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VIVENCIAR LA CORPOREIDAD EN BUSCA DEL SENTIDO EXISTENCIAL HUMANO

COMO ELEMENTO PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL PROYECTO DE VIDA.

13 años de experiencia docente en el sector oficial me han permitido generar una actitud
crítica frente al fenómeno educativo, en especial al sentido de la educación y al papel del
educador físico y su quehacer diario al interior de la escuela en la búsqueda de ese
sentido. Estas reflexiones me han generado muchas preguntas que se han convertido en
la brújula que orienta mi quehacer docente, de ellas sin duda las más importantes son las
siguientes:

1. ¿Cuál es el verdadero sentido de la educación?


2. ¿Cuál es el verdadero sentido de la Educación Física?
3. ¿Qué “enseño”, cómo y para qué “enseño” en Educación Física?

Estas preguntas encuentran su fundamento pedagógico en un postulado tan simple como


categórico: solamente hace pedagogía el docente que es capaz de preguntarse
diariamente acerca de su quehacer diario (Ávila P. Rafael, 1988), de cuestionarse si lo que
hace está bien o está mal, de por qué y para qué lo hace, es decir que es capaz de asumir
“la reflexión permanente sobre su quehacer para darle sentido y contenido a su acción
educativa”(Kinesis Nº 1, p 22), que se atreve a romper con sus convicciones, y a penetrar
en el mundo de los sueños y la realidad de sus alumnos para ser participe de ellos.
Responder a estas preguntas y que estas respuestas encuentren en la práctica diaria las
formas de vivenciarla, se verá reflejado en una educación con más calidad, más
significativa y sobre todo más humana.

Entiendo el verdadero sentido de la educación como la oportunidad de facilitar espacios


que le permitan al estudiante vivenciar experiencias que contribuyan en la búsqueda y
expresión de su sentido existencial humano, es decir del “impulso vital” del que hablaron
Dewey, Ferriere, Wallon y Piaget; y no solo como el desarrollo de la dimensión cognitiva
propio de la educación tradicional, caracterizado por ser solo aprendizaje de información.

De igual manera, me identifico con el concepto que plantea la Educación Física como “un
camino y un instrumento para llevar al hombre a la realización de su potencial” (La
educación física en las enseñanzas medias. INEF 1985, p 204), y como medio de la
Educación, que por lo tanto debe contribuir al objetivo de esta, posibilitando la expresión
del estudiante mediante la vivencia de su corporeidad.

De lo anterior se puede deducir que en Educación Física no se debe “enseñar” sino que se
deben propiciar experiencias de movimiento que se constituyan en un proceso de
aprendizaje autónomo (capacidad del alumno de establecer él mismo las acciones y
condiciones en las que pueda aprender, es decir, transformar un contenido en
conocimiento. (ITESM Campus Querétaro, 1998), que le permitan ser conciente de su “ser
cuerpo”, de su “ser humano” y de su “ser social” teniendo en cuenta “sus capacidades,
necesidades, aspiraciones, motivaciones, experiencias, actitudes y aptitudes”. (Braun,
1978 – 1979)
La estrategia utilizada para llevar a la práctica estas ideas ha sido la siguiente:
Romper con la costumbre. Básicamente este primer paso consistió en atreverme a
decirle “NO” a lo que siempre se ha hecho en las clases de Educación Física. Esta desde
que tengo memoria, ha sido un remedo de Escuela de Formación Deportiva, en la que
solamente se intenta “enseñar” los deportes tradicionales; fútbol (para los hombres),
baloncesto (para las mujeres), voleibol (para los valientes, porque el balón pega muy
duro), gimnasia y atletismo (léase dar vueltas alrededor del colegio), esta clase sigue
siendo ese espacio de catarsis en la que se busca que el estudiante desfogue todas sus
energías para que al llegar al salón de clases no moleste al profesor de turno confirmando
lo que plantea la antropóloga Zandra Pedraza Gómez cuando dice que “las sociedades
modernas están vinculadas a visiones antropológicas en las que la educación del cuerpo
privilegia la disciplina y la autocontención”. (2004.

Vivenciar la clase desde otras miradas. Entender la vivencia de la corporeidad como


objeto de estudio de la Educación Física es comprender que el desarrollo de la inteligencia
cinestésico-corporal (Gardner, 1983) “es en sí misma una posibilidad para la educación
humana sin otro argumento que el de dar vía al carácter emocional que la anima y ser una
forma de libertad y expresión individual” (Zandra Pedraza Gómez, 2004), porque
definitivamente es en la corporeidad donde “se ubica el punto central del encuentro del
hombre consigo mismo” (Leopoldo Gil Dulcio Vaz.

