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TEORIA GENERAL DEL PROCESO

“Año de la Universalización de la Salud”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE HUANCAVELICA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID#19

PRESENTADO POR:

CAMACLLANQUI ACOSTA, Samir Antony

DOCENTE:

BASUALDO GARCIA, Percy Eduardo

CICLO Y SECCION:

III-A

HUANCAVELICA-PERU

2020
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

Dedico esta pequeña información a todas


aquellas personas que tienen el interés y
la capacidad de poder operar y conocer a
mayor profundidad las capacidades y
aptitudes de los “PRINCIPIOS
PROCESALES Y EL COVID #19”
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

INTRODUCCION

El coronavirus (COVID-19) se ha convertido en una pandemia y para el derecho se ha


constituido en un supuesto de caso fortuito que impacta e impactará por mucho tiempo los
principios procesos y la alteración que tendrá estas. Aquí buscamos analizar y plantear las
problemáticas de algunos principios procesales que se generan en el ámbito del proceso civil,
frente a esta situación de emergencia sanitaria, que en este momento se encuentra influenciado
por una innumerable cantidad de decretos de urgencia y disposiciones del Ejecutivo, que
restringen las libertades personales en aras de proteger la salud pública. Haber declarado al
COVID-19 pandemia mundial trae consigo, como lo expresó la Organización Mundial de la
Salud, frente a una grave amenaza a la salud de la población y con medidas encaminadas
específicamente a impedir enfermedades o a proporcionar cuidados a enfermos conforme a lo
establecido en los decretos y resoluciones de nuestra constitución como también en distintas
entidades públicas. En tal sentido, considero que las restricciones dictadas en nuestro país,
cumplen estas reglas estando al avance de esta pandemia en nuestro país.

En estas líneas buscamos entender algunas cuestiones que se presentan en los procesos frente
al impacto que se viene generando en los procesos judiciales civiles y que derivará en la
adopción de algunas medidas necesarias en la tramitación de los procesos, la oralidad civil y las
que no, que siguen el Modelo de Despacho tradicional, que como sabemos trae consigo un
sistema que sigue la tradición de la escrituraria y es eminentemente formal, sin el desarrollo
necesario de las audiencias.

Samir A. Camacllanqui Acosta.

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PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

INDICE

INTRODUCCION......................................................................................................................3

CAPITULO I..............................................................................................................................6

PROBLEMÁTICA.....................................................................................................................6

1.1 Sobre los créditos en general............................................................................................8

1.2 Sobre los arrendamientos..................................................................................................8

1.3 Sobre los contratos de préstamo........................................................................................9

1.4 Sobre la prórroga de los efectos de la ley.......................................................................10

1.5 El caso peruano...............................................................................................................10

1.6Caso fortuito y fuerza mayor...........................................................................................11

CAPITULO II...........................................................................................................................14

ANALISIS DE PRINCIPIOS Y LA REALIDAD....................................................................14

1.LOS PRINCIPIOS PROCESALES CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN


POLÍTICA DEL ESTADO:..................................................................................................14

1.1 Principio Jurisdiccional...................................................................................................14

1.1.1 Audiencia Preliminar Virtual...................................................................................15

1.1.2La Audiencia de pruebas Virtual..............................................................................16

1.2 El principio de que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación,


rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad (art. 139, inc. 22 de la
Constitución)..........................................................................................................................20

1.3 El derecho de defensa (art. 139, inc. 14 de la Constitución)...........................................21

1.4 Principio de Oportunidad................................................................................................23

2.LOS PRINCIPIOS PROCESALES CONTENIDOS EN LA LEY ORGÁNICA DEL


PODER JUDICIAL APLICABLES EN MATERIA CIVIL:...............................................24

2.1 Principio de Inmediación................................................................................................24

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2.2 La oralidad civil..............................................................................................................27

2.2.1La situación creada por la pandemia y la Resolución Administrativa 103-2020-CE-


PJ............................................................................................................................................29

2.2.2 El Juez Procesalista..................................................................................................30

2.3 Independencia de los órganos jurisdiccionales...............................................................31

2.3.1 Independencia externa..............................................................................................32

2.3.2 Independencia interna..............................................................................................33

2.4 Contradicción o audiencia bilateral.................................................................................34

2.5 Principio de Publicidad...................................................................................................35

2.6 Cosa Juzgada...................................................................................................................36

CONCLUSION.........................................................................................................................38

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................39

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CAPITULO I
PROBLEMÁTICA

La pandemia del COVID-19 no solo ha causado estrago social y económico en nuestro


planeta, sino que también ha mermado el funcionamiento del servicio público de justicia y los
intereses de sus usuarios. En nuestro país, el Poder Judicial y el Ministerio Público estarán
paralizados seis semanas, excepto casos que no admiten demora o son graves y urgentes.

Como usuario de este servicio público, me parece destacable que las Salas Supremas para no
afectar los intereses de los usuarios, hayan calificado los recursos de casación vía aplicación de
videoconferencia. La incertidumbre que tiene todo usuario es saber cuándo redactaran, firmaran
y publicaran la decisión. Ello, porque la gestión del despacho en las Salas Supremas no es
uniforme. Por ejemplo, las Salas Penales respetan los plazos procesales. En cambio, otras salas
no lo hacen. Otra muestra es que las Salas Penales, el mismo día que se califica el recurso,
publican en la página web el sentido de su decisión. Algunas lo publican durante la semana en
que se califica el recurso y otras simplemente no lo hacen. La gestión del despacho judicial en la
Corte Suprema debe ser estándar: el día de calificación del recurso se publica en la página web el
sentido de la decisión.
Los más afectados con la suspensión de labores del Poder Judicial sin duda son los niños y
jubilados, ya que en la mayoría de procesos de alimentos o contenciosos el pago de la pensión se
hace a través del depósito judicial, cuyo certificado es presentado al Juzgado y éste después es
endosado a la parte demandante. No es un trámite uniforme, ni rápido; por ejemplo, hay jueces
que de oficio entregan el certificado de depósito judicial (que es lo correcto), otros exigen la
presentación de un escrito solicitando el endose el certificado (que es incorrecto porque no existe
norma que imponga esa carga), y otros entregan en un solo día de la semana el certificado como
si la necesidad de los niños y jubilados fuese de solo un día. El mismo drama se vive en los
procesos laborales.

El litigio en tiempos del COVID-19 exige la reflexión del personal del Poder Judicial, pues cabe
recordar que prestan un servicio público y se deben a los usuarios, y no al revés. Los despachos
judiciales deben gestionarse en beneficio de los usuarios y no en perjuicio de sus intereses o

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derechos. Si bien es coherente que el Sindicato del Poder Judicial solicite la suspensión de la
atención al público, surge la pregunta ¿qué pasara con los depósitos judiciales pendientes de
presentación o de endoso? La razón de ser de la atención al público es la demora en la
tramitación de los expedientes. Si los plazos fuesen respetados no habría quejas por parte de los
usuarios. Así como el Sindicato del Poder Judicial exige condiciones a su empleador, los
usuarios también exigimos que los plazos se respeten en la medida de lo posible y que todos los
juzgados actúen de manera uniforme.

1.1 Sobre los créditos en general

Respecto de los créditos celebrados antes del 8 de marzo de 2020, los deudores (personas
naturales o jurídicas) podrán aplazar su cumplimiento hasta el 30 de setiembre del 2020, si
debido a las circunstancias causadas por la pandemia del COVID-19 no pueden cumplir con la
obligación de forma íntegra o, su cumplimiento implicaría arriesgar los medios de subsistencia
del deudor o la economía de su negocio. Sin embargo, la obligación debe ser cumplida el 30 de
setiembre de 2020, sin posibilidad de aplazamiento. Adicionalmente, se establece que en caso el
incumplimiento resulte insoportable para el acreedor se podrá excluir el aplazamiento del
cumplimiento. Ante ello el deudor tiene el derecho a terminar el contrato, sin que exista alguna
sanción por la terminación anticipada. Cabe indicar que esta propuesta no se aplicaría a los
contratos de arrendamiento, préstamo, trabajo, turismo y transporte de pasajeros.

Esta propuesta en buena cuenta busca equilibrar los contratos afectados por la pandemia,
evitando la judicialización o renegociaciones que pudieran darse en atención al parágrafo 313 del
BGB. Llama la atención lo amplio del plazo establecido y la amplitud en la determinación de la
situación riesgosa para la subsistencia del deudor o de la economía del negocio. Ocasionando
esto probablemente demandas debido a incumplimientos que no se encuentren dentro del
supuesto de la ley. De otro lado, es de resaltar que la solución deja la asunción del riesgo en el
lado del acreedor, quien incluso en el caso de que se afecte su economía no podrá ejecutar la
obligación, viéndose obligado a contratar con otro proveedor o incumpliendo el mismo alguna
obligación, generando quizá una cadena de incumplimientos.

