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Puede ser que muchos que leen este libro no tengan conocimiento del mensaje básico
de la Biblia. Por este motivo, incluimos un resumen muy breve del plan de Dios para la
humanidad como está registrado en la Biblia, la fuente del mensaje de Dios. Estos
hechos bíblicos junto con el capítulo dos de este libro pueden capacitar el lector para
tomar una decisión inteligente de recibir personalmente al Señor Jesucristo.
La Biblia enseña que en el principio Dios creó los cielos y la tierra... Él creó toda cosa
que tiene vida...En el día que creó el hombre, lo hizo en la imagen y semejanza de
Dios. Creó el hombre y la mujer y los bendijo. Entonces Dios vio todo lo que Él había
hecho y dijo que era muy bueno.
Sin embargo, la historia bíblica nos explica que ese primer hombre y la primera mujer,
Adán y Eva, fueron tentados por el ángel caído, Satanás, y escogieron desobedecer a
Dios. Por medio de este pecado ellos cayeron de su estado original de inocencia y se
acortó la comunión que habían disfrutado con Dios. Murieron espiritualmente; la
muerte física les llegó más tarde.
Todo cambió en ese momento. Su caída afectó toda la raza humana. La naturaleza
pecaminosa reemplazó la inocencia anterior del hombre, y toda la creación fue
colocada bajo el juicio de Dios.
Sin embargo, aunque la raza humana estaba ahora alejada de su Creador, Dios en Su
amor hizo una provisión para la redención del hombre del poder de pecado y muerte a
través de Su Hijo, Cristo Jesús. El plan de Dios, como va desarrollando a través de las
Escrituras, involucró la preparación de un pueblo especial a través del cual Él reveló
Su Palabra de manera que podemos conocer el camino verdadero. A Su tiempo Dios
envió Su Hijo, el Mesías, a morir en nuestro lugar por nuestros pecados y a pagar la
pena impuesta por la perfecta justicia de Dios. Hace dos mil años Jesucristo fue
crucificado, murió y fue sepultado. Su sangre vertida en la cruz era el precio pagado
por el pecado y los pecados de la humanidad. Su resurrección demostró que no era
solo hombre, sino Dios que había encarnado como hombre.
Las Escrituras afirman que la salvación es un regalo dado a los que aceptan la muerte
de Cristo como la provisión completa para su perdón y reconciliación con Dios. Cristo
nos ha asegurado que Él vendrá otra vez para llevar a los suyos. Los que lo han
recibido por fe vivirán con Cristo para siempre y los que lo rechacen serán separados
para castigo eterno.
Tal vez el lector cuestiona si la Biblia es lo que afirma ser, la Palabra revelada de Dios.
Si es así, por favor lea el capítulo uno con cuidado. Allí se presenta evidencia
convincente de la confiabilidad de la Biblia.
Capítulo 1
Evidencia convincente
"La Biblia tiene que ser el mensaje de (1) buenos hombres o ángeles, (2) hombres
malos o demonios, o (3) Dios.
(2) No pudo ser un invento de hombres malos o demonios, porque ellos no harían un
libro que nos manda cumplir con nuestros deberes, que prohibe el pecado y condena a
sus almas al infierno para toda la eternidad.
(3) Por eso llego a la conclusión: la Biblia tiene que haber sido dado por inspiración
divina." (Charles Wesley)
Sospecho que todos nosotros hemos inventado una ‘Biblia’ como guía de nuestra
conducta, si nos damos cuenta o no. La ‘Biblia’ que guiaba mi vida personal era una
colección arbitraria de mi propia sabiduría y la de otras. Estas fuentes – libros,
científicos famosos, sicólogos, profesores y mis propias conclusiones – con frecuencia
eran dadas a error, especulativas, no confiables. Todas las fuentes para mi ‘Biblia’
estaban regados de errores y opiniones parciales. Mi ‘Biblia’ no me contestaba mis
preguntas sobre el origen y propósito de la vida del hombre y su destino. Si así es en
la vida de otros también, mi corazón clama por estos viajeros en el camino de la vida.
Con el amor de quien ahora es mi Salvador, pregunto, ¿Así es su ‘Biblia’? ¿Las
fuentes en que confía están libres de errores? ¿Está basada su fuente en
conocimiento permanente y absoluto? ¿Arriesgará su vida, su destino eterno, en
especulaciones u opiniones? Estimado lector, usted y yo sabemos que esto no es la
medida de la verdad.
Por contraste, la Biblia del cristiano es la Palabra de Dios – segura, infalible y probada
en mil batallas.
La Biblia se proclama ser La Palabra de Dios. Hay por lo menos 3,800 frases
como "Así dice el Señor," "La Palabra del Señor vino a mí," y otras que expresan esta
verdad. 2 Timoteo 3.16, por ejemplo, nos dice que, "Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia".
Considere unos aspectos claves en que la Biblia da evidencia ser de confianza. Cada
una de estas pruebas es impresionante, mas en conjunto proveen evidencia firme de
su autoridad como la Palabra revelada de Dios.
Unidad
La arqueología
Se han excavado más que 25,000 sitios que verifican la existencia de ciudades, reyes,
reinos, eventos, autoridades, etc., que demuestran la exactitud y la autenticidad de
millares de referencias bíblicas. El arqueólogo Nelson Glueck ha dicho, "Se puede
afirmar categóricamente que ningún descubrimiento arqueológico ha puesto en tela de
juicio una referencia bíblica."
La ciencia
Aunque los escépticos han insistido que la Biblia contiene errores científicos, nunca
han podido probar ninguno. No es así con ningún otro libro antiguo. De hecho, en
muchos casos se han probado que la ‘ciencia’ estaba equivocada y la Biblia tenía
razón. Los libros de texto científicos son cambiados constantemente y dentro de muy
pocos años se contradicen entre sí. La Biblia nunca ha cambiado los conceptos
expresados. Los idiomas cambian. El mensaje no. Habla en términos correctos cuando
toca a temas científicos. Por ejemplo, en el tiempo cuando la mayoría de la gente
pensaron que la Tierra era chata, aún en el tiempo de Colón en 1492, la Biblia decía
en Isaías 40.22, "Él está sentado sobre el círculo de la Tierra..." La palabra usada para
‘círculo’ es la palabra hebrea que significa ‘redondez’ o ‘esfera’. En otras palabras, la
Biblia reveló que la Tierra era una esfera unos 2,200 años antes de que el hombre se
diera cuenta, aunque Marco Polo había dado algunos pasos en esa dirección unos
pocos siglos antes de Colón. ¡Mas Isaías escribió unos 700 años a.C.!
Los judíos
Ahora considera estos hechos bien conocidos. Los judíos fueron rodeados por pueblos
formidables y dados a la guerra, algunos de ellos más numeroso y más poderosos que
los judíos. Los Hititas, Cananitas, Filisteos, Edomitas, etc. Estimado amigo, ¿cuándo
era la última vez que se encontró con un hitita? ¿Un filisteo? Ellos pasaron de la
escena hace siglos. ¡Pero los judíos permanecen en escena! Fueron perseguidos
horriblemente, seis millones murieron en el horrendo holocausto de Hitler. Por 2,500
años no tuvieron independencia política, y por casi 2,000 años (desde la caída de
Jerusalén en 70 d.C. hasta 1948) no tuvieron territorio propio. Fueron esparcidos
mundialmente, pero no fueron asimilados por los anglos, sajones, godos ni visigodos.
Ni fueron exterminados como muchos otros. ¡Milagrosamente retienen su identidad
hasta el día de hoy! En Hungría, hay judíos húngaros, y hay judíos americanos, judíos
rusos, judíos ingleses, judíos polacos, etc. Ninguna otra nación jamás volvió a la vida
después de haber sido tan perseguida y desalojada, pero ¡Dios predijo que los judíos
volverían! ¡Lo hicieron! Es otra prueba que la Biblia es la Palabra de Dios.
Individuos como Increase Mather vieron esta verdad en la Biblia y predicaron que los
judíos regresarían a Palestina y establecerían su propia nación nuevamente. ¡Él
predicó en 1669!, como informa Hal Lindsey en The Late Great Planet Earth. Esto no
es adaptar los hechos de un evento histórico a algunas generalidades indefinidas. ¡Es
el cumplimiento preciso de la profecía que los creyentes en Dios han estado
esperando desde hace siglos! ¡Repentinamente, ocurrió! Durante y después de la
Segunda Guerra Mundial, los judíos empezaron a regresar a Palestina, huyendo de la
persecución en Alemania, Europa y Rusia. (Anteriormente la población judía de
Palestina había bajado a unas 10,000 personas). Se unieron con ellos judíos de
alrededor del mundo, algunos desde la América. ¡Imagínalo! ¿Por qué? Este impulso
de regresar al ‘terruño’, después de 2,000 años no era porque creyeron en la profecía
bíblica. Sin embargo, el regreso de los judíos a Palestina era el cumplimiento exacto
de lo que Dios había dicho que sucedería. Los británicos, responsables de Palestina
en ese tiempo, sacaron sus buques de guerra, pero no sabían qué hacer con hombres,
mujeres y niños desarmados y viajando en buques mercantes. Finalmente, dejaron a
los judíos entrar. ¡Milagro de milagros, declararon que eran una nación el 14 de mayo,
1948! Con enormes poderes en su contra, fueron atacados a la semana por las
fuerzas armadas de sus vecinos. Los enemigos tenían muchos más soldados, pero los
judíos sobrevivieron y vencieron. Sobrevivieron otra vez cuando fueron atacados en
1967 y en los años ’70. Los árabes habían controlado a Jerusalén, pero ahora esa
ciudad también está bajo el control de los judíos. (Véase Lucas 21.24.) ¡La Palabra de
Dios siempre se cumple!
