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ART.

31.—El patrimonio social. El patrimonio social responde por las


obligaciones de la sociedad, sin perjuicio de la responsabilidad personal de
los socios en aquellas formas societarias que así lo contemplan.
Ley 26887.
ART. 32.—Responsabilidad del nuevo socio. Quien adquiere una acción o
participación en una sociedad existente responde, de acuerdo a la forma
societaria respectiva, por todas las obligaciones sociales contraídas por la
sociedad con anterioridad.
Ningún pacto en contrario tiene efectos frente a terceros.
Ley 26887.
ART. 33.—Nulidad del pacto social. Una vez inscrita la escritura pública
de constitución, la nulidad del pacto social sólo puede ser declarada:
1. Por incapacidad o por ausencia de consentimiento válido de un número
de socios fundadores que determine que la sociedad no cuente con la
pluralidad de socios requerida por la ley;
2. Por constituir su objeto alguna actividad contraria a las leyes que
interesan al orden público o a las buenas costumbres; sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 410;
3. Por contener estipulaciones contrarias a normas legales imperativas u
omitir consignar aquellas que la ley exige; y,
4. Por omisión de la forma obligatoria prescrita.
Ley 26887.
ART. 34.—Improcedencia de la nulidad. No obstante lo indicado en el
artículo anterior, la nulidad del pacto social no puede ser declarada:
1. Cuando la causa de ella ha sido eliminada por efecto de una modificación
del pacto social o del estatuto realizada con las formalidades exigidas por la
ley; o,
2. Cuando las estipulaciones omitidas pueden ser suplidas por normas
legales vigentes y aquéllas no han sido condición esencial para la
celebración del pacto social o del estatuto, de modo que éstos pueden
subsistir sin ellas.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 9°.—Anotaciones preventivas. Únicamente se permiten anotaciones
preventivas en los siguientes casos:
a) Las demandas y otras medidas cautelares sobre los actos señalados en el
inciso b) y segundo párrafo del inciso e) del artículo 3° de este reglamento;
b) Resoluciones judiciales o arbitrales no consentidas que ordenen la
suspensión de acuerdos adoptados por la sociedad;
e) Las demandas, embargos y otras medidas cautelares relacionadas con la
participación del socio en las sociedades distintas a las anónimas. Cuando se
trate de las sociedades colectivas o comanditarias simples se tendrá en
cuenta lo dispuesto por el artículo 274 de la ley; y,
d) Las demás que señalen las leyes y este reglamento.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 10.—Actos no susceptibles de anotación preventiva. No son
susceptibles de anotación preventiva:
a) Las medidas cautelares relativas a los bienes de la sociedad o sucursal,
sin perjuicio de su anotación en la partida registral del bien.
b) Las medidas cautelares que se refieran a las deudas de la propia
sociedad o sucursal.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 11.—Aplicación del Reglamento General de los Registros
Públicos. Rigen para las anotaciones preventivas, las disposiciones del
Reglamento General de los Registros Públicos, en cuanto les sean aplicables.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 12.—Inscripciones solicitadas fuera del plazo legal. No se requiere
mandato judicial para efectuar inscripciones después de vencidos los plazos
previstos en la ley.
Ley 26887.
ART. 35.—Pretensión de nulidad del pacto social. Caducidad. La
demanda de nulidad del pacto social, se tramita por el proceso abreviado, se
dirige contra la sociedad y sólo puede ser iniciada por personas con legítimo
interés. La acción de nulidad caduca a los dos años de inscrita la escritura
pública de constitución en el registro.
Ley 26887.
ART. 36.—Efectos de la sentencia de nulidad. La sentencia firme que
declara la nulidad del pacto social ordena su inscripción en el registro y
disuelve de pleno derecho la sociedad. La junta general, dentro de los diez
días siguientes de la inscripción de la sentencia, designa al liquidador o a los
liquidadores. Si omite hacerlo, lo hace el juez en ejecución de sentencia, y a
solicitud de cualquier interesado. La sociedad mantiene su personalidad
jurídica sólo para los fines de la liquidación.
Cuando las necesidades de la liquidación de la sociedad declarada nula así
lo exijan, quedan sin efecto todos los plazos para los aportes y los socios
estarán obligados a cumplirlos, de inmediato. (, 0101, 0102, 0103, 0104)
Ley 26887.
ART. 37.—Terceros de buena fe. La sentencia firme que declara la
nulidad del pacto social o del estatuto no surte efectos frente a los terceros
de buena fe.
Ley 26887.
ART. 38.—Nulidad de acuerdos societarios. Son nulos los acuerdos
societarios adoptados con omisión de las formalidades de publicidad
prescritas, contrarios a las leyes que interesan al orden público o a las
buenas costumbres, a las estipulaciones del pacto social o del estatuto, o que
lesionen los intereses de la sociedad en beneficio directo o indirecto de uno
o varios socios.
Son nulos los acuerdos adoptados por la sociedad en conflicto con el pacto
social o el estatuto, así cuenten con la mayoría necesaria, si previamente no
se ha modificado el pacto social o el estatuto con sujeción a las respectivas
normas legales y estatutarias.