Desde hace varios años mi labor docente ha estado marcada por la búsqueda constante
de alternativas que me permitan interactuar de una forma más eficiente y
fundamentalmente más humana con mis estudiantes, para brindarles la posibilidad de
vivenciar experiencias que puedan contribuir en su proceso de formación y de búsqueda
personal, experiencias que no obedezcan únicamente a los objetivos establecidos por
“modelos educativos que responden más a estereotipos de inercia escolar que a
verdaderas necesidades sociales e individuales” (Cajigal J. María 1981) y que buscan
estandarizar individuos acorde a modelos económicos; sino “a modelos pedagógicos
capaces de concebir el carácter humano en un sentido amplio, generoso y proclive a
explorar y darle cabida a la reconciliación de la conciencia, la sensibilidad y su expresión
en el movimiento”. (Zandra Pedraza Gómez, Antropóloga U. de los Andes, 2004).

El quehacer diario se desarrolla mediante estrategias basadas en la “Pedagogía de


vivencia donde los principios fundamentales son: el percibir, entender y comunicar,
desarrollada en Alemania después de la primera guerra mundial por el antropólogo Kart
Hahn ”,( "Proyecto Alcatraz, la aventura de trabajar en equipo" Luz Elena Giraldo Tamayo)
y que es conocida ahora como educación experiencial, con ese propósito en la clase se
rompe con los esquemas tradicionales y se pone en práctica una educación física
mediante desafíos físicos e iniciativas de solución de problemas individuales y en grupo
diseñados para desarrollar habilidades, trabajar en equipo, elevar la confianza personal,
enfrentar miedos y asumir riesgos, los estudiantes deben encontrar las respuestas desde
su capacidad individual y colectiva, lo que les permite explorar y descubrir múltiples
soluciones con movimientos que no están determinados únicamente por la técnica
deportiva, sino que son fruto de la experiencia personal y social de cada estudiante, de
igual manera se realizan practicas alternativas que por su carácter innovador resultan
atractivas y motivantes (Orientación Deportiva, Parkour, Trekking, escalada, artes
marciales, cuerdas bajas y altas (trabajo desarrollado en la Universidad de Harvard), etc;
las que además ofrecen cualidades pedagógicas muy interesantes, lo cual posibilita en
este proyecto que los estudiantes vivencien su corporeidad no solo desde la dimensión
física sino que además son concientes que lo hacen desde las dimensiones afectiva, ética,
social, existencial, espiritual, cognitiva, emocional, estética, espiritual y lúdica, haciendo
uso de manera holística de todas sus facultades mentales superiores, todo esto está
mediado por unos criterios que se han convertido en principios filosóficos que hacen parte
inherente del quehacer diario: “Las cosas se hacen por convicción y no por obligación”,
“Cero accidentes”, “Para estar al 100 por ciento físicamente, primero hay que estar al 100
por ciento mentalmente”.

Esta estrategia tiene como objetivos:


1. Comprender el papel de la corporeidad y el movimiento en el desarrollo del ser
humano.
2. Promover una educación del cuerpo mediante actividades que exploren las
emociones, la sensibilidad, la capacidad creativa y el gusto por el movimiento
3. Redimensionar la clase de Educación Física para generar en los estudiantes un alto
nivel de motivación.

