Está en la página 1de 4

ISSN 1669-2438 Revista de Psicología. Año 2013. Vol. 9, Nº 17, pp.

125-128

Recensión bibliográfica

Sacks, Oliver (2009). Musicofilia. Relatos de la música y el cerebro. Barcelona:


Anagrama.

Comentado por Jimena Cristina Picón Janeiro1

Como en sus otros libros, en Musi- componen música. En este sentido, este
cofilia el neurólogo inglés Oliver Sacks libro contribuye a despertar el interés
se dedica a recorrer historias de pacien- entre el público no especializado sobre
tes, músicos profesionales o personas lo mucho que en la actualidad se sabe de
comunes siguiendo la tradición de las la relación entre la música y el cerebro.
“anécdotas clínicas”, historias de casos En la primera parte, “Poseídos por
clínicos relatados en un estilo litera- la música”, Sacks se dedica a describir
rio informal, con el fin de profundizar distintos casos de musicofilia extrema
en la vivencia subjetiva y comprender repentina, como el de un médico ciruja-
las experiencias de las personas que no que tras recibir la descarga de un rayo
se brindan a su observación. El autor comenzó a sentir una irrefrenable nece-
conecta este enfoque con la cantidad sidad de escuchar música de piano, algo
enorme de investigaciones que desde que no le había ocurrido nunca antes.
las dos últimas décadas han expandi- Esta obsesión desencadenó en un deseo
do nuestro conocimiento en el campo de interpretar las partituras de las obras
de las neurociencias de la música, gra- que escuchaba, a pesar de haber pasado
cias al desarrollo de nuevas tecnologías mucho tiempo desde aquellas escasas
que permiten explorar el cerebro mien- clases de piano que había tomado cuan-
tras las personas escuchan, imaginan o do era pequeño. Algo parecido le ocu-

1 Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Psicología Matemática y Experimental “Dr. Horacio

Rimoldi”. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CIIPME-CONICET).


126 Recensión bibliográfica

rrió a una mujer a la que le extirparon determinada melodía se haya “desperta-


un tumor, quien, aunque antes no había do” en cierto momento. Algunas veces
sentido ningún interés particular en la esos “conciertos” involuntarios resultan
música, comenzó a desear oír música intrusivos o incontrolables, se “pasan de
después de la operación, emocionán- la raya”, se convierten en “gusanos cere-
dose profundamente. También describe brales” repitiéndose sin cesar a veces
casos en los que personas “escuchan” durante días. De hecho, la industria
música antes o durante sus ataques epi- musical aplicada a la publicidad desa-
lépticos, ataques en los que “la música rrolla melodías pegadizas destinadas a
estalla en sus cabezas”, y otros de epi- ser “agentes musicales cognitivamente
lepsia musicogénica, desencadenada por contagiosos”. Aunque la repetición de
la música. Por ejemplo, un importante frases musicales enteras en la mente
crítico musical del siglo XIX que luego parece ser un fenómeno normal y uni-
de haber sufrido su primer ataque duran- versal, este fenómeno comparte caracte-
te la representación de una ópera, se fue rísticas con el modo en que las personas
volviendo cada vez más sensible a la con TOC, síndrome de Tourette o autis-
música hasta que casi cualquier melodía mo pueden “engancharse” a un sonido,
le provocaba convulsiones, desarrollan- palabra o ruido y repetirlo en voz alta
do una verdadera fobia y renunciando o para sí mismos. Finalmente, Sacks se
a su profesión y al amor por la música. ocupa de las alucinaciones musicales,
Luego de comentar los estudios pioneros distinguibles de la música imaginada
en imaginería musical realizados durante en que poseen las cualidades de la per-
la década del 90 por Zatorre y su equipo cepción real y son vividas por quien las
(que demostraron que imaginar música siente, por lo menos al principio, como
puede activar el córtex auditivo y motor provenientes de un origen externo.
de una manera casi tan intensa como si En la segunda parte, “Una musicali-
se la escuchara), Sacks afirma que en dad variada”, el autor profundiza en las
los músicos profesionales la imaginería historias de personas que exhiben un
musical deliberada o voluntaria pone en déficit o un aumento de algunas habilida-
juego también a la corteza frontal, nece- des musicales. Repasa distintos casos de
saria para la planificación y la elección. amusia, en las que las melodías adquie-
El autor trata de describir una experien- ren una cualidad desagradable, por ejem-
cia común: la mayor parte de nosotros plo, personas que se quejan de escuchar
tenemos la experiencia de tener “música un coche chirriante cuando oyen música
en nuestra mente”, reproduciendo músi- o que comparan la música con el ruido de
ca sin estimulación externa aparente, y las sartenes y ollas tiradas al suelo. Des-
algunas veces nos es posible encontrar el cribe casos de personas con “sordera” al
significado o una interpretación para que ritmo, “sordera” al tono, amusia total,