La nulidad se rige por lo dispuesto en los artículos 34, 35 y 36, salvo en
cuanto al plazo establecido en el artículo 35 cuando esta ley señale
expresamente un plazo más corto de caducidad.
C. C.
ART. 219.—El acto jurídico es nulo:
1. Cuando falta la manifestación de voluntad del agente.
2. Cuando se haya practicado por persona absolutamente incapaz, salvo lo
dispuesto en el artículo 1358.
3. Cuando su objeto es física o jurídicamente imposible o cuando sea
indeterminable.
4. Cuando su fin sea ilícito.
5. Cuando adolezca de simulación absoluta.
6. Cuando no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
7. Cuando la ley lo declara nulo.
8. En el caso del artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley establezca
sanción diversa.
C. C.
ART. 220.—La nulidad a que se refiere el artículo 219 puede ser alegada
por quienes tengan interés o por el Ministerio Público.
Puede ser declarada de oficio por el juez cuando resulte manifiesta.
No puede subsanarse por la confirmación.
C. C.
ART. 230.—Salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser
confirmado por la parte a quien corresponda la acción de anulación,
mediante instrumento que contenga la mención del acto que se quiere
confirmar, la causal de anulabilidad y la manifestación expresa de
confirmarlo.
TUO D. Leg. 768 - C.P.C.
ART. 235.—Documento público. Es documento público:
1. El otorgado por funcionario público en ejercicio de sus atribuciones; y
2. La escritura pública y demás documentos otorgados ante o por notario
público, según la ley de la materia.
La copia del documento público tiene el mismo valor que el original, si está
certificada por auxiliar jurisdiccional respectivo, notario público o fedatario,
según corresponda.
TUO D. Leg. 768 - C.P.C.
ART. 236.—Documento privado. Es el que no tiene las características del
documento público. La legalización o certificación de un documento privado
no lo convierte en público.
TUO D. Leg. 768 - C.P.C.
ART. 424.—Requisitos de la demanda. La demanda se presenta por
escrito y contendrá:
1. La designación del juez ante quien se interpone;
2. El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio
procesal del demandante;
3. El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del
demandante, si no puede comparecer o no comparece por sí mismo;
4. El nombre y dirección domiciliaria del demandando. Si se ignora esta
última, se expresará esta circunstancia bajo juramento que se entenderá
prestado con la presentación de la demanda;
5. El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo que
se pide;
6. Los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumeradamente en
forma precisa, con orden y claridad;
7. La fundamentación jurídica del petitorio;
8. El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse;
9. La indicación de la vía procedimental que corresponde a la demanda;
10. Los medios probatorios; y
11. Modificado. Ley 28439, Art. 2°. La firma del demandante o de su
representante o de su apoderado, y la del abogado, la cual no será exigible
en los procesos de alimentos. El secretario respectivo certificará la huella
digital del demandante analfabeto.
TUO D. Leg. 768 - C.P.C.
ART. 425.—Anexos de la demanda. A la demanda debe acompañarse:
1. Copia legible del documento de identidad del demandante y, en su caso,
del representante;
2. El documento que contiene el poder para iniciar el proceso, cuando se
actúe por apoderado;
3. La prueba que acredite la representación legal del demandante, si se
trata de personas jurídicas o naturales que no pueden comparecer por sí
mismas;
4. La prueba de la calidad de heredero, cónyuge, curador de bienes,
administrador de bienes comunes, albacea o del título con que actúe el
demandante, salvo que tal calidad sea materia del conflicto de intereses y en
el caso del procurador oficioso;
5. Todos los medios probatorios destinados a sustentar su petitorio,
indicando con precisión los datos y lo demás que sea necesario para su
actuación. A este efecto acompañará por separado pliego cerrado de
posiciones, de interrogatorios para cada uno de los testigos y pliego abierto
especificando los puntos sobre los que versará el dictamen pericial, de ser el
caso; y,
6. Los documentos probatorios que tuviese en su poder el demandante. Si
no se dispusiera de alguno de estos, se describirá su contenido, indicándose
con precisión el lugar en que se encuentran y solicitándose las medidas
pertinentes para su incorporación al proceso.
7. Derogado. D. Leg. 1070. Única Disposición Derogatoria.
NOTAS: 1. El D. Leg. 1070 entrará en vigencia progresivamente en los diferentes distritos
conciliatorios según el calendario oficial que será aprobado mediante decreto supremo. Se exceptúa
de dicho calendario a los distritos conciliatorios de Lima, Trujillo y Arequipa, y al Distrito Judicial del
Cono Norte de Lima, salvo la provincia de Canta, en los que será aplicado a los sesenta (60) días
calendario de su publicación, realizada el 28.06.08.