Se necesitaría más fe para creer que todo esto ocurrió por coincidencia, que creer que
Dios nos dio Su Palabra, la Biblia.
"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros." Juan 1.14
La Biblia afirma que Jesucristo es el Hijo de Dios. La Biblia también afirma que el Hijo
mismo es Dios, quien tomó sobre Sí mismo la carne humana, y visitó a la Tierra en
una misión dramática de rescate para salvarnos del pecado, la muerte y el infierno. En
Isaías 9.6, por ejemplo, dice, "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios
fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz."
Como escribió C.S.Lewis, "Un hombre que fuera solamente hombre y dijera el tipo de
cosas que Jesús dijo no sería un gran maestro moral. Él sería o un lunático – al mismo
nivel con el hombre que proclama ser un huevo escalfado – o en cambio el mismo
Diablo. Es necesario decidir. O este Hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco o
algo peor. Lo puede encerrar como un loco, puede escupirlo y matarlo como un
demonio, o puede usted caer a Sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no entremos en
tonterías diciendo que sólo era un gran maestro moralizador. No nos ha dado esa
opción. No tuvo intención de limitarse a enseñar la moralidad."
Nunca vivió un hombre como este Hombre. La vida entera de Cristo fue profetizada en
detalle: Su nacimiento, propósito, vida, ministerio, aun la manera en que moriría, y Su
resurrección. Él vivía una vida perfecta como ningún otro ha podido hacer. Todas las
buenas características combinadas de todos los hombres grandes que han vivido, no
pudieron hacer un Jesús. Él, y solamente Él, era perfecto, sin pecado. Él pidió a los
que le odiaron que identificaran un pecado que había cometido, pero no pudieron.
Ningún otro hombre pudo decir, "Yo soy..." Él dijo que es ‘la puerta’ (Juan 10.9), y ‘el
camino, la verdad, y la vida’ (Juan 14.6), el único camino para llegar al Cielo, al Padre.
La Biblia lo reconoce como Dios encarnado, "El Verbo era Dios.", "Y aquel Verbo fue
hecho carne, y habitó entre nosotros," (Juan 1.1, 14). Siendo Dios, viviendo entre los
hombres pudo perdonar los pecados, "Ten ánimo, hijo; tus pecados te son
perdonados." (Mateo 9.2); y aceptó la adoración como Dios, "Y cuando le vieron, le
adoraron." (Mateo 28.17).
Ningún otro hombre murió como murió este Hombre. Como la Biblia predijo
centenares de años antes del hecho, Jesús murió traspasado en una cruz. Este
método de castigo fue desconocido todavía cuando la profecía fue dada (Salmo
22.16). Más de 300 predicciones fueron cumplidas en Su nacimiento, vida, muerte y
resurrección; y unos treinta de ellas se realizaron en el mismo día en que fue
crucificado. Entre las profecías cumplidas en el día de Su muerte encontramos: sería
traspasado, herido, maltratado, que le darían vinagre a beber, que soldados jugarían
para su ropa, que Él moriría entre transgresores, que aun así sería sepultado en la
tumba de un rico, y que ni uno de Sus huesos sería quebrantado. Increíblemente, cada
predicción se cumplió a pie de la letra. Como ha demostrado el Dr. Pedro Stone en su
libro dinámico ‘Science Speaks’, todo esto es evidencia poderosa, irrefutable. Al usar
sólo ocho profecías detalladas acerca de Jesús, muestra que la posibilidad de
cumplirlas en un hombre por puro coincidencia tiene más o menos la misma
probabilidad matemática como cubrir el estado de Texas con setenta centímetros de
dólares de plata entre los cuales hay uno marcado, para pedir a una persona con los
ojos vendados encontrar la moneda marcada en el primer intento.
Ningún otro hombre murió con el propósito que tuvo Jesús. Como expresa claramente
tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, Jesús vino para morir por nosotros, para
tomar nuestro lugar, para derramar Su sangre en la cruz por nosotros. A través de Sus
lágrimas y Su dolor en la cruz, Jesús dijo, "Padre, perdónalos," (Lucas 23.34). Nadie,
nunca, nos amó así, y si no podemos confiar en Jesús, quien murió por nosotros, ¿en
quién podemos confiar?
Ningún otro hombre jamás se levantó de entre los muertos, venciendo la muerte. Los
fundadores de las religiones: Buda, Confucio, Mahoma, todos están muertos, sus
cuerpos hacia tiempo se pudrieron. Sólo Jesucristo se levantó de la tumba. Sólo Jesús
tuvo el poder sobre la muerte. ¡Su tumba está vacía!
Consideren brevemente las respuestas que algunos de los hombres más inteligentes
del mundo dan a los que intentan negar la resurrección.
"Los soldados llevaron el cuerpo," dicen otros. ¿Por qué? ¿Para arriesgar sus vidas?
¡Absurdo! Estos atormentadores y perseguidores de los cristianos podrían haber
destruido el cristianismo y las afirmaciones de los discípulos acerca de la resurrección
de Cristo con sencillamente hacer aparecer el cuerpo – si lo tuvieran por haberlo
robado. Y, ¿si fuera verdad, por qué mentirían los discípulos acerca de la resurrección
y arriesgar sus vidas por algo que nunca ocurrió?
Otros dicen: "Jesús se desmayó, fue puesto en la tumba con vida, revivió, empujó a la
piedra y salió."Jesús fue matado, atravesado por lanza que rasgó Su corazón de
manera que salió sangre y agua. Los soldados ni aun rompieron Sus piernas, como
hicieron con los dos ladrones, porque ya estaba muerto. Así que, Jesús, siendo
mortalmente herido, desangrado, solo, sin ninguna atención médica por tres días
dentro de una tumba, ¿Cómo pudo tener vida? ¿Cómo pudo caminar sobre los pies
traspasados por los clavos, o remover una roca enorme con las manos heridas y salir
tambaleando al pasar por entre los soldados sin perturbarles? ¿Cómo sería posible
que José de Arimatea, quien envolvió a Jesús en una tela limpia, no notara que el
cuerpo estaba con vida? (Nicodemo y José de Arimatea envolvieron el cuerpo de
Jesús en lienzos con más de cuarenta kilos de especias, que tendía a endurecerse,
haciendo que un escape seria imposible. (Juan 19.38-42). Se necesitaría más fe para
creer que Jesús se desmayo que creer la pura verdad: ¡Jesús se levantó
milagrosamente de entre los muertos!
No se puede negar que Jesucristo fue sepultado en la tumba de un hombre rico, José
de Arimatea. José sabía que Jesús fue sepultado – era su tumba. Nicodemo lo sabía.
Él ayudó a José de Arimatea sepultar a Jesús. Las mujeres lo sabían (Marcos 15.47).
Ellas estaban observando su entierro. Los soldados lo sabían. Su vida pendía de que
el cuerpo del Señor quedara en la tumba. Sólo un inocente podría pensar que ellos no
comprobaron el estado del cuerpo antes de sellar la tumba. Jesús fue sepultado.
Todo esto nos deja sólo una alternativa. La resurrección. La resurrección corporal del
Señor Jesucristo. ¡La tumba estaba vacía y quedó así!
Las varias apariciones de Jesús a sus discípulos, a las mujeres, a más de 500
personas a la vez, estableció la evidencia.
Todo esto nos trae al hecho indisputable que los discípulos fueron transformados de
personas temerosas en personas valientes por la resurrección de Jesucristo.
¿Aceptarían sufrir la pérdida de hogares, familias y carreras por una mentira? ¿Por
qué sufrir soledad, hambre, frío, tortura y muerte por una mentira? ¿Por qué pudieron
regocijarse en la pérdida de sus bienes y aún enfrentarse tranquilamente a la muerte?
Perderían todo y no ganarían nada a menos que la resurrección de Cristo era un
hecho. Casi todos los discípulos de Cristo murieron como mártires. Sabían la verdad
de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo. Desde entonces se estima que unos
66 millones de cristianos han sido mártires por Cristo.
El hecho es que los discípulos vieron al Cristo resucitado, y salieron para contar las
buenas noticias. Fueron librados de las dudas y el temor de la muerte y regocijaron en
sufrir vergüenza y aun la muerte para Jesucristo. Nada fuera de la resurrección
corporal de Jesucristo puede explicar el cambio repentino y dramático en la vida de los
discípulos. Jesús venció la muerte. Ellos lo vieron. ¡Al fin comprendieron que todo lo
que dijo fue cierto!