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1.2 Sobre los arrendamientos


Para el caso de los contratos de arrendamiento, sea para vivienda o negocio, se propone que
los arrendadores no podrán resolver los contratos debido al incumplimiento de los arrendatarios
entre el 1 de abril y el 30 de setiembre de 2020, donde el incumplimiento sea producto de la
pandemia por Covid-19. Si bien, la carga de la prueba de dicha circunstancia es de los
arrendatarios, existe una presunción iuris tantum de que el incumplimiento es producto de la
pandemia.

De esto se desprende que en el caso de los negocios que sigan funcionando, la obligación de
pagar sigue vigente. De igual modo, en el caso del arrendatario que cuente con recursos
suficientes, no podría acogerse al incumplimiento establecido. Queda para la posterior revisión
judicial la determinación de si en efecto existían razones justificantes del incumplimiento. Si
bien nada se dice de la posibilidad de renegociar los contratos, bien podría darse ello
disminuyendo temporalmente la renta a pagar, siempre que el cumplimiento sea posible todavía.
Se entiende que las rentas no pagadas deberán ser abonadas posteriormente, aunque en atención
a la buena fe debería hacerse en forma prorrateada o de una forma que no resulte perjudicial para
el arrendatario. Esto si ha sido previsto en el caso de los préstamos que veremos a continuación.

1.3 Sobre los contratos de préstamo

En los contratos de préstamo celebrados antes del 8 de marzo de 2020, se suspende cobranza
de estos desde la fecha de vencimiento hasta por seis meses, en los casos en que el deudor sufra
una reducción en sus ingresos debido a la pandemia por COVID-19, haciendo insoportable el
cumplimiento de la prestación, sobre todo ante la circunstancia que el medio de vida del deudor
o la subsistencia de su negocio esté en riesgo. Igual que en el supuesto anterior, se presume iuris
tantum que la reducción del ingreso se debe a la pandemia. Asimismo, los derechos de
terminación del contrato por parte de los acreedores quedan suspendidos hasta el 30 de setiembre
de 2020. Se obliga a la renegociación del préstamo en tanto se establece que de no haber acuerdo
para el cumplimiento posterior al 30 de setiembre de 2020, se aplazara por seis meses la
suspensión del pago. Sin perjuicio de lo señalado, la suspensión del pago y de la posibilidad de
ejecutar el crédito no podrá darse si resulta insoportable para el acreedor, tomando en cuenta
todas las circunstancias.

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En la práctica esto resultará importante para los créditos de consumo, obligando a las entidades
financieras a renegociar el cumplimiento de los préstamos a su cargo. Esto implica un alivio para
los consumidores en todo sentido y una forma bastante efectiva de obligar a los bancos a tomar
nota de la situación actual. Surge la duda respecto a si en los casos en los que podría no existir
una reducción del ingreso, sino un aumento de los gastos debido a la pandemia o a la infección
de uno de los cónyuges, resultaría posible aplicar esta normativa. En principio me parece que el
sentido del borrador iría en la línea de aliviar a los deudores afectados, por lo que debería
entenderse que el mencionado caso está incluido.

1.4 Sobre la prórroga de los efectos de la ley

Se establece finalmente, la posibilidad de prorrogar la aplicación de la ley hasta el 31 de julio


de 2021, en el caso de los créditos regulares, de octubre de 2020 al 31 de marzo de 2021 en el
caso de los contratos de arrendamiento, la extensión hasta 12 meses de la suspensión de pagos de
préstamos y la ampliación de la prohibición de ejecución anticipada hasta el 31 de marzo de
2021.

1.5 El caso peruano

Como puede verse, la emergencia que vivimos actualmente nos lleva a diseñar marcos
normativos que permitan afrontar la crisis. Y en esa tarea el Derecho Civil tiene que marcar la
pauta para evitar que, adicionalmente a lo complejo de la situación, tengamos también conflictos
sociales y legales derivados de la modificación de las condiciones económicas bajo las cuales se
generaron acuerdos. Asumir esa tarea legislativa, en el marco de un país como el Perú se hace
imperativo, por lo que es importante tomar nota de las experiencias que se vienen dando en el
extranjero y ver si es posible rescatar algo valioso y pertinente a nuestra realidad.

Al respecto, es de resaltar lo completo que resulta el proyecto planteado en el ámbito civil, y lo


extenso de los plazos establecidos y la posibilidad de ampliarlos aún más. Esto se comprende en

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el marco de una economía fuerte como la alemana, quizá no podría traducirse de la misma
manera entre nosotros. Asimismo, son importantes los casos de arrendamiento de vivienda y
préstamos, donde se favorece la solidaridad entre las partes al reconocer que existe un derecho a
suspender el pago y posterior cumplimiento cuando pase la emergencia.
En el caso peruano, quizá debamos ser un poco menos ambiciosos y plantear legislativamente la
obligación de las partes en principio de renegociar los contratos que pudieran verse afectados y
de no ser ello posible, la suspensión del pago, quedando las cuotas pendientes a ser canceladas
una vez superada la emergencia. Sobre el plazo, extenderlo hasta setiembre como en Alemania
sería quizá excesivo, podría ponerse un plazo inicial hasta mayo o junio de este año, con la
posibilidad de ampliarlo dependiendo del avance o retroceso de la pandemia.

En concreto en el caso de los arrendamientos debería haber una suspensión de los pagos en casos
de no renegociación y existencia de dificultad o imposibilidad de realizar el pago. Aunque de la
mano debería ir un subsidio estatal para los casos en que no pueda resistir esa suspensión el
acreedor. Cabe precisar que existen casos de renegociación planteados por algunos arrendadores
[4], pero no resulta una situación mayoritaria, lo que implica que subsistirán numerosos
conflictos debido a esta circunstancia. De igual forma en el caso de los préstamos bancarios,
debería trabajarse en una suspensión que aplique a todas las entidades financieras (bancos, cajas,
financieras, cooperativas, etc.) que tienen a su cargo créditos y que, si bien en algunos casos han
planteado propuestas de renegociación o aplazamiento de pagos, no ha ocurrido en forma
mayoritaria. Lo que no hace que pierda sentido legislar sobre la materia, más aún cuando ya
existen probables conflictos sobre las condiciones en las que se ha planteado el aplazamiento del
pago de las deudas por los bancos.

Ambas propuestas evitarían que existieran posteriormente una alta tasa de demandas y denuncias
ante la justicia civil y administrativa, evitando la alta carga y demora en brindar solución a los
conflictos. Lo señalado evitaría también las discusiones sobre si corresponde tal o cual figura
para hacer frente a los incumplimientos contractuales que pudieran ocurrir, dando predictibilidad
a los ciudadanos sobre el resultado que pueden esperar.

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1.6 Caso fortuito y fuerza mayor

El caso fortuito y fuerza mayor están regulados en el artículo 1315 del Código Civil, en el que
se refiere que se tratan de eventos extraordinarios, imprevisibles e irresistibles.

Debemos entender por evento extraordinario, como todo aquello que se caracterice por ser
inédito, que no hubiera sucedido con anterioridad. En tanto lo imprevisible apunta a que, al
momento de negociar los términos de un contrato en el ámbito de responsabilidad civil
contractual, las futuras partes del mismo, ni actuando con la diligencia ordinaria, hubieran
podido anticiparse a la producción del evento. Y, por último, el evento o suceso calificará como
irresistible, cuando habiéndose producido el mismo, el deudor de una determinada prestación
cuando ya nos encontremos en la etapa de ejecución del contrato, no tiene ninguna otra
alternativa, aunque sea más onerosa, que le permita cumplir con dicha obligación. Es decir, si el
deudor debía entregar un bien específico, pero ello no fue posible porque sucedió un evento
extraordinario e imprevisible, pero que, al suceder tal hecho, sí había otra alternativa que
permitía el cumplimiento de la entrega del bien, sólo que significaba la asunción de mayores
costos de los proyectados para el cumplimiento de la obligación. En este último caso, el evento
no sería irresistible, y el evento extraordinario e imprevisible, no liberaría al deudor no solo de
cumplir con la entrega del bien, sino, además, de indemnizar por la demora en la que incurrió.

Al respecto, conviene anotar que por caso fortuito se entiende aquellos hechos provenientes de la
naturaleza la enfermedad en sí misma de la COVID-19, terremotos, aluviones, en zonas que por
ejemplo, nunca o de forma muy lejana hubieran sucedido, a los que en doctrina también se les
identifica como hechos de Dios; en tanto un caso de fuerza mayor, conlleva a la verificación de
una hecho proveniente de la autoridad como en efecto sería la medida de aislamiento dispuesta
por el actual gobierno del estado peruano, con motivo a la COVID-19. Ahora bien, para efectos
prácticos, ambos supuestos tienen el mismo propósito y alcance. Es decir, constituyen causas
eximentes de responsabilidad civil, en el seno de un caso de indemnización por responsabilidad
civil contractual o extracontractual; eximiendo al posible demandado, del pago de indemnización
por concepto de daño emergente, lucro cesante, daño por pérdida de chance, daño moral, etc.).

