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Su libro es una
fascinante y atractiva defensa de la verdad. Lo recomiendo muchísmo.”
-R andy A lc o r n , autor del libro de mejor venta E l Cielo
DINESH
D’SOUZA
C EX
LO
GRANDIOSO
DEL
CRISTIANISMO
N
ELOGIOS PARA
LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
“Dinesh D’Souza escribe tan bien como piensa. Lo grandioso del cristia
nismo no se disculpa por insistir en la verdad. A un así es atractivo; no
rezonga, como algunos de los libros ateos; cuyos autores están m uy eno
jados con el Dios en el que no creen. Dinesh cuidadosamente ofrece evi
dencias claras y bases para la f e que refutan los argumentos con los que
los cristianos se ven inundados dentro de una cultura poscristiana. Me
complace recomendar este fascinante y estratégico libro"
—Randy Alcorn, exitoso autor de El Cielo
"En Lo grandioso del cristianismo, Dinesh D’Souza form ula una nueva
apologética en una manera que es refrescante porque es positiva. Mientras
la generación actual se cansa de las refutaciones virulentas del ateísmo,
D’Souza se acerca a la meta con una ratificación intelectualmente robusta
de las afirmaciones del cristianismo, y ¡logra unjonrón! Cada colegio cris
tiano en Estados Unidos debería asignar este libro como lectura requerida.
Cada padre cristiano debería asegurarse de que este libro esté en la mo
chila de sus hijos que salen para la universidad. Es esencial para la super
vivencia en las universidades seculares”
—Steve D. Whitaker, director, First Academy, Orlando, Florida
CRISTIANISMO
DINESH
D’SOUZA
LO
GRANDIOSO
DEL
CRISTIANISMO
¿
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Inc. TYNDALE ESPAÑOL es una marca de Tyndaie House Publishers, Inc.
Lo grandioso del cristianismo
© 2009 por Dinesh D’Souza. Todos los derechos reservados.
Fotografía del autor © por Sam Sharma. Todos los derechos reservados.
Diseño: Tobías Outerwear
Traducción al español: Mayra Urízar de Ramírez
Edición del español: Mafalda E. Novella
Versículos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, versión Reina-Vaíera 1960.
Copyright © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; copyright © renovado 1988
Sociedades Bíblicas Unidas. Usado con permiso.
Ninguna parte de este libro podrá ser reproducida o transmitida en forma alguna por
cualquier medio electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabación o cualquier
otro sistema de almacenamiento y recuperación de información existente o por ser creado,
sin la debida autorización por escrito de la casa editorial, excepto en el caso de citarse
breves pasajes relacionados con una crítica a ser incluida en una revista, periódico o
emisión radial y/o televisiva.
Originalmente publicado en inglés en 2007 como What's So Greatabout Christianity por
Regnery Publishing, Inc., con ISBN: 978-1-59698-517-9.
CX
UN RETO PARA
CREYENTES. . . Y NO CREYENTES
A mino sugiere que deben estar listos para defender sus creen
cias, y que enfrentarán oposición. AI cristiano se le dice en
1 Pedro 3:15: ‘estad siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la
esperanza que hay en vosotros.” Pero para poder dar razones, usted
tiene que saber primero en qué cree. También tiene que saber por
qué lo cree. Y tiene que saber comunicar estas razones a los que no
comparten sus creencias. En resumen, usted debe saber qué tiene de
grandioso el cristianismo.
Este es el campo en el que muchos cristianos se han quedado cor
tos. Los cristianos de hoy saben que, a diferencia de sus antepasados,
no viven en una sociedad donde la presencia de Dios era inevitable.
El cristianismo ya no forma la base moral de la sociedad. Muchos de
nosotros ahora vivimos en comunidades seculares, donde los argu
mentos inferidos de la Biblia o de la revelación cristiana no tienen
ningún peso, y donde escuchamos un lenguaje distinto al que se ha
bla en la iglesia.
En lugar de involucrarse en este mundo secular, la mayoría de cris
tianos ha tomado la salida fácil. Los cristianos se han retirado a una
XIV LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
que el creyente, sabe que cada respiro que da repele a la muerte. Cla
ramente esto es algo para lo que usted tiene que prepararse, pero
¿lo ha hecho? La muerte impone en usted una elección de la que no
se puede escapar. Usted tiene que elegir a Dios o rechazarlo, porque
cuando usted muera, todas las abstenciones contarán como un voto
en contra. Entonces, si usted se pregunta si este libro es una invita
ción para convertirse, lo es. Espero qué lo lea como si su vida depen
diera de él, porque, en cierto modo, podría ser así.
PARTE I
O x
EL FUTURO D EL CRISTIANISMO
c a p ít O l o u n o
C x
EL OCASO DEL ATEÍSMO: EL TRIUNFO
GLOBAL DEL CRISTIANISMO
“La era del cristianismo occidental ha pasado durante nuestra vida, y
está amaneciendo el día del cristianismo del Sur "I
—Philip Jenkins, The Next Christendom (La nueva cristiandad)
Cx
SUPERVIVENCIA DE LO SAGRADO:
POR QUÉ LA RELIGIÓN ESTÁ GANANDO
“Los vigorosos, los saludables y losfelices sobreviven y se multiplican ! ’1
—Charles Darwin, The Origin ofSpecies (El origen de las especies)
tienen, pero, por otro lado, la gente rica puede mantener económica
mente más hijos. La gente acaudalada de Estados Unidos hoy tiende
a tener un solo hijo o ninguno, pero las familias adineradas del pa
sado tendían a tener tres o más hijos. La diferencia real no está sim
plemente en el nivel de ingreso; se debe a que en el pasado los hijos
eran considerados como regalos de Dios, y las culturas tradicionales
todavía los ven de esta manera.
Los países musulmanes, con sus utilidades del petróleo, de nin
guna manera son los más pobres del mundo, pero entre ellos tienen
las tasas de nacimiento más altas. Los católicos, ortodoxos, judíos,
mormones y protestantes evangélicos activos de ninguna manera
son los grupos más pobres de Estados Unidos, pero aun así tienen
familias grandes. Claramente los factores religiosos están en fun
ción aquí. Las tasas descendientes de nacimiento de Occidente, en
conjunto, se deben considerablemente a la secularización. El motivo
religioso para la procreación se ha atenuado enormemente y ahora
mucha gente considera a los hijos como instrumentos de autosa-
tisfacción. El antiguo principio bíblico era: “Fructificad y multipli
caos.” El nuevo lema es: “Tengan los hijos que enriquezcan su estilo
de vida.”
Los pronosticadores económicos de la desaparición de la religión
han demostrado que son profetas falsos. La religión no sólo está pros
perando, sino que prospera porque ayuda a la gente a adaptarse y a
sobrevivir en el mundo. En su libro Darwins Cathedral(La catedral de
Darwin), el biólogo evolucionista David Sloan Wilson sostiene que la
religión proporciona algo que la sociedad secular no da: una visión
de propósito trascendente. Por consiguiente, la gente religiosa desa
rrolla un entusiasmo por 1a. vida que, en cierto sentido, no es natural.
Exhiben un optimismo en cuanto al futuro que podría ir más allá de
lo que justifica la condición actual del mundo. Y forjan principios de
moral y caridad que simplemente los hace más consistentes, adap
tables y exitosos que grupos cuyos miembros carecen de esta fuerza
vinculante y estimuladora.12
Mi conclusión es que no es la religión sino el ateísmo lo que requiere
22 LQ GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
íl
I C A P ÍT Ü L O T R E S
:í|!
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1 ■
C x
J DIOS NO ES GRANDIOSO: LA AGRESIÓN
] ATEA EN CONTRA DE LA RELIGIÓN
| “
A nteriormente, la osadía no era una característica en sí de los ateos.
§ Pero últimamente han llegado a ser activos, conspiradores, turbulentos
| y sediciosos!’ 1 —Edmund Burke
l a r m a d o s por el a u m e n t o de la f u e r z a de la religión en el
A
mundo, los ateos de Occidente han llegado ahora a ser más
francos y agresivos. Lo que estamos presenciando en Estados
Unidos es una reacción atea violenta. Los ateos creían que estaban
ganando, pero ahora se dan cuenta de que, lejos de morir tranqui
lamente, la religión está en auge global. Así que los ateos están con
traatacando, y utilizan todos los recursos con que pueden contar.