2. El calendario oficial se publicó el 30 de abril del 2010.
JURISPRUDENCIA.—La adopción por unanimidad de acuerdos nulos no
los legitima. “Los acuerdos que violenten el pacto social o el estatuto son
nulos así sean adoptados con las mayorías requeridas por ley o incluso por
unanimidad.” (Cas. 1953-2001-Ica, 28.12.2001)
JURISPRUDENCIA.—La infracción de las formalidades legales genera la
nulidad de los acuerdos. “Entre los acuerdos nulos por infracción de la ley
están los que se refieren al incumplimiento de los requisitos formales para
la instalación y regular funcionamiento de la junta; si dicho órgano se
convocó por quien no debía; si se celebró sin convocatoria (...) (Hundskopf,
Oswaldo. ‘El derecho de impugnación de acuerdos de junta general de
accionistas y su ejercicio de acciones judiciales’. En: Revista Ius et Veritas.
Lima, Universidad de Lima, p. 65)”. (Cas. 2373-1999-Lima, 10.07.2001)
JURISPRUDENCIA.—Para adoptar un acuerdo contrario al estatuto
social, primero éste debe modificarse. “La sociedad (...) no puede adoptar
un acuerdo contrario a una disposición estatutaria si antes no lo ha
modificado.” (Cas. 1953-2001-Ica, 28.12.2001)
JURISPRUDENCIA.—Impugnación de acuerdos societarios tiene vía
propia: el amparo es improcedente para conocerla. “(...) declara
improcedente la demanda por considerar que lo que en realidad pretenden
los accionantes es impugnar el acuerdo societario (...), existiendo para ello
vías procedimentales igualmente satisfactorias como la de impugnación de
acuerdos societarios, constituyéndose dicho proceso en una vía
procedimental específica para la remoción del presunto acto lesivo de los
derechos constitucionales invocados en la demanda y, a la vez, igualmente
satisfactoria, respecto del mecanismo extraordinario del amparo (...).
5. Que por otro lado, debe recordarse que el actor es el principal gestor de
su derecho, por lo que es pertinente exigirle la diligencia necesaria a fin de
acreditar que el acto jurídico cuestionado es arbitrario y que lesiona alguno
de sus derechos fundamentales. (...).” (TC, Exp. 03451-2011-PA/TC, set.
21/2011. Álvarez Miranda)
JURISPRUDENCIA.—La nulidad de un acuerdo se resuelve mediante
sentencia firme y consentida. “Una vez que la junta general adopta un
acuerdo, nuestro ordenamiento jurídico otorga la posibilidad que se solicite
su nulidad, para lo cual deberá observarse la forma prevista en el artículo
38 de la Ley General de Sociedades, pudiendo también solicitarse su
impugnación, debiendo seguirse la forma prevista en el artículo 139 del
mismo cuerpo legal, siendo que para hacerse efectivos cualquiera de los
supuestos jurídicos antes acotados, es necesario interponer la demanda
respectiva ante el órgano jurisdiccional, a fin de que mediante sentencia
firme y consentida se resuelva, sea la nulidad o la impugnación del acuerdo.”
(Cas. 1442-2002-Arequipa, 16.09.2002)
JURISPRUDENCIA.—La exigencia de presentar copia registrales no se
tiene por cumplida si se presenta, en su reemplazo, copia legalizada:
nulidad de acuerdo societario. “(…) se rechaza la demanda, porque no ha
recaudado copias certificadas expedida por el registrador público, en el caso
de las fichas registrales, así como copias certificadas por auxiliar
jurisdiccional, en el caso de los actuados judiciales: no pudiendo reemplazar
aquellas por copias expedidas por notario. (…) El artículo doscientos treinta
y cinco in fine del Código Procesal Civil con claridad prescribe que la copia
del documento público tiene el mismo valor que el original, si está
certificada por auxiliar jurisdiccional respectivo, notario público o fedatario,
según corresponda. Por ello, si a la actora se le requirió, por ejemplo, que
presentara las copias certificadas de los asientos registrales, tenía que
obtenerlos de los Registros Públicos y presentarlos en el tiempo oportuno.
En puridad, no es posible la nulidad cuando se formule por quien ha
propiciado, permitido o dado lugar al vicio, según lo regula el artículo ciento
setenta y cinco inciso primero del Código Procesal Civil, que consagra la
teoría de los actos propios en materia procesal. En suma, carece de base real
que se afecte el derecho a un debido proceso.” (C. S, Cas. 3108-2008-Lima,
9/14/2010. V. P. Idrogo Delgado)
RESOLUCIÓN REGISTRAL.—La institución de la nulidad del derecho civil
no se aplica con el mismo rigor en el ámbito societario: convalidación de
actos societarios nulos. “El régimen de nulidades del derecho civil no se
aplica con el mismo rigor en el ámbito de las personas jurídicas, por lo que
en este último es posible la convalidación de actos societarios nulos (...). El
artículo 38 de la Ley General de Sociedades (LGS) ha establecido que los
acuerdos societarios son nulos cuando son adoptados con omisión de las
formalidades de publicidad prescritas, contrarios a las leyes que interesan
al orden público o a las buenas costumbres, a las estipulaciones del pacto
social o del estatuto, o que lesionen los intereses de las sociedades en
beneficio directo o indirecto de uno o varios socios. También son nulos los
acuerdos adoptados en conflicto con el pacto social o el estatuto así cuenten
con la mayoría necesaria”. (Sunarp, R. 079-2014-Sunarp-TR-A, feb.
