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Los conflictos ambientales

del gas boliviano


Marc Gavaldá Palacín

Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona.


Colabora con la Universidad Mayor de San Simón (Cochabamba-Bolivia)

Mail: guarapitu@cascall.org

Fecha de recepción: septiembre 2004


Fecha de aceptación y versión final: noviembre 2004

Resumen
Los ajustes neoliberales introducidos en la legislación bolivana han facilitado la apropiación de
los recursos hidrocarburíferos por parte de las transnacionales petroleras. Estas compañías in-
vaden territorios indígenas y áreas protegidas. En su accionar generan graves conflictos ambien-
tales con las comunidades locales. La costrucción de los gasoductos Bolivia-Brasil, Cuiabá y
Gasyrg así como la oposición de la población a exportar gas a Estados Unidos nos reflejan có-
mo la población se organiza para resistir al expolio de las compañías petroleras. Las moviliza-
ciones populares de “La Guerra del gas”, en octubre 2003 no han terminado, porque el gas si-
gue en manos extranjeras.

Palabras clave: compañía petrolera, gas natural, conflictos ambientales, gasoducto, territorios
indígenas, Bolivia

Abstract
The Neoliberal Structural Adjustment introduced in Bolivian Law have facilitated the appro-
piation of the Hidrocarbon Resources by the transnational oil companies. These companies in-
vade indigenos territories and protected areas. Their activities generate serious environmental
conflicts with the local communities. The construction of the Bolivia-Brazil, Cuiabá and
Gasyrg gas pipelines as well as the popular resistance to the exportation of gas to the USA illus-
trates how the people organize themselves to resist the pillage of the oil companies. The popu-
lar mobilizations of the “Gas War” in October have not yet finished, as the gas continues to be
in foreign hands.

Key Words: Oil Company, Natural Gas, Environmental Conflicts, Gaspipeline, Indigenous
Territories, Bolivia

Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 21, Quito, enero 2005, pp. 57-66.
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249

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Marc Gavaldá Palacín

ses extranjeros en contra de su propia pobla-

E
n octubre de 2003, Bolivia amaneció
sin presidente y con un saldo de 80 ción y territorio.
muertos y centenares de heridos de ba-
la durante las movilizaciones conocidas como
La Guerra del Gas. El descubrimiento de que El ajuste estructural
el presidente Sánchez Losada había firmado un
contrato de exportación de gas a Estados Uni- En 17 años de neoliberalismo en Bolivia lo
dos fue la chispa que prendió la mecha. Las evidente es que el modelo ha fracasado, pues
empresas beneficiarias del contrato (Repsol, no ha resuelto los principales problemas de
British Gas y BP) aguardaban silenciosas el de- los bolivianos y más por el contrario ha em-
senlace del conflicto que les quitó de las manos pujado a más y más personas a la miseria ex-
la posibilidad de exportar los 13,42 trillones de trema. Los diferentes gobiernos han aplicado
pies cúbicos de gas a un precio de oferta. El incondicionalmente las recetas de los organis-
proyecto del consorcio Pacific LNG pretendía mos internacionales (Banco Mundial y Fon-
licuar diariamente 30 millones de m3 de gas en do Monetario Internacional). Decreto a de-
las costas de Chile para venderlo a las termoe- creto, se ha desnacionalizado el país, que ha
léctricas californianas de Sempra Energy obte- visto como sus empresas históricas, estructu-
niendo unos beneficios millonarios. radas con el ahorro interno de los trabajado-
El vicepresidente Carlos Mesa tomó el res, pasaban a manos de transnacionales.
mando del país, consiguiendo una tregua de
las movilizaciones sociales con la promesa de Se descuartiza el Estado
iniciar un proceso de revisión de los contratos
petroleros. Este proceso culminó con el refe- Durante el gobierno del presidente Gonzalo
réndum de mayo de 2004, en el que el pue- Sánchez de Lozada (1994-1997) se reformu-
blo boliviano asiste con desencanto a una laron todas las leyes en base a los nuevos mol-
consulta que pretende “cambiar todo para des de la Banca Multilateral. A este proceso se
que no cambie nada”. En palabras del presi- le llamó “ajuste estructural” y constituye uno
dente Mesa: “No se pueden modificar los de los hitos históricos en la pérdida de la so-
contratos con las petroleras porque esto es de- beranía nacional de Bolivia. Nunca, en tan
clarar la guerra al mundo”. poco tiempo, el país perdió tanto: el país se
Este artículo visualiza los primeros años desprendió de todas las infraestructuras esta-
del neoliberalismo petrolero en Bolivia. A tales, sus yacimientos y sus trabajadores.
diferencia de otros países como Ecuador y El Estado también perdió su rol como en-
Colombia, la explotación petrolera en este te regulador. Esto queda suficientemente re-
país no arrancó en magnitud sino hasta la flejado en la nueva Ley del sistema de regula-
década de los noventa. Analizaremos el mar- ción sectorial, donde aparece la figura de las
co legal que fue impuesto por agentes exter- superintendencias.1 Estas instituciones fueron
nos para convertir a Bolivia en “pasto de creadas por el Banco Mundial como gobier-
transnacionales”. Las concesiones petroleras nos paralelos independientes del Estado para
invaden territorios indígenas y áreas protegi- regular alguna actividad productiva del país.
das. Por otro lado, repasaremos el desarrollo Son financiadas por el Banco Mundial y por
de los conflictos socio-ambientales de los las propias empresas a partes iguales, y ampa-
mega-proyectos de gas detallando cómo las radas en la Ley SIRESE; se les otorgan un po-
poblaciones se organizaron en defensa de su
entorno inmediato y sus recursos mientras el 1 N. del E.: Esta ley, conocida como Ley SIRESE, es la
estado asumió un rol defensor de los intere- ley 1600 del 28 de octubre de 1994.