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En este punto resultaría pertinente reafirmar lo antes indicado, con lo que Felipe Osterling Parodi
refiere sobre el particular: ambos consisten en acontecimientos extraordinarios, imprevisibles e
irresistibles para el deudor y, desde luego, independientes de su voluntad. En todo caso fortuito o
fuerza mayor hay, necesariamente, ausencia de culpa. Estos eventos configuran, definitivamente,
causas no imputables.

Nótese que el autor en referencia, al comentar el supuesto de caso fortuito o fuerza mayor, centra
su análisis en el propósito de tales eventos, que como referimos en líneas arriba, justificaría su
razón de ser. Esto es, el constituir una causa eximente de culpabilidad o, en general, de
responsabilidad civil. Lo que no significa que pueda ser una razón legal suficiente, para justificar
o resolver los problemas que podrían derivarse del no cumplimiento de la obligación, al menos
no de forma íntegra. Expliquemos el por qué en un ejemplo:

Si una empresa debía encargarse del suministro de determinados bienes, en fechas específicas,
durante el periodo de un año, y a un precio fijado de forma anticipada. Y en el camino devino
una medida de aislamiento, decretado por el gobierno. Lo que termina haciendo imposible el
cumplimiento del contrato, de parte del suministrante, no obstante que tuvo toda la buena
voluntad de cumplir porque fue diligente con ejecutar todos los actos preparatorios. En este caso,
el problema puede analizarse en dos planos: Un primer plano implicaría resolver las preguntas
con alcance legal, referidas a qué pasa con los bienes que no se entregaron y los mismos al ser
perecibles, al día de hoy ya no sirven. Tales pérdidas deben ser asumidas por el suministrante, o
debería ser asumido por el suministrado, a pesar que no llegó a percibir los productos Y, En un
segundo plano se tendría que analizar, resolviendo la siguiente interrogante: el suministrante
debería indemnizar los daños económicos que sufrió el suministrado, por la no entrega de los
productos.

Por lo hasta aquí expuesto, sin lugar a dudas, diremos que el alcance del caso de fuerza mayor,
sólo nos permitiría resolver el segundo plano del problema, en el sentido de que al ser causa
eximente de responsabilidad, el su ministrante no estaría obligado al pago de ninguna
indemnización, por el no cumplimiento de su obligación; y ello es así, porque la medida de
aislamiento social hubiera significado la configuración de un supuesto de caso de fuerza mayor.

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Pero, la misma figura legal el caso de fuerza mayor, en lo absoluto serviría para resolver
problemas derivados del primer plano.

Por lo antes descrito, podríamos afirmar que la regulación civil de caso fortuito o fuerza mayor,
nos ayudará a resolver problemas de pedidos de indemnizaciones derivadas de la medida de
aislamiento con motivo a la COVID-19, más no así, nos brindará soluciones referidas a las
prestaciones que no se cumplieron en el periodo que duró la medida de aislamiento social.

CAPITULO II

ANALISIS DE PRINCIPIOS Y LA REALIDAD

1.LOS PRINCIPIOS PROCESALES CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN

POLÍTICA DEL ESTADO:

1.1 Principio Jurisdiccional

[ CITATION Ale20 \l 3082 ] La crisis sanitaria del COVID-19 determinó la paralización de


funciones del Poder Judicial desde el 16 de marzo de 2020, y la adopción de algunas medidas
en respuesta a esta situación de emergencia (por ejemplo: la suspensión de plazos procesales,
el funcionamiento de órganos jurisdiccionales de emergencia a nivel nacional, el retiro de
expedientes físicos con la finalidad de que los jueces que no forman parte de órganos
jurisdiccionales de emergencia puedan trabajar desde sus domicilios, etc.).

El 22 de abril de 2020 fue publicado en el diario oficial El Peruano la Resolución No.


000055-2020-P-CE-PJ, a través de la cual la Presidencia del Consejo Ejecutivo del Poder
Judicial añade una nueva medida, dirigida a retomar la actividad jurisdiccional. Se aprobó el
proyecto denominado Digitalización de Expedientes de la Corte Suprema de Justicia de la
República e Implementación de Trabajo Remoto ante la Emergencia por COVID-19. Se

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establece que todas las Salas Supremas (Permanentes y Transitorias) empezarán a trabajar de
manera remota, mediante la implementación de las siguientes medidas que se dividen en dos
fases.

De acuerdo a lo señalado en el proyecto aprobado, la primera fase, que debería desarrollarse


en 15 días, y empezar con los casos pendientes de calificación y pendientes de vista de fondo,
consiste en lo siguiente:

 Implementar una línea de digitalización de expedientes.


 Fijar criterios de selección de expedientes, lo que estará a cargo del presidente y el
relator de cada Sala Suprema.
 Crear una clasificación de los archivos a digitalizar.
 Gestionar que todos los magistrados cuenten con firma electrónica.
 Capacitar a los magistrados en el uso de plataformas de videoconferencia para la
ponencia y votación de los expedientes.

La segunda fase consiste en la digitalización de expedientes físicos de las Cortes Superiores


de Justicia, que deban ser elevados a la Corte de Suprema de la República. Se prevé que esta
segunda fase se desarrolle en un mes.

Desde la perspectiva de los litigantes, cabe resaltar que el proyecto contempla la creación de
un correo electrónico oficial por cada Sala Suprema, a fin de que los abogados de las partes
puedan presentar sus escritos. Por su parte, los abogados deberán crear una dirección de
correo electrónico de Gmail para recibir las notificaciones pertinentes, y garantizar su
conexión ante una eventual audiencia o diligencia de informes orales o vista de la causa.
[ CITATION Ort20 \l 3082 ]

1.1.1 Audiencia Preliminar Virtual

El Poder Judicial viene implementando en diversas Cortes Superiores de Justicia el piloto de


litigación oral en los procesos civiles, el cual se caracteriza por el empleo predominante de la

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oralidad como técnica para el desarrollo de los casos y una nueva forma de gestión del
despacho judicial.
La oralidad se desenvuelve en dos audiencias: 1) la audiencia preliminar, de convocatoria
obligatoria; y, 2) la audiencia de pruebas, cuya convocatoria está condicionada a la admisión
de pruebas que requieran actuación.
La Audiencia Preliminar es la diligencia convocada en los procesos civiles de conocimiento y
abreviados, prevista para escuchar a las partes procesales, intentar una solución consensuada
del conflicto, preparar el caso para el juicio (saneando la relación procesal, fijando los puntos
y realizando el juicio de admisión de pruebas); y, según la complejidad del caso, emitir
sentencia en forma inmediata.

No advertimos ningún inconveniente en continuar desarrollando la audiencia preliminar pero


ahora de manera virtual, pues, la tecnología disponible garantiza al Juez una comunicación
fluida con las partes y sus abogados para abordar cada tópico de la referida diligencia, además
de asegurar su debida conservación, tan igual como venía sucediendo con las audiencias
presenciales.
La convocatoria a audiencia preliminar virtual debe considerar los siguientes aspectos:

a. Informar a las partes y sus abogados que el desarrollo de la audiencia será virtual,
explicando la forma de participar y los equipos necesarios (computadora o celular
inteligente-smartphone) para llevarla a cabo sin ningún inconveniente.
b. Requerir a los abogados, de manera obligatoria, proporcionar un correo electrónico
compatible con el programa a emplear para el desarrollo de las audiencias (Google
Hangouts Meet).
c. Informar que la participación del abogado es obligatoria, a efectos de lograr la
consecución de los fines previstos para la referida audiencia.

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PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
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d. Informar que la participación de la parte es facultativa, aunque lo ideal es que intervengan,


a efectos de intentar una solución consensuada del conflicto.
e. Brindar a las partes y sus abogados un número telefónico institucional, a través del cual
puedan formular alguna consulta o coordinación sobre el desarrollo de la audiencia.

1.1.2La Audiencia de pruebas Virtual

[ CITATION Que20 \l 3082 ] El desarrollo de la audiencia de pruebas, sin duda alguna que
representa un gran desafío para la judicatura civil en un contexto de emergencia sanitaria. No
obstante, consideramos que limitada a determinadas pruebas y condiciones, si puede ser
desarrollada de manera virtual, evitando así una exposición innecesaria al riesgo de
contagiarse del virus COVID-19.
Antes de proseguir, corresponde dilucidar la compatibilidad de la audiencia de pruebas virtual
con las normas del Código Procesal Civil, señalando al respecto:

1. El artículo 202 del Código Procesal Civil dispone que el Juez debe dirigir personalmente
la diligencia, bajo sanción de nulidad. El legislador impone al Juez la exigencia que
conduzca la audiencia personalmente, no delegando aquella función, lo que se cumplirá
aun cuando las partes se comuniquen virtualmente, como sucede en los procesos penales.
2. El carácter inaplazable de la audiencia, prevista en el primer párrafo del artículo 203 del
Código Procesal Civil, lograría ser observada en mayor medida con su programación
virtual, a diferencia de las audiencias presenciales, que, debido al comprensible temor de
las partes de resultar contagiados del virus, formularían pedidos de reprogramación,
prolongando indefinidamente la resolución del conflicto.
3. El primer párrafo del artículo 203 del Código Procesal Civil, señala que la audiencia debe
realizarse en el local del juzgado. El legislador no sanciona con nulidad la realización de
la audiencia en un ambiente distinto del juzgado, por lo que de lograrse la finalidad
prevista para aquella diligencia -como es la de actuar las pruebas admitidas, garantizando
el contradictorio de las partes-, aunque bajo una forma distinta (virtual), aquel acto
procesal será válido, no viciado de nulidad, según el párrafo segundo del artículo 171 del
Código Procesal Civil.

