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LA NECESIDAD DE LA ETICA

I.- DEFINICION DE LA ETICA


Analizando al ser humano en un ambito social al que corresponde podemos
notar que este esta sujeto a un conjunto de normas que rigen el orden de la
sociedad al cual pertenece dicho individuio, en ese sentido el ser humano como
producto social es un conjunto de conocimientos adquiridos a travez de todo el
desarrollo no solo de su vida sino que estos conocimientos son la consecuencia
del devenir historico de la sociedad.
Todo ser humano que se encuentra sujeto a normas impuestas por la sociedad
es un sujeto que pertenece a una determinada cultura y es el conjunto de
normas impuestas por la sociedad a la cual se le denomina moral, este termino
es muy distante del termino de etica ya que la moral se refiere a todas aquellas
normas impuestas por la sociedad y la etica se refiere a la connotación de bien o
mal que le entregamos a esas normas, es decir, la etica se refiere a la
clasificacion e interpretación que demos a las normas sociales.
II.- ORIGEN DE LA ETICA
El sentido más antiguo de la ética (de origen griego) residía en el concepto de la
morada o lugar donde se habita; luego referido al hombreo pueblos se aplicó en
el sentido de su país, tomando especial prestigio la definición utilizada por
Heidegger: "es el pensar que afirma la morada del hombre", es decir su
referencia original, construida al interior de la íntima complicidad del alma. En
otras palabras ya no se trataba de un lugar exterior, sino del lugar que el hombre
porta a sí mismo. "El ^ethos es el suelo firme, el fundamento de la praxis, la
raíz de la que brotan todos los actos humanos.
El vocablo ^ethos sin embargo, tiene un sentido mucho más amplio que el que
se da a la palabra ética. Lo ético comprende la disposición del hombre en la
vida, su carácter, costumbre y moral. Podríamos traducirla "el modo o forma de
vida" en el sentido profundo de su significado.
^Ethos significa carácter, pero no en el sentido de talante sino en el sentido
"del modo adquirido por hábito". ^Ethos deriva de éthos lo que significa que
el carácter se logra mediante el hábito y no por naturaleza. Dichos hábitos nacen
"por repetición de actos iguales" , en otras palabras, los hábitos son el principio
intrínseco de los actos.
 En el ámbito conceptual de la ética, tenemos un círculo correlacionado entre
^ethos - hábitos - actos. En efecto si ^ethos es el carácter adquirido
por hábito, y hábito, nace por repetición de los actos iguales, ^ethoses a
través del hábito "fuente de los actos" ya que será el carácter, obtenido (o que
llegamos a poseer -héxis) por la repetición de actos iguales convertidos de
hábito, aquel que acuñamos en el alma.
III.- FUNDAMENTOS DE LA ETICA
La ética es la parte de la filosofía que se ocupa del obrar del hombre, de sus
acciones. Este obrar humano se puede entender en forma individual o en forma
social. Para Aristóteles, existían tres niveles en el obrar, el obrar del individuo,
el obrar de la familia y el obrar de la sociedad.
La ética discute y juzga las normas morales y jurídicas, siendo las primeras las
que regulan lo que la sociedad aprueba o desaprueba, y las segundas las que
regulan las prohibiciones, castigando el incumplimiento de las mismas.
También en ella se realiza por una parte la crítica y el análisis de la moralidad y
por otra propone normas, escala de valores o ideales que van a primar sobre
otros.
La discusión ética se realiza en el plano del "debe ser" y no meramente "del ser".
Cada uno de nosotros consideramos nuestros actos y comportamiento como
buenos o malos, pero en general nos exigimos el obrar bien como un deber, una
obligación.
IV.- DEFINICIÓN DE MORAL
La moral se refiere a todas aquellas normas de conductaque son impuestas por
la sociedad en su afan de mantener bajo su cultura a los indiviuos.
V.- DIFERENCIAS ETICA-MORAL
El uso de la palabra Ética y la palabra Moral está sujeto a diversos
convencionalismos y que cada autor, época o corriente filosófica las utilizan de
diversas maneras. Pero para poder distinguir será necesario nombrar las
características de cada una de estas palabras así como sus semejanzas y
diferencias.
Características de la Moral. La Moral es el hecho real que encontramos en todas
las sociedades, es un conjunto de normas a saber que se transmiten de
generación en generación, evolucionan a lo largo del tiempo y poseen fuertes
diferencias con respecto a las normas de otra sociedad y de otra época histórica,
estas normas se utilizan para orientar la conducta de los integrantes de esa
sociedad.
Características de la Ética. Es el hecho real que se da en la mentalidad de
algunas personas, es un conjunto de normas a saber, principio y razones que un
sujeto ha realizado y establecido como una línea directriz de su propia conducta.
Semejanzas y Diferencias entre Ética y Moral. Los puntos en los que confluyen
son los siguientes:
En los dos casos se trata de normas, percepciones, deber ser.
La Moral es un conjunto de normas que una sociedad se encarga de transmitir
de generación en generación y la Ética es un conjunto de normas que un sujeto
ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad.
Ahora los puntos en los que difieren son los siguientes:
La Moral tiene una base social, es un conjunto de normas establecidas en el seno
de una sociedad y como tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta
de cada uno de sus integrantes. En cambio la Ética surge como tal en la
interioridad de una persona, como resultado de su propia reflexión y su propia
elección.
Una segunda diferencia es que la Moral es un conjunto de normas que actúan en
la conducta desde el exterior o desde el inconsciente. En cambio la Ética influye
en la conducta de una persona pero desde si misma conciencia y voluntad.
Una tercera diferencia es el carácter axiológico de la ética. En las normas
morales impera el aspecto prescriptivo, legal, obligatorio, impositivo, coercitivo
y punitivo. Es decir en las normas morales destaca la presiónexterna, en cambio
en las normas éticas destaca la presión del valor captado y apreciado
internamente como tal. El fundamento de la norma Ética es el valor, no el valor
impuesto desde el exterior, sino el descubierto internamente en la reflexión de
un sujeto.
Con lo anterior podemos decir existen tres niveles de distinción.
El primer nivel está en la Moral, o sea, en las normas cuyo origen es externo y
tienen una acción impositiva en la mentalidad del sujeto.
El segundo es la Ética conceptual, que es el conjunto de normas que tienen un
origen interno en la mentalidad de un sujeto, pueden coincidir o no con la moral
recibida, pero su característica mayor es su carácter interno, personal,
autónomo y fundamentante.
El tercer nivel es el de la Ética axiológica que es el conjunto de normas
originadas en una persona a raíz de su reflexión sobre los valores.
VI.- EL OBRAR BIEN
Cuando decimos que alguien obró bien generalmente queremos decir que
cumplió con su deber, aunque no siempre cumplir con nuestro deber nos
conduce a la felicidad, el hecho es que una persona obra bien cuando actua
deacuerdo a las normas existentes de una sociedad, ahora esta calificación de
"bien" esta determinada por un sujeto externo (no el individuo que realiza la
accion) por lo que esta calificación puede estar influenciada por los
pensamientos de aquel sujeto que califica. En conclusiopn el obrar bien no debe
ser regido por la moral sino por la etica de cada persona ya que es esta la que
realiza la accion y esta tambien la que debe aceptar las consecuencias.
VII.- RELACIONE MORAL-DIOS
Según filosofos como Carlos Marx plantean que la etica y la moral forman parte
dela superestructura que es una "estructura" que surge como consecuencia de
las relaciones sociales de producción, en este sentido las normas morales son la
expresión del sentir de una clase dominante que en su afan expansivo hará todo
lo posible por mantener su posición, es decir construira una moral, de tal forma
que esta sirva a sus intereses.
Cabe advertir al lector que este informe tiene un postura ideológica no cristiana,
en realidad, poseemos una postura atea, en este sentido consideramos que la
creencia en dios no es mas que un refugio de pobres los cuales la usan para no
tener que interpretar su realidad.
En base a esta consideración se puede notar que la relacion moral y dios es en sí
una relacion intrinseca que es planteada para mantener un orden social
determinado.
VIII.- EL AMOR
Entendiendo la naturaleza humana no solo como expresión biológica-racional,
es decir, considerando que el ser humano es mas que un ser racional, tenemos la
necesidad de plantear que el ser humano por encima de racional es un ser
espiritual, esto se expresa bajota forma de sentimientos. Con esta base se puede
considerar al amor como una herramienta basica para un ser humano en su afan
de desarrollo no solo personal sino tambien grupal.
La moral de una sociedad, enetendidaesta como un armna de dominacion se
encargara de eliminar toda expresión racional y espurituyal del ser humano, en