Esta no es un guerra religiosa, sino una guerra contra la religión, y ha
sido declarada por los líderes ateos.occidentales que han iniciado las
hostilidades*
Las estadísticas parecen sugerir que en Estados Unidos el número
de ateos está creciendo. El Pluralism Project (Proyecto pluralismo)
de Harvard reporta que la gente que no tiene ninguna afiliación reli
giosa ahora asciende a casi 40 millones. Eso es casi 15 por ciento de
la población, que ha aumentado de menos de 10 por ciento en 1990,
y por lo tanto es una duplicación virtual de las filas ateas en sólo una
24 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
C x
MALA EDUCACIÓN PARA LOS JÓVENES:
SALVAR A LOS HIJOS DE SUS PADRES
"¿No es siempre una form a de abuso infantil decir que los niños poseen
creencias para las que son m uy jóvenes como para haberlas analizado ?”*
—Richard Dawkins, El espejismo de Dios
de abuso infantil decir que los niños poseen creencias para las que
son muy jóvenes como para haberlas analizado?”15
Dennett observa que “a algunos niños se los educa en una prisión
ideológica tal que voluntariamente llegan a ser sus propios carcele
ros y se prohíben a sí mismos cualquier contacto con las ideas li
beradoras que bien podrían cambiar sus m entes” La culpa, agrega,
la tienen los padres que los educaron. “Los padres no poseen literal
mente a sus hijos de la manera que los propietarios de esclavos alguna
vez poseyeron esclavos, sino que son, más bien, sus administradores
y tutores, y deberían ser responsables ante los demás por su tutoría,
lo cual implica que los demás tienen el derecho de interferir.”15
El psicólogo Nicholas Humphrey sostuvo en un discurso reciente
que así como Amnistía Internacional trabaja para liberar a los pri
sioneros políticos alrededor del mundo, los maestros seculares y los
profesores deberían trabajar para liberar a los niños de la influencia
de la instrucción religiosa dañina de sus padres. “Los padres, como
corresponde, no tienen una Ucencia concedida por dios para culturi-
zar a sus hijos de la manera en que ellos personalmente decidan: no
tienen derecho a limitar los horizontes del conocimiento de sus hi
jos, a criarlos en una atmósfera de dogma y superstición, ni a insistir
para que sigan los caminos derechos y angostos de su propia fe.”17
El filósofo Richard Rorty sostenía que los profesores seculares de
las universidades deberían “preparar las cosas para que los estudian
tes que entraban como fundamentalistas religiosos, intolerantes y
homofóbicos, salieran de la universidad con perspectivas más pa
recidas a las nuestras.” Rorty observó que los estudiantes son afor
tunados al encontrarse a sí mismos “bajo el benevolente Herrschaft
(imperio) de gente como yo, y de haber escapado de las garras de sus
temibles, desnaturahzados y peligrosos padres.” Efectivamente, los
padres que envían a sus hijos a la universidad deberían reconocer
que como profesores “vamos a desacreditarlos directamente ante los
ojos de sus hijos, tratando de despojar de dignidad a su comunidad
religiosa fundamentalista, tratando de hacer que sus perspectivas
parezcan tontas en vez de debatibles.”18
MALA EDUCACIÓN PARA LOS JÓVENES 39
<zx
DAD A CÉSAR: LA BASE ESPIRITUAL
DEL GOBIERNO LIMITADO
i “El cristianismo, y nada más, es elfundam ento último para la libertad,
\ conciencia, derechos humanos y democracia, elpunto de referencia de la
civilización occidental. Seguimos alimentándonos de estafíente .”1
—Jürgen Habermas, “A Time of Transition (Un tiempo de transición)”
decirle al uno por ciento restante de esta gente que tienen que con
vertirse en conservadores, vegetarianos o hasta cristianos. Si lo hace,
entonces el gobierno legítimo se habrá convertido en uno tiránico, y
la gente tiene el derecho de oponerse y de reemplazarlo.
Si el dominio del gobierno ha de limitarse de esta manera, igual
mente el dominio de la iglesia. Como lo dijo Cristo: “Mi reino no es
de este mundo” Dios ha decidido ejercer un dominio limitado en el
gobierno terrenal, no porque él sea limitado, sino porque él le ha en
tregado parte de su reino a los humanos para la supervisión terrenal.
Esta noción cristiana habría sido totalmente incomprensible no sólo
para un ateneo o romano antiguo sino también para un israelita an
tiguo. En el nuevo marco del universalismo cristiano, el mismo Dios
gobierna en todo el universo, pero cada país retiene sus propias leyes
y su propia cultura.
El dominio de Dios es el dominio de la iglesia. Aquí, las leyes de
Dios son supremas, aunque necesariamente tiene que haber intér
pretes terrenales para entenderlas y aplicarlas. Aun así, también hay
un dominio secular que opera fuera del control de la iglesia. Aquí
vemos cómo la idea de lo “secular” es en sí misma una creación del
cristianismo.
Es importante reconocer que la separación de los dos dominios
del estado y de la iglesia ha operado desde el inicio del cristianismo.
No es una invención de la modernidad, aunque en los tiempos mo
dernos a esta separación se le ha dado una nueva y, en cierto grado,
perversa forma. En la Roma de los cesares, los gobernadores eran los
emperadores, y la iglesia cristiana era una minoría perseguida, com
pletamente distinta al imperio. Cuando el cristianismo se convirtió
en la religión oficial del imperio romano, a finales del siglo cuarto, los
dos dominios, de cierta manera, se integraron. Pero, aun así, la iglesia
administraba los sacramentos y el emperador ratificaba e implemen-
taba las leyes. Aun durante la época trágica de la Inquisición espa
ñola, si usted cometía una herejía, la iglesia lo juzgaba, mientras que
si cometía un asesinato, era juzgado por el estado. Por lo que la igle
sia y el estado han funcionado como jurisdicciones distintas, aunque
54 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
ex
EL MAL QUE NO QUIERO:
EL CRISTIANISMO Y LA
FALIBILIDAD HUMANA
“Porque no hago el bien que quiero, sino el m al que no quiero, eso hago.”
—San Pablo, Carta a los Romanos, 7:19
el mal porque no sabe lo que está bien. Si supieran lo que está bien,
obviamente lo harían. Pero Pablo niega que esto sea así. Su afirma
ción establece que aunque él sabe que algo está mal, aun así lo hace.
¿Por qué? Porque la voluntad humana es corrupta. El problema del
mal no es un problema de conocimiento sino de voluntad.
También quiero enfocarme en la exaltación cristiana del hom
bre humilde, del hombre común y del desvalido. Estos grupos no
eran los favoritos en el mundo de la antigua Grecia y Roma. Homero
los ignora en su épica, que se concentra totalmente en la vida de la
clase gobernante. Los hombres inferiores aparecían, si acaso, como
sirvientes. Aristóteles, también, tenía un trabajo para los hombres
humildes: la esclavitud. Aristóteles sostenía que con los hombres hu
mildes en servidumbre, los hombres superiores tendrían tiempo li
bre para pensar y para participar en el gobierno de la comunidad.
Aristóteles valoraba al “hombre de alma grande” que era orgulloso,
honorable, aristócrata, rico y (como si esto no fuera suficiente) que
hablaba con una voz grave y mesurada.
Pero Jesús no fue esa clase de hombre. Jesús nació en un establo
y vivió la mayor parte de su vida como un aprendiz de carpintero.
Usualmente viajaba a pie y ocasionalmente en burro. Como escribe
el erudito literario Erich Auerbach: “Cristo no vino como un héroe y
rey, sino como un ser humano de la clase social más baja. Sus prime
ros discípulos eran pescadores y artesanos. Se movía en el ambiente
de compañeros humildes. Hablaba con publícanos y mujeres caídas,
con los pobres, con los enfermos y con los niños.”1Podría agregarse
que Cristo acabó mal en la cruz, colgado como un criminal común,
acompañado por dos verdaderos criminales.
Pero Auerbach observa que a pesar del origen poco distinguido, de
la vida sencilla y de la muerte humillante de Cristo, todo lo que hizo
estuvo impregnado de la dignidad más alta y profunda. Los pescado
res que los griegos habrían tratado como figuras de una comedia hu
milde en la narrativa cristiana participaron en eventos de suprema
importancia para la salvación humana. La sublimidad de Cristo
y de sus discípulos revertió completamente todo el ideal clásico.
