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El presente trabajo, está dedicado a la Policía Nacional del Perú, por permitirnos
ser lo que somos y lo que queremos ser.
A nuestro catedrático, quien con sus sabias enseñanzas ha sabido encender una
luz en el sendero de nuestro conocimiento.
1. INTRODUCCIÓN………………………………………….…………….……..…...4
3. ANÁLISIS……………………………………………….………………….…..……9
4. CONCLUSIONES…………………………………………………………...….…10
5.RECOMENDACIONES………………………..……....................………….…..10
6.BIBLIOGRAFÍA…………………………………...……………...…..…….…...…11
ANEXOS
1. INTRODUCCIÓN
2. CAPITULO I - MARCO TEÓRICO
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
C. La persona tiene, al menos, dieciséis años y es por lo menos cinco años mayor
que el niño o los niños del criterio A.
Además, se debe especificar si la atracción sexual es por los hombres, por las
mujeres o por ambos sexos; si se limita al incesto o no; y si es de tipo exclusivo
(atracción sólo por los niños) o no.
Seto M. (2012), comenta que muchos investigadores y clínicos como afirman que
la pedofilia es un trastorno que tiene un curso de toda la vida. Para algunas
personas, por lo menos, se descubre en la adolescencia temprana y el interés
sexual en los niños puede ser detectado en la adolescencia.
Por otro lado, en esta revisión se afirma que hay un mayor acuerdo sobre algunos
hechos. Cercanamente todas las personas con tendencias pedofílicas son
varones, asimismo que los estudios han reportado que en un 1% a 6% de niños
abusados los perpetradores han sido féminas, asimismo existen desordenes de la
personalidad y estados de humor en común con personas con tendencias
pedofílicas; y un 50% a 70% de personas con tendencias pedofílicas han sido
diagnosticados con otras parafilias como exhibicionismo, voyeurismo o sadismo.
Además, el autor plantea que existe consenso en el sentido en que la pedofilia es
una orientación sexual distinta, no algo que se desarrolla en alguien homosexual
o heterosexual. Algunas personas con necesidades pedofílicas son también
atraídos por adultos, y quizá actúan solo en deseos posteriores. De esta manera
las personas pedofilicas que son atraídas por niños de un género especifico, son
algunas veces descritas como pedófilos heterosexuales, homosexuales o
bisexuales.
En la investigación llevada a cabo por Deza S. (2005) acerca del abuso sexual,
toma en referencia a Finkelhor (2000), quien afirma que existe en grupo de
abusadores menores, de sexo masculino, quienes suelen imitar el abuso que han
sufrido, quienes pueden haber tenido una historia de rechazo social y
estigmatización sin ser conscientes de la causa inicial del problema.
La motivación del agresor para cometer el abuso; en el cual afirma que hay
diversas categorías de clasificación de los agresores sexuales, teniendo en
cuenta un “modus operandi” diferente, entre ellos se encuentra:
Otro factor es referido a la habilidad del agresor paras superar sus propias
inhibiciones y miedos. Algunas de estas se encuentran razones individuales de la
desinhibición como el alcohol, la psicosis, la senilidad o el fracaso en la represión
de un incesto en la familia. Además, menciona otros motivos del área
sociocultural como la tolerancia social, debilidad en las sanciones por el abuso
sexual. La pornografía infantil, y la incapacidad por ponerse en el lugar de los
niños.
VI. CAUSAS:
Romi, J.C., & García, L. (2005), menciona el punto de vista de Ricardo Caponni
(2002) “La pedofilia es una condición mental perturbada en un sujeto que, de niño,
fue víctima de situaciones traumáticas de abuso sexuales o de carencias afectivas
muy intensas frente a las cuales no pudo usar otros recursos que la actuación y la
hipersexualización, con un componente variable de agresión”
En general, la causa exacta es algo que aún se desconoce. Hay muchas teorías y
explicaciones desde lo biológico, psicológico, social, etc.
Trabazo cita a Cáceres (2001), destaca los factores que pueden explicar no solo
el origen de la pedofilia, sino de cualquier otra parafilia:
Es importante señalar sin embargo que no queda claro si son las creencias
distorsionadas las que llevan por ejemplo a un pedófilo a abusar de un menor, o
las creencias son el resultado de una búsqueda de justificación de su conducta.
Parece más bien que son las interpretaciones erróneas o distorsionadas del
comportamiento de los niños, las que llevan al pedófilo a construir una serie de
creencias que le ayudan a justificar sus actos.
F) Una adicción sin sustancia: las pedofilia se consideraría como una forma más
de adicción (Cohen, Grebchenko, Steinfeld, Frenda, & Galynker, 2008) y como tal
presentaría una serie de características: Está controlada por reforzadores
positivos en su inicio y por reforzadores negativos al final; Implica cierta pérdida
de control para el sujeto; Conlleva normalmente deterioro social del sujeto; Suele
producirse cierto grado de tolerancia; Está determinada por la dependencia como
proceso esencial y básico. Apoyando esta teoría muchos autores señalan la
existencia de diversas adicciones (sobre todo el alcohol) en sujetos parafílicos.
