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Taller 1 – Tarea 2 – Investigación de conceptos

El mundo actual está afrontando una serie de cambios y nuevas experiencias que le ha
permitido tener a su disposición una gama de recursos y servicios por parte del sector
empresarial nunca visto. Solo basta con acceder a una página de internet, escoger un artículo o
un servicio y recibirlo sin moverse de la comodidad de su hogar. El consumidor, tiene la
capacidad de evaluar las ofertas, servicio y sobre todo la credibilidad de las compañías que
brindan productos o servicios similares. En muchas ocasiones el consumidor no compara el
precio, pero si el servicio y la credibilidad de la empresa. Esto le asegura al cliente, recibir por lo
que paga. Pensando en este particular, cada empresa debe mantener un alto sentido de
credibilidad ante el mercado.

La credibilidad en una empresa se puede definir como la confianza que deposita los
consumidores a partir de la satisfacción recibida. Y está basada en la comunicación empresarial
que desarrolla una organización con sus asociados, suplidores y clientes. Esta comunicación, más
allá de ser un simple intercambio de información, generalmente implica procesos de
retroalimentación. En este proceso podemos tener como objetivos, contribuir a la mejora del
clima laboral, fortalecer la cultura organizacional, aumentar el sentido de pertenencia a la
organización, brindar seguridad y/o motivación a los colaboradores e informar a los trabajadores
sobre información relevante.

La credibilidad se puede relacionar en tres componentes a mencionar, la competencia, el


interés y el carácter. Definiendo cada componente encontramos lo siguiente. La competencia es
la capacidad de una organización de proporcionar productos y servicio con mayor eficacia y
eficiencia en comparación con sus competidores. El interés, es conformados por las personas
directoras de una empresa, que tienen como objetivo plantearse las metas a cumplir en un lapso
determinado.  Carácter, es la manera en la que esta reacciona habitualmente frente a una
situación. Al unir estos componentes, la credibilidad de una empresa crece, se fortalece y define
el entorno de la organización.

La ética en los negocios es se refiere al uso de lo que entendemos como correcto y se


concentra en las normas morales, en la medida en que estas atañen concretamente a las políticas,
instituciones y comportamiento de negocios. Un ejemplo es el escándalo de la empresa brasileña
Odebrecht. En diciembre de 2016, se reveló que dicha empresa había configurado un sistema de
soborno y fraude masivo en 12 países durante al menos una década, pagando $788 millones de
dólares a funcionarios de gobierno, partidos políticos y candidatos con el fin de obtener ventajas
en contratos de obra pública y en el desarrollo de negocios.

Tras este escándalo, en 2017 la empresa se vio obligada a vender una de sus divisiones,
Odebrecht Ambiental, la mayor compañía privada de saneamiento de Brasil; y en 2018 se renovó
en su totalidad el consejo de administración, provocando la desaparición de la empresa.

Los valores corporativos son estos aspectos que hacen a la empresa diferente del resto, no es
la marca o el logo, son aspectos más profundos que generan para la compañía una ventaja
competitiva frente al resto. Los valores corporativos son la creencia de lo que la empresa es de
manera compartida por los integrantes de esta. Estos valores que marcan el comportamiento de
los miembros y que con el paso del tiempo se transmiten de unos a otros y orientan y determinan
la actividad y el quehacer de la empresa. Alineados y en coherencia con su estrategia de
actuación.

Para identificar estos valores corporativos hay que detectar las claves que les hace únicos.
 Elementos diferenciadores: Tecnología o atención al cliente, la presentación de los
productos.
 Aspectos vitales o importantes: La capacidad de innovar o la ubicación de los locales en
lugares estratégicos.
 Prioridades: El diseño, el bajo coste, la responsabilidad social, el cuidado del medio
ambiente o el buen clima laboral.
 Políticas y acciones estratégicas: Contar con una amplia red de oficinas si nuestra
prioridad es la proximidad.
Es vital el desarrollo de los valores corporativos de la empresa ya que con ellos se marca las
acciones, se delimita su estrategia. Los valores no pueden quedar en simples palabras, hay que
escribirlos, modelarlos y actuar en coherencia y en consecuencia cumpliendo lo que se dice.

La credibilidad impacta la eficiencia y la efectividad de la comunicación empresarial de la


siguiente forma. Al investigar la eficacia de la comunicación, apelamos al logro que la
organización obtiene con las acciones de comunicación que realiza y su capacidad para alcanzar
resultados con esas acciones. Hay una condición previa al hablar de eficacia y que tenga un
sentido pleno: la organización debe definir correctamente y con coherencia lo qué quiere hacer,
la estrategia y las acciones tácticas que pueden conducirla a obtener los mejores resultados. Al
definir sus estrategias se define también su plan de comunicación, los mensajes qué va a utilizar,
qué inversión va a hacer, en qué medios y canales van a apoyarse y en qué soportes concretos,
qué creatividades utilizará en cada caso y sus objetivos o metas.

Y, cuando hablamos de eficiencia de la comunicación, nos referimos a hacer las cosas


buscando la mejor relación posible entre los recursos que se emplean y los resultados que se
obtienen. No es exactamente lo mismo que eficacia. Mientras que el concepto de eficacia pone el
acento en lo que debemos hacer y el grado en que lo conseguimos, el concepto de eficiencia pone
el acento en cómo debemos hacerlo y los ahorros que encontramos, buscando minimizar la
inversión y los recursos en el desempeño de esa actividad.

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