EL MAL QUE NO QUIERO 61
<zx
CREADOS ¡GUALES: EL ORIGEN
DE LA DIGNIDAD HUMANA
“Otro concepto cristiano, no menos loco: el concepto de la igualdad de
almas ante Dios. Este concepto proporciona el prototipo de todas las
teorías de la igualdad de derechos.”'
—Friedrich Nietzsche, Der WiUe zur Machi (La voluntad de poderío)
todo necesita una causa, sólo que todo lo que existe en el universo
necesita una causa. El movimiento y contingencia del mundo no
pueden existir sin una explicación final. Ya que Dios, por definición,
está fuera del universo, él no es parte de la sene. Por lo tanto, las re
glas de la serie, incluso las reglas de causalidad, no se aplicarían de
manera lógica a Dios.
Piense en Dios como el autor de una novela. Los eventos de la na
rrativa tienen cierta consistencia y lógica. Algo que ocurre al princi
pio de la historia ocasiona una crisis para uno de los personajes en
medio de la historia. Las acciones de Raskolnikov en Crimen y castigo
ocasionan la muerte de la anciana. Pero el autor es la causa de la his
toria a un nivel totalmente distinto. Las reglas de causalidad que se
aplican dentro de la novela no se aplican a su creador. Tiene sentido
preguntar de un personaje que de repente aparece: “¿De dónde salió?
¿Cómo da razón de él?” Sin embargo, no tiene sentido en este con
texto preguntar: “¿De dónde salió este tipo Dostoyevski? ¿Cómo da
razón de él?” El autor está fuera de la narrativa, y su acto de creación
no puede entenderse como un episodio dentro de ella.8Por esta dis
cusión debería ser evidente que Harris y Dawkins ni siquiera se han
acercado a contestar el argumento de Aquino.
A continuación me dirijo al argumento ontológico de Anselmo
para la existencia de Dios,9 Anselmo comienza, de manera casi hu
morística, con el pasaje del Salmos 14:1: “Dice el necio en su cora
zón: No hay Dios.” Anselmo pretende demostrar que los que niegan la
existencia de Dios son efectivamente necios. Son necios porque una
vez que se entiende el significado de la palabra Dios, usted está racio
nalmente obligado a aceptar la existencia de Dios. Anselmo no está
bromeando en cuanto a esto.
A diferencia del argumento inductivo de Aquino, el argumento de
Anselmo es puramente deductivo y no depende de datos de la ex
periencia. Anselmo define a Dios como “aquello de lo que no puede
pensarse algo mayor.” Presumiblemente, esta es una definición ra
zonable y ampliamente aceptada. Ni el ateo debería tener problema
con ella. Todos entendemos que la idea de Dios corresponde a un ser
34 LB GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
ahora habitamos, por lo que deben ser actualizados para que sean
convincentes. Pretendo, como verá, hacer un argumento muy similar
al de Aquino en un capítulo posterior acerca del origen del universo.
Mi punto es que la clase de razonamiento en cuanto a Dios que ve
mos en Agustín, Aquino y Anselmo es típica del cristianismo. Hay
muy poco de esto en cualquier otra religión. Y de un razonamiento
así, extraordinariamente, nació la ciencia moderna.
C A PÍTU LO NUEVE
e x
DEL LOGOS AL COSMOS:
EL CRISTIANISMO Y LA INVENCIÚN
DE LA INVENCIÓN
“¡Tan vasta, sin duda alguna, es la obra divina del Creador Todopo
deroso!”1
—Nicolás Copérnico
que ser así. No hay razón especial alguna por la que las leyes de la na
turaleza que encontramos en la tierra también gobiernen a una estre
lla a billones de años luz de distancia. Es fácil imaginar un universo
en el que las condiciones cambien impredeciblemente de un instante
a otro, o hasta un universo en el que las cosas de pronto cobren exis
tencia y dejen de exisitir. No hay necesidad lógica de un universo que
obedezca leyes, menos de uno que siga las leyes matemáticas.
Pero el universo parece estar ordenado. Digo “parece” porque no
hay manera de comprobar que así es. Hay cosas raras que suceden
en la física cuántica que ponen en duda la premisa de que el uni
verso sigue reglas estables. Aun así, los científicos se aferran a su fe
arraigada en la racionalidad fundamental del cosmos. Convencidos
de antemano que las reglas existen, y de que la razón humana está
en condiciones de descubrir esas reglas, los científicos continúan in
tentando encontrarlas. Estos artículos de fe son esenciales para que
la ciencia funcione. Sin la creencia “irracional” de que vivimos en un
universo ordenado, la ciencia moderna es imposible. La ciencia tam
bién se basa en una creencia, igualmente sin fundamento, de que la
racionalidad del universo se refleja en la racionalidad de nuestras
mentes humanas.
Entonces, ¿de dónde sacó el hombre occidental esta fe en un uni
verso unido, ordenado y accesible? ¿Cómo llegamos del caos al cos
mos? Mi respuesta está, en una palabra, en el cristianismo.
El cristianismo no inventó la idea del cosmos racional. Esa idea
fue inventada por los presocráticos, hombres como Tales, Parmé-
nides, Heráclito y Pitágoras. Estos hombres tenían unas ideas muy
extrañas, pero su contribución mayor fue postular unjuniverso que
funciona a través de reglas de causa y efecto que pueden ser descu
biertas. Antes de los presocráticos había cosmologías míticas como
el relato egipcio del dios solar, Ra, que periódicamente viajaba en su
carroza por los cielos. Hasta los griegos atribuían las tormentas y te
rremotos a la ira de Poseidón, el dios del mar.
Lospresocráticos reemplazaron laidea de un “universo encantado”
con la de un cosmos “desencantado,” accesible a la razón humana sin
10 0 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
Cx
UNA FÁBULA ATEA:
REABRIR EL CASO DE GALILEO
“Creo que la idea de que el juicio de Galilea fu e una clase de tragedia
griega, un enfrentamiento entre la fe ciega y la razón iluminada, es inge
nuamente equivocada!'1
—Arthur Koestler, The Sleepwalkers {Los sonámbulos )
C x
UN UNIVERSO CON COMIENZO:
DIOS Y LOS ASTRÓNOMOS
"Sería m uy difícil explicarpo r qué el universo habría comenzado precisa
mente de esta manera, salvo como la obra de un Dios que pretendió crear
seres como nosotros.’’1
—Stephen Hawking, A BriefHistory o/Tim e (Historia del tiempo)
„
íí
número llamado la “constante cosmológica,” para tratar de desmen-
: | tir la noción de un comienzo. Más tarde, Einstein admitió sus erroresj
y llamó a su constante cosmológica el error más grande de su vida® í
ho r
<zx
UN PLANETA DE DISEÑO:
EL LUGAR ESPECIAL DEL HOMBRE
EN LA CREACIÓN
! “Nunca sabremos completamente quiénes somos hasta que entendamos por
•i
qué el universo está construido de tal manera que contiene cosas vivas.”1
L~ —Lee Smolin, The Life ofthe Cosmos (La vida del cosmos)
ex
PALEY TENÍA RAZÓN: LA EVOLUCIÓN
Y EL ARGUMENTO DEL DISEÑO
“Elpacto antiguo está destrozado. El hombre alfin sabe que está solo en
la insensible inmensidad del universo, de la que ha surgido únicamente
por casualidad"1
—Jacques Monod, Chance and Necessity (El azar y la necesidad)
Sabemos que por más de medio siglo los darvinistas sociales uti
lizaron ideas de la “selección natural” y de “la supervivencia del más
apto” para justificar políticas racistas e inhumanas como la eugene
sia, las leyes en contra de la migración, y la esterilización forzada.
William Jennings Bryan —un conservador religioso que también era
un progresista político— defendió la causa creacionista en el juicio
de Scopes mayormente por su odio de este programa político. Los
defensores actuales de la evolución son rápidos para declarar que eí
darwinismo social es una cruda distorsión de las teorías de Darwin.
Como lo dijo uno de mis profesores en la universidad: “Estaban utili
zando la ciencia con propósitos ideológicos. Eso no ocurre ahora.”