Revista de Psicología. Año 2013. Vol. 9. Nº 17, pp. 125-128


Recensión bibliográfica 127

distimbria, dificultades para percibir la de memoria de tan solo pocos segun-


disonancia, dificultades para reconocer dos. Solamente dos “anclas” lo unían a
melodías, etcétera. En el otro extremo, la vida: su mujer y la música. A pesar
las personas con tono absoluto poseen la de sus importantísimas dificultades,
extraordinaria habilidad para identificar las habilidades y la memoria musical
la nota de cualquier sonido de manera de Clive se mantenían intactas. Sacks
casi inmediata, mientras que a la mayoría se detiene en esta historia y logra dar-
de nosotros nos resultaría difícil identifi- nos una idea de la perspectiva con la
car las notas fuera de contexto. Sacks nos que afrontan la vida Clive y su esposa.
explica “Oyen el Do sostenido de manera Luego nos aproxima a la terapia musical
tan instantánea y automática como noso- aplicada a pacientes afásicos para faci-
tros vemos el azul”. Repasa las enigmá- litar la recuperación del lenguaje, a los
ticas correlaciones entre el tono absolu- poderes terapéuticos de tocar la batería
to y la edad a la que se comienzan los y los círculos de percusión para “encau-
estudios musicales, el entorno lingüísti- zar” el síndrome de Tourette, al influjo
co y la ceguera precoz. Los niños ciegos de la música rítmica para “liberar” los
crean un mundo rico en sonido y tacto, movimientos de los pacientes con Par-
y se interesan mucho más por la música kinson, y el papel benéfico del baile o el
que los que pueden ver. Entre los músi- deporte “con ritmo” en la enfermedad de
cos ciegos (aun cuando hayan comenza- Huntington.
do tardíamente sus estudios musicales) En la cuarta sección, “Emoción, iden-
hay una proporción de tono absoluto tidad y música”, se ocupa de los aspectos
mayor que en los videntes. Finalmente, afectivos de la música. Aunque muchas
relata casos que describen la relación personas carecen de los elementos para
entre música y sinestesia, personas que apreciar la estructura de la música, la
perciben las distintas armaduras de cla- mayoría responden emocionalmente
ves con distintos colores, tan “interiores” a ella. Sin embargo, algunas personas
como intensos y subjetivamente “reales”. sufren una pérdida temporaria de esa
Otras personas relacionan los intervalos respuesta emocional frente a la música
con un gusto, por ejemplo una mujer que después de una conmoción o un trauma.
sistemáticamente percibe una la segunda Este tipo de pérdida de manera perma-
menor como “ácida”. nente puede darse en algunas personas
La tercera parte, “Memoria, movi- que sufrieron apoplejías del hemisferio
miento y música”, comienza con la derecho, quienes pudiendo apreciar inte-
angustiante historia del músico inglés lectualmente la música la encuentran
Clive Wearing, quien tras una encefalitis en cambio emocionalmente neutra. De
herpética presentaba una importantísima modo inverso, otras personas con amusia
amnesia retrógrada junto con capacidad adquirida, incapaces de reconocer melo-

Revista de Psicología. Año 2013. Vol. 9. Nº 17, pp. 125-128


128 Recensión bibliográfica

días o patrones rítmicos, siguen siendo ese ánimo hacia uno más normal. De la
capaces de disfrutar emocionalmente de misma manera, si está deprimido puede
la música. Algunas personas con trastor- usar la música para “elevarse”.
nos del estado de ánimo pueden aprender En síntesis, a lo largo de este libro
a autorregularse usando la música como Oliver Sacks nos ofrece una multitud de
medicina. Sacks rescata el testimonio de historias que entrelazan la música y el
un paciente bipolar que le confiesa que cerebro, se esfuerza por citar las inves-
cuando toca el piano, se pone a improvi- tigaciones empíricas en las que sustenta
sar sintonizando con su estado de ánimo. sus opiniones y juicios clínicos, y nos
Cuando está muy exaltado comienza con acerca al fascinante mundo de las cien-
música a ese nivel y después de tocar, cias cognitivas de la música desde una
como en trance, puede ir “rebajando” perspectiva sensible, personal y humana.

Revista de Psicología. Año 2013. Vol. 9. Nº 17, pp. 125-128

También podría gustarte