
América Latina como prioridad,
pero con los vínculos propios de
la vecindad - llevó a cabo polí-
ticas en varias líneas, hasta los
dos gobiernos de Obama, pro-
poniendo políticas orientadas a
influir en ALC para favorecer el
libre comercio, la democracia y
la gobernabilidad.
En los años 90 comenzó un cier-
to distanciamiento de EE. UU. y
América Latina. Heraldo Muñoz,
Ministro de Relaciones Exterio-
res de Chile, publicó un artículo
sobre “Bye Bay América Latina”
y a comienzos de este siglo, el
cubanoamericano, Jorge Do-
mínguez desarrolló la tesis de
que las políticas se estaban de-
sarrollando “entre la ideología y
el pragmatismo” (Domínguez,
2008, p. 179).
Además de lo anterior, está pre-
sente, en lo político, el manejo
con base a situaciones puntales
de acercamiento o de crisis:
a) Acercamiento con México a
partir del presidente Bush,
padre, que implicó el esta-
blecimiento del NAFTA y una
fuerte orientación del comer-
cio internacional de México
hacia el Norte de América. Lo

que ahora se está revisando
- y rediscutiendo en la Admi-
nistración Trump.
b) Los temas de seguridad: el
plan Colombia de combate
al tráfico de drogas (y apoyo
al arreglo con las FARC, aun-
que en el proceso mismo de
observación internacional
participan países latinoame-
ricanos y europeos).
Situación Actual. En Esta-
dos Unidos el Gobierno de
Trump no ha seguido la línea
de Obama que, en general,
propició un mayor entendi-
miento y diálogo internacio-
nal. Obama abogó por diálo-
gos más o menos igualitarios
con algunos países de la re-
gión - las poliarquías - y con
todos, en las Cumbres. Re-
movió un obstáculo al reanu-
dar relaciones diplomáticas
con Cuba, lo que ha permiti-
do cierta ampliación – al me-
nos a nivel de debates - de las
Asamblea General y los orga-
nismos de la OEA, Consejo
Permanente y la Secretaría
General.
RAÚL ALLARD NEUMANN | 85
El Gobierno de Trump no ha
articulado hasta el momento
una política latinoamericana
y sí ha tenido una retórica
antiinmigración, antiterro-
rismo, contra el tráfico de
drogas y cierta tendencia
mercantilista, apuntando
fundamentalmente a Méxi-
co, los cruces de personas y
mercancías por las fronteras,
el superávit de México en la
balanza comercial. Y en lo
concreto, amenaza de de-
portaciones, la construcción
de un muro en la frontera y la
renegociación del NAFTA.
EE. UU. sigue siendo con
mucho la primera potencia
mundial en lo político-mili-
tar-nuclear. Comparte con
China la influencia política y
en armas convencionales.
4. EE. UU. como Sociedad y Soft
Power. Vínculos con la Alianza
del Pacífico
Para plantear las relaciones de
EE. UU. y la Alianza del Pacífico
veremos, naturalmente, las rela-
ciones a nivel gobierno y federal
86 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
y la institucionalidad de la Alian-
za, integrada por cuatro estados
con mecanismos de integración.
En este sentido EE. UU. es muy
rico en instituciones a nivel de
los 50 años, sector privado em-
presarial, ONGs, tanto las que
representan intereses de sus
miembros como de las propia-
mente trasnacionales que reivin-
dican intereses generales. Y una
vasta gama de universidades e
instituciones académicas y cien-
tífico tecnológicas. Sin duda, en
este nivel existen en la realidad y
potencialmente, muchas vincu-
laciones con la Alianza.
La parte de América Latina y el
Caribe y de la Alianza del Pacífi-
co. Hemos visto que, en el caso
de la Alianza del Pacífico, ésta ha
actuado con agilidad y ha des-
pertado un interés internacional
excepcional. Es percibida como
un “organismo diferente”: no se
le atribuye el carácter burocráti-
co de otros esfuerzos integracio-
nistas anteriores, como ALALC
en 1960. Como vimos, la Alianza
del Pacífico nació sobre la base
de 4 países con cierta homoge-
neidad de políticas, que ya tenía
entre ellos tratados de libre co-
mercio.
Partiendo de esa realidad, fija-
ron como línea de acción buscar
una “Profundización” en las re-
laciones y han apuntado no en
la línea del Mercosur, de unión
aduanera, pero si en movilidad
de personas, bienes, servicios,
capitales, apuntando a inter-
cambios propios de un mercado
común. Las uniones aduaneras
no han tenido éxito - a mi jui-
cio y según lo pude observador
cuando fui Director Nacional
de Aduanas de Chile - porque
requieren de sus miembros una
política comercial. Eso requie-
re de un grado de confianza y
“fusión” de políticas que países
como Argentina y Brasil difícil-
mente alcanzarán.
5. Casos de interacciones entre
EE. UU. y su Sociedad Civil con
la Alianza
Experiencias Específicas. Vimos
que, a nivel político diplomático,
EE. UU. ha mantenido su carác-
ter de Observador de la Alianza,
sin manifestar hasta ahora inte-
rés en incrementar la vincula-

ción. Por ejemplo, al nuevo nivel
de país asociado, que se está ne-
gociando con Nueva Zelandia,
Australia, Canadá y Singapur.
Sin embargo, en 2016, cuando
Chile presidía la Alianza - actual-
mente lo es Colombia – EE. UU.
propuso:
a)
Intercambio de empren-
dedores, en seguimiento a
la iniciativa “Incubator Pro-
gram”. En una segunda etapa
posibilita que emprendedo-
res estadounidenses puedan
realizar capacitaciones en
países de la Alianza del Pací-
fico.
b) El Programa contempla en-
cuentros de emprendedores
con incubadoras en los paí-
ses de la Alianza.
c) Realización de eventos con-
juntos entre universidades
de la Alianza y EE. UU., con
objeto de intercambiar prác-
ticas de comercialización de
innovaciones tecnológicas,
desarrolladas en el ámbito
académico.
RAÚL ALLARD NEUMANN | 87
d) Concretar Memorándums
de Entendimiento (Memo-
randum of Understanding)
entre la Alianza del Pacífico
y Estados Unidos, sobre coo-
peración entre centros de
desarrollo de negocios para
PYMES.
e) Completar un Memorándum
de Entendimiento (Memo-
randum of Understanding)
entre la Alianza y EE. UU. so-
bre Protección al Consumi-
dor.
f ) La Alianza del Pacífico fue el
objeto de análisis del semi-
nario AS (American Society)
/COA (Council of the Ameri-
ca), en Nueva York. el 20 de
septiembre 2017, que con-
tó con la participación de la
presidenta Michelle Bache-
let, de Chile, y del presidente
Santos, de Colombia, y los
ministros de Perú y México,
con numerosos patrocinan-
tes del mundo empresarial
y académico de Estados Uni-
dos. Eso es algo en que la
Alianza está muy presente.
Igualmente, en sus propios
88 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Comités como los que se lle-
varán a efecto en Santiago el
3 y 6 de octubre 2017, sobre
Agenda Digital, Emprende-
dores y Ventanillas Únicas
La Experiencia del TTP. El TPP
fue una iniciativa del Esta-
dos Unidos a la que Chile
se sumó, también México
y Perú. Incluso en materias
como la propiedad intelec-
tual, en aspectos de reme-
dios y salud, hubo intensas
negociaciones por presiones
de EE. UU. Por otra parte, la
Alianza del Pacífico tiene
también, en esta materia,
para favorecer sus marcas y
patentes (Acuña, 2017).
Junto con asumir Trump,
en enero de 2017, anunció
el retiro del Tratado. Ante la
nueva situación, el Canciller
chileno, Heraldo Muñoz, citó
a una reunión informal en
Viña del Mar para intercam-
biar ideas sobre el tema, en
la cual EE. UU. participó con
una delegación de bajo ni-
vel.
Actualmente, los países del
TPP - Australia, Brunei, Cana-
dá, Malasia, México, Japón,
Nueva Zelanda, Perú, Sin-
gapur, Vietnam y Chile - se
han reunido en Tokio - sin EE.
UU.- (Gattavara, septiembre
2017), han continuado reu-
niéndose, buscando nuevos
mecanismos de organiza-
ción. Es interesante acotar
que Japón “sigue esperando
en que EE. UU. se reengan-
che” con el Tratado. Este es
un tema que interesa a la
Alianza del Pacífico, en su
línea de acción conjunta en
los mercados de Asia Pacífico
(Gattavara, 2017).
Proyecciones Futuras EE. UU. - Alianza
Considero que, la Alianza del Pacífico,
va a mantener su intensa actividad
en los próximos años y que Estados
Unidos la a seguir observando con
interés. Y que se van a multiplicar
los intercambios con universidades,
emprendedores, organismos de con-
sumidores, etc., en las formas men-
cionadas anteriormente. Y procurará -
como América Latina, en general - en
incorporarse a las cadenas de valor.

Estimo también que, el enfoque
abierto al libre comercio de la
Alianza y su línea de acrecentar in-
tercambios tipo “mercado común”,
va a permitir mantener contactos
permanentes con Estados Unidos y
su sociedad civil.
Igualmente, está el tema de las lí-
neas de la Administración Trump
que son difíciles de dilucidar para la
propia institucionalidad y el “esta-
blishment” norteamericano y para
el mundo internacional, incluyendo
los 4 países que integran la Alianza.
Creo que, hacia el futuro, la Alian-
za del Pacífico y Mercosur, pueden
avanzar en un proceso en que, con
distintas velocidades y de modo
concertado y voluntario, se avance
a una liberación del comercio in-
ternacional en América Latina y el
Caribe. He escrito varios artículos
RAÚL ALLARD NEUMANN | 89
sobre la materia, “Un neo-regiona-
lismo emergente” (Allard, 2013). Sin
duda que ello requerirá de la acción
política y económica. Organismos
como CELAC y UNASUR se han vis-
to afectados por la muy grave situa-
ción de Venezuela, que está siendo
tratada por el “grupo de los 11”. se-
gún una iniciativa del presidente
Kuscinnsky de Perú, que busca el
acercamiento de las propias partes
venezolanas.
Los sistemas interamericanos - que
han tenido una nueva presencia en
temas como derechos humanos y
democracia con la regularización
de la situación diplomática con
Cuba - son perfectamente com-
patibles con la institucionalidad
latinoamericana. En la cual tendrá
siempre un lugar la Alianza, aunque
su objetivo esencial sea económico.
90 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES


BIBLIOGRAFÍA

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Gattavara, F. (2017). El Mercurio, TPP: Países firmantes se reúnen en Tokyo para zanjar futuro
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LA SITUACIÓN DE ESTADOS UNIDOS Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO
LA DIMENSIÓN REGIONAL
Desde su creación, la Alianza del Pa-
cífico ha ido llamando la atención
de varios países en el mundo. Este
mecanismo que promueve la libre
circulación de bienes, servicios, ca-
pitales y personas entre Chile, Perú,
Colombia y México, hoy cuenta con
52 países observadores que miran
con atento interés su evolución y
las proyecciones que ésta represen-
ta para el comercio internacional en
este lado del mundo.
Una de las principales característi-
cas de la Alianza del Pacífico es que
no existe una institucionalidad for-
mal, como lo es en el caso de otros
mecanismos de integración en la
región, y que basa sus principios en
JORGE DACCARETT BAHNA
Advisor for Latin America • Bank of Palestine
la apertura comercial entre sí y ha-
cia los demás países, en particular
el Asia-Pacífico.
Por el contrario, en Estados Unidos,
el presidente Trump ha ido imple-
mentando una política comercial de
corte más proteccionista, que tiene
sus efectos en los demás países que
tienen al país del norte como uno de
sus principales socios comerciales.
En el siguiente artículo, intenta-
remos analizar algunas conside-
raciones respecto de la situación
de Estados Unidos y los desafíos y
oportunidades que éstas significan
para la Alianza del Pacífico a nivel
regional.
92 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Asia-Pacífico y la Alianza del Pacífico
Uno de los hechos más relevantes
de la nueva política comercial del
presidente Trump fue su anuncio, en
enero del 2017, que Estados Unidos
se retiraría del Trans-Pacific Partner-
ship (TPP). Este acuerdo, que nace
como una ampliación del Acuerdo
P4 firmado entre Chile, Nueva Ze-
landia, Singapur y Brunei Darussa-
lam, estaba orientado a constituir-
se como el “gran acuerdo regional
transpacífico” para Estados Unidos,
ya que en él convergían las principa-
les economías de la cuenca del Pací-
fico sin contar a China.
Si bien este acuerdo tuvo en sus ini-
cios bastantes detractores, incluso
en Chile, el hecho provocó bastante
revuelo ya que se temía que sin Es-
tados Unidos las negociaciones del
TPP no seguirían avanzando.
Frente a lo anterior, Chile tomó la
delantera y reunió en Viña de Mar
los días 14 y 15 de marzo del 2017
a representantes de 15 países de la
Cuenca del Pacífico, con el objetivo
de intercambiar visiones sobre el
futuro del comercio internacional
e identificar áreas de trabajo en la
Alianza del Pacífico y los demás paí-
ses participantes.
Con esta actividad, Chile no sólo
consolidaba su liderazgo y su vo-
cación por el Asia-Pacífico, sino que
era una oportunidad de ir consoli-
dando los diferentes mecanismos
de integración que están en el aire
respecto de la región aparte de
TPP, como el RCEP (Regional Com-
prehensive Economic Partners-
hip), liderado por China y el FTAAP
(Free Trade Area of the Asia-Paci-
fic, o Zona de Libre Comercio del
Asia-Pacífico), que pretende ser el
gran acuerdo comercial de APEC.
Dicho encuentro fue fundamental
para la continuidad del TPP, ya que
se definió que éste seguiría su curso
con las once economías originales y
sin los Estados Unidos, rebautizán-
dolo como TPP11. El acuerdo ha
avanzado de manera satisfactoria
y se encuentra ad-portas de ser fir-
mado próximamente.

Paralelamente, y, en esta misma lí-
nea, la Alianza del Pacífico desde
hace unos tres años a la fecha ha
comenzado a trabajar intensamen-
te en un Acuerdo de Cooperación
con ASEAN. En el marco de la últi-
ma Asamblea General de Naciones
Unidas, se celebró una Reunión a
nivel Ministerial entre representan-
tes de los países AP y ASEAN con el
objetivo de ir avanzando y fortale-
ciendo este acercamiento.
La irrupción de China
Históricamente, Estados Unidos ha-
bía sido el principal modelo para
seguir y socio comercial de América
Latina. Sin embargo, desde hace
ya un tiempo, China ha ido reem-
plazando ese lugar, y actualmente
podemos observar que el área de
influencia de Estados Unidos en la
región se ha ido reduciendo y ce-
diendo espacio a China, como se
observa en el siguiente cuadro.
JORGE DACCARETT BAHNA | 93
Aparte de los mercados naturales
para Estados Unidos como lo son
Canadá, México y Centroamérica,
en Sudamérica y el Caribe se va mi-
rando cada vez más hacia China, a
excepción de Cuba, Colombia, Vene-
zuela y Ecuador.
En el nuevo escenario proteccionis-
ta de Estados Unidos, la situación
de Canadá, México y Colombia aún
podría cambiar, tal como se analiza-
rá más adelante, toda vez que Mé-
xico y Colombia son miembros de
la Alianza del Pacífico, y Canadá ha
iniciado el proceso para convertirse
en Estado Asociado.
China ha sido agresiva en sus iniciati-
vas de apertura de mercados. Dado
que no sería un firmante original del
TPP, tras una ardua negociación con
Estados Unidos, China creó su pro-
pia iniciativa de integración comer-
cial denominado RCEP, incluyendo
a todo ASEAN+3, Australia, Nueva
Zelandia y la India. Un mercado que
supera con creces al TPP.
Adicionalmente, lanzó su iniciativa
“One Belt One Road” para implemen-
tar la infraestructura necesaria para
el comercio en su zona de influencia,
y a la cual invitó a participar a Chile.
94 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
De prosperar estas iniciativas, el
RCEP junto con el TPP11 van conflu-
yendo naturalmente en el ansiado
acuerdo FTAAP, que ha sido uno de
los objetivos que se ha planteado
ASEAN en su momento. De hecho,
si miramos los países que partici-
pan en las diferentes iniciativas, más
aquellos con los que Chile ha sus-
crito TLC y los países observadores
de la Alianza del Pacífico, podemos
observar una confluencia que da es-
pacio para una convergencia natural
entre las mismas.
Canadá y México
Si bien hemos observado que en el
Asia-Pacífico la nueva política co-
mercial de Estados Unidos ha pro-
vocado cambios y oportunidades
interesantes, corresponde ahora
analizar la situación del vecindario
norteamericano.
Durante 2017, el Tratado de Libre
Comercio de Norteamérica (NAFTA,
por sus siglas en inglés), cumplió
23 años de vigencia y se entró en
una fase de renegociación y puesta
al día. Si bien tanto Canadá como
México tienen como principal socio
comercial a los Estados Unidos, las
nuevas políticas, al igual que en el
caso del TPP, han sido un incentivo
para estos dos países de ampliar sus
horizontes y de mirar hacia otros
mercados.
Canadá ha tomado la decisión de
acercarse más a la Alianza del Pa-
cífico, y en conjunto con Australia,
Nueva Zelandia y Singapur han ini-
ciado el proceso de convertirse en
Estados Asociados de la Alianza del
Pacífico. Este proceso fue anuncia-
do en la Cumbre de la Alianza del
Pacífico en la ciudad de Cali el 30 de
junio de 2017.
Esta nueva categoría de Estados
Asociados implicará un mucho ma-
yor acercamiento de estas cuatro
economías miembros de APEC, a

los países que conforman la Alianza
del Pacífico. Y para Canadá, tam-
bién, será una forma de acercarse
comercialmente a México en una
instancia diferente del NAFTA.
Para México, las oportunidades son
aún mejores y mayores. Las restric-
ciones impuestas por Estados Uni-
dos hacia este país son inéditas. A
modo de ejemplo, puede mencio-
narse la prohibición de ingreso de
automóviles de marcas europeas
fabricadas en México – intentando
obligar a que se invierta en Esta-
dos Unidos – sumado a un mayor
control a la inmigración mexicana,
incluso con la construcción de un
muro, como una forma de privile-
giar la mano de obra estadouni-
dense.
Con esto, México tiene una oportu-
nidad histórica de mirar más fuerte
y estrechamente a sus vecinos del
sur, con quienes ya cuenta con una
cercanía cultural e idiomática, pero
que además representan un merca-
do con un volumen considerable.
México, aparte de ser el país de ha-
bla hispana con la mayor economía
de Latinoamérica, es miembro de
importantes organizaciones como
la OCDE y el G20.
JORGE DACCARETT BAHNA | 95
Un mayor acercamiento de México
hacia América del Sur también es
una oportunidad para ejercer una
influencia en la región que tradi-
cionalmente había liderado Brasil.
Además del tema idiomático, la
frágil situación de política interna
en Brasil y el nuevo gobierno en Ar-
gentina son auspiciosos para Méxi-
co, en cuanto a un liderazgo cultu-
ral y económico.
Argentina, también país miembro
del G20, ha manifestado su inten-
ción de ingresar a la OCDE e in-
gresó como país observador a la
Alianza del Pacífico, sumándose así
a Paraguay y a Uruguay, acelerando
de esta manera la tan ansiada con-
fluencia por parte del gobierno de
Chile entre el MERCOSUR y la Alian-
za del Pacífico.
La Dimensión Regional
Resumiendo lo mencionado hasta
el momento, las restricciones y polí-
ticas impuestas por Estados Unidos
en cuanto al comercvio interna-
cional han dado espacio a nuevos
escenarios en la región. Por una
parte, y por el contrario de lo que
se ha pretendido con las políticas
impuestas, Estados Unidos ha ge-
nerado espacios para que el comer-
96 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
cio internacional busque caminos
alternativos para su desarrollo.
Canadá ha reaccionado con un ma-
yor acercamiento a la Alianza del
Pacífico, manifestando su voluntad
de ingresar como Estado Asociado
junto a Australia, Nueva Zelandia
y Singapur. De esta manera toma
un liderazgo en la región que se
plasmará en una mayor inversión,
comercio y cooperación con los
países miembros de la Alianza del
Pacífico.
México tiene una interesante opor-
tunidad para incrementar su pre-
sencia comercial e influencia en los
mercados de la Alianza del Pacífico
y eventualmente en los países ob-
servadores de la región.
Por su parte, China toma la oportu-
nidad para llenar los vacíos que deja
Estados Unidos, fortaleciendo sus
iniciativas tales como “One Belt One
Road” y el RCEP.
Este escenario es propicio para que
la Alianza del Pacífico fortalezca su
relación con el Asia-Pacífico y con
Canadá.
Oportunidades para Chile
Finalmente, y, a modo de conclu-
siones, resulta interesante referirse
a las oportunidades que este esce-
nario representa para Chile, de cara
al Año APEC Chile 2019 y a la Presi-
dencia Pro-Témpore de Chile de la
Alianza del Pacífico en el período
julio 2020 - junio 2021.
Chile ya definió hace varios años
como línea estratégica tener un ma-
yor acercamiento con el Asia-Pacífi-
co. Las conversaciones con ASEAN
y la incorporación de los Estados
Asociados a la Alianza del Pacífico
son un paso adelante en dicha di-
rección, dan cuenta de una visión
de largo plazo de nuestra apertura
económica hacia el Asia-Pacífico y
un liderazgo en la región.
La Presidencia APEC para Chile el
2019, siendo además un país miem-
bro de la Alianza del Pacífico, repre-
senta una inmejorable oportunidad
para consolidar dicha visión y, even-
tualmente, establecer un lideraz-
go de largo plazo en el Foro APEC,
transformando el foro de Santiago
en un nuevo Bogor que marque

las directrices de organismo en los
años venideros.
En este sentido, resulta fundamental
la definición del Tema APEC 2019 que
Chile proponga, con una mirada de
integración entre el Pacífico Asiático
y Americano, consolidando la
relación económica entre la Alianza
del Pacífico, el Asia-Pacífico y Canadá.
A su vez, se presenta la oportu-
nidad de proponer un trabajo de
armonización de las diferentes ini-
ciativas de integración económica
vigentes (TPP11, RCEP, AP-ASEAN)
de manera que confluyan en un
mediano plazo hacia la propuesta
de crear la Zona de Libre Comercio
del Asia-Pacífico (FTAAP).
Por parte de la Alianza del Pacífico,
la iniciativa de avanzar en el Fondo
de Inversión en Infraestructura para
JORGE DACCARETT BAHNA | 97
el Desarrollo propuesto por el BID,
con un portafolio de proyectos en
toda la Alianza del Pacífico e invi-
tando a invertir a los países obser-
vadores, resulta fundamental, toda
vez que, la región se vuelve cada
vez más atractiva para aquellos in-
versionistas que desean invertir en
proyectos de alcance regional y no
hacerlo país por país.
En este sentido, la Alianza del Pací-
fico debe avanzar en mecanismos
integrados de atracción de inver-
siones, junto a diseñar y definir los
beneficios y facilidades que se otor-
garán a los inversionistas.
Finalmente, durante su Presidencia
Pro-Témpore de la Alianza del Pací-
fico el 2020, Chile podrá dar segui-
miento a lo acordado en APEC 2019
y de esa manera fortalecer su pre-
sencia regional.
EL ESCENARIO ECONÓMICO COMERCIAL Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO1

CHRISTIAN TORRES MIRANDA

Especialista en Relaciones Internacionales
Asesor de Relaciones Exteriores • Gran Logia de Chile

Como es sabido, la Alianza del Pa-
cífico es una asociación fundada
el 28 de abril de 2011, entre Chile,
Perú, México y Colombia y que fue
definida como “una iniciativa de in-
tegración regional”, cuyo ambicioso
objetivo es avanzar hacia la libre
circulación de los bienes, los servi-
cios, los capitales, las personas y las
economías, logrando el crecimien-
to económico asociado a mayores
niveles de igualdad y la conforma-
ción de una plataforma económica
orientada hacia la región Asia Pací-
fico. Con un PIB combinado de 2,
2 billones de dólares, un mercado
de 220 millones de personas y 10
mil dólares de ingreso per cápita,
es un mercado muy atractivo para
inversionistas locales y extranje-
ros, representando actualmente en
conjunto, la octava economía del
mundo.
Esta asociación, entre los cuatro
países integrantes, ha conseguido
aumentar los intercambios comer-
ciales entre sus naciones en forma
progresiva y exitosa y es sólo el co-
mienzo de una relación unitaria de
la mayor significación, no sólo para
los países constituyentes, sino para
toda la región. En sólo cinco años
se ha conseguido la liberalización

1 Este artículo corresponde a la Ponencia realizada por el autor en el III Congreso Internacional de ACHEI y que fue publica-
do con el mismo título por la Revista Occidente Nº 478, noviembre, 2017.
100 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
arancelaria, la acumulación de ori-
gen y grandes avances en la libre
movilidad de servicios, capitales
y personas. En efecto, su éxito ha
significado que se han integrado
a ella 49 países en la categoría de
Observadores. Existen adicional-
mente dos países observadores,
Panamá y Costa Rica, que han cum-
plido con los trámites internos para
transformarse en Miembros Plenos.
También están muy avanzadas las
negociaciones con otros cuatro
países, para incorporarse en la ca-
tegoría de Estados Asociados, ellos
son Australia, Canadá, Singapur y
Nueva Zelanda. En total podrían
aportar un mercado potencial de
70 millones de personas.
La Alianza del Pacífico tiene en sus
postulados, un sólido compromiso
con los principios del libre comer-
cio entre sus miembros y el respe-
to a los Tratados de Libre Comer-
cio (TLC) anteriormente suscritos
por éstos, entre ellos, o con terce-
ros países. El objetivo último de la
Alianza del Pacífico es favorecer a
los miembros y a sus respectivos
connacionales con los beneficios
de la apertura económica, comer-
cial y financiera.
En segundo lugar, como se señaló,
servir de Plataforma, para lograr
una mayor integración con las cre-
cientes y pujantes economías asiá-
ticas, con China a la cabeza, seguida
por la India, Vietnam y otros. Estos
países son principales socios co-
merciales de América del Sur en la
actualidad.
Es conocido los numerosos esfuer-
zos para integración económica en
América Latina, desde el siglo pa-
sado, como fueron, por ejemplo, la
Alianza para el Progreso, creada en
1962 por el Presidente John Ken-
nedy, el Pacto Andino, la Asociación
Latinoamericana de Libre Comercio
(ALALC), la ALADI, formada en 1980
en Uruguay, el Mercado Común del
Sur o Mercosur, en 1991, la Alian-
za Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América ( ALBA), firmado
en La Habana el 2006 y otros, con
mayores o menores logros integra-
tivos en sus procesos. Sin embargo,
hemos visto cómo se han estan-
cado al llegar a ciertos niveles de
avance, los que se transforman en
barreras insalvables para continuar
con su desarrollo.
El proyecto integrativo de la Alian-
za del Pacífico ha partido desde
otros postulados, como señalamos
anteriormente, tales como la activa

participación del mundo empresa-
rial privado, la libre asociación entre
sus integrantes, el respeto mutuo
de las decisiones económicas de
sus miembros y otros aspectos.
Sólo permítasenos retroceder un
poco, a los orígenes profundos a
nuestro juicio de la Alianza del Pa-
cífico, que no son puramente eco-
nómicos.
En 1990, año en el cual Chile, des-
pués de un esfuerzo conjunto de
todas las fuerzas democráticas,
finalmente recuperó su democra-
cia. Nos encontramos con una si-
tuación bastante deficiente en lo
social, con un 40% de pobreza a lo
largo del país y un fuerte estado de
aislamiento internacional en lo po-
lítico, con un incipiente y marcado
crecimiento, producto de las polí-
ticas de ajuste que se habían reali-
zado en lo económico en los años
previos y que empezaban a dar sus
frutos. Lo que llevó en 1987 al Ge-
neral Videla, miembro del Gobier-
no, a señalar aquella desafortunada
frase que decía: “Chile es una linda
casa, ubicada en un mal barrio que
se llama América Latina.”
Es por ello por lo que la coalición
que asumió el Gobierno, desde un
inicio no sólo buscó romper este
CHRISTIAN TORRES MIRANDA | 101
bloqueo internacional existente,
sino que inició una activa políti-
ca de integración, acercamiento y
recuperación de los vínculos po-
líticos, económicos, comerciales,
culturales y de cooperación que le
eran tradicionales con la América
de Sur, El Caribe y los países limí-
trofes. Esta política unitaria, activa
y fraterna ha sido mantenida con-
sistentemente desde entonces a la
fecha, sin variación alguna, incluido
los gobiernos con diferentes incli-
naciones políticas.
Hemos participado de esta manera
en todas las instancias económicas
unitarias creadas, por lo que, los 56
Tratados y Acuerdos Comerciales
suscritos por Chile a la fecha con
gran parte del mundo, están a dis-
posición de la comunidad de Amé-
rica Latina toda, para su implemen-
tación y ejercicio, en beneficio de
nuestros pueblos. Contamos para
ello, además, con uno de los mejo-
res equipos negociadores existen-
tes en el planeta.
La presidenta Michelle Bachelet se-
ñaló en octubre de 2016, en la re-
unión de la Alianza del Pacífico, en
Cali Colombia, la disposición para
el diálogo entre ésta y el Mercosur,
con el objeto de crear puentes de
102 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
comunicación y trabajo conjunto,
buscando lo que nos une y no lo
que nos desune para enfrentar en-
tre todo el gran desafío comercial
orientado hacia el Asia Pacífico.
Si nos remontamos más atrás en
el tiempo, Chile desde siempre ha
demostrado, en los hechos, esta
voluntad de unidad con la Améri-
ca del Sur. Basta recordar, no sólo
su participación en las gestas de la
Independencia de nuestros países,
sino que incluso, por apoyar solida-
riamente a Perú en su Guerra con
España en 1866, sufrió posterior-
mente el bombardeo de Valparaí-
so por parte de la Flota Española.
Todo ello enmarcado en el ideal
Bolivariano de una América del Sur
unida y por qué no decirlo, la Orden
Masónica, al igual que en América
del Norte, siempre estuvo presente
a través de sus integrantes, en es-
tas gestas unitarias y fraternas, con
militares como Bolívar, San Martín,
O’Higgins, Carrera, Sucre, formados
bajo las enseñanzas libertarias del
venezolano Francisco de Miranda
en Londres.
Situación Económica Mundial
Desde la crisis hipotecaria subpri-
me del año 2008, iniciada en Esta-
dos Unidos con la quiebra de Leh-
man Brothers, extendida a Europa y
luego a todo el planeta, se produjo
una recesión y crisis económica de
características mundiales, la cual,
gracias a las medidas tomadas y a la
pujante economía China, que coo-
peró y aportó enormes cantidades
de dinero fresco a la economía, no
se produjo una debacle total de la
economía planetaria.
Sin embargo, si bien es cierto la
economía norteamericana logró
salir adelante con mayor velocidad
que la economía de la Unión Euro-
pea, la recuperación global ha sido
lenta. En el año 2016, la economía
mundial creció un 3,2 %. Recién,
para este año, se pronostica por el
Banco Mundial un crecimiento de
la economía de un 3,5% y para el
2018, de 3,6%. No obstante, se con-
sidera que estas tazas aún son infe-
riores a los promedios anteriores a
la crisis. Por su parte, se ha hecho
público por el Gobierno Central de
China una cifra de crecimiento de
6,9% en el primer semestre de este
año, dando claras señales de posi-
tivos resultados económicos para
este año y el próximo 2018, en ese
país.
Esta realidad de recuperación

económica abre promisorias
expectativas para la Alianza del
Pacífico. Según la Revista de
la Cámara Chileno - China de
comercio, de octubre de este año,
el gigante asiático está dispuesto y
ya ha tomado la decisión de invertir
en la América Latina y el Caribe,
250 billones dólares hasta el año
2025. Parte importante de ese flujo
podría perfectamente ser invertido
en la región del Pacífico.
Este anuncio es un llamado a los
países integrantes a reforzar y con-
tinuar con el proceso interno in-
tegrativo, no sólo en el plano del
comercio y liberalización arancela-
ria de bienes y servicios, así como
la producción conjunta de bienes,
sino también y, fundamentalmente,
en la integración física, portuaria,
de infraestructura vial, etc., (plan en
el cual Colombia está invirtiendo
fuertemente), de manera de estar
preparados para estos nuevos de-
safíos que se aproximan.
Por su parte, la nueva posición pro-
teccionista y aislacionista del Go-
bierno de Estados Unidos, con el
presidente electo Donald Trump,
aparte de sus implicancias políticas
confrontacionales (que no serán
tratadas en este panel), de mate-
CHRISTIAN TORRES MIRANDA | 103
rializarse un cierre de fronteras con
México y de una vuelta de la mirada
de la economía hacia el interior de
USA; eventualmente podría produ-
cir una disminución de nuestro flu-
jo comercial con esa potencia.
Según el Banco Mundial, las pro-
yecciones de crecimiento de USA
han sido revisadas a la baja, desde
un 2,3% a un 2, 1 % para el presen-
te año y de un 2,5% a un 2,1% para
el 2018. El efecto de ello podría,
quizás, ser paliado con esta nue-
va posibilidad de crecimiento que
hemos señalado con Oriente y es-
pecialmente China, como potencia
emergente de carácter global.
Al respecto, Chile tiene algo
que decir. Si bien es cierto, la
inversión procedente de ese país es
porcentualmente baja, comparada
con las inversiones hechas en
otros países latinoamericanos,
nuestro flujo comercial tiene a
esa potencia como su primer
socio comercial, con un monto de
USD 31.474 millones anuales de
intercambio en el año 2016. De esta
forma, en 10 años se multiplicó por
cuatro veces el intercambio desde
que se firmó el Tratado de Libre
Comercio entre ambas naciones. Y
representa, actualmente, más del
104 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
25% del comercio exterior chileno.
También, China es hoy el primer
socio comercial de Brasil y Perú.
Debemos añadir a ello, los sólidos
cimientos históricos de las relacio-
nes diplomáticas y comerciales que
han llevado a Chile, a ser conocido
por los chinos como el país de los
cuatro primeros lugares. Primer
país sudamericano en establecer
relaciones diplomáticas (1970), pri-
mero en apoyar el ingreso de China
en la Organización Mundial de Co-
mercio (1999), primer país en reco-
nocer a China como economía de
mercado (2004), y primero en sus-
cribir un Tratado de Libre Comercio
(2005). Además, es el primero en te-
ner un Instituto Cultural Chino, in-
augurado en el año 1952 y el prime-
ro en acordar un Joint Venture, en
el año 1982, con la Beijing Copper
Company.
La intención de China de proyectar-
se globalmente, asegurando la sa-
lida y entrada de bienes y servicios
al país, queda además demostrada
con el gigantesco proyecto, “Un
Cinturón, Un Camino”, cuyo objeti-
vo es crear la infraestructura terres-
tre, marítima y ferroviaria para unir
tres continentes Asia, África y Euro-
pa. Obviamente que este proyecto
tiene implicaciones geopolíticas
importantes, pero el Gobierno de
China ha insistido en señalar en su
interés fundamentalmente econó-
mico, para realizar esta inversión de
800.000 millones de dólares.
De esta manera y según lo analiza-
do se puede vislumbrar un pano-
rama futuro promisorio, en lo eco-
nómico, para la Alianza del Pacífico,
tanto en términos de crecimiento y
desarrollo interno, como también
en las posibilidades de convertirse
en una plataforma importante, sóli-
da y eficiente para unir las vigorosas
economías del Asia Pacífico y Amé-
rica del Sur. Sin embargo, y, a pe-
sar de ello, siempre estará vigente
en el próximo futuro la sombra de
Estados Unidos, aún gran potencia
y su devenir económico y político,
siempre tiene repercusiones globa-
les. La oportunidad para nuestras
naciones sigue estando allí y solo
debemos saber aprovecharla en
beneficio de nuestros pueblos.
CIENCIA Y TECNOLOGÍA: CHILE Y LA ALIANZA DEL PACÍFICO

ÁLVARO FISCHER
Ingeniero matemático • Presidente de la Fundación Ciencia y Evolución
Consejero del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo

Esta es una visión novedosa de gráficos o productivos, pero no en

Chile y de su posición en la región:
aquella que surge del hecho que
nuestro país posea, en sus dos ex-
tremos, sendos Laboratorios Natu-
rales únicos, a través de los cuales
puede ofrecer a la comunidad cien-
tífica nacional, regional e interna-
cional, espacios abiertos globales
para desarrollar investigación cien-
tífica de clase mundial en beneficio
de la Humanidad. Esta forma de ver
a Chile está siendo apoyada tanto
por el Ministerio de Relaciones Ex-
teriores, a través de la Fundación
Imagen de Chile.
Estamos acostumbrados a referir-
nos a nuestro país en términos geo-
términos científicos. Pero, a ¿qué
nos referimos cuando hablamos de
dos Laboratorios Naturales únicos?
El primero se encuentra en el ex-
tremo norte del país, en el desierto
de Atacama, incluyendo sus plani-
cies altas y sus cielos. El segundo
está en el extremo sur, en la Región
Sub-Antártica, la que, a su vez, es la
puerta de entrada a la Antártica.
Pero para poner todo esto en un
adecuado contexto, es necesario
tomar un poco de distancia y reite-
rar la importancia que la ciencia y la
tecnología han adquirido, en este
particular instante de la historia de
la humanidad. A pesar de que nues-
106 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
tra civilización ha alcanzado alturas
sin precedentes en términos mate-
riales, y también espirituales, hay
muchas razones para estar preo-
cupados por el Futuro del Proyecto
Humano.
En efecto, ese proyecto enfrenta un
cúmulo de Amenazas Globales que
podrían desviar el curso de la senda
que conduce al progreso, de diver-
sas maneras y en distintos niveles.
Enfrentamos el Cambio Climático
como un fenómeno global. Pero
independiente de la versión par-
ticular que cada uno tenga y crea
respecto de ese cambio climático,
independiente del grado de res-
ponsabilidad que la humanidad
tenga en haber llegado a este es-
tado de cosas, e independiente de
cuánto finalmente nos afecte - o, in-
cluso, de cuánto, en algunos casos,
nos beneficie - ciertamente cam-
biará nuestros patrones de vida de
maneras que no aún no compren-
demos plenamente.
Y también hay otras amenazas que
no controlamos, porque vienen
desde fuera del planeta, desde el
espacio, como meteoritos u otros
objetos celestes cuya trayectoria
sea la Tierra, y debemos estar pre-
parados para desviarlos o neutrali-
zarlos.
Adicionalmente, hay amenazas glo-
bales que provienen del propio fun-
cionamiento de nuestras complejas
sociedades modernas: problemas
como los bolsones de pobreza que
aún subsisten en amplias zonas del
planeta, o de la sobrepoblación que
sufren esos mismos lugares u otros,
y que corroen la fluidez con que nos
gustaría conducir nuestras vidas.
En ese sentido, una amenaza par-
ticularmente peligrosa son los mo-
vimientos antiglobalización, que se
basan en la indignación moral fren-
te a ciertas situaciones que esos
grupos sienten que los afectan, co-
hesionados por una faceta clave de
nuestra mente, la psicología coa-
licional, a través de la cual tienden
a ver la interacción entre grupos
como si fueran juegos suma-cero,
ignorando que el progreso humano
se ha logrado construyendo juegos
suma positiva. El Futuro de Proyec-
to Humano y de nuestra Civilización
se basa en establecer juegos suma
positiva en nuestras interacciones,
sean éstas competitivas o coope-
rativas, y combatir la globalización
afecta la capacidad para trabajar de

manera conjunta y civilizada en be-
neficio de todos.
Para enfrentar esas amenazas y de-
safíos no podemos retroceder en el
tiempo, no podemos disminuir la
población humana a una fracción
de la actual, no podemos descen-
der nuestros avances tecnológicos
a etapas más primitivas. Es decir, no
tenemos más alternativa que seguir
adelante. Eso significa seguir utili-
zando a la Ciencia y la Tecnología
como las herramientas indispensa-
bles para combatir esas amenazas.
Requerimos desarrollar ambas si
queremos darle sustentabilidad al
Proyecto Humano hacia el futuro.
El siglo XXI se caracterizará por el
permanente impulso que tendrá
nuestra búsqueda de respuestas a
las preguntas fundamentales que
la humanidad se ha planteado por
siglos, y por el incesante desarrollo
y la activa utilización de tecnologías
de punta para crear valor, que nos
ayude a alcanzar nuestros anhelos
y deseos, por un lado, y a enfrentar
nuestros dilemas y amenazas glo-
bales por otro. Eso estará, sin duda,
en el corazón del siglo XXI.
Esa es la razón por la cual nuestros
dos Laboratorios Naturales únicos
ALVARO FISCHER | 107
son tan importantes, y también es
la razón por la que describir a Chile
en esos términos resulta tan inno-
vadoramente evocador.
Tanto el extremo norte como el ex-
tremo austral de nuestro país serán
parte de la fuerza que impulse el de-
sarrollo de la ciencia y la tecnología,
bases sobre las que se sustentará el
bienestar futuro de nuestro planeta
y de quienes lo habitamos. Así, en
el siglo XXI, Chile ofrece dos territo-
rios globales abiertos, en los cuales
construir, por medio de la ciencia, la
tecnología, el respeto por el plane-
ta, y una disposición colaborativa,
un Nuevo Capítulo del Proyecto de
Futuro de la Humanidad.
En el Norte tenemos los mejores
cielos del planeta para la observa-
ción astronómica, por la altura a la
que se pueden instalar los telesco-
pios, la claridad y sequedad de su
atmósfera, y la cantidad de noches
despejadas que allí se dan. Tanto
es así, que, para comienzos de la
próxima década, el norte de Chile
contendrá dos tercios de la capaci-
dad de recolección de datos astro-
nómicos que habrá en el mundo.
Algunos ejemplos: TAO (Tokyo Ata-
108 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
cama Observatory), el Great Mage-
llan Telescope, o GMT, en Very Large
Telescope VLT en Monte Paranal, el
European Extremely Large Telesco-
pe, o E-ELT, el más grande del mun-
do con un lente de 39 metros de
diámetro que se ubicará en cerro
Armazones, y en la planicie de Cha-
jnantor, a 5.000 metros de altura, el
LSST y ALMA, un conjunto de ante-
nas radiotelescópicas en el rango
milimétrico y sub-milimétrico, en-
tre otros.
Asimismo, las altas planicies del
desierto de Atacama, con sus tem-
peraturas extremas, la ausencia de
lluvia y su gran altura, constituyen
un excelente hábitat para estudiar
a los organismos extremófilos que
allí viven, para entender su evolu-
ción y los rasgos adaptativos que
les permitieron sobrevivir en esas
difíciles condiciones. Entender todo
eso correctamente es un gran desa-
fío científico, pleno de aplicaciones
importantes.
Y, además, el desierto de Atacama
es uno de los mejores lugares del
mundo para generar energía a par-
tir de la radiación solar. La cantidad
de días soleados, su gran altura, y la
intensidad de la radiación solar que
allí se recibe por unidad de super-
ficie, son excepcionalmente aptos
para generar energía eléctrica con
una altísima eficiencia. Una fracción
de un 1% de ese territorio puede,
en teoría, generar toda la energía
que Chile actualmente necesita.
Y como complemento a todo lo ya
dicho, el extremo norte se ha trans-
formado en un destino turístico de
clase mundial, representado por el
bello poblado de San Pedro de Ata-
cama, con sus increíbles paisajes,
compuestos de montañas, valles y
fauna endémica a la zona, así como
géiseres, lagunas y los observato-
rios astronómicos más espectacula-
res del planeta. El turismo, además,
se combina maravillosamente con
la vocación científica que le hemos
adjudicado a la región.
En el extremo sur, Chile ofrece la in-
mensa región Subantártica, un área
que ha sido declarada Reserva de la
Biósfera por la UNESCO, una de las
pocas que incluyen mar y tierra, en
la cual, por ejemplo, el Instituto Mi-
lenio de Ecología y Biodiversidad,
IEB, conduce importantes progra-
mas de investigación internaciona-
les tanto científicos como de ética
sustentable.
Esta privilegiada región alberga

ecosistemas únicos, incluidos la
mayor variedad de especies de lí-
quenes, musgos y hepáticas, consi-
derando la proporción de la super-
ficie del planeta que utilizan para
ello, una concentración impresio-
nante de bosques, los más austra-
les del mundo, y una combinación
de fitoplancton que absorbe CO2,
con abundante vida acuática y co-
rrientes marinas, todo lo cual forma
parte importante de los elementos
que determinan el clima y la tem-
peratura de la Tierra.
Esta es una región de una belleza
incomparable, llena de lagos, mon-
tes y glaciares, junto al glamur que
la sensación de “fin de mundo” le
confiere a quien la visita. Su cerca-
nía a la Antártica es otra razón por
la que resulta determinante en las
variaciones climáticas que se pro-
ducen en la Tierra, y sólo la inves-
tigación científica de punta podrá
determinarlo con precisión.
Pero, a su vez, este vasto territorio,
es también la puerta de entrada a la
Antártica. Chile se encuentra a tan
solo 1.000 kilómetros de la Antárti-
ca. Eso es menos de la mitad de la
distancia que hay desde Australia
o Nueva Zelanda a la Antártica, y
menos de un tercio de la que hay
ALVARO FISCHER | 109
desde Sudáfrica. Así, Punta Arenas
está naturalmente destinada a con-
vertirse en la capital científica de la
Antártica. Para ello, Punta Arenas ya
tiene a la Universidad de Magalla-
nes (UMAG), además de otros cen-
tros de investigación de excelencia,
así como las capacidades logísti-
cas para transformarse en el “hub”
mundial de la actividad científica
relacionada con la Antártica.
Asimismo, la Antártica es el con-
tinente donde la humanidad está
realizando uno de sus más audaces
experimentos sociales: destinar sus
14 millones de kilómetros cuadra-
dos solo a la investigación científica
sin que ningún país sea su dueño.
Ese es el corazón del tratado Antár-
tico, que todos los países han sus-
crito. Esto provee a la comunidad
científica nacional e internacional
de la inmensa oportunidad de ex-
traer información científica de ese
continente, y Chile está óptima-
mente posicionado para constituir-
se en un soporte fundamental de
ese esfuerzo.
Por ejemplo, es el conocimiento
que podemos obtener de la com-
prensión sobre las condiciones bajo
las cuales viven bacterias, ubicadas
a 3.000 metros de profundidad
110 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
bajo el hielo, y del análisis sobre las
adaptaciones necesarias para ello
ocurriera junto con la evolución
que lo permitió. Conocimiento que
es inmenso.
Pero Chile no es solo una posición
geográfica con Laboratorios Natu-
rales Únicos. Ofrece más que eso.
Ha logrado establecer una posi-
ción de creciente importancia en
la investigación científica mundial
como lo indica el Índice 2016, de la
prestigiada revista Nature, que lo
nominó como entre las estrellas na-
cientes, pues los gráficos de su tasa
de descubrimientos científicos han
tenido un importante salto. Ello se
debe, en parte, no menor, al hecho
que en el Norte la astronomía está
fuertemente establecida, y, tiene
un impacto mundial.
Pero, adicionalmente, el extremo
sur ha estado construyendo, por
años ya, la infraestructura necesaria
para la investigación científica, gra-
cias al trabajo infatigable de mucha
gente de la zona sumado a la visión
modernizadora de sus autoridades.
Como resultado de todo ello, la
Región tiene un gran plan de desa-
rrollo en esta materia. Varios de sus
componentes ya están instalados y
funcionando, mientras que otros se
encuentran en el proceso de hacer-
lo.
Es así como en la región hay dos
Centros de Excelencia de Investiga-
ción, con fondos de largo plazo: el
ya mencionado Instituto de Ecolo-
gía y Biodiversidad (IEB), y el Centro
de Excelencia en Biomedicina de
Magallanes (CEBIMA), además del
Instituto Antártico Chileno (INACH).
Los dos primeros están constru-
yendo nuevos y modernos edifi-
cios que albergarán sus centros
de investigación, que ya pueden
considerarse de clase mundial. El
CEBIMA estará en Punta Arenas,
conectado a la Universidad de Ma-
gallanes y a un importante grupo
de Universidades en Chile y en el
resto del mundo, lo que constituye
un fuerte núcleo de atracción para
científicos de todo el orbe a trabajar
y colaborar con él.
El Instituto de Ecología y Biodiver-
sidad tiene su Centro de Investiga-
ción en la Isla Navarino, en Puerto
Williams. Trabaja en estrecha cone-
xión con el Parque Etnobotánico
Omora, muy cerca de Puerto Wi-
lliams, y en estrecha relación con
la Universidad de Magallanes, la

Pontificia Universidad Católica de
Santiago y la Universidad de Chile.
Asimismo, tiene una privilegiada
asociación con la Universidad de
North Texas.
Realiza trabajo de campo con estu-
diantes, postdoctorados e investi-
gadores de todos los rincones del
mundo, y está a punto de comenzar
la construcción de un edificio icóni-
co, donde albergará sus actividades
en Puerto Williams. Este será cier-
tamente el centro de investigación
más austral del mundo, abierto a la
ciencia de todas partes del planeta,
sin considerar lo que se haga en la
Antártica.
Asimismo, Chile ha decidido invertir
en la conexión digital, mediante la
instalación de un cable submarino
de fibra óptica entre Puerto Montt y
Puerto Williams, que apoyará fuerte-
mente todo el trabajo científico que
se realice en la región. Esta conexión
podría luego proseguir a la Antártica,
y, desde ahí, a Australia, completan-
do de esa manera una robusta red
de conexión de Internet entre Lati-
noamérica y Asia, y de esa manera,
añadir una ruta redundante no tradi-
cional a la conexión de esas regiones
con el resto del mundo.
ALVARO FISCHER | 111
Finalmente, los planes de la Región
incluyen la construcción de un edi-
ficio icónico en Punta Arenas, en la
Punta Arenosa, junto al Estrecho
de Magallanes, lugar que le dio el
nombre a la ciudad, que represente
a la Antártica y al Instituto Antár-
tico Chileno. Así, la ciudad tendrá
un punto focal, que la instale en la
imaginación del mundo como la
verdadera puerta de entrada y ca-
pital científica del continente blan-
co, así como el Museo Guggenheim
de Bilbao y la Opera de Sydney se
transformaron en símbolos de sus
propias ciudades.
Adicionalmente, la región Suban-
tártica ofrece otras características
que la hacen particularmente atrac-
tiva al turismo de intereses especia-
les, tal como el extremo norte ya lo
es. Tiene, como ya dijimos, el gla-
mur del “fin de mundo”, así como la
belleza impresionante de sus paisa-
jes y geografía, tan bien capturada
por el mundialmente famoso Par-
que Nacional Torres del Paine.
También, un sustancial capítulo de
la historia de la navegación que ha
sido escrito en sus aguas, incluyen-
do el Cabo de Hornos, el Canal del
Beagle y el Estrecho de Magallanes.
112 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Asimismo, un capítulo importante,
aunque trágico, de la historia de la
antropología está relacionado con
esta región, pues sus cinco distintos
grupos étnicos están prácticamen-
te extintos, a pesar de sus notables
rasgos culturales.
Sin duda, un capítulo crucial de la
historia de la ciencia tuvo lugar en
esta zona, con la travesía del Beagle,
comandado por el capitán Fitz-Roy
y con Darwin a bordo. Vale la pena
recordar como el propio Darwin
describió ese viaje en su autobio-
grafía: “Ha sido, por lejos, el evento
más importante de mi vida, y deter-
minó toda mi carrera”.
De modo que esta Región combina
atracciones turísticas de clase mun-
dial con sitios emblemáticos de su
geografía, que tienen enorme sig-
nificado para los humanos que lo
visiten en el siglo XXI. Todo esto se
ensambla magníficamente con el
ambiente científico que Chile pre-
tende crear en él.
La cautivante idea de que Chile
sea visto como el país que alberga
y ofrece al mundo científico estos
dos Laboratorios Naturales únicos,
para extraer de ellos el conocimien-
to que encierran, es capaz de cap-
turar la imaginación del mundo,
simbolizados por los telescopios
del norte y las lupas del sur. Esta es
una idea chilena, pero que contie-
ne una tarea global. Pero es tam-
bién una idea para la Alianza del
Pacífico, para que ésta incorpore a
la ciencia como un ingrediente fun-
damental de su visión. Pero, sobre
todo, es una idea y una tarea para
darle un futuro más sustentable al
Proyecto de Civilización Humano,
que con tanto esfuerzo y, a lo largo
de tantas generaciones, hemos ido
construyendo entre todos.
LOS DESAFÍOS DE LA SEGURIDAD INTERNACIONAL
DERIVADOS DE LOS MAYORES NIVELES
DE INTEGRACIÓN SUBREGIONAL
Doctor en Relaciones Internacionales y Máster en Sociología
Universidad Nacional de Lanús • Universidad del Salvador y Universidad Austral, (Argentina)
Transitamos un sistema interna-
cional en constante evolución, en
el cual la agenda de la Seguridad
Internacional exhibe un alto grado
de heterogeneidad. Ese panorama,
que se verifica cotidianamente en
el plano global, se replica en los
niveles regional y subregional con
aristas particulares propias de estos
ámbitos geográficos. Precisamente
en estos dos ámbitos, merecen des-
tacarse dos desafíos que enfrentan
las naciones comprendidas dentro
de sus límites: por un lado, respec-
to a amenazas protagonizadas por
actores no estatales que se des-
pliegan espacialmente en modo
transnacional y aplican la violencia
en formatos asimétricos, se desta-
MARIANO BARTOLOMÉ
ca por su gravedad la criminalidad
organizada; por otra parte, desde
una perspectiva tradicional de cla-
ra matriz westfaliana, urge avanzar
en el campo de las arquitecturas de
seguridad.
Respecto a lo primero, conviene
recordar que mientras el mundo
enfocaba su atención en las gue-
rras de Afganistán e Irak, correla-
tos directos de la Guerra Global al
Terrorismo declarada por George
Bush(h) como respuesta a los aten-
tados terroristas del 11S, el intelec-
tual Moisés Naim alertaba sobre el
agravamiento de otro flagelo. Uno
menos visible que el terrorismo,
aunque con igual capacidad de
114 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
daño sobre la salud de Estados y so-
ciedades: el crimen organizado. En
ese sentido, instaba a la comunidad
internacional a adoptar urgentes
medidas para detener esa amenaza
en todas sus manifestaciones, aun-
que con énfasis en los tráficos de
drogas, armas, personas, propiedad
intelectual y dinero (Naím, 2003).
Pasados casi tres lustros, la amena-
za criminal no sólo no ha sido con-
trolada, sino que se ha agravado, a
juzgar por las fabulosas masas de
dinero que moviliza. Las estimacio-
nes más conservadoras, correspon-
dientes al think tank Global Finan-
cial Integrity (GFI), hablan de cifras
superiores a US$ 1 billón anual,
correspondiendo más del 30% de
ese total al negocio del cultivo, pro-
cesamiento (o fabricación), tráfico,
distribución y venta de drogas ile-
gales. Un cálculo de la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y
el Crimen (UNODC) eleva ese mon-
to hasta US$ 2 billones anuales,
computando solamente los movi-
mientos más lucrativos, también
con las drogas ilegales encabezan-
do el listado.
El continente americano, América
Latina en tanto región definida en
términos culturales, y América del
Sur como subregión, registran una
inserción plena en las redes glo-
bales de las drogas ilegales, como
resultado de la interacción de dife-
rentes factores. En primer lugar, el
monopolio de la producción de la
cocaína mundial a partir de planta-
ciones ilegales de coca situadas en
Colombia, Perú y Bolivia; segundo,
la producción de importantes vo-
lúmenes de cannabis, con Estados
Unidos y México en los primeros
lugares, aunque Colombia, Jamai-
ca y Paraguay ocupan posiciones
destacadas en este rubro; en tercer
término, una creciente elaboración
de drogas sintéticas, consolidán-
dose América del Norte como una
zona de alta importancia en ma-
teria de metanfetaminas; cuarto,
una no desdeñable producción de
heroína, en constante crecimiento,
destacándose México, Colombia y
-novedosamente- Guatemala; final-
mente, la consolidación de Estados
Unidos como principal mercado de
colocación de todas las drogas ile-
gales producidas en el hemisferio,
con particular énfasis en la cocaína,
absorbiendo cerca del 40% de la
producción global. También se ubi-
can en el continente americano el
segundo mercado nacional de con-
sumo de cocaína en términos abso-
lutos, Brasil con más de un millón

de consumidores. Adicionalmente,
Estados Unidos desempeña en los
esquemas del tráfico hemisférico el
estratégico papel de proveedor de
modernas armas a las organizacio-
nes criminales que desarrollan esos
ilícitos, particularmente las mexica-
nas y centroamericanas, con la con-
secuente erosión del monopolio
estatal del uso de la fuerza que esto
supone.
En la actualidad, los protagonistas
del negocio de las drogas ilega-
les en América Latina conforman
organizaciones complejas y disci-
plinadas, extremadamente eficien-
tes y con impresionantes recursos
económicos, de estructuras sólidas
y al mismo tiempo altamente per-
meables al cambio. Organizaciones
que, en muchos casos, no limitan
sus operaciones ilícitas a la cues-
tión de las drogas ilegales, explo-
tando otros negocios como el con-
trabando, el secuestro extorsivo, la
minería ilegal, la trata de personas,
el tráfico de armas, el juego clan-
destino o el turismo sexual. La masa
de dinero que mueve este negocio
criminal es exorbitante y está en di-
recto correlato con la evolución de
los precios con relación al alcance
global de las operaciones de co-
mercialización. En este sentido, se
MARIANO BARTOLOMÉ | 115
calcula que un kilogramo de cocaí-
na de máxima pureza puede ser co-
mercializado a escala minorista (el
llamado “narcomenudeo”) en una
capital sudamericana como Bogo-
tá, o Caracas, a US$ 5 mil; conforme
el tráfico aleja a la droga ilegal de su
lugar de procedencia, los precios al
consumidor continúan incremen-
tándose, pudiendo alcanzar ese ki-
logramo de cocaína más de US$ 15
mil en los estados meridionales de
Estados Unidos, y entre US$ 25 mil y
US$ 60 mil en una capital europea.
La mención a la comercialización
minorista de la cocaína de América
del Sur, en las grandes ciudades del
Viejo Continente, es un caso para-
digmático del fenómeno de “con-
vergencia” que varios especialistas
han venido señalando, en referencia
a la proliferación de redes ilegales
en cuyo funcionamiento coinciden
los intereses (sea por conveniencia
o por ambición) de diferentes acto-
res ilegales, criminales y terroristas,
quienes mantienen sus objetivos
iniciales (Stavridis, 2013). En el caso
que nos ocupa, el “narcoyihadismo”
es el formato que adopta el deno-
minado fenómeno de convergen-
cia, pues la droga sudamericana
fluye hacia el mercado europeo a
través de diversos países del Sahel
116 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
africano, donde se involucran en su
traslado organizaciones terroristas
salafistas, encuadradas en las redes
de Al Qaeda o Estado Islámico.
La cantidad de dinero que invo-
lucra el tráfico de drogas explica
tanto la corrupción que se gene-
ra en torno a estas actividades en
América Latina y el Caribe, como
los altos niveles de violencia que
se observan en esos espacios geo-
gráficos. Hoy las mayores amenazas
a la seguridad de los ciudadanos
latinoamericanos son formatos de
violencia procedentes de actores
no estatales, con particular énfasis
en organizaciones criminales trans-
nacionales y pandillas. La violencia
enraizada en el flagelo de las dro-
gas ilegales se expresa en un doble
sentido: por un lado, producto de
la puja entre organizaciones por el
control de áreas de cultivo, rutas
de tráfico y mercados de consumo
final, particularmente Estados Uni-
dos y Europa, en lo que el galo Alain
Labrousse denomina “geopolítica
de las drogas” (Labrousse, 2011);
por otro, en el enfrentamiento en-
tre esas bandas y el Estado, a través
de sus instituciones especializadas.
La UNODC ha calculado al prome-
dio global de homicidios violentos
en poco más de 6 casos cada cien
mil habitantes (6/00000), aunque
en el continente americano esa
tasa crece a más del doble, hasta
superar los 16/00000. El organismo
indica también que porcentual-
mente América es el continente
más violento del orbe, aportando el
36% de los decesos violentos regis-
trados a escala global, y que más de
un tercio de ese total era atribuible
a la criminalidad. No existen cifras
específicas respecto a América Lati-
na, por no configurar un área geo-
gráfica reconocida por los organis-
mos internacionales (que emplean
criterios geográficos antes que
culturales). Sin embargo, tomando
en cuenta cifras proporcionadas
por el PNUD, la tasa de homicidios
latinoamericana cuadriplica al pro-
medio mundial con unos 23/00000
y en este espacio tienen lugar más
del 40% de los asesinatos que ocu-
rren en el mundo, pese a contar
con menos del 10% de la población
mundial (Bartolomé, 2017).
Siempre en sintonía con lo indicado
en los últimos párrafos, América La-
tina ostenta hace bastantes años el
virtual monopolio de las ciudades
más violentas del mundo, tomando
como indicador los homicidios per-
petrados y considerando regiones
donde no se hallan en curso confla-

graciones armadas. En este sentido,
las mediciones anuales que realiza
el Consejo Ciudadano para la Segu-
ridad Pública y la Justicia Criminal
(CCSPJC) indican que, del conjunto
de las cincuenta urbes más violen-
tas de todo el globo, suelen encon-
trarse en América Latina las prime-
ras veinte, con alguna excepción
puntual que nunca se ubica en los
primeros cinco lugares.
El luctuoso escenario que pone
de manifiesto esa muy respetable
ONG mexicana se encuentra per-
meado por la criminalidad organi-
zada en general, particularmente el
narcotráfico. En este punto, deben
tenerse en cuenta el crecimiento
de los mercados de consumo loca-
les de droga, que propicia tanto el
surgimiento de carteles autóctonos
como la concurrencia de grupos
foráneos; la fragmentación de gran-
des cárteles y las pujas por sus mer-
cados; la constitución de nuevos
“nodos” (hubs) de comercialización
en lugares que otrora sólo eran co-
rredores de tránsito; y el incremen-
to de la corrupción estatal.
Lamentablemente, en forma simul-
tánea a las alzas de los niveles de
violencia, y de sus perjuicios econó-
micos, las percepciones de los ciu-
MARIANO BARTOLOMÉ | 117
dadanos –según se desprende de
serios y objetivos estudios- sugie-
ren la ineficacia de las estrategias
gubernamentales adoptadas de
cara a este fenómeno. Una enorme
mayoría de los latinoamericanos
consideran que en el lustro 2010-
2014 se incrementó el narcotráfico
en la región, simplificándose el ac-
ceso tanto al cannabis como a la
cocaína.
Todo este penoso cuadro de
situación conlleva importantes
perjuicios económicos para los
Estados involucrados. Hacia fines del
año 2015 el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), emitió un
primer reporte en el cual estimaba
esos costos en un promedio del 3%
del Producto Interno Bruto (PIB)
regional. La metodología empleada
consistió en discriminar entre
costos en “anticipación” al delito
(seguridad pública y privada),
costos como “consecuencia” del
delito (homicidios, lesiones, robos,
hurtos), y costos en “respuesta”
del delito (sistema de justicia
criminal, gastos de atención a
las victimas) (Jaitman, 2015).
Un segundo reporte del Banco,
publicado en el presente año 2017
y complementario del elaborado
anteriormente, aborda los costos
118 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
de la criminalidad en América
Latina discriminando entre costos
sociales, asociados a la pérdida de
calidad de vida por homicidios y
otros delitos violentos e ingresos
no generados por población
penitenciaria; costos incurridos por
el sector privado, referidos a gastos
de hogares y empresas centrados
en prevenir la delincuencia, y
servicios de seguridad; y finalmente
costos incurridos por el gobierno,
en relación con el gasto público
en el sistema de justicia penal, la
prestación de servicios policiales
y de administración de prisiones.
Como resultado de su investigación,
el Banco confirmó que los costos de
la criminalidad, como porcentaje
de PIB, promediaban el 3,5%
en América Latina y el Caribe,
fluctuando entre un 3% en el Cono
Sur y más del 4% en América Central
(Jaitman, 2017).
Como corolario de la descripción y
explicación de este primer desafío a
la seguridad subregional constitui-
do por la criminalidad organizada,
en tanto amenaza transnacional
protagonizada por actores no esta-
tales que aplican la violencia en for-
matos asimétricos, la Organización
de Estados Americanos (OEA) dise-
ñó tres vías diferentes para abordar
la cuestión de las drogas en el con-
tinente, como corolario de sus aná-
lisis prospectivos al año 2025.
Los escenarios difieren según se
ponga el acento en el fortaleci-
miento institucional y la coopera-
ción interestatal (Juntos), la expe-
rimentación con modificaciones
legales (Caminos) o la capacidad
de reacción ante el problema des-
de la comunidad (Resiliencia). Un
cuarto escenario (Ruptura) advier-
te sobre lo que podría ocurrir si no
se logra construir en el corto plazo
una visión hemisférica que permi-
ta sumar esfuerzos para enfrentar
el problema, respetando al mismo
tiempo la diversidad de sus países:
conductas crecientemente unilate-
rales, sin aunar esfuerzos ni consti-
tuir instancias de coordinación en-
tre naciones del continente (OEA,
2013).
La adecuada combinación de los
tres primeros escenarios los poten-
cia sinérgicamente y abre la puer-
ta a novedosas iniciativas que los
articulen, en los planos uni y mul-
tilateral. Creemos que esa es la vía
correcta para adoptar por los go-
biernos del continente, de cara a la
criminalidad organizada en gene-
ral, y en particular el tráfico de dro-
gas ilegales, en el corto y mediano
plazos.

En lo que se refiere a nuestro segun-
do desafío identificado, planteado
en clave westfaliana con énfasis en
el empleo del instrumento militar,
refiere a la conveniencia de avanzar
en el campo de las arquitecturas de
seguridad. En este sentido, pueden
distinguirse en nuestro hemisferio
tres etapas históricas, la primera de
las cuales se inicia a mediados del
siglo pasado y se prolonga hasta el
fin de la Guerra Fría. En este período
se implementó el llamado Sistema
de Seguridad Interamericano inte-
grado por la mencionada OEA, la
Junta Interamericana de Defensa
(JID) y el Tratado Interamericano de
Asistencia Recíproca (TIAR).
Este sistema de seguridad tuvo un
bajo nivel de eficacia durante su
período de funcionamiento, que
coincidió con la vigencia del en-
frentamiento Este-Oeste. Entre las
razones de ese fracaso se destacan
tres factores, remitiendo el prime-
ro de ellos a la existencia de pro-
fundas diferencias entre EE. UU. y
las naciones latinoamericanas, en
materia de seguridad: Washington
interpretaba las cuestiones hemis-
féricas de seguridad desde el punto
de vista ideológico, lo cual muchas
veces no era compartido por sus
socios latinoamericanos y del Cari-
be. Estas divergencias redundaron
en la inexistencia de un andamiaje
MARIANO BARTOLOMÉ | 119
institucional efectivo, susceptible
de contribuir a que los países ame-
ricanos generaran una percepción
de equilibrio estratégico en clave
cooperativa, que fuera más allá de
las capacidades militares de cada
uno de ellos (Bartolomé, 2010).
Un segundo factor por destacar
refiere a la vigencia, e incluso el
agravamiento, de numerosas pujas
geopolíticas basadas en cuestiones
de liderazgo, o en diferendos terri-
toriales de origen decimonónico,
sobre todo en América del Sur. La
competencia Argentina-Brasil evi-
denció lo primero; las díadas Argen-
tina-Chile, Chile-Perú, Chile-Bolivia,
Colombia-Venezuela y Ecuador-Pe-
rú ejemplificaron lo segundo. Esas
pujas contaban con el grado de con-
flictividad necesario para desem-
bocar, en caso de aparición de una
crisis con posterior escalada, en un
conflicto armado, cosa que efectiva-
mente ocurrió entre ecuatorianos y
peruanos.
Finalmente, el tercer factor de inci-
dencia en la baja efectividad del Sis-
tema de Seguridad Interamericano
apunta a las ambiguas relaciones
funcionales entre sus componen-
tes, al punto de poner en entre-
dicho la aplicabilidad misma del
concepto “sistema”. Apenas podía
argumentarse que el Tratado debía
120 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
ser convocado por la Organización,
cuyo Consejo Permanente actuaba
como mecanismo de consulta, para
todos sus aspectos de aplicación.
En un momento impreciso, que se
sitúa entre fines de los años 80 y
principios de la siguiente década,
coincidente con la finalización del
conflicto Este-Oeste, el escena-
rio hemisférico experimentó una
profunda modificación de signo
positivo, que sirvió de marco para
el desarrollo de la segunda etapa
histórica. Sin duda influyeron la
democratización de la mayoría de
las naciones latinoamericanas, que
facilitó el encauzamiento de las
compulsas bilaterales seculares por
la vía de la negociación (abonando
la tesis liberal conocida en el campo
teórico de las relaciones internacio-
nales como “Teoría de la Paz Demo-
crática”), y la recomposición de las
relaciones entre EE. UU. y América
Latina, producto de la superación
de las lecturas ideológicas deriva-
das de la Guerra Fría.
En el nivel multilateral, la profunda
crisis de representación en que se
encontraba sumido el sistema de
seguridad interamericano dio lugar
a un promisorio clima de coopera-
ción cuyo primer hito fue, en 1992,
la constitución en el seno de la OEA
de la Comisión Especial sobre Se-
guridad Hemisférica (CESH), que
tres años más tarde dejó su lugar a
la Comisión de Seguridad Hemisfé-
rica (CSH).
A través de un arduo proceso de
más de una década, cuyo momen-
to culminante fue la Conferencia
Especial de Seguridad Hemisférica
celebrada en el año 2003 en Méxi-
co, se consolidaron como valores e
intereses compartidos por todas las
naciones del continente el mante-
nimiento de la paz; la promoción de
los Derechos Humanos; el fortaleci-
miento y la consolidación demo-
cráticas; el desarrollo económico;
la equidad social y la integración
hemisférica en todos los órdenes.
Estos valores e intereses fueron ex-
plícitamente definidos por primera
vez en un documento elaborado
por la CESH un año después de su
constitución (OEA, 1993).
En lo que hace a la Conferencia Es-
pecial de Seguridad Hemisférica, su
documento final indicó que la arqui-
tectura de seguridad hemisférica de-
bía ser flexible y contemplar las par-
ticularidades de cada subregión y de
cada Estado. También agregó que los
acuerdos y mecanismos bilaterales y
subregionales de cooperación en
materia de seguridad y defensa son
elementos esenciales para fortalecer
la seguridad en el continente, pues

facilitan la identificación de amena-
zas comunes entre sus miembros
(OEA, 2003).
La tercera etapa histórica surge a
partir del cónclave en México y la su-
gerencia de la OEA de focalizar en los
elementos (históricos, geográficos y
estratégicos) compartidos entre paí-
ses de una región o subregión. Esto
revirtió la lógica “de arriba a abajo”
del proceso que hasta el momento
había seguido el organismo, por otra
“de abajo a arriba”, trabajando entre
un menor número de Estados defini-
dos por proximidad geográfica que
comparten sus enfoques primarios
sobre seguridad.
América del Sur había registrado
importantes avances en este plano,
destacándose por su importancia
su Segunda Reunión de Presidentes
realizada en Guayaquil a mediados
del año 2002. Allí se proscribió en
el espacio sudamericano el uso o la
amenaza del uso de la fuerza entre
los Estados, de conformidad con los
principios de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) y la OEA; di-
cho en otras palabras, América del
Sur en su conjunto se constituyó
como Zona de Paz, en el sentido de
un área geográfica cuyos miembros
reflejan valores compartidos (inclui-
da la democracia, entre otros) y deci-
den no competir entre sí en términos
MARIANO BARTOLOMÉ | 121
de realpolitik (Khalilzad, 1995).
Luego de la reunión de Guayaquil,
comenzó a trabajarse en materia de
Defensa en la efímera Comunidad
Sudamericana de Naciones (CSN).
Poco después esa iniciativa evolucio-
nó en la Unión de Naciones Sudame-
ricanas (UNASUR), en cuyo seno se
creó el Consejo de Defensa Sudame-
ricano (CDS) en marzo del año 2009
en Santiago de Chile. Conviene re-
cordar que el Consejo fue resultado
de la crisis política y diplomática que
estalló un año antes cuando se con-
sumó un ataque militar colombiano
contra un campamento de las insur-
gentes Fuerzas Armadas Revolucio-
narias de Colombia (FARC) situado
en la selva septentrional de Ecuador.
Cumplidos ocho años de funciona-
miento, el CDS no ostenta grandes
logros. Aun no se han dado pasos de
importancia en ninguno de los cua-
tro ejes que oportunamente definió
como prioritarios: políticas de De-
fensa; cooperación militar, acciones
humanitarias y Operaciones de Paz;
industria y tecnología de la Defensa;
finalmente, formación y capacita-
ción. Su futuro a corto y mediano pla-
zos se presenta incierto, sobre todo
a partir de las profundas diferencias
surgidas en su seno en torno a pre-
ocupaciones comunes (por ejemplo,
la crisis política en Venezuela y el cre-
122 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
ciente autoritarismo de su gobierno).
Como hemos planteado hace unos
años en esta misma ciudad (Barto-
lomé, 2010),1 la onsolidación de los
avances subregionales en el campo
de las arquitecturas de seguridad,
tomando como base al CDS, depen-
derá en buena medida de su baja
ideologización; de la superación de
“Dilemas de Seguridad” entre los
miembros, asociados a la “postura”
y “ventaja” de sus instrumentos mi-
litares (Jervis, 1996), y a la eventual
aparición de carreras armamentistas;
del mantenimiento de su autonomía
relativa frente a eventuales intentos
de cooptación por parte del algún
miembro, que pretenda capitalizarlo
en beneficio propio en el marco de
su política exterior; y de la capaci-
dad para alcanzar consensos y fijar
posiciones comunes en un contexto
signado por la heterogeneidad nor-
mativa y doctrinaria que se registra
en el plano de la Seguridad y la De-
fensa, con traducción directa en las
misiones y funciones de las Fuerzas
Armadas.
Los resultados parciales alcanzados
hasta hoy en estas cuestiones pue-
den calificarse como positivos. La
ideología ha permanecido al margen
1 Este artículo refleja la ponencia de igual título presentada y expuesta por el autor en el Seminario Internacional “Una
dimensión de la Seguridad Regional: armamentismo, gasto e inversión en Defensa”, Pontificia Universidad Católica de
Chile, Santiago de Chile, 13 de enero de 2010.
del Consejo, a pesar de ciertos inten-
tos en contrario por parte de algunos
miembros (en particular, Venezuela y
Bolivia); se han superado los dilemas
que una década atrás signaban los
vínculos Chile-Perú y Colombia-Ve-
nezuela; Brasil, único país con capa-
cidad para cooptar en beneficio pro-
pio al CDS, nunca ha dado muestras
de su interés en hacerlo; finalmente,
previsibles desentendimientos deri-
vados de la heterogeneidad norma-
tiva y doctrinaria que se registra en
el plano de la Seguridad y la Defensa,
han sido manejados de manera efi-
ciente constituyendo un consenso
en torno a los contenidos y alcances
de los conceptos Seguridad y De-
fensa (CEED, 2011), seguido por la
decisión de extraer la cuestión de las
drogas ilegales -tratada en la prime-
ra parte de este breve ensayo- de las
incumbencias del CDS (CEED, 2012).
El Centro de Estudios Estratégicos de
la Defensa –CEED- elevó al Consejo
de Defensa –CDS- en noviembre de
2011 el “Informe Preliminar acerca de
los Términos de Referencia para los
conceptos de Seguridad y Defensa
en la Región Suramericana”.
Por último, y, sobre todo, a mediano
plazo el éxito del Consejo estará su-

jeto a las expectativas generadas en
torno suyo. Si toma como vara de su
evolución y sus logros a iniciativas
más avanzadas, destacándose en
este caso la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN), la dimen-
sión de la brecha entre ambas insti-
tuciones podría hacer cundir el des-
MARIANO BARTOLOMÉ | 123
ánimo en la primera. Distinto es el
desenlace si se tiene en cuenta que
el CDS, con todas sus falencias y limi-
taciones, es más de lo que existió en
la subregión en cualquier otra época
de su historia, configurando así un
proyecto que vale la pena tratar de
fortalecer.
124 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES


BIBLIOGRAFÍA

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LA ANTÁRTICA: UNA VISIÓN MARÍTIMA1

MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS

Almirante • Presidente Liga Marítima de Chile

La Liga Marítima es una Corporación sin fines de lucro y apolítica, con más de
100 años ininterrumpidos de vida, fomentando la conciencia marítima. Que-
remos hacerles ver a los chilenos la importancia que tiene el mar en nuestro
desarrollo como nación.