este sentido el amor púede transtornarse a tal punto de ser negativo ya que
implicaria una degeneracion.
En base a esta idea tenemos que plantear la necesidad imeriosa de permitir el
surgimiento de una nueva moral ya que esto implica un ca,mbio en la
concepción del ser humano por el seer humano.
IX.- ¿PUEDE EL AMOR PROPONERSE COMO UNA PROPUESTA ÉTICA?
Ya lo dijo Nietzsche proclamando por boca de Zaratustra: Dios ha muerto. El
Dios de la metafísica y de la moral que nació en Sócrates y Platón y que llegó al
tiempo moderno ha dejado de latir en el corazón del hombre. El hombre ha
ocupado su lugar y ha iniciado una obra que inexorablemente tiene que
terminar bien, los hombres viven como si Dios no existiera, es más viven con un
espíritu totalmente despreocupado y libre de presiones.
"... vivimos con el espíritu del bibamus, edamus, cras moriemur, al celebrar el
crepúsculo de las ideologías..."
Pero por más que le pese a Nietzsche, Dios aún sigue vivo, tal vez no tanto como
antes, pero aún está presente. Dios y sus predicadores no terminan de irse, por
lo tanto todavía quedan resabios de trasmundo, de metafísica y de moral
De hecho, todavía hay hombres creyentes que tienen en su fe razones válidas
para distinguir lo bueno de lo malo y para sostener una línea de conducta aún
en el medio de las dificultades. Esto es evidente, puesto que al recibir su
orientación ética desde el ámbito metafísico, desde una fundamentación
absoluta el creyente encuentra un apoyo en el origen mismo del criterio de
distinción entre lo bueno y lo malo.
Pero el mensaje de Nietzsche es claro y ciertamente demoledor. Para muchos en
la actualidad Dios ha muerto y junto con él, como ya hemos estado diciendo,
murió la metafísica y la moral. Hoy hay muchos no creyentes, hay muchos para
los cuales Dios ha muerto, de hecho este planteo nos llevaría a considerar el
tema del agnosticismo o en su defecto del ateísmo. Si bien este no es el tema
central de nuestro trabajo, conviene que hagamos una breve mención al
respecto, deteniéndonos a considerar lo que Etienne Gilsón plantea respecto a
este tema :
"El verdadero ateo, si existe, no niega la existencia de Dios, no piensa en ella."
Esta afirmación evidencia claramente que no hay verdaderos ateos, al contrario,
si los hubiera, para ellos Dios no sería un problema, de allí que Gilsón esté
expectante ante las razones de un ateo. En el mismo texto él distingue un
ateísmo dogmático que surge después de una madura reflexión y concluye con
certeza racional que nada responde a la palabra "dios", entendiendo por nada
ningún ser. Pero aquí la cuestión es otra, Dios existía y el hombre lo retiró del
lugar que ocupaba. En este sentido Gilsón remata este tema planteando :
"Por lo demás, nunca se está seguro de que (Dios) haya muerto en un corazón
en el que vivió"
Esta claridad objetiva demuestra que por más intentos que se hagan, Dios sigue
viviendo en el corazón del hombre, tal vez no de la misma manera en que estaba
antes de aquella fórmula pronunciada por Zaratustra. Dios no termina de irse
porque nunca terminó de morir.
En este sentido también Gianni Vattimo descubre el renacer del interés religioso
en el clima cultural actual. Ciertamente que mientras Dios perdure en la cultura,
Dios seguirá sin morir definitivamente. Lo que para unos era un conjunto de
ideas infantiles que había que olvidar y hasta rechazar sigue vigente. Es más
Vattimo plantea lo siguiente:
"...lo que creo que se puede decir en términos de un pensamientono metafísico
es que gran parte de las conquistas (...) de la razón moderna están arraigadas en
la tradición hebraico cristiana y no son pensables fuera de ella"
Es por ello que, aunque muchos hombres modernos no lo quieran reconocer, los
problemas de la filosofía de hoy están condicionados e inspirados
profundamente, por la herencia cristiana.
En este sentido, el planteo de Umberto Eco se ubica en esta línea esbozada
anteriormente a través de los aportes de Gilsón y de Vattimo.
Eco no es el verdadero ateo, si bien su filosofía puede aparecer totalmente
desprendida de todo elemento de origen religioso, en su convicciones hay
muchos elementos que le han venido por su formación religiosa católica que,
según sus propias expresiones, abandona a los veintidós años.
"... mi formación se caracteriza por una fuerte huella católica hasta (por señalar
un momento de fractura) los veintidós años. (...) de modo que me queda
siempre la duda de si algunas de mis convicciones morales no dependen todavía
de esa huella religiosa que ha marcado mis orígenes."
De allí que sea de sumo interés el planteo que realiza, puesto que Eco
ciertamente es el prototipo, a nuestro modesto modo de ver, del ateo moderno.
Mientras otros hombres en su filosofía ética parten de Dios, Eco no parte de
Dios, como gran parte de la filosofía occidental. En el caso de los filósofos no
cristianos, y aun anticristianos o al menos agnósticos, como el caso de Eco, sin
embargo actúan muchos principios que los ha traído el cristianismo y que han
entrado dentro de la cultura y que son redescubiertos ahora no por la fe que ha
sido sacada, sino que han sido redescubiertos por la razón.
Un ejemplo claro de lo que acabamos de plantear es la revolución francesa y
toda la filosofía contemporánea que da por sentados y fundamenta una cantidad
de principios entre ellos la igualdad, la libertad y la fraternidad. Obviamente que
estos principios son de origen cristiano, pero al haber "muerto Dios", al hombre
le queda su razón y así es que por medio de ella se ha ido desarrollando una
confirmación por vía racional de tal manera que aún sacando de perspectiva su
origen y fundamento en Dios, lo llega a sostener, asumir, aceptar y establecer
como un valor.
En este sentido, hay muchos no creyentes, es decir personas que no fundan su
vida en la relación con Dios, con el absoluto y que sin embargo en su vida
mantienen una línea ética, es decir mantienen una línea de servicio y de
conducta que los hace llevar una vida coherente a los principios que dicen tener
asumidos, al punto tal que hasta llegan a morir por sus convicciones.
La pregunta que surge es ¿donde encuentran los no creyentes ese nivel de
absoluto, ese nivel metafísico de apoyo y referencia ?¿adonde está ese nivel para
el no creyente ?
Para el problema de la fundamentación, los creyentes tienen a Dios y su gracia
para la práctica, es decir que el problema se agota con Dios. Aquí el verdadero
problema surge con los no creyentes, agnósticos o anticristianos para los cuales
en algún sentido Dios ha muerto.
Es por ello que trataremos de esbozar una respuesta. Ciertamente que todos los
hombres captan la realidad desde algún punto fijo, esto es buscan una
fundamentación. Eco trata de encontrar algo seguro sin partir de la fe en un
Dios que singularmente ha muerto.
Entonces hay que empezar a buscar aquello seguro que haya en la razón, esto es
buscar qué hay de seguro en el mundo del conocimiento, es decir una
fundamentación gnoseológica. Para ello, primero hay que discernir si la
inteligencia puede o no puede tener certezas, puede o no puede tener algo
seguro o algo válido. Entonces aquí es donde invita Eco, a empezar desde cero.
Empezando desde cero se encuentra que la comprensión, el pensamiento que
tiene la inteligencia humana se hace desde algunas categorías que vienen dadas
desde su cuerpo. Esa certeza fundante de algo sobre lo cual partir y mirar toda la
realidad lo da el hecho que el hombre se descubre a sí mismo y descubre el
mundo.
La categoría que surge del cuerpo le permite la posibilidad al hombre descubrir
que en función del cuerpo hay un arriba, hay un abajo, hay un enfrente. Esto
significa entonces que hay algo fijo, esto es un fundamento desde el cual se
puede mirar toda la realidad..
Ahora bien, dice Eco que esto fijo universal, fundante, no se instala solo desde la
individualidad sino que se instala en el seno de la comunicación. De hecho los
hombres somos seres que nos estamos comunicando permanentemente a través
de un signo, un símbolo, una mirada, un gesto, etc..
En este sentido, Eco trae la experiencia de los llamados niños lobos. El caso del
chico que se pierde en la selva y que logra subsistir pero que al no estar en
contacto con los otros no puede desarrollar el pensamiento, ni el lenguaje, es
decir se animaliza, entonces plantea que el desarrollo del pensamiento solo se
realiza en el seno de la comunicación, esto es, en el encuentro con el otro.
Ahora bien, al descubrir la categoría del cuerpo y todo lo que ello implica, el
hombre tiende a expresarlas de alguna forma, esto es sean comunicadas y
entendidas por el otro. De allí que el tema no sea la lengua en que se expresen
esas categorías, el hecho irrefutable de que el hombre piense sabiendo
necesariamente que hay arriba y que hay abajo no es una convención, lo
convencional estará en qué sonidos que se utilicen para designar lo arriba y
abajo, pero que haya un arriba y que haya un abajo ciertamente eso no es
convencional, va junto con el cuerpo humano. No importa con qué sonidos se
expresen esas categorías, que uno lo diga en inglés, francés, castellano, latín, eso