¡Nada puede cambiar vidas como lo hace el Señor Jesús! "De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas." (2 Corintios 5.17).
Para sorpresa de él y la mía, de un momento a otro dejé de discutir con él y le dije, "Ed
Perry, dentro de cinco minutos usted se va a convertir." Fui al lado de él, abrí la Biblia,
y mostré a Ed cómo llegar a ser un cristiano. Ed se convirtió, se fue toda su amargura,
y todo el patrón de su vida se cambió radicalmente. Si le parece increíble esta historia,
pregunta al Pastor Ed Perry, en Everett, Washington. Ed podría agregar muchas otras
cosas a esta historia. Él estaba enfermo de pecado y vergüenza hasta que Jesús lo
libró. ¿Quién fuera de Cristo puede cambiar un hombre así?
Considere otro milagro: Josh McDowell era un hombre joven muy inteligente. Sin
embargo, había tenido una niñez muy triste y estaba muy infeliz. Su padre era el
borrachín del pueblo. Sus amigos se rieron de lo que hacía su padre cuando se
emborrachaba. Cuando sus amigos llegaron a la casa, Josh llevaba su padre al
establo donde le amarraba. Escondía el carro de su padre para poder decir a sus
amigos que su padre no estaba en casa. Mientras que se divertía con ellos
abiertamente, estaba atormentado en su ser interior. En un pueblo pequeño, una de
las situaciones peores que puede ocurrir a un joven es que su padre sea el borrachín
hazmerreír del pueblo.
Josh era una persona colérica, pero, peor aun, odiaba a su padre. En una ocasión
había visto a su madre yacer entre estiércol detrás de las vacas en el establo. El padre
de Josh le había golpeado tanto que ni pudo parar. Se puede imaginar la ira y el odio
que llenaba el corazón de Josh.
Los años pasaban lentamente. Al fin Josh fue a la universidad y allí conoció a algunos
verdaderos cristianos. Vio en ellos lo que su corazón hambriento anhelaba, sin
embargo su intelecto no estaba listo a aceptarlo. Así que Josh propuso refutar
intelectualmente al cristianismo y la resurrección de Jesucristo. Él investigó
exhaustivamente la evidencia. La batalla para su mente y corazón fue tremenda.
Finalmente, convencido pero reacio, Josh hizo lo que él creó que era lo único que
pudo hacer honradamente. Solo en su cuarto, invitó a Jesucristo a entrar en su
corazón y en su vida el 19 de diciembre de l959 a las 8.30 p.m. Era una conversión
tranquila sin emociones, basada en evidencia y en la realidad del Cristo resucitado.
Pero lo que empezó como una conversión sin mayor demostración, más tarde llegó a
ser una transformación explosiva. Josh cuenta del debate con el jefe del departamento
de historia de una universidad del medio oeste cuando el profesor le desafió a nombrar
algunos cambios concretos que Cristo había hecho en su vida. Cuarenta y cinco
minutos más tarde el profesor le dijo, "Basta".
Algunos de los cambios que Jesucristo ha hecho en la vida de Josh McDowell incluyen
que ha dejado de ser colérico, tiene una paz mental profunda y su inseguridad ha sido
reemplazada por seguridad. También Dios ha dado a Josh la pasión de alcanzar a
otros para Cristo.
Josh experimentó otro cambio asombroso después de aceptar a Cristo. En forma lenta
pero segura Dios empezó a reemplazar el odio que ardía en su corazón hacia su
padre. Unos cinco meses después de recibir a Cristo, el amor de Cristo le subyugó a
tal punto que miró a su padre a los ojos y le dijo, "¡Papá, te amo!"
Más tarde cuando Josh estaba en su cuarto, su padre entró y preguntó cómo era
posible amar a un padre como él. Josh admitió que hasta hace unos seis meses le
había odiado. Luego le contó como Jesucristo había entrado en su vida. Le contó que
Jesús había convertido su odio en amor, y que ahora de verdad amaba a su padre.
Cuarenta y cinco minutos más tarde, Josh experimentó una de las mayores emociones
de su vida. Su padre, quien sabía todo lo de Josh y de su odio, dijo sencillamente,
"Hijo, si Dios puede hacer en mi vida lo que he visto que ha hecho en la tuya, entonces
quiero darle la oportunidad." Allí mismo ocurrió un milagro. El padre alcohólico de Josh
oró con él, y confió en Cristo como su Señor y Salvador. La vida del padre de Josh se
cambió de la noche a la mañana. Ya no era alcohólico. Era verdaderamente una
nueva criatura en Cristo.
Desde entonces Josh McDowell ha llegado a ser internacionalmente famoso. Algunos
de sus libros tales como "Evidencia que demanda un veredicto" y "Más evidencia que
demanda un veredicto" son clásicos y contienen abundante evidencia histórica de la fe
cristiana y las Escrituras. Josh ha dado conferencias en más que seiscientos
universidades. Ha entrado en debate con escépticos, ateos y líderes religiosos
incrédulos en todo el mundo.
No era lunático. Era la esencia de cordura, de mente tranquila bajo presión intensa,
acusaciones falsas, persecución y muerte. Su carácter intachable y su comportamiento
sereno demuestran que no tenía nada de locura.
D.L.Moody era un evangelista eficaz para el Señor Jesucristo. Dios lo usó para
impactar dos continentes para Cristo. Una vez le preguntaron si tuviera "gracia para
morir." Moody respondió que no. Lo que tenía era gracia para vivir. Pero agregó que
cuando llegara su hora para morir, tendría gracia para morir. Y lo tuvo.
Años más tarde, cuando la muerte se le acercaba Moody dijo en tono triunfante, "El
Cielo se está abriendo... la Tierra está alejando... Jesús viene."
Estimado amigo, ¿de qué manera desearía morir? Con Jesucristo, la vida puede ser
hermosa y la muerte le introducirá en un mundo nuevo y glorioso. ¿Qué tiene la
muerte para usted?
Tal vez, mientras leía, usted se sentía un poco incómodo. Puede haber sentido
‘presionado’. Pero si hay incendio en tu casa, ¿no vas a utilizar cierta "presión" para
despertar a su familia y sacarles de la casa? La seriedad de la situación demanda
cierta urgencia, y mucho más urgente es el mensaje de la cruz.
El evangelio alarma a una persona para sacarla de su estado de apatía. Esa persona
puede tapar los oídos, ignorar la alarma de convicción y la intranquilidad fastidiosa o
puede responder pronta y honradamente aceptando al Cristo resucitado, quien da
seguridad contra todos los enemigos. Algunas personas reciben un solo aviso y a
veces es difícil escucharlo en medio del clamor estridente del mundo. Por favor, no
deje de hacer caso al aviso.
¡Nadie pudo amarle – como Cristo! La religión no basta. He guiado a maestro bíblicos,
graduados de escuelas bíblicas y aun a misioneros a Cristo o a la seguridad de su
salvación. Nada puede satisfacernos como conocer a Cristo personalmente. Por
ejemplo, es semejante al niñito de quien un ateo burlaba por estar tan feliz porque su
Papá alcohólico había aceptado a Cristo. El ateo reprendía al niño por ser tan inocente
como para creer el mito de la Biblia y toda la creencia anticuada acerca de ser ‘salvo’.
Cerró su arenga exclamando, "Chico, ¡estás soñando!" El niño respondió en forma
adecuada, "Señor, Papá se acostumbraba llegar a casa y golpearme y patearme. Yo
me escondía en terror cuando le oí entrar haciendo eses. Él blasfemaba y golpeaba a
mi querida Mamá y frecuentemente tuvimos frío y hambre y nos faltaba ropa, y Mamá
lloraba bastante. Ahora Papá compra ropa bonita para Mamá, y la besa y abraza. Me
pone en su regazo, me cuenta cuentos y me dice que me ama. Nuestro hogar es
abrigado y todos amamos a Jesús. Señor, si estoy soñando, por favor, ¡no me
despiertes!"
Amigo, Jesús nos libra de enemigos más sutiles y mortíferos que el alcohol, la duda, la
inseguridad, la desesperación, el terror, el temor, la angustia, la falta de propósito, la
incertidumbre. Él nos libra del pecado y el infierno. Por Él usted puede conocer y
experimentar la vida abundante.
Al escribir este libro tengo un deseo – ¡encaminarle hacia Jesús ahora! Usted habrá
sentido el palpitar del corazón de Él, mi amigo, y desde la cruz sangrienta, la tumba
vacía y ahora en la puerta de su corazón Él le llama. La eternidad – tan cerca de su
corazón – tan largo, tan sin fin. "¡Déjame entrar a su corazón y a su vida. Yo,
Jesucristo, le amo!"
Por si acaso todavía no está claro exactamente como puede salvarse, como aceptar a
Jesús, como creer genuinamente en Él, como saber con seguridad que tenga la
salvación, por favor siga leyendo acerca de la Salvación claramente explicada en la
Biblia.
