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Amigos de Dios

¿Qué tales hemos de ser? Teresa de Jesús

Esta es una pregunta por el ser. Ser amigos nos coloca frente a gente escogida. Por lo tanto, es
formar el ser. Para Teresa de Jesús, en este camino de formación o de educación del ser tres
cosas son necesarias para quienes desean ser amigos de Cristo: amor de unas/os con otras/os
(amor fraterno), desasimiento de todo lo creado y humildad.

Teresa nos habla desde su experiencia, es decir, es decir, desde aquello que en su vida le dio
el resultado que esperaba y que le permitió alcanzar el ser buscado. No solo nos explica el
proceso de formación o educación, sino que, nos comparte de que modo se puede alcanzar.
Nos indica que encarar el proceso de rehacer o recrear nuestro ser debe de comenzar en
libertad, en cuanto expresión de la espontaneidad del ser mismo, con determinada
determinación, esto es, decidida/o en avanzar, camino al Señor, rompiendo con aquello que le
impide avanzar. Ahora bien, la santa aclara que la oración es el medio para llegar a esta
amistad.

La clave de Jesús fue cumplir la voluntad del Padre, para eso vino. De Él viene y hacia Él se
dirige (Fil.2). Seguir a Cristo es sumarse a este dinamismo de voluntades. Lo que santifica es
esta unión de voluntades. Entonces, ¿Cuál es la voluntad de Dios? Mirar a Cristo.

Estamos llamados a ser cristianos de un Dios íntimo y esto, se logra permaneciendo en el


Amor. Y esto, es la oración. Lo único que nos deja fuera de la identidad cristiana es
quedarnos sin Cristo, es dejarlo fuera (Mc.3,13).

Jesús llama para dos cosas: 1°- Estar con Él porque, asido al sarmiento podemos dar fruto y
ese fruto depende de la sabia que el árbol lleva dentro. 2°- Misionar, estar en el pecho mismo
de Jesús.

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