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4. La audiencia de pruebas virtual puede ser conservada según la forma prevista por el
legislador en el artículo 204 del Código Procesal Civil, esto es, mediante video,
precisando al respecto que no se requiere redactar ni que las partes firmen ninguna acta,
pues, aquel soporte solo será empleado ante la imposibilidad de video o audio.
En cuanto a la posibilidad material de realizar de manera virtual la audiencia de pruebas,
consideramos que resulta limitada para algunas pruebas y bajo determinadas condiciones,
según la explicación siguiente:
1. En cuanto a la inspección judicial, queda claro que su naturaleza no permite su actuación
virtual, al resultar imprescindible la presencia física del Juez en la audiencia de pruebas,
pues, solo a través de la constitución en el lugar indicado, se podrá apreciar de manera
directa y personal el hecho controvertido que justificó su admisión. En su realización,
debe disponerse la observancia de las medidas dispuestas por las autoridades sanitarias
(distanciamiento social y uso de mascarilla y guantes).
2. En cuanto a la prueba pericial, contenida en el dictamen pericial, el que es presentado al
Juzgado y comunicado a las partes con antelación a la audiencia de pruebas, en donde se
procede a explicar sus conclusiones y absolver las observaciones planteadas, puede ser
actuadas de forma “virtual” sin mayor inconveniente, al permitir el programa informático
habilitado por el Poder Judicial la intervención de todos los actores.
3. En cuanto a la declaración de testigos, puede efectuarse de manera virtual, previas
coordinaciones con los testigos y las partes que propusieron aquella prueba. Sin embargo,
de comunicarse en forma oportuna la existencia de impedimentos materiales para llevarla
a cabo, se podrá tomar la declaración en la Sala de Audiencias, observando rigurosamente
las medidas dispuestas por las autoridades sanitarias (distanciamiento social y uso de
mascarilla y guantes).

Asimismo, bajo un escenario excepcional como el que vivimos, deben considerar también las
siguientes medidas:
1. Permitir a las partes proponer el reemplazo de testigos comprendidos dentro de la
población vulnerable, siendo aquel hecho una justificación válida del pedido.
2. Incorporar la prescindencia de la prueba como apercibimiento si el testigo no asiste a la
audiencia de pruebas; con lo cual se procura que la parte que ofreció la testimonial,

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colabore para recabar la declaración esperada, otorgando facilidades a los testigos para tal
propósito.
3. Recabar los testimonios en el mismo lugar de la inspección judicial, siempre y cuando
previamente se verifique que se dan las condiciones sanitarias para ello.
4. En cuanto a la declaración de partes o confesión, no existe ningún inconveniente en que se
recabe de manera virtual, conforme lo hemos explicado al abordar la audiencia preliminar.

Finalmente, la convocatoria a audiencia de pruebas “virtual” debe tomar en cuenta los siguientes
datos:
a. Informar a las partes, sus abogados, testigos y peritos que el desarrollo de la audiencia
será virtual, a excepción de la inspección judicial. Asimismo, explicará la forma de
participar y los equipos requeridos para intervenir en la diligencia virtual.

b. Requerir a las partes, sus abogados, testigos y peritos, de manera obligatoria,


proporcionar un correo electrónico compatible con el programa a emplear para el
desarrollo de las audiencias (Google Hangouts Meet).

c. Informar a las partes que la no intervención de todos ellas en la audiencia programada


produce la conclusión del proceso, según el artículo 203 del Código Procesal Civil.
Asimismo, que la participación de los abogados no convalida su inasistencia.

d. Informar a las partes que la no intervención de los testigos en la audiencia produce la


prescindencia de su declaración como prueba.

e. Informar a las partes que si algún testigo admitido forma parte de la población vulnerable
y no cuenta con las condiciones materiales para participar en la audiencia virtual, podrá
proponer su reemplazo o solicitar su prescindencia, dentro del plazo indefectible de tres
días.

18
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

f. Informar a las partes que si algún testigo admitido no forma parte de la población
vulnerable y no cuenta con las condiciones materiales para participar en la audiencia
virtual, deberá informarse aquella situación al Juez, a efectos que brinde su declaración
en el Juzgado, adoptando las medidas de seguridad sanitarias respectivas
(distanciamiento social y uso de mascarilla y guantes). La asistencia del testigo al
Juzgado no obliga a las partes y sus abogados a que igualmente asistan, pudiendo
intervenir de manera virtual.

g. Informar a los peritos que la no intervención en la audiencia genera la imposición de


multa en su contra.

h. Brindar a las partes, sus abogados, testigos y peritos un número telefónico institucional, a
través del cual puedan comunicarse para formular alguna consulta o coordinación sobre
la audiencia convocada.

1.2 El principio de que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación,

rehabilitación y reincorporación del penado a la sociedad (art. 139, inc. 22 de la

Constitución).

[CITATION Con93 \p "Articulo 139, inciso 22" \l 3082 ] El Perú aún se encuentra muy lejos
de asumir el liderazgo y hacer frente a esta pandemia desde el ámbito penitenciario, pues las
manifestaciones que ha tenido hasta el momento, se reducen a una transferencia insuficiente
de dinero, el abandono del sistema nacional penitenciario por parte del sector salud, la
promulgación de una norma que abre la puerta de la libertad para aquellos con solvencia
económica, entre otras medidas menos exitosas.
Y, es que, a pesar de la transferencia de los diez millones de soles, continuamos viendo a
través de los diferentes medios de comunicación las declaraciones de las y los agentes
penitenciarios implorando la entrega de instrumentos de bioseguridad, reclamos que resultan
legítimos frente a la coyunta sanitaria.

19
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

El Poder Ejecutivo tuvo la oportunidad de enmendar el inicio accidentado que tuvo en el


ámbito penitenciario para hacer frente a la pandemia. Sin embargo, decidió redundar una
norma que ya estaba clara, pues si de darle viabilidad se trataba, consideró que era suficiente
una coordinación articulada entre el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos. Esta norma que modifica el Decreto Legislativo N.º 1300, no hace más que
volverse exclusiva para aquellos internos sentenciados por el delito de omisión de asistencia
familiar que tengan suficiente solvencia económica como para pagar el íntegro de la
reparación civil y la deuda alimenticia. No llegando a tener el impacto anunciado, esto es
2700 internos.

Además, cabe señalar que, según el INPE, de esta cifra aproximada solo 1067 son
sentenciados, por lo que, de ser así, el impacto de esta norma se reduciría considerablemente
al 50% siendo demasiado optimistas. Sin embargo, de no estar debidamente corroborada esta
información, los trámites administrativos a nivel del INPE serán demasiado engorrosos,
manteniendo mayor tiempo a estas personas esperando la subsanación del mismo, pudiendo
ser crucial este periodo.

Otra situación que preocupa, a sobremanera, como ya lo he manifestado en los párrafos


precedentes, es esta suerte de improvisación por parte del INPE para hacer frente a la
pandemia desde el punto de vista de la salud, y es que al no contar con un protocolo con el
Minsa o el Comando de Operaciones COVID-19, muchas de las decisiones pueden resultar
contraproducentes. Es necesario el involucramiento del ente rector para llevar adelante una
política eficiente e idónea, teniendo en cuenta lo manifestado por la OMS: "Es probable que
las personas privadas de libertad y aquellas que viven o trabajan en entornos cerrados, sean
más vulnerables a la enfermedad del COVID-19 que la población en general. Las
instalaciones correccionales pueden amplificar y mejorar la transmisión del virus más allá de
sus paredes.

En esta misma línea se ha pronunciado la Organización de Estados Americanos al señalar que


los Estados deben garantizar que los servicios de salud proporcionados en los lugares de
privación de libertad funcionen en estrecha coordinación con el sistema de salud pública, de

20
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

manera que las políticas y prácticas de salud pública sean incorporadas en los lugares de
privación de libertad.[ CITATION Vil20 \l 3082 ]

1.3 El derecho de defensa (art. 139, inc. 14 de la Constitución)

Para empezar, es menester indicar lo que indica el inciso 1, del artículo 200 de la

Constitución, que establece sobre el proceso hábeas Corpus, “procede ante el hecho u

omisión, por parte de cualquier persona, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la

libertad individual o los derechos constitucionales conexos”. En tal medida, el ámbito de

protección del proceso de hábeas corpus no se limita a cubrir sólo el derecho a la libertad,

sino que se expande para cubrir los otros derechos fundamentales íntimamente relacionados

con éste. (STA 6218-2007-PHC/TC).