Hace casi dos mil años en un pueblo pequeño nació un Niño de una madre
campesina. Creció en otro pueblo donde trabajó como carpintero hasta que tuvo
treinta años. Después era predicador errante por tres años.
A los pocos años de ser predicador errante, la marea de la opinión pública se volteó.
Sus seguidores salieron escapando. Fue entregado a sus enemigos y su juicio no
tenía base legal. Fue sentenciado a morir en una cruz entre dos ladrones. Mientras
que moría, sus verdugos jugaban por la única cosa que poseía en esta tierra – el
manto sencillo que había usado. Su cuerpo fue puesto en una tumba prestada provista
por un amigo compasivo.
Pero tres días después este Hombre se levantó de entre los muertos – la prueba viva
que Él era, tal como había lo afirmado, el Salvador a quien Dios había enviado, el Hijo
encarnado de Dios.
Casi veinte siglos han pasado y hoy el Señor Jesucristo resucitado es la figura central
de la raza humana. En nuestros calendarios, Su nacimiento divide la historia en dos
eras. Un día de cada semana es apartado en Su memoria. Y los dos días más
importantes del año recuerdan Su nacimiento y Su resurrección. Sobre el campanario
de muchas iglesias en todo el mundo la cruz es el símbolo de victoria sobre el pecado
y la muerte.
La vida de este Hombre ha sido la base de más cantos, libros, poemas y pinturas que
ningún otro hombre o evento en la historia. Miles de universidades, hospitales,
orfanatorios y otras instituciones han sido fundados para honrar a Éste que dio Su vida
por nosotros.
Todos los ejércitos que han marchado, todas las fuerzas armadas que han navegado,
todos los gobiernos que han existido, todos los reyes que han reinado no han
cambiado el curso de la historia tanto como esta vida solitaria.
Por los siglos millones han encontrado una vida nueva de perdón de los pecados y paz
con Dios por fe en Jesucristo. Hoy Él ofrece Su vida a todos los que creen. "Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida"; dijo Jesús, "nadie viene al Padre, sino por mí." "El que
oye mi palabra, y cree al que me envío, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación,
mas ha pasado de muerte a vida." (Juan 14.6; 5.24).
¿Ha cambiado el Señor Jesucristo su vida? Pídele... Confíe en Él... ¡Él lo hará!
Evaluando la Evidencia
Cuando yo era marinero incrédulo, tuve varias ‘citas ciegas’. (Una cita con una chica
desconocida para divertirnos un rato). Supongamos que para esta cita, acepto
encontrarme con ella en terminal del ómnibus Greyhound en la calle Liberty #464 esta
noche a las 8.00. Ella me dice que tiene sólo una pierna, que la pierna de la izquierda
es de palo que ha pintado de amarillo fluorescente con una luz roja intermitente
integrada para evitar que alguien choque con ella. También tiene un parche de
amarillo fluorescente sobre su ojo derecho que perdió en el mismo accidente en que
perdió la pierna. Además, le hace falta el meñique de su mano derecha. Usará una
media rosada y un zapato blanco y marrón en su pierna buena. Llevará puesto un
sombrero verde, un vestido color granate y una cartera color violeta. Dice que tiene un
metro cincuenta de estatura y pesa ochenta y ocho kilos ¿Piensa usted que tendría yo
dificultad para reconocerla entre la gente en el terminal de Greyhound a las 8 de la
noche?
Toda profecía bíblica se cumple exacta y literalmente. Para que se dé cuenta del
impacto de esto, supongamos que alguien predijera 100 cosas que ocurrirían a usted
en el año que viene. Muchas de estas predicciones son muy detalladas. La primera
predicción dice que se golpeará el dedo de su pie en la pata de la mesa el primero de
enero a las 12.35 de la mañana, apenas empezando el nuevo año. Caerá sobre un
vaso que está en la mesa de la cocina, el cual se romperá y le hará una herida en
forma de ‘U’ en la barbilla. Esta herida fea necesitará trece puntadas cosidas por un
doctor recién llegada a la ciudad de apellido McGuire porque su doctor no estará
disponible en ese momento. Al llegar el primero de enero, todo esto ocurre
exactamente, hasta el detalle más mínimo.
¿Qué dice? ¿Pudiendo evitarlo, iría usted a esa esquina ese día a las 5 de la tarde?
¿Se correría tal riesgo si las 99 profecías ya se habían cumplido?
Vamos a redondear las profecías bíblicas a cien, noventa y nueve de las cuales ya se
han cumplido. La profecía número cien dice que si usted no decida aceptar a
Jesucristo como su Señor y Salvador personal, morirá sin esperanza y pasará la
eternidad en el Lago de Fuego que es el destino de los perdidos según Apocalipsis 20.
De aquí a un billón de años su sufrimiento y desesperación y sentido de la pérdida del
amor de Dios apenas habrá empezado. Siendo que todas las otras profecías bíblicas
se han cumplido en sentido literal y absoluto, ¿sería inteligente jugar su destino eterno
pensando que esta última profecía final no se cumplirá?
Estimado amigo, ¡es hermoso tener a Jesús y Su vida abundante y Su paz aun ahora,
en esta vida, tanta como tener la seguridad de una morada eterna en el Cielo con Él!
¡Cuán inexpresablemente dulce es tener los pecados perdonados, ser salvo y saberlo,
acostarse cada noche sabiendo que cuando termine esta vida estará con Jesús en el
Cielo para siempre!
¡Jesús le ama tanto! Lo probó en la cruz sangrienta al morir en lugar suyo y mío. Lea
el próximo capítulo cuidadosamente para comprender cómo ser salvo para siempre y
saberlo. ¡Hazlo ahora!
Primer paso: Comprenda que Dios le ama y desea que sepa que hay sólo un
Dios. Este único Dios creó el universo y es Señor sobre todo.
"En el principio, creó Dios los cielos y la tierra." (Génesis 1.1) "...antes de mí no fue
formado dios, ni lo será después de mí." (Isaías 43.10b).
Es muy claro que no hay ahora, y nunca habrá, ningún otro Dios en esta planeta ni en
ninguna otra planeta. Para siempre hay un solo Dios. Los hombres no pueden llegar a
ser dioses – ninguno lo ha hecho, ninguno lo hará.
"...Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí," (Isaías 46.9b).
"...entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después
de mí. (Isaías 43.10b).
"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.
(Isaías 9.6).
Dentro de la naturaleza del único Dios verdadero hay tres distinciones o Personas:
Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo. Siendo que repetidamente se hace
referencia a Jesús como Dios, tenemos que aceptarlo como Dios. En la Biblia la
palabra "Verbo" es otro nombre para Jesús en Su capacidad de comunicar el mensaje
de Dios a los hombres. (Juan 1.14). "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios." (Juan 1.1). Aquí "el principio" significa
sencillamente "desde antes de existir el tiempo". Tal como Dios era Dios desde antes
de existir el tiempo, así ¡Jesucristo era Dios desde antes de existir el tiempo! Cristo no
ganó, obtuvo, ni progresó para ser Dios. Cristo siempre era Dios (Miqueas 5.2).
Dios prohibió para siempre la adoración a cualquier otro ser. (Éxodo 34.14), sin
embargo Jesús aceptó adoración como Dios después de su resurrección: "He aquí,
Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus
pies, y le adoraron." (Mateo 28.9). No es de admirarse que Tomás exclamara, "¡Señor
mío, y Dios mío!" (Juan 20.28).
Tal como recoger el fruto de un manzano no cambia la naturaleza del árbol (sigue
siendo manzano), así que deshacerse de algunos pecados no cambia nuestra
naturaleza pecaminosa.
Así que, pecamos por tener una naturaleza pecaminosa. Todos somos "por naturaleza
hijos de ira," (Efesios 2.3). Un manzano es un manzano por naturaleza, si da una
manzana o miles de manzanas.
Así es con el pecador. Un pecado o mil pecados no es el asunto básico. El asunto es,
todos tenemos la naturaleza pecaminosa que necesita ser cambiada. Recoger
manzanas de un manzano no cambia la naturaleza del árbol. Así que, ¡deshacerse de
algunos pecados no cambia nuestra naturaleza!
"...Os es necesario nacer de nuevo." (Juan 3.7). Juan 1.12 nos dice como: "Mas a
todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios."
No somos por naturaleza hijos de Dios. Tenemos que recibir a Cristo para llegar a ser
hijos de Dios.
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2.8,9). "...no hay justo, ni aun
uno." (Romanos 3.10b).
"Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al
que no obra, sino creen en Aquel que justifica al impío, su fe le es contada por
justicia." (Romanos 4.4,5).
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2.8,9).
¿Cuántas buenas obras puede hacer un hombre muerto? Siendo hombres naturales
todos estamos, "muertos en nuestros delitos y pecados." (Efesios 2.1).
Un perro no ladra para llegar a ser un perro. Ladra porque ya es perro. Su ladrido
ayuda a demostrar el hecho. De la misma manera, no hacemos buenas obras para
llegar a ser cristianos (ser salvos). Hacemos buenas obras después de ser salvos
(llegar a ser cristianos) para demostrar el hecho que hemos sido salvados.