es lo convencional.
Y lo otro que Eco señala es que el pensamiento y el lenguaje solo aparecen en la
comunicación humana y es allí también donde va a aparecer la ética.
En este sentido, él encuentra algunas certezas, no podemos negar que son
universales, que las tenemos todos y que se expresan semánticamente de
distinto modo. Este planteo nos permite descubrir un hecho innegable cual es la
constitución de un yo frente a un otro en el seno de la comunicación.
No debemos olvidar que para que haya comunicación se necesitan un emisor y
un receptor, es decir dos, no uno.
Es aquí donde se instala, según Eco, la ética. ¿por qué ? Porque ciertamente
cuando los hombres se comunican entre sí están reconociendo la presencia de
un otro, nadie se comunica consigo mismo, salvo que tenga alteradas sus
facultades mentales. Esta presencia del otro en el proceso de comunicación
permite descubrir algunas estructuras humanas que el hombre las tiene en su
poder y que las encuentra en el otro, por lo tanto se instalan en el seno del
reconocimiento de estas estructuras en uno y en otro y en el mutuo respeto.
Así planteado, Eco concluye diciendo que a partir de la comunicación nace la
ética, siendo su primer principio el del amor al prójimo.
Amor al prójimo que también puede entenderse como solidaridad para con el
otro. De hecho la presencia del otro permite interrogarnos por la
responsabilidad y el desinteresado interés que nos envuelve ante su presencia.
El reconocimiento de un otro a partir de la comunicación nos mueve a reconocer
por un lado la corporalidad ajena y conjuntamente los derechos que esa
corporalidad implica.
"La dimensión ética comienza cuando entran en escena los demás. Cualquier
ley, por moral o jurídica que sea, regula siempre relaciones interpersonales."
"No hay ninguna razón para ser crueles" ya que el único vínculo social entre los
hombres es el reconocimiento de la condición común de ser susceptibles de
sufrir humillación. De hecho estamos planteando la cuestión de la
solidaridadhumana que claramente es compartir la esperanza egoísta común de
que el mundo de uno no será destruido.
Esa situación nos permite acercar una primera respuesta a la pregunta ya
formulada : ¿donde encuentran los no creyentes ese nivel de absoluto, ese nivel
metafísico de apoyo y referencia ?. La respuesta que podemos dar es que ese
nivel de absoluto, de apoyo y referencia son los otros y podríamos decir tratando
de precisar aún más que concretamente que el principio absoluto es el amor a
los demás. Hablamos entonces de ese instinto natural - "no hay ninguna razón
para ser crueles" - que permite al hombre ejercer la caridad y la solidaridad. Es
el reconocimiento del otro como un espacio que debe ser respetado y de esta
forma el respeto por el espacio del otro se transforma en amor hacia el otro, en
solidaridad, en misericordia con el que está en frente mío.
En ese sentido, Eco afirma :
"...esta conciencia de la importancia de los demás es suficiente para
proporcionarme una base absoluta, unos cimientos inmutables para un
comportamiento ético..."
A partir de lo propuesto observamos que el comportamiento ético surge
ciertamente del descubrimiento de los demás y del reconocimiento de su
presencia. Esta afirmación del otro no es algo que se pueda "poner", sino que al
contrario, se descubre en el seno de la comunicación.
Las relaciones interpersonalespermiten ciertamente el ejercicio continuo de
determinadas acciones concretas, la solidaridad, el respeto, el amor entre otras,
incluyo las leyes regulan siempre relaciones entre los hombres. La pregunta que
surge es ¿cual sería el principio fundamental que regula las relaciones
interpersonales ?. Estaríamos en condiciones de plantear que el principio sería
"hacer el bien y evitar el mal", pero conviene aclarar que, según Eco, no es un
principio metafísico, aún a pesar que sea un principio claro y evidente, lo que
sucede es que este principio es el fundamento de un orden eminentemente
práctico que asume las características de absoluto y universal :.
"El principio fundamental que se expresa generalmente así "haz el bien y evita el
mal", es conocido en escala universal. Todo hombre, que no tenga impedido el
uso de la razón lo comprende aunque no lo practique"
Hacer el bien y evitar el mal es un primer principio de la ética  que además es
autoevidente, esto es que se lo captan por sí mismo. No se derivan mediante un
razonamiento de principios especulativos, descriptivos, sino que la razón
humana funcionando prácticamente comienza descubriendo entre otras cosas
que el bien debe hacerse y el mal debe evitarse. Este principio ciertamente no es
inferido de los principios especulativos, no es inferido de los hechos, no es
derivado ni tampoco inferido de nada. Ciertamente si no es inderivados se
creerá que es innato, al contrario no es inderivado, y tampoco es innatos.
En este sentido, el principio ético de hacer el bien y evitar el mal es un principio
grabado en la conciencia o en el corazón del hombre, no innatamente,
podríamos decir que se lo adquiere espontáneamente a partir de la permanente
observación de la realidad por el conocimiento y a partir de ese conocimiento
entonces se adquiere y se graba en la conciencia o en el corazón del hombre.
A partir de lo expuesto estaríamos en condiciones de plantear que la claridad y
evidencia del principio obliga en conciencia, y por lo tanto llama para actuar en
consecuencia.
"Los principios de la moralidad NO se manifiestan a los hombres como simples
sugerencias, directivas convenientes pero libres, también se imponen con los
caracteres de obligatoriedad..."
De hecho el carácter de obligatoriedad de esta ley moral es tan evidente que no
se la puede poner en duda, ni por el contrario negarlo en algún sentido. Aún el
materialista extremo reconoce esta obligatoriedad.
Ante la muerte de Dios, es claro que el Dios trascendente ha dejado de ser el
fundamento metafísico absoluto de la ética. Ahora es el hombre el fundamento,
única fuente de verdad. Y ciertamente es el hombre el que descubre que hay
ciertas normas obvias que deben ser respetadas por todos : Por ejemplo "no
matar al que te ha hecho daño", "No hurtar los bienes ajenos", "no hacer el mal
a quien te ha hecho el bien".... Esto significa que el nuevo fundamento ético es el
amor al prójimo. Ciertamente no es el amor cristiano, es la búsqueda del bien
común muy lejano del planteo cristiano, pero bien al fin, teñido tal vez, como
hemos visto al inicio de nuestro trabajo de la herenciajudeo - cristiana. Ahora
bien, repugna al hombre el plantear que ese amor al prójimo es fruto de esta
herencia.
Ciertamente este amor debe "comenzar por casa", esto es amarse uno mismo
para de allí llegar al amor a los demás.
"...esos comportamientos pueden ser definidos como morales siempre que
superen de alguna forma el horizonte individual y obren en favor del bien del
prójimo"
El hombre practica el amor al prójimo y la caridad simplemente porque sigue el
instinto que proviene de su razón y ciertamente de su corazón, lo cual nos
permite plantear que el hombre en función de sus afectos se mueve en esta
práctica. De allí que el hombre se sienta afectivamente comprometido para el
ejercicio del amor al prójimo. Este ejercicio es una intuición del corazón.
Es así que asumiendo el amor al prójimo se pueden reconocer valores y normas
válidas para una recta convivencia humana como también una última y siempre
válida justificación al proceder del hombre. Es el amor lo que regula las
relaciones conformándose en una verdadera conciencia ética que ciertamente
elimina toda actitud que cosifica o utiliza al otro. Ciertamente esta afirmación
del otro no es algo que puede el hombre poner, sino que es algo que
constantemente debe actualizarse
A partir de lo expuesto, surge un interrogante: ¿qué ética postulamos a partir de
la muerte de Dios ?
Para ello , primeramente observamos que :
La muerte de Dios es el grito desesperado del hombre atado a una metafísica y
moral asfixiante. ¿Por qué ? Porque la metafísica en el pensamiento nischeano
es igual a esclavitud y decadencia. El hombre para ser verdaderamente libre
debe matar todo aquello que tenga resabios metafísicos, Dios es el principal
elemento metafísico, de allí que se deba producir su muerte. La moral
metafísica, la del trasmundo es una moral decadente, mediocre y miserable.
Esta es la moral que inventó a Dios y a la religión para hacer creer que actuando
de una determinada manera se puede alcanzar la virtud. Es necesario reafirmar,
la necesidad de la muerte de Dios.
La muerte de Dios significa muerte de la moral y de la metafísica, muerte de
todo dualismo y, obviamente, recuperación por parte del hombre de un espacio
para proyectar un nuevo mundo de valores. Ciertamente, la filosofía moderna,
al haber otorgado la primacía a la razón, necesitó vaciarse de Dios ; de allí la
necesidad de su muerte.
El hombre al experimentar la libertad de los valores milenarios apoyados en
Dios, la moral y la metafísica, ha creado nuevos valores frutos de una tendencia
afectiva.
