Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SECRETO PROFESIONAL
Por supuesto que se dan excepciones. No es raro, por ejemplo, que un cliente
confiese a su abogado el haber cometido un delito. ¿Cuál será en este sentido la actitud
del profesional del derecho? ¿Denunciarlo o buscar la manera de encubrirlo? ¿Cuándo
entonces no existe la obligación de guardar esos secretos? La respuesta es única y
clara: cuando se trata de prevenir actos delictuosos o proteger a personas en peligro. A
este respecto el artículo 12 del Código de Ética Profesional de la Barra de Abogados
textualmente estipula:
Así, el secreto profesional contempla dos aspectos que no es posible separar: por
un lado la necesidad del cliente de manifestar a su representante legal ciertas
confidencias con objeto de que los problemas del primero lleguen a resolverse, las
cuales exterioriza no simplemente por querer desahogarse, sino porque es
imprescindible que aporte dichos datos para que su abogado cuente con la información
suficiente a efecto de emitir un diagnóstico apropiado. Y por otro la certeza de que el
profesional del derecho no revelará esas confidencias excepto en los casos aludidos. Así
lo señala claramente también la Ley de Profesiones:
Art. 211.- La sanción será de uno a cinco años, multa de cincuenta a quinientos
pesos y suspensión de profesión, en su caso, de dos meses a un año, cuando la
revelación punible sea hecha por persona que preste servicios profesionales o técnicos o
por funcionario o empleado público, o cuando el secreto revelado o publicado sea de
carácter industrial.
HONORARIOS ADECUADOS
En mi opinión, para que un profesional del derecho fije sus honorarios en forma
equitativa y apropiada, es menester que considere además del trabajo realizado y la
responsabilidad que el mismo implique, factores diversos como los siguientes: la cuantía
e importancia del asunto; la novedad o dificultad del contenido jurídico que se ha
debatido; la capacidad económica del cliente, la experiencia, reputación y especialidad
del abogado; la costumbre del lugar; si los servicios que presta dicho profesional son
aislados o constantes; el tiempo empleado en el patrocinio; el grado de participación en
el estudio, planteamiento y desarrollo del asunto, así como el del éxito alcanzado y su
trascendencia; si únicamente patrocinó al cliente o si también lo sirvió como mandatario;
y la posibilidad de resultar impedido de intervenir en otros casos o de desavenirse con
otros clientes o con terceros (Art. 35 del Código de Ética Profesional de la Barra de
Abogados).
Por último, toda vez que la abogacía es y ha significado siempre un servicio que
pretende fundamentalmente el beneficio de la comunidad, considero que un profesional
de la materia tiene la obligación de ayudar y defender a los más necesitados
cobrándoles tarifas simbólicas, o bien en ocasiones trabajar para ellos sin recibir
retribución alguna. Hay que recordar que la palabra honorarios viene del "honor" que
obtenía el jurisconsulto o el orador cuando ganaba un asunto. En este caso y toda vez
que era una gran distinción, por costumbre no se cobraban honorarios. En la actualidad
se denomina honorario, a la retribución del profesional, a diferencia del jornal, sueldo o
salario que es la paga al obrero o al empleado.
CONTRATO DE CUOTA
ART. 2324. No pueden rematar por sí, ni por interpósita persona, el juez,
secretario y demás empleados del juzgado; el ejecutado, sus procuradores, abogados y
fiadores; los albaceas y tutores, si se trata de bienes pertenecientes a la sucesión o a los
incapacitados, respectivamente; ni los peritos que hayan valuado los bienes objeto del
remate.
Cuantía del negocio. Incluye la suerte principal y los intereses demandados para
el efecto de regular los honorarios de los abogados (Estado de Jalisco). Establece el
artículo 146 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco que para efectos
de regular las costas debe atenderse al valor del negocio que hubiere establecido la
sentencia, hasta la fecha en que cause ejecutoria. Ahora bien, para determinar los
honorarios de los abogados conforme al arancel correspondiente, que forman parte de
las costas, en los asuntos en que aún no se haya pronunciado sentencia, la cuantía del
asunto debe establecerse considerando tanto la suerte principal como los intereses
determinables reclamados todos en la demanda, en virtud de que el profesionista litiga,
presta sus servicios y adquiere responsabilidad sobre la totalidad de las prestaciones
que se discuten en el juicio, sin que sea obstáculo para ello el que los intereses no se
determinen líquidamente desde un principio, pues son fácilmente determinables; pueden
ser superiores a la suerte principal e incluso sólo reclamarse éstos, sin que por ello el
asunto carezca de cuantía, como tampoco es obstáculo la falta de pronunciamiento que
absuelva o condene al pago de los intereses, ya que ello constituye una prestación en
juego en el litigio. En consecuencia, en términos del artículo 4° del arancel mencionado,
los Honorarios de los abogados, en el supuesto de referencia, deben fijarse
considerando los honorarios totales computados sobre la suerte principal y los intereses
calculados a la fecha en que el profesionista se retire del asunto, y de los honorarios
totales debe calcularse la parte proporcional que corresponda a los servicios
profesionales prestados.