1. Introducción El continente antártico, también

llamado “séptimo continente”, tie-
A modo de introducción presentare- ne forma casi circular y está ubi-
mos tres aspectos: una visión gene- cado entre los 60° Sur y el Polo,
ral del continente antártico, algunos abarcando una superficie de 14
hitos de la presencia de Chile en esa millones de km2, lo que equivale
región y las reclamaciones de sobe- a dos veces la superficie de Aus-
ranía realizadas por distintos países, tralia y 1,6 veces la de Brasil.
incluyendo al nuestro.
Su relieve montañoso es más bien
a) Visión del continente antártico bajo, siendo su mayor altura de

1 Este artículo corresponde a la presentación que el Almirante Miguel Vergara, en su calidad de Presidente de la Liga Maríti-
ma, realizó en III Congreso Internacional de ACHEI, celebrado entre el 27 y 29 de noviembre de 2017, el cual será incluido,
a su vez, en la Revista “Mar” de la Liga Marítima en la edición de fines de 2018.
126 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
2.040 metros. Está cubierto de hie-
lo en un 98% de su superficie. La
altura media del casquete de hielo
es de 500 metros, superando los
3.000 en algunas partes.
• Se estima que constituye más
del 70% de la reserva de agua
dulce del planeta.
• Si se derritiera por completo
provocaría un cataclismo, pues
la superficie del mar subiría
más de 50 metros.
El clima es muy severo, registrán-
dose vientos de hasta 150 km/hr y
temperaturas bajo los 80° C. Es un
continente deshabitado, pero po-
see una variada y rica fauna, flora
y vida marina, que conforman un
ecosistema muy frágil. Afortuna-
damente existe conciencia de que
debemos cuidarlo y protegerlo.
Fig. N° 1: Distancias al continente antártico.
b) Hitos de la presencia chilena
Chile tiene la ventaja de ser el país
más cercano al continente antár-
tico; la sola geografía nos ofrece
derechos irrefutables (Fig. N°1). La
historia también afirma nuestra
vocación antártica, pues desde el
periodo colonial existen antece-
dentes que avalan nuestros dere-
chos.
Centrándonos únicamente en
el período como república in-
dependiente, ya a principios del
XIX había presencia de privados
chilenos en la Antártica, dedica-
dos a la caza de lobos, focas y
ballenas. Además, existen otros
hitos que valdría la pena men-
cionar:
• En 1892 el Gobierno de Chile
dictó una ordenanza que re-
glamentaba la pesca y caza
en los mares australes.
• En 1902 se otorgó a don Pe-
dro Benavides la concesión
desde las islas Diego Ramírez
al Sur.
• En 1906 se constituyó la So-
ciedad Ballenera Magallanes

para cazar lobos, focas y ba-
llenas en los mares australes.
• En 1916, en pleno invierno, el
Piloto Luis Pardo Villalón, al
mando de la escampavía Yel-
cho, realizó el exitoso rescate
de la expedición de Schac-
kelton, en la isla Elefante.
• En 1940 por Decreto Supre-
mo N° 1.747 del Ministerio
de RR. EE., se declara como
territorio antártico chileno el
casquete comprendido entre
los meridianos 53° y 90°, que
supera en 1,6 veces nuestro
territorio continental (Fig. N°
2).
• En 1948 el Presidente Gonzá-
lez Videla visita la Antártica
(Base Arturo Prat). Fue el pri-
mer mandatario en el mundo
en pisar ese continente.
• En 1964 se crea el Instituto
Antártico Chileno (INACH),
cuya sede fue trasladada a
la ciudad de Punta Arenas el
año 2003.
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 127
• En 1965 se crea la comuna
Antártica; y en 1975 la pro-
vincia Antártica chilena.
• En 1969 el presidente Eduar-
do Frei Montalva visita la An-
tártica. En 1977, lo hace el
presidente Pinochet, quien
repite su visita en 1984.
• En 1969 el presidente Eduar-
do Frei Montalva visita la An-
tártica. En 1977, lo hace el
presidente Pinochet, quien
repite su visita en 1984.
• En 1984 dos aviones Twin Ot-
ter de la Fuerza Aérea vuelan
desde Punta Arenas a la base
Scott-Admudsen, cubriendo
4.627 kilómetros, culminando
con la instalación de una ban-
dera chilena en el polo Sur.
Los hitos que hemos esbo-
zado, que no agotan nues-
tra actividad asociada con la
Antártica, constituyen prue-
ba más que suficiente de
nuestra vocación y voluntad
antártica, y justifican nuestra
reclamación de soberanía.
128 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Fig. N° 2: Territorio antártico reclamado por
Chile.
c) Reclamaciones antárticas
Sin embargo, no solo Chile tuvo
la idea de reclamar para sí so-
beranía en la Antártica. Antes, a
principios de siglo XX, lo había
hecho Inglaterra, que en 1923 le
entregó a Nueva Zelandia par-
te del sector que reclamaba; y,
en 1933, traspasó otro sector a
Australia. Por su parte, en 1924,
Francia reclama la “Tierra de
Adelaida”, precisando su delimi-
tación en 1938. Noruega recla-
ma un sector en 1940.
Dos años después que Chile
(1940) lo hace Argentina (1942),
reclamando soberanía en un
sector que, en parte, se sobre-
pone con el nuestro y también
con el territorio que demanda el
Reino Unido. Del conjunto de las
reivindicaciones territoriales en
la Antártica, solo Chile, Argenti-
na e Inglaterra tienen sectores
que se traslapan (Fig. N°3).
Fig. N° 3: Superposición de reclamaciones
Esta situación en un momento
se tornó bastante tensa; inclu-
so Inglaterra llegó a despachar
un crucero a la Antártica, para
afianzar su soberanía.
Tampoco estuvieron ajenas las
tensiones entre Chile y Argenti-
na por el tema antártico, las que
afortunadamente nunca pasa-
ron a mayores.
2. Normativa antártica
En este apartado veremos algunas
cuestiones relacionadas con el
Tratado Antártico, el sistema que
conforma con otras normativas y
la manera cómo Chile expresa su

vocación antártica, a través de una
Política, una Estrategia y un Progra-
ma antártico.
a) Tratado antártico
Al término del Año Geofísico
Internacional, en 1958, EE. UU.
invitó a los 12 países participan-
tes en esa actividad, a una “Con-
ferencia sobre el futuro de la
Antártica”, que sería el germen
de lo que después de complejas
deliberaciones terminaría en el
Tratado Antártico, que se firmó
en 1959 y entró en vigencia en
1961, con una duración de 30
años. En 1991, su vigencia se
prorrogó indefinidamente.
Los países signatarios fueron:
Argentina, Australia, Bélgica,
Chile, EE. UU., Francia, Inglate-
rra, Japón, Noruega, Nueva Ze-
landia, Rusia y Sudáfrica. A estos
doce signatarios iniciales se han
ido agregando otros, en calidad
de “consultivos” (con derecho a
voz y voto), o bien como “adhe-
rentes” (solo con derecho a voz).
Actualmente integran el Tratado
53 países, 29 en calidad de con-
sultivos y como 24 adherentes.
En general el Tratado dispone que:
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 129
• La Antártica se usará exclusi-
vamente para fines pacíficos,
se prohíbe toda medida de
carácter militar. Su área de
jurisdicción es a partir de los
60° Sur.
• El personal y/o equipo mili-
tar se podrá emplear única-
mente para investigaciones
científicas y cualquier otro
fin pacífico.
• Facilitar y promover la coo-
peración científica interna-
cional.
• Preservar y conservar los re-
cursos vivos antárticos (Re-
serva natural).
• Todas las instalaciones, equi-
pos, buques y aeronaves es-
tarán sujetos a inspección.
En cuanto a reivindicaciones
territoriales, en el artículo 4° se
establece que:
• Ninguna de las disposicio-
nes del Tratado se entenderá
como una renuncia o menos-
cabo a cualquier fundamen-
to de reclamación de sobera-
nía.
130 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
• Ninguna actividad realizada
durante la vigencia del Tra-
tado constituirá fundamento
para hacer valer derechos de
soberanía en la región.
Es decir, actualmente solo siete
países tienen reclamaciones de
soberanía: Argentina, Australia,
Chile, Francia, Inglaterra, Norue-
ga y Nueva Zelandia. No obstan-
te, por efectos del Tratado tales
reclamaciones están “congela-
das”.
b) Sistema antártico
Al Tratado Antártico gradual-
mente se le han ido agregando
recomendaciones y acuerdos,
tendientes a la preservación del
ecosistema, cuyo conjunto se
denomina el “Sistema Antártico”.
Los principales componentes de
este sistema son:
• El Acuerdo para la Conserva-
ción de la Fauna y Flora An-
tártica (1964).
• La Convención para la Con-
servación de las Focas Antár-
ticas (CCFA) (1972).
• La Convención para la Con-
servación de los Recursos
Vivos Marinos Antárticos
(CAME LAR) (1980).
• La Convención para la Re-
glamentación de las Activi-
dades sobre Recursos Mine-
rales Antárticos(CRAMRA)
(1988).
• El Protocolo al Tratado An-
tártico sobre Protección del
Medio Ambiente (Protocolo
de Madrid) (1991).
Todas las Recomendaciones,
Medidas, Decisiones y Resolu-
ciones que integran el Sistema
Antártico se adoptan consen-
suadamente en las Reuniones
Consultivas que, desde 1994, se
celebran anualmente.
c) Política Antártica de Chile
Nuestra Política Antártica, próxi-
ma a ser actualizada, identifica
los principios, las prioridades y
la manera en que Chile expresa
su vocación antártica. Sus prin-
cipales objetivos son:
• Proteger y fortalecer nues-
tros derechos, basados en
claros fundamentos geográ-

ficos, históricos y jurídicos,
respetando fielmente el Tra-
tado Antártico.
• Fortalecer y acrecentar la
influencia de Chile en el Sis-
tema del Tratado Antártico,
participando activa y efecti-
vamente.
• Fortalecer la instituciona-
lidad antártica en el país,
entre otros aspectos, poten-
ciando al Consejo de Política
Antártica como ente planifi-
cador y coordinador de las
actividades antárticas.
• Preservar la Antártica como
zona de paz y como reserva
natural.
• Contribuir a conservar los
recursos vivos marinos y la
pesca.
En lo que se puede asociar con
una visión marítima, la Política
Antártica establece que Chile
aspira a ser país-puente con el
continente helado, en los aspec-
tos logísticos, científicos y turís-
ticos. Así, se abocará a:
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 131
• Desarrollar la infraestructura
necesaria en la XII Región de
Magallanes y Antártica para
que Chile se constituya en
país-puente a la Antártica.
• Fomentar la cooperación in-
ternacional en los ámbitos po-
líticos, logísticos y científicos.
• Promover un turismo contro-
lado en el territorio antártico.
La Política, que en principio se
actualiza cada doce años, es
promulgada por el Consejo de
Política Antártica, que preside el
Ministro de RR. EE. y está integra-
do por los ministros de Defensa,
Hacienda y Medioambiente.
d) Plan estratégico y programa
antártico
A partir de la Política se elabo-
ra el Plan Estratégico, que tiene
un horizonte de cuatro años. De
este último se deriva, a su vez, el
Programa de Actividades Antár-
ticas, que dispone las tareas que
desarrollarán los “Operadores
Antárticos” durante el año de vi-
gencia de ese programa.
132 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Los Operadores Antárticos lo
conforman las tres ramas de la
Defensa y el Instituto Chileno
Antártico (INACH); y materiali-
zan las actividades dispuestas
en el programa anual de activi-
dades.
• El Estado Mayor Conjunto
(EMCO) planifica y coordina las
actividades logísticas de las tres
ramas de las FF. AA. en la Antár-
tica.
• El INACH programa y coordina
las actividades científicas que se
desarrollarán en terreno.
Toda esta planificación de doce,
cuatro y un año debería estar
amparada por una ley, que le
otorgue un marco legal al am-
plio espectro de actividades
que se realizan en la Antártica.
Lamentablemente, el proyecto
de ley espera su turno en el Con-
greso desde hace cuatro años.
Otra deficiencia relevante de la
planificación es que, no siempre,
se cuenta con el financiamiento
suficiente para realizar las tareas
programadas. Queda la impre-
sión que, a veces, se espera que
las FF. AA. asuman algunas ta-
reas con su presupuesto normal
de operación. Como esto no es
posible, hay actividades que no
pasan de ser una declaración de
buenas intenciones.
Asociado a la visión marítima,
en tanto País-Puente, el Plan Es-
tratégico recoge lo dispuesto en
la Política Antártica en cuanto al
desarrollo de la infraestructura
en la XII Región, el fomento de
la cooperación internacional, en
los aspectos logístico-científi-
cos, y la promoción de un turis-
mo controlado.
3. Presencia de Chile en la Antártica
Veremos ahora cuáles son las Ba-
ses permanentes y temporales que
Chile posee en la Antártica, además
de las varias tareas del ámbito ma-
rítimo que realiza la Armada en el
continente helado.
a) Bases permanentes y
temporales
La presencia física de Chile en
la Antártica se materializa me-
diante las Bases permanentes y
temporales (Fig. N° 4), todas ubi-
cadas dentro del casquete en el
que reclamamos soberanía, en

la península Antártica, en la de-
nominada “Tierra de O’Higgins”.
Resumidamente, ellas son:
• En 1947 se estableció la base
Arturo Prat de la Armada.
• En 1948, la base O’Higgins a
cargo del Ejército.
• En 1951, la base Presidente
Gabriel González Videla, de
la Fuerza Aérea, la que fue
desactivada en la década de
los 60 y vuelta a activar como
base temporal el 2003.
• En 1955 se crea la base Pedro
Aguirre Cerda, de la Fuerza
Aérea, que fue destruida por
la erupción volcánica en la
isla Decepción, en 1967-68.
• Desde 1984 la Fuerza Aérea
centró su esfuerzo en Villa
las Estrellas, donde opera el
aeródromo Teniente Rodolfo
March.
• En 1969 se creó el Centro
Meteorológico Presidente
Eduardo Frei, al weste de la
isla Rey Jorge, en las Shetland
del Sur. Gradualmente este
Centro fue creciendo hasta
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 133
transformarse en la mayor
base chilena y una de las más
grandes de la Antártica. Ac-
tualmente comprende:
- Villa las Estrellas, fundada
en 1984. Cuenta con una
escuela que imparte toda
la enseñanza básica, co-
rreo, banco, hospital y un
pequeño supermercado.
- El aeropuerto Teniente
Marsh, que, con una pista
de 1.300 metros de largo,
es el principal terminal aé-
reo en ese sector del terri-
torio antártico.
- La base Escudero del Ins-
tituto Chileno Antártico
(INACH), creada en 1994.
- La Capitanía de Puerto en
Bahía Fildes, establecida
de manera temporal, en
1985, y permanentemente
a contar del año 2006.
Además, gradualmente, se
han ido creando varias Es-
taciones y Refugios tempo-
rales, que operan solo en la
temporada estival.
134 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Fig. N° 4: Presencia de Chile en la Antártica
La Estación temporal más reciente
y la única que se adentra hacia el
Polo es la “Estación Glaciar”, creada
el 2013, operada en conjunto por las
tres ramas de la Defensa y el INACH.
c) Actividades marítimas
En la Antártica, en el ámbito
propiamente marítimo, la Arma-
da debe velar por tres aspectos
específicos:
• La seguridad de la navegación
• El Control del Tráfico Marítimo
• La fiscalización pesquera
Para cumplir estas actividades (Ver
Fig. N° 5), se apoya en:
• La Base permanente “Arturo
Prat”, que tiene una dotación
de 9 personas.
• La Gobernación Marítima en
bahía Fildes, que funciona
de manera permanente, en
la misma Base Eduardo Frei.
Cuenta con una dotación de
8 personas, la que en verano
se duplica para absorber la
mayor actividad marítima.
• La Capitanía de Puerto de ba-
hía Paraíso, que funciona en
las instalaciones de Estación
temporal de la Fuerza Aérea,
Presidente González Videla,
con una dotación de hasta 8
personas, entre los meses de
diciembre a marzo.
• La Alcaldía de Mar de rada
Covadonga. También es tran-
sitoria y opera en la Base
O´Higgins, con una sola per-
sona, durante los meses de
verano.
Fig. Nº 5: La Armada en la Antártica

c) Seguridad para la navegación
La seguridad para la navega-
ción demanda frecuentes ob-
servaciones meteorológicas y
su oportuna difusión, a los bu-
ques y yates que navegan en el
área. Asimismo, exige instalar y
mantener la debida señalización
marítima. En el sector antártico
chileno existen 67 señales de
ayuda a la navegación (Fig. N° 6).
Por su parte, los levantamientos
hidrográficos, responsabilidad
que la Armada ha asumido en
el contexto del Tratado Antár-
tico, también contribuyen a la
seguridad de la navegación.
Cabe mencionar un trabajo hi-
drográfico especial que se vie-
ne desarrollando desde el año
2006, para definir la proyección
de la Plataforma Continental
en el sector antártico en el que
Chile reclama soberanía. El pla-
zo para presentar a la ONU los
fundamentos que avalan la pro-
yección de la plataforma, vence
a fines del año 2019. Cabe hacer
presente que Argentina realizó
su presentación el año pasado.
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 135
Fig. N° 6: Señalización marítima
d) Control del tráfico marítimo y
fiscalización pesquera
Las responsabilidades marítimas
de la Armada en la Antártica, no
se agotan en las tareas propias
de la seguridad a la navegación.
En efecto, la Gobernación Maríti-
ma de bahía Fildes, la Capitanía
de Puerto de bahía Paraíso y la
Alcaldía de Mar de rada Cova-
donga, también ejercen tareas
de Control del Tráfico Marítimo
que circula por su sector de vigi-
lancia.
Paralelamente, la Armada rea-
liza periódicas Fiscalizaciones
Pesqueras, en cumplimiento a
la Convención para la Conser-
136 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
vación de los Recursos Marinos
Vivos Antárticos (CCAMLR). En
Fig. N° 7: Patrulla naval antártica Chile-
Argentina
la Su misión es salvaguardar la
vida humana en las aguas an-
tárticas, al Sur del paralelo 60° y
entre los meridianos 010° y 131°
Weste (Fig. N°7). Se han cumpli-
do ya 17 años ininterrumpidos
realizando esta tarea.
Participan dos remolcadores de
Alta Mar o Patrulleros, uno por
cada país, especialmente tem-
porada 2015-2016, se patrulló
un área de casi 14.000 km2,
navegando alrededor de 4.000
millas y se inspeccionaron dos
buques, no encontrándose no-
vedades.
• Patrulla antártica naval com-
binada
Mención especial merece la Pa-
trulla Antártica Naval Combina-
da (PANC), que realiza la Armada
de Chile, en conjunto con la Ar-
mada Argentina, durante el pe-
ríodo estival.
condicionados para navegar en
aguas antárticas.
Realizan ejercicios conjuntos, y
se van alternando en la mar por
períodos de 35 días.
Han contribuido al salvataje y
auxiliado a varios buques en es-
tos 17 años de actividad (Fig. N°
8).
• Apoyo logístico
Una importante tarea que Chile
ha asumido en su Política Antár-
tica, consecuente con su visión
de ser “País-Puente”, ha sido el
Apoyo Logístico para el trans-
porte de carga y pasajeros al
continente Antártico.

Fig. N° 8: Actividades de salvataje
Para la mayoría de los países no
es factible arribar directamen-
te a la Antártica, debido a que
la distancia impone un apoyo
logístico previo. Además, hay
países que no tienen los medios
de transporte para acceder a la
Antártica. En cambio, Chile, por
su proximidad a ese continen-
te, por tener una base logística
en Punta Arenas, y un aeródro-
mo en la Antártica (Teniente
Marsh), está en condiciones de
prestar un eficiente apoyo lo-
gístico.
En los últimos cinco años la
Armada ha prestado apoyo de
distinta magnitud a un total de
veinticuatro Operadores Antár-
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 137
ticos, de un número similar de
países. A esto hay que sumar
el transporte marítimo que se
brinda a los “Operadores” nacio-
nales. Esta actividad demanda
un importante esfuerzo en per-
sonal, en millas navegadas y ho-
ras de vuelo.
Obviamente, para tener y po-
der ofrecer un Apoyo Logístico
eficiente se requiere contar con
un buque Rompehielos acorde
con las demandas. El buque ya
se está construyendo en ASMAR,
en Talcahuano, y se espera que
esté operando el año 2021. Al-
gunas de sus características se
indican en la figura N° 9.
Fig. N° 9: Principales características del futu-
ro rompehielos
138 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
4. Desafíos antárticos
El principal desafío de Chile, en el
corto y mediano plazo, es consti-
tuirse y ser reconocido internacio-
nalmente como la puerta de entra-
da al territorio antártico. Para ello se
ha programado desarrollar algunos
proyectos en Punta Arenas. No obs-
tante, todavía la puerta es dema-
siado angosta y se requieren otros
proyectos complementarios. A con-
tinuación, analizaremos la “Puerta
de entrada” y la “Puerta estrecha”.
a) Puerta de entrada
Como hemos dicho, nuestra Po-
lítica Antártica apunta a que Chi-
le sea la “puerta de entrada” al
continente helado, tanto para el
turismo como para la carga con
destino a la Antártica. Y se han
dado algunos pasos positivos en
esa dirección. Cabría mencionar
al menos tres proyectos:
- Terminal Internacional de Pasa-
jeros (TIP), en las proximidades
del muelle Prat, en Punta Arenas,
que se espera esté operando el
año 2020.
- Nuevo Aeropuerto Internacio-
nal, Presidente Carlos Ibáñez,
estará listo a contar del 2022,
oportunidad en que se iniciará
una nueva licitación.
- Centro Antártico Internacional,
que pretende ser un lugar de
acogida para científicos de todo
el mundo, interesados en el con-
tinente antártico. Además de ser
un lugar de atracción turística.
• Terminal Internacional de pa-
sajeros (Fig. N° 10)
Se prevé que la recientemente
finalizada ampliación del muelle
Arturo Prat permitirá la recalada
de cruceros de mayor tamaño, lo
que incrementará el flujo de pa-
sajeros. Por tal razón se activó el
proyecto para construir un Ter-
minal de Pasajeros. A principios
de este año se eligió al ganador
del concurso de diseño del ante-
proyecto, cuya materialización
significará un desembolso de
USD 10 millones. La idea es que
el Terminal sea parte integral de
la remodelación del barrio puer-
to que realizará la Municipali-
dad.
A la vez que el Terminal de Pasa-
jeros, será un centro de eventos
y, complementariamente, tendrá

locales comerciales, de artesanía,
gastronomía, etc. vehículos. Se prevé que la super-
La intención es inaugurarlo el
año 2020, con ocasión de la con-
memoración de los 500 años del
descubrimiento del Estrecho de
Magallanes.
Fig. N° 10: Terminal Internacional de Pasajeros
Fig. N° 11: Nuevo Terminal Aeroportuario
• Nuevo terminal aeroportua-
rio (Fig. Nº 11)
La creciente demanda, que ya
alcanzó el millón de pasajeros
por año, obligará a relicitar, el
año 2019, la concesión del aero-
puerto Carlos Ibáñez del Campo,
en Punta Arenas. Su ampliación y
mejoramiento considera aumen-
tar de tres a cinco las mangas
para aeronaves. Y de 441 a 578 el
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 139
número de estacionamientos de
ficie construida aumentará en un
100%, alcanzando 13.000 m2. El
monto de la inversión prevista
asciende a USD 46 millones. El
modernizado aeropuerto debe-
ría estar operando a contar del
2022.
• Centro Internacional Antárti-
co (Fig. N° 12)
Este ambicioso proyecto va en la
línea de consolidar a Chile como
país antártico y a Punta Arenas
como la puerta de entrada a ese
continente. Recientemente se
dio a conocer al ganador del pro-
yecto de arquitectura.
Considera una construcción de
19.000 m2, con una doble fun-
ción. Una parte abierta al público
y otra más privada para la inves-
tigación científica.
140 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Contará con una sala que dará
cuenta de la historia evolutiva de
la Antártica, mediante acuarios
y otras exhibiciones. Tendrá un
centro interactivo y un auditorio
para 600 personas.
Estará ubicado en “Punta Areno-
sa” en el sector de Bahía Catalina,
con vista panorámica al Estre-
cho. Se espera que esté construi-
do a fines del 2022, para acoger a
científicos de todo el mundo, de
ida o de vuelta a la Antártica.
Fig. N° 12: Centro Antártico Internacional
b) Puerta estrecha
Así como hemos logrado avan-
ces para consolidarnos como
“País-Puente” a la Antártica en los
aspectos logísticos, científicos y
turísticos, también se perciben
algunas deficiencias en infraes-
tructura portuaria y aeroportua-
ria. Veremos brevemente la si-
tuación en Punta Arenas, Puerto
Williams y territorio antártico.
• Punta Arenas
Descontando el terminal de
transbordadores a Puerto Nata-
les, en Punta Arenas existen dos
terminales de eventual interés
antártico.
El muelle Arturo Prat, en el cen-
tro de la ciudad, que, con la re-
ciente ampliación, que tuvo un
costo de US$ 13 millones, podrá
recibir naves de hasta 250 me-
tros de eslora.
El terminal Santos Mardones,
que entró en operaciones en
1995, ubicado en el sector de
Bahía Catalina, a 5 kilómetros de
la ciudad. Posee 336 metros li-
neales de atraque y es apto para
buques de hasta 250 metros de
eslora y 14 metros de calado.
Sin embargo, para ser puerta de
entrada al continente antártico, y
también para el desarrollo de la
región, se hace imperativo con-
tar con un puerto con capacidad
para recibir simultáneamente al
menos a dos buques post-Pana-
max. En definitiva, Punta Arenas

presenta un déficit de frentes de
atraque, cuya solución requiere
de una inversión mayor.
Existe en ciernes un proyecto
para construir una dársena que
ofrezca aguas abrigadas, para
que eventualmente dos o tres
buques antárticos puedan “in-
vernar”.
• Puerto Williams
Pese a que últimamente se han
hecho algunos esfuerzos por po-
tenciarlo, Puerto Williams sigue
siendo una aldea, comparativa-
mente con su vecina Ushuaia. Si
bien es ambicioso pensar en un
puerto para cruceros, al menos
debería contar con un sitio donde
puedan atracar esos buques, que
usualmente viajan con pasajeros
de la 3ª y 4ª edad. También es
necesario mejorar el aeropuerto
Guardiamarina Zañartu, alargan-
do la pista y construyendo un ter-
minal de pasajeros más digno.
El título de capital de la Provincia
Antártica Chilena, no se condice
con lo que Williams es en la rea-
MIGUEL A. VERGARA VILLALOBOS | 141
lidad. Por años, el peso del desa-
rrollo en ese poblado recayó en
la Armada, pero eso ya es una
etapa superada. La responsabili-
dad hoy es del Estado.
• Territorio antártico
Es indudable que para ser “puer-
ta de entrada” a la Antártica, no
solo se requieren buques, sino
también aviones. Por tanto,
urge modernizar la Base Tenien-
te Marsh, que es el punto más
austral frente a Chile, en el cual
se puede aterrizar con seguridad
en la Antártica. No hay otro aeró-
dromo en el área donde puedan
aterrizar aviones sin esquís.
Asimismo, se requiere construir
un pequeño muelle para embar-
caciones menores, para carga
y pasajeros en Bahía Fildes, de
modo de facilitar el aprovisio-
namiento de la Base Presidente
Eduardo Frei, que en período
estival alberga a más de 100 per-
sonas. En principio, su construc-
ción está planificada iniciarla la
próxima comisión a la Antártica
(2017-2018).
142 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Conclusiones
Respetando fielmente el Tratado
Antártico, Chile por geografía y por
historia tiene derechos y vocación
antártica. El mar es la vía natural de
acceso para reafirmar tales derechos
y para que efectivamente seamos
reconocidos internacionalmente
como puerta de entrada a ese con-
tinente. A la fecha, la concreción de
ese anhelo es de dulce y agraz.
De dulce, porque tenemos una im-
portante presencia física en el cas-
quete en el que reclamamos sobe-
ranía. De agraz, porque estamos en
la periferia, exceptuando la Estación
temporal “Glaciar Unión” creada el
2013.
De dulce, porque tenemos una Po-
lítica Antártica que expresa nuestra
voluntad de ser “País-Puente” hacia
la Antártica, en lo logístico, cientí-
fico y turístico, con una estrategia
y un programa anual consecuente
con esa visión. Y con un nuevo y
moderno buque rompehielos ya en
construcción. De agraz, porque no
siempre se dispone de suficiente
financiamiento para concretar las
tareas programadas.
De dulce, porque gradualmente se
está desarrollando en Punta Arenas
la infraestructura necesaria para
transformarnos en “País-Puente”
a la Antártica. Así, por ejemplo, el
Terminal Marítimo de Pasajeros, la
modernización del aeropuerto Car-
los Ibáñez y el Centro Antártico In-
ternacional. De agraz, por déficit de
sitios de atraque en Punta Arenas y
Puerto Williams, por la ausencia de
un muelle de carga en bahía Fildes,
porque falta modernizar los aero-
puertos Guardiamarina Zañartu de
Puerto Williams y Teniente Marsh de
la Antártica.
EL CONTINENTE ANTÁRTICO Y SUS DESAFÍOS
Abogado (UC), Magister en Derecho (UCEN) • Embajador ® del Servicio Exterior Profesor
Titular de Derecho Internacional • U. Central y otras Universidades
El Continente Antártico representa
uno de los territorios más atrayen-
tes y desafiantes del mundo, pero
al mismo tiempo, uno de los menos
conocidos. No sólo por su inmensi-
dad, superior a los 13 millones de
kilómetros cuadrados, la planicie
más extensa y alta del Planeta; sino
por su lejanía y condiciones geo-
gráficas extremas, con una riqueza
de especies marinas insuperable, y
donde la Cordillera de Los Andes y
la Patagonia Austral, se prolongan.
Todo lo cual, le agrega variados pe-
ligros inesperados y cierto misterio
que, no obstante, sus muchas ex-
ploraciones, todavía persiste.
SAMUEL FERNÁNDEZ ILLANES
Profesor de la Academia Diplomática
Chile es el país más cercano a la An-
tártica, y posee títulos irrefutables,
heredados de la Colonia Española,
aunque no siempre tuvimos la vi-
sión, capacidad y determinación de
efectuar demostraciones poseso-
rias que materializaran nuestra so-
beranía, con sólo esporádicos actos
no permanentes, si bien claramen-
te documentados y perfectamente
regulados desde el punto de vista
del Derecho Internacional.
Afortunadamente, nuestro terri-
torio Antártico, fue claramente
delimitado desde 1947, entre los
Meridianos 90º y 53º. Hoy se en-
144 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
cuentra dentro del llamado Sistema
Antártico, que aplicó la Teoría de
los Sectores Cuadrantes, con vérti-
ce en el Polo Sur, por vecindad, que,
en nuestro caso, al confirmar más
que reclamar, sus títulos y su ocu-
pación. Igualmente se consideran
los descubrimientos, desde el Con-
tinente o desde la propia Antártica.
El sistema no otorga soberanía por
sí misma, y las reclamaciones se en-
cuentran congeladas. Debemos re-
cordar, que la nuestra se encuentra
igualmente superpuesta por la de
Argentina y de Gran Bretaña. Sólo
entre el Meridiano 90º y 80º, no hay
otra reclamación y pertenece exclu-
sivamente a Chile.
No obstante, el ya largo trabajo y
los extraordinarios aportes chile-
nos al sistema, debemos recono-
cer que una inmensa mayoría de
compatriotas desconocen, o poco
o nada se interesan por los temas
antárticos. Sigue siendo algo que
existe y se recuerda, pero sin ningu-
na profundidad y poca difusión, lo
que, lamentablemente, impide que
le asignemos la importancia y tras-
cendencia que tiene, la que aumen-
tará de manera determinante en el
futuro. En particular por su clara in-
cidencia ecológica, como la reserva
más importante de agua dulce del
planeta, o por la rica variedad de
vida animal, marina, pesquera y de
múltiples especies del mar antár-
tico. Todas ellas bajo real amenaza
ambiental, muy presente en tantas
otras áreas de la tierra, como es po-
sible constatar de manera evidente
en nuestros días. Una reserva para
toda la humanidad, y por ello, uno
de los lugares donde el desarrollo
científico adquiere particular im-
portancia.
Variadas protestas y pugnas por re-
clamaciones se hicieron presente,
desde el momento mismo que Chi-
le definió su territorio antártico, por
países como Argentina o Gran Bre-
taña. Como resultaban tan propias
de una era de confrontaciones, o
de guerra fría, luego del término de
la Segunda Guerra Mundial, y que
no parecía conducir a ningún en-
tendimiento positivo, junto a otros
países, Chile hizo un aporte deter-
minante, mediante una proposi-
ción de Don Julio Escudero (1947),
visionaria, sobre la realización de
una Conferencia Polar o Antártica.
Luego de difíciles negociaciones y
de otras propuestas de internacio-
nalización que no prosperaron, se
acordó junto a otros países, una De-
claración para no permitir buques

de guerra más al sur del Grado 60.
El origen de la desmilitarización
antártica vigente, que juntamente
con motivo del Año Geofísico Inter-
nacional, y a la Declaración de Área
Especial de Investigación (1959),
dan origen al Sistema Antártico,
con la firma del Tratado respectivo
(Tratado de Washington), que dedi-
ca el continente a fines pacíficos y
de investigación científica. Chile lo
ratifica en 1961.
Abarca la región situada al Sur de
los 60º de Latitud Sur, incluidas las
barreras de hielo. Su vigencia fue de
30 años, prorrogables. Actualmente
es un Tratado Marco sin fecha de
término, que contempla 29 Estados
Consultivos (Chile), y 53 Adheren-
tes.
Se entiende que son Partes Consul-
tivas, aquellos Estado adherentes al
Tratado, que tienen presencia per-
manente en la Antártica para el de-
sarrollo de actividades científicas, y
que son admitidos por la Reunión
Consultiva, con plenos derechos en
el Tratado. Se denominan Partes No
Consultivas, aquellos Estados Adhe-
rentes al Tratado, pero que no desa-
rrollan actividades en la Antártica.
SAMUEL FERNÁNDEZ ILLANES | 145
Con el objeto de dar una visión ac-
tualizada de los diversos progresos
y consecuentes desafíos del Siste-
ma Antártico, debemos destacar los
más recientes proyectos, hechos,
acuerdos y prioridades que Chile ha
desarrollado o participado. Son de
innegable importancia, y cada uno
de ellos, constituye una etapa más
en beneficio de nuestra colabora-
ción y presencia antártica.
1. Proyecto de Ley que establece
el Estatuto Chileno Antártico
(Boletín Nº 9256-27)
El respectivo Proyecto de Ley, se en-
cuentra en estudio en la Comisión
de Zonas Extremas y Antártica Chi-
lena. Sus objetivos principales son:
• Impulsar la activa participación
de las entidades nacionales en
la gestión, implementación y
desarrollo de un régimen antár-
tico efectivo, a partir del Tratado
Antártico de 1959.
• Adecuar las normas del derecho
interno que rigen en Chile, las
que requieren ser actualizadas
según las exigencias nuevas,
propias del marco internacional.
146 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Un marco que está en plena evolu-
ción, tanto desde el punto de vista
del Derecho Internacional, como
de las Relaciones Internacionales,
las que inciden, cada día más, en el
campo jurídico. Una realidad pro-
pia de los tiempos actuales que hay
que destacar. No resulta ni perju-
dicial ni beneficioso, según mi opi-
nión, sino que constituyen una rea-
lidad que no es posible despreciar
ni obviar. Ella obliga a apreciar la
juridicidad internacional como un
todo, no siendo posible continuar
analizando la realidad mundial bajo
disciplinas independientes las unas
de las otras, como se ha hecho por
tanto tiempo.
Es decir, el campo estrictamente ju-
rídico, clásico y que por tanto años
nos ha regido, ahora se encuentra
permeado por otras disciplinas, que
lo condicionan y estructuran de
manera diferente, global y regional-
mente, y que lo hacen evolucionar.
Es el caso de las Relaciones Inter-
nacionales, la ecología, las ciencias
tecnológicas, los asuntos sociales y
sociológicos, y muchos otros, don-
de la creciente participación de
nuevos actores, condicionan la in-
teracción mundial. Podemos citar
hoy a los personalismos, el crecien-
te poder de líderes de las Grandes
Potencias, con mandatos permanen-
tes e innegables decisiones propias
de sus dirigentes, que se imponen en
las diversas tomas de posición mun-
dial. El Derecho por sí sólo, o las otras
ciencias, de manera individual, ya no
logran explicar, predecir, o modelar,
las relaciones mutuas entre países.
Cada vez más se hace evidente en
los Organismos Internacionales, en
desmedro o fragilidad de los siste-
mas de cómo fueron creados. Éstos
priorizaron lo colectivo por sobre las
decisiones unipersonales. Hoy ya no
es así.
En consecuencia, será necesario en
este nuevo contexto, revisar y ade-
cuar, en lo que corresponda, la for-
ma más eficaz en que Chile ejerce
sus competencias y asume sus obli-
gaciones en el marco del Tratado
Antártico. No por ser único y singu-
lar, una excepción dentro del gran
concierto mundial está libre de las
nuevas tendencias y de los mismos
desafíos. En términos simples, el sis-
tema particular antártico, enfrenta
las mismas fortalezas y debilidades
que el gran sistema mundial de hoy.
Nuestra tan acendrada juridicidad y
confianza en lo pactado, puede es-
tar desafiada por la nueva realidad
internacional. Más vale anticiparla y
reaccionar a tiempo.