18/2014. V. P. Víctor Javier Peralta Arana)
RESOLUCIÓN REGISTRAL.—Supuestos para la impugnación de los
acuerdos. “La Ley General de Sociedades prevé la impugnación de los
acuerdos de la junta general, cuyo contenido sea contrario a dicha ley, se
opongan al estatuto o al pacto social o lesionen los intereses de la sociedad,
así como los que incurran en causal de anulabilidad.” (R. 397-2001-
ORLC/TR. 12.09.2001)
DOCTRINA.—Copias legalizadas de las fichas registrales deben ser
consideradas documentos públicos: nulidad de acuerdo societario.
“(…) sobre el caso que nos atañe, se aprecia que las instancias respectivas,
han coincidido en rechazar la presente demanda porque en esta última, no
se acompañaron copias certificadas expedidas por el registrador público, en
el caso de fichas registrales y copias certificadas por el auxiliar
jurisdiccional, en el caso de actuados judiciales; las mismas que no pueden
ser reemplazadas por copias legalizadas expedidas por notario público. Por
su parte, la empresa actora sostiene que las copias legalizadas de las fichas
registrales y actuados judiciales por el notario público, tiene la misma
validez que si hubieran sido certificadas por el registrador público y el
auxiliar jurisdiccional (…) se debe destacar que, el artículo doscientos
treinta del Código Procesal Civil, considera como documentos públicos: 1. El
otorgado por funcionario público en ejercicio de sus atribuciones; y 2. La
escritura pública y demás documentos otorgados ante o por notario público,
según la ley de la materia. La copia del documento público tiene el mismo
valor que el original, si está certificada por auxiliar jurisdiccional respectivo,
notario público o fedatario, según corresponda. Consecuentemente, si la
empresa actora presentó copias legalizadas de las fichas registrales y
actuados judiciales por parte del notario público, se debe considerar que
estas constituyen un documento público; más aún, cuando las actividades de
la función notarial se circunscribe en: Autenticación, para acreditar la
validez o firmeza de un acto o documento; b) Legalización, para garantizar
la realización de un acto en armonía con la normas jurídicas, c)
Legitimación, para acreditar plenamente que el acto celebrado corresponde
a una situación jurídica condicionante de la eficacia de tal acto; d)
Configuración jurídica, para revestir el acto jurídico de la formalidad que
con carácter ad solemnitatem exige la ley; y, e) Ejecutoriedad para dar a los
documentos formalmente extendidos la firmeza respectiva en mérito a la
comprobación (…).” (C. S, Cas. 3108-2008-Lima, 9/14/2010. Voto en
discordia de los magistrados Celis Zapata, Villacorta Ramírez, Salas
Villalobos y Gonzáles Campos)
DOCTRINA.—Distinción entre un “control formal” de la demanda y el
“control material de fondo”. “(…) corresponde ahora determinar en qué
casos puede entenderse que el rechazo liminar de la demanda vulnera el
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, para lo cual resulta indispensable
fijar los parámetros que permitan delimitar el tipo o clase de poder que
ejerce el juez frente a la interposición de una demanda; que, en este orden
de ideas, es posible distinguir entre lo que es un ‘control formal’ de la
demanda y el ‘control material o de fondo’, siendo el primero el que será
objeto de análisis, por estar directamente vinculado con los supuestos de
inadmisibilidad, previstos en el artículo cuatrocientos veintiséis del código
en el párrafo segundo establece que si el demandante no cumpliera con
subsanar la omisión o defecto conforme a lo ordenado, el juez rechazará la
demanda y ordenará el archivo del expediente, –en este caso la demanda se
rechazó porque la empresa accionante no subsanó la omisión advertida
conforme a lo ordenado en autos, pues, no acompañó copias certificadas
expedidas por registrador público, en el caso de las fichas registrales, y
copias certificadas por auxiliar jurisdiccional, en el caso de los actuados
judiciales– (…) el control formal de la demanda implica que planteada una
determinada pretensión, el juez no queda automáticamente conminado a
pronunciarse favorablemente, pues, el derecho de acceso a la justicia no
tiene un carácter absoluto, susceptible de ser satisfecho al margen de las
condiciones o requisitos que impone el ordenamiento; por lo tanto, se debe
aceptar que los presupuestos establecidos en el ordenamiento para que
nazca el deber del juez de pronunciarse sobre el fondo del asunto,
prescriben los requisitos formales que deben observar imperativamente –
las personas naturales o jurídicas– para obtener la tutela de sus derechos o
intereses legítimos; entonces, el primer control que debe superar una
determinada pretensión es respecto a su forma, es decir, el cumplimiento de
todos los presupuestos legalmente previstos para que una demanda sea
admitida a trámite, a fin de evitar un proceso inconducente”. (C. S, Cas.