En ese sentido, el habeas corpus es una garantía constitucional de carácter procesal cuyo

objeto es proteger el derecho fundamental a la libertad individual, ante restricciones,

amenazas o perturbaciones ejercidas de forma contraria a la Constitución, concretadas ya sea

por particulares o autoridades judiciales o administrativas. La libertad individual está

integrada por una serie de derechos que enunciativamente son recogidos en el artículo 25 del

Código Procesal Constitucional.

Respecto a los derechos conexos a él, siendo que el hábeas corpus es una herramienta que

garantiza la tutela procesal efectiva la misma que a su vez tutela el derecho de defensa entre

otros de carácter procesal, que finalmente incidirá directamente en el derecho sustantivo

(entendiéndose éste como el derecho a la salud) el Tribunal Constitucional, interpretando el

artículo 4 del Código Procesal Constitucional señala que debe entenderse que el proceso de

habeas corpus no tiene por objeto proteger en abstracto el derecho al debido proceso como

manifestación de la tutela procesal efectiva, sino que la supuesta violación de este derecho

21
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

tiene que producir efectos lesivos en la libertad personal para que se pueda aplicar lo

establecido en este proceso normativo (STA 019122014-PHC/TC; FJ. 2).

Ahora bien, se comenta por la coyuntura nacional del Estado de Emergencia, si interponer un

Habeas Corpus haciendo la referencia a la afectación de un Derecho Fundamental como es el

Derecho a la Salud como derecho conexo se ha de solicitar el Hábeas Corpus al poder verse

afectada la salud del procesado, sentenciado, investigado, que se encuentra recluido de su

libertad personal.

A nuestro entender procedería un “Hábeas Corpus preventivo”, instrumento que ya ha sido

contemplado por nuestro Tribunal Constitucional en su sentencia 06167-2005-PHC, FJ 39,

que indicó: Es preciso tomar en consideración que, tal como lo dispone el inciso del artículo

200 de la Constitución, el hábeas corpus no sólo procede ante el hecho u omisión de cualquier

autoridad, funcionario o persona que vulnera la libertad individual o derechos conexos, sino

también ante la amenaza de que se pueda producir tal vulneración. En este caso, la actuación

del juez constitucional es anterior al acto violatorio de la libertad individual o derechos

conexos, pues se procede ante una amenaza

En consecuencia, la condición de estar privado de su libertad no debe afectar la salud del

privado de su libertad, pero la misma puede verse aún más amenazada por el coronavirus, con

lo que podría verse configurada la amenaza.

Ahora bien, el derecho a la salud tendría sus bases en normativas internas y Pactos

Internacionales, entre ellas la Ley General de la Salud y en convenios internacionales de

Derechos Humanos, tales como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y

Culturales, la Carta de la Organización de Estados Americanos relativas a los Derechos

22
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

Humanos, y más aún, siendo miembros de la Organización Mundial de la Salud, por lo que

queda claramente establecido que es un derecho conexo que sí puede verse vulnerado.

1.4 Principio de Oportunidad

Es aquella salida alternativa de simplificación procesal, regulada en el art. 2.1. del CPP y
forma parte junto a los acuerdos reparatorios, de los denominados criterios de oportunidad.

En el trámite de un proceso común y un proceso inmediato recurriendo a la norma prevista en


el literal del art. 2.1. del CPP, la imputación de un delito cuya pena no exceda de 04 años de
pena privativa de la libertad, determinaría la procedencia del principio de oportunidad; pero
dicho supuesto normativo no sería aplicable a la imputación de delitos referidos a la violación
de medidas sanitarias o relacionados al incumplimiento del estado de excepción emergencia,
debido a que se encuentra en juego la afectación no solo de los bienes jurídicos salud pública,
y el correcto funcionamiento de la administración pública en beneficio de los ciudadanos, sino
que ante el estado de zozobra social por el COVID-19, la comisión de dichos delitos afectan
el interés público, y por tanto el supuesto normativo para la procedencia del principio de
oportunidad sería el del literal del art. 2.1. del CPP. Por ejemplo, sería procedente la
aplicación del principio de oportunidad ante el delito de violación de medidas sanitarias
previsto en el art. 292 del Código Penal, cuya pena mínima es menor a 2 años de pena
privativa de la libertad.

En el supuesto de un Proceso Inmediato, el estadio procesal para postular un Principio de


Oportunidad, es de la audiencia de incoación de proceso inmediato, o incluso en la audiencia
de juicio inmediato como criterio de oportunidad.

Es aquella salida alternativa de simplificación procesal, regulada en el art. 2.6. del CPP y
forma parte junto al principio de oportunidad, de los denominados criterios de oportunidad.
En el caso de los acuerdos reparatorios serán aplicables exclusivamente cuando de parte del
investigado se evidencia la intención de resarcir el daño ocasionado por la comisión de los
delitos previstos en los artículos 122, 149 primer párrafo, 185, 187, 189-A primer párrafo,

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PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

190, 191, 192, 193, 196, 197, 198, 205 y 215 del Código Penal, y en los delitos culposos. No
rige esta regla cuando haya pluralidad importante de víctimas o concurso con otro delito;
salvo que, en este último caso, sea de menor gravedad o que afecte bienes jurídicos
disponibles. Por ejemplo, sería procedente cuando se impute violación de medidas sanitarias y
lesiones culposas en concurso delictivo, respecto del delito de lesiones culposas cabría el
resarcimiento del agraviado los gastos de atención, recuperación y resarcimiento por la
afectación a su integridad física.

En el supuesto de un Proceso Inmediato, el estadio procesal para postular un Principio de


Oportunidad, es de la audiencia de incoación de proceso inmediato, o incluso en la audiencia
de juicio inmediato como criterio de oportunidad.

2.LOS PRINCIPIOS PROCESALES CONTENIDOS EN LA LEY ORGÁNICA DEL

PODER JUDICIAL APLICABLES EN MATERIA CIVIL:

2.1 Principio de Inmediación

Los decretos que ha emitido el Estado desde el Decreto Supremo 044-2020-PCM, ampliado
temporalmente mediante los Decretos Supremos 051-2020-PCM, 064-2020-PCM, 075-2020-
PCM y 083-2020-PCM; y precisado o modificado por los Decretos Supremos 045-2020-
PCM, 046-2020-PCM, 051-2020-PCM, 053-2020-PCM, 057-2020-PCM, 058-2020-PCM,
061-2020-PCM, 063-2020-PCM, 064-2020-PCM, 068-2020-PCM, 072-2020-PCM y 083-
2020-PCM, hasta el último Decreto Supremo 094-2020-PCM, del 23 de mayo del 2020,
mediante los que se declara el estado de emergencia en nuestro país han dado pie a que se
emitan una serie de resoluciones administrativas por el Concejo Ejecutivo del Poder Judicial.

Sin embargo, existe dentro estas la Resolución Administrativa 123-2020-CE-PJ, de fecha 24


de abril del 2020, mediante la cual se autoriza el uso de la Solución Empresarial Colaborativa
denominada “Google Hangouts Meet”, sin olvidarnos de otros dispositivos administrativos
anteriores mediante los que se ha autorizado el uso de diversas herramientas tecnológicas y
redes sociales como el Google Hangouts Meet y el WhatsApp a fin de que se puedan

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PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

desarrollar las diligencias de carácter urgente referida a la libertad de la persona (audiencias


de prisión preventiva, cesación, prolongación adecuación y beneficios penitenciarios), las
mismas que se han estado llevando a cabo a lo largo del periodo de cuarentena dispuesto por
el gobierno, desde el 16 de marzo el 2020.

Sin embargo, el artículo 369 del Código Procesal Penal establece: La audiencia sólo podrá
instalarse con la presencia obligatoria del Juez Penal o, en su caso, de los Jueces que integran
el Juzgado Penal Colegiado, del Fiscal y, con las prevenciones fijadas en el artículo 366, del
acusado y su defensor.
El Juez Penal verificará la correcta citación a las partes, así como la efectiva concurrencia de
los testigos y peritos emplazados. La inasistencia de las demás partes y de los órganos de
prueba citados no impide la instalación de la audiencia. El Auxiliar Jurisdiccional realizará las
acciones conducentes a la efectiva concurrencia de estos últimos en la oportunidad que
acuerde el Juez Penal.
Este precepto normativo colisiona con las resoluciones administrativas objeto del presente
análisis, ya que el cumplimiento de este dispositivo legal tiene como finalidad que las partes
procesales se encuentren presentes físicamente en el lugar donde se desarrollara la audiencia
y, más importante, que se encuentren frente al juez, quien es el que finalmente resolverá
teniendo a mano todas las herramientas y recursos que se encuentran en una sala de
audiencias física.