Conviene recordar el Tratado Antár-
tico y su marco normativo principal:
• Uso pacífico de la Antártica.
• Cooperación para la investiga-
ción científica.
• Intercambio de información.
• Régimen de inspecciones de las
actividades realizadas en la An-
tártica.
• Condición de “statu quo” de las
reclamaciones territoriales de
los países signatarios. Estas es-
tán basadas en: la vecindad geo-
gráfica y prolongación territorial
(Chile, Argentina, Nueva Zelan-
da, Australia, Sudáfrica, Gran
Bretaña (Falklands o Malvinas,
Sandwich). O bien, descubri-
mientos, expediciones o pose-
sión efectiva antártica (Estados
Unidos, Rusia, Noruega, Dina-
marca). El año 2009 se celebró
en Washington, una Declaración
Ministerial de los países Parte,
en el 50º aniversario del Tratado.
2. Elaboración de una nueva política
antártica (2017)
SAMUEL FERNÁNDEZ ILLANES | 147
Esta nueva política será a partir de
la que ya está vigente desde el año
2000. Se han actualizado varios
elementos prioritarios para Chile,
debido a que tanto el desarrollo an-
tártico nacional, como la evolución
del Sistema Antártico, requieren de
políticas novedosas y prioritarias,
acordes con los intereses actualiza-
dos. Desde el año 2017, los princi-
pales serán:
• Se simplificó su lenguaje a fin
de hacerlo fácilmente compren-
sible a la sociedad civil. Esto va
en concordancia con lo ya seña-
lado, en el sentido de que los te-
mas antárticos tienen poco im-
pacto en la ciudadanía, inclusive
entre profesionales especializa-
dos, que sólo manejan elemen-
tos básicos. Baste con constatar
que sólo se tiene algún conoci-
miento general de que Chile po-
see un territorio antártico, sobre
el que se estima ejerce sobera-
nía exclusiva. Por lo que, llama
la atención de que el sistema no
la reconoce con singularidad, y
que tales derechos no pueden
ejercerse rechazando los de
otros Estados. Un tema que, sin
constituir una controversia, por
148 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
ahora, nada impide que even-
tuales condiciones o modifica-
ciones futuras, hagan variar y
creen una nueva disputa limítro-
fe nacional, que se agrega a las
conocidas con los demás países
vecinos.
• Se reforzaron los aspectos
medioambientales, establecién-
dose un objetivo específico para
ello. Como antecedentes adicio-
nales, debemos considerar los
principales instrumentos rela-
cionados con el tema. Es el caso
de la “Convención para conser-
vación de los recursos vivos ma-
rinos antárticos” (1982). Se refie-
re al krill y la fauna marina (aves,
focas y peces del que se alimen-
tan). Se aplica un enfoque “eco-
sistémico”. Igualmente hay que
contemplar el “Protocolo al Tra-
tado Antártico sobre Protección
del Medio Ambiente” (Protocolo
de Madrid de 1991, en vigencia
desde 1998).
• Se modificó la forma en que
se visualiza Punta Arenas y la
Región de Magallanes, como
“puerta de entrada” o “puente”
al Continente Antártico, y polo
de desarrollo científico y logís-
tico. Un aprovechamiento más
amplio de toda la Región Maga-
llánica y no sólo de Punta Are-
nas.
• Se reconoció a través de un ob-
jetivo específico, la importancia
de las actividades económicas
permitidas por el sistema an-
tártico, entre otras, el turismo
controlado y sustentable, así
como la pesca responsable y
sostenible en el Océano Austral.
Un tema vinculado a la pesca in-
ternacional, sus acuerdos vigen-
tes, cuotas de captura, cambios
de pabellón, redes de arrastre,
protección de pesquerías, pesca
artesanal, protección de cetá-
ceos, delfines, y otros. Indispen-
sables para la debida protección
y sostenibilidad de los recursos
marinos, constantemente ame-
nazados y trasgredidos por la
pesca irresponsable. No sólo en
la Antártica.
• Se amplió el ámbito de interés
nacional del Territorio Chileno
Antártico, a todo el Continente.
Una visión global más amplia,
con miras a potenciar la coope-
ración entre todos los países in-
tegrantes del sistema.

3. Tramitación del Anexo VI del
Protocolo de Madrid sobre la
responsabilidad emanada en
caso de accidentes medioam-
bientales.
El Anexo VI tiene como principal
objeto, el establecimiento de obli-
gaciones para que los operadores
antárticos adopten medidas pre-
ventivas, planes y acciones de res-
puesta, ante emergencias ambien-
tales, así como mecanismos para
determinar la responsabilidad que
corresponda, por falta de adop-
ción de tales acciones. Con fecha
7 de febrero de 2017, el Ministerio
de Relaciones Exteriores remitió un
Proyecto de Mensaje Presidencial,
al Ministerio Secretaría General de
la República, para iniciar la tramita-
ción constitucional, correspondien-
te a este instrumento.
El antecedente necesario es el Pro-
tocolo de Madrid, que tiene por ob-
jeto, entre otros, proteger el medio
ambiente antártico y de los ecosis-
temas dependientes y asociados;
compatibles con los propósitos del
Tratado Antártico; designan el Con-
tinente como Área de Conservación
Especial; reafirmando los principios
de la Convención de Recursos Mari-
nos; reserva natural consagrada a la
SAMUEL FERNÁNDEZ ILLANES | 149
paz y la ciencia. Se rige por una se-
rie de Principios Ambientales (entre
ellos la planificación, información,
duración, intensidad, impacto, res-
puesta). También contempla nor-
mas sobre cooperación; prohibi-
ciones relacionadas con recursos
minerales; procedimientos de eva-
luación; y otras. Contempla Anexos,
entre ellos el citado Anexo VI, que
establece:
• El Comité para la Protección del
Medio Ambiente, con cada par-
te contratante. El cual, informa
a las Reuniones Consultivas del
Tratado y determina, pormeno-
rizadamente, sus funciones. Asi-
mismo, contiene disposiciones
sobre cumplimiento; inspec-
ción; decisiones de respuesta;
emergencias; responsabilidad; e
informes anuales. Dos Artículos
sobre solución de controversias;
consultas entre las partes para
solucionarlas por negociación;
conciliación; arbitraje; arreglo
judicial, u otros procedimientos
(Art. 18). Las partes pueden ele-
gir el método o procedimiento
que deseen. Entre ellos, acudir a
la Corte Internacional de Justicia
(Art. 19). Por su parte, el Art. 20
señala que, respecto a los Ane-
xos (entre ellos el VI), si no han
150 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
acordado dentro de 12 meses
un procedimiento de solución,
será a petición de cualquiera de
las partes, remitida la controver-
sia a uno de los métodos indica-
dos. Salvo el arbitraje o el recur-
so a la Corte, que siguen bajo las
normas generales del expreso
acuerdo de las partes. Es decir,
nunca son obligatorios sin dicho
consentimiento. Específicamen-
te, uno de los apéndices del Pro-
tocolo se refiere al Arbitraje. El
recurso a la Corte se rige por su
Estatuto y Reglamento respecti-
vo.
Resulta de interés recordar, bre-
vemente, los distintos Anexos
del Protocolo:
• Anexo I: Evaluación del Im-
pacto sobre el Medio Am-
biente. Se evalúa a nivel ini-
cial y global.
• Anexo II: Conservación de la
fauna y flora antárticas. En-
mendado al 2009, todavía no
está en vigor.
• Anexo III: Eliminación y tra-
tamiento de residuos. Tanto
en el área antártica, como
por incineración, en tierra,
en el mar, almacenamiento,
productos prohibidos, trata-
miento, revisión, etc.
• Anexo IV: Prevención de la
contaminación marina. En lo
particular, aborda la descar-
ga de hidrocarburos; sustan-
cias líquidas; basuras; aguas
residuales y emergencias.
Asimismo, hay normas so-
bre retención de buques, y
equipamiento. No aplica a
los buques de guerra, nava-
les auxiliares y del Estado con
servicio no comercial.
• Anexo V: Protección y gestión
de zonas. Contiene normas
sobre las especialmente pro-
tegidas, administradas, pla-
nes de gestión, procedimien-
tos, permisos, monumentos
históricos, publicidad, in-
tercambio de información y
emergencias.
• Anexo VI: Responsabilidad
emanada de emergencias
ambientales, (ya referido an-
tes). Contiene disposiciones
sobre su alcance; definicio-
nes; medidas preventivas;

planes de contingencia; ac-
ción de respuesta; responsa-
bilidad; acciones; exenciones
de responsabilidad; límites
de la responsabilidad; res-
ponsabilidad del Estado; se-
guros; y otros aspectos. Es
el Anexo sobre el que se ha
enviado el Proyecto de Men-
saje para su ratificación, to-
davía pendiente. En relación
con este Anexo, además, re-
sulta importante recordar la
“Declaración de Santiago en
ocasión del 25º aniversario
de la firma del Protocolo al
Tratado Antártico sobre Pro-
tección del Medio Ambien-
te”, de 30 de mayo de 2016.
En ella, dentro de numerosas
referencias a los principales
instrumentos antárticos, en
la parte decisoria, refirman
sus compromisos; se com-
prometen a redoblar esfuer-
zos; reafirman los artículos 6
y 7 del Protocolo Ambiental;
se comprometen a realizar
esfuerzos para la entrada en
vigor del Anexo VI; celebran
el aumento de partes del Pro-
tocolo Ambiental a treinta y
seis; garantizan las actuales
y futuras actividades turísti-
cas y no gubernamentales;
SAMUEL FERNÁNDEZ ILLANES | 151
reafirman el trabajo conjunto
para comprender los cambios
climáticos; renuevan el com-
promiso de los programas de
cooperación con valor cientí-
fico, técnico y educativo; y las
medidas oportunas y eficaces
para hacer frente a los futuros
problemas medio-ambienta-
les de la Antártica.
Una Declaración actualizada y
en la que Chile, como anfitrión,
desempeñó un papel muy des-
tacado.
4. Turismo
Desde 1966, las Reuniones Consul-
tivas del Tratado Antártico (RCTA),
han abordado el creciente turis-
mo en la Antártica. Actividad que
presenta riesgos evidentes, por su
crecimiento, número de turistas,
tipos de turismo aéreo, marítimo,
de aventura y otras modalidades.
Además de las normas vigentes y
de las directrices, se hace necesario,
una estrategia actualizada para la
adecuada gestión del turismo an-
tártico. Para Chile es esencial, por
su vecindad geográfica. No sólo
por los beneficios económicos, sino
por los desafíos medioambienta-
les, de seguridad de los turistas y
152 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
otros conexos, para los que visitan
el Continente. Al respecto, hay que
recordar la Asociación Internacio-
nal de Operadores Turísticos Antár-
ticos (IAATO), fundada en 1991 por
7 operadores privados. Su misión,
abogar, promover y practicar la ac-
tividad turística antártica, con segu-
ridad y responsabilidad ambiental.
Recordemos el párrafo 6 de la De-
claración citada anteriormente, que
aborda estos asuntos.
5. Áreas marinas protegidas en
el Océano Austral, propuesta
conjunta Chile-Argentina.
La Comisión de Conservación de
Recursos Vivos Marinos Antárticos,
tiene como objetivo, la conserva-
ción de los recursos vivos marinos,
incluyendo su utilización nacional.
Su área de aplicación es “la zona
situada al sur de los 60º de Latitud
Sur, y a los recursos vivos marinos
antárticos de la zona comprendida
entre dicha latitud y la Convergen-
cia Antártica que forman parte del
ecosistema marino antártico” (Art.
1).
Desde el año 2012, Chile y Argenti-
na, han realizado un trabajo conjun-
to, con miras a presentar una pro-
puesta de Área Marina Protegida
en el Dominio (Península Antártica
al Sur del Arco de Scotia). Se han
realizado varios talleres nacionales
e internacionales, para avanzar en
la propuesta, con participación de
sectores académicos y del sector
privado.
En julio de 2017 los avances se pre-
sentaron al Grupo de Trabajo de
Seguimiento y Ordenación del Eco-
sistema de la Comisión, que propor-
ciona asesoramiento en lo que se
refiere a aspectos de la protección
de espacios marinos, áreas protegi-
das y ecosistemas vulnerables. Se
han incorporado nuevos elementos
a la propuesta, cuyos avances serán
presentados al Comité en su próxi-
ma reunión de octubre 2017.
Las iniciativas brevemente señala-
das, constituyen los principales y
actualizados avances en los temas
antárticos, y las acciones más im-
portantes aportadas por Chile. Son
demostrativas de que continuamos
participando de manera activa y
permanente en el sistema antárti-
co. Hay que resaltarlo, no obstante,
la poca o mínima difusión y cono-
cimiento generalizado de estos
aportes. Son demostrativos de que
los países pertenecientes al siste-
ma prosiguen sus tareas y aumen-

tan su preocupación respecto a las
amenazas que el Continente podría
confrontar, ahora y en los años futu-
ros. No porque el sistema funcione
y sus integrantes actúen de mane-
ra activa, los desafíos desaparecen,
pues constantemente, surgen otros
que amenazan todo lo alcanzado.
En una tendencia normal, y por ello,
hay que permanecer vigilantes y
anticipativos a todo riesgo poten-
cial.
La Antártica, no obstante, sus parti-
cularidades y gracias al sistema que
SAMUEL FERNÁNDEZ ILLANES | 153
la rige, no está libre de los demás
desafíos que enfrenta el sistema
internacional. Precisamente, por
constituir una singularidad, podría
verse debilitada ante otras presio-
nes y desentendimientos interna-
cionales.
En ello Chile deberá continuar
aportando sus capacidades y com-
partiendo responsabilidades, por
ser uno de los países más involucra-
dos en el tema antártico, aunque
no siempre tengamos conciencia
de ello.
LA CONSTRUCCIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE CHINA Y LA ALIANZA
DEL PACÍFICO1

CHIHON LEY NEIRA

Overseas Adviser • RGX China Director
Director ACHEI

Las relaciones de América Latina balmente el entramado de intere-

con China han estado tradicional- ses contrapuestos que se imbrican
mente enfocadas, desde este lado en nuestra Latinoamérica.
del mundo, sobre la base de la pri-
macía del concepto de estado-na- La posición de China como primer
ción. Partiendo por constatar que o segundo socio comercial, de
uno de los elementos importantes prácticamente todos los países de
de la política exterior china, es la la región, le confiere al país asiático
preferencia por relacionarse con una relevancia que va mucho más
bloques de países. Especialmente allá de la mera importancia econó-
si éstos son relativamente peque- mica. China se yergue, hoy, en Lati-
ños. Al principio y durante varios noamérica, como un actor político
años, las relaciones de China con relevante, y, aunque prudente y si-
los países latinoamericanos se con- lenciosa, su diplomacia en la región
virtieron en fuente de ciertas com- avanza en todos aquellos campos
plejidades para la diplomacia china, en los que se le presentan oportu-
frente a la tarea de comprender ca- nidades propicias.

1 Este artículo corresponde a la ponencia enviada por el autor para el III Congreso de ACHEI, con la finalidad de ser leída en
la Cuarta Sesión del día 29 de septiembre de 2017.
156 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
Al menos en Latinoamérica, hasta
ahora la diplomacia china sigue fiel-
mente la famosa recomendación
de Deng Xiaoping: “mantengan la
cabeza clara para observar, man-
tengan la compostura al reaccionar,
párense firmes, oculten nuestras
capacidades y tomen su tiempo,
nunca traten de tomar la delantera
y sean siempre capaces de lograr
algo”.
Por nuestra parte, en América Lati-
na las visiones y actitudes frente a
China se pueden agrupar en al me-
nos tres tipos. Y aunque no son vi-
siones exclusivas ni excluyentes, en
cada uno de estos grupos prima un
tipo de actitud. Éstas son:
• La visión y actitud asociativa: se-
guida por aquellos países como
Chile y Perú, prima y está pre-
sente en países que tienen eco-
nomías abiertas y significativa-
mente complementarias con la
economía china.
• La visión y actitud defensiva: li-
derada por México y Brasil, agru-
pa a países que tienen buenas
razones para proteger su impor-
tante base industrial frente a la
competencia de las empresas
chinas.
• La visión y actitud ideológica: li-
derada por Cuba y Venezuela, ve
y encuentra en China un aliado
político, además de económi-
co, para mantener el statu quo,
conseguir objetivos de política
internacional y lograr una pro-
yección política de largo plazo.
Frente a cada una de estas visiones
predominantes, país por país, Chi-
na se posiciona diplomáticamente
de manera pragmática, enfatizan-
do y avanzando en todos aquellos
aspectos de la relación en los que
encuentre o se presente un sustrato
común. Debo destacar que, como
regla general, China reconoce la in-
fluencia histórica de los EE. UU. en
la región latinoamericana y no bus-
ca ni es proactiva en desplazar los
intereses norteamericanos. No obs-
tante, cada vez que el país del nor-
te, por motivos ajenos a China, deja
un espacio de acción en cualquier
campo, el gigante asiático está in-
mediatamente presente para llenar
dicho espacio en todo el ámbito y
con toda la intensidad que sea po-
sible.
Ejemplo de lo anterior, no el único,
aunque sí el más reciente, es la ce-
leridad con que el gobierno chino
reaccionó frente a la decisión de

la Administración Trump de des-
ahuciar el Acuerdo Transpacífico
(TPP). No sólo fue una reacción rá-
pida sino además una que buscó
profundizar los vínculos de China
con los países ribereños del Océa-
no Pacífico, agregando a lo anterior
la invitación a ingresar al Banco de
Inversión e Infraestructura de Asia
(AIIB, por su sigla en inglés), como
preámbulo a una integración aún
mayor en el contexto de la llamada
Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Además, hoy, también se aprecia
cómo el gobierno chino ha podi-
do mantener altas tasas de creci-
miento al cambiar los énfasis de su
modelo económico. Pasando de la
utilización intensiva de mano de
obra barata y bajas tecnologías a
un nuevo ciclo centrado en la in-
novación tecnológica, la mano de
obra altamente especializada, el
crecimiento del sector servicios, la
expansión del consumo doméstico
y la proyección hacia nuevos mer-
cados, lo que hace para nuestros
países cada día más relevantes los
vínculos económicos y comerciales
con China.
A los países latinoamericanos, y
especialmente a los miembros de
la Alianza del Pacífico, los tiempos
CHIHON LEY NEIRA | 157
que vienen nos colocan frente a
una serie de nuevos desafíos, que
tienen su origen en una China cada
vez más asertiva en el campo políti-
co, económico y militar. En un mun-
do globalizado e interdependiente
como el de hoy, cometeríamos un
error si entendemos las relaciones
con China en el contexto de un
simple “quid pro quo” de tipo eco-
nómico. Hoy debemos ser capa-
ces de superar el nivel meramente
transaccional y proyectarnos frente
a China en base a una estrategia
conjunta, que coordine los intere-
ses comunes del bloque aliancista y
de esa manera avanzar en aspectos
que vayan más allá del ámbito pu-
ramente comercial.
Frente a este panorama debemos
también tener presente que, en la
escala de prioridades de la proyec-
ción global de China, América Lati-
na se ubica detrás de Asia, Europa,
EE. UU. y África, en ese orden. Por lo
tanto, las relaciones estratégicas de
intercambio comercial y diplomáti-
co deben entenderse a partir de las
necesidades chinas y los intereses
comunes que puedan establecerse
entre ambas partes.
Vivimos tiempos de incertidum-
bre, en los cuales la asertividad del
158 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
gigante asiático se manifiesta con
fuerza en su zona de influencia in-
mediata, tanto en el Sudeste Asiáti-
co como en los Mares de China Me-
ridional y Septentrional. Si unimos a
este escenario la tensión creciente
en la península coreana, que se pro-
duce en una zona geopolítica del
más alto interés para China, tene-
mos un panorama que trasciende
con mucho el ámbito económico y
nos obliga a elaborar respuestas a
algunas interrogantes clave, de las
cuales se expone un breve resu-
men.
Por razones históricas y económi-
cas, fáciles de comprender, los paí-
ses de la Alianza del Pacífico tienen
y mantienen profundas relaciones
estratégicas con los EE. UU. Pero
también, en distintos niveles y con
distinta intensidad, hoy mantienen
relaciones declaradas “de nivel es-
tratégico” con la República Popular
China. En un contexto global de
mayor asertividad de China en lo
político, económico y lo militar, es
muy probable y esperable que las
estrategias globales del súper he-
gemón norteamericano y del hege-
món asiático diverjan en un futuro
cercano, generando escenarios de
mayor conflicto que, aunque no
llegue a ser necesariamente uno
de tipo armado, pueden colocar a
nuestros países frente a una disyun-
tiva vital, una encrucijada de primer
orden.
Ante estos posibles escenarios,
¿cuál debería ser la postura de
nuestros respectivos países, aquella
que resguarde debidamente nues-
tros intereses?
En el ámbito económico, ponga-
mos por ejemplo el caso de Chile,
que conocemos bien. Desde el año
2009 China es el primer socio co-
mercial de Chile, con un intercam-
bio muy relevante, que representa
hoy el 26% de su comercio exterior
y el 46% de sus envíos de cobre.
Pero también los EE. UU. son su se-
gundo socio comercial, con un in-
tercambio que alcanzó en 2016 los
USD 18.600 millones, centrado ade-
más en el comercio de productos
con mayor valor agregado.
En un escenario de conflicto entre
estos dos gigantes, que derivara en
un enfrentamiento de bloques con
las consabidas presiones de todo
orden, ¿cuál sería la decisión que se
debería tomar?
Y suponiendo que la opción fuera
seguir o respaldar a uno cualquie-

ra de ellos, ¿qué mercados podrían
absorber el remanente de produc-
tos exportables que quedarían sin
destino?
A mi juicio, en el actual escenario
económico mundial no existen
mercados alternativos que pudie-
ran absorber el desvío de un volu-
men tan grande de bienes y servi-
cios hoy producidos en el país. Por
lo tanto, y no sólo para Chile, el ac-
tual escenario de conflicto poten-
cial por la reemergencia de China
en el orden global representa una
amenaza a la estabilidad económi-
ca y progreso de nuestros países,
que no debemos pasar por alto.
Si a lo anterior le agregamos el pe-
ligro inmediato que representa un
conflicto armado en la península
coreana. Pensemos, por un minuto
que, en cada uno de los automó-
viles producidos en Corea del Sur,
que hoy son más de 4 millones al
año, van integrados, en promedio,
7 kilos de cobre. Y dado que para
China el desarrollo y evolución del
conflicto entre Corea del Norte y los
EE. UU. es una cuestión geopolítica
vital, ahí nos enfrentamos también
a otro escenario del que debe-
mos preocuparnos debidamente.
Consideremos que si en 1950 una
CHIHON LEY NEIRA | 159
China empobrecida y devastada,
primero por la invasión japonesa y
luego por la guerra civil, no titubeó
un segundo en ir nuevamente a la
guerra contra los EE. UU., porque le
era insoportable la perspectiva de
tener tropas norteamericanas esta-
cionadas en su frontera. Podemos
imaginar cuál sería su reacción, hoy,
ante un ataque de los EE. UU. contra
Pyongyang que derivara en una in-
vasión terrestre y les proyectara en-
frentar un escenario similar. Razón
más que suficiente para que todos
estemos atentos y pendientes del
curso de los acontecimientos en
esa zona caliente del planeta.
Finalmente, el proceso de cons-
trucción de las relaciones entre la
Alianza del Pacífico y China se dará
en el marco de una nueva situación
internacional, que se caracteriza
por su incertidumbre y la existen-
cia de cambios complejos y profun-
dos.
La paz, el desarrollo y la coopera-
ción siguen siendo los pilares del
progreso y más que nunca debe-
mos convertirlas en las corrien-
tes principales de la época actual.
Profundizar el multilateralismo y
la democratización de las relacio-
nes internacionales, es un objetivo
160 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
que debe ganar más terreno ante la
amenaza de los tiempos actuales.
Para China, el contexto analítico in-
ternacional de “una super potencia
con múltiples otras potencias” se
mantiene, pero las correlaciones
entre ellas registran importantes
cambios, con una tendencia hacia
la multipolarización que se vigoriza
continuamente. Sin lugar a duda,
para China los EE. UU. siguen sien-
do la única superpotencia, pero
hoy consideran que su poderío se
ha debilitado en términos relativos,
luego de las últimas acciones de la
Administración Trump.
Sin embargo, esta multipolariza-
ción aún se limita a ser sólo una
tendencia y dista mucho de con-
solidarse como un contexto funda-
mental del escenario internacional.
Hoy el mundo se encuentra enfren-
tando un relevo de contextos, el
que creemos será un proceso largo
y complejo.
Este análisis de contexto de “una
superpotencia con múltiples otras
potencias” es de carácter transito-
rio, lo cual les permite a las diversas
potencias globales tener un gran
espacio de acción para expandir
su poderío y reacomodar su posi-
ción en las relaciones internacio-
nales. Estas “otras potencias” apro-
vechan las oportunidades que se
les presentan para desarrollar sus
fuerzas económicas, políticas, cien-
tífico-tecnológicas y militares, y así
robustecer su propio poder y com-
petitividad, además de su posición
internacional.
En este escenario, las potencias o
bloques de países en competencia
se encuentran en un proceso obje-
tivo de encaminarse en dirección a
“posiciones polares”, de modo que
todas ellas pasan a conformar un
nuevo contexto internacional de
múltiples entes en una competen-
cia polarizada.
Los países de la Alianza del Pacífi-
co coinciden, entre otras cosas, en
adherir al consenso fundacional
que emana de la Carta de Naciones
Unidas, que es renunciar al uso de
la guerra como herramienta para la
solución de las diferencias políticas.
En esta postura tenemos una coin-
cidencia fundamental con China.
La paz y el desarrollo siguen siendo
los principales factores que Chi-
na considera indispensables para
su progreso y desarrollo. Para ello
China necesita un período conside-

rablemente largo de un ambiente
internacional pacífico, más aún en
su entorno geográfico inmediato.
Aprovechar este período de opor-
tunidades estratégicas, de desa-
rrollo en un ambiente de paz, tiene
para China un significado muy im-
portante para lograr su meta es-
tratégica de largo alcance, que es
“construir una sociedad armoniosa
y medianamente desarrollada” para
el año 2050. China está esforzán-
dose por aprovechar esta favorable
oportunidad internacional, para
desarrollarse lo más rápido que
pueda.
De ahí que unas relaciones que
consideren este factor estratégico,
basadas en intereses comunes, son
un elemento pivotal para una polí-
tica de la Alianza del Pacífico frente
a China. En la nueva geometría po-
lítica que se está desarrollando, la
opción de China por la apertura y la
globalización implica un mundo en
el que nadie puede actuar sólo y en
función únicamente de sus propios
intereses. Los intereses estratégicos
comunes, de este escenario, tienen
su base en buscar una alta comple-
mentariedad en la esfera económi-
co-comercial, como una plataforma
que sirva para luego construir nue-
vos consensos en otros planos.
CHIHON LEY NEIRA | 161
A medida que crece y se profun-
diza la importancia de China en la
economía mundial, el país necesita
importar una gran cantidad de ma-
terias primas y productos cada vez
más sofisticados, para sostener su
desarrollo económico y satisfacer
las demandas de su creciente y pu-
jante clase media.
China considera que el desarrollo
compartido constituye el elemen-
to principal de las relaciones de
cooperación con Latinoamérica y
sostiene que “el desarrollo es la ta-
rea más apremiante de China y de
América Latina, porque ambos se
encuentran en un período crítico de
su desarrollo, y el progreso de cada
parte significa una oportunidad de
desarrollo para la otra parte”. China
busca una cooperación pragmática
en diversas esferas con los países la-
tinoamericanos, vía por la cual tam-
bién promueve su propio desarro-
llo generando un círculo virtuoso,
en el que el desarrollo propio pro-
mueve el desarrollo compartido.
De allí que en los años venideros
América Latina seguirá siendo una
importante fuente de recursos
para China, no sólo recursos mine-
rales y energéticos, sino también,
por ejemplo, productos agrícolas
162 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
y agroindustriales producidos bajo
normas de alta seguridad alimen-
taria, cuya importancia para el
consumidor chino se incrementa
cada vez más. La Alianza del Pacífi-
co, que cuenta con un mercado de
más de 200 millones de habitantes
y un 40% del Producto Interno Bru-
to (PIB) de la región, es un actor de
primer orden en América Latina, y
cuenta con un abanico de opcio-
nes para desarrollar una estrategia
comprensiva de poder blando fren-
te a China.
CHINA, LA RUTA DE LA SEDA Y AMÉRICA LATINA:
CONECTIVIDAD POR CONSTRUIR
Director Centro de Estudios Latinoamericanos sobre China
El XIX Congreso del Partido Comu-
nista Chino (PCCh), en octubre 2017,
ha sido determinante para afinar la
línea hacia una nueva etapa del de-
sarrollo de China y de respuestas a
las nuevas demandas y aspiraciones
de su sociedad. Se llegó a ello tras
un periodo donde el gobierno enca-
bezado por el Presidente Xi Jinping,
debió hacer frente a una situación
delicada en el plano económico, ya
que el modelo de desarrollo que
China siguió desde el comienzo del
proceso de reformas entró en un in-
evitable proceso de revisión y cam-
bios. Si la prioridad había estado en
el crecimiento económico susten-
tado en lo cuantitativo –donde los
motores de la economía eran las ex-
portaciones y la inversión–, se vio en
la necesidad de pasar a un modelo
FERNANDO REYES MATTA
Universidad Andrés Bello
que busca sustentar el crecimiento
y la innovación en la demanda de su
inmenso mercado interno.
Aquello ha traído fuertes impactos
económicos y sociales, mientras se
denomina como “nueva normali-
dad” a un crecimiento instalado en
torno del 6% anual. La palabra que
ahora inspira a China es “innova-
ción” y las metas definidas son cla-
ras: ser un país modestamente aco-
modado al 2021 (centenario de la
fundación del PCCh), ser un país de
desarrollo creciente al 2035 y lograr
al 2050 (coincidiendo con el cente-
nario de la creación de la República
Popular China), ser un país desarro-
llado y gravitante en el orden in-
ternacional. Lo que se busca es un
crecimiento sólido y permanente,
164 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
donde lo que importa es la calidad y
una producción crecientemente co-
nectada con cambios tecnológicos
y nuevos desarrollos científicos. A su
vez, las exigencias a la eficiencia cor-
porativa y bancaria se han acrecen-
tado, mientras se deja de lado como
eje central del comercio la exporta-
ción de productos manufacturados
de consumo masivo para avanzar
hacia una economía más sofisticada
en su producción y con el pilar del
consumo interno como factor prin-
cipal de su crecimiento.
Los avances en esa dirección han
definido el papel de Xi Jinping como
“líder central”, con una conducción
que busca reforzar la legitimidad
del Partido y llevar a China hacia lo
que denomina el “sueño chino”, de-
terminado por un nuevo papel en el
orden mundial y en el sentimiento
interno de que el país deja atrás dos
siglos de penurias y pobrezas.
Cambios múltiples por entender
Es esta realidad –de cambios polí-
ticos, sociales, económicos y cultu-
rales– lo que cabe entender desde
América Latina. Ello reclama mira-
das sectoriales profundas, donde no
se ponga la atención solo en China
como un mercado atractivo, sino
en todas las dimensiones de lo que
allí ocurre. China será un actor clave
del siglo XXI y lo esencial pasa por
intentar saber cuál es su ser actual,
esa mixtura de tradiciones profun-
das y milenarias que sus conducto-
res actuales vinculan a los planes de
modernidad y cambios contempo-
ráneos.
Nada ha sido fácil, pero el proyecto
de cambio se ha gestado en medio
de una economía global estancada
y con dinámicas por debajo de las
presupuestadas por China. El sector
servicios pasó a ser el 52% del PIB
y con ello se puso en evidencia el
giro que tomaba la economía china,
mientras su clase media (o estratos
de ingreso medio, como prefieren
llamarlos los chinos), se empinaban
por encima de los 350 millones de
personas con la perspectiva de ser
600 millones después de 2020. Una
clase media que desea viajar por el
mundo, tener su vivienda, su auto,
sus comodidades y consumir pro-
ductos diversos y de calidad.
En concordancia con esos planes,
China asume un papel de creciente
responsabilidad en el orden inter-
nacional. Si avanza a ser primera
economía mundial le es inevitable
asumir los deberes ligados a esa

posición en el orden mundial. Por
ello, el Presidente Xi Jinping fue al
Foro Económico Mundial en Davos,
en enero 2017. Fue para defender el
comercio libre, el multilateralismo y
las formas de cooperación interde-
pendiente derivados de la globaliza-
ción. Por ello, mantiene su compro-
miso con el Acuerdo de Paris ante
el Cambio Climático, suscrito en di-
ciembre de 2015, como también los
Objetivos de Desarrollo Sustentable
aprobados por Naciones Unidas en
ese mismo año. Todos ellos temas
en los cuales las coincidencias con
América Latina son mayores.
OBOR: nuevo nombre para la vieja
Ruta de la Seda
Hay una sigla que comienza a emer-
ger con frecuencia en los análisis so-
bre el futuro económico de China:
OBOR. Ella corresponde al nombre
en inglés de un proyecto fundamen-
tal puesto en marcha con la llegada
de la nueva generación de gobierno
a China: One Belt, One Road. En es-
pañol se la menciona como la Inicia-
tiva de la Franja y de la Ruta, que es
una síntesis de Franja Económica de
la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima
de la Seda. Se trata de una propues-
ta fundamental en las estrategias de
largo plazo de la diplomacia china.
FERNANDO REYES MATTA | 165
El propósito principal está en crear
una interacción moderna y con bue-
nas infraestructuras y redes para
unir Europa con Asia. Para China es
un proyecto esencial, pero no ocul-
ta que hay extensiones a crear con
otras regiones como África o Amé-
rica Latina. Por ello, fue significativa
la presencia de los mandatarios de
Argentina y Chile, Mauricio Macri y
Michelle Bachelet, en la Cumbre ex-
traordinaria de mayo 2017, donde
China dio a conocer los detalles del
plan y los sistemas de financiamien-
to elaborados para ello.
La iniciativa OBOR fue anunciada
por el presidente Xi Jinping en 2013
en Kazajistán y tiene como objetivo
impulsar los acuerdos comerciales
regionales y mejorar la conectivi-
dad tanto con los países del entor-
no asiático como con Asia Central y
Europa. Lo que busca es la creación
de un cinturón económico terrestre
para “abrir el canal de transporte
desde el Pacífico al Mar Báltico” y un
uso moderno y dinámico de las vías
marítimas contemporáneas, que ya
le llevan, por el Canal de Suez hasta
el Puerto de Pireo en Grecia, ya con-
trolado en gran parte por Cosco, la
corporación marítima china. Se tra-
ta de una importante iniciativa de
política exterior de China y un plan
166 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
económico estratégico global cuyos
alcances se definen no solo en los
espacios económicos, sino también
en lo político y cultural. Para ciertos
académicos, es el pilar de la estrate-
gia “March Westwards”, promovida
primero en 2012 por el profesor de la
Universidad de Pekín, Wang Jisi, que
puede ser otra forma del “going glo-
bal” de Jiang Zemin en los años 90.
Detrás del proyecto hay referencias
milenarias. La llamada Ruta de la
Seda fue una red de rutas comercia-
les –organizadas a partir del nego-
cio de la seda china desde el siglo I
a. C. – que se extendía desde lo que
hoy es Xian por todo el continente
asiático, conectando a China con
Mongolia, el subcontinente indio,
Persia, Arabia, Siria, Turquía, alcan-
zado hasta la Europa mediterránea
y el norte de África. Eran rutas de in-
tercambio comercial, pero también
de encuentros culturales y difusión
religiosa, cuyas prácticas llegaron
hasta el siglo XVI. Este plan va más
allá de simples rutas comerciales.
Junto a los acuerdos comerciales
busca también los acuerdos de in-
fraestructura que supone la cons-
trucción de puertos, aeropuertos,
carreteras y gaseoductos, así como
la colaboración en los ámbitos de
energía, finanzas, ciencia y tecno-
logía e I+D. El respaldo financiero
lo otorgaría el Banco Asiático de In-
versión en Infraestructura (AIIB en
inglés), liderado por China, a lo que
se añadiría un fondo especial de
40.000 millones de dólares aporta-
dos por China.
El ámbito académico está encandi-
lado con la idea de tratar la Iniciati-
va de la Franja y la Ruta en todos los
ámbitos. Es un plan a treinta años,
comprometido con otra conecti-
vidad con el mundo cuando la Re-
pública Popular China llegue a sus
primeros cien años. Y en esa pers-
pectiva se avanza. Un ejemplo es el
acuerdo de China con Irán para vol-
ver a comercializar la ruta de la seda
en tren. El primero de los trenes,
en febrero 2016, recorrió la ruta de
9.500 kilómetros entre la provincia
oriental china de Zhejiang y la capi-
tal iraní en solo 14 días. Otro avance
ocurrió en enero 2017 cuando se
recibió en Londres el primer tren de
carga proveniente de China, el cual
salió de la provincia de Zhejiang el
1 de enero. En solo 18 días el tren
recorrió 12.000 kilómetros, pasan-
do por Kazajistán, Rusia, Bielorrusia,
Polonia, Alemania, Bélgica y Francia
antes de llegar a su destino final.