La Palabra de Dios declara que antes de la salvación, "... todas nuestras justicias son
como trapo de inmundicia..."(Isaías 64.6b). Todos tenemos la naturaleza pecaminosa.
Somos pecadores por naturaleza y por decisión. "Por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios." (Romanos 3.23). Esto quiere decir que todos somos
pecadores perdidos. Además, ¿cuántas buenas obras puede hacer un hombre
muerto? Como hombres naturales todos estamos "... muertos en vuestros delitos y
pecados." (Efesios 2.1b).
Aunque la salvación no es por obras, la verdadera salvación siempre produce una vida
cambiada que se manifiesta a través de buenas obras. Cristo entra por una invitación
personal como Señor y Salvador para cambiar nuestra vida, y vivir Su vida a través de
nosotros.
Las buenas nuevas son. "La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado."
(1 Juan 1.7).
"He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación." (2 Corintios
6.2b).
No hay tal cosa como salvación general para todos los hombres por la muerte de
Cristo, sino hay salvación para cada individuo que confía en Cristo. "...el que
desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." (Juan 3.36b).
Todos los hombres resucitarán, pero la resurrección de los incrédulos será para
condenación, no para salvación (Juan 5.29, Apocalipsis 19.3-6).
"Él que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
(Apocalipsis 20.15). No hay ninguna referencia en la Biblia a que alguien se salvó
después de su muerte. Hoy es el día de la salvación.
"Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que
lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la
puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mateo
7.13,14).
Supongamos que un cerdo intentara llegar a ser una oveja actuando como oveja.
Supongamos que vistiera de lana de oveja, comiera alimento para ovejas y aprendiera
a balar como oveja. ¿Cambiaría todo eso su naturaleza de cerdo y lo convertiría en
oveja? ¿Importaría ya si fuera ‘bueno’ o ‘malo’ según las normas para cerdos? Así es
cuando alguien intenta actuar como un cristiano para llegar a ser un cristiano. Para ser
cristiano tiene que ocurrir un milagro – el nuevo nacimiento. Necesitaría un milagro de
Dios, un nuevo nacimiento, para que un cerdo llegara a ser una oveja, así se necesita
un milagro de Dios para que un pecador llegue a ser un hijo de Dios, un cristiano.
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de
ser hechos hijos de Dios." (Juan 1.12).
No sólo llevó el pecado de Adán, sino nuestros pecados personales. Por esto murió en
la cruz por nosotros, derramó Su sangre por nosotros, para pagar la deuda de
nuestros pecados.
Necesitamos que nos limpie del pecado y que nos dé una nueva naturaleza para
poder llegar a ser cristianos. Jesús tomó nuestro lugar y derramó Su sangre para
limpiarnos de pecado. Ninguna cantidad de ‘buenas obras’ podría lavar ni un pecado ni
cambiar nuestra naturaleza. "Tal como soy sin otro reclamo que derramaste Tu sangre
para mí."
No hay nada mágico en lo que decimos al clamar al Señor. Sin embargo, él que clama
a Él de corazón, decidido a confiar en Cristo será escuchado. Dios responderá y le
salvará. ¡Lo ha prometido!
La salvación es sencilla. "...todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo."
(Romanos 10.13). Tenemos que invocar personalmente a Jesús a salvarnos. Por fe le
recibimos en nuestra vida. Haciéndolo así, Él nos salvará. De otra manera no sería fiel
a Su Palabra. Habiendo prometido salvarnos, si no nos salvara sería mentiroso. Pero,
sí, salva a los que invoquen el nombre del Señor. Si Jesús nos amó lo suficiente para
morir en una agonía sangrienta para salvarnos, ¿se negará a recibirnos cuando le
llamamos? ¡Por supuesto que no!
¡Recuerde: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros!"! (Romanos 5.8) Dios nos ama, y quiere que nos
acerquemos a Cristo tal como estamos. Dios le ama y desea que usted se salva. ¿Le
gustaría recibir a Jesús como su Señor y Salvador ahora mismo? Sencilla y
sinceramente ore, con todo el corazón, la siguiente oración o expresarle en sus
propias palabras su deseo de aceptar el sacrificio de Cristo.
"Señor Jesucristo, entra en mi corazón y mi vida. Límpiame de todo pecado por medio
de Tu sangre derramada. Conviérteme en un hijo de Dios. Dame el regalo de la vida
eterna, y hazme saber que soy salvo, ahora y para siempre. Ahora le recibo como mi
propio Señor y Salvador personal. Pongo toda mi confianza sólo en ti para mi
salvación. Amén."
¿Le salvó? Según Romanos 10.13 tenía que salvarle si usted le invocó con fe, "... todo
aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo."
La certeza de la salvación... ¡Usted puede saber que es salvo, no sólo por sus
sentimientos, sino porque la Palabra de Dios lo dice! Aprenda de memoria Juan 3.36:
"Él que cree en el Hijo tiene vida eterna." ¿Qué tiene ya según la Palabra de Dios?
¿Adónde iría si muriera en este instante, según la Palabra de Dios?
Si usted sabe que Jesús le ha salvado, según Su Palabra, dele las gracias por
salvarle.
"Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para
que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios." (1
Juan 5.13).
Para ayudarle a afirmarse en esta decisión definitiva, tal vez quisiera firmar su nombre
y poner la fecha a la siguiente afirmación.
Firmado:
Fecha:
Habiendo decidido creer en Cristo, sin tomar en cuenta sus emociones, Él le hará
comprender Su presencia, le ayudará a dar pasos de fe basado en Su fidelidad en
cumplir con Su Palabra de salvarle.
Tres hombres entran en un ascensor que va al tercer piso donde todos ellos desean ir.
Uno está riendo, uno está llorando y el tercero no muestra ninguna emoción. Los tres
salen en el tercer piso porque su llegada no tiene nada que ver con sus emociones.
Ellos creyeron que el ascensor les llevaría al tercer piso, actuaron según esa creencia
entrando en el ascensor. Así es como uno confía en Cristo, con o sin emociones.
¡Un manzano no tiene que producir manzanas para llegar a ser un manzano! Las
manzanas son productos del árbol y prueban que es un manzano. Así, las buenas
obras nunca producen un cristiano, meramente prueban que es cristiano. "De modo
que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí
todas son hechas nuevas." (2 Corintios 5.17).
Primero tenemos que tener la salvación para poder demostrarla, tal como tenemos
que tener un carro antes de hacerlo funcionar. Verdaderos cristianos producen buenas
obras.
Confíe en Cristo para la victoria, agradézcale, camine por fe, y Él le dará la victoria en
su vida diaria.
Esta lista es un resumen de los puntos claves de este capítulo. Los versículos bíblicos
se incluyen para su estudio y referencia. Luego, más allá en el capítulo encontrará una
discusión más amplia de cada punto de la lista.
5. Ore diariamente... a hora fija y a cualquier hora. Jeremías 33.3; Mateo 18.19; 21.22;
Romanos 8.32; 1 Tesalonicenses 5.17; 1 Juan 5.14-15.
6. Confiese su pecado al instante, honradamente y evítelo. Proverbios 28.13; 1 Juan
1.9.
8. Deje que Jesús viva Su vida en ti. 1 Corintios 15.17; Gálatas 2.20; 5.16; Colosenses
3.1-4. Viva por fe, no por emociones.
Pablo dijo que Agripa creyó a los profetas pero que no era cristiano; no recibió
personalmente al Cristo resucitado. Dios dice que los demonios creen y tiemblan pero
que están condenado al infierno por la eternidad. Luego es obvio que hay la
posibilidad de creer sin fe en Cristo, de creer sin recibirlo como Salvador y Señor,
incondicionalmente.
Un joven puede amar a una señorita y ella puede corresponder a ese amor; sin
embargo se mantienen separados en profunda frustración y tristeza hasta la muerte.
No pertenecen el uno al otro hasta que en el acto sencillo de matrimonio cada uno
consiente en recibir al otro y dejar toda tercera persona. Así es con Cristo. Una
persona puede profesar creer en Él, amarlo, y sin embargo nunca haberlo recibido.
Invóquelo, abra la puerta de su corazón a Él para la salvación. La fe que salva
requiere el acto de llamar a Cristo y recibirlo y así nacer en la familia de Dios.
Entonces somos nuevas criaturas con nuevos deseos, nuevo poder y nueva vida (2
Corintios 5.17)
Aunque nos convencemos que le amamos y creemos en Él, tenemos que llegar a un
punto decisivo en que le llamamos, le recibimos, abrimos la puerta para Él, le
invitamos a entrar en un acto de fe como dice la Biblia. "...todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo." (Romanos 10.13). ¿Ya ha decidido invocar Su
nombre?
Ahora déjeme compartir con usted como empezar y continuar su nueva vida de amor,
obediencia y crecimiento en Cristo. Como un verdadero hijo de Dios, sé que usted
estará listo a obedecer al Señor Jesucristo, tal como indica la Palabra de Dios en Juan
14.23. "Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le
amará, y vendremos a él, y haremos morada con él."