3108-2008-Lima, 9/14/2010. Fundamento de voto del magistrado Gonzáles
Campos)
DOCTRINA.—Principios reguladores para calificar la demanda. “(…) la
Ley Procesal ha previsto tres momentos claramente diferenciados, los que
constituyen filtros para que se presente una relación jurídico-procesal
válida: i) La calificación de la demanda, momento en que el juez debe
verificar si se cumplieron con las exigencias legales para admitirla, y si se
presentan algunos de los supuestos de inadmisibilidad o improcedencia
previstos en los artículos cuatrocientos veintiséis y cuatrocientos veintisiete
del Código Procesal Civil; ii) La etapa de saneamiento procesal, donde el
juez, ya sea por existir cuestionamientos de parte, o por advertirlo de oficio,
puede decretar la existencia de un defecto que invalida la relación procesal,
con las consecuencias previstas en el artículo cuatrocientos sesenta y cinco
del acotado Código Procesal; y, iii) La emisión de la sentencia que
corresponda (…) los principios reguladores de la calificación de la demanda,
y, sobre los que reposan la facultad del juez de rechazarla liminarmente,
son: a) El principio de legalidad o especificidad, en virtud del cual, la causal
de inadmisibilidad o improcedencia sólo se declara cuando la ley
expresamente o implícitamente la establece, esto es, sólo se pueden invocar
las causales expresamente reguladas en el ordenamiento; b) El principio pro
actione o de favorecimiento al proceso, que constituye un régimen
interpretativo en función del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, en
virtud del cual, ante cualquier duda en el momento de calificar la demanda,
se debe dar trámite al proceso; y, c) El principio de la relación jurídica
procesal, cuya existencia se origina con la demanda dirigida al juez, a la que
luego se integra el emplazado (…)” (C. S, Cas. 3108-2008-Lima, 9/14/2010.
Fundamento de voto del magistrado Gonzáles Campos)
DOCTRINA.—El Perú se adhiere al sistema de organización notarial de
tipo latino. “(…) a mayor abundamiento, se tiene que, nuestro país se
adscribe al sistema de organización notarial de tipo latino, en virtud del cual
el notario es un profesional del derecho que, en forma imparcial e
independiente, ejerce una función pública consistente en autenticar,
redactar, conservar y reproducir los documentos, así como asesorar de
manera imparcial a quienes soliciten su intervención, incluyéndose la
certificación de hechos (…); Sétimo.- Que, por último, se debe destacar que
los artículos cuatrocientos veinticuatro y cuatrocientos veinticinco del
Código Procesal Civil, no exige los requisitos que sirvieron de sustento a las
resoluciones expedidas por las respectivas instancias para rechazar la
demanda; pues en todo caso se estaría valorando y restando eficacia
probatoria a los medios probatorios aportados por la empresa demandante
en una etapa del proceso que no corresponde (etapa postulatoria);
consecuentemente, se configura la causal denunciada cuando se vulnera el
acceso a la tutela jurisdiccional efectiva y por ende, el derecho al debido
proceso.” (C. S, Cas. 3108-2008-Lima, 9/14/2010. Voto en discordia de los
magistrados Celis Zapata, Villacorta Ramírez, Salas Villalobos y Gonzáles
Campos)
Ley 26887.
ART. 39.—Beneficios y pérdidas. La distribución de beneficios a los
socios se realiza en proporción a sus aportes al capital. Sin embargo, el
pacto social o el estatuto pueden fijar otras proporciones o formas distintas
de distribución de los beneficios.
Todos los socios deben asumir la proporción de las pérdidas de la sociedad
que se fije en el pacto social o el estatuto. Sólo puede exceptuarse de esta
obligación a los socios que aportan únicamente servicios. A falta de pacto
expreso, las pérdidas son asumidas en la misma proporción que los
beneficios.
Está prohibido que el pacto social excluya a determinados socios de las
utilidades o los exonere de toda responsabilidad por las pérdidas, salvo en
este último caso, por lo indicado en el párrafo anterior.
Ley 26702.
ART. 72.—Distribución de utilidades. Sin perjuicio de lo establecido en el
artículo 355 de la presente ley, en tanto la junta general de accionistas no
haya aprobado el respectivo balance final y la correspondiente distribución
de utilidades, las empresas están impedidas de repartir éstas con cargo a las
ganancias netas de un ejercicio anual, así como de otorgar a sus directores
participación en las utilidades.
RESOLUCIÓN REGISTRAL.—Es lícito pactar causales de exclusión de
socios en las sociedades anónimas ordinarias, pero no estipular
sanciones que impidan la percepción de utilidades. “Que, la incorporación
de algunas de las reglas propias de las sociedades anónimas cerradas en el
estatuto de las sociedades anónimas ordinarias es una práctica común y
aceptada; así el derecho de adquisición preferente en caso de transferencia
de acciones, que se encuentra regulado para las sociedades anónimas
cerradas, es también incluido en el estatuto de muchas sociedades
anónimas ordinarias, a pesar de ser un rasgo propio de las sociedades
personalistas; en cambio, se encuentra expresamente prohibido estipular
este derecho de preferencia en las sociedades anónimas abiertas, salvo para
el caso de las acciones no inscritas en el Registro Público del Mercado de
Valores (...) no existe norma que prohíba pactar la exclusión de accionistas
en la sociedad anónima ordinaria, que la exclusión de accionistas no es una
característica esencial de las sociedades anónimas cerradas y que no existe
inconveniente en incluir en el estatuto de sociedades anónimas ordinarias
disposiciones previstas de la sociedad anónima ordinarias es lícito; por lo
tanto, como queda dicho es lícito que se haya pactado la exclusión de
accionistas en el estatuto de (...); debe dejarse constancia que la socia
excluida tiene el derecho de impugnar judicialmente el acuerdo de
exclusión, no constituyendo lo antes expuesto un juicio respecto a la
legalidad y adecuación al estatuto de dicho acuerdo (...).