Desafío diplomático mayor para
China
Pero es evidente que llevar adelante
planes de conectividad que cruzan
países diversos y realidades políti-
cas y culturales distintas involucra
complejidades mayores e inmedia-
tas. Si las diferencias en el Mar del
Sur de la China se complejizan y
Estados Unidos actúa bloqueando
las rutas comerciales, China se vería
obligada a buscar alternativas. Por
eso, dejando de lado las cuestiones
específicamente militares involu-
cradas en esa hipótesis de conflicto,
China empezó desde 2016 a bus-
car otras vías para llegar al mar. Un
ejemplo es la conexión de China
con el puerto de Gwadar, en Pakis-
tán. Este se convirtió, en noviembre
2016, en punto de salida del primer
envío de productos chinos hacia el
Mar Arábigo a través del Corredor
Económico China-Pakistán (CPEC),
un proyecto de alto costo que se ha
convertido en clave para ambos paí-
ses. El corredor conectará la ciudad
de Kasghar, en el noroeste de China,
con el puerto de Gwadar, con lo cual
los productos de China podrán salir
por allí con destino a los países en
torno del Mar de Arabia. El carácter
estratégico de esta alternativa lo re-
FERNANDO REYES MATTA | 167
marcaron los comandantes de los
ejercicios navales entre China y Pa-
kistán: al concluir la cuarta versión
de estas operaciones, en noviembre
2016, señalaron en un comunicado
formal que ellas “contribuirán en
gran medida a la promoción de la
seguridad marítima en el contexto
de la puesta en marcha del corredor
económico entre Pakistán y China”.
Así como esos ejercicios navales
tuvieron su trasfondo, también pro-
yectaron significados más allá de
las declaraciones las maniobras na-
vales de Rusia y China en el Mar de
China Meridional, frente a la provin-
cia de Guandong, a fines de 2016.
Ellas fueron las más grandes nunca
realizadas entre buques de ambos
países. Durante estas maniobras mi-
litares las flotas de los dos países se
ejercitarán en la guerra antisubma-
rina, el rescate de buques, la defen-
sa aérea conjunta, así como la toma
de una isla con fuerzas anfibias y
aerotransportadas. “Nuestra coope-
ración no está dirigida contra nadie;
está destinada a proteger nuestros
intereses comunes y garantizar la
seguridad en todas las regiones
navales”, afirmó el vicealmirante
Alexander Fedoténkov, subcoman-
dante de la armada rusa. Su declara-
168 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
ción, por cierto, no acalló el análisis
crítico de otros países en el entorno,
como también del alto mando naval
de Estados Unidos.
Pero también hay otra área de preo-
cupación para el desarrollo del pro-
yecto OBOR: el terrorismo islámico
y las bandas delictivas internacio-
nales. Frente a ello, China impulsó
desde 2001 la Organización de Coo-
peración de Shanghai, la cual es una
organización política y de seguridad
que incluye a China, Rusia, Kazajstán,
Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán.
Su objetivo inicial, tras la fundación
en 2001 –el mismo año que Estados
Unidos sufrió el ataque a las Torres
Gemelas–, es el intercambio de inte-
ligencia, operaciones contra el terro-
rismo en Asia Central y cooperación
contra el terrorismo cibernético, en-
tre otras cosas. India, Irán y Pakistán
fueron admitidos como observado-
res en 2005 y en 2016 los dos pri-
meros pasaron a ser miembros de
la entidad. A sus objetivos iniciales
se agregaron varios otros propósi-
tos de desarrollo económico y de
infraestructuras que, tras anunciarse
el proyecto de la Ruta terrestre de la
Seda, pasa a tener un rol prioritario
en la estrategia china de reforzar el
carácter y la identidad de Euro Asia.
Ruta de la Seda y América Latina:
mirar al futuro
Dentro de este marco del proyec-
to, ¿hay una interacción posible
de América Latina con el proyecto
OBOR? ¿Pueden inscribirse los in-
tereses de la región con el desarro-
llo que estos grandes proyectos de
largo plazo impulsados por China
traen al reordenamiento internacio-
nal del siglo XXI?
Desde el planteamiento hecho por
el gobierno de Xi Jinping, se pre-
sentaron en diversos seminarios y
foros en la región análisis y docu-
mentos buscando las vinculaciones
entre la Ruta de la Seda del siglo
XXI y América Latina, casi siempre
recordando lo que fue el papel de
la Nao de Manila (los galeones que
unieron entre 1565 y 1815 Filipinas
y México) como aporte al comercio
internacional entre Asia y Europa.
Aún en América Latina predomina
una mirada escéptica que ve aque-
lla propuesta como realidad ajena a
los países de este continente; prue-
ba de ello fueron los obstáculos que
diversos países (Brasil, especialmen-
te) pusieron para que el II Foro Mi-
nisterial CELAC-China a realizar en
Santiago en enero 2018, no tuviera

en el enunciado de sus propósitos
el tema de la Franja y la Ruta como
área de cooperación mutua o eje de
“un destino común”.
Sin embargo, las estrategias a lar-
go plazo ven en la Ruta Marítima
de la Seda la perspectiva donde el
comercio transpacífico tenga po-
sibilidades de ser parte de aquel
proyecto mayor. Ya no existen sólo
dos rutas, como en los siglos pasa-
dos, la terrestre y la marítima: ahora
cabe agregar también la ruta área y
la ruta digital. Las exportaciones de
cerezas de Chile a China con motivo
del Año Nuevo chino motivaron un
verdadero puente aéreo con cerca
de sesenta vuelos de aviones car-
gueros en la ruta Beijing, Alaska, Pa-
namá, Santiago. A su vez se avanza
en los estudios de factibilidad para
un posible cable submarino de fi-
bra óptica y se busca incrementar
los vínculos satelitales, para generar
una verdadera ruta digital donde
los intercambios de información y
planes comunes den pie a un “pro-
ceso productivo continuo” entre
empresas radicadas en China y sus
contrapartes en la región latinoa-
mericana.
Bajo el análisis de esas posibilida-
des, los escenarios de interacción
FERNANDO REYES MATTA | 169
entre la Franja y la Ruta euroasiática
y América Latina se amplían y multi-
plican. Por ello, pueden enumerarse
áreas nuevas para esos contactos: a)
las redes digitales globales y las in-
teracciones productivas posibles de
llevar adelante entre puntos del glo-
bo muy distantes; b) la identifica-
ción de proyectos en los países de la
Ruta de la Seda que por sus proyec-
ciones puedan ser de interés para
los inversionistas latinoamericanos,
ya sea de un país o varios en coali-
ción; c) las proyecciones del ingreso
del Yuan a la canasta de monedas
consideradas divisas internaciona-
les; d) el desarrollo de áreas de ser-
vicios en sectores como el turismo o
el apoyo a la urbanización creciente
en las diversas ciudades ligadas a la
Ruta de la Seda; y e) el impulso a los
intercambios comerciales por carga
aérea y la creación de nuevos servi-
cios entre aquel proyecto regional y
los países latinoamericanos.
En ese marco, cabe estudiar, por
ejemplo, cuáles serán los aportes
para el comercio global del Canal de
Panamá ampliado, como también el
posible canal interoceánico vía Ni-
caragua, si algún día llega a concre-
tarse. A la vez, están las proyeccio-
nes que la Alianza del Pacífico como
proyecto de integración avanzado
170 | SEGUNDA PARTE · LOS EXPOSITORES
pueda tener en sus vinculaciones
con China, pero será necesario que
el bloque en su conjunto pueda de-
finir una estrategia común para ese
propósito. Ello obliga a pensar en
ámbitos distintos de aquellos que
hasta ahora han determinado las re-
laciones de México, Colombia, Perú
y Chile con China, sustentados espe-
cialmente en el comercio e inversio-
nes en áreas de recursos naturales.
No obstante, cabe tomar nota que
el documento de China sobre su
política con América Latina –emiti-
do en noviembre de 2016– no tuvo
referencias a los posibles vínculos
de la región con la Ruta de la Seda,
marítima o terrestre. Pero tras el últi-
mo Congreso del PCCh ese enfoque
de política común se activó mucho
por el lado chino.
De otra forma el tema representa
un desafío para el devenir latinoa-
mericano, pensar cómo esta región
construirá relaciones con aquel
proyecto desde la plataforma de
interacciones contemporáneas. El
nivel de análisis de la cumbre “Diá-
logo de Alto Nivel en Iniciativas de
Integración en el Asia Pacífico: De-
safíos y Oportunidades”, celebrada
en Viña del Mar en marzo de 2017,
dio un marco para pasos futuros.
Allí los 15 países participantes (en
su mayoría firmantes del TPP), rei-
teraron su “firme compromiso para
colaborar en mantener los merca-
dos abiertos y el libre flujo de bie-
nes, servicios e inversiones, avan-
zando en la integración económica
regional y fortaleciendo las reglas
basadas en el sistema de tránsito
internacional”.
Las interacciones ya vigentes –par-
ticipación de tres países (México,
Perú y Chile) en APEC; los avances
y múltiples contactos en el marco
del Foro China-Comunidad de Es-
tados Latinoamericanos y del Ca-
ribe (CELAC); las vinculaciones con
ASEAN; y los compromisos a avan-
zar en diversos proyectos de libre
comercio en el área Asia-Pacífi-
co– dan la base para impulsar esas
políticas a futuro. La clave, en todo
caso, es entender para dónde va
China, cuáles son sus proyecciones
globales, cuáles son las transforma-
ciones de su sociedad –y su econo-
mía– y cuáles son los cambios de
participación dentro de su modelo
político. Todo ello mirado desde los
intereses propios de la región y de
cada uno de sus países en particu-
lar, considerando la diversidad de
miradas políticas y proyectos de
desarrollo existentes en América
Latina y el Caribe.
 Te r c e r a Pa r t e


LOS ARTÍCULOS

Uno de los objetivos del III Congreso fue ampliar la discusión y fomentar el
debate sobre las implicancias de la Alianza del Pacífico, realizando un llamado
a expertos en temas internacionales, profesionales, investigadores, académi-
cos y alumnos de posgrado, para que enviaran artículos académicos que se
ajustaran a las temáticas del Congreso.

Esta Tercera Parte contiene los artículos que, luego de un proceso de revisión
ciega por parte de los Miembros del Comité de Evaluación, fueron selecciona-
dos para su publicación.

Los artículos abordan temas tan diversos como los actores no nacionales, la
oceanopolítica, la inserción latinoamericana, las relaciones con China, los es-
fuerzos integradores de Brasil y Argentina con el Pacífico además de la inter-
nacionalización de la educación superior en la Alianza y Chile.
 EL ESCENARIO ECONÓMICO - COMERCIAL DE LA ALIANZA
DEL PACÍFICO Y LA INCLUSIÓN DE ACTORES NO TRADICIONALES1

ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA

Licenciado en Relaciones Internacionales
Universidad Nacional Autónoma de México

RESUMEN:

La Alianza del Pacífico como medio de integración en Latinoamérica, in-

volucra indirectamente a actores tradicionales y no tradicionales de las
relaciones internacionales, como plantea Allard (2007). Las empresas mul-
tinacionales y las empresas denominadas translatinas, están en un marco
de cooperación encaminadas para una integración profunda, tanto en el
comercio regional como mundial, así como en los flujos de inversión de
los países miembros. El presente análisis se encarga de las interrogantes
que la comunidad internacional se hace respecto a este bloque regional.
Este fenómeno de relativa reciente creación (2011), deja muchas incógni-
tas y espacios de análisis al ser un modelo atípico, basando su estructura
en los trabajos previos de los países, al ser economías “relativamente pa-
recidas”. Los cuatro países tienen una serie de tratados que se relacionan
entre sí y con las potencias comerciales del momento, lo que facilita el
flujo de mercancías, capitales, bienes y servicios de la región y como de-
nominan, comercio regional hacia afuera.

Palabras claves: Empresas translatinas, inversión, retos y proyecciones fu-

turas.

1 Artículo recepcionado el 21 de septiembre de 2017 y aceptado el 31 de octubre de 2017.

174 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS

Abstract:

The Pacific Alliance as a way of integration in Latin America indirectly invol-

ves traditional and non-traditional actors in international relations, such as
multinational companies and companies called “translatinas”, within a fra-
mework of cooperation aimed at a deep integration of both regional and
global trade, as well as investment flows of member countries. This study
is handle the questions that the international community is asking about
this regional block. This phenomenon of relatively recent creation (2011),
leaving many unknowns and spaces of analysis to be an atypical model,
basing its structure on the previous work of the countries, being “relatively
similar” economies. The four countries have a series of treaties that relate to
each other and to the commercial powers of the moment, which facilitates
the flow of goods, capital, goods and services in the region and, as they call
it, regional trade outwards.

Key words: Trans-Latin companies, investment, challenges and future pro-

jections.

¿Qué es la Alianza del Pacífico? e impulsar un mayor crecimiento,

Se plantea como un área de in-
tegración profunda, en donde la
mayoría de los mandatarios reitera
esta particularidad, es decir, hacen
notar la existencia de las relaciones
entre los países miembros y lo que
buscan, entonces, es profundizar
en las relaciones comerciales, con
miras sociales, culturales, educa-
tivas y políticas, en ese orden de
prioridades; con el fin de avanzar
hacia la libre circulación de bie-
nes, servicios, capitales y personas
desarrollo y competitividad de las
economías involucradas.
Desde la historia contada por
Ministerio de Comercio Exterior
y Turismo de Perú, la propuesta
habría nacido como iniciativa
del gubernamental, a raíz de
la invitación realizada por el
Presidente Alan García el 14 de
octubre de 2010 a sus contra-
partes de Colombia, Chile, Ecuador
y Panamá para conformar un “área
de integración profunda”, en la que

se pudiera asegurar plena libertad
para la circulación de bienes,
servicios, capitales y personas, con
miras a convertir este espacio en
un modelo de integración para
la región. Consolidando, además,
una plataforma económica común
con proyección a otras regiones
del mundo, especialmente el
Asia (Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo de Perú, 2017).
Posteriormente, México se sumó
a la iniciativa conformada por
Colombia, Chile y Perú, mientras
que Panamá se incorporó como
país observador, así como,
posteriormente, muchos otros
tantos países, que constantemente
muestran un interés muy particular
en el desarrollo y foros que se dan
dentro de Alianza del Pacífico.
El 28 de abril de 2011, en la ciudad
de Lima, los Presidentes de Chi-
le, Sebastián Piñera, de Colombia,
Juan Manuel Santos, de México,
Felipe Calderón, y Perú, Alan Gar-
cía, suscribieron la Declaración de
Lima, el primer documento formal
que recoge la visión de la iniciati-
va. En dicha Declaración los países
se comprometieron a avanzar pro-
gresivamente hacia el objetivo de
alcanzar la libre circulación de bie-
nes, servicios, capitales y personas,
ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA | 175
para lo cual se priorizarían trabajos
en ciertas áreas que involucran mo-
vimiento de personas de negocios
y facilitación para el tránsito mi-
gratorio; liberación del comercio y
cooperación aduanera; coopera-
ción y mecanismos de solución de
diferencias.
Algunos autores atribuyen esta
perspectiva empleada, a una ten-
dencia económica que mantenía
un modelo que daba cuenta de un
eventual agotamiento del denomi-
nado “regionalismo abierto” y su re-
emplazo, por una nueva agenda o
agenda ampliada hacia temas que
antes no figuraban en la escena in-
ternacional. Lo que condujo a un
nuevo modelo denominado “regio-
nalismo post liberal”.
Los regionalismos dentro de Amé-
rica Latina según Van Klaveren
(2012), “a diferencia de iniciativas
precedentes, actualmente el re-
gionalismo adoptaría diferentes
formas y estrategias, cómo serían
las instancias bilaterales, multilate-
rales, regionales y subregionales”
(p, 131). Todas ellas, además, con
diferentes grados de institucionali-
zación. Al mismo tiempo, el compo-
nente comercial característico del
“regionalismo abierto” de los años
176 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
noventa, parece haber girado hacia
proyectos asociados a temas de in-
terés común para los países de la re-
gión, tales como recursos naturales,
energía, tecnología, infraestructura,
etc. Eso permitiría hablar de un “re-
gionalismo heterodoxo” (Van Klave-
ren, 2012, 101).
Estrategia de integración
innovadora
La particularidad, de este acuerdo
regional, recae en los trabajos pre-
vios de cada uno de los países y la
concordancia de seguir una políti-
ca comercial muy similar entre los
miembros. Esto quiere decir que,
tanto Chile como México, además
de tener un TLC bilateral, tienen tra-
tados comerciales con países muy
similares, como lo son los Estados
Unidos y la Unión Europea, así mis-
mo, ocurre con Perú y Colombia.
Sin realmente tenerlo contemplado
desde un inicio, los países de ma-
nera independiente elaboraron su
propia red de tratados comerciales,
para actualmente poder saltarse al-
gunos esquemas de la teoría de in-
tegración, que, si bien sugiere una
evolución de los propios acuerdos
comerciales, no especifica que sea
una regla para poder conseguir los
beneficios de manera más ágil. Es
entonces que cada país miembro
pudo mantener una independen-
cia de acción, de acuerdo con la DI-
RECON (2016), pero con los instru-
mentos necesarios para activación
de los mecanismos establecidos
por las teorías económicas.
El ejemplo más claro es Chile, su po-
lítica de libre comercio y de atrac-
ción de capitales extranjeros se ha
traducido en un abanico de trata-
dos comerciales y acceso de merca-
do, que le permiten tener aranceles
relativamente bajos respecto a cier-
tas regiones y países del mundo.
Esto, de alguna manera, limita que
pueda entrar a bloques comerciales
regionales que tengan un arancel
común, como el Mercosur. De esta
forma, en vez de tener una ventaja
comercial y acceder a nuevos mer-
cados, estaría limitado a un comer-
cio regional muy condicionado. La
libertad que encuentra en la Alian-
za del Pacífico cumple con sus in-
tereses, permitiéndole desarrollar
de manera conjunta una política
comercial atada sólo a objetivos
comunes y compartidos entre los
miembros.
Este mismo ejercicio aplica para el
resto de los países miembros, ya
que sus convenios y esfuerzos in-

dividuales, a lo largo del tiempo,
han permitido poder integrar este
bloque con un andamiaje comer-
cial funcional, efectivo a corto plazo
e inesperadamente eficaz. La línea
que sigue este método está guiada
el desarrollo de la profundización
del mecanismo comercial para me-
jorar el funcionamiento del mismo,
la esencia de la red de tratados que
tienen los países es hacia quién es-
tán proyectando su comercio esos
países. Y de nuevo encontramos
que se enfocan a los centros econó-
micos más importante del mundo
en la cuenca del pacífico y, espe-
cialmente, hacia China y Estados
Unidos.
Si bien México es el único de los
cuatro que no tiene un Tratados
de Libre Comercio con China, cuya
razón se encuentra en la depen-
dencia económica hacia Estados
Unidos, sí tiene un fuerte comercio
con este país y demás regiones del
mundo, según las proyecciones de
ProMéxico (2016), que son comple-
mentarias a las del resto de los paí-
ses miembros, como lo es la Unión
Europea. México es de los escasos
países del continente que tiene un
fuerte lazo con la Unión Europea, al
poseer tres instrumentos de suma
importancia con el bloque euro-
ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA | 177
peo: un Tratado de Libre Comercio
(2000), un Acuerdo de Asociación
Económica, Concertación Política
y Cooperación (1997) y un esta-
tus de Socio Estratégico para la UE
(2009). Dada estas circunstancias,
los países miembros de la Alianza
obtienen los mejores resultados de
esfuerzos individuales y, al mismo
tiempo, pueden conjuntar esos es-
fuerzos para un beneficio común.
Este es punto medular y atractivo
de este bloque, pues no limita la
acción individual y al mismo tiem-
po se complementa en la región, ya
que tiene todos los elementos para
realizar acciones con cada país en
los que encuentren intereses co-
munes, a pesar de realizar acciones
particulares.
Los actores y el libre mercado
La tendencia actual, respecto a la
liberación comercial, es evidente,
pese a que algunos países encuen-
tran en la globalización una forma
de restar poder a las economías.
La ventaja está más encaminada a
economías emergentes que obtie-
nen mayor provecho de estas cir-
cunstancias internacionales, donde
la línea a seguir es la apertura de
nuevos mercados, la liberalización
de mercancías, la disminución aran-
178 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
celaria y la agilidad de permisos
aduaneros a través del desarrollo
de las tecnologías.
Todo lo anterior, adicionado a la
voluntad política de asociación y
cooperación entre los Estados, per-
mite que países en vías de desarro-
llo potencialicen sus capacidades
y se especialicen en un área, sin el
perjuicio de tener un vacío en cual-
quier parte de la actividad econó-
mica interna. Es decir, que sí un país
se quiere especializar en el área de
la agricultura, y, al mismo tiempo,
pretende aplicar una tecnología
para la mejora de su actividad, lo
puede hacer a través de la Inversión
Extranjera Directa, pues estos capi-
tales, además de flujos económicos,
traen consigo el know how y la tec-
nología que este país no puede de-
sarrollar por cuenta propia. De esta
forma se complementan para tener
una actividad mejor remunerada
en mercados internacionales que
cada vez se vuelven más exigentes.
Para el contexto latinoamericano,
es evidente que hay una presencia
muy importante de Estados Unidos
en el escenario regional e interna-
cional, sobre todo por la evidente
relación con México. Pero, también,
de acuerdo con la Administración
de Acuerdos y Relaciones Comer-
ciales del Ministerio de Comercio
de Colombia, hay una estrecha
relación que se está evaluando se-
riamente para fijar la mirada hacia
otros mercados y no tan solo hacia
Estados Unidos. Algunos analistas
económicos de los países miem-
bros señalan que la Alianza tiene
un punto en particular, el cual ha
permitido que se fortalezca en la
cuestión comercial y empresarial,
al mismo tiempo, evita que se com-
pita por los mercados. Esto se pro-
duce debido a que todos los países
miembros de la Alianza tienen un
tratado de Libre Comercio con Esta-
dos Unidos, pero ¿cuál es la impor-
tancia de este punto?, excluyendo
por el momento la intención de re-
negociar el TLCAN.
La respuesta de nuevo es la com-
plementariedad que tiene este
acuerdo, no respecto entre las par-
tes sino hacia el exterior. Es decir,
que los mercados más fuertes tie-
nen la capacidad de comprar en
alguno de los países miembros en
donde los productos sean más ba-
ratos, esto permite tener un aprove-
chamiento en lo que respecta a las
Empresas Multinacionales (EMN),
que se instalan en aquellos países y
que otorgan la movilidad de flujos

de capitales, bienes y personas, tra-
tando de obtener las mejores opor-
tunidades del mercado.
¿A quién está realmente dirigida la
Alianza del Pacífico?
Está dirigida a los países que ven
una ventaja de inversión, no solo
en México o Chile, sino en los países
restantes que tienen características
de inversión similares y, al momen-
to de invertir en uno de ellos, tienen
la capacidad inmediata de ampliar
el mercado tres veces, sin distinguir
cual sea el país de entrada. El flujo
apunta a todas las direcciones ha-
cia las cuales los retornos sean ma-
yores. Este punto es para algunos
especialistas la gran debilidad del
sistema, pues si bien abre una gran
cantidad de oportunidades de mer-
cado, también limita enormemente
el mercado interno al mantener los
precios bajos, dada por una compe-
tencia limitada por la temporada o
la especialización de cada país. Si
bien dentro de las cuatro econo-
mías existen tratados y flujos co-
merciales, las evidencias dan cuen-
ta que el verdadero flujo comercial
es más bilateral que regional.
Si se observa en detalle los objeti-
vos que se plantea la Alianza del Pa-
ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA | 179
cífico, podemos notar que uno de
ellos plasma de manera muy clara
el objetivo de “Convertirse en una
plataforma de articulación política,
integración económica y comercial
y proyección al mundo, con énfasis
en la región Asia- Pacífico” (Alian-
za del Pacífico, 2017). Analizando
todas las cumbres realizadas por
este bloque, su posicionamiento
está dirigido a países como: China,
Malasia, Corea del Sur, Singapur,
Japón, principalmente, según las
proyecciones de Kuwayama (2001).
Después sigue la región de Europa,
reuniéndose más frecuentemente
con Alemania y Francia, y poste-
riormente, Estados Unidos. Lo que
se evidencia cada vez que hay una
cumbre de jefes de Estado, en la
sede programada del país miembro
que ostenta la presidencia pro tem-
pore.
En el campo de acción, la Alianza es
un foro que permite que empresa-
rios de la región y empresarios de
regiones estratégicas, tengan un
punto de reunión para mostrar sus
productos y establecer objetivos
comerciales. Las empresas asiáticas
son las más beneficiadas con este
acuerdo, pues complementan con
mercancías que en esta región sue-
len ser o muy costosas o requieren
180 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
de mucha tecnología para su ela-
boración. Adicionalmente, los espa-
cios que se establecen en el marco
de la Alianza son para promover las
inversiones y distinguir las ventajas
de la movilidad en la región latinoa-
mericana.
Con dichos objetivos se incentiva
la atracción de las EMN, que se ha
planteado en reiteradas ocasiones
como esquema muy contrastante,
ya que trae consigo tanto ventajas
como desventajas (Barbé, 1995).
Pero qué como modelo de desarro-
llo permite a los países alcanzar de
manera más rápida una proyección
económica favorable, asumiendo
el coste de una dependencia de la
tecnología extranjera y capitales
que se pueden esfumar del país re-
ceptor sin ninguna restricción real.
Si bien estas EMN son el medio por
el cual la Inversión Extranjera Di-
recta (IED), se posiciona en un país
(Allard, 2007), estas empresas no
están obligadas a una permanen-
cia determinada en un Estado, ya
que por razones internacionales
son vulnerables a la especulación
y a los fenómenos económicos que
sensibilizan a algunos mercados, lo
que se puede traducir en que dejen
el país receptor de IED para prote-
ger sus capitales y posicionarlos
en mercados más estables o que
muestren un retorno de ganancia
mayor.
Perspectivas Futuras
Como bien se ha enmarcado a
lo largo del presente texto, exis-
te mucho espacio de acción para
este bloque. El futuro de la Alianza
del Pacífico depende en gran me-
dida de los esfuerzos políticos de
los miembros, de una voluntad de
seguir avanzando en temas claves
para la superación de asuntos que
pueden tener mayor alcance para el
bienestar de las poblaciones. Es in-
cierto si este bloque pretende una
integración que vaya más allá de un
mercado común, aunque efectiva-
mente existe una cordialidad polí-
tica, sigue presente ese elemento
de individualidad y soberanía muy
arraigada a la cultura latinoameri-
cana, por lo que posiblemente este
bloque se quede en este nivel de in-
tegración, hasta que el modelo eco-
nómico le permita u obligue pasar a
algún otro.
En un contexto de 14 años más
hacia el futuro, y conforme a la
Agenda 2030, los países latinos
que siguen estas estrategias de
cooperación y desarrollo, se espera

que con la consolidación de este
bloque, se evite caer de nuevo en
vicios que han caracterizado a los
países de América, en ocasiones ac-
tuando de manera contradictoria a
sus propios objetivos y rompiendo
compromisos básicos para la ejecu-
ción de proyectos de integración y
cooperación, como competencia
desleal, aislacionismo, y políticas
que mermen los compromisos al-
canzados.
La opción más perceptible será en
la cuestión del flujo de capitales
bienes y personas, que es uno de
los objetivos a más corto plazo que
pueden materializarse. Este punto
podrá ganar un espacio de movili-
dad espacial, no solo en lo empre-
sarial y laboral, sino en general para
los países, con el incentivo de inte-
grar una cultura latina, conocer las
problemáticas de nuestro contexto
y afrontar de mejor forma y un tan-
to integrada cualquiera adversidad
del escenario internacional (Soli-
mano, 2013).
En la práctica, el bloque busca, en
el futuro, centrarse en los esfuerzos
planteados en la Agenda 2030, un
comercio intrarregional preten-
diendo alcanzar un 100% de libe-
ralización de mercancías y un forta-
ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA | 181
lecimiento de las cadenas de valor,
con especial énfasis de mejorar los
productos que se exportan al Asia,
obteniendo los mejores recursos y
materias primas de los miembros y
de manera conjunta puedan com-
petir en bloque. Se pretende mejo-
rar la conexión logística del comer-
cio internacional, particularmente,
en la tramitación de documentos
aduaneros, en los recursos materia-
les y logísticos, así como una mejora
sustancial del transporte (marítimo,
terrestre y aéreo) para el comercio
regional.
Se pretende que para 14 años más,
se desarrolle una red digital conjun-
ta, para trámites en los cuatro paí-
ses, una red de información y base
de datos, que permita: pagos en
línea, registros empresariales y ser-
vicios consulares. En la cuestión de
visas se proyecta eliminar las visas
de trabajo, homologar los certifica-
dos y los títulos universitarios, con
el objetivo de incentivar la movili-
dad espacial de recursos humanos
altamente capacitados, así como
implementar un medio de identifi-
cación reconocida y aplicable a los
miembros de la Alianza.
Estos esfuerzos están encaminados
para que, en el futuro, los empresa-
182 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
rios fortalezcan sus relaciones in-
trarregionales en un entorno SUR-
SUR, como señalan Ayllón y Surasky
(2010), se explora la salida hacia
mercados más competitivos, pero
se intenta que nuevos empresarios
más jóvenes, puedan aprovechar
esta misma coyuntura. Mediante la
cooperación educativa y la promo-
ción de becas se pueda profesio-
nalizar e incentivar la creación de
empresas innovadoras, con nego-
cios de gran alcance a nivel interna-
cional, junto con una cooperación
entre los países para alcanzar un
desarrollo sostenible con empresas
amigables al medio ambiente en
respuesta al cambio climático.
Conclusiones
Aunque este modelo es práctica-
mente reciente y como se mencio-
nó a lo largo de este análisis, es un
bloque que no concuerda mucho
con esquemas tradicionales de inte-
gración, lo que pretende es utilizar
los recursos obtenidos al momento
de su creación. Junto con tratar de
funcionar con la voluntad política
de los Estados miembros, este pac-
to, establecido en un bloque co-
mercial, permite actuar de manera
conjunta e independiente al mismo
tiempo, esta es la peculiaridad con
que funciona la Alianza del Pacífico.
Si bien existe mucha expectativa de
este bloque, lo cierto es que fun-
ciona porque los países ya tenían
previamente todo el andamiaje
técnico y administrativo para su
funcionamiento. La situación co-
yuntural de globalización permitió
que se juntaran para establecer ob-
jetivos comunes, pero esos objeti-
vos también estaban dentro de lo
establecido por los países en cuan-
to a la política exterior y la política
comercial de cada miembro, lo más
lógico fue pensar en una forma de
unificar los esfuerzos para estable-
cer un bloque acorde con el contex-
to latinoamericano actual.
En la evaluación objetiva de este
proyecto de integración, hay aspec-
tos positivos y aspectos que requie-
ren mejorar. Entre estos últimos,
está la profundización de la coordi-
nación entre los miembros para un
comercio que permita la participa-
ción entre empresarios y no sólo de
terceros (EMN), haciendo eficiente
el flujo de capitales. Las propias
Empresas Translatinas pueden pro-
yectarse a un mercado de propa-
gación rápida, en territorios donde
la ventaja comercial empleada por

sus miembros pueda permitir un
ejercicio de desarrollo colectivo.
Así la Alianza del Pacífico puede
llegar a ser, para las empresas de
reciente creación y desarrollo, una
cámara de incubación que les per-
mita prepararse para la expansión
a mercados exigentes y más elabo-
rados en otras regiones del mundo
poco exploradas, de forma indivi-
dual por los países miembros. Esto
genera un mayor alcance de nego-
cios y que no se limite a la especia-
lización de productos de demanda
internacional (maquilas y materias
primas), teniendo la posibilidad de
establecer sus propios esquemas
de producción y de desarrollo con
métodos adecuados a sus necesi-
dades de crecimiento.
La especialización de las econo-
mías integrantes del bloque pue-
de mejorar para evitar poca com-
petitividad en la región, debido a
una dependencia extranjera en la
elaboración de productos o siste-
mas financieros, materias primas o
transformación. Es bien sabido que
la especialización permite mejorar
un producto en particular. Cuando
hablamos de cadenas de valor o de
producción en la región latinoa-
mericana, las empresas corren el
riesgo de sentirse liberadas de esa
ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA | 183
presión comercial de competencia
con otras empresas de la región.
Aunque este es un modelo que per-
mite una coordinación en el proce-
so de elaboración de productos, es
un esquema que debe de ser acota-
do para no abusar del mismo y cuyo
resultado sea una mejor competen-
cia y no se desaproveche la expan-
sión del mercado, de lo contrario se
podría inhibir el crecimiento de la
región. Por tanto, es uno de los peli-
gros que forman parte de modelos
de libre comercio. El incentivo a la
libertad de mercados es igualmen-
te esencial que la competencia en-
tre las empresas con el fin de me-
jorar la producción e incentivar la
innovación.
En los aspectos tangibles de la
Alianza del Pacífico, el fortaleci-
miento de los lazos entre los miem-
bros, una comunidad latinoame-
ricana más vinculada entre sí, el
aprovechamiento de las empresas
latinas para vender sus productos
en mercados más amplios y mejor
remunerados, una oportunidad de
movilidad empresarial, estudiantil
y laboral es evidente a corto pla-
zo y de manera más efectiva. Es-
tos elementos permiten combatir
fenómenos financieros interna-
cionales, dando una oportunidad
184 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
de blindaje a las economías para
encontrar productos más baratos
o sustitutos entre los miembros,
aprovechando la infraestructura
existente. Así como una distribu-
ción de ingresos mejor planteadas
que en esfuerzos individuales y, al
mismo tiempo, que mejore la cali-
dad de vida de los ciudadanos de
esta región.
Evidentemente no solo son las
proyecciones de este bloque, es la
percepción de políticos, empresa-
rios, organismos internacionales y
de la opinión pública internacional
que ve con buenas perspectivas un
bloque, que, si bien no pretende
llegar a una integración total, está
poniendo un gran empeño para
establecer y materializar objetivos
reales y acordes a las necesidades
políticas, sociales, educativas, cul-
turales y sobre todo económicas de
los cuatro países.
En una evaluación final, este blo-
que, en la actualidad, es un refe-
rente sin lugar a dudas para otros
bloques comerciales, los cuales se
han dado cuenta de la fortaleza de
cooperar con instrumentos bien
aplicados a un modelo de interde-
pendencia compleja, en el que el
sistema es mejor aprovechado en
conjunto, sobre todo por la con-
cordancia operativa y de objetivos
acordes a otros bloques y otros or-
ganismo de cooperación, como es
el caso de APEC y de un incierto
TPP, que de llegarse a materializar
no limita en ninguno de los casos la
actuación individual y colectiva de
la Alianza del Pacífico.
Dentro de América Latina se tiene
mucha expectativa al respecto, la
coyuntura internacional permitirá
establecer los medios para incre-
mentar la integración de estos paí-
ses, al mismo tiempo, mientras los
intereses de los países sigan coin-
cidiendo y no cambien o se con-
trapongan, fenómenos parecidos
a la Alianza del Pacífico, seguirán
brotando en todo el continente. Lo
importante es profundizar en cada
proceso para un mejor aprovecha-
miento de los recursos propios y de
cada miembro, en un mundo cada
vez más globalizado y tecnologi-
zado, así como actores que toman
relevancia en el sistema internacio-
nal.
 ANDRÉS ALEJANDRO ROSALES SEGURA | 185


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 LA ALIANZA DEL PACIFICO, DESDE UNA PERSPECTIVA
OCEANOPOLÍTICA1

JUAN EDUARDO MENDOZA P.