1. Ser bautizado
Las aguas del bautismo no pueden lavar el pecado. La sangre derramada del Señor
Jesucristo lavó su pecado en el momento que puso su confianza en Él. Pero Dios
manda que nos bauticemos después de convertirnos. Unos 3,000 convertidos fueron
bautizados en el día de su conversión (Hechos 2.41). El carcelero de Filipos fue
bautizado en la mismo noche en que creyó y fue salvo (Hechos 16.31-33). Así que,
nosotros debemos ser bautizados tan pronto como sea posible después de ser salvos.
El bautismo es cuadro exterior de una limpieza interior. Por esto, la persona que
acepta a Cristo debe ser bautizado después de su conversión. Antes de la conversión
sería solamente sumersión en el agua sin significado simbólico ni espiritual. El
bautismo testifica delante de otros de lo que Cristo ha hecho dentro del creyente. Aun
más importante, bíblicamente, describe nuestra muerte con Jesús a la vida antigua,
nos identifica con Su muerte para nosotros, y Su sepultura al bajar a las aguas del
bautismo, y con Su vida resucitada al salir del agua de bautismo como Él se levantó de
la tumba. Estamos así públicamente declarando nuestra identificación con el Señor
Jesucristo, nuestra muerte a la vida antigua, y nuestra nueva vida en Él. El orden está
clara en Hechos 10.47: primero la salvación, después el bautismo (Romanos 6.1-4).
Explicado de otra manera, cuando nosotros hemos aceptado la salvación que Cristo
ofrece, Dios considera que hemos muerto con Cristo en Su muerte, fuimos sepultados
con Él, y nos levantamos con Él a una vida nueva. ¡Este es el cuadro del bautismo!
¡Hermoso! Sea bautizado, no para salvarse, sino porque ya es salvo y ahora desea
amarle y obedecer a Cristo en todo.
"Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del
Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante
de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios." (Lucas 12.8,9).
"No dejando de reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y
tanto más cuanto veis que aquel día se acerca." (Hebreos 10.25).
Aquí Dios está diciendo que no debemos de dejar de asistir a la iglesia. En el Nuevo
Testamento no encontramos nada que autoriza al cristiano a vivir en aislamiento de la
iglesia local. Al aceptar a Cristo como nuestro Salvador inmediatamente llegamos a
ser parte del cuerpo de Cristo. Asistimos a la iglesia para dar y recibir. Dios nos dio
hombres piadosos con dones especiales para servir a la iglesia, pastores para velar
por nosotros y alimentarnos espiritualmente y también diáconos. Él creó la iglesia
cuidadosamente y dio ordenanzas especiales a la iglesia – el bautismo y la cena del
Señor. Él ni pensaría en dejar Su iglesia para reunirse con algún creyente
desobediente que ha abandonado a la iglesia. Con toda franqueza, despreciar la
iglesia local es despreciar al Señor de la iglesia local, si uno se da cuenta o no. La
Biblia dice que Cristo es la cabeza de la iglesia, y que la iglesia es Su cuerpo. Tal
como sería ridículo casarse con la cabeza de una persona y no tener nada que ver con
su cuerpo así sería ridículo unirse a Cristo por medio de la conversión y no tener nada
que ver con Su cuerpo, la iglesia. Es verdad que a veces hay hipócritas en la iglesia,
pero eso demuestra que la Biblia dice la verdad porque Cristo predijo esto en Su
parábola del trigo y la cizaña. Él arreglará tales situaciones en Su tiempo.
Pero, asegura que la iglesia a que decide asistir acepta la Biblia, y únicamente la
Biblia, como la Palabra inspirada, infalible de Dios, cuyo mensaje es que la sangre de
Jesucristo nos limpia de pecado y que la salvación es únicamente por fe en Él.
"Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por
ella crezcáis para salvación." (1 Pedro 2.2)
Como el alimento nos nutre físicamente, así la Palabra de Dios es nuestro alimento
espiritual. Pida a Dios ayudarles a comprender cada vez que la lea, y lo hará.
Comienza con el evangelio de Juan, seguido por 1 Juan, luego lea todo el Nuevo
Testamento y después el Antiguo Testamento. La Palabra de Dios nos da crecimiento,
fuerza y ayuda para evitar el pecado. (Salmo 119.11), ilumina nuestro camino con
Dios, trae paz, conocimiento y sabiduría, aumenta nuestro gozo, y disminuye el peligro
de tropezar en nuestro comportamiento diario. (Josué 1.8; Salmo 1.2; Colosenses
3.16.17). Si fuera posible, es mejor leer la Biblia y orar temprano por la mañana antes
de enfrentarse con el día, tal como es mejor afinar los instrumentos antes de tocarlos
en la orquesta. También es bueno leerla a otras horas, es decir, no tenemos por qué
limitarnos en su lectura. Alguien ha dicho: "Este Libro le alejará del pecado, o el
pecado le alejará de este Libro." ¡Aprenda de memoria los versículos importantes! (2
Timoteo 2.15).
Probablemente es verdad que ningún cristiano es más fuerte, mejor o más grande que
su vida de oración. Dudo que algo realmente importante se ha logrado sin oración.
Aun las oraciones balbucientes de un nuevo creyente son preciosas a Dios (como el
primer llanto del bebé es precioso para su madre). Si no lo ha hecho todavía, inicie
ahora la costumbre de orar y leer la Biblia. Tal vez el premio mayor que recibe el
creyente al enfocarse en Cristo por medio de la oración y el estudio bíblico es ser
transformado a Su imagen (2 Corintios 3.18). Una planta débil contempla el sol y es
transformada por fotosíntesis, así que vamos a contemplar a Jesús en oración y el
estudio de la Biblia y seremos transformados a Su semejanza por ‘Cristosíntesis’.
¡Cristo mora en usted y intercede por usted! Ore en confianza y sinceridad en Su
nombre.
"El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia." (Proverbios 28.13)
Los cristianos pueden pecar. Aunque tenemos una naturaleza nueva, todavía tenemos
la antigua naturaleza pecaminosa, pero Dios ha hecho provisión para este problema
en Cristo. "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1.9) La confesión instantánea del
pensamiento, antes de cometer el pecado, evita mucha tristeza y angustia. Sea el
mero pensamiento, o sea el hecho cometido, nuestro pecado debe ser confesado
delante de Dios para recibir el perdón inmediato y evitar la interrupción de la
comunión. Dios nos dará la fuerza para alejarse de lo que causó nuestro tropiezo.
Recuerde, un creyente puede pecar, pero un verdadero creyente no puede vivir en
pecado. Veamos por qué.
Primero, cuando vinimos a Cristo nos arrepentimos de nuestros pecados pasados
(cambiamos nuestra actitud hacia el pecado, el ‘yo’ y el Salvador) haciendo que el ego
y el pecado no sean más los señores de nuestra vida. "Si confesares con tu boca que
Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, será
salvo." (Romanos 10.9).
En segundo lugar, aunque alguna vez el pecado nos toma de sorpresa, 1 Juan 3.9 nos
dice: "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado,..." Para aclarar el
concepto, un cerdo y una oveja podrían ser lavado, perfumado, adornado, acariciado y
mantenido dentro de la casa. Pero si alguien deje abierto la puerta, el cerdo saldría a
buscar un charco para revolcarse feliz en ello. Así es la naturaleza del cerdo. Una
oveja podría caer en el charco (he visto algunas ovejas bastante sucias) pero saldría
saltando. No es la naturaleza de una oveja revolcarse feliz en un charco. Así es con el
cristiano verdadero. Nunca más puede revolcarse feliz en el pecado, huirá de la
tentación y evitará el pecado, aunque todavía puede caer en el pecado.
En tercer lugar, nos dice: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él." (1 Juan 2.15). Jesús nos libró
del pecado y del mundo. La Biblia dice que hemos pasado de la muerte a la vida. El
pecado y el mundo son parte de la muerte. Sin embargo, cuando pequemos, la
solución es la confesión inmediata que será seguida por el perdón también inmediato.
No se puede perder la condición de ser hijos de Dios. Empero, sí, se puede perder la
comunión con Dios. El pecado interrumpe la comunión entre nosotros y Dios. La
confesión inmediata de nuestro pecado restaura nuestra comunión con Dios. (1
Corintios 10.13).
"Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
(Hechos 1.8)
Mateo 4.19 nos dice: "Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de
hombres." (Hay una inconsistencia fundamental en llamarse seguidor de Cristo y no
compartir su fe con los demás.) Hemos sido salvados para ser conformado a la
imagen de Cristo, para traer gloria a Él.
La promesa: "Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a
venir con regocijo, trayendo sus gavillas." (Salmo 126.6). "El fruto del justo es árbol de
vida; y el que gana almas es sabio." (Proverbios 11.30; también Daniel 12.3; Ezequiel
33.8).
La prioridad: "...El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido."