G) Explicaciones biológicas: algunos autores han relacionado el comportamiento
sexual desviado a algún tipo de disfunción cerebral. Sobre todo, se ha estudiado
la influencia de lesiones en el lóbulo temporal, en el lóbulo límbico, así como
trastornos en la región fronto-temporal izquierda. Otros estudios señalan la
relación de trastornos hormonales (altos niveles de testosterona) con la conducta
sexual agresiva. De todas formas, el conocimiento al respecto es muy limitado,
aunque sí es verdad que se está investigando sobre todo para determinar el
efecto positivo de un tratamiento farmacológico para controlar algunos casos de
parafilias.
Rodes, Monera y Mar (2010) nos brindan un breve perfil de un pederasta: Varón,
mayor de 35 años, sin antecedentes delictivos, integrado en su entorno social,
profesional cualificado o jubilado, no consumidor de alcohol u otras drogas.
Para Bieber (2012), El individuo con este trastorno debe tener16 años o más y ha
de ser 5 años mayor por lo menos que el niño. Su curso puede ser permanente,
manteniendo contactos con una o varias víctimas, o presentar períodos de
abstinencia con episodios pedofílicos.
Dentro de los múltiples estudios que se han realizado sobre el tema, si hay un
punto en que los diferentes autores ponen en común es en que no existe un perfil
claro del pedófilo. El pedófilo puede ser un hombre o una mujer, aunque éstas son
minoría; puede ser joven, adulto o anciano; puede ser un persona culta y
respetada en su profesión o una persona inculta; pueden ser homosexuales o
heterosexuales; suelen preferir a las niñas pero también pueden decantarse por
los niños o por ambos sexos; pueden conocer a la víctima (ser familiares o
amigos) oser completamente desconocidos; sus actos pueden ir desde la
masturbación, utilización de pornografía infantil, hasta los tocamientos y violación;
unos utilizan la violencia y otros sutiles técnicas de manipulación (Trabazo, 2009).
Podemos hablar de pedofilia “primaria” cuando ésta está muy arraigada en el
sujeto, y de pedofilia “secundaria” cuando ésta está asociada a otro trastorno
psicopatológico como un retraso mental, una demencia degenerativa o un
alcoholismo por ejemplo (Oliverio y Graziosi, 2004). También podemos diferenciar
a los pedófilos de “tipo exclusivo” que sólo se sienten atraídos por menores, de
los de “tipo no exclusivo” cuando también sienten atracción sexual por adultos.
Hay que aclarar que la mayoría de los pedófilos intentan no “maltratar” a los
niños, bien porque no sienten impulsos sádicos, por la atracción que sienten por
ellos o por el temor a que si les hacen daño éstos puedan hablar con alguien y ser
descubiertos. Muchos pedófilos al ser descubiertos justifican sus actos
defendiendo el valor educativo de éstos para el niño, acusando al niño de
seductor que incita al adulto, o alegando que el niño había obtenido placer con su
comportamiento (Trabazo, 2009).
Los más peligrosos son los pedófilos con rasgos sádicos y que practican el
denominado “pedosadismo” (Oliveiro y Graziosi, 2004). En estos casos, además
de sentir una atracción sexual por los niños, sienten placer infringiéndoles daño o
sometiéndolos, llegando en los casos más graves a matar a su víctima. Es
importante diferenciar estos sujetos de los que también matan a su víctima, pero
no por una satisfacción en el hecho en sí de matar, sino por el temor a ser
delatados y descubiertos.
TIPOS DE PEDÓFILOS:
Morillas (2005), propone los postulados expuesto por Vásquez Mesquita, quien
identifica dos tipos posibles de manifestaciones pedófilas:
a) Primaria: Circunscrita a aquel sujeto que únicamente ha mantenido relaciones
sexuales con niños o adolescentes. Este individuo se caracteriza por no presentar
ningún interés sexual (ni a menudo social) por los adultos, ostentar una
personalidad rígida, lo cual lleva implícito una existencia solitaria y estéril no
presentado sentimientos de culpa o vergüenza por sus actividades pedofílicas.
TRATAMIENTO
Una gran parte del tratamiento para el paciente que padece una pedofilia
secundaria se basa en recalcar el daño que la explotación sexual de menores
causa en la víctima. Como este grado de la pedofilia se caracteriza por
remordimientos por parte del perpetrador, el hecho de destacar las secuelas que
la explotación sexual desencadena en el desarrollo de una persona de corta edad
puede penetrar las defensas de negación y racionalización que se suelen ver con
esta población de pedófilos.
A estos objetivos principales habría que añadir otros como pueden ser:
entrenamiento en habilidades sociales y asertividad, enriquecimiento de la vida en
pareja, solución de otras disfunciones sexuales preexistentes, potenciar la
excitación ante estímulos sexuales “normales”, desarrollo de habilidades de
solución de problemas, educación sexual, etc.
4. CONCLUSIONES
- Podemos concluir que en su gran mayoría los pedófilos no aceptan que tienen
una enfermedad y se sienten personas “normales – sanas”.
5.RECOMENDACIONES
6.BIBLIOGRAFÍA
- Trabazo, V.; Azor, F. (2009). La Pedofilia: Un problema clínico, legal y social.
EduPsykhé, 2009, Vol. 8, No. 2, 195-219. Dialnet.
- Castro, A., Contreras, C., & Nuñez, A. (2004). Violencia sexual infantil: La
pedofilia en el entorno social del menor. Tesis de licenciatura no publicada,
UCHILE, Santiago, Chile.