Es obvio que quien contrata los servicios de un abogado necesita sentir que éste
le será fiel desde el principio, que no lo va a abandonar o traicionar, y que siempre
utilizará toda su imaginación, creatividad e inteligencia para contrarrestar los argumentos
del litigante opositor. En todo caso, no deja de ser frecuente escuchar aquellas incisivas
frases acerca de que "mi abogado se vendió a la otra parte", o bien que, "mi abogado
abandonó el caso porque ya no puedo pagarle". Hacíamos notar que ya en las Siete
Partidas se sancionaba este proceder, pues la persona que incurriera en él "sea dado
por ome de mala fama e que nunca puede ser Abogado nin consejero de ningún pleyto"
y "de sus bienes resarcir a quien cause el daño".
III. Al defensor de un reo, sea particular o de oficio, que sólo se concrete a aceptar
el cargo y a solicitar la libertad caucional que menciona la fracción I del artículo 20 de la
Constitución, sin promover más pruebas ni dirigirlo en su defensa.
Ahora bien, hay que recordar que en materia de mandato judicial, éste no termina
con la muerte del mandante. Así lo dispone el artículo 2600 del mismo ordenamiento:
Aunque el mandato termine por la muerte del mandaste, debe el mandatario continuar en
la administración, entre tanto los herederos proveen por si mismos a los negocios,
siempre que de lo contrario pueda resultar algún perjuicio.
I. El servidor público que por si, o por interpósita persona solicite o reciba
indebidamente para si o para otro, dinero o cualquiera otra dádiva, o acepte una
promesa, para hacer o dejar de hacer algo justo o injusto relacionado con sus funciones;
Nunca te guíes por la ley del encaje (ley de capricho), que suele tener mucha
cabida en los ignorantes que presumen de agudos.
Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las
informaciones del rico.
Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por
entre los sollozos e importunidades del pobre.
Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley
al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con
el de la misericordia.
Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes
de tu injuria, y ponlas en la verdad del caso.
Por estas razones, es conveniente fomentar en los alumnos que inician sus
estudios de derecho, la necesidad de que formen su biblioteca, con sus libros de texto y
consulta, revistas de actualización, códigos, leyes y jurisprudencia. En la actualidad
podemos también mencionar los diskettes, los cuales contienen jurisprudencia, leyes,
Diarios Oficiales, etcétera, e igualmente aprovechar los servicios de consulta que se
prestan por medio de Internet. Por último, quisiera insistir un poco en lo expresado
páginas atrás. La función de la universidad es enseñar a aprender. Ahora bien, a partir
de que se concluyen los estudios de la carrera, es necesario continuar estudiando en
forma autodidacta y participar en diplomados, especialidades, maestrías, doctorados,
etcétera, pues como dice el refrán: "El que no avanza, retrocede."
HONORARIOS
Los criterios que se dan para la estipulación de los honorarios son: la importancia
de los servicios; la cuantía del asunto; tal éxito obtenido y su trascendencia; la novedad,
la dificultad de las cuestiones debatidas; la experiencia, la reputación y especialidad del
abogado; la capacidad económica del cliente, su pobreza obliga a cobrar menos y aun a
no cobrar nada; si los servicios profesionales son aislados, fijos o constantes; la
responsabilidad que se deriva de la atención del asunto; el tiempo empleado en el
patrocinio; el grado de participación del abogado en el estudio y el planteamiento del
caso; si el abogado solamente patrocina al cliente o también lo sirvió corno mandatario;
la posibilidad de resultar el abogado impedido de intervenir en otros asuntos o de
desavenirse con otros clientes o terceros.
Durante varios siglos Se consideró que el pacto de cuota litis era contrario a la
dignidad profesional, porque hacía depender el honorario del abogado del resultado del
negocio y significaba que el abogado aceptaba de antemano que sus honorarios no le
fueran cubiertos a pesar de que hubiera puesto en el asunto sus conocimientos, su
dedicación, su tiempo y su esfuerzo. Se pensaba, además, que el abogado perdía su
independencia para el manejo del caso, al adquirir interés dentro de él. Sin embargo, la
realidad ha venido imponiéndose y el pacto ole cuota litis es aceptado por el Código de
'tica de la Barra Mexicana. Son frecuentes los casos en que la capacidad del cliente para
pagar los servicios del abogado depende, precisamente, del resultado que tenga el
negocio que le encomienda. El Código de la Barra, en su artículo 36, acepta el pacto de
cuota litis, celebrado sobre bases equitativas y lo sujeta a las siguientes reglas:
Que la participación del abogado nunca sea mayor que la del cliente; que en caso
de que el abogado se separe del negocio o el cliente se lo retire para confiárselo a otro,
si el negocio se gana, el abogado tendrá derecho a cobrar una cantidad proporcional a
sus servicios y a la participación convenida; si el negocio se pierde el abogado podrá
cobrar los Honorarios comunes que se estimen devengados cuando el cliente le haya
retirado el asunto sin causa justificada.