Zaratustra pide la muerte definitiva de Dios, la partida de sus predicadores y
creyentes, porque mientras no se terminen de ir, seguirá viviendo y engañando.
Habiendo arribado a estas cuestiones, entramos en el segundo planteo con una
pregunta : ¿donde encuentra el hombre no creyente el nivel de apoyo y
referencia en su acción ? La reflexión se hizo en base a la postura de Umberto
Eco, la cual nos permitió observar que:
Aunque la filosofía moderna no lo haya querido reconocer, sus problemas están,
según el planteo de Gianni Vattimo, condicionados e inspirados por la herencia
cristiana, como Dios al no morir sigue "vigente" y presente, la herencia que
tenemos, mal que nos pese, tiene vetas cristianas.
El planteo que realiza Eco parte de principios traídos por el cristianismo, pero
ciertamente no redescubiertos por la fe, sino por la razón.
El principio postulado por eco parte de categorías que surgen del cuerpo, siendo
éste lo fundante y la base sobre la cual mirar toda la realidad. Estas categorías se
instalan en el seno de la comunicación lo cual lleva a descubrir un otro al cual
hay que respetar.
En base a este descubrimiento y reconocimiento de un otro surge la ética. El
primer principio de esta ética es el amor que a su vez conlleva un principio
intrínseco : hacer el bien y evitar el mal.
Hechas estas observaciones podemos concluir que :
El descubrimiento y reconocimiento de un otro plantea la cuestión del respeto.
¿por qué respetar al otro ? Sencillamente porque es igual a mí y ciertamente no
deseo que hacer al otro lo que no quiero que me hagan a mí.
Este reconocimiento del otro es ciertamente intuitivo, el otro se presenta como
una realidad innegable, patente y "bien presente". En este sentido la inteligencia
no lo puede inteligir, en la acepción de captar la esencia. Hay un otro que la
inteligencia lo reconoce, no lo descubre, de allí que sea meramente un
reconocimiento intuitivo. De allí que esta conciencia del otro sea una conciencia
intuitiva.
El respeto por el otro se rige por el amor. De hecho, podríamos aventurar decir
que el otro asume las características de fundamento derivado a partir del amor,
principio claro y evidente de esta ética.
Siguiendo a Eco, para él en su ética, a partir de la comunicación el primer
principio ético es el del amor al prójimo. Obviamente que sin necesariamente
ser un creyente, reivindica como principio ético la actitud doctrinal del amor de
Jesucristo, esto es tomarlo a Jesucristo como doctrinario ético prescindiendo
del aspecto religioso, sin negarlo.
Esto nos permite plantear que la postura de Eco, si bien es coherente en su
estructura interna, observamos que está avizorando un ámbito metafísico, pero,
siguiendo su pensamiento, no puede entrar en este ámbito, no puede reconocer.
Dicho en otros términos, está viendo el solpero no lo reconoce, mejor dicho, no
lo quiere reconocer, de allí que podamos decir que no hay peor cosa que un
corazón noble, pero sin inteligencia. Todo su pensamiento debe fundamentarse
desde este ámbito que no es el metafísico. De allí su riqueza, por su coherencia,
pero de allí su pobreza, porque teniendo la gran posibilidad de abrirse a un
ámbito trascendente, se queda mirando "lo fundamental"
En esta época de sinsentido, de carencias de metas, donde como ya lo había
predico Discépolo, "da lo mismo un burro que un gran profesor", en esta época
que se dio en llamar posmoderna, es importante que haya "algo" que le de
sentido, de allí que el amor puede ser el fundamento de este hacer del hombre,
ciertamente no es el amor cristiano, claro, pero un amor que, inspirado en
Jesucristo, puede ayudar al hombre de hoy a no ser "el lobo del hombre". El
amor puede permitir la "generación" y la "proliferación" de ciertos valores y
acciones que permitan al hombre ser mejor hombre y evitar caer en una
"animalización" insostenible.
De allí que creemos sea importante postular el amor como el fundamento de
una ética posmoderna, ciertamente insistimos que no es el amor al "estilo
cristiano", pero que inspirado en él, permiten al hombre tener un sentido y una
meta tanto en lo individual como en lo social. El amor puede generar actitudes,
compromisos y valores importantes para el hombre. El amor unifica, crea lazos
de unidad en torno a él, por lo que estimamos puede considerárselo como un
fundamento de acción en esta época posmoderna.
Un amor se levanta como meta y sentido para el hombre de hoy que tanto lo
necesita.
X.- LA NECESIDAD DE LA ETICA
La necesidad de una nueva ética es un tema importante de debateactualmente
pero se esta desconociendo el verdaero problema, es decir si bien la etica es una
necesidad para el desarrollo de la vida, esta no es independiente de la moral,
esto quiere decir, que no solo es necesario generar o buscar un cambio a nivel de
la etica sino que tambien hay que buscar una nueva moral.
Ahora, por lo dicho anteriormente un cambio en la moral implicaria una
transformación de la estructura social ya que las relaciones sociales son las que
determinan la moral, ahora mas que un cambio en las normas morales
necesitamos una transformación total. Esto implica no solo un cambio a nivel
social sino que tambien es necesario y mucho más importante un cambio dentro
de la persona.
2 Importancia y necesidad de la Ética Profesional
Estamos lejos de la época en que se pensaba dicotómicamente que la ciencia era
neutra y que sólo la política, la economía, o la ética tenían que ver con los
asuntos relacionados con los valores. En este momento vivimos una etapa de
pensamiento "postmoderno", es decir de un pensamiento (¿y también una
sensibilidad?) que ha hecho una severa crítica a la ciencia y sus pretensiones
ingenuas de objetividad. Estamos en una época en que de nuevo se vuelve a caer
en la cuenta de que la ética está por encima y es la que tiene que guiar a la
ciencia en su capacidad de servir a la humanización del hombre.
Es posible que la ciencia brinde los medios y el conocimiento para construir una
estación aeroespacial, pero es la ética la que juzgará si es lícito o no el usarla o el
desarticularla. La ciencia, -si quiere ser tal- es ciega pero no neutra. No es
neutra ni en los usos que se le pueda dar, ni en los medios que utiliza para
alcanzar su fin, que es el conocimiento. Desde la física o la biología -en las que
los mismos métodos de observación que se usan "construyen" una realidad
diferente según los que sean,- hasta las ciencias de la comunicación social -en
las que la forma de presentar la noticia muchas veces deforma una "realidad" de
acuerdo a lo que le interesa al periodista-, es evidente que el riesgo de
manipular la realidad para los intereses valorativos del ser humano, es un hecho
que acecha permanentemente cualquier area del saber y de la acción humana.
Estamos pues, en un mundo en el que cada vez se hace más necesaria la
clarificación de los dilemas éticos que presenta la acción humana. El siglo XXI
será probablemente el siglo de la ética. Y eso, por múltiples factores.
 Los avances de la bio-medicina: especialmente de la tecnogenética,
que introduce en la conducta del hombre capacidades insospechadas de
manipulación de la naturaleza biológica y humana que hasta ahora no eran
posibles. Si hasta el momento la evolución de las especies se producía por
mecanismos más o menos naturales, ahora el hombre es capaz de romper
esas barreras e intervenir en las mismas leyesque gobiernan la evolución.
¿Vale la pena que nos preguntemos por cual debe ser el límite adecuado para
esta intervención? ¿O seguiremos pensando que el valor absoluto y por
encima de todo es el avance del conocimiento por sí mismo? ¿Acaso es
"bueno" para el hombre que el conocimiento se convierta en un fin en sí
mismo, y ponga en riesgo otro valor -que a mi juicio es mucho más
importante-: la convivencia armónica entre los seres humanos? Hace unos
años nos parecían asuntos "teóricos" o propios de los países desarrollados
ciertos problemas éticos provocados por el avance de la ciencia y de la
tecnología. Ahora, el hecho de que caiga lluvia ácida en países
subdesarrollados, la extinción de especies animalesy otros temas similares no
son ninguna novedad. Que un país haya desarrollado tecnología para tener
niños por fecundación in vitro no es ya noticia porque estos
procedimientosya forman parte de los tratamientos que se plantean
normalmente a las parejas estériles. Pronto será posible diagnosticar por
medio del análisis cromosómico de una muestra de sangre periférica, a
costosaccesibles a cualquier madre, las características genéticas del niño que
pocos días atrás ha sido concebido.
 La caída del sistema económico centralizado de los países del
este, y su sustitución por otro de mercado. El año 1989 va a pasar a la
historia como pasó a ella la revolución bolchevique de 1917 o la revolución
francesa de 1789. Podría pensarse ingenuamente que de ahora en adelante
entramos en una era en que, el precio fijado por la oferta y la demanda será lo
único que determine el verdadero "valor" de las cosas y de las acciones
humanas. En la práctica, la ética de la sociedad capitalista es "tanto
tienes, tanto vales".

