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Si queremos comprender mejor, sea como maestros, como aprendices o como ambos
al mismo tiempo las dificultades que se plantean en las tareas del aprendizaje necesitamos
ubicar a las mismas en el contexto social en el cual se generan. El deterioro observado está
relacionado con el aumento en las exigencias de nuevos saberes, conocimientos y destrezas
propios de una sociedad que posee ritmos de cambio vertiginosos, basados en nuevos
aprendizajes y competencias que va más allá de la simple reproducción que afecta tanto a
los aprendices como a los maestros. A efectos de comprender mejor la relevancia social del
aprendizaje y la importancia de sus fracasos, podemos comparar el aprendizaje humano con
el de otras especies. Como cita Baddeley las diversas especies que habitan nuestro planeta
disponen de dos mecanismos complementarios a fin de resolver el problema de adaptación
a su entorno: se trata de la programación genética: mecanismo muy eficaz que permite el
desarrollo de pautas conductuales muy complejas sin experiencia previa y con un alto valor
de supervivencia en especies inferiores como los insectos también presente en especies
superiores; el otro mecanismo adaptativo es el aprendizaje: posibilidad de modificar las
pautas de conducta ante los cambios que se producen en el ambiente que es más flexible y
por ello más eficaz a largo plazo y por ello es más característico de las especies superiores.
Los humanos de entre todas las especies contamos no sólo con una inmadurez más
prolongada y de un apoyo cultural más intenso, sino también de capacidades de aprendizaje
más desarrolladas y flexibles. Uno de los procesos de la psicología humana más difíciles de
simular en los sistemas de inteligencia artificial es la capacidad de aprendizaje, dado que
aprender es una capacidad propia de los organismos y no de los sistemas mecánicos. La
capacidad de aprendizaje junto con el lenguaje es lo que nos eleva por sobre las otras
especies. Ya desde nuestros primeros meses de vida los seres racionales apelamos a
sonrisas y lágrimas para lograr nuestro cometido y nos mantenemos en un continuo
aprendizaje primero involuntario y no formal para luego desarrollarlo en forma voluntaria y
acorde a modos formales. Estos procesos de aprendizaje, la forma en la cual aprendemos no
es sólo consecuencia de una preparación genética eficaz, sino de un círculo vicioso de
nuestra capacidad de aprendizaje que nos permite incorporar la cultura.
Siguiendo la máxima de Vygotsky según la cual todas las funciones psicológicas
superiores se generan en la cultura, nuestro aprendizaje además de responder a un diseño
genético responde sobre todo a un diseño cultural. Las culturas del aprendizaje deben
entenderse en el contexto de las demandas sociales que las generan. Los cambios como
resultado de las exigencias de la irrupción de nuevas tecnologías dieron lugar al nacimiento
de nuevos aprendizajes, no se trata solamente de adaptar nuestras formas de aprender y
enseñar a lo que esta sociedad más que pedirnos nos exige, a veces con muy malos modos,
sino también de modificar o modular esas exigencias en función de nuestras propias
creencias, de nuestra propia reflexión sobre el aprendizaje, en vez de limitarnos como
autómatas a seguir vagamente los hábitos y rutinas de aprendizaje que un día aprendimos.
Una forma enriquecida de interiorizar la cultura es repensarla, en lugar de repetirla,
desmontarla pieza a pieza para luego volverla a construir.
El Aprendizaje asociativo
Si todas las formas de aprendizaje son cognitivas, es decir, manipulan
representaciones, la diferencia entre unas y otras debe radicar en el tipo de procesamiento
cognitivo de esas representaciones. El aprendizaje asociativo reflejaría la estructura del
mundo y el conocimiento sería un reflejo de él. El aprendizaje constructivo generaría
nuevos mundos, nuevas formas de conocer generando nuevas formas de organización
cognitiva, nuevos significados.
Se basa en un enfoque elementista que descompone cualquier ambiente en un
conjunto de elementos asociados entre sí, de modo que aprender es encontrar con mayor
precisión las relaciones de contingencia entre esos elementos. Parten de dos principios
esenciales: equipotencialidad (todos los ambientes computan igual ya que todos los
elementos son inicialmente incambiables entre sí) y correspondencia (los conocimientos
son reflejos del ambiente)
Por medio del aprendizaje asociativo recuperamos los conocimientos de la memoria a
largo plazo y podemos añadir nuevos aprendizajes sin modificar los ya existentes. En
cambio, el aprendizaje constructivo se produce a través de los aprendizajes previos que
modifican su propia estructuración como consecuencia de haber servido para organizar el
nuevo aprendizaje
El mapa mental funciona como una red, a partir de un concepto central, principal, del
que ramifican otros de carácter secundario, vinculados con el primero, configurándose así
un gráfico que muestra las diferentes dimensiones o aspectos de un mismo tema. Un saber
reflexivo, asociado a otros saberes, representa un conocimiento fácil de integrar y de
recordar. Al decir de Ausubel, los nuevos significados se generan en la interacción de la
nueva idea o concepto potencialmente significativo, con las ideas ya existentes en la
estructura cognitiva del alumno.
El aprendizaje constructivo
Tiene un enfoque más organicista y estructuralista, vinculan el aprendizaje al
significado que el organismo atribuye al ambiente en función de sus propias estructuras
cognitivas y conceptuales. Niegan los dos principios asociacionistas ya que todo
aprendizaje se basa en conocimientos previos del sujeto por lo tanto es un proceso de
construcción personal y no de reflejo del mundo. No sólo construimos el objeto, el mundo
que vemos, sino también a nosotros mismos en cuanto sujetos del conocimiento, la mirada
con la que lo vemos, es decir, las estructuras cognitivas, son el reflejo de ese aprendizaje.
Tres sentidos distintos de aprendizaje constructivo:
Epistemológico: todo conocimiento es una construcción mediada por la estructura
psicológica del sujeto. Se basa en la negación del principio de correspondencia.
Psicológico: relativo a los procesos mediante los cuales se adquiere el conocimiento.
Educativo: relativo al diseño de espacios sociales con la intención de promover la
adquisición de determinados conocimientos.