La regla fundamental en las sociedades, relativa a los beneficios y las
pérdidas sociales, es la de la proporcionalidad entre los socios. Dicha regla
consiste en que, tanto en el caso de utilidades como de pérdidas, ellas se
distribuyen o asumen en proporción al aporte de cada socio. Sin embargo, la
ley permite toda clase de pactos que establezcan formas o proporciones
diferentes, mientras no se llegue al extremo de la exclusión (...).
Esta norma responde al principio societario según el cual no es propio
participar en el negocio jurídico llamado sociedad sin que el socio no pueda
percibir una parte de los beneficios o que no asuma riesgo de ninguna
especie por las operaciones que realice la persona jurídica de la que es
socio.
Por lo tanto, no puede pactarse en el estatuto de una sociedad anónima
ordinaria las sanciones de no percibir utilidades y de no participar del
patrimonio neto resultante de la liquidación; por lo que se confirma el
segundo extremo de la tacha”. (Sunarp, R. 747-2014-Sunarp-TR-L, abr.
15/2014. V. P Elena Rosa Vásquez Torres)
Ley 26887.
ART. 40.—Reparto de utilidades. La distribución de utilidades sólo puede
hacerse en mérito de los estados financieros preparados al cierre de un
período determinado o la fecha de corte en circunstancias especiales que
acuerde el directorio. Las sumas que se repartan no pueden exceder del
monto de las utilidades que se obtengan.
Si se ha perdido una parte del capital no se distribuye utilidades hasta que
el capital sea reintegrado o sea reducido en la cantidad correspondiente.
Tanto la sociedad como sus acreedores pueden repetir por cualquier
distribución de utilidades hecha en contravención con este artículo, contra
los socios que las hayan recibido, o exigir su reembolso a los
administradores que las hubiesen pagado. Estos últimos son solidariamente
responsables.
Sin embargo, los socios que hubiesen actuado de buena fe estarán
obligados sólo a compensar las utilidades recibidas con las que les
correspondan en los ejercicios siguientes, o con la cuota de liquidación que
pueda tocarles.
Ley 26887.
ART. 41.—Contratos preparatorios en sociedades. Los contratos
preparatorios que celebren las sociedades reguladas por esta ley o los que
tengan por objeto las acciones, participaciones o cualquier otro título
emitidos por ellas son válidos cualquiera sea su plazo, salvo cuando esta ley
señale un plazo determinado.
Ley 26887.
ART. 42.—Correspondencia de la sociedad. En la correspondencia de la
sociedad se indicará, cuando menos, su denominación, completa o
abreviada, o su razón social y los datos relativos a su inscripción en el
registro.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 15.—Denominación y razón social. No es inscribible la sociedad que
adopte una denominación completa o abreviada o una razón social igual a la
de otra preexistente en el índice.
Tampoco es inscribible la sociedad que adopte una denominación
abreviada que no esté compuesta por palabras, primeras letras o sílabas de
la denominación completa. No es exigible la inclusión de siglas de la forma
societaria en la denominación abreviada, salvo mandato legal en contrario.
Ley 26887.
ART. 43.—Publicaciones. Incumplimiento. Las publicaciones a que se
refiere esta ley serán hechas en el periódico del lugar del domicilio de la
sociedad encargado de la inserción de los avisos judiciales.
Las sociedades con domicilio en las provincias de Lima y Callao harán las
publicaciones cuando menos en el Diario Oficial El Peruano y en uno de los
diarios de mayor circulación de Lima o del Callao, según sea el caso.
La falta de la publicación, dentro del plazo exigido por la ley, de los avisos
sobre determinados acuerdos societarios en protección de los derechos de
los socios o de terceros, prorroga los plazos que la ley confiere a éstos para
el ejercicio de sus derechos, hasta que se cumpla con realizar la publicación.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 38.—Publicaciones. Cuando, para la inscripción de un determinado
acto, este reglamento exija la presentación de publicaciones, ello se
cumplirá mediante la hoja original pertinente del periódico respectivo.
Alternativamente, se insertará en la escritura pública o se adjuntará una
certificación notarial que contenga el texto del aviso, la fecha de la
publicación y el diario en que se ha publicado.
Ley 26887.
ART. 44.—Publicaciones. Dentro de los quince primeros días de cada mes
la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos publicará en el
Diario Oficial El Peruano una relación de las sociedades cuya constitución,
disolución o extinción haya sido inscrita durante el mes anterior, con
indicación de su denominación o razón social y los datos de su inscripción.