Esta propuesta ya completa cinco años, en los cuales ha tenido que superar muchos
obstáculos y lo ha hecho al mejor estilo de una de sus practicas de clase el parkour; mi
labor es con estudiantes estigmatizados por el solo hecho de vivir y estudiar en un colegio
que recibe 1700 jóvenes por jornada en Ciudad Bolívar en Bogotá, este año con los grados
10º y 11º, no se cuenta con ninguna clase de apoyo por parte de las directivas del colegio;
la incredulidad y hasta la molestia de algunos compañeros docentes quienes no se
atreven a romper con prácticas pedagógicas obsoletas; la costumbre de muchos años a
una clase aburrida y monótona, según sus opiniones, a una forma de calificar basada en
resultados estandarizados, etc. todo esto no ha sido impedimento para continuar con una
propuesta de trabajo cuya práctica diaria está respaldada por un sólido sustento
pedagógico y didáctico, de hecho los resultados así lo demuestran:
RESULTADOS:
A nivel interno:
1. Se ha generado un alto grado de motivación en los estudiantes frente a la clase de
Educación Física logrando la participación activa y comprometida en ella.
2. Los estudiantes de los demás grados manifiestan su deseo de participar de esta
metodología de clase.
3. Toma de conciencia sobre la importancia de la corporeidad, aceptación, respeto y
cuidado por el cuerpo.
4. El aprendizaje autónomo y la auto evaluación son el principio fundamental en esta
clase.
5. Interiorización de una filosofía de clase para la vida.
6. Desarrollo del sentido de identidad y pertenencia frente a la propuesta de trabajo.
7. Diseño y construcción de pruebas y materiales para los talleres.
8. Se cuenta con un registro escrito, fotográfico y videográfico que evidencia
diferentes momentos del proceso pedagógico.
A nivel externo:
1. Propuesta incluida entre las 18 nominadas al Premio Compartir al Maestro 2006.
2. Proyecto seleccionado para la realización de un documental para la serie “Historias
de Vida” auspiciado por el M.E.N. 2007.
3. Fue presentada como una experiencia de trabajo en un seminario en la ciudad de
Yopal (2004)
4. Los instrumentos evaluativos fueron adaptados para evaluar la cátedra de Deportes
de Combate de la universidad Santo Tomas de Bogotá (2005)
5. La Corporación Universitaria CIDE la considero para ser parte del programa PFPD
“Escuela y ciudad como escenarios para la formación en valores y democracia”
(2005).
6. Ponencia presentada en el “VII Simposio sobre la enseñanza de las ciencias en la
educación básica y media” Escuela y Contexto: sentidos locales y compromisos
culturales. Organizado por la U.P.N. y la E.P.E. en diciembre de 2006.

La evaluación del quehacer diario debe ser reflejado en juicios valorativos, teniendo en
cuenta que, en el colegio se trabaja desde un modelo pedagógico social cognitivo
mediante la estrategia de enseñanza para la comprensión (EPC) en la que se utiliza para
el seguimiento una matriz de evaluación, la cual en nuestro caso es el resultado de
ensayos y ajustes que han ido definiendo los criterios de lo que realmente interesa evaluar
en esta propuesta, (procesos de aprendizaje y convivencia) estos se han plasmado en un
decálogo de auto evaluación que es desarrollado al final de la clase por cada estudiante en
su diario de campo, luego al finalizar cada periodo se reúnen por equipos para analizar las
matrices de cada uno y determinar los juicios valorativos de manera concertada en un
claro ejemplo de autonomía.
El proceso es evaluado por los estudiantes mediante dos estrategias: la reflexión crítica
verbal y la escrita; la primera se da antes, durante y después de la vivencia de las
experiencias al expresar las percepciones y las sensaciones generadas en la clase, la
segunda consiste en registrar esas reflexiones en un diario de campo y en un ensayo que
se elabora al final del año de manera individual.
Como docente utilizo instrumentos que me permiten conocer la opinión que se tiene de la
clase en cuanto a fortalezas, aspectos por mejorar y aprendizajes adquiridos en ella por
parte de los estudiantes; esto me facilita el proceso de retroalimentación para corregir las
fallas y fortalecer las estrategias acertadas. Para sistematizar y evidenciar los cambios a
nivel conceptual y prácticos acerca de la clase comenzamos la construcción de un “antes”
y un “después” desde la percepción y la experiencia de cada uno de los estudiantes.
A manera de conclusión: esta estrategia pedagógica ha sido para mis estudiantes la
oportunidad de compartir vivencias que les ha permitido conocer más de sus habilidades,
de sus temores, de sus debilidades, de su tenacidad y de sus valores, ha hecho posible
que comiencen a comprender que su presente y su futuro lo construye cada uno viviendo
intensamente “el aquí y el ahora” de manera responsable y autónoma, han comprobado
que lo que se desea se puede alcanzar con un poco de esfuerzo y mucha convicción, han
tenido el orgullo de verse en periódicos, televisión e internet, de asistir a una ceremonia
de premiación y estar al lado del mismo presidente de la republica, serán coprotagonistas
de un documental para TV, es decir, se han reconocido y se les ha reconocido por lo que
realmente son y por lo que valen.
A mí me ha permitido hacer realidad mis sueños y mis ideales, ahora se que escribiré muy
pronto un libro que de cuenta de esos sueños y esos ideales que han hecho posible mis
estudiantes.

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