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Autorreflexió n

Florencia Turcio Centeno


Contexto Socioeconómico de México

Perfil del Hombre y la Cultura en México


Samuel Ramos (1934)
El mexicano en la Ciudad

La primera parte de la serie que deriva en el carácter del mexicano de la ciudad es


un complejo de inferioridad experimentado como desconfianza de sí mismo, que
luego el sujeto, para liberarse de la paralela sensación desagradable, dirige como
desconfianza hacia los demás. Cuando la mente humana quiere apartar de ella un
aspecto desagradable recurre a la ilusión, pero los resultados no son
satisfactorios, pues esta ilusión solo cambia de motivación y no soluciona el
problema. La desconfianza en el carácter del mexicano es previa a todo contacto.
La vida del mexicano da la impresión de ser irreflexiva, parece ser que sólo hay
interés por los fines inmediatos y que el futuro no existe. Y esto provoca que no
haya normas de vida, disciplina y organización, por lo que la sociedad mexicana
es un caos, diría Ramos.
 
Hay una íntima relación entre desconfianza y susceptibilidad. El desconfiado
siempre está alerta y a la defensiva. Ramos dice que todo lo interpreta como una
ofensa, así que no espera a que lo ataquen sino que el ataca primero. Samuel
Ramos opina que el mexicano es un ser pasional, agresivo y guerrero por
debilidad y no por fuerza, como el mexicano lo cree. El mexicano de la ciudad
tiene una buena imagen de su persona En cambio, la fuerza humana está basada
en controlar nuestros impulsos y hasta en reprimirlos. Por eso la “fuerza” mexicana
parece  falsa, y eso lo provoca el desequilibrio en la mente.
 
El mexicano no representa lo que es sino lo que quisiera ser. Ramos cuestiona y
responde, ¿cuál es el deseo más fuerte del mexicano? Quisiera ser un hombre
que predomina por su valentía y poder.

El burgués mexicano

En esta parte Ramos se ocupa del grupo más cultivado de los mexicanos. Cuyo
carácter son reacciones contra un sentimiento de menor valía que proviene del

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hecho de ser mexicano. El burgués mexicano tiene la misma susceptibilidad


patriótica que el hombre del pueblo y los mismos prejuicios. En realidad los tras
arquetipos descritos por Ramos están únicamente separados por factores
económicos y sociales, pero los tres compartes problemas de parecida índole.
 
“La diferencia psíquica que separa a la clase elevada de mexicanos de la clase
inferior, radica en que os primeros disimulan de un modo completo sus
sentimientos de menor valía, porque el nexo de sus actitudes manifiestas con los
móviles inconscientes es tan indirecta y sutil, que su descubrimiento es sutil, en
tanto que el “pelado” está exhibiendo con franqueza cínica el mecanismo de su
psicología…”
 
¿Qué reacciones suscita su sentimiento de inferioridad? Primero evita la
humillación, luego se encuentra el deseo de valer tanto como los demás, y por
último, la voluntad de poderío. Y eso demanda una constante atención y cuidado
de sí mismo, por lo que este grupo pertenece a los introvertidos.
 
Ramos aclara que no pretende hacernos creer que estas aseveraciones se
encuentran únicamente en el mexicano, pero que es muy distinto vivir en una
ficción sin saberlo a saberlo. Lo segundo es el caso de poseer arquetipos que
sirvan como estimulantes para vivir mejor la vida humana y lo segundo, diría
Ramos, no es vivir sino hacerle trampa a la vida.
 
Como el mexicano cree que es lo que quiere ser, es decir ya esta satisfecho, no
busca superarse y ya no busca experimentar ningún cambio. Como desconfía de
todo y tiene una incertidumbre de su posición es susceptible a la crítica y se
protege. Por lo que necesita convencerse de que los otros son inferiores a el. Por
lo mismo, la autocrítica queda anulada.

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