En la misma oportunidad la Superintendencia Nacional de los Registros
Públicos publicará, en el referido Diario Oficial, una relación de las
modificaciones de estatuto o pacto social inscritas durante el mes anterior,
con indicación de la denominación o razón social, una sumilla de la
modificación y los datos de inscripción de la misma.
Para efecto de lo dispuesto en los párrafos anteriores, dentro de los diez
primeros días útiles de cada mes las oficinas registrales, bajo
responsabilidad de su titular, remitirán a la Superintendencia Nacional de
los Registros Públicos la información correspondiente.
Ley 26887.
ART. 45.—Plazos. Salvo expresa disposición en contrario, los plazos
contenidos en esta ley se computan con arreglo al Código Civil.
C. C.
ART. 183.—El plazo se computa de acuerdo al calendario gregoriano,
conforme a las siguientes reglas:
1. El plazo señalado por días se computa por días naturales, salvo que la ley
o el acto jurídico establezcan que se haga por días hábiles.
2. El plazo señalado por meses se cumple en el mes del vencimiento y en el
día de éste correspondiente a la fecha del mes inicial. Si en el mes de
vencimiento falta tal día, el plazo se cumple el último día de dicho mes.
3. El plazo señalado por años se rige por las reglas que establece el inciso 2.
4. El plazo excluye el día inicial e incluye el día del vencimiento.
5. El plazo cuyo último día sea inhábil, vence el primer día hábil siguiente.
Ley 26887.
ART. 46.—Copias certificadas. Las copias certificadas a que se refiere esta
ley pueden ser expedidas mediante fotocopias autenticadas por notario o
por el administrador o gerente de la sociedad, según el caso, con las
responsabilidades de ley.
Las copias certificadas para los actos que requieran inscripción deberán
ser certificadas por notario.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 7°.—Constancias o certificaciones. Las constancias o certificaciones
previstas por este reglamento que sean expedidas por el gerente general o
el representante, debidamente autorizado, tendrán el carácter de
declaraciones juradas, las que se emitirán con las responsabilidades
correspondientes de las personas que las formulan.
La constancia o certificación incluirá el nombre completo, documento de
identidad y domicilio del declarante.
Cuando se trate de constancias o certificaciones que no estén insertas en la
escritura pública, la firma del declarante deberá ser legalizada por notario o
cuando la ley lo permita por fedatario de la oficina registral respectiva.
Las declaraciones juradas o certificaciones que se exigen para la
inscripción de poderes otorgados por sociedades constituidas o sucursales
establecidas en el extranjero se rigen por las normas contenidas en el
Capítulo Sexto del Título Cuarto de este reglamento.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 8°.—Alcances de la responsabilidad del registrador. El registrador
debe actuar con la debida diligencia de acuerdo a sus funciones. No asume
responsabilidad por la autenticidad ni por el contenido del libro u hojas
sueltas, acta o documento, ni por la firma, identidad, capacidad o
representación de quienes aparecen suscribiéndolos. Tampoco, es
responsable por la veracidad de los actos y hechos a que se refieren las
constancias o certificaciones que se presenten al registro.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 167.—Requisitos de las declaraciones juradas y certificaciones.
Las declaraciones juradas y certificaciones, a que se refiere el artículo
anterior, deberán consignar los nombres completos de los declarantes y su
domicilio.
Las firmas de quienes brindan las declaraciones juradas o certificaciones,
deberán estar legalizadas ante notario, cónsul peruano o autoridad
extranjera competente.
R. 200-2001-Sunarp-SN.
ART. 168.—Alcances de la responsabilidad del registrador. El
registrador, deberá actuar con la debida diligencia, de acuerdo a sus
funciones. No asume responsabilidad por el contenido y alcances del poder,
la firma, la identidad, la capacidad o la representación del otorgante del
poder o de quien brinda la declaración jurada o certificación.
Ley 26887.
ART. 47.—Emisión de títulos y documentos. Para la emisión de los
títulos y documentos a que se refiere esta ley, se puede utilizar, en lugar de
firmas autógrafas, medios mecánicos o electrónicos de seguridad.
Ley 26887.
ART. 48.—Modificado. D. Leg. 1071, Tercera Disposición Modificatoria.
Arbitraje. Los socios o accionistas pueden en el pacto o en el estatuto social
adoptar un convenio arbitral para resolver las controversias que pudiera
tener la sociedad con sus socios, accionistas, directivos, administradores y
representantes, las que surjan entre ellos respecto de sus derechos u
obligaciones, las relativas al cumplimiento de los estatutos o la validez de
los acuerdos y para cualquier otra situación prevista en esta ley.
El convenio arbitral alcanza a los socios, accionistas, directivos,
administradores y representantes que se incorporen a la sociedad así como
a aquellos que al momento de suscitarse la controversia hubiesen dejado de
serlo.
El convenio arbitral no alcanza a las convocatorias a juntas de accionistas o
socios.