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der por encima del propio Estado, o sea, son


estructuras no democráticas de empresarios
que se regulan a sí mismas. Y como se espera-
ba, desde su creación, la Superintendencia de
hidrocarburos ha actuado como verdadero
defensor de la impunidad petrolera.
La Ley de capitalización transfiere el aho-
rro interno boliviano (concentrado en la in-
dustria estatal) hacia las transnacionales.2 El
primer paso consistió en hundir intenciona-
damente a las empresas estatales. Luego se
cuantificaba su patrimonio y por último se
ofreció las empresas a socios extranjeros,
quienes se quedaron con el control de la em-
presa y el 50% de las acciones con la simple
promesa de inversión de la misma cantidad
que el patrimonio cuantificado. El otro 50%
Gonzalo Vargas

quedaría repartido entre todos los bolivianos


a través de los fondos de pensiones, adminis-
trados también por bancos extranjeros. En
total, se pagó 835 millones de dólares por una convirtiendo a Bolivia en un país petrolero.
empresa cuyos activos alcanzaban 1.105 mi- Los cambios fundamentales que introducía
llones de dólares. Las reservas probadas eran esta ley escrita en los despachos de una con-
de 161 millones de barriles, es decir, 4.830 sultora de Washington son la rebaja de im-
millones de dólares, al precio de 30 dólares / puestos del 50% al 18% y la ampliación de
barril. Esta cantidad es superior a la deuda ex- las concesiones tanto en extensión (hasta 1,5
terna del país. Además fueron entregados gra- millón de ha) como en tiempo (40 años).
tuitamente a las empresas Chaco y Andina, 6 La asfixia total del ente estatal se produce
trillones de pies cúbicos de gas en reservas con el Decreto Supremo 24806, del 4 de
probadas. (Mariaca 2000). agosto de 1997 por el que se entrega la pro-
La empresa estatal Yacimientos Petrolíferos piedad de los hidrocarburos a las transnacio-
Fiscales Bolivianos (YPFB) fue dividida en cua- nales en boca de pozo. Bajo estas disposicio-
tro, y repartida a tres consorcios extranjeros nes se suscriben 78 joint ventures o contratos
provenientes de España, Estados Unidos y Ho- de riesgo compartido, por 40 años. El decre-
landa. Momentáneamente se dejó las refinerías to fue abrogado por Carlos Mesa, con otro
(YPFB Residual) en manos de los antiguos ope- decreto en 2004, el que, al no tener carácter
rarios de YPFB, para en 1999 ser privatizada. retroactivo, permite que el Decreto Supremo
24806 esté vigente en los próximos 36 años.

Nueva Ley de hidrocarburos Petróleo, ¿riqueza o castigo?

El 30 de abril de 1996 se aprobó la nueva Ley Llegaron las transnacionales atraídas como
de hidrocarburos, que atraería inversiones, moscas a la miel. El territorio subandino
amazónico fue repartido sobre el mapa geoló-
2 N. del E.: Se trata de la ley 1544 del 21 de marzo de gico. La protección de las cabeceras de ríos
1994. amazónicos y las frágiles culturas indígenas