Pero sí ocurre. Según el biólogo Francisco Áyala, Darwin “completó
la Revolución Copernicana.. .. Darwin descubrió que los seres vi
vos pueden explicarse como resultado de un proceso natural —se
lección natural— sin recurrir a un Creador.”7El biólogo E, O. Wilson
escribe: “Si la humanidad evolucionó por la selección natural darwi-
niana, la casualidad genética y la necesidad ambiental crearon la es
pecie, no Dios.”8 El biólogo Stephen Jay Gould apela a la evolución
para mostrar que “ningún espíritu interviene ni vela amorosamente
los asuntos de la naturaleza... sea lo que sea que pensemos de Dios,
su existencia no está manifiesta en los productos de la naturaleza.”9
Douglas Futuyma afirma en su libro de texto Evolutionary Biology
(Biología evolucionista): “Al asociar la variación sin dirección y sin
propósito con el proceso ciego e indiferente de la selección natural,
Darwin hizo que las explicaciones teológicas o espirituales de proce
sos de la vida fueran superfluas.”10El biólogo William Provine se jacta
de que “la evolución es el motor más grande del ateísmo.”11
Por lo que hay un sentido antirreligioso en el darwinismo, y esta
es la razón principal por la que muchos estadounidenses rehúsan
adoptarlo. Ven al darwinismo como el ateísmo disfrazado de ciencia.
También sospechan que las teorías de Darwin están siendo utilizadas
para socavar la religión y moral tradicionales. Muchos padres están
preocupados de que sus hijos irán a escuelas y universidades como
cristianos decentes y saldrán como incrédulos y relativistas morales.
PALEY TENIA RAZON 151
El que una clase de vida evolucione a otra podría atribuirse a las fuer
zas ciegas de la naturaleza, pero el principio antrópico implica que
estas fuerzas fueron puestas en movimiento de manera deliberada y
con propósito, con visitas a producir precisamente los seres vivos que
Jos biólogos, de manera superficial, presumen que llegaron aquí por
accidente. Una cosa es decir que el pico del pinzón y el color de la po
lilla y el ojo humano evolucionaron por casualidad. Pero el universo
que legítimamente produce pinzones, polillas y humanos es muy cla
ramente el producto de la intención y del diseño creativo. Por lo que
la “refutación” que Dawkins hace de Paley fracasa gloriosa y comple
tamente. Paley siempre tuvo la razón.
Debería quedar claro con todo esto que el problema no está en la
evolución. El problema está en el darwinismo. La evolución es upa
teoría científica; el darwinismo es una postura metafísica y una ideo
logía política. De hecho, el darwinismo es el sesgo ateo impuesto en
la teoría de la evolución. Cpmo teoría, la evolución no es hostil a la re
ligión. Lejos de desmentir el diseño, la evolución realmente reveía el
método con el cual se ha ejecutado el diseño. Pero los ateos rutinaria
mente utilizan el darwinismo y la falacia del relojero ciego para des
acreditar la creencia en Dios. Muchos científicos han sido engañados
con esta táctica atea. Se han dejado deslizar, casi inconscientemente,
PALEY TENÍA RAZÓN 163
C x
EL PROBLEMA DEL GÉNESIS:
EL ATEÍSMO METODOLÓGICO
DE LA CIENCIA
“No existe tal cosa como la ciencia sin filosofía. Sólo hay ciencia cuyo
bagajefilosófico es aceptado sin analizará
—Daniel Dennett, La peligrosa idea de Darwin
evidencias sólidas de los orígenes del universo, para evitar tener que
considerar a un creador. Ahora, pensemos cómo algunos biólogos
distinguidos están dispuestos a adoptar evidencia débil para corro
borar la evolución y eliminar la necesidad de un ser divino que su
pervisa el proceso. El biólogo Franklin Harold sabe cuán complejos
son los funcionamientos de hasta las células más simples, porque es
cribió un libro al respecto. También sabe que la evolución presupone
la existencia de células totalmente formadas con el poder de dupli
carse. Entonces, ¿cuál es el origen de la célula? “La vida surgió aquí
en la tierra de una materia inanimada, por una clase de proceso evo
lutivo” ¿Cómo sabe esto Harold? “Esto no es una declaración de un
hecho demostrable,” admite, “sino una suposición.” ¿Una suposición
corroborada con qué? Harold no teme responder: “No se corrobora
con ninguna evidencia directa, ni es probable que así sea, pero es
consecuente con la evidencia que tenemos.”12
Al contrario, he encontrado a alguien que no comparte la supo
sición de Harold: Francis Crick, codescubridor de la estructura del
ADN. Crick, al igual que Harold, reconoce que el origen de la vida
parece casi un milagro, dada la complicada maquinaria de la célula
y cuán rápidamente la vida apareció en la tierra después de la for
mación del planeta. Crick no puede concordar con Harold, Dawkins
y otros que despreocupadamente postulan que alguna combinación
de químicos tuvo que haber sido la correcta. Por lo que Crick ofrece
una teoría distinta: ¡criaturas del espacio tuvieron que traer la vida a
la tierra de otro planeta! Esta teoría se presenta en serio en el libro de
Crick Life Itself(L& vida misma).13
John Maddox reconoce que la ciencia sabe poco de la relación en
tre los circuitos del cerebro y la consciencia humana. Pero afirma:
“Una explicación de la mente, como la del cerebro, a la larga tiene
que ser una explicación en cuanto a la manera en que funcionan las
neuronas. Después de todo, no hay nada más en lo que se pueda ba
sar una explicación.”14Nicholas Humphrey va aún más lejos: “Nues
tra suposición inicial como científicos debe ser que, en algún nivel, la
consciencia tiene que ser una ilusión.”15A la mayoría de la gente esto
170 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
O x
EL MUNDO MÍS A LLÍ DE NUESTROS
que los seres humanos pueden saber. Ese límite es la realidad misma.
En esta perspectiva, que todavía sostienen muchos en nuestra socie
dad, los seres humanos pueden utilizar las herramientas de la razón
y la ciencia para averiguar continuamente más y más, hasta que fi
nalmente ya no haya más que descubrir. La falacia de la Jlustración
sostiene que la razón humana y la ciencia pueden, en principio, obte
ner acceso a toda la realidad, y finalmente comprenderla.
En su Crítica de la razón pura, Kant muestra que estas suposicio-
nes son falsas. De hecho, sostiene que hay un límite mucho mayor a
lo que los seres humanos pueden saber. En otras palabras, la razón
humana plantea preguntas —tal es la naturaleza de nuestra razón—
que es incapaz de responder. Y es sumamente importante examinar
la razón misma y descubrir cuáles son esos límites. Es imprudente
mente dogmático estar defendiendo afirmaciones que se basan en
la razón sin examinar qué clase de afirmaciones puede adjudicar la
razón. La razón, para que sea razonable, debe investigar sus propios
parámetros.
Kant comienza con una premisa sencilla: todo el conocimiento
humano se basa en la experiencia. Obtenemos acceso a la realidad
por medio de nuestros cinco sentidos. Entonces, esta entrada senso
rial se procesa a través de nuestro cerebro y sistema nervioso central.
Piense en esto: cada pensamiento, incluso los productos más desca
bellados de nuestra imaginación, se basa exclusivamente en cosas
que hemos visto, escuchado, tocado, olido o degustado. Si imagi
namos y dibujamos criaturas del espacio exterior, podemos darles
cuatro ojos y diez piernas, pero, a la larga, no tenemos manera de
concebirlas o personificarlas salvo en función de la experiencia hu
mana. Es un hecho empírico que nuestros cinco sentidos son nues
tras únicas lentes para percibir la realidad.
Ahora, Kant hace una pregunta inquietante: ¿cómo sabemos que
nuestra percepción humana de la realidad corresponde a la realidad
misma? La mayoría de los filósofos que precedieron a Kant simple
mente había dado por sentado que sí corresponde, y esta creencia
persiste ahora. Tan poderoso es este “sentido común” que mucha
EL MUNDO MÁS ALLÁ DE NUESTROS SENTIDOS 183
el reino numenal existe, pero no podemos saber más que eso. La ra
zón humana nunca puede entender la realidad misma.
Tan poderoso es el argumento de Kant aquí que sus críticos han
podido responder sólo con lo que podría llamarse el escarnio del
sentido común. Cuando desafié a Daniel Dennett, en un artículo del
Wall Street Journal:, a echar por tierra el argumento de Kant, publicó
una respuesta enojada en su página en Internet en el que decía que
varias personas han refutado a Kant de manera adecuada. Pero no
proporcionó ninguna refutación, y no mencionó ningún nombre.11
Básicamente, Dennett estaba dependiendo en el argumentum ad
ignorantium, el argumento que depende de la ignorancia de la au
diencia. Esperaba que sus admiradores aceptaran por fe que esa re
futación existe en alguna parte de la literatura. De hecho, no existe
tal refutación.
