En el versículo 4 el salmista dice que Dios protegerá bajo sus
"alas" a quien confía en él. Dios mismo, cuando inspiró este Salmo, quiso demostrar todo el amor, la ternura y la protección que gozan los que ponen su confianza en él. Dios también revela su fuerza al declararse escudo protector.
Quien confía en Dios no necesita temer "al terror de la noche"
ni a la enfermedad ni al peligro porque no está solo. ¡El Dios todopoderoso está con él!
El versículo 10 dice que no le sucederá ningún mal ni ninguna
calamidad llegará al hogar de quien se refugia en el Altísimo. Esto no quiere decir que nunca encontrará dificultades o problemas sino que aun en medio de las cosas malas podrá ver la manifestación del poder de Dios y su bondad.
En el versículo 11 vemos que Dios envía a sus ángeles a
cuidar de sus hijos. En medio de las calamidades más grandes o de hasta la propia muerte, los hijos de Dios verán también su poder en acción.
Del versículo 13 en adelante vemos que los que se refugian en
Dios harán grandes cosas en su nombre y verán cómo él obra a su favor. Cada experiencia de la vida servirá para acercarlos más a la herencia eterna en Cristo Jesús. Como dice Romanos 8:28, todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios.