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Estoy Perdida, Capítulo XXVII - Anātman
Estoy Perdida, Capítulo XXVII - Anātman
Un Marcus adelante, un
Marcus atrás. Eran dos. Literal y físicamente, dos.
—Tú no quieres matarme. Si así fuera, lo habrías hecho hace mucho —lo
enfrenté.
La noche se sentía rara. Los grillos estaban mudos, mas el viento soplaba
con fuerza. La inseguridad era la única constante frente a ese maldito
psicópata.
Levanté la mirada para verle el rostro a Marcus, para encontrar que parte
de su cabeza había sido volada por el disparo.
Lo conozco. Claro…
Es mi hermano.
—Claro que soy yo. ¿Qué te ocurre? ¿Qué haces durmiendo en el jardín?
—pregunta.
Suspiro, nerviosa.
Matt…
—No sé… No sé qué pasó.
No lo puedo creer.
No pertenezco ahí.
No pertenezco aquí.
Ese no es mi hogar.
Este no es mi hogar.
Observé los primeros pasos del primer hombre y los últimos suspiros
moribundos del último anciano.
Caí en un agujero celeste, me deslicé por sus paredes paradójicas; viví mil
vidas y morí mil muertes, once millones de veces.
Llegué.
Abrí los ojos. Observé lo que me rodeaba. Una habitación de hotel.
Escuché la voz de Matt y de Marcus en el fondo.
Observé el cielo desde la ventana. Era de día, solo que tarde. Estaba
nublado. ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente?
Eso que vi, Derek… No podía quitármelo de la cabeza. Eso no podía ser
un sueño. No tenía sentido.
Necesitaba respuestas.
~•~