(Lucas 19.10). ¡El propósito y la prioridad de Cristo llegan a ser nuestro propósito y
nuestra prioridad! "Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el
Padre, así también yo os envío. (Juan 20.21). Al experimentar este propósito y
prioridad el apóstol Pablo exclamó: "Desearía yo mismo ser anatema, separado de
Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne."
(Romanos 9.3). Tengamos nosotros, por su amorosa gracia, una pasión para las
almas semejante a la pasión de Pablo.
Ganar a otros para Cristo es la mejor obra que podemos hacer y esto hace regocijar a
los ángeles en el Cielo (Lucas 15.9-10). Además del gozo en el Cielo, habrá gozo en el
corazón de la persona recién convertido, en nuestro corazón y en la iglesia.
El mandato de Dios y el amor de Cristo nos obliga a testificar y a ganar almas para
nuestro Salvador. Además, cuántos más cristianos hay, cuántos más se conviertan en
Su imagen, mayor gloria habrá para Cristo. Otros motivos para anunciar el evangelio
incluyen el gozo de compartir las buenas nuevas, de ver vidas quebrantados sanadas
y convertidas en vida abundante aquí y ahora en esta vida, el deseo de compartir el
Cielo con tantos como sea posible, el crecimiento y el gozo de testificar y compartir
nuestras bendiciones, la demostración del poder y compasión de Cristo, y sobre todo
¡el rescate de almas preciosas del Lago de Fuego! Verdaderamente, si la salvación es
lo más importante que nos ha ocurrido y amamos "a nuestro prójimo como a nosotros
mismos", según el mandato de Dios, entonces el amor nos lleva a compartir Cristo con
ellos para librarles del pecado y el Infierno. El privilegio y el propósito más maravilloso
concedido a los hombres es el de compartir a Cristo, de ganar a los perdidos para que
glorifiquen a Él para siempre.
Comienza compartiendo lo que Cristo ha hecho para usted y testifique de lo que Cristo
puede hacer para ellos. Comparte los versículos bíblicos en que usted basa su
salvación y su seguridad en Cristo. ¡Cuánto más ame a Cristo, aprenda Su Palabra, y
comparta Su mensaje con otros, más eficaz será su testimonio!
"Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo." (1 Corintios 15.57).
No podemos vivir la vida cristiana en nuestra propia fuerza. Cristo dijo claramente: "Sin
mí nada podéis hacer." Empero, podemos vivir en Su poder. Mucha de la tensión de la
vida cristiana desaparece cuando dejemos que Jesús vive Su vida a través de
nosotros, llenándonos y dirigiéndonos por medio del Espíritu Santo (Efesios 5.18). Así
que podemos considerarnos "... muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús, Señor nuestro." (Romanos 6.11). Y nos insta a "Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis los deseos de la carne." (Gálatas 5.16). No tenemos que vivir según
nuestras emociones sino por fe. Andando con nuestra confianza en la Palabra de Dios,
con o sin emociones, encontraremos que Su Palabra es verdad, Su presencia es real,
y las emociones seguirán como el fruto de la vida cristiana. Ahora que usted pertenece
a Él, comprado por Su sangre, deseará darle alegremente y de buena voluntad su
tiempo, talentos y tesoros. El amor es el factor principal en la vida cristiana, no el
legalismo. Reglas pueden llevarnos a la esclavitud, a una obediencia mecánica, por
temor o por fuerza, que resultará en resistencia y el descontentamiento.
Así que, una recién casada podría obedecer una lista de reglas puestas diariamente a
la vista por su esposo. Sin embargo, el amor, como motivo más alto, le haría a ella
buscar maneras de agradar a su esposo, con o sin reglas. Cuando ella comprendiera
lo que le agradaría, ella lo haría gustosamente, con tan completa libertad que le traería
felicidad y paz. Es así la relación entre el cristiano y Cristo. La obediencia no es
legalismo. La actitud, el motivo hacia las reglas determinará si la obediencia sea
legalismo o obediencia por amor. La gracia de Dios hará que amemos y obedezcamos
a Jesús.
Esto es lo que la verdadera gracia de Dios produce, al experimentar su favor no
merecido, y el flujo libre de Su amor maravilloso para pecadores indignos. "Porque la
gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos
que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo
sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí
mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo
propio, celoso de buenas obras." (Tito 2.11-14).
Amigo, cuando usted conoció a Jesús, usted conoció al Dios vivo, porque Él es Dios.
Se levantó de los muertos corporalmente. Tiene vida, y es Dios (Juan 20.28; 1 Timoteo
3.16). Ahora, Él es su vida (Colosenses 3.1-4). Él puede proveer para todas sus
necesidades (Filipenses 4.13, 19; 1 Pedro 5.7; Juan 14.1-3, 27).
¡Usted puede vivir en el resplandor de Su vida para siempre (1 Juan 5.13)! ¡Ame a
Jesús, ame a Su pueblo, ame a la Palabra, y ame a los perdidos por amor a Él! ¡Dios
le bendiga!
Muchas personas han encontrado sus vidas gloriosamente transformadas por Cristo.
Él ha provisto para sus necesidades más profundas, tranquilizado sus temores,
calmado su intranquilidad, quitado su culpa, llevado sus cargas y les ha dado su paz
dulce y duradera. Viven una vida plena y abundante, gozan de Su amor, disfrutan de la
vida cristiana, y aman a otros cristianos. Jesús es el todo en todo para ellos. La vida
de Él es ahora la vida ellos y están contentísimos.
Desafortunadamente, muchos otros, aunque dicen las mismas cosas de Jesús, y dicen
conocerlo y amarlo, pasan gran parte del tiempo revolcándose en derrota y desánimo.
Están intranquilos, incumplidos, trabados por problemas, malos hábitos, el pecado y la
compasión de sí mismos. Apenas sostienen lo mínimo de la vida cristiana, no traen
gloria a Cristo, no crecen, no maduran, no son fieles al Señor, ni llevan a otros a
Cristo, ni proveen apoyo para su congregación local.
Algunos, por supuesto, nunca han sido salvos, aunque hicieron profesión de fe. Sin
embargo, muchos otros son como una persona que va al doctor, consigue una receta
médica con ocho ingredientes, pero tacha uno o varios de los ingredientes antes de
entregarla al farmacéutico para que lo despache. Luego, viendo que los resultados son
menos de los que deseaba o aun desastrosos, culpa al doctor o al farmacéutico
diciendo que la medicina no surte efecto. Hasta se puede perder la fe en el médico o
decir que es un farsante. Trágicamente, algunos hacen así en la vida cristiana.
Tenemos que seguir la prescripción del Gran Médico para disfrutar y madurar con
éxito en la vida cristiana. Amar – el amor es lo más básico – amor a Jesús. Pero no
debemos tomar a lo ligero lo que dice 2 Juan 6: "Y este es el amor, que andemos
según sus mandamientos."
2. Sepa que usted está muerto al pecado (Romanos 6.11). El pecado no está muerto,
pero usted está vivo para Dios. (Efesios 2.1).
3. Usted debe rendirse a Jesús como uno que tiene vida después de la muerte.
(Romanos 12.1-2).
4. Debe usted creer, aceptar, tomar por cierto, confiar en, reclamar y vivir de acuerdo
con estos hechos por fe no por emociones.
6. Acepte obedecer a Jesús y ser lleno de Su Espíritu Santo, por fe. (Gálatas 5.16;
2.20).
Tenemos que ejercitar el poder del Espíritu Santo en nuestra vida por fe. Él provee el
poder, nosotros lo recibimos por fe. Como Charles Ryrie ha dicho, "Dios no deja de
obrar porque yo obro; tampoco Su obra es siempre separada de nuestra obra."
Tal vez el secreto mayor de la nueva vida sea realmente creer y reclamar la verdad de
Romanos 8.28, mostrando esta confianza en Cristo constantemente. ¿Cómo?
Poniendo en práctica los siguientes versículos por fe, no por sentimiento – en cuanto a
todas las cosas ‘buenas’ y ‘malas’:
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a
los que conforme a su propósito son llamados." (Romanos 8.28)
"Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús." (1 Tesalonicenses 5.18).
Otra verdad tremenda que cambia nuestra vida es que Dios nos ve perfeccionados
para siempre en Jesucristo. Esta es nuestra posición en Cristo. "...con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados." (Hebreos 10.14).
¡Acepte esta verdad, disfrute de ella, y su manera de vivir reflejará su posición como
un hijo verdadero de Dios!
Los siguientes estudios bíblicos han sido preparados para ayudar al lector comprender
mejor y aplicar los principios presentados en este libro. Por favor, tome el tiempo para
hacer cada uno de estos estudios breves y lea las porciones bíblicas mencionadas.
Este estudio acerca de Jesucristo es tan vital que debe buscar un lugar y dedicar un
tiempo adecuado para poder meditar sobre sus respuestas, buscando y leyendo cada
porción. Responda a las preguntas reconociendo que está tratando de asuntos de
importancia eterna. Deje a un lado las ideas preconcebidas. Asegure que sus
respuestas correspondan a las escrituras investigadas.
Estudio No. 1 — ¿Quién es Jesucristo?