Las ideas de Kant son tan contrarias a las expectativas lógicas que
producen una resistencia casi visceral. La noción de que la realidad
podría ser totalmente distinta a lo que se nos presenta parece ab
surda, irreal e imposible de tomar en serio. Nos resistimos emocio
nalmente a Kant, sin importar cuán convincente sea su argumento.
La gente que normalmente es racional, como Dennett, responde a
Kant con impaciencia evidente. No son capaces de responder a su
argumento, pero fingen que no es necesario responderlo. Esta acti
tud podría llamarse el “fundamentalismo” de la razón. La razón está
tan segura de sí misma que rehúsa considerar la crítica razonable. La
razón ha llegado a ser irrazonable y ahora depende totalmente de la
simple intuición o del “sentido común.”
Sin embargo, el sentido común no siempre es una guía confiable
a la verdad. El sentido común nos dice que la tierra es inmóvil y que
el sol gira alrededor de ella. El sentido común nos dice que un objeto
está naturalmente descansando y que un objeto que se mueve au
tomáticamente tiene que llegar a detenerse. El sentido común nos
dice que el tiempo y el espacio son absolutos. Todas estas simples
intuiciones son falsas. De hecho, los grandes descubrimientos de la
ciencia moderna —desde Copérnico a Galiíeo, a Newton, a Einstein,
188 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
C x
EN EL VIENTRE DE LA BALLENA: POR
QUÉ SON POSIBLES LOS MILAGROS
“Para sonreirte por anticipado a toda la magia, el mundo nos tiene que
parecer totalmente comprensible. Pero esto sólo pasa cuando lo miramos
de una manera sumamente superficial, que no admite ningún indicio de
que estamos hundidos en un m ar de enigmas e incomprensibilidades y
que no tenemos conocimiento exhaustivo y directo, ni entendimiento, de
las cosas ni de nosotros mismos!’'
—Arthur Schopenhauer
A
nados al mundo de la experiencia, ahora traemos a colación
una pregunta muy controversia!. En un mundo de leyes cien
tíficas y naturales, ¿son posibles los milagros? ¿Es siquiera creíble, en
el siglo XXI, creer en un nacimiento virginal, en que el agua se trans
forme en vino y en la resurrección de los muertos? Aquí demostraré
que esas ideas son completamente consecuentes con la ciencia mo
derna, y que puede demostrarse que el argumento más famoso en
contra de los milagros —propuesto por el filósofo David Hume— es
inválido, en base a la propia filosofía de Hume.
El asunto de los milagros es de importancia especial para los cris
tianos, porque el cristianismo es la única gran religión del mundo que
194 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
r--~ •
ciencia debe ser considerada irracional. Esta gente nos rodea en todas
partes ahora. Muchos de ellos son extremadamente bien educados y
hablan con un aire de seguridad, así que hasta la gente que no está de
acuerdo con lo que dicen tiene dificultades para responderles.
Para el positivista lógico, hay dos clases de declaraciones: declara
ciones analíticas y declaraciones sintéticas. Una declaración analí
tica es aquella cuya verdad o falsedad puede establecerse al examinar
la misma declaración. Si digo: “Mi vecino es un solterón con una bella
esposa,” inmediatamente se sabe que no estoy diciendo la verdad. La
palabra solterón significa “hombre que no es casado,” por lo que un
solterón no puede tener esposa. Para Hume, las matemáticas pro
porcionan un ejemplo clásico de verdades analíticas. Los axiomas
matemáticos son ciertos por definición; son, podríamos decir, inhe
rentemente ciertos.
Una declaración sintética puede verificarse únicamente al exami
nar los hechos. Si digo: “Mi vecino pesa 140 kilos y le gusta leer libros
de Richard D aw kinsusted no puede decir por la declaración en sí
misma sí eso es cierto. Tiene que ir a la casa de mi vecino y pregun
tarle. Hume sostenía que las declaraciones analíticas son ciertas a
priori, es decir, por definición. Las declaraciones sintéticas, por otro
lado, son ciertas a posteriori, es decir, al considerar la evidencia. Para
Hume, las ciencias físicas proporcionan el modelo normal para las
verdades sintéticas. A través del método científico —hipótesis, expe
rimentación, verificación y crítica— podemos descubrir las verdades
sintéticas acerca del mundo.
Con esta base, Hume presentó su famosa anulación de la meta
física, a la que no consideraba como verdad en absoluto. Piense en
las afirmaciones religiosas centrales de que “hay vida después de
la muerte” o que “Dios hizo el universo.” El punto de Hume es que
estas declaraciones no son ciertas por definición, ni pueden ser ve
rificadas al revisar los hechos. Por consiguiente, sostenía, estas de
claraciones no sólo son falsas, no tienen sentido. Hume escribió: “Si
tenemos en nuestras manos cualquier tomo —de divinidades o de la
escuela de metafísica, por ejemplo— preguntemos, ¿contiene algún
198 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
que está clínicamente muerta sea restaurada a la vida? Claro que no.
Así que la proposición científica de que la gente muerta no puede
volver a la vida es una verdad práctica —útil para los propósitos dia
rios— pero no es una verdad imperativa.
Pero si en el futuro viéramos que una persona muerta resucita, en
tonces es posible que los muertos, en una o más ocasiones, hayan
sido restaurados a la vida en el pasado. No estoy haciendo aquí la
afirmación de que esto haya sucedido. Simplemente estoy diciendo
que si eso pasara algún día, entonces pudo haber pasado antes. La
posibilidad lógica no puede limitarse a los eventos futuros. Si pasó en
el pasado, sería un milagro. Si pasa en el futuro, lo llamaremos pro
greso científico. De cualquier manera, es posible, no porque las leyes
de la naturaleza necesariamente sean derribadas, sino porque no te
nemos conocimiento completo de lo que son esas leyes.
Los milagros también pueden verse como suspensiones reales de
las leyes de la naturaleza, y aquí, no hay nada en la ciencia o lógica
que diga que esas cosas no pueden ocurrir. ¿Quién dice que estas
leyes son inmutables? No hay evidencia en absoluto para una con
clusión tan arrolladora. Obviamente, si Dios existe, los milagros son
posibles. Para Dios claramente no hay restricciones fuera del reino
natural. Aunla física modernaadmite que más allá del mundo natu
ral no se aplican Jas leyes de la naturaleza. No hay nada “milagroso”
en cuanto al cielo o al infierno, por la sencilla razón de que no hay le
yes de naturaleza que operen fuera de nuestro universo.
Pero aun dentro de la naturaleza, Dios no puede ser restringido.
Como el autor de una novela, Dios está totalmente a cargo de la
trama. ¿Cómo puede estar atado por las reglas y el guión que él di
señó? Si Dios interrumpe de manera abrupta la “lógica’ de la histo
ria, el resultado seguramente será alteración y confusión, Pero ese es
el punto de los milagros, alterar el curso normal de las cosas y llamar
la atención a algo que sucede afuera de la narrativa. Si Dios hizo el
universo, él también hizo las leyes de la naturaleza, y puede alterarlas
ocasionalmente si decide hacerlo.
CAPÍTULO'DIECISIETE
C x
LA APUESTA DEL ESCÉPTICO:
PASCAL Y LA SENSATEZ DE LA FE
“Dios es, o no es. Hay un caos infinito que nos separa. Al otro extremo de
esta distancia infinita se lleva a cabo un juego y la moneda caerá en cara
o cruz. ¿Cuál será su apuesta?”1
—Blaise Pascal, Pensées (Pensamientos )
fuera del poder de los seres humanos para examinarlas. Como lo pre
sentó Kant, están más allá del alcance de la razón misma.
Pero Kant no concluyó por esto que la fe religiosa era irrazona
ble. Al contrario, sostuvo que más allá de los límites de la razón, de
ninguna manera es irrazonable tomar decisiones basadas en la fe. El
punto importante aquí es que en elmundo fenoménico(^empírico,
estamos en una posición para formular opiniones basadas en la ex
periencia, la comprobación, la verificación y la razón. En ese mundo
es supersticioso hacer afirmaciones de fe que no puedan ser apoya
das con la evidencia y la razón. Sin embargo, fuera del mundo feno
ménico, este criterio no se aplica, así como las leyes de la física se
aplican sólo a nuestro universo y no a cualquier otro universo.