Es innegable que en la situación actual en la que nos encontramos es necesario el desarrollo


de las audiencias de manera virtual (presencia virtual de las partes procesales), y siempre que
en el desarrollo de estas audiencias de manera virtual se asegure el uso de los sistemas y las
herramientas tecnológicas necesarias que hagan posible una comunicación fluida, lo más
semejante a una audiencia presencial, finalmente no se estaría vulnerando la norma antes
citada, y más importante, no se estaría vulnerando el principio de inmediación, como:

[ CITATION Cri20 \l 3082 ]La inmediación es el acercamiento que tiene el juzgador con
todos los elementos que sean útiles para emitir sentencia. Rige en dos planos. En la relación
entre quienes participan en el proceso y el tribunal, lo que exige la presencia física de estas

25
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

personas. La vinculación entre los acusados y la Sala Penal que juzga, es una inmediatez que
se hace efectiva a través de la oralidad. El Principio de Inmediación impide junto al principio
contradictorio, que una persona pueda ser juzgada en ausencia. En la recepción de la prueba,
para que el juzgador se forme una clara idea de los hechos y para que sea posible la defensa se
requiere que la prueba sea practicada en el juicio. La inmediación da lugar a una relación
interpersonal directa, frente a frente, cara a cara, de todos entre sí: acusado y juzgador,
acusado y acusador, acusado y defensores, entre éstos con el juzgador y acusador, el
agraviado y el tercero civil. El juzgador conoce directamente la personalidad, las actitudes, las
reacciones del acusado, así como del agraviado, del tercero civil, del testigo o perito. En
consecuencia, la inmediación es una necesidad porque es una de las condiciones materiales
imprescindibles para la formación y consolidación del criterio de conciencia con el que será
expedido el fallo.
Todo esto denota finalmente una especie de principio de inmediación virtual al que tenemos
que cobijar y dar abrigo en los juzgados y adecuarnos a un nuevo sistema jurídico, no solo
penal, sino un nuevo sistema jurídico global.

Por cuanto, nos encontramos en un mayúsculo problema con la justicia y la asimilación de los
nuevos tiempo (tiempos del COVID-19), ya que a la fecha la justicia penal ha encallado en
una pandemia denominada COVID-19, de la cual no es fácil salir e incluso existe el peligro
latente de naufragar, una muestra vigente de esto es el colapso y la emergencia en los penales
de nuestro país, realidad que no es ajena a los juzgados penales, por lo que se hace necesario y
urgente se convoquen a debates sobre el destino de las Cortes Penales del país, ya que la
mayoría de estas se encuentran siguiendo un patrón paliativo frente a la situación actual, sin
embargo, los pronósticos en nuestro país no encuentran un derrotero favorable, por lo menos,
sobre la culminación de la cuarentena, y siendo que esta pandemia, independientemente que
culmine o no la cuarentena no va a terminar con esta, es necesario que se habiliten debates
sobre la vigencia del proceso penal tal y como lo conocemos hasta la fecha, o es que
tendremos que mutar a un proceso penal con mayor movilidad y remoto, a fin de que este no
se quede estancado en las instalaciones de un juzgado penal.

26
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

Es que hemos construido un código procesal penal para tiempos que podrían llamarse
normales, sin embargo, no nos hemos detenido a meditar sobre problemas como con el que
convivimos actualmente, y otras dificultades que ya antes de esta emergencia sanitaria se
presentaban en las diferentes Cortes Superiores de nuestro país.

2.2 La oralidad civil

rente al aislamiento social obligatorio establecido mediante el Decreto Supremo 044-2020-PCM,


que se acaba de ampliar hasta el día 12 de abril, el Poder Judicial ha respondido mediante la
Resolución Administrativa 115-2020-CE-PJ (RA 115). Como no podía ser de otra manera, se
han establecido medidas que traten de garantizar el funcionamiento del servicio de
administración de justicia, pero solo en sus aspectos considerandos más esenciales. Una
restricción justificada en la necesidad de enfrentar la pandemia provocada por el COVID-19.

Según se aprecia de su artículo tercero, a nivel de Corte Suprema se ha suspendido el


funcionamiento de las salas supremas civiles. A nivel de cortes superiores, se dice que los
presidentes respectivos designarán los órganos jurisdiccionales indispensables en el periodo de
emergencia. De este modo, para los “Juzgados no Penales” (donde se encontrarían los juzgados
civiles y con subespecialidad comercial) se indica que deberán funcionar:

“Por lo menos, se designará un juez para atender asuntos de violencia familiar, medidas
cautelares, admisión y medidas cautelares en proceso de amparo, consignación y endoso de
alimentos; y otros de urgente atención”.[ CITATION Nin20 \l 3082 ]

La Corte Superior de Lima, mediante Resolución Administrativa 135-2020-P-CSJLI-PJ (RA


135), ha suspendido el funcionamiento de los Juzgado Civiles y con Subespecialidad Comercial.
Al respecto, diré que quizá se pudo mantener el servicio en materia Civil y Comercial mediante
la atención virtual solo para casos urgentes; pienso que una medida como esta no trasgrede el
texto de la RA 115.

Como se puede apreciar, la litigación en materia civil y comercial, como una subespecialidad de
lo civil se muestra especialmente vulnerable frente a las medidas drásticas que corresponden

27
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

frente a la pandemia. Cabe preguntarse, entonces, qué habrá de suceder con la oralidad civil de
ahora en adelante

La implementación de la oralidad civil se venía desarrollando con bastante entusiasmo por parte
de las autoridades del Poder Judicial. Y es que se le entiende como una de las principales
reformas de nuestra justicia civil en las últimas décadas. En tanto que la audiencia tiene un rol
protagónico en la oralidad civil, podría surgir la preocupación siguiente: la pandemia y sus
consecuencias, no comprometen el desarrollo de la oralidad en materia civil Dado que la oralidad
civil busca que el juez tenga mayor contacto con las partes y sus abogados, para conocer de
primera mano las causas que se someten a su decisión; esto podría entenderse como incompatible
con las exigencias para enfrentar la pandemia: distanciamiento social y evitación máxima de
reuniones.

Es más, los defensores de la continuación del proceso escrito tradicional, probablemente


sostengan que mantener y reforzar el statu quo, representado por el proceso civil basado en la
escritura, es lo mejor para enfrentar esta dura pandemia. Pues no. La oralidad civil puede valerse
de una serie de herramientas para seguir implementándose y desarrollándose. Por razones obvias,
esta implementación y desarrollo deberán sufrir algunos cambios que, antes de la pandemia, no
estaban previstos. Además, la pandemia del COVID-19 se presenta como una oportunidad para
dejar, de una vez por todas, el modelo de juez procesalista. En las líneas que siguen, me ocuparé
de las perspectivas en torno a tales cambios y de tal oportunidad.

2.2.1La situación creada por la pandemia y la Resolución Administrativa 103-2020-CE-PJ

Como ha señalado el reconocido infectólogo peruano Ciro Maguiña Vargas, la pandemia del
COVID-19 debe ser enfrentada, entre otras cosas, con el mayor distanciamiento social posible,
para evitar los contagios. En este sentido, en una entrevista del 22 de marzo, Maguiña reclamó-
con mucho vigor que el aislamiento social obligatorio debe mantenerse por un par de semanas
más.

Luego del periodo de aislamiento obligatorio, todo regresará a la normalidad. Es obvio que no, el
distanciamiento social deberá mantenerse por un largo tiempo. Es más, los expertos

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PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

internacionales más connotados han señalado, por un lado, que pueden ser necesarios hasta más
periodos de aislamiento y, por otro lado, que la pandemia puede terminar siendo una enfermedad
estacional.

En efecto, el informe del Imperial College London sugiere que una de las estrategias para
enfrentar la pandemia implica establecer periodos de aislamientos para que la aparición de
nuevos casos de infección se ralentice, con lo cual se consigue que el sistema de salud tenga
camas (sobre todo camas de UCI) suficientes para enfrentar los casos nuevos. Una vez que estos
vuelven a incrementarse, pues no habría más remedio que volver a establecer restricciones
importantes en la vida de los ciudadanos. En tal sentido, la pandemia muy probablemente puede
conducirnos a cambios permanentes en nuestro comportamiento que nos permitan bajar la tasa
de transmisión. Ese cambio presupone, claro está, distancia social de toda la población.

Así, el principal asesor científico del Reino Unido, el epidemiólogo Chris Whitty, ha resaltado la
necesidad de distanciamientos, y aislamientos, como mecanismo clave para afrontar la pandemia.
La meta, al final del día, no es evitar la infección, sino evitar que los servicios de salud se
desborden y sean incapaces de salvar vidas, por eso ha dicho en un mensaje televisado a todos
sus compatriotas: Protégete, protege el NHS (Servicio Nacional de Salud, por sus siglas en
inglés).