El pacto o estatuto social puede también contemplar un procedimiento de
conciliación para resolver la controversia con arreglo a la ley de la materia.
JURISPRUDENCIA.—Acuerdo conciliatorio constituye título de ejecución,
si contiene taxativamente acuerdos exigibles. “(…) se advierte que el
presente proceso es uno de ejecución de acta de conciliación (…), cuya
finalidad esencial, es la ejecución de los acuerdos contenidos en el acta de
conciliación extrajudicial, en tanto se constituye en un título de ejecución,
conteniendo derechos, deberes y obligaciones ciertas, expresas y exigibles,
conforme a lo dispuesto en el artículo 18 de la Ley 26872. (…) En cuanto a la
naturaleza de la conciliación extrajudicial, corresponde señalar que es una
de las formas de composición directa de aquellos conflictos que surgen
entre las partes, con la intervención de un tercero llamado conciliador,
quien aprecia las posiciones antagónicas de ambas partes, ofrece la solución
de la controversia, produciéndose a su vez el concilium, como un encuentro
de voluntad de los intervinientes del acuerdo conciliatorio, el mismo que a
su vez constituye título de ejecución, en tal virtud, cualquiera de las partes
puede exigir ante el órgano jurisdiccional correspondiente el cumplimiento
de lo convenido, siguiendo lo previsto en el artículo 713 del código adjetivo
–Ejecución de resoluciones judiciales– en razón a ello y considerando lo
(sic) efectos que conlleva el acto conciliatorio con los alcances de la cosa
juzgada, tal cual sería una resolución firme, las estipulaciones contenidas en
la misma deben ser precisas, claras y concretas, de tal manera que faciliten
la labor interpretativa del acuerdo arribado, considerando la naturaleza del
proceso de ejecución de resoluciones judiciales (…).” (CS., Cas. 3989-2008-
Lima, mar. 05/2009. V. P. Solís Espinoza)
Ley 26887.
ART. 49.—Caducidad. Las pretensiones del socio o de cualquier tercero
contra la sociedad, o viceversa, por actos u omisiones relacionados con
derechos otorgados por esta ley, respecto de los cuales no se haya
establecido expresamente un plazo, caducan a los dos años a partir de la
fecha correspondiente al acto que motiva la pretensión.
C. C.
ART. 2003.—La caducidad extingue el derecho y la acción correspondiente.
C. C.
ART. 2004.—Los plazos de caducidad los fija la ley, sin admitir pacto
contrario.
C. C.
ART. 2005.—La caducidad no admite interrupción ni suspensión, salvo el
caso previsto en el artículo 1994, inciso 8.
C. C.
ART. 2006.—La caducidad puede ser declarada de oficio o a petición de
parte.
C. C.
ART. 2007.—La caducidad se produce transcurrido el último día del plazo,
aunque éste sea inhábil.
JURISPRUDENCIA.—La caducidad procura la seguridad jurídica. “En el
instituto de la caducidad, a diferencia de la prescripción, se aprecia el
imperativo de la ley por asegurar una situación jurídica, lo que se explica
por su íntima vinculación con el interés colectivo y la seguridad jurídica; por
ello, el juez está facultado para aplicarla de oficio en una verdadera función
de policía jurídica, superando el interés individual ya que no cabe renuncia
ni pacto en contrario. Por esa misma razón, la caducidad se produce
transcurrido el último día del plazo, aunque éste sea inhábil.” (Cas. 2566-
1999-Callao, 11.01.2000)
JURISPRUDENCIA.—Cualquier pretensión del socio o de cualquier
tercero contra la sociedad, o viceversa, sin plazo expreso caduca a los
dos años. “Existe error en las instancias de mérito al invocar y aplicar el
plazo de caducidad de un año previsto en el último párrafo del artículo 150
de la Ley General de Sociedades, referida a la ‘acción de nulidad’ para la
invalidación de los acuerdos adoptados por la junta general. No obstante,
como la misma norma desarrolla, aquélla está referida a los acuerdos de la
junta general, siendo que en autos no se demanda la nulidad de ningún
acuerdo de esa naturaleza, sino que se pretende la nulidad de la sesión de
directorio de fecha veintitrés de abril de mil novecientos noventa y ocho,
debido a que uno de los accionistas no participó en ella, suplantándose su
firma. En tal sentido, no resulta la aplicación de la norma especial contenida
en el artículo 150 de la Ley número 26887 sino las reglas especiales
previstas en los artículos 38 y 49 de la citada Ley General de Sociedades,
conforme a las cuales las pretensiones del socio o de cualquier tercero
contra la sociedad, o viceversa, por actos u omisiones relacionados con
derechos otorgados por esa ley, respecto de los cuales no se haya
establecido expresamente un plazo, caducan a los dos años a partir de la
fecha correspondiente al acto que motiva la pretensión”. (CS, Cas. 2062-
2013-Lima, jul. 07/2014. V. P. Ticona Postigo)

LIBRO SEGUNDO
SOCIEDAD ANÓNIMA

SECCIÓN PRIMERA
DISPOSICIONES GENERALES
TÍTULO ÚNICO
Ley 26887.

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