1. ¿Quién nos lava del pecado? 1 Juan 1.7. " ... y la__________________ de
Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado. Romanos 5.8,9, Hebreos 10.19,
Apocalipsis 5.9; 1.5 "Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con
su__________________ ."
2. ¿Que nos limpia de nuestros pecados: el bautismo en el agua o la sangre de
Jesucristo? (1 Pedro 3.21, Efesios 2:8-9)
3. Hay un bautismo que ocurre simultáneamente con la salvación, pero no tiene nada
que ver con el agua. 1 Corintios 12.13, "Porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo_." El bautismo en agua sólo simboliza esto.
En el momento de la salvación, somos colocados en el cuerpo de Cristo, y
somos__________________ en Cristo, según 2 Corintios 5.17.
4. Somos salvos por fe en Jesús antes de ser bautizados. Hechos 2.41; 8.35-38;
16.31, Lucas 7.50; 18.13,14. ¿Es verdad que estas personas fueron salvados por el
bautismo en agua?
El ladrón en la cruz se salvó y fue llevado al Cielo sin ser bautizado con agua. (Lucas
23.39-43).
Hechos 10 nos cuenta los detalles claros de la conversión del Cornelio y los gentiles
de su casa que también creyeron, recibieron el __________________
del __________________ , magnificaban a Dios, y luego, como cristianos nuevos,
fueron bautizados en __________________ (Hechos 10.43-47).
Los cristianos todavía pueden pecar, pero un verdadero cristiano no puede continuar
en el pecado. 1 Juan 3.9, "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado_."
1. En Mateo 4.19 Jesús dijo, "Venid en pos de mí, y os haré __________________ de
hombres." Los que no son, ¿serán verdaderos seguidores de Jesús? Hechos 1.8.
2. Proverbios 11.30 dice, "El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es
sabio." Siendo que Dios quiere que todos los cristianos sean sabios, Él quiere que
todos los cristianos ganen __________________.
3. Daniel 12.3: "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y
los que enseñan la justicia a la multitud, __________________ a perpetua eternidad.
4. Ezequiel 33.8 dice: "Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tu no
__________________ para que __________________ de su camino, él morirá por su
pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano." (El versículo 9 es importante
también).
5. La promesa de Dios es para cada cristiana. "__________________ él que lleva la
preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas." Salmo 126.6
6. ¿Siente usted urgencia de ganar almas para su Señor? Juan 4.35; Hechos
20.20,21,31.
7. Lucas 19.10 declara por qué Jesús vino a la tierra, vivió entre los hombres y murió
de una manera sangrienta y espantosa en la cruz. "Porque el Hijo del Hombre vino a
buscar y a salvar lo que se había perdido."
8. Su mandato en Juan 20.21 es claro. " ... como me envió el Padre, así también yo os
envío." Entonces, ¿qué debe ser nuestro propósito?
9. Jesús dijo a Pedro en Lucas 5.10b " ... No temas; desde ahora serás pescador de
hombres." No debe solamente intentar pescar a los hombres. Él no nos dice anda a
pescar a ver si coges alguno. Si yo abro el caño de agua y no sale agua, no me encojo
de hombros diciendo: "Oh, bien, he sido fiel. Abrí el caño ... ¡debe ser la voluntad del
Señor que no salga agua. !" No, señor. Haré lo que puedo para averiguar por qué no
sale agua y cómo puedo solucionar el problema. Si no gano almas, aunque estoy
testificando, quiero averiguar el por qué de la situación y remediarla. Dios no quiere
que nadie perezca. Él quiere que todos los creyentes ganen almas.
Permita que Jesús ame a las almas perdidas por medio suyo, dándole amor hacia los
perdidos.
* * * * * *
Estudio No. 9 — Deje que Jesús viva Su vida por medio de ti
Los cristianos verdaderos tendrán una vida transformada, 2 Corintios 5.17, 1 Juan 2.4;
3.6-14. Este cambio se ha realizado por medio de Cristo que mora en el creyente,
Romanos 12.1,2.
1. Viva por la fe, no según las emociones. No tenemos que ‘sentir’ la presencia de
Dios para saber que Él está con nosotros. Confiemos en su promesa en Mateo 28.20:
"he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." La verdad de la
presencia del Señor Jesucristo morando en los creyentes y estando siempre con ellos,
de ninguna manera depende de sus sentimientos. El orden más normal es:
1. El hecho de aceptar a Cristo,
2. La fe de confiar en que Cristo nos acepta y
3. Las emociones de paz, regocijo, etc. que vienen de darnos cuenta de cuánto Dios
ya hizo por nosotros.
2. Jesús dijo, en Juan 15.5 "... separados de mí __________________ ."
3. Romanos 6.11 nos dice, "Así también vosotros consideraos __________________
al pecado, pero __________________ para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro."
4. Antes de ser salvos éramos egocéntricos, los jefes o dioses de nuestra propia vida,
como dice Isaías 53.6, describiendo el núcleo del pecado, "Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino"; luego dice de este
pecado, "mas __________________ __________________ de todos nosotros."
5. ¿Quién debe ser el Señor, Maestro, Dueño, Jefe y Dios del cristiano?
Romanos 10.9-10. Lucas 6.46 muestra la futilidad de profesión sin posesión, y es muy
claro lo que la palabra "Señor" quiere decir en este contexto. "Por qué me llamáis,
Señor, Señor, y __________________ lo que yo digo?"
6. Para que haya victoria en la vida cristiana, tiene que haber entrega, sometimiento a
Cristo. Esto involucra permitir a Jesús vivir diariamente Su vida a través suyo siendo
_______________ del Espíritu." Efesios 5.18. Entonces el cristiano podrá llevar el
fruto del Espíritu Santo, Gálatas 5.22,23. ¿Cuál es?
Nos dice en Gálatas 5.16 "__________________ en el __________________ y no
satisfagáis los __________________ de la __________________
__________________ ."
7. ¿A quién debemos esperar? 1 Tesalonicenses 4.13-18,
Y cómo debe afectar nuestra vida diaria esta esperanza? (1 John 3:1-3)
8. En Santiago 1.2, nos dice "_. Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas
pruebas." Esto es posible cuando entendemos que Romanos 8.28 expresa una verdad
vital, no que todas las cosas son buenas, en si mismos, sino que ¡Dios está obrando
en todas las cosas para el bien de los que le amamos! En 1 Tesalonicenses 5.18 dice,
"Dad gracias en todo, porque esta es __________________ para con
__________________en Cristo Jesús."
Siempre podemos comenzar agradeciéndole por Su amor, por derramar Su sangre en
la cruz para nosotros, por salvarnos de pecado y el Infierno, y que los sufrimientos de
este tiempo presente no se comparan con la gloria que Él nos ha preparado para
siempre.
Si ya leyó el libro con cuidado y ha orado pidiendo a Cristo ser su Salvador, y todavía
no tiene la seguridad de ser salvo, considere lo siguiente con atención:
1. Estudie la ilustración del ascensor hasta comprenderlo. Puede ser que usted
todavía cree que necesita sentir alguna emoción cuando, en verdad, sólo necesita
confiar en Jesús por fe, creyendo la Palabra de Dios que dice que si usted ha creído
usted es salvo. Crea en Él, no en sus propias emociones.
2. Muchas personas oran y piden que Jesús les salvara y, sin embargo, no son salvos.
La razón principal es que ellos no creen que les haya salvado aunque le hayan pedido.
Cuando pedimos a Cristo salvarnos, tenemos que creerle que lo hizo. 1 Juan 5.9-13
aclara este punto.
Finalmente, mis amados, este librito ha sido escrito con mucha oración y para que
usted pudiera comprender lo que ser cristiano y vivir la vida cristiana realmente
involucra. En el tiempo de Jesús muchos que comenzaron a caminar con Él, dejaron
de hacerlo. Juan 6.66-71. Pero cuando Jesús preguntó a los Doce si ellos también
irían, Pedro contestó: "Señor ¿a quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna." La
Biblia dice, en 1 Juan 2.4:
"El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la
verdad no está en él."
Y, en 1 Juan 3.6-10:
"Todo aquel que permanece en Él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le
ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como Él es justo.
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para
esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es
nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y
no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y
los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es
de Dios."
Es bastante claro, ¿no? Esto explica por qué parece que muchos entran en la vida
cristiana y después la abandonan. Es que aparentan aceptar a Cristo pero no le
siguen. 2 Pedro 2.20 es un aviso terrible acerca de esto, y 1 Juan 2.19 declara:
"Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,
habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no
todos son de nosotros."
Dios dice claramente que los verdaderos discípulos continuarán, y Él no miente ni se
equivoca. Los falsos, tarde o temprano encontrarán excusa para alejarse. Pero no será
así con los que saben que han sido salvados, que han conocido al Cristo resucitado,
que su vida y sus propósitos han sido transformados por Él. Hebreos 6.9 dice: "Pero
en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que
pertenecen a la salvación." 1 Tesalonicenses 5.18 y Romanos 8.28 ¡le ayudarán a
tener una vida cristiana estable, la victoria en Cristo, y un testimonio para la gloria de
Dios!