Doctor en Estudios Americanos - Universidad de Santiago de Chile
Profesor Asociado Departamento de Ciencias
Históricas y Sociales - Universidad de Concepción.

RESUMEN:

El presente trabajo tiene por propósito abordar la existencia de una visión

geopolítica de la Alianza del Pacífico, a partir de las características tanto
colectivas como particulares de los integrantes del bloque y, si es posible,
hablar de una convergencia entre los intereses geopolíticos de los países
miembros con las proyecciones del bloque. Sería conveniente y necesa-
rio abordar una visión conjunta de apreciación geopolítica que coordine
los esfuerzos políticos y económicos, por lo que proponemos un enfoque
oceanopolítico, como el que propuso hace un tiempo Chile para defender
su mar presencial.

Palabras claves: Alianza del Pacifico, oceanopolítica, geopolítica, proyec-

ción marítima, alianzas económicas.

Abstract:

The purpose of this paper is to address the existence of a geopolitical vision

of the Pacific Alliance, based on the collective and individual characteris-
tics of the members of the block and, if possible, to talk about a convergen-

1 Artículo recepcionado el 22 de septiembre de 2017 y aceptado el 17 de octubre de 2017.

188 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS

ce between the geopolitical interests of the countries members with the

projections of the block. It would be convenient and necessary to address
a joint vision of geopolitical appreciation that coordinates political and
economic efforts, for which we propose an ocean political approach, such
as the one proposed a while ago by Chile to defend its maritime territory.

Key words: Pacific Alliance, Oceanopolitics, Geopolitics, Maritime projec-

tion, Economic alliances

Inicialmente, el Foro del Arco del México dentro de la Alianza. Con

Pacífico Latinoamericano (ARCO)
propuesto el año 2007 por el expre-
sidente Alan García, tenía objetivos
muy limitados y no fue ideado como
un bloque de integración regional,
sino como un foro de concertación
política con miras a estrechar los
vínculos de los países latinoame-
ricanos con costas al Pacífico con
la región asiática, principalmente
relacionados con vínculos econó-
micos que faciliten el intercambio
entre ambas regiones. Sin embar-
go, el proyecto fue tomando fuerza
y a la invitación de García, se fueron
sumando sus homólogos de Chile,
Colombia y Panamá, dando forma a
un nuevo esquema de integración
regional, la Alianza del Pacífico (AP).
Lo que en un principio tenía como
objetivo crear un solo frente suda-
mericano pasaría a ser rápidamente
de interés latinoamericano, cuando,
por iniciativa de Chile, se incluye a
esto pasan a ser cuatro los actores
principales de la Alianza, Perú, Co-
lombia, Chile y México; todos ellos
en la búsqueda de profundizar los
intereses económicos y comercia-
les en la Cuenca del Pacífico.
La importancia económica de la
Cuenca del Pacifico es evidente.
Basta señalar el peso decisivo que
tiene en la economía mundial, ya
que en ella se encuentran nueve
de las economías mundiales más
relevantes del G-20; concentra el
60% de las reservas financieras (CE-
PAL, 2009, p.27) y sobre el 50% de
la población total del mundo, cons-
tituyendo un gigantesco mercado
consumidor y productor, que cobra
mayor importancia frente al rol ac-
tivo de China en contraste con las
crisis económicas experimentadas
por los EE.UU y Europa: “el mercado
asiático, es en estos momentos muy

prometedor para economías como
las latinoamericanas que buscan
abrirse a nuevos mercados” (Bueno,
2011, p. 43).
La necesidad de América Latina
por lograr altas tasas de crecimien-
to, pese al declive de la demanda
proveniente de Estados Unidos y
Europa, está generando nuevos
desafíos a las estructuras económi-
cas y comerciales en la región. En
tal sentido, el economista chileno,
Alejandro Foxley advierte que ha-
brá que “acceder a otros mercados
que serán más dinámicos en su cre-
cimiento, como son los países del
Asia” (2014, p. 14).
La creciente influencia de las re-
laciones comerciales con Asia Pa-
cífico, especialmente con China,
la cual es cada vez mayor, “lo que
hacía necesario coordinar acciones
para tratar con el nuevo gigante
asiático” (Briceño, 2010, p. 51). En
este sentido, las razones económi-
cas del bloque son evidente, pero
esta no es la única causa. Es indiscu-
tible considerar que el surgimiento
de un bloque de integración no es
ajeno a los equilibrios geopolíticos
regionales y como cada de uno de
los países miembros considera, el
factor marítimo en sus respectivas
JUAN EDUARDO MENDOZA P. | 189
políticas nacionales y como esta
se compatibiliza con la proyección
económica-comercial del bloque
en el Asia-Pacífico.
En este último aspecto, es claro que
uno de los objetivos principales de
la AP, es el propósito de “convertirse
en una plataforma de articulación
política, de integración económi-
ca y comercial, de proyección al
mundo, con especial énfasis en el
Asia-Pacífico” (Alianza del Pacífico,
2014). Pero, desde una perspectiva
particular, sería conveniente consi-
derar los proyectos geopolíticos in-
dividuales de los países miembros,
que “le permita formular en forma
clara el empleó del mar en benefi-
cio de los Estados, especialmente,
el Pacífico Sur, con el objeto princi-
pal de concientizar a los estadistas
y gobernantes sobre la verdadera
importancia del océano en el desa-
rrollo sustentable de nuestros pue-
blos” (Martínez Busch, 1993, p.217).
La visionaria observación del almi-
rante chileno Jorge Martínez Busch,
quien, en 1993, en su obra Ocea-
nopolítica definió este concepto
que “considera la existencia del
océano en el entorno geográfico y
la influencia que esta tiene sobre
las decisiones políticas. Su propó-
190 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
sito fundamental es lograr que la
gestión política considere al océa-
no como el espacio natural para el
desarrollo y crecimiento futuro del
Estado” (1993, p.136). Nos parece,
hoy en día, primordial para el com-
prender que el origen y desarrollo
de la Alianza del Pacífico se encuen-
tra estrechamente vinculado con
factores geopolíticos. Entonces,
¿cuáles son los factores geopolíti-
cos y/o geoestratégicos que propi-
cian el surgimiento de la Alianza del
Pacífico?
Para responder esta pregunta, es
necesario tener presente que un
sentido geopolítico. El continente
latinoamericano pasó de una posi-
ción marginal a ocupar un espacio
privilegiado en el mapa mundial.
América Latina es un puente entre
el Océano Atlántico y el Océano Pa-
cífico. Ocupa una superficie de 17,8
millones de km², lo que representa
un 42% del continente americano y
un 12% de las tierras emergidas, es-
tando habitado por el 6% de la po-
blación mundial. Además de estar
al centro de tres polos de desarrollo
concretos: Europa al Atlántico, Asia
al Pacífico y, al norte, con Estados
Unidos y Canadá. Visto desde esta
perspectiva, y considerando el gran
potencial que el Océano Pacífico
tiene hoy, nuestra posición es muy
privilegiada.
La configuración de América Lati-
na tiene la forma de dos triángulos
unidos por el istmo de Panamá. La
cordillera de Los Andes y la Cuenca
de la Amazona dificultan las comu-
nicaciones; pero no son el obstácu-
lo que el determinismo geográfico,
sentenciaba en los siglos XIX y XX.
Por el contrario, el posibilismo de
las capacidades humanas es ca-
paz de superar los desafíos que la
geografía impone y que, en buena
forma, determinaron en el pasado
la formación de dos grupos de paí-
ses: los andinos, de la vertiente del
Pacífico, y los países de la vertiente
Atlántica.
a) Los países andinos y la vertiente
del Pacífico se caracterizan por
concentrar su población en los
faldeos cordilleranos y en la cos-
ta, lo que da lugar a dos tipos de
sociedades diferentes: una con-
servadora en la sierra y otra más
liberal en el litoral. El océano Pa-
cífico es la proyección natural de
los países andinos, es decir, sus
posibilidades de expansión son
fundamentalmente marítimas,
mientras que su Hinterland se
encuentra limitado por el ma-

cizo andino. Esta situación es
particularmente manifiesta en
los casos de Colombia, Ecuador
y Perú y, en grado menor, se pre-
senta en los casos de Chile, Bo-
livia y Venezuela, también con-
siderados andinos, pero que no
presentan todas las característi-
cas mencionadas.
b) Los países de la zona del Atlán-
tico poseen un vasto Hinterland
continental, donde se encuen-
tran las hoyas hidro-gráficas del
Orinoco, del Amazonas y del Pla-
ta. Estas grandes cuencas tienen
la virtud de impedir que queden
enclaves aislados en el interior
de los países, aunque se en-
cuentren alejados de las costas
del Atlántico. Por ejemplo, entre
los países que integran la cuen-
ca del Plata hay tres ribereños
al Atlántico: Argentina, Brasil y
Uruguay; y dos países medite-
rráneos: Paraguay y Bolivia, en
cuyos casos su conexión con el
sistema del Plata les permiten
superar su aislamiento geográfi-
co gracias a las comunicaciones
fluviales. La Amazona destaca
como una región natural, que
conecta al Caribe, la Cuenca del
Plata y el Océano Pacífico. Los
puntos estratégicos son al Este
JUAN EDUARDO MENDOZA P. | 191
por Belén (Brasil), al Centro por
Manaos (Brasil) al Este por Iqui-
tos (Perú) y al Sur por, Santa Cruz
de la Sierra (Bolivia); esta última
considera el Heartland america-
no.
Basado en lo anterior, compren-
demos porqué los países andinos,
como Chile, Perú y Colombia, que
son parte de la Alianza del Pacífico,
están obligados por la naturaleza
de sus espacios a buscar sus Hin-
terland en el océano Pacífico, a di-
ferencia de los países del Atlántico
que lo buscan al interior del con-
tinente, por lo general, en torno a
las grandes cuencas hidrográficas,
como El Plata o el Amazonas.
El hemisferio sur posee una posi-
ción estratégica y geopolítica vital,
por la capacidad de controlar las
principales rutas y líneas de comu-
nicación marítima entre oriente y
occidente. A esta circunstancia de
carácter geográfico debemos agre-
gar el afán de complementariedad
de las economías de los países del
Pacífico, la búsqueda de mercados
y la ampliación de la influencia eco-
nómica, tanto para beneficio como
para lograr un balance económico
con los bloques conformados en
el mundo, objetivos que se verán
192 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
enormemente facilitados gracias al
gran avance adquirido por los me-
dios de transporte y de los medios
de comunicación.
Dada la existencia de la influencia
de la geografía, es inevitable no
pensar en la existencia de una dua-
lidad entre los países de la vertiente
Atlántico y del Pacífico, representa-
da en el primer caso, por el MERCO-
SUR y el ALBA y, en el segundo, por
la recientemente creada a Alianza
del Pacífico.
¿Cuáles son las ventajas comparati-
vas de la AP en comparación otros
bloques?
La Alianza del Pacífico es una instan-
cia reciente dentro de los esquemas
de integración. Desde un principio
se plantearon objetivos ambiciosos
y que obedecen a la idea funda-
mental de buscar el posicionamien-
to geopolítico y geoestratégico de
los países miembros del bloque,
para proyectarse al Asia Pacífico.
Sus parámetros actuales son:
a) Construir un área de integración
profunda para avanzar progre-
sivamente hacia la libre circula-
ción de bienes, servicios, capita-
les y personas.
b) Impulsar un mayor crecimiento,
desarrollo y competitividad de
las economías de las partes, con
miras a lograr un mayor bienes-
tar, la superación de la desigual-
dad socioeconómica y la inclu-
sión social de sus habitantes.
c) Convertirse en una plataforma
de articulación política, de inte-
gración económica y comercial
y de proyección al mundo, con
especial énfasis en el Asia Pacífi-
co.
Es decir, la Alianza del Pacifico, plan-
tea una instancia de integración
con una proyección hacia un espa-
cio marítimo, aspecto que de por sí
lo hace inédito y distintos a otros
procesos de integración, como por
el ejemplo el MERCOSUR.
Hay que tener presente que, al igual
que en los espacios terrestres, exis-
ten competencias sobre el mar en el
escenario latinoamericano que no
son actuales. Sus razones históricas
hacen que sigan en vigencia desde
la época de la independencia. Es un
estado permanente de “competen-
cia” y/o conflictividad entre vecinos,
especialmente por problemas de
carácter territorial (tierra o mar). Un
aspecto no menor es que dos de

sus integrantes, Perú y Chile hayan
resuelto en el Tribunal Internacio-
nal de La Haya, su controversia por
la delimitación marítima.
En nuestras relaciones bilaterales
ha estado presente, queramos o
no, una “geopolítica clásica” que ha
predominado en nuestros países,
se ha parecido más a “hipótesis de
conflicto en las zonas de frontera”
(tierra o mar). ¿Cómo esta situación
afecta la creación de un bloque AP,
en las relaciones de los cuatro paí-
ses miembros? En este sentido, las
características de los países miem-
bros podríamos resumirla de la si-
guiente forma:
1. Perú
Fuente: Mapa del Dominio Marítimo del
Perú Political Geography Now, (2014).
JUAN EDUARDO MENDOZA P. | 193
Cabe señalar que los acercamientos
con la región del Asia Pacífico son
méritos de la presidencia de Alber-
to Fujimori, quien, en la década de
los noventa, inicia una estrategia
de liberalización económica, que
incluye suscribir acuerdos comer-
ciales con China, Japón, Malasia,
Tailandia. El año 1997, Perú es in-
corporado como miembro de la
APEC y, pese a que el gobierno de
Fujimori cayó en el desprestigio, la
estrategia de inserción en el Asia
Pacífico se mantendrá en todos los
siguientes gobiernos, desde Toledo
hasta el actual presidente Pedro Pa-
blo Kuczynski.
Para Francisco Escobar, el principal
interés nacional del Perú en integrar
la Alianza del Pacífico corresponde-
ría a buscar “un mayor protagonis-
mo en la región de Asia–Pacífico y
reforzar su liderazgo en el acerca-
miento de América Latina con esa
región, lo que le permitiría una ma-
yor y mejor posibilidad de inserción
en esos mercados, e incluso, en el
mundo” (Escobar; 2014, p. 5).
Perú tiene la particularidad no me-
nor de que su mar territorial, de-
nominado Mar de Grau, sobre el
cual ejerce soberanía y jurisdicción
absoluta, es un área geográfica de
194 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
1.140.646,8 km² aproximadamente
que no se encuentra regida por la
convención del mar.
Perú es una de las economías que
más ha crecido en el continente en
comparación con las de los otros
tres miembros de la Alianza del Pa-
cífico. Aunque no cuenta con la lo-
gística portuaria de Chile y México,
ni con la industria de este último. Su
Bolsa de Valores también es bastan-
te pequeña frente a la de Santiago
y Bogotá y, mucho más, en el caso
de México. Sus principales expor-
taciones son productos frescos, ali-
mentos tanto agropecuarios como
pesqueros (pescados, mariscos, lan-
gostinos, calamares y jibias), hidro-
carburos (gas natural y petróleo),
productos agrícolas, metal mecá-
nico, minerales como el cobre, que
fue el principal producto de expor-
tación.
2. Colombia
Situada en la esquina noroccidental
de América del Sur, tiene un área
continental de 1.141.748 km² más
un área marítima de 928.660 km².
Tiene soberanía en el mar Caribe,
el océano Pacífico, la selva amazó-
nica, la cuenca del Orinoco y Los
Andes, teniendo una de las posicio-
nes geopolíticas más privilegiadas
en Sudamérica, pero que, producto
de la inestabilidad política, el nar-
cotráfico y sus vínculos con los EUA,
no ha logrado sacar provecho a su
condición bioceánica, que le pro-
porcionaría una ventaja por sobre
los países que sólo poseen una sa-
lida al mar.
Fuente: Duque-Escobar, Gonzalo: Colombia
y sus mares frente a los desafíos del
desarrollo Junio, 2015.
La participación de Colombia en
la Alianza del Pacífico busca au-
mentar el comercio intrarregional y
generar un espacio de libre circula-
ción de bienes, servicios, capitales
y personas, que, históricamente, ha
sido muy dependiente a los EE.UU
y la Unión Europea, donde se con-
centra el 52% de las exportaciones
colombianas, mientras que China,
el tercer socio comercial del país,
sólo representaba el 6%, por lo que
la diversificación de destinos de sus
exportaciones es una clara priori-
dad (George, 2013).

Colombia es el país del bloque que
tiene menor relación con los países
de Asia-Pacífico. Tal vez el objeti-
vo primordial de Colombia con la
Alianza del Pacífico era “revertir el
rezago histórico del relacionamien-
to de Colombia con Asia-Pacífico y
convertirla en una plataforma de
inserción en esta región” (Pastrana,
2015, p. 22). El interés nacional de
Colombia en la Alianza del Pacífico
sería encontrar una plataforma po-
lítica y económica para aumentar
el comercio intrarregional con Asia
Pacífico, diversificar sus socios co-
merciales y reducir en esta forma su
dependencia con EE. UU y la UE.
3. México
Geográficamente, en México se
pueden diferenciar tres grandes
vertientes la del Pacífico, la del Gol-
fo y la del Caribe. México cuenta
con una zona costera, tanto hacia el
océano Pacífico, como el Golfo de
México, lo que, sumado a su amplio
territorio, recursos naturales, varie-
dad de climas y vegetación, genera
amplias posibilidades de generar
redes y obtener ingresos a través
de la comercialización con otros
países. Es un país “bioceánico” pero
excesivamente concentrados en su
comercio exterior con EUA. México
JUAN EDUARDO MENDOZA P. | 195
es miembro de la APEC desde 1993
y, su ingreso a AP es un retorno a
los esquemas de integración lati-
noamericana que había abandona-
do. En términos geopolíticos, esta
acción también formó parte de la
estrategia mexicana de equilibrio
a las pretensiones de liderazgo de
Brasil.
Fuente: Jaime Rodrigo de Larrucea.
Legislación Marítima http://www.catalonia.
org/dretmaritim/index_bloque_03_Fin_
C2.html
La dependencia de México con Es-
tados Unidos quedó en evidencia
tras la firma del Tratado de Libre
Comercio con América del Norte
(TLCAN). Comercialmente, en la
década de los ochenta, el 61% de
las exportaciones mexicanas eran
hidrocarburos, mientras que, para
2012, las manufacturas represen-
taban el 81%. Hoy por hoy, el 78%
de las exportaciones mexicanas tie-
ne como destino EE. UU. (George,
196 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS

2013, p. 22). Desde la firma del TL- México aporta en el intercambio co-
CAN en 1994, se consideró que Mé- mercial en los sectores manufactu-
xico salía del escenario latinoameri- reros y de agroindustriales; además
cano y esta idea es compartida por se espera una mayor penetración
analistas, tanto mexicanos como de los productos de la industria
de otras latitudes en el continente. automotriz, dispositivos médicos y
(Herrera, 2014, pág. 216). Podemos metalmecánica.
considerar que, por otra parte, más
que una dependencia con Estados 4. Chile
Unidos, se generó una interdepen-
dencia, donde hoy, con las políticas
de Donald Trump, se reevalúa el
aporte de México en la economía
de Estados Unidos.

Esta dependencia económica y sen-

tido de abandono de la región es
una imagen que el actual gobierno
de Enrique Peña Nieto ha querido
dejar atrás, propiciando objetivos,
tales como trasformar al país en una
“potencia económica emergente”
y “lograr que México sea un actor
con responsabilidad global” (Villa-
mar, 2013, p.18). En este sentido, la Fuente: Jaime de Larrucea. Legislación
Marítima. http://www. catalonia.org/
Alianza del Pacífico se ve como una dretmar itim/index_bloque_03_Fin_
oportunidad para lograr su reingre- C2.html
so a la región. Asimismo, la diversi-
ficación de sus socios comerciales
le permitiría incrementar su mar- Independientemente de la cen-
gen de autonomía (Herrera, 2014, tralidad territorial de su capital y
p. 218), o de libertad de acción con de su alargada configuración, ha
los Estados Unidos y reinsertarse en desarrollado políticas de ocupa-
América Latina, aumentando el co- ción efectiva y presencial sobre el
mercio intrarregional. mar. Geopolíticamente, Chile ha

desarrollado una política exterior
vinculada al comercio con el Asia
Pacífico, en el que la proyección
marítima juega un rol importante.
Cabe considerar que, bajo el go-
bierno de Augusto Pinochet, el
aislamiento internacional, espe-
cialmente con los países de Europa
occidental y el enfriamiento de las
relaciones con los Estados Unidos,
llevará a considerar como una bue-
na alternativa la proyección en el en
la región del Asia Pacífico, especial-
mente con China.
Esta política de liberalización eco-
nómica y apertura de los mercados
se fue consolidando con los gobier-
nos de la Concertación, al integrar-
se Chile miembro del Consejo de
Cooperación Económica del Pacífi-
co en 1991 y a la APEC el año 1994,
haciendo que, para 2011, el 45.6%
de sus exportaciones fueran hacia
esa región del mundo y, especial-
mente, a China, país que se convir-
tió en su principal socio comercial
(CEPAL, 2011). En otras palabras,
Chile es un caso de inserción tem-
prana en el mercado asiático “Chile
se ha venido convirtiendo en un
país transpacífico, defendiendo un
modelo neoliberal y reacio a ceder
soberanía en escenarios de integra-
JUAN EDUARDO MENDOZA P. | 197
ción regional” (Pastrana, 2015, pág.
29).
La política de regionalismos abier-
tos, de los años noventa, ha signifi-
cado un escenario muy favorable,
tanto al interior del foro, como tam-
bién en las relaciones bilaterales
con las economías miembros. Es así
como Chile posee una activa parti-
cipación en la región, por un lado,
suscribiendo simultáneamente
preferencias arancelarias en China,
Japón, Corea, Singapur, Nueva Ze-
landia y Brunei y, por el otro, con la
India con quien tiene un acuerdo
de Alcance Parcial que, eventual-
mente, también será un TLC. Lo que
sienta las bases para la estabiliza-
ción de las normas y lineamientos
que orienten la integración en el
marco de la AP. Donde las empre-
sas chilenas ya están realizando in-
tercambios comerciales con China,
donde se incluyen productos de
vestimenta y cueros curtidos, que
son insumos para la elaboración de
productos finales en el país asiático.
La Alianza del Pacífico tiene una
gran importancia para Chile, en
primer lugar, consolidaba su pro-
yección de país “bisagra” o “puente”
entre el Asia-Pacífico y Sudamérica,
lo que favorece su estrategia de re-
198 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
lación intrarregional. En segundo
lugar, con la AP, Chile pretendía au-
mentar su comercio intrarregional,
fortaleciendo su economía, diver-
sificando su oferta exportadora y
aumentando su competitividad y,
todo lo anterior, sin que se vea afec-
tado su modelo neoliberal de de-
sarrollo ni con estrategia de regio-
nalismo abierto y multilateralismo,
consolidando, gracias a la experien-
cia obtenida, un cierto grado de
liderazgo en el relacionamiento de
vínculos políticos y comerciales con
el Asia-Pacífico, región clave en sus
proyecciones geopolíticas.
¿Cuáles serían las ventajas geopolí-
ticas de la Alianza del Pacífico sobre
otros bloques de integración regio-
nal?
En primer lugar, la Alianza del Pa-
cífico, es un acuerdo de Libre Co-
mercio ambicioso, que excede los
objetivos de otros Bloques, como
el MERCOSUR, el cual integrado
por países de la zona del Atlántico
tienen mayores dificultades para el
comercio directo con Asia Pacifico.
Pero dos de sus miembros se han
acercado como países observado-
res Uruguay y Paraguay. En la última
reunión en Chile el año 2015, asistió
también el recién electo Presidente
de la República Argentina, Mauricio
Macri, quien manifiesta una mayor
simpatía por el nuevo bloque. Si-
tuación distinta a la de Brasil, país
que, pese a su actual crisis política,
sigue siendo un actor relevante en
el escenario geopolítico mundial y
sudamericana, siendo el principal
impulsor del MERCOSUR.
La AP que incluye a México puede
ser un factor de equilibro al lideraz-
go que Brasil ejerce dentro del Mer-
cosur y proyecta de forma unilateral
en Latinoamérica. Es muy posible
que entre los próximos países que
se sumarían a la AP, estarían Costa
Rica y Panamá; este último país es
el puente entre ambos océanos,
que es el objetivo que podría al-
canzar la Alianza del Pacífico y que
no consiguió el MERCOSUR. Quizás,
por lo anteriormente expuesto, se
podría establecer una supuesta ri-
validad entre ambos bloques regio-
nales (AP y MERCOSUR), aunque, en
la práctica, nunca llegó a generar
conflictos. Por el contrario, el MER-
COSUR, en sus orígenes, suscribió
una serie de tratados comerciales
con países miembros que hoy son
parte de la Alianza del Pacífico,
como es el caso de Chile. La Alian-

za del Pacífico, cuyas políticas en
el ámbito mercantil son más flexi-
bles y representan un mercado en
crecimiento con una mano de obra
más cualificada, representa un 36%
del PIB en América Latina lo que lo
hace más llamativo para el mercado
asiático.
En tal sentido, la Alianza del Pacífico,
conformada actualmente por Chile,
México, Perú y Colombia, represen-
tan un bloque que está en proceso
de fortalecer las relaciones políticas
y comerciales entre sus miembros
y, en consecuencia, juega, además,
el rol de plataforma que permite
proyectar grandes oportunidades
de desarrollo hacia el continente
asiático.
Conclusiones
Los cuatro países Chile, Colombia,
México y Perú que dan forma a la
Alianza del Pacífico, no sólo conver-
gen en sus intereses económicos,
también pueden complementar
satisfactoriamente sus intereses na-
cionales dentro de la Alianza, como
una plataforma para la integración,
la coordinación e inserción con el
Asia Pacífico.
JUAN EDUARDO MENDOZA P. | 199
La visión geopolítica conjunta e in-
dividual de los Estados da cuenta
de la creciente importancia de la
ocupación de los espacios maríti-
mos, no sólo en un horizonte ribe-
reño, sino con una necesaria pro-
yección oceánica de mayor alcance
estratégico.
De los países miembros de la AP,
Chile y Perú se podrían asimilar a
una doctrina basada en la “Ocea-
nopolítica” fundada en la influencia
y gravitación permanente que ejer-
cen los espacios oceánicos, en la
formulación de las políticas nacio-
nales y exteriores. Dependerá de la
forma en que estos dos países den
por terminados sus asuntos pen-
dientes, en que Alianza se transfor-
me en una verdadera alianza estra-
tégica que fortalezcan los vínculos
de cooperación política, económi-
ca, militar, tecnológica y científica.
El desafío actual del bloque es que
consolide y madure en sus vincula-
ciones y relaciones de cooperación,
más allá de un acuerdo de Libre co-
mercio. Para ello, una visión ocea-
nopolítica contribuiría a institucio-
nalizar sus objetivos más allá de los
gobiernos de turnos y de los vaive-
nes ideológicos.
200 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS

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 CHINA Y SU INSERCIÓN EN LA ECONOMÍA LATINOAMERICANA.
OPORTUNIDADES PARA LA ALIANZA DEL PACÍFICO1

“no podemos entender la política de los países (…)

sin entender la verdadera relación entre la economía
nacional y la economía mundial, y los cambios
que se dan en esta relación” (Keohane, 1996: 7).

VERUSKA TORRES MELLO

Licenciada en Historia • Universidad de Los Andes - Venezuela

RESUMEN:

Al decidir abordar la inserción china en el mercado latinoamericano, me he

propuesto tratar de entender cómo un país con un sistema político-eco-
nómico tan particular ha logrado integrarse en el mundo capitalista y glo-
balizado actual, siendo especialmente interesante su reciente interés en
Latinoamérica. Para ello, en un primer apartado abordaré brevemente los
preceptos teóricos de la “Interdependencia Compleja”, desarrollados por
Robert Keohane y Joseph Nye. Después me referiré a la República Popular
China, realizando una contextualización de su proceso de internacionaliza-
ción, desde el viraje propuesto por Deng Xiaoping, para entrar en la relación
de China con América Latina, y culminaré con la prospectiva de oportunida-
des que puede traer a la Alianza del Pacífico.

Palabras claves: China y América Latina, interdependencia, Alianza Pacífico,

Inversión, integración.

Abstract:

In deciding to approach China’s insertion in the Latin American market,

I have tried to understand how a country with such a political-economic

1 Artículo recepcionado el 21 de septiembre de 2017 y aceptado el 31 de octubre de 2017.

202 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS

system has managed to integrate itself into the current capitalist and glo-
balized world, with its recent interest in Latin America being especially in-
teresting. In this first section, I will briefly discuss the theoretical precepts
of “Complex Interdependence”, developed by Robert Keohane and Joseph
Nye, and then I will refer to the People’s Republic of China, making a con-
textualization of its internationalization process since the turn proposed by
Deng Xiaoping, to enter into China’s relationship with Latin America, and
culminate with the prospect of opportunities it can bring to the Pacific
Alliance.

Key words: China and Latin America, Interdependence, Pacific Alliance, In-
vestment, Integration.

Para acercarnos a entender el rol de cia compleja se basa en ofrecer una

China en la economía latinoameri-
cana, es pertinente abordarlo desde
la interdependencia compleja, tam-
bién referida como “dependencia
mutua”, concepto que apareció en
la década de los setenta, convirtién-
dose en uno de los paradigmas para
explicar las relacionales internacio-
nales que integraban nuevos acto-
res en el escenario mundial. En 1989,
Keohane y Nye, en su obra Power
and Interdependence, desarrollan
una postura teórica de cómo anali-
zar los procesos de interdependen-
cia que se dan en el mundo actual,
entendiendo que la independencia
“se refiere a situaciones caracteri-
zadas por efectos recíprocos entre
países o entre actores de diferentes
países” (Keohane y Nye, 1988, p. 8).
En este sentido, la interdependen-
alternativa a la visión realista de las
relaciones internacionales, la cual
en grandes rasgos se basa en que
los asuntos militares y de seguridad
nacional son los que priman en la
agenda internacional.
Con su constructo analítico de inter-
dependencia compleja, en su crítica
del realismo político, “van un paso
más allá y analizan cómo la política
internacional es transformada por la
interdependencia” (Crane & Amawi,
1997, pp. 107-109), pues asegura-
ban que las nuevas realidades del
sistema no podían explicarse con el
modelo tradicional. Como señalan
Keohane y Nye (1988, p. 41), la inter-
dependencia tiene tres característi-
cas principales: 1) canales múltiples
conectan las sociedades; 2) la agen-

da de las relaciones interestatales
consiste en múltiples temas que no
están colocados en una jerarquía
clara o sólida; y 3) la fuerza militar
no es empleada por los gobiernos
contra otros gobiernos de la región
cuando predomina la interdepen-
dencia compleja. La fuerza militar,
por ejemplo, puede ser irrelevante
para resolver desacuerdos sobre as-
pectos económicos entre los miem-
bros de una alianza, pero al mismo
tiempo puede ser muy importante
para las relaciones políticas y milita-
res de esa alianza con un bloque ri-
val, es utilizada como un instrumen-
to disuasivo.
Estas tres características de la in-
terdependencia compleja originan
procesos políticos distintos, que
traducen los recursos de poder en
poder como control de resultados.
Los objetivos variarían también en
función de las áreas de problemas al
igual que la distribución de poder.
Además, se busca redefinir la con-
cepción de que el Estado-Nación es
la unidad central en las relaciones
internacionales.
A partir de tales postulados, se ela-
bora un modelo ideal de la política
mundial opuesto al modelo carac-
terístico del realismo político. La
VERUSKA TORRES MELLO | 203
realidad internacional en la mayoría
de los casos responderá, según Keo-
hane y Nye, a una situación interme-
dia entre ambos modelos. En esta
teoría, el modelo realista de una so-
ciedad en conflicto con otra es reno-
vado por una idea de globalización,
de esta manera los temas se diversi-
fican y desaparece o se flexibiliza la
jerarquización. Además, el sistema
internacional pierde el carácter uní-
vocamente estatocéntrico. Podría
decirse, que se pretende, desde la
teoría de la interdependencia, for-
mular un concepto analítico inter-
medio, entre el extremo pesimismo
del “estado de guerra” y el extremo
optimismo de una sociedad enca-
minada hacia el bien común a tra-
vés de la cooperación.
Para entender como la teoría de la
interdependencia ha influido en las
relaciones internacionales, Keohane
y Nye señalan como punto de parti-
da, el interés que tiene cada Estado
por maximizar sus intereses de po-
der. De esta manera, cada país ha
encontrado en la interdependencia,
un mecanismo para alcanzar objeti-
vos que individualmente eran difíci-
les de alcanzar (1989, p. 117).
En la actualidad, los Estados han
visto la posibilidad de alcanzar me-
204 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
jores resultados mediante acciones
multilaterales conjuntas, ya que
cada uno de los Estados soberanos,
en sus decisiones y ante el dere-
cho internacional, son reconocidos
como actores jurídicamente igua-
litarios y, por lo tanto, pueden es-
tablecer convenios y acuerdos. Los
regímenes internacionales están
vinculados a la interdependencia,
puesto que surgen de la relación
entre los actores del derecho in-
ternacional que toman decisiones
que no se basan exclusivamente en
decisiones independientes, sino de
acuerdo con el contexto internacio-
nal. En otras palabras, renuncian a
esta independencia con el objeto
de resolver dilemas de intereses y
conflictos comunes, que requieren
de la colaboración entre Estados
(Krasner, 1990, p. 47).
Por lo anterior, la teoría de la depen-
dencia nos sirve de apoyo para el
estudio de la inserción del gigante
asiático en la economía capitalista
mundial, haciéndolo un actor im-
portante del proceso globalizador,
en que los actores ya no están ais-
lados unos de otros y se encuentran
interrelacionados por las relaciones
económicas que poco a poco han
ido abarcando otras esferas, como
la cultural. Desde el punto de vista
de la interdependencia, las relacio-
nes están basadas en el reconoci-
miento mutuo de una dependencia
hacia otro Estado.
China y su inserción al mercado
mundial
La reforma del modelo de desarro-
llo de la República Popular China
(China), es objeto de la atención in-
ternacional, su inserción al mercado
mundial se enmarca en el proceso
de globalización y liberalización de
los mercados que se ha intensifica-
do en la última década. Conside-
rando a una economía globalizada
“como aquella en que la distancia
ni las fronteras nacionales obstacu-
lizan las transacciones económicas”
(Wolf, 2001).
En diciembre de 1978, en la cele-
bración del Tercera Sesión Plenaria
del Comité Central del XI Congre-
so de Partido Comunista Chino,
se tomó la decisión histórica de la
reforma y apertura, abriendo un
nuevo periodo de la modernización
china. La prioridad del trabajo del
Partido y del Gobierno se trasladó
a la construcción modernizadora.
Se materializó el histórico viraje,
abriendo el camino del socialismo
con características chinas, se creó

la teoría de Deng Xiaoping. Duran-
te las décadas de 1980 y 1990, con
la profundización de la reforma y la
apertura, China siguió explorando
teorías económicas y modelos de
desarrollo económico que se adap-
taran mejor a la realidad del país y a
las condiciones reales de desarrollo
puestas en prácticas.
Con Deng Xiaoping e incluso con
Jiang Zemin, podría decirse que
China manejó un bajo perfil en sus
relaciones con el exterior. Pero, a
partir del ascenso al poder de Hu
Jintao, gracias a los éxitos cada vez
más relevantes en lo económico,
muchos sectores de la política y la
academia empezaron a reclamar
un papel más activo de China en los
asuntos internacionales. Dirigiendo
sucesivamente la dirección colecti-
va central, los dirigentes chinos han
persistido en la política de reforma y
apertura externa iniciada por Deng
Xiaoping, propiciando en China una
estabilidad política, una economía
creciente y una diplomacia activa,
con Hu Jintao y ahora bajo la direc-
ción de Xi Jinping.
Ahora bien, en su postura oficial,
China sigue una política exterior de
paz bajo el principio de indepen-
dencia y autodecisión, cuya meta
VERUSKA TORRES MELLO | 205
fundamental es defender la inde-
pendencia, la soberanía y la inte-
gridad territorial, crear un favorable
ambiente internacional para la re-
forma y la apertura al exterior, pre-
servar la paz mundial e impulsar el
desarrollo común, sobre la base de
los Cinco Principios de Coexistencia
Pacífica.
La prioridad de la política exterior
China actual fue expresada en las
palabras del canciller Wang Yi, el 8
de marzo de 2015, quien subrayó
las claves de la política exterior de
China: una prioridad y dos líneas.
Una prioridad es la promoción inte-
gral de “Una Franja y Una Ruta”, las
cuales empujarán la resurrección de
Euroasia, y las dos líneas son la Paz
y el Desarrollo. Las iniciativas de la
Franja Económica de la Ruta de la
Seda y la Ruta Marítima de la Seda
del Siglo XXI, conocidas como “Una
Franja y Una Ruta”, fueron plantea-
das por el presidente Xi Jinping en
2013. Su objetivo es fortalecer los
vínculos económicos entre China, el
resto de Asia, Oriente Medio, África
y Europa, mediante el desarrollo de
varios corredores económicos, tan-
to terrestres como marítimos, así
como promover el desarrollo eco-
nómico en los distintos países y re-
giones participantes.
206 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
China y su relación con
América Latina
Dentro del marco de la cooperación
sur-sur, surgen entre China y Amé-
rica Latina relaciones económicas
muy interesantes, y por demás im-
portantes por su impacto en la diná-
mica internacional e histórica global.
La razón de utilizar la interdepen-
dencia compleja, como una teoría
para entender la relación de China
con América Latina, radica en que la
relación que se mantiene no es una
relación interestatal pura, pues está
compuesta de varios actores estata-
les y no estatales, pues la naturaleza
de las distintas interconexiones a
nivel internacional se produce entre
actores de diversa índole, si bien los
Estados son los principales impulso-
res de la misma. Especialmente im-
portante, es el papel que China le ha
otorgado a los organismos interna-
cionales y mecanismos de integra-
ción regional, así como también, a la
inversión privada.
De esta manera las teorías que con-
llevan las ideas del equilibrio de
poder y de la seguridad nacional
resultan muy pobres para el análisis
de los problemas de la interdepen-
dencia económica, situación que
es precisamente la que se presenta
entre China y los países de Amé-
rica Latina. La interdependencia
raramente es simétrica, por lo que
sus preceptos se adecuan a la rea-
lidad que se presenta entre China
y América Latina, muy diversa en
sí misma. Entonces, tenemos que
China está dispuesta a ofrecer me-
jores términos en diversas áreas de
negociación y financiamiento que
los mecanismos tradicionales para
la región (Estados Unidos, FMI, BM),
lo que progresivamente ha veni-
do propiciando la cooperación de
China en la región. Ejemplo de ello,
es la primera reunión del Foro Chi-
na-CELAC, en enero de 2015, que
es el nuevo mecanismo de coope-
ración que “abre un nuevo capítulo”
en los lazos sino-latinoamericanos y
ofrece una plataforma para el acer-
camiento entre ambas partes.
China mantiene ahora relaciones
diplomáticas con 21 países latinoa-
mericanos y caribeños mientras los
otros 12 tiene lazos diplomáticos
con Taiwán. Es el segundo socio
comercial más grande de América
Latina, y la suma total del intercam-
bio comercial ya representa más de
6,2% del valor de comercio exterior
de China. Los principales productos
de intercambio comercial entre Chi-
na y América Latina:

• Importación de China: Partes de
computadoras, autopartes, plás-
ticos, componentes de circuito
integral, aceite, soya, chatarra,
acero, cobre, cuero, minerales de
hierro, lana, pulpa de celulosa.
• Exportación de China: Farmacéu-
ticos, neumáticos, carbón, para-
fina, electrodomésticos, motos y
motocicletas, bicicletas, barcos,
productos de viaje, textiles y
confecciones, zapatos, juguetes.
Si bien se ha multiplicado la canasta
exportadora de bienes en 22 veces,
esta sigue concentrada en cinco
productos: soya, cobre, cobre refina-
do, hierro e hidrocarburos. En tanto,
las inversiones chinas se realizan
principalmente en Argentina, Brasil,
Venezuela y Ecuador. Cifras oficiales
de la CEPAL indican que China ya
es el primer o segundo destino de
las exportaciones para varios países
sudamericanos, y es uno de los tres
primeros proveedores de importa-
ciones para casi todos los países de
la región.
La presencia de China en los Meca-
nismos de cooperación regional la-
tinoamericanos: participa en meca-
nismos de consulta con el Grupo de
Río, MERCOSUR, CAN y CARICOM,
VERUSKA TORRES MELLO | 207
mecanismo de Diálogo Periódico a
nivel de Cancilleres con la Comuni-
dad de Estados Latinoamericanos
y Caribeños (CELAC), como obser-
vador del BID, PARLATINO, ALADI,
OEA y Alianza del Pacífico y como
miembro del Banco Americano de
Desarrollo y del Banco Caribeño de
Desarrollo. Además, cabe resaltar su
buen relacionamiento con la CEPAL,
organismo con el que ha ido esta-
bleciendo estrechos lazos.
Tanto los dirigentes de China como
de los países de América Latina
prestan una importancia estraté-
gica al desarrollo de las relaciones
bilaterales y más recientemente
en bloque. Son muy frecuentes las
visitas de alto nivel y los contactos
entre los mandatarios en los foros
internacionales y multilaterales, los
cuales han servido para afianzar
la confianza política y promover la
profundización de las relaciones bi-
laterales, lo que ha provocado que
las relaciones sino-latinoamericanas
estén dirigiéndose a una nueva eta-
pa, en la que se desarrollan en for-
ma más sólida y sostenida.
Del interés de China podemos decir
que centra su atención en tres as-
pectos principales: económico-co-
mercial, político y estratégico. Está
208 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
interesada principalmente, por un
lado, en obtener recursos y, por
otro, en abrir nuevos mercados para
sus productos (de alta tecnología,
ya no sólo manufacturas). Es en este
contexto, que durante este siglo
XXI China ha mirado hacia América
Latina como una región a la cual
percibe como un gran socio en la
cooperación para el desarrollo, in-
tensiones que se ven reflejadas más
recientemente en las iniciativas de
incluirla en el Foro para la Coopera-
ción Inter-nacional “Cinturón y Ruta”
celebrado el 14 y 15 de mayo en
Beijing, y en la celebración el 1 y 2
de junio del III Foro de Cooperación
en Infraestructura China – América
Latina y el Caribe, enmarcado en el
Foro de Cooperación China-CELAC.
Pues consideran a la región una pro-
longación natural de la ruta maríti-
ma de la Seda del siglo XXI. Así mis-
mo, en diciembre se celebrará la 11º
Cumbre Empresarial China-Amé-
rica Latina y el Caribe (China-LAC)
en Uruguay, que se llevó a cabo el
año pasado en México, todas estas
iniciativas están incluidas en el Plan
de Cooperación con América Latina
2015-2019, lanzado por China a ins-
tancias de la CELAC.
Para América Latina y el Caribe es
fundamental China, que es hoy su
segundo socio comercial e incre-
menta cada día más sus inversiones
en la región. Y como ha manifestado
Bárcena en numerosas oportunida-
des, la relación de China con Améri-
ca Latina y el Caribe genera oportu-
nidades “enormes” para todos. Y es
que, de acuerdo con cifras oficiales,
mientras en el año 2000 el comercio
entre China y América Latina-Caribe
era de 12.600 millones de dólares, en
2016 alcanzó los 216.600 millones
de dólares. Con la meta conjunta de
mejorar los mecanismos de discu-
sión sobre diversos asuntos, entre
ellos el económico, la capital chilena
(Santiago) recibirá en enero de 2018
el segundo encuentro ministerial del
Foro de China y la Comunidad de Es-
tados Latinoamericanos y Caribeños
(CELAC).
China y las oportunidades para la
Alianza Pacífico
La Alianza del Pacífico (AP), creada
en el año 2011, se define como “una
iniciativa de integración regional”,
en la que Chile, Colombia, México y
Perú se han propuesto un proyecto
común a través del cual fomentar su
crecimiento económico e insertar-
se mejor en las actuales dinámicas
mundiales. Como plantean Correa y
Catalán (2016):

“Además, la forma en que se es-
tructura la Alianza facilita su cre-
cimiento. Debe puntualizarse que
este proyecto va generando desde
su puesta en marcha las estructuras
de vinculación económica y polí-
tica, sobre los acuerdos bilaterales
de libre comercio establecidos en-
tre ellos, y que son la base sobre la
cual se desarrollará el comercio y
la inversión en la región, y no rom-
pen con el modelo de regionalismo
abierto, pues toman como marco
de referencia el TLCAN”.
China es uno de los principales so-
cios y un actor de relevancia global
para los miembros de la Alianza, se-
ñaló el embajador mexicano Julián
Ventura Valero en una entrevista
con Xinhua, reproducida en el País:
“China tiene grandes ventajas sien-
do la segunda economía del mun-
do. Es un gran importador de mu-
chos productos fabricados por los
países de la Alianza. Con la estrate-
gia de incentivar una gran presen-
cia global y la internacionalización
de las empresas chinas, se abren
oportunidades para generar tam-
bién mayores flujos de inversión
productiva” destacó, para también
señalar: “De ahí surge la iniciati-
va de estos países de presentar la
VERUSKA TORRES MELLO | 209
facilitación comercial puesta en
marcha para acelerar los procesos
de integración económica que au-
menten el atractivo y la capacidad
de estos países de fortalecer los
vínculos entre China y el bloque re-
gional”.
El elemento geográfico no es menos
importante que las fortalezas eco-
nómicas de los países miembros,
puesto que la salida de sus costas
al Océano Pacífico representa una
ventaja excepcional con miras al
futuro y a las crecientes inversiones
de todo tipo de Asia en la región la-
tinoamericana. Y como hemos visto
particularmente en China, cuyo in-
terés mayor lo representan la varie-
dad de materias primas que poseen
estos países.
Su gran reto es la industrialización
de todos sus miembros, que evite
o reduzca el impacto del arsenal de
productos chinos que compitan con
los nacionales, pero su gran fortale-
za es la oportunidad de establecer-
se como puente para el comercio in-
tra-regional desde Asia, sobre todo
con la situación política actual, en
la que estos países poseen los go-
biernos y economías más estables,
además que comparten visiones de
desarrollo similares.
210 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
Conclusiones
El mundo de hoy se encuentra en
un proceso histórico de grandes
transformaciones y reajustes, el cual
se caracteriza por el acelerado desa-
rrollo de los países emergentes y el
constante aumento de la fuerza re-
gional de los numerosos países en
vías de desarrollo. Siendo por igual
importantes integrantes del mundo
en desarrollo, China y América La-
tina tienen por delante las mismas
tareas y comparten amplios intere-
ses en común en lo que respecta a
la consecución de su propio desa-
rrollo sostenible, la promoción de
la multipolarización del mundo y el
enfrentamiento conjunto a los de-
safíos de carácter global, así como la
superación de sus desafíos internos
que les permitan alcanzar las metas
de una sociedad más acomodada.
Entendiendo que la “Interdepen-
dencia Compleja” es la teoría de las
relaciones internacionales que ex-
plica la ausencia del uso de la fuerza,
la falta de jerarquía en los asuntos
a tratar y la presencia de múltiples
canales de contacto entre las so-
ciedades, vemos que es el enfoque
teórico que mejor explica y acentúa
la importancia de actores no guber-
namentales en las relaciones inter-
nacionales, sobre todo en el ámbito
de la cooperación económica, en el
que se pueden realizar acciones de
cooperación entre distintos actores
y niveles jerárquicos. Sin embargo,
no hay que olvidar lo que plantea
Del Arenal (1994, p. 314), quien se-
ñala que el modelo de la interde-
pendencia, que privilegia las rela-
ciones de cooperación y la idea de
comunidad de intereses, tienden
a ignorar o encubrir la dimensión
conflictiva de las relaciones inter-
nacionales o transnacionales y las
profundas diferencias económicas,
sociales, culturales que caracteri-
zan al sistema internacional. De allí,
que podría discutirse como plantea
Cooper, si nos encontramos ante
“El Consenso de Beijing”, el modelo
chino que relevará el Consenso de
Washington, y es que China, cada
vez más ha ido posicionándose en
los mercados que los Estados Uni-
dos de América (EE. UU.), ha des-
cuidado o abandonado, sobre todo
con la administración Trump.
En todo caso, el multilateralismo
y regionalismo, ya que las dos son
formas complementarias para abrir
las economías, parecen ser los me-
canismos ideales de la inserción
China en la economía mundial. En
un mundo globalizado, las relacio-

nes comerciales de cualquier Esta-
do son un pilar fundamental en su
desarrollo económico y social, Chi-
na se ha vuelto especialmente im-
portante para Latinoamérica y es el
espacio al que América Latina se ha
dirigido para expandir y diversificar
sus relaciones económicas.
Es por esto por lo que, la Alianza Pa-
cífico, cuyo producto interno bruto
combinado representó el 35% del
total de América Latina y el Caribe
en 2012, ubicándola en el puesto de
la octava economía mundial, es un
foco importante en el que se con-
centra el interés chino. Además, este
bloque regional ha sido el séptimo
del mundo en cuanto a la recepción
de inversión extranjera directa du-
rante la última década, de acuerdo
con datos de la CEPAL.
Sin embargo, este debe establecer
un equilibrio entre los beneficios
que obtienen con sus asociaciones
con Asia y sus alianzas más antiguas
con EE. UU. y Europa, que continúan
siendo muy importantes, sino las
principales en algunas de sus eco-
nomías. En este sentido, es obligato-
rio mencionar la nueva ventana que
se ha abierto para China en toda la
región del Pacífico con la salida de
EE. UU. del Acuerdo Transpacífico de
VERUSKA TORRES MELLO | 211
Cooperación Económica (TPP), en
enero, el que casi inmediatamente
provocó el acercamiento al gigan-
te asiático. Irónicamente, este fue
ideado inicialmente como un cerco
hacia China, y ahora este deberá re-
formularse.
Este giró de las circunstancias eco-
nómicas para el área del Pacífico,
representa una gran oportunidad
para la AP, pues solo Colombia fal-
taría por adherirse al TPP, pudiendo,
sin duda, convertirse en una herra-
mienta de beneficio mutuo entre
China y la AP, y con ello para la re-
gión. Claro que no podrán olvidarse
ni descuidarse de las relaciones más
tradicionales con EE. UU. y Europa,
que continúan siendo altamente
importantes. La inserción China en
la economía latinoamericana ha
permitido diversificar los mercados
y esto fortalece la contribución de
la región a la economía mundial,
presentando grandes oportunida-
des para su desarrollo, que, a tra-
vés de los diversos mecanismos de
cooperación y foros de concerta-
ción entre América Latina y China,
permiten que sigan surgiendo es-
pacios para continuar fortaleciendo
y desarrollando las relaciones que
pueden ser muy provechosas para
ambos.
212 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS


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http://www.elpais.com.co/economia/alianza-del-pacifico-impulso-en-china-oportunida-
des-de-comercio.html
 TERCERA PARTE | 213

REPERTORIO DE LOS NUEVOS GOBIERNOS BRASILERO

Y ARGENTINO FRENTE A LA ALIANZA DEL PACIFICO:
¿CAMINO A LA CONVERGENCIA?1

JARDEL SESTREM
Licenciado en Relaciones Internacionales • Universidade do Vale do Itajaí, Brasil

VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS

Licenciada en Relaciones Internacionales
Universidad Católica de Santiago del Estero • Argentina

RESUMEN:

El presente trabajo tiene por objetivo identificar el repertorio de la política

externa de las dos mayores economías del Mercosur, Argentina y Brasil en
el marco de sus nuevos gobiernos (Michel Temer y Mauricio Macri), con
respecto al incipiente acercamiento con el bloque económico-regional de
la Alianza del Pacífico, así como también identificar la existencia de intere-
ses convergentes entre los países. Mercosur y la Alianza del Pacífico agru-
pan a las principales economías de Latinoamérica. También, destacamos
el papel de Chile como un actor relevante en el proceso de aproximación
entre los dos bloques comerciales.

Palabras claves: Alianza del Pacífico, Mercosur, Argentina, Brasil, Chile.

Abstract

This paper aims to identify the foreign policy discourse of Mercosur’s

major economies, Argentina and Brazil, within the framework of the

1 Artículo recepcionado el 22 de septiembre y aceptado el 06 de octubre de 2017.

214 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS

new governments (Michel Temer and Mauricio Macri), regarding their

new approach towards the regional-economic bloc Pacific Alliance. It
seeks to identify convergent interests between the two countries. In
addition, it highlights the role of Chile as a relevant actor in the process of
rapprochement between the two commercial blocs.

Keywords: Pacific Alliance, Mercosur, Argentina, Brazil, Chile.

Introducción dos. Los cuatro países de la nueva

El 28 de abril de 2011 los presiden-
tes de Chile, Colombia, Perú y Mé-
xico protagonizaron, en la ciudad
de Lima, la primera cumbre presi-
dencial de la Alianza del Pacífico, un
nuevo bloque comercial que desde
entonces ha eliminado, práctica-
mente, las tarifas comerciales entre
sus miembros.
Alianza del Pacífico, en cambio,
tienen gobiernos explícitamente
comprometidos con la integración
comercial, más allá de la orienta-
ción ideológica de sus presidentes,
y, visiblemente, distanciados de la
retórica proteccionista que hasta
entonces habían sostenido Dilma
Rousseff en Brasil y Cristina Fernán-
dez en Argentina.

El bloque de los cuatro países del
Pacífico viene a posicionarse como
un bloque pro-mercado y pro-inte-
gración en un continente donde, el
Mercosur, parece per-der protago-
nismo en la agenda comercial de
sus miembros. Ello también sucede
en un momento en que gran parte
de la Unión Europea y las potencias
comerciales de Asia ven sus esfuer-
zos de mayor apertura comercial
con Argentina, Brasil, Uruguay,
Paraguay y Venezuela, estanca-
Estos dos países, sin embargo, han
tenido importantes cambios en
términos políticos. La elección del
presidente Macri en Argentina re-
presentó un cambio estructural en
la política externa del país, reubi-
cando nuevas prioridades externas
en una etapa de reinserción del país
en el escenario internacional, guia-
do por la búsqueda de resultados
concretos en el comercio del país.
Por otro lado, el juicio político de
Dilma Rousseff, en Brasil, también
 JARDEL SESTREM • VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS | 215
indicó la emergencia de una nueva
conjuntara política guiada por di-
rectrices un poco distintas de aque-
llas planteadas por los gobiernos
anteriores.
Es en este contexto que, el 7 de
abril de 2017, los ministros de Re-
laciones Exteriores, Comercio y Pro-
ducción del Mercado Común del
Sur (Mercosur) y de la Alianza del
Pacífico se reunieron para evaluar
las posibilidades de un acercamien-
to comercial entre ambos bloques.
El encuentro inédito tuvo lugar al
margen del Foro Económico Mun-
dial para América Latina, que se
celebró en Buenos Aires y culminó
con la definición de una “hoja de
ruta”, para dar pasos concretos ha-
cia un mayor intercambio.
Según un comunicado conjunto,
difundido por los ministros, los paí-
ses acordaron establecer líneas de
trabajo para facilitar el comercio,
la cooperación aduanera, la pro-
moción comercial, el apoyo a las
pymes y la identificación de posi-
bles cade-nas regionales de valor.
Estas labores correrán por cuenta
del Grupo de Alto Nivel (GAN) de
la Alianza del Pacífico y del Grupo
Mercado Común (GMC) del Merco-
sur, cuyos miembros deberán re-
unirse periódicamente (DIRECON,
2017).
1. Brasil y la Alianza del Pacífico: El
Repertorio de la Política Exterior
Brasileña en el Gobierno Temer.
Desde su creación, la propuesta de
integración de la Alianza del Pacífi-
co fue percibida como un contraste
a los organismos existentes en la
región, como el Mercado Común
del Sur (Mercosur) y la Alianza Bo-
livariana para los Pueblos de Nues-
tra América (ALBA), y en este senti-
do, como una amenaza al proceso
de integración de América del Sur
como un todo. La resistencia del
gobierno brasileño observada ini-
cialmente era motivada por la per-
cepción de que la Alianza represen-
taría un desafío geopolítico, ya que
el fuerte apoyo norteamericano a
esta iniciativa podría dificultar la
construcción de un espacio suda-
mericano más integrado comercial
y económicamente (Bonzatto &
Menezes, 2016).
La percepción de los actores do-
mésticos fue bastante diferenciada
respecto de los representantes de
política exterior. Los medios de co-
municación y los sectores empresa-
riales mostraron interés y apoyo al
216 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
modelo de integración del bloque,
mientras que sectores del gobier-
no presentaron una posición más
escéptica en relación con su poten-
cialidad (Bressan y Luciano, 2016).
En uno de los periódicos de mayor
difusión en el país, era visible la in-
clinación por la opción de la Alianza
del Pacífico:
“Considerandose que essa aliança
existe formalmente há menos de
dois anos, os progressos são im-
pressionantes - ainda mais se com-
parados à letargia do Mercosul,
cujos projetos de integração se
arrastam há mais de duas décadas.
[...]. Em poucas palavras, a diferença
entre um e outro está na visão de
mundo: enquanto os países do Pa-
cífico apostam no livre mercado, os
parceiros do Mercosul dão cada vez
mais ênfase ao estatismo [...]” (O Es-
tado de S. Paulo, 2014).
De acuerdo con Bonzatto y Me-
nezes (2016), la relación entre Brasil
y la Alianza del Pacífico es marcada
inicialmente por un momento de
resistencia (2011-2013), y poste-
riormente, a partir de 2014, mayor
aproximación, en el contexto del
nuevo gobierno de Bachelet en Chi-
le. En este mismo año, la entonces
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff
hizo un intento para contornar el
impacto de la creación de la Alianza
del Pacífico en la región. Presentan-
do a los Estados miembros del Mer-
cosur, en la Cumbre celebrada en
julio de 2014, la anticipación para
2016 del Acuerdo de Libre Comer-
cio con Chile, Perú y Colombia pre-
visto para entrar en vigor en 2019.
Sin embargo, esa iniciativa no tuvo
el apoyo de los demás miembros
del Mercosur.
Ya el 26 de febrero de 2016, Arman-
do Monteiro, ex ministro de Desa-
rrollo, Industria y Comercio (MDIC),
tras reunirse con empresarios en
Santiago (Chile), durante una visi-
ta oficial de la entonces presiden-
ta Dilma, afirmó que “Brasil definió
como una “prioridad de la política
comercial esa visión de que los paí-
ses de la Alianza del Pacífico son
socios naturales de Brasil” (Portal
Brasil, 2016).
El año 2016, sin embargo, fue im-
pregnado por una profunda crisis
política que culminó con el juicio
político de Rousseff. Este movi-
miento no sólo tuvo profundas im-
plicaciones en el ámbito de la políti-
ca interna y del reordenamiento de
diversas políticas públicas, sino que
 JARDEL SESTREM • VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS | 217
también implicó un ligero cambio
retórico en torno a la política exte-
rior brasileña. Las prioridades exter-
nas de los gobiernos anteriores fue-
ron mantenidas por el gobierno de
Temer, pero con acentuados cam-
bios de énfasis y de orientación.
De acuerdo con Rubens Barbosa,
presidente del Consejo Superior de
Comercio Exterior de la Federación
de Empresas de São Paulo (FIESP),
el Mercosur ahora “pasaba a ser
tratado de manera objetiva y de
acuerdo con los intereses brasi-le-
ños, con vistas al relanzamiento del
grupo, la reanudación de sus obje-
tivos iníciales de liberalización de
comercio y apertura de mercado”.
Como se ha demostrado por Kalou-
ty & Degauten, el informe de coyun-
tura Nº 1 de 2017 de la Presidencia
de la República, la percepción del
nuevo gobierno es que anterior-
mente, Brasil se há-bía mantenido
atado al Mercosur y a sus socios,
economías inestables y problemá-
ticas, desprovisto de una estrategia
viable de negociaciones comercia-
les e incapaz de reaccionar políti-
ca y diplomáticamente frente a las
transformaciones ocurridas en el
sistema de gobernanza comercial
global. Así, “Brasil estaría comercial-
mente, perdiendo oportunidades,
influencias e inversiones” (p.24).
Esta nueva reorientación también
establece un posicionamiento dis-
tinto frente a las negociaciones
comerciales, reconociendo que
un nuevo sistema comercial esta-
ría siendo gestado al margen de
la OMC. Como resultado, el país
se encontraría fuera del eje de los
grandes proyectos comerciales en
curso: Transatlantic Trade and In-
vestment Partnership (TTIP) y la
TransPacific Partnership (TPP), que
debería crear una zona de libre co-
mercio entre los países del Pacífico;
y reconoce, especialmente, que el
país se ha mantenido apartado de
la Alianza del Pacífico, zona de libre
comercio formada por países eco-
nómicamente más dinámicos.
José Serra, quien fue el primer mi-
nistro de Relaciones Exteriores del
gobierno de Temer, es una pieza
fundamental para comprender la
concepción de la política exterior
brasileña. En su discurso inicial
como ministro, Serra afirmó que:
“Junto com os demais parceiros,
precisamos renovar o Mercosul,
para corrigir o que precisa ser co-
rrigido, com o objetivo de fortale-
cêlo, antes de mais nada quanto ao
218 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
próprio livre-comércio entre seus
países membros, que ainda deixa
a desejar, de promover uma pros-
peridade compartilhada e conti-
nuar a construir pontes, em vez de
aprofundar diferenças, em relação
à Aliança para o Pacífico, que envol-
ve três países sulamericanos, Chile,
Peru e Colômbia, mais o México. [...]
não podemos assistir impassíveis à
renovação de uma espécie de Tra-
tado de Tordesilhas, que aprofun-
daria a separação entre o leste e o
oeste do continente sulamericano”
(Itamaraty, 2016).
Durante la sesión plenaria de la
Cumbre del Mercosur, en Men-do-
za, en Julio 2017, Michel Temer afir-
mó que además de buscar la con-
clusión del acuerdo con la Unión
Europea, el Mercosur, bajo la presi-
dencia brasileña, “buscará estrechar
lazos con los países de la Alianza del
Pacífico.” Además, resaltó la impor-
tancia de ese objetivo resaltando
en su discurso que el Mercosur y la
Alianza del Pacífico, juntos, reúnen
cerca del 80% de la población de
América Latina y el Caribe y repre-
sentan más del 90% del PIB y de los
flujos de inversión extranjera en la
región (Planalto, 2017).
En abril de 2017, en la ceremonia de
graduación del Instituto Rio Bran-
co, la institución de capacitación
diplomática de Brasil, Temer tam-
bién destacó que: “na nossa região,
estamos revitalizando o Mercosul,
resgatando sua vocação original de
democracia e livre-mercado. Que
nós estamos aproximando dos par-
ceiros da Aliança do Pacífico. Que
estamos contribuindo para uma
convergência pragmática” (Arsla-
nian y Yip, 2017, p.388).
En este sentido, de acuerdo con
Arslaninam y Yip (2017), el diálogo
desarrollado entre el MERCOSUR y
la Alianza del Pacífico hasta el mo-
mento ha sido una estrategia bra-
sileña de ampliar su integración
económica con América Latina. Los
autores acentúan que los países de
los dos bloques poseen una tradi-
ción de asociación y cooperación
en los más diversos campos. Chile,
Colombia y Perú ya son, por ejem-
plo, estados asociados del Merco-
sur.
En el campo comercial, Brasil es
uno de los principales socios de
los países de la Alianza del Pacífi-
co, en la mayoría de los casos con
participación mayor que la de los
demás países del bloque, siendo
el quinto mayor mercado de desti-
 JARDEL SESTREM • VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS | 219
no y el tercer mayor proveedor de
Chile; el séptimo principal mercado
y el quinto mayor proveedor de Co-
lombia; el quinto mercado y el ter-
cer mayor proveedor del Perú; y el
cuarto mercado y el onceavo mayor
proveedor de México (Arslaninam y
Yip, 2017). Así, como plantean Ar-
slaninam y Yip, no se puede: “falar
em uma rivalidade ou antagonismo
entre o MERCOSUL e a Aliança do
Pacífico, mas sim em um relacio-
namento bastante tradicional nos
âmbitos político e econômico, que
agora se busca aprofundar com
base em medidas pragmáticas e
com-plementares aos acordos já
existentes” (p.225).
2. Mauricio Macri: Con la Mirada
Puesta en el Pacífico
Según Dinatale (2016), tres gestos
concretos del presidente Mauricio
Macri anticipan un giro copernica-
no en las relaciones exteriores de la
Argentina: decidió viajar a la cum-
bre de presidentes de la Alianza del
Pacífico; visitó a su par de Colom-
bia, Juan Manuel Santos, (perso-
naje crucial en la formación de ese
bloque), y presentó una solicitud
formal para que el país sea “obser-
vador” de la alianza comercial in-
tegrada por Chile, México, Perú y
Colombia. De esta manera, la incor-
poración de Argentina como obser-
vador en la Alianza del Pacífico, se
selló tras la visita del presidente ar-
gentino a Colombia y se formalizó
recientemente, apunta a un cambio
político - estratégico en la inserción
comercial y económica de la Argen-
tina en el mundo.
Este acercamiento en las rela-cio-
nes entre los bloques comerciales
del Mercosur y la Alianza del Pací-
fico, a iniciativa de Macri, responde
a un nuevo perfil de política exte-
rior, claramente diferenciado del
gobierno de Cristina Kirchner. A
diferencia de la gestión anterior, el
actual gobierno tiene la firme vo-
cación de avanzar en una inserción
más activa y dinámica en los flujos
comerciales internacionales. El ob-
jetivo oficial apunta a desarrollar en
el corto plazo la apertura de nuevos
mercados para promover las expor-
taciones argentinas, a fin de moto-
rizar al sector productivo y generar
estímulos para la llegada de nuevas
inversiones. En esa dirección se ins-
cribe también el intento de relanzar
las estancadas negociaciones entre
el Mercosur y la Unión Europea.
En palabras de la ex Canciller Susa-
na Malcorra, el objetivo es “des-
220 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
ideologizar” la política exterior
argentina, para que el país pueda
establecer líneas de negociación
“maduras” con el mundo que “sir-
van a los intereses argentinos”. De
este modo, el nuevo gobierno se
plantea una relación abierta con
el mundo, donde no existan “anti-
nomias”, ni blancos y negros: no es
necesario elegir entre Estados Uni-
dos y China, cuando se puede tener
una relación con ambos. El objetivo
final es “volver al mundo”, para mos-
trar que la Argentina es un país con-
fiable (Ghiotto,2016).
En este sentido, en su última visita
a Santiago de Chile, Macri criticó
abiertamente a sus predecesores:
“El camino del aislamiento clara-
mente no era el mejor camino, lo
que se hizo fue profundizar la po-
breza, la falta de crecimiento y de
empleo de calidad”. La falta de vi-
sión del gobierno anterior nos hizo
perder la autonomía energética (...),
pero esta vez estamos en el camino
de generar confianza para integrar-
nos en serio” (La Nación, 2017).
La estrategia de Macri es buscar
un acercamiento a la Alianza del
Pacífico (bloque rechazado por el
kirchnerismo por cuestiones ideo-
lógicas) y, a la vez, intentará posicio-
narse como un líder regional capaz
de unir a los países del Mercosur
con aquellos del Pacífico que están
alejados de la retórica bolivariana.
Desde que el mandatario argen-ti-
no asumió la presidencia, ya rea-
lizó tres visitas oficiales a Chile. Se
estima que el objetivo propuesto
por Macri es el de convertir a Chi-
le en una suerte de “país puente”,
que permita acercar a las naciones
del Mercosur con los integrantes de
la Alianza del Pacífico. En la misma
sintonía, la ex Canciller argentina
Susana Malcorra manifestó que
“Hay un claro objetivo del Presiden-
te de empezar a trabajar arduamen-
te en una alianza real con los países
del Pacífico y unir esas voluntades
con las del Mercosur” (Clarín, 2017).
El diario argentino “La Nación”
subrayo que “en los hechos, Ma-
cri busca fortalecer esta alianza en
obras concretas e ir más allá de la
retórica”. En este sentido, el ex mi-
nistro de Hacienda Argentina (Al-
fonso Prat-Gay), y su par chileno,
Luis Céspedes, ratificaron la instru-
mentación de un acuerdo conjunto
para avanzar en las obras del túnel
de Agua Negra en San Juan. Esto
 JARDEL SESTREM • VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS | 221
apunta a dar celeridad a las obras
de conectividad del corredor bio-
ceánico y convertir a la Alianza del
Pacífico en una puerta de salida
más ágil para el comercio con Asia.
Estos cambios en la perspectiva
integracionista también sumaron
apoyo por parte de los goberna-
dores de Argentina (factores claves
de la gobernabilidad del país), el
gobernador peronista de la provin-
cia norteña de Salta, Juan Manuel
Urtubey se mostró muy alineado
con esa idea de Macri: “Debemos
relanzar el Mercosur y avanzar en
una integración con los países de la
cuenca del Pacífico y el Pacto Andi-
no”. Urtubey pretende obtener rédi-
tos concretos para su provincia, así
como también catapultar a todo el
noroeste argentino con la instala-
ción de un puerto seco entre Salta y
Antofagasta que impulse el comer-
cio argentino hacia el Asia.
En conclusión, la incorporación de
la Argentina como país observador
supone un primer paso para identi-
ficar vías y generar las condiciones
para que el Mercosur y la Alianza
del Pacífico exploren un eventual
mecanismo de convergencia.
3. Intereses de Argentina
Sin duda, Macri considera que la
Alianza del Pacífico representa una
apuesta innovadora de integración
regional en América Latina con mi-
ras a insertarse en la región Asia-Pa-
cífico. Sus miembros tuvieron claro
que uno de sus objetivos primor-
diales sería el de “convertirse en una
plataforma de articulación política,
de integración económica y comer-
cial, y de proyección al mundo, con
especial énfasis al Asia Pacífico”. El
perfil de la Alianza del Pacífico se-
duce a Macri y es funcional a sus in-
tereses de gobierno. Sin embargo,
se debe destacar que las aspiracio-
nes argentinas de confluencia con
la Alianza del Pacífico encuentran
claras limitaciones formales, fun-
damen-talmente nos referimos al
Mercosur. Según la opinión del di-
plomático argentino Jorge Argue-
llo:
Esta confluencia supone oportu-
nidades y desafíos, pero no está
exenta de limitaciones políticas y
económicas. El Mercosur es la pri-
mera restricción: por su carácter de
unión aduanera, no es posible que
los miembros del Mercosur puedan
celebrar acuerdos de libre comer-
cio de manera individual. Brasil ha
esbozado informalmente una aspi-
222 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
ración a flexibilizar esta valla, pero
nada indica que en el corto plazo
habrá conversaciones de este tenor.
Acceder individualmente a la Alian-
za del Pacífico implicaría para los
miembros del Mercosur recobrar
previamente la potestad de decidir
sobre el régimen arancelario aplica-
ble a terceros estados. Se trataría,
en definitiva, de la eliminación del
arancel externo común (AEC) (Ar-
guello, 2016)
De esta manera, cualquier estrate-
gia de convergencia económica en-
tre la Argentina y la Alianza del Pací-
fico, debe ser realizada en conjunto
con el Mercosur. Por su parte, el Se-
cretario de Relaciones Económicas
Internacionales, Horacio Reyser, en
representación de la Cancillería ar-
gentina, participó del “Encuentro
del Consejo de Ministros con los
Estados Observadores de la Alian-
za del Pacífico”. Reyser resaltó el rol
proactivo de la Argentina en los fo-
ros internacionales dado su rol de
anfitrión en la próxima cumbre mi-
nisterial de la OMC y la presidencia
del G20 en el 2018, y manifestó el
interés de Argentina en promover
un acercamiento entre el MERCO-
SUR y la Alianza del Pacífico.
Asimismo, remarcó que desde el co-
mienzo de la administración Macri:
“nuestro gobierno se encuentra
abocado a la generación de confian-
za a través de tres grandes pilares:
la inserción inteligente al mundo
usando como plataforma el Merco-
sur, participando activamente en los
foros internacionales como la OMC
y el G20 y encarando un plan de ac-
ción con la OCDE” (Boletín oficial de
la Cancillería Argentina, 2017).
Particularmente, el gobierno
ar-gentino apuesta por el mayor
crecimiento del sector financiero:
“Existe una gran oportunidad si la
Argentina hace las cosas bien. Un
ejemplo es que las emisiones de bo-
nos corporativos representan solo
un 5% del PBI del país y muchos de
los países de la Alianza del Pacífico y
la región llegan a tener entre el 25%
- 35%. Nuestra capitalización bur-
sátil es de alrededor del 8% del PBI
cuando en otros mercados supera
el 25%. Por lo tanto, hay US$100.000
millones en cada una de estas herra-
mientas financieras como oportuni-
dad”, concluyó Reyser.
Además, en esta línea de acerca-
miento se enmarcan los acuerdos
establecidos por Argen-tina con
Colombia y México (ambos miem-
 JARDEL SESTREM • VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS | 223
bros de la AP). Con Colombia se
firmó recientemente un acuerdo
automotriz para comerciar entre
ambos países con arancel cero has-
ta un cupo de 42.000 vehículos por
año. Mientras que México recibirá
limones argentinos por primera vez
en la historia comercial entre am-
bos países.
3.1 Convergencia en la diversidad:
Chile, principal pro-pulsor del
acercamiento entre la Alianza del
Pacífico y el Mercosur.
La mandataria de Chile, Michael
Bachelet al comienzo de su segun-
do gobierno explicó que uno de
sus objetivos de política exterior
era la de continuar con la lógica
de “convergencia en la diversidad”.
En declaraciones públicas sostuvo
que cuando llegó al gobierno, su
“primera preocupación era que el
Atlántico no sintiera que el Pacífico
le estaba dando la espalda, buscar
la manera en que el Mercosur y la
Alianza del Pacífico tuvieran mayor
inte-gración” (La Nación, 2017).
Bachelet destacó que “hubo avan-
ces importantes en muchas líneas”,
con temas como la conectividad
transfronteriza, donde se retoma-
ron los túneles en los tres grandes
pasos: Agua Negra, Las Leñas y Los
Libertadores.
“Queremos ampliarlos, mejorarlos,
tener un paso más fluido de perso-
nas, de servicios. También quere-
mos articular el eje sudamericano
del Atlántico al Pacífico, pasando
por Brasil, Paraguay, la Argentina
y Chile, partiendo un corredor en
Puerto Murtinho [Brasil] y termi-
nando en Antofagasta”.
Finalmente, en cuanto a las rela-
ciones bilaterales con Argentina
manifestó: “La Argentina es para
nosotros muy importante. Es nues-
tro segundo socio comercial en la
región, el sexto en el mundo y se-
gundo destino de nuestras inver-
siones”(La Nación, 2017).
Por su parte, en una columna de
opinión del diario chileno “El Mos-
trador”, Heraldo Muñoz, actual Can-
ciller de Chile, sostuvo una clara
postura con respecto a la presente
situación regional: “En ciertos sec-
tores políticos se ha instalado la
versión interesada, o de desconoci-
miento inexplicable, de que la po-
lítica exterior de Chile se restringe
a la mera negociación de acuerdos
comerciales. Nada más alejado de
la realidad”.
224 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
El Canciller Muñoz señaló:
“La única expresión real de integra-
ción regional la ha impulsado Chile
en el acer-camiento entre la Alianza
del Pacífico y el Mercosur. Todo lo
demás ha sido retórica improducti-
va. Ambos bloques concordaron en
una reunión de cancilleres y minis-
tros de comer-cio una “hoja de ruta”
concreta, que da sentido al con-
cepto acuñado por Chile de “con-
ver-gencia en la diversidad”, y que
dejó atrás la tensión que se percibía
entre los países de la costa Atlánti-
ca y los del Pacífico. A eso se agrega
el rápido avance de los corredores
bioceánicos que conectan a Brasil,
vía Paraguay y Argentina con el
norte de Chile” (El Mostrador, 2017).
Asimismo, Heraldo Muñoz, des-
tacó que se trata un hito en la in-
tegración latinoamericana en un
momento en que reina la incerti-
dumbre a nivel internacional y se
observan presiones proteccionistas
y nacionalistas, incluso xenófobas
(en referencia al gobierno de Do-
nald Trump).
El gobierno de Chile tiene en claro
que el objetivo de acercamiento
entre los dos principales bloques
regionales no es fusionarlos, sino
lograr una convergencia en la di-
versidad, con una mirada realista se
entiende que ambos bloques eco-
nómicos presentan características
diferentes en su esencia y funciona-
miento.
4. Conclusiones
Es fundamental la idea de “construir
a partir de lo logrado”, es claro que
ambos bloques regionales repre-
sentaran identi-dades propias, no
es posible pretender desmantelar
Mercosur para que se acople al per-
fil de la Alianza, tampoco es válida
la postura de polarización extrema
entre los esquemas regionales, “o
adoptar el modelo pro industrial
de cuidado del mercado interno
o adoptar el modelo de apertura
comercial”, la realidad es más com-
pleja que la afirmación simplista de
elegir Mercosur “o” Alianza del Pa-
cífico, es necesario encontrar una
complementarie-dad entre ambas
alternativas.
También es cierto que se destaca un
elemento geopolítico de fondo que
será necesario converger, es decir
las diferentes estrategias de inser-
ción internacional adoptadas por
los bloques. De acuerdo con el in-
forme elaborado por la Asociación
 JARDEL SESTREM • VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS | 225
de Exportadores e Importadores de
Argentina, los países de la Alianza
(con la excepción de México), no
tienen un arancel externo común,
por lo que no buscan tener un sec-
tor industrial desarrollado, ni con-
centrar sus esfuerzos en exportar
valor agregado. Es una decisión au-
tónoma y entendible de cada país.
Responde a una decisión estratégi-
ca de a qué se dedica y en qué sec-
tores se especializa una economía.
Eliminar el arancel externo común
(idea apoyada por los detractores
de Mercosur) implicaría permitir
que más productos importados
conquistaran el Mercado local de
Mercosur, una gran pérdida de
puestos de trabajo del sector in-
dustrial y la posibilidad de que des-
aparezcan o se reduzcan muchas
empresas nacionales. La realidad es
sumamente compleja.
Es fundamental encontrar com-ple-
mentariedad entre los bloques re-
gionales, lo demanda la compleja
coyuntura internacional que vivi-
mos, donde el “multilateralismo”
adquiere un rol primordial para
Latinoamérica, ante los enormes
desafíos que impone el gobierno
de Donald Trump, así como tam-
bién el papel de China. La llamada
“Troika latinoamericana”, Argentina
y Brasil (Mercosur), México (Alianza
del Pacífico) debería lograr sentar
posturas comunes que representen
a ambos bloques, ante la próxima
reunión del G20 y de la OMC, a rea-
lizarse en la ciudad de Buenos Aires
en el 2018.
Por otro lado, es de destacar el pa-
pel de Chile, como principal propul-
sor del acercamiento entre Alianza
del Pacífico y Mercosur, ante volun-
tad manifiesta del gobierno chileno
de romper con la falsa dicotomía
de las eco-nomías del Atlántico vs
economías del Pacífico. Ante las in-
minentes elecciones presiden-cia-
les, y de ganar Piñera (candidato
favorito) genera cierta incógnita si
mantendrá una postura amigable
con respecto al Mercosur, ya que
durante su gobierno anterior se en-
focó exclusivamente en la Alianza
del Pacífico.
Por su parte, Temer en Brasil, ha
promovido una serie de acciones
para sacar a Brasil de la recesión. En
el ámbito interno, el ajuste fiscal en
el ámbito macroeconómico viene
acompañado de un discurso, en el
plano externo, enfocado en la in-
serción del país en los nuevos mati-
ces del comercio mundial. Es cierto
226 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
que su política externa es todavía
muy incipiente, y mucho de lo que
se analizó en términos de cambios
y mantención hasta el momento
se basa en las declaraciones de los
agentes gubernamentales. Sin em-
bargo, la defensa del libre comercio
y de la iniciativa privada por parte
de estos mismos agentes, indican
una mayor aproximación pragmáti-
ca del país con las economías de la
Alianza del Pacífico.
Finamente, Mauricio Macri y Michel
Temer enfrentan grandes desafíos,
ambos gobiernos han realizado
un giro en sus políticas exteriores
con respecto a los mandatarios
anteriores. Una lectura de sus de-
claraciones e intereses demuestran
la clara decisión de emprender un
acercamiento con el bloque econó-
mico-regional del Pacífico. El perfil,
tanto político como personal de
ambos mandatarios ha contribuido
a generar un mayor entendimiento
y proyectos a futuros con la Alianza
del Pacífico.
 JARDEL SESTREM • VERÓNICA FLORENCIA CAMPOS | 227