2 PROBLEMAS ETICOS

 Ética y Profesión
 El profesional en su diario vivir no solo confronta problemas con relación
a su trabajo, sino también en su profesión de día a día con las personas
que le rodean, esto hace que muchas veces cometamos errores sin darnos
cuenta que estamos pisando la línea d la moralidad y el diario vivir.
 Desde la revolución francesa, donde se proclamó la igualdad de derechos,
existen personas, hombres y mujeres que llevan en su carga la economíay
la estabilidad de cualquier país. Desde tiempos muy antiguos nos hemos
topado con diferentes profesiones y unto a estas siempre existen reglas
que marcan y rigen el desempeño de dichas profesiones.
 Los hombres y mujeres enfrentan problemas que de una manera u otra
podrían poner en tela de juicio su debida conducta, muchas veces ellos
mismos dudando de su propia profesionalidad, pero teniendo siempre en
cuenta que existen desde tiempos remotos deberes y derechos que cada
cual sabe donde clasificarse.

 CARÁCTER PROFESIONAL
 El individuo al tener una presencia o personalidadvariable, puede
modificarse, es decir, puede engrandecer su ego, puede tener una sed
inmensa de llegar a la perfección de su profesión, haciéndolo para el un
modelo sin errores e inequívocos.
 El carácter para el individuo en su profesión se refleja desde tiempos
antiguos, ellos han experimentado un progreso en todos los tipos de
ciencias, han conquistado y desarrollado experimentos que tiempos atrás
hubieran sido inimaginables de realizar. El profesional sin carácter puede
tender a caer en un modelousado por cientos de profesionales, puede
llegar a caer en lo que sería la mediocridad, siendo éste el título menos
deseable para personas con aspiraciones en la vida.
 El carácter no se forja solamente con un título, se hace día a día
experimentando cambios, ideas, experiencias, se hace enfrentándose a la
vida. En definitiva, el título es como el "adorno" de la profesión. No
importa si lo tienes, lo importante es saberlo utilizar.

 FORMACIÓN PROFESIONAL
 Sabiendo que a uno se le concede la personalidad jurídica desde el
momento del nacimiento "derechos y deberes" y a sabiendas también que
se van desarrollando con el paso del tiempo. Nuestra vida se rige por
diferentes pasos que hacen de cada individuo lo que sería en un futuro,
entiéndase, pasar por las distintas etapas de conocimientos: escuela
primaria, secundaria y en última grado, la universitaria.
 Solo eso no basta, ya que esos conocimientos lo forman una generalidad
de la vida y el profesional debe de saber combinar esa generalidad con su
formación profesional.
 Entiéndase, por formación profesional un alto grado de conocimiento
que se le inculca a un individuo de la sociedad, dotándolo de un interés
particular en su profesión que se va a reflejar en su desempeño diario de
la vida.

RESPONSABILIDAD
Se dice de una persona que es responsable cuando está obligada a responder de
sus propios actos. Aunque algunos autores mantienen que la libertad es definida
por la responsabilidad, la gran mayoría de estos están de acuerdo en que el
fundamento de la responsabilidad es la libertad de la voluntad.
Una vez admitida la libertad que fundamenta la responsabilidad, se plantea
todavía varias cuestiones importantes: ante todo, se trata de saber si la
responsabilidad afecta solamente a algunos actos de la persona o bien si afecta a
todos.
En segundo lugar se plantea el problema de los grados de responsabilidad y
finalmente se plantea el problema de la entidad o entidades ante la cual es
responsable (debe de ser de carácter personal).
El sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal que compromete
a cada persona y le hace comprender que no puede simplemente abandonarse a
sus conveniencias individuales.
Para mí, según las investigaciones que he recopilado de diversas fuentes he
llegado a la conclusión del concepto de responsabilidad, el sentimiento de
responsabilidad nace y se desarrolla a través de los años. Este sentido nos
enseña la importancia de las cosas, a valorarlas y cuidarlas.
Todo individuo o persona lleva una responsabilidad sea personal o para otra,
pero esta la lleva a cabo dependiendo de sus criterios
Al existir el concepto de Ética profesional, es necesario clarificar lo que es la
profesión:
a. Un servicio a la sociedad único, definido y esencial: es decir, primero, el
profesional reclama el monopolio de la actividad que realiza, oponiéndose
al intrusismo; segundo, el usuario sabe que dicha actividad está bien
definida y delimitada frente a otras; tercero, es un servicio del que ni la
sociedad en su conjunto ni ninguno de sus ciudadanos puede prescindir sin
grave perjuicio para su bienestar;
b. Considerado como una vocación. Se espera del profesional que se
dedique en exclusividad y que se identifique con los ideales de la misma
(prestando más atención al servicio ofrecido que a las ganancias que le
reporta) y se vincule solidariamente con el resto de miembros de la
profesión, incorporándose a su organización propia (colegio o asociación);
c. Basado, fundamentalmente, en conocimientos y técnicas de carácter
intelectual. Socialmente se demanda del profesional una actitud
inquisitiva, capacidad de obtener datos, elaborar diagnósticos y proponer
soluciones de una manera supuestamente objetiva, distante y crítica.
d. Que requiere un periodo previo de preparación especializada y
habitualmente formal, en una institución educativa. Esta intensa y larga
formación, que se prolonga a lo largo de toda la actividad profesional de
diversas maneras -formación permanente, reciclaje- parece justificar la
posterior exigencia de compensaciones de carácter económico, a través de
unos honorarios elevados;
e. Demanda un amplio campo de autonomía, tanto personal como del
colectivo en su conjunto, cuyo correlato es la asunción de las
responsabilidades inherentes al desarrollo de la actividad.

Teniendo en cuenta todas estas características, se puede hablar, de un proceso


de "profesionalización", de adquisición progresiva por parte de alguna actividad
humana de la condición de profesión. Los sucesivos pasos en esta evolución
serían los siguientes: primero, la ocupación en cuestión se convierte en una
actividad con plena dedicación; a continuación, demanda unos conocimientos
específicos en un centro especializado (que termina siendo habitualmente una
Escuela Superior o Universidad); posteriormente se constituye una asociación
profesional que abarca a quienes desarrollan la ocupación y han pasado
previamente por el proceso formativo requerido; luego será esta misma
organización profesional quien sucesivamente se encargue de obtener una
regulación por ley de su actividad y por último, la redacción de un código ético o
de conducta.
En resumen, entenderemos por PROFESIÓN una ocupación, cuya práctica
influye directamente en el bienestar humano y requiere el dominio de una parte
compleja del conocimiento y habilidades especializadas, que asume una
educación regular y una experiencia práctica. En este contexto un "ingeniero
profesional" es una persona que está autorizada para practicar la ingeniería en
una condición particular reuniendo todos los requisitos de la ley. Esta
autorización, esto es, qué cosas puede hacer un Ingeniero Informático que no
puede hacer cualquier otro ciudadano, es un tema que afecta a la carrera
profesional y dista mucho de estar resuelto en la actualidad, en España, en
Europa y también en USA. Mientras este tema se resuelva, retengamos la idea
de que la práctica profesional en un territorio depende de la autorización que
esté establecida en cada lugar.
Lo anterior implica una RESPONSABILIDAD PROFESIONAL, un caso
paradigmático de responsabilidad moral que proviene del conocimiento especial
que cada uno posee. Como hemos dicho, debe dominar una parte especial del
conocimiento avanzado, particularmente conocimiento que tiene que ver con el
bienestar de los otros, que demarcan una profesión. Como guardianes del
conocimiento especial que influye en el bienestar humano, los profesionales
están obligados por responsabilidades morales especiales, que son,
requerimientos morales a aplicar a su conocimiento, de forma que beneficien al
resto de la sociedad.
Dicho lo anterior, podemos hablar de la existencia tanto de una ética como de
una deontología profesional. La primera se centraría sobre todo en perfilar
y definir el bien de una determinada profesión (no sólo el personal del propio
profesional, sino especialmente su aportación al bien social o común), mientras
que la segunda se ocuparía de las obligaciones propias de dicha actividad. Dicho
de otra manera: la ética profesional sería la expresión de las diversas y plurales
éticas de máximos existentes en todos y cada uno de los profesionales de una
determinada especialidad, mientras que la deontología expresaría la ética de
mínimos que todas las anteriores comparten y están obligadas a cumplir a pesar
de sus diferencias.