Por su parte, el principal asesor científico del gobierno estadounidense, el inmunólogo Anthony
Fauci, “dijo que hay muchas posibilidades de que el coronavirus se vuelva estacional y reiteró la
necesidad de encontrar una vacuna y tratamientos efectivos para combatirlo.

En este contexto, si bien es obvio que el aislamiento obligatorio no puede ser una medida
permanente, el distanciamiento social sí lo será. Por eso, debe aceptarse desde ya que la actividad
jurisdiccional deberá desarrollarse, en adelante, con dicho distanciamiento. Este ha venido para
quedarse un largo tiempo.

La distancia segura El Decreto Supremo 044-2020-PCM ha establecido, en su artículo 7.2, que


es de al menos un metro a fin de evitar posibles contagios. Esta es la recomendación de la OMS.

29
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

Sin embargo, en un reciente escrito, el inmunólogo australiano Philip Russo, asegura que hasta el
momento, aún no se han hecho investigaciones similares sobre el coronavirus. Pero la similitud
en la forma en que se propaga la influenza significa que podemos aplicar lo que sabemos de ella
en la forma de propagación del coronavirus. La recomendación de 1,5 metros no solo se basa en
nuestro conocimiento de la gripe, sino que también se trata de una distancia práctica que nos
permite sobrellevar nuestra vida diaria.

Obviamente no es una medida precisa, ni garantiza absolutamente que evitaremos la propagación


del virus. Pero una distancia aproximada es mejor que no mantener ninguna distancia, Pero,
¿cómo nos mantenemos a 1,5 metros de distancia, sin llevar una cinta métrica. Puedes tener en
cuenta que la medida es el equivalente a dos brazos aproximadamente, pero no te preocupes por
eso. Un poco menos está bien, un poco más es mejor.

2.2.2 El Juez Procesalista

La audiencia en Juzgado implicará, pues, la presencia máxima de unas seis personas: Juez,
personal de la subárea de asistencia de audiencias, las dos partes y sus abogados. La audiencia a
nivel de Sala Superior implicaría la presencia de tres personas más: dos Jueces Superiores y el
Relator. Insisto que un principio de publicidad entendido a la luz de los medios digitales de
difusión, implica que estas audiencias sean sin público.

Así, pues, es cierto que no estamos hablando de reuniones cuantiosas o de genuinas


aglomeraciones. Pero no se puede negar que lo ideal es reducir en lo posible el número de
audiencias. A menos audiencias, menos posibilidades de contagio. Es más, a menos tiempo dure
la audiencia, dichas probabilidades también disminuyen.
Siendo así, la pandemia nos empuja a dejar de lado al “juez procesalista”, para dar paso al Juez
de Derecho sustantivo. Me explico: La oralidad exige un juez más centrado en los temas de
fondo. Es más, el Reglamento establece que los asistentes deben apoyar al Juez en la detección
de nulidades, de tal manera que el Juez debe dedicarse más que nada a evaluar los temas de
Derecho sustantivo. Mientras las cuestiones procesales, según el Reglamento, el Juez las trabaja
acompañado, las cuestiones de fondo no; estas las trabaja en solitario, como tiene que ser. No
digo que el Juez deba prescindir de atender los temas procesales (sobre todo cuando hay vicios

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PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

procesales graves genuinos), pero debe tener claro que su misión central es la resolución de las
cuestiones de fondo.
Los jueces procesalistas, que privilegian las formalidades sobre los temas de fondo, que huyen
del Derecho sustantivo, solo ocasionarán dilación y multiplicación en el número de audiencias,
pues la revisión de los temas de fondo se irá postergando o reprogramando. En cambio, el Juez
de Derecho sustantivo podrá ir directamente al meollo de los asuntos y resolverlos, con menos
audiencias y más rápidas.

La oralidad civil frente a la pandemia del COVID-19 enfrenta varios desafíos, no se puede negar.
Pero creo que su éxito dependerá mucho de entender que el virus debe traer consigo la caída de
las malas prácticas de los operadores jurídicos que idolatran las cuestiones formales en desmedro
del fondo. Recordemos que la oralidad civil implica que las partes y el Juez deben olvidarse de
cuestiones meramente formales, y enfocarse en establecer de forma clara y concreta los aspectos
centrales de la controversia llevada al proceso. El enfrentamiento de la pandemia, entonces,
exige más que nunca que esta tarea sea cumplida cabalmente. Es imperativo que la justicia civil
no se muestre vulnerable frente a la pandemia. Siendo así, si ocurriesen futuros aislamientos,
resoluciones que hagan las veces de la RA 115 y la RA 135, deberían cuidar de mantener activa
la especialidad civil.

2.3 Independencia de los órganos jurisdiccionales

Previsto en el inciso 2 del artículo 139º de la Carta Magna, está basado en la tradicional
división de poderes, cuyo contrapeso es el principio de la responsabilidad de los jueces (artículo
200º del TUO de la LOPJ y artículos 509º a 518º del CPC). “La independencia judicial tiene que
ser entendida como independencia frente a los otros poderes del estado y a los centros de
decisión de la propia organización judicial, pero no como separación de la sociedad civil ni como
cuerpo separado de toda forma de control democrático y popular” [ CITATION BER84 \l 3082 ]
Del mismo modo, el Tribunal Constitucional ha señalado que el principio de independencia de la
función jurisdiccional tiene dos dimensiones:

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PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

2.3.1 Independencia externa


Según esta dimensión, la autoridad judicial, en el desarrollo de la función jurisdiccional, no
puede sujetarse a ningún interés que provenga de fuera de la organización judicial en conjunto, ni
admitir presiones para resolver un caso en un determinado sentido. Las decisiones de la
autoridad judicial, ya sea que ésta se desempeñe en la especialidad constitucional, civil, penal,
penal militar, laboral, entre otras, no pueden depender de la voluntad de otros poderes públicos
(Poder Ejecutivo o Poder Legislativo, por ejemplo), partidos políticos, medios de comunicación
o particulares en general, sino tan solo de la Constitución y de la ley que sea acorde con ésta.

En el caso de los poderes públicos, estos se encuentran prohibidos de ejercer influencias sobre
las decisiones judiciales, ya sea estableciendo órganos especiales que pretendan suplantar a los
órganos de gobierno de la organización jurisdiccional, o creando estatutos jurídicos básicos
distintos para los jueces que pertenecen a una misma institución y se encuentran en similar nivel
y jerarquía, entre otros casos.

De otro lado, es importante precisar que lo expuesto en los parágrafos precedentes no implica
que la actuación de los jueces, en tanto que autoridades, no pueda ser sometida a crítica. Ello se
desprende de lo establecido en el artículo 139, inciso 20, de la Constitución, que dispone que
toda persona tiene derecho «de formular análisis y críticas de las resoluciones y sentencias
judiciales, con las limitaciones de ley»; y del artículo 2, inciso 4, del mismo cuerpo normativo,
según el cual toda persona tiene derecho a la libertad de opinión, expresión y difusión del
pensamiento. El derecho a la crítica de las resoluciones judiciales es el derecho de toda persona
de examinar y emitir juicios públicamente respecto de las decisiones que adoptan los jueces en
todas las especialidades e instancias.

Tal derecho a la crítica de las resoluciones judiciales también tiene límites, entre los que destaca,
entre otros, que esta no deba servir para orientar o inducir a una determinada actuación del juez,
pues este solo se encuentra vinculado por la constitución y la ley que sea conforme a esta.

32
PRINCIPIOS PROCESALES Y EL COVID-19
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

2.3.2 Independencia interna

De acuerdo con esta dimensión, la independencia judicial implica, entre otros aspectos, que,
dentro de la organización judicial:

1) la autoridad judicial, en el ejercicio de la función jurisdiccional, no puede


sujetarse a la voluntad de otros órganos judiciales, salvo que medie un medio
impugnatorio; y,

2) que la autoridad judicial, en el desempeño de la función jurisdiccional, no


pueda sujetarse a los intereses de órganos administrativos de gobierno que existan
dentro de la organización judicial.

En cuanto al primero de los aspectos mencionados, cabe señalar que el principio de


independencia judicial prohíbe que los órganos jurisdiccionales superiores obliguen a los
órganos de instancias inferiores a decidir de una determinada manera; si es que no existe un
medio impugnatorio que de mérito a tal pronunciamiento. De este modo, siempre que se
interponga un recurso las instancias superiores podrán corregir a las inferiores respecto de
cuestiones de hecho o de derecho sometidas a su conocimiento, según sea el caso.

