La primera parte de la serie que deriva en el carácter del mexicano de la ciudad es
un complejo de inferioridad experimentado como desconfianza de sí mismo, que luego el sujeto, para liberarse de la paralela sensación desagradable, dirige como desconfianza hacia los demás. Cuando la mente humana quiere apartar de ella un aspecto desagradable recurre a la ilusión, pero los resultados no son satisfactorios, pues esta ilusión solo cambia de motivación y no soluciona el problema. La desconfianza en el carácter del mexicano es previa a todo contacto. La vida del mexicano da la impresión de ser irreflexiva, parece ser que sólo hay interés por los fines inmediatos y que el futuro no existe. Y esto provoca que no haya normas de vida, disciplina y organización, por lo que la sociedad mexicana es un caos, diría Ramos.
Hay una íntima relación entre desconfianza y susceptibilidad. El desconfiado siempre está alerta y a la defensiva. Ramos dice que todo lo interpreta como una ofensa, así que no espera a que lo ataquen sino que el ataca primero. Samuel Ramos opina que el mexicano es un ser pasional, agresivo y guerrero por debilidad y no por fuerza, como el mexicano lo cree. El mexicano de la ciudad tiene una buena imagen de su persona En cambio, la fuerza humana está basada en controlar nuestros impulsos y hasta en reprimirlos. Por eso la “fuerza” mexicana parece falsa, y eso lo provoca el desequilibrio en la mente.
El mexicano no representa lo que es sino lo que quisiera ser. Ramos cuestiona y responde, ¿cuál es el deseo más fuerte del mexicano? Quisiera ser un hombre que predomina por su valentía y poder.
El burgués mexicano
En esta parte Ramos se ocupa del grupo más cultivado de los mexicanos. Cuyo carácter son reacciones contra un sentimiento de menor valía que proviene del
| Florencia Turcio Centeno 1
Contexto Socioeconómico de México
hecho de ser mexicano. El burgués mexicano tiene la misma susceptibilidad
patriótica que el hombre del pueblo y los mismos prejuicios. En realidad los tras arquetipos descritos por Ramos están únicamente separados por factores económicos y sociales, pero los tres compartes problemas de parecida índole.
“La diferencia psíquica que separa a la clase elevada de mexicanos de la clase inferior, radica en que os primeros disimulan de un modo completo sus sentimientos de menor valía, porque el nexo de sus actitudes manifiestas con los móviles inconscientes es tan indirecta y sutil, que su descubrimiento es sutil, en tanto que el “pelado” está exhibiendo con franqueza cínica el mecanismo de su psicología…”
¿Qué reacciones suscita su sentimiento de inferioridad? Primero evita la humillación, luego se encuentra el deseo de valer tanto como los demás, y por último, la voluntad de poderío. Y eso demanda una constante atención y cuidado de sí mismo, por lo que este grupo pertenece a los introvertidos.
Ramos aclara que no pretende hacernos creer que estas aseveraciones se encuentran únicamente en el mexicano, pero que es muy distinto vivir en una ficción sin saberlo a saberlo. Lo segundo es el caso de poseer arquetipos que sirvan como estimulantes para vivir mejor la vida humana y lo segundo, diría Ramos, no es vivir sino hacerle trampa a la vida.
Como el mexicano cree que es lo que quiere ser, es decir ya esta satisfecho, no busca superarse y ya no busca experimentar ningún cambio. Como desconfía de todo y tiene una incertidumbre de su posición es susceptible a la crítica y se protege. Por lo que necesita convencerse de que los otros son inferiores a el. Por lo mismo, la autocrítica queda anulada.