De esta manera, cuando Christopher Hitchens rutinariamente
descarta las afirmaciones de fe por motivos de que “lo que puede ase
gurarse sin evidencia también puede descartarse sin evidencia,” está
haciendo lo que a los filósofos les gusta llamar un error categórico.5
Está utilizando el criterio empírico para juzgar cosas que se encuen-
tran fuera del reino empírico. Quiere evidencia de un dominio donde
las reglas normales de la evidencia no se aplican. Más allá del alcance
de la razón y de la experiencia, la ausencia de evidencia no puede uti
lizarse como evidencia de ausencia.
Extraordinariamente, hay mucha gente hoy que desea conducir
sus vidas con la suposición de que no hay Dios, no hay vida después
de la muerte y no hay realidad más allá del mundo de la experiencia.
Estos no son sólo los autonombrados ateos sino los agnósticos, cuya
ignorancia declarada se traduce en un ateísmo práctico. Frecuente
mente, con una sonrisa de autosatisfacción, dicen: “No puedo creer
porque sencillamente no sé.” Esta actitud es rara por dos razones.
Primero, es totalmente indiferente en cuanto a las preguntas más im
portantes de la vida: ¿Por qué estamos aquí? ¿Es esta vida todo lo que
hay? ¿Qué pasa cuando morimos? Estos grandes misterios se impri
men en todos los humanos que reflexionan en su situación, y aun así
hay gente que rehúsa incluso considerar esos misterios. Siguen exi
giendo evidencia de una clase que simplemente no está disponible
LA APUESTA DEL ESCÉPTICO 209
sus poderes naturales, sino para guiarlos de manera que puedan ver
tfxás claramente. Espera que la revelación reactive y guíe su razón. La
sentencia de Agustín se aplica aquí: “Cree y entenderás.” Por eso es
que los creyentes religiosos se quedan tan perplejos cuando los ateos
los acusan de deshacerse de sus capacidades intelectuales. El crítico
social Michael Novak dice que “utilizar la razón es como utilizar sim
plemente la vista, mientras que adoptar la fe’ es como ponerse unos
lentes perfectamente calibrados . . . para capturar las que, de otra
manera, serían dimensiones invisibles de la realidad.”9
Mientras tenemos conocimiento de una idea o proposición, tene
mos fe en una persona. Daniel Dennett debería sentirse aliviado al sa
ber que esta persona no es Papá Noel ni el Conejo de Pascua. La fe
religiosa es, a la larga, una declaración de confianza en el único Dios
monoteísta, y en su autoridad y confiabilidad. Si hay un ser divino que
ha creado el universo con un interés especial por nosotros como seres
humanos, entonces es totalmente razonable suponer que, en ausen
cia de nuestra habilidad para encontrarlo, él encontraría el camino
hacia nosotros. El creyente religioso sostiene que cuando el hombre
no puede alcanzar a Dios, Dios puede alcanzarlo a él. La fe es una clase
de regalo. Es la manera en que Dios se da a conocer a nosotros a través
de la revelación divina. Si Dios no lo hiciera, no tendríamos ninguna
otra manera de saber de él y permanecería separado de su creación.
Pascal comienza con el postulado de Kant que “el paso final de la ra
zón es reconocer que hay un infinito número de cosas que la sobrepa
san.”10En varios de sus escritos, Pascal sostiene que es afortunado para
el hombre que las verdades supremas sean accesibles por medio de la
fe y no de la razón. En otras palabras, la fe está disponible para todos.
Sí la única manera de saber de Dios fuera a través de la razón, entonces
la gente más inteligente tendría la ventaja y los menos inteligentes se
quedarían afuera. Ingresar al cielo sería como ingresar a Harvard. Apa
rentemente, Dios quiere tener otra gente aparte de doctores en el cielo;
parece que ha hecho espacio para algunos pescadores y otra gente hu
milde. La razón es aristocrática, pero la fe es democrática.
Pero ¿por qué decidiríamos tener fe ante la duda? Este acertijo
212 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
La Biblia promete que todos los que busquen a Dios de esta manera,
con corazones fervientes y sinceros, lo encontrarán.
PARTE VI
<cx
EL CRISTIANISMO Y EL
SUFRIM IENTO
CAPITULO'DIECIOCHO
ex
RECONSIDERAR LA INQUISICIÓN:
LOS CRÍMENES EXAGERADOS
DE LA RELIGIÓN
“La gente buena hará cosas buenas y la gente mala hará cosas malas, pero
para que la gente buena haga cosas malas, se necesita de la religión
—Steven Weinberg, Facing Up {Plantar cara)
C x
UNA UCENCIA PARA MATAR:
EL ATEÍSMO Y LOS ASESINATOS
EN MASA DE LA HISTORIA
"¿Sin Dios y la vidafutura? ¿Cómo estará el hombre después de eso? Esto
significa que ahora se permite todo.”1
—Fiódor Dostoyevski, Los hermanos Karamázov
por su pa
ie n t r a s que r e g u l a r m e n t e c u l p a n a la r e lig ió n
mínima evidencia de que sea así.” En otras palabras: “Es posible que
los ateos individualmente hagan cosas malas, pero no hacen cosas
malas en nombre del ateísmo”2 El físico Steven Weinberg reconoce
que el ateísmo científico “ha hecho sus propias contribuciones a los
pesares del mundo,” pero “cuando se ha apelado a la autoridad de la
ciencia para justificar los horrores, realmente ha sido en relación con
las perversiones de la ciencia.”3
En este capítulo, quiero enfocarme en crímenes realmente gran
des que grupos ateos y gobiernos han cometido. En los últimos cien
años, más o menos, los regímenes ateos más poderosos —la Rusia
comunista, la China comunista, y la Alemania nazi— han extermi
nado gente en cantidades astronómicas. Stalin fue responsable de al
rededor de veinte millones de muertes, producidas por asesinatos en
masa, campos de concentración, juicios ejemplarizantes seguidos de
pelotones de fusilamiento, traslado de los habitantes, inanición y mu
cho más. El reciente estudio fidedigno de Jung Chang y Jon Halliday
Mao: The Unknown Story (Mao: La historia desconocida) le atribuye al
régimen de Mao Zedong el alarmante número de setenta millones
de muertes.4 Algunos eruditos de China creen que los números de
Chang y Halliday son un poco altos, pero los autores presentan evi
dencia convincente de que el régimen ateo de Mao fue el más asesino
en la historia del mundo. Los asesinatos de Stalin y Mao, a diferencia,
digamos, de los de las Cruzadas o de la Guerra de los Treinta Años, se
llevaron a cabo en épocas de paz y en contra de sus propios compa
triotas. Hitler ingresa a un distante tercer lugar con alrededor de diez
millones de asesinatos; seis millones de ellos fueron judíos.
Hasta aquí, ni siquiera he contado los asesinatos ordenados por
otros dictadores soviéticos como Lenin, Khrushchev, Brézhnev, etc.
Tampoco he incluido a una multitud de tiranos ateos “menores”:
Pol Pot, Enver Hoxha, Nicolae Ceau§escu, Fidel Castro, Kim Jong-il.
Incluso estos déspotas de la “liga menor” mataron a mucha gente.
Piense en Pol Pot, que fue el líder del Khmer Rouge, la facción del Par
tido Comunista que gobernó a Camboya de 1975 a 1979. Dentro de
este período de cuatro años, Pol Pot y sus idealistas llevaron a cabo
UNA LICENCIA PARA MATAR 229
hombre. Yya que el hombre descendía del reino animal —una idea que
Nietzsche adoptó de Darwin— era probable que adoptara el valor del
libido dominandi (la lujuria de dominar) que vemos en todos lados en
la naturaleza. Los humanos superiores eliminarían a los inferiores, por
la misma razón de que los leones se comen a los antílopes. La “moral
de señores” impera sobre la “moral de esclavos.” Se convierte en algo
inútil apelar a la piedad, a la compasión y a la decencia. Sería como de
cirles a los leones que dejen de ser leones.
