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CAPITULO XX LA CONDONACION ‘Suuanio: 179. Nocion. 180. Requisitos. 181. Al- ances. 182. Condonacién a uno de los garan- tes. 183, Presuncién de condonacién. 184.Con- donacién de la prenda. 2¥6 LFF 286 179. NOCION La condonacién o remisién consiste en Ja renuncia que el acreedor hace de su derecho de crédito. El condonante abdica de un derecho por lo que la obligacién se extingue. Mediante ella el acreedor libera al deudor de su obligacién, sin que sea satisfecho su interés. a vale decir, una_re- ‘séfidlan: «La remision dev 3 el abandono gratuito que el acreedor hace de ous derechos al deudor. Si este abandono no es gratuito, no ha- ‘rd remisién de deuda, sino, segtin los casos, novacién o datio in solutum. La remisién de deuda es, pues, en principio, una Uberalidad; 1a que, como toda liberalidad, puede hacerse ya por acto a causa de muerte, ya por acto entre vives», 180. REQUISITOS Podemos fijar en cuatro los caracteres de la condona- ction: © Coun, Ambrosio'y Cartavr, Henri: Curso elemental de Derecho Ct- vu, Reus, Madrid, 1943, T. III (Teoria general de las obligaciones), p. 256, (Car. 20¢ La connowacis 289 aot Farsero Costa 1, Es bilateral, por.cuanto no es suficiente la expresién de voluntad del renunciante. Es necesaria la aceptacién del deudor. 2, Es abdicativa, ya que extingue el derecho del acreedor, sin transferirle nada al deudor. Unicamente se extingue la obligacién. «Consiste en que el acreedor abandona vo- luntariamente sus derechos. Ese’ es el tinico caracter constante de la remisién de deuda; ser voluntaria del acreedor» *, 8. El beneficiario no debe ser sucesor del condonante, salvo que la condonacién signifique una sucesin legal. 4. Es de estricto derecho, por ello debe atenerse a lo que haya sido su objeto. 181. ALCANCES El artfculo 1295 del CC. indica que la condonacion de la deuda requiere de 14 aceptacton del deudor, el cual debera expresar su voluntad; ya que la obligacién solamente se ex- tingue si existe acuerdo entre el acreedor y el deudor. Ello funciona tanto en la condonacién por acto inter vives como mortis causa. Esto se explica porque a-ninguna persona se le puede imponer una Iiberalidad. Sucede lo mismo con la donacién, la cual debe ser aceptada al igual que una herencia o un legado. «Ello demuestra que el crédito no es un derecho de soberanfa, en virtud del cual el deudor estaria sometido unilateralmente a la voluntad del titular del crédito, sino un vinculo ético: una facultad que es de otra persona en el re- verso de la obligacién. El acreedor ino puede lberar al deudor ® Puawot, Marcel y Fureer, Jorge: Tratado prictico de Derecho civil francés, Cultural La Habana, La, Habana, 1940, T. VIL, p. 640. 290 ‘Carp. 206 La CONDONACION Curso 0€ Derixio 0¢ 1As Onucncones de su obligacién sin el consentimtento de éste, ya que el primero no puede naturalmente sobreponerse a la posible voluatad del deudor de cumplir su obligacién. La considera cién que merece la personalidad del deudor exige que sea atendida su propia voluntad para quedar 0 no liberado de su obligacion» ©, 182, CONDONACION A UNO DE LOS GARANTES En derecho es regla que el destino de la obligacién acce- soria no afecta el de la principal. En aplicacién de esta regla, Ja condonacién de un derecho accesorio, como lo es la garan- tia, no conlleva la del derecho principal: es decir, el crédito frente a la garantia. Besarano precisa: «La remisién total del crédito extingue el derecho personal y acarrea necesaria- mente la extincién de los derechos accesorios o de garantia que aseguraban a aquél. El perdén de una deuda garantizada con lanza, prenda o hipoteca implica la renuncia o remision de tzles derechos accesorios; pues, lo accesorio sigue la suerte de lo principal. Pero, inversamente, la remincla a las garan- tias reales. o la remist6n de la flanza no implican la supre- sion del crédito principal, Asi, el articulo 1296 del CC. precepttia que la condona- cién a uno de los garantes no alcanza al deudor principal; por Jo que no extingue la obligacion de éste ni tampoco Ia obliga- elén de los demas garantes. Sin embargo, el mismo articulo agrega que la liberacion a uno de los garantes, sin contar con el asentimiento de los © Larexz, Karl: Derecho de obligaciones, Editorial Revista de Dere- cho Privado, Madrid, 1958, T. I, pp. 489 y 440. © Bemmuno Shvcsz, Manuel: Obligaciones cviles, Harla, México, 1986, 485. (Cav. xe La conoonnciin 99] Y Rage Ferssxo Costa otros, aprovecha a todos hasta el limite en que alcance la parte del garante a cuyo favor se realizé. Sobre Ja posibilidad que el acreedor condone al deudor y reserve sus derechos contra los garantes, el criterio genera- lizado es porque ello no procede, ya que de lo contrario la Uberacion del deudor no seria completa por cuanto siempre estaria expuesto a la accién de regreso de los garantes. aur 183. PRESUNCION DE" CONDONACION re El articulo 1297 del CC. establece que en el caso de que el acreedor entregue al deudor, en forma voluntaria, el do- cumento original en que conste la obligacién, hace presumir que el acreedor esta condonando la deuda. En consecuencia ara que opere la presuncién se requiere: 1°, Que se entregue el documento original que contiene la obligacién, Debemos entender que el documento al que hace referencia la ley es un documento privado, pues, no es posible que se entregue el original de un documento publico, en especial el mas usual el notarial, pues, el original se encuentra en el registro del notario, 2°, Que dicha entrega la haya efectuado voluntariamente el acreedor al deudor. poe gt a La presuncién se fustifica porque si un acreedor volunta- riamente entrega el «documento-prueba de su derecho de cré: dito es racionalmente posible que su intencién haya sido la de condonar la deuda. A este respecto, Laurent explica con clari- dad: «La escritura constituye la prueba del derecho que el acreedor tiene contra el deudor; despojarse de esta prueba, entregando el documento a aquel mismo contra el cual el do- cumento esta destinado a establecer una obligacién, es testi- moniar la voluntad de no hacer valer su derecho, sea que el derecho no exista si el deudor ha pagado, sea que el acreedor 292 (Car.20¢ La conpawacacn TTT Curso oe Dentcho oF 4s Osucaciones haga de él remisién gratuita al deudor. Hay, pues, gran proba bilidad de que el deudor esté liberado, bien por el pago que él ha hecho o por la liberalidad que se ha ofrecido. Es sobre esta probabilidad que la ley establece la presuncién de It 1, ‘Sin embargo, esta presuncién admite prueba en contra- ‘Ho, ET codigo derogade establecia la’ miistha /presuncién ‘pero a juris et de jure; el vigente la consagra como Juris tantum. La presuncion esta establecida en favor del deudor. Es asi que al final del articulo 1297 del CC. establece la presun- clon de condonacién «salvo que el deudor pruebe que ha pa- gador. Sobre ello sefialan Osrsrunc-Casmizo que +a salvedad hecha a la presuncion en la propia norma ("salvo que el deu- dor pruebe que la ha pagado’) es adecuada, ya que si bien la obligacién igualmente se extingue, sea por condonacién o por ago, es evidente que al deudor que pag6, le podra resultar mas conveniente, no s6lo para efectos de imagen de solven- cia y de credibilidad personal, sino para seguridad de su pro- pio pago, que quede establecida la extincién de la obligacion por un cumplimiento adecuador ®. Sin embargo, nada impide que sea el acreedor quien destruya la presuncién, A fin de cuentas lo que la ley presume es su propia voluntad, asi que tendra todo el interés necesario para que se demuestre que esa vcluntad presunta por la ley, no es la real. 184. CONDONACION DE LA PRENDA Elarticulo 1298 del CC. contiene otra presuncién: «La prenda en poder del deudor hace presumir su devolucién vo- © Citado por Leon Barawownin, José: Comentarios al Cédigo Civil pe- ‘ruano, EDIAR, Buenos Alres, 1956, T. It (De las obligaciones), p. 533. © Ostenuna Panoos, Felipe y Casnuo Freves, Mario: sLa condonactén, en lus et Verttas, Afio IX, N° 18, Lima, 1999, p. 133. (Car 20¢ La CONDONAN 293 Ratt Fenteno Costa luntaria, salvo prueba en contrarior, Esta presuncién es juris tantum, y recoge una norma similar del articulo 887 del c6di- go argentino. En buena cuenta, si la prenda se constituye con la entrega fisica del bien mueble (artfculos 1055 y 1058 inciso 2 del CC.) si el bien prendado se encuentra en poder del deudor se presume que fue devuelto voluntariamente. Esta presuncién constituye la premisa para la otra pre- sunci6n establecida en el articulo 1299 del CC: ‘La devolu- cién voluntaria de la prenda determina la condonacién de la misma, pero no la de la deudas. Sin embargo, si bien la devolucién voluntaria de la pren- da se entiende como condonacién, por cuanto se entiende que la intencin del acreedor ha sido la de renunclar a la garantia que tenfa a su favor para asegurar su crédito, ello no conduce al extremo de considerar que ha renunciado tam- bién a la acreencia. Bs igualmente un principio que la condo- nacién de lo accesorio no entrafa la condonacién de lo principal. De tal forma que la devolucién del bien prendado al deudor hace presumir s6lo la condonacién de la prenda, pero no la de la deuda. 294 $$$ Car 23: La consonsacicee a a a CAPITULO XXI LA CONSOLIDACION ‘Sumawo: 185. Nocién. 186. Requisitos. 187. Consolidacién total o parcial. 188. Cesacion de Ia consolidacion. | | | [ 185. NOCION La eoasolidacién 0 confusién se produce cuando en un mismo sujeto se retinen las calidades de deudor y acreedor, Provocando el efecto de extinguir la obligacién, ya que no es Posible que ningiin sujeto sea acreedor de si mismo. Al pro- ducirse la confusion y al faltar uno de los sujetos de la rela clén obligatoria, la obligacion deja de existir. Angel Gustavo Corwzyo explica que: «Juridicamente es. imposible que una misma persona sea, simultaneamente, acreedor y deudor en una relacién obligatoria, Existiria en tal caso un ébstaculo material al ejercicio del derecho y del crédito. El acreedor no puede dirigir contra si mismo la ac- clén encaminada a obtener el cumplimiento de la prestacion; ¥ de aqui que la ley considere Ja consolidacién como una de jas formas de extinguir la relacién obligatoriay®, Aveste respecto, Lanenz expresa: «Las relaciones se extin- guen o Hquidan, por regla general, cuando pretensién y obli- gacién coinciden en la misma persona mediante la denomi. nada confusi6n. Asi, cuando el deudor hereda al acreedor, 0 éste a aquél, o el acreedor cede el crédito al deudor quiz desconociendo que sea la misma persona» ©) Cowaso, Angel Gustavo: Cédigo Civil, Taller de Linotipla, Lima, 1938, T. Il (Derecho de las obligaciones), Vol. 1, p. 476. Lanse, Karl: Derecho de obligaciones, Editorial Revista de Dere- cho Privado, Madrid, 1958, T. 1, p. 36. (Cap 208 La censounaci 297 AOL Ferrero Costa La consolidacién constituye una forma de extincién de las obligactones satisfactoria, pues, como dice Messivso: elo que el sufeto no recibe en calidad de acreedor, se abstiene de dar en calidad de deudor, en cuanto es eximido del deber de cumplir, esto es liberado sin cumplir, es como si el deudor restituyese lo que, por otra parte, antes habria recibido. De esta, podriamos decir, ficcion de recibir la prestacion, salvo el deber de efectuarla en su identidad, deriva que el sujeto consigue la finalidad de la obligaciéry 186. REQUISITOS Para que se produzca la confusién, los requisitos son los siguientes: 1. Que et deudor y-el acreedor lo sean con carticter principal; por ello la confusion que opera entre el deudor principal y ‘el acreedor aprovecha a los fladores: pero, a la inversa, la que se realiza en cualquiera de éstos no extinguiré la obligacion. 2. Que la reunién de los dos conceptos de acreedor y deudor no afecte a patrimonios separados, tal como ocurre en la sucesién hereditaria, En efecto, en nuestro sistema su- ‘cesorio como los herederos responden por las deudas y cargas de la herencia hasta donde aleancen los bienes de ésta (articulo 661 del CC.), cuando cada uno de ellos acepta, expresa o tacitamente la herencia (articulo 672 del CC.), es como si la aceptara con «beneficio de inventa- rior, que opera ex-lege. Ello trae como consecuencia que: ~ El heredero responde por las deudas del causante solo dentro de los limites del activo hereditario: ~ Los acreedores de Ja herencia tienen preferencia a ser satisfechos con cargo al patrimonio hereditario fren- © Messae0, Francesco: Manual de Derecho Cul y Comercial, EJEA, Buenos Atres, 1979, Vol. 1V, p. 392 298 Ca. 20 La coNsOUDACIN Curso o¢ Dexicno 0€ 14s Osucaconss te a los acreedores personales del heredero, por lo que el patrimonio hereditario constituye un patrimonio se- paraco del patrimonio del o los herederos (articulo 872 del CC.) La distincién entre los dos patrimonios impide que los créditos o las deudas del heredero hacia el causante se extingan por consolidacién. La conservacién de los créditos hacia la herencia del here- dero farticulo 880 del CC.) tiene por finalidad permitirle satis- facer su derecho con cargo a la masa hereditaria, concurrien- do con los demas acreedores del causante, asegurandole al heredero, cizando sea acreedor del causante, paridad de tra- tamiento con los otros acreedores. La conservacién de las deu- das del heredero hacia la herencla esta dispuesta en favor de los acrezdores del causante: éstos tienen derecho de sa- Usfacer sus créditos con cargo a todo el activo hereditario, ‘comprendiéndose en él los derechos de crédito del causante con relacién Al heredero. Si, no existen mas deudas 0 erédi- tos del causante que la del heredero (acreedor o deudor), 1a Biases ot oe velo pee oe Ge ee pudiendo-ser total o parcial 187. CONSOLIDACION TOTAL O PARCIAL La consolidacién puede operar en forma tan sélo parcial © en forma total, como lo precisa cabalmente el articulo 1300 del CC. En Ia sucesién mortis causa, cuando opera la consolida- clon, puede muy bien ocurrir que se extinga la obligacién en forma parcial hasta el limite en que alcance el crédito que sea objeto de la herencia, quedando subsistente la parte de Ja deuda que sobrepasa la acreencia heredada. La consolidacién pitede presentarse en una variedad de situaciones, como ocurre en casos de sucesién hereditaria, (Car. 200: La consoUDACICN 299 Race Ferasro Cosma de cesion de derechos, subrogacion, venta de herencla, o en el caso de fusion de dos sociedades de las cuales una sea acreedora de la otra. 188. CESACION DE LA CONSOLIDACION En el caso que la consolidacién cese, restableciéndose la separacién de las calidades de acreedor y de deudor, como podria ocurrir, por ejemplo, cuando se hubiera instituldo como heredero testamentarlo a un deudor o acreedor del causan- te, y luego el testamento fuera declarado nulo, resulta con- gruente que la consolidacién siga la suerte de la causa que la origina, por lo que si ella desaparece cesa también la con- fusion. Asf la obligacién extingulda renace con todos sus ac- cesorios, sin perjuicio del derecho de terceros, tal como lo dispone el articulo 1301 del CC. «Siendo los actos que ocasio- nan la confusion susceptibles de cesacién 0 renovacién por diferentes causas -dice Manresa es légico que el influjo de éstas se extienda 0 que cese o revoque también la confusion verificada, y por tanto, cesando como consecuencla, a st vez, de aquélla los efectos extintivos que supone, renacerd la obli- gacion en Jos términos y forma en que se hallaba al verificar- se dicha confusion», Cltado por Comssio: Cédigo Ctl, elt, T. I (Derecho de las obliga- ciones}, Vol. I, p. 480, 300 CaP: 200: LA CONSOUDACION _ CAPITULO XXII ~ LA TRANSACCION Somauo: 189. Nocién. 190. Requisitos, 191. ‘Transaccion pura y compleja. 192. Eficacia de la transacclén. a, Valor de Ja transacci6n, b. ‘Transaccion y sentencla. 193. Formalidad. 194. Objeto de la transaccién. 198. La respon sabilidad civil puede ser objeto de transacelén. 1196. Capacidad para transar. 197. Transaccién, sobre obligaciones nulas 0 anulables. 198. In- divistbilidad de la transaccién. 199. ‘Transac- cién como producto de la suerte. 200. Ejecu- ion de la transaccién. 189. NOCION fi We El articulo 1302 del CC. sefiala que la. transaccién con- siste en un acuerdo mediante el cual las partes haciéndose concesiones reciprocas sobre algtin asunto dudoso o litigioso, Jo resuelven haciendo innecesaria la intervencién judicial que podria promoverse, o finalizando la ya iniclada. Leon 'BananDiaRAN expresa: *La transaccién debe versar sobre algtin punto dudoso o litigioso, Esto es lo caracteristico de la insti- tuclén. Dudoso, 0 sea, controvertible, susceptible de originar un Iitigio que se previene. Litigioso, 0 sea, ya sometido a tnstancla Judicial, a pleito, al que se pone término»"), Para Angel Gustavo Coitveso: «Lo esencial en este caso est4 en que el conflicto de dos intereses privados se sustrae del arbitraje judicial y se decide por la propia voluntad de las’ partes mediante negocio que evan a cabo esponténeamen- te, La transaccién viene a ser, asi, no una forma de aleanzar la efecucion forzosa de la obligacién, sino un recurso volun- tario y privado para poner término a una relacién juridica cuyos aspectos dudosos se deciden por los propios interesa- dos, segiin sus conveniencias» ®, ( Leow Banaauards, José: Comentarios al Cédigo Civil peruano, EDIAR, Buenos Alres, 1956, TI (De las obligaciones), p. 557. ©! Coniweso, Angel Gustavo: Cédigo Cwil, Taller de Linotipta, Lima, 1938, T. II (Derecho de las obligaciones), Vol. 1, p. 461. (Cao: LA TRANsacen 303 ia? ati Femno Cos El Cédigo actual, sigufendo al Cédigo de 1936, que a su vez se inspiraba en el Cédigo Argentino, regula a la transac. cién como una forma de extincién de las obligaciones y no como un contrato. El fundamento de ello esta en que, princi. palmente, las partes al hacerse concesiones reciprocas es. tan extinguiendo obligaciones dudosas o litigiosas Preexistentes, de allf que, si bien la transaccién sea un con. trato, nuestros codificadores se inclinaron por tratarla como un medio extintivo de aquéllas. Clertamente, su colocactén sistematica no es la mejor, pues la transaccién es un medio de resolucién de conflictos de intereses que no necesariamente se han originado en una Telacion Juridica obligatoria. Sobre este punto ALreRIN-AMEAL- Lorex Canava sefalan que: Esta figura debicra ser incluida en un topico final de la seccién de los actos furidicos (Coumo, Laranie, Luampias). El Cédigo Civil considera a la transaccién como meramente extintiva de obligaciones, pese a contem- Plar la posibilidad de transigir también sobre los derechos Teales, hereditarios y de familia» ®. 190, REQUISITOS Para que exista transaccién se requiere de la concurren- cla de los siguientes requisitos: 1. Una relacién juridica litigiosa preexistente. As{ sefiala Francisco J. Prissz que «el presupuesto necesario para poder transigir es la existencia de una situacién de liti- gio manifestada al exterior mediante la pretension (ma- terial) de una parte y la oposicion de la otra. (generada Por un conflicto de intereses)s; 8 Aurea, Atilo Anibal; AuesL, Oscar José; Lorez Canava, Roberto M Derecho de obligaciones clulles y comerciales, Abeledo-Perrot, Buc. nos Aires, 1995, p, 626, \* Prutsz, Franelsco J.: La transaccién. Su eficacia procesal, Bosch, Barcelona, 1987, p, 22, $8.4 mama cr ats La ence Curso be Deteato oF uss Onscacionss 2. La intenci6n de las partes de componer el conflicto (animus transigendd; 3. Las reciprocas concestones de las partes (aliquid datum, aliquid retentur). La verdadera esencia de la transaccién, que la.diferencia de otras figuras que también tienden a resolver un conflicto de intereses, est4 en las concesio- es reciprocas que se hacen las partes, con la finalidad de resolver su confiicto. La existencia de las concesiones reciprocas debe medirse en funcién de lo que una parte pretendia tener derecho respecto de la otra, y, a su vez de lo que ésta le negaba a aquella. de tal forma que como resultado de Ja transaccién una parte obtenga menores ventajas de las que pretendia tener derecho y mayores de aquellas que la otra parte estaba dispuesta a recono- cerle. Ast, p. ¢j., si A-pretendia que B le pague la suma de 100, y B negaba la existencia del crédito, el acuerdo le- gado entre las partes sera transaccion, si el conflicto es Fesuelto en el sentido que B le pague a A la. suma de 50. A, con ello, esté renunciando a pretender la otra mitad, y B esta renunciando a su pretension de no deber nada. Cabe anotar que las reciprocas concesiones qué se hacen las partes no deben necesariamente tener un valor eco- némico idéntico o equivalente. Como senala Guti6n los reciprocos sacrificios «no deben levarnos a la creencia de que tiene que existir una equivalencia en los mismos, una preporcién suficiente, de la misma forma que la recl- procidad en las prestaciones en una compraventa, por ejemplo, no tmplica en nuestro sistema positive, equiva- lencia objetiva entre ellas»®, 191. TRANSACCION PURA Y COMPLEJA Normalmente las partes que transan restelven su con- flicto haciéadose las reciprocas concesiones sobre Ia base de "Cit. por Peuisz: La transaccién. Su eficacia procesal, et, p. 50. (CaP. ou: La rassaccon: 305 age Ferneno Costa o que recfprocamente pretendia la una de la otra. A este tipo de transaccién la doctrina la denomina transaecién pura. Sin embargo, es posible que las partes transen haciéndose conce- slones distintas a las que son materia del conflicto. A ello se reflere el Cédigo cuando en el segundo parrafo del articulo 1302 sefiala que «Con las concesiones reciprocas también se pueden crear, regular, modificar o extinguir relaciones diver- sas de aquellas que han constituido objeto de controversia entre las partes». Asi, en el ejemplo anterior, si A pretendia |que B le pagara Ja. suma.dle.100,.el conflicto podria resolverse con él acuerdo de que B no le pague nada a A, pero como concesién'B le dé a A en comodato un determinado bien por Un ‘ao. A tal clase de transaccién se le denomina compleja, pues las concesiones que se hacen las partes para eliminar el conflicto implican la creacién, modificacién o extincién de otra relacion Juridica entre las partes, distinta de la controvertida. 192. EFICACIA DE LA TRANSACCION a. Valor de Ia transaccién El iiltimo parrafo del articulo 1302 del CC. sefiala que la transaccion s{ tiene valor de cosa juzgada. Si la transaccién es, en su esencla un contrato, él atribuirle a ese acto la misma eficacia que una sentencia no parece muy correcto. Que las partes que transan se encuentran vinculadas a lo que hayan acordado resulta indudable, pero sostener que un acto negocial privado como es la transaccién- esté revestido de esa inmutabilidad propia de las sentencias firmes es su- mamente discutible. Cabe anotar que el Cédigo Procesal Ci- vil le ha atribuido esa eficacia solo a las transacciones apro- badas por el juez, cuando la transaccién se haya producido estando pendlente un proceso (transaccién judicia). Ast el ar- ticulo 387 del CPC, en su segundo parrafo establece que ‘La transaccién que pone fin al proceso tiene autoridad de cosa 306 Cae. som: La tansaccacns Curso 0& Desecto oe Las Onucaciones Juzgada. Aun ello es discutible. Sobre el particular sefiala Manuel Onreits Ramos que «Es clerto que hay una similitud funcional entre la sentencia (y la autoridad de cosa juzgada, de la que a partir de cierto momento, queda aquella revesti- da) y transaccién judicial. Pero, en primer lugar, hay dife- rencla en cuanto al fundamento de la vinculacién: en un caso el impertum estatal al que estén sujetas las partes, en el otro el concurso de las voluntades de éstass, Las partes estén vinculadas a lo que hayan acordado, y ‘uno de Jos extremos que debe contener toda transaccién es la renuncia a cualquier pretensién que tenga la una contra la otra sobre el objeto de la misma (articulo 1303 del CC.), Si la causa de la transacci6n no es otra que la seliminacién de una controversia, asumiendo las partes la solucién adoptada, me- diante reciprocas concesiones+ ™, resulta consustancial a la transaccién misma que, si ésta elimina el conilicto de intere- ses existente entre las partes, ellas no puedan replantear sus pretensiones -ya resueltas al transar-, por lo que el recurrir a la figura de ta «autoridad de cosa juzzadar para fijar la efica- cia de la transaccion, resulta slo una expresién metaférica. b. Transaccién y sentencia En el apartado anterior nos hemos referido a la eficacia de la transacel6n, cuando ésta resuelva el conflicto de intereses suscitado entre las partes, de tal forma que, o se evita la intervencién judicial para tal fin, 0 se pone fin al proceso (judi- cial o arbitral) ya iniciado. Qué ocurre si una vez terminado el proceso con una sentencia sobre el fondo, las partes celebran algtin negocio furidico relacionado a lo establecido en la sen- tencia. El Cédigo Procesal Civil en su articulo 339 regula tal supuesto sefialando que: «Aunque hubiera sentencia consen- © Oneus Ravos, Manuel: Derecho Jurtsdiccional. Il, Proceso Civil. 7* ed., Tirant lo blanch, Valencia, 1997, p. 304, © Paukez: La transaccién. Su eficacia procesal,clt., p. 45. (CaP sou La RANACCION- 307 Race Fensexo Costa tida 0 efecutoriada, las partes pueden acordar condonar la obligacién que ésta contiene, novarla, prorrogar el plazo para su cumplimiento, convenir una dacién en pago, y, en general, celebrar cualquier acto jurfdico destinado a regular o modifi. car el cumplimiento de la sentenciar. Sin embargo, el propio articulo sefiala que «dicho acto no tiene Ja calidad de transac- clon ni produce los efectos de éstar. Esta altima parte es co- rrecta si consideramos que con la sentencia firme se resolvio el conficto, por lo que climinado el mismo no seria légico pen- sar en una transacel6n, cuyo objeto es justamente eliminar lun conflicto de intereses haciéndose coricesiones reciprocas. Pero, tenlendo en cuenta la naturaleza disponible de los dere- chos privados, nada impide que las partes, luego de la senten- cia firme, celebren cualquier negocio juridico destinado a re- gular 0 modificar el cumplimiento de lo dispuesto en la sen- tencia. Asi, pueden condonar la obligacién, prorrogar el plazo para su cumplimlento, novarla, 0, incluso, renunciar al dere- cho de ejecutarla. El que la ley procesal no Ie reconozca la calidad de transaccién a estos actos, no desvirttia de modo alguno la eficacia y los efectos propios de los mismos, por lo que las partes estardn vinculadas a lo acordado entre ellas, 193, FORMALIDAD Segiin el articulo 1304 del CC. la transaccién debe ha- cerse por escrito bajo pena de nulidad. Con esto se corrige la exigencia del eédigo derogado de que constara mediante es- critura publica, requerimiento excesivo en una realidad como Ja peruana en que no se cuenta con notarios en muchos lugares; y, en otros casos, porque la elevacién a escritura publica resulta sumamente costosa. Cuando Ia transaccién se produzca estando pendiente el proceso, ya sea judicial o arbitral, las partes deberan presen- tar el documento que contiene la transaccién ante el juez 0 Arbitro que conoce del proceso, a los efectos que se declare la conclusin del mismo (articulo 335 del Cédigo Procesal wil y articulo 41 de la Ley General de Arbitraje). 308 CaP. soar La Taansacciess Curso Dt DerscHo 0€ 1As Osticaciones 194. OBJETO DE LA TRANSACCION Solameate los conflictos de intereses relativos a dere- chos patrimoniales disponibles son susceptibles de transac- cién. Los conflictos relativos a derechos extrapatrimoniales Por ser éstos inalicnables no pueden ser objeto de transac- cién. No podria transigirse sobre el estado civil de una perso- na o sobre las relaciones familiares. En términos generales, todo aquello que esté fuera del comercio de los hombres que~ da excluido de la transaccién. Esta es la regla contenida en el articulo 1305 del CC. 195, LA RESPONSABILIDAD CIVIL PUEDE SER OBJETO DE TRANSACCION Si se puede transigir sobre la responsabilidad civil prove- niente de hecho delictuoso. Asi lo dispone el articulo 1306 del CC. Del delito surgen dos consecuencias: una de interés pablico y que-es de indole penal; y otra, de interés privado, que es de indole civil. No existe objecién para que las partes vahien el daito acarreado a la victima y establezcan la mejor forma de resarcirlo. Lo que no podran hacer en ningtin caso €5 negoclar nf menos transar sobre la responsabilidad penal. A este respecto, comenta Angel Gustavo Conneso: «Admitir Ja posibilidad de la transaccién acerca de la responsabilidad