ÉTICA PROFESIONAL

Todos tenemos una noción aproximada acerca de la ética, del mismo modo que
hasta la persona menos ilustrada es capaz de percibir la diferencia entre lo
bueno y lo malo.
El vocablo ética proviene del griego "Ethos", que significa costumbre; su
sinónimo latino es la voz "More", de donde deriva el término moral. Ambas
voces aluden a un comportamiento humano ordenado conforme a ciertos
principios, postulados y normas prescritos por la cultura4 imperante en cada
sociedad. Ellos señalan la línea demarcatoria entre lo lícito y lo ilícito, lo
correcto y lo incorrecto, lo aceptable y lo inaceptable.
Principios Filosóficos Generales
Aunque los conceptos básicos de la ética general y de la ética relacionada con
la educación son racionales, universales e intemporales, de igual manera, la
interpretación de algunos aspectos de aplicación cotidiana pueden variar en el
tiempo y en los diferentes lugares, de acuerdo principalmente a cambios
culturales.
El humano produce sus actos por impulsos provenientes de su naturaleza, de
su espíritu y de su intelecto. Los impulsos naturales surgen de sus instintos,
como sucede con cualquier animal de nuestro entorno. Estos impulsos
responden a la satisfacción de necesidades instintivas y no se sujetan por sí
mismos a ninguna norma moral, sólo a las de la naturaleza. Así, en el humano
el control de sus instintos proviene del espíritu y de la razón de su intelecto,
facultades propias que le permiten la percepción del entorno natural donde
habita y le facilitan la vinculación intelectual con ese entorno.
De esta manera, el don del raciocinio permite al hombre sujetar sus impulsos
instintivos mediante la observancia de ciertas normas de carácter social,
cultural, moral y legal. La observancia de esas normas implica la regulación de
su conducta mediante un respeto a lo considerado por él como conveniente, es
decir, aquello que su conciencia le dicta como un “debe ser”.
Este “debe ser”, que preside la vida de los hombres civilizados, se ramifica en
diversos códigos de conducta pertenecientes a diversas normas éticas, morales
o legales, dependiendo del sistema al cual pertenezcan.
La voluntad de adherirse a un código ético de conducta se determina por el
bien cultural y social que resguarda una norma ética. Así, la justa opinión o
valoración acerca de este bien es indispensable para forjar una voluntad
personal que acepte la norma ética y se comprometa a cumplirla. Esta es la
esencia misma de lo que debe ser la actividad docente de los profesionales de
la educación al servicio de la comunidad y del Estado.

La ética anida en la conciencia moral de todo ser humano y le sirve de motor,


de freno o de dirección -según los casos- al momento de actuar. Por otra parte,
el comportamiento ético -lo que llamamos rectitud- no es ingrediente ajeno al
ejercicio profesional, como la pintura de una casa que es sólo un aspecto
decorativo del cual puede prescindirse. El elemento ético es un componente
inseparable de la actuación profesional, en la que pueden discernirse, al menos,
tres elementos:

 un conocimiento especializado en la materia de que se trata,

 una destreza técnica en su aplicación al problema que se intenta resolver


y

 un cauce de la conducta del docente cuyos márgenes no pueden ser


desbordados sin faltar a la ética.

Hay quienes atropellan, consciente y sistemáticamente, esos márgenes, la


mayoría de las veces, no por un afán de lucro inmoderado como ocurre en
otras profesiones, sino porque en el accionar diario las instancias de control se
difuminan en beneficio de una mal entendida “convivencia armónica”; muchas
veces a estos colegas se les califica como profesionales inmorales o que están
faltando a la ética sin que exista un Código Profesional que sancione o respalde
lo enunciado. Pero hay otros que ignoran y ni siquiera se preocupan de los
límites éticos; de ellos se dice que son amorales. El resto -por fortuna, aún la
mayoría- somos simplemente profesionales de la educación que en forma
natural -y a modo de ejemplo- hemos asumido entre otras las siguientes
normas de convivencia:

 Aceptar que la primera idea que debe venir a nuestra mente en el


momento de enterarnos de actividades profesionales “poco claras”
realizadas por un colega, será la consideración de esas actividades como
realizadas por un profesional fraterno. El imperativo nos dirá: El docente
se abstendrá absolutamente de utilizar adjetivos que representen un
juicio subjetivo acerca de lo realizado previamente por un colega.

 El docente evaluará todo trabajo profesional realizado por otros docentes


desde una perspectiva objetiva, crítica y amistosa, otorgando a ellos el
beneficio de la duda y considerando siempre que la información y
circunstancias pasadas en cada caso, muchas veces no son tan claras y
evidentes como lo son una vez que el problema ha evolucionado hasta el
momento en que él hace una segunda valoración, y debe considerar la
posibilidad de que los que se vieron involucrados en un hecho -por
ignorancia o por voluntad- no necesariamente proporcionaron toda la
información precisa y verídica en la indagación anterior. El imperativo
nos dirá: El docente se abstendrá de emitir juicios condenatorios o de
valor sin antes cerciorarse si se han hecho las indagaciones y
verificaciones que el caso amerite.

 No es ético, y si es dañino para el proceso educativo, el menosprecio de


un docente, por razones maliciosas, respecto de su capacidad
profesional, su conocimiento, sus calificaciones, sus habilidades o
enjuiciar los servicios o acciones de otro docente, ni tampoco lo es la
implicación con palabras, gestos o acciones de que un colega, frente a
un hecho determinado ha sido mal o inadecuadamente manejado. La
utilización de este impropio menosprecio con propósitos de inducir a un
directivo, colega o funcionario a emitir juicios reprobatorios es
totalmente condenada.

 El docente debe el mayor respeto al trabajo y la persona de sus colegas


de profesión, consecuentemente, evitará por todos los medios a su
alcance y bajo cualquier circunstancia, lesionar con acciones o palabras
-ni mucho menos difamar- el buen nombre y el prestigio de sus
compañeros de profesión ante otros docentes, las autoridades, los
medios de comunicación y la sociedad en general.

Esto lo podemos sintetizar del modo siguiente:


 Las relaciones del docente con sus colegas han de estar fundadas en los
principios de lealtad, mutuo respeto, consideración y justa solidaridad.

 El docente debe contribuir a que prime la armonía y la mejor relación


humana entre los colegas de una misma institución.

 El docente deberá respetar en todo momento y circunstancias, el buen


nombre, dignidad y honra del colega, abstenerse de toda expresión o
juicio que pueda ir en mengua de su reputación y prestigio.

 El docente está inhibido para solidarizarse con el colega cuya labor sea
deficiente, o su conducta moral resulte tan seriamente reprobable que
desnaturalice y desprestigie su misión.

Desde otra perspectiva estos ejemplos de un accionar conforme a principios y


normas nos llevan al tema de definir estándares de desempeño docente, tema
actual en las agendas de trabajo de nuestros dirigentes gremiales5.

Interesa esclarecer por qué razón el comportamiento ético es parte integrante


de la esencia del ejercicio profesional6; si las faltas a la ética conciernen sólo al
profesional que las comete y la alteración de la convivencia de su entorno, o si
sólo afectan el prestigio de la profesión y si ellas redundan, o no, en perjuicio
de la comunidad.
Resueltas estas interrogantes cabe todavía preguntarse si es posible el control
ético de las distintas profesiones; a quién incumbe o qué órganos son los más
idóneos para ejercer esta función; y cuáles serían las sanciones más apropiadas
para los transgresores.

Por Que Es Necesaria La Ética Profesional


Aclaremos, de partida, que el comportamiento ético no es un asunto exclusivo
de los profesionales. Concierne, sin duda, a toda actuación humana; pero
compromete con mayor énfasis a quienes han tenido el privilegio de una
formación de nivel superior a costa de toda la sociedad que ha debido
contribuir a ella y que espera, justificadamente, una actuación correcta de
quienes han disfrutado de esa preferencia selectiva.