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estaban de más en un cálculo que sólo entien- que, de resultar positivos, hipotecan durante
de de barriles y metros cúbicos. por lo menos los siguientes 30 años la vida de
Transcurridos dos lustros, el pueblo boli- las comunidades vecinas. Cuando la compa-
viano ha comprendido el precio del engaño. ñía abandona el territorio, deja tras de sí un
El país fue despojado de sus empresas, la eco- paisaje deteriorado, deforestado y con un his-
nomía nacional se ha hundido y a pesar de la torial de derrames y accidentes. Las abundan-
construcción de nuevos gasoductos y un au- tes lluvias actúan de vectores de contamina-
mento exponencial de las exportaciones de ción fluvial de cualquier charquito de pro-
gas, el tesoro nacional sigue financiando a las ductos químicos que haya quedado al descu-
transnacionales a costa de recortar los ya de bierto. La industria petrolera limpia en eco-
por sí insuficientes presupuestos sociales. El sistemas tropicales no existe.
petróleo parasitó la economía boliviana.
La superposición petrolera

Conflictos socio-ambientales La jerarquía legal que se estableció entorno a


de la actividad petrolera las leyes petroleras, que por su “interés nacio-
nal” prevalecían por encima de otras leyes o re-
La industria petrolera no es limpia glamentos “secundarios” como la Ley 1333 de
Medio Ambiente, el Reglamento ambiental del
Tanto las actividades exploratorias como pro- sector hidrocarburos o la Ley INRA, ha gene-
ductivas impactan seriamente en el ambiente. rado un estado de desprotección que vulnera
Para determinar la ubicación de los yacimien- tanto a extensas áreas de conservación biológi-
tos hidrocarburíferos, la compañía realizará ca como amplios grupos poblacionales del país.
uno o varios proyectos de exploración sísmi- Dice el artículo 1 de la Ley de hidrocarbu-
ca sobre el territorio. Esto es, abrir sendas de ros que “Todos los yacimientos de hidrocarburos
dos metros de ancho por unos veinte kilóme- son propiedad inalienable del Estado”, el cual a
tros de longitud, donde enterraran y explota- través de contratos de riesgo compartido, los
rán explosivos a 10 metros de profundidad otorga a las empresas transnacionales. Donde
que emitirán unas ondas cuyos ecos detecta- pone “yacimientos” léase “subsuelo”... y ya te-
rán una línea de sismógrafos. Para tal efecto, nemos el marco legal establecido que abre
habrá que no sólo deforestar los caminos sino puertas a la ocupación de territorios. Si bien
construir campamentos móviles, helipuertos la superficie terrestre no es propiedad de las
y zonas de descarga. Un proyecto símico sim- petroleras, sí les pertenece el subsuelo, que es
ple puede necesitar entre 300 y 1000 km de lo mismo que decir que pueden operar ahí
longitud de brechas, 200 helipuertos y mil donde el sismógrafo indique presencia de hi-
zonas de descarga. drocarburos.
La exploración sísmica tiene impactos im- Además, las petroleras pueden expropiar
portantes en áreas boscosas tropicales, en cuanto vía derecho de servidumbre a las familias que
son nuevas vías de acceso para la colonización, habiten en cualquier predio donde abrir un
caza o tala de maderas nobles. A parte, las comu- camino, construir una planchada, helipuerto
nidades originarias son ocupadas por centenares o campamento.
de trabajadores foráneos que irrumpen con pa-
trones de conducta occidentales, como la prosti- Áreas protegidas
tución y el alcoholismo.
Ubicado el yacimiento, se iniciará la per- En el país existen 21 áreas protegidas, con
foración escalonada de pozos exploratorios una extensión de 167.417 km2, que represen-