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 LA INTERNACIONALIZACIÓN DEL POSTGRADO EN CHILE:
UNA MIRADA DESDE LA ALIANZA DEL PACÍFICO1

JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ

Magíster en Relaciones Internacionales PUCV • Periodista PUCV

RESUMEN:

Durante los últimos años se aprecia como tendencia un aumento en el in-

terés de los alumnos extranjeros por estudiar en Chile. El mayor porcentaje
de los extranjeros que arriban a nuestro país para desarrollar estudios de
postgrado son latinoamericanos, los que son encabezados por Colombia,
Ecuador, Perú y Brasil. Desde 2013 a la fecha, por medio de la Plataforma de
Movilidad Académica y Estudiantil de la Alianza del Pacífico, ha aumenta-
do paulatinamente el intercambio entre los cuatro países que conforman
esta Alianza: México, Colombia, Perú y Chile. Los números de estudiantes
se han incrementado cada año y se aprecia de manera efectiva un interés
por realizar pasantías en pregrado y postgrado, como también para desa-
rrollar investigación conjunta. De esta manera se está contribuyendo posi-
tivamente a la integración y la cooperación en América Latina.

Palabras claves: cooperación internacional, educación superior, América

Latina, integración, Alianza del Pacífico.

Abstract:

During the last years, there is an increase in the interest of foreign students
to study in Chile. The largest percentage of foreigners’ students coming to

1 Artículo recepcionado el 21 de septiembre de 2017 y aceptado el 6 de octubre de 2017.

230 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS

our country to develop postgraduate studies are Latin Americans, who are
headed by Colombia, Ecuador, Peru and Brazil. Since 2013 to date, through
the Platform for Academic and Student Mobility of the Pacific Alliance, the-
re has been a gradual increase in the exchange between the four countries
that make up this Alliance: Mexico, Colombia, Peru and Chile. The number
of students has increased each year and there is an effective appreciation
of both undergraduate and postgraduate internships, as well as joint re-
search. In this way, it is contributing positively to integration and coopera-
tion in Latin America.
.
Key words: international cooperation, higher education, Latin America, in-
tegration, Pacific Alliance.

Introducción a acercarse a través de la educación

América Latina, como nunca en
la historia, tiene la posibilidad de
transformarse en un referente a
nivel internacional. En el contex-
to global, los países de esta zona
del planeta tienen una capacidad
mayor que antes de llegar a las na-
ciones desarrolladas y éstas se en-
cuentran interesadas en conocer
nuevas culturas y generar numero-
sos intercambios.
Durante las últimas décadas, los
vínculos han estado marcados so-
bre todo por el envío de materias
primas, pero paulatinamente las
naciones latinoamericanas se están
abriendo al mundo y comenzando
superior, entre otros ámbitos del
sector productivo y de servicios.
En esta línea, un aspecto que es
interesante de destacar son los cre-
cientes vínculos que se están ge-
nerando en el marco de la Alianza
del Pacífico, bloque conformado
por México, Colombia, Perú y Chi-
le. Aunque esta iniciativa se inició
con la intención de avanzar en el
acercamiento de los mercados y
mejorar el comercio, pensando
en una mayor proyección hacia el
continente asiático, con el paso del
tiempo se está avanzando además
en la cooperación académica y el
otorgamiento de becas en pregra-
do, postgrado e investigación, las

que están siendo utilizadas por do-
centes y universitarios de los cuatro
países de la Alianza.
Extranjeros en Chile: Una tendencia
en aumento
Durante el año 2016, la cantidad
de estudiantes extranjeros regu-
lares matriculados en institucio-
nes de educación superior (IES) en
Chile, alcanzó la cifra de 19.219, lo
que implica un incremento de 674
estudiantes respecto del año 2015
(18.545 estudiantes extranjeros en
IES chilenas en 2015), (SIES, 2017).
Sobre el tipo de estudios que rea-
lizan en instituciones de educación
superior en Chile, el 69,8% de los
estudiantes extranjeros regulares
está matriculado en una carrera
de Pregrado (44,0% en una carrera
profesional y 25,8% en una carrera
técnica). El 25,8% está matriculado
en un programa de Postgrado y el
4,4% estudia en programas de Pos-
título (SIES, 2017).
En relación con el origen geográ-
fico de los estudiantes extranjeros
regulares, la mayoría de los matri-
culados en instituciones de educa-
ción superior en Chile proviene de
América del Sur (76,5%), seguido de
América Central y el Caribe (6,7%) y
Europa (3,6%).
JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ | 231
En relación con el origen geográfico
de los estudiantes extranjeros regu-
lares, la mayoría de los matricula-
dos en instituciones chilenas arriba
desde América del Sur (76,5%). En-
tre los principales países de esta re-
gión se encuentran Perú con 6.118
estudiantes (41,6%), Colombia con
3.191 estudiantes (21,7%) y Ecua-
dor con 1.772 estudiantes (12,1%).
En cuanto a su distribución regional
en Chile, la mayor parte de los estu-
diantes extranjeros regulares están
matriculados en la Región Metro-
politana (70,6%), seguido en menor
proporción en las regiones de An-
tofagasta (6,8%), Valparaíso (5,0%),
Tarapacá (4,9%) y Biobío (4,1%).
(SIES, 2017).
Por su parte, los programas de post-
grado concentran el 25,8% de la
matrícula de extranjeros regulares
y los postítulos el 4,4%. En el nivel
de postgrado en 2016 había 4.952
estudiantes extranjeros regulares,
de los cuales 2.100 estaban matri-
culados en universidades estatales,
1.716 en universidades privadas del
Consejo de Rectores de las Univer-
sidades Chilenas (CRUCH) y 1.136
en universidades privadas.
En postgrado, al agrupar los pro-
232 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
gramas según subárea del cono-
cimiento, se observa que los doc-
torados con mayor matrícula de
estudiantes extranjeros regulares
corresponden a aquellos corres-
pondientes a las áreas de Ingeniería
y Profesiones Afines (210), Ciencias
de la Vida (158) y Ciencias Físicas
(129).
Por otro lado, los magísteres en el
área de Enseñanza Comercial y Ad-
ministración suman 1.335 estudian-
tes extranjeros regulares y los de
Ciencias Sociales y del Comporta-
miento cuentan con 454 estudian-
tes extranjeros regulares.
En 2015, se ofrecían en Chile 1.780
programas de postgrados. La ma-
yoría corresponde a magísteres
(1.522, es decir el 86%) y los Docto-
rados equivalen al 14% con 258.
Según datos del Servicio de In-
formación de Educación Superior
(SIES) citados en un informe reali-
zado para el programa Learn Chile,
en 2014 había 13.580 extranjeros
estudiando en universidades chi-
lenas, se excluye a los Centros de
Formación Técnica (CFT) y a los Ins-
titutos Profesionales (IP), de los cua-
les el 50% (6.746) estaban cursando
programas de postgrado, en mayor
medida Magíster (86%) y Doctora-
do (14%). (Learn Chile, 2016).
La presencia de estudiantes extran-
jeros en programas de postgrado
ha ido sostenidamente al alza, con
un incremento de más de 4.000
alumnos en el período 2010 -2014.
El aumento ha estado marcado
principalmente por el arribo de es-
tudiantes latinoamericanos.
El 90% de los estudiantes extranje-
ros de postgrado que llega a Chile
proviene de países latinoameri-
canos: Colombia 40%; Perú 14%;
Ecuador 13%; Brasil 6% y Venezuela
4%, mostrando un incremento de
198% entre los años 2010 y 2014.
(Learn Chile, 2016).
En 2014, un total de 6.077 alumnos
de postgrado provenían de Amé-
rica Latina, 277 de Europa, 76 de
Asia, 60 de Norteamérica y 256 de
Oceanía, África y otras áreas sin es-
pecificar.
La excelente evaluación que hacen
los estudiantes latinoamericanos
respecto a vivir y estudiar en Chile
es altamente favorable para la pro-
moción de programas de postgra-
do en el contexto latinoamericano,

incidiendo en una altísima predis-
posición a recomendar a nuestro
país para estudios de postgrado. El
79% volvería a escoger Chile como
destino para efectuar un estudio de
estas características (Learn Chile,
2016).
Dentro de los aspectos considera-
dos en las evaluaciones positivas
de estudiar en Chile (notas 6 y 7) se
destaca la calidad de los profesores,
la calidad de los programas y la uni-
versidad como un todo.
Colombia es el país que presenta el
mayor interés en nuestros progra-
mas de postgrado con 2.124 estu-
diantes en Magíster y 279 en Doc-
torado. La matrícula de los alumnos
colombianos presenta un aumento
del 458% en el periodo 2010-2014
(Learn Chile, 2016).
Se reconoce el prestigio de Chile a
nivel académico, el que está dado a
nivel cuantitativo por la presencia
de universidades chilenas en varios
rankings internacionales como QS y
Times Higher Educación. Institucio-
nes como la Universidad de Chile, la
Pontificia Universidad Católica de
Chile, la Pontificia Universidad Ca-
tólica de Valparaíso y la Universidad
Técnica Federico Santa María están
JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ | 233
siendo reconocidos en dichos lista-
dos. Además, se valoran los progra-
mas específicos de postgrado don-
de la calidad de las universidades
chilenas es destacada.
Al analizar la matrícula por país de
origen, en el estudio de Learn Chi-
le se aprecia que los colombianos
(43%) corresponde a la nacionali-
dad de donde más provienen los
estudiantes internacionales de La-
tinoamérica que estudian en Chile,
seguidos a distancia por Perú (17%)
y Ecuador (13%).
Al examinar la matrícula en Ma-
gíster y Doctorado por país de ori-
gen, los colombianos continúan
siendo la nacionalidad de donde
más provienen los estudiantes
internacionales de Latinoamérica
que estudian en Chile. Perú ocupa
el segundo lugar y Ecuador el ter-
cero.
Si se separa sólo la matrícula de
Doctorado, Colombia se situaba en
el 37% durante el año 2014, luego
venía Ecuador con un 12% y en ter-
cer lugar estaba Brasil con un 11%.
Perú –que es uno de los líderes en
Magíster- se sitúa en el cuarto lugar
compartiendo su puesto con Méxi-
co y Cuba (Learn Chile, 2016).
234 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
La movilidad estudiantil de la Alian-
za del Pacífico
La Plataforma de Movilidad Acadé-
mica y Estudiantil de la Alianza del
Pacífico, surge en el marco de la II
Cumbre de la Alianza, realizada en
diciembre de 2011, propuesta que
fue ratificada en la IV Cumbre de
2012 para la implementación de la
primera convocatoria del programa
de becas para el año académico de
2013.
Para este programa, son puntos
focales el Instituto Colombiano de
Crédito Educativo y Estudios en
el Exterior ICETEX (Colombia); la
Agencia Mexicana de Cooperación
Internacional para el Desarrollo
AMEXCID (México); el Programa Na-
cional de Becas y Crédito Educativo
PRONABEC (Perú) y la Agencia Chi-
lena de Cooperación Internacional
para el Desarrollo (AGCID).
El objetivo de esta iniciativa apunta
a contribuir a la formación de capi-
tal humano en los países miembros
de la Alianza del Pacífico, mediante
el intercambio y movilidad acadé-
mica de estudiantes de pregrado y
doctorado, y de pasantías docentes
de universitarios y de investigado-
res en instituciones de educación
superior, objetivo que contribuye al
crecimiento, desarrollo y competiti-
vidad de las economías involucra-
das, así como del avance progresivo
hacia la libre circulación de bienes,
servicios, capitales y personas en la
región (AGCID, 2016).
Las becas tienen una duración de
un semestre máximo para pregra-
do y un mínimo de tres semanas y
hasta un máximo de un año para in-
tercambios de estudiantes de doc-
torado, profesores e investigadores.
Por las características de reciproci-
dad del programa, cada país ofre-
ce un total de 100 becas anuales
de intercambio, desagregadas en
75 vacantes en pregrado y 25 para
docentes, investigadores y estu-
diantes de postgrado, estos últimos
con oportunidad de poder optar a
un segundo intercambio por igual
periodo.
La Plataforma de la Alianza del Pa-
cifico ha invertido más de 6 millo-
nes de dólares en este programa de
movilidad, según cifras de 2016, sin
contabilizar los aportes humanos y
financieros que las instituciones de
educación superior realizan (AG-
CID, 2016).
Las áreas más demandadas son: In-

genierías, Negocios, Economía, Co-
mercio Internacional, Ciencias Polí-
ticas y Relaciones Internacionales.
Los becarios han realizado su inter-
cambio en más de 79 ciudades de
los cuatro países, donde se destaca
particularmente la participación en
regiones y no solo en las respecti-
vas capitales.
Los logros destacados hasta aho-
ra son el establecimiento de redes
de conocimiento, la existencia de
un dialogo cultural, la descentra-
lización de estos programas y su
posicionamiento regional, promo-
viendo la articulación de áreas es-
tratégicas, la cooperación interuni-
versitaria y la internacionalización
de la educación superior (AGCID,
2016).
En las áreas definidas en la convoca-
toria de 2015, por ejemplo, estuvo:
negocios, finanzas, comercio inter-
nacional, administración pública,
ciencia política, turismo, economía,
relaciones internacionales, medio
ambiente y cambio climático. Para
la convocatoria de 2016, se suma-
ron las áreas de deportes y cultura.
Respecto de la convocatoria del
programa para 2016, en el caso de
las becas de la AGCID, se pudieron
JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ | 235
realizar estadías de investigación,
pasantías de cotutela, cursos de
doctorado por un mínimo de tres
semanas y un máximo de un año en
una universidad en Chile y/o bajo la
tutoría de un académico de la uni-
versidad receptora.
En Chile, entre los años 2013 y 2014,
se formaron 186 becarios extranje-
ros en las modalidades de pregrado
y postgrado. El detalle de dichos
becarios fue el siguiente: 60 prove-
nientes de Colombia; 68 de México
y 58 de Perú. Cabe destacar, eso sí,
que el grueso de dichas becas fue
para intercambios y estudios a nivel
de pregrado.
Un aspecto interesante por desta-
car es el aumento en el interés que
ofrecen los estudiantes tanto de
pregrado como de postgrado por
ocupar estas becas. Por ejemplo, en
el caso de Colombia, precisamente
en el ámbito de Doctorado e Inves-
tigación en la convocatoria de 2013
sólo hubo tres interesados, cifra
que subió a nueve en 2014, luego
ascendió a 24 en 2015 para llegar
a 27 en 2016. Es decir, hubo un au-
mento de nueve veces en la entre-
ga de becas entre 2013 y 2016.
En el caso de Perú en Doctorado
236 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
e Investigación, las cifras también
ofrecen un repunte en cada año de
postulación, partiendo con tres en
2013, avanzando a seis en 2014, si-
guiendo a 10 en 2015 y llegando a
15 en 2016. Es decir, se quintuplicó
la entrega de becas en tres años.
México ofrece un panorama simi-
lar. En 2013 hubo 10 becarios de
Doctorado e Investigación. Al año
siguiente el número subió a 16. En
2015 llegó a 25 y en 2016 alcanzó la
cifra de 26.
Chile también ha utilizado progre-
sivamente estas becas de la Alian-
za del Pacífico, tanto en pregrado
como en postgrado. En el ámbito
de Doctorado e Investigación, el
número subió de 11 estudiantes en
2013, para ascender a 20 en 2014,
descendió a 19 en 2015 y llegó a 25
en 2016.
Considerando las cifras totales de
pregrado y postgrado en 2013,
hubo un aprovechamiento del 64%
en las becas del año 2013, llegan-
do al 100% en 2016. Sumando la
cantidad total de estudiantes de
pre y postgrado, las estadísticas ex-
hiben que hay interés por utilizar
las becas de la Alianza del Pacífico.
En total, 1440 becarios de los cua-
tro países han participado en este
programa de movilidad en sus pri-
meros tres años. Los que más han
usado este beneficio son los chile-
nos con 387 estudiantes, seguidos
de los mexicanos con 376 alumnos,
luego siguen los colombianos con
352 estudiantes y finalmente Perú
con 325 en dicho periodo.
El avance internacional en los Pro-
gramas de Postgrado de la Pontifica
Universidad Católica de Valparaíso
(PUCV).
Antes de que nacieran las univer-
sidades en Valparaíso, la ciudad ya
contaba con un carácter interna-
cional. Durante el siglo XIX era el
principal centro intermediario del
Pacífico Sur, precisamente debido
al pujante comercio exterior a par-
tir del cual el puerto se transformó
en un referente gracias a los estre-
chos contactos con los mercados
de Perú, Bolivia y Ecuador. En ese
periodo, también se generaron
valiosos nexos entre Valparaíso e
Inglaterra, país que ocupaba una
posición hegemónica en el sistema
económico mundial (Roldán, 2015).
Hoy la ciudad potencia su imagen
global a través de la llegada de más
de dos mil alumnos extranjeros que

cada año optan por la experiencia
de vivir y estudiar en Valparaíso y
desde allí conocer Chile o Sudamé-
rica.
Como novedad, un porcentaje cada
vez mayor de estudiantes extranje-
ros realiza estudios de postgrado
en las universidades de Valparaíso.
La mayoría proviene de América
Latina, especialmente de Colombia,
Ecuador y Perú. Durante los últimos
años se aprecia también un mayor
interés de universitarios de Europa
y Estados Unidos en este tipo de
estudios, lo que es novedoso consi-
derando la variedad de programas
y la calidad de las instituciones de
educación superior de sus respec-
tivos países (Roldán y Avilez, 2017).
A su vez, un número creciente de
estudiantes chilenos avecindados
en Valparaíso deciden comple-
mentar su formación universitaria
a través de programas de movili-
dad internacional fuera de nuestras
fronteras. En este sentido, Valparaí-
so representa una puerta de entra-
da y de salida que favorece la inter-
nacionalización de la ciudad.
En el caso específico de la PUCV,
destacan los postgrados que ofre-
cen las facultades de Derecho,
JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ | 237
Agronomía, Arquitectura y Urbanis-
mo, como también los programas
de Magíster que dispone el Centro
de Estudios y Asistencia Legislativa
(CEAL), que recientemente ha re-
cibido a estudiantes provenientes
de Asia, Europa, Estados Unidos y
África.
En efecto, el programa de Magís-
ter en Relaciones Internacionales
de la PUCV cuenta en la actualidad
con un número cada vez mayor de
estudiantes extranjeros –más de la
mitad del total- que arriban desde
Mozambique, Angola, Haití, No-
ruega, Estados Unidos, Alemania,
Ecuador y México.
La PUCV entre 2011 y 2015 ha pre-
sentado un porcentaje de alumnos
extranjeros que se sitúan en el 7%
del total de los estudiantes de post-
grado. El área de los Doctorados es
la que exhibe el mayor incremen-
to en este periodo, pasando de un
7,5% en 2011 a un 13,8% en 2015.
La procedencia de los estudiantes
extranjeros de postgrado en 2015
en la PUCV era encabezada por
Colombia (22%), seguida por Perú
(20%), Ecuador (14%), Venezuela
(8,6%), México (4,8%) y Brasil (4,8%).
El país que manifiesta mayor interés
238 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
en los programas de Doctorado de
esta casa de estudios es Colombia,
con el 25% del total de los estudian-
tes extranjeros. En el ámbito del
Magíster esta posición es ocupada
por Perú, con el 33,3% del total de
los alumnos internacionales.
A la PUCV también han arribado en
este periodo alumnos de postgra-
do provenientes de El Salvador, Ar-
gentina, España, Uruguay, Estados
Unidos, Costa Rica, Nicaragua, Ale-
mania, Italia, Francia, Cuba, Guate-
mala, China, Haití y Honduras.
En una serie de entrevistas realiza-
das a estudiantes de este nivel se
destacaron las óptimas caracterís-
ticas que ofrecen Chile y la ciudad
puerto para cursar estudios supe-
riores y además valoraron la espe-
cificidad académica que tienen las
universidades locales.
En lo que respecta a los alumnos
provenientes de la Alianza del Pa-
cífico, la mayor alza de estudiantes
internacionales que llegan a cursar
programas de postgrado corres-
ponde a Perú, que subió de cuatro
estudiantes en 2011 a 26 en 2016.
México contaba con cuatro estu-
diantes en 2011 y en 2016 llegó a
ocho, mientras que Colombia subió
de 21 a 24 comparando la matrícula
de 2011 y 2016.
Sumando la llegada de estudian-
tes extranjeros provenientes de
la Alianza del Pacífico entre 2010
y 2016, el ranking en la PUCV es
liderado por Colombia con 152
alumnos extranjeros de postgrado
en ese periodo. En segundo lugar,
queda Perú con 105 y en tercer
lugar se sitúa México con 38 estu-
diantes.
En el periodo 2012-2016, los colom-
bianos que llegaron a la PUCV opta-
ron por los programas de Magíster
en Proyectos Urbanos en Seguri-
dad Humana, Eficiencia Energética
y Equilibrio Climático para América
Latina y el Caribe (10); Doctorado
en Lingüística (5); y Doctorado en
Ciencias - Mención Química (5).
Los peruanos prefirieron los pro-
gramas de Magíster en Ingeniería
Industrial – Mención Gestión de
Activos y Confiabilidad Operacio-
nal (20); Magíster en Ingeniería en
Informática (3); Magíster en Produc-
ción Agroambiental (3). Los mexi-
canos optaron por el Magíster en
Historia (3); Magíster en Relaciones

Internacionales (2) y Magíster en
Arquitectura (2).
Eliana Bedoya es una estudiante
colombiana proveniente de Cali,
que llegó a la PUCV para realizar un
Doctorado en Psicología. Sobre las
razones de por qué eligió a nuestro
país agregó que Chile cuenta con
una historia importante para el pro-
ceso de comprensión de las trans-
formaciones sociales. “Mi interés
es conocer en qué medida los pro-
cesos de transición vividos por los
chilenos, e investigado por muchos
autores, pueden de alguna manera
aportar luces a la comprensión del
Proceso de Paz en Colombia”.
Saúl Cosmes de México eligió el
Doctorado en Didáctica de la Ma-
temática en la PUCV por la excelen-
te imagen “país” que posee Chile
en el contexto latinoamericano.
“Chile refleja una de las mejores
estabilidades sociales y económi-
cas. Además de que su gente tiene
reconocimiento de ser amable y
cooperativa. El Doctorado que me
encuentro estudiando es singular
debido a que es el único en el país
en cuanto a la disciplina de Didác-
tica de la Matemática y está com-
puesto por una planta académica
de gran solidez en la investigación y
JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ | 239
con reconocimiento internacional,
lo que afirma el compromiso de la
universidad con la innovación, todo
con el fin de contribuir al desarro-
llo de la sociedad chilena y de otros
países, como en mi caso México”.
Conclusiones
Las instituciones de educación su-
perior son actores centrales en el
contexto de lo que hoy se denomi-
na la Sociedad de la Información
y el Conocimiento. En el complejo
escenario que nos ofrece la glo-
balización, las universidades son
consideradas a nivel mundial como
uno de los pilares fundamentales
dentro de los procesos de inter-
nacionalización que enfrentan los
países, acercando fronteras, propi-
ciando el encuentro, compartiendo
estudios y estrechando lazos entre
investigadores y alumnos que hoy
se mueven en magnitudes como
nunca ha ocurrido en la historia de
la humanidad.
En este contexto, las universidades
tienden a firmar acuerdos con gran-
des casas de estudio que lideran los
rankings internacionales, sin explo-
rar a fondo en qué áreas pueden
aportar al desarrollo de los países
240 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS
latinoamericanos. Esto constituye
un obstáculo difícil de superar, que
entrampa la generación de nuevas
alianzas y complica el desarrollo de
nuevos conocimientos que podrían
potenciar más a las instituciones de
nuestro continente.
En ese sentido, la Plataforma de Mo-
vilidad Académica y Estudiantil de
la Alianza del Pacífico representa un
avance en esta línea. En sus prime-
ros tres años de funcionamiento ha
llevado a 1.440 becarios de pregra-
do y postgrado de los cuatro países:
México, Colombia, Perú y Chile a es-
tudiar fuera de sus fronteras. Chile
lidera el ranking con 387 estudian-
tes enviados al extranjero, seguidos
de los mexicanos con 376 alumnos,
luego siguen los colombianos con
352 estudiantes y finalmente Perú
con 325 entre 2013 y 2016.
Las áreas más demandadas son: In-
genierías, Negocios, Economía, Co-
mercio Internacional, Ciencias Polí-
ticas y Relaciones Internacionales.
Los becarios han realizado su inter-
cambio en más de 79 ciudades de
los cuatro países, donde se destaca
particularmente la participación en
regiones y no solo en las respecti-
vas capitales.
Los logros destacados hasta aho-
ra son el establecimiento de redes
de conocimiento, la existencia de
un dialogo cultural, la descentra-
lización de estos programas y su
posicionamiento regional, promo-
viendo la articulación de áreas es-
tratégicas, la cooperación interuni-
versitaria y la internacionalización
de la educación superior.
A nivel local, en Valparaíso no se
pudo describir con exactitud la
evolución de las becas otorgadas
por la Alianza del Pacífico. Sin em-
bargo, se pudo constatar el aumen-
to del interés de los alumnos prove-
nientes de México, Perú y Colombia
por realizar estudios de postgrado,
en este caso en la Pontificia Univer-
sidad Católica de Valparaíso, institu-
ción ubicada fuera de la capital.
En la PUCV, se aprecia una tendencia
creciente en el interés de los alum-
nos latinoamericanos por realizar
postgrados en Valparaíso. Tomando
como referencia, cifras de 2015, la
procedencia de los estudiantes ex-
tranjeros de postgrado en la PUCV
es encabezada por Colombia (22%),
seguida por Perú (20%), Ecuador
(14%), Venezuela (8,6%), México
(4,8%) y Brasil (4,8%). El país que

manifiesta mayor interés en los pro-
gramas de Doctorado es Colombia,
con el 25% del total de los estudian-
tes extranjeros. En el ámbito del Ma-
gíster esta posición es liderada por
Perú, con el 33,3% del total de los
alumnos internacionales.
Al respecto, las instituciones de
JUAN PAULO ROLDÁN GÓMEZ | 241
educación superior deberían avan-
zar más en la línea de potenciar sus
programas de postgrado y en las si-
nergias que podrían generarse con
sus socios latinoamericanos. Sólo
de esta manera, se podrá contribuir
desde la educación para favorecer
la integración en el contexto de
América Latina.
242 | TERCERA PARTE · LOS ARTÍCULOS


BIBLIOGRAFÍA

Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID). (2016) Minuta

“Plataforma de Movilidad Estudiantil y Académica.

Alianza del Pacífico”. Puerto Varas, Chile, agosto.

Learn Chile (2016). Estudio: “Mercado de Postgrado para Estudiantes Internacionales: prio-
rizando el mercado latinoamericano y su percepción de atributos de nuestra oferta”.
Santiago, Chile.

Roldán, J. y Avilez, M. (2017) Un nuevo desafío para Valparaíso y sus universidades: la inter-
nacionalización del postgrado. En R. Allard y M.

Wilhelmy (Eds.) América Latina y Chile en el mundo global. (pp. 345-355).

Valparaíso, Chile. Ediciones Universitarias de Valparaíso.

Roldán, J. (2015) Valparaíso Global: cómo contribuir a la internacionalización de la ciudad

desde las universidades. Valparaíso, Chile. Ediciones Universitarias de Valparaíso.

Servicio de Información de Educación Superior (SIES) Estudio “Estudiantes Extranjeros en

Chile en Educación Superior. Matrícula 2016”. Accedido el 12 de septiembre de 2017
desde http://www.mifuturo.cl/images/ Estudios/Estudios_SIES_DIVESUP/estudian-
tes%20extranjeros%20en%20educacion%20superior%20en%20chile_matricula%20
2016_sies.pdf
Los procesos de integración regional son una apuesta arriesgada en el actual
contexto internacional, el proteccionismo, el Brexit y la emergencia de los
nacionalismos en Europa tensionan y hacen más interesante la experiencia
latinoamericana de la Alianza del Pacífico. La integración aliancista mira más
allá de la integración comercial, se plantea el desafío de avanzar hacia la libre
circulación de los bienes, los servicios, los capitales, las personas y la econo-
mía, el crecimiento económico asociado a mayores niveles de igualdad y la
conformación de una plataforma que se oriente hacia la región Asia-Pacífico.

Este libro que hemos titulado “Alianza del Pacífico” III Congreso de la Asocia-
ción de Chilena de Especialista Internacionales, recoge el esfuerzo reflexivo
que nace desde la propia Asociación y que se extiende a los diferentes ac-
tores académicos y no académicos, del gobierno, del mundo civil y militar,
nacional e internacional, que participaron directamente y contribuyeron al
debate sobre los desafíos y oportunidades que se surgen de este proyecto
regional, que si bien fue creada por el encuentro de los gobiernos de México,
Colombia, Perú y Chile, se ha extendido a 4 países asociados y 49 países
observadores, pudiendo convertirse en una oportunidad que integre el At-
lántico con el Pacífico.