No olvidemos que -sin perjuicio de sus fundamentos religiosos, que conforman


otro nivel de conciencia- es un valor cultural, propio de la sociedad y el tiempo
en que se vive. Que la Universidad -principalmente agente receptor, generador
y transmisor de la cultura de un pueblo- ha inculcado o debido inculcar en los
estudiantes ese patrimonio valórico que todos compartimos. Y que, por lo
mismo, cada Facultad o Escuela universitaria no sólo debe enseñar cómo
ejercer una profesión, sino como ejercerla bien.
Cabría, en este punto, formular una crítica enérgica a la actitud que se viene
imponiendo en nuestras universidades, debido -tal vez- a su proliferación
excesiva. En lugar de impartir la formación ética con la jerarquía que ella
merece, Ética Profesional o está ausente del Programa de Estudios o sólo se
ofrece como ramo optativo, siendo excepcional que ella constituya un soporte
de la educación sistemática de un profesional.

Es verdad que la formación ética llega a veces por otros cauces; y que la mejor
enseñanza moral proviene del ejemplo del maestro y no del mero discurso.
Pero cada profesión afronta problemas conductuales específicos que
difícilmente se podrán resolver correctamente si no se les ha previsto y
analizado en la etapa formativa, Por eso mismo existen los Códigos de Ética de
cada profesión, sin perjuicios de los principios y normas de la Ética General.
Yo me pregunto -¿con qué grado de confianza se le puede exigir a un
profesional, en el juramento de estilo, cumplir las reglas de su Código
deontológico si ni siquiera lo conoce?.
Es ésta una grave responsabilidad que hoy pesa sobre las universidades
chilenas y que ellas debieran afrontar con prontitud.

¿A Quien Afecta La Inmoralidad?


A primera vista pareciera que las actuaciones antiéticas afectan sólo a las
víctimas que las sufren. Desde luego, éstas son las primeras perjudicadas. Pero
no son las únicas. Ellas disminuyen la honra y la autoestima de quienes las
cometen; dañan notoriamente el prestigio de la respectiva profesión, cuya
defensa constituye el primer objetivo de los Colegios Profesionales; pero -sobre
todo- hiere a la comunidad de dos maneras: Erosionan la confianza pública que
es el cimiento necesario para el ejercicio de toda profesión y frustran la
esperanza de un correcto servicio al que la sociedad tiene derecho por haber
contribuido a formar esos profesionales a costa del sacrificio colectivo.
No debemos olvidar que toda profesión no es sólo un modo de ganarse la vida
y realizarse personalmente. Esta es sólo su dimensión individual. También las
profesiones tienen un fin social y éste consiste en servir adecuadamente cada
una de las necesidades que la sociedad debe satisfacer para posibilitar el bien
común. Así, las necesidades de educación, de salud, de justicia, de
comunicaciones, de obras de ingeniería y arquitectura y tantas otras,
encuentran cobertura en el correcto ejercicio de las respectivas profesiones.

De esta manera, las actuaciones contrarias a la ética no sólo dañan a quienes


las sufren sino -principalmente- a la comunidad humana en que acontecen.
Por eso resulta absurdo -así sea en un discutible régimen de colegiación
voluntaria- que se pretenda someter al control ético de los Colegios
Profesionales sólo a sus colegiados. Estos, desde luego, se encuentran
sometidos a la disciplina y a los patrones morales de su profesión. Los
profesionales inescrupulosos, los que no trepidan en atropellar los cánones
éticos, no ingresan o no se mantienen en los Colegios. De allí que el
comportamiento ético deba exigirse en todo ejercicio profesional, con absoluta
prescindencia de sí el actor está o no está colegiado.

¿Es Posible El Control Ético De Las Profesiones?


La fiscalización del correcto ejercicio de las profesiones universitarias no sólo es
posible sino que constituye una necesidad imperiosa para la adecuada
satisfacción de las necesidades sociales. Pensemos en el daño ocasionado
durante los temporales pasados, a los moradores de modestas viviendas por el
empleo de materiales inadecuados en su construcción; recordemos los efectos
desastrosos producidos en generaciones de niños, en Europa, por el uso y
difusión prematura de drogas insuficientemente experimentadas. Pensemos en
los riesgos impredecibles de la manipulación del genoma humano.

Si se justifican las sanciones que se imponen a la infracción de las reglas del


tránsito, aun cuando ellas no ocasionan daños a terceros, con mucho mayor
razón se debe castigar las transgresiones a la ética profesional; toda vez que
ellas ponen en peligro la vida, la salud, los derechos de las personas, su
seguridad moral y material, la confianza pública y valores inestimables cuya
protección incumbe al Estado.
Por otra parte, el clima de corrupción que generan las conductas antiéticas de
los profesionales -pensemos en el escándalo de los operadores de Codelco-
tiene un grave efecto multiplicador en los demás estamentos de la sociedad que
no tardan en imitar el mal ejemplo.
Si parece imperativo frenar la corrupción que se ha venido deslizando
sutilmente hasta alcanzar esferas que hasta ayer parecían incorruptibles, es
preciso comenzar por erradicarla del estamento directivo que sirve de soporte a
toda la actividad nacional, es decir, del estamento profesional.

A Quien Incumbe El Control Ético


Anticipamos ya que la función fiscalizadora del comportamiento profesional, en
virtud de los valores sociales concernidos y de la naturaleza propia de esta
función correctiva, que es de índole administrativa, corresponde al Estado.
Históricamente, sin embargo, desde el nacimiento de los Colegios Profesionales
en la Europa medieval, dicha función se ha reservado a estos organismos, por
estimarse que ellos son los más interesados en proteger el prestigio de la
profesión y los más idóneos para discernir cuándo se infringen las normas
éticas adoptadas por ellos mismos, así como para determinar el grado de la
sanción que debe imponerse al infractor.

De esta manera, el estado delega, por ministerio de la ley, ciertas potestades


administrativas a entidades o corporaciones de derecho público -como son los
Colegios- atribuyéndoles las facultades de llevar el registro de los profesionales,
certificar su condición, regular su organización interna así como el ejercicio de
la profesión respectiva, vigilarla observancia del código de ética en dicho
ejercicio y juzgar las conductas transgresoras de sus normas, pudiendo aplicar
en tales casos las correspondientes sanciones.

Así ocurre hasta ahora en el mundo europeo y en el continente americano, con


la excepción de Chile donde los Colegios Profesionales fueron disueltos por el
D.L. Nº 3.621 (Arts. 1º y 1º transitorio inc 4º) y transformados en
"asociaciones gremiales" de derecho privado, derogándose todas las
disposiciones legales que les facultaban para conocer y sancionar las faltas a la
ética profesional (Art.3º).
El mismo cuerpo legal, publicado sólo días antes de la entrada en vigencia de la
nueva Constitución, entregó a los Tribunales de Justicia el conocimiento de todo
"acto desdoroso, abusivo o contrario a la ética, cometido por un profesional en
el ejercicio de la profesión". Sin embargo, como ha reconocido el Presidente de
la Excma. Corte Suprema, la vía jurisdiccional para conocer de estos asuntos de
índole administrativa, ha resultado completamente ineficaz, sin que conozcamos
un solo caso de sentencia judicial condenatoria de una conducta profesional
reñida con la ética, pese a que éstas han proliferado por ausencia de control.

Si no fuese por la diligente actitud de los Colegios Profesionales -los cuales, no


obstante haber sido disueltos por el decreto ley aludido, son muertos que gozan
de buena salud- las transgresiones a la ética, que no son escasas en la vida
profesional, habrían quedado impunes.
Con todo, el precario control ético que hoy ejercen los Colegios, tiene dos
graves limitaciones que urgen remediar.

La primera dice relación con lo sustantivo de las sanciones. En el antiguo


sistema -tan irresponsablemente desmantelado por el D.L. Nº 3.621- una falta
gravísima o la reiteración de una conducta atentatoria del correcto ejercicio de
la profesión, podría sancionarse con la suspensión del ejercicio profesional del
infractor y hasta con la cancelación de su título. En otras palabras, las faltas
graves impedían ejercer, por cierto lapso, la respectiva profesión. Y las
gravísimas podían conducir al impedimento de ejercerla para siempre.
Naturalmente, en este último caso, se concedía al afectado un recurso
jurisdiccional por tratarse de la privación de un derecho personalísimo y de su
consecuencia patrimonial.