civil derivada del delito, equivale tnicamente a permitir que la propia vietima avalie el dafio que ha sufridos, apoyéndose esta solucién en'dos consideraciones: «1. Que poniendo en manos del propio interesado la valuacién del dafio a cuya indemnizacion tiene derecho, no se contraria ningin princi- pio esencial del derecho penal, ni se afecta la naturaleza y fines de la accién publica: 2. Que se hace mas expeditiva la Teparacién del perjuicio atemperando su estimacién y pago a (Car. oar La TeaNsaccoN 309 i Rag Fennero Costa ——_______ Jas circunstancias del agente y de la victima, evitando de Paso, los forcejeos y chicanas a que se recurre frecuente- mente para eludir Ja indemnizacién, viendo en ella una ame- naza al patrimonio del responsable: ®, 196. CAPACIDAD PARA TRANSAR Para poder transar se necesita que las partes tengan ca- Pacidad para ello. Segtin De Disco «s6lo podran transigir los que tengan capacidad para contratar y para disponer de la Parte de derecho que se sacrifica en el convenio»™, «La tran- saccién, sefiala Pettrz- versa sobre un objeto concreto; cian do las partes deciden eliminar su controversia acudiendo a esta figura adquieren obligaciones reciprocas incluyéndose en ellas, siempre, la disposicion que hacen de los derechos en conflicto -de lo contrario la controversia perviviria~ y, en ocasiones, otros elementos afenos al objeto (debiendo tener con respecto a ellos la capacidad necesaria para obligarse o disponer tal y como se convenga...)» 0, Nuestro Codigo no se reflere a ello, pero se infiere de la norma ya vista sobre el objeto de la transaccién (articulo 1305 del CC.) y del articulo 1307 del CC. que permite que los representantes de ausentes o incapaces transijan con apro- Dacion del Juez, el que debera escuchar al Ministerio Pablico © al Consejo de Familia cuando exista y la autoridad judicial lo estime convenient. En todos estos casos estamos ante representantes de incapaces (los padres o tutores de meno- res de edad, curadores de sujetos declarados en interdic © Coruweso: Codigo Civ, cit... Il (Derecho de las obligaciones), Vol. 1, pp. 491 y 492, © Cit. por Padre La transaccién. Su efcacta procesal. ct, p. 70, nota 5. (9 Pexzz: La transaccién. Su eftcacia procesal, cit. p. 70, nota 6. 30.0 mm$u\m cr crt La mance Curso ve Desecno 0¢ 1s Osticacones clon) 0 de ausentes (el curador interino dé un desaparecido zarticulo 47 del CC.— 0 el administrador de los bienes del ausente -articulos 54 y 56 del CC.-) que no gozan de las facultades de disposicién de los bienes y derechos del inca Paz o del ausente, por Jo cual, implicando siempre la transac. cin un acto de disposicién, podran transar sélo previa apro- bacién judicial. Con ello se busca amparar eficazmente @ los incapaces, a quienes, debido a su condicién, les es dificll en tender Jos factores que pueden entrar en consideracion para Juzgar la conveniencla de ceder en algo para obtener otra ven. taja que les pueda resultar mas beneficiosa, reflejando que Ia regla es que para poder transar se necesita de capacidad Para contratar y disponer de los derechos en juego. 197. TRANSACCION SOBRE OBLIGACIONES NULAS O ANULABLES En el caso que el acto constitutivo de la obligacién que ha generado el conflicto de intereses fuere nulo, de celebrarse una transacci6n sobre ello, entonces la transaccién también adolecera de vicio de nulidad. De otro lado, si el titulo dg la obligacién fuese anulable y las partes, a pesar de conocer el viclo, celebraran Ja transaccién, ésta tendra plena validez, tal como lo precisa el articulo 1308 del CC. El articulo 1309 del CC. se reflere al caso en que la cues- tion dudosa o litigiosa se centrara justamente en la dilucida clon sobre Ja nulldad o anulabilidad de determinado negocio Juridico y las partes asi lo expresaran al momento de Ja tran, saccién, ésta seria perfectamente valida. Si no fuese ast no habria forma de transar con relacion a negocios Juridicos euya nulidad 0 validez debe dilucidarse. La solucién adoptada por el Cédigo recoge el mismo prin-

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