En cuanto al segundo aspecto, el principio de independencia judicial implica, en primer término,


la separación de las funciones jurisdiccionales de las funciones administrativas que
eventualmente pudieran desempeñar los jueces dentro de la organización judicial, de manera que
las funciones propias de esta administración no puedan influir en la decisión judicial que se
adoptará en un determinado proceso. En efecto, si un magistrado ha sido elegido por sus iguales
como su representante para desempeñar funciones de naturaleza administrativa, entonces resulta
evidente que, para desempeñar el encargo administrativo, mientras este dure, debe suspender sus
actividades de naturaleza jurisdiccional, de modo tal que no pueda influir en la resolución de un
determinado caso. Así sucede, por ejemplo, en el ejercicio de la labor de los presidentes de la
Corte Suprema, de las Cortes Superiores de justicia, de la Oficina de Control de la Magistratura,

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TEORIA GENERAL DEL PROCESO

entre otros. La independencia entonces es aquella facultad de la que se encuentra investido el


juez para resolver las pretensiones puestas en sus manos sin que exista algún tipo de injerencia
en sus decisiones; es la libertad que tiene el juez para decidir una controversia aplicando la
Constitución y la ley al caso concreto.

2.4 Contradicción o audiencia bilateral

Regulado en los artículos 2° y 3° del Código Procesal Civil. La contradicción presupone el


ejercicio del derecho de acción. Este principio tiene como excepciones la figura de la inaudita
parte, que se presenta en los casos de prueba anticipada sin citación (artículo 287° in fine del
CPC) y medidas cautelares (artículos 608 y 636° del CPC).

Se construye sobre la base de aceptar respecto de las partes del proceso (demandante y
demandado), la posibilidad efectiva de comparecer o acceder a la jurisdicción, a fin de poder
hacer valer sus respectivas pretensiones, mediante la introducción de los hechos que las
fundamentan y sus correspondientes prácticas de pruebas. Es decir, que lo que una de las partes
ponga a conocimiento del juez, deba ser traslada a su contraparte a fin de que tenga
conocimiento de las actuaciones de su contrario, de esta manera se evita la arbitrariedad del
órgano jurisdiccional, ya que este sólo podrá actuar a mérito de lo que las partes hayan propuesto
en el proceso, teniendo ambas la oportunidad de ser atendidas en el mismo a través de los
distintos actos procesales que introduzcan al proceso.

El principio del contradictorio tiene un componente esencial de paridad entre las partes y que se
desprende de su mismo carácter de regulación de la relación entre ellas, que se verifica en
cualquier clase de juicio. Y esto está motivado porque la controversia sólo puede producirse por
el choque entre dos posturas equivalentes, de la misma entidad, ya que si esta equiparación no
existiera, una de las partes se habría impuesto a la otra y entonces la cuestión no se habría
llegado a planear por vía jurisdiccional.

En ese sentido, y a fin de que exista una correcta administración de justicia, y por ende exista una
resolución judicial justa, debe previamente haberse atendido a la pretensión de una de las partes

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TEORIA GENERAL DEL PROCESO

con participación de la otra, es decir con su alegación con respecto a lo señalado por la contraria
y así el juez decida confrontando las posiciones y aplicando la norma legal correspondiente.

2.5 Principio de Publicidad

[ CITATION GOZ96 \l 3082 ]Este principio se encuentra consagrado en el inciso 4 del


artículo 139° de nuestra Carta Política, constituyendo esa posibilidad de que los actos procesales
sean presenciados o conocidos incluso por quienes no participan en el proceso como partes, sean
funcionarios o auxiliares. En materia civil las audiencias serán públicas, a menos que los jueces o
tribunales atendiendo a las circunstancias del caso, dispusieran lo contrario mediante resolución
debidamente fundamentada.

Al respecto Gozaini precisa que la tarea dogmática e informadora de la publicidad es


importante por los siguientes motivos:

a) Como garantía constitucional integrada a la noción de ‘debido proceso’, por cuanto


refleja los actos del Poder Judicial, transformando el silogismo que para el público tiene
el proceso en una noción deductiva y comprensible para quienes nada conocen de leyes.

b) La publicidad interna del proceso, se desenvuelve en el principio regulando los actos


que pueden trascender hacia fuera o que, por su contenido, quedan sólo en conocimiento
de las partes.

En este aspecto, conviene advertir que la naturaleza pública del proceso, impide la
existencia de procedimientos secretos para las partes. Estas deben igualarse en las reglas
de la bilateralidad, porque si el contradictorio se anula, también se anula el proceso como
institución regular.

La publicidad interna del proceso se destaca en las disposiciones que se ocupan en las
audiencias (con asistencia o no del público, según lo disponga el juzgado); en el acceso al
expediente (pueden solicitarlo partes e interesados, o solo quienes acrediten intervención

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en él) en las formas de cumplir ciertas notificaciones (copias en sobre cerrado por la
índole secreta del conflicto) entre otros.

c) El principio de publicidad interesa al proceso como manifestación exterior de sus


actos. No ocupa, en este sentido, tanto el interés de las partes, como sí el acceso que tiene
el público en general para conocer sus problemas internos.

En ese sentido el principio de publicidad ocupa tres grandes aspectos que van desde
constituirse en una garantía constitucional hasta convertirse en una manifestación interna y
externa del propio proceso.

Con ello se busca que los actos realizados por el órgano jurisdiccional se sustenten en
procedimientos notorios, manifiestos y no secretos, reservados, ocultos o escondidos, es decir,
que cualquier persona pueda acceder a dicha información con las salvedades de ley, ya que en
todo Estado democrático y constitucional de derecho, tiene que obrarse siempre con
transparencia, la cual permite y promueve que las personas conozcan esos actos, sus
fundamentos y los procedimientos seguidos para adoptarlos.

2.6 Cosa Juzgada

Está regulada por el inciso 13 del artículo 139° de la Constitución y el artículo 123° del
Código Procesal Civil. Se sustenta en el valor seguridad, según la cual una resolución adquiere la
autoridad de cosa juzgada cuándo: no proceden contra ella otros medios impugnatorios que los
ya resueltos; o, las partes renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o dejan
transcurrir los plazos sin formularlos.

Conforme lo precisa Hinostroza, la cosa juzgada implica el asignarle un carácter definitivo e


inmutable a la decisión de certeza contenida en la sentencia. Por consiguiente, el principio de
cosa juzgada está orientada a evitar la continuación de la controversia cuando ha recaído sobre
ella la decisión del órgano jurisdiccional, vale decir, no puede plantearse nuevamente el litigio
entre las mismas partes y respecto del mismo petitorio e interés para obrar si ya fue resuelto. de

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esta manera habrá seguridad jurídica, fortaleciéndose además la función jurisdiccional al


conferirle plena eficacia. [ CITATION HIN01 \l 3082 ]

Para que pueda prosperar la autoridad de cosa juzgada como excepción, debe ocurrir la llamada
triple identidad: la identidad de las partes demandante y demandado salvo en la cosa juzgada
general que comprende sus efectos erga omnes; la identidad de objeto el tema en debate, lo que
se reclama y la identidad de causa los motivos del reclamo.

En este sentido, para efectos de verificar la existencia de cosa juzgada es importante establecer
cuando existen procesos idénticos, el artículo 452° del CPC establece que Hay identidad de
procesos cuando las partes o quienes de ellos deriven sus derechos, el petitorio y el interés para
obrar, sean los mismos. De este se tiene que la identidad de procesos implica:

a. Identidad de partes o quienes de ellos deriven sus derechos.


b. Identidad de petitorio.
c. Identidad de interés para obrar.

CONCLUSION

Considerando el análisis realizado en el presente trabajo, se puede decir las siguientes


conclusiones Conscientes del inevitable y necesario restablecimiento de la actividad
jurisdiccional, así como de la permanencia del virus COVID-19 en nuestro medio, resulta
necesario que todos los actores del sistema de administración de justicia nos adaptamos al
escenario actual, ofreciendo el uso de las tecnologías de la información y comunicación una
herramienta útil para reducir los riesgos de contagio del temible virus. Consecuente a esto no se
podrá tener una fluida decisión jurisdiccional ante las controversias de las partes, En cuanto a las
resoluciones y leyes decretadas serán respetadas y respaldadas por el Estado, Los principios
procesales mencionados se aplicaran a medida corresponda el mejor medio para tomar las

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decisiones del caso, Su aplicación al proceso civil, generando el desarrollo de audiencias


virtuales, no solo resulta acorde con el marco normativo vigente, sino justificada por su utilidad
práctica, y que si bien ahora se presenta como una medida excepcional, cabe también la
posibilidad que sea el inicio de una nueva forma de impartir justicia. Si bien es cierto el uso de la
tecnología con la que contamos no acabara con la funcionalidad de las audiencias judiciales,
también es cierto, que se va a limitar y mermar la capacidad del desarrollo de las audiencias tal y
como las conocíamos. Los jueces, fiscales y defensores no tendrán mayor problema, sin
embargo, los problemas se van a presentar cuando sea necesaria la participación de peritos y de
testimoniales de personas que no se encuentran familiarizadas con el entorno de una sala de
audiencias virtual, en las que lastimosamente el manejo a través de un ordenador resultara
complicado y tedioso.

Bibliografía

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auténtica y democrática independencia judicial. Buenos Aires.

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