En otras palabras, el baño de sangre ateo es el producto de una
ideología moderna totalitaria que ve al hombre, no a Dios, como el
creador de los valores. Al rechazar a Dios, el hombre llega a ser despre
ciativo de la doctrina de la pecaminosidad humana y está convencido
de la perfectibilidad de su naturaleza. El hombre ahora busca despla
zar a Dios y crear una utopía secular aquí en la tierra. Para lograrlo,
los gobernadores ateos establecen control total de la sociedad. Inven
tan una forma de totalitarismo mucho más global que cualquier cosa
que intentaran los gobernadores anteriores: cada aspecto de la vida
llega a estar bajo supervisión política. Claro que si algunas personas
—judíos, terratenientes, no aptos, discapacitados, disidentes religio
sos, etc.— tienen que ser trasladadas, encarceladas o liquidadas para
lograr esta utopía, este es un precio que los tiranos ateos han demos
trado que están muy dispuestos a pagar. Los viejos códigos morales
no se aplican, y los funcionarios ateos ordinarios llevan a cabo un
comportamiento que haría temblar a un inquisidor de la iglesia. Los
regímenes ateos, por sus acciones, confirman la verdad de la senten
cia de Dostoyevski: si Dios no existe, se permite todo.
No importa la causa por la que los regímenes ateos hacen lo que
hacen, el hecho indiscutible es que todas las religiones del mundo
juntas, en tres mil años, ni siquiera se han acercado al número de
personas que han sido asesinadas en nombre del ateísmo en unas
cuantas décadas. Es hora de abandonar el mantra que se repite ato
londradamente, de que la creencia religiosa ha sido la fuente principal
del conflicto humano y la violencia. El ateísmo, no la religión, es el res
ponsable de los peores asesinatos en masa de la historia.
PARTE Vil
O x
E L CRISTIANISMO Y LA MORAL
CAPITULO VEINTE
ex
LA LEY NATURAL Y LA LEY DIVINA:
LAS BASES OBJETIVAS DE LA MORAL
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo
que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley son ley para sí m ism os”
—-San Pablo, Carta a los Romanos, 2:14
O x
EL FANTASMA EN LA MÁQUINA:
POR QUÉ EL HOMBRE ES MÁS QUE
LA MATERIA
“Esta idea de las almas inmateriales . . . h a sobrevivido a su credibilidad
gracias al avance de las ciencias naturalesln
—Daniel Dennett, Freedom Evolves (La evolución de la libertad)
podrían considerarse útiles para nosotros, pero no hay base para su
poner que correspondan a la verdad. Efectivamente, una mentira útil
es preferible a una verdad que no juega ningún papel en la autoper-
petuación genética. Al reducir todo a las leyes de la naturaleza, nos
arriesgamos a negar que haya alguna racionalidad, o verdad, detrás
de las leyes de la naturaleza.
Quizás el argumento más fuerte en contra del materialismo es el
argumento del libre albedrío. Permítame ilustrarlo. Estoy sentado
frente a mi computadora con una taza de café en mi escritorio. Puedo
agarrar la taza y tomar un sorbo de café, si así lo quiero; puedo tirar
la taza de café en la alfombra, si quiero; puedo simplemente dejar la
taza de café en paz para que el café se enfríe. Ahora pregunto: ¿hay
algo en las leyes de la física que me obligue a hacer alguna de estas
cosas? Obviamente no. De acuerdo ala frase de Milton Friedman, soy
“libre para decidir.” Esta libertad caracteriza muchas de las acciones
de mi vida, aunque no todas. No tengo la libertad de dejar de respi
rar mientras duermo, tampoco la de controlar el paso de la comida
a través de mis intestinos. Sin embargo, sí tengo la libertad de tirar
mi taza de café al piso. Ahora, cuando yo decida hacer esto y en rea
lidad lo haga, entonces la trayectoria del descenso de la taza de café
está totalmente determinada por las leyes de la física. Mi opción de
enviarla por esa trayectoria, sin embargo, no está determinada por
ninguna ley científica sino por mi libre decisión.
Kant profundiza este argumento, de manera típica, al dirigirlo al
dominio de la moral. Somos seres morales. Tenemos^conceptos mo
rales como “justicia” y “agravio,” y “bien” y “mal.” “Debemos” hacer
esto y “no debemos” hacer aquello. Por mucho que lo intentemos,
no podemos evitar esta manera de pensar y actuar. La moral es un
hecho empírico, no menos real que cualquier otra experiencia del
mundo. Kant sostiene que para que estos conceptos, de algún modo,
tengan algún significado o aplicabilidad, tenemos que tener la op
ción de hacer algo o no. Deber implica poder. Esto no es negar que
los factores materiales e inconscientes pudieran influenciar nuestra
decisión. Pero aun así, por lo menos a veces tenemos la libertad de
26 4 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
C x
EL “ YO” IMPERIAL CUANDO EL
YO SE CONVIERTE EN EL ÁRBITRO
DE LA MORAL
“Séfiel contigo mismo.”1
—William Shakespeare, Hamlet
A hay otros que por lo menos admitirán que los seres humanos
tienen un “yo superior” Este yo, insisten, no es lo mismo que
el alma, ni sigue los decretos de la moral tradicional, ni de un código
moral externo. Más bien, es un yo que forja una moral propia. Sin em
bargo, esta moral no es menos vinculante para sus partidarios que la
moral tradicional para los creyentes religiosos. Lo que tenemos aquí
no es una negación de la moral, como lo sospecha mucha gente reli
giosa. Tampoco es un deslizamiento de la moral. Más bien, tenemos
ante nosotros una nueva moral que puede llamarse moral liberal o
moral secular.
Esta moral secular ya ha dominado mucho de Europa, Canadá y
Australia, y ha hecho un progreso impresionante en los Estados Uni
dos. Ahora está siendo exportada a otras culturas, donde está ga
nando reclutas, especialmente entre la gente joven. Mientras que la
268 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
C X
EL OPIO DEL MORALMENTE
CORRUPTO: POR QUÉ LA
INCREDULIDAD ES TAN ATRACTIVA
“Es maravilloso no tener que encogerse ante una deidad vengativa, que
nos amenaza con la condenación eterna si no acatamos sus reglas."1
—Karen Armstrong, A H istoryof God (Una historia de Dios)
sentido, hemos llegado a estar éticamente sin base, y no hay más re
fugio en las apelaciones a la dignidad, igualdad, compasión y todo lo
demás. Lo que enfrentamos, si somos sinceros, es el abismo.
Pero a diferencia de Matthew Arnold, que veía que la fe de la época
se retiraba como la corriente de un océano y estaba aterrorizado por
eso, a Nietzsche, en un sentido, el abismo le parecía algo bueno. Él
es, como lo dice, un “inmoralista.” En su perspectiva, el abismo nos
permite por primera vez escapar de la culpa. Derrota al dragón de la
obligación. Nos permite vivir “más allá del bien y del mal.” La moral
ya no se nos da desde arriba; ahora se convierte en algo que diseña
mos para nosotros mismos. La moral requiere de una reconstrucción
exhaustiva, lo que Nietzsche llama una “transvaloración.” Los códi
gos antiguos del “no harás” ahora se reemplazan con “yo lo haré.”
Por lo tanto, en el esquema de Nietzsche no es estrictamente
exacto decir que Dios ha muerto, más bien, el hombre ha matado
a Dios para ganar la libertad de hacer su propia moral. Y la moral
que Nietzsche celebra es la moral del esfuerzo y la autoafirmación,
“la deificación de la pasión,” “animalidad espléndida,” o en la famosa
frase de Nietzsche: “la voluntad de poder” Cualquier meta, incluso la
que impone dificultades enormes o sufrimiento en la raza humana,
es legítima si la buscamos con energía, resolución y compromiso.23
Hay una imprudencia y salvajismo en la retórica de Nietzsche
que emociona el corazón de muchos ateos modernos. Lo vemos en
los existencialistas franceses como Jean-Paul Sartre, que utilizó a
Nietzsche como su fundamento para una filosofía basada en la liber
tad moral. También escucho una tendencia nietzscheana en Christo-
pher Hitchens cuando protesta en contra de la supervisión moral de
Dios, a quien describe como un tirano celoso. Pero los ateos más con
temporáneos —incluso Hitchens— no están dispuestos a ir tan lejos
como lo hace Nietzsche al denigrar las normas tradicionales de pie
dad y caridad cristiana. Su rebelión es más limitada. Es, podría de
cirse, una rebelión pélvica en contra de Dios.