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tan el 15,2% del territorio nacional, que hoy más habituales del país: el punto en que se
se ven amenazadas por la creciente actividad cruza el derecho indígena con las concesiones
petrolera. Esas zonas son ricas en biodiversi- hidrocarburíferas. Lo cierto es que existe una
dad, fauna, flora y en su territorio albergan a repetida coincidencia entre bloques de explo-
comunidades originarias que en todo el tiem- ración hidrocarburífera y los territorios comu-
po han vivido en una relación de sostenibili- nitarios de origen (TCO), lo cual no es extra-
dad con los recursos. ño teniendo en cuenta que del total del terri-
En total, 11 áreas protegidas fueron inva- torio nacional, 611.100 km2 (un 55,6%) son
didas por las empresas petroleras para realizar de potencial hidrocarburífero (Orduna 2004).
trabajos de exploración, prospección y sísmi- Entre otras, Repsol-YPF es de las que más
ca. En la región amazónica, las empresas pe- territorios ha intervenido. La compañía tiene
troleras se adjudicaron tres bloques (Río concesiones que se superponen a un total de
Hondo, Rurrenabaque y Tuichi) en el área 17 TCO repartidos en las regiones amazóni-
protegida del parque Madidi y Pilón Lajas; el ca y chaqueña. De Norte a Sur, los bloques
bloque Sécure en el parque nacional Isiboro Rurrenabaque y Tuichi abarcan los territorios
Sécure; el Amboró Espejos en el parque na- de las etnias amazónicas chimanes, mosetenes
cional Amboró; Chimoré I en el parque na- y tacanas. A parte, la etnia nómada esse ejja,
cional Carrasco. En la región chaqueña el que recorre las playas del río Beni, también se
parque nacional Serranía de Aguaragüe ha si- verá afectada por las operaciones hidrocarbu-
do concesionado a empresas petroleras en los ríferas, aunque no tiene un territorio titulado.
bloques San Alberto, San Antonio, Bereti y El bloque Sécure atraviesa el territorio indíge-
Tarija Oeste. En el parque nacional Sama na multiétnico -donde conviven comunida-
operan las petroleras en el bloque Cambarí. des chimanes, moxeñas y yurakarés-, el terri-
A parte, existen muchas regiones del país torio indígena chimán y el territorio indígena
que no gozan de ninguna protección pero del parque nacional Isiboro Sécure, refugio
que su inaccesibilidad las ha conservado co- ancestral de la etnia yurakaré.
mo bosques primarios no intervenidos. En el La fragilidad ecológica de los ecosistemas
Beni, la serranía de Eva-Eva y Mosetenes es- amazónicos, al ser intervenidos, coincide con
tán aún inexploradas; se sabe de la existencia la fragilidad cultural de los grupos étnicos que
de núcleos indígenas chimanes aún por con- los habitan. Su reducido número de habitan-
tactar. En el departamento de Chuquisaca, la tes y el escaso contacto los hace propensos a
serranía de Iñao conserva manchas de bosque romper bruscamente sus actividades tradicio-
boliviano-tucumano que albergan una de las nales, trabajar para la empresa con contratos
colonias más grandes de paraba frente-roja, temporales que introducen en las comunida-
endémica de Bolivia. des hábitos como el alcoholismo, el abandono
Lo cierto es que con protección o sin ella, de la familia o las actividades agrícolas y reco-
son muchas y de gran alcance las áreas ecoló- lectoras. Cuando Repsol ingresó al interior
gicas que van a ser impactadas y degradadas del territorio chimán ofreció cepillos de dien-
irreversiblemente en Bolivia, si no se cambia tes pretendiendo imponer costumbres higié-
la política fiscalizadora del Estado a las em- nicas ajenas. En cambio, durante la construc-
presas petroleras. ción del primer pozo exploratorio, la empresa
se dedicó a comprar las piezas de caza que los
Territorios indígenas hombres de la comunidad cazaban para ali-
mentar a los suyos. Desde entonces, ya no ca-
El conflicto indígena con las petroleras se en- zaban para la subsistencia sino para vender las
marca en una de las intersecciones geográficas piezas a la compañía y comprar alcohol a los

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comerciantes que entraban a vender produc- Gasoducto Bolivia – Brasil