Artículo 1.- Los honorarios de los Abogados serán fijados por convenio que
celebren con sus clientes y a falta de convenio, se regularán por este Arancel.
Artículo 3.- Por todo juicio contencioso, por cantidad determinada, desde su
principio hasta su conclusión, por pago, convenio o sentencia definitiva, incluyéndose
consultas, conferencias, juntas, vistas de autos y documentos, escritos, informes y
cuanto trabajo se relacione con el asunto, cobrarán un 25% del valor del negocio, si no
pasa de $15,000.00; un 15% de lo que exceda hasta la cantidad de $ 60,000.00; un 10%
de lo que exceda de la anterior cantidad hasta $ 300,000.00 y un 5% de lo que rebase
esta cifra, sea cual fuere la cantidad.
Artículo 7.- En los juicios de quiebra, el Abogado patrono jurídico cobrará por la
tramitación general del juicio, en lo principal y sus incidentes, los honorarios que
devengue conforme a las disposiciones del artículo 3, tomando como base el valor que
se obtenga al realizarse el activo; o el avalúo que del mismo apruebe el Juzgado.
Si el Síndico fuere abogado y el mismo hiciere los trabajos indicados, percibirá los
honorarios que le correspondan como Síndico y además los señalados por este Artículo,
como patrono jurídico de la quiebra.
Artículo 8.- Por todo juicio sucesorio desde su principio hasta su conclusión,
cobrarán lo que se fija en el artículo 3, aumentado en un 10% del total que resulte,
tomando como base el valor asignado a los bienes por la autoridad fiscal para el pago de
los impuestos. Cuando el Abogado se encargare del negocio ya comenzado o no lo
concluyere cuando lo hubiere principiado, cobrará la parte proporcional, considerando
para el efecto; un 20% hasta la aceptación del albaceazgo; y un 50% más hasta la
aprobación de inventarios; y el otro 30% hasta su conclusión. En caso que sea más
reducida la intervención del Abogado, se estará a lo dispuesto por el artículo 11, de este
Arancel.
Artículo 10.- En los amparos directos, cobrarán una cantidad equivalente al 25%
de los honorarios correspondientes al juicio en que se dictó la sentencia objeto del
amparo.
Artículo 11.- A falta de otra disposición de este Arancel, los abogados cobrarán:
III. Si la vista de documentos tiene lugar fuera del despacho del Abogado, se
duplicarán las cuotas anteriores.
IV. Por cada consulta verbal en su despacho, cada hora o fracción se cobrará de
$ 300.00 a $1,000.00.
VI. Por cada asistencia a las audiencias, juntas o cualquiera otra diligencia judicial
o administrativa o ante cualquier funcionario o autoridad, por cada hora o fracción de $
300.00 a $ 1,500.00.
VII. Por cada promoción que hagan por escrito o por comparecencia de $ 300.00
a $ 500.00.
Artículo 12.- El Abogado que litigue en causa propia tiene derecho a cobrar costas
como Abogado
Artículo 13.- En los juicios mercantiles ejecutivos cobrarán dos terceras partes de
los honorarios que fija el artículo 3° si se llegara hasta sentencia; en caso contrario
solamente podrá cobrarse una tercera parte.
Artículo 14.- Los abogados que intervengan como defensores o por parte del
ofendido o querellantes, en las causas penales, tendrán derecho a cobrar los honorarios
del artículo 5 y además los siguientes:
II. Por solicitar y obtener la libertad por desvanecimiento de datos y bajo protesta,
tendrán derecho a cobrar las cuotas de la fracción anterior, si la pena corporal señalada
al delito no excede de un año. En caso contrario tendrán derecho a percibir $ 150.00
pesos más por cada año de exceso.
Artículo 17.- Por la redacción de cualquier contrato o convenio que por voluntad
de las partes o disposición de la Ley haya de celebrarse, el Abogado cobrará el 2% del
valor del negocio, si su cuantía no pasa de $ 10,000.00: el 1 % además del anterior, por
la cantidad que excediere hasta $ 50,000.00; y el medio por ciento por el exceso, sea
cual fuere.
TRANSITORIOS
• Diputado Presidente
• Diputado Secretario
• Diputado Secretario
• Juan Ramírez G.
Por tanto, mando se imprima, publique, circule y se le dé el debido cumplimiento.
Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo del Estado a los treinta días del mes de
diciembre de mil novecientos cincuenta y cuatro.
III. Al defensor particular, en los casos del artículo 153 de este código;
IV. Destruir, sustraer, ocultar o poseer, aún en forma transitoria, en los casos no
comprendidos por la ley, un expediente, actuaciones, documentos y objetos aportados
en un procedimiento oficial de cualquier naturaleza y que, por tal motivo, deba estar en
poder del tribunal o dependencia oficial; y
III. Presentar dolosamente, o hacer que otro presente testigos falsos o que aporte
testimonios de igual naturaleza.