Principalmente, eg por el sexo que los ateos más contemporáneos
han decidido romper con el cristianismo. “La peor característica de
286 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
A
motivos perversos, no intento implicar que no haya incredu
lidad sincera. En este capítulo considero un problema que ha
desconcertado a los creyentes no menos que a los no creyentes, uno
que presenta un obstáculo serio para la creencia en el Dios cristiano.
Cosas horribles ocurren en este mundo. Millones son asesinados en
campos de concentración. Huracanes y maremotos desatan su fu
ria asesina en poblaciones desprevenidas. Un sicópata abre fuego en
un campus universitario y mata a estudiantes inocentes. Mi amigo
Bruce Schooley, a quien le he dedicado este libro, está batallando
para sobrevivir al cáncer. Nada de esto parece tener explicación al
guna. Voltaire protestaba en contra de un ser divino que permitiría
el terremoto de Lisboa de 1755 y toda su devastación. Darwin estaba
impactado por los caprichos crueles de la naturaleza, un tema que
Richard Dawkins enfatiza en sus más recientes polémicas antirreli
giosas. "El Dios de las aves y los árboles,” escribe Steven Weinberg,
292 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
<cx
JESÚS ENTRE OTROS DIOSES:
LA SINGULARIDAD DEL CRISTIANISMO
“En el curso de la justicia, ninguno de nosotros
Vería la salvación,”1
—William Shakespeare, The Merchant ofVenice
(El mercader de Venecia)
remedio: Dios tiene que bajar al nivel del hombre. Por muy escanda
loso que parezca, Dios tiene que, muy literalmente, convertirse en
hombre y asumir la carga de los pecados del hombre. Los cristianos
creen que este fue el gran sacrificio que Cristo llevó a cabo. Si acep
tamos el sacrificio de Cristo, en base a la fe, heredaremos el regalo
de salvación de Dios. Se acabó. Esa es la esencia del cristianismo. Es
posible que para algunos esto parezca ridiculamente simple. Sin em
bargo, en esta simplicidad hay una profundidad y riqueza considera
bles. Podemos apreciar esto mejor si lo ponemos en cámara lenta, por
así decirlo, y examinamos cada una de sus doctrinas más de cerca.
La primera premisa es que la inclinación al pecado está en la natu
raleza del hombre. En otras palabras, el egoísmo, la ambición, la luju
ria y la avaricia son parte de lo que somos como humanos. Creo que
Darwin estaría de acuerdo con esto. Efectivamente, el retrato darwi-
niano del hombre es una corroboración extraordinaria de la doctrina
cristiana del pecado original. La perspectiva poco favorecedora del
hombre de Darwin es mucho más realista y exacta que la ingenua
perspectiva de Rousseau, de que el hombre por naturaleza es bueno
y que la sociedad es responsable de sus problemas. Darwin entendía
que el hombre está más cerca de las bestias que de los ángeles. En
algunos aspectos, el hombre es peor que los animales, porque ellos
simplemente hacen lo que les viene de manera natural, mientras que
el hombre peca voluntaria y deliberadamente.
Por lo que el hombre tiene que pagar el precio del pecado, y el pre
cio es la muerte. Esta es la segunda premisa del cristianismo. La Bi- ^
blia iguala a la muerte en el reino biológico con el pecado en el reino
moral. A algunas personas esto les parecerá indebidamente duro,
pero permítame mostrarle por qué es debidamente duró. El pecado
estructura nuestras personalidades y define nuestros pensamientos
y comportamiento. El pecado forma parte de nuestros hábitos, por lo
que pecamos frecuentemente, casi sin pensar. El pecado no es secun
dario para los humanos, algo que ocasionalmente hacemos, sino que
es lo más intrínseco de nuestras identidades. Entonces, ¿merece el
pecado una recompensa celestial? ¿Debería Dios, que es eternamente
306 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
< ZX
UN ANTICIPO DE LA ETERNIDAD:
CÓMO EL CRISTIANISMO PUEDE
CAMBIAR SU VIDA
"Finalmente no es una cuestión de obediencia. Finalmente es una cues
tión de amor.”
—Tilomas More, A Man fo rA ll Seasons{Un hombre para la eternidad)
h o r a q u e s a b e m o s q ué es lo q ue h a c e q u e el c r is t ia n is m o
A
sea único, tenemos que preguntarnos si deberíamos adop
tarlo. En este libro he intentado responder todas las críti
cas y objeciones al cristianismo, pero eso no siempre es suficiente.
El erudito y predicador John Stott cuenta la historia de un hombre
que estaba lleno de preguntas. Cada vez que Stott respondía su pre
gunta, tenía otra. Un día Stott le preguntó: “Si le resolviera sus pro
blemas a total satisfacción, ¿estaría dispuesto a cambiar su forma de
vida?” El hombre se sonrojó y sonrió levemente, y Stott se dio cuenta
de que su resistencia al cristianismo no era intelectual. El hombre
no quería el cristianismo porque temía que le desbaratara sus pla
nes y desestabilizara su vida.1Para mucha gente, la resistencia gara
adoptar el cristianismo es tan práctica como intelectual. Quieren sa
ber cuáles son los beneficios del cristianismo, y cómo cambiarán sus
314 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
un final definitivo. La persona secular cree que hay dos etapas: vida
y muerte. Para el cristiano, hay tres: vida, muerte y la vida futura. Por
eso es que, para el cristiano, la muerte no es tan aterradora.
Finalmente, el cristianismo nos permite llegar a ser las mejores
personas que queremos ser. Las cosas decentes y honorables que ha
cemos ya no son un asunto de rutina ingrata. Esta no es solamente
una moral que nos inventamos para nosotros mismos. Más bien, es
tamos buscando nuestro destino más elevado como seres humanos.
Estamos llegando a ser lo que deberíamos ser.
El cristianismo no sólo nos hace aspirar a ser mejores, sino que
nos muestra cómo ser mejores. En el matrimonio, por ejemplo, el
cristianismo enseña que el matrimonio no es meramente un con
trato. Si lo tratamos de esa manera y lo usamos para nuestro propio
beneficio, no funciona muy bien. Para los cristianos, el matrimonio
es un pacto, no simplemente entre las dos partes sino también en
tre ellos y Dios. El principio operante del matrimonio cristiano es el
ágape o amor sacrificial. Ésto significa que el matrimonio funciona
mejor cuando cada uno se enfoca principalmente en la felicidad del
otro. Esto puede intentarse desde una proposición secular, pero el
egoísmo humano lo hace muy difícil. El matrimonio cristiano es mu
cho más fácil, porque Dios ahora es una parte central de la relación.
Así que cuando hay dificultades en el matrimonio, oramos a Dios y él
nos da gracia. El ágape no es tanto el amor humano como es el amor
de Dios quehrilla a través de nosotros. Este es un recurso abundante
que está disponible a petición, y cuando hacemos que el ágape sea la
base de nuestros matrimonios y relaciones, descubrimos que todo el
sistema funciona y, como resultado, somos mucho más felices.
Queremos ser mejores padres, y ¿qué mejores ejemplos podemos
proveer a nuestros hijos que el padre y madre cristianos que practi
can el amor sacrificial del ágape? Queremos ser buenos ciudadanos,
y ¿podemos encontrar un modelo más inspirador de la compasión
genuina y caridad que el de la Madre Teresa? Un hombre que la vio
abrazar a un leproso le dijo que él no haría eso ni por todo el dinero
del mundo. Ella respondió que ella tampoco; lo estaba haciendo por el
UN ANTICIPO DELA ETERNIDAD 325
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Segundo Gran D espertar 79 279
Seis números nada m ás (Rees) 138 Steno, Nicholas 103
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parentesco, selección de Strauss, David 195
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diseño y 27 Sudamérica 9,10,11
homosexualidad y 22 Suetonio 316
moral y 248-251 sufrimiento
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Séneca 75 cristianismo y 217-226,227-236
seres humanos Sum m a Contra Gentiles (Aquinas) 89
alma y 253 supervivencia del más apto 30,69,
dignidad de 73-86 150, 235
falibilidad de 59-71
lugar especial en la creación de tabla rasa, La (Pinker) 288
135-146 Tácito 316
perspectiva m aterialista de Tales 99
253-265 Taylor, Charles 59,61,270
propósito y xvi, 321-322 Taylor, Elizabeth 273
374 LO GRANDIOSO DEL CRISTIANISMO
— R avi Z a c h a r ia s , c o n f e r e n c is t a y l o c u t o r d e l p r o g r a m a r a d ia l J u s t T h in k in g