tos al campamento petrolero.
En la región chaqueña, Repsol invade va- Los 1.750 millones de dólares que ha costado
rios TCO de la etnia guaraní, como Charagua el gasoducto Bolivia – Brasil, unen los 3.000
Norte, Kaami, Itikaguasu y Tapiete. Estos te- km que separan los pozos de gas bolivianos
rritorios, ubicados en la llanura chaqueña, con las industrias de las periferias de Saõ Pao-
también son afectados por la construcción de lo. Esta obra es un gran negocio para Enron y
dos gasoductos de 500 km, que transportan Shell, en Bolivia, y Petrobras, en Brasil, el cual
el gas chaqueño a Santa Cruz, donde es ex- tiene además un trato de preferencia para ex-
portado a Brasil por el Gasoducto Bolivia – portar todo el gas que produce en Bolivia. El
Brasil. En la serranía del Aguaragüe, donde se gasoducto es propiedad de dos consorcios es-
descubrieron las reservas más grandes de gas, tablecidos en Bolivia y Brasil, formados por
el bloque Caipipendi invade el TCO Tentaya- Transredes, Enron, Shell, Petrobras y BTB.
pi, donde viven las comunidades guaranís Los bancos realizaron préstamos por el valor
que por su inaccesibilidad han conservado la de: 310 millones de dólares (Banco MundIal),
cultura más pura. En un manifiesto fechado 240 millones de dólares (BID) y 84 millones
en julio del 2004, la comunidad de Tentaya- de dólares (Corporación Andina de Fomento)
pi se pronunciaba a favor de tomar medidas (Gavaldá 1998). Pero la imagen de los presta-
activas para impedir la entrada de Repsol en mistas quedó salpicada por todos los atropellos
sus territorios. Otra etnia afectada son los a los derechos humanos que acompañaron su
weenhayek, pescadores del río Pilcomayo, construcción. El Banco Mundial dirigió toda
que ya expresaron su rechazo a la construc- una campaña para mostrarse como un presta-
ción del gasoducto Yacuiba Río Grande, opo- mista correcto que garantiza la ética y el respe-
sición que fue desestimada por la Superinten- to en sus inversiones, pero no fue así. Duran-
dencia de hidrocarburos. te toda la construcción se reportaron graves in-
cidentes, o situaciones no contempladas.
A finales de 1998, a raíz de una huelga de
Conflictos ambientales la plantilla de trabajadores bolivianos discri-
de los gasoductos minados por su salario respecto al resto de
obreros, el gobierno ordenó la militarización
Esta parte nos ayudará a visualizar el contex- de las obras para no incumplir el cronograma
to de impunidad con el que se mueven los de entrega. A lo largo del tramo boliviano del
grupos económicos en Bolivia, para entender gasoducto, vecinos de los municipios afecta-
por qué empresas como Repsol-YPF están dos se organizaron en comités de fiscalización
apostando tanto en este país y por qué se sa- para reportar todos los impactos del gasoduc-
be tan poco de sus actividades. En los últimos to. A parte de la deforestación de miles de
años, diferentes conflictos han desenmascara- hectáreas, la fragmentación de ecosistemas y
do el verdadero talante de las multinacionales, la apertura de accesos, los impactos sociales
que no han dudado en ignorar y aplastar los fueron escandalosos. En la tranquila pobla-
derechos humanos para defender sus intereses ción de Carmen Rivero Torres, donde los hu-
económicos. En cada uno de los conflictos, las medales del pantanal dan paso a extensas lla-
poblaciones afectadas se organizan de una u nuras de pastos, la empresa constructora inva-
otra forma para defender sus derechos, mien- dió el pueblo con 2.000 trabajadores. En dos
tras que el gobierno siempre ha demostrado su meses el pueblo se quedó sin agua y sin luz,
utilidad como protector de los intereses priva- hubo violaciones, seis menores de edad emba-
dos, que llegan incluso a fortalecerse. razadas, alcoholismo y delincuencia. Cuando

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las denuncias del comité de fiscalización lle- nas más vulnerables, pero se optó por la solu-
garon a Estados Unidos, el Banco Mundial ción barata, o sea una línea recta, de 30 me-
quedó en evidencia. Desde Washington par- tros de ancho destruyendo todo a su paso. El
tió un avión con destino a Carmen Rivero trazado del gasoducto atravesaba el bosque se-
Torres para desmentir las denuncias. Una co- co Chiquitano, una mancha de bosque virgen
misión de funcionarios del Banco Mundial, de 100 km de diámetro, calificado entre los
acompañado por responsables de la empresa bosques secos con mayor riqueza de especies
Gas Transboliviano, Petrobras y la Consulto- y endemismos del planeta. Evidentemente,
ra Dames & Moore recorrieron el pueblo, en- todo esto no se decía en el deficiente Estudio
trevistándose con la gente. En una reunión en de evaluación de impacto ambiental aproba-
la escuela, los pobladores exigieron una do por el gobierno, que consideraba el bos-
“damnificación socioeconómica” por los da- que Chiquitano como si fuera una parte del
ños, “dado que los impactos ambientales son pantanal (Entrix 1998). Este hecho motivó
irreversibles y no se pueden cuantificar” (Gaval- que tanto las poblaciones locales como un en-
dá 2003). En esta reunión se puso en eviden- tramado de organizaciones sociales bolivianas
cia la inutilidad del monitoreo de la consulto- e internacionales se opusieran al trazado del
ra norteamericana Dames & Moore, contra- proyecto. Esta oposición llegó incluso al
tada para monitorear las obras en contraposi- Congreso norteamericano, donde se demos-
ción al comité de fiscalización formada por tró la incompatibilidad del proyecto con los
voluntarios del pueblo (Crespo 2000). estatutos del banco OPIC, que prohíbe el fi-
nanciamiento de obras que supongan una in-
Gasoducto a Cuiabá tervención directa a los bosques primarios
tropicales. Entonces OPIC encargó otro estu-
Al año siguiente, apareció en escena el gaso- dio complementario que determinó que “el
ducto a Cuiabá. Este nuevo gasoducto expor- Bosque Seco Chiquitano puede ser el área más
ta gas barato boliviano a la sobredimensiona- grande de bosque seco remanente relativamente
da planta termoeléctrica, que construyó la poco disturbado en el Neotrópico, sino en el
compañía Enron en la ciudad de Cuiabá. mundo entero” (OICH 2001).
Con este proyecto Enron suministrará electri- Si la OPIC retiraba el préstamo, Enron y
cidad a un millón de consumidores brasileros Shell lo tendrían más difícil para llevar a cabo
y a las poblaciones fronterizas de Bolivia, que el proyecto, pero a última hora Enron se sacó
comprarán su propio gas convertido en kilo- de la manga un acuerdo con cinco organiza-
watios. En realidad, lo que buscaba Enron ciones para la ejecución de un Programa de
con esta obra era liberarse de Petrobras (socio conservación del bosque seco Chiquitano de
del gasoducto Bolivia–Brasil) para disponer 20 millones de dólares. Estas organizaciones,
de su propio tubo que alimente su central tér- tres de ellas extranjeras, negociaron en nom-
mica. El proyecto requirió de una inversión bre de los bolivianos la destrucción de un
de 570 millones de dólares, la mitad de los ecosistema único, a cambio de convertirse en
cuales aproximadamente era para enterrar los un poder económico regional más fuerte que
626 km de gasoducto. Como muchas otras el Estado (Molina 2000). En cambio, las 37
obras de Enron en el mundo, recibió el finan- comunidades de indígenas chiquitanos y ayo-
ciamiento de OPIC, aunque sus estatutos reos afectadas directamente por la construc-
prohibían financiar la intervención de bos- ción del gasoducto, recibieron después de dos
ques primarios tropicales (OICH 2001). El años de movilizaciones y negociaciones un
trayecto del gasoducto a Cuiabá se podía ha- Plan de desarrollo indígena, presupuestado
ber diseñado bajo una lógica de evitar las zo- en casi 2 millones de dólares. Las cinco insti-