Actualmente, los Colegios no pueden suspender a un colegiado del ejercicio de


la profesión ni, mucho menos, privarle de dicho ejercicio. Sólo pueden
suspenderle sus derechos de colegiado o expulsarle del Colegio, lo cual resulta
irrisorio para el individuo inescrupuloso, y altamente lesivo para la sociedad, la
que debe soportar que un profesional probadamente ineficiente o corrupto -o
ambas cosas- conforme al juicio de sus pares, continúe practicando la
profesión, con evidente riesgo para toda la comunidad que, la mayoría de las
veces, no logra enterarse de estas circunstancias.
La segunda limitación que restringe el campo operativo de los Colegios consiste
en que ellos sólo controlan el comportamiento ético de sus asociados. De este
modo, cualquiera infracción a los cánones éticos, cometida por un profesional
no colegiado, no puede ser reprimida ni sancionada, por aberrante que sea.

El mensaje es claro. A cualquier profesional desaprensivo, que haya optado por


prescindir de todo miramiento ético, para obrar impunemente le bastaría no
colegiarse.
Esto no puede continuar siendo así. Es el recto ejercicio de las profesionales el
que interesa y afecta a la sociedad y lo la pertenencia, o no, del transgresor, a
determinada asociación.
De allí que en la Comisión respectiva del H. Senado, que estudia un Proyecto de
Reformas Constitucionales dentro del cual se propugna la restitución a los
Colegios Profesionales de "el control ético sobre sus asociados", hayamos
formulado la propuesta que dicho control recaiga en "el ejercicio de la
respectiva profesión".

No obstante, es nuestra convicción que son tan graves los vicios de


inconstitucionalidad de que adolece el decreto ley que privó a los Colegios de su
naturaleza propia y de sus prerrogativas históricas y han sido tan funestas sus
consecuencias para la calidad y rectitud del ejercicio profesional, que lo más
sano y provechoso sería derogarlo y restituir la personalidad de derecho público
y la autonomía de la organización colegial que ha prestado tantos y tan
señalados servicios a la sociedad chilena, sin perjuicio de adecuarla a principios
y normas de la Constitución Política vigente.
En resumen, la ética profesional es un requerimiento de la vida social, tan
indispensable para la salud de ésta como el agua para la vida humana. Y esto
seguirá siendo así aunque ahora ocurra -como el agua en los tiempos de
sequía- que la ética escasea cuándo más se necesita.

Prof. P. Casanueva S.

Código: Es el conjunto de reglas sobre cualquier materia.


Etica: Es la parte de la filosofía que estudia el comportamiento humano en su
relación con el bien y el mal y que regula las relaciones humanas. También se
puede llamar así al conjunto que nos alejan de la imperfección inherente a los
seres humanos.
Deontología: Es el tratado de los deberes de un profesional
Norma: Es la regla de conducta que se debe seguir.
Los Deberes Profesionales: Los deberes son exigencias, imposiciones
indeclinables, recaídas sobre la responsabilidad del individuo, que mientras
mejor los cumple, más derecho tiene a la feliz convivencia social.

El deber puede catalogarse en el grupo de las obligaciones morales. Estas son


deudas morales de obligado acatamiento por la fuerza de la razón sana del
individuo. El cumplimiento del deber es un rasgo enaltecedor, relevante de la
conducta humana. En el orden privado, habla elocuentemente de la educación
del individuo y de la pureza de sus propias concepciones, en el ámbito público
afianza sus relaciones sociales y le aseguran el éxito, que es aspiración
constante del hombre.

Por ende cada profesional tiene la indeclinable obligación de convertirse en


medio ejecutor del imperativo categórico de su investidura. Para ello le es
ineludible disciplinar sus actuaciones técnicas y científicas, perfeccionar su
carácter y fortalecer su conducta dentro de las normas éticas. Este es el medio
más apropiado para organizar una verdadera actuación profesional.
Entre los principales deberes profesionales puedo mencionar: honradez,
honestidad, estudio, investigación, cortesía, probidad, independencia,
discreción, carácter, distribución del tiempo, equidad en el cobro de honorarios,
prestigiar la profesión, cuidar de su cultura, puntualidad, solidaridad, etc..

(Del lat. ethica, y este del gr. ¿qik¿, t. f. de - kõj, ético) f. Parte de la filosofía
que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.

1. (Del lat. moralis. ) adj. Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de


las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia.
2. Que no pertenece al campo de los sentidos, por ser de la apreciación del
entendimiento o de la conciencia. Prueba, certidumbre MORAL .
3. V. evidencia, figura, filosofía, imposibilidad, libro, teología, verdad, virtud
moral.
4. Que no concierne al orden jurídico, sino al fuero interno o al respeto
humano. Aunque el pago no era exigible, tenía obligación MORAL de hacerlo.
5. f. Ciencia que trata del bien en general, y de las acciones humanas en orden
a su bondad o malicia.
6. Conjunto de facultades del espíritu, por contraposición a físico.
7. Ánimos, arrestos.
8. Estado de ánimo, individual o colectivo. Con relación a tropas, o en el
deporte, se refiere al espíritu, o a la confianza en la victoria.

4 Existe una estrecha relación entre los conceptos de sociedad y de cultura,


tanto es así que uno se define en función del otro, dicho brevemente, cultura es
el modo particular de comportamiento que comparten los miembros de una
determinada sociedad y ésta última se define como un conjunto de individuos
que tienen una cultura en común.

5 Evaluación de Desempeño Docente: Documentos Institucionales

111. El Sistema de Evaluación

Como se indicó en la Introducción el sistema de evaluación propuesto abarcaría


dos ámbitos: estándares de desempeño y la estructuración gradual de una
carrera docente. A continuación se describe lo propuesto en estos dos campos.

1. Estándares de desempeño

Sin entrar por el momento en la justificación obvia que no es posible evaluar si


no se tiene un conjunto de estándares o criterios sobre la calidad de
desempeño que se va a evaluar, es importante indicar primero que el disponer
de estándares es de competencia e interés primordial de la profesión docente.

Utilizando los argumentos de Abbott expuestos por Yinger (1999), lo privativo


de una profesión es tener un campo especifico de acción y reclamar su
reconocimiento jurisdiccional por parte de la sociedad; lo que significa a su vez
mantener control sobre la calidad de su ejercicio.
En el caso de la profesión docente, su campo especifico de acción es la
enseñanza, que tiene el fin de contribuir a la formación integral de niños y
jóvenes. Para actuar en este campo, los docentes poseen un cuerpo de
conocimientos teóricos y casuísticos que responde a una formulación
culturalmente aceptable del mundo práctico de la educación. Este conocimiento
les permite reconocer los problemas de la enseñanza, razonar o inferir a partir
de ellos y actuar en conformidad. Sin embargo, para tener credibilidad como
profesión es necesario demostrar que se tiene estos conocimientos y
capacidades que permiten resolver los problemas propios del área de manera
efectiva. Por tanto, para que su ejercicio le sea reconocido, la profesión
docente debe establecer un control sobre la calidad de ese ejercicio. Esto lo
hace estableciendo estándares para la formación y para el ejercicio
profesional, además de acordar códigos éticos y prácticos. Estos
estándares y códigos forman la base de los sistemas de control de su
calidad que acuerda poner en operación. A pesar que el propósito de
asegurar una práctica de calidad y el de establecer jurisdicción o credibilidad no
son independientes el uno de] otro, es importante separarlos y afirmar que la
profesionalización implica reconocer tanto la creación o desarrollo de una
práctica efectiva como la creación de una jurisdicción reconocida. La evaluación
del desempeño docente, desde esta perspectiva, le compete a la profesión y,
para ello, le -compete, también, disponer de estándares que regulen su
ejercicio.

6 La Etica profesional del educador está constituida por el conjunto orgánico de


derechos y obligaciones morales emanados de la función pedagógica y deriva
sus finalidades y normas específicas, de la condición básica de persona, tanto
del educador como del educando, en armonía con los anexos que implican
exigencias del bien común.

El objetivo de la ética en el terreno de la práctica profesional, es


principalmente, la aplicación de las normas morales, fundadas en la honradez,
la cortesía y el honor. La Ética tiene entre otros objetos, contribuir al
fortalecimiento de las estructuras de la conducta moral del individuo.

El hombre como ente social tiene misiones que cumplir para hacerse útil dentro
del ámbito donde se desenvuelve. Es la formación profesional un esfuerzo del
individuo para el logro de una rango intelectual, que le permita una calificación
superior y eficiente, así, gana el profesional la obligación de disponerse, en toda
ocasión, a devolver en parte siquiera, a la sociedad, algo de lo mucho que a ella
debe reconocerle, justificando lo que no se puede dudar: que el profesionalismo
es el orgullo de una sociedad y el triunfo de su futuro.

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