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tuciones del negociado con Enron, sacaron mitigación realizada por la empresa fue la co-
diez veces más, sólo con una firma. locación de un vistoso cartel que ponía: “Pro-
Sus primeras actuaciones fueron consti- hibido tomar agua”. (OICH 2000).
tuirse en fundación para tener más movilidad
financiera y proponer la creación de áreas de Dos gasoductos paralelos: Gasyrg y Yabog
conservación privadas. Se cerraba el ciclo.
Comprando tierras a algunos particulares, la El gasoducto Yacuiba – Rió Grande
fundación retornaría los favores a la oligar- (GASYRG), fue rebautizado de su nombre ori-
quía gobernante que impulsó el gasoducto in- ginal (Yabog-II) para no crear confusiones con
cluso a costa de redactar nuevas leyes para evi- la competencia. Se trata de la construcción de
tar la inconstitucionalidad del proyecto. Pero un gasoducto paralelo al ya existente gasoduc-
también había otros intereses para Estados to Yabog, que conecta Yacuiba con la estación
Unidos. En mayo del 2000, la fundación de de Río Grande, donde se empalma con el ga-
Amigos de la Naturaleza (una de las benefi- soducto Bolivia – Brasil. El motivo de añadir
ciadas con los 20 millones de Enron), hizo otro gasoducto al ya existente es puramente
una solicitud a la Dirección general de biodi- mercantil. El gasoducto Yabog I pertenece al
versidad para extraer variedades de maní sil- consorcio Transredes (Enron-Shell) y esta em-
vestre en la chiquitanía debido a la amenaza presa les impondría una tarifa por el uso del
de desaparición que supone la construcción gasoducto. Este dato motivó a las empresas
del gasoducto. En la solicitud se detallaba el propietarias de los campos San Alberto y San
convenio que tenían la fundación con el Mi- Antonio a construir su propio conducto, aun-
nisterio de Agricultura de Estados Unidos pa- que ello suponga la destrucción de más de 431
ra practicar la conservación ex situ de las plan- kilómetros de bosque seco tropical. Este mons-
tas de maní. La Dirección general de biodi- truoso gasoducto, de capacidad superior al ga-
versidad aceptó esta acción de biopiratería soducto Bolivia – Brasil, el cual fue considera-
por una donación de 6.000 dólares. En estos do como el “proyecto del siglo”, tiene un diá-
momentos Estados Unidos habrán patentado metro de 32 pulgadas y una capacidad de
las propiedades de resistencia a la sequía y transporte de 22,7 millones de m3 diarios.
plagas de la planta. Las comunidades de indí- Sus dueños, agrupados en el consorcio
genas chiquitanos y ayoreos, que protegieron Transierra S. A., son los titulares de los cam-
este singular ecosistema durante miles de pos San Alberto y San Antonio, o sea Petro-
años, recibirán a cambio sólo las molestias de bras, Total y Andina (Repsol-YPF). El con-
la maquinaria de Enron, cuando circulan por sorcio Transierra S. A. pretende cubrir el 70%
la extensa brecha del gasoducto donde tienen de la demanda de gas a este país.
derecho de vía. Las poblaciones indígenas afectadas por el
Estas comunidades organizaron un moni- trazado del nuevo conducto se opusieron
toreo activo de los impactos del gasoducto. enérgicamente al proyecto, así como también
En cada comunidad, un promotor ambiental los habitantes de la región del Chaco, lo que
realizó informes mensuales de los daños pro- generó una serie de problemas en la región
vocados por las obras. Durante la construc- del Chaco. El pueblo indígena weenhayek
ción se denunció la destrucción de caminos, presentó ante la Superintendencia de hidro-
dañar explotaciones ganaderas y contaminar carburos su oposición a la construcción del
cuerpos de agua, especialmente en la zona del Gasyrg. Los weenhayek argumentaban que el
pantanal. Por ejemplo, en la comunidad de conducto atravesará su territorio, al igual que
Entreríos se contaminó el curso de agua que las tierras que son habitadas por el pueblo
abastecía la comunidad. La única medida de guaraní, que también presentó su oposición.

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Pero la Superintendencia de hidrocarbu- transportado a California por medio de un


ros de Bolivia, organismo creado y financia- gasoducto. La empresa Sempra Energy se en-
do por el Banco Mundial y las propias em- cargaría en este momento de quemar el com-
presas petroleras, declaró improcedentes las bustible en plantas térmicas para convertir el
objeciones de la empresa Transredes, del pue- gas en kilowatios.
blo weenhayek y de la Asamblea del pueblo Estas empresas son socias del campo Mar-
guaraní. Con esta decisión, el consorcio garita, que se encuentra dentro del bloque
Transierra arrancó el operativo de construc- Caipipendi, en los siguientes porcentajes:
ción del Gasyrg. Según la Superintendencia Maxus (Repsol YPF) 37,5%, British Gas con
“la Licencia Ambiental otorgada a Transierra, 37,5% y Unión Texas de Bolivia con 25%. La
descalifica la aseveración de la Asamblea del empresa operadora de este campo es la em-
Pueblo Guaraní y de los Weenhayek, referida a presa Repsol a través de la empresa Maxus
la inexistencia de una evaluación de impacto Bolivia. El campo Margarita posee 13,42 tri-
ambiental del gasoducto, y consecuentemente la llones de pies cúbicos de gas natural y 303,48
legalidad de la licencia”. De nuevo los estu- millones de barriles de petróleo, según la cer-
dios de impacto ambiental, procedimientos tificación de reservas al 1 de enero del 2001,
inconsultos en los que una consultoría reco- realizada por la consultora de Goldyer & Mac
ge datos de todo lado para recopilarlos en un Naughton. El consorcio estima que, en total,
documento de 200 páginas sin sentido, sir- el proyecto comprometería una inversión de
ven para justificar la destrucción ambiental y aproximadamente 5.000 a 7.000 millones de
los atropellos de los grandes proyectos a las dólares y que podría culminarse a mediados
poblaciones. del año 2005.
La noticia tampoco causó mayor sorpre- En las actuales circunstancias, definidas
sa en la sede del gobierno. En círculos polí- por las reformas en el sector petrolero bolivia-
ticos se dijo que estaba previsto, por una no, la participación del Estado dentro del
cuestión de emergencia nacional para cum- proyecto Pacific LNG y los beneficios que de
plir obligaciones asumidas por el Estado, un él pueden obtener son pocos e insuficientes.
decreto para autorizar la construcción del Analizando la propuesta que el consorcio tie-
conducto si el litigio se extendía en la Supe- ne para los precios en boca de pozo (de 0,60
rintendencia. dólar por millar de pies cúbicos de gas natu-
ral e explotarse), la participación del Estado
boliviano se reduciría aún más, debido a que
La guerra del gas de los 60 centavos de dólar que llegaría a cos-
tar el millar de pies cúbicos tan sólo 10 se
El proyecto LNG quedarían en Bolivia en concepto de regalías.
Lo que en los hechos deja de ser una venta
Para la exportación de gas natural a México y para convertirse en un regalo y subvención a
Estados Unidos, en el mes de junio de 2001, los mercados de Norteamérica, donde el pre-
se conformó el consorcio Pacific LNG. Con- cio del millar de pies cúbicos de gas natural
siste en construir un gasoducto entre el cam- oscila entre los 4 y los 6 dólares. De concer-
po Margarita que se encuentra en Tarija Boli- tarse una venta de 30 millones de m3 de gas
via y el Puerto de Mejillones en Chile, licuifi- natural al día, los ingresos anuales para Boli-
car diariamente 30 millones de m3 de gas so- via, por el 18%, sumarían en total 41,7 mi-
metiéndolo a alta presión, para transportarlo llones de dólares al año: diez veces menos de
en un tren de barcos diarios a las costas de los que hasta 1993 entregó la empresa YPFB
México, donde será de nuevo gasificado y al Estado boliviano.

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dossier
Marc Gavaldá Palacín

Alrededor y dentro del campo Margarita con las transnacionales y sus países de orígen.
viven decenas de comunidades guaranís, las Pero no basta con nacionalizar el gas o re-
cuales, a pesar de vivir sobre millones de dó- construir YPFB, pues la contaminación no
lares en gas, no han recibido de las petroleras entiende de patrias. Una explotación petrole-
sino contaminación y pequeñas limosnas. Por ra en áreas amazónicas o territorios indígenas
ejemplo, con el pozo Margarita X3, perfora- puede ser igualmente dañina, ya sea boliviana
do sobre una planchada de 2 has en el año o extranjera. La apuesta está en la industria a
2000, la extema vecindad (500 metros) con la pequeña escala, el suministro de gas domésti-
comunidad guaraní de Cumandaroti ha ge- co y de automoción como camino hacia un
nerado graves molestias. Durante los prime- desarrollo integral con las energías renova-
ros años, los comunarios se quejaban de que bles, como inversión duradera, sostenible y
el calor del pozo les daba dolor de cabeza por respetuosa con las poblaciones locales.
el mal olor, resfríos y mucho calor que provo-
có el abandono de un campo de cultivo.
El calor que sentían los comunarios no es Bibliografía
casual. Según registros de prensa, en octubre
de 2000, Maxus-Repsol solicitó al Viceminis- Crespo, Guardia, 2000, Problemática Socio-ambien-
terio de Energía e Hidrocarburos la autoriza- tal del Gasoducto Bolivia-Brasil, Probioma y OL-
ción para la quema de gas natural en el pozo X- CA, Santa Cruz.
3. Argumentando la falta de mercado y la ne- ENTRIX-PCA, 1998, “Estudio de Evaluación de
cesidad de comprobar el tamaño de la reserva, Impacto Ambiental del Gasoducto a Cuiabá,
durante el año 2000, Repsol quemó 3.900 mi- Tramo Boliviano”, Santa Cruz.
llones de pies cúbicos de gas (Orduna 2004). Gavaldá, Marc, 1999, Las Manchas del petróleo boli-
viano, CEDIB, FOBOMADE, Cochabamba,
219 p.
La generalización del conflicto —————, 2003, La Recolonización, Icaria, Bar-
celona, 217 p.
Los acontecimientos de la Guerra del gas, pri- MARIACA, Comité de Defensa de los Recursos Na-
mero, y los artificios del referéndum, des- turales, 2000, “Las reservas de gas no acaban de
pués, trasladaron el conflicto ambiental de los ser descubiertas”, en Boletín FOBOMADE, La
pobladores que viven en la boca del pozo a la Paz.
concienciación de la población urbana en tor- Molina, Patricia, 2000, “El proyecto Cuiabá: cómo
no a la recuperación de los recursos. En una comprar conservacionistas”, FOBOMADE, La
década, la población boliviana dejó de creer Paz.
que las transnacionales petroleras sacarían al OICH (Organización Indígena Chiquitana), 2000,
país del hundimiento económico. Ahora ya “Informes de vigilancia socio-ambiental de los
sabe que son el problema más que la solución. pueblos indígenas al gasoducto Bolivia-Brasil la-
Las voces de la nacionalización vuelven a so- teral Cuiabá”, Santa Cruz.
nar en la calle, aunque como advierte el pre- OICH (Marc Gavaldá), 2001, Guía para enfrentar
sidente, todo está atado a favor de las transna- la industria extractiva en territorios indígenas,
cionales y sus intereses. Bolivia vive una épo- CEADES, Santa Cruz.
ca difícil que deberá enfrentar con valentía. O Orduna, Víctor, 07/05/2004, “Donde hay hidrocar-
seguir exportando hidrocarburos baratos, a la buros, hay indígenas”, en Pulso, La Paz.
par que exporta famílias desempleadas y daña Varios Autores, 30/11/2001, “La ‘Super’ encamina
sus ecosistemas, o retomar el control de sus la construcción del Gasyrg”, en El Deber, Santa
recursos aunque esto signifique enfrentarse Cruz.

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